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¿Cómo te relacionas con tu iglesia (qué compromisos o participación tienes con ella)?
Como testigo de jehová bautizado, siempre trato de mantenerme al día con el carro celestial
de Jehová (Ezequiel capítulo 1). Debido a la pandemia, las actividades teocráticas se están
llevando a cabo de forma virtual, por la aplicación Zoom. Participo en las reuniones dos veces
por semana, miércoles y sábados, en las cuales me ha tocado leer la biblia, la atalaya y algunos
libros, dar discursos, hacer presentaciones para el ministerio, entrevistas y comentarios.
Cuando me piden ayuda, colaboro como acomodador, en sonido, pasando micrófonos, en la
plataforma, en parqueo, entre otras cosas. También apoyo los grupos de predicación según el
tiempo del que dispongo, desde 2 a 5 veces por semana. Igualmente, de forma individual,
hablo con el Todopoderoso, leo y medito en su palabra la biblia.
Realmente no se el total de iglesias que hay en el mundo. Después de todo, uno no tiene que
interesarse en conocer todos lo billetes falsos, basta con conocer solo el verdadero. Ahora
bien, ¿por qué hay tantas religiones hoy día? Para entender el origen del asunto, basta leer la
ilustración sobre el trigo y la mala hierba, en Mateo 13:24-43, en la que Jesús predijo que
muchos estarían en contra de la religión verdadera. Por mucho tiempo habría tantos cristianos
falsos que sería muy difícil encontrar cristianos verdaderos. Tal y como Jesús predijo, esa
apostasía apareció tras la muerte de los apóstoles (Hechos 20:29, 30). A medida que las
enseñanzas falsas o apóstatas se difundieron, aumentó la cantidad de personas que se
desviaron de la verdad (2 Timoteo 2:18).
Claro que sí. La biblia dice en 1 Pedro 3:21 “Lo que corresponde a esto ahora también los está
salvando a ustedes, a saber, el bautismo (no el desechar la suciedad de la carne, sino la
solicitud hecha a Dios para una buena conciencia), mediante la resurrección de Jesucristo”.
Pero no basta con bautizarse, hay que seguir en el camino estrecho que lleva a la vida (Mateo
7:13-14), y en la congregación siempre se nos ayuda. Por eso es importante no abandonar el
reunirse (Hebreos 10: 24-25). Podría pasarnos como a un carbón si lo sacan de un fogón, con el
tiempo se enfriaría.