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20 Pinturas famosas del arte occidental que todo amante

del arte debe conocer


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por Shovava 25 de octubre de 2020

Desde el surgimiento del Renacimiento italiano, la historia del arte occidental inició un viaje
fascinante por diferentes géneros estilísticos. Mientras que la pintura del siglo XV se
centraba en retratar lo ideal, los movimientos posteriores exploraron muchas otras estéticas
e ideas, a menudo como respuesta a sus predecesores. Y aunque hay muchas pinturas
notables para estudiar de estos diferentes movimientos artísticos, hemos reducido la extensa
lista a 20 obras icónicas que abarcan desde finales del siglo XV hasta la primera mitad del
siglo XX.

Entre esta lista de obras maestras hay algunas tan conocidas que se han convertido en parte
de la cultura popular, así como otras que, aunque son famosas en los círculos artísticos,
pueden no ser tan familiares. Por ejemplo, la pintura surrealista La traición de las imágenes
de René Magritte, que presenta una pipa marrón acompañada de la reconocible frase “Esto
no es una pipa”, ha aparecido en películas y videojuegos. De manera similar, la Mona Lisa de
Leonardo da Vinci continúa inspirando a autores y cineastas de todo el mundo. Por otro lado,

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algunas pinturas que han eludido la misma atención incluyen la gema impresionista de
Pierre-Auguste Renoir, Baile en el Moulin de la Galette, y el Desnudo bajando una escalera
de Marcel Duchamp.

¿Quieres repasar tus conocimientos de historia del arte? Sigue hacia abajo para hacer un
recorrido por 20 de los cuadros más famosos del arte occidental.

Repasa tu conocimiento de la historia del arte y descubre más sobre


estas famosas pinturas.

Renacimiento italiano

Sandro Botticelli, El nacimiento de Venus, c. 1484-6

Sandro Botticelli, “El nacimiento de Venus”, c. 1484–


1486. (Foto: Uffizi vía Wikimedia Commons
[dominio público])

Creado en lo que se conoce como el Quattrocento, El nacimiento de Venus es una


representación estilística de la diosa mitológica romana, Venus. Es una de las primeras
pinturas del Renacimiento que muestra una inspiración clásica.

Leonardo da Vinci, Mona Lisa, c. 1503-1506

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Leonardo da Vinci, “Mona Lisa”, c. 1503–6. (Foto:
Louvre vía Wikimedia Commons [dominio público])

Casi todo el mundo está familiarizado con la encantadora sonrisa de la Mona Lisa. Pintada
en el Alto Renacimiento por el polímata Leonardo da Vinci, exhibe técnicas de pintura
naturalista así como un fondo borroso usando la técnica del sfumato.

Miguel Ángel, el techo de la Capilla Sixtina, 1508-1512

Foto: Fotos de stock de Creative Lab/Shutterstock

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Miguel Ángel pasó cuatro años pintando el techo de la Capilla Sixtina bajo petición del papa
Julio II. No solo es famoso por su increíble escala, sino también por su compleja composición
y su inspiración clásica.

Barroco

Diego Velázquez, Las meninas, 1656-7

Diego Velázquez, “Las meninas”, 1656-7. (Foto:


Museo del Prado vía Wikimedia Commons [dominio
público])

El artista español Diego Velázquez fue el pintor de cámara del rey Felipe IV y era conocido
por sus expresivos retratos que capturaban la esencia y personalidad de sus sujetos. Las
meninas es su pintura más famosa, y aún es aclamada por su complejo diseño. En él aparece
la infanta Margarita Teresa rodeada por sus damas de compañía, una chaperona, un
guardaespaldas, un chambelán y el propio Velázquez.

Siglo de Oro neerlandés

Rembrandt van Rijn, La ronda de noche, 1642

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Rembrandt, “La ronda de noche”, 1642. (Foto:
Rijksmuseum vía Wikimedia Commons [dominio
público])

En el siglo XVII, los artistas holandeses se inspiraron en las técnicas de pintura del
Renacimiento nórdico en una época conocida como el Siglo de Oro neerlandés. La ronda de
noche de Rembrandt van Rijn es un enorme retrato de grupo en el que las figuras son casi de
tamaño real. La pintura muestra el uso dramático de la luz y la sombra del artista.

Johannes Vermeer, La joven de la perla, c. 1665

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Johannes Vermeer, “Girl with a Pearl Earring,” c.
1665. (Photo: Mauritshuis via Wikimedia Commons
[Public Domain])

Otra de las pinturas más aclamadas de este periodo es el fascinante retrato de Johannes
Vermeer, La joven de la perla. Retrata a una mujer anónima vestida con “exóticas” ropas
azules y amarillas y sentada frente a un fondo negro.

Romanticismo

Théodore Géricault, La balsa de la Medusa, 1818-9

Théodore Géricault, “La balsa de la Medusa”, 1818-9.


(Foto: Louvre vía Wikimedia Commons [dominio
público])

El movimiento de arte romántico enfatizó la emoción, la sublimidad de la naturaleza y el


individuo. La balsa de la Medusa de Théodore Géricault representa un naufragio histórico
frente a la costa de la actual Mauritania, donde los marineros sobrevivieron a condiciones
traicioneras para encontrar un refugio seguro. Su uso de la escala y dramatismo la convierte
en una pintura clave del Romanticismo francés.

Eugéne Delacroix, La Libertad guiando al pueblo, 1830

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Eugéne Delacroix, “La Libertad guiando al pueblo”,
1830. (Foto: Louvre vía Wikimedia Commons
[dominio público])

La Libertad guiando al pueblo es una dramática pintura a gran escala del artista francés
Eugéne Delacroix. Creada durante la tumultuosa Revolución francesa, captura el espíritu de
la sublevación del pueblo.

Realismo—impresionismo

Édouard Manet, Almuerzo sobre la hierba, 1863

Édouard Manet, “Almuerzo sobre la hierba”, 1863.


(Foto: Musée d'Orsay vía Wikimedia Commons
[dominio público])

La obra maestra a gran escala de Manet, Almuerzo sobre la hierba, actúa como un puente
entre los movimientos artísticos del realismo y el impresionismo con su moderno enfoque del
estilo y la temática. Con una mujer desnuda haciendo un picnic en compañía de dos hombres

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bien vestidos, se inspira en las pinturas clásicas de desnudos femeninos, situándolo en un
entorno contemporáneo.

Impresionismo

Claude Monet, Impresión, sol naciente, 1872

Claude Monet, “Impresión, sol naciente”, 1872.


(Foto: Museo Marmottan Monet vía Wikimedia
Commons [dominio público])

Impresión, sol naciente retrata un paisaje marino nebuloso de tonos azules salpicado de
pequeños barcos y un sol naranja brillante. De hecho, su uso radical de pinceladas expresivas
para retratar un amanecer es lo que desencadenó el movimiento impresionista y dio a su
creador, Claude Monet, el título de “padre del impresionismo”.

Pierre-Auguste Renoir, Baile en el Moulin de la Galette, 1876

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Pierre-Auguste Renoir, “Baile en el Moulin de la
Galette,” 1876. (Foto: Musée d'Orsay vía Wikimedia
Commons [dominio público])

El Baile en el Moulin de la Galette es una de las piezas más celebradas de Renoir. Como
muchas otras obras impresionistas, fue pintada al aire libre, y ofrece un vistazo a la vida y el
ocio durante la Belle Époque de Francia.

Postimpresionismo

Vincent van Gogh, La noche estrellada, 1889

Vincent van Gogh, “La noche estrellada,” 1889.


(Foto: MoMA vía Wikimedia Commons [dominio
público])

Mientras que el movimiento impresionista se preocupaba por representar la luz en su


pintura, el movimiento postimpresionista se centró en el color. Y pocos artistas son tan
famosos por su uso del color como Vincent van Gogh. La noche estrellada fue creada a
finales de la corta carrera del pintor holandés y representa la vista desde su ventana en el
sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence.

Georges Seurat, Tarde de domingo en la isla de La Grande Jatte, 1884-6

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Georges Seurat, “Tarde de domingo en la isla de La
Grande Jatte,” 1884-6. (Foto: Instituto de Arte de
Chicago vía Wikimedia Commons [dominio público])

El artista y teórico del color francés Georges Seurat fue uno de los inventores del puntillismo,
una técnica de pintura donde se aplica la pintura al lienzo usando pequeños puntos de color.
Su enorme obra maestra, Tarde de domingo en la isla de La Grande Jatte, muestra su
dominio de este estilo único.

Expresionismo

Edvard Munch, El grito, 1893

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Edvard Munch, “El grito” 1893. (Foto: Galería
Nacional de Noruega vía Wikimedia Commons
[dominio público])

Uno de los pioneros del expresionismo noruego, el enfoque estilístico de Edvard Munch para
transmitir emociones, en particular sentimientos de angustia, es claro en su icónica obra
maestra, El grito.

Cubismo

Pablo Picasso, Las señoritas de Avignon, 1907

Pablo Picasso, “Las señoritas de Avignon”, 1907.


(Foto: MoMA vía Wikimedia Commons [uso justo])

Pocos artistas tienen un portafolio tan grande y diverso como Pablo Picasso. Pionero de
varios estilos diferentes, es mejor conocido por sus piezas cubistas. Y aunque Las señoritas
de Avignon a menudo es considerada una pintura protocubista, aún muestra un interés en
las perspectivas y la simplificación de formas.

Marcel Duchamp, Desnudo bajando una escalera, nro. 2, 1912

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Marcel Duchamp, “Desnudo bajando una escalera,
nro. 2”, 1912. (Foto: Museo de Arte de Filadelfia vía
Wikimedia Commons [uso justo])

Aunque el cuadro de Duchamp Desnudo bajando una escalera, nro. 2 fue rechazado
inicialmente por los cubistas por tener un estilo demasiado futurista, la obra fue reconocida
posteriormente como un ejemplo de ambos movimientos y una obra maestra moderna. Al
igual que los cubistas, utiliza la fragmentación y la simplificación de las formas, mientras que
retrata el movimiento al estilo de los futuristas.

Pablo Picasso, Guernica, 1937

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Pintado hacia el final del movimiento cubista, el Guernica de Picasso es uno de los ejemplos
más prominentes del arte antiguerra. Captura la angustia de las personas y los animales
causada por violencia innecesaria.

Surrealismo

René Magritte, La traición de las imágenes, 1929

Las pinturas surrealistas de Magritte son conocidas por su sentido único de la ironía y el
ingenio. Una de sus piezas más famosas, La traición de las imágenes, insiste en que la pipa
pintada “no es una pipa” porque es simplemente una representación de una.

Salvador Dalí, La persistencia de la memoria, 1931

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La persistencia de la memoria fue pintada en el apogeo del movimiento surrealista y es
considerada como la obra más emblemática de Salvador Dalí. Muestra temas extravagantes
que evocan un paisaje de ensueño. Incluso hoy, el reloj derretido es sinónimo del nombre del
artista español.

Frida Kahlo, Las dos Fridas, 1939

Muchas de las pinturas de Frida Kahlo exploran su vida personal a través de imágenes
surrealistas. Las dos Fridas fue creada después de que la artista mexicana se separara de su
marido Diego Rivera y explorara dos lados de sí misma unidos por manos juntas y una larga
vena. Aunque se clasifica como estilo surrealista, Kahlo insistió en que retrataba su vida, y
fue citada diciendo: “Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad”.

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