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LA NOVELA DEL 39 AL 75.

CAMILO JOSÉ CELA Y


MIGUEL DELIBES

INMEDIATA AÑOS 40 Y 50: No


TRAS EL 75: el género
POSGUERRA: Unamuno llegan las nuevas
más popular, con varias
y Valle ya han fallecido. formas narrativas
tendencias y mucha
Azorín y Baroja ya no europeas, que sí lo
producción
renuevan harán en los 60
EN POESÍA
• AÑOS 40: arraigada – desarraigada / Cántico y
postismo / exilio
• AÑOS 50: poesía social
• AÑOS 60: inicio de la renovación poética /
LA NOVELA DEL Novísimos (66)

39 AL 75. CAMILO • TRAS EL 75: varias tendencias y mucha


producción
JOSÉ CELA Y EN NOVELA

MIGUEL DELIBES • AÑOS 40: existencialismo – tremendismo / exilio


• AÑOS 50: realismo social
• AÑOS 60: renovación narrativa y experimental
• TRAS EL 75: varias tendencias y mucha
producción
Censura ideológica y moral y dificultades económicas.
La mayoría de las novelas se adscriben a la tradición
realista.

Dos tendencias, igual que en poesía:


Novela ideológica: los “novelistas con el imperio”,
AÑOS 40: LA temas como la gesta heroica o la religiosidad. Los
cipreses creen en Dios, de José Mª Gironella o El

INMEDIATA bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez.

POSGUERRA Novela existencialista (tremendismo):


- 1942: La familia de Pascual Duarte, de Cela, inicia
la llamada corriente tremendista.
- 1945, Nada, de Carmen Laforet inaugura la
corriente existencialista.
- 1948: La sombra del ciprés es alargada, de
Delibes
AÑOS 40: LA INMEDIATA
POSGUERRA
Estas novelas reflejan la amargura de la vida cotidiana
desde un punto de vista existencial, no social.

TEMAS: lucha del individuo con su destino o con sus


circunstancias, la cercana Guerra Civil, la vida gris y
sombría del momento, la subsistencia, la frustración o
la soledad.

ESTILO: intentan un camino de renovación, aunque se


mantienen en la tradición de las técnicas narrativas y
utilizan principalmente la primera persona narrativa.
AÑOS 40:
LA INMEDIATA POSGUERRA

LA NOVELA EN EL EXILIO
Producción novelística amplia y variada tanto
en su temática como en la utilización de
aspectos formales.
Ramón J. Sender:
- Crónica del alba (1942): trata la distancia,
la necesidad de la memoria y la reflexión
sobre el pasado
- Réquiem por un campesino español
(1953): cura que recuerda a Paco, el del
Molino, mientras se prepara para dar misa
de réquiem en su aniversario.
RÉQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL
Desde la sacristía, mosén Millán recordaba la horrible confusión de aquellos días, y se sentía atribulado y
confuso. Disparos por la noche, sangre, malas pasiones, habladurías, procacidades de aquella gente
forastera, que, sin embargo, parecía educada. Y don Valeriano se lamentaba de lo que sucedía y al
mismo tiempo empujaba a los señoritos de la ciudad a matar más gente. Pensaba el cura en Paco. Su
padre estaba en aquellos días en casa. Cástulo Pérez lo había garantizado diciendo que era trigo limpio.
Los otros ricos no se atrevían a hacer nada contra él esperando echarle mano al hijo. Nadie más que el
padre de Paco sabía dónde su hijo estaba. Mosén Millán fue a su casa.
─ Lo que está sucediendo en el pueblo ─ dijo─ es horrible y no tiene nombre.
El padre de Paco lo escuchaba sin responder, un poco pálido. El cura siguió hablando. Vio ir y venir a la
joven esposa como una sombra, sin reír ni llorar. Nadie lloraba y nadie reía en el pueblo. Mosén Millán
pensaba que sin risa y sin llanto la vida podía ser horrible como una pesadilla. Por uno de esos
movimientos en los que la amistad tiene a veces necesidad de mostrarse meritoria, mosén Millán dio la
impresión de que sabía dónde estaba escondido Paco. Dando a entender que lo sabía, el padre y la
esposa tenían que agradecerle su silencio. No dijo el cura concretamente que lo supiera, pero lo dejó
entender. La ironía de la vida quiso que el padre de Paco cayera en aquella trampa. Miró al cura
pensando precisamente lo que mosén Millán quería que pensara: «Si lo sabe, y no ha ido con el soplo, es
un hombre honrado y enterizo». Esta reflexión le hizo sentirse mejor.
• Surge una generación de
novelistas que se conoce como
“Generación del 50” o “del
medio siglo”
• Hay una mayor innovación
técnica que en la novela
existencialista.
• Se dejan influir por las
técnicas del cine, las del
neorrealismo italiano y por
los escritores de la llamada
“Generación perdida”
estadounidense (Faulkner,
Scott Fitzgerald...)
• Suscriben un compromiso

AÑOS 50: NOVELA DEL ético y social, siguiendo las


ideas de Sartre

REALISMO SOCIAL
AÑOS 50: NOVELA DEL REALISMO SOCIAL
Intentan reflejar con objetividad los recuerdos de la guerra, los conflictos de la vida colectiva española,
los ambientes de trabajo, el mundo rural, el ambiente burgués provinciano...
TEMAS: las miserias de la sociedad española de posguerra, la dureza de la vida, la soledad y la guerra
como recuerdo, sus consecuencias, la desigualdad social, la injusticia o la pobreza.

Los personajes son múltiples y variados, como un personaje colectivo, en el que alguno destaca para
representar una clase o grupo.
Predominan dos enfoques:
- Realismo testimonial: narrador sin apenas intervención, muestra la realidad de manera objetiva,
como una cámara fotográfica. El Jarama (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio.
- Realismo crítico: con comentarios del narrador, se hace una denuncia social explícita, con
personajes que representan las distintas clases sociales. Destaca Las afueras (1958) de Luis
Goytisolo.
EL JARAMA
Dos mundos (urbano y rural) contrapuestos, once jóvenes, en una tarde a orillas del río (16 horas)
- ¡Bueno, hombre!, ¿qué os pasa ahora? ¿Me la vais a quitar?
Echaba el brazo por los hombros de Carmen y la apretaba contra su costado, afectando codicia, mientras con la
otra mano cogía un tenedor y amenazaba, sonriendo:
- ¡El que se arrime...!
- Sí, sí, mucho teatro ahora -dijo Sebas-; luego la das cada plantón, que le desgasta los vivos a las esquinas, la
pobre muchacha, esperando.
- ¡Si será infundios! Eso es incierto.
- Pues que lo diga ella misma, a ver si no.
- ¡Te tiro...! -amagaba Santos levantando en la mano una lata de sardinas.
- ¡Menos! - Chss, chss, a ver eso un segundo... -cortó Miguel-. Esa latita.
- ¿Esta?
- Sí, esa; ¡verás tú...!
- Ahí te va.
Santos lanzó la lata y Miguel la blocó en el aire y la miraba:
- ¡Pero no me mates! -exclamó-. Lo que me suponía. ¡Sardinas! ¡Tiene sardinas el tío y se calla como un zorro! ¡No
te creas que no tiene delito! -miraba cabeceando hacia los lados.
- ¡Sardinas tiene! -dijo Fernando-. ¡Qué tío ladrón! ¡Para qué las guardabas? ¿Para postre?
AÑOS 50: NOVELA DEL
REALISMO SOCIAL
Además de los autores ya mencionados, destacan
otros:
- Ignacio Aldecoa, gran escritor de cuentos, además de
novelista
- Carmen Martín Gaite muy popular en los 80 y 90 con
novelas como Nubosidad variable (1992)
- Juan Goytisolo que se inicia en el realismo social y va
buscando nuevos caminos experimentando con
Señas de identidad (1966)
- Ana María Matute con gran capacidad imaginativa,
que alterna el realismo crítico con perspectivas más
fantásticas. Entre sus primeras obras destacan
Pequeño teatro (1954) y Primera memoria (1960).
AÑOS 60: LA RENOVACIÓN NARRATIVA
EXPERIMENTALISTA
• Importante cambio social en el mundo, al que contribuyen
movimientos sociales diversos: el pacifismo, el movimiento
hippie, el feminismo o las protestas estudiantiles.

• Es también la época en la que autores europeos y


americanos, como Joyce o Faulkner, renuevan por completo
el panorama literario

• Aparecen los grandes novelistas hispanoamericanos, como


Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa.

• En España también se producen cambios significativos en la


evolución de la novela: se reconoce a los grandes narradores
europeos como Kafka o Proust y se empiezan a publicar las
grandes obras de lo que se denominó el “boom” de la novela
hispanoamericana, como Cien años de soledad.
Tiempo de silencio, de Luis Martín
Santos (1962)
Inicio de la renovación de la narrativa
española.
Tema central: fracaso existencial del
protagonista en un mundo difícil y
mísero que ve frustrados sus sueños.

Trama reducida al mínimo pero con


abundantes descripciones y análisis
sociológicos y psicológicos de la España
de la época. La renovación viene por el
uso de nuevas técnicas narrativas.
Luis Martín Santos modifica el realismo en su
obra e influye en los novelistas de su época
porque sustituye las sencillas técnicas
realistas por otras más complejas, influido por
la narrativa universal del siglo XX:

• Sesenta y tres secuencias narrativas


separadas por espacios
• Multiplicidad de puntos de vista narrativos:
perspectivismo y contrapunto con
narración simultánea de historias paralelas
• Monólogo interior y estilo indirecto libre
• Ruptura de la linealidad: desorden
temporal con saltos narrativos o cambio en
el orden tradicional de capítulos
• Incorporación de materiales
tradicionalmente ajenos a la novela como
anuncios, dibujos...
• Mezcla de diferentes
• Lenguaje rico y variado: cultismos,
términos científicos, vocablos extranjeros,
supresión de signos de puntuación, etc.
TIEMPO DE SILENCIO
La celda era más bien pequeña. No tiene forma perfectamente prismática
cuadrangular a causa del techo. Este, en efecto, ofrece una superficie alabeada
cuya parte más alta se encuentra en uno de los ángulos del cuadrilátero
superior. Aparentemente, cada dos células componen una de las semicúpulas
sobre las que reposa el empuje de la enorme masa del gran edificio
suprayacente. Estas cúpulas y paredes son de granito. Todas ellas están
blanqueadas recientemente. Solo algunos graffiti realizados apresuradamente
en las últimas semanas pueden significar restos de la producción artística de
los anteriores ocupantes. Las dimensiones de la celda son más o menos las
siguientes. Dos metros cincuenta de altura hasta la parte más alta de la
semicúpula; un metro diez desde la puerta hasta la pared opuesta; un metro
sesenta en sentido perpendicular al vector anteriormente medido. Dadas estas
dimensiones, un hombre de envergadura normal solo puede estirar a la vez los
dos brazos -sin estropear la materia opaca-en el sentido de las diagonales.
TIEMPO DE SILENCIO
Pedro volvía con las piernas blandas. Asustado de lo que podía quedar atrás. Violentado por
una náusea contenida. Intentando dar olvido a lo que de absurdo tiene la vida. Repitiendo: Es
interesante. Repitiendo: Todo tiene un sentido. Repitiendo: No estoy borracho. Pensando:
Estoy solo. Pensando: Soy un cobarde. Pensando: Mañana estaré peor. Sintiendo: Hace frío.
Sintiendo: Estoy cansado. Sintiendo: Tengo seca la lengua. Deseando: Haber vivido algo,
haber encontrado una mujer, haber sido capaz de abandonarse como otros se abandonan.
Deseando: No estar solo, estar en un calor humano, ceñido de una carne aterciopelada,
deseado por un espíritu próximo. Temiendo: Mañana será un día vació y estaré pensando,
¿por qué he bebido tanto? Temiendo: Nunca llegaré a saber vivir, siempre me quedaré al
margen. Afirmando: A pesar de todo no es, a pesar de todo yo quizá, a pesar de todo quién
puede desear con una así. Afirmando: La culpa no es mía. Afirmando: Algo está mal, algo no
sólo yo. Afirmando: El mal está ahí. Interrogando: ¿Quién explica el mal? Reflexivo-
recordante: Aquella mujer que estaba allí y no tenía que estar allí porque era como si no
estuviera porque no servía. Incisivo-perdonador: No tiene nada de ángel porque además de
no tener alas parece que lo único a que aspira es a la aniquilación. El ángel puede volverse
contra su dios, pero este medio ángel no se vuelve más que contra su madre. Acusador-
disoluto: Era una vieja horrible, sólo una vieja horrible. Conclusivo: Soy un pobre hombre.
AÑOS 60: LA RENOVACIÓN NARRATIVA
EXPERIMENTALISTA
A esta renovación narrativa podemos sumar los nombres de: Juan Marsé con su
obra Últimas tardes con Teresa (1966), en la que desarrolla un análisis feroz de
la burguesía que jugaba a ser revolucionaria y Juan Benet, que se inclina por la
indagación del discurso textual en contra del argumento tradicional con Volverás
a Región (1967).
La renovación narrativa desemboca de modo progresivo en la novela
experimentalista que llega en la década de los setenta a extremos
insospechados, llegándose a decir que la novela tradicional había muerto. Es
una novela fundamentada en la técnica, que destruye el personaje tradicional, la
acción, la trama y hasta el argumento. El resultado es un nuevo estilo, difícil por
la acumulación de técnicas, que conduce a la redacción de textos
incomprensibles y al consiguiente alejamiento de los lectores.
Podríamos señalar aquí Si te dicen que caí (1973) de Juan Marsé y La saga/fuga
de J.B. (1972) de Torrente Ballester.
CAMILO JOSÉ CELA
(1916-2002)

• 1- AÑOS 40- Tremendismo: La


familia de Pascual Duarte

• 2- AÑOS 50- Realismo social: La


colmena

• 3- AÑOS 60. Experimentalismo:


varias obras

• 4- Sigue escribiendo durante la


democracia
• La familia de Pascual Duarte (1942,
imprenta Aldecoa, Burgos) fundadora
del “tremendismo”. Entronca con la
picaresca española, el naturalismo del
siglo XIX y la novela social de los años
treinta.
• Ambiente de marginación, incultura,
dolor y angustia. La historia gira en
torno a lo grotesco o repulsivo
buscando con ello impactar al lector.
Tiene un tono pesimista y sombrío que
presenta una realidad violenta con
personajes y ambientes desgarrados y
a veces, crueles
• La novela tiene varios narradores,
entre ellos el principal, que es el
propio protagonista, Pascual Duarte,
quien cuenta la historia de su vida.
1- Años 40: Pascual Duarte Narra la biografía de un condenado a
muerte y los motivos que le han
llevado a ser un asesino.
2- REALISMO SOCIAL: LA
COLMENA
Su segunda etapa, la del realismo social, se inicia con La colmena
(1951):
- Ofrece una visión despiadada y distanciada del Madrid de
posguerra
- Técnica del objetivismo: secuencias narrativas y costumbristas,
con más de trescientos personajes. Personaje colectivo y final
abierto, como la vida.
- El narrador omnisciente objetivo da paso en ocasiones al
narrador irónico.
- Se desarrolla durante dos días del invierno madrileño en un café
(el café de doña Rosa).
LA COLMENA
—Ande, largo.
—Adiós, muchas gracias; es usted muy amable.
—Nada. Váyase por ahí. Aquí no lo queremos ver más.
El camarero procura poner voz seria, voz de respeto. Tiene un marcado deje gallego que quita violencia, autoridad, a sus palabras, que tiñe de dulzor su
seriedad. A los hombres blandos, cuando desde fuera se les empuja a la acritud, les tiembla un poquito el labio de arriba; parece como si se lo rozara
una mosca invisible.
—Si quiere, le dejo el libro.
—No; lléveselo.
Martín Marco, paliducho, desmedrado, con el pantalón desflecado y la americana raída, se despide del camarero llevándose la mano al ala de su triste
y mugriento sombrero gris.
—Adiós, muchas gracias; es usted muy amable.
—Nada. Váyase por ahí. Aquí no vuelva a arrimar.
Martín Marco mira para el camarero; quisiera decir algo hermoso.
—En mí tiene usted un amigo.
—Bueno.
—Yo sabré corresponder.
Martín Marco se sujeta sus gafas de cerquillo de alambre y rompe a andar. A su lado pasa una muchacha que le resulta una cara conocida. —Adiós .La
chica lo mira durante un segundo y sigue su camino. Es jovencita y muy mona. No va bien vestida. Debe de ser una sombrerera; las sombrereras tienen
todas un aire casi distinguido; así como las buenas amas de cría son pasiegas y las buenas cocineras, vizcaínas, las buenas queridas, las que se pueden
vestir bien y llevarlas a cualquier lado, suelen ser sombrereras. Martín Marco tira lentamente por el bulevar abajo, camino de Santa Bárbara.[...]Las
gentes pasan apresuradas, bien envueltas en sus gabanes, huyendo del frío. Martín Marco, el hombre que no ha pagado el café y que mira la ciudad
como un niño enfermo y acosado, mete las manos en los bolsillos del pantalón. Las luces de la plaza brillan con un resplandor hiriente, casi inofensivo.
Don Roberto González, levantando la cabeza del grueso libro de contabilidad, habla con el patrón.
-¿Le sería a usted igual darme tres duros a cuenta? Mañana es el cumpleaños de mi mujer. El patrón es un hombre de buena sangre, un hombre
honrado que hace sus estraperlos, como cada hijo de vecino, pero que no tiene hiel en el cuerpo.
-Sí, hombre. A mí, ¿qué más me da?
-Muchas gracias, señor Ramón.
El panadero saca del bolsillo una gruesa cartera de piel de becerro y le da cinco duros a don Roberto.
-Estoy muy contento con usted, González; las cuentas de la tahona marchan muy bien. Con esos dos duros de más, les compra usted unas porquerías a
los niños.
3- EXPERIMENTALISMO: VARIAS OBRAS

• Podríamos hablar de su tercera etapa experimentalista. De este


período destacan sus novelas Vísperas, festividad y octava de San
Camilo 1936 (1969)y Oficio de tinieblas 5 (1973).
• Posteriores son Mazurca para dos muertos (1983), Cristo versus
Arizona (1988) y Madera de boj (1999).
CAMILO JOSÉ CELA: TÉCNICA NARRATIVA

• Es manifiesta la obsesión de Cela por renovar las técnicas y


estructuras narrativas, pero sobresale ante todo su dominio del
lenguaje, la capacidad de crear ambientes y de describir tipos
humanos diferentes y originales.
• En la línea de Quevedo y de Valle-Inclán, se decanta por el uso de la
sátira y el humor desgarrado, además de una gran variedad de
registros lingüísticos.
• Fiel a sus convicciones
ideológicas y a su
perspectiva humanista,
analiza la sociedad rural
marginada y critica a la
burguesía urbana
despreocupada.
• Su producción revela una
clara fidelidad a su
entorno (Valladolid y el
campo castellano) y
entraña la observación
directa de tipos y
situaciones desde la óptica
de un católico liberal.
• Su visión crítica alude
MIGUEL DELIBES (1920-2010) sobre todo a los excesos y
violencias de la vida
urbana.
Entre los temas de su obra destacan:
• la perspectiva irónica frente a la pequeña
burguesía
• la denuncia de las injusticias sociales
• la rememoración de la infancia

MIGUEL DELIBES • la representación de los hábitos y el habla del


mundo rural

Cultiva un lenguaje sobrio, natural y preciso de


enorme belleza. Recupera muchos de términos y
expresiones del mundo rural para la literatura.
EXISTENCIALISMO Y REALISMO SOCIAL
• Se inicia como novelista con La sombra del ciprés es alargada, en la novela
existencial y desemboca en el realismo de ambiente rural con El camino
(1950), en la que su protagonista, Daniel, un niño de once años, evoca sus
vivencias en el pueblo antes de marchar a la ciudad.
• De esta misma línea son Las ratas (1962) que narra la vida en un pequeño
pueblo castellano, apartado de cualquier capital y notablemente más
atrasado y Los santos inocentes (1982).
• También aplica el realismo al análisis de los ambientes urbanos, bien para
denunciar la desolación del ser humano en la sociedad, como en La hoja
roja (1959), bien para criticar a una burguesía provinciana y a veces
estúpida, como en Mi idolatrado hijo Sisí (1953) y El príncipe destronado
(1973).
LOS SANTOS INOCENTES

• Denuncia social que muestra la mísera existencia en los


pueblos sometidos al latifundismo y a la tiranía del dueño
de las tierras.
• Es una novela corta, casi un cuento largo, que se dibuja a lo
largo y ancho de tres ejes: realismo, poesía y tragedia.
• Retrata la vida en el mundo rural de los años sesenta. Nos
presenta dos realidades enfrentadas: la de los señoritos de
un cortijo y la de sus sirvientes.
• El autor no nos maquilla nada y hasta el lenguaje es crudo,
soez, campestre, como un dialecto propio en el que apenas
se reconoce el español urbano actual
LOS SANTOS INOCENTES
Paco, has de cegar a todos los palomos, ¿oyes? con los dichosos capirotes entra la luz y los animales no cumplen,
y así un día y otro hasta que una tarde, al cabo de semana y media de salir al campo, según descendía Paco, el Bajo,
de una gigantesca encina, le falló la pierna dormida y cayó, despatarrado, como un fardo, dos metros delante del
señorito Iván, y el señorito Iván, alarmado, pegó un respingo,
¡serás maricón, a poco me aplastas! pero Paco, se retorcía en el suelo, y el señorito Iván se aproximó a él y le
sujetó la cabeza,
¿te lastimaste, Paco? pero Paco, el Bajo, ni podía responder, que el golpe en el pecho le dejó como sin resuello
y, tan sólo, se señalaba la pierna derecha con insistencia,
¡Ah, bueno, si no es más que eso…!, decía el señorito Iván, y trataba de ayudar a Paco, el Bajo, a ponerse de pie,
pero Paco, el Bajo, cuando, al fin pudo articular palabra, dijo, recostado en el tronco de la encina,
la pierna esta no me tiene, señorito Iván está como tonta, y el señorito Iván,
¿que no te tiene? ¡anda!, no me seas aprensivo, Paco, si la dejas enfriar va a ser peor, mas Paco, el Bajo,
intentó dar un paso y cayó,
no puedo, señorito, está mancada, yo mismo sentí cómo tronzaba el hueso, y el señorito Iván,
también es mariconada, coño y ¿quién va a amarrarme el cimbel ahora con la junta de torcaces que hay en las
Planas? y Paco, el Bajo, desde el suelo, sintiéndose íntimamente culpable, sugirió para aplacarle,
tal vez el Quirce, mi muchacho, él es habilidoso, señorito Iván, un poco morugo pero puede servirle,
y fruncía la cara porque le dolía la pierna y el señorito Iván dio unos pasos con la cabeza gacha, dubitativo pero
finalmente, se arrimó al bocacerral, hizo bocina con las manos y voceó hacia el cortijo, una, dos, tres veces, cada vez
más recio, más impaciente, más repudrido, y, como no acudiera nadie a las voces, se le soltó la lengua y se puso a
jurar y al cabo, se volvió a Paco, el Bajo,
¿seguro que no te puedes valer, Paco?
y Paco, el Bajo, recostado en el tronco de la encina, mal lo veo, señorito Iván
LOS SANTOS INOCENTES
"Y la grajilla rilaba en las pajas, ¡quiá, quiá, quiá! y él, el Azarías, cada vez que la
grajilla abría el pico, embutía en su boca inmensa, con su sucio dedo corazón, un
grumo de pienso compuesto y el pájaro lo tragaba, y, después, otra pella y otra
pella, hasta que el ave se saciaba, quedaba quieta, ahíta, pero a la media hora, una
vez pasado el empacho circunstancial, volvía a reclamar y el Azarias repetía la
operación mientras murmuraba tiernamente, milana bonita, murmullos apenas
inteligibles, mas la Régula le miraba hacer y le decía confidencialmente al Rogelio,
ae, más vale así, buena idea tuviste, y el Azarías no se olvidaba del pájaro ni de día
ni de noche y en cuanto le apuntaron los primeros cañones, corrió feliz por la co-
rralada, de puerta en puerta, una sonrisa bobalicona bailándole entre los labios, las
amarillas pupilas dilatadas, la milana ya está emplumando, repetía, y todos le
daban los parabienes o le preguntaban por el Ireneo, menos su sobrino, el Quirce,
quien le enfocó su mirada aviesa y le dijo, y ¿para qué quiere en casa semejante
peste, tío? y el Azarías volvió a él sus ojos atónitos, asombrados, no es peste, es la
milana, mas el Quirce movió obstinadamente la cabeza y, después, escupió, ¡qué
joder!, es un pájaro negro y nada bueno puede traer a casa un pájaro negro, y el
Azarías le miró un momento desorientado y, finalmente, posó sus tiernos ojos
sobre el cajón y se olvidó del Quirce, mañana le buscaré una lombriz, dijo, y, a la
mañana siguiente, empezó a cavar afanosamente en el macizo central hasta que
encontró una lombriz, la cogió con dos dedos y se la dio a la grajera y la grajera la
engulló con tal deleite que el Azarías babeaba de satisfacción. "
EXPERIMENTALISMO:
CINCO HORAS CON MARIO
• En 1966 publica Cinco horas con Mario dentro de la
novela experimental. En ella narra el largo monólogo
de Carmen, utilizando la segunda persona para
dirigirse al cadáver de su marido, Mario.
• El fracaso matrimonial, las frustraciones personales, la
religiosidad superficial, la defensa del orden
establecido, los convencionalismos burgueses, la
opresión o la discriminación de la mujer en la época
son algunos de los temas tratados, todo ello con un
lenguaje directo, a veces coloquial y familiar, en
ocasiones tópico y reiterativo, con abundantes frases
hechas.
CINCO HORAS CON MARIO
Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas
que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, porque la raíz de todos los males es la
avaricia, y por eso mismo me será muy difícil perdonarte, cariño, por mil años que viva, el que me
quitases el capricho de un coche. Comprendo que a poco de casarnos eso era un lujo, pero hoy un
Seiscientos lo tiene todo el mundo, Mario, hasta las porteras si me apuras, que a la vista está. Nunca
lo entenderás, pero a una mujer, no sé como decirte, le humilla que todas sus amigas vayan en coche
y ella a patita, que, te digo mi verdad, pero cada vez que Esther o Valentina o el mismo Crescente, el
ultramarinero, me hablaban de su excursión del domingo me enfermaba, palabra. Aunque me esté
mal decirlo, tú has tenido la suerte de dar con una mujer de su casa, una mujer que de dos saca
cuatro y te has dejado querer, Mario, que así qué cómodo, que te crees que con un broche de dos
reales o un detallito por mi santo ya está cumplido, y ni hablar, borrico, que me he hartado de
decirte que no vivías en el mundo pero tú, que si quieres. Y eso, ¿sabes lo que es, Mario? Egoísmo
puro, para que te enteres, que ya sé que un catedrático de Instituto no es un millonario, ojalá, pero
hay otras cosas, creo yo, que hoy en día nadie se conforma con un empleo. Ya, vas a decirme que tú
tenías tus libros y “El Correo”, pero si yo te digo que tus libros y tu periodicucho no nos han dado más
que disgustos, a ver si miento, no me vengas ahora, hijo, líos con la censura, líos con ls gente y, en
sustancia, dos pesetas. Y no es que me pille de sorpresa, Mario, porque lo que yo digo, ¿ quién iba
a leer esas cosas tristes de gentes muertas de hambre que se revuelcan en el barro como puercos?.
Vamos a ver, tú piensa con la cabeza, ¿quién iba a leer ese rollo de “El Castillo de Arena” donde no
hablas más que de filosofías? Tú mucho con que si la tesis y el impacto y todas esas historias, pero
¿quieres decirme con qué se come eso? A la gente le importan un comino las tesis y los impactos,
créeme, que a ti, querido, te echaron a perder los de la tertulia, el Aróstegui y el Moyano, ese de las
barbas, que son unos inadaptados.
MIGUEL DELIBES

Otras novelas son:


Parábola de un náufrago (1969)
Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983)
Señora de rojo sobre fondo gris (1991)
Coto de caza (1992)
Textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972)
La novela histórica El hereje (1998), una de sus obras más importantes
de los últimos tiempos

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