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la abstracción y el concepto.

El carácter universal de las esencias, deriva del estado de abstracción en el que están en el
espíritu. Nos preguntamos ¿qué existencia tiene el universal? O ¿qué relación tiene con las
cosas en sí? En el fondo la pregunta esencial es ¿cuál es el valor o la objetividad del
concepto, ¿qué es lo que corresponde en la realidad a las esencias abstractas universales
que pensamos?

Hay tres posturas principales que intentan resolver este problema: Platón sostiene el
realismo absoluto; las esencias existen en sí, o subsisten, tal como las pensamos. Según el
conceptualismo, nada real corresponde a nuestros conceptos. En la Edad Media se le
conoce como nominalismo, en la filosofía moderna es uno de los elementos esenciales del
idealismo. El realismo moderado sostiene que las esencias no existen en sí, en su forma
universal, pero tienen un fundamento en la realidad, es decir, que la esencia existe realizada
en la existencia particular, pero es el entendimiento el que es capaz de comprender de
manera universal. No la inventa, sino que la aprehende bajo sus condiciones de permanente
y estable, sin las condiciones individuales de la materia; esta es doctrina de santo Tomás de
Aquino.

La inteligencia realiza dos operaciones: la simple aprehensión y el juicio. El juicio tiene un


objeto complejo porque afirma o niega un atributo de un sujeto: composición, si es
afirmativo, una división, si es negativo. La simple aprehensión consiste en pensar el sujeto
o el atributo, sin ponerlos en relación. La esencia es el objeto de la simple aprehensión.
Pero la esencia puede decirse quididad es aquello por lo que una cosa es tal cosa, ¿quididad
es esencia (aquello según lo cual se dice que una cosa es)? La quididad pertenece al orden
de la esencia (en cuanto lo significado por la definición; que es el quid y tiene más relación
con la forma) y no al de la existencia (en cuanto que esencia comprende al compuesto y no
alguno de sus principios; materia o forma); pero coincide raramente con la esencia de la
cosa estudiada, con la esencia propiamente dicha, aquello por lo que una cosa es lo que es.
Lo que estamos diciendo es que es raro que comprendemos exactamente una cosa captada
todo lo que es y nada más que lo que es. La mayoría de las veces, una gran parte de las
cosas no son desconocidas en cuanto a lo que constituyen propiamente. Así la quididad no
es, una semejanza relativa al ser que la contiene y que ha sido conocida por el
entendimiento.

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