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El mito como naturalización de lo histórico (Roland

Barthes)
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Cuando las condiciones históricas


de una sociedad llegan a
considerarse condiciones
naturales se cae en el gran
riesgo de creer inmutable
aquello que en su esencia está
sujeto a transformación. Para
Roland Barthes la producción
del mito es el mecanismo
fundamental por el cual el ser
humano ha llegado hoy a
considerar lo históricamente
construido como algo
naturalmente dado.

Mito: implantación del concepto

Para el filósofo francés el mito ante todo es un tipo de habla, un sistema de


comunicación o un modo de significación que opera, básicamente,
implantando un significado (“concepto”) en la mentalidad de sus receptores
de tal manera que lleguen a experimentarlo como algo que está
naturalmente dado.

Para lograr esto, el mito funciona como un sistema semiológico de segundo


grado en el cual hace uso de un sistema semiológico previo para dar viveza
y fuerza al concepto que quiere introducir:

“El mito es un sistema particular por cuanto se edifica a partir de una cadena semiológica que
existe previamente: es un sistema semiológico segundo. ” (121)

El mito sin suprimir el sentido del primer signo, sino manteniéndolo a


disposición, logra vaciarlo o empobrecerlo a tal punto que puede llenarlo
con una nueva significación: el concepto. Este concepto es
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fundamentalmente “arbitrario” en su conexión con el sentido y, además, se
encuentra históricamente motivado (no se deriva racional o naturalmente).
Para funcionar, sin embargo, requiere de cierta analogía entre el concepto
y el sentido inicial para lograr robar su presencia o viveza y dársela al nuevo
concepto implantado. Todo esto dado en medio de una nebulosa o
ambigua mezcla que permite mantenerlos implícitamente ligados.

“El concepto se ofrece de manera global, es una suerte de nebulosa, la


condensación más o menos imprecisa de un saber” (127).

Así, por ejemplo, sobre un signo de libertad (vivaz y fuerte), puede


instalarse un concepto consumista bajo una ambigua analogía que se toma
irreflexivamente como un saber natural (“consumir es elegir”).

Lo histórico vuelto naturaleza

Para Barthes, la función esencial del mito es la naturalización del concepto. Y,


cuando los conceptos conforman un sistema más amplio, entonces se abre
la posibilidad de no solo instalar un concepto aislado, sino una ideología
situada históricamente como si fuera parte de la naturaleza:

“El mito tiene a su cargo fundamentar, como naturaleza, lo que es


intención histórica” (p. 141).

De este modo la ideología predominante (la “ideología burguesa” para


Barthes) se presenta tan naturalmente que ni siquiera llega a tematizarse
(nombrarse) dejando de antemano cerrada la posibilidad de pensar sus
aspectos constitutivos y ponerlos bajo cuestión para abrir otras
posibilidades de ser y actuar (siguiendo el ejemplo anterior, ¿somos libres
eligiendo qué consumir?). La ideología instalada por el mito se vuelve
radicalmente la manera de ver, sentir y actuar en el mundo.

“La ideología común ya no es cuestionada” y el mito “trastoca lo real, lo


vacía de historia y lo llena de naturaleza” (141).

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En este sentido, en parte, todo análisis o puesta al descubierto del operar
del mito contribuye a desenmascarar la supuesta naturaleza de las
relaciones que intenta establecer. El análisis permitiría poner en evidencia
la arbitrariedad con el que se ha instalado el concepto y, con eso, devolver
la condición histórica que tiene negando toda fijeza o inmutabilidad de su
supuesta naturaleza.

REFERENCIAS

– Mitologías, Roland Barthes. Siglo Veintiuno (2016).

ENLACES

Aquí puedes ver gratuitamente parte del libro

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