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Introducción
La familia a sido un tema central en las investigaciones del campo social, psicológico y
antropológico. Debido a su importancia en nuestras sociedades modernas la misma ha
sido analizada desde diversas perspectivas: biológica, evolutiva, histórica, social,
cultural, entre otras. En el presente capítulo, pretendemos abordar dicha temática desde
la Psicología, por medio de la perspectiva que inició con las propuestas teóricas de Lev
Semiónovich Vygotski y que en la actualidad es identificada como psicología
histórico-cultural.
Deste modo, aquí entendemos la família como algo que no es naturalmente dado, sino
que se trata de una construcción humana histórica. Está bajo un concepto abstracto que
se desarrolla de diversas maneras en las diferentes culturas y a lo largo de la historia de
la humanidad. Este envuelto en Redes de Significaciones (Rosa, 2015), de manera
dialéctica, siendo atravesado al mismo tiempo en que atraviesa lo cultural de manera
material y simbólica. Haciendo parte de los “procesos de subjetivación” (Tavares,
2009), siendo así un concepto dinámico. Considerando aún lo que plantea Vygotski
sobre la formación de los conceptos:
De este modo, no cabe una definición que se pretenda única y que abarque la infinidad
de sentidos y significados presentes en este constructo. Es así que adoptaremos acá la
postura de analizar desde lo diverso, sin imponer una definición arbitraria nuestra,
respetando las definiciones utilizadas en cada periodo y en cada sociedad bajo la
denominación familia o su correlativo en otras lenguas.
A lo largo del tiempo las configuraciones sociales que permeia la familia son
cambiadas, pero siempre en un proceso de desarrollo, en la medida que no son de todo
descartas, sino, más bien, se reconfiguran y se resignifican. En un proceso de
tesis-antítesis-síntesis, que permite que ocurran cambios y al mismo tiempo que ciertas
fenómenos persistan en el tiempo, aunque con nuevas ropajes, como es el caso de
transferencia patrimonial, la influencia religiosa, etcétera.
Familia y sociedad
Por otro lado, las políticas públicas tuvieron impacto en las configuraciones familiares,
por medio de mecanismos de control de natalidad que llegarán a prácticas de
esterilización de mujeres, como también por mecanismos de incentivo a la maternidad y
paternidad (Scavone, 2001). Bien como, por la intervención en situaciones de
vulnerabilidad social e institucionalización de hijo retirados de los padres, por
situaciones de riesgo (Costa Moreira, Bedran, Dojas Carellos, 2011). En este sentido la
construcción y la existencia de la institución familia tuvo un impacto fundamentales en
la construcción política de la sociedad y de manera dialéctica las construcciones
políticas tuvieron implicancias fundamentales en las configuraciones familiares.
Otro tema a destacar, es quién queda adentro y quién queda afuera de lo que se entiende
por familia. En este sentido, hijos afuera del casamiento, hijos adoptivos e hijos
biológicos pueden gozar de diferente trato a la hora de ascender a la herencia, así como,
si hablamos de una mujer o un varón. La situación en que las relaciones amorosas se
desarrollan, también fueron y son definidoras de trato frente al derecho a la herencia, es
decir, casamiento, concubinato, unión estable, etcétera; así también, dependerá si se
trata de una unión hetero u homoafetiva. Todo esto se observa de acuerdo con las leyes
vigentes en cada periodo histórico y en diferentes sociedades (Rodriguez Pinto, 2009;
Gacto Fernández, 1984; Medina, 2001; Lepin Molina, 2014).
En el mismo sentido, están los derechos legales que transbordan las cuestiones
financieras, en relación a la familia tales como: las situaciones de internación
hospitalaria; el derecho a la adopción; la guardia de un niño; de intervención en el
ámbito escolar, etcétera. En fin, la otorgación de un derecho o la cobranza de un deber
quedan en cierta medida condicionadas por lo que es definido social, cultural e
históricamente por familia.
Podemos citar algunos caso como el chileno: “Si el matrimonio de los padres ha
terminado por muerte, al padre o madre sobreviviente se atribuye legalmente el cuidado
personal de sus hijos (artículo 224, inciso 1). Modificando la legislación anterior, la
Ley 19.585, de 1998, extiende esta regla legal de atribución al padre o madre que
hubiere reconocido al hijo no concebido ni nacido en el matrimonio de sus padres
(artículo 224, inciso 2). Es decir, el cuidado personal de hijos no matrimoniales lo tiene
el padre o la madre que lo ha reconocido; y ambos de consuno, si viven juntos”
(Rodriguez Pinto, 2009, p 545, grifos nuestros). “Quien tiene el cuidado personal del
niño, tiene el deber de criarlo y educarlo. Estos deberes incluyen muchas veces en la
práctica decisiones sobre salud, tratamientos médicos, elección de colégio, elección de
la religión en que educa el niño, etcétera. Pero no solo esto; quien tiene el cuidado
personal del niño tiene también la patria potestad (artículo 245, inciso 1). Tiene, por
tanto, la representatividad legal del niño y el derecho de goce y administración de sus
bienes” (Rodriguez Pinto, 2009, p 545).
En lo que dice respecto a la cultura es por medio de la familia como mediador que el
infante tiene los primeros contactos con lo cultural, desarrollando sus procesos
psíquicos superiores, apropiándose de los conocimientos desarrollados a lo largo de la
historia de la humanidad y entrando en contacto con conocimientos que van más allá de
su experiencia inmediata. Es en la familia, donde a través del lenguaje y el juego, que el
niño imita y crea en un proceso dialéctico elementos culturales que la familia le
transmite (Vygotski, 1997, 2010).
Nos interesa destacar acá cuatro momentos fundamentales del saber hacer de
la Psicología y de sus profesionales que deben estar bajo este cuidado: la producción
científica, la divulgación científica, la práctica profesional y la intervención social.
Relacionando estos cuatro momentos con la concepción de familia y sus implicancias en
la promoción y manutención de la salud de esta y de sus miembros.
Consideraciones finales
Referencias
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configuracoes subjetivas: reproducao assistida e familia monoparental femenina. Psico,
40 (1) 24-31.
Donoso Gárcia, S. (2016). La sangre como critério de acceso y perpetuación del poder
político desde el Antiguo Régimen y cómo llaman capacidad a lo que es sangre y sangre
a lo que es dinero. Un ejemplo de La Mancha. Sociología Histórica, 6, 475-507.
Lepin Molina, C. (2014). Los nuevos principios del desarrollo del derecho de familia.
Revista Chilena de Derecho Privado, 23, s/p.
Santos Borges, A. (s/d) Sao Luis: Eleições 2008 na Capital Maranhense. Peças novas
para um velho jogo. Universidade Federal do Maranhão. Recuperado en:
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Salvia, A. Tuñón, I (2005). Los jóvenes y el mundo del trabajo en la Argentina Actual.
Revista Encrucijadas, 36 25-50.
Josiane Sueli Beria realizó estudios de grado en la Universidade de Caxias do Sul, Rio
Grande do Sul, Brasil; y Universidade Federal de Mato Grosso, Mato Grosso, Brasil,
con especial formación en el campo de las teorías histórico-culturales. Diplomada en
por la Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina, sobre “Identidades,
narraciones de lo colectivo y afectos políticos: diálogos entre la psicología cultural y la
filosofía política contemporánea”. Actual doctoranda en psicología de la Universidad
Nacional de San Luis, San Luis, Argentina, en temas relativos a la inserción histórica de
conceptos y prácticas psicológicas en el campo de la educación. Becaria del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la República
Argentina.