Está en la página 1de 85

CAMARA EN LO CRIMINAL Y

CORRECCIONAL DE 11°NOM.
Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 13
Año: 2007 Tomo: 1 Folio: 154-206

EXPEDIENTE: 927482 - - BERNARD, LUCIO FABIAN - TORRES, HECTOR MARTIN - CAUSA CON

IMPUTADOS

SENTENCIA NUMERO:
En la Ciudad de Córdoba a veintiséis días del mes de abril del año dos mil siete,
siendo la oportunidad fijada para que tenga lugar la lectura de los fundamentos de la
sentencia, cuya parte dispositiva fue dictada con fecha once de abril del año dos mil
siete, en estos autos caratulados “BERNARD Lucio Fabián p.s.a. coacción, homicidio
calificado por el art. 41 bis, robo calificado con armas” (Expte. “B” 135996/06),
radicados en esta Excma. Cámara Undécima en lo Criminal, bajo la Presidencia del
Dr. Nereo Héctor Magi, e integrada por los Sres. Vocales Dres. Graciela Bordoy de
Pizzicari y Daniel Ernesto Ferrer Vieyra, y los Sres. Jurados Populares Titulares
Irma Higinia Vera, Mercedes Cristina Torletti, Gabriela Inés Álvarez Cienfuegos,
Teresa Ángela Muñoz, Eduardo Sabbatini, Felipe Fernández, Pablo Gabriel Bonzón y
Gustavo Gabriel Toledo y haciéndolo en calidad de Jurados Populares Suplentes
Adriana Mercedes Aballay, Elsa Oliva, José Antonio Roldán y Carlos Andrés Tesino,
con intervención del Sr. Fiscal de Cámara Dr. Diego Alberto Albornoz, con la
asistencia del Sr. Asesor Letrado Dr. Leandro Quijada como defensor del imputado
LUCIO FABIÁN BERNARD (a) “Angelo”, argentino, casado en proceso de
divorcio, y viudo de una segunda esposa fallecida en accidente de tránsito, de cuarenta

Expediente Nro. 927482 - 1 / 85


y dos años de edad, comerciante en venta de celulares y computadoras donde ganaba
aproximadamente unos quince mil pesos mensuales, trabajando en forma autónoma,
nacido en Córdoba Capital el 13/01/66, ha cursado el ciclo secundario completo y
terciario en comunicaciones y computación, domiciliado en Santa Ana 2087 Barrio ex
Quinta Santa Ana de esta Ciudad con sus padres en casa propia de estos, no padece
enfermedades, no es adicto al alcohol ni a las drogas, sólo toma las neurológicas
recetadas, hijo de Lucio Juan Antonio Bernard (Psicólogo) y de Juana del Carmen
Miranda (médica), tiene una condena en la Cámara Décima en lo Criminal, Prontuario
nº 386.670 Sección A.G.; a quien la Requisitoria Fiscal de elevación a juicio de fs.
263/274 le atribuye los siguientes hechos: PRIMERO: El veintiséis de Agosto de dos
mil cinco, a la hora veintidós y treinta minutos aproximadamente, el imputado Lucio
Fabián Bernard, junto a Héctor Martín Torres (prófugo), -habiéndose puesto de
acuerdo con anterioridad- se constituyeron con fines ilícitos, a bordo del automóvil
marca “Volkswagen”, modelo Gacel, dominio WMA-094, matrícula de carrocería
8AVZZZ30ZFJ002737, matrícula de motor UC917854, color marrón, propiedad de
Lucio Juan Antonio Bernard (padre del coimputado), en el domicilio sito en calle
Huascha Nº 3074 de Barrio San Pablo, correspondiente a Mirta Nidia Amalia García.
En ese lugar, la nombrada abordó el rodado -tal como había acordado previamente
con Torres-, a fin que éste la trasladara a la Terminal de Ómnibus. En esas
circunstancias, Héctor Martín Torres quien conducía el rodado y Lucio Fabián
Bernard, quien presumiblemente se había sentado en el asiento trasero del rodado, la
sorprendieron y redujeron mediante la exhibición de una arma de fuego de grueso
calibre, no determinado por la instrucción, tratándose de una pistola 9 mm . o un
revólver calibre 38, que presumiblemente pertenecía y era empuñada por Bernard. De
ese modo, -ahora contra su voluntad-, los coimputados trasladaron a García en el
asiento delantero del lado del acompañante, apuntándole Bernard desde atrás con la

Expediente Nro. 927482 - 2 / 85


referida arma, por un trayecto no individualizado por la instrucción, pero ubicable
hasta las inmediaciones de un campo cercano al barrio Ciudad Evita, por el camino a
Capilla de los Remedios, a seis kilómetros aproximadamente de Ferreira.
Presumiblemente en ese lugar, con la finalidad de consumar sus designios delictivos y
lograr la posterior impunidad de los coimputados, Bernard, previo descender del
rodado, le disparó a la víctima en la región frontal de la cabeza, en circunstancias en
que esta aún se encontraba en el asiento delantero del rodado. Este impacto ocasionó
finalmente, el traumatismo cráneo encefálico toráxico de García, causa eficiente de la
muerte de la misma, acaecida poco tiempo después. Seguidamente los coimputados se
apoderaron ilegítimamente de dinero en efectivo, aproximadamente pesos seiscientos
y efectos personales, que García llevaba en su poder, tales como un bolso azul de
plástico conteniendo una campera negra con piel en el cuello, una chaqueta de
terciopelo, cuatro pantalones de vestir, una máquina fotográfica marca “Kodak”,
cuatro remeras, un cuaderno con anotaciones y una cartera color negro, un bolso
color negro más pequeño con dos pares de zapatillas, un par de zapatos negros, una
caja con sábanas estampadas de dos plazas, un pantalón de jogging color negro, una
bolsa de caramelos, D.N.I. y un aparato celular marca “Samsung” modelo SPH – N
100, número de serie 00032851, con tapa color gris y negro. Tras ello se dieron a la
fuga, previo arrojar en un descampado sito en el lugar previamente referido, el
cuerpo agonizante de la víctima, quien falleció minutos después. SEGUNDO: El
veintisiete de Agosto de dos mil cinco, a la hora once aproximadamente, el imputado
Lucio Fabián Bernard, se habría constituido junto con Héctor Martín Torres, a
bordo del vehículo “Volkswagen”, Gacel, dominio WMA – 094, en el domicilio sito en
Manzana 24, Lote 3 de Barrio Ciudad Evita de esta ciudad, correspondiente a
Claudia Patricia Ponce. En ese lugar, y en el contexto de una conversación que tenía
con la nombrada en relación al hecho precedente, Bernard le habría manifestado “...

Expediente Nro. 927482 - 3 / 85


mirá si vos llegás a decir algo de todo lo que te conté y nos dan la cana por lo que
hicimos, a vos y a tus hijos los voy a cagar matando....-
A continuación el Tribunal se planteó las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA: ¿Existen los hechos y es su autor responsable el acusado?. SEGUNDA:
En su caso ¿Qué calificación legal corresponde aplicar? TERCERA: ¿Qué sanción se
debe fijar? y ¿procede la imposición de costas? Conforme lo establecido por los arts.
29, 41, 44 y concordantes de la ley 9.182 los Señores Miembros Titulares del Jurado
Popular responderán a la primera cuestión planteada, junto a los Señores Vocales,
doctores Graciela María Bordoy y Daniel Ernesto Ferrer Vieyra, en tanto las
cuestiones segunda y tercera serán fundamentadas por el Sr. Presidente del Tribunal,
Dr. Nereo Héctor Magi y sólo emitirán sus votos los Sres. Vocales de Cámara, Dres.
Bordoy y Ferrer Vieyra. A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA LOS
SRES. VOCALES DRES. GRACIELA MARIA BORDOY, DANIEL E.
FERRER VIEYRA Y LOS SRES. JURADOS POPULARES DIJERON: I) La
Requisitoria Fiscal de Elevación a Juicio de fs. 748/773 y el Auto de Elevación a
Juicio de fs. 786/807 le atribuyen a LUCIO FABIÁN BERNARD la supuesta
comisión de los delitos de Homicidio Calificado Criminis Causa, agravado por la
utilización de Arma de Fuego y Robo Calificado por uso de Arma de Fuego operativa
en Concurso Real en calidad de coautor (primer hecho) y autor de Coacción (segundo
hecho), todo en Concurso Real conforme los arts. 45, 80 inc. 7º, 41 bis; 166 inc. 2º -
segundo párrafo- y 55 del C.P. -primer hecho- y 45, 149 bis último -párrafo- del C.P. -
segundo hecho- y 55 del Código Penal.- II) Como cuestión previa, los miembros del
Tribunal técnico deberemos analizar los planteos realizados por el defensor del
imputado, durante la materialización del juicio plenario, del que da cuenta el acta del
debate, y del cual el Tribunal vertió su resolución, mediante la oralización de su parte
dispositiva tal lo dispuesto por el art. 380 C .P.P., correspondiendo por ende en esta

Expediente Nro. 927482 - 4 / 85


instancia fundamentar el razonamiento de aquel decisorio. Los mismos se reducen a lo
siguiente: El Sr. Asesor Letrado planteó la nulidad del Informe realizado por la
Cátedra de Diversidad Animal que obra a fs. 365/366, y que se practicara a fin de
estudiar la fauna cadavérica para establecer la data de la muerte de la señora García, ya
que a su criterio no se trata de un mero informe sino que en realidad constituye una
ampliación de la pericia de Autopsia y sobre su realización no se notificó al imputado
ni a su defensa técnica a fin de que propusieran, si lo consideraban necesario, perito de
control, violando de esta forma el derecho de defensa de Bernard por lo que este acto
procesal es nulo y de nulidad absoluta; y la inconstitucionalidad de las penas
perpetuas ya que las mismas atentan contra el fin último de la pena privativa de la
libertad que es el de rehabilitación y resocialización del condenado. Agregó que se
puede privar a una persona de su libertad pero no “ad eternum” ya que eso atenta
contra la dignidad humana y contra los derechos humanos y en consecuencia se violan
los Pactos Internacionales reconocidos por la Constitución Nacional e incorporados en
su art. 75 inc. 22. Asimismo indicó que a partir del año 2004 con el nuevo art. 14 del
Código Penal (Ley 25.992) y el art. 56 bis de la Ley Penitenciaria Nacional Nº 24.660
(incorporado por Ley 25.948) se excluye de la posibilidad de obtener la libertad
condicional o la libertad asistida a los condenados a prisión perpetua. Concluye
solicitando se declare la inconstitucionalidad de las penas perpetuas y
subsidiariamente se aplique a su defendido la pena prevista en el art. 79 del C.P. que es
una pena temporal. Finalmente hace reserva del caso federal en relación al pedido de
inconstitucionalidad planteado, para el caso que no se haga lugar al mismo. En la
misma oportunidad el Sr. Fiscal de Cámara respondió al planteo de nulidad indicando
que la misma no se da por tratarse de un informe solicitado a los fines de completar la
pericia originaria, la que se encontraba debidamente notificada a la partes, y en
consecuencia no se violó el derecho de defensa. En relación al planteo de

Expediente Nro. 927482 - 5 / 85


inconstitucionalidad dijo que la única limitación en nuestro ordenamiento jurídico en
relación a las penas es la pena de muerte, todo lo demás se encuentra dentro del
margen de legalidad, agregando que si eventualmente no le corresponde la libertad
condicional a Bernard, lo es debido a su calidad de múltiple reincidente. Examinados
minuciosamente encontramos que en ambos planteos realizados por la defensa, a
juicio de este Tribunal le asiste la razón al Sr. Representante del Ministerio Público. Se
dan razones: Nulidad: el informe cuestionado no constituyó una pericia en sí mismo
sino que se practicó para completar la pericia de Autopsia original a fin de precisar la
data de la muerte de Mirta García y fue solicitado por los médicos forenses para poder
responder acabadamente a uno de los puntos de la pericia ordenada. Que dicha pericia
fue oportunamente notificada tanto a la defensa como al imputado Bernard, quienes no
hicieron uso de la facultad conferida por el art. 237 del C.P.P., y vencido el plazo
previsto, perdieron la posibilidad de realizar el control del acto, por lo que no se ha
violado el principio de jerarquía constitucional de defensa en juicio y por ende no
existe nulidad alguna. No obsta que a fs. 369/370, los forenses, al completar la
autopsia ordenada y luego de contar con el informe entomológico la titularan
“ampliación de autopsia”, porque sin duda la misma constituye parte de la
originalmente ordenada. No resulta ocioso recordar que la “ampliación” cuestionada,
fue merituada por el Auto de Elevación a juicio, y la defensa en ocasión de ser
notificada, nada dijo. Tampoco lo hizo antes del plenario, sin perjuicio de aclarar que
aunque el imputado se encontraba debidamente representado en esas oportunidades
por letrados particulares, no había tomado intervención todavía en su defensa, el Sr.
Asesor Letrado Dr. Leandro Quijada que planteara la cuestión durante el debate.
Inconstitucionalidad de la prisión perpetua: Este Tribunal considera que el Sr.
Defensor ataca en abstracto la constitucionalidad de las penas perpetuas, ya que si bien
hizo referencia a los arts. 14 del Código Penal y 56 bis de la ley de Ejecución

Expediente Nro. 927482 - 6 / 85


Penitenciaria (24.660), no planteó concretamente la inconstitucionalidad de éstas
normas ni de la pena prevista específicamente en el art. 80 inc. 7º del ordenamiento
penal de fondo. Y manteniendo la argumentación esgrimida por el representante del
Ministerio Público, éste Tribunal considera que el único límite de la pena, es en
nuestro ordenamiento legal, el de la de muerte. En todo caso, correspondería en su
oportunidad efectuar el mismo planteo, pero en relación a la tramitación para la
obtención de la libertad condicional o la libertad asistida, que nada tiene que ver con
las penas taxativamente establecidas por los arts. 5, 6, 80 inc. 7º, concordantes y
correlativos del C. Penal. Finalmente, cabe agregar, que la prisión perpetua es la única
sanción prevista para el delito de Homicidio Criminis Causa por cual se acusa a Lucio
Fabián Bernard, por lo que no debe hacerse lugar tampoco a este cuestionamiento de la
defensa, sin perjuicio de tener presente la reserva del caso federal que el mismo
realizara.- III) El hecho que sustenta la acusación ha sido transcripto precedentemente
con lo que se ha dado cumplimiento a lo dispuesto por el art. 408 inc. 1º del C.P.P.-
IV) Al ejercer su defensa material en oportunidad de la audiencia de debate, con
debida asistencia técnica, el imputado Lucio Fabián Bernard negó el hecho atribuido y
se abstuvo de seguir declarando, solicitándose por secretaria la incorporación de la
declaraciones efectuadas por el mismo en la etapa instructoria, de las que surge que
Lucio Fabián Bernard, con la correspondiente defensa técnica, declaró por primera vez
el 19/10/2005 (fs. 489/490) y por segunda vez, en oportunidad de ampliarse la
plataforma fáctica el 07/11/2005, (fs. 603/304), donde asumió idéntica postura,
empero, en la tercera oportunidad, receptada a solicitud de su defensa, en presencia del
mismo, el incoado Bernard dijo textualmente “... Que va a declarar y no va a
contestar preguntas. Que respecto al Sr. Gastón, lo conoce porque se lo presentó el
Sr. Torres. Que nunca comió un asado en la casa de una tal “Gringa” que sea prima
de Torres. Que el único motivo por lo que conoció a Gastón fue porque éste

Expediente Nro. 927482 - 7 / 85


necesitaba trabajo y Torres lo llevó para que Gastón trabajara a nivel de cadete, en
relación de dependencia con el dicente. Que respecto del día del hecho que Gastón
dice que el dicente estuvo con él, a la mañana temprano fue citado por el Comisario
de la Ex Seccional 19, para que fuera a exponer en relación al robo que se había
realizado en su casa el jueves en horas de la madruga, al cual acude el CAP 1 y el
CAP 2 al llamado telefónico. Que el dicente se presenta a la Seccional 19 y la
Secretaria cuyo nombre no conoce, pero es esposa del comisario de Robos y Hurtos,
le dijo que el comisario no estaba y estaba en una reunión en la Central y que volviera
en horario de la tarde. Que de ahí se dirige a Río Segundo a ver una posible
representante de ventas que el dicente quería contratar. Que el dicente estuvo con ella
desde las diez o diez y treinta hasta las trece o trece y treinta hs.. Que luego se queda
en su casa con sus padres hasta las dieciséis horas en que se hizo presente en su
domicilio el comisario inspector del CAP 2 en esa época, cuya tarjeta personal va a
ser aportada por su abogado defensor, para acreditar que estuvo en su casa. Que el
comisario estuvo desde las dieciséis horas hasta las diecisiete y treinta o cuarenta y
cinco horas del día viernes veintiséis. Que ahí le solicita que declare en la seccional
19 con el comisario. Que el dicente va a la comisaría en su auto particular, el gacel
secuestrado. Que llegó como a las dieciocho o dieciocho con cinco minutos y ahí
estuvo hasta quince minutos antes de las veinte horas, en donde no había vuelto el
comisario de la reunión de la central, por lo que lo atendió nuevamente la secretaria.
Que ante ello el dicente le dice que se va a presentar el día lunes porque tenía cosas
que hacer. Que a las diecinueve y cuarenta y cinco le entrega el auto a Torres en su
casa, como tenía un ruido, Torres dice que lo llevaría a un taller mecánico conocido y
así lo hizo. Que el dicente fue a diferentes lugares, que minutos antes de las veintitrés
horas estuvo en Ciudad Evita y el auto, le fue entregado al dicente pasadas las cero
horas. Que ahí por motivos de diversión se dirigió a Villa Carlos Paz. Que respecto a

Expediente Nro. 927482 - 8 / 85


lo que dijo Gastón que lo invitaron a robar y otras cosas, se puede presentar una
prueba del SR. Gastón que llamó a la casa de los padres del dicente, donde él estaba
buscando su número de ANSES para entrar a trabajar con el dicente. Que niega
cualquier hecho delictivo en que se lo hubiera invitado a participar a Gastón, o que se
hubiera hablado de uno en su presencia. Que respecto de lo que dice Gastón en
relación a que el dicente anda siempre armado, el dicente fue en dos oportunidades
días antes a la casa de la novia de Gastón, cercano a Villa Boedo y en esas
oportunidades fue controlado por un móvil del CAP, que controló al dicente, a
Gastón, a Torres y al auto gacel, lo dieron vuelta y no encontraron ningún arma. Que
Gastón se ha comunicado pidiendo trabajo a la casa del dicente, ha hablado con sus
padres para llevarle papeles para trabajar, documento y número del Anses. Que este
teléfono 4870912 está intervenido hace varios años por la causa Maders y de ahí se
puede sacar lo que el dicente refiere. Que incluso una vez llamó una tía de Gastón
buscándolo en la casa del dicente, al celular del dicente. Que con respecto a Gastón,
nada más. Que con respecto a la Sra. Claudia Ponce que le atribuye las amenazas del
día lunes a las nueve de la mañana, ese día está el acta de secuestro del gacel, que se
hizo a las nueve de la mañana, por lo que no pudo haber estado en dos lugares al
mismo tiempo. Que respecto a lo otro que declaró a Ponce es verdad, en relación a
que el dicente estuvo a veintitrés horas del viernes es verdad, pero no las parte en que
la amenazó ni que estuvo el lunes a las nueve. Que le parece extraño que no haya
declarado las amenazas en una primera instancia y sí lo haya hecho en la segunda
declaración. Que respecto a la declaración de Marcela Fabing, que dice que el
dicente le ofreció a su hija un arma nueve milímetros, primero nunca ofreció una 9
mm , si le ofreció a su hija Marcia, una Bersa calibre 22, que fue el arma que le
secuestraron en la causa anterior, todo por una causa de amenazas hacia a su hija.
Que la relación con Marcela Fabing es muy mala, por lo que nunca le puede haber

Expediente Nro. 927482 - 9 / 85


visto un arma, porque no tienen diálogo ni se ven desde 1997. Que ha aprovechado y
ha demandado a los padres del dicente, por cuota alimentaria de seiscientos pesos.
Que Gastón no vive en el domicilio que declaró. Que el dicente cree que hay una
relación entre Gastón y Torres...”. Asimismo en el transcurso del debate manifestó su
voluntad de declarar, aun en contra del consejo de su defensor, manifestando el mismo
que no va a contestar preguntas, y haciendo algunas consideraciones que estimó útiles
en relación a lo que han expresado la psicóloga y el psiquiatra oficiales que depusieran
en el debate y aclarando sobre denuncias que tiene efectuadas contra la policía y los
antecedentes académicos de sus padres y hermanas, omitiendo toda mención relativa
al hecho que se investiga. IV) Durante el juicio se recepcionaron los siguientes
elementos probatorios: DECLARACIONES TESTIMONIALES: compareció al
debate en primer término Elina Albina García, quien manifestó que Mirta Nidia
García era una de sus tres hermanas, quien desde hacía unos años vivía sola en el
domicilio sito en calle Huascha nº 3074 de barrio San Pablo, a raíz de la muerte de su
esposo, años atrás y el casamiento de uno de sus tres hijos que vivía con ellos en
Córdoba, en tanto los otros dos hijos se habían quedado viviendo en Buenos Aires.
Que a pesar de vivir sola, Mirta era muy visitada por los familiares y su hijo, por ello
la deponente la visitaba día de por medio. Que Mirta era una persona sana, culta,
lúcida, que se manejaba sola, sin dificultad. Que tenía un buen pasar económico, ya
que cobraba una pensión de su marido de quinientos pesos aproximadamente y tenía
dos inmuebles alquilados por los que percibía alrededor de seiscientos cincuenta
pesos, era muy ahorrativa y buena administradora y siempre tenía unos pesos
ahorrados; que era muy cordial, dócil y buena, por lo que no cree posible que haya
estado enemistada con alguien, como tampoco que tuviere una relación amorosa; se
llevaba bien con todos los vecinos y tenía muy buena relación con un joven que vive
justo al frente de su casa, de nombre Pedro, ya que conocía a su familia, que era un

Expediente Nro. 927482 - 10 / 85


chico muy bueno, y que era muy querido en todo el barrio, además hacía arreglos,
cortaba el césped y cosas así. Que por el mes de mayo de dos mil cinco Mirta le pidió
a Pedro que le hiciera unos arreglos en su casa, pero como Pedro no podía, le presentó
a un tal “Torres” como una persona de confianza. Que por el mes de julio del mismo
año Mirta llamó a una remisería del barrio desde el teléfono fijo de su casa, y al
ascender a un auto marrón u ocre se encuentran con que el chofer era Torres y cuando
su hermana le preguntó “...que hace aquí...”, le dijo que como estaba sin trabajo su
cuñado le prestaba el auto para trabajar de remis. Que las llevó y las pasó a buscar. En
otra ocasión que necesitaban remis, Mirta dijo que lo llamaría a Torres que parecía
buen tipo y lo necesitaba, por lo que siempre que necesitaban remis lo llamaban a él.
Que a ella no le gustaba mucho, era callado y observador, hablaba poco y siempre
miraba, como atento a todo y ese tipo de personas no le gustan. Que el día viernes
26/08/2005 llegó a la casa de Mirta en horas de la mañana y se quedó a almorzar, y
también estaba una vecina a la que le dicen la catamarqueña. Que comieron alrededor
de las 13.30 hs. y ella preparó un guiso de lentejas con pollo, que Mirta comió mucho.
Que tenía problemas de digestión lenta y que a la noche no iba a comer antes de viajar.
Que luego de comer la ayudó a hacer las valijas, ya que ese mismo día a las 23.00 hs.
se iba a Buenos Aires al cumpleaños nº 40 de su hijo Carlos. Le comentó que había
comprado regalos para sus hijos y que había sacado el boleto en la Empresa General
Urquiza. Que el equipaje consistía en un bolso azul grande plástico y otro del mismo
material de color negro, pero más pequeño. En el bolso azul de plástico había una
campera negra con piel en el cuello, una chaqueta de terciopelo, cuatro pantalones de
vestir, una máquina fotográfica marca “Kodak”, cuatro o cinco remeras, un cuaderno
con anotaciones y una cartera color negro. En el bolso chico de color negro más
pequeño llevaba dos pares de zapatillas unas chatitas Adidas de color azul y otras
Dunlop de color gris, un par de zapatos negros, ropa interior, una caja con sábanas

Expediente Nro. 927482 - 11 / 85


estampadas de dos plazas, un pantalón de jogging color negro, una bolsa de caramelos
de la caramelería Royal y dos quesos cáscara colorada. En tanto en el bolso de mano
de color negro con letras blancas llevaba un D.N.I., dinero en efectivo,
aproximadamente pesos seiscientos y un aparato celular marca “Samsung” modelo
SPH – N 100, número de serie 00032851, con tapa color gris y negro. Que en la
oportunidad vestía zapatillas negras marca Reebok, pantalón azul, no recordando que
llevaba arriba, y siempre llevaba anillos de oro y alianzas. Que ella estuvo con su
hermana hasta las 18.00 hs., pero Mirta le dijo que ya tenía el pasaje para las 23.00 hs.
y que ya había arreglado para que Torres la pasara a buscar y la llevara hasta la
terminal en remis. A la hora veintidós y quince aproximadamente, Mirta la llamó por
teléfono para saludarla y avisarle que ya la pasaba a buscar el “remisero” para llevarla
a la terminal. Mirta siempre se refería a Torres como “el remisero”, ya que era quien
siempre la trasladaba. Que si hubiese sido otro se lo habría dicho, era el muchacho que
vivía con Pedro, que se llamaba Héctor y que su auto era medio viejón. Que ya había
puesto la alarma y cerrado la casa, que ella le dijo si iba a salir tan tarde, pero la
tranquilizó diciendo que el remisero ya venía. Que a Torres lo veía siempre solo o con
Pedro. Que Mirta tenía muy buena salud. Que la casa se encontraba en perfecto estado,
tal como la había dejado, que al boleto lo llevaba en la cartera de mano, y lo sabe
porque ella misma lo puso en ese lugar. Por último reiteró enfáticamente “... a las
veintidós y quince horas hablé por teléfono con mi hermana y me dijo que el remisero
que la iba a llevar a la terminal era Pedro, vecino suyo de la calle Huascha...”; de
Walter Arcadio Juncos, hijo de la víctima, quién refirió que debido al conocimiento
de que su madre viajaba a Buenos Aires, el día viernes 26/08/2005, siendo las 20.30
hs. la llamó por teléfono para despedirla y hablaron de cosas normales, entre otras, que
ese mismo día a la mañana había cobrado los alquileres de dos propiedades, que a los
perros los cuidaría Pedro, un vecino. Que esta persona tiempo atrás le había presentado

Expediente Nro. 927482 - 12 / 85


un amigo, que le había hecho unos arreglos en la casa, recordando que él le recalcó
que tuviera cuidado con los desconocidos, a lo que le respondió que estaba confiada,
porque era amigo de Pedro. Que después se enteró de que solía tomar mates con el tal
Torres. Que el sábado 27/08/2005, siendo las 19.00 hs. toma conocimiento de que
había llamado su hermano Carlos de Buenos Aires y le había dicho que su madre aún
no había llegado. Que a las 22.00 hs. se comunica con su hermano y este le dice que
había hecho varias averiguaciones y que su madre no había utilizado el pasaje y por
ende no había llegado a Buenos Aires. Que después de hacer la exposición se dirige a
la casa de su madre y con un vecino de mucha confianza de su madre, de apellido
Ríos, único que tiene una llave de la casa (Pedro solo tiene el de la verja que da al
patio), ingresan a la vivienda, la cual se encontraba en perfecto estado. Que decidió
entrevistar a Pedro, a fin de que le aporte algún dato, pero a pesar de llamar
insistentemente y estar acompañado de dos policías no fue atendido, hasta que le padre
de Pedro le da los números de los celulares de Torres y Pedro; como el primero no lo
atendía, llamó a Pedro, quien le dijo que el viernes a la tarde vió a su vecina, quien le
dio la llave de la verja y no volvió a verla. Después habló con una amiga de su madre
de nombre Lidia o Nidia, la cual se mostró sorprendida, ya que Mirta la había llamado
a las 22.00 hs. para despedirse, recomendándole cuidado, pero la tranquilizó
diciéndole que ya había arreglado con Héctor, el amigo de Pedro para que la pasara a
buscar. Que busco por la remiserias del barrio sin resultado. Que se volvió a
comunicar con Héctor, con quien quedó en encontrarse en la casa de su madre. Que al
llegar lo vio por primera vez, diciéndole que si bien Mirta le había solicitado que la
trasladara a la terminal, como a las 20.30 hs. le dijo que como su auto sufrió un
desperfecto no iba a ser posible, que luego Mirta lo llamó y le dijo que no se
preocupara que ya había conseguido otro remis. Que Torres llegó a su casa como a las
diez, solo y en un auto Gacel, por su actitud, ya que no lo miraba a la cara, se notaba

Expediente Nro. 927482 - 13 / 85


que Torres le ocultaba algo. Que a los días los policías les dijeron que habían
secuestrado un auto y después en la central con su hermano lo vieron y tenía unas
bandas colocadas en sus puertas... Que al llegar a Córdoba su hermano Carlos le dice
que al intentar comunicarse con el celular de su madre, en una oportunidad lo atiende
una mujer, quien le dijo que al celular lo había encontrado su hermano en Carlos Paz,
pero luego no volvieron a atender. Que su madre era de carácter extrovertido y era
“...de comentar sus cosas a los vecinos....”; de Sandra Ethel Pedraza, sobrina de
Mirta García, quien dijo que la última vez que vio a su tía fue aproximadamente el
18/08/2005, oportunidad en que la misma ya estaba planeando el viaje para Buenos
Aires con mucha alegría. Que el día viernes 26/08/2005, su madre pasó gran parte del
día con su tía Mirta e incluso la ayudó a preparar los bolsos, uno de los cuales era el
mismo de siempre de color azul no muy oscuro, con gris, con algunas letras, de tela de
avión, tamaño grande y otro que había adquirido recientemente. Que alrededor de las
18.15 hs. llamó al fijo de su tía para preguntarle por su madre, quien ya se había
retirado. Estuvieron charlando un rato sobre la cosas que llevaba y que ya tenía el
pasaje para las 23.00 hs. Que alrededor de las 22.15 hs. del mismo día, Mirta llamó a
su casa y la atendió la dicente, diciéndole que ya se iba y que estaba esperando al
chico de Pedro, luego le pasó el teléfono a su madre, a quien le dijo lo mismo,
diciéndole su madre si no estaba saliendo tarde, a lo que dijo que no, que el chico de
Pedro llegaba a las 22.30 hs. y que desde su casa llegaba bien a la terminal. Que a
quien menciona como chico de Pedro, es un amigo de Pedro, quien vive al frente de la
casa de su tía, es un remisero de nombre Héctor de mayor edad que Pedro y que vive
en la casa de éste. Que maneja un vehículo de tamaño mediano, viejo, color
marroncito o doradito, que el solo es el chofer, porque el auto es de un cuñado. Que su
tía no llevaba más de seiscientos pesos, que no tenía problemas de salud como para
confundirse o perderse y que en ningún momento pensó que había cambiado de

Expediente Nro. 927482 - 14 / 85


opinión y no viajar. Que se entera de lo acontecido por una llamada de su primo
Walter y que desde se momento colaboró en su búsqueda. Que en reiteradas
oportunidades llamó al teléfono celular de su tía y siempre la pasaba a la casilla de
mensajes, hasta el día domingo 28/08/2005 alrededor de las 13.00 hs. es atendida por
una voz femenina con tonada rara, como extranjera, joven, quien le dijo que había
encontrado el celular, y como ella le dijera que era de una señora mayor que suele
perderse, le dijo que un hermano se lo había entregado el cual lo había encontrado en
Carlos Paz; que a la persona que la atendió la notó tranquila, y que estaba esperando
que alguien la llamara para devolverlo. Que desconoce si su tía mantenía alguna
relación amorosa. Que su tía conocía a Héctor a través de Pedro, quien le había
efectuado unas reparaciones en su casa; que además “...contaba todo, conversaba con
todo el mundo, el viaje era conocido...”; de Pedro Miguel Negrelli, quien manifestó
ser vecino de Mirta García, con quien tenía muy buen trato. Que Mirta se relacionaba
con todos en el barrio pero mas con una pareja –Armado y su esposa- que residían a
dos casas de la suya, desconociendo si tenía problemas con alguien. Que a Torres, a
quien apoda “viejo”, lo conocía desde el año 1978 en una fiesta, después estuvo como
diez años preso por robo y drogas, recuperando la libertad a fines del año 2004. Que
unos cuatro meses a la fecha -29/08/2005- Torres fue a vivir a su casa, compartiendo
la habitación con el dicente y su padre, y como no tenía trabajo le colabora a él con
trabajos de albañilería, entre otros le colocó una ventana a Mirta García y le hizo unos
trabajos de pintura. Así Torres llegó a conocerla, se hicieron amigos, primero iba
tomar mates y como al mes iniciaron una relación amorosa, no formal; que sabe por
dichos de Torres que Mirta lo llamaba a su celular –156-511954-, Torres iba, tenían
sexo y luego regresaba a su casa. Que la relación era en esos términos, es más Torres
nunca se quedó a dormir en la casa de Mirta, ya que ésta tenía miedo de llegara su
hijo; cree que la última vez que la visitó fue un día de la semana pasada –anterior al

Expediente Nro. 927482 - 15 / 85


29/08/2005-. Que aproximadamente dos meses atrás comenzó a manejar el remis de un
amigo y dejó de trabajar con el dicente, pero siguió viviendo en su casa, el auto era un
Volkswagen Gacel de color marrón de los primeros modelos, pero estaba en buenas
condiciones, no estaba chocado, estaba prolijo, ni sucio ni limpio. Que lo hacía como
remisero trucho, que no trabajaba para ninguna agencia, ni llevaba a vecinos del
barrio, solo a Mirta, pero no en forma habitual. Que desconoce en que zona trabajaba y
no le vio utilizar radio para comunicarse. Que trabajaba todos los días y algunos fines
de semana; el dueño del remis llegaba a buscarlo en el Gacel entre las 08.30 y las 9.00
hs. y luego lo traía a la tarde, ya que cuando él regresaba de trabajar alrededor de las
18.00 hs, Torres ya estaba en la casa. Que por lo que sabe el dueño lo dejaba y seguía
en el Gacel. En ocasiones llegaba a la madrugada. Que nunca le presentó al dueño del
auto y solo lo vio en un par de ocasiones y sabe que eran amigos. Que se trataba de un
hombre de cincuenta años aproximadamente, de 1.80 metros de estatura, cabello corto,
negro, delgado y que vivía en barrio Alberdi. Que el día viernes pasado –26/08/2005-
se fue a trabajar temprano, en tanto Torres quedó a la espera de que lo vinieran a
buscar. Que cuando regresó a las 19.30 hs. con su amigo Fabián, Torres se encontraba
en la casa junto a su padre. Que como sabía que Mirta viajaría esa noche a Buenos
Aires, se cruzó para buscar la llave de la reja, del portón y del patio, para darle de
comer a los perros y regar las plantas, pero no tiene llave de la casa. Que no la
encontró pero cuando esta lo vio desde la casa de Armando se vino, lo hizo pasar, le
convidó un sándwich y yogurt y le dio las recomendaciones. Que le preguntó por
Torres pero no lo mandó a llamar. Que entre la hora veintiuna y treinta y veintidós del
veintiséis de agosto, Torres fue a saludarla, momento en que el dicente ingresó a
bañarse y cuando salió Torres ya había regresado. Le comentó que Mirta le había
pedido que la llevara a la terminal, pero él le había dicho que no podía porque el auto
tenía el semieje roto. Que en medio de ésta situación, alrededor de las 22.00 hs. llegó

Expediente Nro. 927482 - 16 / 85


un conocido de nombre Hugo Martínez a pedirle un presupuesto y cuando lo estaba
haciendo, Torres salió corriendo de su domicilio manifestando “... me vienen a
buscar...”, y aunque no vio, ni lo escuchó (aclarando que tiene problemas de audición)
quien era, pensó que era el remisero, porque era el único que iba a buscar a Torres. En
oportunidad de la audiencia de debate dijo textualmente “...creo que era él el que lo
venía a buscar a Torres. A veces venía de traje. Estoy seguro, creo que era él....”. Que
al salir Torres vestía una campera de cuero color marrón y un jeans azul desteñido.
Que como a las 22.20 hs ó 22.30 hs. salió hacía la parada de colectivos, pero no prestó
atención a la casa de Mirta, por cuanto no puede decir si estaba o no. Que a las 04.00
hs., ya del veintisiete de Agosto, cuando regresó a su casa, Torres ya estaba durmiendo
y a las 8.30 hs. aproximadamente, cuando él salía a trabajar, Torres estaba afuera
esperando el Gacel y vestido con la misma ropa que la noche anterior. Que al regresar
a la noche no estaba, pero su padre le dijo que había venido a buscar una campera y
después volvió a salir, sin hacer ningún comentario. Que en la madrugada del día
domingo recibió la llamada de la nuera de la Sra. Mirta, preguntándole si sabia algo, a
lo que le dijo no. Que se levantó alrededor de las 9.00 hs. y Torres no había vuelto;
que lo volvió a ver a las 17.00 hs. en la vereda de la casa de Mirta, con el hijo de ésta;
después regresa a su casa, y seguía vestido con la misma campera de cuero de color
marrón, y le comentó que el hijo de Mirta le había preguntado si sabía algo de su
madre, pero que él les había respondido que no. Que al rato llegó la policía y les
preguntó si sabía cuales eran las remiserías y no obstante decirles, le pidió que lo
acompañaran, lo que así hizo. Que después se fue con su padre a la Iglesia y volvió
tipo 23 hs. y Torres estaba en su casa, se preguntaron mutuamente sobre Mirta, pero
ninguno sabía nada de ella. Se fueron a dormir y al otro día alrededor de las 8.30 hs.,
se fue a trabajar y Torres dijo la mismo, pero cuando volvió ya no estaba y no volvió a
verlo; de Claudio Marcelo Montes, manifestó que posee un taller mecánico en el

Expediente Nro. 927482 - 17 / 85


domicilio sito en Cangallo Nº 2669 de Barrio Primero de Mayo, desde hace varios
años, trabajando en el mismo con su hermano gemelo. Que el día domingo veintiocho
de agosto alrededor de la hora doce, mientras se encontraba regando el patio, se acercó
un nombre al que conoce solamente como Lucio y le pidió que le hiciera una boleta
como si le hubiera cambiado el rulemán a su vehículo (VW Gacel) para presentársela
“...a un chango...”, sin dar más explicaciones. Que se lo notaba muy nervioso, y en los
cinco minutos que permaneció en el taller se fumó dos cigarrillos. Que el dicente tomó
el talonario de los presupuestos e hizo la boleta. Que Lucio le dijo que tomara nota,
que él le dictaba, por lo que puso la dirección del taller, el nombre de Lucio y su
apellido que no lo recuerda, también se lo dictó, así como el número de cuit y todo el
contenido de la boleta, es decir el cambio de rulemán, haciendo mucho hincapié en la
hora que entregaba el auto y la hora de devolución del mismo. También le dijo que la
supuesta devolución debía aparecer como hecha personalmente por el testigo en el
Barrio Ciudad Evita. Ello le pareció raro a Montes, por lo que al preguntarle a Bernard
el porqué de la constancia de la hora, lo único que le contestó fue porque ese era el
horario en que el auto estaba roto. Apenas agarró la boleta se la guardó en el bolsillo y
le dijo que si la cana iba a preguntar, Montes le tenía que decir que el auto había
estado en el taller, que le había cambiado el rulemán, le había cobrado cuarenta pesos
y se lo había devuelto el veintiséis de agosto a la hora veinticuatro y treinta (es decir
ya del día veintisiete). Asimismo le dijo que no pasaba nada, que se quedara tranquilo,
pero lo notó muy nervioso, hablaba de una forma muy tenso, como preocupado por
algo, muy inquieto. Que no le cobró nada pero le dio diez pesos “para la Coca” le dijo.
Que si bien no recuerda el apellido del sujeto ni a que se dedicaba, si su nombre,
Lucio, aunque le dio una tarjeta, pero no la leyó. Que se trataba de un hombre de
aproximadamente cuarenta y cinco años, grandote, de aproximadamente un metro
ochenta de estatura o más, medio gordo, cabello colorado o medio castaño claro, como

Expediente Nro. 927482 - 18 / 85


teñido y que siempre sabía andar bien vestido. Por último manifestó que la boleta la
hizo apoyado en el capot del auto y que alcanzó a ver dos bolsos en la parte de atrás
del vehículo Gacel VW WMA 094 conducido por Bernard, y una campera de cuero
color marrón arriba de los bolsos, es decir algo marrón, tipo madera mas bien oscuro,
lo que si esta seguro es que había dos bultos, no muy grandes, como si fueran bolsitos,
según le pareció. Que no notó otra cosa rara, salvo que el auto estaba lleno de tierra,
como si hubiera andado en un camino de tierra, porque estaba cubierto de polvo, no
con mugre de varios días, sino con tierra bastante sucio; Claudia Patricia Ponce,
relató que vive junto a su familia en barrio Villa Ciudad Evita y conoció al imputado
por parte del padre de sus hijos, de apellido Nievas, ya que estuvieron presos en el
penal y cuando Bernard salió en libertad solía ir a visitarlo, trabaron una relación de
amistad y a partir de ese momento la visitaba en un promedio de tres veces por
semana, haciéndolo en cualquier hora del día o de la noche. Que cuando se enteró de
un problema que tuvo su hijo –al que le habían pegado en la mano-, se ofreció a
ayudarla, “...mis hijos también lo conocen y le dicen tío...”. Que la ha ayudado con
mercaderías y la ha trasladado en su auto de un lugar a otro. Que se conducía en un
automóvil Volkwagen color marrón, modelo viejo y la mayoría de las veces iba
acompañado del chofer de apellido Torres, ya que son remiseros. Que el día viernes
veintiséis de agosto del año dos mil cinco, alrededor de las 23.30 hs., mientras se
encontraba en su domicilio junto a su concubino Luis Ortega y sus cuatro hijos,
comiendo un asado, llegan Lucio y Torres en el auto de Bernard y como estaban
comiendo los invitó. Que Bernard le pidió permiso para lavarse las manos antes de
comer, al igual que el otro hombre que vino con él de apellido Torres. Que Lucio
vestía pantalón vaquero, cree que chomba gris y pullover blanco, cuello redondo y
zapatillas, en tanto Torres vestía vaquero y pantalón celeste, recuerda que hacía frío.
Que los notó que venían algo tomados, pero lúcidos. Que Lucio estaba delirante como

Expediente Nro. 927482 - 19 / 85


siempre, hacía bromas, chistes, se lo notaba igual que siempre, en cambio Torres
estaba muy nervioso, fumaba mucho, alrededor de seis o siete cigarrillos en media
hora, se lo notaba intranquilo, como con ganas de irse rápido. Que después de tomar
una cerveza, y comer algo, alrededor de las 00.00 hs. se retiraron, a instancias de
Torres. Que al rato reciben un llamado al celular del chofer –Torres-, luego de lo cual
se retiran del lugar. Que al día sábado siguiente (27/08/2005), como a las 11.00 hs., se
encontraba sentada en la verja de su casa, mientras su hija Maria Soledad se
encontraba regando el jardín, cuando llega Lucio con Torres a bordo del mismo auto y
como siempre manejaba Torres. Que también se encontraba presente un vecino de
nombre Robert Soto y tras ingresar a la casa e ir al baño salió, abrió las puertas de
atrás del auto y sacó el asiento trasero del vehículo, no el respaldar y lo traslada al
interior de la casa y justo cuando entra la deponente y Robert Soto ven cuando Bernard
metía la mano dentro de la goma espuma del asiento del automóvil, como buscando
algo. Que en presencia de ella y Robert, Lucio toma el asiento nuevamente y lo lleva a
la puerta, lo apoya en la verja y le pide la manguera a su hija y comienza a lavar el
auto. Que lo lavó bien, hasta las gomas manguereó, incluso con las puertas abiertas
salpicaba a propósito agua hacia el interior del auto. Que el auto no estaba tan sucio
para que lo limpiara tanto, mientras Torres permanecía apoyado en la verja. Que no
era la primera vez que lavaba el auto en su casa. Que una vez que Lucio termino de
lavar el auto y acomodar el asiento, le pidió a la deponente que entraran, que tenía que
hablar con ella. Que al preguntarle que pasaba, Lucio le dijo textualmente “...mirá, si
la policía te pregunta vos tenés que decir que yo anoche estuve acá desde las 21.30 hs.
hasta las 00.45 hs...”. Que varias veces le preguntó qué pasaba, y ante la insistencia y
en un diálogo confidente le dijo textualmente “...no, aquellos otros se echaron un
moco, apretaron a una vieja y se les fue la mano...”, haciendo referencia a Torres y
seguramente a otra u otras personas más. Entonces le pregunto “Y vos tenés algo que

Expediente Nro. 927482 - 20 / 85


ver?”, y Lucio haciendo un gesto con su cara, con mirada burlista y de reojo, como
asintiendo, le dijo “Y vos que pensás”, para seguidamente decirle “mira, si vos llegas
a decir algo de todo lo que te conté y nos dan la cana por lo que hicimos, a vos y a
tus hijos, los voy a cagar matando”. Seguidamente Torres recibió un llamado
telefónico al celular y le dijo que debían irse. Que como cada vez que hablaban por
celular lo hacían en voz muy baja, como a escondidas, siendo imposible saber de que
hablaban. Que esto pasó alrededor de las 12.00 hs. y estaban vestidos como la noche
anterior y no se los notaba cansados o trasnochados. Cabe agregar que en ningún
momento vio a algunas de estas personas armadas, pero Lucio siempre dijo que había
sido militar y por eso andaba armado, incluso en varias oportunidades lo vio
armado con pistola como las que usa la policía –la llevaba en la cintura-, no así
Torres. Que es más en una oportunidad llegó a su casa vestido de militar y armado,
diciendo que trabajaba en el destacamento de la calera, con un cargo muy alto. Que si
bien no conoce al circulo de éstas personas, pero siempre andaban en algo raro, en esa
oportunidad estaban muy raros, alguna macana se habían mandado. Que cada vez que
Lucio iba a su casa lo hacía acompañado por Torres, pero unas dos semanas atrás al
hecho que relata, Lucio fue acompañado de un sujeto de unos 20 años de edad, tez
blanca, delgado, de cabellos cortos, ondulados y castaños, de 1.75 metros de estatura,
desconociendo nombre y relación que tenía con Lucio. Aclaró que siente mucho miedo
por las amenazas que éste le profirió, ya que ella sabe muchas cosas de Lucio y éste
conoce que las sabe y además le hablaba como muy serio y muy seguro. Que ni bien
Lucio se va de su casa a ella le queda la duda del porque tenía que mentir en el horario
que había estado en su casa, y esta duda crece cuando ve por televisión en un noticiero
sobre la desaparición de una mujer, cuando nada se sabía de ello al menos por la
prensa, es decir que Lucio algo ocultaba, ya que hizo referencia por la perdida de una
mujer. Que el día veintinueve de agosto de dos mil cinco como a las 8.30 o 9.00 hs. la

Expediente Nro. 927482 - 21 / 85


dicente lo llamó por teléfono a Bernard, ya que se había quedado pensando en lo que
había pasado el sábado y quería aclarar las cosas, sobretodo porque había amenazado a
sus hijos. Que como a las 9.30 hs. ó 10.00 hs. llega Bernard a su casa solo y a pie,
vestía sobretodo negro y botines. Que lo notó diferente a su habitual forma de ser,
estaba como más buenito, más tranquilo, no le habló como el sábado, sino más
amable. Que Bernard le dijo que la policía la iba a llamar, que estaba preocupado,
porque le habían retenido el auto, que le volvió a reiterar que “aquellos se echaron un
moco con una mujer a la que apretaron”. Le dijo que lo disculpara, pero que le tenía
que pedir un favor, que recordara decirle a la policía en el horario en que el y Torres
habían estado en su domicilio el día 26/08/05, recalcándole que lo habían hecho desde
las 21.30 hs. y hasta pasadas las 0.00 hs. Que insistió mucho y se lo notaba muy
preocupado. Que cuando apareció su hija, Lucio se calló y al ratito se fue. Que la
ultima vez que lo vio le preguntó donde estaba Torres y le dijo que lo había ido a
buscar y que no estaba porque se había ido a la casa de la hermana. Que ante una
pregunta del defensor de si creía que Bernard había participado en el hecho dijo “...yo
no creía porque era como de la familia..”. Después no lo volvió a ver y se enteró por la
tele que Lucio estaba preso; Gastón Ulises Farias, dijo que aproximadamente en el
mes de julio del año dos mil cinco, conoció a Lucio Bernard y a Héctor Torres en un
asado en la casa de una amiga en común, una tal “Gringa” de barrio Empalme. Que
enseguida entraron en confianza, que tenían en común que eran “choros” y
“malandras” y en el mismo asado quedaron de acuerdo en que lo iban a pasar a buscar
para hacer “un laburito”, tales como “....levantar un auto, hacer una casa etc...”. Es así
que durante un mes tuvo mucho contacto con los nombrados, a quienes pudo conocer
bastante bien, a raíz de los “laburos”. Que Lucio era un tipo muy carteludo,
inteligente, que se hacía el loco para pasarla bien, muy agradable en su trato, que le
metía el perro a cualquiera, pero por su forma de ser era muy querido y respetado en el

Expediente Nro. 927482 - 22 / 85


ambiente. Que en una oportunidad Bernard le contó que cuando estuvo internado en el
Neuro, se charló a todos los médicos y después le dieron la libertad; en tanto Torres
era un tipo más tranquilo y de carácter dócil, manejado permanentemente por Lucio.
Que Bernard tenía un automóvil VW Gacel color marrón que lo trabajaba como remis
y era Torres quien lo conducía. Señaló que el lunes de la semana en cuyo viernes
Bernard y Torres, cometieron el hecho contra la “viejita García”, en horas del
mediodía, ambos se presentaron en dicho vehículo en la casa del deponente y salieron
a dar un par de vueltas en el auto. En esa oportunidad escuchó comentarios que Torres
decía que la señora del frente era “medio novia” de él –al menos éste contaba que
mantenía relaciones sexuales con las misma- y que le había pedido que el viernes a la
hora veintidós y treinta o veintitrés fuera a buscarla para llevarla a la terminal de
ómnibus debido a que debía viajar a Buenos Aires. Y que ésta mujer iba a cobrar la
jubilación el día anterior y seguramente viajaría con unos pesos, a lo que Bernard dijo
“bueno hay que ajustarla, pero la vamos a tener que matar, porque te conoce a vos
Torres”, a lo que éste le respondió “no como la vamos a matar si es una vecina, me
compromete”; sin embargo Lució le dijo “Loco, dale que tenemos muchas deudas
pendientes, hay que pagarlas, mira que la otra vez te ayudé, no me dejes regalado”,
diciéndole Torres “anda con el pendejo” –refiriéndose al deponente-, a lo que Lució
dijo “no, el pendejo no sabe, no esta capacitado”. Que en medio de la conversación
Lucio decía que Torres pasaría a buscar a la víctima a la hora indicada: Que una vez en
el auto le diría que pasarían a buscar al dueño del auto –que iba a estar en la casa de
Claudia Ponce en barrio Ciudad Evita-, antes de llegar a la terminal. Que de esa
manera ya quedaron de acuerdo en que Lucio subiría en la casa de Claudia Ponce
donde solían juntarse y dentro de la planificación, Bernard señaló que la llevarían a
Camino a Capilla de los Remedios, para matarla y enterrarla; recordando que en el
baúl Bernard siempre tenía una pala de punta. Que Bernard utilizaría en el hecho su

Expediente Nro. 927482 - 23 / 85


propia arma de fuego, tratándose de una pistola 9 mm . color gris opaco, la que
siempre llevaba encima; asimismo manifestó que Bernard dijo que utilizaría una
botella de plástico como silenciador, colocándola de boca, sobre la punta del caño del
arma y sujetando la misma con cinta para evitar que se suelte, lo que hace que cuando
se efectúa un disparo, el proyectil corra por el espacio del cilindro plástico, perforando
la base de la botella y dando en el objetivo sin que se produzca estruendo. Continúo
manifestando que Bernard siempre andaba armado y por cualquier cosa sacaba el arma
y disparaba, no le importaba nada, es capaz de matar a quien sea; que el deponente no
sabe cuantas veces disparó contra una persona, pero con las maniobras que describió
parecía tener experiencia, además había varias botellas en el asiento trasero y en el
baúl del auto. Que desde el primer momento les aclaró que no contarán con él, ya que
el no iba a participar en un hecho que culminara con la vida de una persona, por lo que
sentado en el asiento trasero se limitaba a escuchar sin opinar, empero recuerda que
era Bernand el que insistía en que había que matar a la víctima, en tanto Torres trataba
de salvarla, diciendo que solo quería robarle pero no dañarla. Que unos días después
de lo narrado, Bernard y Torres fueron a buscar al deponente nuevamente en el mismo
vehículo y se dirigieron a unos campos ubicados en el “camino de la víbora”, pasando
el Camino a Capilla de los Remedios, donde fueron a ver un campo, al que en un
futuro llevarían autopartes. (de vehículos robados). Que no obstante ello, el dicente lo
vinculaba al hecho de la muerte de la vecina de Torres, ya que si cometían el hecho y
la mataban, la tirarían en ese lugar, tal como lo había manifestado Bernard días antes.
Que el viernes –día del hecho-, como a la hora dieciocho aproximadamente, Bernard,
Torres y dos sujetos más –jóvenes y delgados, que parecían amigos de ellos, pero no
los pudo ver bien- pasaron por su casa. Que Bernard y Torres insistían en que los
acompañara, diciéndole “...dale, vas a ir de bronca...” encontrándose en el mismo
vehículo. Refirió el testigo, que ya se habían puesto de acuerdo en como realizarían el

Expediente Nro. 927482 - 24 / 85


hecho, Bernard era quien dominaba la escena, pero Torres estaba muy embalado
también. “Invitaron” al dicente a participar en el hecho, pero se negó, lo que motivó
que el “encuentro” terminara en insultos; de Hugo Ubaldo Ceballos, dijo que el día
jueves veinticinco de agosto de dos mil cinco, en horas de la mañana fue comisionado
a fin de constituirse en el domicilio sito en Avda. Santa Ana nº 2087 de barrio Quintas
de Santa Ana a fin de entrevistar a Lucio Fabián Bernard, quien habría sufrido un
hecho de asalto en la madrugada del mismo día alrededor de las 06.30 hs. Asimismo
también le informaron que había tomado estado público a raíz de la demora en el
accionar policial. Que en el lugar entrevista al tal Bernard, a quien veía por primera
vez, sujeto de unos cuarenta y cinco años, robusto, quien le refiere que siendo las
06.30 hs. mientras estaba descansando escuchó gritos de su perro, como que había sido
golpeado por lo que sale y al descender a la planta baja, abrió una puerta y se
sorprende al ver a un sujeto de sexo masculino que ya había ingresado a la vivienda y
al que directamente le tira un golpe de puño y emprende la fuga, saltando por los
fondos, por lo que sale a la calle y pudo comprobar que al sujeto lo estaba aguardando
un vehículo marca Renault 12 color bordó, con vidrios polarizados y dos sujetos en su
interior. Que a pesar de que no había sido despojado de elemento alguno, su discurso
estaba cargado de una fuerte crítica hacía el accionar policial. Que le llama la atención
la hora de la llamada, alrededor de las 07.00 hs, cuando se produce el cambio de
guardia, cambian los móviles, se hace control de armas, de chalecos, chequeo de
vehículos, aceite, kilometraje etc...lo lleva como mínimo diez minutos; pero dijo que
había llamado como siete veces y la policía no llegaba. Que no quiso discutir mucho
con Bernard, porque se dio cuenta que mentía, tenía como un discurso preparado, que
le dijo que era gerente de Microsoft; si embargo la casa no parecía de una persona de
nivel económico alto y al margen advirtió que estaba muy sucia y descuidada. Acota
que los supuestos desconocidos no rompieron la ventana –a la que aludía Bernard-

Expediente Nro. 927482 - 25 / 85


sino que la misma estaba deteriorada por el paso del tiempo. Que dentro de la vivienda
se encontraba el padre, quién no se interesó por el hecho, ni tampoco dijo nada. Es más
desconoce si fue el mismo quien llamo a la prensa, pero llegaron en forma simultánea
con los móviles policiales. Que ante la situación le entregó a Bernard una tarjeta
personal, diciéndole que ante cualquier problema lo llamara a su teléfono celular. Que
continuo con sus tareas y por la noche se entregó al descanso en su domicilio. Que en
la madrugada, entre las 01.15 hs. y 01.30 hs. recibe un llamado a su celular de un
número no identificado, al responder un sujeto de sexo masculino se identifica como
Lucio Bernard, persona que había entrevistado esa tarde, quien le dijo “me encuentro
en la bajada el cajón, en la mano que llega a la ciudad de Carlos Paz, he sido víctima
de una agresión con armas de fuego”, y que le habían disparado de un vehículo color
bordo. Que le pregunto en que se movilizaba y si estaba herido, a lo que le respondió
que no, que se movilizaba en su automóvil Volkwagen Gacel de color dorado y que no
sabía si los disparos habían sido al aire o contra el auto. Que sentía miedo y que
recordaba el auto bordo que vio en su casa. Que le dijo que permaneciera allí y que le
mandaría un móvil policial. Que al cortar la comunicación, efectúa una llamada al 101
y al ser atendido por el oficial López le narró lo sucedido y pidió que mandaran un
móvil y luego se desentendió del tema. Que cuando lo entrevistó le dio dos números
de teléfonos celulares y un fijo, pero no sabe de que teléfono fue llamado. Que esa fue
la única vez que lo llamó y no precisó si estaba solo o acompañado, que la llamada
duró solo un minuto y no se escuchaba ningún ruido de fondo, aún cuando era viernes
a la madrugada y en las cercanías de Carlos Paz; de Daniel Alejandro Junco, quien se
desempeña como investigador del Departamento de homicidios y fue comisionado en
la investigación de la presente causa; así tomó conocimiento de que el día 28/08/2005
a las 14.00 hs. el Agente Vélez es entrevistado por Walter y Carlos Juncos, hijos de
Mirta García de 65 años, con domicilio en barrio San Pablo de esta ciudad. En la

Expediente Nro. 927482 - 26 / 85


oportunidad le refirieron que su madre el día viernes 26/08/2005 a las 22.30 hs.
abordaría el ómnibus de la empresa General Urquiza con destino a Buenos Aires,
donde concurriría al cumpleaños de su hijo Carlos. Que como no había llegado a
destino y su casa se encontraba cerrada, con la alarma puesta y sin faltantes, se
contactaron con su tía, hermana de su madre –Elena García-, quien les dijo que se
había comunicado telefónicamente con Mirta a la 22.15 hs. diciéndole que estaba
saliendo y que la buscaría Torres el remisero, que habitualmente la traslada de un lado
al otro y es amigo de Pedro Negrelli, amigo y vecino que vive al frente de la casa de su
madre. Que a raíz de sus dichos el Cabo 1º Borquez logra corroborar los datos vertidos
por Carlos y Walter Juncos. Que Borquez se entrevistó con el remisero Torres, quien
le manifestó que no llevó a la víctima en su auto porque estaba roto, que a las 20.30 hs.
fue a verla para borrarle los mensajes de texto celular y le dio comida que tenía en la
heladera, mientras que Bernard al ser entrevistado –debido a que el dueño del auto de
alquiler Gacel VW gacel, dominio WMA-094- y siempre con la intención de conocer
el paradero de Mirta García, éste le manifestó que efectivamente al auto se le rompió
un rulemán cuando iban a un taller de Avda. Circunvalación y tuvieron que llevarlo
con una grúa. Que comieron asado y como a las 01.00 hs. del sábado 27/08/2005 se
fueron a Carlos Paz a ver unas prostitutas de la zona y cuando lo hacían por autopista
Córdoba –Carlos Paz- fueron agredidos por un vehículo marca Renault 12 de color
bordo desde donde le efectuaron un par de disparos. De lo que surge –advierte el
investigador- como contradicción que Torres no menciona el episodio del tiroteo,
aunque más tarde lo reconoce, diciendo que llevaron el auto andando al taller, mientras
que Bernard decía que lo habían llevado en una grúa; aademás, Torres dijo que se
fueron a la casa de una hermana de Bernard y éste a su vez dijo que se iban a encontrar
con unas prostitutas. Que ante ello el funcionario intentó entrevistar nuevamente a
Torres para confirmar lo que le había dicho Borquez, pero no pudo dar con su

Expediente Nro. 927482 - 27 / 85


paradero, mientras que cuando va a la casa de Bernard, el mismo no se encontraba,
requiriéndole por el mismo a su padre, quien pregunto que pasaba con su hijo que lo
buscaba la policía, agregando que la noche anterior había estado en la jefatura y estaba
muy nervioso, se le había subido la presión, tenía hemorragia nasal y en ese momento
no sabía donde estaba. Que en esas circunstancias el deponente llamó por teléfono a
Bernard para pedirle que se llegara a la jefatura con su auto para constatar posibles
daños por la agresión sufrida. Que a la hora y media de la llamada, llegó Lucio
Bernard acompañado de un abogado. Que en esas circunstancias le refirió que el día
viernes 26/08/2005, como a las 21.30 hs. llevó su auto a un taller ubicado en calle
Cangallo 2669 de barrio 1º de mayo, donde lo previo repararle un rulemán de unas de
sus ruedas, el mismo mecánico se lo llevó a las 00.30 hs. del día siguiente
–27/08/2005- a una casa de barrio Ciudad Evita, donde el se encontraba cenando, que
luego se dirigió con Torres a Carlos Paz a un bar nocturno donde debían juntarse con
una chicas de la calle. Que como para justificarse saco de su bolsillo entre otras cosas
un formulario de presupuesto sin membrete “no válido como factura” a su nombre por
el cambio de rulemán y mano de obra por el importe de $ 40 escrito con lapicera, en
que además constaba la descripción del vehículo, el ingreso –26/08/2005 a las 21.30hs.
y entregado en villa Ciudad Evita a las 24.30 hs., todo lo cual le resultó sumamente
extraño, ya que los datos consignados en el mismo no son habituales en una factura del
tipo, lo que se justifica si se trata de encubrir u ocultar alguna maniobra ilícita. Por lo
que procedió a citar al mecánico Claudio Montes, quien admitió que nunca ingreso el
auto a su taller, sino que Lucio Bernard concurrió a bordo del VW Gacel a su taller el
día domingo 28/08/2005 como a las 12.00 hs. y le pidió que le extendiera una boleta
cuyo contenido le dictó, puntualmente que dijera que el vehículo había estado en el
taller desde las 21.30 hs. del día 26/08/2005 hasta las 00.30 hs. del día 27/08/2005 y
que le consignara que había cambiado un rulemán y que a la hora indicada le había

Expediente Nro. 927482 - 28 / 85


entregado el auto en ciudad Evita. Que Montes le preguntó –al imputado- porque
necesitaba esos datos, a lo que le respondió que si la policía le preguntaba, dijera que
efectivamente había cambiado el rulemán, y le dio diez pesos por el favor, también se
dejó constancia en su declaración que para hacer la boleta se apoyó en el capot, el que
se encontraba muy sucio, como con tierra reciente, como si hubiese andado por
caminos de tierra, y en el interior del rodado en el asiento trasero, había como una caja
de madera, tapada con algo que parecía un abrigo de color marrón y también había dos
bultos que parecían bolsos –no recordando el color ni el tipo-. Que esto demostraba el
interés de Bernard en desprenderse del vehículo en la franja horaria mencionada que
coincide plenamente con el horario en que Mirta García desaparece de su casa.
Asimismo se hizo presente en el lugar señalado como “la wiskería”, en Carlos Paz,
constatando que la misma es inexistente y que nunca existió en la zona señalada por
Bernard, un local del rubro; es más trato de ubicar a una tal María Sánchez –nombrada
por Bernard, como una de las chicas-, y tras hacer averiguaciones el sector y con
personas conocidas de la noche determinó que la tal Maria no era conocida por nadie,
e incluso tampoco pudo ubicar a la hermana de Bernard –María Eugenia- en la zona
por él especificada, también en la Ciudad de Villa Carlos Paz. Que al dirigirse al auto
marca VW Senda de color dorado, dominio WMA-094, que estaba estacionado en la
vía pública a los fines de constatar el estado del mismo y los posibles daños,
observando que exteriormente el vehículo estaba muy limpio, tenía recién puesto
renovador de caucho y silicona en sus burletes y paragolpes. Que previo las
consideraciones de ley, un personal a su cargo, el Oficial Simbrón procedió al registro
o cateo sobre el interior del rodado, constatando que en baúl había un poco de tierra y
en el interior se notaba que estaba limpio, había sido aspirado y al levantar la alfombra
del asiento trasero, el piso estaba húmedo y de allí emanaba un olor extraño “...como
un olor antiséptico o desinfectante, similar al que huele en los hospitales, muy

Expediente Nro. 927482 - 29 / 85


persistente...” y al sacar Bernard una rejilla del interior del vehículo se pudo percibir
que la misma estaba húmeda –sin manchas de ningún tipo- y que de ella emanaba olor
a sangre, siendo éste un olor muy particular, que reconoce por simples razones
profesionales. Que dicho vehículo fue secuestrado operando sobre el mismo, personal
de química legal que procede a levantar muestras de manchas -que luego fueron
corroboradas como de sangre humana- en el apoya cabezas del asiento del
acompañante y del cinturón de seguridad del mismo lado y posición, burletes de la
puerta y del marco de la puerta delantera derecha. A su vez se constató que el auto no
estaba adulterado ni registraba pedido de secuestro y que figura como titular del
dominio, Lucio Bernard. (padre del acusado). Que en el curso de la investigación
rescató dichos de Pedro Negrelli y de Roberto Juncos, de donde surge que Mirta
García tendría una relación sentimental con Torres; de Elena García –última persona
de la familia en hablar con Mirta-, quien afirmó que quien llevaría a su hermana a la
terminal sería el chico de Pedro, como así también que al mediodía habían almorzado
guiso de lentejas y que su hermana tiene digestión lenta, lo que resulta compatible con
el contenido de la bolsa gástrica al momento de ser analizada en la autopsia realizada
once dás después; de Isabel Nancy Torres –hermana de Héctor Torres-, quien dijo que
el día sábado 27/08/2005, éste le devolvió a ella y a otra hermana un dinero que le
habían prestado tiempo atrás; de Claudia Ponce quien presenció el momento en que
Bernard y Torres lavaban en auto en su casa con una manguera y al preguntarle el
motivo, el mismo Bernard le dijo que “aquellos se habían echado un moco” y que por
su gesto el también había participado del hecho. Asimismo entrevistó a los policías
Cabrera, Juncos y Ceballos, por el hecho que denunciara Bernard en las inmediaciones
de Carlos Paz, rescatando que éstos son coincidentes al manifestar que Bernard en la
oportunidad vestía una campera tipo parka de color negra con vivos amarillos o
naranjas que coincide con la que tenía puesta al momento de su detención y en la que

Expediente Nro. 927482 - 30 / 85


se determinó que presentaba rastros de sangre humana. Que del análisis de estos
testimonios le surgió –al investigador- la duda de si realmente había existido el hecho
denunciado por Bernard, ya que entre otras cosas el vehículo no presentaba ningún
impacto de bala; es más personal de la comisaría de Carlos Paz, dijeron que a ambos
sujetos se los notaba muy nerviosos y que Bernard hablaba por celular, manifestando
en voz alta “...no, vamos a hacer la denuncia en Córdoba...”. Que todo lo dicho lo
llevó a la reflexión de que para que fingiría Bernard éste hecho, pensando que tal vez
lo hizo para evitar el control policial que por la hora y día, sabía que era muy probable
que lo hicieran y así conseguir un trato diferencial por ser víctima; de hecho lo
acompañaron a la comisaría y luego de unos momentos se retiró con el pretexto de que
su abogado le aconsejaba hacer la denuncia en Córdoba. Pero además la pretensión de
ser ubicado en un punto cardinal totalmente opuesto al lugar donde se encontró (con
posterioridad) el cuerpo de la víctima. Continuando con la investigación entrevistó a
Gastón Bertaina, pareja de una tal Miriam, quien conocía a Torres y que le había
llegado el comentario de que se “habían echado un moco con una vieja que quisieron
apretar y le cortaron los dedos...”, que estaba Lucio y un tal Gastón, quien al igual que
Robert Soto y Claudia Ponce mencionan a un tercer sujeto. (cuestión que los citados
testigos al comparecer en la audiencia desestiman por completo). También a Marcela
Fabing, esposa de Bernard, quien relata que el mismo le ha mentido en numerosas
oportunidades, que tenía trajes de militar y de cura en su casa, que varias veces le
allanaron la vivienda y que en una oportunidad en que le reclamó éste le dijo “no me
basta una familia, necesito quemar adrenalina”. Que solicitó varias órdenes de
allanamiento para diversos domicilios procura de elementos relacionados con la causa,
haciendo constar que el día primero de septiembre de dos mil cinco se hizo presente en
el domicilio de Lucio Fabián Bernard y munido de la orden de allanamiento registro
de la vivienda, logrando el secuestro de un bolso color negro marca Super Bag, sport

Expediente Nro. 927482 - 31 / 85


con vivos en azul de material de tela de avión, un bolso tipo cartera de color negro
marca Shangri de tamaño mediano y del mismo material, un ticket de peaje emitido
por caminos de la sierra el día 28/08/2005 alas 21.17 hs. encontrado en el piso de la
puerta de ingreso a un dormitorio, tras lo cual se procedió a la detención de Lucio
Fabián Bernard. A continuación se dispuso a recabar datos de la historia clínica
psiquiátrica de Bernard. Asimismo ante la posibilidad de que Mirta García estuviera
muerta participó de un rastrillaje aéreo por las zonas rurales de Malagueño, Carlos
Paz, por ruta nueve, zona rural comprendida entre el arco de Córdoba y Río Segundo
caminos adyacentes y accesos de vehículos, con resultado negativo. Además con fecha
02/09/2005 se llevaron a cabo en el sector donde se produce la intersección (puente)
de la autopista Córdoba-Carlos Paz y el camino a Falda del Carmen (Alta Gracia), lago
San Roque, y las proximidades del lugar donde apareció el celular, un minucioso
rastrillaje, con el mismo resultado. En oportunidad de la audiencia de debate agregó
textualmente “...que para llegar al lugar desde donde se encontró el cadáver, hasta la
casa de Ponce por el camino de recorrido más fácil y a una velocidad normal, llegó en
siete minutos...”; Miriam Noemí Varela, declaró que conoció al imputado Lucio
Fabián Bernard y a Héctor Martín Torres, hace aproximadamente dos meses en el
domicilio de su prima Mariana Andrea Bustos, sito en Calle Ramos Mejía de Bº
Empalme de esta ciudad. Señala que los vio en varias oportunidades siempre en un
vehículo “medio marrón”, siendo la relación entre los nombrados de “muy amigos”.
Que luego de eso, estaba un día en la casa de su prima, quien le comentó que se decía
que Torres se había metido en un lío porque había raptado a un mujer, la que no
aparecía y por eso lo buscaba la policía; Robert Soto, quien refirió que conoció a
Bernard en el mes de diciembre de dos mil cuatro, a través de su amiga Claudia Ponce.
Que el veintisiete de agosto de 2005 a la mañana, alrededor de la hora once, se dirigió
a la casa de la nombrada, encontrándosela en el camino y mientras iban llegando, ven

Expediente Nro. 927482 - 32 / 85


pasar a Bernard en su automóvil VW Gacel, iba de acompañante, en tanto que quien
conducía era un sujeto canoso. Que cuando llegaron a la casa de Ponce, el vehículo
estaba estacionado con las puertas abiertas, Bernard sacó el asiento trasero e ingresó a
la vivienda, mientras el otro sujeto, golpeaba algo en el piso del auto, con una masa o
martillo. Que posteriormente el dicente ingresó en el domicilio de Ponce y vio que
Bernard trabajaba sobre el asiento del auto, tomaba el forro color beige y lo estiraba, lo
acomodaba y enganchaba. Que el sujeto canoso, había tomado una manguera y echaba
agua, dándole presión en la parte exterior del auto, específicamente la tapa del baúl.
Asimismo refirió que se utilizó mucha cantidad de agua. Que respecto al sujeto canoso
que no conocía, indicó que se trataba de la persona cuya fotografía apareció en “La
Voz del Interior”, y que su apellido era Torres. Que el treinta y uno de Agosto, entre
las dieciocho y las diecinueve horas, Bernard se presentó en su domicilio, vestido con
jeans color celeste, borceguíes negros, sobretodo negro, camisa y pullover oscuro y le
dijo que iba a tomar una cerveza, lo que le llamó la atención porque Bernard no
frecuenta su domicilio. El dicente estaba con su pareja, Darío Edgar Godoy y
mantuvieron una charla amena hasta que Bernard le manifestó que andaba con un
problema “...estos hijos de puta, no sé si la han matado o la han secuestrado y encima
usaron mi auto...”. Ante ello el dicente le dijo que el auto no se debía prestar y
Bernard le respondió que estaba todo bien, que se estaban ocupando sus abogados,
recibió un llamado al teléfono celular y lo único que escuchó es “... antes de pagarle a
otro, te pago a vos que sos mi abogado, porque estos hijos de puta del taller
declararon mal...” Finalmente, Bernard le pidió como favor que fuera a la casa de su
padre, le buscara plata y unos remedios, dándole dinero para el colectivo y cuando el
dicente le preguntó porqué no iba él, no le dio ninguna respuesta coherente. Luego de
hacerle el favor, Bernard se retiró como a las veintidós horas y no lo vio más.
Asimismo entregó una tarjeta a nombre de Bernard donde figuran los siguientes

Expediente Nro. 927482 - 33 / 85


números de teléfonos 4870912, 155177146, 156351557 correspondientes a Bernard y
155381210 (manuscrito con lápiz correspondiente a su abogado defensor Dr. Walter
Rodríguez Puebla). Que a la pregunta puntual de cuantas personas vio lavando en auto
en casa de su amiga Ponce, dijo solamente dos personas; Gastón Bertaina, dijo que
un día su concubina visito a una prima y a los días le comentó que “...ella se había
enterado de que a una mujer le habían cortado dos dedos, porque cuando la habían
ajustado no le quería entregar la plata y que este hecho había sucedido al fondo de la
Revolución de Mayo...”. Que él pensó que se estaba refiriendo a la mujer que aparecía
en el noticiero y que él sabía que en esa bronca estaban metidos un chico llamado
Gastón, junto a un tal Lucio y el remisero Torres; que lo que sabe es a través su
concubina, que sabían que la mujer iba a Buenos Aires a comprar ropa y como no
encontraban dinero, le habían cortado los dedos. Que conoce a Lucio y a Torres pero
nunca tuvo trato con ellos, sabe que se movilizaban en un auto color plateado y sabían
frecuentar la zona de Villa Boedo, en tanto a Gastón si lo conoce por ser vecino del
barrio. En oportunidad de la audiencia dijo que no conocía nada de por qué lo habían
citado y agregó que “....me pegaron y me dijeron que lo reconociera en una foto a él
(señala a Bernard) y me pegaron y firmé, me pusieron una bolsa y me patearon, me
pegaron en las costillas...”, aunque reconoció como suya una de las firmas insertas al
pie de su declaración vertida ante el Sr. Ayudante Fiscal; de Isabel Nancy Torres,
hermana del actualmente prófugo Héctor Martín Torres. Que a la fecha del hecho
hacía un mes que no veía a su hermano, más precisamente desde el velorio del suegro
de su hermano, oportunidad en que conoció a Bernard. Que le pidió treinta pesos
prestados. Que Héctor estaba muy alejado de la familia por sus problemas con la
justicia, la familia lo había perdonado una vez, pero a la segunda ya no, es más nunca
lo fue a visitar a la cárcel. Que por su causa tuvo problemas de dinero e incluso perdió
un auto. Sabía que últimamente su hermano estaba muy contento porque estaba todo el

Expediente Nro. 927482 - 34 / 85


día manejando un auto como remis que era de un tal Lucio. Que al día siguiente del
hecho le mando un mensaje a su celular para ir a verla, recuerda que era muy temprano
y día sábado, y le dijo que si. Que a la hora nueve y cuarenta y cinco del día veintisiete
de agosto Torres fue a su casa conduciendo el Gacel WMA 094, en el que sabía andar
siempre, acompañado por Lucio, quien no se bajó, que lo sabe porque al despedirse le
pidió que lo acompañara al auto. Que parecía recién levantado. Que su hermano no
tomaba drogas ni alcohol. Que esa fue la última vez que lo vio. Que su hermano era
muy influenciable, muy tranquilo, demasiado, jamás lo vio levantar la voz ni pegarle a
sus hijos, incapaz de matar una mosca, era muy tranquilo. Que sabía que el mismo
sábado le había devuelto un dinero a otra hermana por un monto similar al suyo. Que
esta de nombre Josefina vive en camino a capilla de los remedios, pero en la entrada,
no es cerca del lugar donde encontraron el cuerpo, ya que eso fue en el fondo. Que no
sabe si fue primero a su casa o a la de su hermana, si sabe con seguridad que fue el
mismo día. Que Torres siempre les pedía dinero, pero siempre se los devolvía. Que
nunca más supo de él es como si se lo hubiera tragado la tierra. Que ella y su familia
formularon una denuncia por su desaparición. Refirió que “él –en referencia a
Bernard- debe saber donde está Héctor, estaban todo el tiempo juntos”. Que ella sabía
que vivía en la casa de Pedro, a quien conocían desde hacía veinte años, una persona
excelente, que le ha hecho trabajos en su casa. Que ella no sabía que hacía su hermano,
era una persona de hablar poco, se que trabajaba en la construcción. Que Alejandro
Maidana es la ex pareja de su hermana mayor, Josefina, y padre de sus hijos, pero no
recuerda que auto tenía. Que ella le pregunto a Pedro por su hermano y este le dijo que
esa mañana habían desayunado juntos y que cuando se fue no llevaba nada. Que ella
no retiro ninguna pertenencia de su hermano; Luis Ramón Ortega, pareja de Claudia
Ponce, dijo que conocía a Bernard porque solía ira su casa. Que como el trabajaba no
estaba mucho en su casa, pero las veces que han hablado ha sido de trabajo. Que un

Expediente Nro. 927482 - 35 / 85


día viernes llegaron alrededor de las 23 hs. y pedieron permiso para ir al baño, picaron
algo de asado, ya casi no quedaba nada. Que ambos vestían jeans, Lucio llevaba un
suéter blanco y Torres una camisa como de colectivero de color celeste. Lucio estaba
normal, pero a Torres se lo veía muy nervioso, fumaba bastante seguido. Que se fue a
bañar y cuando salió ya no estaban en la casa. Habrán permanecido media hora. Que el
día sábado entre las 08.00 y 08.30 hs. su señora lo acompañaba en colectivo cuando se
encuentra con Robert Soto, quien le regaló un perro, en esos momentos pasa el auto
conducido por Lucio, y lo acompañaba el chofer. Que el se fue a su trabajo y su señora
se volvió con Robert. Que desconoce hacía donde iban o venían. Que su hija le contó
que le habían pedido la manguera y habían lavado el auto. Que no sabe a que se
dedicaban, que Bernard tenía relación con los hijos de su mujer; María Soledad
Nievas Ponce, hija de Claudia Ponce, dijo que conoce a Bernard por ser amigo de la
familia y siempre vuelteaba por su casa, ya que estuvo preso con su padre. Que llegaba
sin avisar, al principio iba solo y después normalmente iba a su casa con Torres, un
sujeto petizo, canoso, morocho, de más de cuarenta años, siempre se quedaban poco
tiempo, iban un auto marroncito. Que un día viernes que estaban comiendo asado,
llegaron eran pasadas las 23 hs. y se quedaron aproximadamente unos veinte minutos,
comieron algo y se fueron. Que en la oportunidad manejaba Torres, a quien se lo
notaba muy nervioso porque fumaba mucho. Que ella los vio llegar, pero cuando se
fueron no se acercaron al auto, los despidieron desde la puerta y no comentaron nada.
Que ambos vestían jeans. Que al día siguiente a la mañana, alrededor de las 09.00 hs.
llegaron en el auto y como estaba baldeando la vereda, le pidieron la manguera y se
pusieron a lavar el auto. Que solo estaban Lucio y Torres. Que ella se fue a hacer sus
cosas. Que después de lavar el auto se fueron, habrán permanecido en su casa
aproximadamente media hora. Que Torres lo lavaba con un cepillo y Lucio lo
enjuagaba con la manguera. Que el auto no estaba muy sucio. Que Bernard siempre

Expediente Nro. 927482 - 36 / 85


lavaba el auto en su casa. Que cuando estaban lavando el auto llegaron su madre y
Robert Soto. Que después de eso no lo volvió a ver. Que Lucio varias veces los había
ayudado económicamente; Mariana Andrea Bustos, dijo que conoce a Bernard por
Héctor Torres, que esta en pareja con Dante Alejandro Maidana, ex cuñado de Torres.
Que cuando tenían una lomiteria éste lo llevó a Bernard. Que Torres ha comido y
dormido en su casa, en tanto a Bernard lo conoce menos; ha llegado varias veces a su
casa, pero al ratito se iba. Que conoce a Gastón Farias porque era novio de su prima
Miriam Varela y lo presento como tal, pero nunca los vio a todos juntos con Bernard.
Que solo lo vio dos o tres veces y cuando cortó con su prima no lo vio más. Que su
esposo compra y vende autos y en ese momento tenía un Duna. Que es posible que su
esposo le halla dado un auto para manejar como remis a Torres, pero no sabe que auto.
Que el día viernes supuesta fecha del hecho su esposo tenía un Duna, un Falcon y
otros autos. Que Torres antes era albañil y a la fecha del hecho era remisero y estaba
manejando el auto de Bernard que era de color marroncito. Que Miriam le dijo que no
quería saber más de Torres y después Miriam no vino más a su casa, cree que por
miedo; de Marcela Scarafía, perito psicólogo oficial, quien da precisiones sobre la
precia realizada en la persona de Lucio Bernard. Que Bernard se prestó a las
entrevistas como muy locuaz, con un encanto muy superficial, expansivo, muy
manipulador, con tendencia a la mentira patológica. Que presenta la psicopatía del
impostor: miente en forma permanente para exacerbar el yo, generar un impacto en el
interlocutor y seducirlo para poder así manipularlo. Todo lo cual tiene un carácter
finalista, que consiste en obtener un beneficio propio, personal. Es una persona capaz
de dirigir sus actos. Que toda su conducta tiene una finalidad, es conciente, dirigida, y
su voluntad es libre. Que podría decir que es astuto, según la definición del lenguaje
popular. Que presenta dos caras, por un lado seduce (omnipotente y sensible) y por
otro lado hace sentir seguro al interlocutor. No siente culpa ni remordimiento por lo

Expediente Nro. 927482 - 37 / 85


que hace, y esta es una de las características del psicopático. Hace lo que necesita para
lograr su fin, pero no siente culpa por las consecuencias perniciosas para un tercero.
Que Bernard es capaz de comprender las consecuencias e implicancias de todos los
actos que produce y que omite producir. Que cuando leyó el expediente gran parte de
sus antecedentes son por estafas y justamente el tipo de personalidad compatible con
las estafas es la psicopática. Que en el año 1997 el Dr. Molina Morra psiquiatra,
determinó que es normal, es decir que comprende y dirige. La psicopatía del impostor
es un tipo de psicopatía que puede confundir por sus características de megalomanía -
que es una de las formas de la paranoia-, pero en esa enfermedad mental hay
sintomatología de manía de persecución. La psicopatía del impostor es un trastorno de
personalidad y no una enfermedad mental. Se puede creer que existe paranoia sino se
investiga lo suficiente y se queda una con los síntomas de megalomanía. Que leyó la
historia clínica de Bernard en el Hospital neuropsiquiátrico, en las que se hace
referencia varias veces por parte de éste a ser miembro de una fuerza de seguridad o
ser perseguido por la policía, pero no aparecieron los elementos persecutorios durante
la pericia. Se utiliza una técnica que se llama “pinchar el delirio” y aún así no
aparecieron elementos persecutorios, como tampoco a nivel proyectivo. Que también
se lo puede diferenciar de los psicópatas en que éstos hablan lo justo y necesario y no
son encantadores. Que tampoco presentaba la mirada paranoica típica: ojos
observando, cabeza baja, estado permanente de alerta. No había indicadores clínicos
conductuales ni proyectivos por eso se descartó la paranoia. Que reiteró que el
trastorno de personalidad no es una enfermedad mental, pero sí una anormalidad. El
trastorno de la personalidad no es solo de las emociones sino que afecta a toda la
personalidad incluyendo aspectos cognitivos y conductuales. Que no tiene culpa ni
remordimiento, porque aunque puede diferenciar lo que esta bien de lo que esta mal,
no le importa, elige lo que le gusta o sirve. Que conoce (conciencia cognitiva) de

Expediente Nro. 927482 - 38 / 85


valores y de moral, pero no le importa ni necesita adherirse a ello. Acotó
ejemplificando “...si nosotros no lo hacemos sabemos que tendremos consecuencias y
seremos despreciados por nuestro grupo de pares....”. El delirio se aparta totalmente de
la realidad en el caso del psicótico (enfermo morboso). Bernard tiene un trastorno de la
personalidad donde hay conocimiento de la realidad pero la deforma en beneficio
personal. Un ejemplo de la megalomanía en este caso, son sus referencias a los
antecedentes filiatorios, tal el caso en que asegura que su padre es titular de una
cátedra que no existe. O cuando hace referencia a que él tiene conocimientos médicos.
La diferencia entre el psicópata y paranoico es que el primero crea un personaje para
otro y el segundo se cree el personaje. Culminó afirmando “...en base a su estudio
puede afirmar que Bernard es capaz de comprender las consecuencias e
implicancias de todos los actos que produce y de los que omite producir...”; de
Jorge Roberto Salvador, perito psiquiatra oficial de Tribunales, quien aclarando los
puntos de la pericia realizada a Bernard dijo que la psicopatía del impostor que padece
hace que fabule, impostando un personaje, con eje en la mentira para lograr dos
objetivos: 1) la sobrevaloración de sí mismo y 2) un objetivo finalista que consiste en
manipular un tercero. Que en esta patología sobresale la mentira (idea que no es
cierta). Que la diferencia con el delirio, es que la idea delirante no es cierta, es una
idea equivocada de la cual al delirante no se lo puede sacar con ninguna
argumentación, es irrebatible; por eso es patológica, en cambio el impostor -como
Bernard- siempre actúa para sobrevalorarse y para manipular, lo cual implica una
característica fundamental de esta psicopatía. Que tiene capacidad para comprender
lo que hace y lo que omite y para delinquir. Que no hay sustrato mórbido en la
formación de las ideas. Que se pasó la vida impostando personajes y se pregunta ¿por
qué no impostar también la personalidad de paranoico?. Que en caso de ser paranoico
sería imposible ocultarlo y no se puede dejar de serlo por momentos, sí en cambio se

Expediente Nro. 927482 - 39 / 85


puede ser delirante transitorio por el efecto del uso de drogas por ejemplo; de Ignacio
Dalmases, perito psiquiatra oficial, quien practicara pericias de su especialidad al
imputado en un proceso anterior, oportunidad en que estableció que el mismo padecía
“paranoia delirante crónica”, lo que motivó que se lo sobreseyera de la causa y se
dispusiera una medida de seguridad con internación en el Hospital Neuropsiquiátrico
Provincial, siendo posteriormente internado contando también con su opinión
profesional, a quien se le hizo notar que su diagnóstico sobre Bernard no coincidía con
el de sus colegas, manifestando que él recuerda que en aquella oportunidad se le
imputaba a Bernard el delito de abuso o tenencia de armas. Que el conocía a Bernard
de antes, cuando trabajaba como médico legista en Policía Judicial, oportunidad en
que lo atendió por lesiones que le habrían proferido personas del Servicio
Penitenciario según adujo. Que en esa oportunidad le comentó que él era una persona
muy famosa porque conocía datos de una causa importante, la causa Maders, y lo
buscaban para que les contara. Que tres o cuatro años después volvió a revisarlo y
seguía con la misma idea principal de tipo paranoide y trauma persecutorio delirante.
Que se le presentó a su juicio, como un delirio sistematizado que se había mantenido
en el tiempo y no había remitido. Que para diferenciar la paranoia de la psicopatía del
impostor hay que tener en cuenta que en la primera no cambia en el tiempo el
contenido delirante megalomaníaco, en cambio en la segunda la maquinaria de la
mentira es utilizada para obtener algún beneficio, por lo que suele cambiar en el
tiempo. Que la paranoia y la psicopatía del impostor no son incompatibles, puede
haber rasgos de una en otra. La paranoia no es curable, por eso se dice que es crónica,
pero puede haber períodos de estabilización. Los paranoicos pueden ser buenos,
interpretativos, antisociales, peligrosos, etc.- El paranoico niega que es un enfermo,
que después de un tiempo de internación y tratamiento e informes evolutivos positivos
puede pasar a la fase de tratamiento ambulatorio, como fue en el caso de Bernard. Que

Expediente Nro. 927482 - 40 / 85


para llevar a cabo la pericia entrevistó al imputado y a sus padres, pero no hizo
ninguno tipo de test ni tampoco indagó sobre sus antecedentes psiquátricos. Que
después de la internación en le neuropsiquiátrico lo ve de nuevo y advierte otro tipo de
persecución, en función de los dichos de Bernard. La paranoia en sí misma implica
una posición y convicción delirante. Que siempre hay un lugar para la sospecha en el
paranoico. Que a su criterio un paranoico puede planificar un hecho, llevarlo a cabo y
ocultar sus huellas, pero para los autores clásicos, según el tipo de hecho que fuera
podía discernir o no. Actualmente hay consenso en que el paranoico no comprende lo
que hace. Que tiene una idea distorsionada sobre los valores del otro. Las ideas
delirantes pueden durar toda la vida, puede estabilizarse y variar de rumbo, pero nunca
deja de ser un paranoico. Que no realizó test porque son elementos de apoyo que
utilizan los psicólogos, que él sólo se limitó a valorar las entrevistas clínicas, aclarando
finalmente que los psiquiatras hacen aproximaciones diagnósticas; Marcela
Alejandra Fabing, dijo que en el año 1985 contrajo matrimonio con Lucio Fabián
Bernard, de cuya unión nacieron tres hijos. Que se conocieron en la universidad donde
ella asistía y el iba a buscar un amigo. Que le dijo que estudiaba medicina e incluso
engañó a su padre que era médico y en realidad ni siquiera había terminado el
secundario. Que contrajeron matrimonio cuando ella quedó involuntariamente
embarazada. E incluso en los primeros tiempos tuvo buenos empleos, tales como en
Gas del Estado, Iveco y Yuspe, pero nunca duraba mucho en sus empleos, no sabe si
lo echaban o se iba solo, ya que nunca la dejaba averiguar; después empezó a
desaparecer, a veces se iba y volvía a los meses y empezaron a aparecer los
allanamientos en su casa y a estar preso. Que ella lo iba a visitar, pero la última vez
que estuvo embarazada de Alan estaba preso en la comisaría tercera y le exigía que
llevase un arma. Que ella siempre lo cuestionaba, hasta que una vez él le dijo que al él
no le alcanzaba con vivir con una familia, que necesitaba quemar adrenalina. Que

Expediente Nro. 927482 - 41 / 85


desde ese vez decidió separarse y no verlo más. Que Bernard siempre tuvo armas de
fuego en la casa, pero las guardaba en una pieza cerrada con llave. Que una vez intentó
entrar y por ello la amenazó con un arma grande. Que en los allanamientos buscaban
drogas, armas, cosas robadas etc... Que una vez que lo detuvieron estaba vestido de
militar, también tiene ropa de sacerdote y a robado hasta en el arzobispado. Que la
última vez que lo vio fue en su casa cuando fue a visitar a su hijo y le mostró a su hija
Marcia un pistola 9 mm y un revolver calibre 38. Que cree que es capaz de cualquier
cosa, su prima psicóloga dice que es un psicópata. Que cuando se enteró de que ella
había tenido un hijo de otro hombre, después de años de separados, la llamaba
amenazándola. Que él siempre tuvo predilección por Carlos Paz, incluso tiene una
hermana que vive en esa zona. Que hace años usurpó un terreno en Carlos Paz, junto a
un policía y lo explotaban como camping hasta que apareció el dueño. En otro ocasión
hizo cavar terrenos en Carlos Paz por la causa Maders. Que era muy fantasioso, sacaba
cosas de la televisión, solía decir que trabaja en grupos especiales de la policía. Que si
tuviera que matar a alguien le pondría cemento en las piernas y lo tiraría al agua y que
si no fuera por otros a él nadie lo descubriría; y Walter Daniel Alfonso, que como
Bombero se desempeña en la brigada de búsqueda y rastreo y el día 07/09/2005 le fue
encomendado el rastrillaje de un campo ubicado al noreste de esta ciudad, por el
camino a capilla de los Remedios, el que se ubica a una distancia de seis kms. y treinta
y ocho metros de Ferreira, y a trece kms. de la ciudad de Córdoba, distancia tomada en
línea recta por el GPS. Que siendo las 09.30 hs. comenzó el operativo. Que luego de
desplegar la técnica denominada calles paralelas y luego de veinte minutos y a una
distancia de 108 metros a contar desde la entrada principal del campo abierto, donde
nace un callejón hacia la izquierda, y a trece metros hacia adentro por este, logran
visualizar una parva de malezas secas y debajo de las mismas se encontraba en
posición de cúbito dorsal, con su cara y pie descubiertos, el cuerpo de una persona de

Expediente Nro. 927482 - 42 / 85


sexo femenino, en estado de descomposición, con su rostro cadavérico, cabellos de
color negro, y presenta un orificio en la parte frontal derecho, compatible con herida
de arma de fuego, la que se encontraba de la siguiente manera: cardigan de color gris,
con puntos rojos, pantalón azul jogging, zapatillas de color negra, tipo bota y medias
cortas de color amarillo o gris. Presenta su brazo derecho apoyado en el pecho, el otro
brazo al costado, orientado con la cabeza al sur y piernas semi flexionadas, apoyada la
derecha sobre la izquierda, no visualizando manchas de sangre en el sector y dada la
posición del cuerpo da la impresión de que fue puesto en ese lugar ya sin vida. Que en
el lugar existe vegetación tal que se obstaculizaba la visión, labrando las actas
respectivas. Que también se encontró a unos diez metros del cuerpo y sobre unos
espinillos, una campera del tipo inflable de color beige, con manchas oscuras en una
de sus mangas. Por expreso pedido de las partes, se ordenó la incorporación por su
lectura al debate del resto de la prueba legalmente ofrecida, consistente en:
Testimoniales: de Hugo Orlando Vélez (fs. 03) adscrito a Protección de la personas,
quien dijo que el día 27/08/2005, siendo las 14.00 hs. se hicieron presentes Walter y
Carlos Juncos, quienes manifestaron que su madre Mirta García se encontraba
desaparecida. Que el día viernes 26/08/2005 en horas de la noche su madre debía
abordar un micro de la empresa General Urquiza con destino a Buenos Aires y que por
averiguaciones realizadas no había llegado a destino y no había abordado el micro; que
el único dato cierto es que sería llevada a la terminal por un remis; de Ramón David
Borquez (fs. 64/65), empleado policial adscripto a protección de las personas, quien
luego de interiorizarse de la denuncia formulada por los hijos de Mirta García, se
dispuso hacer las averiguaciones de rigor, así tomo conocimiento de que la señora
García siempre utilizaba el remis, automóvil marca Gacel, conducido por Héctor
Martín Torres, domiciliado frente a la casa de la desaparecida García. Que una vez
entrevistado, Torres manifestó que no había llevado a Mirta García a la terminal ya

Expediente Nro. 927482 - 43 / 85


que tenía el auto roto. Que como a las 20.30 hs. estuvo con Mirta para avisarle que no
podía llevarla, le borró los mensajes del celular, le dio toda la comida que tenía en la
heladera y le pidió que le recordara a Pedro –en cuya casa vive- que le diera de comer
al perro y que después no volvió a verla. Que en la oportunidad se hizo presente Lucio
Fabián Bernard –dueño del auto- y se condujeron en el mismo aunque estaba roto,
hasta un taller mecánico de ruta 9 y circunvalación, que después se fueron a comer un
asado hasta la 01.00 hs. y después se fue a dormir. Que tras ello se constituyó en varias
remiserias de las inmediaciones a fin de averiguar en cual había solicitado un auto la
señora García, con resultado negativo, ya que en ninguna de ellas se había solicitado
un auto desde el domicilio de la misma. Que a continuación en compañía de Héctor
Torres se constituyó en el domicilio del dueño del auto que conducía Torres, más
precisamente en Calle Santa Ana nº 2087 de barrio Quintas de Santa Ana, pero como
la vivienda se encontraba sin moradores, le dejó por debajo de la puerta un número
telefónico y al cabo de un rato recibe de un llamado de quien dijo ser Lucio Bernard,
concordando en que pasaría por la dependencia policial; una vez allí le dijo que el día
viernes 26/08/2005 alrededor de las 20.00 hs. fue a la casa de Torres a fin de que lo
acompañara hasta un taller mecánico por que su auto necesitaba reparación, y unas
cuadras más adelante el auto los deja ya que se le rompió un rulemán, por lo que
llaman una grúa que los conduce hasta un taller, allí dejan el rodado y siempre junto a
Torres se van a comer un asado y que alrededor de las 24.00 hs. los mecánicos del
taller se lo llevan a donde estaban cenando. Que permanecieron un rato más en esa
casa hasta que deciden con Torres ir a Carlos Paz a reunirse con dos prostitutas, pero
en el trayecto por la autopista hacía dicha ciudad, desde un vehículo marca Renault 12
le efectúan disparos, que no llegan a impactar en el mismo, por lo que llamó a un
comisario conocido de apellido Ceballos. Que luego de escuchar ambas versiones
advierte las discrepancias existente entre ambos, por cuanto Torres no mencionó el

Expediente Nro. 927482 - 44 / 85


incidente de los disparos, como tampoco que el auto se hubiese roto en el trayecto, ni
que hubiesen solicitado los servicios de una grúa, que dijo que se dirigieron al taller en
el mismo auto aunque en forma precaria. Que en la oportunidad Torres le confió que
hacía poco más de un año había salido de la cárcel donde había purgado un condena
por una causa con drogas. Que como no dijera nada, es que le pregunta por el
incidente y recién allí le dice que posterior al asado, acompañó a su patrón –Bernard- a
Carlos Paz a la casa de su hermana, y que el trayecto un automóvil le efectuó unos
disparos por lo que fueron a la Unidad Regional, pero siguió negando lo de la grúa; de
Silvia Edith Juárez (fs. 10/11) personal de calle adscripta a la División Protección de
las personas, comisionada para llevar a cabo investigaciones relacionadas con la causa,
por lo que entrevisto a Sandra Pedraza y su madre y hermana de la desaparecida Mirta,
de nombre Elena García, quienes fueron citadas a declarar, oportunidad en que
reprodujeron las versiones que le aportaron; de Carlos Alberto Juncos (fs. 13/14) que
es hijo de Mirta García y vive en Buenos Aires. Que la última vez que habló con su
madre fue el día el día viernes 26/08/2005 alrededor de las 19.40 hs., quien lo había
llamado para decirle que esa noche viajaría sola y que llegaría alrededor de las 08.30
hs. Que se bajaría en la parada de Thames y Panamericana y como siempre se tomaría
un taxi o colectivo hasta su casa, notándola bien y lúcida. Que siendo las 10.00 hs. y
como no llegara llamó a su empleado pero no había ido al negocio como solía hacer.
Que llamó a su celular en dos oportunidades pero en ambos le contestaron que estaba
equivocado. Que al mediodía llamó a su hermano Javier quien no tenía noticias de su
madre. Que a las 13.00 hs. llamó nuevamente al celular de su madre, pero al ser
atendido por la misma voz corto la comunicación, haciendo notar que en las tres
oportunidades escuchó como sonido de fondo voces de chicos. Que vuelve a llamar
pero en esta ocasión no contesta nadie y al pasar al buzón de voz reconoce la voz de su
madre. Que vuelve a ponerse en contacto con su hermano Javier y le informa las

Expediente Nro. 927482 - 45 / 85


novedades. Que comenzó a llamar conocidos de Buenos Aires, pero nadie sabía nada
de Mirta. Que en horas de la tarde habló con su cuñada quien le confirmó de que su
madre iba a viajar por la empresa General Urquiza, que el micro había salido a horario,
pero no le podían dar más datos, pero que en Buenos Aires podían consultar los
registros del chofer. Que se dirigió a la ventanilla de la empresa en retiro, donde no le
brindaron una clara información, por lo que siguió efectuando averiguaciones en la
parada, con taxistas y remiseros con resultado negativos. Que se puso en contacto con
un abogado amigo y se dirigen a la Comisaría de Beccar, donde uno de los policías
insiste con el celular de su madre y es atendido por una mujer, quien al pedirle que la
comunicara con Mirta, le dice que no estaba. Que tras ello concurren a la DDI de San
isidro a los fines de iniciar las actuaciones y con personal de dicha dependencia se
constituyen nuevamente en Retiro y tras insistir el personal policial logra que le den
información consignada en el planilla y tras contar los boletos advierten que de los 45
que tenían vendidos, solo había 44 y faltaba el boleto del asiento 3, confirmando el
listado que era el pasaje de su madre, quien además siempre ocupaba los primeros
asientos, quedando en claro que su madre no había abordado el colectivo. Que le
dijeron que debía formular la denuncia en Córdoba, lo que así hicieron con sus
hermanos; Mario César Simbrón (fs. 21/22, 128/129 y 162) Señaló que el
veintinueve de agosto a la hora trece aproximadamente, fue comisionado por el
Subcomisario Aldo José Villarreal, -que se encontraba entrevistando a Lucio Bernard
y su abogado, Dr. Walter Rodríguez Puebla-, para proceder al registro del vehículo
VW Gacel dominio WMA-094, que se encontraba estacionado en la esquina, sobre
Av. Santa Fé 267 de barrio Alberdi. Que el rodado se encontraba limpio y
presumiéndose que en su interior podían encontrarse elementos relacionados con la
causa, procedió al registro del mismo. Como resultado de dicha medida se procedió al
secuestro de los siguientes elementos extraídos del interior del vehículo: un par de

Expediente Nro. 927482 - 46 / 85


guantes de látex color blanco que estaban dentro de una bolsa de nylon chica color
blanco, una rejilla color amarillo con humedad y suciedad y otros elementos, tales
como papeles judiciales y un sobre de salud con sello del Hospital Neuropsiquiátrico
Provincial, conteniendo 3 pastillas de Clonazepan, 3 pastillas de Haloperidol y dos de
Biperid, labrándose las correspondientes actas de secuestro. Asimismo, Bernard hizo
entrega en forma voluntaria y espontánea de los siguientes elementos: una boleta que
reza “DOCUMENTO NO VÁLIDO COMO FACTURA – Cangallo 2669 - Señor
Lucio F. Bernard, CUIT 20,175338838 - 26/08/05, 21:30hs. -por cambio de rulemán
usado y mano de obra- importe 40 -entregar en ciudad evita a 24:30 hs. al titular-
Gacel WMA 094” , manuscrita en rojo; un ticket de la Empresa “Caminos de las
Sierras” del 27/08/05 a la hora 00:55; un ticket de “Compañía Rimidan S.A.” –Ruta
20, km . 16.5 Malagueño- del 27/08/05 1:04 hs. por la compra de una bebida
energizante marca “Red Bull Energy Drin” y un paquete de cigarrillos marca
“Marlboro” y un ticket de la Empresa “Caminos de las Sierras” del 27/08/05 a la hora
2.40, elementos que se encontraban en el bolsillo de su pantalón. Asimismo dijo que el
día 01/09/2005 estuvo a cargo de diligenciar la orden de allanamiento en el domicilio
de Raymundo Negrelli, lográndose el secuestro de una campera de Nobuck de color
marrón claro, marca Jaket, un pantalón de jeans tipo vaquero de color celeste
desgastado, talle 28, marca Hooker con cinto de color marrón, otro marca Over Plot,
talle 34 que en su bolsillo trasero tiene dos guantes de látex de color blanco, elementos
secuestrados de la habitación que ocupaba Torres. Seguidamente hizo lo propio en el
domicilio sito en Avda. de Mayo nº 151 de barrio Villa El Libertador con resultado
negativo, al igual que el llevado a cabo en el domicilio sito en calle Cruz Alta s/nº de
Villa Allende Parque. Por último el día 05/09/2005 se constituyó con idénticos fines
en el domicilio sito en Manzana 24, lote 3 de Villa Ciudad Evita, resultando tales
diligencias infructuosas, por cuanto no se procedió a la detención de Torres ni al

Expediente Nro. 927482 - 47 / 85


secuestro de elementos relacionados a la causa; Miguel Angel Oliva (fs. 30 y
281/282), empleado policial quien al tomar conocimiento de la denuncia efectuada por
los hijos de Mirta García, se constituyó en su domicilio y entrevistó a la hermana de
éste, quien le contó las últimas horas en que habían estado juntas, haciendo hincapié
en la formación de los bolsos. Asimismo fue comisionado para viajar a la Provincia de
Santiago del Estero en procura del prófugo Torres. Al llegar al lugar se entrevistó con
el Comisario González de esa Provincia, quien al mostrarle una foto dijo que el mismo
había sido visto junto a un tal Jiménez, por lo que se dispuso a ubicar a ambas
personas con resultado negativo; asimismo les llegó el dato de que el mismo estaría
oculto en el norte de la Provincia de Córdoba, pero hasta la fecha no ha sido habido;
Cristian Javier Morillo (fs. 40/43) empleado policial quien en el ámbito de las tareas
investigativas procedió a trabajar en el registro de llamadas entrantes y salientes de los
teléfonos 0351-155124610 y 0351-4654022 correspondiente a Mirta García; 0351-
156511954 cuyo usuario sería Héctor Martín Torres; 0351-155177416 perteneciente a
Lucio Fabián Bernard y 0351-156224064 correspondiente a Pedro Miguel Negrelli.
Del esquema de relaciones realizado con los registros de llamadas se pudo determinar
que existiría una relación entre Torres y García, ya que había varios mensajes de texto
antes de la desaparición, así Torres le envía un mensaje de texto el 26/08/2005 a las
20.04 hs. a la señora García, otro a las 00.35 hs. del día 27/08/2005; unas horas
después del envió del mensaje y posterior a la hora de salida del micro que la llevaría a
Buenos Aires, Torres efectúa una llamada al celular de García con una duración de
173 segundos. También se pudo determinar una relación entre Torres y Bernard dado
que se efectuaron llamadas mutuas y de diversa duración los días 28/08/2005 y
29/08/2005; en tanto entre Torres y Negrelli, los días 27 y 28 se enviaron mensajes de
texto existiendo una llamada el día 28 a las 03.26 hs. con una duración de 88
segundos. Con respecto a Pedro y García se pudo constatar un mensaje de texto

Expediente Nro. 927482 - 48 / 85


enviado por Negrelli el día 26 a las 00.57 y una de dos segundos el día 28/08/2005 a
las 11.22 hs. Entre Bernard y Negrelli no se constataron llamadas ni mensajes al igual
que entre Bernard y García. Por último dijo que de los registros consta que el día
28/08/2005 a las 12.45 se recibe una llamada proveniente del número 0351-4287000
con una duración de 25 segundos. En tanto del registro de llamadas de la línea 0351-
155177416 de Bernard se realizó una llamada con una duración de 40 segundos el día
28/8/05 a las 20.44 al teléfono 0351-156219060 utilizando la antena de Villa Azalaiz;
de Roberto Javier Juncos (fs. 73/74) uno de los tres hijos de Mirta García, quien
relata las primeras horas de la desaparición de su madre, aportando como dato de
utilidad que en una oportunidad le dijo que había notado que el remisero de confianza
iba con alguna intención sentimental hacia ella, pero que ella tenía claros sus
sentimientos y no le interesaba esa persona; Aldo José Villarreal (fs. 82/86186/189 y
202/203), quien se desempeña como segundo jefe de la división homicidios y tras
interiorizarse de los pormenores de la investigación hasta el momento y advertir las
contradicciones existentes ente las versiones aportadas por Torres y Bernard, intentó
entrevistar nuevamente a Torres para confirmar lo que le había dicho Ceballos, pero
no pudo dar con su paradero, mientras que cuando va a la casa de Bernard, no estaba
por que le pregunto al padre del mismo, quien preguntó que pasaba con su hijo que lo
buscaba la policía, que la noche anterior había estado en la jefatura y estaba muy
nervioso, se le había subido la presión, tenía hemorragia nasal y en ese momento no
sabía donde estaba. Que en esas circunstancias el deponente llamó por teléfono a
Bernard para pedirle que se llegara a la jefatura con su auto para constatar posibles
daños por la agresión sufrida. Que a la hora y media de la llamada, llegó Lucio
Bernard acompañado de un abogado. Que en esas circunstancias le refirió que el día
viernes 26/08/2005, como a las 21.30 hs. llevó su auto a un taller ubicado en calle
Cangallo 2669 de barrio 1º de mayo, donde lo previo repararle un rulemán de unas de

Expediente Nro. 927482 - 49 / 85


sus ruedas, el mismo mecánico se lo llevó a las 00.30 hs. del día siguiente
–27/08/2005- a una casa de barrio Ciudad Evita, donde el se encontraba cenando, que
luego se dirigió con Torres a Carlos Paz a un bar nocturno donde debían juntarse con
una chicas de la calle. Que como para justificarse saco de su bolsillo entre otras cosas
un formulario de presupuesto sin membrete “no válido como factura” a su nombre por
el cambio de rulemán y mano de obra por el importe de $ 40 escrito con lapicera, en
que además constaba la descripción del vehículo, el ingreso –26/08/2005 a las 21.30hs.
y entregado en villa Ciudad Evita a las 24.30 hs., todo lo cual le resultó sumamente
extraño, ya que los datos consignados en el mismo no son habituales en una factura del
tipo, lo que se justifica si se trata de encubrir u ocultar alguna maniobra ilícita. Por lo
que procedió a citar al mecánico Claudio Montes, quien admitió que nunca ingreso el
auto a su taller, sino que Lucio Bernard concurrió a bordo del VW Gacel a su taller el
día domingo 28/08/2005 como a las 12.00 hs. y le pidió que le extendiera una boleta
cuyo contenido le dictó, puntualmente que dijera que el vehículo había estado en el
taller desde las 21.30 hs. del día 26/08/2005 hasta las 00.30 hs. del día 27/08/2005 y
que le consignara que había cambiado un rulemán y que a la hora indicada le había
entregado el auto en Ciudad Evita. Que Montes le preguntó porque necesitaba esos
datos, a lo que le respondió que si la policía le preguntaba, dijera que efectivamente
había cambiado el rulemán, y le dio diez pesos por el favor, también se dejó constancia
en su declaración que para hacer la boleta se apoyó en el capot, el que se encontraba
muy sucio, como con tierra reciente, como si hubiese andado por caminos de tierra, y
en el interior del rodado en el asiento trasero, había como una caja de madera, tapada
con algo que parecía un abrigo de color marrón y también había dos bultos que
parecían bolsos –no recordando el color ni el tipo-. Que esto demostraba el interés de
Bernard en desprenderse del vehículo en la franja horaria mencionada que coincide
plenamente con el horario en que Mirta García desaparece de su casa. Que al dirigirse

Expediente Nro. 927482 - 50 / 85


al auto marca VW Senda de color dorado, dominio WMA-094, que estaba estacionado
en la vía pública a los fines de constatar el estado del mismo y los posibles daños,
observando que exteriormente el vehículo estaba muy limpio, tenía recién puesto
renovador de caucho y silicona en sus burletes y paragolpes. Que previo las
consideraciones de ley, un personal a su cargo, el Oficial Simbrón procedió al registro
o cateo sobre el interior del rodado, constatando que en baúl había un poco de tierra y
en el interior se notaba que estaba limpio, había sido aspirado y al levantar la alfombra
del asiento trasero, el piso estaba húmedo y de allí emanaba un olor extraño “como un
olor antiséptico o desinfectante, similar al que huele en los hospitales, muy
persistente...” y al sacar Bernard una rejilla del interior del vehículo se pudo percibir
que la misma estaba húmeda –sin manchas de ningún tipo- y que de ella emanaba olor
a sangre, siendo este un olor muy particular, que reconoce por simples razones
profesionales. Que dicho vehículo fue secuestrado y al que operar sobre el mismo
personal de química legal levantan muestras de manchas -que luego fueron
corroboradas como de sangre humana- en el apoya cabezas del asiento del
acompañante y del cinturón de seguridad del mismo lado y posición, burletes de la
puerta y del marco de la puerta delantera derecha. Que en esas instancias era de vital
importancia dar con el paradero de la señora García, por lo que realizó la siguiente
valoración: el día viernes 26/08/2005 a las 19.30 hs. Torres se encontraba en la casa de
Negrelli, a las 20.40 hs. le envía un sms a Mirta García. A las 22.15 García llama por
teléfono asu hermana y le cuenta que tenía todo preparado y que Torres la llevaría a la
terminal a las 23.10 hs, ya que debía abordar el micro a las 23.30 hs.. Que según
Negrelli, Torres fue visitar a García a las 21.30 hs. y hasta las 22.00 hs. y que desde las
23.30 hs. hasta las 00.00 hs Torres y Bernard estuvieron en casa de Claudia Ponce en
barrio Villa Ciudad Evita. Que el día sábado 27/08/2005 a las 00.35 hs. se registra un
llamado desde el teléfono de Torres al celular de García con una duración de 157

Expediente Nro. 927482 - 51 / 85


segundos. A las 00.55 hs. Torres y Bernard a bordo del Gacel cruzan el peaje a Carlos
Paz, a las 01.10 hs. Bernard se comunica por el Comisario Ceballos y minutos después
entrevista a Cabrera en el ingreso a Carlos Paz refiriendo el supuesto incidente que
había tenido. A las 01.20 hs. Torres y Bernard se encontraban en la comisaría de
Carlos Paz para hacer una denuncia pero se retiran intempestivamente;
aproximadamente a las 1:30 horas de la madrugada Cristian Cortez encuentra el
celular de la víctima en el puente de Carlos Paz; a las 02.40 hs. cruzan por el peaje en
sentido Carlos Paz-Córdoba. Que de 11 a 12 hs. ambos se encontraban en la casa de
Claudia Ponce lavando el auto y en la oportunidad Bernard amenaza a Claudia Ponce
para que mienta a la policía. Que el día domingo 28/08/2005 a las 12.00 hs. Bernard
concurre al taller de Claudio Montes y le pide que le entregue una boleta con datos
falsos que el mismo Bernard le dicta. El día lunes 29/08 Bernard es entrevistado por la
policía y se le secuestra el auto. El día jueves 01/09/2005 se procede al allanamiento
de la vivienda de Bernard y a su detención. Que todo hace presumir que cuando
cruzaron el peaje a Carlos Paz ya habían abandonado el cuerpo, resultando poco
probable que lo hayan abandonado en las cercanías del peaje. Que lo llevó a pensar –al
funcionario público- que desde las 00.00 hs. en que Torres y Bernard se retiraron de la
casa de Ponce, hasta las 0.55 hs. que cruzaron el peaje debieron cruzar toda la ciudad
lo que les insumiría un tiempo aproximado de 23 a 25 minutos ( 22 Km .) tiempo no
suficiente para buscar un lugar apropiado, porque lo más probable es que lo hayan
arrojado en las zonas próximas a Ciudad Evita, teniendo en cuenta que desde que la
pasaron a buscar y hasta la hora que llegan a casa de Claudia Ponce transcurren unos
treinta o cuarenta y cinco minutos y teniendo en cuenta que Ciudad Evita tiene muchos
descampados y zonas sin tránsito vehicular, por lo que con la colaboración de GES se
realizaron tareas de relevamiento en la zona descampada, ubicada en el sur-este de esta
ciudad, sita a unos quince kms., en las proximidades de Ferreyra, entre el camino a

Expediente Nro. 927482 - 52 / 85


Capilla de los Remedios y la Ruta o camino a Villa Posse, lugar donde transita poca
gente y tiene un fácil acceso motorizado. Que en su procura advirtieron que a metros
de la casa de Ponce sale un camino de tierra, ancho, en buen estado de transitabilidad,
poco circulado, que conecta dicho barrio con el Camino a Capilla de los Remedios y
hay unos cinco kms de distancia, es decir que ambos puntos pueden ser unidos
circulando a unos 80 kms. por hora en unos 8 o 10 minutos y que desde la casa de la
víctima hasta esa zona hay unos 11 kms., que pueden ser transitados en 17 a 20
minutos. Que siendo aproximadamente las 10.00 hs. del día 07/09/2005 cuando
rastreaban a unos ciento ochenta metros desde la entrada por un callejón a ese campo –
desde el camino a Capilla de los Remedios-, a unos trece metros campo adentro del
margen izquierdo de ese callejón, se logra avistar que sobre un montículo de malezas,
semi cubierta por las mismas, se encontraba el cuerpo sin vida de una persona de sexo
femenino, que se encontraba en posición decúbito dorsal, con su cráneo orientado al
sur en avanzado estado de descomposición y con un orificio en la zona frontal derecha
del cráneo -compatible con disparo de arma de fuego-, mientras el resto del cuerpo no
se mostraba demasiado descompuesto. Que la occisa vestía pantalón azul, zapatillas
tipo botas de color negra, un sueter tipo cardigan de color gris con detalles rojos. Que
todo hacía indicar que se trataba de Mirta García. Por último dejo constancia que
desde la casa de la víctima hasta el lugar del hallazgo del cuerpo hay 11 kms. que son
recorridos en 17 ó 20 minutos. Y que desde las 22.45 ó 23.00 hs. en que pasaron a
buscarla hasta las 23.30 hs. en que llegan sin la víctima a la casa de Ponce
transcurrieron 45 minutos; Romina Soledad Lara (fs. 102), concubina de Cristian
Cortez, quien dijo que el día sábado 27/08/2005 como a las 00.30 hs. u concubino se
fue con unos amigos a pescar en la ciudad de Carlos Paz, regresando alrededor de las
12.00 hs. del mismo día. Que entre otras cosas que había encontrado tirado un teléfono
celular, pero como no tendría crédito se puso a buscar los juegos, en esas

Expediente Nro. 927482 - 53 / 85


circunstancias el celular sonó y al atender un hombre preguntó “¿Mirta?, ella dijo
equivocado y cortó, después volvió a llamar y el diálogo se repitió. Después al otro
día, domingo al mediodía llamó una señora diciendo ¿Mirta?, entonces la declarante le
dijo que no era de ella, que se lo había encontrado un hermano; la que señora le
preguntó donde lo había encontrado y ella le dijo en Carlos Paz y que llamara más
tarde, para darle mas datos, pero después el teléfono quedó sin batería y no tenía como
cargarlo, tampoco sabía si lo que le estaban diciendo era cierto. Que cuando se enteró
por canal 10 de que había una señora desaparecida de nombre Mirta, llamó al canal y
dejo su teléfono, después la policía la llamó y entregó al celular en jefatura; Cristian
Martín Silva (fs. 105) dijo que en la madrugada del sábado 27/08/2005 junto con
Cristian Cortez y Ever se dirigieron en remis a la terminal de Córdoba y en colectivo a
Carlos a fin de pescar. Que al llegar a Carlos Paz se dirigen hacia la costanera y de allí
al puente que esta próximo al casino de esa ciudad, llegan al puente y toman un atajo,
por una especie de escalera media rota, por la cual suben al puente, que estuvieron allí
unos quince minutos y como había mucho tiempo, deciden irse al otro lado del puente
y bajan a la calle del otro lado del casino por donde ingresaron primeramente, desde
allí Cortez ve del otro costado del río u teléfono celular, por lo que los tres deciden
bajar. Que se trataba de un aparato marca Samsung con tapita, modelo viejo, que su
amigo Cristian lo levantó y estaba apagada. Que su amigo lo encendió y como fondo
de pantalla apareció una cara y el nombre MIRTA GARCIA. Que Cristian guardó el
teléfono y siguieron pescando. Que esto sucedió aproximadamente a las 02.00 hs.. Que
siendo las 08.00 hs. deciden volver a Córdoba. Que mientras estuvieron pescando el
teléfono no sonó. Que cuando llegaron no había ninguna persona, que con
posterioridad llegaron varias personas a pescar. Que el 31/08/2005 Romina Lara le
comentó que había visto en el noticiero de canal 10 que una mujer llamada Mirta
García había desaparecido, por lo que decidieron comunicarse con la producción del

Expediente Nro. 927482 - 54 / 85


canal, y así llegaron a la policía; Ricardo Enrique Cabrera (fs. 149), adscripto a la
patrulla preventiva de Carlos Paz, dijo que el día 27/08/2005, aproximadamente a la
01.10 hs. mientras se encontraba patrullando la zona de ingreso a la ciudad de Villa
Carlos Paz, es comisionado por frecuencia radial a fin de estar atento al ingreso de un
Renault 12 de color bordó que momentos antes había efectuado disparos de arma de
fuego contra otro vehículo. Que atento a ello se dirige hacia calle Medrano y San
Martín, a dos cuadras de donde se encontraba, haciéndolo en pocos segundos y
permaneció expectante. Que el tráfico era poco y ninguno de las características
mencionados. Que como a los dos o tres minutos frena un gacel de color dorado, cuyo
acompañante baja el vidrio y dice “te avisaron que nos hicieron unos disparos desde
un Renault 12” , y al decirle que sí, continuó “es un Renault 12 bordó o color ladrillo,
son los mismos que me asaltaron y robaron..., el auto tiene patente que termina con
288” , que cerca de ese lugar le habían efectuado dos disparos, pero no sabía si habían
impactado en el auto. Que justo en ese momento pasa un auto similar y les recomienda
ir a hacer la denuncia a la comisaría y que el controlaría el vehículo. Después tomo
conocimiento de que no formuló la denuncia y se retiraron de la comisaría. Que el
dicente siguió el vehículo de color rojo con una parejita y tratándose evidentemente de
otro vehículo decidió no controlarlo. Que el acompañante vestía campera tipo Parka
–larga- de color oscura con vivos blancos o amarillos en cuello y frente. El otro vestía
campera marrón, cree que de cuero. Que estaban solos no recordando si llevaban algún
elemento o equipaje; de Andrés Osvaldo Juncos (fs. 113/114), dijo que presta
servicio en la comisaría de Carlos Paz, y el sábado 27/08/2005 entre las 01.20 hs. a
01.30 hs. mientras estaba en la guardia llegó un sujeto de unos cuarenta y cinco años,
robusto, grandote, alto, vestido con pantalón de jeans celeste claro y campera larga,
tipo parka oscura, con vivos de color naranja o similar , quien entró muy nervioso,
pidió permiso para ir al baño, tras lo cual salió con cara y manos mojadas, muy

Expediente Nro. 927482 - 55 / 85


nervioso, caminaba de un lado al otro y dijo “quiero hacer una denuncia, porque recién
cuando venía por la ruta en el auto, pasó un Renault 12 bordo y me hizo dos tiros”, le
pidió que le tomara la denuncia y después de un rato volvió a decir “y? No me vas a
tomar la denuncia?, mientras continuaba muy nervioso, luego comenzó a hablar por
celular –un teléfono chiquito y plateado-, tras lo cual dijo “hable con mi abogado y me
dijo que a la denuncia la haga en Córdoba, porque el problema comenzó en Córdoba”,
tras lo cual se fue, desconociendo si estaba solo o acompañado; de Cristian Manuel
Cortez (fs. 115) dijo que en la madrugada del sábado 27/08/2005, se fue con unos
amigos a la ciudad de Carlos Paz a pescar. Que llegaron a destino alrededor de la
01.30 hs. y se pusieron a pescar arriba del puente que esta sobre la ruta a la altura de
Red Megatone, cerca del casino, pero como había mucho viento bajaron y se pusieron
a pescar debajo del puente arriba del paredón de abajo que tiene una reja y desde allí
vió que había u teléfono bien en la orilla, en el barro que esta entre el agua y la arena.
Que bajo y para llegar al teléfono debió saltar el paredón que es alto, caminar por las
piedras, después la arena y llegar a la mugre donde estaba el teléfono. Que estaba
apagado, no tenia carga y se lo llevó a su casa y se lo dio a su señora. Que llamó al 611
y le dijeron que no estaba denunciado y se le podía cargar la tarjeta, pensó que por ser
viejo no lo habían denunciado. Que después su concubina le contó que la habían
llamado y que decían que era una señora y después se enteraron por la tele. Que en
lugar donde lo encontró era de barro bien blandito y la hora aproximada fue entre las
03.00 y 04.00 de la mañana; de Ever César Pedraza (fs. 117), amigo de Cortez y
Silva, quien estaba con los nombrados en Carlos Paz cuando encontraron el celular, no
aportando otro dato de utilidad y de Hugo Antonio Martínez Mendel (fs. 733), amigo
de Pedro Negrelli, quien el día 26/08/2005, alrededor de las 22.00 hs. estaba charlando
con su amigo en la puerta de su casa, cuando salió del interior de la vivienda un sujeto
que pasó entre los dos y se subió a un auto que estaba estacionado a dos o tres metros

Expediente Nro. 927482 - 56 / 85


de la puerta de la casa, pero por la escasa luz, los árboles del lugar y porque no le
prestó atención es que no puede aportar otros datos de utilidad. Documental: Copia de
exposición formulada en la Comisaría 1º, solicitando paradero de Mirta García (fs. 12)
, Actas de secuestro (fs. 23, 24, 104, 125, 157, 158, 273, 494), Documentación
secuestrada (fs. 25), Fotocopia de documentación secuestrada -una constancia policial
20/08, un presupuesto de un taller mecánico, un ticket “Compañía Rimidan”
Malagueño, dos tickets “Caminos de las Sierras”- (fs. 26/27), Planillas prontuariales
(fs. 34, 35, 204), Esquema de llamadas (fs. 44), Registros telefónicos (fs. 45/71),
Fotografías de la familia García (fs. 79), Croquis (fs. 97, 112, 116, 196, 584), Ordenes
y actas de allanamientos (fs. 119, 120, 130/135, 163/164, 533, 535), Informe médico
de Bernard (fs. 126, 143), Fotografías secuestradas (fs. 136), Certificados (fs. 147,
342, 377, 472, 487 vta., 505, 560, 599 vta., 624 vta., 630, 707, 707 vta.,737),
Retrato hablado (fs. 177), Cronología del sumario (fs. 190/191), Acta de inspección
ocular (fs. 195), Informe numérico del automóvil VW Gacel (fs. 209), Informe
mecánico (fs. 210), Informe del dominio del automóvil VW Gacel (fs. 212),
Fotocopia Autopsia (fs.220/221/222), Informes químicos (fs. 219, 271/272, 317,
329, 338, 339, 340, 408, 409, 448, 508, 509, 510,606/607, 638, 730), Historia Clínica
de Bernard del Hospital Neuropsiquiátrico Provincial (fs. 224/266), Informes de
fotografía legal (fs. 274/280, 404, 413/425, 449/452, 569/585, 607, 727/729), Partidas
de nacimientos de los Juncos (fs. 318, 319, 320), Ficha de vehículo secuestrado (fs.
349), Autopsia (fs. 361/363), Informe de radiología (fs. 364), Informe de la Cátedra de
Diversidad Animal (fs. 365/366), Ampliación de autopsia (fs. 369/370), Fotocopias
Informes Químicos (fs. 326/327), Informe técnico de huellas y rastros (fs. 405/407,
438/444, 445/447, 566, 568, 606, 680/688, 730/731), Informe médico sobre el
cadáver de Mirta Amalia García (fs. 410/412), Pericia Psicológica (fs. 464/471),
Pericia Psiquiátrica (fs. 473/482), Informe del Instituto Privado de Neurociencias (fs.

Expediente Nro. 927482 - 57 / 85


483/485), Informe del Dr. Claudio Maravilla del Hospital Neuropsiquiátrico
Provincial (fs. 486), Informe balístico (fs. 493/496), Informe Registro Único de Armas
Secuestradas (fs. 504), Sobre Cerrado conteniendo pastillas (fs. 520), Fotocopia Acta
de Defunción (fs. 527/528), Acta de defunción (fs. 564), Informe Telecóm (fs.
538/553), Plano de ubicación del cuerpo de la occisa (fs. 586), Acta de
Reconocimiento de objetos (fs. 595), Transcripción de comunicación policial (fs. 623)
, Informe Área papiloscopía de Policía Judicial (fs. 606), Informe Servicio Patología
forense (fs. 678), Fotocopia Dictamen Pericial ADN (fs. 631/637), Dictamen de
pericia de ADN (fs. 691/698, 842/850), Informe Empresa Urquiza (fs. 673), Informes
Huellas y Rastros (fs. 680), Fotografías (fs. 681/688), Fotocopias certificadas del
libro de guardia de la Comisaría nº 19 (fs. 700/705), Informe Empresa MOVISTAR
(fs. 711/712) y Informe del Registro Nacional de Reincidencia (fs. 948/953), Informe
del Registro Nacional de Armas (fs. 1093/1095), Informe del Repracor (fs. 978),
Copias certificadas de Sentencias condenatorias y cómputos de pena (fs. 999/1078),
Pericia Psiquiátrica (fs. 1353/1361) y demás constancias de autos.- V)
VALORACION CRITICA DE LA PRUEBA: Del examen de toda la prueba
incorporada legalmente al proceso, surgen fehacientemente acreditados los dos
extremos de la imputación jurídico delictiva, esto es, la existencia de los hechos y la
responsabilidad del imputado Bernard, con el grado de certeza que exige esta vital
etapa del proceso. En base a la misma estamos en condiciones de afirmar que el
enrostrado Lucio Fabián Bernard en compañía y previo acuerdo con el prófugo Héctor
Martín Torres, disparó contra Mirta García con un arma de fuego, con intención de
darle muerte y con la finalidad de lograr sus designios delictivos, resguardar su
identidad y lograr así la impunidad y la de su compinche, para luego despojarla de
bienes cuya ajenidad les constaba, falleciendo la nombrada tres o cuatro horas
después, atento surge de la autopsia practicada en el cadáver de la misma. También

Expediente Nro. 927482 - 58 / 85


que al día siguiente (27/8/05) amenazó a Claudia Ponce con matarla a ella y a su
familia si lo delataba. Para arribar a ello es preciso concatenar toda las probanzas
arrimadas al proceso, y en especial poner atención al hilo conductor de la
investigación que inexorablemente llevará a la conclusión ya adelantada y que es esta
y no puede ser otra la resultante de la misma. Veamos. La investigación en la presente
causa comienza a raíz de la supuesta (en un primer momento) desaparición de Mirta
Nidia Amalia García, que habría ocurrido alrededor de las 22.30 horas del día
veintiséis de agosto de dos mil cinco. Dicha mujer debía viajar en esa fecha hacia
Buenos Aires con motivo del cumpleaños número cuarenta de su hijo Carlos Alberto
Juncos, quien esperaba su arribo a dicha ciudad en horas de la mañana del día
siguiente. Que al advertir que la misma no llegaba, empieza la comunicación entre los
hijos (Carlos en Buenos Aires) y Walter Juncos (en Córdoba) preocupados por la falta
de noticias de su progenitora. Inicialmente se averigua entre familiares y amigos por la
posibilidad de que la mujer no hubiera viajado, hasta que a traves de la Empresa Gral.
Urquiza –por la que habitualmente viajaba- se informa que si bien se había adquirido
el boleto (butaca nº 3) para ese día viernes 26/8/05 a las 23 horas, a su nombre, el
mismo no había sido utilizado (ver Informe de fs. 673). Esto determina a sus hijos a
concentrar su búsqueda a la Ciudad de Córdoba. Así, luego de recorrer diversos
hospitales y dependencias policiales, finalmente el 28/8/05 a las catorce horas,
denuncian en la División Protección de las personas la desaparición de su madre.
Previamente y ante el conocimiento de que su madre había acordado con el remisero y
vecino Héctor Martín Torres –que la transportaba habitualmente- su traslado a la
Terminal de Ómnibus esa noche, es que Walter Juncos entrevista primero a Pedro
Negrelli (vecino que lo alojaba a Torres en su casa y que lo había presentado a la Sra.
García) y luego al mismo Torres a fin de determinar qué había ocurrido, oportunidad
en que este último le indica que él no la había llevado porque tenía el auto roto. Una

Expediente Nro. 927482 - 59 / 85


vez comenzada la investigación el comisionado Borquez entrevista a Torres y a
Bernard -quien empleaba el auto de su padre como remis-, advirtiendo entre las
versiones de ambos una serie de contradicciones que lo hacen sospechar de los
mismos. Así, inicialmente Torres niega haber trasladado a García por tener el remis
roto y que junto a su propietario –Bernard- lo habían llevado a reparar a un taller en
Circunvalación y Ruta 9, luego de lo cual se fueron a comer un asado y finalmente
como a la una de la mañana él (Torres) se fue a su domicilio a dormir. Que a la Sra.
García la vio por última vez a las 20.30 horas cuando fue a su domicilio, oportunidad
en que la ayudó a borrar mensajes de su celular y que ella le pidiera que Pedro Negrelli
se ocupara de sus plantas y animales en su ausencia. Que debido que al practicar
averiguaciones en las remiserías del barrio, Borquez obtiene resultados negativos,
vuelve a entrevistar a Torres, quien en esta oportunidad lo lleva y le indica
personalmente el nombre y dirección del propietario del vehículo que conducía como
remisero. Llega así a Santa Ana 2087 de Barrio Quintas de Santa Ana y a Lucio
Fabián Bernard a quien deja citado por no encontrarse en la oportunidad. Que
posteriormente Bernard se presenta en la Jefatura de Policía y es entrevistado por el
comisionado Borquez, circunstancia en que le manifiesta que el viernes 26/8/05 fue a
lo de Torres alrededor de las 20 hs. para llevar a reparar el vehículo y a fin de que éste
lo acompañara al taller, pero que a las pocas cuadras se le rompe un rulemán al coche
y llama a una grua que los llevara hasta el taller. Que luego de dejarlo en el mismo
para ser reparado, ambos se van a comer un asado y que siendo como las 24 hs. llegan
los mecánicos del taller al lugar en donde se encontraban entregándoles el coche
reparado, abonando el arreglo, y decidiendo con Torres irse a Carlos Paz a reunirse
con dos prostitutas. Se advierten aquí diferencias importantes entre los dichos de uno y
otro: 1) Torres dice que a las 20.30 entrevista a García para avisarle que no podría
llevarla, en tanto que Bernard dice que busca a Torres en su domicilio para ir al taller a

Expediente Nro. 927482 - 60 / 85


las 20 hs.; 2) Torres dijo que al vehículo lo llevaron andando juntos al taller, en tanto
que Bernard manifiesta que a pocas cuadras rompen un rulemán y deben trasladar el
rodado con el auxilio de una grua; 3) Torres coincide con Bernard en que luego se
fueron a comer un asado, pero que a la una de la mañana se fue a su casa a dormir, en
tanto que Bernard dijo que los mecánicos del taller le trajeron el auto arreglado a las
24 horas y junto a Torres se fueron a Carlos Paz a ver unas prostitutas, agregando que
en la ruta hacia la Villa fueron atacados a balazos desde otro automóvil (R-12).
Borquez retorna a hablar con Torres, quien en esta ocasión modifica parcialmente su
versión esta vez indicando que luego del asado fueron a Carlos Paz pero a ver a una
hermana de Bernard, reconociendo que ocurrió lo de los disparos, pero negando que
para llevar el auto al taller hayan utilizado una grua. Finalmente dan el nombre y
dirección de donde comieron el asado y Bernard (en presencia de su abogado) entrega
una boleta del taller donde había arreglado su auto, los tickets de peaje de Carlos Paz,
como así también el de consumisión de una bebida en las inmediaciones de la casilla.
Ante estas versiones encontradas, y los datos aportados por el propio Bernard en
relación al taller y a las personas con las que habían compartido un asado ese día, se
entrevista al tallerista Claudio Marcelo Montes quien indicó que el imputado al que
conoce como Lucio (de dos ocasiones anteriores en que le había llevado el vehículo)
vino a su taller el domingo 28/8/05 a las 12 hs. (no el viernes 26/8/05 como dijeron
Torres y Bernard) y le pidió que le hiciera una boleta como si le hubiera arreglado el
remis, más precisamente como si le hubiera cambiado un rulemán, ya que lo tenía que
presentar en la empresa. Que lo notó nervioso y que él mismo le dictó lo que tenía que
poner en la boleta, haciendo hincapié en la hora en que lo dejaba en el taller y la hora
en que se lo devolvía y el lugar (en Bº Ciudad Evita). Que al entregarle la boleta le
dijo también “si viene la cana le tenés que decir que el auto sí estuvo acá” y que le
había cobrado $ 40 y se lo había devuelto a las 0,30 hs. del día 27/8. Que Lucio fue

Expediente Nro. 927482 - 61 / 85


solo al taller y que el auto estaba lleno de tierra como si hubiera andado en un camino
de tierra, que era polvo lo que lo cubría. Agregó que la boleta la hizo en el capot del
auto Gacel y vio dos bolsos en el asiento trasero. Empezamos aquí a advertir cómo la
coartada de Bernard comienza a derrumbarse. También por sus propios dichos se llega
a Claudia Patricia Ponce (que resulta a la postre la damnificada del segundo hecho de
la acusación), quien conocía a Bernard con anterioridad a traves de su ex pareja,
cuando ambos estaban en la cárcel, acotando que le había brindado ayuda, incluso
económica, en varias oportunidades. Admitió, sin reservas que Bernard estuvo con
Torres en su domicilio la noche del viernes 26/8/05, oportunidad en que con su familia
terminaban de comer un asado; dijo que llegaron como a las 23,30 horas y se retiraron
casi enseguida, no estando en el lugar más de 30 minutos, agregando que Bernard
estaba tranquilo como siempre, pero a Torres se lo notaba muy nervioso. Que el
sábado (27/8/05) llegaron nuevamente a su domicilio Bernard y Torres en el auto del
primero como a las once de la mañana, oportunidad en que se encontraba en su casa un
amigo de nombre Robert Soto. Que Torres y Bernard lavaron el auto de este último y
le llamó la atención que le echaran tanta agua (le habían pedido la manguera a su hija)
porque no estaba tan sucio, advirtiendo que Bernard buscaba “algo” en el asiento
trasero. Que cuando terminó de lavar el vehículo Bernard la llamó y le dijo “...mirá, si
la policía te pregunta vos tenés que decir que yo anoche estuve acá desde las 21,30
hasta las 0,45 hs...”; que ante estos dichos le preguntó el motivo y Bernard le contestó
“..aquellos se echaron un moco, apretaron a una vieja y se les fue la mano..”, como
haciendo referencia a Torres y a otros desconocidos, ocasión en que ella le preguntó si
él tenía algo que ver y Bernard le respondió con mirada de burla y de reojo como
asintiendo para finalmente decirle “..mirá, si llegas a decir algo de lo que te conté y
nos dan la cana por lo que hicimos...a vos y tus hijos los voy a cagar matando...”, por
lo que sintió miedo. Agregó que el día lunes siguiente (29/8/05) como estaba

Expediente Nro. 927482 - 62 / 85


preocupada por las amenazas que Bernard le había proferido, especialmente por sus
hijos, lo llama y no le contesta, pero finalmente, siendo las 9,30 hs. vino Bernard solo
y sin el auto. Que estaba más amable y le vuelve a reiterar que si la policía venía tenía
que acordarse de decir sobre el día y horario en que él había estado en su casa. Sobre
el horario en que Bernard y Torres concurren y se retiran de lo de Ponce el día viernes
26/8/05, coinciden su actual pareja Luis Ramón Ortega y su hija María Soledad Nieva
Ponce. También esta última y Robert Soto concuerdan sobre lavado del rodado en lo
de Ponce por parte de Bernard y Torres, y que ambos se conducían sin ninguna
compañía de un tercero. Debe recordarse, que todos los testigos advierten que Bernard
casi compulsivamente buscaba algún objeto en el asiento trasero, que extrajo del
vehículo y lo llevó al interior de la vivienda. En tanto que Soto agrega que el 31/8/05
Bernard vino a su casa entre las 18 y las 19 horas oportunidad en que Bernard le
comentó que tenía un problema manifestándole “estos hijos de puta...no se si la han
matado...o la secuestraron...y encima usaron mi auto”, y que mientras estaba en su
domicilio, Bernard recibió un llamado al celular, escuchando Soto que decía “..antes
de pagarle a otro te pago a vos que sos mi abogado...porque estos hijos de puta del
taller declararon mal...”. Declaró también Pedro Negrelli, vecino de la García, de su
confianza, y a quien solía encargarle el cuidado de plantas y animales durante su
ausencia, aunque sólo le daba llaves del portón y no las que habilitaban al interior de la
vivienda, y que fue el que introdujo a Torres a su vida, solicitando le diera una mano y
le permitiera hacer algunos trabajos de albañilería y pintura lo que la mujer aceptó.
Dijo que sabía que la Sra. García viajaría ese día viernes a las 22 o 22,30 y que Torres
la llevaría en el remis a la terminal y esto último por dichos de la García, aunque a él
Torres le dijera después que él no podría llevarla porque tenía el auto roto. Que como a
las 22 hs. Torres salió de su casa y le dijo “me vienen a buscar” entendiendo que era el
dueño del remis porque nadie más lo buscaba ni le conocía otra amistad. Con el correr

Expediente Nro. 927482 - 63 / 85


de los días y a medida que avanza la investigación, las peores sospechas acerca de la
desaparición de García nos acercan hacia su posible muerte en forma violenta, y es con
el secuestro del rodado Gacel de Bernard, con la intervención de los policías Villarreal
y Simbrón que se estrecha el círculo en torno a esa hipótesis y a la participación de
Bernard y Torres en la misma. En efecto, a pesar de lo “brillante” que lucía el rodado
al momento de ser incautado, el policía Simbrón observa tras minuciosa búsqueda,
posibles rastros de sangre en marco y techo de puerta delantera derecha, respaldo y
apoya cabeza de la butaca delantera derecha. Que debidamente analizadas por
Química legal de Policía Judicial las muestras levantadas del rodado, indican la
presencia de sangre humana (ver fs. 147 y 342), y con las pericias de ADN que
posteriormente (y luego de la detención de Bernard) se realizan, se confirma que las
mismas se corresponden con el perfil genético de Mirta Nidia García (ver fs. 630). Ya
con la sospecha cierta del peor de los desenlaces, y con la intervención de la División
Homicidios de la Policía de la Provincia, y aunque inicialmente la búsqueda del
cuerpo gira en torno a la zona de Carlos Paz, principalmente por el hallazgo del celular
de la víctima debajo del puente principal de esa ciudad (ver fs. 104 y Croquis de fs.
116), por parte de unos pescadores ocasionales (Cortez y Pedraza), el mismo día de su
desaparición y poco después de que con ella hablaran las últimas que la escucharan
viva (su hermana Elena García y su sobrina Sandra Pedraza, que se comunicaran
telefónicamente con la occisa cerca de las 22,15 del fatídico viernes 26/8/05), luego, y
ya siguiendo la secuencia de los horarios y lugares en que el mismo Bernard se sitúa a
fin de armar su coartada, las pesquisas se orientan hacia la zona descampada aledaña a
Villa Ciudad Evita, cercana a la vivienda de Ponce, lugar donde junto a Torres
arribaron aproximadamente a las 23,30 horas. Así se planifica un rastrillaje en base a
tiempos y distancias (perfectamente determinados por los policías Junco y Villarreal) y
con la colaboración de Bomberos y del Grupo Especial de Salvamento (GES) de la

Expediente Nro. 927482 - 64 / 85


policía, se monta un operativo que culmina con el hallazgo del cuerpo en camino a
Capilla de los Remedios, a unos trece kilómetros de la Ciudad de Córdoba, el día
7/9/05, a la hora 9,50, por parte del policía Walter Alfonso, quien describiera en el
debate la forma y estado en que el mismo se encontraba y con una herida evidente de
arma de fuego en el cráneo. Ahora sí, en presencia de una muerte violenta, se practica
autopsia para determinar con precisión la causa y data de la misma. Se establece que el
deceso fue debido a “traumatismo cráneo cérvico toráxico debido a herida por
proyectil de arma de fuego”(ver Autopsia de fs. 361/363) y que dicho proyectil es
compatible con 9 mm o calibre 38 (ver informe balístico de fs.493/496). Que para
determinar con mayor precisión el tiempo de la muerte tal como lo solicitara
inicialmente el Sr. Fiscal de Instrucción al ordenar la autopsia referida, los Forenses
solicitan un estudio complementario de la fauna cadavérica hallada en el cuerpo (ver
fs. 365/366), y ya en poder del mismo completan su pericia, informando que la muerte
se habría producido entre el 27/8/05 y el 1/9/05 (ver fs. 369/370), muerte que en
definitiva acredita el Acta de Defunción que obra a fs. 564 de autos. Si tenemos en
cuenta estos estudios, el horario en que Torres debía buscar a la García para llevarla a
la Terminal y el horario en que salió de lo de Pedro Negrelli (22 hs.) a pesar de haber
afirmado a éste que no la llevaría por tener roto el remis, la manifestación de Pedro de
que lo pasaron a buscar y que sólo podía ser el dueño del remis (Bernard, al que señaló
en el debate como tal) puesto que era el único que lo hacía, y los dichos de Mirta
García a su hermana Elena Albida García y a su sobrina Sandra Pedraza de que ya
llegaba el “chico de Pedro” -como ella llamaba a Torres- a buscarla (cuando se
comunicaron telefónicamente como a las 22,15 hs.), situación que evidenciaba que
éste nada le había dicho sobre la rotura del vehículo y su imposibilidad para llevarla,
como afirmara a la policía y a los propios hijos de la víctima poco tiempo después de
su desaparición, nos permiten concluir que todo era parte de un plan elaborado con

Expediente Nro. 927482 - 65 / 85


anterioridad por Bernard y Torres con la finalidad de robar dinero y otras pertenencias
a la misma, y darle muerte después para lograr su impunidad. Acá consideramos
especialmente los dichos del propio Bernard que para apartarse del suceso criminoso,
desde un primer momento, aportó elementos defensivos falaces que en definitiva
permitieron desenmascararlo y condujeron al hallazgo del cadáver. Mintió sobre la
rotura del rodado y sobre los horarios, día y forma en que lo llevó a un taller para su
reparación. Mintió en relación al horario en que supuestamente compartió un asado en
compañía de Torres en lo de la Sra. Ponce a quien conocía, y a quien como ya se ha
visto amenazó para obligarla a mentir sobre el horario de su presencia en su hogar, lo
que constituye el segundo ilícito por el que es traído a proceso, y cometido para
ocultar el primero. Todos sus dichos a la policía tendieron a tapar su rastro y el de
Torres e incluso también el de su vehículo en el hecho, que pudiera vincularlo con la
desaparición de Mirta García, por lo cual descarto la posible participación de un tercer
sujeto en el evento como trató también de hacer creer Bernard a la Ponce y a Soto en
su ánimo por desvincularse. Sólo se ubicó él con Torres en su vehículo en
proximidades del domicilio de Mirta García (aunque en un horario distinto), y sólo él y
Torres llevando el rodado al taller (de lo que presentó falsa factura) y yendo a comer
un asado a lo de Ponce (que vive a escasa distancia del lugar de hallazgo del cuerpo de
García); también solos ellos (Bernard y Torres) viajando a Carlos Paz (presentando
tickets del peaje –ida y vuelta- que marcan el horario) y haciendo un escándalo en la
policía local por un posible tiroteo que finalmente no denunció y del que Torres
inicialmente nada dijo, y por otra parte tampoco pudo comprobarse. Y fue en el sector
en el que él se colocó junto a Torres y en un horario muy próximo al que ellos
estuvieran en el lugar, en que el azar hizo que unos pescadores encontraran el celular
de García a donde ellos (Bernard y Torres) lo habrían arrojado. Finalmente aparece el
testigo Gastón Ulises Farias que permite dar un cierre a las conjeturas iniciales sobre

Expediente Nro. 927482 - 66 / 85


el plan de Bernard y Torres, quien según sus propios dichos conoció a Bernard y a
Torres en el mes de julio por “chorros y malandras”. Que la misma noche que los
conoció se pusieron de acuerdo para hacer unos “laburitos”, por lo que durante un mes
los frecuentó mucho. Señaló que el lunes de la semana en cuyo viernes Bernard y
Torres cometieron el hecho contra la “viejita García”, en horas del mediodía, ambos se
presentaron en el Gacel de Bernard en la casa del deponente y salieron a dar un par de
vueltas en el auto. En esa oportunidad escuchó que Torres decía que la señora del
frente era “medio novia” de él –al menos éste contaba que mantenía relaciones
sexuales con las misma- y que le había pedido que el viernes a la hora veintidós y
treinta o veintitrés fuera a buscarla para llevarla a la terminal de ómnibus debido a que
debía viajar a Buenos Aires. Y que ésta mujer iba a cobrar la jubilación el día anterior
y seguramente viajaría con unos pesos, a lo que Bernard dijo “bueno hay que ajustarla,
pero la vamos a tener que matar, porque te conoce a vos Torres”, a lo que éste le
respondió “no, como la vamos a matar si es una vecina, me compromete”; sin embargo
Lució le dijo “Loco, dale que tenemos muchas deudas pendientes, hay que pagarlas,
mira que la otra vez te ayude, no me dejés regalado”, diciéndole Torres “anda con el
pendejo” –refiriéndose al deponente-, a lo que Lucio dijo “...no, el pendejo no sabe, no
esta capacitado...”. Que en medio de la conversación Lucio decía que Torres pasaría a
buscar a la víctima a la hora indicada. Que una vez en el auto le diría que pasarían a
buscar al dueño del auto –que iba a estar en la casa de Claudia Ponce en barrio Ciudad
Evita-, antes de llegar a la terminal. Que de esa manera ya quedaron de acuerdo en que
Lucio subiría en la casa de Claudia Ponce donde solían juntarse y dentro de la
planificación, Bernard señaló que la llevarían a Camino a Capilla de los Remedios,
para matarla y enterrarla; recordando que en el baúl Bernard siempre tenía una pala de
punta. Que Bernard utilizaría en el hecho su propia arma de fuego, tratándose de una
pistola 9 mm . color gris opaco, la que siempre llevaba encima; asimismo manifestó

Expediente Nro. 927482 - 67 / 85


que Bernard dijo que utilizaría una botella de plástico como silenciador, colocándola
de boca sobre la punta del caño del arma y sujetando la misma con cinta para evitar
que se suelte, lo que hace que cuando se efectúa un disparo, el proyectil corra por el
espacio del cilindro plástico, perforando la base de la botella y dando en el objetivo sin
que se produzca estruendo. Que desde el primer momento les aclaró que no contaran
con él, ya que el no iba a participar en un hecho que culminara con la vida de una
persona, por lo que sentado en el asiento trasero se limitaba a escuchar sin opinar,
empero recuerda que era Bernard el que insistía en que había que matar a la víctima,
en tanto Torres trataba de salvarla, diciendo que solo quería robarle pero no dañarla.
Que unos días después de lo narrado, Bernard y Torres fueron a buscar al deponente
nuevamente en el mismo vehículo y se dirigieron a unos campos ubicados en el
“camino de la víbora”, pasando el Camino a Capilla de los Remedios, donde fueron a
ver un sitio, al que en un futuro llevarían autopartes. Que no obstante ello, el dicente lo
vinculaba al hecho de la muerte de la vecina de Torres, ya que si cometían el hecho y
la mataban, la tirarían en ese lugar, tal como lo había manifestado Bernard días antes.
Que el viernes –día del hecho-, como a la hora dieciocho aproximadamente, Bernard,
Torres y dos sujetos más –jóvenes y delgados, que parecían amigos de ellos, pero no
los pudo ver bien- pasaron a buscarlo insistiéndole en que los acompañara, diciéndole
“dale, vas a ir de bronca”. Refirió el testigo, que ya se habían puesto de acuerdo en
como realizarían el hecho, Bernard era quien dominaba la escena, pero Torres estaba
muy embalado también. “Invitaron” al dicente a participar en el hecho, pero se negó,
lo que motivó que el “encuentro” terminara en insultos. Agregó que Bernard siempre
andaba armado y sacaba el arma por cualquier cosa. Podemos sin duda marcar este
suceso como un dato cierto del comienzo de la planificación del hecho que culminaría
con la muerte de la “viejita García”. Que teniendo en cuenta toda la prueba analizada,
seguramente Torres pasó a buscar a la Sra. García el día viernes 26/8/05 alrededor de

Expediente Nro. 927482 - 68 / 85


las 22,15 hs. como habían previamente convenido, y ella se sentó en el asiento del
acompañante (posiblemente por la amistad que los unía y más allá de eso por que por
tratarse de un remis “trucho” es algo de práctica habitual, y además recordemos que la
sangre encontrada en el vehículo y perteneciente al perfil genético de la víctima se
encontró en ese sector del rodado), luego se condujeron al lugar donde Bernard
esperaría a que Torres con Mirta lo pasaran a buscar, luego de lo cual, habiéndose
sentado en el asiento trasero, ya que Mirta lo haría en el del acompañante, transitaron
un camino que ya conocían por haber hecho previamente en compañía de Farias y sin
reparo alguno Bernard le deserrajó un disparo, tal como conjetura el fiscal
investigador, encontrándose de pie el imputado y fuera del vehículo, de frente, en el
cráneo –región frontal derecha- con trayectoria descendente (aquí debe tenerse en
cuenta la gran diferencia de estatura entre Bernard y la víctima y las posiciones que
ambos ocupaban, uno de pie y la otra sentada), luego de lo cual, descendieron el
cuerpo de García –aún con vida- y lo depositaron en el descampado cubriéndolo con
malezas, llevándose consigo “el botín” (dinero en una cantidad aproximada a los 600 $
según se pudo determinar, un celular, una cartera y dos bolsos). Que de inmediato se
hicieron presentes en la casa de Claudia Ponce, en Villa Ciudad Evita, distante a pocos
kilómetros del lugar donde habían dejado el cuerpo. Que al llegar, la Ponce y su
concubino, no se sorprendieron, ya que Bernard siempre caía sin avisar y últimamente
lo hacía con Torres. Según los dichos de Claudia Ponce, su hija María Soledad y Luis
Ortega, al llegar pidieron permiso para pasar al baño a lavarse las manos y después
picaron algo y tras permanecer una media hora se retiraron del lugar a bordo del auto
Gacel marroncito de Bernard, en el que habían llegado promediando las 23.30 hs. Que
lo único que les llamó la atención fue que Torres estaba muy nervioso y que fumaba
mucho. Que a posteriori y como parte del plan que ya habían ideado, se dirigieron a la
ciudad de Carlos Paz, pasaron el peaje a las 0,55 hs. ya del día 27/8/05, y en el

Expediente Nro. 927482 - 69 / 85


trayecto Bernard comenzó a montar una escena. Es así que como primera medida
llamó al teléfono celular particular del Crio. Ceballos, a quien había conocido dos días
antes, al hacerse presente el funcionario en el domicilio de Bernard, por pedido de éste
por ser no tan solo víctima de un delito por parte de unos sujetos en un Renault 12
bordo, sino de la demora policial e incluso había avisado a los medios –ver declaración
de Hugo Ceballos-. Resulta obvio que también había “armado” aquel hecho, ya que
Ceballos no le creyó en lo más mínimo, no obstante le dejó su tarjeta. Así le dice que
camino a Carlos Paz había sido baleado desde un automóvil Renault 12 bordó,
recomendándole éste que permaneciera en el lugar y que le enviaría un móvil, que
llamo a la central, dio aviso y se desentendió. Empero Bernard le dice a los
uniformados que arriban al lugar que ya había hablado con un comisario amigo y que
se iba a hacer la denuncia, de esa manera evadió el lógico control policial. Que
efectivamente fue a la departamental, bajó solo y permaneció algunos unos minutos,
donde se mostraba nervioso y después de hablar con su abogado por teléfono, y
comunicarles que formularia la denuncia en Córdoba, se fue. Que al salir del lugar se
dirigieron al puente cercano al casino de esa Ciudad y arrojaron el celular de Mirta
García que tenían en su poder, con la obvia intención de confundir a los
investigadores. Luego de lo cual regresaron a Córdoba y se fueron a dormir. Hasta
aquí, el crimen perfecto?. Nadie los había visto y tenían una coartada creíble. Con lo
que no contaban es que horas después un grupo de jóvenes –Cristian Cortez y Ever
Pedraza – encontrarían el aparato en las márgenes del río y que Córtez se lo diera al
otro día a su concubina Romina Lara, y que finalmente éste llegara a manos de la
policía. Tampoco consideraron que la desaparición de Mirta sería inmediatamente
advertida por su círculo más íntimo, de hecho el día sábado siguiente, las diligencias
llevadas a cabo por los hijos de Mirta en Córdoba y en Buenos Aires, los había puesto
en conocimiento de que Mirta nunca había abordado el micro de la empresa General

Expediente Nro. 927482 - 70 / 85


Urquiza, es decir Mirta no había salido de Córdoba. Con ese dato y en conocimiento
de que su madre era una persona sana y lúcida, descartaron que se hubiese perdido,
resultándoles sumamente sospechosa su desaparición, por lo que enseguida
concurrieron a la unidad judicial a formular una exposición por su desaparición, que
motivó que la autoridad policial se pusiera de inmediato en marcha. A partir de este
momento comenzaba a caer el castillo de arena que Bernard había levantado para
ambos, pero esto no era todo, Bernard seguía tejiendo una trama tendiente a “zafar”
del hecho y en su convicción de “ser omnipotente” no contó con que las personas que
había involucrado en el crimen lo delatarían, dejándolo al descubierto. Es más, a sus
dichos fácilmente comprobables, no sumó la difusión por los medios de comunicación,
que incluso permitió que entre otras cosas la policía llegara a Romina Lara, poseedora
del celular de la víctima. Respecto del uso de armas por parte de Bernard ha quedado
acreditado por los testimonios de Ponce, Farías y Fabing que el mismo portaba o tenía
habitualmente una 9 mm ; y en base a sus antecedentes penales y en especial la
condena dictada por la Excma. Cámara Primera en lo Criminal de esta Ciudad con
fecha 11/4/2000 se ha establecido que el mismo tenía en su poder armas de grueso
calibre tal como una “Magnun 44” en esa oportunidad. Refirió también su ex esposa
(Fabing) que en una ocasión Bernard ofreció darle a su hija Marcia que al momento
contaba quince años de edad una pistola 9 mm . o una calibre 38 a fin de que se
defendiera dado que en esa época vivían en una zona peligrosa. Que según determinó
balística oportunamente y como ya se ha visto el proyectil extraído del cuerpo de la
víctima era compatible con uno 9mm o calibre 38 (ver fs. 493/496), es decir de calibre
similar a las armas que Bernard acostumbraba llevar. Además, cabe agregar para
confirmar los dichos de Farías, en relación a la afirmación que Bernard realizara sobre
que tenían muchas deudas que pagar para convencer a Torres sobre el hecho, que
efectivamente y según los dichos de Isabel Torres, hermana de este último, el día

Expediente Nro. 927482 - 71 / 85


sábado 27/8/05 temprano, en horas de la mañana, Torres se presentó en su domicilio y
le pagó 20$ que le adeudaba, indicando además que después de esto pasó por lo de su
otra hermana que vive en la zona de Capilla de los Remedios y le entregó 30$ que le
debía. Podemos afirmar entonces, que a pocas horas del hecho, comenzaron a “pagar”
las deudas que tenían (por lo menos Torres). En relación a la coacción en perjuicio de
Claudia Ponce que se le atribuye en el segundo hecho, más allá de contar con los
dichos de la nombrada en torno al suceso, debemos considerar cómo actuó ésta
inicialmente (cuando declaró por primera vez) con seguridad debido al temor de que
Bernard cumpliera con las amenazas que le había hecho, y también que comentó su
preocupación al ser citada, a Soto quien declaró en el debate al respecto y manifestó
que la aconsejó para que dijera la verdad y se desvinculara de Bernard. Además su
testimonio fue coherente y consistente en otros aspectos que fueron corroborados por
su hija (Nievas Ponce) y pareja (Ortega) y por el propio Robert Soto, como lo fue el
lavado del auto de Bernard en su domicilio al día siguiente de la desaparición de
García, en horas de la mañana y sobre haber visto a Bernard armado y vestido de
militar, dichos que sobre su forma de actuar, por otra parte, nos confirmara su ex
esposa Marcela Fabing. Todo esto, sumado al hecho de la muerte de García a manos
de Bernard, que a traves de la prueba analizada hemos comprobado tal como venía
acusado, permiten a su vez confirmar la existencia real de tales amenazas realizadas
para obligarla a mentir en su favor, por parte de Bernard, y de esta manera encubrir el
homicidio de García. Respecto a la capacidad mental de Bernard, si bien en autos
tanto la Perito Psicóloga Oficial Licenciada Marcela Scaraffía y el Perito Psiquiatra
Oficial Dr. Salvador, al expedirse inicialmente, y al aclarar puntos de su dictámenes en
el debate, como ya se ha transcripto en la presente, concluyeron que el acusado de
marras no padecía alteración morbosa de sus facultades que le impidiera comprender o
dirigir sus acciones, sin perjuicio de padecer un trastorno de personalidad; el

Expediente Nro. 927482 - 72 / 85


testimonio de otro Perito Psiquiatra Oficial ofrecido como testigo nuevo durante el
debate por la defensa, tal el caso del Dr. Dalmases, que había examinado a Bernard
con motivo de otro proceso judicial y que señaló que éste padecía “paranoia delirante
crónica”, lo que constituye enfermedad mental, llevó a la realización de una nueva
pericia psiquiátrica practicada en la oportunidad por los Peritos Oficiales Dres.
Muscelini y Cabrolie y con la participación del perito de control Dr. Claudio
Maravilla, quienes teniendo en cuenta todos los antecedentes psiquiátricos y
psicológicos de Bernard concluyeron que Bernard no padece actualmente ni a la fecha
de los hechos alteración morbosa de sus facultades. Que comprende y dirige sus
acciones y tiene capacidad para delinquir, agregando que tiene una conducta que
premedita (al hecho lo planearon acabadamente), anticipa y ejecuta en forma
coordinada (es decir que comprende y dirige), siendo su conducta egocéntrica y
egosintónica (es decir manipuladora y dirigida a lo que él quiere y sin importarle las
consecuencias ni los sentimientos de los demás). En definitiva, si bien tiene una
personalidad anómala (psicopatología del impostor) sabe lo que hace y lo que no hace
(y hace lo que quiere). Cabe finalmente preguntarse por qué Bernard planifica un
hecho de este tipo por una suma insignificante de dinero?, y aquí resuena en nuestros
oídos la frase que reprodujera Marcela Fabing, esposa de Bernard pero separados de
hecho, en oportunidad de la audiencia de debate al decir que la última vez que fue a la
cárcel a visitarlo, estando embarazada de su hijo menor, le reclamó a su esposo la vida
que llevaba, respondiéndole éste “a mi con una familia no me alcanza, yo necesito
más, necesito quemar adrenalina”. Sucede que Bernard estaba aburrido, demasiado
quieto, había salido hacía meses del neuro, donde según sus propios dichos a Farías,
había “charlado” a los médicos y por lo mismo había recuperado la libertad; necesitaba
acción, había encontrado en Torres a la persona ideal para manipular y convertirlo en
un títere de sus designios. Además, después de haber zafado, se sentía fuerte,

Expediente Nro. 927482 - 73 / 85


intocable, de hecho si revisamos sus coartadas no encontramos otra explicación para
las fallas en su plan que el hecho de que el mismo actuó con total impunidad,
subestimando a la fuerza policial, de la que según él formaba parte, pero dentro de
grupos de élite. Claro, se podrá decir que hasta ahora no existe prueba directa de
participación de Bernard en el evento, pero tampoco es un dato menor que, a través de
la prueba analizada, y por los insospechados dichos de todos los testigos que
comparecieron al debate, las únicas personas que estuvieron con la víctima fueron el
imputado Bernard y el prófugo Torres. A la que debe sumarse, con total e imparcial
objetividad la prueba documental y particularmente las pericias psiquiátricas y
sicológica practicadas en la persona de Lucio Bernard. Surge por ello pertinente –por
si alguna duda quedara- que las vías de conocimiento analizadas, se erigen como
indicios serios, graves, precisos y concordantes que se pueden resumir en indicios de
presencia, oportunidad, capacidad, participación y capacidad delictiva, y que
analizados en su conjunto, permiten arribar a la afirmación que precedió a todo el
análisis, y con todo ello concluir con un pronóstico apodíctico en lo que respecta a la
participación de Bernard en la muerte de Mirta García. Ya nadie duda del valor
probatorio de los indicios por mas que el código procidemental no los enumere o
describa en el catálogo de las pruebas. Casi resulta bizantina esta discusión, porque
Karl Mittermaier (1787/1867) en su “Tratado de la prueba en materia criminal”, hace
casi doscientos años, había demostrado la valía de tales elementos probatorios,
entendiendo que en alguno de los casos adquirían mayor solidez que aquellos “que los
sentidos captaban”, (hoy pruebas directas) ejemplificando con la confesión y el
testimonio. Claro que para ello “...la investigación del concurso de indicios ofrece, por
otra parte, una inmensa ventaja, cual es la de conducir al objeto por diversos caminos:
la conclusión que el uno suministra, la suministra igualmente el otro, y por lo tanto la
confirma...”. Sigue: “Queremos, en fin que sea tal la armonía entre los indicios y el

Expediente Nro. 927482 - 74 / 85


hecho principal, que convenga tener por verdadera la consecuencia rigurosa de la
culpabilidad...” (Obra citada pag. 483 Ed. Hammurabi). Y sintetizando; hecho
principal: la muerte de Mirta Garcia, cuyo cadáver fue hallado en camino a Capilla de
los Remedios once días después de su desaparición, verificada en las últimas horas del
día veintiséis de agosto de 2005. Hechos indiciarios basados en los principios de
oportunidad, capacidad, personalidad etc., pero debidamente verificados por los
distintos elementos de prueba analizados con anterioridad: Bernard y Torres eran
amigos, y él último conducía un vehículo a la manera de remis, propiedad del padre
del primero, un Gacel, color marrón. Torres quedó en buscar a la víctima para
conducirla a la Terminal de ómnibus, en la noche de los hechos, alrededor de las
veintidós y treinta horas. Bernard mismo (en su exposición exculpatoria) acepta haber
estado con Torres a las veinte horas, aunque con otras connotaciones. Pedro Negrelli
advierte que lo vienen a buscar a Torres, que Bernard (a quién había visto en pocas
ocasiones y a quién reconoce en el juicio) era el único amigo que tenía su compañero
de habitación, cuestión que es corroborada por Hugo Antonio Martínez. Mirta Garcia
ascendió al vehículo, alrededor de las veintidós treinta horas, y aunque absolutamente
nadie lo vio, es superabundante la prueba que verifica ello, en función del carácter
expansivo de la misma, los testimonios de su hermana, sobrina y del mismo Negrelli.
Todo su entorno conocía que viajaba a Buenos Aires, también que llevaba dinero, y
que la trasladaría “el chico de Pedro”, a la Terminal. Continuando. Resulta irrelevante
–a esta altura de los acontecimientos- que Bernard estuviera escondido en el asiento
trasero, o como aseveró Gastón Farías, que convinieron con Torres que lo pasaría a
buscar por otro lado. Surge obvia la confianza que tenía la víctima en el remisero a
quién conoció a través de “Pedro”, y que de acuerdo a algunos testimonios, había
devenido en algún tipo de relación amorosa. De allí se puede conjeturar válidamente,
que Mirta García ascendió al “remis”, con absoluta confianza, como lo había hecho

Expediente Nro. 927482 - 75 / 85


anteriormente en numerosas ocasiones. Han quedado debidamente acreditadas
distancias y tiempos que le permitieron el raid delictivo a Bernard y su cómplice.
También conocemos que Bernard era mucho más que una aficionado a las armas de
fuego, y que portaba una pistola 9 mm ., casi en forma permanente. Sigo. Por la
autopsia practicada en el cadáver de la malograda mujer y por las pericias practicadas
en el habitáculo del Gacel, posición de una persona sentada, trayectoria del disparo,
consecuencias del mismo, terrible agonía que el medico forense estimó entre tres y
cuatro horas, es fácilmente deducible que Bernard se bajó del rodado, ya detenido,
aproximadamente a trece metros de donde fue hallado el cadáver, y le disparó con su
arma en la cabeza, desde corta distancia, el que ingresó por el hueso frontal derecho, y
fue extraído en la región escapular derecha. Luego de lo cual trataron de ocultar el
cuerpo entre unos matorrales, tapándolo con yuyos. Poco después y también
demostrado, estaban en la casa de Claudia Ponce, tratando (Bernard) de darle forma a
una coartada, que le permitiera zafar. Incluso por su propia personalidad (que es otro
indicio), se mostró tranquilo y confiado. Es decir no le importaba lo que había hecho,
y así actuaba, en contraposición con Torres que fumaba compulsivamente, y se
mostraba nervioso. Luego viene lo de Carlos Paz: las contradicciones vehementes
entre ambos dichos, chequeados por los policías Borquez, Cabrera, Ceballos y Junco,
y lo que es culminante el hallazgo del teléfono celular de la víctima, a tres o cuatro
horas, de haber recibido el disparo, Mirta García. No puedo asegurar que el hallazgo
del teléfono fuera después de su muerte, que tal vez acaeció después de haberse
encontrado el aparato a la vera del lago. No debe agudizarse demasiado la imaginación
para colegir que lo tiraron al agua, con una lamentable (para el imputado) mala
puntería, ya que cayó en el barro de la orilla. Aunque obvio, hay que acotar que todas
estas falaces versiones proporcionadas por Bernard a los investigadores se transforman
de inmediato en indicios de mala justificación, no olvidando por cierto la supuesta

Expediente Nro. 927482 - 76 / 85


peregrinación talleril del VW “Gacel”, la noche de los hechos, aclarada debidamente
por Claudio Montes. En esa línea de pensamiento debemos agregar, el horario que
intentó que Claudia Ponce dijera que había estado comiendo un asado en su casa, y
que lo llevó a amenazarla, si así no lo hacía. La limpieza del Gacel en esas mismas
circunstancias y el minucioso examen del asiento trasero. Que buscaba allí, Bernard?
Tal vez el plomo del proyectil disparado en contra de García, que supuso había
atravesado su cabeza?. Y finalmente las manifestaciones de Gastón Ulises Farías,
quién cierra definitivamente el cerco. Refiere que escuchó la planificación entre
Bernard y Torres –días antes- sobre como se llevaría a cabo el evento, la invitación al
testigo, para que participara, pero además el reconocimiento previo del lugar donde
arrojarían el cadáver, cuestión que finalmente se verificó. Todo lo dicho tiene
necesariamente que ver con la doctrina del Tribunal Superior de Justicia de esta
Provincia en relación a la prueba indiciaria o presuncional. En autos “Espíndola Juan
y otro p.ss.aa. robo calificado” (Sentencia N° 10 del año 2005) alecciona: “...la
sentencia condenatoria puede válidamente fundarse en elementos de convicción
indirectos como son los indicios, con la condición que estos deben ser unívocos y no
anfibológicos, vale decir que la relación entre los hechos conocidos (indiciarios),
debidamente acreditados, no pueda relacionarse con otro hecho que no sea el hecho
desconocido, cuya existencia se pretende demostrar (indicado)....” En síntesis, cabe
afirmar que Bernard sabía lo que hacía y hacía lo que quería, con capacidad para
querer, entender y decidir, cuestión que las pericias practicadas en su persona y toda la
prueba analizada, se ha encargado perfectamente de acreditar apodícticamente. En
consecuencia el relato proporcionado por la plataforma fáctica se adecua a la realidad
de lo acontecido, a la cual nos remitimos por razones de brevedad y para dar
cumplimiento a lo dispuesto por el art. 408 inc. 3° C.P.P.. Votamos afirmativamente
en esta primera cuestión.- A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL SR.

Expediente Nro. 927482 - 77 / 85


VOCAL DR. NEREO HECTOR MAGI DIJO: Atento como ha quedado descripta
la primera cuestión, corresponde tipificar la conducta de Lucio Fabián Bernard, en
relación al primer hecho, como coautor responsable de los delitos de Homicidio
Calificado Agravado por el Empleo de Arma de Fuego y Robo Calificado por Empleo
de Arma de Fuego en concurso Real (arts. 80 inc. 7°, tercer supuesto, 41 bis, 166 inc.
2°, segundo párrafo, 55 y 45 del Código Penal). A los fines de dar sustento a esta
afirmación, es menester señalar que el artículo 80 inc. 7° del C.P. requiere la
existencia de un fin en el agente, el cual sólo es compatible con el dolo directo. En el
caso concreto, el acusado Bernard hizo ascender en su vehículo VW “Gacel”, color
marrón, a Mirta Nidia Amalia Garcia conducido por su cómplice Héctor Martín Torres
(prófugo). Una vez en el interior del habitáculo, extrajo un arma de fuego,
presumiblemente calibre 9mm. ó 38, de su propiedad con la cual redujo a la víctima,
mientras el vehículo era conducido por Torres. Desde su domicilio –García- es
conducida a Camino a Capilla de los Remedios, distante unos a seis km. aproximados
de Ferreyra. Ya en ese lugar, plenamente descampado con la finalidad de consumar
sus designios delictivos y lograr su posterior impunidad, Bernard previo descender del
rodado, le disparó a quemarropa en la región frontal de la cabeza, en circunstancias en
que la víctima se encontraba en el asiento delantero del rodado. Este impacto ocasionó
el traumatismo cráneo encefálico, que fue la causa eficiente de su muerte, luego de una
agonía de tres o cuatro horas. Seguidamente los co-imputados se apoderaron
ilegítimamente de dinero en efectivo, aproximadamente seiscientos pesos y efectos
personales que García llevaba en su poder, y que son detallados en la plataforma
fáctica. En este sentido, estimo prudente traer a colación lo enseñado por el Dr.
Sebastián Soler (Tratado, Tomo III, pag. 41, Ed. Tea) cuando señala “. . el hecho de
emplear el homicidio como medio para procurar, facilitar o consumar otro delito,
tenga éste carácter lucrativo o no, o para librarse de la sanción...”. Recuérdese la

Expediente Nro. 927482 - 78 / 85


expresión de Torres en presencia de Farías, cuando en un primer momento se negara a
darle muerte, porque lo conocía, a lo que Bernard hizo caso omiso. Había que pagar
unas deudas. Ahora bien, esta conexión impulsiva causal entre el delito emprendido y
consumado y el logro de la posterior impunidad que enderezó el accionar de Bernard,
quien planeó y decidió previamente su accionar para disparar sobre García se reconoce
en un elemento posterior a esa circunstancia, el que constituyó un plus en su accionar.
Así, luego de asestarle a Garcia un disparo a quemarropa con el arma que portaba, tal
lo acordado previamente junto a su cómplice, procedieron a desapoderarla de los
bienes que llevaba, asegurándose que tanto él como Torres, amigo de la víctima, no
fueran posteriormente reconocidos o individualizados como autores de la muerte y el
posterior atraco. Como enseña Soler: “es precisamente el aspecto subjetivo de esta
conexión porque esta es una figura inaplicable si en la conciencia del autor, al
momento del hecho, no estuvo positivamente el específico motivo de preparar, facilitar
u ocultar otro delito o procurar la impunidad mediante el homicidio.” (obra citada,
pag. 42). De este modo, Bernard junto a quien le acompañaba y valiéndose del arma
de fuego que llevaba consigo, se apoderaron en forma ilegítima de los bienes de
propiedad de la infortunada mujer, dándose a la fuga con dichos elementos del lugar,
de la muerte y el desapoderamiento. Entendemos, además, que este último
apoderamiento se constituye en un hecho independiente de aquél que produjo la
muerte de Mirta Garcia, el que debe ser materialmente concursado (art. 55 del C.
Penal). En relación al hecho nominado “segundo” corresponde calificar el obrar del
encartado Lucio Fabián Bernard como autor responsable del delito coacción en los
términos de los arts. 45, y 149 último párrafo del Código Penal Argentino. Francisco
Carrara define al delito de amenazas, elemento fundamental de la coacción "...como
cualquier acto con el cual alguien sin razón legitima y sin trascendencia a otro delito
por el modo o por el fin, deliberadamente afirma que quiere ocasionar a otro algún mal

Expediente Nro. 927482 - 79 / 85


futuro..." y éste es el concepto recogido por el Código Penal Argentino. Amenazar es
anunciar a otro, con el propósito de infundirle miedo, un mal futuro que depende de la
voluntad del que lo anuncia, prescindiendo la ley de todo resultado, para lo cual
requiere que tengan idoneidad, para actuar sobre el ánimo y voluntad de la víctima,
importando si que el afectado se alarme o amedrente. (Fontán Balestra. Derecho Penal,
Parte Especial. Pag. 347. Ed. Abeledo Perrot). A la vez, aunque la actual redacción de
la figura legal, no exige la "gravedad", no puede soslayarse, que debe tratarse de un
hecho cuya seriedad, surja de la misma acción emprendida por el sujeto activo, debido
a que esa misma gravedad -aunque no lo exija la ley- tendrá la debida incidencia en el
psiquismo del agente receptor, que es el que resulta alarmado o amedrentado. Es
precisamente el resultado perseguido por el autor, y ello ha quedado patentizado por
los testimonios recogidos en el juicio, y mas precisamente de la víctima Claudia
Ponce, si daba a cuenta a la policía de los sucesos, ya que utilizando la amenaza como
medio intimidatorio, atentó contra la libertad de decidir de la víctima que es la más
íntimas de las voluntades legalmente protegidas, para determinarla a que no hiciera o
dejara de hacer. Se concursa materialmente su conducta porque éste hecho es
independiente del nominado “primero” reprimido con una misma especie de pena. Así
voto en esta cuestión.- Los Sres. Vocales Dres. Graciela Bordoy y Daniel E. Ferrer
Vieyra, dijeron: Que entendían que el Sr. Vocal preopinante había calificado
correctamente el hecho bajo examen, por lo que haciendo suyos sus argumentos,
votaban en igual sentido.- A LA TERCERA CUESTION PLANTEADA, EL SR.
VOCAL DR. NEREO HECTOR MAGI, DIJO: En esta cuestión se toca la relación
entre delito y su consecuencia jurídica: la pena. Desde Becaría y Brissot, quienes
reelaboraron la teoría de la ley penal, se estableció que solo podrían sufrir penalidades
las conductas definidas como delito por la ley, que en definitiva representa lo que es
útil para la sociedad, resultando por lo tanto, el delito, una acción que perturba los

Expediente Nro. 927482 - 80 / 85


intereses sociales, y el delincuente un enemigo comunitario. También y con rango
constitucional por vía de la incorporación de Tratados Internacionales suscriptos por la
República Argentina a partir de la Reforma de la Carta Magna de 1.994 (art. 75 inc. 22
C .N. y 5, inc. 6 de la C.A.D.H.), se establece con mayor fuerza que la pena deberá
tener como fundamento y finalidad la prevención y resocialización, transformándose
en la tarea mas ardua que deberán asumir los jueces, la individualización de la pena.
Para ello las leyes se han ocupado de establecer ciertas pautas objetivas y subjetivas a
las que debe adecuarse el Juzgador, que en nuestro ordenamiento penal del fondo los
arts. 40 y 41 se encargan de detallar, y por ello habrá que tenerlas en cuenta
especialmente para graduar la sanción a imponer a Bernard. Conviene si embargo
adelantar que este tipo de hechos no dejan opciones en relación a la pena: Prisión
perpetua. No obstante –entendemos- que es de toda conveniencia referirse a ellas,
como la mejor expresión que tuvo el legislador al describirlas una por una. Ellas son:
la naturaleza de las acciones: la premeditación con que actúo, la planificación previa y
posterior al hecho, la frialdad con que actuó, la falta de reflexión ante el delito que
había decido ejecutar, recuérdese que Gastón Farias dijo que Torres no quería matar a
la “viejita García”, pero que Bernard no dejó margen de opción, había que matarla sí o
sí, es más ante la duda de su cómplice le recuerda “dale, no te olvides que yo te hice la
gamba”; la violencia con la actuó, teniendo en cuenta que se trataba de una mujer
mayor, totalmente indefensa, ya que iba plenamente confiada atento a la presencia de
Torres, que de manera alguna podía siquiera correr y escapar de ese sitio, un lugar
alejado, descampado, oscuro; los medios empleados para llevarlos a cabo: utilizando
un arma de fuego de grueso calibre con la que la ejecutó; la extensión del daño
causado: los que se presentan una vez más con los fríos cálculos que surgen de los
“desapoderamientos” de bienes de naturaleza material, pero en este caso con un
resultado aún más gravoso, instándonos a cuestionarnos: Como se mide una vida?

Expediente Nro. 927482 - 81 / 85


Mirta García a pesar de su edad, era una mujer de espíritu joven, alegre, con ganas de
vivir, que le gustaba viajar, departir con parientes, amigos y vecinos, en suma una
mujer valiosa. La sociedad –conmocionada por éste tipo de sucesos- puede responder a
este interrogante?. Solo resta decir que la extensión del daño causado es total y
absoluta. La edad y educación del imputado: que nos presenta a Bernard como un
sujeto de edad media, instruido, que a lo largo de su vida había tenido buenos trabajos
y que no padecía de incapacidad alguna para ganarse la vida dignamente, que tenía
esposa e hijos y padres que lo contenían, que además eran profesionales; sin embargo
opto desde temprana edad por la vida fácil y del delito, relacionándose desde siempre
con personas de dudosa moralidad; la miseria o dificultad para ganarse su propio
sustento o de su familia: que por una vez, no es motivo determinando de la conducta
del individuo, ya que no se trata de un excluido social. Sin detenernos en la falacia
argumentada por el propio imputado que dijo ganar quince mil pesos mensuales,
evidentemente que se trata de una persona con un origen al menos digno, que le ha
permitido establecer valores, entre ellos el del trabajo, y por ende no estamos hablando
de un sujeto carenciado, sino que ha tenido todas las oportunidades que la clase social
a la que pertenece le ha brindado; La conducta precedente: En este punto debo
detenerme por los antecedentes penales de Bernard quién de acuerdo a las constancias
obrantes en autos fue sometido a múltiples condenas. A saber: 1) de fecha 22/4/96
impuesta por la Excma. Cámara Novena en lo Criminal de esta Ciudad como autor de
Estafa y coautor de Encubrimiento, Estafa en grado de tentativa y Estafa reiterada (8
hechos), todo en concurso real, a la pena de tres años de prisión; 2) de fecha 19/6/98
impuesta por la Excma. Cámara Sexta en lo Criminal de esta Ciudad a la pena de un
año y seis meses de prisión con declaración de reincidencia, revocación de la libertad
condicional que gozaba y costas por el delito de Estafa, la que fue unificada con la
anterior en la única de cuatro años de prisión con declaración de reincidencia,

Expediente Nro. 927482 - 82 / 85


revocación de la libertad condicional que gozaba, adicionales de ley y costas; 3) de
fecha 11/4/00 impuesta por la Excma. Cámara Primera en lo Criminal de esta Ciudad a
la pena de tres años y seis meses de prisión como autor de los delitos de
Encubrimiento y tenencia ilegal de arma de guerra en concurso real, la que se unifica
con la impuesta por la Excma. Cámara Sexta en lo Criminal en la única de siete años
de prisión, accesorias de ley y costas; y 4) de fecha 19/9/01 de la Excma. Cámara
Décima en lo Criminal de esta Ciudad a la pena de dos años y ocho meses de prisión,
con declaración de reincidencia y costas como autor del delito de privación ilegítima
de la libertad calificada, la que fue unificada con la dispuesta por la Excma. Cámara
Primera en la única de nueve años de prisión, con declaración de reincidencia,
adicionales de ley y costas, fijándose como fecha de cumplimiento total de la pena
unificada el 14/4/05, habiéndosele denegado por Auto de fecha 3/8/04 el beneficio de
la libertad asistida. Por ello corresponde declararlo reincidente, ya que ha cometido un
nuevo delito sin que se hubiera verificado el plazo estipulado por la última parte del
art. 50 C .P.. Cabe señalar que en todas ellas y en cuanto se refiere a los antecedentes
psiquiátricos, se le encontró plenamente responsable de sus actos, es decir que
comprendía la criminalidad de los actos y dirigía sus acciones. En base a todas estas
pautas entiendo que se debe imponer a Lucio Fabián Bernard, la pena de prisión
perpetua, con adicionales de ley y costas. (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3°, 40 y 41 del C.P.
550/551 C.P.P.). Es la pena máxima que contempla nuestro sistema penal. Honorarios:
Entiendo justo regular el honorario profesional del Sr. Asesor Letrado, Dr. Leandro
Quijada por la defensa técnica de Lucio Fabián Bernard en la suma de pesos
equivalente a cincuenta jus, los que serán destinados al fondo especial del Poder
Judicial (arts. 24, 36, 86, 87 correlativos y concordantes de la ley 8226 y sus
modificatorias ). Así voto esta cuestión.- Los Sres. Vocales Dres. Graciela María
Bordoy y Daniel E. Ferrer Vieyra, dijeron: Que estando de acuerdo con la solución

Expediente Nro. 927482 - 83 / 85


propiciada por el Sr. Vocal de primer voto y compartiendo sus razones, emitían su
voto en forma coincidente al mismo.-
Por el resultado del acuerdo que antecede y por el voto unánime, SE RESUELVE: I)
No hacer lugar a los planteos de nulidad y de inconstitucionalidad impetrados por la
defensa técnica de Bernard dejando expedita la vía federal solicitada (arts. 184, 186 en
función del 185 inc.3º, 483 y 484 del C.P.P.).- II) Declarar que LUCIO FABIAN
BERNARD, de condiciones personales ya relacionadas, es coautor penalmente
responsable de los delitos de robo calificado por empleo de arma de fuego y homicidio
calificado y agravado por uso de arma de fuego en concurso real (Primer Hecho), y
autor de Coacción (Segundo Hecho), todo en concurso real, en los términos de los arts.
45, 166 inc. 2º segundo párrafo, 80 inc. 7º, 41 bis, 55, 149 bis último párrafo y 55 del
Código Penal; e imponerle para su tratamiento penitenciario la pena de PRISIÓN
PERPETUA, con adicionales de ley, costas, y declaración de reincidencia (arts. 5, 9,
12, 29 inc. 3º, 40, 41 y 50 del C.P.; 550 y 551 del C.P.P., art. 1º Ley 24.660 y art. 1º
Ley Pcial. 8878).- III) Regular el honorario profesional del Sr. Asesor Letrado, Dr.
Leandro Quijada, por la defensa técnica de Lucio Fabián Bernard, en la suma de pesos
equivalente a CINCUENTA (50) JUS, los que serán depositados a favor del Fondo
Especial del Poder Judicial (ley 8226 y modif., arts. 24, 36, 86, 87 y concordantes).-
PROTOCOLÍCESE Y HÁGASE SABER.-

MAGI, Nereo Hector BORDOY de PIZZICARI,

VOCAL DE CAMARA Graciela Maria Isabel

VOCAL DE CAMARA

Expediente Nro. 927482 - 84 / 85


FERRER VIEYRA, Daniel CASTRO VILLAGRA de

Ernesto GANDOLFO, Marcela Inés

VOCAL DE CAMARA SECRETARIO LETRADO DE

CAMARA

Expediente Nro. 927482 - 85 / 85

También podría gustarte