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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACION

CIENCIA Y TECNOLOGIA “UMECIT”

MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

MATERIA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA

EL SISTEMA EDUCATIVO LATINOAMERICANO

(Monografía)

Estudiante: Gilma Sofía Jaraba Mejía

Cedula de Identidad: 64561634

Estudiante: Orly Rentería Córdoba

Cedula de Identidad: 35894836

Estudiante: Santiago Arango Hernández

Cedula de Identidad: 1020444633

Estudiante: Viviana Andrea González Rojas

Cedula de Identidad: 52913362

Profesora: Dra. Merlyng Flores

Cuatrimestre: I

Apartadó, Córdoba, Bogotá, Medellín, Colombia 18 de agosto de 2019


Índice

1. Introducción iii
2. Desarrollo del trabajo 4
2.1 Retrospectiva histórica de la educación en América Latina 4
2.2 Estructura del sistema de educación primaria y secundaria en
Latinoamérica y Colombia 9
2.2.1 Contexto 9
2.2.2 La igualdad/desigualdad en la educación básica de los escolares
en américa latina 12
2.2.3 La enseñanza media 14
2.2.4 Sistema educativo de Colombia 15
2.2.5 Estructura general 16
2.2.6 Educación formal 16
2.2.7 Educación inicial 17
2.2.8 Educación preescolar 18
2.2.9 Educación básica 18
2.2.10 Primaria 19
2.2.11 Secundaria. 19
2.2.12 Educación media 19
2.2.13 Educación superior 20
2.3 Principales reformas educativas en Latinoamérica y en Colombia 20
2.3.1 Reformas educativas en Colombia 23
3. Conclusiones 26
4. Bibliografía 27

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1. Introducción

La presente monografía expone el resultado del análisis de cuatro profesores


colombianos, de las regiones de Apartadó, Bogotá, Córdoba, y Medellín, con el propósito
de reflexionar sobre la estructura y las principales reformas del sistema educativo en
América Latina. Su estructura se desarrolla con el objetivo de redimensionar los conceptos
de identidad-pertinencia de los modelos educativos regionales frente a las características
propias de cada país y de la región, que faciliten un modelo de integración educativa acorde
a las demandas reales de la sociedad y las inquietudes sobre los problemas y desafíos que, a
nuestro entender, enfrenta la historia de la educación en la actualidad.

Interesados en evaluar en qué medida era viable elaborar una breve recopilación de
la historia educativa del continente e intercambiar ideas sobre cuáles podrían ser los
recortes temáticos, espaciales y cronológicos más pertinentes; frente a la retrospectiva
histórica de la educación en América Latina y su contraste con el actual momento
historiográfico, el escrito se propone retomar una inquietud docente, respecto a la historia
de la educación y otras dimensiones de la vida educativa y cultural: la formación de
maestros, indagando en aspectos que debían tomarse en cuenta al momento de producir.

La educación colombiana actual es objeto de crítica por varios factores, así como de
referente por múltiples esfuerzos encaminados a transformarla y mejorarla. Por ello, para
que dichas transformaciones no queden bajo el dominio casi exclusivo de poderes regidos
por predominantes intereses económicos y de mercado, como bien se ha dado ya en
diversos contextos del continente; se hace necesario repensar algunos de los desafíos que
plantea la escritura histórica de la educación regional y de esta manera, interpretar las
tendencias que en las últimas décadas dejaron su huella en las producciones del campo de
la historiografía educativa Latinoamericana.

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2. Desarrollo del tema

2.1 Retrospectiva histórica de la educación en América Latina

Adentrarse en la historia de la educación latinoamericana, supone una pluralidad de


dimensiones, que se visualizan a partir del proceso de descolonización, luego de un periodo
colonial donde España impuso una política educativa funcional, caracterizada por el
tradicionalismo autoritario y principios entonces vigentes como: “la letra con sangre
entra” o “El niño esta corrompido por el pecado por el pecado original”.

A medida que las ideas modernas que venían de Europa se difundían se advertía la
disfuncionalidad de las que pretendían imponer la metrópoli, lo que trajo en consecuencia,
el retraso del sistema de enseñanza y su escaso ajuste a las necesidades que estaban
planteando los nuevos tiempos y los requerimientos más recientes. Fue así como el espíritu
crítico se comenzó a manifestar en las nuevas generaciones criollas, y se gesta entonces, un
proceso de secularización del Estado y una natural tendencia a la homogenización de las
estructuras políticas., y que supuso el destierro de muchos sacerdotes.

La enseñanza elemental se encontraba en deficientes condiciones, las universidades


languidecieron en el XVIII, por el franco predominio de ideas tradicionales, lo que
ocasionó que la enseñanza se fuera vaciando de sentido y enajenando los instrumentos
conceptuales que le permitiesen entender la realidad. En respuesta, el nuevo modelo
educativo en proceso, se valió de otras ideas y técnicas fuera del claustro, contenidas de
novedades científicas, económicas, culturales, las cuales buscaban un clima más propicio
en instituciones menos rígidas.

En América Latina entre 1790- 1810, se desarrollan logros e iniciativas en materia


educativas; se incorporaron nuevas carreras, particularmente derecho y medicina, como
también la construcción de nuevos establecimientos de enseñanza. El modelo educativo
adoptado, trae consigo una nueva ideología con nacientes instrumentos, entre los que tiene
una especial relevancia la difusión del libro, catalogado en aquella época como un medio
masivo de comunicación.

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Durante el proceso emancipador y los años siguientes, la mayoría de los países
sufrieron un profundo dislocamiento poblacional, provocado por las migraciones de
grandes masas como consecuencia de la guerra; un sensible empobrecimiento por la
disminución de las actividades productivas y el derroche de los recursos que exigió el
conflicto. En la nueva clase dirigente que se estaba formando, perduraban las ideas de la
ilustración, las cuales influenciaron el plan político, la figura del súbdito fiel fue sustituida
por el ciudadano activo, de esta manera, se trata de estimular la participación de todo el
pueblo en el quehacer educacional y formar las nuevas generaciones; una educación que se
cimienta en la igualdad, la libertad, la justicia, dando importancia a la educación de la
mujer y de los indios. No obstante, en dicho proceso se presentaron varios obstáculos entre
los cuales resalta la escasez de recursos humanos y económicos.

El periodo que media entre el ciclo independentista y la vinculación de la economía


latinoamericana se caracteriza por la creación del Estado, el cual trajo la monopolización de
la fuerza, a través de la constitución de ejércitos nacionales y una estructura administrativa
elemental, acompañado de la inclusión de masas populares en las decisiones políticas, entre
las que se advierte el nacimiento de partidos políticos, tales como el conservador y el
liberal.

La población latinoamericana para esta época, era eminentemente, rural, ninguno de


los grupos políticos mostró interés por la educación en el campo. Este vacío en la política
educativa, ocasionó la demora en incorporar dichos sectores a una economía y a una
sociedad más moderna, y por supuesto, en alcanzar una partición política.

Andrés Bello, ocupa un lugar primordial en este proceso, catalogado como uno de
los padres de la emancipación intelectual. Con su magisterio activo fue precursor de la
educación popular. Su espíritu conservador modernizante, fruto de su estancia en Londres y
la confrontación con los sucesos continentales. Andrés Bello destaca la importancia de la
educación, la ciencia y la técnica en la construcción del porvenir.

A partir de los años posteriores de la “Reforma de México” y de la “Organización


en Argentina”, se intensificaron los esfuerzos por incorporar un número creciente de
personas al ámbito entonces llamado” civilización”. Todos los intentos anteriores no habían

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alcanzado, salvo excepciones como Chile que logró una temprana estabilidad institucional.
Se requería empezar por desarrollar, unas políticas educativas a largo plazo. Entre los
precursores se destaca Benito Juárez, que ya en 1848, demostró tener un interés por la
situación educativa en México y Domingo Faustino Sarmiento en Argentina, quién se
preocupó por la formación de hombres que pudieran ser productores y simultáneamente,
participes de ese proceso de cambio.

Con la revolución industrial se modificaron los hábitos de vida y consumo, lo cual


trajo consecuencias para los países latinoamericanos que se iban incorporando al mercado
internacional. Las relaciones internacionales adquirieron otro sentido, consolidando
desigualdades y retrasos. En esta época el positivismo, planteaba una ideología capaz de
encaminar a los países hacia el progreso y la tranquilidad. Las propuestas educativas del
positivismo intentaban racionalizar la sociedad con la introducción del método científico y
planteando un crecimiento económico por el cual se alcanzaba la felicidad colectiva.

Fue una época en la que se impuso el régimen de Porfirio Díaz (1876- 1910), el cual
apoyo la educación gratuita y obligatoria, sin contener ninguna doctrina religiosa. Se
iniciaron las escuelas normales, para la instrucción de maestros y maestros, se le dio
participación a la mujer en la Escuela Nacional Preparatoria, se brindó interés por abrir
escuelas en distintos sectores, incluido el campo y en espacial la población indígena, se
iniciaron campañas contra el analfabetismo, se creó la secretaría de instrucción pública y
bellas artes, se fundó la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros logros, que
dejaban ver un pensamiento de avanzada en materia educativa.

Sin embargo, persistía en otros países de Latinoamérica un desinterés por incorporar


a la sociedad a las comunidades indígenas y se descalificaba al pueblo por su lengua y su
condición. La educación, por tanto, era dirigida sólo a la población urbana.

Por otro lado, estuvo la preocupación por formar élites siguiendo patrones
desnacionalizadores como el aprender idiomas extranjeros, particularmente en inglés; las
clases dirigentes elaboraron un “modelo” de desarrollo a cuyo servicio estaba el sistema
educativo.

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Con el tiempo el sistema favoreció, fundamentalmente, a las clases medias no
vinculadas a la producción primara ni secundaria, pero que si se beneficiaban con el
creciente desarrollo de los sectores terciarios (burocracia, servicios, profesionales, entre
otros). Las clases medias, por su parte no estaban en condiciones de proponer un modelo
alternativo, e implícitamente compartían el de crecimiento hacia afuera, que les brindaba
seguridad, y más aún, una idea de “progreso”. De esta manera se advertía en la clase media,
los principales rivales para las clases dirigentes, y la educación un canal de ascenso,
prestigio y pérdida de control.

Este proceso estuvo íntimamente vinculado a movimientos populares, y alcanzó un


significativo protagonismo con la reforma Universitaria de Córdoba- Argentina, en 1918,
suceso que se propago por casi toda América latina. Entre los sus principales postulados
estaba la reivindicación de la autonomía universitaria, la participación de profesores y
estudiantes en el gobierno de las casas de estudios, la libertad de cátedra, concursos
periódicos para la asignación de personal de enseñanza, además de un régimen llamado
“docencia libre”, que permitía el funcionamiento de cátedras paralelas, a la amplificación
del ingreso, la actualización pedagógica, la extensión universitaria, entre otros.

La influencia del positivismo en Argentina fue notable, sin embargo, con el tiempo
se estanca en un pragmatismo cómodo y oportunista, dando lugar, al conformismo frente a
los éxitos de la modernización y graves contradicciones.

Todos estos procesos en materia educativa estuvieron vinculados a modelos de


desarrollo, al igual que a ideologías, modelos adoptados por su eficacia en países
desarrollados, han fracasado por no haber sido adecuadamente repensados y confrontados
con la realidad de los países latinoamericanos, lo cual contribuyó a retardar los procesos de
cambio esperados.

En repetidas ocasiones las propuestas más generosas han sido dirigidas a los
sectores urbanos, dejando a la población rural e indígena en desventaja, contribuyendo de
esta manera a la desigualdad social.

En la actualidad, factores asociados a las dificultades en el acceso a la escuela, están


relacionados directamente con hogares de clima educativo bajo, el residir en áreas rurales

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coloca en desventaja a los adolescentes que pasan por la necesidad de comenzar a trabajar a
edad temprana y desvincularse del proceso educativo, dando lugar a una evidente
desigualdad dada por la posición en la estructura social prevalece.

La sociedad de hoy en día, en América Latina, requiere de una calidad educativa,


traducida en eficacia, en la medida que pone en primer plano los resultados de aprendizaje,
que invita a la revisión de los contenidos, procesos y medios, que correspondan a los
desafíos de una sociedad en continua innovación y competitividad, un adecuado contexto
físico para el desarrollo de experiencias educativas exitosas, que cuente con un equipo
docente preparado, buenos recursos de estudio y de trabajo. Una educación realmente
equitativa, que deje atrás las desigualdades sociales, busque la realización de las personas y
la innovación de la estructura social.

Según el Instituto de Estadística de la Unesco, 617 millones es la cifra de niños y


adolescentes en todo el mundo que carecen de un nivel mínimo en procesos de lectura y
matemáticas. Según el organismo internacional, más de 387 millones de niños con edad
para estar en primaria 56% y 230 millones de adolescentes con edad para cursar el primer
ciclo de secundaria, 61%, no alcanzan ese nivel mínimo.

Presentando América Latina un significativo avance en educación en los últimos 15


años, la calidad aún es un importante reto en la región, donde quedan todavía brechas que
afectan particularmente a la población más vulnerable. “La educación debe ser de calidad,
formando estudiantes con habilidades que permitan enfrentar los desafíos del mundo de
hoy, sin que nadie sea excluido. Más de la mitad de los estudiantes se concentran en los
niveles más bajos de desempeño”, contó Pizarro (2005).

Un enfoque de aprendizaje que se dé a lo largo de la vida, requiere políticas públicas


más certeras, integrales, y que articulen múltiples oportunidades educativas. “Se necesita
repensar los sistemas educativos tradicionales. Los gobiernos deben ofrecer a los jóvenes y
adultos, oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. Los jóvenes demandan una
pedagogía activa, conectada con la vida y sus intereses”, Pizarro (2005), la Unesco
recomienda que las políticas sobre docentes deben ser integrales y sistemáticas; pues

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Latinoamérica tiene que avanzar en la certificación de sus profesores para los niveles de
primaria y secundaria.

Finalmente, para impulsar la educación técnica, es necesario impulsar primero la


conexión de los distintos actores del sistema. De acuerdo con el organismo internacional, se
necesita complementariedad, pertinencia y actualización de la formación que ofrecen las
instituciones educativas. “El verdadero desafío de los sistemas de educación terciaria de la
región es que se asegure la equidad de su expansión, transformándose en palancas de
promoción y movilidad social”. Pizarro (2005).

2.2 Estructura del sistema de educación primaria y secundaria en Latinoamérica y


Colombia

2.2.1 Contexto

Colombia es el quinto país más grande de América Latina y, con una población
estimada de 47,6 millones de habitantes, ocupa el tercer lugar, después de Brasil y México
en cuanto a población. Su población es joven y relativamente diversa. Más de una cuarta
parte de los colombianos son menores de 15 años y, aunque a un ritmo más lento, la
población aún está creciendo a un índice del 1,4%, lo que equivale a más del doble del
promedio de los países de la OCDE (OCDE, 2015a). Los colombianos son una mezcla
étnica de los habitantes oriundos de la región con personas originarias de África, Europa y
Oriente Medio. Los afrocolombianos y los indígenas constituyen los grupos minoritarios
más grandes, con el 11% y el 3% de la población, respectivamente (Hernández y Pinilla,
2010). La mayoría de los colombianos (76%) vive en zonas urbanas, aunque los índices de
urbanización varían significativamente a lo largo del país (OCDE, 2015a).

La población y los niveles de desarrollo están concentrados en algunos


departamentos y municipios. Si bien cuatro municipios (Bogotá, Medellín, Cali y
Barranquilla) tienen poblaciones superiores a1 millón de habitantes, de los 1.122
municipios existentes, unos 746 tienen menos de 20.000 habitantes. Estas zonas rurales
escasamente pobladas, ubicadas principalmente en el oriente del país, afrontan retos

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particulares de infraestructura, seguridad, pobreza y desarrollo. La república democrática
colombiana es una de las democracias más antiguas y estables de América Latina. El poder
ejecutivo colombiano está encabezado por el presidente, el vicepresidente y el gabinete de
ministros. El presidente y el congreso (102 senadores y 122 representantes) son elegidos
por voto popular por períodos de cuatro años. Los 32 departamentos colombianos y el
Distrito Capital de Bogotá tienen autonomía administrativa.

Por otra parte, Colombia ha puesto de su parte para fortalecer sus instituciones y
promover la buena gestión, aunque aún quedan retos significativos. Al igual que otros
países latinoamericanos, Colombia tiene un sector público pequeño, lo cual limita su
capacidad para prestar servicios públicos. En el 2010, los empleados del gobierno
constituían menos del 4% de la fuerza laboral, muy por debajo del promedio de la OCDE
(15%) y de las economías latinoamericanas (11%) (OCDE/BID, 2014). El país ha
establecido instituciones de auditoría y control, junto con sistemas de información y
herramientas de evaluación de desempeño para enfrentar la corrupción y mejorar el proceso
de formulación de políticas. Sin embargo, la deficiente capacidad y coordinación en los
niveles de gestión es uno de los mayores retos estructurales que han contribuido a empeorar
las inequidades regionales y territoriales (OCDE, 2013a, próximo a publicarse). La
corrupción sigue siendo un problema grave, alimentado por la burocracia ineficiente del
gobierno y la falta de transparencia en la información (Nieto Parra y Olivera, 2012; OCDE,
2013a, 2015a; FEM, 2014). Estos retos también son evidentes en el sector educativo.

Cabe anotar que, La educación en Colombia es un derecho ciudadano y una


prioridad del gobierno. De conformidad con la Constitución de 1991 y la Ley General de
Educación de 1994, todos los colombianos tienen derecho a acceder a la educación para su
desarrollo personal y para el beneficio de la sociedad. La educación obligatoria actualmente
es de 10 años, desde los 5 hasta los 15 años de edad, equivalente al promedio de la OCDE
(desde los 6 hasta los 16). En un esfuerzo por ampliar el acceso y mejorar las competencias,
muchos países, incluidos otros con economías emergentes como México y Chile, han
ampliado el período de educación obligatoria. De acuerdo con el PND, Colombia también
busca que para el año 2030 la educación obligatoria incluya la educación media (MEN,
2015a). El sistema educativo colombiano está organizado en cuatro etapas clave.

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La educación postsecundaria no universitaria y la educación para adultos están fuera
del alcance principal de esta revisión y no serán tratadas a fondo. La Educación Inicial y
Atención Integral a la Primera Infancia (EIAIPI) incluye servicios para los niños desde el
nacimiento hasta los 6 años. En teoría, los estudiantes entran al sistema educativo en el año
de transición (Grado 0 o a los 5 años de edad). La educación básica comprende nueve años
(Grados 1 a 9, para niños de 6 a 14 años) e incluye cinco años de educación primaria y
cuatro años de básica secundaria. La educación media dura dos años (Grados 10 y 11, para
jóvenes de 15 y 16 años), un año menos que el promedio de la OCDE de tres años
(UNESCO-UIS, 2015). El sistema de educación superior en Colombia es especialmente
complejo, con una gran variedad de proveedores y múltiples programas de distintas
duraciones y niveles. Los estudiantes de Colombia son menores que sus pares de la OCDE
cuando ingresan a la educación superior, y es probable que hayan recibido menos años de
educación.

"La educación básica, como piedra angular del sistema educacional, debería ser
rediseñada -comenzando en la primera infancia- de manera que se fomente la equidad
paralelamente con un mayor acceso. El éxito de este nivel escolar, se verá catalizado por la
creciente participación de una comunidad solidariamente responsable"
Jacques Delors, La educación encierra un tesoro.

Se define a la educación básica como un nivel o etapa del sistema educativo que
incluye la educación inicial, la educación primaria y la educación secundaria. Promueve el
derecho a una educación que posibilite tanto aprendizajes significativos como la
participación social y laboral. Consecuentemente con su perspectiva de ver a la educación
como un proceso permanente –un "pasaporte a la vida"- se establece que "esa educación
básica deberá abarcar todos los elementos del saber necesarios para acceder eventualmente
a otros niveles de formación. Deberá, además, y sobre todo, dar a cada persona los medios
de modelar libremente su vida y participar en la evolución de la sociedad".

2.2.2 La igualdad/desigualdad en la educación básica de los escolares en américa


latina

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Los indicadores globales acerca de la escolarización reflejan que durante la década
del noventa las niñas han participado en la educación básica en proporciones similares o
casi e inclusive levemente mayores que los niños en gran parte de los países de América
Latina. Al mismo tiempo, las diferencias de género se han reducido durante las últimas dos
décadas.

En cuanto al acceso a la educación, únicamente en países con tasas de analfabetismo


elevadas y/o importante presencia de comunidades indígenas, encontramos desigualdades
considerables en el acceso al sistema educativo.
Asimismo existe otro factor que incide en las inequidades y es de fundamental importancia
a los fines de tener una visión completa de la situación regional: el nivel de repetición de
América Latina y el Caribe es uno de los más altos de un mundo en desarrollo, "un alumno
promedio invierte casi siete años en terminar los cuatro primeros grados de la primaria;
mientras que casi la mitad de los alumnos repiten el primer grado, siendo la tasa promedio
de repetición cercana al 30% en cada año de estudio".

Lamentablemente estas cifras mantienen una fuerte correlación con el estrato social
de los alumnos, pudiéndose observar que cuanto menor es el nivel de ingreso doméstico,
mayor es la posibilidad de desertar o repetir. Es así que, a nivel regional, vemos que las
diferencias de asistencia en la educación básica son mayores según ingreso que según
género y lo que es más, las ligeras diferencias de género en la educación básica
exclusivamente se hacen presentes en los niños y niñas en situación de pobreza, ya que en
los niveles medios y superiores de ingreso no se observan diferencias por género entre los
niños / as de 7 a 12 años.

Consecuentemente, es posible afirmar que las diferencias de género se hacen


visibles y generan desventajas más fuertes, después de la educación básica, especialmente
en la educación superior, y cuando se combinan con nivel de ingresos.

La estructura del sistema educativo Desde este punto de vista, la propuesta


tradicional se basaba fundamentalmente en la creación de tres niveles, con destinatarios
sociales diferenciados: enseñanza primaria universal, enseñanza secundaria para las capas

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medias y enseñanza superior para las elites dirigentes. El análisis cuantitativo de la
evolución de los sistemas educativos en América Latina permite apreciar que la meta de la
escolaridad básica universal todavía no ha podido cumplirse, al tiempo que los ciclos medio
y superior han masificado más allá de las posibilidades estructurales de absorción, definidas
éstas por la estructura de poder, las formas de distribución del ingreso y las oportunidades
ocupacionales. La escuela primaria El insuficiente desarrollo de la escuela básica en
América Latina ha sido comprobado en numerosos estudios estadísticos. Sin embargo, a
partir de 1950 se registró un incremento en su ritmo de expansión que alentó esperanzas en
cuanto a la posibilidad de acceder, en un plazo relativamente corto, al logro de la
universalización efectiva de este nivel.

El esfuerzo expansivo permitió elevar las tasas de escolarización en todos los países,
con lo que se superó el ritmo de crecimiento planteado por el aumento demográfico que,
como se sabe, fue particularmente intenso en la región. Las informaciones estadísticas
disponibles no son siempre coincidentes y varían según la metodología de obtención y
tratamiento de los datos. Sin embargo, y a pesar de diferencias a veces nada despreciables,
existe consenso en afirmar que el ritmo de expansión fue muy sostenido hasta 1970, pero en
la última década, en cambio, estarían apareciendo algunos síntomas de estancamiento que
permiten pensar en una “prematura frustración del proceso de escolarización”. Esos
síntomas se expresan, básicamente, en la disminución generalizada de las tasas de
crecimiento de la escolaridad básica en el quinquenio 1970-75 en comparación con las de
períodos anteriores.

Dicho descenso tiene lugar tanto en los países que ya están cerca de la meta de la
universalización como en aquéllos que todavía se encuentran muy lejos de cumplirla, y ha
sido interpretado en el sentido de que los sistemas educativos de la región habrían llegado
al “nivel límite de incremento en relación con las dificultades estructurales que envuelve la
incorporación de nuevos grupos sociales, y con los recursos destinables a este propósito sin
afectar otras prioridades dentro y fuera del sector y sin imponer nuevas cargas tributarias”.
Más allá del problema financiero, que merecería un análisis por separado, la dificultad para

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incorporar nuevos grupos sociales al ámbito de la escuela primaria constituye aquí el
problema central.

Tal como lo muestran los mismos análisis estadísticos, las dos terceras partes del
aumento de la matrícula primaria registrado entre 1960 y 1970 se deben al crecimiento
vegetativo y al aumento de la eficiencia interna, mientras que sólo un tercio de dicho
aumento responde a la incorporación de nuevos grupos sociales. Esta comprobación pone
de relieve la existencia de dos problemas centrales en torno del sistema educativo en su
nivel básico: el de la incorporación de nuevos grupos y el de la retención de los ya
incorporados. Si bien ambos tienen una zona común, no pueden ser considerados como
semejantes. Tomando, a título meramente ilustrativo, el ejemplo de la información censal
de 1970 referida a la situación educativa de los niños de 12 años de edad, es posible
apreciar que el fenómeno de la exclusión del sistema se concentra en las zonas rurales. En
cambio, el problema de la eficiencia del sistema y su capacidad para retener a los
incorporados es un fenómeno que, si bien aparece con más intensidad en las áreas rurales,
no deja de tener relevancia en los centros urbanos.

2.2.3 La enseñanza media

En cuanto a la enseñanza media, el problema es más complejo, porque la expansión


no es una meta válida en sí misma, sino que, al depender de la capacidad de absorción que
la estructura social ofrece tanto desde el punto de vista ocupacional como político, puede
constituir un factor de desequilibrio y desestabilización muy significativo. En este sentido,
los estudios cuantitativos han señalado desde hace tiempo que la enseñanza media en la
región se expande por encima tanto de las capacidades estructurales de absorción como de
las propias dimensiones del sistema educativo en el ciclo primario. En la base de este
fenómeno se encuentran factores muy diversos: en primer término, la presión de las capas
medias para lograr una escolaridad prolongada como canal más accesible de movilidad
social; en segundo término, la dinámica particular de decisiones políticas que se regulan en
virtud de la capacidad de presión, la cercanía respecto del poder, la información disponible
sobre manejo burocrático, etc., factores todos que se concentran en las capas medias

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urbanas de la población; en tercer lugar, la propia dinámica de expansión educativa genera
un movimiento de ‘fuga hacia adelante’ en las demandas y en los requerimientos
educativos del mercado de trabajo que impulsa aún más la expansión. A estos factores es
preciso agregar las características propias de un mercado de trabajo poco expansivo, donde
la competencia por los escasos puestos pertenecientes a la franja moderna de ese mercado
se hace también cada vez más intensa.

Si bien no es posible ponderar el peso de estos factores, lo cierto es que la expansión


del ciclo medio, unida al progresivo estancamiento en la expansión de la escuela básica,
indican que ha prevalecido en la región una política más tendiente a garantizar la
permanencia de los que ya consolidaron su ingreso al sistema educativo que a incorporar
nuevos sectores sociales. Como resultado de esta política, la enseñanza media en América
Latina es, en la actualidad, un ciclo de masas con magnitudes superiores a las de países
europeos cuando éstos estaban en un nivel de desarrollo
Similar al actual de la región. Esta expansión cuantitativa exitosa podría sugerir que los
aspectos críticos de la enseñanza media no se vinculan tanto con su funcionamiento interno
como con la capacidad de la estructura social para absorber productivamente (tanto en el
sentido económico como social) a esa masa de educados.

2.2.4 Sistema educativo de Colombia

El Sistema educativo de Colombia es el conjunto de normas jurídicas, programas


curriculares, establecimientos educativos, instituciones sociales, recursos humanos,
tecnológicos, metodológicos, materiales, administrativos y financieros, articulados para
alcanzar los objetivos de la educación. Se organiza en educación formal educación para
el trabajo y el desarrollo humano (reemplazando la denominación no formal y educación
formal) La entidad encargada de su coordinación y regulación es el ministerio de educación
de Colombia.

2.2.5 Estructura general

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El sistema educativo colombiano se estructura mediante niveles, que son pequeñas
etapas del proceso de formación. Estos niveles a su vez pueden estar organizados mediante
periodos, que son etapas más largas y que agrupan grados con objetivos educativos
específicos iguales. Finalmente, los ciclos están conformados por grados, que se refieren a
la ejecución ordenada del plan de estudios durante un año colectivo, por lo que cada grado
tiene un año de duración y objetivos específicos para este corto periodo de tiempo.

Así, la educación reconocida como formal está constituida por 5 niveles: inicial,
preescolar, básica, media y superior. La educación no formal o para el trabajo y el
desarrollo humano se organiza por horas de trabajo o por créditos académicos y no se rige
por el sistema anterior. Y en cuanto a la educación informal, consecuente con su definición,
no está organizada y se refiere a personas e instituciones cuya finalidad no es
principalmente educativa.

La legislación reconoce además estrategias particulares para poblaciones que no


requieren atención diferencial. Estas poblaciones son particularmente personas en situación
de discapacidad física, mental y/o psíquica, individuos con capacidades excepcionales,
adultos sin formación básica, grupos étnicos, campesinos y población no rural, así como
individuos con necesidad de rehabilitación social.

2.2.6 Educación formal

La educación formal en Colombia es aquella que se imparte en instituciones


aprobadas por el estado, en una secuencia regular de niveles, sujeta a pautas curricular
progresivas, y que lleva a obtener títulos. Tal como lo establece la Ley General de
Educación, se compone de 5 niveles de educación: inicial, preescolar, básica, media y
superior, siendo obligatorios los primeros 3 niveles de formación que normalmente suelen
requerir de 11 años continuos de escolarización.

En cuanto a la comunidad educativa, se reconocen 5 estamentos que participan en


el gobierno escolar de forma democrática: a) los estudiantes, b) los padres de familia o
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cuidadores responsables de los niños, c) los docentes del plantel, d) los directivos docentes
y personal administrativo, y e) los egresados organizados para participar.

El gobierno escolar se traduce en la autoridad del Consejo Directivo, máximo


órgano de control interno administrativo; el Consejo Académico, órgano encargado de la
orientación pedagógica del establecimiento; y el rector representante de la institución ante
las autoridades educativas y ejecutor de las decisiones del gobierno escolar. Se distinguen
así mismo, las figuras del personero estudiantil encargado de promover el pleno ejercicio
de los derechos de los estudiantes, elegido por mayoría simple de entre candidatos del
último grado que oferta la institución; y el Consejo de estudiantes, máximo órgano
colegiado estudiantil, encargado de promover la vida estudiantil y los intereses de los
estudiantes mediante la elección de su representante ante el Consejo Directivo

Las áreas fundamentales y obligatorias definidas por la ley para este nivel son:
a) Ciencias Naturales y educación ambiental; b) Ciencias
Sociales, historia, geografía, constitución política y democracia; c) Educación artística; d)
Educación ética y en valores humanos (o también llamada Cátedra de la Paz desde 2015);
e) Educación física, recreación y deportes f) Educación religiosa; g) Humanidades, lengua
castellana e idiomas extranjeros; h) matemáticas; e) Tecnología e informática.

2.2.7 Educación inicial

Este nivel representa el primer contacto de los niños con un entorno ajeno al hogar, siendo
la primera oportunidad de socialización. Los lugares donde se lleva a cabo este proceso se
conocen como jardines infantiles y, al igual que en los demás niveles, son subsidiados por
fondos estatales o privados. El Instituto Colombiano de Bienestar familiar está
especialmente encargado de velar por los derechos de los menores de 6 años y de su
protección, antes del ingreso a su escolarización obligatoria. En esta etapa se contemplan 2
grados, los primeros dos optativos. En el ámbito público se ofrece a los niños de 3 a 5 años
de edad, así: Pre-jardín a los 3 años, Jardín a los 4 años.

2.2.8 Educación preescolar

En este nivel de escolaridad de etapa se contemplan 1 grado de transición, que es


obligatorio. En esta etapa de Transición 5 años, siendo este el inicio del nivel cero

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obligatorio. El nivel está fundamentado en los principios de integridad, reconociendo al
educando como un ser único y social en interdependencia y reciprocidad permanente con
su contexto; en segundo lugar, la participación, aceptando la organización y el trabajo
de grupo como fundamento desde el cual construir la formación y el acceso a la cultura; y
como tercero la lúdica, reconociendo al juego como dinamizador de la vida del niño y
mecanismo de construcción de su realidad y apropiación de la cultura. En este nivel no se
reprueban actividades ni asignaturas, siendo la calificación un informe descriptivo personal,
que debe permitir a los padres de familias y a los profesores posteriormente formular
estrategias para superar los problemas que se hayan identificado durante el proceso
formativo.

2.2.9 Educación básica

Este nivel consta de dos grandes ciclos, que juntos agrupan nueve grados de
escolarización. Estos ciclos comparten objetivos educativos, especialmente: Propiciar una
formación general mediante el acceso al conocimiento científico tecnológico, artístico,
humanístico y matemático  para su vinculación con la sociedad y el trabajo; desarrollar
las habilidades comunicativas  para expresarse correctamente en castellanos y en
una lengua extranjera; profundizar en el razonamiento  lógico y analítico para
la interpretación  y solución de los problemas ; propiciar el conocimiento y comprensión de
la realidad nacional para consolidar los valores propios de la nacionalidad colombiana;
fomentar el interés y el desarrollo de actitudes positivas hacia la investigación; y propiciar
una formación social, ética, moral.

En cuanto a las instituciones encargadas del desarrollo de este nivel formativo se les
obliga a poseer un Proyecto Educativo Institucional (PEI) que especifica las estrategias
como se ha decidido alcanzar los fines de la educación definidos por el Estado, teniendo en
cuenta las condiciones sociales, económicas y culturales de su contexto particular. Como
parte del PEI debe existir en toda institución un manual de convivencia, en el cual se
reglamentan los derechos y deberes de los educandos, así como sus relaciones con el resto
de actores educativos.

2.2.10 Primaria

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Este ciclo consta de cinco grados, cada uno de un año de duración, nombrados de
primero a quinto grado, ingresando a los 6 años de edad. Desde el año 2002 se realizaba la
promoción de los estudiantes por el decreto 230 de 2002, el cual indicaba que máximo el
5% de los estudiantes de una institución podían reprobar el grado, lo que incidió en un
decaimiento de la calidad de la educación.5 Sin embargo, dado que no produjo los
resultados esperados, se abolió dicha promoción automática mediante el decreto 1290 de
2009, donde el gobierno nacional permitía la autonomía en evaluación y promoción de los
estudiantes a los grados superiores de formación.

2.2.11 Secundaria.

Este ciclo consta de cuatro grados, cada uno de un año de duración, nombrados de
sexto a noveno, ingresando usualmente a los 11 o 12 años de edad. Al igual que la primaria,
estaba sujeto al decreto que permitía la promoción automática de los estudiantes, y también
fue regulado por el nuevo decreto 1290 de 2009 que permite la autonomía en promoción de
los estudiantes, salvaguardando en la mayor parte de los casos su cupo para continuar con
el proceso escolar. Este decreto también modificó la escala de valoración nacional,
quedando en orden ascendente como: Desempeño Bajo, Básico, Alto y Superior.

2.2.12 Educación media.

Comprende los grados décimo y undécimo; en el caso de algunos colegios privados


estilo norte americano está reglamentado el grado duodécimo. Tiene como finalidad la
comprensión de las ideas y los valores universales y especialmente la preparación para el
ingreso a la educación superior y al trabajo. Una vez culminado este nivel los estudiantes
deben graduarse y recibir el título de bachiller académico o bachiller técnico, según la
formación recibida.

2.2.13 Educación superior

Está regulada por el Ministerio de Educación de Colombia y es impartida


en universidades y otras instituciones de educación superior. Se divide en varios niveles
distribuidos entre pregrado y postgrado. En términos legales, se encuentra reglamentada de
forma particular por la Ley 30 de 1992.

19
En el nivel de pregrado se encuentran las carreras técnicas profesionales, tecnológicas y
universitarias, donde las técnicas profesionales pueden variar entre 1.5 a 2 años, las
tecnológicas entre 2.5 a 3.5 años y las universitarias usualmente de 5 años.

En el nivel de postgrado se reconocen las especializaciones, las maestrías y los


doctorados. Hay adicionalmente una serie de diplomados, seminarios y otros cursos de
educación continua y educación para el trabajo y el desarrollo humano que en pocas
semanas o meses permiten al profesional conocer nuevas técnicas o mantenerse
actualizado, pero este tipo de educación está considerada dentro del campo no formal o, en
algunos casos, educación continuada.

La educación para optar por un título de maestría y especialización va enfocada a


potenciar habilidades de gestión, profundización y actualización encaminadas a garantizar
el crecimiento del sector productivo. Es usual que en los altos cargos de las organizaciones
se exija este tipo de títulos de acuerdo al perfil organizacional.

Finalmente está el nivel de doctorado, que pocas universidades están acreditadas


para ofrecer, y el cual busca la formación de investigadores y la generación de nuevo
conocimiento. Generalmente los doctorados están por fuera de los niveles de inversión que
las empresas pueden pagar, y se emplean en los centros educativos para impulsar el avance
de la ciencia.

2.3 Principales reformas educativas en Latinoamérica y en Colombia

Este apartado de la monografía toca un aspecto importante relacionado con el


proceso educativo, no sólo en el contexto latinoamericano, sino también en el contexto
nacional colombiano, se trata de los cambios que se han presentado en esta materia
educativa; ello en razón a que la educación históricamente no ha estado exenta de reformas
por parte de las entidades encargadas de propiciar mecanismos que contribuyan al
mejoramiento de la calidad educativa, o con el ánimo de generar nuevas y mejores
estrategias para llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Para tal efecto se acude a referencias bibliográficas e investigaciones adelantas


sobre esta temática, no solo de los textos suministrados en la unidad referente a esta
actividad escritos por autores como: (Vigo, 2012; Nassif, Rama, & Tedesco, 1984;

20
Guzmán, 2005), entre otros. Esta última autora muestra un compendio sobre las reformas
que en este lado del continente se han venido desarrollando, las cuales se han denominado
de “primera, segunda y tercera generación” (Guzmán, 2005, pág. 1).

La primera reforma se encaminó hacia una ampliación de la cobertura del proceso


formativo; la segunda perseguía un fin enteramente relacionado con la calidad y la equidad
y, la tercera con el firme propósito de lograr la descentralización pedagógica. Cada una
desde luego que en épocas diferentes. Por ejemplo, el movimiento reformador encaminado
a alcanzar de las instituciones educativas latinoamericanas la ampliación de la cobertura en
todos los grados de escolaridad hasta lograr que todos los niños, niñas, adolescentes y
jóvenes en edad de estudiar formen parte activa del sistema educativo.

Esta primera reforma efectuada en la época de los años 80 se plantea desde el punto
de vista estructural, esto es, que cada nación debe adaptar las instituciones educativas de tal
manera que esta cobertura pueda llevarse a cabo, sin embargo, la realidad en mayor parte
del territorio latinoamericano es otra, debido al poco presupuesto que se le asigna a la
educación. Para Toledo, (2014) en naciones como Colombia, Argentina, Chile, Paraguay,
Brasil, México, entre otros, la inversión en educación “ronda entre el 4% y 5% del PIB” (p
28). Es decir, un promedio generalizado.

Para el año 2013 de manera individual algunos países de América Latina y en forma
individual manifestaron la siguiente inversión de acuerdo a lo afirmado por Montero,
(2018), Brasil junto a Argentina el 8% de su Producto Interno Bruto; Costa Rica 7.8%;
Venezuela 6,4%; Bolivia 6,6%; Ecuador 5,2%; Panamá 4,7%; Jamaica 4,7%; Chile 4,2%,
El Salvador 4%; México 3,9%, Colombia 3,1%; Perú 3% y Republica Dominicana 2,8%.

21
Fuente: BID. (Banco Interamericano de Desarrollo)

Por consiguiente, la inversión en educación en estas naciones del territorio no es la


más óptima, repercutiendo indudablemente en todos los factores que inciden en las
reformas educativas que se pretendan realizar. Pero, y ante el llamado de atención de
organismos internacionales encargados de velar por el desarrollo de las naciones, como es
el caso de la UNESCO, el BID, y la OCDE, entre otras, las entidades gubernamentales se
han dado a la tarea de hacer esfuerzos por aumentar la línea presupuestal del PIOB en el
rubro educativo

La reforma encaminada a alcanzar la calidad y la equidad en el contexto educativo,


como segundo mecanismo para el logro de la transformación de la educación en América
Latina, se manifiesta con ciertas deficiencias, así lo pone de manifiesto Bellei, (2013) al
afirmar que para alcanzar este logro se requiere del fortalecimiento del sistema educativo,
posibilitando que las políticas educativas se encaminen “en asegurar en cada escuela los
insumos, las condiciones organizacionales y las capacidades profesionales para generar
mejores oportunidades de aprendizaje para todos los alumnos” (p. 25). Por tanto, estos
aspectos hacen referencia en forma preferencial a la profesionalización del docente,
brindándoles el Estado posibilidades y facilidades para prepararse más y mejor en su
especialidad.

22
Ahora bien, con respecto al tercer aspecto de las reformas educativas en
Latinoamérica, es decir la descentralización pedagógica, y en la que actualmente se hace
mayor énfasis, es un proceso que se va designando a las autoridades educativas de los
diferentes entes territoriales de cada nación, esto es, cada departamento, cada municipio,
cada localidad, posee cierta autonomía para desarrollar o adaptar algunos aspectos
curriculares a su entorno o contexto cultural. Pero siempre manteniendo los lineamientos
emanados por el eje central, en este caso los Ministerios de Educación de cada país.

2.3.1 Reformas educativas en Colombia

Colombia a lo largo de su historia educativa necesariamente se ha visto abocada a


generar cambios en su estructura educativa, en razón a que se trata de un factor que debe
adaptarse a los requerimientos de cada época. De manera que se puede decir que la nación
colombiana ha tenido una serie de reformas, las cuales comenzaron desde el mismo instante
de declarar su independencia en 1810; al permitir la curricularización de las artes y las
ciencias de acuerdo a cada contexto regional, como bien lo sostienen Cifuentes & Camargo,
(2016). Dicho currículo debía preparar al estudiante de la época para la vida y contenía
asignaturas como lectura, escritura, civismo, doctrina cristiana, dibujos geométricos,
además, la industria, los oficios, la fábrica, la agricultura, el comercio.

En la época de la Gran Colombia se le dio forma a la educación técnica tomando


como modelo la escuela normal, mediante el desarrollo del plan de estudios, al mismo
tiempo se crean las escuelas de primaria y secundaria junto a la formación docente, por lo
que podría decirse que se trata de la época del verdadero inicio a lo que hoy se manifiesta
como la educación organizada de instrucción de carácter público.

Una reforma que marco el ingreso de la mujer al contexto educativo fue sin duda la
reforma efectuada en 1821, con la Constitución de Cúcuta, en ella se establece la creación
de las escuelas publica para niñas, con un currículo dirigido a la enseñanza de la gramática,
las lenguas modernas, la música y la economía doméstica, siendo dirigida la educación por
las distintas congregaciones de religiosas existentes en el momento en el país. En 1870 se
presentó la reforma instruccionista en la que se le otorgaba a la educación la obligatoriedad

23
y gratuidad para todos los niños y niñas de primaria; más adelante con la Constitución de
1886 se quita el estado de obligatoriedad, pero continúa siendo gratuita.

Con el Decreto 227 de 1933, se presenta una reforma favoreciendo a la mujer, por
medio de él se le otorga el poder acceder al bachillerato e ingresar a las universidades,
poder formarse profesionalmente en carreras como medicina, enfermería, odontología,
ingeniería. Entre los años 1960 y 1970 la reforma educativa se encamina a la formación
laboral, de allí que se formen los den ominados INEM, para que el estudiante salga con la
preparación para ingresar al mercado laboral.

En la década de los 80 se da inicio a la renovación curricular y a la vez se comienza


el programa encaminado a la capacitación, actualización y perfeccionamiento del docente.
Sin embargo, a partir de 1991 con la creación de la nueva Constitución denomina del 91,
Comienza a dársele a la educación el sitial que verdaderamente debe corresponderle en una
sociedad que quiere alcanzar el desarrollo integral de los ciudadanos. En ella se establece la
importancia que debe tener la educación, al respecto el artículo 67 dice:

La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una


función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la
técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formará al
colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y
en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural,
científico, tecnológico y para la protección del ambiente. El Estado, la sociedad
y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los
cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de
preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las
instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a
quienes puedan sufragarlos. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema
inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el
cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física
de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a
los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el
sistema educativo. La Nación y las entidades territoriales participarán en la
dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales,
en los términos que señalen la Constitución y la ley.  [ CITATION Sen911 \l 9226 ]

24
Este artículo de la Constitución Nacional de la República de Colombia le dio vía
libre para que tres años después se manifieste la reforma de la educación con la puesta en
marcha de la Ley General de la Educación, ley 115 de 1994, esta se convierte en el eje de la
educación en Colombia, allí en los 222 artículos que la conforman se encuentran plasmados
todos los lineamientos que rigen el sistema educativo en nuestra nación. La pregunta que
saldría de esta ley a pesar de sus grandes beneficios es: ¿realmente la Ley 115 de 19954 o
Ley de la Educación ha propiciado la calidad de la educación en el país?

Después de la creación de la ley señalada se han presentado algunas reformas de


carácter institucional y orgánico, como la Ley 715 del 2001, dirigida al fortalecimiento de
la descentralización. La Ley 749 del 2002, la cual organiza el sistema educativo en el nivel
de Educación Superior, en carreras profesionales y técnicas.

Como se observa en el desarrollo del escrito, la historia de la reforma educativa en


Colombia ha pasado por distintos momentos, eso demuestra el interés de los entes
gubernamentales por propiciar un buen sistema educativo, lógicamente que no se ha podido
lograr su efectividad plenamente, debido precisamente a diversos fenómenos que se
manifiestan, especialmente en relación con la brecha existente entre le educación pública y
la educación privada.

3. Conclusión

En el desarrollo de la monografía se han puesto de manifiesto temas importantes, cada uno


de ellos con una connotación distinta, lo que demuestra la importancia que se le otorga en
el contexto latinoamericano a la búsqueda de una formación de calidad, lo mismo acontece
en Colombia, cada gobierno de turno busca implementar programas, fomentar nuevas
normas y leyes para el mejoramiento de la educación, sin embargo, estos esfuerzos parecen
ser en vano.

Y es ahí donde entra a jugar un papel de importancia los agentes educativos, tanto docentes,
como estudiantes y comunidad educativa, cada uno debe poner de su parte el esfuerzo

25
correspondiente para que la educación alcance en el país proporciones de máximo
desarrollo, pero es el Estado con sus dirigentes a la cabeza los de mayor responsabilidad,
permitiendo que el presupuesto de la educación supere al que se le asigna a la guerra en el
país.

Si bien el contexto colombiano ha sido marco de grandes cambios en pro de la ciudadanía,


de la educación y de la equidad cultural, el contexto latinoamericano muestra grandes
avances en materia de unión, en estos momentos se está ampliando el campo de
integraciones regionales –Mercosur, Unasur, Comunidad Andina, etc.–, las que aspiran a
desbordar el campo de la mera integración económica para alcanzar una integración
cultural, y ello nos plantea una nueva situación respecto a una posible educación común.

4. Bibliografía

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México., 29-38.

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de calidad para todos al 2015. Paris: Ediciones UNESCO.

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el apoyo y fortalecimiento de la educación para el trabajo y el desarrollo humano

26
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Universidad Wiener.

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