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Bookland anima a los lectores que quieran disfrutar de esta traducción a adquirir
el libro original y confía, basándose en experiencias anteriores, en que no se restarán
ventas al autor, sino que aumentará el disfrute de los lectores que hayan comprado el
libro.
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Bookland realiza estas traducciones porque determinadas obras no salen en
español y quiere incentivar a los lectores a disfrutar historias que las editoriales no han
publicado. Aun así, impulsa a dichos lectores a adquirir los libros una vez que las
editoriales hayan realizado su publicación.
Traductores:
Eli25 IzzieyAutumn Mtomasm
Eva Masen-Pattinson Jeyd3 Paulii~
Gabbii Karou DH Rihano
ItBurnsLikeIce Kirara7 *eliza*
Mika
Traductores SOS: 3
Alisay.or Eli25
Recopiladora:
Xhessii
Correctores:
Azhar33 ElyGreen July C.B
Eli25 Xhessii
Correctores SOS:
Xhessii
Revisión:
Xhessii
Diseño:
Kirara7
Índicen
Aviso .................................................................................................................................................. 2
Créditos ............................................................................................................................................... 3
Índice ................................................................................................................................................. 4
Sinopsis............................................................................................................................................... 5
Uno ..................................................................................................................................................... 6
Dos ................................................................................................................................................... 17
Tres .................................................................................................................................................. 38
Cuatro ............................................................................................................................................... 55
Cinco ................................................................................................................................................. 70 4
Seis ................................................................................................................................................... 86
Siete ................................................................................................................................................ 104
Ocho ................................................................................................................................................ 119
Nueve ............................................................................................................................................. 138
Diez ................................................................................................................................................ 158
Once ................................................................................................................................................ 182
Doce................................................................................................................................................ 199
Trece............................................................................................................................................... 215
Catorce ............................................................................................................................................ 227
Quince ............................................................................................................................................. 241
Dieciséis ......................................................................................................................................... 257
Próximo Libro ............................................................................................................................... 263
Sobre la Autora ............................................................................................................................ 264
Sinopsisn
Él responde la llamada de su espíritu.
Pero, es su corazón lo que no puede resistir.
Ryon Hunter ve a gente muerta —espíritus que le suplican por ayuda de manera
que no puede comprender. Haría cualquier cosa para acabar con el tormento, hasta que
un bello espíritu se le aparece con una súplica que no puede ignorar: «Ayúdame… Estoy 5
viva». La mujer es Daria Bradford, una bióloga de la fauna silvestre, mortalmente herida
después de encontrarse con un lobo blanco, llamando a Ryon a través de un raro don
psíquico.
Ryon Hunter hizo una cara a la espalda de Aric Savage cuando su equipo de
cambia-formas, la Manada Alfa, reptó furtivamente en forma humana por la basura
desparramada del callejón. O la mitad de ellos, de todas formas.
Si la gente simplemente supiera del muy real mundo paranormal que acechaba
en las sombras, habría pánico masivo. El trabajo de la Manada Alfa era asegurarse que
nunca ocurriera. Cazaban a las criaturas más peligrosas en el mundo, eliminándolas
antes que los humanos tuvieran alguna prueba de que estuvieron allí. Las menos
peligrosas eran llevadas para una posible rehabilitación, y reintegración en su mundo.
Nadie, ni siquiera sus hermanos de manada, sabían cuán cerca los espíritus le
habían conducido al punto de ruptura.
El callejón explotó en una ráfaga de figuras oscuras, corriendo hacia ellos desde
todos los lados. Él solo tuvo tiempo para ver a Aric y a Hammer enfrentándose en batalla
con cuatro vampiros renegados cuando un quinto le abordó desde un lateral,
golpeándole contra la pared de un edificio.
Gruñendo por el dolor, empujó al vampiro, haciendo una mueca por el hedor de
la respiración fétida que flotó hacia su cara. El renegado le tenía clavado y desnudó sus
colmillos, yendo a por la yugular de Ryon. Girando, Ryon se las arregló para hacer
suficiente palanca para poner su espalda en la pared y alejar a la cosa de él. El vampiro
tropezó hacia atrás y Ryon agarró el cuchillo de plata atado a su muslo, maldiciéndose
por no tenerlo ya en su mano.
—Uh-uh —cantó el que estaba sentado en sus piernas—. No podemos dejar que
el cachorro salga a jugar.
¿Cómo saben...?
—¡Es cierto! ¡La sangre de los cambia-forma es como la cocaína más pura! Tan
buena...
Las manos le levantaron, y pronto estuvo sobre su espalda. Intentó ver sus caras,
decir que él estaba completamente bien. Pero la cálida sangre borboteaba en su
desgarrada garganta en su lugar. Mierda, ¡no podía respirar!
—Le apuñalaron con su propio maldito cuchillo. Tenemos que sacarle eso de ahí
ahora, o se desangrará.
Él asintió otra vez, o creyó que lo hizo. Concentrándose, intentó llamar a su lobo,
pero aulló de dolor. Retirándose profundo dentro de él, la fuerza drenándose.
Su padre la había enseñado todo lo que sabía sobre estudiar a los lobos. Como
una chica joven, le había acompañado en muchos viajes. Después de la graduación de la
preparatoria, a diferencia de muchos de sus compañeros, Daria había sabido
exactamente lo que quería hacer con el resto de su vida: seguiría los pasos de su padre.
Y así lo hizo, convirtiéndose en una bióloga de la vida salvaje quién se especializó en el
campo de estudio que, para ella, eran las criaturas más bellas y escurridizas en el
planeta.
Su padre había sido parte del grupo de conservación que en la década de 1980
fue fundamental para salvar a los lobos en el Shoshone que estaban al borde de la
extinción. Observarles prosperar una vez más era una de las dos grandes alegrías en su
vida, junto con idolatrar a su hija. Pero eventualmente su artritis le impidió escalar las
montañas y los valles que tanto adoraba, así que ahora vivía indirectamente a través de
las historias de ella. Ella se aseguraba de llevarle muchas para que escuchara sobre sus
acogedoras noches junto al fuego, sus whisky en mano.
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Sonriendo para ella misma, pensó en todo lo que le diría cuando fuera a visitarle
en unas pocas semanas. Las manadas de los lobos que había comprobado a lo lejos lo
estaban haciendo muy bien, los cachorros estaban creciendo. Pero a la bailarina luz del
fuego, cogió su libreta de espiral y registró sus notas sobre cada miembro de la manada
local para el día. Luego la guardó otra vez y se arrastró a la tienda, cerrando la
cremallera contra cualquier visitante de la noche que las llamas no disuadieran.
El cansancio subió a sus huesos y músculos, y era de un hermoso tipo, aquel que
era ganado de un honesto día de trabajo duro. Ella se metió en la bolsa de dormir y
durmió en su capullo y vagó a la deriva, contenta.
Ella estaba de pie en un lugar oscuro. Un callejón sucio. Los ruidos de la ciudad
venían de la cercanía: el tráfico y la gente hablando. Luego llegó el grito. Se acercó a los
ruidos, y se dio cuenta que sonaba como una pelea. Cuando se acercó, vio formas oscuras.
Pálidas figuras como de humano vestidas en harapos, gruñendo, con amarillentos
colmillos acuchillando en la penumbra.
Estaban atacando a un grupo de hombres, y por unos pocos movimientos, parecía
que los malvados ganarían. Cómo ella sabía que los defensores eran los buenos, no podía
decirlo. Solo sabía que era invisible para ellos cuando los hombres tomaron la delantera
al final.
Pero uno de sus miembros cayó bajo dos de los oscuros. Hubo un destello de plata,
su grito ahogado terminó horriblemente. De repente, uno de los atacantes tiró de su
cabeza hacia atrás y rasgó la garganta del hombre con esos horribles colmillos
amarillentos.
Tropezando, Daria les gritó que pararan, pero nadie la oyó. Su respiración se
congeló en sus pulmones cuando los compañeros del hombre llegaron a su rescate,
despachando al resto de criaturas. Eso es lo que eran —criaturas— pero no podía
ponerles un nombre. El pensamiento de los feos desapareció cuando se acercó, miró hacia
abajo y estudió al hombre cuyos amigos estaban intentando tan duramente salvarle.
Él era, sin duda, el hombre más bello que había visto nunca. Estaba tumbado sobre
su espalda, con los brazos y las piernas flojas. La luz de la luna llenaba los claros ojos
azules cristalinos y se reflejó en su pelo rubio. Su nariz era recta, y tenía surcos alrededor
de su boca y labios llenos que insinuaban que era un hombre que sonreía frecuentemente.
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Pero en ese momento, estaba luchando por respirar. Un chorro de rojo empañaba
la carne desgarrada de su garganta, y había más de la vital sangre carmesí fluyendo de
alrededor de la empuñadura del cuchillo enterrado en su costado. Preocupación por el
hombre y una profunda y repentina tristeza la abrumó. Intentó otra vez hablar, pero no
pudo hacer ningún sonido.
Entonces su mirada encontró la suya, y sus ojos se abrieron de par en par. Solo por
un momento, el mundo se redujo a ellos dos. Levantando su brazo, él la alcanzó con dedos
llenos de sangre seca. Ella quería sujetar su mano, traerle el consuelo que pudiera.
Entonces fue succionada hacia atrás, cayendo fuera del sueño cuando gritó en
protesta.
¡No!
Toda su vida, había estado plagada con visiones de escenas que, o eran
inminentes, o acababan de ocurrir. Muchas de ellas eran inútiles, nada más que
destellos inocuos. En los más serios, los detallados, normalmente no tenía ninguna
prueba de quién era la persona en la escena, y no podía hacer nada para ayudar. Bueno,
no directamente. Su otro don: la proyección astral, la habilidad para enviar su cuerpo
físico a un estado de ensueño y visitar otro lugar en una forma de espíritu, también era
inútil si no sabía a quién ayudar, o dónde estaban.
No sabía por qué le importaba tanto. Tampoco sabía por qué la necesidad de
encontrarle y asegurarse que estaba vivo era como hormigas trepando sobre su piel.
Quizás, con él, podía averiguarlo. Porque a diferencia de todos los otros, por un breve
instante, Daria y el hombre habían conectado. Incluso ahora, cuando el resto de la visión 12
parecía distante, un diminuto zarcillo permanecía, viajando de su consciencia a la de él.
Lo sintió, pero necesitaría proyectarse astralmente para acceder a él. Como fuera, no
podía hacer eso hasta que se hubiera recuperado algo. La fuerza de esta visión la había
dejado drenada.
Tranquilizándose otra vez, se echó hasta que la luz del día rompió, el sueño fue
evasivo. Más que estar descansada, estaba cansada y agitada. Tenía tanto miedo de
quedarse dormida y despertar y encontrar que el hilo que la conectaba al sexy extraño
había desaparecido. Pero aún estaba ahí, esperando.
Centrándose, se sentó con sus piernas cruzadas y cerró sus ojos, los brazos
sueltos en su regazo. Enfocándose hacia el interior, dejó que los sonidos del despierto
bosque la llevaran lejos. El informante hormigueo bailaba sobre su piel, señalando que
su cuerpo estaba yendo a su estado de trance. Lentamente, su consciencia se separó de
su cuerpo, dejándolo detrás. Mirando atrás, se vio sentada pacíficamente en la tienda y,
satisfecha, partió para seguir el hilo.
Al principio el viaje fue fácil. Sin estar limitada por su cuerpo, planeó sobre los
bosques, disfrutó de la luz del sol y la belleza del día. En adelante viajó, la conexión la
guiaba a un curioso claro en el bosque, un lugar dónde los árboles había sido aclarados.
En el centro del claro se situaba un gran edificio. Este edificio tenía de varias alas, y el
hilo guiaba a una de esas alas en particular.
En segundos estaba de pie en lo que parecía ser un pasillo. Antes de estar en una
puerta, y más allá de ésta, ella supo que había encontrado al hombre que buscaba.
Avanzando, simplemente caminó a través de ésta, intentando alcanzar la forma inmóvil
en la cama…
—¿Qué demonios?
Cuando el sonido murió, intentó averiguar en el nombre de Dios qué había sido.
El barítono enfadado de la criatura gritando le recordó algo prehistórico fuera de una
vieja película de Godzilla. Increíble, pero preciso. Cuando la llamada murió, los chillidos
le pusieron de punta su piel. Fuera lo que fuera, podía estar a kilómetros de distancia, o
a unos pocos metros.
Esa idea fue suficiente para ponerla en movimiento. Se sintió mucho como un
pato sentado allí, y de todas maneras, no podía intentar la proyección otra vez durante
un rato. Recogió el campamento rápidamente, empaquetando su tienda y suministros y 13
asegurándose que el fuego estaba completamente apagado. Entonces se dirigió hacia el
sendero, en camino a su siguiente sitio.
Una vez, el cuerpo había sido humano, pero si era un hombre o una mujer, no
podía decirlo. El cadáver había sido desgarrado literalmente en trozos. Situó parte de
una pierna, un brazo. El torso mayoritariamente no estaba, comido. Unos enormes
dientes habían desgarrado grandes trozos de carne de su víctima, las marcas tan
grandes que ella no podía entender qué criatura las había hecho. No había cabeza para
ser vista.
Tropezando unos pocos pasos, Daria cayó sobre sus rodillas y vomitó. Su
estómago se dio la vuelta, aunque afortunadamente no había mucho para purgar
cuando se saltó el desayuno. Cuando las arcadas se sosegaron, un pensamiento gritó en
su cerebro. 14
Y, ¿si el asesino aún está aquí?
Levantando la radio hacia su cara, estaba por presionar el botón cuando un bajo
gruñido le puso todos los pelos de punta. Girándose ligeramente a la derecha, parpadeó,
no estando segura de lo que estaba viendo. Cuando eso acechó, la cabeza baja, ella
succionó una respiración.
La criatura era un lobo blanco como la nieve. No era muy grande: hembra si tenía
que adivinar. La loba hizo un amenazante movimiento y continuó avanzando. Todo tipo
de conocimiento inútil llegó a la mente, tales como el hecho de que nunca hubo un caso
documentado de un lobo atacando a una persona.
—¡Mierda!
Giró para encontrar a la loba justo allí, jadeando, desnudando sus dientes.
Dientes que no eran en ninguna parte lo bastante grandes para haber causado la
destrucción del senderista muerto, pero eso difícilmente importaba ahora. Mirando
alrededor, ella escaneó el suelo para una roca, algo. No quería tirar su radio y
arriesgarse a dañarla, pero podría ser un buen palo.
¿Su radio? Movió su cuello, intentando ver si podía localizarla. No había nada
excepto roca alrededor, su cuerpo roto firmemente atrapado. La radio no estaba, el
celular de su bolsillo estaba roto… y nadie sabía la localización exacta de Daria. En
Shoshone, podría llevar días para que fuera encontrada. Meses.
O sus huesos aún podrían descansar aquí por décadas desde ahora.
Pensó en su padre, y en su devastación cuando supiera que su única hija estaba
muerta. Perdida en el gran bosque que ambos tanto adoraban. Eso le mataría.
Aunque era demasiado pronto para intentar otra proyección sin drenar lo último
de sus fuerzas, ella no tuvo elección. Ignorando el horrendo dolor de sus heridas, cerró
sus ojos. Tomó más de lo normal pero encontró su centro.
En momento se encontró en el pasillo. Esta vez, una mujer con ondulado pelo
moreno hasta los hombros emergió de una habitación, llevando un portapapeles.
Llevaba una bata de laboratorio, y Daria se dio cuenta que estaba cuidando del sexy
extraño. El médico pasó, sin ver a Daria después de todo. 16
Daria entró en la habitación, su atención inmediatamente enfocada en la alta
figura en la cama. Sabiendo que el tiempo se terminaba, ella avanzó a su lado.
Levantó una mano tentativa y gentilmente para tocar la cara del apuesto hombre rubio.
Observó cuando él abrió sus maravillosos, ojos azules como el cristal: ojos que se
abrieron de par en par cuando vio su forma astral cerniéndose en su cama. Quizás él
podría no oírla o comprenderla. Pero ella tenía que intentarlo.
—Lo sé, cielo. Pero tienes otra hora antes de tu próxima dosis, así que aguanta
ahí, ¿está bien? —Él asintió—. ¿Crees que ya puedes transformarte? Eso ayudaría a
acelerar el proceso de curación.
—Estuvo demasiado dentro de ti. —Ella terminó con un suspiro—. Que mejores
tomará algún tiempo, pero por suerte tienes mucho de eso. Trata de descansar y enviaré
a Noah en una hora para darte más medicina para el dolor. Trata de descansar ¿Está
bien?
Había justo cerrado sus ojos cuando una sensación de alguien (o más bien de
algo) acercándose inundó su conciencia ¿Un espíritu? ¿O una persona de carne y hueso?
Él solo sabía que sentía un tirón que era de alguna manera familiar, y le tomó un
momento pensar por qué.
Ese era el mismo tirón que había experimentado la última noche, en las secuelas
del ataque.
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Tumbado ahí en el sucio callejón, desangrándose, él había visto el fantasma más
hermoso flotando sobre él. Como tal, debería haber sido capaz de decir el color de sus
ojos, pero eran de un marrón cálido que lo calmó. Prometiéndole refugio. Su pelo era
largo y brillante, del más profundo negro, sus pómulos altos y casi afilados, su nariz fina.
Llenos, sensuales labios hechos para besar.
Abriendo sus ojos, él inspiró un afilado respiro. Parecía que tendría otra
oportunidad para averiguarlo, porque la mujer en cuestión estaba parada a un lado de
su cama mirándolo ansiosamente. Su forma era translucida, parpadeando a medida que
su energía iba disminuyendo.
—¿Cómo piensas que puedo ayudarte? Estás muerta, dulzura. —Él dijo, su tono
firme pero gentil. La mayoría de los espíritus no podían aceptar su fallecimiento.
—No. ¡Estoy viva! Estaba trabajando a unas pocas millas de aquí y fui empujada
por un barranco. —Ella comenzó a parecer más desesperada—. Si tú no me encuentras,
moriré ahí afuera. Tienes que creerme.
—Está bien, cariño. Dime dónde estás e iré por ti. —Él esperó.
—¡Espera! Esas son un montón de millas para cubrir. ¿Puedes ser un poco más
específica?
—¡Maldición!
Ryon miró fijamente por unos pocos segundos el punto donde ella había estado,
preguntándose si ella reaparecería. Pero la urgencia tan real en su súplica lo hizo
moverse. A pesar del dolor que causó, se movió hacía el borde de la cama, removiendo
los pegajosos electrodos cardíacos y arrancando su intravenosa. La parte de arriba de
su mano sangró, y él lamió la herida, cerrándola, después se empujó a sus pies.
Ryon tuvo que alertar a su equipo. Empujando la puerta, se tambaleó dentro del
corredor de la enfermería y se encontró cara a cara con Noah. El rubio enfermero lo
agarró y lo estabilizó, preocupándose.
—¿Qué diablos haces fuera de la cama? Si necesitas algo, ¡usa el botón de llamada!
—No hay tiempo —dijo con voz ronca—. Tengo que encontrar a Nick. Tenemos
un problema.
Frunciendo el ceño, el hombre más joven dirigió a Ryon de nuevo dentro del
cuarto.
Ryon obedeció, pero no tenía que gustarle. Hasta que dejara a su lobo salir, no 20
iba a tener la fuerza para caminar a través del recinto, mucho menos correr entre las
montañas buscando por una excursionista herida. Él escuchó impacientemente
mientras Noah usaba el teléfono de la habitación y hacía la llamada a Nick. Mientras lo
hacía, a Ryon se le ocurrió que él no estaba pensando correctamente: podría
simplemente haber usado su habilidad como telépata para localizar a Nick él mismo,
empujando sus pensamientos dentro de la cabeza de su comandante. Si eso no era
prueba de que él no tenía por qué saltar de la cama para correr entre los Shoshones,
nada lo era.
—Ryon…
Nick entró unos minutos más tarde después de que Noah se hubiera ido, su
expresión preocupada. El comandante de la manada era un gran bastardo cabrón que
tenía una vibra no jodas conmigo que era mejor tener en cuenta. Oh, Nick era un buen
chico, pero más que un poco intimidante.
El comandante pasó una mano entre su oscuro pelo, sus ojos perforando los de
Ryon.
—Sabía que un gran cambio se venía para ti. Solo no esperé que llegara tan
pronto.
—¿Qué has visto? —preguntó por curiosidad. Y con un poco de temor también.
Oh, mierda.
—Tendrás que averiguarlo tú mismo. Pero para que eso pase, tenemos que irnos
ya. —El hombre ladeó su cabeza—. ¿Ella se te apareció?
Bastardo evasivo.
—Sí, y está herida. Ella no dijo su nombre, pero me dijo que había sido empujada
por un barranco pasando el segundo puente, al norte.
—Está bien. Iré a mi oficina cuando salgamos y le haré una llamaba a la estación
de guardabosques mientras tú recoges algunos de los chicos. —Él miró a Ryon—. Eso
es, si estás lo suficientemente curado para ir.
—De nada. Hablaré con Melina, Mac, y Noah cuando salga, les contaré lo que está
pasando y les pediré que nos acompañen en un segundo vehículo.
—¿La traeremos aquí? —preguntó sorprendido—. ¿Qué hay con los humanos?
¿El equipo de Búsqueda y Rescate? Suena a que ella va a necesitar un hospital regular.
Ryon se puso de pie, quitándose la molesta bata de hospital. Luego siguieron sus
calzoncillos, aventados para unirse a la bata. Desnudo y temblando por ese pequeño
esfuerzo, se concentró en alcanzar a su lobo en preparación para el cambio, un proceso
que no era típicamente tan fluido ni fácil para él como lo era para algunos de los otros
chicos. Ahora, sin embargo, su lobo surgió a la superficie y tomó el control por completo,
su ansiedad de llegar a la mujer herida casi se sentía como una necesidad física.
—¡Maldición, mis ojos! —Aric se quejó mientras los otros rieron—. Supongo que
te estás sintiendo mejor, ¿verdad? Al menos ponte pantalones.
Todos sabían que el lobo pelirrojo estaba burlándose: la manada había estado
junta el tiempo suficiente como para no importarles la desnudez antes o después de sus
cambios. Pero Ryon no tenía el tiempo o la paciencia para seguirle el juego.
—Los necesito chicos —dijo él, sosteniéndose al sofá como apoyo. En forma
humana él no estaba tan bien como le gustaría, pero no podía evitarse en ese
momento—. Tenemos a una excursionista lesionada afuera, y estamos movilizándonos.
Hammer, el gigante gentil del grupo y la mano derecha de Nick, frotó su calva
cabeza, perplejo.
23
—Ese no es nuestro trabajo. ¿Qué hay de Búsqueda y Rescate?
1Caminante de sueños: Persona que tiene la habilidad de entrar a voluntad en el Mundo de los Sueños,
así como en los sueños de otras personas.
manos del ahora fallecido doctor Gene Bowman. Micah estaba terriblemente marcado,
por dentro y por fuera. Pero parecía que con drogas y terapia estaba progresando.
—¿Estás listo para probar las aguas? —le preguntó Ryon. Estaba bastante seguro
de que Nick no objetaría a que su hermano de manada estirara sus muy desusados
músculos mientras asiste en un simple rescate. Si fuera así, asumiría la responsabilidad
después.
—Entonces, está resuelto. Nos vamos a encontrar con Nick en el hangar con el
equipo médico. ¿Alguien sabe dónde está Jax? —Jaxon Law era el líder no oficial de la
manada, justo después de Nick.
Jax persistió.
El enojo destelló en la mirada de Jax y por unos momentos, Ryon pensó que
estaban a punto de discutir. Nick no intervino, simplemente observó y esperó. Incluso
Aric, el sabelotodo, se quedó en silencio. Pero luego su amigo cedió, aunque a
regañadientes.
—Como si nadie hubiera tenido que cargarte a ti antes —respondió él. Jax no
tenía contestación y tuvo la decencia de parecer arrepentido.
2 SUV: Vehículo utilitario deportivo, abreviado VUD (traducción del inglés: Sport Utility Vehicle,
abreviado SUV), vehículo todoterreno ligero, y en algunos casos Jeep son términos que se han aplicado
recientemente a los modelos de automóviles que combinan elementos de automóviles todoterreno y de
automóviles de turismo, dándole más importancia a la comodidad en asfalto que a las prestaciones en
todoterreno pero manteniendo el aspecto exterior «aventurero»
3 Huey: El UH-1 Iroquois, es un helicóptero militar utilitario de tamaño medio y polivalente, propulsado
con un motor turbo eje, desarrollado para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Es famoso por su
participación en la Guerra de Vietnam. Actualmente, ha sido ampliamente exportado por todo el mundo
y continúa en servicio en muchas fuerzas militares. Ver imagen aquí.
Bradford. Ella es una bióloga de la vida silvestre que estudia la población de lobos en
Shoshone: los del tipo real.
Micah bufó.
—Justo ahora, ellos no están muy preocupados por ella. La señorita Bradford se
comunicó con los guardabosques esta mañana como fue previsto, y les dio las
coordenadas de su siguiente campamento. No se espera que llame hasta dentro de unas
horas.
—Les dije que había escuchado una llamada en la radio de mi oficina de alguien
en peligro. Por supuesto que estaban desconcertados por no haber escuchado nada,
pero estaban demasiado distraídos por otro asunto para enfocarse mucho en la
discrepancia.
26
—¿Qué sucedió?
—Así que… Búsqueda y Rescate ya está ahí afuera buscándolos —meditó Ryon—.
Esto podría complicar nuestro esfuerzo para encontrar a la bióloga.
—Tal vez sí, tal vez no. Nos mantendremos fuera de su camino, pero no hará
daño que tengamos los ojos abiertos por la pareja desaparecida mientras buscamos a
la señorita Bradford. Definitivamente tendremos que ser cuidadosos al cambiar con
gente extra buscando en el bosque. No dejen salir a su lobo, o pantera —él dijo,
asintiendo hacia Kalen—, a menos que sea absolutamente necesario.
—¿Por qué no simplemente dejamos que los humanos la tomen? Ryon dijo que
le tomaría al equipo de rescate mucho tiempo para movilizarse, pero considerando que
ya están afuera, ¿no tendría eso más sentido?
El pelirrojo parpadeó.
—Bien. Confíen en mí cuando digo que tiene que suceder de esta manera.
—Lo haremos.
—Ryon, Jax, Kalen, A.J., Rowan, Hammer, y yo tomaremos las dos nuevas Range
Rovers. Aparcaremos tan cerca como sea posible del sitio de aterrizaje y caminaremos
hasta su último campamento, luego partiremos de ahí. ¿Alguna pregunta?
Después de tantos años juntos, ellos conocían el procedimiento. Incluso los dos
relativamente novatos, Kalen, el hechicero/pantera cambia-formas y A.J. Stone, un
humano que había sido oficial de policía y era un maldito buen francotirador, cumplían
como si hubieran estado con la manada desde siempre. Todos se movían como una
máquina bien aceitada.
Subieron a los vehículos, Ryon detrás del volante de una de las Rover. Él miraba
mientras las hojas del Huey comenzaron a girar, y el techo del hangar se
deslizaba lentamente para abrirse y que pudiera despegar. Cuando se levantó del suelo,
el ruido era ensordecedor. Esta visión nunca dejaba de asombrarle. Aric podía pilotar
casi cualquier cosa con un motor y, al ser un telequinético, un montón de objetos que
no podían arrancar.
El trayecto requirió casi media hora. Demasiado largo. Dentro de él, su lobo
paseaba de un lado a otro con ansiedad, tratando de continuar con la búsqueda de la
mujer. Daria. Con dificultad, apartó las preguntas que se agitaban en su mente porque
las respuestas no importaban en este momento.
—Me gustaría que Zan y Phoenix hubieran podido venir —dijo Jax desde la parte
posterior.
Zander Cole era un lobo negro, el Sanador del equipo y también el mejor amigo
de Jax. Zan era añorado como un buen amigo, pero más que eso, sus habilidades a
menudo eran cruciales en el campo, cuando eran heridos con gravedad. Pero Zan había
sido muy malherido el mismo unas pocas semanas antes, cuando el rey oscuro Malik
había tratado de destruirlos a todos. Kalen había desatado toda la furia de sus poderes
como Hechicero, matando a Malik, pero Zan había sufrido una herida en la cabeza
durante la explosión, la cual le había dejado sordo y con terribles dolores de cabeza.
Tras esa horrible pesadilla, Nick les había concedido a todos un bien ganado
tiempo de vacaciones y habían pasado unas pocas semanas rotándose, de manera que
no todos estuvieran ausentes a la vez. Pronto, Zan y Phoenix regresarían y todo
volvería a lo normalidad, o lo que fuera que normalidad significara para ellos.
Utilizando el camino de servicio de los guardas forestales, Ryon los dirigió hasta
el claro donde descansaba el Huey. Tras estacionar a una distancia segura del
helicóptero, descargaron la parte trasera del Rover dividiendo entre ellos los paquetes
que contenían el equipo de rescate, como arneses, cuerdas, poleas y una camilla para
llevar a un herido. Había un montón de otras cosas que podían no necesitar, pero era
mejor estar preparado.
Vio a Mac, Melina y Noah saltar del helicóptero y rellenar sus mochilas con el
equipo de primeros auxilios. El trio se unió a ellos y esperaron las instrucciones de Nick.
Ryon no podía estar más de acuerdo. Todos sus sentidos estaban muy atentos
mientras escaneaban el área buscando algo ajeno al lugar. Especialmente los malditos
fantasmas que nunca le dejaban solo y hoy, extrañamente, estaban ausentes. Podía ser
que nadie hubiese muerto en esa zona en los últimos años, o nunca, pero eso
normalmente no suponía ninguna diferencia. Los espíritus se sentían atraídos hacia él
y viajarían desde cualquier sitio para tratar de comunicarse con él. 29
Debería estar contento de que no estuvieran, pero no lo estaba. Había una
extraña sensación en el aire. Una perturbación en la atmósfera que no podía definir. Era
una sensación tangible, no una simple intuición de que algo estuviera mal. Nick y él iban
en cabeza, por lo que se detuvo en seco y se giró hacia los otros. Ellos pararon y
esperaron la pregunta.
—Lo hago.
—¿Sentir qué?
¿Cómo explicarlo?
—Es como una vibración en el aire. Como una onda o algo así, pero sin sonido.
—¿Qué espíritus? Creo que todos se han ido al infierno, fuera de aquí, y no les
culpo. Es esa presencia, hay algo que está creando la perturbación. Solo que no sé si es
algo vivo o hay otra explicación.
Empezaron a caminar otra vez. Nick no tuvo que recordarles que estuvieran
atentos. Teniendo en cuenta la extraña vibración, más la bióloga herida y los campistas
desaparecidos, era claro que algo malo estaba pasando en su bosque.
30
Y repentinamente pensó que Malik fue la última criatura que acechó por allí.
No era posible que el idiota Unseelie se hubiese levantado entre los muertos.
Porque eso es lo que era ahora, un mal bicho frito hasta estar crujiente y enviado al
infierno gracias a Kalen. Cualquier otra alternativa era impensable.
Llegar al primer campamento les llevó más tiempo del que a Ryon le habría
gustado. Al menos su cabeza se había aclarado un poco durante el camino y era capaz
de enfocarse mientras caminaban en la desierta área. Miró alrededor con desagrado.
—No hay mucho que ver —observó, escarbando con la punta de la bota las frías
cenizas dejadas por el fuego—. Estaba aquí y luego se fue.
—Con prisa, creo. Dejó esto atrás —Micah sostenía una botella de viaje de
whisky que estaba tres cuartos llena.
—Sabes que estás nervioso cuando no te das cuenta que te dejas la bebida atrás,
o lo haces y no te molestas en regresar por ella.
—No —dijo Jax—. Creo que estaba nerviosa al principio, abandonando la zona
con prisa. Si corrió desde aquí debería habérselo dejado todo, no solo la botella.
Ella había tocado el cristal. Era lo que tenía su rico y terrenal aroma. ¿Cómo podía
saber que era de ella, cuando nunca la había olido antes? Esa era una pregunta fácil de
responder.
—Sí.
—Déjame oler.
Nick tomó la botella y la olfateó. Luego, volvió a inhalar, dirigiéndole a Ryon una 31
mirada desconcertada.
—No tengo ni idea. —Tenía la impresión de que Nick si lo sabía. Pero maldita
sea si le iba a preguntar delante de sus hermanos de manada.
—¡Eh! ¡Aquí!
«Chicos, Micah tiene algo a la izquierda del camino», dijo mentalmente Ryon. Era
más fácil y más eficiente que gritar.
Lo primero que Ryon percibió fue el hedor. El pútrido olor de la muerte obstruyó
su nariz y amenazó con vaciar el contenido de su estómago. Mientras Nick y él se
aproximaban, estaba malditamente agradecido de que su desayuno hubiese consistido
solo en una tostada y algo de zumo. Aparentemente, Mac, la compañera embarazada de
Kalen, no era tan afortunada.
—No jodas —dijo Noah—. Como enfermero he visto un montón de gente muerta,
pera nada como esto.
Ryon asintió.
—No puedo decir si era un hombre o una mujer —observó Jax. Tosió y se pasó
una mano por la cara. No es que eso ayudara.
—Mujer —dijo ella señalando—. Miren qué pequeños son los zapatos, y los
cordones son rosas.
Noah arqueó una ceja.
Preocupado, Ryon se agachó cerca del cuerpo y lo estudió. Dios, fue despedazado.
Apenas reconocible como humano, simplemente su ropa destrozada aquí y allá,
manchada con carne sanguinolenta y músculo, retorciéndose de gusanos. Una pequeña
porción de ropa que solía ser blanca llamó su atención, sin embargo. Alcanzando un
palo en el suelo, lo usó para levantar la tira de tela blanca del grupo.
—Es parte de un sujetador —dijo él, y luego dejó caer el palo en disgusto—.
Rowan tiene razón.
33
—Aquí está su mochila —observó Micah. Todos se volvieron a mirarlo—. Pero
es raro que no esté desgarrada y no haya sangre en ella.
—¿Un compañero? —preguntó Nick en voz alta—. ¿O la mujer que vino a ti por
ayuda?
En ese momento, los tímpanos de Ryon fueron casi destruidos por un ruido
agudo de llanto.
—¡Mierda!
—Cristo.
—Bueno. Cualquiera que sea que tengamos una escena del crimen o de un oso
pardo magullado, va a tomarle a los expertos decir cuál es. Tengo la radio del Sheriff
Deveraux, tengo a la gente del condado en el camino. Entonces tenemos que encontrar 34
a la señorita Bradford antes de que acabe el tiempo.
—Daria estuvo aquí —les dijo—. Estoy seguro. Su olor esta sobre toda la mochila.
Creo que es la suya.
—Gracias.
El cosquilleo tangible estaba todavía en el aire. Más fuerte ahora que antes. Él
35
corrió, el dolor de sus propias lesiones eran un recuerdo lejano, algo sin importancia.
No cuando estaba al borde de perder algo monumental, algo que no podía nombrar. Y
si ella no sobrevivía…
Corrió tan rápido, que casi se cayó de bruces sobre el borde del barranco del que
ella le había hablado. Derrapando a un alto, él trepó de vuelta al borde y luego se asomó.
Miró la garganta y se preguntó cuán lejos ella había caído. ¿Dónde podría estar ella?
Estimulando el labio, puso su nariz al suelo y buscó. Arriba y abajo, una y otra
vez. Hasta que por fin, encontró dónde ella había caído. La sintió entonces, su vida
desvaneciéndose. Su ritmo cardíaco desacelerando. ¿Cómo era posible esta conexión?
Sentado sobre sus patas traseras, soltó un aullido largo y solitario. Luego, se
lanzó por el costado y golpeó la pendiente rocosa, deslizándose, consciente de los gritos
de arriba. Casi perdió el equilibrio una o dos veces, pero logró controlar su descenso.
Estaba casi hasta el fondo cuando la vio.
«Daria. Herida».
El lobo oyó las llamadas desde arriba, y se tensó, gruñendo en voz baja. Una
advertencia amenazadora para quienes se acercaran. Ellos no se acercarían a ella. Él no
lo permitiría. Ella sufría, y él junto con ella.
«¡Mía!».
Él gruñó al hombre llamado Nick y los otros que se arrastraban detrás de él, con
los ojos abiertos.
—Lo sabemos, amigo. Pero ella está herida y necesita atención médica,
¿recuerdas? Nosotros no le podemos ayudar si tu lobo no nos deja acercarnos a ella.
—No —dijo Nick en voz baja, sin dejar de mirar al lobo—. Él está protegiendo a
su compañera.
Ryon luchó para ganar el control sobre su lobo, pero obligarlo a someterse no
fue fácil. La bestia estaba tan enfurecida por el sufrimiento de su mujer que estaba más
que imposible. Pero poco a poco, ejerció su voluntad sobre la bestia gruñendo y ganó la
batalla.
Compañera. Nick había dicho… ¿que la mujer era su compañera? ¿Que ella
moriría?
—¿Cuál es? —Él tenía la sensación de que sabía lo que su comandante iba a decir.
37
Su expresión seria lo dijo todo incluso antes de que hablara.
Ella se retorció, su cabeza moviéndose ligeramente para un lado. Luego ella tosió
y tragó. Él dejo salir un sonido de alivio mientras ella repetía la misma acción, lamiendo
sus labios para obtener la sangre llena de vida que había derramado. Sus ojos
permanecían cerrados, pero él lo sentía. Una chispa se encendió en ella, una pequeña
luz de esperanza que lo alcanzó tentativamente, buscando un ancla. Encontrando la luz
a medio andar, él la alcanzó para sí, presionando con fuerza.
—¿Dónde? Ella está herida por todos lados. —Desesperado, buscó un buen lugar.
Gentilmente, levantó su brazo bueno y llevó su muñeca hasta sus labios. Sus
colmillos se alargaron y su lobo gruñó con anticipación. Detener su agresividad y
posesividad no era fácil, pero logró enterrar sus caninos en la suave carne sin
desgarrarla o apretar muy fuerte.
—Su color ha mejorado. —Nick dio unas palmadas a su hombro—. Le has dado
una oportunidad que no tenía antes. Ahora vístete antes de que Jesse te vea desnudo y
piense que algo realmente extraño está ocurriendo.
Ryon casi sentía pena por el sheriff. Lo que sea que estuviera pasando en
Shoshone, el hombre estaría muy ocupado pronto.
40
Alejando a Ryon, el equipo médico (excepto Mac, a quien Kalen le tenía prohibido
descender por la colina) fue a conectar a la bióloga a una intravenosa y un monitor
cardiaco. Melinda y Noah enderezaron su brazo, causando que la mujer gimiera en
agonía incluso en su estado inconsciente y haciendo que el lobo de Ryon fuese infeliz de
nuevo. Pero, pudo controlar a la bestia.
Una vez el brazo estuvo en un cabestrillo, Daria fue declarada apta para el
trasporte. Cuidadosamente, con la ayuda de Nick y Jax, ellos trasportaron a la paciente
hacia la camilla, la ataron, aseguraron la camilla, y comenzaron a guiarla por la colina.
Fue un largo y tedioso proceso que los tuvo sudando a todos una vez llegaron a la cima
y todos estaban felices de empezar el viaje de vuelta hacia el Huey.
¿Sería tímida y amable? ¿O temeraria y ruidosa? Ella trabajaba sola, una con la
naturaleza. Ella amaba a los lobos. Eso tenía que ser una señal positiva, ¿verdad? Y
aparentemente se divertía de vez en cuando… sin intención de un juego de palabras. El
recuerdo de la pequeña botella de whisky lo hizo sonreír. Conocerla podría ser
divertido.
—¡Westfall! —Él se movió hacia Nick, un hombre en una misión—. ¿Por qué es
que cada vez que las cosas van mal en mi condado, tú y tu banda de inadaptados están
en el medio?
—Es un gusto verte también Jesse. Oye, ¿estás subido de peso? No importa. Lo
estás llevando bien.
—No me jodas, amigo. No hoy. —Él clavó un dedo en la dirección general de los
restos—. ¿Qué sabes de esto?
—Ni una maldita cosa, ni quiero saberlo —respondió Nick secamente—. Es por 41
eso que te llamé. Creo que tienes a un pícaro oso pardo, o a un asesino serial. Ninguno
de ellos es mi problema.
—No creo que lo haga, excepto que estoy especulando que ella encontró el
cuerpo y algo la asustó para que corriera. Aunque, vamos a descubrirlo.
—No, para el recinto. —Nick le dio al hombre una mirada de acero—. Necesito
que mantengas su paradero en secreto.
Nick se quedó callado por unos segundos, una mirada lejana en sus ojos. Ryon la
reconoció, habiendo sido testigo de ella antes, y sin duda, también los presentes
miembros de la manada. Su comandante había “visto” un evento, algo vital en su futuro.
Cualquiera que fuera la visión, Nick la alejó.
—¿Qué? ¿Realmente dejarás que entre al exaltado santuario interior? Dime, ¿qué
diablos sagrados hacen ustedes ahí? —El sheriff negó con la cabeza—. Los milagros
nunca acaban.
—Sé que puedo confiar en ti —dijo Nick simplemente—. Y para que conste
estaba equivocado… ese cuerpo de ahí no es solamente tu problema, ni tampoco será el
último. Tengo el presentimiento de que tendremos que trabajar juntos en este caso.
Solo suena la alarma de seguridad en la puerta y alguien te dejará entrar.
—Bien. Te veré más tarde. —El sheriff se marchó, gritando órdenes a cualquiera
que lo escuchara. Todo el mundo saltaba como conejos para cumplir su voluntad.
—Vámonos de aquí.
Luego hubo voces. Ladridos. ¿Un perro? ¿Qué estaba haciendo un perro aquí?
Luego manos, levantando su cuerpo. Agonía.
Más discusiones. Los gruñidos cesaron, y hubo palabras calmantes. Una de las
voces sonaba familiar. Él era importante, pero no podía recordar por qué.
Entonces, algo increíblemente dulce, cayó en su boca. El sabor era increíble, pero
su garganta se rehusaba a funcionar y temió ahogarse. Gradualmente, eso cambió. Algo
empezó a ocurrir. Las sinapsis se dispararon, creando pequeñas explosiones en cada
célula, haciendo que volvieran a la vida. Finalmente los músculos en su garganta
cooperaron y bebió la esencia, ansiosa por más y más. Cuando le quitaron el maravilloso
líquido, sintió la pérdida como un golpe físico.
El mayor placer que ella hubiese conocido se disparó por sus venas. Esparció
calor líquido a cada parte de ella y se detonó en un millón de pedazos de cristal candente,
y después se solidificó en una cuerda dorada. Debería haber estado asustada, pero no
lo estaba. La cuerda la ataba firmemente al extraño. Él era su extraño, y parecía que le
conocía de alguna manera. Se esforzó en capturar el recuerdo, pero se le escapó.
Volando. Otra razón para estar enferma, si tuviese la energía. Era una chica que
amaba a la tierra. Si hubiese estado destinada a volar, habría nacido con plumas. Su
angustia debió haber sido aparente de alguna manera, porque la gentil mano de un
hombre acarició su pelo, rozó su cara. Se preguntó si él también le estaba hablando,
aunque no había forma de decirlo sobre el ruido de las hélices.
Extraño. Pero todo esto fue olvidado cuando, dentro, fue rodada hacia dentro de
una habitación pequeña, estéril, y una bonita mujer (¿una doctora?) con pelo marrón,
largo y rizado le sonrió.
—¿Señorita Bradford? Solo relájese. Vamos a ocuparnos de usted, y pronto se
sentirá mejor. Lo prometo. —Le dio golpecitos al brazo de Daria—. ¿Lo entiende?
Ella asintió. O pensó que lo hizo. Entonces las drogas debieron haber hecho
efecto, y no supo nada más hasta dentro de un rato muy largo.
El Huey aterrizó y Ryon saltó de él, observando sin poder hacer nada mientras
el equipo médico se llevaba rápidamente a Daria del transporte. Trotó tras ellos
mientras apresuraban la camilla entre las puertas dobles, bajo el pasillo hacia la
enfermería, y dentro de una de las habitaciones de trauma. Ahí, sin embargo, fue
bloqueado por Noah, quien puso una mano sobre el pecho de Ryon.
—Lo siento, hombre. Tienes que quedarte aquí fuera —le dijo firmemente, no
sin simpatía—. Aún mejor, vuelve al área de espera.
44
—Pero…
—Muy bien. Pero déjame saber el segundo en el que puedas decirme que tal está.
—Puedes apostar por ello. No te preocupes, ¿vale? —Con una sonrisa animada,
el enfermero desapareció.
—No puedo. Ella está allá, sufriendo, ¡y no hay ni una maldita cosa que yo pueda
hacer por ello!
Rowan dio un paso delante de él, agarró sus hombros e intentó tranquilizarle.
—Daria no está sintiendo ningún dolor ahora mismo. Está en buenas manos, y
se va a poner mejor rápidamente, gracias a su vínculo.
—No está sufriendo ahora, pero lo hará cuando se despierte —carraspeó él—. Y
tendré que decirle lo que hice para salvar su vida.
—Sí, tengo que hacerlo. Si dejo que pase, incluso solo hasta que ella esté mejor,
sería lo mismo que mentir. ¿Y si me odia por ello? —La posibilidad le tenía rompiendo
en un sudor frío. Su lobo se volvería loco, llevándose al hombre consigo a la locura.
Tomando su mano, Rowan le arrastró para sentarse en una silla y tomó asiento
a su lado.
—Al principio, podría estar asustada o molesta. No dejes que eso te carcoma. No
hay nada más que tú pudieras haber hecho bajo las circunstancias excepto permitir que
ella muriese, y entonces tú habrías sido el siguiente. Una vez que entienda eso, todo irá
bien.
—Espero que tengas razón. —Si ella le rechazaba, las consecuencias que él
sufriría no le permitían pensar más allá. 45
Pasaron un par de horas. Sus hermanos de manada vinieron y se fueron,
asegurándose de que estaba bien y preguntando por su compañera. En ese momento
estaba solo. Cansado de pasear constantemente de un lado a otro, se dejó caer otra vez
en la silla y miró hacia fuera de la ventana, contemplando este giro en los
acontecimientos.
¿Por qué se preocupaba tanto por Daria? Tanto a nivel primario como intelectual,
él sabía lo que ella era para él. Al contrario que Jax y Aric cuando conocieron sus parejas,
desde el principio no había habido ninguna duda en su mente, ni en la de su lobo, de
que Daria era su pareja. La reacción de su lobo, la atracción de la bestia hacia ella, fue
como un golpe en la cabeza con una llave de ruedas. Su bestia quería reclamarla,
marcarla con su esencia. Y mucho más. Pero el hombre se preocupaba más de lo que uno
lo haría por un extraño. Y eso le emocionaba tanto como le asustaba.
Extraño que él la hubiese conocido dos veces ya… solo que no en persona. En
ambas ocasiones ella le había llamado a través de kilómetros. ¿Había sentido ella su
vinculación de alguna forma, provocando que ella actuase?
—¿Ryon?
Levantándose, vio a Melina Mallory venir hacia él. El corto pelo de la doctora
estaba creciendo, casi tocando su clavícula y enmarcaba su elfina cara de una manera
favorecedora. Suavizaba sus facciones y la hacía más cercana. La rara cálida sonrisa que
permanecía en sus labios auguraba algo bueno, y él casi cayó del alivio antes de que ella
pudiese hablar. De forma característica, la doctora que no aceptaba tonterías fue directa
al grano.
—Daria tiene suerte de estar viva. Tiene un brazo roto, una costilla rota, varios
cortes y moratones, y un serio sangrado interno, que es lo que casi la mata. Dicho eso,
le está yendo bien.
—¿De verdad?
4Equipo SEAL: Los equipos Mar, Aire y Tierra de la Armada de los EE.UU. o SEAL, son la principal fuerza
de operaciones especiales de la Armada de los EE.UU. El acrónimo hace referencia a su capacidad para
operar en mar, aire y tierra. Están entrenados y han sido desplegados en una amplia variedad de
misiones, incluyendo operaciones de acción directa y de reconocimiento especial, guerra no
convencional, defensa interna en el extranjero, rescate de rehenes, contraterrorismo y otras misiones.
—Buen punto. Así que parece ser que uno no tiene que ser la pareja de un
cambia-formas para beneficiarse del mordisco. —Pausó—. Tal vez un humano solo
tiene que poseer una habilidad psíquica.
—Esa podría ser la conexión. Tal vez es por eso que nosotros sobrevivimos el
ataque cuando tantos otros no lo hicieron.
—Lo sé, quieres ver a Daria. Eres impaciente, ¿verdad? —Le otorgó una sonrisa
completa—. Noah está poniéndola en una habitación, la segunda a la izquierda. Vendrá
a buscarte cuando haya acabado.
—No me des las gracias. Tú eres el que lo tendrá difícil éstas próximas semanas
y meses, haciendo que ella se sienta cómoda. Ayudándola a aceptar una realidad
completamente nueva. Y no te envidio por esa tarea.
47
Dándole a su mano un apretón rápido, ella se volvió y se fue enérgicamente. En
menos de cinco minutos, Noah estaba allí.
De alguna forma, entrar a su habitación era la cosa más difícil que había hecho
nunca. Por un largo momento permaneció en la puerta y estudió a la delgada, magullada
mujer en la cama.
Estaba tumbada sobre su espalda, sus pestañas como encaje negro en sus altos
pómulos. Sus brazos estaban encima de las sábanas, el derecho en una escayola y un
cabestrillo que reposaban en su estómago, y él notó que los rasguños en el izquierdo no
parecían estar tan irritados y frescos como deberían estarlo. Su color había mejorado
mucho, y notó por primera vez que su piel era de un rico color bronce, quizás fuese por
estar mucho en el exterior, o quizás, por su herencia, pero él solo podía adivinar. Quizás
era un poco de ambos.
Mientras se movía más cerca y tomaba asiento al lado de la cama, estaba aliviado
de ver que su respiración era profunda y regular. Ella parecía estar en paz.
Ese fue el primer pensamiento de Daria mientras parpadeaba a la luz del sol que
se filtraba a través de la rendija de la cortina en el cuarto estéril. Sí, ella estaba
completamente segura que había estado muriendo en ese desolado tramo de naturaleza,
yaciendo rota en el fondo de un barranco. 48
¿Cómo estoy aquí? ¿Cómo?
Vestía vaqueros desteñidos y una camiseta de manga corta con botones que no
estaba abrochada. Los botones estaban abiertos a medio camino de su torso, como si se
hubiera puesto la camiseta y no se hubiera molestado en terminar la tarea. Pensó que
no podía ver sus pies, pero suponía que debería estar usando tenis.
Viendo sus alrededores, notó que esta habitación era muy parecida a la
habitación en que lo había visitado, ¿cuándo? No tenía idea de cuánto tiempo había
estado aquí. No había un reloj en la mesita de noche o en la pared. No había mucho de
nada excepto una jarra de agua, una taza plástica, la silla, su cama y una bandeja de
comida que sostenía un florero con lindas flores.
Parpadeó hacia ellas, y de repente recordó a su padre. ¿Eran de él? Si era así,
¿dónde estaba? Quizás había salido por algo de comida.
El hombre rubio se estiró en la silla y abrió los ojos, revelando el azul cristalino
que recordaba. Estirando su espalda, se sentó, y a pesar de su obvia fatiga, sonrió hacia
ella. Sus dientes eran rectos y blancos, y el efecto de su mirada robadora de suspiros
hizo que su corazón se saltara un latido.
—Hola allí. —El rico timbre de su voz era suave, sexy. Como el resto de él.
—Hola. —Su propia voz era rasposa, como si no la hubiera usado en meses—.
¿Dónde estoy?
49
—Una… instalación privada. —Antes de que pudiera cuestionarlo sobre ello, él
se deslizó más cerca y colocó una gran mano en su brazo. O mejor dicho, sobre el arnés
y la escayola cubriendo su brazo—. ¿Cómo te sientes?
—Me llamo Daria Bradford, y soy una bióloga de vida salvaje especializada en el
estudio de lobos. —Ella tragó, la resequedad en su garganta haciéndola ronca.
Inmediatamente él se apuró y le ofreció una taza de agua, colocando una pajilla en esta.
Entonces le sostuvo la pajilla en los labios.
El agua era como el cielo. Aún más era la solícita atención de este tipo extraño.
—Sí.
—Muy bien. ¿Por qué te saliste del camino? ¿Por qué corriste de la escena del
cuerpo que encontraste? Y, ¿quién te empujo dentro del barranco?
—Retrocede. No puedo creer que tomes tan bien que tengo un don psíquico.
50
Él rio suavemente.
—Todo a su tiempo.
—¿Cuál es tu nombre?
Él la contemplaba como si ella tuviera las respuestas que había buscado toda su
vida. Esto la hacía sentir cálida y confusa al mismo tiempo. Extraño. Y algo lindo.
—Es bueno conocerte. —Salió sonando tímida, aunque generalmente ella no era
una persona tímida en absoluto. Este hombre había llegado a ella, y no comprendía por
qué.
—Eso es cierto. —Más preguntas se arremolinaban en sus labios, ella podía decir.
Pero él simplemente esperó—. ¿Cuánto tiempo he estado aquí?
—Desde ayer. Estuviste fuera toda la noche.
—No. ¿Has visto alguna de las viejas películas de Godzilla? ¿Ese horrible sonido
que hace cuando está destrozando Tokio? Era exactamente esa clase de sonido. Hizo
eco a través de las montañas. —Esta información le ganó la dubitativa mirada que su
don psíquico no había tenido.
—Lo hizo —dijo ella rígidamente—. Cada cosa viviente en el bosque se quedó
quieta y en silencio. Mi trabajo requiere trabajar con la naturaleza, estar sola y aislada
por semanas al tiempo que estudio las manadas de lobos y reviso su progreso. No me
asusto fácilmente, y no exageraría algo como eso.
—Lo que sea que es, la criatura no es de ningún tipo que pertenezca a esta área,
puedo asegurarlo.
—¿Y después?
Ella tembló.
—No la vi tan de cerca. Me mareé, luego busqué mi radio y comencé a llamar a
los guardabosques. Ahí fue cuando apareció el lobo.
—¿Cómo se veía?
—Esa es una de las cosas extrañas… era completamente blanco como la nieve.
Es muy raro que cualquier lobo salvaje de tipo albino sobreviva aquí.
—Creo que era hembra, algo pequeña. Pero parecía lo suficientemente grande
cuando me mostraba los dientes y me perseguía para que me alejara de la mujer. Corrí
y vine hacia el borde del precipicio. Cuando me di vuelta hacia ella, me embistió y me
tiró sobre la cornisa.
—Podría ser, pero tengo mis dudas. ¿Alguna vez has visto a un lobo hacerle eso
a un humano? 52
—No a uno real —murmuró.
—¿Qué?
Una leve sonrisa apareció en su cara, pero no dijo nada. No era una sonrisa de
burla, y sus ojos demostraban todo menos humor.
—Algunas veces cuando duermo tengo visiones en tiempo real. Soy proyectada
en la escena, me guste o no.
—Sí. Aún en mi sueño, proyecté una parte de mi misma a la escena que realmente
estaba sucediendo.
—Porque nadie lo hará —resopló y apoyó sus codos sobre sus rodillas—. Me
preguntaste dónde estás. En este mismo momento eres huésped del Instituto de
Parapsicología, ubicado en una locación secreta en el Bosque Nacional Shoshone.
—Sí. Y de los efectos que ese mundo tiene en nosotros, que vivimos aquí en la
combinación de ambos.
—Esos colmillos no eran falsos, cariño. Tampoco lo era el cuchillo de plata que
el bastardo enterró en mi costado.
—De la clase que no reacciona bien ante la plata, ese tanto de la leyenda es
verdad. —Le dio una sonrisa triste—. Deberías saberlo… somos lobos cambia-forma,
Daria.
Pero para su cabeza de abogado, la evidencia era irrefutable. Se rió ante eso, un
loco e histérico sonido. Porque nunca más trabajaría como abogado de nuevo. Nunca
sería humano. Su vida había sido robada y nunca la recuperaría.
A menos que encontrara a los que podían ayudar. Los había estado buscado, pero
ahora luchaba por recordar a quién se suponía que tenía que encontrar. Pero había
recordado. Lo haría. Y ellos lo ayudarían.
—Puedes hacer una proyección astral —señaló él—. Sabes sobres los dones de
psicometría y viste a los vampiros con tus propios ojos.
—Sí.
—¿Necesitas ayuda con este tipo de fantasía? Existen muy buenos doctores que
pueden ayudar con ese tipo de cosas.
Él se levantó.
—No necesito un doctor. De cualquier manera, no por ser caso de delirio. Voy a
dejarte descansar porque tienes mucho que pensar y esto es suficiente por ahora.
—¿Vas a volver?
Esperaba.
—Pase.
Ryon miró a su jefe, quien ligeramente había asentido. El sheriff había sido
inconscientemente empujado al ataque de una familia local por los Sluaghs hace unas
semanas y se dio cuenta que lo paranormal realmente existía. Desde entonces, el
comandante obviamente había estado introduciendo a policía en el mundo y así que
estaba bien hablar con libertad enfrente de él.
—Sí, lo soy. No quería interrumpir pero vengo de visitar a Daria y creo que a Nick
le gustaría escuchar lo que dijo de los eventos de ayer. Usted también Sheriff, ya que
está aquí.
Escucharon mientras describía los sonidos que Daria escuchó y cómo le asustó
entrar en su campamento. Si esperaban que Ryon les dijera que el culpable que la
persiguió en la escena del cuerpo y la empujó al borde era Sluagh, o alguna criatura de
la que no habían escuchado antes, estaban equivocados.
57
—¿Fue un lobo blanco? —repitió Nick—. ¿Está segura?
—Por supuesto que está segura. Consiguió un brazo roto, no un problema del
cerebro. Aparte de eso, dice que el lobo es hembra.
—No he tenido ninguna visión sobre esto, solo un sentimiento de que está mal.
Peligro. No estoy seguro qué significa y dudo en adivinar.
Nick suspiró.
—No creo que el lobo sea el responsable de las muertes, pero no estaremos
seguros hasta que Kira y Melina terminen de analizar la muestra de ADN de la víctima
que liberaron en la escena del crimen.
—Nada que hacer por ahora más que esperar y ver. Búsqueda y Rescate todavía
están buscando a la pareja que desapareció… o al menos al marido. Apuesto a que la
mujer mutilada es la esposa.
Deveraux sacudió las manos con ambos y luego salió. Ryon esperó hasta que el
policía saliera para hablar.
—Ha tenido mucho con que tratar —acordó Nick—. Hiciste lo correcto en darle
algo de tiempo.
—Gracias.
—Sí, lo sé. —Bajando su cabeza, estudió sus pies. Estaba tan malditamente
cansado, su cuerpo todavía se estaba curando y no había sido posible que descansara
por estar preocupado por ella.
—Estás a punto de caer. Ve a dormir por un tiempo, o no vas a ser de ayuda para
el equipo o para tu compañera.
Dios, sus labios eran suaves. Su lengua se deslizó adentro y exploró su boca,
gimiendo por su dulce sabor. Sus dedos se sumergieron entre sus pechos y acarició los
montículos cremosos. Fue más abajo, rozando su plano estomago… hasta que ella detuvo
su mano.
—Ryon.
—¿Por qué no? —Alejándose, estudió su expresión. Vio temor, confusión. No las
emociones ideales para inspirar a su compañera.
—Claro que hay algo entre los dos… ¿No sientes que hay algo creciendo entre
nosotros? —preguntó roncamente—. Yo ya me preocupo por ti, Daria.
—Me preocupé por alguien no hace mucho tiempo atrás, y él rompió mi corazón.
Pensé que él y yo habíamos sido algo real, pero no fue así. ¿Cómo puedo confiar de nuevo?
—Déjame mostrarte. —Él estaba rogando sin temor, y no podía evitarlo—. Déjame
probarte que tan bueno puede ser estar con el hombre indicado.
—No creo que pueda, lo siento. —Le dio la más triste de las sonrisas.
Luego se volteó y se alejó.
Sosteniéndose con una mano, agarró la caliente y dura piel y comenzó a sacudir.
Arriba y abajo, silbando de placer con las pequeñas sensaciones de shock que pasaban
por las terminaciones nerviosas para calentar su entrepierna. La sensación era
grandiosa, pero no era nada comparado con lo que había imaginado con Daria agachada
entre sus muslos, su pelo negro azabache cayendo sobre su regazo mientras ella lo 60
chupaba por su garganta.
—Oh, mierda.
Ahora que el éxtasis había acabado, se sentía vacío. Casi perdido. Con un suspiro,
se levantó y caminó hasta el baño, encendiendo el agua para dejar que se calentara.
Mientras caminaba hasta el rocío vaporoso, gruñó y trató de sacar la pesadilla de su
mente.
Conociendo a Daria, más o menos ganarla, sería el desafío más grande por venir.
En el segundo día de su estancia, Daria se despertó sintiéndose mejor. Tanto, que
de hecho, sospechaba de por qué no le dolía tanto más allá de una o dos punzadas. Y de
por qué los rasguños de su cuerpo no eran más que unas líneas sanadas de color rosado
que parecían de semanas en vez de dos días.
Miró fijamente las marcas en su brazo izquierdo con creciente temor. ¿Qué clase
de medicina sanaba tan rápido como esa? Nada de lo que ella hubiera oído.
Fue entonces que notó dos marcas leves de perforación dentro de su muñeca.
—¿Cómo te sientes?
—Si prometes tomarlo a la ligera los próximos días. Nick se tomó la libertad de
alistar uno de los cuarteles de invitados para ti, si nos das el honor de quedarte mientras
te recuperas.
—Genial —dijo él, tomando sus palabras como una aceptación. Se miraba muy
aliviado, más de lo que debería al saber que una extraña se iba a quedar—. Ya coloqué
tu ropa y equipo de campamento en tu cuarto. Espero que no te moleste.
—Claro que no. Gracias. —Señaló hacia el saco—. ¿Qué traes ahí?
—Oh, son algunas de tus prendas. No creí que quisieras salir de aquí con tu
trasero colgando de ese traje. No es que me importe. 62
Su declaración y la impertinente sonrisa la hicieron reír.
—Y, ¿por qué estoy respirando? —Le preguntó directamente, haciendo un gesto
hacia las cicatrices rosadas en su brazo—. ¿Por qué estoy prácticamente sanada?
¿Pero era una fantasía de su parte? Ella debería estar muerta, no a punto de irse,
incluso en una silla de ruedas. Aparte de su extraña recuperación, pronto conseguiría la
historia directamente de Ryon. Estaba segura de que sus compañeros de equipo le
dirían que él estaba sufriendo de algún tipo de enfermedad mental, y que ellos le
seguían la corriente. Esa era la única explicación, y eso la entristecía.
El jefe de Ryon era un hombre imponente con suave pelo corto y oscuro, con el
más leve toque de plata en las sienes, y ojos azules de acero. Se movía con su espalda
recta, su comportamiento proyectaba la advertencia de no jodas conmigo a pesar de que
todavía tenía que abrir la boca. Sin embargo, cuando él habló, su tono era amable. 63
—Señorita Bradford.
Él asintió.
—Gracias. Aprecio que ustedes me reciban así. Podría ir a un hotel si sería menos
problemas…
—¿Y si no?
Simple como eso. Ella no tenía la menor duda de que él lo haría, y con placer.
—No quiero volver a vivir lo que me encontré para los medios. Deje que las
autoridades hablen con ellos.
—Creo que esa es una decisión acertada. Sin embargo, tendrás que hablar, con
el Sheriff Deveraux. Ryon le contó tu historia, pero él quiere una declaración
directamente de ti.
—Creo que eso es lo que se espera, pero no quiero hablar con nadie más.
64
—Entonces, no lo harás. Ahora, te dejaré en las capaces manos de Ryon. —Él hizo
un guiño, se volvió y se fue.
—Es el mejor superior que he tenido. —Su voz le habló de su verdadero afecto
por el hombre—. Él haría cualquier cosa por cualquiera de nosotros.
—¿Por qué?
—Mi equipo está obligado a vivir en la base. Somos enviados con rapidez así que
sería una pérdida de tiempo valioso si tuviéramos que esperar a que todos llegaran aquí
desde la ciudad. Viviendo en el lugar, podemos entrenar, hacer planes de maniobras,
discutir los casos en curso, y en general estar listos para lo que venga en nuestra
dirección. Sin embargo, tenemos tiempo libre. Nos relajamos cuando no estamos
ocupados.
—Exactamente.
—¿Qué pasa con los médicos y demás personal? Seguramente podrían vivir en
la ciudad.
65
—Podrían, pero estamos de alguna forma aislados. Tiene más sentido vivir aquí
en vez de conducir de ida y vuelta de la ciudad.
—Muy lógico, pero, ¿por qué tengo la sensación de que hay más que eso?
Ya verían eso. Su brazo roto todavía estaba en un cabestrillo (incluso algún tipo
de nueva súper habilidad de curación no podría arreglar eso durante la noche), y
examinó de nuevo los arañazos de color rosa curándose en su brazo. Y las dos
misteriosas marcas de pinchazos en su muñeca. Espontáneamente, algo que Ryon le
había dicho antes le vino a la cabeza.
La decoración no era como nada que ella hubiera esperado de un lugar donde un
equipo de apariencia militar estuviera alojado. En lugar de ser austero y blanco, con
prácticos pisos de azulejos industriales que no tenían personalidad, las paredes estaban
pintadas de un suave color beige arena, y el pasillo estaba alfombrado con un tejido
corto y suave que le permitía a la silla hacer fáciles progresos. Había buenos accesorios
luminiscentes en las paredes, emitiendo mucha luz en lugar de los monótonos
fluorescentes de techo. El lugar era acogedor. Ella estaba impresionada, y eso solo
aumentó cuando llegaron a la cafetería.
La zona era realmente un gran comedor. Estaba lleno de varias mesas que
permitían a los ocupantes sentarse en grupos y conversar, lo que muchos estaban
haciendo en ese momento. La comida estaba servida en el centro de cada mesa, al estilo
familiar, y comían en verdaderos platos y usaban utensilios reales en lugar de platos de
papel y cubiertos de plástico.
Una puerta ancha pasando la zona de comedor le dio un vistazo de la gran cocina 66
más allá, donde un número de cocineros estaba ocupado haciendo sus tareas. El
maravilloso aroma trajo su atención de nuevo a la comida, que consistía en
hamburguesas con todos los acompañamientos, y papas fritas.
—Bien, gracias. —Ella observó que algunas personas estaban mirándolos con
interés, a Daria, en particular, y le sonrió a algunos de ellos. Los nervios trataron de
fastidiarla, pero los apartó.
—Me puedo imaginar, estar fuera en el bosque tanto tiempo. ¿Echas de menos
la interacción, o eres uno de esos que solo vuelven al mundo real cuando tienen que
hacerlo?
Él sonrió.
—Cariño, ni siquiera sabría lo que eso significa. Soy feliz aquí, haciendo lo que
hago.
—¿Estás bien?
Desde su asiento tenía una buena vista de la entrada, y cuando giró su cabeza un
poco hacia la derecha, algo, o alguien, entró que ella nunca olvidaría.
Pero su más espléndido rasgo era su largo hasta la cintura, brillante cabello azul
que caía como una cascada de cintas en el agua, y las magníficas alas emplumadas del
mismo color que habían rozado la parte de arriba del marco de la puerta cuando la
atravesó. La bióloga de la vida salvaje bailó en regocijo ante este descubrimiento. La
mujer miró fijamente, insegura de si presentarse o correr y esconderse.
—¿No lo es? —La voz de Ryon era sardónica, teñida de humor—. Sariel tiende a
aspirar la mayoría del aire cuando está en el cuarto.
El hombre hizo su camino hasta donde estaban ellos, notando a Daria. Si sonrisa
abierta era cálida mientras se detenía a un lado de la mesa.
—¡Hola allí! Tú debes ser la señorita Bradford, nuestra invitada. —Él se inclinó
ligeramente—. Soy Sariel, o Blue si lo prefieres. Por obvias razones.
—Un miembro del reino Fae, un mundo que existe paralelamente con este. El
portal al mundo Fae está localizado en un país que ustedes llamas Irlanda. Los Fae
consisten en dos grupos, los Seelie y los Unseelie. Miembros de mi Corte nos consideran
los chicos buenos, por así decirlo. Aunque todos sabemos que no todos los mundos están
hechos enteramente de buena o mala gente.
Una sombra pasó sobre su rostro mientras relataba ese último pedazo, y ella se
preguntó por eso.
—Y tú eres un príncipe.
—Sí, lo era anteriormente de la Corte Seelie. Viejas noticias, y una historia larga.
—Hizo un gesto con una mano a una silla vacía—. ¿Me les puedo unir?
—Siéntate —dijo Ryon—. Come. Estás demasiado flaco. ¿No has estado
siguiendo la dieta en la que Melina te puso?
Blue, mientras Daria estaba empezando a pensar en él, arrugó su nariz a las
hamburguesas como si fueran la cosa más repugnante que hubiera visto alguna vez.
Afortunadamente, Ryon no comentó su elección. Ella podía ver que Blue era un
poco sensible sobre el tema de sus hábitos alimenticios. Se preguntó si la comida era
tan diferente en la Corte Seelie que no podía encontrar cosas aquí para satisfacer su
paladar. Entonces puso un alto en su mente a la dirección de sus pensamientos.
Ryon había estado contando la verdad absoluta sobre su mundo y las criaturas
en él.
Lo vio en sus ojos café, en su rostro sorprendido. Ella estaba agitada, pero no
hizo nada dramático como caer en un ataque de histeria, y por eso, él respiró con alivio.
Eso no significaba que habían pasado la etapa crítica sobre su aceptación de las cosas,
pero era un comienzo.
—Veré a mis hermanos y madre de nuevo algún día. Mientras tanto, tengo a
Kalen. Él y yo recientemente nos enteramos de que somos medios hermanos.
—¿Quién es Kalen?
Ryon apuntó al hombre, que estaba sentado en una mesa cercana, comiendo y
hablando con Aric y la pareja de Aric, Rowan.
Blue sonrió.
—¿La luz del sol y el cielo? Esa puede ser la cosa más amable que alguien me
haya dicho.
—Bueno, es verdad.
Ryon sabía que ella definitivamente había ganado un amigo en su Príncipe Fae.
—Así que —continuó ella—, ¿cómo es que tú y Kalen son medios hermanos?
—No. Si lo hubiera hecho, nos habríamos conocido hace mucho tiempo. Él fue
criado en el mundo humano, le hicieron creer que era un humano con poderes mágicos.
Su abuela no quería que se enterara de la verdad sobre su ascendencia, con el fin de
mantenerlo a salvo de Malik y sus secuaces. —Blue le dio a su hermano una mirada llena
de simpatía—. Cuando ella murió, el hombre que él creía era su padre lo echó de la casa,
dejándolo a sobrevivir en las calles. Tenía catorce años.
—Espera, ¿Kalen levantó a un cuerpo? ¿De la tierra, y habló con él? —Sus ojos
estaban muy abiertos—. Como diciendo: «Hooola, Sr. Cuerpo, tengamos una charla y
dígame, ¿quién lo mató?».
—No es tan simple como eso. ¿Sabes?, no es fácil levantar a los muertos.
Daria le parpadeó.
—Así que Kalen fue acogido en la manada. Él justo estaba encontrando su lugar
aquí cuando conoció a Mac y comenzó a enamorarse de ella, y luego Malik vino y trató
de robárnoslo para usar su poder de hechicero.
—Como que me di cuenta de eso por la panza de embarazada que lleva a todas
partes. ¿Hay otros emparejados aquí, como tú los llamas? 72
—Aric y Rowan. Aric ha estado con la manada desde el principio, como muchos
de los hombres, pero Rowan recientemente se unió al equipo. Ella es una exoficial de
policía de un vil lugar llamado Los Ángeles. —Daria rió disimuladamente. Blue apuntó
al lobo pelirrojo y a su pareja morena. Luego hizo un ademán hacia el hombre de la
barba de chivo y a la pequeña mujer rubia.
—Luego está Jax y Kira. Jax es un miembro original, un lobo plateado y tiene el
poder de la retrocognición, lo que significa que puede tocar un objeto y ver eventos
importantes que lo rodean. Kira es una de nuestras asistentes de laboratorio que se
especializa en ADN y cosas de las cadenas de genes. No me preguntes más sobre eso, es
confuso. Ella también está trabajando para construir un santuario para seres
paranormales desplazados, y yo le estoy ayudando —dijo orgullosamente—. Ese es mi
trabajo aquí.
Eso pareció inquietarla, pero no dijo nada sobre ello. Blue apuntó hacia otros
chicos, pero aparentemente eran muchas personas para que ella lo procesara. Solo
asintió amablemente y platicó con el príncipe, terminando su hamburguesa. Cuando
terminaron de comer, Blue se puso de pie.
—Ha sido un placer hablar contigo, Daria. Estoy seguro de que llegaremos a
conocernos mucho mejor. —Le dio una astuta sonrisa a Ryon.
Blue se fue para unirse a Kalen. Ryon se limpió las manos y puso a un lado su
servilleta.
Sus ojos se aferraron a los de él por un momento, algo destellando entre ellos. 73
—Me encantaría.
Dios la amaba.
—Sería un milagro. Por lo que sabemos, todos laboratorios de Malik han sido
destruidos y no encontramos a ningún otro miembro de la manada.
74
—Nunca se sabe.
—Una habitación limpia con cómodos muebles. Puedo entender porque a todos
les gusta pasar tiempo aquí.
—Un poco más allá de esas puertas hay un campo con una zona de picnic donde
jugamos al fútbol, al béisbol, hacemos barbacoas y cualquier otra cosa en la que
podamos pensar para estar fuera.
—Con un paisaje tan hermoso como el que hay ahí fuera, puedo ver el por qué.
—Miró al exterior pensativamente—. ¿Cómo pueden tener el complejo en medio de
Shoshone cuando es tierra del gobierno?
—Ya veo.
Dejaron la habitación de juegos y la condujo hacia el gimnasio. Micah estaba
tirando a la canasta. Jax estaba aparentemente quemando el desayuno, tendido sobre
su espalda en un banco y levantando pesas. Una pequeña criatura marrón descansaba
sobre su pecho, dormitando acurrucada con una expresión de pura felicidad en su cara
de osito de peluche. Ryon miró a Daría, quien fruncía el ceño a la criatura.
—¿Qué es eso?
—Ese es Chup-Chup. Una especie parecida a un gremlin o algo así. Nadie está
realmente seguro.
—Entre otras.
—Hola, chicos —dijo Jax mientras se aproximaban. Levantó un par de veces más
las pesas, las dejó en la barra de soporte y se limpió el sudor de la frente con la mano—.
Muévanse despacio y con cuidado. Ya sabes cómo es Chup con los extraños.
—Tú deberías saberlo —dijo Ryon—. A la bola de pelo y a ti les llevó bastante
tiempo hacer las paces.
75
—Ni me lo recuerdes. Hay partes de mi cuerpo que todavía me duelen al
recordarlo. —Riendo, Jax acarició la pequeña cabeza de la criatura—. Sin embargo, me
gusta mucho más ahora.
—Eh, tiene debilidad por las mujeres. Tenía que pelear sucio.
—¿Puedo sostenerlo?
—Nunca había visto nada como esto —dijo ella quedamente—. Es simplemente
increíble.
Jax asintió.
—¿Demonios?
Jax se encogió.
—Esto… sí. En cualquier caso, está feliz ahora, gracias al trabajo de Kira con él.
Ella estaba encantada con la criatura y Ryon disfrutaba viéndola por lo que
detestó que tuviesen que irse. Con el tiempo, Chup se removió de abrazo y se extendió
hacía Jax en un gesto claro de querer ser devuelto.
—Pequeña amenaza putrefacta —se quejó Jax. Pero tomó a la bestia, sus
acciones desmintiendo sus palabras.
Ryon la escoltó desde la sala hacia el exterior. Ella estaba silenciosa mientras
disfrutaban de una vuelta por los jardines y casi podría asegurar que todavía estaba
pensando en el gremlin.
—Es una verdadera pena que el mundo no pueda saber que criaturas como Chup
existen —dijo, casi con tristeza—. Pero entiendo por qué eso sería un desastre.
—Sí es una lástima. Sin embargo, podemos disfrutar de ellos aquí. De todas
formas, es lo más seguro para ellos y para la gente en general.
—¿Blue estuvo en una celda alguna vez? —Estaba horrorizada con la noticia.
—Por un tiempo, hasta que Kira se nos unió. Cuando le trajimos aquí estaba
77
traumatizado y era poco comunicativo. Estaba muy deprimido y trató de hacerse daño
a sí mismo. No sabíamos que más podíamos hacer con él. Le llevó tiempo a Kira
hacernos ver que él necesitaba compasión, no cadenas.
—Lo es. Kira ha cambiado totalmente nuestras ideas sobre cómo tratar con los
seres paranormales. No todos son malos, igual que no todos los humanos son malos.
Algunos solo están confusos y heridos.
—En cierto modo ella hace lo que yo, estudiar diferentes formas de vida y tratar
de asegurarse de que prosperan.
—Te lo escribiré y así podrás llevarlo contigo. Una vez que te aprendas el
número, es más rápido y fácil que utilizar una llave.
—Bien.
Él la hizo rodar dentro y encontró que las habitaciones eran tipo simple,
desprovistas de los toques hogareños que animaban estos espacios funcionales.
—Siento que esta habitación sea un poco simple y plana. Que yo sepa, nunca ha
sido ocupada.
—¿Por qué siento esta atracción hacia ti? —preguntó ella somnolienta.
—¿Porque cualquier hombre y mujer sienten química? —Su tono era ligero, pero
sus entrañas se apretaron. Él sabía que ella no solo estaba hablando de simple atracción
entre hombre y mujer, y sus siguientes palabras lo probaron.
—Lo que estoy sintiendo ahora es más que eso, aunque estoy atraída un montón.
—Ella hizo una pausa, sus ojos castaños líquidos con calidez—. Es como si hubiera algún
tipo de hilo dorado conectándonos. ¿Tiene sentido?
Se exploraron uno al otro, saboreándose, sus lenguas luchando. Ella era dulce,
ambrosía en su lengua, el sabor único de su compañera. Él imaginó que su sabor era lo
mismo para ella, y quería preguntar, pero no se atrevió. Aún no. Este era un buen
comienzo, su compañera dándole la bienvenida a su beso, y él estaba agradecido por
ello.
Finalmente, se echó hacia atrás, y vio la expresión aturdida en su rostro. Ella
sentía deseo por él, el simple querer, incluso si él no había recogido de su vínculo. Ella
lo deseaba, pero era incierto. Confuso.
Su corazón se iluminó.
—Lo haré. Vendré a ver cómo estás en un rato y tendremos una charla.
—Estoy deseando que llegue eso. Sospecho que tengo unas cuantas sorpresas
esperando. 80
Dios, ella no tenía idea. Después de darle otro beso, se dirigió fuera, sus
emociones eran una extraña mezcla de temor y alegría.
Ahora, si ella no lo odiaba por lo que había hecho, su vida sería perfecta.
—Santo cielo, este hombre puede besar —susurró para sí misma, mirando al
techo. Su cuerpo era una sensible masa de nervios, completamente enamorada por el
hombre que la había dejado sola cuando ella no quería que se fuera.
Su cercanía, su calor y limpio aroma masculino, la llamaba como ningún otro
hombre lo había hecho, nunca. La atracción era una cosa tangible entre ellos, esperando
ser explorada y desatada. No tenía ninguna duda que iban a terminar en la cama, más
pronto que tarde. Ambos lo querían, y no podía pensar en una razón por la que dos
adultos consientes deberían negar la atracción. Él la deseaba tanto como ella lo deseaba.
Ella lo sintió.
Eso la hizo detenerse. ¿Lo sintió? Sí, lo había hecho. Y no solo en la forma “normal”
que las personas se referían cuando decían haber experimentado atracción por alguien.
Era casi como si pudiera tocar su atracción por ella, la necesidad y el deseo, como si
tuviera algún tipo de línea directa a sus sentimientos y emociones. ¿Cómo era eso
posible?
Ryon, o alguien, la había mordido. Ellos eran lobos cambia-formas y, como tal,
tenían habilidades especiales de curación. Daria debió haber muerto. En algún
momento después de eso, ella había sido mordida. Y ahora estaba casi lista para ir de 81
excursión, estaba muy bien, sanada. ¿Uno de ellos la había mordido con el fin de salvar
su vida?
Bien. Suponiendo que fuera cierto, ¿por qué Ryon estaría tan reacio a compartir
eso con ella, incluso cuando ella le había preguntado acerca de las marcas? Salvar la
vida de alguien era una gran cosa, y ¿qué si usaron un poco de una ventaja de la
naturaleza que les permitiera hacerlo? Tenía que haber más en la historia. Eso
explicaría por qué él no quería hablar de ello.
Cediendo a la fatiga persistente, ella se durmió durante una hora más o menos.
Cuando se despertó, se incorporó, inquieta. Su brazo picaba alrededor de la cicatriz de
la marca de la mordedura, y sentía como si estuviera a punto de saltar fuera de su piel.
Un paseo podría ayudar, por lo que decidió actuar.
Bonita, pero simple. Nada que pudiera causar el deseo que emanaba de Ryon
como vapor de un lago hirviendo. No es que ella quisiera quejarse.
En su habitación, ella tomó el pedazo de papel donde Ryon había escrito los
números importantes y lo guardó en el bolsillo de sus vaqueros. Ella salió de la
habitación hacia el pasillo, cerrando firmemente la puerta detrás de ella y mirando a su
alrededor.
Después de tocar esperó por cualquier señal de vida al otro lado. Estaba
alistándose para tocar de nuevo cuando la puerta se abrió, Ryon estaba ahí con el pecho
desnudo, y ella no pudo evitar que sus ojos miraran la amplia extensión de piel, él era
de un tono dorado, un hombre de pelo rubio con la complexión de alguien que estaba
afuera constantemente, sus pecas estaba espolvoreadas con el toque justo de pelo,
suficiente para tocar y jugar pero no muy peludo.
—Hola —dijo él mirándola con curiosidad—. Iba a ver cómo estabas, ¿está todo
bien?
—Estoy aquí para averiguarlo. —Ella no iba a dejarse llevar por el ser atractivo
y medio desnudo parado en la puerta.
—Tú mereces la verdad, ¿por qué no entras y hablamos? —Un sonido vibrante
interrumpió lo que iba a decir. Con una mueca él saco un iPhone de su bolsillo y miró la
pantalla—. Nick. Tengo que tomar esto.
Volviéndose, él se giró hacia su habitación mientras contestaba y le hizo señas
para que lo siguiera. Por lo que escuchaba de la conversación sabía que lo suyo con Ryon
tendría que esperar.
—¿Qué era?
Ella se encogió.
Él habló.
—¿Qué? 83
—¡Nada! —Diablos, los lobos deben tener audición supernatural.
Él emergió con una camiseta negra que decía «NUNCA INICIES UNA BATALLA DE
PALABRAS CON UNA PERSONA SIN ARMAS». Ella resopló y él bajó la mirada, luego rió
disimuladamente.
Salieron juntos, y el mantuvo su paso más lento para que ella pudiera alcanzarlo.
Su energía no estaba al cien por ciento, aunque su dolor estaba básicamente en el
pasado.
—Solo necesitaba un poco más de tiempo para volver a mis pies, pero ahora
estoy bien.
—Haremos que Melina haga unos rayos X a ese brazo, y tal vez pueda quitar ese
yeso.
—Tengo noticias del Sheriff —dijo él como una forma de llamar la atención.
Cuando la habitación quedo en silencio, continuó—. Esta tarde el cuerpo de un segundo
escalador fue encontrado, como a dos millas de la mujer. Están casi seguros de que es
su esposo, por las ropas y algunas pertenencias que estaban regadas. Deveraux nos pasó
una muestra del tejido del hombre, para compararlo con el de la mujer. Por supuesto,
nuestro laboratorio busca cosas que los humanos nunca imaginarían.
—Sí. —Nick masajeó su cuello, como si buscara por las palabras exactas que
tenía que decirles—. No había ADN de lobo presente en la saliva hallada en la mujer, ni
de un lobo natural ni de un cambia-formas. Incluso si el lobo blanco fuera capaz de 84
cambiar a una forma medio humana, nuestro laboratorio no siente que ella pudiera
hacer esa clase de daño. Las marcas de dientes no son consistentes con la curvatura y
forma de nuestros colmillos.
—¿Con qué son consistentes? —Aric cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Esta es la parte divertida. Las marcas en el tejido y la forma en que los huesos
de la víctima fueron aplastados, concuerdan con los de un cráneo masivo como un tigre,
y los dientes de un cocodrilo. La piel estaba perforada, dos largas líneas de evidencias
dentales como una hoja de la boca de la criatura.
Tomando el control remoto del proyector. Nick encendió el dispositivo para que
mostrara una imagen en toda la pantalla.
—¿Cómo diablos lograron crear algo como eso? —dijo Jax—. Esa cosa es
imposible.
—Nada es imposible, como sabemos de primera mano. El tejido de la víctima
estaba lleno de ADN del atacante, y parece que el ADN contiene un gen de cambia-forma
de tigre, oso, lobo, un enorme lagarto… y un humano. —Esto causó algunas
exclamaciones de sorpresa—. Creé esta imagen con ayuda del laboratorio, como una
bestia que contiene las características encontradas, usando los rasgos más poderosos
de cada cambia-formas y mezclándolo con un humano. No será exacta, pero lidiamos
con algo parecido a este chico.
Daria observaba la interpretación, la bestia tenía que ser al menos de dos metros,
con un grueso cráneo con forma de tigre, una boca similar a la de un caimán pero con la
boca más corta, estaba de pie con dos piernas gruesas como las de un camión, su pecho
era como un barril, brazos fuertes manos y pies de tipo palmeado con garras afiladas al
final. La piel era dura y de aspecto escamoso.
La criatura era el monstro ficticio más feo que Daria hubiera visto; solo que no
era el disfraz de alienígena, era real.
—Odio decir esto, pero solo hay una forma de que este monstro pueda existir. 85
—Desafortunadamente, estás en el camino correcto. Cuando liberamos a los
sujetos de laboratorio de Malik y Bowman, uno de ellos obviamente escapó. —Nick
exhaló un suspiro cansado, pero encontró la mirada de sus hombres fijamente.
—Y ahora tenemos a un pobre bastardo que fue convertido en una loca máquina
mutante asesina volviéndose loca contra la población general.
Jax estaba molesto. Ryon observó a su amigo, y supo que estaba tomando mal las
noticias. Como todos ellos lo estaban haciendo.
—No veo cómo es posible que hayamos perdido a uno. ¡Fuimos cuidadosos!
—Acabo de recordar algo. Justo antes de que el edificio estallara, Bowman estaba
emocionado, hablando sobre un sujeto de prueba que era casi un ejemplo perfecto del
súper soldado que ellos estaban tratando de crear. Aparentemente él tenía más
modificaciones que hacer, pero en su mente retorcida estaba casi listo. ¿Qué tal si ese
es el que escapó?
—Es una buena teoría —dijo Nick—. Nadie en nuestra lista de sobrevivientes
está algo cerca de la horrible mutación genética que nuestro sujeto ha adquirido. Así
que, tiene que ser alguno que logró pasarnos, quizás la mascota de Bowman.
¿Recuerdan lo que Bowman dijo sobre el sujeto?
Kalen asintió.
—Sí. Dijo algo como: «Traigan al lobo al OR-4. Quiero tratar de unir su ADN con el
del sujeto humano 356 otra vez. Estoy al borde de un descubrimiento».
Ryon asintió.
—Eso es cierto. Sentí una vibración, pero para ti fueron como hormigas
arrastrándose por tu piel.
—Muchas pruebas fueron hechas en nuestra piel —dijo Micah—. Podría ser por
lo que siento una sensación de hormigueo cuando él está cerca.
—El bosque es muy vasto para buscar por la región entera de una vez. Creo que
deberíamos separarnos en equipos y buscar en las áreas en la cuadrícula cerca de donde
fueron encontrados los cuerpos. Ver si podemos encontrar dónde está oculta la criatura.
—Con la primera luz. —Su sonrisa era grave—. Cuando esté arriba y listo para
desayunar.
—Una pregunta. Ya que el lobo blanco ha sido descartado como el asesino, ¿por
qué empujó a Daria hacia el barranco?
Los otros salieron en fila, disparándose miradas de simpatía. Tan buen jefe como
Nick podía ser, a nadie le gustaba ser el seleccionado para una reunión cuando él asumía
ese tono. Una vez que todos se fueron, Nick se movió más cerca de él y de Daria,
tomando un asiento en la mesa al otro lado de ellos. La mayoría de la atención de Nick
era para su compañera, y Ryon estaba perplejo. Pero no por mucho tiempo.
—Oh, no. No pensé que él oiría la historia todo el camino hasta Missouri.
5 Fort Knox: Es una base militar del Ejército de los EE.UU., ubicada en Kentucky. Las instalaciones acogen
la United States Army Armor School (Academia de instrucción en blindados), además de acoger el Museo
General George Patton (que muestra la historia de la caballería y los blindados del Ejército
estadounidense). Asimismo, almacena de forma oficial desde 1937 gran parte de las reservas de oro de
EE.UU. y de otros países del mundo que les han confiado su oro.
—Maldición. Había esperado pasar por esto sin que él se enterara. —Ella frunció
el ceño.
—Bueno, gracias por decirme. Iba a llamarlo dentro de un día o dos de todas
formas, aunque no iba a mencionar mi… um, aventura.
—Tu papá está bien —le aseguró Nick—. No, es algo más. Quiere que lo escuches
de él.
«Daria te lo dirá cuando esté lista. Solo estate ahí para tu compañera».
«Básicamente».
Ryon tomó la mano buena de Daria mientras caminaban dentro del vestíbulo, y
ella lo miró sorprendida. Placer también floreció en su rostro.
—Eso es una pena —dijo él con una sonrisa—. Porque si alguna vez hubo una
mano hermosa hecha para sostener, es ésta. —Él trajo dicha mano hacia sus labios y
besó su dorso. Le encantaba su dulce esencia, algo como naranja y jengibre. Había olido
una vela como esa una vez en alguna lujosa tienda de elementos de tocador. Le gustó,
mucho.
Ella se iluminó.
—¿Puedes cocinar?
—Ah, los MRE6. Dios, recuerdo esas de cuando estaba en el equipo SEAL.
—Oh, sí. —Hizo una mueca—. Tuve que soportar esas cosas por demasiado
tiempo. Todas y cada una que tragué me hicieron añorar la cocina de mi madre.
—No hay nada de malo con eso, pero es bueno disfrutar de una comida hecha en
casa de vez en cuando. Voy a malcriarte.
—Bueno, señor Hunter, voy a dejarte hacerlo. —Ella sonaba liviana, feliz.
También era bueno verla así.
91
—¡Genial! ¿Cuál es tu comida favorita?
—Um, ¿lo que sea que otra persona cocine? —dijo con una risita—. Ya
establecimos que estoy agradecida con cualquier cosa que no sea liofilizada.
—En serio, tiene que haber algunos límites. Cosas que no te gustan.
—Hmm. Comería casi cualquier cosa, pero si tengo que decir, no soy admiradora
de la pasta.
—Sé que soy extraña, pero no me gusta la comida babosa. Tampoco me gustan
los calamares ni los caracoles. —Se rió.
6MRE: Acrónimo de Meal Ready-to-Eat (Comida lista para comer). Es una comida preparada, lista para
comer y en un envase pequeño y ligero, denominado pouch retortable, producida para las fuerzas
armadas de los Estados Unidos de América, especialmente para los soldados en batalla, donde no existen
cocinas disponibles. Al agregársele agua sobre la MRE se crea una reacción exotérmica producida por el
magnesio y hierro que contiene, calentando la comida en aproximadamente diez minutos. Usualmente la
ración contiene: el platillo principal, guarnición, galletas, aderezo, bebida en polvo, café y cubiertos.
—Eso suena increíble.
—Gracias.
—¡Hola, papá! Sí, estoy bien, solamente estuve... No, no, todo está bien. —Una
pausa—. No, ¡absolutamente no hay necesidad de que vueles hasta aquí!
Claro.
Esta vez, la pausa fue más larga, y luego de unos segundos de escuchar a su padre,
su jadeo de shock y la emoción detrás de él golpearon a Ryon. Lo que fuera que su padre
le había dicho, estaba entristeciéndola. Su lobo retumbó con desagrado, no le gustaba
que su pareja estuviera triste por ninguna razón.
—Está bien, papá, cuídate también. Llámame si escuchas algo más. Te quiero
más.
—Fácilmente podrías haberlo hecho. —Esa era una horrible posibilidad que con
solo pensarlo lo hacía sudar—. Prométeme que no volverás allí afuera sola hasta que
atrapemos a esta cosa.
—Puede que sea una mujer independiente, pero no soy estúpida. Hay una 93
diferencia. —Su tono era suave, pero lo decía realmente, no sería una tonta y saldría
sola de nuevo.
—Gracias de nuevo por hacer lo que sea que hayas hecho para salvar mi vida —
dijo sinceramente. Pero había una pizca de curiosidad en sus ojos—. Me quedaré, con
la condición de que me digas exactamente qué hiciste y por qué ya estoy curada.
—Gracias. Creo que fue un acto egoísta de mi parte, porque no podía permitir
que una mujer tan hermosa como tú fuera arrancada del mundo tan pronto.
—Entonces, ¿qué tal si abrimos una botella de Malbec? Podemos pasar a la sala
del piano mientras cocino el pollo.
—Nunca es un mal momento para el vino. Me gano algunas bromas de los chicos
porque me gusta tanto, pero hay algo acerca de eso que disfruto. Comunica una pasión
por las cosas finas, crea cierto ambiente.
Ella estaba bromeando, y eso le gustaba. Sus finas cejas negras estaban
arqueadas sobre sus ojos marrones, sus labios carnosos se curvaban hacia arriba. Justo
cuando pensaba en cómo leerla, pensando que era tan reservada, su lado apasionado y
gracioso salió a la luz.
—Quiero que disfrutemos de nuestra compañía —dijo él, devolviéndole la
mirada, dejándole claro que estaba interesado si ella quería jugar.
La chispa en esos profundos ojos color wisky, la llamarada de calor, hacía que
quisiera gritar. Aunque, no podía celebrar. No todavía. No quería darle la impresión de
que este era un intento de conquista casual donde al otro día irían por lados separados.
No, sus días de navegar por Las Vegas con su manada, dejando que su miembro
decidiera con quien acostarse cada noche, habían terminado. No podía decir que
estuviera apenado.
—De alguna forma, creo que nos vamos a llevar bastante bien.
Parecía encantada por eso. Puede que no supiera que el alivio se notaba en toda
su cara.
—En parte por eso, pero no completamente. Aunque pudiera traer a mis
conquistas al complejo (algo que nunca sucedería), no me sentiría bien trayendo a
alguien a mi espacio sin que fuera especial para mí.
Sacando el plato del pollo, él prendió la parrilla mientras ella tomaba su vino y
miraba. Mientras la parrilla se calentaba, comenzaron a hablar.
—Es un lindo lugar. Cada uno de sus cuartos es como un condominio con su
propio patio y un pequeño jardín.
La ansiedad inquietaba a su lobo. ¿Rechazaría vivir con él? ¿Qué pasaría si ella
decidía volver a Missouri cuando terminara con sus estudios? ¿Qué haría entonces?
Él se mudaría con ella si estuviera determinada a irse. Eso estaba decidido. Pero,
¿qué pasaría si ella no lo quería? Dios, estaba creando problemas antes de que
sucedieran.
—Nos tomó un tiempo acostumbrarnos, pero una vez que lo logramos, nos
enamoramos de este lugar. No solo del complejo, sino también de Shoshone. No
encontrarás otro bosque nacional más hermoso en Estados Unidos, y mi lobo ama
correr por kilómetros y kilómetros sin detenerse.
—Vas a mostrarme a tu lobo —dijo. No era una pregunta. Podía darse cuenta de
que ella necesitaba una confirmación visual de lo que creía. Como cuando Rowan la tuvo
al conocer a Aric, Daria necesitaba una prueba tangible. Pero ella era más fuerte de lo
que Rowan había sido, incluso después de descubrir a Blue.
Tomando un sorbo, lo estudió sobre la copa de vino, y creyó que casi había
escuchado una metida de pata. Si ella lo había hecho (y él pensaba que era así), no dijo
nada.
Dejó la carne sobre la parrilla e intentó hablar mientras rellenaban sus copas. Él
supo que estaba graduada en peces, vida salvaje y conservación biológica del estado de
Colorado.
—Soy en parte lobo y ni siquiera estoy tan seguro de saber lo que eso significa
—bromeó.
Ella rió.
—Supongo que eso es irónico. Lo que quiere decir es que estudié temas como
ecología, ciencias forestales, peces y ecosistemas de agua dulce, biología de los
mamíferos. Ya sabes, cosas sencillas como esa.
—Seguro —bufó.
—Gracias. Pero solo soy una persona normal llevando el trabajo de mi padre.
—Él era parte de los esfuerzos de conservación del gobierno en los ochenta para
salvar la población de lobos en Shoshone de la extinción. El programa fue un éxito, y
ahora soy miembro de un pequeño grupo que sigue el rastro del progreso de los lobos.
Nos aseguramos de que ellos aún están prosperando por todo el bosque.
—Tienes un trabajo genial. Y apuesto a que eres buena en ello —la alabó.
—Amo los animales —dijo ella simplemente—. Es fácil ser buena en un trabajo
en el que crees y amas. 97
—Cierto. Tengo uno de esos también.
—Gracias por eso —dijo ella suavemente—. No puedo decirte cuántas personas,
incluso amigos, no piensan que lo que mi padre y yo hacemos constituya un verdadero
trabajo.
—Bueno, ellos son idiotas —gruñó—. Ellos son parte de lo que está mal con el
planeta.
Eso le sacó una risa, y tuvo que recordarse de su pobre pene de nuevo para
comportarse.
Ellos conversaron hasta que el pollo estuvo listo; entonces él decidió colocar la
mesa afuera. El clima estaba genial, así que ellos bien podrían sacar ventaja de ello. Sacó
platos, utensilios, tortillas, queso rallado, y todo el resto de cosas buenas que
necesitaban para su comida. Colocando papel aluminio sobre la parrilla, colocó algunas
tortillas, cargándolas con pollo en tiras, cebolla, y queso, luego las doró por los lados.
En momentos, estuvieron listos para comer.
—Tienes un largo camino que recorrer antes de que eso siquiera suceda. Eres
perfecta.
—No, no lo soy, pero gracias. Me encanta lo que veo, también. —Tomó otro
bocado y tragó—. Tengo una cosa con los rubios.
Si él tenía algo que decir, sus días de adorar a cualquier hombre menos él, rubio
o púrpura, habían acabado.
—Justo ahora, hay algo en lo que estoy mucho más interesado en hacer —dijo,
volviéndola para enfrentarlo.
—Quiero más de esos besos, porque soy un hombre codicioso. ¿Me equivoco al
asumir que te sientes de la misma forma?
—No te equivocas en lo absoluto. —Sus ojos buscaron los de él—. Bésame antes
de que me vuelva loca pensando en probarte de nuevo.
—¿Solo besos? —preguntó, queriendo estar seguro.
—Me tienes.
La boca de él cubrió la suya y le dio lo que quería. Ahondó con la lengua dentro
de su calor, probando vino especiado. Toda una mujer. Ella se empujó hacia atrás
primero.
Él parpadeó, incapaz de creer lo que escuchó. ¿Qué había hecho para merecer
semejante regalo? No lo sabía, no más de lo que sabía cómo proceder sobre decirle el
resto de la verdad. Colocando eso fuera de su mente, se concentró en su mujer. ¿Podría
complacerla? Sería su experiencia una bendición o una maldición, no estaba seguro.
Fascinado, rodeó los picos tensos entre los dedos, punzándolos ligeramente.
Soportando el peso sobre los codos, se inclinó hacia atrás, estirando esas piernas largas
y tonificadas. Ofreciéndose hacia él.
Pero no podía reclamarla apropiadamente. No hasta que ella supiera que era su
pareja.
Sonriendo, ella se levantó sobre sus rodillas y tiró de sus tejanos hasta sus
tobillos, estirándolos mientras él se liberaba. Los puso aparte y enroscó sus dedos
alrededor de su erección, acarició y giró la perlada gota alrededor de la cabeza de su
pene. Él jadeó ante el maravilloso, retorcido rayo de deseo que le abordó.
Incapaz de detenerse, dejó que su mirada bajara para observar. La visión casi le
deshizo. La hermosa Daria, arrodillada entre sus piernas abiertas. Trabajando en su
pene con su tacto sedoso, su cálida, pequeña y húmeda boca. Obviamente disfrutando
el reducirle a un charco sin mente. Demandándolo todo de él.
Oh, sí. Puede tomarme. Cuando sea, como sea que ella quiera.
Él bombeó sus caderas lentamente, en tándem con el tirón de su dulce boca. Ella
succionó entusiasmadamente, dientes arañando, lengua barriendo la rugosidad de su
pene. Tan malditamente bien. Quería más. Más fuerte, más profundo. ¿Cómo podía ella
tomarlo todo de él? Él no quería hacerle daño.
Entonces, él no fue capaz de pensar nada más. Ella cogió sus caderas, urgiendo
sus embestidas. No había nada sino el creciente latido de calor queriendo hacerlo
explotar en un millón de piezas. Hacerle estallar.
Se entregó. A Daria. Le dio lo que ambos querían. Folló su boca, fuerte y rápido.
Justo así, joder sí, tan bien…
—Mmm. —Ella le envió una mirada sexy—. Me ha encantado hacértelo. Creo que
me has corrompido.
—Esto.
Bajando más abajo, él centró su atención en sus pechos. Capturando una tensa
piedrecita en sus dientes, él gruñó, succionándolo. Tomándose un banquete como el
hombre hambriento que era. Ella se arqueó hacia él, agarrando su cabeza, jadeando
palabras de aliento. Él hizo rodar un pico, y entonces el otro, mientras una mano se
deslizaba por su vientre plano.
Sus dedos encontraron el nido de rizos alborotados, y aún más abajo, a su sexo
húmedo. Sus muslos se abrieron para él, sus caderas urgiendo su tacto. Él acarició en
tenso, cálido nudo, los labios en forma de puchero, resbaladizos y listos para él.
Succionó sus pezones, jugó con su clítoris hasta que ella se retorció, incapaz de tomar
aguantarlo más.
—Ryon, por favor —gimió ella, tirando de su pelo—. Te necesito dentro de mí.
—Tomo la píldora, y estoy sana —insistió ella, sus ojos buscando los de él.
Sus labios enviando un rayo de excitación a través de ella.
103
Sieten
Traducido por: Gabbii, Eva Masen-Pattinson & Rihano
Tan pronto como el pensamiento pasó por la cabeza, se sintió mal. En realidad
no era justo comparar dos hombres que eran tan diferentes. Ryon era un libro abierto,
104
su sonrisa honesta, su hermoso rostro que refleja su amor por la vida. De la risa, sus
amigos, las pobres criaturas como Chup que fueron desplazados en un mundo extraño.
Todo lo contrario a su ex, que nunca había tenido tiempo para casi nada, más que su
propia carrera.
Con la cabeza apoyada en el pecho de Ryon, pasó los dedos por el pelo
quebradizo, que era un tono más oscuro el de su cabeza. Jugó con cada pezón,
disfrutando la forma en la que los discos marrones se fruncían apretados, entonces bajó
su mano, parando en el intrincado tatuaje en su cadera izquierda. La obra era una
cabeza de lobo, las orejas echadas planas contra su cabeza, el hocico gruñendo
ferozmente en dirección al ombligo de su propietario. La tinta al principio era negra,
pero con una inspección más cercana vio que era en realidad un color azul oscuro. Muy,
muy cautivador.
—Sí. —Su voz se calmó—. Todos los que estábamos en el equipo SEAL de la
Armada juntos y nos convertimos, formamos la primera Manada Alfa. Lo hicimos para
recordarnos en lo que nos había convertido, y como cosa de solidaridad.
Daria pensó que estaba muy bien, pero por su tono que supuso que no lo estaba.
Parecía una ocasión seria para su equipo, tener los hacerse los tatuajes.
—Por supuesto que no. —Se quedó en silencio por un momento, y luego la
estudió cuidadosamente—. Haces que mis fantasmas desaparezcan.
—¿Qué?
—Quiero decir, literalmente. ¿Te he dicho que todos tenemos dones psíquicos,
además de nuestra capacidad de cambiar? Bueno, el mío es que puedo ver a los espíritus,
a veces comunicarme con ellos, aunque eso es raro, y además, hablo en las mentes de
las personas. Soy un canalizador y un telépata.
—Guau. —Ella no sabía qué más decir—. ¿Ves fantasmas en este momento?
—No. Eso es a lo que me refería antes. Haces que desaparezcan —dijo con
incredulidad—. Me di cuenta de que cuando estoy contigo o cerca de ti, no me acosan.
—No es fácil. Pero es mejor que ser capaz de predecir el futuro, al igual que Nick.
—Sí, pero no creo que puedas hablar conmigo de esa manera, todavía.
—Claro.
«Daria Bradford, creo que eres la mujer más hermosa que he conocido en mi vida».
—¡Oh, Dios mío! —gritó, llevándose una mano a la boca—. Nunca he… eso es
increíble.
Él sonrió.
«Creo que eres el hombre más sexy que he visto nunca. Quiero que vuelvas a hacer
el amor conmigo».
—¿Lo escuchaste?
Ella pensó en eso. ¿Iba a estar ahí para aprender? Eso esperaba. Como que le
empezaba a gustar el lugar. Este hombre. Más que eso: se estaba convirtiendo
rápidamente en una necesidad. Con ese pensamiento, su piel volvía a picar. Fue
desconcertante cómo ella lo necesitaba más por hora.
—Sí. Tenías razón antes cuando dijiste que no estaba lista, pero fue antes de
conocer a tu equipo, a Blue, y a Chup-Chup. Vamos.
—Eres increíble.
«Lo eres».
«Ya lo verás».
—Dios, Daria. —Cerró los ojos brevemente. Cuando los abrió de nuevo, tragó
saliva y le tocó la cara—. Nunca soñé que alguien fuera de mi manada me pudiera
aceptar como soy. Cada uno de nosotros anhela eso, pero no es un hecho.
—Nunca tienes que preocuparte de que no te acepte. No puedo creer que nunca
lo fuiste.
—Esto significa todo para mí. —Se detuvo—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto.
—Hace rato parecías molesta después de hablar con tu padre. ¿Está todo bien en
casa? 108
Ella vaciló, preguntándose si debía entrar en la conversación. A ningún hombre
le gustaba escuchar sobre el ex amante de su pareja. Por otra parte, no era como si la
noticia no tuviera alguna influencia en su vida actual. El hombre se llamaba ex por una
razón.
—Mi padre ha estado tratando de llegar a mí, porque alguien que conozco
desapareció hace unos meses. Es realmente extraño, conociendo a Ben. Nunca se
hubiera alejado simplemente de su carrera. Él es un abogado criminal exitoso y está tan
casado con su trabajo como cualquier persona que haya conocido.
—¿Es Ben un amigo tuyo? —Su voz había adquirido una ligera ventaja.
¿Fue un gruñido lo que oyó que venía de su pecho? El ruido suave, siniestro la
hizo estremecerse.
—¡Qué idiota!
De acuerdo, estaba teñido de celos por completo. Posesividad. Si eso era una cosa
del cambio, no estaba segura de que le gustara.
—Oíste que pasó eso. Los hombres simplemente se van porque ya no pueden
con la presión de sus vidas. Este chico Ben suena como el principal candidato para dejar
109
su mundo de mucha presión.
—Eso es lo que papá decía que la policía sospechaba, al principio. Pero las
cuentas de Ben están intactas, sus cuentas monetarias y de ahorro están sin tocar, no
tiene actividad en sus tarjetas de crédito. Nada. Es como si la tierra se hubiera abierto y
lo hubiera tragado.
—¿Por qué tu papá apenas se acaba de enterar de esto, si ya lleva varios meses
desaparecido?
—Papá dice que Ben desapareció el día después de que terminamos. No supe
nada al respecto, y honestamente, aunque pensé que era raro de Ben cortar toda forma
de comunicación entre nosotros, lo taché y pensé que había cambiado de parecer sobre
ser amigos.
—Aún si fue así, no es como que puedas hacer algo al respecto. No es tu problema.
—Sé eso. Es solo… —Pasando una mano por su cabello, la miró—. No me gusta
la idea de que la mujer a la que acabo de hacerle el amor gaste mucha energía
preocupándose por un tipo que fue un idiota muy ignorante para entender lo bueno que
tenía.
—Los idiotas muy ignorantes vienen en todos los tamaños y figuras. El hombre
está perdido, posiblemente muerto, y ¿tú quieres estar celoso de que esté preocupada?
El verde no es un buen color en ti, Ryon. No va para nada bien con el rubio.
—No puedo evitar ser lo que soy —expuso—. A mi lobo no le gusta pensar acerca
110
de otro hombre y tampoco a mí.
—¿Sabes qué? Esto de los celos es un poco intenso para mí, considerando que no
nos conocemos desde hace tiempo.
De pie, comenzó a juntar su ropa y la apiló en el sofá. Se puso sus bragas y luego
comenzó a ponerse su sostén.
—Si eso es lo que quieres. —Se veía tan miserable que casi se arrepiente.
—Está bien.
Volteó la mirada, sin hablar. Una ola de dolor y rechazo llegó hacia ella desde él,
y ella huyó como cobarde al sentirla. Se fue, sin arriesgar otra mirada hacia él y estaba
de regreso en sus cuarteles en menos de un minuto. Una vez ahí, caminó en la alfombra.
No podía detenerse. Había algo de alivio bajo su piel. Eso era la única forma de
describir la sensación que la estaba volviendo loca. Y este sentimiento parecía agitarse
cuando Ryon se molestaba. Daria lamentaba lastimarlo, pero esto era algo más. Era
como si hubiera otro subconsciente haciéndoselo saber, o tratando de hacerlo, y no era
feliz. Quería algo.
Quería salir.
Durante uno de sus pasos por la ventana, pausó, su atención capturada por un
movimiento afuera. Cuando vio a un lobo plateado y negro correr a toda velocidad por
el césped hacia el bosque, su corazón se encogió. El lobo era Ryon. En un complejo
111
rodeado de cambia-formas, no estaba segura de cómo sabía que era él. Pero lo estaba.
El extraño vínculo entre ellos cantaba con temor, anhelo y tristeza. El deseo de correr
hasta que él estuviera muy cansado para importarle.
Nada.
No estaba segura de que tan lejos había llegado o de cuánto tiempo había estado
persiguiéndolo cuando se detuvo y colocó una mano en un árbol. Ya no podía seguir
corriendo. Y había una sacudida dolorosa en la boca de su estómago, como si fuera a
vomitar. Pero no pasó eso, pero el malestar se revolvió en su vientre. Extendiéndose a
sus brazos y piernas, que ahora picaban mucho, convirtiéndose en un dolor
insoportable.
Llorando, se golpeó sus rodillas, sosteniendo su brazo enyesado sobre su
estómago. Su piel y tripas se salían, y en cualquier segundo iban a cambiar lugares. Todo
lo que iba a quedar era una horrible pila de músculo y hueso, y todos iban a sacudir su
cabeza especulando que pudo haber pasado. Si no hubiera sabido que una criatura
había matado a los campistas, hubiera pensado que había una nueva enfermedad
alrededor y que la había contraído.
La agonía era espantosa. Continuó gritando hasta que su voz estaba afónica, y
luego se convirtió en un aullido agudo. El dolor terminó tan pronto como había
comenzado, gimió, buscando desesperadamente a su alrededor. El yeso que había
estado en su brazo ahora estaba roto y yacía en la grama. Claramente ya no lo necesitaba,
porque su pata estaba bien.
En forma de lobo, Ryon corrió a través de los bosques hacia el recinto. Hacia su
compañera. La había escuchado llorar, e inmediatamente regresó cuando sintió el dolor.
Porque era un bastardo egoísta, ella estaba sufriendo. La había llamado mientras
corría, pero no contestaba. El lazo entre ambos era nulo, pero no porque ella lo
estuviera callando a voluntad. Era como si estuviera dormida o inconsciente. Corrió más
rápido, frenético por encontrarla.
Ryon tembló. Los espíritus rara vez podían sacar sus aflicciones. Esta tenía que
ser la excepción.
—Lo sé. Siento mucho lo que la bestia te hizo, pero lo vamos a atrapar. Lo
prometo.
—¿Mi esposo?
—Busca la luz —le dijo a ella—. Cuando la encuentres, sigue adelante. Tal vez tu
esposo esté ahí, esperándote.
Una mirada de esperanza floreció, y se volteó sin decir algo más. Comenzó a
caminar. En segundos, se había desvanecido hacia los árboles nuevamente, y él exhaló
un respiro dudoso.
Si el esposo de la mujer estaba muerto, él oraría para que se encontraran los dos.
Lo volvía loco no saber si los espíritus encontraban paz.
Tomando la oportunidad, él corrió detrás de ella. Ella bien podía estar guiándolo
hacia una trampa, pero él no lo creyó. El instinto generalmente le funcionaba bien, y
cualquiera que sea la agenda de esta loba, Ryon y su compañera no eran parte de ella.
Eso esperaba.
Era un poco más grande que la loba blanca, pero no por mucho. Su corazón se
elevó al verla ahí, a salvo y durmiendo. Su pobre bebé debía de estar cansada luego de
su primera transformación, y se sintió mal que hubiera pasado sin nadie que la guiara.
—No. —Su sonrisa se desvaneció con temor ante la conversación que venía. Él
sabía a dónde llevarían sus preguntas, y no podía esquivar las respuestas por más
tiempo—. Solo conmigo.
«¿Por qué no? ¿Es porque tú me mordiste? ¿Y así es como me convertí en un lobo,
como tú?».
Su voz en su cabeza se elevaba con ansiedad.
«¡Respóndeme!».
«No sé si puedo».
—No es ni siquiera tan duro como cambiar por primera vez, y no va a ser tan
doloroso de ahora en adelante. Sigue adelante y trata.
—Te daré eso. Pero quiero ahora toda la historia, no solo lo que tú crees que
puedo manejar. Soy más dura de lo que parezco.
—Es lo justo. —Jesús, esto no iba a ir bien—. Sí, cuando te mordí, sabía que lo
más probable es que te convertirías en una cambia-formas. Como yo y mi equipo.
—Lo recuerdo.
—¿Tú no tenías otra opción? ¿Ninguna otra opción excepto dejarme morir?
—¿Y no tenía nada que ver con tu mitad lobo simplemente tomando lo que
quería? Discúlpame si no creo eso —dijo ella rotundamente.
—Guárdatelo. —Su voz era fría como un día de invierno—. Háblame de este
vínculo que siento. No es mi imaginación, ¿verdad? Ahora tu posesivo lado Neanderthal
cuando estábamos discutiendo con Ben tiene sentido.
—No puedo manejar esto ahora mismo. Pensé que podría tomar cualquier cosa
después de lo he visto, después de casi ser asesinada y luego recuperarme a toda
velocidad. —Ella se rió sin humor—. ¿Pero esto? No sé nada más excepto que necesito
que te mantengas alejado de mí en este momento.
Más rápido de lo que hubiera creído posible, ella comenzó a cambiar. Todavía
tardó mucho más de lo que lo haría después de que ella hubiera ganado más experiencia,
pero hizo un impresionante trabajo. Rompió su corazón que estuviera usando sus
nuevas habilidades para alejarse de él lo más rápido posible.
—¡Daria! —llamó—. ¿Por favor? ¡Tuve que hacerlo! Me habría… —Pero ella no 118
estaba escuchando, o deteniéndose.
Pero él podía arreglar eso, tarde o temprano. Siempre había un monstruo más
con el que luchar. Si su compañera lo dejaba…
También la tristeza. Tanto la de Ryon, como la suya. Cada dura palabra que le
dijo había golpeado su alma como un martillazo y reverberado en su propio pecho.
Cuando se marchó le dejó devastado.
Él no tuvo más opción que morderla. Ella sabía en su corazón que era la verdad, 119
pero no hacía más fácil lidiar con el hecho de que su vida había cambiado para siempre.
Gracias a Dios que nadie andaba cerca cuando se aproximó a la parte trasera del
edificio. El ala donde se encontraba su cuarto parecía silenciosa, y corrió al patio
privado, contenta de no haberse tomado tiempo para cerrar con pestillo su puerta
corrediza del patio. En el porche se concentró en su forma humana y cambió de vuelta,
entonces se apresuró a entrar antes de que la viera alguien.
Caminando suavemente hacia el baño, decidió tomar una muy necesaria ducha.
Pero cuando se metió bajo el chorro caliente, el efecto relajante del agua cayendo fue
eclipsado por cuánto odiaba que el olor de Ryon se le estuviera lavando. Su loba
tampoco estaba contenta y se estaba volviendo más franca cada minuto.
Dos mujeres estaban allí paradas con cálidas sonrisas, una, la pequeña rubia que
conocía como Kira, la pareja de Jax, la otra, Rowan, la pareja de Aric. Tratando de no
mostrar su decepción, las dejó pasar.
—No son estúpidos. Ryon los ha espantado, el bastardo posesivo. —La alta y
escultural morena le ofreció la mano—. Rowan Chase.
—Me temo que no tengo nada que ofrecerles para beber, chicas. No he ido a la
ciudad, y de hecho, a ningún otro sitio.
—No hay problema —replicó Rowan—. Solo queríamos decir hola, ver si te
estabas instalando, si necesitabas algo.
Las otras mujeres rieron por lo bajo mientras las seguían a la sala de estar.
—Si algún hombre debiera venir con un manual, debería ser alguno de la
manada —dijo Kira—, Jax casi me vuelve loca antes de que realmente le entendiera a él
o a su mundo.
—Todo esto es muy difícil de aceptar para mí —les dijo Daria sentándose en el
sofá. Rowan se sentó a su lado—. No sé cómo se las arreglaron para acostumbrarse.
—Yo era escéptica cuando conocí a Nick y empezó a parlotear mierdas sobre
tener un poder de retrocognición y cómo estaban combatiendo a un Unseelie malvado
que intentaba crear una raza de súper soldados cambia-formas. Creí que estaba a una
alucinación de una bonita y larga estancia en el asilo del condado.
—Soy una exagente del Departamento de Policía de Los Ángeles. Crecí allí, en
uno de los peores barrios de la ciudad. He visto las cosas más extrañas que puedas
imaginar, y he manejado a muchos criminales peligrosos. Por mi parte, preséntame
pruebas irrefutables y tengo que creerte.
—Sí. Ni siquiera es que no pueda aceptar el mundo de Ryon, es solo que fui
arrastrada a esto por el destino, si se quiere, sin poder opinar al respecto.
—Así es como también nos pasó a nosotras —dijo Kira riéndose—. No estás sola.
—¿El mundo de Ryon? —preguntó Rowan—. Así que es cierto ¿Están juntos?
—Deja que te pregunte algo, ¿qué habrías hecho de manera distinta si hubieras
podido? ¿Le habrías dicho que no? ¿Le habrías dicho que te dejara morir?
Rowan se rió por lo bajo mientras Kira y ella intercambiaban una mirada de
complicidad.
—No mucho, excepto que tuvo que morderme, y que ahora estamos unidos para
siempre.
—No, no lo hizo. —Pensó en hace rato, cuando estaba tan enfadada—. Creo que
intentaba decirme algo más, pero no le estaba escuchando en ese momento. Supongo
que debí haberlo hecho.
—Sí. Debiste. —La voz de Kira era suave, sin rastro de acusación en su tono, solo
entendimiento—. Una vez que un cambia-formas conoce a su pareja, la huele, todo se 122
acaba para él. No puede sentirse físicamente excitado por cualquier otra potencial
compañera sexual, nunca más. Si no muerde a su pareja y la reclama, en un cierto
tiempo, usualmente un par de semanas, enferma como con síntomas gripales.
—Exactamente.
—No.
—Me temo que así es. —Kira le cogió la mano—. Cuando Ryon te dijo que no
tuvo elección, no solo hablaba de salvar tu vida. También salvó la suya.
—Ryon es uno de los hombres más honorables que conozco. Nunca hubiera
tomado ese rumbo a no ser para salvar a su pareja. Si no le hubieras querido, te habría
dejado ir sin decir una palabra.
—Me imagino, que eventualmente, perdería las ganas de vivir —dijo Kira—.
Pero, no te preocupes por Ryon. Está hecho de algo mucho más fuerte que eso. No se
rendirá fácilmente.
—Tómate esta noche para ti —aconsejó Rowan—. Dense ambos esta noche para
tranquilizarse. Luego, habla con él cuando vuelva mañana de su misión de búsqueda.
123
Pensó en ello y asintió.
—Ahora, ¿por qué no regreso a nuestro lugar y traigo cosas para hacer mojitos?
—sugirió Kira.
Rowan sonrió.
—No te pongas irascible, solo tengo una pregunta. ¿Sabes ese abogado
criminalista de Missouri por el que te llamó el padre de Daria cuando intentaba
encontrarla?
—Oh, tenemos algo mucho, mucho peor que eso. Y si mi información es correcta,
tenemos la identificación de nuestra bestia que está destrozando campistas.
El grupo de Ryon consistía de Jax, Aric, y Micah. Los otros también se habían
separado, cubriendo otros cuadrantes. El grupo de Ryon se enfocó en el área donde el
esposo había sido encontrado, dos millas separado de su esposa. Avanzarían hacia
afuera en círculos cada vez más grandes, buscando por cualquier signo de que algo
grande hubiera pasado en esa dirección.
Ryon deseaba que su grupo tuviera a Kalen, para que el hechicero pudiera
simplemente hacer su cosa mágica y encoger a la criatura hasta desaparecerlo como lo
había hecho con el Sluagh de Malik que parecía un murciélago. Pero Aric siempre podía
quemarlo si las cosas se ponían mal.
Ryon estacionó la Range Rover tan cerca como pudo del sitio del segundo cuerpo
y caminaron el resto del camino. Aric cargaba una pesada red sobre un hombro, Jax un
rollo de cuerda.
—Nada como tener que jugar a ser estrella de rodeo con una lagartija enfurecida.
—No me digas —murmuró Aric—. Sería mucho más fácil si solo pudiera freír su
trasero. Entonces podríamos ir a casa y tener sexo.
Excepto el olor. Ryon detectó sangre vieja, y un olor más rancio que debía
pertenecer a la bestia. Era más fuerte aquí, y por alguna razón, aún más fuerte que en la
primera escena. Quería dar arcadas.
Justo a la derecha del área marcada por la cinta de la escena del crimen, Ryon vio
el brillo de una figura sentada en el suelo. Él se acercó y vio que era el espíritu de un
hombre con sus brazos alrededor de sus piernas, mirando tristemente al espacio.
«No muy bien», le respondió Nick. «Hemos encontrado otro cuerpo, seis millas al
sur de donde Daria encontró a la mujer. Es un desastre».
«Sí».
«Está bien. No hay nada aquí todavía, excepto que vi el espíritu del hombre cerca
del sitio donde fue encontrado. Su esposa apareció y se reunieron».
—Nick dijo que tienen un cuerpo —le dijo al grupo—. A seis millas al sur de
donde la mujer fue encontrada. Dijo que era un desastre.
—¿Qué es?
—Por ahí. —Apuntó él—. ¿Ves un área grande donde los árboles se ven borrosos? 127
Micah elevó la voz.
«¡Nick! ¡La bestia está aquí, está atacando! ¡Vamos a tratar de atraparla!».
No resultó de esa manera. La criatura usó la red para lanzarlos con toda su fuerza,
la red volando lejos de él. Ryon, Jax y Aric fueron lanzados en diferentes direcciones…
Pero Micah, el más cercano al furioso monstruo, ahora estaba atrapado en la red.
Mientras la cosa avanzaba hacia él, los ojos de Micah se agrandaron y trabajó
frenéticamente para liberarse. Cambió sus manos a garras y cortó la red, justo cuando
el monstruo tomó su pierna y comenzó a tirarlo hacia atrás.
Aparentemente infeliz por este desarrollo, giró y escapó a los bosques. Hasta
donde Ryon podía decir, ni siquiera habían herido a la maldita cosa.
Ryon corrió hasta donde sus amigos estaban arrodillados al lado de Micah, la
preocupación grabada en sus caras. Jax removió la camisa de Micah y la hizo bola,
presionando la tela contra la herida de su costado. La tajada era larga y profunda, hecha
por una de las garras. Si la bestia hubiera pegado con un poco más de curva, su amigo
habría sido destripado.
—Estoy bien —jadeó Micah, pálido y sudando—. Aunque quema. Como ácido.
Jax puso sus brazos bajo las rodillas y espalda de Micah, y lo levantó. 129
—Vámonos.
Realizaron la larga caminata tan pronto como pudieron, trotando una buena
parte del camino. El grupo de Nick justo había llegado a la Range Rover de Ryon cuando
ellos salieron por los árboles. El comandante trotó hacia ellos, colocando una palma en
la floja cara de Micah: el lado cicatrizado.
El hombre joven no se movió. Nick ayudó a Micah a subir a la parte trasera del
todoterreno y luego subió con él. Ryon saltó al asiento del conductor y pronto
estuvieron en marcha, el otro equipo justo detrás de ellos.
—Melina, ten la sala de trauma lista. Llevamos uno con una herida abierta en un
lado. Vamos en caliente.
Y parecía que las cosas se iban a poner mucho peor antes de que mejoraran. Una
cosa era segura, necesitaban desarrollar una nueva estrategia para capturar al
monstruo.
Todo lo que había oído de Blue, mientras estaban sentados en la cafetería, era
que uno de la manada había sido mal herido luchando con la criatura y casi se desmaya.
¿Cómo iba a soportar esto cada vez que salieran a una operación? ¿Siempre
aterrorizada por si su compañero volvía a casa en una bolsa de plástico? 130
Estaba esperando en las puertas de entrada a emergencias cuando el primer
equipo llegó. Jax llevaba el hombre herido en sus brazos, y no era Ryon. El hombre tenía
el cabello castaño largo, hasta la espalda, no rubio. Su alivio fue tan grande que sus
rodillas casi cedieron. Entonces escuchó el grito de Rowan y cuando comprendió que
era su hermano la culpa la inundó.
Rowan siguió a Jax y Daria solo podía mirar a las puertas y esperar a Ryon.
Cuando entró, corrió hacia él. En el instante que la vio, él abrió los brazos y ella
se precipitó a ellos, abrazándole apretadamente. Él le devolvió el abrazo, apretándola
contra su poderoso cuerpo. Pudo sentir cada músculo y cada borde, alegrándose de que
estuviera allí.
—Lo siento mucho —susurró—. Actué como una perra anoche y si esa hubiera
sido la última vez que te hubiera visto…
—Esta vez.
—Esta es mi vida. Siempre habrá peligro, pero siempre moveré cielo y tierra
para volver a casa.
—Fui terrible contigo —repitió. No podía superar lo que podría haberle perdido
por culpa de su estúpida fiesta de autocompasión—. Nunca me habría perdonado si te
hubiese sucedido algo.
—Has tenido que hacer frente a un montón de cosas, date un respiro. —La besó
en la parte superior de la cabeza—. Sigamos adelante ¿vale?
—¿Podemos?
—Por Dios, mujer. —Echándole hacia atrás, la dirigió una mueca burlona—. ¿Me
veo como un hombre que se rinde fácilmente?
—Bueno, ella tiene razón. Soy un testarudo bastardo y me gusta salirme con la
mía. Ahora, ¿por qué no nos reunimos con los otros y esperamos a saber algo sobre
Micah?
—Suena bien.
131
Ryon les contó a todos los reunidos como había sido la pelea con la criatura y
como Micah había sido herido. Rowan, con los ojos rojos de haber llorado, estaba
acurrucada junto a Aric, acallando sus continuadas disculpas por haber permitido que
su hermano fuese herido.
—Claro, cielo. —Se besaron suavemente, con mucho amor, en su propio universo.
Tres horas más tarde, Melina vino a informarles de que se recuperaría y el alivio
se extendió por el grupo como una tormenta. Pero las garras de la criatura contenían
algún tipo de veneno que hacía que su sistema fallara y que el corte se curara
lentamente. Fue un aviso para futuras batallas contra el monstruo.
—Suena genial.
—Lo entiendo —dijo y ella leyó la verdad en sus ojos. Era un hombre increíble—.
He estado ahí, Daria.
—No eres una idiota. Lo estás haciendo todo lo bien que puedes, no tienes que
culparte por estar enfadada, y menos conmigo.
—Con gran placer —Su miraba la quemaba—. No sabes el infierno que pasé allí,
luchando con el monstruo. ¿Tienes idea de lo que pasaba por mi mente?
—Mmm, ¿si voy a morir al menos estaré libre de la vieja bola y la cadena? 132
Él se rió de su lamentable broma, pero sus ojos azules brillaban con lágrimas.
Verlo así, derritió su corazón, abriendo el camino a sus propias lágrimas.
Eléctrico.
La boca de Daria se movió bajos los suaves labios de su amante. Entrelazó los
brazos alrededor de su cuello y le atrajo más cerca, invitándole. Su húmeda lengua se
deslizó dentro, acariciándola y llenándola de su calor.
Sus manos se deslizaron por sus hombros y la bajó los brazos. La ayudó a
quitarse la camiseta y el sujetador, y entonces, ella se arqueó contra él. Las fruncidas
puntas de sus pezones presionaron la tela de la camiseta que cubría su pecho y un rayo
de calor se disparó directamente a su sexo.
—Pues no pares.
Mientras la abrazaba, ella quiso pensar que estaban seguros, que el peligro había
pasado. Y por un tiempo, tenían un respiro.
Desde su posición en el césped, tumbada sobre una manta, Daria bebía una
cerveza y admiraba sus apretados traseros mientras corrían alrededor con vaqueros,
pantalones cortos o pantalones de béisbol. Tenía que admitir que cuando ellos sudaban
el resultado era muy agradable de contemplar.
Toda esa reluciente carne masculina, el sudor goteando por su cabello. Los
amplios pechos, los músculos tensos por el ejercicio…
—¿Tienes al menos alguna idea sobre quien va ganando? —preguntó una voz a
su derecha.
Mirando a su lado, sonrió a Micah. Como tenía prohibido jugar mientras se
recuperaba, estaba descansando en una tumbona.
Él resopló.
—Ya ves. Eres como el resto de las compañeras enfermas de amor, de por aquí.
Señaló con la cabeza a las otras mujeres emparejadas, las cuales observaban a
sus parejas con el mismo interés que Daría había mostrado.
Y Ryon es mi compañero.
¿Le amo? ¿Puedo hacerlo, cuando todavía no estoy completamente en paz con lo
que me he convertido?
—También así es como me siento. Ella quiere correr, cazar. —Daria miró a su
nuevo amigo y vio comprensión absoluta—. Ella quiere ser libre y es muy duro
controlarla. Es extraño y aterrador tener todo ese salvajismo dentro de mí. Por no decir
que es irónico, considerando mi trabajo.
Sus ojos castaños estaban tristes.
—Con lo difícil que es, recuerda que tienes un compañero que es un buen
hombre para ayudarte. Nosotros no lo hicimos, y aprender solo todo eso fue duro. Es
decir, somos como hermanos y estamos ahí para el otro, pero no es lo mismo que tener
alguien especial para confortarte al final del día.
—Estoy muy agradecida por Ryon. Él ha sido nada más que maravilloso para mí
y me preocupo demasiado por él. —Ella hizo una pausa—. Algún día, tú también tendrás
a alguien.
—Ese no es quien…
—¿Quién soy? ¿Es eso lo que ibas a decir? —Él se rió, el sonido era hueco.
Adolorido—. Incluso si mi compañera pudiera conseguir ir más allá de mi aspecto, lo
que está en el interior es lo que realmente está jodido. No recuerdo mucho de mi tiempo
en ese lugar de mierda con Bowman, pero por lo que los médicos me dicen, eso podría 135
cambiar en cualquier momento. El punto es, que estoy más arruinado por dentro que
por fuera. Una compañera no merece estar pegada a mí.
—No creeré en eso ni por un segundo —dijo ella firmemente—. Vas a conocer a
esa persona especial, y luego podrás comerte esas palabras lúgubres tuyas.
—¿Quieres apostar?
Antes de que ella pudiera responder, Ryon llegó trotando, viéndose sexy como
el pecado en sus ajustados pantalones cortos deportivos y camiseta sudada. Ella casi se
tragó la lengua como él le sonrió.
—¡Hola, hermosa! Algunos de los chicos sugirieron salir al Bar Grizzly en un rato.
¿Quieres ir?
—Aww, qué dulce. —Inclinándose, él le dio un gran beso mojado mientras Micah
hizo un ruido de ahogo. Ryon se apartó y le hizo un guiño a su amigo—. ¿Celoso?
—No de tu vida.
Pero Daria sabía la verdad. Ryon se perdió el destello de dolor en el rostro de su
amigo, pero ella no.
—Esa no es una buena idea. Micah necesita quedarse aquí y terminar la curación.
—¿No tengo una opinión en el asunto? No tengo diez años, para estar gritando
ruidosamente.
—Por supuesto que lo haces. —Se movió para sentarse en la tumbona, Nick puso
una mano en el hombro del otro hombre y le dio una sonrisa amable—. Pero tengo que
desanimarte.
—¿Por qué?
—No voy a beber si eso es lo que te preocupa, jefe. Sé muy bien eso cuando estoy 136
medicado.
—No es por eso —suspiró el comandante—. Sabes que no interfiero con el libre
albedrío, pero estoy sugiriendo que te quedes aquí, solo por esta vez. No debes estar en
el Grizzly esta noche.
Esas palabras crípticas le dieron a todos una pausa. Nick era espeluznante así a
veces, haciendo declaraciones que daban indicios de que él sabía mucho más de lo que
estaba diciendo.
—No. No importa ahora. Y ya que ambos nos quedaremos aquí, ¿qué tal si
derroto tu trasero en la Wii?
—Diviértanse.
—Hasta luego.
Mientras los dos hombres regresaban al edificio, Ryon le dio una mirada
depredadora.
—¿Así que?
Un estremecimiento la recorrió.
Presionar a su pareja contra los azulejos, estar enterrado hasta el fondo en ella
mientras el agua caliente chorreaba por sus cuerpos, era casi la mejor sensación de todo
el universo. Aunque cualquier forma en que pudiera tenerla estaba bien para él. ¿Cómo
había vivido sin esto? ¿Sin Daria? 138
Gruñendo, vació su semilla dentro de ella mientras se estremecía bajo él,
exprimiendo hasta la última gota de su miembro. Entonces la besó en la nuca y le
acarició con la nariz la suave y mojada piel.
—¿Estoy perdonado?
—No estoy de acuerdo. Estamos en esto juntos. Eres mi pareja, y lo que te hace
infeliz, me hace lo mismo a mí.
—Lo que digo es que no puedes hacer mágicamente que esté feliz de ser en parte
loba —deteniéndose, ella buscó su rostro—. Piensa en cuando te cambiaron. ¿Hubo algo
que alguien dijera que te hizo aceptarlo? ¿O solo necesitaste tiempo para acostumbrarte
a tener tu vida de cabeza?
—Necesité tiempo —admitió—, pero espero que tenerme como parte del trato
no sea lo que te hace infeliz.
—El primer cambio duele muchísimo, pero nunca vuelve a ser igual, te lo
prometo. Cuando tienes más práctica, es como respirar. Y cuando dejas salir a correr a
tu lobo, el subidón es como nada que hayas experimentado antes.
—¿De verdad?
Ella comenzó a mostrar algo de interés genuino. Dejando caer la toalla al suelo,
la atrajo hacia sí.
—No te arrepentirás.
—¿De la criatura?
140
—Tiene sentido.
—Pero, ¿qué hacía ella aquí en primer lugar? Si es una cambia-formas, ¿por qué
no simplemente se acercó al recinto y pidió entrar?
Como siempre, Ryon se puso al volante y le hizo un gesto a Daria para que tomara
el asiento del pasajero. Kira, Aric y Rowan subieron a la parte trasera.
Él la miró.
—Yo también, pero los viejos automóviles potentes son para gente que tiene
mucho tiempo para apañar el mantenimiento, y yo no soy tan hábil en el garaje.
—Lo haré.
141
Los seis charlaron todo el camino hasta el Grizzly, los amigos de Ryon
preguntándole a Daria sobre ella. Tenían especial curiosidad por su trabajo, y pensaban
que era genial que ella estudiara a los lobos de verdad. En cambio, se mantuvieron
alejados del tema de su transformación en cambia-formas, y él lo agradeció. Estaba
trabajando en hacerla abrazar esa parte de sí misma, y no necesitaba que la estresaran.
El bar estaba animado cuando llegaron, pero no demasiado lleno. Ryon y los
otros chicos encontraron un rincón vacío y juntaron varias mesas para tener suficiente
espacio, sentaron a sus damas y se acomodaron. Ryon se sentó al lado de su pareja y le
puso el brazo alrededor, contento cuando ella se apoyó cómodamente en él. Después de
ver a tres de sus amigos emparejarse y estar molesto de envidia durante meses, era
estupendo tener a su propia mujer a su lado.
Tras ordenar una ronda de bebidas, se acomodaron, riendo y hablando con los
que tenían más cerca. Ryon no podía quitarse la sonrisa de la cara. A sus amigos parecía
gustarles de verdad Daria, y fueron muy acogedores, asegurándose de incluirla en la
conversación. Ella, a cambio, se llevó muy bien con ellos. Especialmente con Blue y Noah,
con los que ella parecía ser muy dulce. Sin embargo, no estaba molesto. Él y su lobo
sabían que Daria les pertenecía.
Pasaron un rato genial, comiendo, bebiendo, y disfrutando mientras una hora
pasó a ser dos, luego tres. La tarde fuera fue un éxito hasta que dos hombres de aspecto
sospechoso se acercaron a su mesa. Los recién llegados se centraron en Kalen,
entrecerrando los ojos. Nadie les notó al principio, pero Ryon sí, y soltó el nacho que
había estado masticando en su plato, limpiándose las manos. Entonces echó su silla
hacia atrás un poco, listo para saltar a la acción si era necesario.
Jax y Hammer notaron a los hombres e hicieron lo mismo. Uno a uno, la manada
se dio cuenta de la tensión, y la ligera conversación cesó. Ahora, Kalen estaba apoyado
en su silla, burlándose de los dos rudos y sucios hombres. Claramente, se conocían.
El hechicero era una imponente visión con su abrigo de cuero negro, el cabello
negro cayendo sobre los ojos verdes perfilados con khol que brillaban con fría ira. Solo
un idiota se metería con un hombre como él, y Ryon sabía que estos dos cualificaban de
sobra.
Los dos idiotas no tenían ni idea de que su estúpido amigo había terminado como
comida para demonios, literalmente; Malik se lo comió. Kalen sabía condenadamente
bien el destino que había acaecido al personaje más desagradable del pueblo, y no lo
sentía.
—Porque te peleaste con él aquí mismo, en este bar. Tenías motivos para
quererle muerto —dijo el hombre en tono desagradable.
—Por lo que he oído, también la mitad del condado. —Kalen ladeó la cabeza—.
Billy era un ladrón, un mentiroso, y abusaba físicamente de su familia. No conozco a
nadie que se preocupe tanto por él.
—¡Creo que eres un mentiroso! ¿Por qué no sales fuera para que mi amigo y yo
podamos darte una paliza?
Ante eso, Ryon y sus amigos de la manada se pusieron en pie. Ryon sonrió.
—Bien, ya que quieren hacer de esto una pelea injusta, ustedes dos pueden ir
contra todos nosotros. ¿Suena bien?
Ryon nunca había estado tan contento de ver al sheriff. Deveraux se apresuró
hacia el grupo y observó el enfrentamiento. Gesticulando con la mano a los dos
gamberros, tronó:
—¿Ustedes dos? Están excluidos del Grizzly, ¡idiotas! Márchense de aquí antes
143
de que los arrastre a prisión por perturbar la paz, por intoxicación pública, y cualquier
otra cosa que se me pueda ocurrir.
—Pero, sheriff…
—¡Márchense!
—Otra vez están en medio de la mierda. Dentro de nada voy a tener una úlcera
del tamaño de una jodida sandía. Y tú… —Señaló a Daria, y después a un hombre al otro
lado del bar antes de continuar.
—¿Ves a ése chico en esa mesa? Es reportero para un diario local, y le encantaría
entrevistarte sobre el cuerpo que encontraste, sin mencionar, quiénes son tus amigos y
qué infiernos estás haciendo con ellos. Quieres mi consejo —y nadie cojones parece
hacerlo— yo me iría antes de que se dé cuenta de que estás aquí y nos dé a todos un
montón de publicidad que nadie puede permitirse.
—Lo estoy.
—Váyanse, chicos —le dijo Jax a Ryon—. El resto de nosotros volveremos pronto.
144
Ryon tiró de Daria hacia la puerta, ignorando los gritos del reportero para que
esperasen. No estaba dispuesto a someter a su compañera a ninguna publicidad,
especialmente cuando podía herirla a ella o a su equipo a largo plazo. Mientras se iban,
vio un flash, y maldijo. Eso era todo lo que necesitaban, fotografías de la manada ahí
fuera en circulación y tal vez acabando en las manos equivocadas. Esperaba que el
sheriff o uno de los chicos las confiscaran.
—Lo hice —dijo ella, sonriéndole—. Nadie tiene la culpa de que el reportero
estuviese allí, e íbamos a irnos pronto de todas formas.
—Lo siento por ésos dos estúpidos —añadió Kalen—. Tuve problemas con ellos
y un amigo suyo hace tiempo.
—La gente como ellos vive para causar problemas, y nunca aprenden. No es
ningún problema.
Hablaron el resto del camino, Kalen compartiendo algunas de sus experiencias
como nigromante mientras Daria le escuchaba con cautivada fascinación. Cuando el
mago le ofreció dejarla asistir alguna vez a una sesión, ella declinó con una risa.
—Oh, no creo que hablarle a la gente muerta sea mi estilo. Sin embargo, me
encantaría ver algo de magia.
—Cuando quieras.
—¿Te quedarías conmigo esta noche? —Su pecho se tensó mientras ella
sopesaba su respuesta. Entonces la banda se aflojó cuando ella sonrió.
—Me encantaría.
145
—Ugh.
—Podría comer.
—Ja, eres un chico divertido. —Ella miró su culo prieto, decepcionada cuando se
puso un par de shorts sueltos.
Sí, así era. Podría acostumbrarse a tener a Ryon malcriándola. De todas las
formas.
En dos sartenes más grandes, vertió los huevos para poder hacerlos los dos al
mismo tiempo. Pronto, los vegetales salteados fueron añadidos, y después el queso y el
jamón. Cortando cuatro trozos gruesos de pan de masa madre, los metió en la tostadora.
—Esto es maravilloso. Tú vas a ser el que haga todo lo de cocinar en esta relación,
¿verdad? —Instantáneamente, ella se dio cuenta de lo que había dicho, y de lo que
significaba: estaba empezando a aceptar su vínculo. Lo que era más, realmente estaba
disfrutando de su compañero.
—Puedes apostar. Siempre que seas mía, cocinaré lo que tú quieras. Cuando tú
quieras.
Cuando habían acabado de comer, le ayudó a despejar la mesa y lavar los platos.
Cuando acabaron, él se giró hacia ella y se secó las manos en una toalla.
—Como nos vamos a transformar e iremos a jugar, sugiero que nos duchemos
más tarde.
—Suena bien. —En secreto, estaba temiendo el proceso actual de cambiar, y él
debió haber visto un atisbo de su repentina ansiedad.
—Oye, te dije que iba a estar bien, y lo dije en serio —dijo él, tomando sus
manos—. No te mentiría.
Al final, lo hizo. Mientras le seguía afuera hacia su patio, no puedo evitar que sus
rodillas temblasen.
—Mi patio está vallado, bebé. La verja está abierta y podremos entrar y salir sin
que nadie nos vea desnudos. Y si lo hicieran, nadie pensaría nada sobre eso.
—¿De verdad?
—No voy a perder quién soy, ¿verdad? Quiero decir, ¿seguiré siendo yo?
—Exactamente. Tú eres tú, el mismo ser inteligente, incluso en ésa forma. Tus
sentidos serán más agudos, mucho más que los de un lobo de verdad, y sentirás sus
instintos depredadores venir al frente, pero serás capaz de controlarlos. Tus decisiones
serán conscientes.
Era un alivio escuchar eso, especialmente desde que esta sería su segunda vez
en forma de lobo. Antes, ella había estado cegada. Impactada, asustada, y molesta. Hoy
podría ser diferente, con Ryon a su lado.
Ryon se bajó los pantalones cortos y dio un paso fuera de ellos. Luego el cambio
fluyó sobre su cuerpo, y en segundos su lobo gris estaba de pie ahí, esperando. Su voz
llego a través del vínculo mental.
«Me volví mejor con la práctica, pero el cambio nunca me sucedió tan rápido o tan
fácilmente hasta que tú llegaste a mi vida».
—Está bien.
Se deshizo de sus ropas y las colocó en una silla de patio. Luego se concentró,
casi riendo cuando encontró a su loba bailando de excitación como un cachorro. Era
extraño como eran diferentes, pero uno. Cuando el cambio sucedió, fue tan rápido que
apenas tuvo tiempo de jadear en sorpresa antes de que sus miembros fueran
149
remodelados, su cuerpo humano paso a dar paso a la loba. De repente estaba de pie en
sus cuatro patas, moviendo la cola.
«¡No dolió!».
«No es lo mismo para todos. Como dije, siempre fui un poco lento». Caminando
alrededor, olfateó su costado. «Trata de caminar, bebé».
La última vez, ella no estaba muy estable en sus pies. Pero ahora, era
definitivamente más fuerte, sus piernas se movían como debían. Era extraño que
supiera que hacer con cuatro patas, y que no se cayera.
«Puedes apostarlo».
Lado a lado, caminaron a través del césped. En el extremo más alejado la guio
por los árboles a través de un camino gastado. Por un tiempo simplemente disfrutaron
la compañía del otro mientras ella olfateaba el aire, absorbiendo todas las esencias que
los rodeaban. Algunas eran familiares, como plantas y tierra a la que estaba
acostumbrada mientras acampaba. Sin embargo, eran más nítidos, como un lente
llevado dentro de máxima definición. Otros eran extraños, fuertes, y se preguntaba si
pertenecían a la vida salvaje que había estudiado. Era bueno tener la adición de los
sentidos que le daban una clara imagen de lo que había conocido toda la vida. Después
de media hora caminando, él rompió en un galope.
«¡Fácil!».
«¿Ryon?».
La loba solo bajó la cabeza, un signo de sumisión. Pero si ofreció una respuesta,
Daria no pudo escucharla. Ryon mostro sus dientes, pero el intruso no retrocedió, o
pareció asustado. Ella mostró respeto, manteniendo su postura pequeña y no
amenazadora mientras volteaba. Luego lanzó una mirada sobre su hombro, tomó unos
poco pasos, y se detuvo expectantemente.
«Quiere que la sigamos. Justo como hizo cuando ella me guió hacia ti», le dijo Ryon
a Daria.
«¿Deberíamos?».
Daria no necesariamente estaba de acuerdo con que ellos deberían seguirla sin
tener a un par de miembros de la manada presentes. No estaba segura de ser de mucha
ayuda en una pelea, si llegaban a eso. Aun así, fue con su pareja, siguiéndolo entre la
maleza. No habían estado siguiendo a la loba por mucho cuando se quedó quieta, y
agachada, mirando fijamente a los árboles con un suave gemido.
«¿Hueles eso?».
151
Ella tomó un par de bocanadas.
«Exactamente. ¿Ves algo por ahí? Mira por esos dos árboles».
«Tal vez».
«Demonios. Nunca había visto nada así en mi vida. Tratamos de atraparlo el otro
día, pero nunca lo había visto así, como un hombre».
«¿Cómo es eso?».
El desagrado de su pareja ante eso, llegó a través de su vínculo fuerte y claro. Ella
no podía evitar lo que había notado, y no podía entender porque él se enojaría. Pero
mientras él corría de vuelta al campamento, se volvió más y más inestable. Al final
llegaron a su patio, y cambio. El cambio fue mucho más fácil esta vez, y ella se imaginó
que estaba sobre el bache y de camino a dominar su lobo. Pero su mayor preocupación
era Ryon, quien acechó dentro de habitación y esperó, con sus labios presionados juntos,
ojos azules enojados.
—¿Qué demonios sucede contigo? —Cruzando los brazos sobre su pecho, hizo
lo mejor que pudo para ignorar el hecho de que tenían una seria discusión mientras
estaban desnudos. Probablemente no sería la última vez.
—Obsesión para caballeros. Ya sabes, esa colonia que ha estado alrededor por
siempre. Era leve, pero estaba. Es divertido, solo conocí a un hombre que alguna vez la
usó…
—Ryon…
—¿Quién?
Ella suspiró.
—No. No estoy encantado de que algún hombre en el bosque quien ha sido 153
convertido en una bestia asesina te recuerde a un antiguo amante —gruñó.
—No es que pueda evitar como el hombre olía, ¡por Dios Santo! No puedo evitar
que la constitución del hombre incluso me recuerde a la de Ben… Mierda.
Ahora su pareja estaba enojada. Ella no había hecho nada malo, pero a la
mención de otro amor, incluso uno pasado, se volvía todo alfa con ella. Era molesto
como el infierno.
—¿Recuerdas como él olía? No por mucho. Porque te voy a follar, marcarte con
mi esencia hasta que no haya nada más en tu memoria que yo.
—Ryon —susurró ella. Él reclamó su boca, la besó hasta dejarla sin sentido, la
lengua explorando. Probando. Luego la levantó y la llevó hasta su habitación, donde
procedió a hacer valer su deliciosa amenaza.
Daria, su pareja, ¿recordaba el olor de Ben? ¿Su forma desnuda?
—Oh sí.
Antes de que él pudiera formar una respuesta, los labios de ella tomaron los
suyos. Gentil, urgente. Su lengua encontró la suya. Ella aspiró la respiración de él desde
sus pulmones, y la razón de su cerebro. Él amaba su sabor, la increíble sensación de
sentir su flexible forma tumbada sobre él. Daba tiernos besos a su mandíbula, la base
de su cuello y su pecho. Su lengua caliente hacía su magia, haciendo círculos en sus
pezones, rozándolos con los dientes.
Su mano bajó aún más por su estómago, finalmente encerrando su erección con
sus dedos. Frotándola, aumentando el fuego.
—Daria —susurró él. Sus dedos se clavaban en la sábana que estaba debajo de
él. Él se estaba quemando por tocarla, por enterrarse en su dulzura.
Ella se arrodilló ante él, su pelo largo colgando sobre su regazo, y estaba
rockeando su mundo. Con besos y caricias gentiles, dejándolo hasta que no pudiera
pensar. Fuera de sí. Ella lo poseía, y él se entregó voluntariamente.
—Daria, ¡siii!
Ryon fue besándola bajando por su cuello hasta sus pechos, devolviéndole la
atención que ella le había dado. Luego los ahuecó, disfrutando la suavidad y como
parecía que esos perfectos globos cabían exactamente en sus manos. Tomó los pezones
endurecidos entre sus dedos, sin apretar muy fuerte, pero lo suficiente como para darle
ese pequeño shock eléctrico que está al borde entre el placer y el dolor.
—Oh, sí.
Temblando con necesidad, cubrió a Daria, asegurando sus brazos en cada lado
de su cabeza. Juntándose íntimamente, se enterró en su pareja. Mordiendo sus labios,
la llenó lo más profundo que pudo. Sus jadeos resonaban en los oídos del otro, y ella
apretó sus hombros, alentándolo.
Ryon comenzó a moverse, amándola. Nunca, nunca nada más que eso. Ella lo
cubrió con calor, encajando perfectamente. Nunca nada tan perfecto, tan correcto como
enterrarse en esta mujer.
156
Mi pareja. Mía.
—Bebé.
Daria clavó sus uñas en su pelo, a punto de acompañarlo. Él empujó más rápido,
fuerte, sellándolos tan juntos que no podía saber dónde terminaba su piel y comenzaba
la de ella. Estaban unidos completamente, un alma. Una mente.
—¡Ryon!
Enredó sus piernas alrededor de su cintura y encontró sus impulsos con total
abandono, triturándolo. Entró en ella una y otra vez, enviándolos en un espiral al
espacio. Ella se puso rígida con un gemido, colgándose de él, y él se dejó ir. Temblores
los sacudieron, convirtiéndose en gentiles balanceos, como un niño en su cuna.
Ella suspiró.
157
Diezn
Traducido por: Paulii~, Gabbii, Eva Masen-Pattinson, rihano & IzzieyAutumn
Él estaba tan serio como Ryon nunca lo había visto, y fue rápidamente al grano.
—Quería hablar con ustedes dos antes de informar a los otros. Pasé un gran
tiempo después de nuestra conferencia el otro día buscando a través de los archivos del
laboratorio sobre el sujeto prueba 356.
158
—El que mencionó Kalen —dijo Ryon.
—Iba a venir y decirte solo, pero hoy temprano, Daria y yo vimos a la criatura
cuando salimos a correr. En realidad, lo vimos como un hombre al principio y luego,
cambió convirtiéndose en la criatura.
Ninguno de ellos tenía idea de a dónde estaba yendo. Seguramente no era donde
Ryon se había imaginado.
—En los archivos, el nombre del sujeto prueba 356 estaba registrado en un solo
documento que tomó bastante rato encontrar, y casi lo pierdo. —Él miró a la compañera
de Ryon—. El nombre no habría significado mucho si Jesse no hubiera llamado el otro
día, diciéndome que tu papá había estado tratando de contactarte.
—Lo siento. Pero el nombre del sujeto 356 era Ben Cantrell.
—Desafortunadamente, sí. Jesse llamó por algunos favores, nos consiguió una
muestra de ADN del cabello en el baño de Cantrell. Nuestro propio laboratorio llevó a 159
cabo la prueba de ADN, haciendo una referencia cruzada con muestras de saliva de la
criatura que fue encontrada en las víctimas.
—No.
Su voz se tembló.
Parte de Ryon odiaba que estuviera tan triste por su exnovio. Pero ella se había
preocupado por el hombre en un tiempo, y tenía un buen corazón. No podía ser fácil
escuchar esto sobre alguien a quien conocía, así que él forzó hacia abajo su irritación.
Además, se recordó a sí mismo, su compañera acaba de pasar una tarde amándolo.
Mostrándole a Ryon que ella era de él.
—Por supuesto —dijo ella, las cejas hundiéndose juntas—. Fue justo después de
que empezamos a salir. Pero, ¿qué tiene que ver él defendiendo al tío August con nada?
—Bastante. No pretendo ser poco delicado, pero, te das cuenta que tu tío no era
inocente de los cargos que Cantrell logró descartar, que está involucrado en un montón
de tratos nefastos, ¿verdad?
—Eso es por lo que nuestras visitas a su finca fueron menos al paso de los años.
Él y mi papá nunca pudieron verse a los ojos por esa parte de la vida de August. Tan
interesante como este viaje por el camino de la memoria de mi disfuncional familia es…
—¿También sabías que tu tío tiene tratos con un rico empresario bajo el nombre
de Evan Kerrigan?
Ryon gruñó.
—Ojalá pudiera.
160
—¿Alguien puede ponerme al tanto? ¿Quién es Evan Kerrigan?
Nick contestó.
—Kerrigan era un alias usado por Malik, el Rey Unseelie, en su disfraz humano.
—¿Estás diciendo que mi tío estaba en toda esa experimentación enferma que
les hizo a los cambia-formas? ¿Qué… qué de alguna manera él es culpable de lo que se
le hizo a Ben?
—Eso es exactamente lo que estoy diciendo —le dijo Nick—. Cuando ahondé
más profundo en la historia de tu tío, descubrí que el doctor Gene Bowman era un buen
amigo suyo. Tu tío era un benefactor financiero de él, junto con Malik.
—¿Así que crees que su tío tenía un ojo sobre Ben como un sujeto de prueba,
esperó su momento, y entonces, cuando Ben y Daria rompieron, él tomó la oportunidad
para robarse al pobre bastardo?
—Estoy bastante seguro que así fue como sucedió. Ahora, sé que August
Bradford mantiene todos sus archivos en su computadora en casa. Nunca confió en
dejarla en una oficina en algún lugar. Están más seguros con él.
—Me alegra que te sientas de esa forma, porque tengo un trabajo para Ryon. Y
la trampa es, que él va a necesitar que lo acompañes.
—Um, hola. Tu compañera esta justo aquí, y puede tomar sus propias decisiones
—silbó enojada.
—Daria…
Ella no iba a ser persuadida. Su corazón se hundió cuando se dio cuenta que
ganar esta batalla le costaría una larga corrida. Si la dejaba atrás, él dañaría la
importante confianza entre ellos. Hijo de puta.
—Bien.
Nick siguió.
—Creo que está en su computadora con todo lo demás que necesitamos. Pero
necesitamos a Daria para conseguir que ustedes dos entren y salgan. Ella conoce la
disposición de la finca de su tío, sus hábitos. Ella lo conoce.
—No. Esta tiene que ser una operación silenciosa. Aric y Jax los dejaran allí.
Ustedes dos entran, acceden a los archivos, salen sin ser detectados. Ellos los recogen
de nuevo y ponemos al laboratorio a trabajar en el suero. La próxima vez que se
encuentren a la criatura, se le administrará una dosis.
—Eso es mucho que pedir. —Ryon sacudió la cabeza—. No me gusta. Quiero que
ella se quede aquí.
—Haré esto simple: sin ustedes dos, la operación fallará. Saben que no interfiero
con el libre albedrío, pero estoy estableciendo los hechos. La decisión es de ustedes dos.
—Quizás algún día consigamos otra dosis del antídoto, y el resto de los archivos,
pero ese día estará lejos en el futuro. Mientras tanto, vidas se perderán sin esa
162
información: algunas de ellas cercanas a nosotros.
—Lo haremos.
Una vez que ella se había ido, Ryon planteó su pregunta ardiente.
—Algo así. —Su voz era fuerte—. Pero si sé que la necesitas en esta operación.
Si ella no va, la operación fallará. Y tú no lograrás llegar a casa en absoluto.
—Lo haré. —Él estrechó la mano de su jefe, luego le dio una leve sonrisa—. Hasta
que regrese a casa.
—Apuéstalo.
En ese momento, Ryon no cambiaría de lugar con Nick ni por todo el dinero del
mundo.
Aric y Jax los habían dejado a millas de distancia de la finca August Bradford con
la promesa de que Ryon se mantuviera en contacto, y con la promesa de contactar con
ellos en el instante en que supieran que estaban listos para la extracción. Con antelación
si es posible.
El plan era recogerlos en el mismo lugar. Pero los planes tenían una manera para
ser terribles.
Ryon pensó que Daria había soportado el viaje en helicóptero bastante bien,
teniendo en cuenta su miedo de volar que mantenía sus nudillos blancos. Había
agarrado su mano con fuerza todo el tiempo, con el rostro ceniciento, pero nunca se
quejó. Después de que habían sido dejados, habían ido de excursión el resto del día, y
durmieron esa noche. Se levantaron y volvieron a caminaron de nuevo. Además del
calor, el sudor y la comezón, el viaje transcurrió sin incidentes. Escalofriante. Eso debió
de haber sido una idea de que las cosas estaban a punto de ir hasta a la mierda.
—Lo haré.
No había creído que tenía un lugar en su mundo. No había querido aceptar que
no tenía nada en su propia vida y lo había tomado como rechazo.
Muy bien. Tenía que seguir diciendo eso cada día y tal vez un día la mentira
desaparecería.
—Vamos, vamos…
165
La caja molesta caja de seguridad pareció de nuevo, exigiendo la contraseña
correcta.
Las pruebas suficientes para poner a August fuera para siempre, estaban en la
punta de sus dedos. Y no podía llegar a ellas.
«Apúrate».
Miró por la ventana hacia el cielo estrellado y tuvo que resistir golpear el puño
sobre la mesa de la frustración. Necesitaba más tiempo, y no quedaba.
Tal vez se iría dejándole una nota a su tío de burla para darle una sorpresa aún
más desagradable. Con este pensamiento gratificante, se fue a la habitación de invitados
y cerró la puerta, apoyándose contra ella para calmar sus nervios. Empujando hacia
atrás un mechón de pelo largo y negro que se le había escapado de su cola de caballo,
dejó escapar un profundo suspiro.
Luego se dirigió a las puertas francesas. Iba la mitad del camino antes de que la
golpeara.
¿El armario?
Demasiado tarde, Daria plantó los pies y se tensó, lista para hacer frente a la
amenaza invisible. Se desplegó una perturbación en el aire contra su espalda y antes de
que pudiera volverse, un musculoso brazo se envolvió alrededor de su cintura,
jalándola hacia atrás con fuerza. Se le fue el aliento mientras se golpeó contra la forma
inflexible de un cuerpo masivo. Un cuerpo familiar, junto con aroma masculino de la
tierra y el sudor que hacía que su loba aullara con deleite.
Daria se apuró para que coincidiera con su paso mientras él tiró de ella hacia
fuera en la mañana. Rodeó la parte posterior de la casa, haciendo su camino a la zona
más apartada del compuesto, pero se detuvo. Inmóvil, escuchó durante un largo
momento, sus ojos se estrecharon. A la mañana se había aclarado suficientemente que
podía distinguir su perfil y el ceño preocupado tirando hacia debajo de las comisuras
de la boca.
Él levantó una mano para hacerla callar. Un minuto estaba deslizándose. Luego 167
dos. Daria comenzó a impacientarse y empezó a decirle, pero la interrumpió en el
susurro.
—Shh…
Daria dio puso los números mientras se dejaba caer en cuclillas, metiendo la
pistola en la cintura del pantalón y tomando la M16 de su espalda. Había muchos.
Pareció patético, un hombre solitario contra la fuerza de August. Como una hormiga
mordiendo un elefante.
—¡Ve! ¡Ve!
Daria se puso de pie y golpeó el botón para cerrar las puertas nuevamente,
entonces él la arrojó hacia la abertura. Las puertas comenzaron a cambiar de dirección,
y él logró deslizarse detrás de ella antes de que se cerraran.
«Todo mío».
«Sí, tuyo», aceptó él. Sus esculpidos labios voltearon hacia arriba en su hermoso
y angular rostro. Una sonrisa burlona, se extendía desafiante.
—Esa fue una épica y maldita falla —se quejó ella—. August sabía que íbamos a
llegar o descubrió nuestra presencia después de que llegamos. Ahora, ¿qué hacemos?
—Nos marchamos, hacemos que el equipo nos recoja. Tenemos que averiguar
otra manera para obtener lo que necesitamos.
—¡Sí, si lo vale! —Enojada, soltó su mano—. ¡Ben vale el riesgo! ¡Es un buen 170
hombre que no merece lo que le han hecho!
Sus entrañas se revolvieron. Ben otra vez. Siempre el maldito Ben Cantrell,
parado en medio de él y su compañera.
¿Tenía ese hombre una idea del regalo que había perdido por descuido? Su largo
cabello negro estaba recogido en una cola de caballo y colgaba hasta la mitad de su
espalda. Sus largos ojos cafés estaban en un rostro que avergonzaría a cualquier ángel
del cielo. Pequeñas líneas en las esquinas de sus labios evidenciaban a una mujer
apasionada que a menudo encontraba mucha alegría en su mundo. La frialdad en su
mirada ahora lo hacía detestar la pelea en la que se habían metido.
Ella se calmó.
—Tal vez debas averiguar de una vez por todas que es lo que quieres, eso es todo.
Vámonos.
Dios, esta iba a ser una escalada muy larga. Podía sentir a Daria verlo con odio a
sus espaldas.
«¡Idiota arrogante!».
No. No iba a dejar que el enojo de ella le afectara. Mejor que estuviera enojada
con él a que los hombres de su tío los encontraran.
—¿Qué tan lejos tenemos que caminar? ¿Asumo que harás tu cosa telepática y
lograrás que el equipo nos recoja?
—¿Qué otra opción tenemos? Nuestras formas de lobo pueden aguantar mejor 171
el viaje, pero tenemos que abstenernos de eso porque necesitamos nuestros
suministros. Además, estás en forma —señaló él—. Pasas la mitad del año en el
Shoshone investigando.
No era capaz de forzarla a hablar más de lo que podía hacerla ver que la retirada
era lo mejor. Así que comenzó a caminar, manteniendo el ritmo rápido pero
asegurándose que ella estuviera cerca. Mientras seguían, contactó a su comandante.
«¿Nick? La operación falló. Entramos, pero de alguna manera August sabía que
estábamos ahí».
«Está bien. Déjenme saber cuándo estén cerca y llegaremos a ustedes. Y Ryon, ten
cuidado».
«Lo tendré».
No estaba seguro de qué tan lejos iban, pero debió de ser horas antes de que su
voz sin aliento cortara su pensamiento.
—¿Y darle a August una oportunidad de alcanzarnos? Claro, por qué no. Tal vez
estará tan contento de verte que me matará y te perdonará. Será una reunión familiar
normal.
Ryon se tensó, luego estrechó su mirada en la dirección por la que habían venido.
Ryon siguió, indiferente a su temperamento. Pararon solo una vez más para
tomar un poco de agua.
—¿Tienes hambre?
—Nop. Pero tengo carne seca, unos MRE, y barras de energía. O siempre
podríamos despellejar a una lagartija.
Ryon guió el camino hacia una masa retorcida de vid y el descuidado follaje.
Cerca de veinte yardas, localizó un punto donde las hierbas del bosque y alrededores
habían formado una burbuja perfecta para ocultarlos.
—Hará más calor que en Hades con la carpa cerrada, pero debemos estar
relativamente a salvo de las cosas que caminan, gatean y se arrastran.
—Podríamos dormir afuera en nuestra forma de lobos —dijo ella—. Sería más
fresco.
—Lo sería, pero si los hombres de tu tío nos encuentran tendremos que correr y
dejar todas nuestras cosas. —Encogió sus hombros—. Supongo que podríamos hacer
eso. Solo tendremos que beber de los manantiales y cazar como verdaderos lobos para
comer.
Ella arrugó su nariz.
—Por mucho que esa idea le gusta a mi lobo, la idea de comer carne cruda de
animal no me llama la atención.
—No, a menos que desees escribir un mensaje con luces de neón diciendo a
August dónde encontrarnos. —Él le dio una mirada de consideración—. O tal vez
quieres aclarar cuentas con él.
—Lo siento. El Four Seasons8 parece haber perdido mi reserva para esta noche.
—No quise sonar como una perra. Bajo estas circunstancias, estás haciendo tu
mejor esfuerzo, y te he dado un tiempo difícil. Quiero que sepas que tú eres lo más
importante para mí.
—¿Lo soy?
—Esto es algo difícil de lo que hablar para mí. —La emoción brillaba en ojos
color whisky de ella. Después de un largo momento, él comenzó su historia mientras las
sombras se alargaban en el bosque—. Había seis de nosotros juntos en el equipo SEAL:
Jax, Aric, Zander, Micah, Phoenix, Raven y yo. Estaba tan caliente ese día, que estábamos
a punto de derretirnos.
Micah sonrió.
—Con la ayuda de las ladillas que atrapaste de esa mujer en el último pueblo.
Algunos de los chicos se rieron, pero Ryon no estaba prestando mucha atención.
Él estaba pensando en su madre y su hermana, preguntándose si lograría salir de este
agujero del infierno de mala muerte para verlas de nuevo. Olvida el sexo. Dulce bebé
Jesús, lo que no daría por un enorme plato de tarta de melocotón de su madre cubierta
con helado de vainilla.
Ryon miró con horror. La cosa que irrumpió a través del follaje a su izquierda se
paraba erguida sobre dos patas, y tenía más de dos metros de altura. Cubierto con una
gruesa capa de piel marrón grisácea, tenía un torso largo, dos brazos, hombros
musculosos, y una cabeza luciendo dos orejas en posición vertical y un largo hocico
gruñendo lleno de dientes afilados. 176
Parecía una criatura que era mitad hombre, mitad lobo. Él y su equipo se
quedaron mirando, con las bocas abiertas, los dedos congelados en sus gatillos.
Cómo las cosas podrían haber sido salvadas y el desastre evitado, ellos nunca lo
sabrían. Porque su compañero Jones comenzó a gritar, disparando balas hacia el pecho
de la bestia. Después de eso, todo se fue a la mierda.
Ellos abrieron fuego justo cuando varias bestias más salieron del bosque.
Rápidamente se hizo evidente que, si bien sus balas podían herirlos, se necesitaría algo
con mucho más poder para matarlos. Aric se puso en cuclillas y buscó
desesperadamente una granada mientras sus amigos caían a su alrededor, librando una
batalla que no podían ganar. El que había matado a Jones sacudía a Raven como un
muñeco de trapo, liberándolo, y corrió hacia Aric, quien dejo volar una granada. Esta
golpeó a los pies del objetivo y explotó, enviando a la maldita cosa al infierno. Pero no
fue suficiente.
Micah cayó, su cuchillo en la mano, cortando la garganta de uno. Pero otro saltó
sobre él, y su lucha fue de corta duración, su grito terrible. Jax cayó al lado, luego su
comandante Prescott, Zan, Nix, y muchos otros. Todos ellos, uno por uno. Muertos o
moribundos.
Frenético, Ryon llamó a su don de telépata. Era todo lo que tenía. «¡Ayúdeme,
alguien! Oh, Dios…». 177
Garras afiladas rasgaron el estómago de Ryon y sus gritos agónicos se unieron a
los de sus compañeros. No había nadie que ayudara. Nada que hacer. La criatura tiró de
él y desgarró su cuello con esos enormes dientes, la sangre empapándolos a ambos.
Vagamente, se volvió consciente de Aric gritando su rabia a las bestias.
Cuando la criatura dejó caer a Ryon, él vio lo imposible: Aric desencadenó una
explosión de fuego de sus palmas. Las llamas se dispararon y alcanzaron a una de las
bestias, la que cayó al suelo, chillando y retorciéndose mientras ardía. Aric prendió
fuego a tres lobos más, luego a más todavía, hasta que se agotó el fuego. De repente, las
llamas murieron, y una de las bestias restantes avanzó, usando una expresión siniestra
que podría pasar por una sonrisa. Aric se enfrentó cara a cara, sin retroceder.
Si la cosa lo entendía, Ryon no podría decirlo. Pero eso corrió hacia Aric, y su
amigo se preparó. La bestia lo llevó al suelo y su espalda golpeó duro mientras Aric
quitó la anilla de una granada.
El lobo llevó su nariz a la de Aric, la boca abierta, los colmillos goteando con
muchísima saliva. Aprovechando su apertura, Aric estrelló su puño en la garganta de la
bestia, empujando su brazo tan lejos como este iría. Inmediatamente, la cosa jadeó y se
sacudió hacia atrás por reflejo, arañando su hombro y brazo para desalojarlo. Aric se
tambaleó tan lejos de la bestia como pudo.
Ryon yacía allí, su líquido vital fluyendo de su cuerpo. Es extraño que en este
lugar de calor abrasador, él pudiera sentir frío.
Ryon no podía ver en absoluto y apenas podía oír para el momento en que una
mano tocó su hombro.
—Ryon, aguanta —le ordenó Zan desde algún lugar lejano—. Soy un sanador, y
vas a estar bien.
178
El calor comenzó a extenderse a lo largo de sus extremidades. Pero a pesar de la
capacidad de curación de su amigo, pasaría un muy, muy largo tiempo antes de que
cualquiera de los sobrevivientes de este horror estuviera bien.
Pasarían meses, antes de que él estuviera lo suficientemente bien para saber que
su madre y Lisa habían muerto en un accidente de coche, en camino hacia el aeropuerto.
Ellas habían estado tratando de llegar al lado de Ryon.
Estaba solo en el mundo, y no pudo evitar pensar que habría sido mejor si él
hubiera muerto, también.
—Eso fue hace años, y mi mamá y hermana patearían mi culo por pensar de esa
manera. Es lo que me hizo superarlo.
Su respiración se detuvo.
—Sí. Más que nada. Sé que no hemos estado juntos mucho tiempo, pero lo sé.
Justo ahí, le despegó el jersey. Liberó sus pechos y tiró el sostén hacia el lado.
Gimió cuando ella se reclinó hacia él, mordisqueando su mandíbula y su cuello, sus
manos explorando su pecho y estómago.
Sus bocas se encontraron en un choque, su deseo creciendo como una marea roja.
Ella olía tan jodidamente bien para su lobo, y cuando se movió sobre él, casi hizo que se
viniera como un adolescente. Sus lenguas se enredaron y probaron, y él se movió contra
ella, dejando claras sus intenciones.
Sus colmillos se alargaron, y con un rugido bajo y salvaje, los hundió en la suave
piel de su hombro. Ella gritó mientras su dulce esencia inundó su boca. Era mucho más
asombroso que el mordisco que le había dado para salvar su vida. Sus sentidos se
detonaron, al mismo tiempo que su liberación sexual.
Daria lo amaba.
Eso era todo lo que necesitaba en éste mundo. En paz, cayó en un sueño profundo.
180
Un poco de remordimiento punzó la consciencia de Daria. Le quería hasta el
punto de distraerla, y eso es lo que hacía su decisión tan difícil.
Como sus compañeros de manada, Ryon era terco hasta la médula. Una vez había
escogido su camino, no había forma de alejarlo de él. La estaba llevando fuera del
territorio de su tío, para encontrarse con su equipo. Ellos se irían y ella jamás tendría
otra oportunidad de detener las nefastas prácticas de August.
Ella no podía irse y seguir con su vida con la consciencia tranquila sabiendo que
August estaba saliéndose con la suya con crímenes peores que el asesinato. Ella no se
arriesgaría a que volviera a perseguir a su familia y sus amigos.
Ryon rodó lejos de ella, gruñó un poco, y se quedó callado. El remordimiento de
Daria atacó a su consciencia hasta mucho después de que su respiración se hubiese
estabilizado en su sueño.
181
Oncen
Traducido por: *eliza*, KarouDH & Mika
Frío al tacto. Él pasó una mano por su cabello en frustración. ¿Cuánto tiempo
hacía desde que ella se había ido? ¿Cinco minutos o cinco horas? Tomaba una cuestión
de pocos segundos reunirse con la muerte en el bosque, especialmente por la noche.
Dulce Jesús. Desde que la visión nocturna de su lobo no funcionaba bien a menos
182
que estuviera en esa forma, buscó y encontró la linterna que había llevado dentro de la
tienda. Debido a que la luz podría alertar a cualquiera de los matones de August
acampando cerca, la había guardado para usarla solo en una emergencia. La idea de
Daria tropezándose con una banda de hombres armados con fusiles de asalto, o con Ben
en su forma bestial, estaba más que calificado.
Miró su reloj. Pasaba de la medianoche. Ella tenía como mucho dos horas de
adelanto. Cuando la encontrara, le sacudiría los dientes hasta dejárselos flojos. ¿En qué
estaba pensando? No lo hacía, simple y llanamente. Ella había dejado que la emoción
superase el buen juicio e intensificó el peligro en el que ya estaban.
—¡Maldita sea!
Los lentes de visión nocturna habían desaparecido. Harían el viaje mucho más
fácil para ella. Si tenía una gran ventaja, estaban en serios problemas. Echando un
vistazo a la brújula en su reloj, consiguió su rumbo.
Ryon apostó a que ella había circulado en torno al norte, luego hacia el oeste para
permanecer a la izquierda de los matones de August y mantener el río a su derecha.
Cientos de miles de bosques vírgenes se extienden hacia el sur, por lo que parecía
razonable que no tomara ese camino.
A menos que hubiera imaginado que él lo vería de esa manera. Murmuró otra
maldición. Cristo, esto era un lío. Al final, se decidió por la ruta noroeste. Su instinto le 183
decía que ella elegiría la forma más rápida, y segura para llegar a su objetivo. No era lo
bastante terca para arriesgarse a perderse solo para quitárselo de encima. Eso esperaba.
La caminata fue algo lenta. Su linterna, aunque poderosa, podía iluminar solo
unos pocos pies delante de él debido a la densa maraña de plantas que servían como
barrera entre él y lo que podría estar esperando más allá de ellos. El mundo terminaba
en la oscuridad a cinco pies delante de su cuerpo y se deslizaba a su espalda. Era una
sensación espeluznante sin la que no podría hacerlo. Incluso su lobo se quejó.
—¡Está bien, no te hará ningún bien correr! —gritó él—. Tendrás suerte si no
nos esposamos juntos, compañera.
—En mi camisa.
Hijo de puta.
—¿Frente o espalda?
—Apúrate.
Luego hizo un corte de cada manga con el fin de permitir que la prenda se 185
apartara de su piel sin empujar a la serpiente. Por último, tiró de la camisa de su cintura,
en tortuosa pulgada a pulgada, hasta que todo lo que quedaba por hacer era levantarla,
aventarla y todo.
Moviéndose alrededor hasta llegar al frente de ella, Ryon se arrodilló entre sus
piernas separadas. El sudor resbalaba por sus ojos. Él se pasó un brazo por la frente, y
luego comenzó a tirar de la camisa, recogiéndola en su estómago. Miró su cara pálida y
asintió.
Ryon deslizó cuidadosamente una mano debajo del bulto, y la otra arriba. Tuvo
que resistir la fuerte necesidad de tambalearse en sus pies y lanzar la criatura. Un
movimiento repentino, resultaría en uno de ellos siendo mordido. Con piernas
temblorosas, se puso de pie con una lentitud agonizante. Mientras lo hacía, una parte
del material mutilado se deslizó de la criatura para revelar su patrón de cabeza y color.
—¡Oh, Dios! —La voz de Daria se rompió y hundió la cara entre sus manos, los
codos en sus rodillas—. Me senté a descansar y esa cosa se arrastró hasta mi brazo y mi
camisa. No me podía mover.
Ryon la alcanzó en dos zancadas y se sentó a su lado. Sin pensarlo, envolvió sus
brazos alrededor de ella y la atrajo contra su pecho. Su cuerpo saltó a la conciencia
dolorosa de ella apretándose cerca, temblando, su piel suave como la seda bajo sus
palmas ásperas. Su cabeza oscura estaba escondida debajo de su barbilla, con una mano
agarrando la parte delantera de su camisa como si nunca la hubiera dejado ir. Actitud
protectora feroz se hinchó alrededor de su corazón, haciendo que su pecho doliera.
—Está bien —canturreó él—. Estás bien. Estoy aquí, bebé. —Murmuró otras
cosas también, palabras melodiosas que sabía que ella no atraparía, pero no tenía que
saber su significado para que pudieran calmarla. Ella empezó a relajarse.
—Nunca corras de mí otra vez —dijo él con voz áspera—. Nunca. Júramelo.
186
—Lo juro.
Él se aclaró la garganta.
—No solo a él. A todos los que han sido arruinados por él, Bowman, y Malik. Esta
podría ser nuestra única oportunidad.
¡Mujer exasperante!
—Pensaré sobre eso, pero es todo lo que diré. —Ryon se puso de pie y le ofreció
la mano—. ¿Tienes una camiseta extra? —Un rubor coloreó sus mejillas y rabia brilló
en sus ojos, pero ella asintió y tomó su mano, permitiéndole ayudarla.
—Nunca se sabe cuándo un trapo puede ser útil —especuló ella, guardándola
dentro de su mochila.
Un destello de metal a través de los árboles fue captado por el rabillo del ojo un
segundo antes de que se girara, colocando la M16 en su hombro.
Ella negoció entre la maleza como un ciervo veloz y él tuvo que trabajar para
atraparla. Apenas escuchaba el rítmico toque de las armas sobre la sangre corriendo
por sus venas. Casi la había alcanzado cuando ella se tropezó con una raíz y cayó de
frente con un grito. Él se detuvo un momento suficiente para agarrar la parte trasera de
su camiseta, tirar hacia arriba con fuerza, y la arrastró en su estela.
Ramas y vides golpeaban sus rostros y ropa, rasguñando sus brazos. Aunque, no
importaría mucho con una bala en cada una de sus espaldas, especialmente si los
hombres estaban usando plata. Pero eso palidecía en comparación con los horrores que
August era capaz de hacer si eran capturados vivos.
Ryon empujó más fuerte. Tomando una desviación hacia el sur, esperando sacar
a los hombres del rastro. Ellos lo buscarían cerca del río, así que él haría lo contrario.
Después de un tiempo, los disparos y maldiciones desaparecieron, así que parecía haber
funcionado. Se detuvo, sosteniendo rápido el brazo de ella, y escuchando.
El tiempo se estiró y los silbidos de los coloridos pájaros alrededor de ellos 188
resurgieron. Ryon dejó salir la respiración que había estado conteniendo. Gracias a
Dios, habían perdido a los matones.
—Estás sangrando.
Ryon echó un vistazo. Un raspón estaba estropeando sus bíceps donde una de
las balas lo había rozado. La sangre hacia un rastro delgado bajando por su brazo y caía
por dedos. Se encogió de hombros.
—Sanaré. Sigamos moviéndonos. —Dándole un rápido beso, Ryon captó un
destello de la exasperación que corrió por su rostro antes de que él tomara su mano,
girara, y avanzara a través de los árboles.
Ryon los empujó hacia el este tan rápido como podía a través de la densa maleza.
Daria había estado en silencio durante varias horas, sosteniéndose sin quejarse o
preguntarle de nuevo sobre regresar. Solo se habían detenido dos veces para un rápido
trago de agua y un corto descanso.
Ella detestaba darse por vencida. Él la estaba forzando a darse por vencida a
encontrar la cura para Ben, al menos temporalmente.
Un suave gemido sonó a su espalda. Tenían que arrastrar su culo para estar un
paso por delante de August y alcanzar a la Manada muy rápido. Aun así, ella no se quejó.
Ella murmuró:
—Se ve bien —aprobó Daria—. No creo que nadie que pase cerca pueda verlo.
—Claro. ¿Hambriento? —Movió una mano al suelo tras ella. Las dos tazas de
metal habían sido puestas en una manta, junto con una tira de carne seca para cada uno
de ellos—. Estofado de carne instantáneo. Estoy hambrienta y de algún modo 190
volviéndome menos exigente conforme pasa la hora.
Se sentaron con las piernas cruzadas en la manta de cara uno al otro. Daria tomó
su tazón, olfateó y arrugó la nariz.
—Sabes, esto no es tan malo y estoy acostumbrada a ello, pero existe algo un
poco perturbador sobre la comida que crece cuando agregas agua. ¿Cómo es que hacen
eso?
Ryon rió, y ella sonrió de vuelta. Su corazón hizo un divertido salto en su pecho.
—Yo diría que tú eres uno de esos grandes misterios. —Ella, moviendo su
cuchara hacia él—. Tan interesante como la vieja carne seca, y dos veces más rudo.
—Sí, mejor para con los cumplidos antes de que mi ego me explote el cerebro.
—Lo siento. Supongo que me estoy poniendo impactante. —Dudó, luego lo
observó pensativamente—. Háblame sobre ti o tu familia
—¿Dónde creciste?
—Atlanta, Georgia, la axila del sur. —No ofreció más y ella bajó su tazón,
lanzándole una mirada exasperada.
—¿Qué?
Su garganta se apretó.
—Fue hace mucho tiempo. Y tuve a mamá para que estuviera conmigo, bendita
ella. —Él sonrió—. Lisa vino después, de su matrimonio con mi padrastro.
9Marines o USMC: Es una rama de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, especializada en misiones
anfibias, es responsable de proporcionar proyección de fuerza desde el mar, para desplegar rápidamente
fuerzas de armas combinadas.
—¿Alguna vez lo ves?
—Él es el mejor. Cuando se retiró de estudiar lobos, no pude esperar para tomar
donde él lo dejó. Somos muy cercanos, pero no nos vemos tan seguido como nos
gustaría.
Ninguno de los dos se sintió muy hablador después de eso. En silencio, limpiaron
sus tazones y utensilios con hojas, las cuales enterraron para evitar atraer visitantes
nocturnos no deseados. Sin nada más que hacer, se prepararon para dormir. Daria se
cambió a un par de pantalones cortos, murmurando que hacía demasiado calor para
dormir en pantalones. 192
Ryon trató de no observar mientras ella emergía, pero no lo logró. Sus largas
piernas eran esbeltas, tonificadas y bronceadas. Podía imaginarlas claramente
envueltas alrededor de su cintura mientras entraba en ella. Él nunca se cansaba de
tomarla. Pero no esta noche. Necesitaban descansar.
—Dios, desearía poder arriesgar por lo menos una onza de nuestro suministro
de agua para lavarme. —Ella envió una mirada de deseo a la cantimplora próxima a su
mochila.
Maldito seas, Ben Cantrell. Se deslizó hacia un sueño intranquilo, el eco de los
gritos de Cantrell lo atraían hacia la oscuridad.
«¡Ryon!».
«Perdóname, perdóname…».
—¡Ryon!
Daria asintió y pronunció «Ten cuidado». Él le devolvió lo que esperaba que fuera
una sonrisa tranquilizadora, luego agarró el rifle y se deslizó fuera de la tienda.
Apuntando el rifle apoyado en su hombro, esperaba que su aparición desatara el fuego. 194
Nada.
—¿Estás seguro?
—Estamos respirando. Por ahora, con eso debe bastarnos. —Ryon se detuvo,
considerando la prudencia de su próximo movimiento—. Necesitas un arma.
—No estoy preocupado por tus habilidades. Solo apunta y dispara si tienes que
hacerlo, pero cuídate del retroceso.
La estudió dudosamente.
Sus ojos se expandieron mientras ella se acercaba hacia él, poniendo sus palmas
en su pecho.
Ella arrojó los brazos sobre su cuello y lo besó ruidosamente. Él tuvo que forzar
a su mente para no tomarla allí y en ese momento, sin importar que tanto quisiera
hacerlo. De mala gana la dejó ir y se prepararon.
—Gracias. No puedo recordar cuando fue la última vez que estaba ansioso por
comer aserrín comprimido. —Él desenvolvió la barra y comió la mitad de esa cosa
horrible en un solo bocado—. Estoy tan hambriento, que daría a mi primogénito a
cambio de un plato de huevos con tocino.
—Gracias, Doc. Eres una mujer de muchos talentos, mi compañera. —Sus labios
subieron.
Mientras iban de vuelta, haciendo una gran desviación para evitar a cualquiera
de los matones que podría haber quedado en el camino, se comunicaron con Nick.
«Cambio de planes, jefe. La mayoría de los hombres de August nos pasaron, así que
estamos volviendo para tomar otra oportunidad para conseguir evidencia».
Ryon se tensó.
«¿Qué está sucediendo?».
«Supongo que está yendo detrás de August, de ti o de Daria. Quizás sienta que Daria
se ha ido. Mantén tus ojos abiertos».
197
«Muy divertido, jefe. ¡Es malditamente invisible!».
«No completamente». Le recordó Nick. «Busca los patrones irregulares cerca de ti,
como el efecto de un caleidoscopio. Puedes reconocerlo».
«Gracias, Nick».
«Hablamos luego».
Su rostro palideció.
—Ahora tenemos que conseguir la cura. Estamos quedándonos sin tiempo, y no
tenemos nada efectivo con que luchar contra él.
Él asintió.
Mientras reanudaban la caminata, una sombra pasó sobre su alma. Esta era una
misión suicida.
198
Docen
Traducido por: ItBurnsLikeIce, Jeyd3, mtomasm & Kirara7
Pero ella había hecho su camino por el duelo, y había salido por el otro lado. 199
Después de un largo y desolado trecho, Ryon había despertado el anhelo de ser tocada,
sostenida. Envuelta en los brazos de Ryon, ella finalmente supo lo que significaba
encontrar la otra mitad de su alma.
—Mira esto.
Ryon paró en su camino, mirando hacia adelante. El camino los había llevado a
un pequeño estanque del tamaño de un cuarto de un campo de fútbol. El grueso follaje
rodeando las orillas lo hizo parecer mucho más pequeño, más apartado. La luz solar se
filtraba entre el manto del bosque, causando encantadores moteados patrones a través
de la verde y cristalina superficie. Enormes viejos árboles permanecían como centinelas
hacia el perímetro de la orilla, sus oscuras raíces extendiéndose dentro del agua como
huesudos dedos. Diversas mariposas azules flotaban en el aire, algunas bebiendo de
grandes flores.
—Oh, ¡guau! ¡Es precioso! —Daria se tiró a sus brazos, tan emocionada como una
niña—. Estoy tan caliente y mugrienta ¿Podríamos refrescarnos? ¿Por favor?
—Observa.
Ryon lanzó la seca carne en el centro del estanque. Nada pasó al principio, pero
gradualmente, pequeñas ondulaciones rompieron en la superficie del agua, como una
caldera empezando a hervir. Sin embargo, la acción, nunca se hizo frenética. El pez
mordisqueó el regalo hasta que no quedó nada, después desapareció. Todo estaba
calmado de nuevo. Nada más se movió.
—Solo una precaución. Estamos cerca de la finca de nuevo, y siendo comidos por
algo mutado que August ayudó a crear arruinaría mi día. Parece suficientemente
seguro, pero yo iré primero. Saca una raíz de árbol y trata de no meterte en ningún
problema. —Él dio una sonrisa ladeada—. Y no espíes.
200
—Ajá. No adules a ti mismo.
Desde su sonrisa satisfecha, él supo que ella estaba burlándose. Ella no se dio la
vuelta mientras él se quitaba su oscura chaqueta. Cuando la tiró a un lado, le envió una
ardiente mirada, y cuando fue por el cierre en su uniforme, ella gimió. Una baja,
profunda risa retumbó desde su pecho, calentándola como un trago del whiskey que
ella deseaba haber traído.
Daria se sentó en una gran raíz, mirándolo mientras removía sus pantalones y
hacía ruido entre sus pertenencias. El agua arremolinándose de manera incitante
mientras él se metía dentro. Querido Señor, Ryon pertenecía a uno de esos calendarios
de Hunk of the Month10. El hombre poseía un cuerpo para competir con un dios griego.
Sedoso pelo rubio peinaba su cuello. Los magros músculos de su espalda y brazos se
contraían bajo la dorada piel. Su cincelado trasero gritaba por sus manos.
Él entró hasta que el agua lamió sus caderas y se giró así ella tenía un perfil de
costado genial. Luego él se reclinó hacia atrás y mojó su cabeza, dándole a ella una
tentadora vista de su pecho y sus marcados abdominales ¡Guau, bebé!
10 Hunk of the Month: Hace referencia a un calendario donde salen hombres con poca ropa.
Ryon se enderezó y empezó a enjabonarse el cabello con una barra de jabón que
ella no había visto en su mano. Él repitió el procedimiento sobre la parte superior de su
cuerpo hasta que ella en realidad empezó a sentir envidia de las burbujas. Se mojó a si
mismo dos veces para enjuagarse, después sacó el agua de su cara con su mano libre.
Sin una advertencia, él se giró y le sonrió abiertamente.
—Me gustaría lavar nuestra ropa sucia antes de irnos así podemos dejarlas
201
afuera esta noche para secarse —comentó ella—. No sabemos cuándo encontraremos
otro buen lugar para limpiarnos.
—Buena idea.
Daria descartó su ropa más rápido de lo que era humanamente posible, agarró
el jabón, y se precipitó al agua. Se sumergió en el estanque y encaró a Ryon,
asegurándose de que sus pechos estuvieran en su vista apreciativa.
Él rió una vez más. Ella adoró el rico sonido. Mientras se frotaba desde la cabeza
a los pies, pasó el tiempo contemplando cómo hacer que él lo hiciera más seguido. Y esa
voz, ¿hecha para una habitación en penumbras y enredadas sábanas en una calurosa
noche de verano? La puso húmeda.
Sacando lo último del jabón de su cuerpo, empujó su mojado cabello atrás y abrió
sus ojos para ver a Ryon sonriéndole abiertamente como un tonto.
—Lindo espectáculo.
—Oye, ¡no es justo! —chilló ella juguetonamente. Le sonrió de vuelta y luego algo
extraño pasó.
—¿Qué pasa?
—¡Ryon!
El agua se agitaba con la fuerza de su batalla. Cada vez que la criatura rodaba,
sumergía a Ryon más tiempo, desgastándolo. Jugando con él, mostraba una perspicaz
inteligencia que era más aterradora que si hubiera estado ciegamente dando tajadas a
su presa como antes. Mientras giraba a Ryon en posición vertical, él emergía jadeando,
sus brazos esforzándose para sostenerse a la bestia y el cuchillo.
El cuchillo destelló en las manos de Ryon. Con una poderosa embestida, la bestia
se retorció, desprendiendo a Ryon de su espalda. Y desapareció. Moviéndose en el agua,
Ryon tomó bocanadas de aire, buscando a la bestia.
—¿Estás bien?
—Sí. Lo apuñalé —farfulló él, su pecho agitado—. Se fue abajo del agua.
No podía ser tan fácil. El miedo aumentó, por su pareja y por Ben. 203
—Apúrate y sal de ahí. —Él le dio un vistazo a ella, asintió, y comenzó a nadar
sin decir ni una palabra de su estado de desnudez.
Daria se había puesto las bragas y estaba alcanzando su sostén cuando él dejó de
nadar.
—¿Ryon? ¡Ryon!
Ryon se había ido. Él había sufrido una horrenda muerte, y era culpa suya por
insistir que pararan aquí. Por insistirle hasta que accediera a ayudarla a salvar a Ben,
su ex amante. El hombre, la criatura, que lo había matado.
Con sus hombros sacudiéndose, ella miró hacia el agua. No le importaba si Ben
regresaba y se la comía también. Ahora no. Luego, abruptamente, el agua se arremolinó
y Ryon explotó a la superficie, ahogándose.
Entumecida por el miedo, ella corrió hacia él, mientras él nadaba hacia donde
pudiera pararse. Se tambaleó hacia ella, cojeando mucho. Ella caminó por el agua,
colgando uno de sus brazos alrededor de su cuello y tomándolo por la cintura.
Ryon llegó a la orilla antes de que sus rodillas se doblaran. Ella se sentó a su lado,
dando golpecitos a su espalda mientras él se arrodillaba a cuatro patas, tosiendo y
dando arcadas. Irónico, pero nunca había contemplado una vista más agradable que su
pareja casi tosiendo sus pulmones.
—Yo, también —dijo él con voz ronca—. Pero creo que sabrías con seguridad si
me hubiera ido, porque nuestro lazo se habría cortado.
Deteniéndose, ella se dio cuenta de que el hilo dorado todavía estaba ahí,
zumbando con vida, energía. Dejando salir un suspiro de alivio, ella asintió.
—Tienes razón. No estaba pensando con claridad o habría sentido que todavía
estaba intacto.
—La mayoría era de él, pero creo que aun así escapó. O volvió en sí lo suficiente
que me dejó ir.
Daria peinó su cabello iluminado por el sol lejos de su rostro, y el amor llenó su
corazón. Ryon se había puesto en la línea de nuevo por ella, y esta vez, su valentía casi
lo había matado. La verdad que ya había aceptado y expresado que Ryon se había
filtrado a cada rincón de su alma; ella amaba a este hombre y no aceptaría la vida sin él.
—Peleaste con la criatura de Ben. ¿Recuerdas? —Ella tomó una de sus grandes
manos y la frotó entre las de ella.
—Sí. Dios, esa mierda quema. —Él la contempló a través de párpados medio
cerrados. Ella dejó que un hilo de acero se colara en su tono de voz.
—Sé que sí, pero no puedes desmayarte. Estará oscuro en algunas horas, y
necesitamos terminar lo que vinimos a hacer para largarnos de aquí e irnos a casa. —
Ella tiró de su brazo—. ¡Levanta tu trasero! Necesito llevarte a alguna parte para revisar
esa pierna.
—Mi mochila. Y el rifle. —Su voz estaba sin aliento, pesada por el esfuerzo.
El lobo de su pareja debía tener la fuerza de diez hombres. Y el corazón de un
león. Su admiración creció exponencialmente mientras recuperaba ambas, y lo asistía
en colocarse la mochila en la espalda.
Partieron, pero Ryon logró avanzar solo unas pocas millas antes de detenerse.
Estaba tambaleándose, luego colocó un brazo contra un árbol para apoyarse. Con una
ondulación de su mano, indicó un lugar temporal para parar.
—Por allí.
Bajo circunstancias normales, el Ryon que había llegado a conocer le habría dado
una sonrisa encantadora y habría hecho buen uso de su privacidad. Pero él meramente
obedeció, su cara gris. Eso la asustaba más que nada.
Inclinándose contra ella como apoyo, bajó su uniforme por su cadera, y luego
206
completamente. Daria inhaló aire con fuerza.
—Recuéstate.
Ryon se acomodó sobre su espalda, los ojos fijos en los árboles. Él no había
mirado la herida y Daria no lo culpaba. Por piedad, ¿cómo iba a ser capaz de caminar?
En el mejor de los casos, tenían un día para viajar antes de que su trabajo estuviera
completo y alcanzaran al equipo.
—Dobla la rodilla. Quiero ver debajo. —Lo hizo, apretando los dientes—. Bien.
Oh, caray. Tienes un conjunto igual en parte de atrás del muslo.
Él se encogió de hombros.
—¿Has oído lo que te he dicho? Has terminado. Te llevaré con los chicos y les
dejarás que te lleven al hospital.
—Soy el único que sabe dónde está localizada la sala de ordenadores de August.
Sin mí no avanzarías demasiado.
—¿Qué quieres decir? ¿Qué sala de ordenadores? ¿Hay otra…? Oh, no. No me va
a gustar esto, ¿verdad?
—No voy a aceptar eso. Llevaré a uno de la Manada conmigo para terminar el
trabajo.
—No.
Parecía una diosa enfadada con el brillante cabello negro cayendo sobre sus
hombros. No pudo evitar una sonrisa cansada.
—Y tú eres mi ángel. Lucharía contra todas las bestias del universo por ti.
Ahuecando su mejilla, se inclinó y cubrió sus labios con un lento y tierno beso.
Tan bueno, tan correcto. Una cálida y difusa neblina descendió sobre él y se sintió
ingrávido. El toque de Daria tenía la capacidad de desterrar el dolor de su cuerpo, de su
corazón.
Mientras observaba como le limpiaba y cubría sus heridas, rezó para que
pudieran sobrevivir a esto y regresar a casa.
—¿Qué voy a hacer contigo? —susurró. Retiró el pelo de su cara, le tocó la frente
y lanzó una maldición. Tenía fiebre. Cuidadosamente, se deshizo de su agarre.
—Hola, preciosa. Me he despertado para encontrar mis brazos vacíos. ¿Por qué
es eso?
—Puedo verlo.
Ryon tiró de ella y la colocó en su regazo de cara a él, sus piernas en torno a sus
muslos. Siseó de dolor cuando ella rozó sus vendajes. Antes de que pudiera retirarse,
unas grandes manos rodearon su cintura. Él la izó ligeramente y luego la sentó encima
de él, enterrando su eje profundamente.
Rodeando su cuello con sus brazos, ella le miró a la cara y empezó a mover las
caderas. Sus labios se elevaron y le devolvió la mirada, el calor sexual más puro brillaba
en sus ojos y amenazaba con hacerla estallar en llamas.
—Eso es, móntame. Soy tuyo —murmuró.
La plegaria sin aliento de Ryon la llevó al límite. Él cerró sus ojos y echó hacia
atrás su cabeza, tomando su trasero, este enorme hombre se había entregado a su
seducción, una poderosa bestia feroz, domada en sus brazos. Ella nunca había visto
nada tan erótico.
Su centro se rompió y montó a Ryon duro. Ella lo apretó fuerte, sus manos
extendidas sobre su espalda, disfrutando del juego de sus músculos mientras él se
encontraba con sus embestidas, olas fundidas rompían sobre ellos, llevándolos a una
marea roja. Él se puso rígido, su llanto de salvaje y feroz placer se mezclaba con el de
ella, combinando sus almas. Los espasmos los movían hasta que su liberación se vertió
en ella.
Ellos se abrazaron durante un tiempo, sin moverse. El miedo serpenteó hacia su 211
corazón por si esta felicidad fuera efímera, que ella lo perdería antes de que esto
acabara.
—No hay nada que me gustara más que dejar todo esto. —Él suspiro—. Algunas
veces apesta ser el tipo bueno.
Él guiñó el ojo.
—No te preocupes.
—Casi fui el plato principal para el almuerzo, por supuesto que estoy cojeando.
—Los hombres pueden ser tan tontos. Ven, déjame tomar tu temperatura de
nuevo.
—No me voy a poner otro de esos termómetros de papel bajo la lengua. Guárdalo
¿sí? Estás empezando a asustarme.
—Has tenido cosas peores en tu lengua, lobo mío. Y la última vez que revisé eran
37.9°C.
Ella lo regañó.
—Hombre insufrible.
Él suspiró en exasperación, pero tenía que admitir que era agradable ser
molestado por esta hermosa mujer.
—Has limpiado y cambiado las vendas, no hay nada más que hacer, deja de
preocuparte.
El resto del día transcurrió sin incidentes, excepto por la ocasional molestia de
Daria. Ellos hablaron de cosas triviales, la mayoría de cuando crecían, la familia y la
escuela. Se enteró de que Daria había dado el discurso de su último año, mientras que
él había sido el chico más votado que se uniría a los Marines, como su padre; aunque
había tomado un camino diferente al unirse a la Armada. Había tenido un espíritu
viajero, incluso cuando era joven.
—Estaremos dentro del complejo de August esta noche, justo después del
anochecer, tomaremos lo que venimos a buscar, transferiremos esos archivos al refugio,
y saldremos. Para esta hora mañana estaremos de camino a casa, estoy bien.
Su paciencia se acabó.
Ryon estudió a Daria desde sus pestañas, ella se sentaba en el suelo con las
rodillas hacia su barbilla, sus brazos alrededor de sus piernas. Pensó que ella planeaba
ignorarlo hasta que fuera la hora del trabajo, pero estaba equivocado.
—Te amo —dijo ella calladamente.
—Entonces intenta sostener mi mano, así ninguno de los dos estará solo. —Él
buscó su mano y ella entrelazó sus dedos con los de él, su anterior discusión olvidada
ante el peligro inminente.
—Lo prometo.
Solo una pareja de guardias armados eran visibles, cerniéndose cerca de las
esquinas de la casa principal. Las miradas, de alguna manera, eran engañosas.
—¿Dónde están todos? —susurró Daria, palmeando la SIG que él le había dado—.
Él siempre tenía varios guardias más destinados cuando venía de visita.
—Muchos de ellos aún están fuera buscándonos. El resto está alrededor. Si nos
localizan, será como patear un hormiguero de hormigas de fuego. 215
—Voto para que golpeemos mientras están agotados y adormilados por la cena
y el trago. August no les permite beber en el deber, pero eso no les ha detenido de pasar
a hurtadillas unas pocas rondas después de que él se vaya a la cama.
Agachados, Ryon les guió desde su puesto a la puerta delantera alrededor hacia
la parte trasera. Abrazando la pared, localizó el lugar aproximado por el que había
entrado en la finca unos pocos días antes. Usando las espesas vides como asideros, se
alzó sobre la pared, luego cayó al suelo al otro lado.
Ardiente fuego se disparó a través de su pierna herida, y apretó sus dientes para
evitar hacer un sonido. Con un esfuerzo, luchó una ola de náusea y mareos. Daria había
tenido razón. Él estaba rápidamente convirtiéndose en una responsabilidad seria. Si
estaban forzados a hacer una carrera, no estaba seguro de que la hiciera hasta el punto
elegido. Por el bien de Daria tenía que intentarlo, y si ella tenía que ir sin él, al menos la
misión estaría completa.
Él caminó pasando el mueble bar y entró en el diminuto almacén. Una vez dentro,
los encerró en una oscuridad como el alquitrán antes de encender su linterna de bolsillo.
El ansioso susurro de Daria sonó a su lado.
—¿Qué estás haciendo? No hay nada aquí, a menos que estés planeando beberte
todo el vino de sus invitados.
Ryon golpeó la linterna en la estantería del vino más modesto que cubría la pared
izquierda de la sala.
—Eso es lo que se supone que debes pensar. Nick me dijo dónde mirar,
¿recuerdas? Observa esto.
—Bueno, que me condenen. La estantería de vino sirve como una pared falsa.
¿Esto guía a dónde creo?
—Nick dijo que a August le gusta tener una ruta escondida para salir de la casa
principal por si acaso hay una emergencia, como un asalto o una llamada de un enemigo
peligroso. Además, nadie sabe que existe, excepto su reciente mano derecha, August, y
ahora nosotros.
—¿El pasillo está monitorizado por cámaras?
Con esa misteriosa perla de sabiduría, él descendió, el arma lista. Una vez en la
parte inferior, siguieron el pasillo hacia la intersección, luego viraron a la derecha. Por
ahora todo bien. Sin gritos o pasos golpeando corriendo para interceptarles.
Una gran puerta de metal corredera dominaba el final del pasillo. Un panel de
control montado en la pared a la derecha se parecía a la cabina de un pequeño avión
con su despliegue de botones.
—¿Por qué?
Ryon giró y miró con incredulidad. Caminó dentro, los puños apretados. Las
sólidas paredes de hormigón y nada más.
—Hijo de puta.
—Sin hablar de cuánto tiempo hace que limpió. Aparentemente el ojo que todo
lo ve de Nick no es infalible. ¿Alguna otra brillante idea? —Ella esperó, mirando
alrededor nerviosamente.
—Estoy abierto a sugerencias —dijo él. Se sentía como un tonto. Por supuesto 218
que August movería sus expedientes en el instante que supo que su finca había sido
traspasada. El error de Ryon le había costado a él y a Daria tiempo que no podía afrontar
perder.
—Creo que los expedientes en su oficina son los reales —especuló Daria—. Papá
dijo que él realmente estaba preocupado con algún tipo de construcción en el ala más
lejana. Le dijo a papá que estaba añadiendo algo a la finca, pero ahora creo que es
posible que esté construyendo un cuartel general mejor para sus transacciones.
—Tiene sentido, pero, ¿por qué no solo dejaría los expedientes aquí hasta que la
nueva instalación esté lista? Su información está más segura aquí que arriba.
Cada instinto que él poseía le estaba urgiendo más fuerte que nunca, para que
sacara a Daria, y se olvidara de todo. Pero ansiaba que August se asara por lo que le
había hecho a Ben, y a los otros humanos y cambiantes. Al menos, podía darle eso a
Daria.
—Está bien, nena. Si no quisiera intentarlo otra vez, no podrías haberlo hecho.
—Él la dio un beso rápido—. Vamos a lograr lo que vinimos hacer y saldremos de aquí,
confía en mí.
—Está bien. Así que, ¿Nick dijo a qué parte de la casa guía el pasillo?
—A la despensa de la cocina.
Su mandíbula cayó.
—Estás de broma.
—No. ¿Qué mejor lugar para esconder la otra entrada que detrás de una pared
de comida? Podemos reabastecer nuestras mochilas, también. 219
—Inteligente —admitió ella.
Con cada célula en su cuerpo alerta, Ryon caminó hacia la casa, Daria presionada
a su espalda como una segunda piel. Los estrechos confines del brillante pasillo le
incomodaban más que antes. Medio esperaba que el pasillo escondiera una trampa,
luego descartó la idea. Un hombre como August prefería infligir dolor y ser testigo de
los resultados.
Con esto terminado, él apagó la linterna y abrió la puerta del almacén una
pulgada. Todo estaba tranquilo. Un reloj en la pared reveló que la hora eran la una y
treinta de la mañana. Su cansancio, y cuerpo dolorido sentían cada minuto.
La oficina de August no estaba lejos, justo enfrente del salón y a unos pocos pies
del pasillo. Ryon apenas hizo la seguridad hacia las sombras en el pasillo y se giró para
indicar que Daria se diera prisa, cuando el guardia de repente presionó su cara contra
la ventana. El gran hombre se sacudió por la sorpresa, cargando su rifle. 220
¡Mierda, él la había visto!
Daria le vio, también, y se congeló. La SIG preparada hacia el amplio pecho del
hombre cuando él entró, acechándola. Su sonrisa engreída destelló en una luz plateada.
Totalmente ignorando su pistola, él descendió su propia arma y presionó su cuerpo
contra el de ella.
—Bueno, ¿qué tenemos aquí? La dulce pequeña sobrina de August que está
haciendo el bien no puede disparar, así que ¿qué vas hacer? ¿Deberíamos realizar un
trato por mi silencio?
El lobo de Ryon gruñó de rabia, y apenas evitó que el sonido escapara. Las garras
en su mano se alargaron, y esperó.
Ryon había oído suficiente. Moviéndose en silencio, llegó hacia el matón por
detrás, le alcanzó alrededor, y repartió un vicioso y letal golpe en su cuello. La sangre
salpicó sobre el prístino suelo, y él no pudo reunir ninguna simpatía por el baboso
bastardo.
Ella no se había movido, pero estaba de pie como un pequeño y pálido fantasma
con los ojos de par en par insondables que no podía ver en la oscuridad. Solo la firme
línea de su boca sin sonrisa dio voz a sus pensamientos. Él tocó su mejilla.
221
—No tuve elección, nena. Él nos habría matado a ambos.
—Lo sé.
Pero su tono era apagado. Ella estaba llegando a términos con el hecho de que el
hombre que amaba era un asesino nacido. Él no era algún comando romántico de una
película de Stallone, sino algo real, y tenía otras habilidades clavadas para sopesar bien.
Saber eso y ser testigo eran cuestiones diferentes. Con el corazón pesado, él dejó caer
su mano y se giró para dirigirse hacia la oficina.
Daria barrió por delante de Ryon, y él dejó la puerta un poco abierta antes de
unirse a ella en el ordenador. Ella estaba en la silla negra de cuero de August,
recuperando el pendrive de los casos de su manada. Contoneó el ratón para despertar
a la máquina dormida, luego incrustó el pendrive. El cuadro de la contraseña apareció
inmediatamente en la pantalla.
Los dedos volaron, Daria intentó al menos varios códigos. Acceso denegado.
Consciente de que los minutos pasaban, él miró al pasillo. Aún despejado, pero
no por mucho. En cualquier minuto uno de los guardias pasearía por la piscina para
comprobar al hombre desaparecido. Él y Daria podrían tener unos pocos minutos más
antes de que se dieran cuenta de que el hombre no estaba en la sala de descanso, o en
la cocina robando un aperitivo nocturno.
El sudor roció la frente de Ryon y el cuello, y no solo por los nervios. La sala era
insoportablemente caliente, su pierna le estaba matando. No era una buena señal.
Forzando la incomodidad de su mente, caminó hacia Daria.
—Dios, esto es más extenso de lo que recuperamos del último sitio de pruebas
de Bowman. —Algo captó el ojo de Ryon—. Mira ahí. Esto dice Contramedida Médica
para Agentes Mutados, y parece como una receta. ¿Eso significa lo que creo?
«Gran trabajo. Tan pronto como sea enviado, salgan de ahí. El tiempo se acaba.
Conseguiré que nuestra gente del laboratorio trabaje en el antídoto e intente tenerlo a
mano cuando volemos de vuelta para recogerlos».
—Estoy impresionado, ángel. Ahora tenemos que irnos. No quiero ver este lugar
otra vez.
Daria removió el pendrive y lo aseguró en la caja otra vez, las manos temblando.
Ryon podía imaginar qué ocasión monumental era esto para ella, porque eso significaba
mucho para él. Ahora Ben al menos tenía una oportunidad. Ella cerró la cremallera de
la mochila, desconectó el ordenador, y se giró hacia él.
—No puedo esperar a ver al gobierno cayendo sobre tu culo como un mal caso
de gonorrea.
Oh, Jesús.
August era un hombre apuesto, con pocas líneas en su cara para insinuar su edad.
Era alto y recto, y llevaba una expresión de leve diversión. Parecía y actuaba como la
parte de un hombre mimado y con derecho quién debía haber disfrutado mucho
jugando a Dios junto con Malik y Bowman.
—Ellos no serán los primeros que lo intenten, querida sobrina. —August miraba
de ella a Ryon, su sonrisa escalofriante, la voz goteando con intención—. Pongan sus
armas en el suelo, con cuidado y despacio.
—Podrías querer jugar limpio con nosotros, viejo —dijo Ryon inexpresivamente.
—Está bien, morderé. ¿Por qué querría jugar limpio?
—Porque acabamos de enviar todos tus expedientes a un brazo del gobierno que
está muy interesado en acabar con cada pista de los atroces experimentos en los que
estabas involucrado con Gene Bowman y el Unseelie, Malik, quién sabías que estaba
disfrazado como el rico empresario Evan Kerrigan.
—Lobo.
—Hecho, no nacido.
—Sí. —Él intercambió una rápida mirada de confusión con Daria. ¿Adónde
224
llevaba esto?
—Desde que estás con un brazo del gobierno, como lo pusiste, asumiré que son
operaciones ocultas. ¿Estoy en lo correcto también en asumir que fuiste militar antes
de convertirte?
—SEAL de la Armada —admitió él, una bola fría se formó en su estómago. Este
hombre estaba llegando a algo muy malo, y ellos estaban por aprender qué era—. Así
que, ¿qué significa todo esto?
—Ah, Ryon Hunter, te has estado preguntando por eso durante años, ¿verdad?
—dijo August casi susurrando, con una luz inteligente en sus ojos.
—¿Debo hacer todo el trabajo aquí? Conecta los puntos, chico. ¿No fueron tú y
tus ex SEAL los que fueron atacados en Afganistán y se convirtieron hace seis años
preguntándose por qué?
—¿Por qué todos sobrevivieron, cuando tantos otros murieron? ¿Cómo es que
un grupo de hombres humanos, con poderes psíquicos desconocidos para los otros,
terminaron en la misma unidad? ¿Cómo ocurrió que fueron atacados ese día, a miles de
millas de casa, y nadie excepto los hombres con habilidades psíquicas sobrevivieron a
la masacre? En algún punto, cada uno de tu equipo debe haberse preguntado por qué,
por qué, por qué.
—Sí, joven lobo. Les tendieron una trampa desde muy al principio, cayendo
hasta en el último hombre. —Mirando al ordenador que había pirateado, él sacudió su
cabeza—. Podrías ser capaz de ayudar al desafortunado ex prometido de mi sobrina,
pero al final no importará. ¿Adónde crees que irá toda la información que has
conseguido pasando por tantos problemas? ¿En qué manos descansará finalmente?
—¿Tu equipo honestamente cree que Malik y Bowman eran el final de la línea?
¿Que posiblemente podríamos haber puesto en marcha una operación de semejante
magnitud sin alguien de arriba, como dices, avisando de los disparos?
—Cree lo que quieras. Malik tenía su propia agenda y su propio complejo de Dios.
Pero la verdad es que, los tentáculos de esta cosa van hacia arriba. Hacia la maldita
Oficina Oval. ¿Me estás siguiendo, chico? No es una persona, sino varias en las
posiciones claves de poder en el gobierno de los Estados Unidos.
August asintió.
«August no lo sabe. No tiene ni idea que el General Jarrod Grant es nuestro aliado».
226
Catorcen
Traducido por: Paulii~, *eliza* & Karou DH
Ella dudó, pero sabía que él tenía razón. Un estruendo sonó en algún lugar en la
227
casa, seguido por pies golpeando. Si ella lo distraía por no seguir su orden, él perdería
la concentración en la pelea y ambos morirían por nada. Ella odiaba dejar la mochila
con sus provisiones, pero ahora, no tenía opción. La velocidad lo era todo, y todo lo que
tenían que hacer ahora era el punto de encuentro. Rogando para que Ryon la siguiera,
ella se volteó, liberó a su lobo y cambió, y saltó de cabeza por la ventana de vidrio
cilindrado.
El primer pensamiento de Daria fue que ese truco siempre se veía tan fácil en las
películas. El segundo, fue que probablemente se había arrancado la piel con el vidrio
incluso a través de su espeso pelo. Rodó a sus pies, sacudiéndose sus ropas y los
fragmentos de vidrio llovieron como confeti, y golpeó el suelo corriendo como si los
perros del infierno estuvieran en sus talones.
—¡Detente!
De ninguna maldita manera ella iba a hacer eso, entonces, ¿por qué los tipos
malos siempre gritaban algo tan estúpido? Ella los vio levantar sus rifles. Un grito brotó
en su garganta, pero salió como un quejido lastimoso. Su vuelo de cabeza, junto con
puro terror, había succionado el aire de sus pulmones. La pared trasera se vislumbraba
cerca, pero ella no lo iba a lograr.
—De acuerdo —dijo él, respirando pesadamente—. Déjame ponerme los lentes
de visión nocturna e iré a ti. ¿Estás herida?
—N-no estoy segura. Quizás mi cabeza, por el vidrio. Y también perdí mi ropa
cuando cambié y escapé. ¿Qué hay de ti?
—Estoy bien. Bueno, ahora te veo. —Él caminó y agarró su mano—. Tengo
puestos los lentes, y guiaré el camino. Tendrás que confiar en mí para ser tus ojos, pero
prometo que no dejaré que nada te pase. Agárrate fuerte de la correa de mi mochila. Si
pierdes accidentalmente tu agarre, grita y llegaré a ti.
—Lo siento, pero no puedo sostener mi cambio, nena —dijo con tono áspero—.
Estoy muy enfermo.
—Está bien —lo tranquilizó ella—. Lo lograremos.
Eran de ella, y se dio cuenta que él había agarrado tanto su mochila como la de
él, más las armas. Bendito sea. Ryon murmuró una palabrota y se movió a su alrededor,
poniendo su mano izquierda en su mochila. Ella encontró la correa y la encerró en un
agarre de muerte, la SIG en su mano derecha.
—Lista.
El pánico la picó.
—Mi mejor conjetura que August está llamando a sus hombres que ya están ahí
afuera buscándonos. Si yo fuera él, los haría formar una emboscada alrededor nuestro.
Y esa es la razón por la que no nos están siguiendo. Él no está preocupado por
atraparnos.
Ryon dejó escapar una respiración profunda, que terminó en un ligero suspiro.
Tosió un par de veces, y luego se desplomo de costado. Cuando no cayó, ella lo estiró la
mano que tenía el arma y entró en contacto con corteza. Estaba recostado contra un
árbol.
—¿Qué pasó allá atrás entre mi tío y tú? ¿Estás realmente bien?
—Quería enviarlo con el demonio, que es donde pertenece, pero sus hombres
estaban en la casa. Tenía que, o dejarlo ir y correr, o quedarme para acabar con él, y
morir.
—¡Estás hirviendo!
—No hay nada que se pueda hacer. —Él se enderezó, trasmitiendo su plan como
si él no estuviera a punto de colapsar—. Escucha, tenemos que desviarnos de nuestro
curso de una manera importante, o ellos van a rodearnos.
Ryon asintió.
Cerca de media mañana, las orillas del río aparecieron. Sin embargo, Ryon, se
mantuvo en la protección de los árboles, empujándolos duro y sin parar para descansar
hasta casi el mediodía. Cuando lo hizo, lanzó su mochila y rifle al suelo, se recostó contra
un árbol, y se deslizó hasta el suelo sin decir una sola palabra. Sacó dos botellas de agua
de su mochila y le ofreció una a ella. 231
Daría la tomó agradecida, forzándose para no atragantarse. Ryon vació la suya
en unos pocos tragos. Su estómago gruñó, y ella extrajo un par de las barras de granola
robadas, sosteniendo una para él. Para su decepción, él sacudió su cabeza y cerró los
ojos, inclinando su cabeza hacia atrás.
Ella se comió la suya, preocupada por las líneas de esfuerzo en su cara. Tenía
mancas púrpuras bajo sus ojos, y sus mejillas estaban enrojecidas. Terminando el
aperitivo, ella limpió sus manos y fue rápido a su lado.
Con un suspiro pesado, los logró bajarlos hasta sus pantorrillas y se recostó hacia
atrás de nuevo, ni siquiera molestándose en hacer una broma sobre su necesidad de
que se desnude. Su mirada cayó a su muslo derecho y recibió un violento shock. Un
pequeño y pulcro agujero estropeando la piel cerca de tres pulgadas sobre los vendajes.
—Porque no hay nada que puedas hacer. Duele, no está sangrando mucho, y
puedo caminar.
—Sí, puedo hacer algo, incluso si no es mucho. Vas a tomar algunas aspirinas,
incluso si tengo que empujarlas por tu garganta. ¿Entiendes? —insistió.
—Eso no es gracioso.
Daria nunca se había sentido tan impotente. Ryon estaba en terrible peligro, y
ella no podía hacer nada para ayudarlo. Lavó las marcas de mordidas con el agua que
quedaba y luego envolvió su pierna con vendajes nuevos. No había nada más que hacer.
Ryon subió sus pantalones y cerró sus ojos. Estuvo quieto por tanto tiempo, que 232
ella pensó que se había quedado dormido. Dios sabía que necesitaba el descanso. Ella
casi se había rendido a su fatiga cuando él habló en un susurró grave.
—Nunca olvides que te amo. Más que a mi vida, más que a nada.
—Nunca. Lo mismo va por mí. Eres mi mundo ahora, y no descansaré hasta que
ambos estemos a salvo.
Él miró lejos, mirando sobre el río por varios minutos, sin pestañar. Daria nunca
había presenciado tanta miseria. Él estaba cerca de rendirse, y ella no podía dejar a su
espíritu hundirse tan bajo.
—Dime, ¿te das cuenta que últimamente no has sido atormentado mucho por tus
fantasmas? —preguntó.
—No me han molestado en un tiempo. Creo que eso es por ti. —Él le sonrió—.
Tú me haces permanecer en tierra. Ahora solo los veo si lo necesito; lo que espero no
sea muy a menudo.
—Eso significa que eres fuerte. No vas a ir a ningún lado, ¿me escuchas?
—Sí. Lo hago, bebé.
El resto del día, Ryon no habló. Había desaparecido dentro de sí mismo. Este no
era el sonriente y seguro hombre que ella había conocido al principio. Quería a ese
hombre de vuelta. Lo amaba.
Tan horrible como el día había sido, la tarde-noche fue mucho peor. Colocó la
tienda por ellos porque él apenas podía sostenerse por más tiempo. Aceptó la ayuda en
silencio, con el rostro estirado. Usualmente, se sentaría afuera de la tienda y hablarían.
O harían el amor. Esta noche, él se arrastró dentro, aliviado.
Determinada a al menos animarlo, ella fue tras él. Yacía sobre su lado, los ojos
cerrados, una botella de agua vacía a su lado. Ella se estiró para tocar su hombro, luego
decidió no presionar muy duro.
—No has comido en todo el día. Necesitas comer si quieres tener fuerza para
terminar la caminata. ¿Qué hay de un poco de cecina?
Nada.
Mientras más tiempo se quedara en su forma de lobo, era mejor para su curación.
Al menos podría ser capaz de transportarse. Cuidadosamente, ella le quitó la ropa y
examinó su pierna trasera. Ella no podía ver las heridas por todo el pelaje, pero
esperaba que las heridas se curaran aunque sea un poco.
A pesar de sus quejas tempranas, él se las arregló para mantener su cambio por
al menos una media hora antes de que de nuevo regresara a su forma humana. Junto a
ella, él estaba completamente echado. Pero ella pensó que él estaba respirando un poco
más fácilmente, y su color era un poco más natural. Después de examinarlo, ella
encontró que las heridas de su muslo no eran tan graves y eso envió una ola de alivio a
través de ella.
Varios intentos después, él abrió sus ojos con una expresión aturdida. Por unos
pocos segundos, él no tenía ni idea de dónde estaba, y eso la asustó hasta los huesos.
Entonces, la conciencia regresó.
—¿Por qué?
—Te vas a ir a buscar sola el helicóptero, luego envía a los chicos por mí.
Unos minutos después, se levantó con un gran esfuerzo, tomó sus cosas, y se
tambaleó fuera de la tienda. Daría suspiro en alivio. Gracias a Dios. Ahora solo tenía que
mantener su sexy trasero en movimiento.
235
De algún modo Ryon puso un pie delante del otro. Nunca había sido tan lento.
Nunca. Ni siquiera cuando había despertado en un hospital en el extranjero con un lobo
furioso por una nueva compañera. No en los meses después de eso, cuando luchó para
controlar su otra mitad y conservar su tenue control sobre la cordura.
«¿Ryon?».
«¿Sí, jefe?».
«El laboratorio tiene un lote del suero listo, así que lo trajimos, a ver si podemos
encontrar a Ben. ¿Dónde estás? Estamos a punto de partir».
«¡Eso es genial! Um… no estoy seguro. Unas pocas millas al sur de la propiedad de
August, siguiendo el río. Estamos buscando por un buen claro».
—Nick me contactó —dijo con voz ronca—. Están viniendo. Consiguieron algo
de suero para Ben.
El bosque comenzó a verse borroso. Su cabeza se inclinó hacia atrás y vio el cielo
azul mientras sus rodillas cedían. ¿Cielo?
236
La respiración de Ryon era áspera y forzosa, debajo del bronceado, su piel era
gris. Poniéndolo de lado, ella le quitó la mochila de sus hombros y colocó a un lado el
rifle. Después lo colocó de espaldas, revisó su bolso y recuperó una botella con agua.
Él trato de sonreír.
—Eso es bueno. Nick va a enviar a un pequeño equipo para encontrar a Ben. Ellos
lo ayudarán.
Ella estaba más que conmovida de que él pensara en Ben en un momento como
este, especialmente cuando había sido la criatura de Ben la que lo había puesto en esta
condición.
—Estoy muy agradecida de que ellos estén dispuestos a darle una oportunidad.
Por un tiempo ella se sentó corriendo los dedos por el cabello de él. La piel de él
estaba caliente y seca como un desierto, un signo de la deshidratación. La infección se
había esparcido por su cuerpo y estaba siguiendo su curso. Si no obtenía atención
médica pronto, ya sea que entrara en forma de lobo o no, él moriría. El miedo amenazó
con apoderarse de ella.
—Bebe más agua. —Ella lo ayudó, y él no se resistió. Aun así, sus hermosos ojos 237
azules estaban apagados, sus sensuales labios sin sonreír.
—Daria, si August llega aquí antes que mi equipo y no puedo detenerlo, no dejes
que me lleve vivo.
El distintivo sonido del rodamiento de las aspas, y justo ahí, una pequeña mota
en la distancia. Luego dos motas que crecieron progresivamente.
—¿Qué?
—Justo aquí.
Casi ahí. Seis metros, tres metros, un metro. Y cuando estuvo ahí, Jax la tiró para
que ella cayera dentro. Ella cayó fuertemente en el interior, pero ni siquiera lo miró.
Giró para ver a Ryon hacer un magnífico soporte a mitad del camino entre la línea de
árboles y el helicóptero. Sus músculos se tensaron mientras el bosque era rociado con
un constante ataque de balas, él disparaba a los matones para cubrir su huida. Su equipo
se acercaba rápidamente detrás de él.
Uno de los hombres que vino en su ayuda, Micah, agarró a Ryon y lo empujó en
dirección de los helicópteros. Ryon se giró, medio corriendo, mayormente cojeando,
hacia ella. El dolor estaba grabado en su rostro, pero él seguía viniendo. Aric mantuvo
su posición mientras Jax pasaba rápidamente junto a Ryon e iba hacia los otros que
estaban en los árboles. La pelea se calentó mientras las dos fuerzas continuaban la
batalla de disparos y entonces algo horrible pasó.
Y mientras la criatura avanzó sobre todos ellos, lanzando su cabeza atrás cuando
rugía, Ryon se giró y empezó a cojear de nuevo hacia el peligro.
—¡Noooo! —Daria se lanzó hacia la puerta, pero un fuerte brazo rodeó su cintura.
—¡Quédate aquí! ¡Iré por el suero y los ayudaré! —Empujándola y pasándola, Jax
saltó del helicóptero y corrió, presumiblemente para la otra aeronave para buscar la
medicina.
Ella no podía ayudarlos. Ben no podía reconocerla en este estado, así que no
podía hacer nada más que ver, con la mano sobre su boca, y el corazón en su garganta.
Ryon iba a conseguir matarse. Y no había ni una sola maldita cosa que ella
pudiera hacer para detenerlo.
240
Quincen
Traducido por: Gabbii, Eva Masen-Pattinson, Eli25 (SOS) & IzzieyAutumn
Ryon saltó sobre la espalda de la criatura, hundiendo sus colmillos en la piel dura
y correosa. Rugió y trató de desgarrarlo. Se torció de un lado y luego del otro.
Ryon vio a su amigo correr sosteniendo un tubo de gran tamaño. El pico era largo
y de plata, y si se trataba de una aguja, era la más gruesa, la más malvada que había visto
nunca. Pero, por otra parte, tendría que penetrar la piel de la criatura. 241
El cambio era difícil, especialmente mientras montabas un lagarto mutante
enfurecido. En forma humana, le pasó un brazo alrededor del cuello de la cosa y
extendió el otro brazo.
—¡Lánzalo!
El primer intento falló, y él maldijo cuando el tubo pasó junto a ellos y aterrizó
en el suelo. Tuvo suerte, por poco y fue aplastado por los pies palmeados de la criatura,
que pisoteaba alrededor, ajeno al hecho de que ellos estaban tratando de salvar su vida.
O mejor dicho, la vida de Ben.
Jax tiró el tubo de nuevo, pero rebotó en los dedos de Ryon. Un segundo después,
fue arrojado al suelo, rodando para evitar ser pisoteado o comido. Mientras se abría
paso, vio el cilindro tumbado a pocos pies de distancia. Fue por él. Justo cuando sus
dedos se cerraron alrededor de ella, recibió un tirón hacia atrás.
Pero nunca había sido malo. Debido a que el hombre debajo era bueno.
Ben Cantrell estaba cansado, traumatizado, más que desgastado, pero era un 242
hombre de todos modos. Cayó al suelo.
Algunos miembros del equipo corrieron hacia Ben, y los otros hacia Ryon. Nick
y Jax aparecieron, mirándolo desde arriba, sonriendo.
—Lo hiciste, amigo —dijo Jax, poniendo una mano en su pecho—. Gran trabajo.
Intentó sonreír.
—Por eso me pagan grandes cantidades de dinero. Sin embargo, August está
cada vez más lejos.
—Siempre tienes que ser un héroe, ¿eh? —dijo ella, acariciando su rostro.
Intentó de nuevo responderle, pero ella lo hizo callar—. Descansa. Vas a estar bien
ahora.
Él no estaba tan seguro; todo le dolía mucho. Pero confiaba en ella. Con un
profundo suspiro, dejó que la oscuridad se le acercara, y todo se desvaneció.
—Siempre tienes que ser un héroe, ¿eh? —Ella le acarició la cara, cortando su
segundo intento para hablar—. Descansa. Vas a estar bien ahora.
Él cerró sus maravillosos ojos azules, dejó escapar una respiración profunda, y
perdió el conocimiento. Su cuerpo estaba bañado en sangre, el pelo enmarañado con
ella. Esas lesiones, debió de habérselas hecho cuando la criatura lo tiró al suelo. Su mano
temblaba mientras alisaba los mechones de cabello rubio. Las largas pestañas
descansaban contra sus mejillas. Dios, ardía en fiebre.
La mano de Nick cayó sobre su brazo y apretó suavemente. Sus ojos estaban
tranquilos.
—Tienes razón. Pero creo que te has ganado la verdad, sobre todo si se trata de
una buena noticia.
—Gracias.
—No, gracias a ti. —Le guiñó un ojo—. Y tengo la sensación de que Ben también
estará lleno de gratitud.
Micah regresó con la camilla y, trabajando juntos, colocaron a Ryon en ella. Daria
apenas se fijó en el otro grupo que ayudaba a Ben. Su única preocupación en este 244
momento era para su compañero. En su interior, su lobo caminaba con ansiedad.
Y que no dependiera tanto de las pastillas que había visto que él tomaba más a
menudo de que las veces que él tal vez debería. Pero no podía detenerse en eso en aquel
momento.
Se quedó al lado de Ryon y se preparó para el vuelo de dos horas de vuelta a casa.
El compuesto, casa. Un concepto tan extraño. Sin embargo, se sintió llena de calidez al
darse cuenta de que estaba a punto de hacerse su lugar con esta gente impresionante.
Se inclinó, tomó una de las grandes manos de Ryon. Sus manos estaban tan
calientes como las arenas del Sahara. Su rostro estaba muy pálido, los ojos cerrados.
Aunque el ruido ensordecedor del helicóptero le impedía escuchar, podía ver su pecho
subía y bajaba irregularmente mientras él luchaba por respirar. A pesar de la predicción
de Nick, ella no podía evitar tener miedo. Trató de contactarlo mentalmente.
Apretando su agarre en sus dedos, presionó una mano contra su corazón. Cada
palpitación débil era como si estuviera atascado en pegamento. Mientras el sol se
elevaba más, y los minutos pasaban, el profundo y revelador sonido de su pecho
empeoró. Recordó de algo que él le había dicho no hacía mucho tiempo, cuando Micah
había sido herido y ella había estado muy asustada.
—¿Cómo está?
—Apúrate, hombre.
245
Aric puso el avión a toda velocidad, pasando millas rápidamente. Pero a medida
que pasaba el bosque, Daria podía sentir a Ryon escapándose a pesar de su feroz batalla.
A pesar de las palabras del comandante. Su respiración se había vuelto superficial, sus
facciones eran débiles. No podía dejar de tocarlo. Su cabello, su rostro. Como si de
alguna manera pudiera mantener su alma ligada a este mundo.
Su valiente lobo dio todo lo que tenía, justo antes que el complejo se pudiera ver
de lejos. En cualquier minuto, Ryon estaría en buenas manos.
—Vamos amigo, Nick nunca se equivoca. No hagas esto —rogó Jax. Miró a Micah,
su rostro pálido—. Toma su cabeza. Haré las compresiones.
Trabajaron juntos, cada minuto que pasaba era una eternidad, cargar a un
hombre que todos habían amado. Sus esfuerzos frenéticos no daban fruto, y para el
momento en que Aric paró el motor, no había esperanza.
Mientras ella viviera, la imagen de Mac y los otros alejándose con su cuerpo sin
vida permanecería grabado en su memoria. Sin poner mucha atención en sus acciones,
caminó a trompicones detrás de ellos, como un zombi. Un quejido se alojó en su pecho,
y salió con un doloroso jadeo.
—Nooo.
De repente, Nick estaba allí. Sus fuertes brazos estaban halándola hacia atrás,
envolviéndola. Ella enterró su rostro en su pecho y dejó que la ola negra la envolviera.
Por cuánto tiempo estuvieron aferrados el uno al otro, compartiendo el temor de la
noticia que estaba segura que iba a llegar y la cruda angustia, no podría decirlo.
Finalmente, Nick dio un paso atrás y pasó una mano a través de su oscuro cabello.
—Amas a Ryon, y es un buen amigo. Uno de mis mejores hombres. Recuerda que
246
dije que él tendría una batalla, pero esa batalla no se ha perdido. Estamos en esto juntos,
¿de acuerdo?
Bajo la atenta mirada de los amigos de Ryon, Daria caminó de un lado a otro por
el pequeño cuarto de espera. Rezó más que nunca. No podía dejar de temblar.
Los doctores lo habían resucitado, pero solo después de la batalla prometida. Y
decían muy poco acerca de si podría salir de esta o no, pese a lo que había dicho Nick.
—No sabía absolutamente nada de esto —dijo él en voz baja y peligrosa—. Pero
voy a llegar al fondo del asunto, haré pagar a August y a todos los involucrados en este
horror, incluso si me lleva el resto de mi vida.
Jax lo miró.
—¿Qué sucede?
—Cuando Ryon salga de peligro, voy a llamar a una reunión y les contaré a todos
al mismo tiempo.
Intercambió una mirada con Daria que los otros no se perdieron. Pero no
insistieron. Daria frotaba sus brazos y titiritaba. Mac apareció, su expresión era amable.
El estómago de Daria cayó hasta sus pies.
—Ryon puede tener visitas ahora. Una a la vez, y que sea breve.
—Resistiendo —dijo ella con una sonrisa gentil—. Ese hombre tiene la voluntad
de un buey.
Ella le dijo que se aferrara, que lo amaba. Que siempre lo amaría. Dijo muchas
cosas, pero todo a lo que él se aferró fue al te amo. Más fuerte que nunca, peleó para
levantarse del vacío sin fin. Por ella.
—¿Daria?
—Calla, cariño. Estás muy enfermo, pero todo va a mejorar. Solo descansa y
hazte más fuerte. Te amo mucho.
—No me dejes.
—No lo haré —susurró ella—. Nadie podría hacerme hacerlo, me quedaré justo
aquí. Duerme.
Ryon quedó a la deriva, deleitándose con los dedos fríos de Daria rastrillando su
cabello, masajeando su cuero cabelludo. Acariciando su cara y labios. Cuando el dolor
se hizo casi demasiado y su alma estaba tentada a deslizarse de su caparazón agotado,
él la llamó. Un toque suave, la tranquilidad de la fuerza de su presencia se volvieron en
su razón para colgarse a este mundo.
Ella nunca se fue por mucho tiempo. Ella fue firme, urgiéndolo a ponerse bien.
249
—Hola, tú.
Por todo un minuto, Ryon no comprendió que había despertado y que había
abierto los ojos. La neblina se fue gradualmente mientras él se levantaba a la superficie.
La gentil luz se filtró por la niebla vaporosa que cubría su visión. Lentamente, la niebla
se disipó y él se encontró mirando un par de enormes ojos cafés.
Los ojos inmediatamente se llenaron con lágrimas. Unas de felicidad, supuso él,
por la manera en que ella le sonreía. Su sonrisa arrugaba su nariz, y ella apretó una de
sus manos firmemente.
—Pensé que nunca más escucharía que me hablarías de esa forma —dijo entre
llanto, ahogándose en la última palabra—. Me has quitado un par de décadas de mi vida,
compañero.
—Eso creo. —Jesús, su cabeza estaba confusa y le dolía todo. Ryon intentó una
sonrisa, pero su cara no cooperaría—. ¿Cuánto tiempo he estado fuera?
—Cuatro largos días. Todos han estado de visita, y haciendo apuestas sobre
quién terminaría aquí después. Mientras tanto, Nick ha estado al teléfono sin parar con
el General Grant.
Daria le tranquilizó.
—El día que fuimos convertidos fue uno de los peores de mi vida —murmuró
él—. De todas nuestras vidas. Incluso si August estaba mintiendo sobre algo, la mayoría
de lo que dijo tiene sentido.
—No, cariño. Él ha estado preguntando por mí, pero quería esperar hasta que
despertaras.
Eso le sorprendió.
—¿Por qué?
—Pero serías infeliz —dijo él, sacudiendo su cabeza—. Nunca te haría eso, bebé.
Mi lobo podría ser posesivo, pero el hombre no es tan estúpido o inseguro. Ambos
necesitan el cierre después de todo lo que han pasado, así que ve a verle.
—Gracias.
—¿Cómo está?
—Noah me dice que se está curando. No ha dicho mucho más desde que él quiere
hablar conmigo en persona.
La cama cambió ligeramente cuando ella se inclinó sobre él, y presionó sus labios
en los suyos. El suave y dulce beso calentó sus pies. Y, a pesar de su cuerpo maltratado,
una parte de su anatomía estaba muy feliz. 251
Ella tocó su mejilla.
—Te quiero, Ryon Hunter. Más de lo que nunca soñé que era posible. Eres una
parte de mí y siempre lo serás, sin importar qué.
—Simplemente no lo hagas.
—Resultará que soy más problemas de lo que habías tratado, y el reto aún no ha
terminado. ¿Estás segura sobre tenerme alrededor por mucho tiempo?
—Caray, no lo sé. —Ella bufó, girando sus ojos—. Ahora que he pasado a través
de diez tipos de infierno, vivir con el terror de que te perdería, creo que debería darte
la patada. ¿Qué crees?
—Buena idea.
—¿Qué es?
—Sé que ya estamos emparejados, pero hay algo más que me haría feliz. —Él se
apresuró antes de que sus nervios volaran—. Mi ángel, ¿te casarás conmigo?
Bueno, infierno. Hacerla llorar parecía ser todo de lo que era capaz de hacer. Sus
ojos se ampliaron y se llenaron, como dos grandes canicas marrones. Él mantuvo su
respiración, su corazón estaba martillando. La incomodidad de su cuerpo curando
podía soportarla, mientras que Daria fuera suya.
—Sí. —Rió ella. Luego se lanzó contra su pecho, abrazándole tensamente—. ¡Sí,
sí!
—Es una cita. Pero después de que salgas de la cama y camines bajo tu propio
poder. Tu equipo también querrá estar allí.
Juntos.
Daria caminó hacia la cama de Ben en la habitación del hospital, incapaz de
sofocar un diminuto trozo de temor.
Fiel a lo que le había dicho a Ryon, no había venido antes, a pesar de un par de
preguntas sobre el hombre que la había alcanzado a través de Mac y Noah. Ella sabía
cuán aterrado debía estar él, cuán ansioso. Aunque, que él estuviera listo para hablar,
tenía que ser una buena señal de su recuperación.
—Tan pronto como mi compañero esté de pie. Vamos a hacerla aquí, creo.
—Puedes apostarlo.
Que es por lo que no tenía ni idea de que Phoenix se había chocado con él a
propósito, y fingió luego que era un accidente.
—Maldición —gruñó Noah—. Acabo de pasar las últimas tres horas arreglando
esto. —Agachándose, el lindo enfermero se unió al otro hombre y empezó a recoger
documentos. Entonces miró hacia arriba para encontrarse siendo el receptor de esa
cegadora sonrisa que le había dado a Daria momentos antes.
Solo que esta sonrisa era completamente diferente: su calor podría haber
derretido la pintura de las paredes.
—Y-yo… gracias.
El pobre Noah parecía haber sido golpeado en la cabeza con una llave de ruedas. 254
Bueno, ¿no era eso interesante? Riéndose entre dientes, Daria entró en la
habitación de Ben. Su diversión de disipó cuando vio a su antiguo amante observando
apáticamente la televisión montada en la pared.
—¿Ben?
—Gracias. —Había una tristeza en sus ojos que ella no había visto nunca en el
usualmente seguro abogado. Y vulnerabilidad—. Me alegra que aceptases verme.
—¿De verdad? ¿A pesar de todo lo que he hecho desde entonces? —dijo él,
atragantándose.
Sacudiendo su cabeza, ella utilizó un tono sensato.
—La criatura hizo esas cosas, no tú. El hombre no tenía el control. ¿Recuerdas al
menos las cosas que él hizo mientras estabas en esa forma?
—Nunca supe que era tu tío quien estaba detrás mi secuestro, hasta que todo
había acabado y yo estaba aquí. Lo defendí una vez en un caso criminal, y esas fueron
las gracias que recibí. Nick me dijo que el hombre aparentemente esperó hasta que
nosotros rompiéramos y entonces me hizo llevar a Bowman. Había captado su atención
como el sujeto de pruebas perfecto.
—¿Y no les preocupaba que fueses un abogado prominente con colegas y una
base de clientes que te echarían de menos? 255
—Creo que no. Eran así de arrogantes.
—O así de estúpidos.
—Lo estoy. —Él aún estaba frágil y ella no quería hacerle daño de ninguna
manera, o restregarle su felicidad. Pero dijo la verdad—. Él es mi otra mitad. Nos
vinculamos, y vamos a casarnos tan pronto como él esté de pie y andando. Vivir aquí
también será perfecto. De esa forma puedo continuar mi estudio de los lobos… los de
verdad.
—Gracias, pero no —dijo en voz baja—. Es mejor que me vaya a casa, que
reordene mi vida. Pero te deseo lo mejor, y voy a estar pensando en ti.
Ella rió.
—Sí, lo fuiste.
Ryon estaba de pie en el altar, el cual en realidad era un simple pasaje abovedado
blanco decorado con todo tipo de flores de las que no sabía sus nombres. No le
importaba: tenía los ojos para solo una bella flor en todos los alrededores.
Daria caminó por el pasillo, escoltada por su padre, Charles. Ambos estaban
sonriendo, pero la sonrisa de ella brillantemente feliz fue la que lo dejó sin respiración.
Su rostro estaba radiante. El pelo negro azabache estaba apilado encima de su cabeza,
derramándose a los lados de su cara. Los ojos marrones lo devoraban, brillando con 257
amor y promesa.
Cuando llegaron hasta él, Ryon estaba un poco nervioso por tomarla del hombre
más mayor, pero la transferencia tomó lugar sin ningún obstáculo. A Ryon le gustaba
Charles y realmente no se había preocupado desde que el sentimiento era mutuo, pero
aun así. El hombre estaba “dándole” a su hija. Pero Charles parecía emocionado por su
niña bebé, y mientras ella estuviera sonriendo, su papá también lo estaría.
A través de todas las cosas habituales de la boda, Ryon sobrevivió a los golpes en
la espalda de sus amigos y a las brutas bromas sobre la noche de bodas. Tomaron
montones de fotos, comieron mucha comida.
Zan se acercó, sujetando una cerveza. El hombre había conseguido volver de sus
vacaciones para darse cuenta de que se había perdido una gran operación, y no había
estaba emocionado. Pero aún estaba aprendiendo a compensar la pérdida de su
audición. Podía leer los labios bastante bien, y su habla estaba bien, aunque un poco
extraña. La cuestión más grande era cómo haría una vez volviera al campo. No lo sabían
aún.
—¡Felicidades!
Eso era lo que todos estaban temiendo en secreto. Si el mundo sabía que las
criaturas paranormales existían (sin mencionar que el gobierno había experimentado
supuestamente con humanos y cambiantes) los efectos secundarios serían enormes.
—Cierto.
—Gracias.
Justo cuando Zan se alejaba, Ryon vislumbró a Micah de pie solo en la esquina
del edificio. Estaba seguro que vislumbró la prescripción de una botella en la mano del
hombre cuando la metió en el bolsillo de su abrigo. Luego el hombre más joven
definitivamente mordió algo en su boca y lo bajó con vino.
—No estoy segura, pero espero que no. Está tomando muchas pastillas.
—Oye —Ella estaba de pie delante de él—. Es nuestro día. Mañana, veremos a
nuestros amigos. Iremos a ver a Nick si quieres.
Llamaron a todos, tiraron la liga a los chicos, el ramo de la novia a las chicas.
Luego cortaron el pastel y empujaron sus trozos a la cara del otro, riendo. Se quedaron
el tiempo suficiente para conseguir que todos sus invitados estuvieran servidos, y luego
se escabulleron. Corriendo hacia su dormitorio, Ryon se excitó más y más.
—Él estará aquí mañana. Y hazme un favor, no digas la palabra papá otra vez una
vez lleguemos a nuestro dormitorio, o marchitarás una erección perfectamente bonita.
—Te mostraré lo lindo. —Él se quitó sus ropas y su pene golpeó su estómago.
Una vez estuvo desnuda, la guió a la cama, esforzándose por no saltar sobre ella
como el lobo hambriento que era. Quería ser gentil, pero había un fuego más grande
esta noche. Una pasión que no sería negada. Él quería estar a cargo. El calor de respuesta
en sus ojos dijo que ella también lo quería.
Poniéndola en la cama, agarró ambas muñecas en una mano y las puso sobre su
cabeza, clavándolas en las mantas. Adoraba esa posición, la manera en la que la hacía
parecer vulnerable para ser tomada por él. A su merced. La manera en la que exponía
sus pechos para él, maduros y esperando a ser succionados.
Dejando sus brazos sobre su cabeza, se movió más abajo. Lamió un camino a su
plano ombligo, a su pelo. Luego fue más abajo, abrió los labios de su sexo, riéndose
cuando ella extendió sus piernas más ampliamente para darle mejor acceso.
Con placer. Lamió su montículo, girando su lengua hasta que ella se estuvo
retorciendo. Dos veces tuvo que recordarle que mantuviera sus manos quietas, y eso
pareció excitarla incluso más. Luego sumergió su lengua entre sus pliegues, follándola
durante un rato, poniéndola resbaladiza y agradable. Adoraba su sabor, y muy pronto
disfrutaría de su sangre cuando la reclamara otra vez.
Succionó su clítoris, sin dejarlo hasta que ella estuvo suplicando, sus caderas
sacudiéndose. Él sabía que ella quería alcanzarlo y empujarlo, pero no la dejó. Su control
intensificaba su erotismo. Finalmente, se movió hacia arriba y se agachó entre sus
piernas.
Lamiendo sus muslos, colocó sus piernas sobre sus hombros. Su culo estaba en
el aire, su sexo extendido y brillando. Esperándolo para dominar.
¡Mía!
Su orgasmo rompió y ella gritó, retorciéndose y apretando más sus jugos cuando
él cabalgó las réplicas. Al final se vinieron juntos, y retiró sus colmillos, lamiendo las
heridas para cerrarlas. Luego la abrazó, su cabeza en su pecho.
—Eso fue perfecto —murmuró él, besando su cabeza—. Te quiero, esposa mía.
Mi compañera.
—Me alegra que te sientas de esa manera, bebé. Porque estás atada a mí de ahora
en adelante.
Somnolientos, fueron a la deriva con los sonidos de la fiesta aun oscilando fuera,
en la dicha y la paz. Daria lo había completado, lo había domesticado, había domesticado
su impaciente y solitario espíritu: sin mencionar a los espíritus reales que una vez le
habían molestado. Ya no tenía que huir. Ella lo amaba, y estaba en casa con él, con la
Manada, para siempre.
262
Ese sería el día que Nick Westfall pagaría por sus pecados.
Dos almas dañadas: una llena con odio y otra que ha perdido las razones para vivir,
son forzadas a estar juntos a medida de que llegan a un acuerdo con su improbable y
turbulento vínculo. Un amor no esperado quizás pueda ser todo lo que se interponga entre
ellos y un asesino que intenta desesperadamente mantener el pasado muerto y enterrado…
Sobre la Autoran
J.D. Tyler
La autora de Bestsellers J.D. Tyler es
muy conocida por sus oscuras y sexys series
paranormales Manada Alfa y los Bomberos
de la Estación Cinco. Primal Law, el primer
libro de la serie Alpha Pack (Manada Alfa),
fue ganador del Premio Elección de los
Lectores Nacionales en Paranormal. También
264
ha sido una múltiple finalista en el Premio
por Excelencia a Escritores de Romance de
Colorado, una finalista por el Premio al Mejor
Bestseller, ha obtenido el Premio al Mérito al Medallón CALIENTE, y ha sido dos veces
nominada al Premio de los Lectores de Romance Australiano en suspenso romántico.
Los libros de J.D. Tyler regularmente aparecen en las listas de mejores vendidos
de Neilson Bookscan, Barnes y Noble, BooksOnBoard y Amazon, entre otras, y ella fue
recientemente nombrada por BooksOnBoard como su Autora de Romance Mejor
Vendido #1.