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Lo que bien pudo haber sido una reinterpretación del Libro de las Maravillas, Italo Calvino,
un autor que siempre trata de experimentar tanto en su narrativa como en su escritura, busca
algo que va aún más allá que solo relatos de las travesías de este mercader mejor conocido
como Marco Polo, alejándose de la realidad histórica que hay detrás de estos personajes, el
autor busca profundizar y llegar a otros aspectos mediante sus relatos dotados de gran detalle
y descripciones que el lector irá descubriendo a lo largo de la lectura. En esta reseña analizaré
los diferentes apartados o clasificaciones de los textos que contiene el libro, así como
comprender lo que el autor quiere expresar y al mismo tiempo transmitir al respectivo lector.
En este libro podemos encontrar una serie de relatos que se desarrollan entre Marco Polo y
el gran Kublai Kan, donde este viajero es el encomendado de describir todas las ciudades que
ha visitado y que forman parte del gran imperio del poderoso Kublai, cuyo territorio era tan
extenso que él mismo desconocía lo que pasaba en los pueblos y con su gente, así que
necesitaba de alguien que pudiera darle una descripción, la más fiel a la realidad, para que él
pudiera visualizar cómo eran las cosas en las ciudades que estaban bajo su control y a pesar
de contar con múltiples mensajeros uno sobresalió más que todos los demás y este fue Marco
Polo, caracterizado por una cualidad muy particular, la manera tan peculiar que tiene al
describir las ciudades a las que va e interpretar todo lo que sus ojos pueden contemplar, donde
a pesar de las limitantes lingüísticas que llegan a presentarse entre él y el gran Kan no parecen
ser problema alguno ya que recurre al uso de gestos y pantomimas que logran sorprender a
Kublai a primera estancia y que no dejan de aburrirlo. Cada ciudad es muy distinta a las
demás, algunas están llenas de color y otras repletas de misterio y codicia, ciudades llenas de
contrastes tanto geográficos como sociales, cada lugar es una experiencia totalmente
diferente para Marco Polo y sus ojos, que han visto tantas cosas en tan inquietantes ciudades,
cada una de ellas caracterizadas por particularidades específicas, algunas por el tipo de gente
que vive ahí, otras tan irreales que pueden parecer sueños o capaces de proyectar los peores
temores de una realidad que trata de pasar desapercibida.
Es importante mencionar y enfocarnos al análisis de cada uno de los capítulos presentados
en este libro, comenzando por los títulos de los mismos, todos estos giran entorno a un
contexto similar, las ciudades, cada una distinguiéndose de las otras por ciertas
particularidades como el deseo, la memoria y los signos, yéndose también a títulos
ciertamente llamativos como “Las ciudades sutiles” o “Las ciudades y los ojos”. En el caso
de “La ciudad y el deseo” no solo describe lugares en los que el hombre se ve tentado a
circunstancias de tipo carnal sino también que pone a prueba al individuo mismo y sus
valores. “La Ciudad y la memoria”, gracias a las magníficas descripciones que Marco Polo
relata uno puede imaginar el entorno que se va construyendo logrando el poder crear
sensaciones o sentimientos junto al ambiente del lugar; la memoria puede llegar a ser
traicionera y sumergirnos en una ola de nostalgia al estar en algún lugar con ciertas
características que nos recuerdan a nuestro pasado, por lo que la memoria misma puede
ayudarnos a enriquecer un recuerdo o hundirnos en él; con respecto a las ciudades y los signos
surge un concepto interesante, como bien se mencionaba en el libro la gente que habita alguna
ciudad también es una pieza clave para ser parte de la esencia misma del lugar, , así mismo
entra al mundo de los conceptos refiriéndose a que lo que vemos son “figuras de cosas que
significan otras cosas”, una definición un tanto abstracta pero que nos refleja la subjetividad
que cada individuo tiene para interpretar las cosas que le rodean y la importancia de ellas en
la forma en la que se vive, como en las ciudades y los muertos, donde hablan de una ciudad
en la que disfrutas tanto en vida como en la muerte, contando con una ciudad subterránea en
la que los individuos pueden seguir haciendo sus actividades diarias o mejorar su nivel de
vida anterior, una forma de escapar de su realidad, donde muchos vivos querían morir para
poder obtener esa segunda oportunidad de poder comenzar de nuevo. En contraste a esto
mismo existen las ciudades y el cielo, Bersabea, una ciudad con un sentimiento de
superioridad que se avergüenza de las semejanzas que comparte con los de abajo, de los
cuales tienen una perspectiva de una vida sumida en el caos ignorando el hecho de que los
mismos creadores que diseñaron su ideal mundo también se encargaron de diseñar lo que
está debajo de ellos, un hecho del que se avergüenzan y que intentan rechazar, ignorar y ser
indiferentes ante el lazo que une estas ambas partes y que finalmente conforman a una misma
ciudad pero que por esta distanciada por esta segregación ente ellos.
Las charlas entre Marco Polo y el gran Kan nos permite ver un aspecto más personal de ellos
y a lo largo del libro podemos percibir su humanidad y crecimiento como personajes a través
de lo que experimentan; mediante los relatos contados por Marco, este le cuenta al gran Kan
sobre ciudades diversas llenas de elementos cambiantes tanto positivos como negativos sin
embargo la intención que este también tenía para Kublai era el abrirle los ojos y ponerlo a
reflexionar sobre la situación que sus ciudades y su gente estaba viviendo, su expansión en
cuestión territorial era algo magnífico sin embargo cada vez una problemática se hacía más
presente entre la población, la injusticia, la negatividad, la pobreza, todos estos elementos
estaban más latentes amenazando con el futuro de su gobierno si Kublai no reflexionaba y se
detenía al menos por un momento de pensar en sí mismo y en lo que quería sino más bien en
lo que su gente necesitaba, de alguna forma Marco fue un mensajero que emitía relatos
hermosos pero que también expresaba las necesidades que el pueblo padecía