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31 Atay vs. Embotelladora Del Atlántico
31 Atay vs. Embotelladora Del Atlántico
1º) Rechazar la demanda promovida por el Sr. Manuel José Atay DNI 23.056.642 en
contra de Embotelladora del Atlántico S.A., con costas a cargo del actor.- 2º) Regular los
honorarios del Dr. Juan Carlos Palmero (h) en la suma de Pesos Dos millones seiscientos
mil ($2.614.000) con más la suma de Pesos Quinientos cuarenta y ocho mil novecientos
cuarenta ($548.940) en concepto de IVA.-
2) Radicados los autos en este Tribunal de Alzada, el actor expresó agravios a fs.
583/587. Corrido el traslado a la contraria, la demandada lo contesta a fs. 589/596.---
Manifiesta que la escribana actuante de una simple observación afirmó que la tapa de
color amarillo se encontraba herméticamente cerrada con precinto de seguridad, en
contraposición a la conclusión de la perito industrial que dice a f. 340 Que de todo lo
manifestado resulta acreditado que la demandada fue la que dirigió la pericia, por ser esta
la parte más débil de esta relación jurídica procesal. Expresa que el a quo ignoró la pericia
química, prueba dirimente para resolver el presente caso atento que esta perito mostró
con su conducta absoluta imparcialidad y apoyó sus conclusiones en forma científica. Cita
la pericia química.
Señala que la declaración testimonial de la Sra. Norma Mabel Chiaraviglio quien dijo que
el Sr. Manuel Atay volvió con la gaseosa a los pocos minutos de haberla comprado y que
tal como surge de las declaraciones testimoniales de los empleados de Coca Cola, como
así también de la inspección ocular, la prueba por la cual se violaría la tapa del envase, se
trata de un procedimiento complejo que requiere tiempo, conocimientos y herramientas
especiales como surge de los dichos de los testigos. Esto excluye al actor de tal accionar,
pero si queda acreditado con certeza que empleados de la empresa tienen conocimientos,
herramientas y el tiempo para violentar la tapa del envase.---
Por todo lo manifestado y al no haber una prueba contundente que acredite la ruptura del
nexo causal, tal como el mismo a quo hace referencia a f. 554 en caso de duda sobre la
interpretación de los principios que establece la ley de Defensa del Consumidor
prevalecerá la más favorable al consumidor. La juez afirma que no alberga dudas de que
la situación de autos se enmarca dentro de las previsiones de la ley de Defensa del
Consumidor. Que por lo tanto la demandada está en conocimiento de que se producen
manipulaciones, hasta arriesga formas y procedimientos de cómo se hacen, pero no actúa
para evitarlos como hacen otras empresas, que colocan medidas de seguridad en cada
uno de los productos, y esta conducta pasiva de la demandada en el mejor de los casos y
en el peor, es despreciativa de la salud de los consumidores, debe ser condenada y
obligarla a que adopte mayores medidas de seguridad y es aquí a través de un fallo
condenatorio, que se debe materializar la tutela de los derechos de los consumidores, que
deje de ser negocio para las empresas no invertir en seguridad y que esta conducta sea
disuadida por la imposición de fuertes multas realmente ejemplificadoras. Que la
demandada en pos del lucro absoluto coloca a los consumidores en evidente situación de
peligro porque si la botella de Coca Cola en vez de tener un objeto extraño, visible,
hubiese sido veneno, como el ejemplo que trajo la juez en su sentencia a f. 559, otras
hubiesen sido las consecuencias.---
4) La contraparte responde los agravios solicitando sean rechazados, por las razones de
hecho y derecho que en su escrito expone, al cual nos remitimos en honor a la brevedad.
A7) Corresponde, luego, resolver el recurso de apelación incoado por la parte actora en
contra de la sentencia en crisis. Es preciso recordar, asimismo, que nos encontramos ante
una relación de consumo (regulado en el art. 42 de la CN y ley 24240 y sus
modificatorias) como señala la judex, lo que al no haber sido impugnado pasó a autoridad
de cosa juzgada.---
9) El deber de seguridad.---
Este deber de seguridad pesa sobre todo proveedor de bienes y servicios (art. 2 LDC), y
constituye una obligación de carácter principal y autónoma (que hace a la esencia del
contrato de consumo) transformándose en virtud de la normativa citada en una obligación
central de seguridad real y concreta
10) Régimen agravado en materia alimentaria.---
En relación a la pericia industrial realizada por la Ingeniera Industrial Natalia del Valle
Grosse, luego de realizar una comparación entre la “botella problema (de la pericia)” y dos
botellas estándar (extraídas al azar de la línea de producción), la ingeniera concluye que:
a) el precinto de seguridad de la tapa tiene una separación anormal; b) existe una ventana
de luz justo en la unión del corte principal del precinto de seguridad; c) la tapa no se
encuentra deformada en su parte superior (hinchada); d) se observa la existencia de
hongos sobre la base del aro del envase y, luego de destaparla, se observa además la
existencia de hongos en la parte interna de la rosca de la tapa, los cuales se generan por
la contaminación del producto al ser destapada la botella; e) se observa pérdida de líquido
sin necesidad de mover el envase antes de ser destapada (f. 340); f) el envase y su
respectiva tapa presentan signos de haber sido violentados (f. 341); g) cuando se produjo
la apertura de la botella objeto de la pericia no se cortó el precinto de seguridad de la
tapa, lo cual hace evidente que la tapa fue manipulada con anterioridad para que esto no
ocurriese, y entonces así permanecer sin que se rompiese en el momento en que era
violentada dicha botella.---
Asimismo, señala que “… las tapas poseen un precinto de seguridad que resguarda su
apertura (…) En condiciones especiales; que implican manipulación de la tapa y del
envase; las botellas de uso corriente en el mercado para productos de similares
características son susceptibles de ser violadas y/o adulteradas…” Ello implica dedicarle
un tiempo específico a dicha tarea mediante el empleo de elementos específicos que
permitan realizar la dilatación y contracción por variación de temperatura de los materiales
constitutivos, y el empleo de herramientas especiales (f. 383).----
EDASA alega que mediante la pericia industrial se determinó que el vicio en la botella
únicamente podría haber provenido de una violación o hackeo de un agente externo y que
este es necesariamente ajeno al proceso de producción efectuado en la empresa. Que
ello interrumpió el nexo causal necesario para atribuirle responsabilidad.---
Dicha reparación es procedente ya que el actor contaba con el envase de la bebida para
el consumo, lo que lo legitima para dicho resarcimiento, sin que sea necesario la
acreditación del ticket de compra, de acuerdo a los principios tuitivos del Derecho del
Consumidor.----
c) Daño Punitivo: Solicita el accionante que se aplique el art. 52 bis LDC y se condene a
la demandada al pago de pesos cinco millones ($ 5000000) en concepto de daño
punitivo.-
Como se dijo, aun cuando la botella pudo haber sido violentada fuera del establecimiento
de la demandada, ella conocía la vulnerabilidad del envase de manera tal que no queden
rastros perceptibles a simple vista. Ello adquiere mayor relevancia al tratarse EDASA de
una empresa que embotella y distribuye una de las bebidas líderes en ventas en dicho
rubro, y que por su propia naturaleza están destinadas al consumo humano. En este
sentido, entendemos que en los casos donde se vea involucrado el derecho a la salud,
como en el sub examine, corresponde la aplicación de un criterio de “tolerancia cero”,
donde el argumento que no hay sistemas infalibles no es óbice para la aplicación de la
multa civil, tratándose de alimentos de consumo humano donde no hay margen para la
falla.