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I.

INTRODUCCIÓN AL MÓDULO

En este módulo encontrará la descripción de las principales


características del contrato de prestación de servicios y el fundamento
constitucional que sustenta la configuración de una relación laboral
frente a la desnaturalización del contrato de prestación de servicios.

Asimismo, como elementos de apoyo, encontrará una cartilla de


análisis jurisprudencial acerca de la configuración del contrato realidad
y la respuesta a la eterna pregunta ¿Si se cumple horario en el marco
de un contrato de prestación de servicios se configura el elemento de la
subordinación de una relación laboral?

II. CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS

El contrato de prestación de servicios es una forma excepcional de la


administración pública de acceder a servicios en unas determinadas
condiciones, pues la regla general de acceso a la función pública es
mediante el empleo público.

Esta es una figura permitida por el ordenamiento jurídico en el que


quien celebra este tipo de contrato solo adquiere una relación
contractual. No es un empleado público ni un trabajador del Estado.
Trato que está justificado constitucionalmente en virtud de que el
contratista tiene una condición de independencia y autonomía que no
tiene el empleado público.

Al respecto, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica ha señalado lo


siguiente:

El Estado vincula al personal necesario para el cumplimiento de sus


objetivos a través de dos modalidades que representan dos escenarios
distintos:

1. En el primero de ellos se configura una relación laboral por un mandato


legal o reglamentario, o por medio de un contrato laboral. Las personas
vinculadas legal o reglamentariamente adquieren la categoría de
empleados públicos y, previa vinculación, es necesario: (i) que exista el
empleo en la planta de personal de la entidad, (ii) se determinen las
funciones del cargo y (iii) haya la provisión de los recursos en el
presupuesto para el pago de los gastos que demande el empleo, tales
como salarios y prestaciones sociales.

Por su parte, las personas vinculadas a través de un contrato laboral


adquieren la categoría de trabajadores oficiales y su vinculación se rige
por lo dispuesto en las normas sustanciales y procesales del trabajo,
como lo vimos en el Módulo 1 – Introducción.
2. En el segundo escenario, el Estado suscribe contratos con personas que
se desempeñen como colaboradores de la administración, y lo hacen a
través de diversos tipos de contratos previstos en la ley, de los cuales
no se deriva una relación laboral, como es el contrato de prestación de
servicios, entre otros.

El artículo 32 de la Ley 80 de 1993 define por contratos de prestación


de servicios: aquellos que celebren las entidades estatales para
desarrollar actividades relacionadas con la administración o
funcionamiento de la entidad.

Estos contratos "solo podrán celebrarse con personas naturales cuando


dichas actividades no puedan realizarse por personal de planta o
requieran conocimiento especializado», y advierte que «en ningún caso
estos contratos generan relación laboral ni prestaciones sociales y se
celebrarán por el término estrictamente indispensable."

ELEMENTOS QUE CONFIGURAN EL CONTRATO DE PRESTACIÓN


DE SERVICIOS

Sobre la base de la norma citada, la jurisprudencia de las Altas Cortes


ha establecido una serie de elementos que configuran el contrato de
prestación de servicios:

(i) Excepcionalidad, pues solo se pueden celebrar con el fin de atender


actividades que no puedan desarrollarse con el personal de planta o
requieran conocimientos especializados;

(ii) temporalidad, porque su duración dependerá del tiempo estricto que


conlleve la ejecución de la actividad contratada;

(iii) autonomía, pues el contratista ejerce de forma discrecional las


obligaciones adquiridas, y en razón de su especialidad, desde el punto
de vista técnico y científico, se presume que conoce la mejor manera de
cumplir la labor; y

(iv) retribución, la cual se efectúa a través de honorarios.

EXISTIRÁ ENTONCES UNA RELACIÓN CONTRACTUAL REGIDA POR


LA LEY 80 DE 1993 CUANDO:

Sobre esta última condición, para suscribir contratos de prestación de


servicios es importante señalar que debe ser entendida para aquellos
casos en los que la entidad pública contratante requiera adelantar
labores ocasionales, extraordinarias, accidentales o que temporalmente
exceden su capacidad organizativa y funcional, pues se desdibujaría la
relación contractual cuando se contratan por prestación de servicios a
personas que deben desempeñar exactamente las mismas funciones
que, de manera permanente, se asignan a los demás servidores
públicos.

En línea con lo anterior, la jurisprudencia constitucional ha insistido en


que el contrato de prestación de servicios con el Estado solo se puede
celebrar: (i) para aquellas tareas específicas diferentes de las funciones
permanentes de la entidad, (ii) en aquellos eventos en que la función de
la administración no puede ser suministrada por las personas
vinculadas laboralmente a la entidad oficial contratante o (iii) cuando se
requieren conocimientos especializados.

Respecto de las características del contrato de prestación de servicios,


la Corte Constitucional ha precisado sus particularidades acerca del
objeto de la obligación, la autonomía e independencia del contratista, y
la temporalidad de la vigencia del contrato.

PARA PROFUNDIZAR SOBRE ESTE TEMA, LE SUGERIMOS


REVISAR LAS SIGUIENTES FICHAS DE ANÁLISIS
JURISPRUDENCIAL

 Sentencia del consejo de estado:

Ficha de análisis jurisprudencial


Sentencia: Consejo de Estado
Tema(s) CONTRATO REALIDAD / RELACIÓN CONTRACTUAL
Subtema(s) PRINCIPIO DE LA REALIDAD SOBRE LAS FORMALIDADES
/ REQUISITOS / ELEMENTOS
Radicación número: 25000-23-25-000-2008-00344-01(0681-11)
Fecha: 1 de marzo de 2012
Consejero ponente: GUSTAVO EDUARDO GÓMEZ ARANGUREN

HECHOS RELEVANTES

La actora fue vinculada al cargo de Bacterióloga en la Clínica San Pedro


Claver en Bogotá, perteneciente al entonces Instituto de los Seguros
Sociales desde el día 18 de abril de 2001, por medio de contratos de
prestación de servicios personales: la vinculación con el I.S.S. tuvo
vigencia hasta el 30 de junio de 2003, pasando a laborar desde el 1° de
julio del mismo año sin solución continuidad y por sustitución patronal
(en virtud del Decreto 1750 del 26 de junio de 2003 que escindió el
I.S.S.) a la E.S.E Luis Carlos Galán Sarmiento hasta el 3 de septiembre
de 2007.

Las labores que hubo de cumplir la demandante no diferían en lo


absoluto de las efectuadas por las personas vinculadas laboralmente,
pues adelantaba sus tareas en las dependencias de la E.S.E Luis Carlos
Galán Sarmiento, concretamente la Clínica San Pedro Claver y,
además, se sometía a un reglamento interno de trabajo, a una misma
jornada laboral, a un sistema disciplinario común y recibía órdenes
tanto verbales como escritas del Coordinador de Laboratorio, con la
única diferencia de que la demandante recibía una contraprestación
menor, no se le pagaban prestaciones sociales y el número de horas
laboradas al mes era superior.

PROBLEMA JURÍDICO

Problema jurídico principal que se analiza y se resuelve

Determinar si la actora tiene derecho al reconocimiento del “contrato


realidad” durante los periodos en que estuvo vinculada bajo órdenes de
prestación de servicios al Instituto de Seguros Sociales y a la E.S.E.
Luis Carlos Galán Sarmiento como bacterióloga, con los consecuentes
pagos salariales y prestacionales que se derivan de una relación laboral.

RATIO DECIDENDI

Así las cosas, se concluye que para acreditar la existencia de una relación
laboral, es necesario probar los tres elementos referidos, pero
especialmente, que el supuesto contratista desempeñó una función en las
mismas condiciones de subordinación y dependencia que sujetarían a
cualquier otro servidor público, constatando de ésta manera, que las
actividades realizadas no son de aquellas indispensables en virtud de la
necesaria relación de coordinación entre las partes contractuales.

 SENTENCIA: C-154-97
Ficha de análisis jurisprudencial
Sentencia: C-154-97
Icono martillo ley
Tema(s) CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS EN LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Subtema(s):
 Características del contrato de prestación de servicios en la
administración pública
 Diferencia entre el contrato de trabajo y contrato de prestación
de servicios
 Principio de primacía de la realidad sobre formalidades
establecidas por sujetos de relaciones laborales

HECHOS RELEVANTES

Los actores señalan que el Numeral 3o. -parcial- del artículo 32 de la Ley
80 de 1993 por la cual se dicta el Estatuto de Contratación Administrativa".

desconoce el derecho a la igualdad (C.P., art.13), ya que se “permite, motiva


e induce” a la administración pública a contratar por prestación de
servicios a personas para que desarrollen las mismas actividades o
funciones públicas que desempeñan trabajadores oficiales y empleados
públicos, vinculados a las plantas de cargos de las entidades contratantes,
con las mismas obligaciones y deberes que aquellos, dando origen a una
relación que en la práctica tiene carácter laboral por la subordinación y
dependencia con que se realiza, con lo cual se genera un trato desigual y
discriminatorio entre contratistas y servidores públicos, en materia de
garantías y derechos laborales, a pesar de que la base fáctica entre todos es
idéntica.

PROBLEMA JURÍDICO

Problema jurídico principal que se analiza y se resuelve

¿Las expresiones "no puedan realizarse con personal de planta o" y "En
ningún caso...generan relación laboral ni prestaciones sociales" contenidas
El Numeral 3o. -parcial- del artículo 32 de la Ley 80 de 1993, "por la cual
se dicta el Estatuto de Contratación Administrativa" induce a la
administración pública a contratar por prestación de servicios a personas
para que desarrollen las mismas actividades o funciones públicas que
desempeñan trabajadores oficiales y empleados públicos?

RATIO DECIDENDI
El caso bajo estudio la pretendida vulneración al derecho fundamental a la
igualdad no tiene cabida por cuanto no pueden predicarse condiciones
desiguales en situaciones fácticas diversas entre sujetos que han prestado
servicios en forma evidente y diferente a la administración pública, unos a
través de una relación contractual y otros mediante una relación laboral de
origen contractual, legal o reglamentario. La misma naturaleza,
características y elementos esenciales del vínculo que los une a la
administración pública, ya analizadas, determina que la regulación legal sea
diametralmente opuesta, dadas, se repite, las situaciones fácticas diversas
en que unos y otros se desempeñan, en cuanto a las finalidades,
obligaciones, y responsabilidades que cumplen.

En ese sentido se pronunció la Sala Plena de esta Corporación cuando


examinó la exequibilidad del contrato de prestación de servicios bajo la
vigencia del Decreto-Ley 222 de 1983:

"(..) 14. Quien celebra con un ente público un contrato administrativo de


prestación de servicios, sólo adquiere como autor del acuerdo el carácter de
titular de una relación contractual y, en el circunscrito universo del convenio,
se convierte en un específico centro de intereses. No se transforma en
empleado público ni en trabajador del Estado. El régimen del empleado
público y de su responsabilidad se encuentra definido y regulado
minuciosamente en la ley y no es materia de contrato. La subordinación del
empleado y del trabajador oficial se opone a la independencia y autonomía
del mero contratista del Estado. En fin, la situación legal y reglamentaria
(empleado público) y laboral (trabajador), no son en modo alguno
equivalentes ni asimilables a la posición que ostenta el contratista
independiente.

(...)

No se observa quebranto al principio de igualdad (CP art. 13). El contratista


independiente no puede homologarse al empleado público o al trabajador
oficial. El trato diferente que en los dos supuestos reciben las categorías que
pretenden contraponerse, se justifica por la existencia de una razonable
diferencia que media entre ellas y que está dada por el carácter de
trabajadores dependientes que exhiben los empleados públicos y
trabajadores oficiales y la condición de independencia y autonomía propia
del contratista."

Es más, adicional a lo anteriormente expresado, la Corte encuentra que la


restricción demandada hace prevalecer el respeto al derecho a la igualdad
en tanto que sólo autoriza la contratación por prestación de servicios de
personas naturales cuando las actividades de administración o
funcionamiento de la entidad “no puedan celebrarse con personal de planta”,
precisamente para evitar que al mismo tiempo personal de planta y
contratistas realicen idénticas labores en igualdad de condiciones pero con
tratamientos laborales distintos, en desmedro de los contratistas.

No es cierto, entonces, como lo indican los accionantes que cada vez que una
entidad presente una insuficiencia de personal en su planta, pueda acudirse
como remedio expedito de la misma al contrato de prestación de servicios a
fin de solventar la crisis que se pueda generar; la contratación de personas
naturales por prestación de servicios independientes, únicamente, opera
cuando para el cumplimiento de los fines estatales la entidad contratante no
cuente con el personal de planta que garantice el conocimiento profesional,
técnico o científico que se requiere o los conocimientos especializados que se
demanden. Desde luego que si se demuestra la existencia de una relación
laboral que implica una actividad personal subordinada y dependiente, el
contrato se torna en laboral en razón a la función desarrollada, lo que da
lugar a desvirtuar la presunción consagrada en el precepto acusado y, por
consiguiente, al derecho al pago de prestaciones sociales a cargo de la
entidad contratante, para lo cual el trabajador puede ejercer la acción laboral
ante la justicia del trabajo, si se trata de un trabajador oficial o ante la
jurisdicción contencioso administrativa, con respecto al empleado público.
De otro lado, se plantea que la pretendida discriminación conlleva no sólo
una desnaturalización del contrato de prestación de servicios, sino también a
la vulneración del derecho al trabajo reconocido en el preámbulo y artículos
1, 2 y 25 de la Constitución y por ende de los principios mínimos laborales
consagrados en el artículo 53 de la Carta Política, en especial en lo que a la
primacía de la realidad sobre las formas en las relaciones de trabajo, la
irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en normas laborales
y la estabilidad en el empleo, se refiere.

Al respecto esta Corporación considera pertinente señalar que los principios


mínimos y garantías constitucionales consagradas en el artículo 53
constitucional son de carácter general y aplicables a todas las modalidades
de la relación laboral; en consecuencia, en el caso sub-examine su aplicación
escapa al contenido y finalidad del contrato de prestación de servicios dada
la independencia y autonomía con que el contratista ejecuta su labor, unido a
la prohibición de que el mismo equivalga o se asimile a un contrato de
trabajo salvo, lo enunciado en esta providencia para aquellos casos en que
se acredite la existencia de la relación laboral.

Merece especial atención el señalamiento de los demandantes frente a la


prohibición absoluta de que los contratos de prestación de servicios generen
relaciones laborales y prestaciones sociales, aun cuando -en su sentir- en la
práctica ocurran verdaderas relaciones laborales dentro de la forma de esos
contratos. Si bien, las anteriores limitaciones son consecuencia lógica
deducible del reconocimiento que el Legislador ordinario mantuvo de la
naturaleza y elementos sustanciales del contrato de prestación de servicios,
en la preceptiva en cuestión, la Corte considera que el Legislador al usar la
expresión "En ningún caso... generan relación laboral ni el pago de
prestaciones sociales" para calificar la prohibición, en manera alguna
consagró una presunción de iure o de derecho, que no admite prueba en
contrario, como se señala en la demanda, ya que el afectado, como se ha
expresado, podrá demandar por la vía judicial competente el reconocimiento
de la existencia de la vinculación laboral y las consecuencias derivadas del
presunto contrato de trabajo relacionadas con el pago de prestaciones
sociales.

Preferentemente, el principio constitucional de prevalencia de la realidad


sobre las formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones
laborales tiene plena operancia en el asunto sub lite, en los casos en que se
haya optado por los contratos de prestación de servicios para esconder una
relación laboral; de manera que, configurada esa relación dentro de un
contrato de esa modalidad el efecto normativo y garantizador del principio se
concretará en la protección del derecho al trabajo y garantías laborales, sin
reparar en la calificación o denominación que haya adoptado el vínculo que
la encuadra, desde el punto de vista formal, con lo cual "agota su cometido al
desentrañar y hacer triunfar la relación de trabajo sobre las apariencias que
hayan querido ocultarla. Y esta primacía puede imponerse tanto frente a
particulares como al Estado mismo."

REGLA CONSTITUCIONAL QUE APLICA LA CORTE AL RESOLVER EL


PROBLEMA JURÍDICO PLANTEADO

La Corte Constitucional señala que no existe vulneración al derecho


fundamental a la igualdad, por cuanto no pueden predicarse condiciones
desiguales en situaciones fácticas diversas entre sujetos que han prestado
servicios en forma evidente y diferente a la administración pública, unos a
través de una relación contractual y otros mediante una relación laboral de
origen contractual, legal o reglamentario. La misma naturaleza,
características y elementos esenciales del vínculo que los une a la
administración pública, determina que la regulación legal sea
diametralmente opuesta, dadas, se repite, las situaciones fácticas diversas
en que unos y otros se desempeñan, en cuanto a las finalidades,
obligaciones, y responsabilidades que cumplen.

RESUELVE

Declarar EXEQUIBLES las expresiones "no puedan realizarse con personal


de planta o" y "En ningún caso...generan relación laboral ni prestaciones
sociales" contenidas en el numeral 3o. del artículo 32 de la Ley 80 de 1993,
salvo que se acredite la existencia de una relación laboral subordinada.
(…)”

 SENTENCIA: C-614-09
Ficha de análisis jurisprudencial
Sentencia: C-614-09
Icono martillo ley
Tema(s)
CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS
Subtema(s)
Prohibición para desempeñar funciones propias o permanentes de
las entidades de la administración pública a través de un contrato
de prestación de servicios
Características del contrato de prestación de servicios
HECHOS RELEVANTES

Se solicita a la Corte que declare la inexequibilidad del inciso 4º del


artículo 2º del Decreto Ley 2400 de 1968, que fue modificado por el
artículo 1º (parcial) del Decreto Ley 3074 de 1968. La prohibición de
celebración de contratos de prestación de servicios para el
desempeño de funciones permanentes del Estado desconoce el
artículo 25 superior, por dos razones: La primera, porque “frente a la
necesidad de ciertas funciones que eventualmente pueden ser
temporales y en el desarrollo de esas funciones o actividades se
convierten en permanentes, no se atiendan oportunamente el
desarrollo de funciones públicas por parte de las entidades, a la
espera de agotar, entre otras, las etapas anteriormente detalladas”.
La segunda, porque la vinculación mediante contrato de servicios es
más expedita en tanto que no requiere el agotamiento de etapas
formales como las exigidas para el nombramiento de vacantes de la
administración pública.

PROBLEMA JURÍDICO

¿La prohibición de celebrar contratos de prestación de servicios para


el ejercicio de funciones de carácter permanente, contemplada en el
artículo 2º del Decreto 2400 de 1968, es contraria a los artículos 2º,
25 y 53 de la Constitución?

RATIO DECIDENDI

La disposición normativa impugnada dispone que, para el ejercicio


de funciones de carácter permanente en la administración pública,
no pueden celebrarse contratos de prestación de servicios porque
para ese efecto deben crearse los empleos requeridos.

Esa prohibición legal constituye una medida de protección a la


relación laboral, pues no solo impide que se oculten verdaderas
relaciones laborales, sino también que se desnaturalice la
contratación estatal. En efecto, la norma impugnada conserva como
regla general de acceso a la función pública el empleo, pues
simplemente reitera que el contrato de prestación de servicios es una
modalidad de trabajo con el Estado de tipo excepcional y se justifica
constitucionalmente si es concebido como un instrumento para
atender funciones ocasionales, que no hacen parte del “giro
ordinario” de las labores encomendadas a la entidad, o siendo parte
de ellas no pueden ejecutarse con empleados de planta o requiera
conocimiento especializados.

De esta forma, el texto normativo impugnado constituye un claro


desarrollo de las normas constitucionales que protegen los derechos
laborales de los servidores públicos porque: i) impone la relación
laboral, y sus plenas garantías, para el ejercicio de las funciones
permanentes en la administración, ii) consagra al empleo público
como la forma general y natural de ejercer funciones públicas y, iii)
prohíbe la desviación de poder en la contratación pública.

De igual manera, la norma acusada despliega los principios


constitucionales de la función pública en las relaciones contractuales
con el Estado, en tanto reitera que el ejercicio de funciones
permanentes en la administración pública debe realizarse con el
personal de planta, que corresponde a las personas que ingresaron a
la administración mediante el concurso de méritos. Así mismo, la
creación de empleos en la planta de personal de la administración
exige convocar, en igualdad de condiciones, a todos los aspirantes y,
de todos ellos, escoger con moralidad y transparencia, al servidor con
mayores calidades y méritos.

Pero, además de que, como se vio en precedencia, la disposición


atacada desarrolla claros e imperativos objetivos constitucionales,
para la Sala es evidente que la prohibición de celebrar contratos de
prestación de servicios cuando se trata de desempeñar funciones
permanentes en la administración, es una medida adecuada y
necesaria, por cuanto de esta manera se impide que los nominadores
desconozcan el concurso de méritos como regla general de ingreso a
la función pública, evadan la responsabilidad prestacional y
desconozcan las garantías especiales de la relación laboral que la
Constitución consagra, tales como el derecho a la igualdad de
oportunidades, a la remuneración mínima vital y móvil, a la
estabilidad laboral, a la irrenunciabilidad de derechos ciertos y a la
aplicación del principio de favorabilidad, entre otros”.

REGLA CONSTITUCIONAL QUE APLICA LA CORTE AL RESOLVER


EL PROBLEMA JURÍDICO PLANTEADO

La Corte Constitucional señala que la prohibición a la administración


pública de celebrar contratos de prestación de servicios para el
ejercicio de funciones de carácter permanente se ajusta a la
Constitución, porque constituye una medida de protección a la
relación laboral, ya que no sólo impide que se oculten verdaderas
relaciones laborales, sino también que se desnaturalice la
contratación estatal, pues el contrato de prestación de servicios es
una modalidad de trabajo con el Estado de tipo excepcional,
concebido como un instrumento para atender funciones ocasionales,
que no hacen parte del giro ordinario de las labores encomendadas a
la entidad, o siendo parte de ellas no pueden ejecutarse con
empleados de planta o se requieran conocimientos especializado.

RESUELVE

Declarar EXEQUIBLE el último inciso del artículo 2º del Decreto Ley


2400 de 1968, tal y como fue modificado por el artículo 1º del
Decreto Ley 3074 de 1968, por los cargos analizados en esta
decisión.

POR EL CONTRARIO, EXISTIRÁ UNA RELACIÓN CONTRACTUAL


REGIDA POR LA LEY 80 DE 1993, CUANDO:

a) se pacte la prestación de servicios relacionadas con la administración o


funcionamiento de la entidad pública,

b) el contratista es autónomo en el cumplimiento de la labor contratada,

c) se le paguen honorarios por los servicios prestados y


d) la labor contratada no pueda realizarse con personal de planta o se
requieran conocimientos especializados. Sobre esta última condición
para suscribir contratos de prestación de servicios, vale la pena señalar
que debe ser entendida a aquellos casos en los que la entidad pública
contratante requiere adelantar labores ocasionales, extraordinarias,
accidentales o que temporalmente exceden su capacidad organizativa y
funcional, pues se desdibujaría la relación contractual cuando se
contratan por prestación de servicios a personas que deben desempeñar
exactamente las mismas funciones que, de manera permanente, se
asignan a los demás servidores públicos.

Cuando se logra desvirtuar el contrato de prestación de servicios,


inexorablemente conduce al reconocimiento de las prestaciones sociales
causadas por el periodo realmente laborado, atendiendo a la causa
jurídica que sustenta verdaderamente dicho restablecimiento, que no es
otra que la relación laboral encubierta bajo un contrato estatal, en
aplicación de los principios de igualdad y de irrenunciabilidad de
derechos en materia laboral consagrados en los artículos 13 y 53 de la
Carta Política respectivamente, superándose de ésta manera la
prolongada tesis que prohijaba la figura indemnizatoria como
resarcimiento de los derechos laborales conculcados.

(…)

En tales condiciones, es decir, desvirtuadas tanto la autonomía e


independencia en la prestación del servicio, como la temporalidad propia
de un verdadero contrato de prestación de servicios concluye la Sala que
la administración utilizó equívocamente la figura contractual para
encubrir la naturaleza real de la labor desempeñada, por lo que se
configura en este caso el contrato realidad en aplicación de los
principios consagrados en el artículo 13 y 53 de la Carta Política, en
tanto la demandante prestó el servicio público de salud en la ESE Luis
Carlos Galán Sarmiento de manera subordinada en las mismas
condiciones que los demás empleados públicos de sus mismas calidades
al interior de la entidad.

Debe advertirse, que las diferentes situaciones administrativas y


necesidades del servicio, no pueden convertirse en evasivas para
vincular precaria e ilegalmente personal para el desempeño permanente
de funciones públicas en este caso -el servicio de salud-, desconociendo
las formas sustanciales de derecho público, las modalidades previstas
en la Constitución y la ley para el ingreso al servicio público y aun las
garantías laborales y derechos fundamentales de quienes así resultan
vinculados.”
RESUELVE

Primero: CONFÍRMASE la sentencia del 15 de Julio de 2010, proferida


por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, Sección Segunda,
Subsección “B” que accedió parcialmente a las súplicas de la demanda.
(…)”

a) DESNATURALIZACIÓN DEL CONTRATO

Pese a que ambas formas de vinculación (como servidor público y


como contratista) responden a necesidades diferentes y sus
características están definidas por la ley y en la jurisprudencia de
los órganos de cierre, en la ejecución de los contratos de prestación
de servicios se puede incurrir en conductas de las cuales se deriva la
configuración de una relación laboral, cuando se presentan
elementos propios de aquella: la prestación personal del servicio, la
ejecución de labores subordinadas y el pago de un salario.

En ese evento, existe la posibilidad de que se declare la


configuración de un contrato realidad, que en términos prácticos
significa que aquella relación que inició de tipo contractual, varió,
porque sus formas, en realidad, se asemejaron a las de un contrato
laboral.

La declaratoria de configuración del contrato realidad se fundamenta


en el principio de la primacía de la realidad sobre las formas,
contenido en el artículo 53 de la norma superior, que busca «darle
prelación a las circunstancias que rodearon la relación jurídica, más
que a la forma que resulte del documento contractual o cualquier
otro que hayan suscrito o expedido las partes», y que propende
porque las particularidades de la realidad sean las determinantes al
momento de definir la existencia de una relación laboral.

El artículo 13 de la Constitución Política es fundamento


complementario de dicho principio, en la medida en que las
relaciones de la administración con los administrados deben regirse
por contenidos similares cuando se trate de situaciones que
comparten los mismos supuestos de hecho, en tal sentido, frente a
una misma labor realizada no hay circunstancias objetivas que
justifiquen una diferencia de trato y menos que la diferencia sea
formal y no material, porque en ellos radica el desconocimiento de
derechos.

De los elementos antes mencionados, la subordinación es uno de los


temas de mayor análisis en la jurisprudencia colombiana. Si bien, de
ésta se pueden extraer una serie indicios, se ha de advertir que la
presencia o la ausencia de uno sólo de éstos no genera
necesariamente la configuración o no de la subordinación.

Para considerar acreditada la subordinación en una relación con el


Estado se requiere tener consciencia de todos los hechos que se
presentaron en la ejecución del contrato pactado, pues, se recuerda,
la esencia de la configuración de una relación laboral se nutre de la
realidad.

En el análisis del elemento de la subordinación se debe tener en


cuenta la naturaleza de la labor y el conjunto de circunstancias en
que la misma se desarrolla.

Los hechos indicadores de la subordinación se pueden dar:

a) En la forma en que se ejerce la supervisión del contrato, mediante:


órdenes de cómo, dónde y cuándo se debe realizar una actividad; la
vigilancia constante en la realización de la actividad, con acciones
como “evaluaciones de desempeño”; el requerimiento para que
permanezca en las instalaciones de la entidad; el sometimiento al
reglamento del personal; la exigencia de autorizaciones para
ausentarse; la obligación en el uso de uniformes; la variación
constante de las condiciones de tiempo, modo y lugar en la
prestación de los servicios; la sanción por incumplimiento de
órdenes, entre otros.

b) En la forma de ejercer las obligaciones, pues puede ocurrir que el


contratista: no asuma ningún riesgo en el desarrollo del contrato;
actué en representación de la entidad o sea sometido a constantes
capacitaciones.

c) En las funciones encomendadas, pues puede ocurrir que: la labor


encomendada sea permanente; se renueve el mismo objeto
contractual respecto de la misma persona; se desempeñen funciones
relacionadas con el objeto social de la entidad; se asignen
obligaciones contractuales iguales a las funciones desarrolladas por
personas vinculadas por una relación legal y reglamentaria o por un
contrato laboral, entre otros.

Uno de los elementos comúnmente analizados es el cumplimiento


del horario como un indicio de subordinación, al respecto se debe
señalar que no siempre que se cumple horario se configura el
elemento de la subordinación, pues el horario también es un
elemento de coordinación de la relación contractual.
El horario hace parte de la coordinación cuando es un elemento
esencial para el desarrollo eficiente de la actividad contratada.

Así, la jurisprudencia ha indicado que el objeto contractual de un


servicio de cafetería de una entidad, requiere ser desarrollado al
mismo tiempo en que se encuentran las personas beneficiarias de
este servicio. En este sentido, si las personas beneficiarias del
servicio se encuentran entre determinadas horas, necesariamente en
estas horas debe desarrollarse el objeto contractual de servicios de
cafetería, pues éste no podría ejecutarse si no están las personas
beneficiarias de dicho servicio. Igual acontece por ejemplo cuando se
trata de servicios de recepción de correspondencia; servicios de
fotocopiado o atención de llamadas, cuya presencia debe coincidir
con los horarios de los usuarios de dicho servicio.

Por su parte, el horario es un elemento de la subordinación cuando


es exigido en los casos en que no es indispensable para el desarrollo
eficiente de la actividad contratada. En estos casos, la
jurisprudencia ha considerado que el horario puede ser un elemento
indicativo de subordinación y se configura cuando: su cumplimiento
es supervisado por el jefe inmediato en cuanto a su puntualidad o
permanencia en las instalaciones; el contratista es objeto de
llamados de atención por no cumplir el horario; el contratista debe
solicitar permisos o autorizaciones para ausentarse de la entidad,
entre otros supuestos.

Es importante aclarar que para determinar o no la existencia de una


relación laboral se deben analizar todas las circunstancias en que se
desenvolvió la relación contractual, pues el horario por sí mismo no
es suficiente ni para su configuración ni para su exclusión.

III. DOCUMENTOS DE INTERÉS

CARTILLA: JURISPRUDENCIA ORDINARIA

¿SIEMPRE QUE SE CUMPLE HORARIO SE CONFIGURA EL ELEMENTO


DE LA SUBORDINACIÓN?

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