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TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL

SALA CIVIL DE DECISION

Santa Fe de Bogotá D.C., dieciséis de noviembre de mil novecientos


noventa y nueve

REF: ORDINARIO : SOCIEDAD LOCTITE DE COLOMBIA S.A.


contra SOCIEDAD SUPERCRYL LTDA. 3587 D.

MAGISTRADO PONENTE
JORGE EDUARDO FERREIRA VARGAS
Discutido y aprobado en Sala de 3 de Noviembre de 1999

SALA CIVIL DE DECISION

Decide el Tribunal el recurso de apelación


interpuesto por las partes contra el auto de 20 de mayo de 1999,
pronunciado por el Juzgado Diecisiete Civil del Circuito de la ciudad.

I. ANTECEDENTES

1. Dentro del proceso de la referencia La sociedad


SUPERCRYL LTDA, mediante apoderado judicial, presentó escrito
de liquidación de perjuicios, que según dicha firma, fueron
causados por la actora en cuantía de $339’267.663.oo, que se
discriminan así: a).- la suma de $148’640.934.oo “Perjuicios
causados con la medida cautelar de prohibición de producir y
vender los productos objeto de la demanda”; b).- $35’745.800.oo
“Perjuicios causado al perder como cliente a los Almacenes Ley
‘Cadenalco’ por causa de decomiso realizado en sus instalaciones
el día 22 de septiembre de 1.987”; c).- $1’385.420.oo “Perjuicios
causados por la pérdida de mercancías decomisadas el 22 de
septiembre de 1.987, el 9 de marzo de 1.987 y el 22 de junio de
1.987, según consta en las actas de decomiso, mercancías estas que
quedaron en poder del entonces apoderado del demandante, que
actuó como secuestre y que a pesar de los varios requerimientos
judiciales no fue posible que le hiciera entrega al actual secuestre,
pero en todo caso ya por el tiempo estos productos se dañaron por
ser perecederos”; d).- $7’245.500.oo., por “perjuicios causados
por la pérdida de envases, etiquetas, empaques, propaganda,
catálogos, materia prima para la elaboración y venta de los
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 2
productos que se prohibieron comercializar, según inventario”; e).-
La suma de $40’000.000.oo, por “Perjuicios causados por la
pérdida de la imagen comercial de Supercryl Ltda. al ser víctima
sus clientes de las diligencias de decomiso, hecho que fue de
público conocimiento por la mayoría de su clientela”; f).-
$100’000.000.oo, por “Perjuicios causados por imposibilidad de
desarrollo normal de la demanda al limitarse su capacidad
económica, gracias a la prohibición de elaborar algunos de sus
productos líderes, disminuyendo así su liquidez y utilidades”; y, g).-
La suma de $7’650.080.oo, por “Daños morales causados a los
representantes y propietarios de la demandada consistentes en la
angustia, preocupación y la atención producida por el temor de
perder su clientela ante las inminentes medidas cautelares
tomadas”

2. El quantum se apoya en los fundamentos de facto


que en seguida se compendian:

a) Con ocasión del retiro de las comunicaciones


relacionadas con el decreto de las medidas cautelares, por parte de
la actora, los funcionarios comisionados para la práctica de dichas
medidas, llevaron a cabo el decomiso de los productos relacionados
con el objeto de la demanda que dio origen a la acción instaurada
por la actora.
b) Que adicionalmente a la práctica del decomiso
de los productos, “la gran mayoría de ellos que no tenían nada que
ver con esta demanda”, a la sociedad demandada se le
decomisaron propagandas, materias primas, empaques y
publicidad. Igualmente se le ordenó suspender la producción de los
productos distinguidos con las referencias Traba química 222,
Traba química 267, Cianoacrilato 495 y Traba química sellante
515, medidas estas que ocasionaron traumatismos en el desarrollo
de la actividad comercial de la sociedad Supercril Ltda, tales como
perder a Almacenes Ley “Cadenalco” como cliente, incomodar a la
clientela a la que se le decomisaron los productos elaborados por
Supercryl Ltda., y generar en cada uno de los representantes y
propietarios de la sociedad angustias y preocupaciones por la
perdida de la clientela ante las inminentes medidas cautelares
tomadas.

3. Rituado el trámite incidental en donde se


recepcionaron la mayoría de las pruebas solicitadas, el a-quo lo
finiquitó aprobando la liquidación en la suma de $1’385.420.oo
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 3
“correspondiente al valor actualizado, solicitado y probado de las
mercancías decomisadas y de los empaques que se solicita en el
literal c”. En cuanto a los pedimentos relacionados en los literales
A, B, D, E y F de la liquidación de perjuicios, negó la aprobación
de dichos rubros.

II. FUNDAMENTOS DE LA PROVIDENCIA ATACADA

4. Tras hacer una síntesis del petitum y de los


hechos en que éste se apoya, y de comentar el trámite procesal
surtido, el a-quo, sostiene que las solicitudes de reconocimiento de
perjuicios indicadas en los literales A, B, D, E y F no se reconocían
por cuanto en el caso del primer literal se observa que lo allí
solicitado no tenía relación con la medida cautelar practicada,
“pues mediante esta en ningún momento se prohibió ‘producir y
vender los productos objetos de la demanda’, sino la de ‘no emplear
en sus productos los caracteres o elementos de identificación
comercial’, y la de ‘no fabricar productos que imiten la
presentación de los productos fabricados por Loctite de Colombia
S.A.”. En cuanto al pedimento del literal B, sostiene el Juzgado de
primer orden, que no se allegó “probanza, que se hubiera perdido
como cliente a Almacenes LEY CADENALCO, en razón de la
medida de decomiso”. Del mismo modo argumenta la decisión que
en cuanto a la solicitud del literal D, la medida cautelar decretada
nunca se consumó en lo referente a los empaques, etiquetas,
catálogos, materia primas, pues “tan sólo se decomisaron los
mentados envases” Igualmente sostuvo que en relación a lo pedido
en los literales E y F, también hubo ausencia de medios de prueba.

El Juez de primera instancia advierte en relación al


reconocimiento de los perjuicios relacionados con el valor actualizado
de las mercancías decomisadas y de los empaques que se solicita en el
literal C, que no obstante los peritos haber tasado dicho monto en un
valor superior, la condena solamente se limitaba a la suma de
$1’385.420.oo, por cuanto ese era la cuantía solicitada por la parte
incidentante y por ende, no se podía conceder más de lo pedido.
Finalmente condenó a la parte demandante al pago de las costas del
trámite en un 20%.
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 4

III. LA ALZADA

5. Inconforme con la decisión la parte incidentante


apeló argumentando que a contrario de lo afirmado por el Juzgado
de la causa, en todos los pedimentos de la liquidación de perjuicios
se demostró la existencia de la relación de causalidad entre todos
los daños alegados con las medidas cautelares practicadas con
ocasión del proceso, pues está probado que el Inspector de Policía
comisionado cumplió con las ordenes de decomiso de los productos
que se encontraban en los estantes de los Almacenes Ley, causa
suficiente para que la sociedad Supercryl Ltda perdiera como
cliente a Almacenes Ley y no solamente a dicha firma, sino a
“muchos otros de los compradores”. Sostiene el recurrente que la
funcionaria de conocimiento entra en confusión cuando en una
parte de la providencia objeto del recurso afirma que no se
causaron perjuicios, y más adelante admite que ellos sí se
presentaron por la perdida de “unos bienes decomisados”,
contradicción que se reitera cuando acepta que se decomisó
propaganda, empaques y etiquetas, pero no hace ningún
reconocimiento al respecto, siendo que si dichos productos no
pudieron ser utilizados durante 10 años tal circunstancia condujo a
la pérdida de todos estos elementos. Que acerca del
reconocimiento por el valor de las mercancías de comisadas en
ningún momento se solicitó el pago de $1’385.420.oo, pues la cifra
que indican los peritos “no es otra que los $462.412 actualizados a
Octubre 25 de 1.994 o sea un año después.

Del mismo modo se argumenta que el hecho de


haber sido objeto de una demanda por competencia desleal en donde
todo el comercio se enteró es un aspecto que afecta moralmente a los
propietarios de la sociedad. Finalmente se expresa inconformidad por
haber condenado a la parte actora al pago de las costas en un 20%,
cuando a dicha parte no le resultó nada favorable. Que el Juzgado de
primera instancia ha debido tener en cuenta el primer dictamen
pericial ante la no prosperidad de la objeción al segundo dictamen
practicado dentro del proceso, en donde se consignaron conceptos
científicos y técnicos importantes para la decisión, el cual no fuera
5
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda
objetado por las partes y que por haber sido ordenados por el
Juzgado los ha debido tener en cuenta.

IV. CONSIDERACIONES DE LA CORPORACION

1. La sanción procesal que se le impone al


demandante en el proceso ordinario, cuando las súplicas de la
demanda no tienen éxito, o cuando una de las excepciones es
favorable al demandado, es la condena al pago de los perjuicios
que se hayan inferido con ocasión de las medidas cautelares y del
proceso, los que se liquidarán mediante incidente que promoverá
éste, el cual deberá contener una liquidación motivada y
especificada de su cuantía y presentarse dentro de los sesenta días
siguientes a la ejecutoria del fallo de primer grado o al de la
notificación del auto de obedecimiento a lo resuelto por el superior,
según el caso, so pena de que caduque el derecho (artículos 307
último inciso y 308 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil).

2. En el preciso aspecto de indemnización de


perjuicios inferidos con ocasión de las medidas cautelares y del
proceso, para que éste sea objeto de reparación económica tiene
que ser directo y cierto; lo primero, porque sólo corresponde
indemnizar el daño que sea producto de las cautelas ordenadas por
el juez a petición del ejecutante y del proceso mismo, esto es, que
no es admisible peticionar un perjuicio por causa distinta, y lo
segundo, porque si no aparece como real y efectivamente causado,
sino apenas como posibilidad de producirse, no entra en el
concepto jurídico de daño indemnizable.

De conformidad con el principio probatorio de


onus probandi incumbit actori (artículo 177 del C. de P. Civil), para
la prosperidad de las pretensiones incidentales, le incumbe al
interesado la demostración de los siguientes supuestos: a) El daño,
porque si no se ha ocasionado no puede haber perjuicio; b) que ese
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daño sea consecuencia de las medidas precautorias practicadas y del
proceso mismo; c) que el daño sea cierto; y, d) su cuantía, puesto
que la condena no puede extenderse más allá del detrimento
patrimonial padecido por la víctima.

3. Conforme al artículo 76 del Código de Comercio


“El perjudicado por actos de competencia desleal” tendrá derecho
bien a la acción dirigida a obtener la suspensión, a la terminación, al
cese de la conducta que la originó; ora a la acción que tiene por
objetivo reclamar la indemnización por los perjuicios causados; y
también en algunos eventos, dicha acción se torna compleja, cuando
se da el caso en que se pide la suspensión del acto constitutivo de
desleal y la consecuente solicitud de indemnización. En su inciso
segundo establece la norma en cita que cuando el titular de la acción
solicite el decreto de medidas cautelares, el Juez que conozca la causa
señalará el monto que debe prestar, con el objeto de garantizar con
ella los perjuicios al presunto infractor como consecuencia de una
posible demanda infundada. Esas medidas cautelares, según el mismo
Código mercantil, pueden consistir en ordenarle al infractor que
preste una caución para garantizar que se abstendrá de realizar los
hechos que sirvieron de fundamento a la acción; en el comiso de los
artículos fabricados, la prohibición de hacerles propaganda; en el
secuestro de la maquinaria o elementos que sirven para fabricar los
artículos, o en cualquiera otra medida equivalente (Artículo 568 ib.).

4. De manera pues que conforme a los artículos 76


y 568 del Código de Comercio en tratándose de la acción por
competencia desleal, el decreto y práctica de medidas cautelares en
contra del infractor demandado tiene su respaldo legal. De ahí que al
no haber tenido éxito las pretensiones de la demanda como ocurrió en
el caso de autos y al haberse impuesto la condena tanto de costas
como de perjuicios, el trámite incidental de la liquidación para
regular los últimos se imponía (art. 308 C. de P. Civil).

5. Al quedar establecidos los fundamentos legales


referentes a la viabilidad del trámite incidental para la regulación de
perjuicios, y los supuestos axiológicos que lo rodean, la Sala se
adentra en el estudio del caso concreto, diciendo en primer orden que
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en tratándose de la institución de la responsabilidad civil, la finalidad
de la misma se anida en la indemnización de los daños materiales o
morales. Ese es el objetivo no sólo de los diversos elementos que la
integran, sino de la acción que de ella nace y que es donde el
agraviado queda facultado para acudir ante los organismos del
Estado a solicitar tutela jurídica.

6. En el sub-judice, no hay duda que la sociedad


Supercryl Ltda soportó la práctica de medidas cautelares tales como
el decomiso de productos Poliflex que imitaran colores, traso o
utilizara las referencias usadas por la sociedad demandante en sus
productos, en las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín, diligencias
llevadas a cabo los días 9 de marzo de 1987, 13 de junio de 1987 y 22
de septiembre del mismo año. Del mismo modo el Juez que conoció
del proceso, al admitir la demanda, a petición de la actora, ordenó
que la sociedad acusada de incurrir en actos de competencia desleal,
prestará caución por la suma de $1’000.000.oo, que suspendiera en
forma inmediata la fabricación de productos que imitaran la
presentación de los productos de la demandante, y de los estuches,
empaques, envolturas, etiquetas y demás elementos que imitaran la
presentación de los productos. Dichas medidas se solicitaron,
decretaron y se consumaron, es un hecho irrefutable, que exime a la
parte incidentante de probar la culpabilidad de quien solicitó las
medidas.

7.. También con la práctica de las medidas


cautelares ya referidas, se tiene no solamente establecido la
existencia de un daño, sino que además queda reflejado el nexo de
causalidad entre la práctica de las medidas cautelares y el daño
padecido, daño que para convertirse en indemnizable debe ser cierto y
con cuantum determinado. Sobre este último punto la H. Corte
Suprema de Justicia, en uno de sus fallos sostuvo:

“...no se dé responsabilidad sin daño demostrado, y que el punto de


partida de consideración en la materia tanto teórica como empírica,
sea la enunciación, establecimiento y determinación, ante cuya falta
resulta inoficioso cualquier acción indemnizatoria…” (Cf. G.J.
CXXIV, pág. 59).
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También ha sostenido la misma Corporación:

“…El derecho no impone al responsable del acto culposo la


obligación de responder de todas las consecuencias, cualesquiera
que sean derivadas de su acto, pues semejante responsabilidad
sería gravemente desquiciadora de la sociedad misma, que el
derecho trata de regular y favorece, sino de aquellas que se derivan
directa e indirectamente del acto culposo…” (Cf G.J. T. LXXXVII,
pág. 145; CLII, pág. 139)

8. Precisamente sobre la determinación de la


cuantía de los perjuicios patrimoniales solicitados por la actora
incidentante, se entra a considerar el punto atinente a la objeción por
error grave que al dictamen pericial planteara la parte incidentada,
sustentado básicamente, en que los auxiliares de la justicia que lo
rindieron no se basaron en los libros de comercio, pues la sociedad
SUPERCRYL LTDA, no llevaba contabilidad, y ante la ausencia de
libros contables se soportaron en libros auxiliares. Y se aborda este
punto porque constituye parte integrante del recurso de apelación,
pues el recurrente censura la providencia de primera instancia
diciendo que la misma es confusa debido a que en un aparte de ella
sostiene que la objeción al dictamen por error grave no prospera y en
otro acápite se da por probada.

8.1. La incomprensión al punto atinente a la


objeción al dictamen por error grave que recalca el recurrente se
presenta porque en la providencia motivo de inconformidad al
referirse a la reclamación de los perjuicios patrimoniales se indicó
que solamente serían consideradas aquellas peticiones relacionadas
con la práctica de las medidas cautelares decretadas por el Juzgado y
no tenía en cuenta para efectos de la indemnización de perjuicios, el
hecho de haber practicado medidas cautelares distintas a las
ordenadas por el Juzgado, situación esta que no es valida dado que el
legislador en general supone que la práctica de medidas cautelares
consumadas en un proceso conlleva ha ocasionar perjuicios, pues no
otra significación ha de darse a dicha presunción. La anterior razón
explica el porque simultáneamente al levantamiento de las medidas se
condena en perjuicios a quien las haya solicitado, a favor de la parte
afectada con las mismas.
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9. Teniendo claro entonces que el análisis sobre la


solicitud de indemnización por los perjuicios reclamados en el
incidente debía abordarse en su totalidad, ya que las peticiones en él
consignadas se sustentaban en el levantamiento de las medidas
cautelares que habían sido practicadas en el proceso principal, la
discusión sobre la forma y método adoptado por los peritos para
cuantificar dichos perjuicios ha debido considerarse íntegramente al
momento de entrar a resolver la objeción por error grave planteada al
dictamen. Como el a-quo no lo entendió así, la Sala debe hacer
pronunciamiento total en esta oportunidad, para remediar el vacío
indicado, pues se reitera, dicho aspecto constituye punto de apelación.

10. Los auxiliares de la justicia autores del


dictamen pericial controvertido por error grave afirman en dicho
informe que la fuente de información técnica por ellos utilizadas para
rendir la experticia había sido la actuación que conformaba el
expediente, esto es, la demanda y su contestación, el mismo escrito de
incidente y demás documentos existentes en el proceso tales como los
documentos que se le facilitaron en la practica de la Inspección
judicial, fotocopias auténticas de las declaraciones de Industria y
Comercio (983 - 1991), “Listados de computadores”, etc., aduciendo
que la sociedad SUPERCRYL LTDA, no llevaba libros de
contabilidad, aseveración esta que se ratifica con certificación que
expidiera el representante legal de dicha sociedad, quien además al
absolver el interrogatorio de parte que se le formulara en el
desarrollo del trámite incidental así lo admitió.

Como el dictamen pericial que se requería debía


hacer estimación sobre la tasación de perjuicios ocasionados a una
sociedad que alegó haber sufrido detrimento en su desarrollo
económico por las turbaciones ocasionadas con la práctica de las
medidas cautelares consumadas, cualquier concepto de los peritos
referido a dicha situación ha debido ser fundamentado en los libros de
contabilidad debidamente registrados, que para efectos probatorios
no son otros diferentes al LIBRO DIARIO; LIBRO MAYOR Y DE
BALANCES; Y LIBRO DE INVENTARIO Y BALANCE. (art. 48 y
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 10
ss del C. de Comercio.), libros estos que nunca fueron consultados por
los peritos ante la no existencia de los mismos.

El dictamen pericial así rendido, sin ningún


soporte de contabilidad, quedó sin fundamento legal, máxime cuando
se trataba de cuantificar perjuicios para lo que se exige la verificación
de tales libros a efecto de verificar el registro histórico del
movimiento financiero de la sociedad afectada con conductas dañinas
como las expresadas en el incidente, no puede ser apreciado porque la
calidad de los fundamentos en que se soportó no son los idóneos (Art.
241 C. de P. C.). Recuérdese que en tal sentido se refiere el dictamen
pericial rendido como prueba de la objeción (folios 240 a 246 del
cuaderno principal del incidente), la objeción por error grave deberá
declararse probada. Ante la prosperidad de la objeción, los auxiliares
de la justicia que rindieron el primer dictamen practicado como
prueba del incidente, deberán restituir por medio del Juzgado de
conocimiento, el valor de los honorarios fijados por su labor, en el
evento de habérseles cancelado los mismos, dentro del término de 10
días, contados a partir de la fecha en que se les comunique
telegráficamente por parte de la secretaría del Juzgado de
conocimiento (art. 239 ib.).

11. Al haber prosperado la objeción por error


grave, la indemnización de los perjuicios solicitados quedó sin la
determinación del cuantum, pues su fijación dependía del concepto
que rindieran los peritos, y como el dictamen quedó sin ningún mérito,
se impone el no pago de la indemnización reclamada, sin que sea de
recibo la petición del recurrente en el sentido de tener como válido
para efectos de la condena de perjuicios, la pericia rendida en
desarrollo de la segunda instancia del proceso, que originó el inicio
de este incidente, porque a pesar de haber sido practicado con
ocasión de dicho proceso y haberse presentado la oportunidad de
contradicción entre los mismas partes que hoy integran esta
controversia, tal trabajo se decretó para un fin distinto, como fue el de
determinar la cuantía para efectos de el trámite del recurso
extraordinario de Casación, y no es válido tenerlo como medio de
prueba en esta ocasión porque el tema que se pretende demostrar
ahora, es bien distante al hecho que motivó la práctica del mismo en
otrora ocasión. En otras palabras, dicho dictamen se fundamentó en
aspectos distintos a la tasación de perjuicios ocasionados con la
práctica de medidas cautelares.
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 11

Con lo anterior, queda establecido entonces, que


no hubo tasación de los perjuicios patrimoniales cuyo pago se solicita.
Tampoco se demostró con prueba testimonial o documental que
Almacenes Ley “Cadenalco” se haya retirado como cliente de la
Sociedad SUPERCRYL LTDA, con ocasión de la cautela llevada a
cabo, solamente existe el dicho de la parte incidentante. Así, es del
caso proceder a reconocer únicamente el pago de los perjuicios
relacionados con la perdida de las mercancías decomisadas los días
22 de septiembre de 1987, 9 de marzo de 1987 y12 de junio de 1987,
que le fueran entregadas al otrora apoderado judicial de la sociedad
Loctite de Colombia S.A., doctor Mauricio Correal Gamboa, y de las
que no hizo entrega o devolución como era su obligación. Sobre la
estimación de dichas mercancías es preciso advertir que solamente
existe el dicho de la parte incidentante quien de manera unilateral
hizo la tasación sobre el valor de los productos decomisados y no
devueltos por el apoderado inicial de la parte actora, en la suma de
$462.412.oo y que a la presentación del escrito incidental actualizó
dicho monto a la suma de $1’385.420.oo, pues no obstante la
tasación unilateral efectuada por la parte incidentante, sin ningún
respaldo de dicha estimación como hubiera sido la expedición de
facturas o una cotización en el mercado sobre el valor de los
productos, como se trata de un aspecto respecto del cual la parte
incidentada no apeló, habrá de confirmarse bajo los mismos términos
consignados por el a-quo, teniendo en cuenta el principio prohibitivo
de la no reformatio in pejus dado que uno de los puntos objeto de
apelación se refiere a dicha condena, el cual no prospera ante la
ausencia de medios de prueba.

Como de la conducta asumida por el doctor


Mauricio Correal Gamboa, se desprende que dicho profesional del
derecho pudo haber incurrido en violación al estatuto de la abogacía,
se dispondrá la compulsación de copias con destino al Consejo
Superior de la Judicatura para que investigue y sancione
disciplinariamente al abogado en mención.

12. En relación a la indemnización de los perjuicios


morales solicitados, dicha condena no es viable en el caso ahora
considerado, no porque en la legislación colombiana esté aislada de
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 12
admitir el reconocimiento de los mismos, sino porque se trata de un
daño que afecta facetas de la personalidad tan subjetivas como son los
aspectos sentimentales, afectivos de la persona humana, y que en el
evento de la persona jurídica como es el caso de la sociedad
SUPERCRYL LTDA aquí incidentante, por tratarse de una ficción
para el mundo del derecho, no puede ser víctima de dichas aflicciones
o daños morales.

Sobre el daño moral, la H. Corte Suprema de


Justicia ha dicho :

“…cuando del daño moral puro se trata, son condiciones


indispensables para su compensación que sea personal de quien
acciona y, además, que sea cierto, implicando esta segunda
exigencia que la existencia e intensidad del agravio alegado
encuentren consistente respaldo procesal…” (Cf. C.S. de la Sala de
Cas. Civil, Sent. Del 25 de noviembre de 1992). De manera pues que
si para el reconocimiento del daño moral se parte de la consideración
que quien lo haga sea directamente la persona afectada
individualmente, el reconocimiento que en tal sentido promueva una
persona jurídica porque sus socios fueron afectados, queda fuera del
contexto jurídico que admite la existencia de daños morales y su
indemnización. La apelación en este sentido tampoco tendrá éxito.

13. Abordando otro punto materia del recurso de


apelación como es el caso de la condena en costas que impusiera el
Juzgado de primera instancia a cargo de la parte incidentada, la Sala
considera que la condena en un 20% que se hiciera por la
prosperidad parcial del incidente es la ajustada teniendo en cuenta el
beneficio económico obtenido con el trámite del incidente, que fue
mínimo frente al monto de la indemnización pretendida en principio y
lo obtenido con al finalizar dicho incidente. El recurso de apelación
en este sentido tampoco prosperará.

14. Conclúyese de todo lo expuesto, que habrá de


confirmarse el auto objeto de la apelación, adicionándolo en el
aspecto de declarar probada la objeción al dictamen por error grave,
la devolución de los honorarios por parte de los auxiliares de la
justicia y la compulsación de copias al Consejo Superior de la
Judicatura para el inicio de la investigación disciplinaria al
13
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda
profesional del derecho doctor Mauricio Correal Gamboa. Se
condenará en las costas de esta instancia al apelante.

III. DECISION

Por lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Santafe de Bogotá D.C., en Sala Civil de Decisión,

RESUELVE:

1° CONFIRMAR el auto objeto de apelación de 20


de mayo de 1999, pronunciado por el Juzgado Diecisiete Civil del
Circuito de la ciudad.

2° Declarar probada la objeción al dictamen


pericial por error grave, formulada por la parte incidentada al dictamen
presentado por los peritos JORGE HERNANDO DIAZ VALDIRI y
RICARDO DIAZ RUSSI.

Ante la prosperidad de la objeción, se dispone que


los auxiliares de la justicia mencionados, hagan la devolución de los
honorarios en el evento de haber recibido dicho pago de alguna de las
partes, por intermedio del Juzgado de conocimiento, dentro del término
de diez días contados a partir de la fecha en que se les comunique
mediante telegrama.

3º Ordenar investigar disciplinariamente al


profesional del derecho doctor MAURICIO CORREAL GAMBOA,
cedulado bajo el número 19’304.806 de Bogotá y T.P. No.33.696 del C.
S. de la Judicatura, conforme a lo consignado en la parte motiva de esta
providencia. Para ello la secretaría del Juzgado de primera instancia,
remitirá copia de todo la actuación en donde haya intervenido dicho
profesional.

4. Condenar en las costas de esta instancia a la


parte apelante. Tásense.
ordinario de Soc. Loctite de Colombia S.A. Vs. Soc. Supercryl Ltda 14

CÓPIESE Y NOTIFÍQUESE.

JORGE EDUARDO FERREIRA VARGAS


MAGISTRADO

MYRIAM FORERO DE PARDO LIANA A. LIZARAZO VACCA


MAGISTRADA MAGISTRADA

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