Está en la página 1de 7

El Congreso Constituyente de 1856 y el Artículo Tercero

Posterior al suceso que dio como fin la dictadura de Santa Anna y estableció una

república democrática como forma de gobierno, el Congreso Constituyente se

reunió para redactar la Constitución Política de la República Mexicana de 1857.

Para llevarlo a cabo, los liberales del país de primera y segunda ola se reunieron,

y dentro de los muchos temas que se discutieron, fue el del artículo Tercero de la

Constitución, que hace referencia a la libertad de enseñanza.

En dicha discusión se lee el discurso del político Juan Manuel Soto, miembro del

congreso de constituyentes.

Su discurso habla de la libertad de enseñanza como cuestión importante para

todos los pueblos, mencionando que es la vía para el desarrollo de la inteligencia,

de la moralidad y del bienestar material de los ciudadanos de la población.

Fernando Soto abogó por la libertad de enseñanza, abordando la discusión con

tres puntos:

Los derechos de la juventud estudiosa: Mencionando que la libertad de enseñanza

nos ayuda a desarrollar la inteligencia, cualidad que nos separa del resto de seres

vivos. Para él, los estudiantes dedicados a las ciencias están interesados en

mantener está garantía.

Al haber estudiantes que poseen una clara inteligencia y una memoria increíble,

estos podrían avanzar mucho más rápido para cumplir con sus materias,

ahorrándose así parte del tiempo, la angustia y el sufrimiento que puede provocar

una carrera de ciencias.


La libertad de enseñanza ayudaría a no limitar personas con una inteligencia

privilegiada, que mediante su esfuerzo quieran ahorrarse años de carrera para

ayudar a sus familias cuanto antes o para lograr sus objetivos. También ayudaría

a las familias pobres, ya que si el estudiante mediante su esfuerzo y aptitudes

logra terminar la carrera en un menor tiempo, eso significaría que la familia se

ahorraría algunos años de paga al colegio, mejorando su economía.

Así que la libertad de enseñanza le daría a los estudiantes el derecho de ahorrar

parte de su tiempo al demostrar tener las aptitudes suficientes para aprobar el

examen final, y también a no desperdiciar tiempo, ya que si por alguna razón no

pueden presentar su examen de final de año, con la libertad de enseñanza no se

verían obligados a presentar el examen hasta el año siguiente.

Este apartado muestra como la libertad de enseñanza provee derechos

interesantes para los estudiantes, de manera que se recompense el esfuerzo de

los alumnos al quitar las trabas a aquellos que demuestran tener las aptitudes y

conocimientos de un alumno de último grado y ahorrando así valioso tiempo y

dinero.

Derechos de los padres de familia: Con la libertad de enseñanza muchas familias

podrían mejorar su economía ya que habrían más opciones para educar a sus

hijos.

La libertad de enseñanza permitiría que padres acaudalados, asociaciones de

padres o municipios contraten personas dispuestas a instruir en cualquier sitio, así

muchos jóvenes, ya sea de familias ricas o pobres, podrían educarse sin tener que
acudir a las capitales. Además, le daría el derecho de enseñar no solo a los

maestros, sino a todas las personas que tengan los conocimientos y la vocación

para instruir.

Esto abrirá nuevos caminos a la ciencia que muchos jóvenes aprovecharán, y

también traerá mejoras en la economía de sus familias, ya que el pago de los

maestros se podría repartir entre varía personas o se destinaria a las familias

acaudaladas del sitio donde se quiera instruir.

La frase: “La enseñanza con la antorcha de la ciencia en la mano, derramará

luz por todas partes, llamando a un sinfín de jóvenes y buscándolos hasta en

las poblaciones más pequeñas y miserables”, explica de muy buena manera

las ventajas de la libertad de enseñanza en este apartado.

Derechos de los pueblos a la civilización: La civilización es imposible sin el

desarrollo de la inteligencia, y como lo mencioné anteriormente, la libertad de

enseñanza busca el desarrollo de esta cualidad.

Aunque muchos autores mencionan que la civilización solo conduce a sociedades

degradadas destinadas a perecer en el abismo, Fernando Soto no está de

acuerdo con esto, ya que piensa que el progreso no es más que el camino hacia la

perfección que deben buscar alcanzar los ciudadanos. Así, esa perfección la

alcanzarán con el desarrollo de su inteligencia, y la forma para adquirirá fácilmente

es con la libertad de enseñanza, la cual debe ser considerada como un principio

civilizador, que emancipará las inteligencias y las derramará sobre las cabezas del

pueblo.
A su vez, la libertad de enseñanza se requiere para que grupos rastreros no usen

la educación como arma contra la democracia, y para que no corrompan la

inteligencia de los jóvenes ya que se convertiría en un germen de discordia que

prolongaría las luchas que siempre hay en México.

Por último, menciona que la libertad de enseñanza no va en contra de todos los

colegios, sino que se usará como una herramienta para mejorarlos, haciendo que

renueven lo que sea necesario y quiten prácticas que afecten a los alumnos.

Y termina su discurso con la frase: Emancipemos la enseñanza del monopolio

más funesto para la propagación de la ciencia, para la economía de las

familias en la educación de sus hijos y para la pronta conclusión de la

carrera de los jóvenes. Y exigiendo suprimir los actuales abusos y que a los

jóvenes solo se les pida la aptitud, probada y reconocida mediante el examen.

Ante este discurso hubo personas que se manifestaron a favor y otras en contra

entre los miembros del Congreso. Personajes como Balcárcel, Olvera, Velázquez,

Mata, Aranda, Lafragua, Ramírez, Moreno, Gamboa, Prieto, Soto y Arriaga están a

favor de la libertad de enseñanza, pero algunos de ellos no están de acuerdo con

todo lo establecido en el discurso.

Balcárcel teme que la libertad de enseñanza abra las puertas al abuso y la

charlatanería. Velázquez cree que en la enseñanza privada falta el estímulo y la

discusión de los alumnos, y a su vez no aprueba la libertad de enseñar en menos

tiempo porque piensa que no habría solides suficiente en la enseñanza. Aranda

piensa que la libertad de enseñanza no debe suprimir la dirección y vigilancia del


gobierno para combatir la charlatanería, pero a su vez, Lafragua opina que la

autoridad pública debe estar limitada y que solo debe intervenir para que no se

ataque la moral.

Tanto Ramírez como Gamboa tienen pensamientos más críticos del sistema de

instrucción actual. Ramírez piensa que el gobierno actual forma profesores

artificiales, amigos de la rutina, con conocimientos muy atrasados a la época y que

solo se dedican a manipular leyes y materias que defiendan sus propios intereses,

y Gamboa agrega que en el sistema actual hay muchos charlatanes. Por lo tanto,

opinan que se debe establecer completa libertad para eliminar estas barreras.

Prieto agrega que no puede haber libertad y vigilancia al mismo tiempo, dando a

entender que eso evidencia cierto miedo a la libertad. Y Arriaga agrega que dicho

temor es normal cuando existen religiones que difieren a la dominante, ya que

tratan de evitar que sus ideas se esparzan a más personas. Además, se opone a

que haya vigilancia por parte del gobierno, mencionando que no hay agentes lo

suficiente calificados para examinar las morales de tantas personas y libros

relacionadas con la instrucción.

Por su parte, Mata opina que no se deben exigir títulos a las personas que se

dedican a instruir, ya que piensa que aquellas personas que eduquen de manera

inmoral se quedaran sin discípulos, es decir, el confía en el juicio de las familias y

estudiantes al momento de elegir a su mentor.


Por lo tanto, podemos ver que aunque están a favor de la libertad de enseñanza,

no todos están a favor de todo lo establecido en el discurso, mencionando que hay

cosas que deberían cambiarse y algunas cosas que no deberían aplicarse.

Otros miembros del congreso como García Granados y Ramírez están en contra

de la libertad de enseñanza, principalmente por el miedo de que jesuitas y el clero

fomenten una educación católica y fanática a los jóvenes. Por lo tanto creen que la

educación deba estar ligada al gobierno y que ellos sean los que elijan a los

autores de los cursos.

Después de la discusión por parte de los miembros del congreso, el Artículo

Tercero de la Constitución fue aprobado declarando así la libertad de enseñanza,

pero bajo la vigilancia del gobierno en favor de la moral.

Actualmente el artículo tercero de la constitución establece que “Todo individuo

tiene derecho a recibir educación. El Estado-Federación, estados y municipios,

impartirán educación preescolar, primaria y secundaria. La educación primaria y

secundaria son obligatorias”. En dicho artículo ya no se habla de una libertad para

enseñar, ya que se ve claramente una vigilancia por parte del gobierno. De igual

manera, se permite que instituciones privadas puedan enseñar involucrando

prácticas religiosas, siempre y cuando cumplan con un plan de estudios básico.

Aunque la libertad de enseñanza en un principio buscaba que cualquiera pudiera

proclamarse como maestro, hoy en día para poder ser docente y enseñar en los

centros educativos primero debes ser evaluado y cumplir con una serie de

requisitos para asegurar que: 1) domines los contenidos y 2) tengas la capacidad


de enseñar. Lo que si se consiguió fue el derecho de que cualquier persona pueda

transmitir sus conocimientos a más gente, siempre y cuando no falten a la moral

pública o fomenten una educación fanática.

También podría gustarte