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“No quiero que hagas lo que yo quiero” Cuantas veces hemos pedido o nos han pedido
esto mismo, llevando o llevándonos a una situación sin salida. Esta frase es un ejemplo
de comunicación que influye en nuestras relaciones interpersonales y que puede
llevarnos a un conflicto interno. Hablamos del “doble vínculo”
Hoy vamos a centrarnos en un tipo de comunicación defectuosa que nos puede llevar a
un estado de incertidumbre interno que nos puede dejar confusos y sin salida. Hablamos
del "doble vínculo". El doble vínculo no es un fenómeno aislado ni privativo de la
comunicación esquizofrénica, ocurre con mucha frecuencia en nuestras interacciones
cotidianas: entre padres e hijos, parejas, amigos, y compañeros de trabajo.
El doble vínculo hace referencia a la confusión que le produce a una persona tener que
discriminar entre dos mensajes contradictorios entre sí y la imposibilidad de comunicar
acerca de tal contradicción. Los dobles vínculos no son tan sólo instrucciones
contradictorias, sino verdaderas paradojas.
De algún modo, todos tenemos conciencia de haber vivido situaciones de doble vínculo,
lo que quizá nos resulte más difícil de discriminar sean aquellas ocasiones en las que
hemos promovido tales situaciones.
Los seres humanos nos influimos mutuamente con nuestras conductas y debemos ser
conscientes para decidir de qué modo queremos establecer nuestras relaciones con los
demás, no incurriendo en situaciones que generen confusión en lo que decimos y
mostramos.