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Psicología de la

Sexualidad Humana
Elsa Maritza Aliaga Meléndez
Manual – Unidad 2
Índice
UNIDAD 2: .................................................................................................................................................. 3
Diagrama de organización .............................................................................................................. 3
Tema n.° 1: Factores causales. ........................................................................................................ 3
Tema n.° 2 Naturaleza de las alteraciones sexuales ................................................................. 4
Tema n.° 3: Alteración de la función sexual masculina y femenina .................................... 6
Tema n.° 4: Inhibiciones del deseo sexual. .................................................................................. 8
Tema n.° 6. Enfoques terapéuticos .............................................................................................. 23
De la teoría a la práctica ............................................................................................................... 59
Glosario de la Unidad 2 ....................................................................................................................... 60
Bibliografía de la Unidad 2 ................................................................................................................. 62

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UNIDAD 2:
Diagrama de organización
Disfunciones y abordaje terapéutico sexual

Factores
causales

Naturaleza de las
alteraciones
sexuales

Alteración de la
función sexual
masculina y
femenina

Inhibiciones del deseo


sexual

Aleaciones sexuales

Enfoques terapéuticos

Tema n.° 1: Factores causales.

Según la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual es “un estado físico,


emocional, mental y sexual de bienestar relacionado con la sexualidad”, Esta
definición es la que nos va a guiar en la discusión sobre varios problemas
sexuales, relativamente comunes, aquellos factores que frecuentemente
contribuyen a ellos, como también, la autoayuda y el enfoque de la terapia
para tratar de resolverlos.

Las disfunciones sexuales —como la eyaculación precoz (temprana) en los


hombres y la incapacidad de orgasmo en las mujeres— causan angustia
psicológica a los individuos perturbados por ellos, por no mencionar a sus
parejas. Se indica que, hasta el año de 1960, el único tratamiento disponible
era el psicoanálisis a largo plazo, que es costoso e inaccesible para la mayoría
de las personas. Sin embargo, una nueva época de comprensión y
tratamiento se inició con la publicación, en 1970, del libro Human Sexual

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Inadequacy Insuficiencia sexual humana) de Masters y Johnson. En este libro,
se informó la investigación acerca de los trastornos sexuales, al igual que su
programa de tratamiento rápido a través de terapia conductual. Desde
entonces, muchos otros avances adicionales han ocurrido en el área,
incluyendo terapia cognitiva conductual y tratamientos médicos
(farmacológicos).

Las Disfunciones Sexuales pueden definirse como todos “aquellos trastornos en


los que los problemas fisiológicos o psicológicos dificultan la participación o la
satisfacción en las actividades sexuales” (Labrador, 1987, 1994). En general,
estos problemas se caracterizan por una alteración del deseo sexual, por
cambios psicofisiológicos en el ciclo de la respuesta sexual y por la
provocación de malestar y problemas interpersonales.

Las mismas, comprenden los trastornos del deseo sexual (por ejemplo, deseo
sexual hipo activo, trastorno por aversión al sexo), trastornos de la excitación
sexual (por ejemplo, trastorno de la excitación sexual en la mujer, trastorno de
la erección en el varón), trastornos del orgasmo como disfunción orgásmica
femenina, disfunción orgásmica masculina, eyaculación precoz; trastornos
sexuales por dolor (Dispareunia y vaginismo), disfunción sexual debida a una
enfermedad médica, disfunción sexual inducida por sustancias y disfunción
sexual no especificada.

Estadísticamente hablando, se indica que aproximadamente una de cada tres


personas y una de cada dos parejas presenta algún tipo de disfunción sexual
tomando como criterio los estándares acordados por la comunidad científica.
Por lo cual, la gravedad del trastorno varía en cada caso desde un grado leve
hasta el grave, pasando por diversos matices, generalmente se produce algún
tipo de dificultad en el individuo y en la pareja, que depende de diversos
factores: el significado que se le da al trastorno, las interpretaciones que se
tejen alrededor del mismo, el momento evolutivo de la pareja y el tipo de
vínculo que se establece, la calidad de la comunicación, la estima del
individuo, las expectativas de solución y fundamentalmente la información
que se posea, entre otros factores.

Tema n.° 2 Naturaleza de las alteraciones sexuales

Consideremos algunos problemas específicos que las personas pueden


encontrar con el deseo, excitación, orgasmo y dolor durante el coito. En
realidad, existe un traslape considerable: los problemas con el deseo y la
excitación también afectan el orgasmo, y las dificultades con éste pueden
alterar el interés y la habilidad de una persona para excitarse. Por ejemplo,
alrededor de 44% de los hombres que tienen inconvenientes con sus
erecciones con frecuencia eyacula rápidamente (Fisher y colaboradores,
2006; Crooks, 2009). Con respecto a eso, la línea entre “normal” y “disfunción”
se mantiene vagamente definida en la práctica clínica; por ejemplo, ¿cuántas
veces debería un hombre tener dificultad con sus erecciones para que se le
diagnostique disfunción eréctil? ¿En qué contexto ser incapaz de tener una
erección podría considerarse normal?

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Por ello, podemos mencionar los siguientes factores:

a. Los factores emocionales que afectan a la vida sexual incluyen tanto


problemas interpersonales (como problemas de pareja o falta de
confianza y comunicación) como psicológicos del individuo (depresión,
miedos y culpa, traumas, etcétera).

b. Los factores físicos incluyen drogas (alcohol, nicotina, narcóticos,


estimulantes, antihipertensivos, antihistamínicos y algunos
medicamentos psicoterapéuticos), lesiones de espalda, hiperplasia
prostática benigna, problemas de riego sanguíneo, daños nerviosos
(como heridas en la médula espinal), diversas enfermedades
(neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, raramente, sífilis
terciaria), fallos en varios sistemas orgánicos (como el corazón y los
pulmones), desórdenes endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o
glándula suprarrenal), deficiencias hormonales (déficit de testosterona,
estrógeno o andrógenos) y algunas enfermedades congénitas.

Sin embargo, los problemas sexuales varían en duración y puntos de vista de


una persona a otra. Una dificultad específica puede ocurrir durante toda la
vida (disfunción sexual de toda la vida) o ser adquirida en un momento
específico (disfunción sexual adquirida). Una persona puede experimentar el
problema en todas las situaciones con todas las parejas (tipo generalizado) o
sólo en situaciones particulares o con parejas específicas (tipo situacional)
(American Psychiatric Association, 2000).

Para comprender esto, comprendamos que a la disfunción sexual como una


dificultad que debe ocurrir en un contexto de estimulación sexual física y
psicológica adecuada. Algunas investigaciones destacan la importancia de la
estimulación física, las que reportan que mujeres que experimentan orgasmo
rutinariamente practican un repertorio de técnicas sexuales mayor que las que
no lo experimentan (Fugl-Meyer y colaboradores, 2006; Crooks, 2009). Por otro
lado, un hombre que eyacula rápidamente después de que su pareja exige
“¡Apúrate y termina de una vez!”, no recibe una estimulación física y
psicológica adecuada y no puede considerarse que tenga un problema de
eyaculación precoz por sólo esa situación. Otro ejemplo, el diagnóstico de
falta de deseo puede ser no apropiado para una mujer cuya pareja
continuamente la presiona para ser sexual en maneras que a él le gustan pero
que ella no disfruta o que no encuentra excitantes.

Al respecto, el DSM para efectuar un diagnóstico de cualquier disfunción


sexual deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

a. Cuando hay más de una disfunción sexual, deben diagnosticarse


todas.
b. Si la estimulación sexual es inadecuada en cuanto al tipo, la
intensidad o la duración, no debe efectuarse el diagnostico de
disfunción.
c. El DSM especifica una serie de subtipos dentro de cada
disfunción que pueden ser de suma utilidad diagnostica. Estos
subtipos hacen referencia al inicio, el contexto y los factores

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etiológicos que se asocian con las dificultades sexuales.

Subtipos de inicio:
De toda la vida. Indica que ha existido desde el inicio de la actividad sexual.
Adquirido. Se aplica cuando la disfunción ha aparecido después de un
periodo de actividad sexual normal.

Subtipos de contexto:
General. Indica que la disfunción sexual no se limita a ciertas clases de
estimulación, de situaciones o de compañeros.
Situacional. Indica que la disfunción sexual se limita a ciertas clases de
estimulación, de situaciones o de compañeros.

Subtipos etiológicos:
Debido a factores psicológicos. Aplicable en aquellos casos en los que los
factores psicológicos son de gran importancia en el inicio, la gravedad, la
exacerbación o la persistencia del trastorno, y las enfermedades médicas y las
sustancias no desempeñan ningún papel en su etiología.
Debido a factores combinados. Este subtipo se consigna cuando los factores
psicológicos desempeñan un papel en el inicio, la gravedad, la exacerbación
o la persistencia del trastorno, y además la enfermedad médica o las
sustancias contribuyen a la aparición del trastorno, pero no son suficientes
para constituir su causa.

d. Cuando una enfermedad médica o el consumo de sustancias (incluso los


efectos secundarios de los fármacos) son suficientes como causa del trastorno,
debe diagnosticarse “trastorno sexual debido a una enfermedad médica” y/o
“trastorno sexual inducido por sustancias”.
e. No debe establecerse el diagnostico de disfunción sexual si esta se explica
mejor por la presencia de otro trastorno del eje I (por ejemplo: si la disminución
del deseo sexual se produce exclusivamente en el contexto de un episodio
depresivo mayor). Sin embargo, si la alteración de la función sexual antecede
al trastorno del eje I o constituye objeto de atención clínica independiente,
puede establecerse el diagnostico adicional de trastorno sexual.
f. Las alteraciones eventuales del deseo sexual, de la excitación o del orgasmo
que no sean persistentes ni recurrentes o no vayan acompañadas de malestar
intenso o dificultades interpersonales no se consideran disfunciones sexuales.

Tema n.° 3: Alteración de la función sexual masculina y femenina

Clasificación de las Disfunciones Sexuales


Existen diferentes sistemas de clasificación de las disfunciones sexuales, desde
el clásico propuesto por Master y Johnson (1970) reducido a un listado de
problemas, pasando por la de Kaplan (1974, 1979) que intentan organizar una
clasificación en función de la fase del ciclo sexual en que aparece el
problema o de aspectos situacionales o temporales de éste.

Actualmente, las clasificaciones hacen referencia a sistemas multiaxiales, en


los que se incluyen, entre otras, dimensiones como satisfacción sexual, fase
ciclo sexual alterado, dolor coital, duración del problema, globalidad, etc.

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como la de Labrador (1987), quien propuso una visión integradora de las
disfunciones sexuales.

Asimismo, hasta la década de los noventas no existía una clasificación


universalmente aceptada de las disfunciones sexuales (Carrobles y Sanz, 1991).
Aquella que goza de una más amplia difusión es la que se publica en el DSM-V
(APA, 2013) y su antecesor DSM-IV-TR (APA, 1994).

Sin embargo, las disfunciones sexuales pueden clasificarse en cuatro


categorías:

a. Desórdenes del deseo sexual o anafrodisia, puede deberse a una


bajada del nivel normal de producción del estrógeno (en las mujeres) o
la testosterona. Otras causas pueden ser la edad, la fatiga, el
embarazo, la medicación (como los SSRIs) o enfermedades
psiquiátricas, como depresión o ansiedad.

b. Desórdenes de la excitación sexual, previamente llamados


«impotencia» en los hombres y «frigidez» en las mujeres, aunque ahora
se usan términos menos críticos: para los hombres, se emplea el de
«disfunción eréctil» y para las mujeres se utilizan varios diferentes alusivos
a los diversos problemas. Estos desórdenes se manifiestan como aversión
o elusión del contacto sexual con la pareja. Puede haber causas
médicas para estos problemas, como insuficiente riego sanguíneo o
falta de lubricación vaginal. Las enfermedades crónicas también
contribuyen, así como la naturaleza de la relación entre las partes.

c. Desórdenes orgásmicos, como el retraso persistente o la ausencia de


orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. Estos desórdenes
ocurren tanto en hombre como en mujeres. De nuevo, los
antidepresivos SSRI son con frecuencia culpables.

d. Desórdenes de dolor sexual, que afectan casi exclusivamente a las


mujeres y se conocen como Dispareunia (intercambio sexual doloroso) y
vaginismo (espasmos involuntarios de los músculos de la pared vaginal
que dificultan o impiden el coito). La Dispareunia puede ser provocada
en las mujeres por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal); la
misma que puede deberse a una excitación o estimulación insuficiente,
o bien a cambios hormonales provocados por la menopausia, el
embarazo o la lactancia; como también irritación debida a cremas y
espumas anticonceptivas puede también provocar sequedad, así
como también el miedo y la ansiedad por el acto sexual. Por otro lado,
las causas exactas del vaginismo no están tan claras, pero se cree que
un trauma sexual anterior (como una violación o abusos) puede
desempeñar un papel importante. Otro desorden sexual femenino
doloroso se denomina vulvodynia o vestibulitis vulvar, que parece estar
relacionado con problemas en la piel de las zonas vaginal y vulvar. Se
desconocen sus causas.

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Tema n.° 4: Inhibiciones del deseo sexual.

a. Trastornos o desordenes del Deseo Sexual

Deseo Sexual Hipoactivo (DSH) “Apatía Sexual”, “Falta de deseo sexual” o


“Falta de interés por el sexo”

Según el Diccionario de la Lengua Española, “deseo” (del latín desidium)


significa “movimiento afectivo hacia algo que se apetece, acción y efecto de
desear, impulso, excitación venérea”, “sexual” (del latín sexualis) alude a
“perteneciente o relativo al sexo” e “hipoactivo” (del latín activus) o “inhibido”
significa “reprimido o disminuido”.

El trastorno del deseo sexual hipoactivo, es la ausencia o experiencia mínima


de pensamientos sexuales, fantasías e interés antes de la actividad sexual,
como también la falta de deseo durante la actividad íntima (Basson y
colaboradores, 2004; Crooks, 2009). Muchos hombres y mujeres que no
experimentan “apetito sexual” disfrutan, se excitan y desean una experiencia
sexual después de haber empezado. Hasta hace poco, estaba definido
exclusivamente como falta de deseo, pensamientos y fantasías fuera de la
actividad sexual. Bajo estos términos, es una dificultad común experimentada
tanto por hombres como por mujeres y la que más frecuentemente lleva a las
personas a buscar terapia sexual (Giargiari y colaboradores, 2005; McCarthy,
2006). Aunque las dificultades del deseo son las más comunes experimentadas
por las mujeres, a finales de 1990 algunas clínicas de terapia sexual
encontraron cifras iguales de hombres y mujeres con bajo deseo sexual.

El deseo sexual y la respuesta sexual del ser humano son procesos muy
complejos, que incluyen estímulos y reacciones tanto cerebrales como
mecánicas; en ellos interviene el organismo en su totalidad, en un proceso
psicosomático que incluye: La actividad cerebral, actividad hormonal y
actividad cognitiva. Ésta última es la que engloba tanto las experiencias
sexuales o "aprendizaje" del individuo como sus motivaciones e intereses en el
momento de la respuesta sexual. Por lo que cuando un eslabón de esta
complicada cadena se desincroniza del resto, tanto el deseo como la
respuesta o conducta sexual del hombre o la mujer se ven afectados.

Estos son los problemas de la primera fase de la respuesta sexual:


La fase del deseo; una persona sana se interesa por la sexualidad, sobre todo
después de llegar a la pubertad. El deseo es más intenso en algunas épocas
que en otras. La misma disminuye cuando una persona está demasiado
absorbida por su trabajo u otras actividades y aumenta cuando la persona
tiene una oportunidad sexual excitante y cuando está en compañía de una
persona que le atrae mucho. Por ello, el deseo puede ser demasiado fuerte o
demasiado débil. Se considera un trastorno el hecho de que el deseo sexual
de una persona sea tan intenso que la sexualidad se convierta en una
obsesión o preocupación constante. Este estado se considera "ninfomanía" en
las mujeres y "satiriasis" en los hombres.

Es mucho más habitual encontrarnos con personas que no sienten casi nunca
necesidades sexuales; no sienten deseos de salir con personas del sexo

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opuesto, no se masturban, no tienen fantasías sexuales y no se excitan en
situaciones sexuales. Hablamos entonces del problema del bajo deseo sexual.
Este proceso recibe la denominación de trastorno del deseo sexual hipoactivo
o inhibido. Son muchas las personas que lo padecen, aunque no todas llegan
a una consulta profesional para recibir el diagnóstico adecuado y la ayuda
médico–psicológica que requiera su trastorno.

La apatía o DSI o DSH no sólo tiene que ver con la carencia subjetiva del
interés por realizar el coito; incluye también el desinterés por toda conducta
sexual (como la autoestimulación erótica, masturbación, etc), la ausencia de
pensamientos, ensoñaciones y fantasías sexuales, falta de atención al material
erótico, la no percepción del atractivo de las personas (en especial de
aquellos que pueden ser compañeros/as sexuales), y la falta de sensación de
frustración si no se puede dar rienda suelta a la sexualidad. Todos estos
aspectos deben ser considerados en la evaluación para determinar la
existencia del problema, no siendo un índice único ni determinante el número
de veces que una persona tiene relaciones sexuales. El mismo, es mucho más
frecuente en las mujeres y es una de las causas por las que primordialmente
acuden a consulta, siendo menos frecuente en los varones, quienes, además,
muy escasamente acuden a consulta por este problema.

Se puede distinguir entre deseo sexual inhibido general, o falta general de


apetito sexual, y deseo sexual inhibido selectivo, en el que la falta de deseo
sexual está restringida a una(s) persona(s) pero no a otra(s), o un tipo de
actividad sexual (Por ejemplo, el coito) pero no otro (Por ejemplo, la
masturbación).

Causas Físicas:
Es frecuente el trastorno del deseo sexual hipoactivo en personas que sufren
una dependencia, como el alcoholismo o los psicofármacos. Muchas drogas
pueden intervenir en el proceso funcional de la excitación y el orgasmo.

Otra de las causas frecuentes es un inadecuado perfil hormonal, en especial


un bajo nivel de andrógenos. La testosterona es necesaria para mantener el
deseo no sólo en el hombre, sino también en la mujer, aunque en ésta los
niveles normales son mucho más bajos. También habrá que considerar a las
personas que padecen de insuficiencia renal, diabetes, etc.

Causas Psicológicas:
aunque a veces el problema puede estar motivado por alguna anomalía
orgánica, como carencias hormonales, trastornos endocrinos, insuficiencia
renal, etc.; lo más normal es que el problema obedezca a causas psicológicas
como un bajo nivel de autoestima, estados depresivos, excesivo estrés o
ansiedad, una historia de abusos sexuales o mala relación de pareja por
mencionar a algunas. Esta disfunción requiere un programa de tratamiento
más largo y más completo que otras, aunque el terapeuta en este caso puede
ayudarle a descubrir las causas que motivan dicha inapetencia sexual y a
proporcionarte recursos necesarios para que dicho deseo se vea
incrementado.

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Signos y exámenes:

Con frecuencia la evaluación médica y los exámenes de laboratorio no


revelan una causa física. Sin embargo, se recomienda verificar los niveles de
testosterona (la hormona responsable de originar el deseo sexual) tanto en los
hombres como en las mujeres, particularmente en aquellos hombres que
presentan deseo sexual inhibido. El examen se realiza mediante una muestra
de sangre que debe obtenerse antes de las 10:00 a.m., momento en el cual los
niveles de hormonas masculinas se encuentran en su punto más alto. Es
probable que la entrevista con un especialista en terapia sexual revele las
posibles causas.

En el trastorno por aversión al sexo, para el Diccionario de la Lengua Española,


la palabra “aversión” proviene del latín y significa “rechazo o repugnancia
frente a alguien o algo” y sus sinónimos son “antipatía”, “manía” y “repulsión”.
En cuanto a la palabra “fobia”, proviene del griego y significa “temor a algo o
alguien” y sus sinónimos son “aborrecimiento”, “aversión”, “repugnancia” y
“temor”; en la que la persona evita de manera activa todo contacto genital.
Este problema se cataloga a veces como fobia al sexo, ya que, al igual que
en las fobias, en el trastorno por aversión al sexo se producen intensas
reacciones corporales (incrementos de la tasa cardiaca, sudoración intensa,
aumento de la tensión muscular) tan sólo con imaginar alguna actividad
sexual. Por ello su tratamiento es similar al de otras fobias y se basa
fundamentalmente en técnicas de exposición.

Etiología:
Las causas más frecuentes de aversión sexual están en relación con actitudes
negativas hacia la sexualidad debidas a una educación rígida e inadecuada,
a experiencias previas de violencia sexual (violaciones, incestos), a presiones
constantes por parte de la pareja sexual para realizar algún tipo de actividad
sexual no deseada, o a experiencias sexuales “desagradables” a causa de
problemas de la identidad de género.

Criterios Diagnósticos:
El primer criterio diagnóstico que propone el sistema DSM es la aversión
extrema persistente hacia los contactos sexuales genitales con una pareja
sexual; junto a este criterio, es necesario que la alteración provoque malestar
acusado o dificultades en las relaciones interpersonales.

Prevalencia:
La frecuencia de este trastorno es significativamente inferior a la del otro
trastorno del deseo sexual, el DSH; aunque no existen datos fiables respecto a
la prevalencia real de este trastorno.

Diagnóstico Diferencial:
Debe establecerse respecto a los siguientes casos:
Otro trastorno del Eje I: no se efectúa diagnóstico adicional de trastorno por
aversión al sexo si la aversión se explica mejor por la presencia de otro
trastorno del Eje I, como el trastorno depresivo mayor, el obsesivo-compulsivo o
el causado por estrés postraumático.

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Fobia Específica: a pesar de que el trastorno por aversión al sexo puede
cumplir los criterios de fobia específica, no debe efectuarse este diagnóstico
adicional.

Aversión sexual ocasional: si no es persistente ni recidivante o no se acompaña


de malestar intenso o dificultades en las relaciones personales, no se
consideran trastorno por aversión al sexo.

Adicción al Sexo
El concepto de adicción sexual se ha desarrollado en los últimos 20 años para
referirse a personas que tratan compulsivamente de mantener relaciones
sexuales y que presentan conductas impulsivas caracterizadas por
alteraciones conductuales cuando no satisfacen estos impulsos sexuales. Por lo
que Travin considera que el concepto de adicción al sexo se deriva del
modelo de adicción a sustancias tales como la cocaína o la adicción al juego
(ludopatía).
Como en toda adicción, en el caso del sexo existe una dependencia
psicológica y física y aparición del síndrome de abstinencia si se frustra la
conducta deseada. El DSM, no incluye el término “adicción sexual”, tampoco
es un trastorno universalmente reconocido o aceptado.

Diagnóstico y características clínicas:


Las personas con esta adicción muestran una necesidad persistente de
experimentar relaciones sexuales recurrentes y son incapaces de controlar sus
impulsos sexuales, que incluyen todo tipo de fantasías o conductas sexuales.
Aunque las primeras referencias sobre casos de adicción al sexo datan del
siglo XIX; Uno de los autores más relevantes, Richard von Krafft-Ebing,
denominó a esta enfermedad “hiperestesia sexual”; este autor consideraba
que podía aparecer en personas sin psicopatología previa.

Por otro lado, algunos términos relacionados con la adicción al sexo son la
“Hipersexualidad” o la “ninfomanía”, se habla de Hipersexualidad cuando una
persona tiene exigencias sexuales superiores a las que su pareja es capaz de
satisfacer; en cambio, la ninfomanía se considera una patología sexual
caracterizada por el deseo excesivo o patológico por el coito experimentado
por la mujer. Existen más mitos que realidades respecto a este trastorno, ya que
apenas hay estudios científicos, pero parece evidente que las pacientes
ninfómanas suelen presentar una o más disfunciones sexuales, principalmente
el trastorno orgásmico femenino.

b. Trastornos o desordenes de la excitación sexual


Por definición, los trastornos de la excitación sexual consisten en el bloqueo del
reflejo de vaso congestión y vasodilatación que dirige el caudal sanguíneo a
los genitales, produciendo los cambios propios de esta fase. Por ejemplo, en la
mujer, este bloqueo impide la lubricación vaginal y la formación de la
plataforma orgásmica, tensión de los músculos peri vaginales; y en el caso de
los hombres, el bloqueo provoca trastornos en la erección.
En ambos trastornos de la excitación, se establecen varios subtipos en función
de diferentes variables:

Según el inicio del trastorno:

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De toda la vida: el trastorno de excitación está presente desde el inicio de la
actividad sexual.
Adquirido: el trastorno de excitación aparece después de un período de
actividad sexual normal, sin ningún tipo de alteraciones.

Según el contexto en el que aparece el trastorno:


General: la falta de lubricación en la mujer o en la incapacidad para obtener
una erección en el caso del hombre no se limita a ciertas clases de
estimulación, situaciones o a la pareja sexual.
Situacional: el trastorno de excitación se limita a características concretas de
la estimulación, el contexto o la pareja sexual.

Según los factores etiológicos asociados al trastorno:


Debido a factores psicológicos: estos factores son fundamentales en el inicio,
la gravedad, la exacerbación o la persistencia del trastorno. Las
enfermedades médicas y/o el consumo de sustancias no desempeñan ningún
papel en la aparición o el mantenimiento de la disfunción.
Debido a factores combinados: los factores psicológicos están directamente
implicados en la aparición o el mantenimiento de los problemas en la
excitación, pero la enfermedad médica y/o el consumo de sustancias
contribuyen a la aparición del trastorno, pero no son causa suficiente.

Trastorno de la Erección
La disfunción eréctil (DE) es un problema de salud de alta prevalencia entre los
hombres y tiene una importante repercusión en la calidad de vida del varón
afectado, así como en la de su pareja. Se la define como la incapacidad
persistente o recurrente para conseguir o mantener la suficiente rigidez del
pene que permita una relación sexual satisfactoria; llamada también
disfunción eréctil, excitación sexual inhibida e impotencia.

La disfunción eréctil, presenta una amplia variedad de manifestaciones, que


van desde hombres que alcanzan la erección cuando están con la pareja
pero que la pierden durante el coito, a hombres que solo obtienen erecciones
parciales, hombres que únicamente experimentan erecciones cuando están
solos, hombres que nunca y bajo ninguna circunstancia tienen erecciones, etc.
Así se pueden diferenciar entre Disfunción Eréctil Primaria y secundaria,
situacional versus general, y parcial (se produce cierta erección, pero no la
suficiente para llevar a cabo el coito) versus total (la falta de erección es
total). La disfunción eréctil secundaria es más frecuente que la primaria (90%
de los casos) siendo poco frecuente la disfunción completa. Entre las
disfunciones situacionales cabe destacar por su frecuencia la que se produce
en la primera relación con una persona nueva.

Criterios diagnósticos:
Se caracteriza por la imposibilidad persistente o recurrente para obtener o
mantener una erección apropiada hasta la conclusión de la actividad sexual;
la misma que provoca un malestar significativo en el hombre o presenta
dificultades en sus relaciones interpersonales, que son los criterios que se
proponen en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
(DSM). Estos criterios diagnósticos siguen la Clasificación estadística
internacional de las enfermedades y los trastornos relacionados con la salud

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(CIE), pero incluye un criterio temporal por el que establece una duración
mínima de los síntomas de seis meses.

Prevalencia:
Es el problema más común entre los hombres que buscan ayudan; su
incidencia aproximada es de un 7-10% de los varones, aumentando su
incidencia con la edad. A modo de ejemplo basta citar los datos clásicos de
Kinsey y colaboradores (1948) en los que ésta aumentaba desde 0,1% a los 20
años, al 1,9% a los 40, el 6,7% a los 50, el 18,4% a los 60 y más del 50% por
encima de los 70 años. Por otro lado, la mayoría de los hombres, si no todos,
han tenido en alguna ocasión un problema de erección. Helen Kaplan (1974),
estima que al menos la mitad de los hombres sufrió alguna vez episodios
transitorios de impotencia, no sólo problemas ocasionales. Pero para que se
considere que existe impotencia o disfunción de la erección este problema ha
de presentarse en al menos el 25% de las relaciones o intentos de relación
sexual (Master y Johnson y Kolodny, 1987; Shimabukuro, 2009). Por
consiguiente, la presencia esporádica de problemas de la erección parece
más la norma que la excepción.

Etiología:
Entre las causas orgánicas más frecuentes se estima a las deficiencias
hormonales (fundamentalmente disminución en la testosterona), factores de
tipo vascular que dificultan la afluencia de la sangre a los cuerpos cavernosos
del pene o su retención en éstos, lesiones neurológicas (especialmente de la
médula espinal), lesiones en el propio pene o testículos, problemas en la uretra
o próstata, etc. Así mismo, puede ser secundaria a diversas enfermedades,
como hipertensión, diabetes, arterioesclerosis, hipogonadismo, esclerosis
múltiple, etc. Por último, muchos fármacos de uso relativamente frecuente
pueden producir disfunción de la erección; entre ellos se puede mencionar a
los antidepresivos (tricíclicos, IMAOs y litio), antihipertensivos (betabloqueantes,
diuréticos), hormonas (corticoides y estrógenos), barbitúricos y tranquilizantes
mayores. De entre todas las sustancias cabe destacar, por su frecuencia de
uso, el efecto negativo que tiene sobre la erección el consumo de alcohol, el
cual, como diría Shakespeare, tiene un doble efecto sobre los “apetitos
amorosos”, por un lado “provoca el deseo”, pero, sin embargo, “impide la
ejecución” (Macbeth, acto II, escena 3ª; Shimabukuro, 2009).

Entre las causas psicológicas de la Disfunción Eréctil ocupa un lugar importante


la ansiedad y la preocupación obsesiva por lograr una erección adecuada,
por lo tanto, el hombre no se centra en disfrutar de la situación, sino que está
pendiente de si se consigue una erección y “cumple”, lo cual genera una
notable ansiedad, propiciando el desarrollo de trastornos de la erección.

En muchos casos, el episodio inicial es una disfunción situacional (ejemplo, por


ser la primera relación con esa persona, por estar cansado, por consumir
alcohol). Ese primer fracaso puede hacer que en sucesivas relaciones
aparezca una preocupación excesiva por lograr un rendimiento adecuado y
miedo a que se repitan los problemas acaecidos en la relación anterior, lo que
provoca en el hombre que adopte el papel de espectador, dedicándose a
auto observarse en lugar de implicarse en disfrutar de la situación. En
consecuencia, la situación de relación sexual se hace cada vez más

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ansiógena, dificultando así la consecución de una erección apropiada: la
respuesta de erección depende de la activación del sistema nervioso
parasimpático (SNP), mientras que la ansiedad supone la activación de la otra
rama del sistema nervioso autónomo (la simpática), por lo tanto la aparición
de la ansiedad (activación simpática) inhibe la acción del parasimpático lo
que dificulta entonces el llenado y retención de sangre en los cuerpos
cavernosos del pene y en consecuencia la erección.

De este modo se produce una espiral del deterioro progresivo: falta de


erección-preocupación-ansiedad-mayor bloqueo de la respuesta de
erección-incremento de la ansiedad, etc. Por lo tanto, si la persona intenta
llevar a cabo una serie de conductas para forzar la respuesta de erección
(afrontamiento activo), se producirá un incremento en la secreción de
adrenalina y noradrenalina, las cuales producen efectos similares a los del
sistema nervioso simpático, pero más duraderos, con lo que se dificultará aún
más la obtención de la erección (Labrador, 1992), incrementando a su vez los
sentimientos de frustración. Por consiguiente, se produce una asociación entre
relación sexual y ansiedad, fracaso y frustración, de modo que cualquier
estímulo o situación que anticipe una relación sexual, o que exija una
erección, se convertirá en aversiva, por lo que el sujeto tratará de evitarla,
pudiéndose llegar al abandono dela actividad sexual (al menos de aquella
que requiere de una erección).

Por último, hay que destacar que ciertas fobias sexuales específicas (miedo o
ansiedad ante los genitales femeninos, ante el cuerpo de la mujer desnudo, al
embarazo, a las infecciones de transmisión sexual, etc.) facilitarían también la
aparición del trastorno de la erección.

Diagnóstico diferencial:
Para confirmar el diagnóstico de DE es necesario establecer el diagnóstico
diferencial respecto a algunos trastornos:
Trastorno de la erección debido a una enfermedad: se produce
exclusivamente por efectos fisiológicos de una enfermedad médica, como
diabetes Mellitus, esclerosis múltiple, neuropatías, etc.

Trastorno de la erección inducido por el consumo de sustancias: el problema


de la erección se produce por los efectos directos de alguna sustancia:
neurolépticos, sustancias psicoactivas, etc.

Otros trastornos del Eje I: no se debe realizar el diagnóstico adicional de


trastorno de la erección si la disfunción eréctil se explica mejor por la presencia
de otros trastornos, como, por ejemplo, el TOC.

Trastornos de la erección ocasionales: la mayor parte de los hombres han


tenido en alguna ocasión un problema de erección, por lo que no debe
diagnosticarse DE si no existe un malestar acusado o una alteración en sus
relaciones interpersonales.

14 Manual
Tema n.° 5: Alteraciones sexuales

Trastorno de la excitación en la mujer: este grupo abarca el trastorno de la


excitación sexual en la mujer, definido como el fallo parcial o completo en
obtener o mantener la respuesta de tumefacción y lubricación propia de la
excitación sexual hasta la terminación de la actividad sexual, o bien como la
carencia de una sensación subjetiva de excitación sexual y de placer durante
la actividad sexual. La Asociación Americana de Psiquiatría, se refiere a la falta
de respuesta ante la estimulación sexual, incluyendo una falta de lubricación.
El cual implica tanto un componente subjetivo, psicológico, como un
elemento fisiológico (Basson et al., 2004). Algunos casos se definen por la
propia sensación subjetiva de la mujer en cuanto a no sentirse excitada a
pesar de la estimulación adecuada y otros se definen por las dificultades con
la lubricación vaginal.

Trastorno de la excitación en la mujer


Por ello, las dificultades de lubricación son comunes y las informa el 19 por
ciento de las mujeres; estos problemas se vuelven particularmente frecuentes
entre las mujeres durante y después de la menopausia: a medida que
disminuyen los niveles de estrógeno, se reduce la lubricación vaginal; por ello,
el uso de lubricantes estériles es una manera fácil de lidiar con este problema.
Sin embargo, la ausencia de sentimientos subjetivos de excitación es más
compleja de tratar.

Criterios diagnósticos:
La característica esencial del trastorno de la excitación en la mujer es la
incapacidad para obtener o mantener la respuesta de lubricación propia de
la respuesta sexual en su fase de excitación hasta concluir la actividad sexual.
Esta característica supone un criterio necesario para su diagnóstico según el
sistema DSM, pero este propone otros dos criterios: que esta alteración
provoque un malestar acusado en la vida de la mujer, incluso con dificultades
en las relaciones interpersonales; y que la disfunción en la excitación sexual no
se puede explicar mejor por la presencia de otro trastorno en el Eje I (excepto
otra disfunción sexual) y no se deba a una consecuencia directa del consumo
de sustancias o a alguna enfermedad médica. Estos criterios para el
diagnóstico de dicha disfunción sexual son prácticamente iguales a los
propuestos por la CIE; aunque en este sistema clasificatorio el trastorno de
excitación se denomina “Fracaso de la respuesta genital” y establece un
criterio temporal con una duración mínima de los síntomas de seis meses.

Prevalencia:
La prevalencia del trastorno de excitación sexual en la mujer tiende a
subestimarse debido principalmente a que la mayoría de las mujeres que
presentan éste trastorno presentan también una disfunción orgásmica. Se
estima que un 33% de las mujeres tienen dificultades para mantener niveles
adecuados de excitación sexual en ausencia de conflictos afectivos en la
relación de pareja. La variabilidad en los factores que provocan este trastorno
(ansiedad, culpa, miedo, alteraciones hormonales, etc.) hace que sea difícil
presentar cifras de prevalencia más concretas y estadísticamente más fiables,
como ocurre con otras disfunciones sexuales en la mujer.

Universidad Continental | Manual 15


Diagnóstico diferencial:
Debe establecerse el diagnóstico diferencial respecto a los siguientes casos:
Trastorno sexual debido a enfermedades médicas: la falta de excitación está
exclusivamente provocada por efectos fisiológicos de una enfermedad, como
la vaginitis atrófica o la diabetes Mellitus.
Trastorno sexual inducido por sustancias: la falta de lubricación es el efecto
directo del consumo de sustancias, por ejemplo, antidepresivos o
antihistamínicos.
Otro trastorno del Eje I del DSM: no debe realizarse el diagnóstico del trastorno
de la excitación sexual en la mujer si la alteración se explica por la presencia
de otro trastorno (trastorno depresivo mayor, por ejemplo)
Trastornos ocasionales de la excitación sexual: si el problema de excitación no
es persistente y no existe un malestar clínicamente significativo, no se considera
el trastorno de la excitación.

Etiología:
Existe un gran número de factores que pueden estar implicados en la
aparición o el mantenimiento del trastorno de la excitación en la mujer y solo
el 10% se deben a causas orgánicas o al consumo de sustancias. En cuanto a
los factores fisiológicos, se ha demostrado que la alteración en los niveles de
testosterona, estrógenos, prolactina y tiroxina está relacionada con esta
disfunción sexual. Además, los fármacos con propiedades antihistamínicas o
anticolinérgicas producen una reducción de la lubricación vaginal.

Con respecto a los factores psicológicos se hallan el excesivo control durante


las relaciones sexuales, lo que impide una atención adecuada a la
estimulación y a las sensaciones placenteras, una educación sexual restrictiva,
la falta de información sexual, experiencias sexuales iniciales traumáticas o
escasamente satisfactorias y un nulo conocimiento del propio cuerpo.

c. Trastornos o desordenes del Orgasmo


Son diversas dificultades sexuales que afectan específicamente la respuesta
orgásmica, y tanto hombres como mujeres han reportado gran variedad al
respecto. Por un lado, algunas involucran total ausencia o poca frecuencia de
orgasmos. Y por otro lado, involucran alcanzarlo muy rápido o muy lento; sin
dejar de considerar que fingir un orgasmo como problemático.

Para el DSM se encuentran tres tipos de trastornos: el trastorno orgásmico


femenino, el trastorno orgásmico masculino y la eyaculación precoz. Los dos
primeros trastornos se definen como el retraso o la ausencia persistente o
recurrente del orgasmo después de una fase de excitación normal en la
actividad sexual, considerada como adecuada en su foco, intensidad y
duración. Por otro lado, la característica fundamental de la eyaculación
precoz consiste en la aparición de un orgasmo y eyaculación persistente o
recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima antes, durante o
poco tiempo antes de que la persona lo desee.

En ambos trastornos del orgasmo, masculino y femenino se pueden establecer


distintos subtipos en función de la variable a tomar en cuenta:

Según el inicio del trastorno:

16 Manual
De toda la vida: indica que el trastorno del orgasmo ha existido desde el
comienzo de la actividad sexual.
Adquirido: el comienzo del trastorno sexual ha ocurrido después de un periodo
de actividad sexual normal.
Según el contexto en el que aparece el trastorno:
General: se señala que la disfunción orgásmica no aparece exclusivamente
con ciertas clases de estímulos, situaciones o parejas.
Situacional: la disfunción orgásmica se limita a ciertos tipos de estimulación,
situaciones o parejas.
Según los factores etiológicos asociados al trastorno:
Debido a factores psicológicos: indicado para los casos en los que es
fundamental el papel de estos factores en el inicio, la gravedad, la
exacerbación o la persistencia del trastorno orgásmico. Las enfermedades
médicas y/o el consumo de sustancias no desempeñan ningún papel en su
etiología.

Debido a factores combinados: este subtipo está indicado cuando los factores
psicológicos están implicados en el inicio o en el mantenimiento de los
síntomas y además la enfermedad médica o le consumo de sustancias
contribuyen a la aparición del trastorno del orgasmo, aunque sin ser causa
suficiente.

Trastorno Orgásmico Femenino


Llamado también disfunción orgásmica o anorgasmia, se la define como una
ausencia o un retraso del orgasmo, tras una fase de excitación normal,
durante una actividad sexual que se considera adecuada en cuanto a tipo de
estimulación, intensidad y duración. En aquellos casos en los que la mujer es
incapaz de alcanzar el orgasmo durante el coito si falta la estimulación
manual del clítoris, no se hace el diagnóstico de disfunción orgásmica a menos
que la respuesta se deba a algún tipo de inhibición psicológica. Por su parte
Helen Kaplan la define “una inhibición específica del componente orgásmico
de la respuesta sexual”, afirma que “las mujeres que sufren sólo de un bloqueo
del componente orgásmico de la respuesta sexual poseen a menudo un
intenso impulso sexual. Puede que no muestren ninguna inhibición importante
de los sentimientos eróticos ni del componente vasocongestivo de la respuesta
sexual; ni son tampoco sexualmente anestésicas. Sin embargo, las mujeres
anorgásmicas ‘se atascan’ en la fase de meseta de la respuesta sexual, o
cerca de ella”. (Arango de Montis, 2008)

Criterios diagnósticos:
Puesto que la mujer muestra una amplia variabilidad en el tipo o en la
intensidad de la estimulación necesaria para alcanzar el orgasmo, se debe
tener en cuenta factores como la edad, la experiencia sexual y la estimulación
sexual recibida. Además, el trastorno ha de provocar malestar acusado en la
mujer o dificultades en sus relaciones interpersonales; dichos criterios son los
establecidos por el sistema DSM y compartido prácticamente en su totalidad
por la CIE, a excepción del criterio de temporalidad establecido por esta
última, que indica una duración mínima del trastorno de seis meses. Además,
la CIE establece un único cuadro diagnóstico para la disfunción orgásmica,
aplicable tanto a varones como a mujeres.

Universidad Continental | Manual 17


Diagnóstico diferencial:
El diagnóstico de trastorno orgásmico femenino debe realizarse posteriormente
al diagnóstico diferencial de los siguientes casos:

Trastorno sexual debido a una enfermedad médica: cuando la disfunción se


debe exclusivamente a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica,
como por ejemplo una lesión medular.

Trastorno sexual inducido por sustancias: cuando la anorgasmia se debe


exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(antidepresiva y neuroléptica)

Otro trastorno del Eje I: no debe establecerse el diagnóstico de trastorno


orgásmico femenino si la dificultad para llegar al orgasmo se explica mejor por
la presencia de otro trastorno del Eje I, como el trastorno depresivo mayor.

Problemas orgásmicos ocasionales: cuando no son persistentes o recidivantes


o si no se acompañan de malestar significativo o dificultades interpersonales,
no se consideran trastorno orgásmico femenino y tampoco si los problemas se
deben a una estimulación sexual no apropiada.

Etiología:
Master, Johnson y Kolodny indicaron que son los factores psicológicos en el
95% de los casos los causantes de la anorgasmia femenina y estiman que
únicamente el 5% se explican a través de causas orgánicas. Entre los factores
orgánicos potencialmente causantes de anorgasmia femenina encontramos
enfermedades crónicas como la diabetes, trastornos neurológicos, carencias
hormonales, lesiones o infecciones pélvicas, desgarros, así como el consumo
de ciertas sustancias, como el alcohol, estupefacientes, antihipertensivos o
tranquilizantes.

Dentro de los factores psicológicos, son importantes aspectos como una


educación sexual inadecuada y rígida, la falta de información, ciertas
expectativas culturales y restricciones sociales que enfatizan una relación en la
que la mujer debe satisfacer al hombre e incluso se niega que la mujer pueda
tener interés o deseos sexuales; asimismo, tener en cuenta además que es
frecuente la asociación de sexo con inmoralidad y de placer sexual con un
sentimiento de culpabilidad. También tienen un papel causal fundamental las
primeras experiencias sexuales traumáticas o las creencias irracionales sobre
las relaciones sexuales. Otros factores importantes que no conviene olvidar son
el temor por parte de la mujer a la pérdida de control de alguna de sus
funciones corporales, a desmayarse o a la inadecuación de la estimulación
sexual recibida.

En el caso de que el trastorno siga a un periodo de funcionamiento sexual


normal, debe considerarse la naturaleza de la relación actual; la causa suele
ser un conflicto marital y la falta de armonía. Como también, la depresión
puede ser una de las causas y las situaciones estresantes de la vida pueden
contribuir al inicio y mantenimiento de la disfunción orgásmica adquirida.

Trastorno orgásmico masculino

18 Manual
Generalmente se refiere a la incapacidad del hombre para eyacular durante
la actividad sexual. Se indica que el 8% de los hombres experimenta esta
dificultad (Laumann y colaboradores, 1994; Crooks, 2009).

Criterios diagnósticos:
El primer criterio diagnóstico propuesto por el DSM, es la ausencia o el retraso
persistente o recurrente del orgasmo en el varón después de una fase de
excitación normal. En el momento de la evaluación clínica de esta disfunción
se debe considerar la edad del varón y si la estimulación recibida es
apropiada. Como en las demás disfunciones sexuales, existen otros dos criterios
que hacen referencia a la necesidad de provocar un malestar significativo en
la vida diaria y dificultades en las relaciones interpersonales y a que la
disfunción no se explique mejor por otro trastorno del Eje I.

Asimismo, se diagnóstica un trastorno adquirido si aparece después de un


tiempo de funcionamiento normal; en el caso de que el trastorno orgásmico
haya aparecido durante toda la vida, el varón que lo padece no habrá
eyaculado nunca durante el coito. El trastorno orgásmico masculino durante
toda la vida indica la existencia de psicopatología grave.

Etiología:
Lo más probable es que un hombre que presente este trastorno proceda de un
entorno rígido, con una moral muy estricta, que le hace percibir el sexo como
una actividad pecaminosa y los genitales como algo sucio. Por lo que estas
personas suelen tener problemas en las relaciones íntimas, en el plano afectivo
o emocional. A su vez, una educación estricta o primeras experiencias
sexuales escasamente satisfactorias pueden también convertirse en factores
desencadenantes de este trastorno. Y en algunos casos, la evolución se ve
agravada por un trastorno de déficit de atención que aumenta, de forma
relevante, la facilidad para distraerse, lo que impide una excitación suficiente
para provocar el orgasmo.

Trastornos de la eyaculación
La eyaculación constituye el mecanismo fisiológico indispensable para la
reproducción por vía natural de la raza humana que está incluido en la
sexualidad masculina. Por lo tanto, su objetivo es la función reproductora, que
requiere una correcta respuesta sexual en la cual están implicados otros
procesos del mecanismo propio de la actividad sexual.

Sin embargo, los cambios sociales producidos en las últimas décadas con la
introducción de los métodos contraceptivos tanto masculinos como femeninos
han disociado la eyaculación de la reproducción. Por lo tanto, la eyaculación
tiene una doble función: la reproductora y la sexual.

Clasificación de las alteraciones eyaculatorias:


Los trastornos de la eyaculación se clasifican según su forma de presentación,
evolución y cronología.

Aneyaculación: se caracteriza por la ausencia de eyaculado y presencia de


orgasmo, que se produce por las contracciones rítmicas del suelo pélvico y de
los músculos perineales. En muy raros casos también se puede asociar la

Universidad Continental | Manual 19


ausencia de orgasmo, en cuyo caso tiene una base psicopatológica asociada
al no deseo de paternidad. Sin embargo, suele producirse por una patología
neurológica de base, como:

• Denervación simpática: Simpatectomía, Linfadenectomía,


retroperitoneal.
• Cirugía abdominopélvica.
• Mieolopatías: como Traumatológicas, Esclerosis en placa, Esclerosis
lateral amiotrófica, Siringomielia, Espina bífida.
• Neuropatía periférica: como Diabetes Mellitus, Fracturas pélvicas,
Intervenciones quirúrgicas.
• Farmacológicas: antidepresivos.

Etiología psicógena
El diagnóstico se basará en la anamnesis y en la ausencia de espermatozoides
y de sustancias prostáticas y de vesículas seminales, como el citrato y la
fructosa en la orina postorgasmo.

Eyaculación Precoz: Consiste en un patrón de eyaculaciones rápidas (menos


de dos minutos) combinadas con la incapacidad que presenta el hombre
para controlar consistentemente su satisfacción o la de su pareja cuando él
tiene un orgasmo. Casi todos los hombres eyaculan rápidamente en su primera
experiencia coital, lo cual puede ser decepcionante pero no debe ser visto
como un problema a menos de que continúe. En general, se indica que
alrededor de 20-30% de los varones en el mundo entre los 18 y 59 años
experimentan repetidamente, y alrededor de 30% de esos hombres eyacula
rápidamente sin una erección total (Crooks, 2009).

Algunas investigaciones indican que los sujetos con esta disfunción, subestiman
la intensidad de su excitación física, experimentan una excitación rápida a la
estimulación del pene, y eyaculan antes de alcanzar una excitación sexual
total, a la vez que reportan menos goce del orgasmo que aquellos que no
tienen problemas con eyaculación rápida; estos factores indican algún grado
de participación fisiológica, como:

• Espina bífida
• Frenillo corto
• Procesos infecciosos de la vía seminal
• Consumo de drogas: como Cocaína, Tabaco, Ciertos alucinógenos.

Eyaculación Retardada: denominada por Master y Johnson “incompetencia


eyaculatoria”. Como también, disfunción orgásmica masculina u orgasmo
masculino inhibido, se define como la ausencia o el retraso del orgasmo en el
hombre, tras una fase de excitación normal, en el transcurso de una actividad
sexual adecuada en cuanto a tipo de estimulación, intensidad y duración. Los
varones que presentan incapacidad de tener un orgasmo, o este se demoran
grandemente, incluso aunque tenga una erección sólida y haya tenido
estimulación más que adecuada. La gravedad del problema puede ir desde
dificultades ocasionales para tener un orgasmo hasta un historial de nunca
haber experimentado un orgasmo; podemos decir, el hombre es incapaz de
tener un orgasmo durante el coito, pero puede tener un orgasmo como

20 Manual
resultado de estimulación manual o bucal.

Eyaculación retrógrada: se produce por una alteración en el cuello vesical; el


líquido eyaculado pasa en su totalidad o de forma parcial por la uretra
posterior hacia la vejiga. En este caso se conserva la sensación orgásmica; sin
embargo, presenta una especial trascendencia cuando se da en varones
jóvenes que contemplan el deseo de paternidad.

Eyaculación Asténica: o babeante se caracteriza por la pérdida de fuerza en


el momento de la emisión del eyaculado. Se produce sobre todo en pacientes
afectos de patología medular por debajo de L1.

Eyaculación Dolorosa: se presenta el dolor durante la eyaculación se produce


por múltiples causas y depende del momento exacto en el que aparece:
Dolor preeyaculatorio: se debe a un espasmo prostático.
Dolor eyaculatorio: se suele producir ante la presencia de infecciones de la vía
seminal y concretamente en casos de prostatitis agudas.
Dolor posteyaculatorio: preferentemente aparece de forma secundaria a
espasmos del esfínter anal y del periné.
Por lo cual, en los pacientes parapléjicos se puede asociar la eyaculación
asténica con una sensación dolorosa de la cara interna de los muslos.

Eyaculación Refleja: La eyaculación refleja se produce en pacientes


parapléjicos cuya lesión se sitúa por encima de L1.

d. Trastornos o desordenes sexuales por Dolor


De acuerdo con la nueva clasificación internacional de los trastornos sexuales,
se incluyen la Dispareunia y el vaginismo bajo la categoría de “Trastornos
sexuales por dolor”, siendo el dolor coital el principal síntoma de estos dos
trastornos; así la presencia del dolor comporta un deterioro en la función sexual
que puede desembocar en conflictos de pareja.

Dispareunia
Se define la Dispareunia o coito doloroso, al dolor genital persistente o
recurrente asociado con la relación sexual; que suele considerarse como un
trastorno típico de la mujer, sin embargo, también puede producirse en el
hombre de manera más escasa o rara. En la mayor parte de los casos la
Dispareunia masculina hace referencia a dolor en la eyaculación, ya sea en el
pene, o menos frecuentemente, en los testículos o en los órganos internos. Con
frecuencia se debe a infecciones en la uretra o en la vejiga urinaria. Con
respecto a ello, Kaplan (1979) señaló que en algunos casos la eyaculación
dolorosa puede deberse a espasmos en los músculos perineales causados por
la presencia de ansiedad ante la eyaculación.

Por otro lado, la Dispareunia femenina es más frecuente, y el dolor puede


implicar sensaciones de ardor, quemadura, contracción o dolor cortante, que
se localiza en la parte externa o interna de la vagina, en la región pélvica o en
el abdomen; no obstante, no debe darse un diagnóstico de Dispareunia
cuando el dolor se debe a la falta de lubricación vaginal o si es consecuencia
de vaginismo.

Universidad Continental | Manual 21


Entre las posibles causas orgánicas, y de modo paralelo a lo que sucedía en el
caso de los hombres, cabe mencionar la presencia de deformaciones o
trastornos de la vagina, el útero, las trompas de Falopio o los ovarios, de
infecciones en la vagina o el clítoris, de enfermedades en la uretra o el ano, de
cicatrices, de enfermedades generales (diabetes, estados carenciales de
estrógenos, etc.). Así mismo, cualquier estado físico que origine escasa
lubricación vaginal, como consumo de antihistamínicos o de marihuana
puede llevar, indirectamente, a la aparición de molestias durante el coito. Por
último, el empleo de determinadas cremas anticonceptivas, espermicidas,
productos de higiene íntima, diafragmas o preservativos que provoquen
irritación vaginal pueden motivar también la aparición de dolor coital.

Clasificación:
Los síndromes de dispareunia y vulvodinia se clasifican en función de dos
criterios que tienen que ver con aparición y presencia:

Temporalidad (momento en el cual surge el problema), la cual se divide en:


- Primaria: si se ha presentado durante toda la vida de la persona, o
- Secundaria: cuando ocurre después de un periodo de funcionamiento
normal.

Situacionalidad: depende del contexto (circunstancia) en la cual el problema


se presenta, ya sea:
- Global: en todas las situaciones, contextos, estímulos, procedimientos y
compañeros.
- Selectiva: suceden sólo bajo determinadas situaciones o circunstancias.
- Parcial: en todas las circunstancias, a excepción de la actividad autoerótica
o masturbatoria.

Vaginismo
Es una contracción espástica del tercio externo de la vagina; en algunos casos
es tan grave que la entrada de la vagina se cierra y la mujer no puede tener
coito (Leiblum, 2000). Cabe mencionar, que el vaginismo y la dispareunia
pueden estar asociados; es decir, si el coito es doloroso, un resultado puede
ser los espasmos que cierran la entrada de la vagina.

El vaginismo no es un trastorno sexual muy común en la población general. Sin


embargo, es relativamente común entre las mujeres que buscan terapia
sexual, al explicar del 12 a 17 por ciento de los casos (Spector y Carey, 1990;
Crooks, 2009). Posiblemente, las mujeres estén en mayor probabilidad de
buscar tratamiento para el vaginismo que para otros trastornos, porque puede
imposibilitar el coito y crear enormes dificultades en la relación de pareja. A su
vez, puede darse aun cuando la mujer responda de manera adecuada a la
excitación sexual (experimenta lubricación vaginal) y disfrute del juego sexual
(incluso puede alcanzar el orgasmo). El problema se centra en la aparición, a
la hora de realizar el coito, de un espasmo reflejo que supone la contracción
de los músculos de entrada a la vagina con el consiguiente cierre de la
abertura vaginal; el cual no suele causar dolor, incluso es frecuente que la
mujer no perciba cuando se produce.

En la mayoría de los casos el vaginismo tiene que ver con causas psicológicas;

22 Manual
básicamente, el problema consiste en la aparición de un reflejo aprendido
(condicionado) en una situación anterior en la que se ha asociado una
experiencia de dolor a una situación de relación sexual (habitualmente el
coito). Otro, de los factores que condicionan o facilitan la aparición de este
reflejo aprendido son por ejemplo, haber recibido una educación
culpabilizadora acerca de las relaciones sexuales, alguna experiencia anterior
de abuso sexual (violación, incesto), miedo al embarazo, un deseo
contradictorio de tener una relación sexual, sentimiento de hostilidad o
desagrado con respecto a la pareja, miedo al dolor que pueda producir la
penetración (presente especialmente en la primera relación), o incluso haber
padecido algún tipo de dolor vaginal debido a infecciones o lesiones, tener un
himen rígido o un útero desplazado, etc. Una vez que el reflejo se ha
condicionado puede persistir incluso aunque haya cesado la causa original
que favoreció la aparición del dolor.

Tema n.° 6. Enfoques terapéuticos

Terapia sexual moderna

William Howell Masters (1915-2001), fue un ginecólogo estadounidense que,


junto a la psicóloga Virginia Eshelman Johnson, investigó la sexualidad humana
en condiciones de laboratorio y desarrolló métodos de terapia orientados al
sexo.
Nació en Cleveland (Ohio) y se graduó en 1943 en la Escuela de Medicina de
la Universidad de Rochester. En 1947 se incorporó como profesor a la
Universidad de Washington en Saint Louis y en 1957 inició su colaboración con
Virginia Johnson. Mediante el empleo de electroencefalogramas,
electrocardiogramas y cámaras cinematográficas, estudiaron la fisiología y la
anatomía de la actividad sexual. Como resultado de sus investigaciones
publicaron un exitoso libro titulado La respuesta sexual humana (1966), además
de Incompatibilidad sexual humana (1970), Homosexualidad en perspectiva
(1979) y El vínculo del placer (1975), que refutaban una serie de opiniones muy
extendidas acerca del orgasmo, la impotencia, la frigidez y la
homosexualidad. Junto con Robert C. Kolodny publicaron La sexualidad
humana (1982) y Heterosexualidad (1994).

Master y Johnson establecieron una clínica para terapia sexual, y su éxito


pronto alentó que otros sigan su ejemplo. Master y Johnson también
desarrollaron el concepto del "equipo dual" de hombre/mujer donde los
terapistas tratan a la pareja en vez de a los individuos. Estas parejas eran
esposo o esposa u hombres y mujeres solteros que venían con su pareja/o
(heterosexual u homosexual). Estos y muchas otras características del
tratamiento de Masters y Johnson han sido copiados ampliamente.

Shere Hite (nacida el 2 de noviembre de 1942 en Saint Joseph, Missouri) es una


sexóloga y feminista alemana nacida en los Estados Unidos.
Sus trabajos sobre sexología se han concentrado principalmente en la
sexualidad femenina. Hite parte de los estudios biológicos sobre sexo hechos
por Masters y Johnson y por Alfred Kinsey. También hace referencia a los
trabajos teóricos, políticos y psicológicos asociados con el movimiento
feminista de la década de 1970, como el Mito del orgasmo vaginal de Anne

Universidad Continental | Manual 23


Koedt. Después de recibir ataques hacia ella y hacia su trabajo, renuncia a su
nacionalidad estadounidense en 1995 para pasar a ser alemana.

Hite ha criticado el trabajo de Masters y Johnson por incorporar acríticamente


actitudes culturales en el comportamiento sexual en su estudio. Por ejemplo, el
trabajo de Hite mostró que el 70% de las mujeres no habían tenido orgasmos
mediante la penetración, pero son capaces de alcanzar el orgasmo
fácilmente mediante la masturbación u otras estimulaciones clitorianas. Sólo un
30% de las mujeres participantes en su estudio habían experimentado alguna
vez un orgasmo durante el transcurso del coito. Ha criticado el argumento de
Masters y Johnson de que durante el coito debería haberse proporcionado la
suficiente estimulación clitoriana para alcanzar el orgasmo y de que el que no
llegue a alcanzarse es un signo de "disfunción sexual". Sin negar que tanto
Kinsey como Masters y Johnson han sido un paso crucial en la investigación
sexual, Hite cree que debemos entender la construcción cultural y personal de
la experiencia sexual para hacer el importante estudio del comportamiento
sexual fuera del laboratorio. Criticó el hecho de que limitar los test a mujeres
"normales" que notificaban orgasmos durante el coito estaba basado en el
falso supuesto de que tener un orgasmo durante el coito era algo típico, cosa
que su propio estudio rechazó vehementemente.

Helen Singer Kaplan


Ante cualquier terapia sexual, primero ha de mirarse los factores orgánicos y
valorar efectos emocionales como el estrés emocional, la ansiedad, las
inhibiciones aprendidas de la respuesta sexual, así como las disfunciones
específicas y la estructura de personalidad. En la respuesta sexual se dan
procesos hormonales y fisiológicos muy susceptibles ante una excitación
emocional pudiendo afectar los reflejos vasculares autónomos además de
actuar en la respuesta un equilibrio hormonal idóneo.
Se añade a esta complejidad las contingencias negativas en las respuestas
sexuales que pueden causar la inhibición del orgasmo creando una disfunción
sexual.

La Orientación y el Consejo Sexológico


La Orientación es un proceso de comunicación que involucra a dos personas
activamente y considera las actitudes, sentimientos, creencias, valores y
conflictos de ambas partes relacionadas con un tema determinado. La
Orientación puede referirse a una necesidad específica de información por
parte del consultante, o a la necesidad de consultar con alguien más
“experimentado” para saber el curso a tomar o simplemente responder a la
necesidad de ser escuchado y comprendido.

En cualquier caso, el rol del orientador es de mucha responsabilidad. Implica


una adecuada preparación para ayudar al consultante a enfrentar y resolver
sus problemas y preocupaciones, conocer sobre el desarrollo normativo
adolescente y poseer real vocación para trabajar con ellas/ellos. Es
importante, por lo tanto, que el Orientador haga una revisión personal sobre su
propia sexualidad.

¿Qué es la labor de Orientación?


La labor de orientación es: Un proceso de interacción persona a persona, de

24 Manual
doble vía, durante el cual la persona orientadora:
Asiste al consultante a evaluar sus propios sentimientos y opiniones en relación
con el problema por el cual solicita ayuda.
Provee información adecuada para ayudar al solicitante a tomar una decisión
fundamentada.
Actúa como soporte emocional del consultante.

La labor de Orientación no es:


Un método para ofrecer soluciones a los problemas de una persona.
Un método para dar instrucciones.
La promoción de un método exitoso de vida que ha funcionado para la
persona orientadora.

Una sesión de Orientación es un espacio creado para la interacción del


adolescente con una persona preparada para escucharle, y que está en
condiciones de ofrecerle ayuda sin estricción ni prejuicio alguno y con
suficiente conocimiento como para brindarle la información que necesita.

En la Orientación de los adolescentes, el orientador debe aceptar la


responsabilidad de direccionar el análisis y reflexión de los temas que le
preocupan al joven, interesándose por explorar y permitir la expresión de los
sentimientos respecto a los temas que éste va narrando.

El Orientador evita dar consejos y recetas o fórmulas mágicas para la solución


de problemas. Por el contrario, ayuda al adolescente a evaluar su propia
conducta y las posibles alternativas frente al problema que plantea.

Características/cualidades de un(a) buen(a) orientador(a)


En el proceso de orientación, existen factores facilitadores de este proceso.
Uno de ellos tiene que ver con las cualidades positivas del orientador(a).

Carl Rogers (1957) señala que el éxito de la orientación depende de las


características del orientador(a) como la empatía, la autenticidad, la
incondicional aceptación y la calidez en el trato.

A continuación, se describen algunas de las cualidades de un buen


Orientador(a):
Empatía: capacidad de entender el problema de la otra persona desde su
perspectiva.
Honestidad: significa sinceridad y franca disposición para ayudar. Implica
proveer información correcta y verdadera y/o a admitir que no la tiene.
Positiva Consideración: a las necesidades y características propias del
adolescente, halagando los esfuerzos que hace ella/él para acudir al servicio.
Incondicional Aceptación: implica aceptación no valorativa de la/e
adolescente. El orientador(a) no desaprueba ni juzga su conducta.
Consistencia: El orientador(a) es auténtico, es decir congruente con lo que
dice, hace y es.
Confidencialidad: Ser discreto, confiable. No revelar nada de lo que la/el
adolescente le ha confiado.
Respeto: A su naturaleza humana y a sus derechos y a ser tratado como una
persona capaz de tener el control sobre su vida.

Universidad Continental | Manual 25


Habilidades para la comunicación: El Orientador(a) sabe escuchar
eficazmente y sabe cómo transmitir información en un lenguaje sencillo y
comprensible.
Responsabilidad: Cumple con su rol, no se compromete con más de lo que
puede ofrecer.
Comprensión: Acepta diferentes valores y experiencias del adolescente.
Amabilidad: Responde con calidez a las necesidades del adolescente. El
Orientador(a) es acogedor y se esmera para que la/el adolescente se sienta
cómodo.
Flexibilidad: Está abierto(a) a cualquier cambio. Permite fluir al “niño que hay
en ella/el” cuando es necesario y se da tiempo para escuchar al niño que hay
en otros.
Competencia: Es una persona capacitada en orientación y adolescencia,
sexualidad humana y salud reproductiva.
Adecuada Autoestima: Tiene una sensación de valía como persona y como
profesional. Sabe de sus cualidades positivas y negativas.

Consejo Psicológico
Consejo es una relación entre dos personas una de ellas llamada Cliente y la
otra a la que se considera como experto en las relaciones humanas, es un tipo
de consulta para personas normales que están pasando por una situación de
estrés y que tiende a desarrollar sus potencialidades, se queda a un nivel
racional y consciente pero siempre tiene una connotación emocional.
Un psicólogo consejero tiene el siguiente punto de vista: “Son las personas y no
los problemas los que necesitan la ayuda”.
La consejería no significa dar consejos. Es un proceso de escucha activa,
centrada en la persona, apuntando a que encuentre y utilice sus propios
recursos y fortalezas como mejor elemento para el cambio.

Meta de la Consejería
Inducir - Estimular al cambio de comportamiento.
Explorar, expresar y clarificar los sentimientos y pensamientos.

Objetivos de la Consejería
Proporcionar soporte psicosocial
Educación para la salud

Soporte Psicosocial
Proporcionar información clara, veraz y oportuna
Orientación sobre dudas, temores e inquietudes
Reducir el impacto psicológico de los mitos, rumores e inexactitudes existentes
en el terreno de la sexualidad humana.

Educación para la Salud


Generar cambios o modificaciones en los conocimientos, actitudes y
comportamientos respecto a las situaciones que ponen en riesgo la vida y la
salud, asumiendo prácticas preventivas en la vida diaria.
Propósitos de la Consejería
Mejorar las habilidades personales de ayuda a otros
Entender mejor la situación de las personas
Ser más eficaz en ayudar a otros a resolver sus problemas

26 Manual
Actitudes que pueden hacer sentir incómodas a las personas
No saludarlo cuando entra
No mirarlo cuando está hablando
Usar un tono de voz enjuiciador
Usar lenguaje no entendible
Mirar el reloj durante la conversación
Leer o revisar papeles mientras la persona está hablando
Permitir interrupciones o dejar que otras personas estén presentes
Estar sentado mientras la persona está de pie
Tener una expresión poco amistosa durante la conversación
Asumir una postura desafiante
Hacer gestos de molestia o impaciencia

Modelo de Orientación ACCEDA


Si bien el modelo ACCEDA es aplicado en sesiones de “Consejería en
Planificación Familiar”, este modelo se puede generalizar a toda necesidad de
salud sexual y reproductiva de los consultantes principalmente de los
adolescentes.

A continuación, se detalla cada uno de sus pasos:


A - Atienda en forma cordial:
Saludar cortésmente al adolescente.
Presentarse señalando su nombre y su profesión
Pregunte como desea que la/lo llame.
Ponerse a su disposición del adolescente (preguntando en qué se le puede
ayudar).
Asegurarse el carácter confidencial y privado de la orientación.
Establezca un trato horizontal, evitando hacerle sentir su “superioridad”.

C - Cálidamente pregúntele a qué se debe su visita y permita que le explique:


Pregunte sobre el motivo de su visita.
Una vez que el/la adolescente mencione el motivo de su consulta, averigüe
qué siente y piensa respecto a ello.
Qué información tiene al respecto y qué más desearía saber.
Realice preguntas abiertas que no puedan ser contestadas con un sí o un no.
Y estimule al adolescente a hacer preguntas, demostrándole que es bueno
preguntar.

C - Converse y brinde la información necesaria:


Estimule a que siga preguntando
Bríndele toda la información que la/el adolescente necesite respecto al motivo
de su consulta.
Amplíe la información sobre lo que más le interesa al adolescente.
Pregunte que más desearía saber.

E - Encamine la Orientación hacia la alternativa más apropiada:


Pregúntele al adolescente cuáles cree que son las posibles
alternativas/opciones frente a la situación planteada.
Pregunte sobre otras posibles alternativas.
Explore sentimientos y no sólo hechos.
Encamine hacia la elección de una alternativa según sus circunstancias

Universidad Continental | Manual 27


particulares.
Encamine hacia la toma de una decisión informada.

D - Describa cómo funciona la opción/alternativa:


Analice ventajas y desventajas de la(s) opción(es) que se le presenta(n).
Muéstreles y explíquele las posibles consecuencias y/o resultados de las
opciones.
Ayúdeles a planear cómo ejecutará su elección.
Repase nuevamente con el/la adolescente los puntos principales.
Explique señales de alerta (si está orientando en Planificación Familiar)
Insista para ver si todavía le queda alguna pregunta más para la sesión.

A - Acuerde el seguimiento y la fecha de la próxima entrevista:


Mantenga hasta el final una relación cordial con la/el adolescente ya que ello
asegurará que asista a sus citas de seguimiento.
Hacia el final de la sesión pregunte cómo se siente ahora, en relación a su
demanda de orientación.
Acuerde con la/el adolescente la fecha de la próxima visita resaltando:
La disponibilidad del Orientador
Los horarios de atención y
La disponibilidad de la/el adolescente para asistir a la orientación.

Momentos difíciles en la orientación


Algunas situaciones que requieren un adecuado manejo se describen a
continuación:

El Silencio: Puede ser una señal de timidez, como también significar enojo o
ansiedad, o ser indicativo de desafío o rebelión por haber sido referido a la
orientación contra su voluntad.
Si ocurre al principio de la sesión: Después de un tiempo prudencial la persona
que hace la orientación puede decir, con amabilidad: “Me doy cuenta que te
resulta difícil hablar, esto ocurre con frecuencia a quienes vienen por primera
vez”.
Si está enojado: La/el adolescente evitará la mirada. Entonces le podría decir:
“A veces cuando alguien viene a verme contra su voluntad y no desea estar
aquí, deciden no hablar: ¿Será que tú te sientes así?”.
Si es por timidez, el Orientador(a) puede legitimar su sentimiento diciendo: “Yo
en tu lugar me sentiría igual. Comprendo que es fácil hablar a una persona
que recién conoces”.
Si ocurre en medio de la sesión: Hay que evaluar por qué se ha producido, en
ese caso es mejor esperar, pues es crucial que la/el adolescente exprese sus
sentimientos o pensamientos.
Muchas veces el silencio ocurre cuando la/el adolescente se siente
“movilizado” por un tema, situación o persona específica. Cuando se tenga
certeza de haber identificado qué causó el silencio del adolescente es
necesario hacer el señalamiento diciendo: por ejemplo: “Te has quedado en
silencio al hablar de tu novio”.
Si el silencio ocurre porque la/el adolescente está meditando o reflexionando,
no se justifica romper el silencio, o indicar que es inaceptable.
Es importante que la persona orientadora aprenda a tolerar el silencio.

28 Manual
Llanto de la /el adolescente: Hay que evaluar qué lo provocó. ¿Es acaso una
forma de liberar tensiones? ¿Es un llanto manipulador? ¿Realmente guarda
coherencia con el relato que la/el adolescente nos está haciendo?
Una forma de liberar tensiones: Sería conveniente decirle que: “está bien que
llores, puesto que es una reacción natural cuando se está triste”. Esto lo
autoriza a expresar sus sentimientos y por lo general dejará de llorar en poco
tiempo.

Si se trata de una manipulación: Será conveniente decirle “aunque lamenta


que se sienta triste, está bien que exprese sus sentimientos” Al poco tiempo la
persona dejará de llorar.

Si el llanto guardó coherencia con el relato: Permítale la expresión libre de sus


emociones. No intente reprimir el sentimiento ni restarle importancia.
La/el adolescente amenaza con suicidio: Toda amenaza o intento de suicidio
siempre debe considerarse de manera seria.

Es importante averiguar si anteriormente lo ha intentado, si tiene una real


intención y razones para hacerlo o es tan solo “algo que se dice sin pensar”.

En cualquier caso, una actitud de pánico de la persona orientadora puede


atemorizar más aún al adolescente, y restarle importancia podría resultar
peligroso. Es oportuno que le diga: “Si bien nadie puede impedir que una
persona le ponga fin a su vida, yo me sentiré muy triste, pues apenas hemos
comenzado a conocernos y ya hay muchas cosas que me agradan y admiro
de ti. Las personas que se suicidad a menudo son seres completamente
desesperanzadas”.

Aun cuando existen muchos factores que subyacen a una decisión de tal
naturaleza, averigüe qué razones tiene la/el adolescente para sentirse en esta
situación. Qué fue lo que desencadenó tal sentimiento.

La amenaza de suicidio pone en evidencia trastornos de ánimo como la


depresión o es señal de trastornos más severos. Es preferible tomar las
previsiones y de ser necesario realizar una derivación a otro especialista o
psicoterapeuta.

La/el adolescente rechaza la ayuda: Averigüe con mucha delicadeza, a qué


se debe esa actitud. Muchos adolescentes son enviados a recibir ayuda que
realmente no quieren, por ello es conveniente que diga algo así: “Comprendo
cómo te sientes, no estoy seguro(a) de poder ayudarte, pero quizá sí
podríamos tomarnos unos minutos para conversar y decidir qué podemos
hacer”.
La/el adolescente se siente incómoda(o) por el sexo de la persona
orientadora. “No creo que pueda hablar del tema con una mujer. Esperaba
encontrarme con un hombre”.

Persona orientadora: “Al principio algunos jóvenes se sienten más cómodos(as)


con alguien de su mismo sexo, pero de acuerdo a mi experiencia a medida
que se van conociendo, esto va perdiendo importancia ¿Lo intentamos?”.

Universidad Continental | Manual 29


Falta de tiempo de la persona orientadora: Comuníqueselo desde el inicio.
Explique el motivo de ser posible. Pida disculpas indicando que espera reunirse
con él/ella en una fecha y hora precisas.

La persona orientadora no consigue establecer un buen “rapport”: Debe


solicitar colaboración entre sus colegas para analizar la sesión y hacer la
derivación necesaria si fuera el caso.

La persona orientadora y la/el adolescente se conocen socialmente: Si la


relación es circunstancial, podrá asistirle estableciendo con claridad la
confidencialidad de la sesión.
Si ambas partes se conocen muy bien, no es posible que la asista como
orientador(a).
Debe explicar que se trata de una relación de otra clase; como amigos se
puede enojar, puede brindar consuelo o sentirse incómodo(a) si algo no le
gusta. No es posible cambiar así los roles, inevitablemente suscitará confusión y
resentimientos.

La/el adolescente habla sin interrupciones e inapropiadamente: Cuando la/el


adolescente narra hechos triviales y repetitivos, es recomendable que le diga:
“No sé si se ha dado cuenta que hace rato repite lo mismo. ¿Siente nervios o
encuentra difícil hablar de otra cosa?”

La/el adolescente le hace una pregunta personal a la persona orientadora: La


relación entre adolescente y orientador(a) es de carácter profesional, no
social. Debe señalar al adolescente que no es aconsejable que la persona
orientadora hable sobre sí mismo por eso se ha fijado como norma no hacerlo.

Otros momentos difíciles en la labor de orientación


La persona orientadora se siente incómoda con el tema: Entre más
experiencia tenga la persona orientadora podrá hablar de temas más
delicados y le será más fácil determinar a cuáles es más vulnerable y menos
probable que le tome desprevenido. Especialmente si se trata de un punto
emocional, sea sincero(a) con la /el adolescente. Después de la sesión es
conveniente que el orientador(a) hable con su supervisor(a) para ver si es
posible superar estos sentimientos de incomodidad.

La persona orientadora se equivoca: La mejor manera de demostrar respeto y


confianza es admitir que se equivocó. Si cometió un error ofrezca disculpas. Por
ejemplo “Lo siento. Olvidé que ya habías dicho que tuviste un enamorado
anteriormente”. Si hizo o dijo algo que después lamenta, admítalo. Por
ejemplo: “Cuando me dijiste que no sabías cómo yo podría ayudar a alguien
de tu edad, siendo yo adulto, por un instante me enojé. Tal vez no lo notaste.
No fue realmente justo para ti. Discúlpame”.
Si no conoce una respuesta a una pregunta objetiva: admítalo, y si
corresponde, diga que tratará de conseguirle la información.

El problema no tiene solución: Cuando la persona orientadora sienta que está


“atascado(a)”, es importante que recuerde que la orientación se centra en
la/el adolescente, no en el problema. Haga uso de la estrategia IDEAS:
I: Identificar el problema

30 Manual
D: Describir el problema
E: Evaluar las alternativas de solución, elegir una, evaluar las ventajas y
desventajas de las opciones.
A: Actuar una de las opciones
S: Saber el resultado de la acción y asumir las consecuencias.

El Modelo de los Cinco Pasos para la Orientación en Metodología


Anticonceptiva
Para aplicar este modelo, el orientador debe manejar información actualizada
sobre métodos anticonceptivos, conocer los métodos que están a disposición,
explicar las ventajas y desventajas de los métodos y el modo de uso.

Paso 1
Establecer una relación cordial
Saludar e identificarse
Garantizar un momento agradable
Garantizar la privacidad
Dar confianza y establecer una relación cordial de mutuo respeto.
Facilitar el proceso de comunicación
Preguntar el motivo de la consulta
Ser amable

Paso 2
Identificar necesidades del adolescente
Paso más importante en el proceso de la consejería
Momento de diagnóstico
Especificar las necesidades de cada individuo.
Preguntar: uso, salud, meta, reproductiva, etc.
Escuchar con atención.
Aclarar y repetir la información que la/el adolescente nos da.
En base a este momento se determinan las opciones a ofrecer según cada
caso.

Paso 3
Responder necesidades del adolescente
Ofrecer información
Aclarar los temas que se requieren
Manejo de lenguaje sencillo
Escuchar con atención
Ofrecer las opciones de solución posibles
Aclarar las dudas y conceptos erróneos
Hacer preguntas adecuadas
Usar material educativo de apoyo

Paso 4
Verificar entendimiento del adolescente
Verificar la comprensión de la información
Preguntar adecuadamente
Hacer repetir al adolescente
Demostrar con ayuda de insumos
Aclarar información y dudas

Universidad Continental | Manual 31


Brindar momento de reflexión.

Paso 5
Mantener relación cordial
Dar confianza.
Asegurar presencia del orientador cada vez que sea necesario para alguna
información.
Programar seguimiento.
Asegurar que la/el adolescente va a continuar con la orientación.
Asegurar disponibilidad del servicio.

Refleje
La Orientación sobre VIH/SIDA comprende seis componentes. Los podrá
recordar con la palabra refleje:
Reciba al adolescente adecuadamente
Realice la sesión de orientación en un lugar privado
Preste atención desde un primer momento
Sea cortés, preséntese por su nombre y ofrezca asiento
Pregunte en que puede ayudarle
Asegúrese de mostrarle su interés a ella o él como persona.
Enfatice, el hecho de que todos los datos sobre ella o él son estrictamente
confidenciales.
Preséntele la información con claridad y convicción
Déjele saber que usted comprende las dificultades que ella o él encara

Explore las necesidades del adolescente


Pregunte cuál es el motivo de su visita y en qué le puede ayudar
Converse con la/el adolescente sobre sus necesidades, deseos,
preocupaciones, dudas, o cualquier pregunta que tenga.
Averigüe lo que la persona sabe del SIDA y de la infección del VIH.
Reafirme la información correcta, corrija los conceptos erróneos

Facilite la comunicación
Recuerde las técnicas de orientación que facilitan la comunicación:
Establecimiento de la compenetración
Escuche activamente
Sea auténtico
Buen uso de la comunicación no verbal
Uso eficaz de preguntas
Resolución de problemas
Autorrevelación apropiada
Uso apropiado del silencio
Hacer “eco” de los sentimientos

Logre que la/el adolescente identifique su riesgo frente al SIDA y ayúdelo a


desarrollar su propio plan de prevención.
Ayude al adolescente a identificar las prácticas propias que exponen al riesgo
de contraer VIH.
Pídale permiso para tomar nota sobre su historia sexual.

Pregúntele

32 Manual
Si está sexualmente activo
Con cuántas personas ha tenido relaciones sexuales
Si sólo tiene una pareja, piensa que ella/el también es fiel.
Aun cuando ella/él es fiel ahora, ¿sabes si ha tenido RS con otros en el
pasado?
Si tiene o alguna vez ha tenido una ITS.
Qué prácticas sexuales realiza
Si usa condón cuando tiene relaciones sexuales, si no ¿Por Qué?

Pregúntele también
Si comparte jeringas
Si ha recibido una transfusión de sangre
Revise con ella o él las pautas de reducción de riesgos.
Ayúdele a desarrollar su propio plan de prevención.
Si su plan incluye uso del condón, enséñele cómo usarlo
Reconozca que implementar cambios de conducta no es fácil
Explique cuál es el proceso y significado de la prueba de anticuerpos para el
VIH, ayúdele a tomar la decisión sobre si quiere o no someterse a ella.
Explique qué significa y no significa la prueba de anticuerpos para el VIH
Aclare qué tipo de prueba se usa (ejemplo ELISA), cuántas pruebas se hacen y
qué tipo de prueba confirmatoria se emplea.
Si la persona quiere someterse a la prueba, indagar cuál es el motivo.

Jamás juzgue ni de un consejo


El proceso de producir cambios de conducta es difícil y cada individuo es
responsable por lograrlo. Preste apoyo para facilitar el proceso, pero no de
consejos ni juzgue la conducta de su paciente.
Ayúdele, sin cuestionar, su estilo de vida o su sexualidad.
La decisión sobre someterse o no es una decisión que cada adolescente debe
tomar por sí mismo. No tome decisiones por él.
Respete siempre las decisiones del adolescente.

Elija un plan de Seguimiento


Para las/los adolescentes que decidieron someterse a la prueba evalúe:
Si quiere regresar para recibir orientación de seguimiento.
Si cree que regresar con su pareja le ayudará a implementar su plan
preventivo.
Deje que elija el momento oportuno para saber el resultado de la prueba.
Para los que tienen un resultado negativo:
Asegúrese de que entiende el significado. Enfatice la importancia de adoptar
medidas preventivas para mantenerse libre de la infección del VIH.
Decida con la/el adolescente si es necesario repetir la prueba en seis meses.
Para aquellos que tienen un resultado positivo:
Asegúrese que la/el adolescente entiende el significado
Ofrézcale su apoyo y ayúdele a identificar otras fuentes de asistencia.
Decida con ella/el con quien quiere compartir su resultado y cómo.
Ayúdele a desarrollar un plan de salud que incluya medidas para prevenir la
transmisión del VIH a otras personas.
Fije cita para control y seguimiento.

El Modelo P-IL-SE-TI

Universidad Continental | Manual 33


El modelo Pilseti, es un método básico de trabajo y consejería para
funcionarios/as en el trabajo con adolescentes. Recibe su nombre producto
de los cuatro elementos que lo conforman, a saber:

P: Dar Permiso
IL: Información Limitada
SE: Sugerencias Específicas
TI: Terapia Intensiva
(Annon, 1976, Rosser, Coleman & Ohmans, 1993)

A continuación, se explica y operacionaliza la forma de actuar en cada una


de las fases del modelo.

Dar Permiso, valorar las emociones y normalizar la experiencia (P)


El consejero/a o funcionario/a, crea un clima confortable y acogedor
(permisivo, facilitador) para que el/la joven trate las inquietudes sexuales, a
menudo introduciendo el tema de la sexualidad, de ese modo validando la
sexualidad como un tema de salud legítimo.

Estrategias para dar el permiso


Escuche sin prejuicios
Entienda sin juzgar
Tenga empatía
Detecte los sentimientos y significados personales del joven
Respeta al joven
Proteja la autonomía y la auto-dirección y elección del joven
Sea sensible a cómo el/la joven se siente acerca de aprender nuevos
comportamientos
Sea genuino, real y congruente–sea si mismo
Sea positivo
Acepte al joven como es- este clima de la aceptación (confortable,
acogedor, permisivo) facilitara cambio de comportamiento sexual.

Información Limitada (IL)


El/la profesional crea un clima confortable y de permisividad para los jóvenes
al tratar las inquietudes sexuales específicas e introduce el tema de la
sexualidad, validándolo como tema de salud legítimo
Intenta corregir los mitos y la información incorrecta
Dé importancia a cómo el joven entiende la situación
Crea en el joven
Responda sus preguntas
Dé información basada en conocimiento preciso
Descubra los deseos y las necesidades del joven
Proporcione al joven recursos bibliográficos
Usa un idioma que el joven puede entender, evite el lenguaje profesional
Muchos problemas en salud sexual y reproductiva se pueden resolver con
información básica
El conocimiento puede empoderar a los jóvenes
Responda a las necesidades emocionales del joven
Muchos consejeros se sienten incómodos discutiendo la variedad de
emociones y sentimientos de jóvenes al tratar los temas de salud sexual y

34 Manual
reproductiva
Por ejemplo, los proveedores en clínicas médicas quizá prefieran centrarse sólo
en las necesidades biomédicas del joven
Cuando no se establece una armonía terapéutica el joven tiene probabilidad
de permanecer centrado en temas emocionales que interfieren con el
entendimiento de la información, negociación y toma de decisiones.

Sugerencias Específicas (SE)


El profesional evalúa una historia sexual o perfil del joven:
1). Definiendo los temas y las inquietudes del joven
2). Determinando el curso de cómo los temas han evolucionado con el
transcurso del tiempo
3). Facilitando la comprensión del joven de los temas principales y
proporcionando opciones para la resolución
4). Ayudando al joven aclarar sus percepciones e ideas acerca de las fuentes
de estas inquietudes y en desarrollo de metas realistas y apropiadas y planes
de solución
Necesitamos reconocer cuándo es necesario la ayuda de profesionales para
poder recomendarla

Terapia Intensiva (TI)


El consejero/a o funcionario/a proporciona tratamiento especializado en
casos que son complicados por la coexistencia de otros temas complejos de
vida tales como:
Diagnósticos psiquiátricos como la depresión
Los trastornos por ansiedad (incluido trastorno obsesivo-compulsivo)
Trastornos de la personalidad
Abuso de sustancias
Conflictos interpersonales o intrapersonales
Los consejeros de sexología se especializan en identificar las situaciones que
requieren terapia intensiva y en hacer las referencias apropiadas

La manera de dimensionar las características de cada caso en particular es


muy importante para este modelo. De esta forma, es fundamental determinar
el grado de patología que se aprecia en la intervención para poder vislumbrar
el grado de alcance al que se quiere llegar con la intervención

Por otro lado, y a diferencia de los modelos tradicionales de atención, el


modelo PILSE T I, permite profundizar más en las temáticas relacionadas con la
prevención del VIH/SIDA y de la promoción de la Salud Sexual y Reproductiva,
ya que permite dar mayor profundidad a la intervención dependiendo de los
requerimientos específicos a cada caso.

Fundamentos de algunas técnicas de la terapia sexual


Los problemas sexuales presentan en la mayoría de los casos muchos
elementos comunes tanto en la génesis de los mismos como en su
mantenimiento posterior. Esto explica el hecho de que la terapia de la mayoría
de los problemas sexuales presente un número considerable de elementos
comunes junto a otros específicos de cada problema y de cada caso
particular.

Universidad Continental | Manual 35


Técnicas molares / La Terapia Sexual
La terapia sexual, o el tratamiento de la Disfunción Sexual, ha obtenido una
amplia atención, tanto profesional como popular, desde la publicación del
libro de Masters y Johnson, Human sexual inadequacy, en 1970. Actualmente,
la terapia sexual constituye un área especializada de la psicología, la
psiquiatría y la medicina.

Se señala una serie de principios básicos para la terapia sexual, recibiendo


cada uno de ellos distinto énfasis dependiendo del caso particular (Friedman y
Chernen, 1987; Lo Piccolo, 1978):

Responsabilidad mutua, es decir, todas las disfunciones sexuales son trastornos


compartidos. Independientemente de la causa de la disfunción, ambos
miembros de la pareja son responsables del cambio futuro y de la solución de
sus problemas.

Información y educación. Muchos pacientes que padecen una disfunción


sexual ignoran lamentablemente muchos aspectos de la conducta sexual. Por
consiguiente, el terapeuta tiene que asegurarse de que los pacientes tengan
un conocimiento adecuado del ciclo de respuesta sexual.

Cambio de actitud. Las actitudes negativas de los padres y de la sociedad


hacia la expresión sexual, experiencias pasadas traumáticas y problemas
actuales se mezclan para hacer que los pacientes con disfunciones sexuales
aborden cada interacción sexual con ansiedad o, en casos extremos, con
asco y repugnancia. El terapeuta tiene que provocar directamente un cambio
de actitudes en esos pacientes.

Eliminación de la ansiedad ante la actuación. Para que la terapia tenga éxito,


los pacientes deben liberarse de la ansiedad ante su actuación sexual. Los
pacientes tienen que dejar de atender exclusivamente a la erección, el
orgasmo o la eyaculación y centrarse en disfrutar del proceso, en vez de
intentar obtener un resultado determinado.

Incrementar la comunicación y la eficacia de la técnica sexual. Las parejas


disfuncionales tienden a ser incapaces de comunicar claramente sus
preferencias y desagrados sexuales. La terapia sexual alienta la
experimentación sexual y una comunicación abierta, eficaz, sobre la técnica y
las respuestas sexuales.

Cambio de los estilos de vida destructivos y de los roles sexuales. A veces la


relación sexual tiene lugar solo cuando todas las demás tareas se han resuelto,
cuando las personas están ya cansadas física y mentalmente. El cambio del
momento del momento en que tiene lugar la relación sexual, el tomarse
tiempo para ella, puede convertir al sexo en una experiencia más positiva. La
rígida separación de los roles sexuales puede constituir también una influencia
negativa para la relación sexual de muchas parejas.

Planificar cambios en la conducta. Si hay una característica distintiva de la


terapia sexual, ésta es la prescripción de una serie de pasos graduales sobre
conductas sexuales específicas, que los pacientes tienen que realizar en su

36 Manual
propia casa.

Algunos de estos procedimientos se describen seguidamente.


Focalización sensorial
Este procedimiento consiste en tareas semanales sobre un contacto corporal
cada vez mayor. En un principio está desaconsejado el coito y el contacto
con los pechos y los genitales, con la finalidad de prevenir y evitar las
preocupaciones sobre la performance (ejemplo falta de orgasmo, de
eyaculación o de erección). El propósito de la técnica es volver a aprender a
experimentar placer con el contacto corporal y reducir la ansiedad ante dicha
actuación. Los miembros de la pareja practican el darse masajes y tocarse
mutuamente, con el énfasis puesto en aprender a darse cuenta de lo que es
agradable. El prohibir o desaconsejar una expresión sexual más intensa apunta
y permite que los pacientes disfruten de las experiencias placenteras que se
generan de los besos y abrazos, de los masajes y otras actividades
placenteras, sin el trastorno que ocurriría si el paciente anticipase que estas
actividades serían seguidas por el coito u otras conductas sexuales que no han
sido agradables en el pasado.

Después de que los pacientes han aprendido a obtener placer por medio de
estos ejercicios, se incluyen ya las zonas genitales y de los pechos. El objetivo
ahora es darse placer genital, pero sin llegar al orgasmo. Se acarician
suavemente los pechos y los genitales de diversos modos (oral, manual),
señalando cada miembro de la pareja lo que le va resultando más agradable
al recibir esas caricias y tratando de centrarse en sus propias sensaciones y
gozar de ellas. La relación sexual de la pareja se reconstruye por medio de una
serie graduada de aproximaciones sucesivas hacia la relación sexual
completa.

La Técnica del apretón


Es una técnica básica de la terapia sexual y se utiliza frecuentemente en el
tratamiento de la eyaculación precoz. El procedimiento requiere que la
compañera estimule el pene erecto hasta el punto en el que el hombre
experimente una sensación que avisa de la inevitabilidad de la eyaculación.
En este punto la estimulación se interrumpe y la compañera aprieta justo
debajo de la corona del glande (de 15 a 30 segundos) y espera que se
reduzca la activación. El proceso se repite hasta que se informan de periodos
cada vez más largos de control del reflejo eyaculatorio. Una variación de esta
técnica es el método de arranque/parada de Semans. Este procedimiento se
lleva a cabo no por medio de un apretón, sino por la terminación de la
estimulación. El hombre descansa hasta que disminuye la sensación de una
elevada activación y entonces empieza de nuevo la estimulación. Dicho
ejercicio es útil en el caso de una compañera que no pueda practicar el
apretón, o para personas sin compañera y personas que desean practicar
solos la masturbación.

Ejercicios de masturbación
Este procedimiento para reducir la ansiedad asociada con la auto
estimulación genital y el orgasmo implica ejercicios progresivos y específicos.
Primero, el individuo atiende a la imagen corporal (desnuda, examinando el
cuerpo y los genitales por medio del espejo). Después de que se ha

Universidad Continental | Manual 37


establecido la tranquilidad en ésta área, se auto estimula la localización visual
y táctil de las áreas de placer. La auto estimulación continúa con una
intensidad y una duración cada vez mayores hacia el objetivo del orgasmo. La
estimulación manual o por medio de un vibrador puede emparejarse con la
fantasía y con imágenes eróticas. En las mujeres, se entrena el músculo
pubococcígeo para aumentar el darse cuenta de las sensaciones vaginales
(esto puede hacerse indicando a la mujer que detenga y reanude la corriente
de orina, puesto que son los músculos pubococcígeos los que se contraen
para interrumpir la acción de orinar (Kaplan, 1978). Finalmente, una vez que se
experimenta y se practica el orgasmo, se incorporan ejercicios graduados con
el/la compañero/a para fomentar la generalización de esta nueva conducta
y emparejarlo finalmente con el coito.

La Maniobra del Puente


La focalización sensorial se suele utilizar en las etapas iniciales de la terapia
para mujeres que no alcanzan el orgasmo en el coito. Kaplan (1978) señala
que la tarea esencial implica la combinación de la estimulación del clítoris y el
coito, una técnica que recibe el nombre de la maniobra del puente. La
mayoría de las mujeres que no alcanzan el orgasmo en el coito pero sí con la
estimulación del clítoris, pueden llegar al orgasmo si al mismo tiempo que se
encuentra el pene en la vagina se estimula el clítoris. La maniobra del puente
es algo diferente y más eficaz, consistiendo básicamente en la estimulación
del clítoris hasta el momento inmediatamente anterior al orgasmo y dejar
luego que los movimientos del coito pongan en acción el reflejo del orgasmo
(Kaplan, 1978). Se crea así un “puente” entre la estimulación del clítoris y el
coito.

Estrategia para el tratamiento del vaginismo


El vaginismo se puede tratar por medio de una serie de dilatadores para
ayudar a la mujer a aceptar y disfrutar de la introducción vaginal. Sed enseña
primero a la mujer ejercicios de relajación y de focalización sensorial para
elevar su activación. Se entrena el músculo pubococcígeo para aumentar el
darse cuenta de las sensaciones vaginales, con la instrucción adicional de
insertar el dilatador durante la fase de relajación, la mujer aumenta
gradualmente el tamaño del dilatador que emplea. También tiene lugar la
participación de la pareja durante los ejercicios de la focalización sensorial en
este periodo. El dilatador se introduce gradualmente durante la sesión con la
pareja, siendo transferido en último término el papel de la inserción al
compañero sexual. Finalmente se incluye el coito, poniéndose la mujer arriba
para tener un mayor control sobre la penetración y los movimientos pélvicos.
Luego se introducen gradualmente otras posiciones.

Técnicas moleculares
El reacondicionamiento orgásmico
Ésta es una técnica que emplea las propias fantasías sexuales del paciente
para reducir o eliminar la activación sexual desviada. Existen cuatro
procedimientos distintos a este respecto (Maletzky, 1985):

La masturbación directa. Simplemente se le pide al paciente que se masturbe


diariamente con fantasías no desviadas y que evite la masturbación con
fantasías desviadas. Desde un punto de vista teórico, la asociación de la

38 Manual
fantasía, el orgasmo y un estímulo apropiado, como una mujer de la misma
edad, aumentará finalmente la activación sexual no desviada.

Imagen alternativa. Se le pide al paciente que se masturbe durante un


determinado periodo de tiempo, que puede ir desde un día hasta varias
semanas, ante fantasías desviadas una parte de ese período y ante fantasías
no desviadas durante la otra parte de ese periodo. Por ejemplo, los días pares
pueden masturbarse ante fantasías desviadas y los días impares ante fantasías
no desviadas.

El procedimiento de la saciación. Se le pide al paciente que se masturbe ante


fantasías o imágenes de la actividad sexual con un estímulo apropiado (como
una mujer de su misma edad) hasta que alcance el orgasmo. Inmediatamente
después, se le pide que continúe masturbándose de 15 a 60 minutos ante
fantasías desviadas. Esto hace que las fantasías desviadas se experimenten
durante el período de tiempo en el que la activación sexual está en su nivel
más bajo. Algunos autores señalan que este procedimiento es útil debido a los
principios del condicionamiento aversivo, así como a otros mecanismos como
el autocontrol cognitivo y los cambios en la percepción de uno mismo.

Cambio en la fantasía de masturbación. Se le pide al paciente que se


masturbe con fantasías o materiales relativos a la activación sexual desviada
hasta el momento en que la eyaculación es inevitable y que entonces cambie
inmediatamente a fantasías o materiales no desviados, de modo que el
orgasmo se produzca ante estos últimos. Más tarde, en cada masturbación
posterior, se instruye al paciente para que realice ese cambio cada vez más
pronto en el curso de la masturbación hasta que, finalmente, se masturbe sólo
ante fantasías y materiales no desviados.

Disfunciones Sexuales - Diagnostico


A fin de ayudar a personas con sus problemas sexuales, el terapeuta necesita
saber exactamente cuales son estos problemas. Simplemente preguntar a los
pacientes o clientes que nombren o definan sus problemas - aunque siempre
es un requisito - no es usualmente suficiente. Muchas mujeres y hombres no
comprenden el funcionamiento de sus propios cuerpos, entienden mal o
malinterpretan sus síntomas o tienen expectativas poco prácticas. Por lo tanto:
A menos que el problema se pueda resolver fácilmente dando información o
elaborando en algunas sugerencias simples, un diagnostico detallado es
necesario.
El diagnostico procede normalmente en dos pasos:

Examen Físico
Las disfunciones sexuales pueden tener una variedad de causas, y es imposible
decir que causas, si físicas o psicosociales juegan un mayor papel. Los médicos
tienden a sobreestimar el papel de causas meramente físicas, mientras que los
psicoterapeutas sobreestiman la importancia de causas psicosociales. Muy a
menudo, ambos tipos de causas contribuyen al problema. En todo caso, es
siempre prudente - y más fácil enfocar primero en las posibles causas físicas.

Examen médico estándar


En caso de disfunciones sexuales que parecen requerir terapia, el primer paso

Universidad Continental | Manual 39


a tomarse es siempre un examen médico estándar completo. Es bien
conocido que muchos problemas sexuales son causados por condiciones
médicas, tales como infecciones de los órganos sexuales, daños circulatorios y
problemas vasculares causados por enfermedades como diabetes y muchas
otras. Además, las medicaciones usadas en el tratamiento de muchas
enfermedades así como el uso de alcohol, tabaco y otras drogas pueden
afectar seriamente la respuesta sexual. Antes de que cualquier tratamiento
psicológico o de comportamiento pueda empezar, tales condiciones médicas
se deben excluir.

Medicamentos y drogas
Una variedad de drogas legales e ilegales puede afectar la respuesta sexual
humana. Algunas pueden mejorar la respuesta, en algunos casos, pero la
mayoría tienen un efecto negativo, especialmente cuando se usan por
períodos de tiempo muy largos. El ejemplo clásico es el alcohol, este puede
tener un bienvenido efecto relajante al principio, pero entonces rápidamente
lleven a un deterioro. Como el portero en Shakespeare en " Macbeth "
observo: "El beber provoca el deseo, pero quita la ejecución." La tabla
siguiente resume el efecto de las drogas o medicamentos más comunes en la
respuesta sexual. Por favor, note, sin embargo: Que en todo caso, el efecto
depende mucho de la enfermedad o de los problemas que se están tratando
por la droga particular y en la dosis que se está tomando.

40 Manual
Tabla: Drogas sus efectos en la respuesta sexual

Medicamento o droga Efecto en la respuesta sexual


Puede ser útil en restaurar el equilibrio
Hormonas hormonal apropiado. Puede deteriora el
(testosterona, estrógeno, la funcionamiento sexual si hormonas
progesterona) predominantes en un sexo se administran al
otro sexo.
Los sedativos El uso crónico puede llevar a la pérdida de
(alcohol, los barbitúricos ) interés sexual y la habilidad para ejecutar
Lleve a la pérdida del interés sexual y
Sedativos no barbitúricos
habilidad para ejecutar
El uso inicial de dosis pequeñas puede
Los estimulantes mejorar la ejecución sexual. El uso crónico
( anfetaminas, la cocaína ) lleva a la pérdida del interés sexual y la
habilidad para ejecutar
Deprime los niveles de testosterona en los
hombres. El uso crónico puede llevar a la
La marihuana
pérdida del interés sexual y el agrandamiento
en los senos de los hombres (ginecomastia)
Pueden traer cierto mejoramiento en la
Antidepresivos motivación sexual a medida que se levante la
depresión
Pueden ayudar en pequeñas dosis, pero
Antiansiolíticos Deterioran el funcionamiento sexual en dosis
altas
Puede deteriorar algo el funcionamiento
Medicamentos antiúlcera
sexual
Pueden causar fatiga y disminución en el
Antialérgicos
Interés sexual. El uso crónico puede llevar al
(drogas antihistamínicas)
deterioro de la respuesta sexual
Antihipertensivos Pueden disminuir el interés sexual y la
(bajan presión sanguínea ) habilidad de ejecutar
Antibióticos Normalmente no tienen efecto en el interés o
la ejecución sexual
Nicotina El uso crónico puede llevar a problemas de
(tabaco) tumescencia (problemas de erección)
Puede ser útil para problemas de la
tumescencia (erección), pero puede tener
Ayudante de erección
efectos secundarios indeseados en ciertos
(píldoras de potencia)
Individuos. No debe usarse sin examen
médico previo.
Reducen el interés y la capacidad sexual
Antiandrógenos
("castración química")

Examen sexológico
Además de un examen médico estándar, muchos terapeutas usan un llamado
examen sexológico, con ello se explora la respuesta sexual. Si los terapeutas no
son médicos, usualmente piden la ayuda de un ginecólogo, pues este tipo de

Universidad Continental | Manual 41


examen es normalmente más importante en el caso de las mujeres. Mientras
que la mayor parte de los hombres saben de su propia respuesta sexual
bastante bien, muchas mujeres ignoran el funcionamiento de sus órganos
sexuales. El examen sexológico puede ayudar a los terapeutas a comprender
acerca de la respuesta sexual del consultante.

En mujeres
El examen sexológico es mayormente basado en la investigación del
ginecólogo americano Arnold H. Kegel. (1894-1981). En 1940, él desarrolló unos
ejercicios sencillos para ayudar a mujeres a controlar la incontinencia (micción
involuntaria). Sin embargo, pronto se encontró que estos ejercicios también
ayudaban a facilitar y fortalecer la respuesta sexual. Además, Kegel encontró
varias formas de medir la respuesta sexual en mujeres.

Procedimiento
El examen sexológico tiene el propósito de familiarizar a las mujeres con sus
propios órganos sexuales y su respuesta sexual. Por lo tanto, la mujer es
examinanda con un espejo de mano, permitiéndole a ella mirar sus órganos
sexuales mientras que el médico inicialmente busca adherencias clitorídeas.
Éstas pueden grandemente afectar el disfrute sexual y, si están presentes,
deben ser removidas.

Después, el médico palpará la vagina, insertando un dedo. El propósito de


esto es descubrir si la mujer es capaz de identificar y controlar sus músculos
vaginales. Arnold Kegel descubrió que existen dos áreas vaginales principales
donde una respuesta se puede esperar:

Si uno compara el área vaginal con la cara de un reloj siendo el ano las 6 y el
glande del clítoris las 12, las dos áreas están localizadas a la profundidad de
dos tercios de un dedo a las 4 y a las 8 respectivamente. En estas áreas la
mujer debe sentir respuesta.
La respuesta en estas dos áreas está relacionada con la firmeza de los
músculos rodeando la vagina.

Midiendo las respuestas vaginales

El

tono muscular y la congestión de sangre pueden ser medidos dentro de la


vagina con la ayuda de varios instrumentos.

A. El Perineometor

42 Manual
La firmeza de los músculos vaginales puede ser evaluada por un instrumento
inventado por Dr. Kegel – el perineometro. Es básicamente un simple indicador
de presión que mide las contracciones de los músculos vaginales. Es también
usado como instrumento de retro alimentación para mujeres que necesitan
entrenar estos músculos.

B. Fotopletismógrafo vaginal
Este instrumento, cuando se inserta en la vagina, mide el grado de congestión
sanguínea, registrando el color de las paredes vaginales con una célula
fotoeléctrica.

C. Instrumento combinado (Fotopletismógrafo y el miógrafo)


Este instrumento puede medir excitación sexual simultáneamente registrando
congestión sanguínea al registrar el color y midiendo tono muscular registrando
los impulsos eléctricos del músculo.

En Hombres
En hombres, el examen sexológico es menos importante que en mujeres. Los
hombres usualmente entienden muy bien su propia respuesta sexual. Todavía,
durante el examen médico estándar, es útil prestar particular atención al
pene, los testículos y la próstata. Si no se encuentran problemas, esto debe ser
claramente comunicado por el médico, pues para muchos hombres tales
seguridades son útiles.

El Pletismógrafo penil
Los hombres que tienen problemas de tumescencia, dificultades de erección,
deben realizar una prueba especial de noche a fin
de excluir causas físicas. Los hombres saludables
tienen erecciones durante el sueño regularmente
en el periodo llamado REM (Movimientos Oculares
Rápidos). Obviamente, los hombres que tengan
estas erecciones nocturnas inconscientes, las
causas físicas pueden ser excluidos. Para la prueba
de noche, el hombre se registra en un laboratorio
de sueño. Antes de que él se duerma, el llamado
pletismógrafo penil se anexa al pene donde
registra los grados crecientes y decrecientes de la
tumescencia durante el sueño. Por la mañana, los
resultados de la prueba se pueden ver en un trazado. Si muestra las erecciones
esperadas, no existe ningún problema físico. Si no muestra ninguna erección o
estas son débiles, puede existir algún problema vascular, necesitando así más
investigación y tratamiento adicional.

Una entrevista detallada (“tomando una historia sexual”)


Técnica para entrevistar
A fin de ser exitoso, una entrevista de "historia sexual" debe seguir estas reglas:
A cada persona se le debe asegura confidencialidad absoluta. Esto se logra
usando un código al registrar las respuestas. Este puede ser una adaptación
del código irrompible de Kinsey o la invención propia del terapista. Nadie
excepto el terapista debe ser capaz de leer la historia sexual de una persona.

Universidad Continental | Manual 43


Cada persona se debe entrevistar separadamente. Aun cuando la entrevista
es en pareja, se deben separar con el propósito de tomar sus historias sexuales
individuales. De otra manera ellos pueden tratar de ocultar ciertas acciones y
sentimientos importantes del terapista y de su parejo/a.

Nada se debe asumir sobre la persona que está siendo entrevistada. Las
apariencias pueden engañar. Nunca presuponga que cierto comportamiento
sexual sea "normal" porque la persona parece "normal" o discreta. No se debe
omitir preguntas durante la entrevista.

El entrevistador debe adoptar una actitud neutral y generalmente apoyador.


Deben mantener su rostro sin expresión por cualquier cosa que oigan y
refrenarse de imponer su juicio moral. Esto significa que ellos también tienen
que controlar su propio lenguaje corporal y tener cuidado de no mostrar
sorpresa o reflejar aprobación o desaprobación con el tono de su voz, u otros
gestos voluntarios o involuntarios.

La entrevista debe empezar con temas generales no amenazantes. Debe


moverse entonces gradualmente a temas más íntimos. Esto ayuda a relajar a
la persona que está siendo entrevistada y establecer una relación de
confianza con el entrevistador.

La entrevista debe proceder en una manera espontánea y a un paso neutral.


Esta es la mejor forma para obtener resultados confiables. Interrumpir el flujo de
preguntas o disminuir la velocidad del interrogatorio deteriora demasiado la
concentración del participante e invita a digresiones y negaciones.

¿Cuáles son las preguntas?


Una historia sexual tiene que cubrir muchas áreas a fin de ser útil a ambos
terapista y cliente. Lo mínimo, debe incluir información detallada sobre los
siguientes temas:
Trasfondo personal (sexo, edad, el nivel de educación, empleo, la relación con
sus padres, hermanos y otros parientes, amigos, estado civil, paternidad,
compromiso religioso, valores morales, intereses, pasatiempos, deportes,
enfermedades o debilidades, medicaciones, uso de alcohol y de nicotina etc.)
Educación sexual (¿Qué información sexual han recibido cuando, de a quién y
bajo qué circunstancias?)
Masturbación, fantasías y sueños (¿Cuándo y con qué frecuencia?)
Experiencias sexuales con otros (¿Cuando, con a quién y con qué frecuencia?
¿Experiencias heterosexuales y homosexuales? ¿Sexo con parientes
cercanos?)
El uso de contracepción (¿Si alguno cual y cuándo?)
Historia marital con cada matrimonio (Satisfacción sexual en el matrimonio)
Pareja actual (¿Desde cuándo? ¿Los planes para el futuro? Satisfacción sexual
en relación actual)
Sexo fuera del matrimonio (¿Con quién, ¿cuándo y con qué frecuencia?)
Actividad de sexo en grupo (¿Cuándo y con qué frecuencia bajo qué
circunstancias?)
Prostitución (¿Pagando o ser pagado? ¿Cuándo, donde, porque, y con qué
frecuencia?)
Respuestas eróticas (¿Cómo? ¿Hacia qué? ¿Cuando?)

44 Manual
Violencia sexual (¿Victima o perpetrador? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuándo,
dónde, que, bajo qué circunstancias?)
Problemas sexuales y disfunciones ¿(¿Que, cuando, donde, con quién y bajo
qué circunstancias?)

Por otro lado, el desarrollar una historia sexual tiene un objetivo principal:
Para obtener una idea exacta del comportamiento sexual de la persona y sus
posibles problemas sexuales. Por lo tanto, las preguntas se deben frasear en
forma apropiada para la edad de la persona, la base étnica, y el nivel
educacional. Esto puede requerir que el entrevistador tenga que usar una
jerga o idioma de la calle o un lenguaje en particular. En todo caso, el uso
específico de los términos científicos o médicos se debe evitar, a menos que
uno esté tratando con un científico o profesional médico. Las preguntas
también deben ser fáciles de comprender, precisas e inequívocas. No deben
ser demasiado vagas, que invite a cualquier mal entendido o sugerir alguna
respuesta particular. Ejemplos:

En algunos casos es necesario examinar el trasfondo familiar, esto será exitoso


sólo si las preguntas son precisas.
Error: "¿Cómo era la relación con sus padres?" La respuesta a esta pregunta
podría ser: "bien." o” regular “, o " promedio."
Correcto: " ¿Cómo era la relación con su madre? " y " ¿Cómo era la relación
con su padre? “Las respuestas a estas dos preguntas pueden revelar que la
relación con la madre era buena, pero con el padre era muy mala, y esto
puede ser pertinente al caso.
Puede ser importante saber la frecuencia del coito marital, pero de nuevo, la
pregunta debe ser precisa.
Error; " en una semana, ¿Con qué frecuencia duerme con su esposa"? La
respuesta puede ser: "Siete veces por semana."
Correcto; "¿Con qué frecuencia por semana tiene coito con su esposa? “La
respuesta puede ser: "Dos veces". Las parejas de casados duermen
normalmente juntos todas las noches, pero no tienen siempre el coito todas las
noches.
Puede ser importante conocer sobre el contacto homosexual de un hombre,
pero no se aprenderá mucho si la pregunta implica un estereotipo.
Error; “¿Eres gay? “La respuesta puede ser: "No."
Correcto; " ¿Ha tenido alguna vez sexo con otro hombre? “La respuesta puede
ser: "Sí". Muchos hombres tienen sexo con otros hombres en una variedad de
circunstancias mientras que no se consideran homosexuales o gay.
Comparando historias sexuales
El comparar las dos historias sexuales de una pareja puede producir pistas
valiosas no solo sobre posibles causas de disfunciones sexuales, sino también
sobre el tratamiento más prometedor. Esto no quiere decir que el terapista
debe revelar tales pistas a la pareja. Todavía, en algunos casos puede ser útil
alentar que uno de los miembros de la pareja revele ciertas partes
previamente ocultas de su historia sexual al otro. Sin embargo, esto siempre
debe ser la decisión propia del cliente.

Tratamiento de las Disfunciones Sexuales


Carrobles (1985) a partir de sus trabajos y de los de otros autores (Annon, 1975;

Universidad Continental | Manual 45


Kaplan, 1974; Lo Piccolo y Lobitz, 1972; Masters y Johnson, 1970) desarrolla el
programa IPIT cuyas siglas corresponden a las áreas en las cuales interviene.
El programa está formado por un primer nivel de información (I) o educación
sexual, un segundo nivel de permiso (P) o cambio de actitudes negativas
respecto al sexo, un tercer nivel de indicaciones específicas (I), y un cuarto, y
último nivel de Terapia Intensiva (T). No siempre es necesario actuar sobre
todos los niveles; así, por ejemplo, a veces con una simple tarea de educación
sexual se puede resolver el problema (Carrobles, 1985).

El esquema general para todas las disfunciones sexuales, que luego se


adaptará para cada una de ellas en particular, es el siguiente:

Información o Educación Sexual. Se trata de informar a la pareja acerca de


diversos aspectos de la sexualidad humana: anatomía, psicofisiología sexual
(Carrobles, 1990; Masters y Johnson, 1966; Kolodny, Masters y Johnson, 1979;
Usandizaga, 1990), actividades sexuales (Beach y Ford, 1969; Comfort, 1972;
Masters y Johnson y Kolodny, 1982; Schnabl, 1979). Para ello se pueden utilizar
diapositivas, películas, revistas, libros… Se recomienda a los miembros de la
pareja que lean o vean el material juntos puesto que así además de la
adquisición de la información se estimula la comunicación y la posibilidad de
hablar entre sí acerca de temas que posiblemente les eran difíciles de abordar
de otra forma (Sierra, 1990).

Modificación de Actitudes Negativas. Los individuos con disfunciones sexuales


suelen presentar una serie de actitudes negativas y prejuicios con respecto a la
sexualidad que es necesario cambiar. Para realizar dicha tarea además de la
información se pueden usar técnicas cognitivas tales como la terapia racional
emotiva de Ellis o la detención del pensamiento. Hay individuos que
consideran el sexo como algo sucio, pecaminoso e inmoral, otros pueden
considerar determinadas actividades sexuales o caricias como perversas, o
marcarse unas metas demasiado altas con respecto a la actividad sexual. A la
hora de cambiar las actitudes el terapeuta debe aprovecharse del rol de
“autoridad” con que le percibe el paciente (Álvarez-Gayou, 1986).

Indicaciones específicas. En este apartado se agrupan una serie de técnicas


que se pueden clasificar en cuatro categorías diferentes:

Habilidades sexuales específicas. Son los ejercicios sexuales que se


recomienda poner en práctica a la pareja según el tipo de disfunción que
presenten. Se explicarán detalladamente al ver cada uno de los tratamientos
en particular.

Técnicas para reducir la ansiedad asociada a la práctica sexual en estos


sujetos.
Entre éstas podemos destacar la desensibilización sistemática, la
desensibilización en vivo, la exposición en vivo, la fantasía y las experiencias
sexuales graduadas o focalización sensorial.

Entrenamiento en Habilidades Sociales y de Comunicación. A veces es


necesario entrenar a la pareja en la comunicación y la expresión de
sentimientos y deseos, tanto sexuales como no sexuales. Otras veces hay que

46 Manual
desarrollar el nivel de empatía en la pareja por medio de entrenamiento
asertivo, sobre todo en aquellas personas que no son capaces de decir no o
de expresar su disconformidad. Para mejorar la comunicación a nivel físico se
emplea la focalización sensorial de Masters y Johnson (1970) que consiste en
un intercambio de caricias. Se utiliza también el feedback durante la actividad
sexual.

Técnicas de modificación de la conducta. Existen múltiples técnicas propias de


la modificación de conducta que tienen cabida dentro de la terapia sexual:
autor registros, refuerzos positivos, moldeamiento, modelado, extinción,
condicionamiento clásico (Aprendizaje por Asociación), hipnosis, biofeedback,
tareas para la casa, contratos conductuales, etc.

Psicoterapia y Terapia Sexual


La psicoterapia consiste en una más intensa reeducación del sujeto a nivel
consciente y no consciente logrando ayudar al paciente a realizar la
rehabilitación total de las estructuras que están dañadas y a establecer
métodos para tratar los sentimientos que se originan en lo más profundo de su
personalidad.

Ya en el pasado había una demanda de terapia sexual, pero los tratamientos


eran largos y con mal pronóstico; además las disfunciones sexuales se
consideraban síntomas de otras psicopatologías más graves. Los trabajos de
Masters y Johnson (1970) y de Kaplan (1974, 1975) aumentan de forma notoria
esta demanda. Estos autores dan una nueva perspectiva a la terapia sexual.
Los tratamientos se hacen mucho más cortos – la Terapia Masterniana dura
quince días – y su eficacia puede llegar en muchos casos al 90%. Por otro lado,
el comportamiento sexual que estaba centrado en la reproducción y en el
matrimonio legítimo pasa a interesarse por la búsqueda del placer y de la
satisfacción sexual. Como consecuencia de esto la actividad sexual adquiere
un papel primordial, por lo que se empieza a dar importancia a la salud sexual
y a la capacidad de gozar. Por ello, empiezan a surgir especialistas para
eliminar en los sujetos que presentan disfunciones sexuales aquellos factores
psicológicos que pueden estar inhibiendo la respuesta sexual o interfiriendo en
las relaciones sexuales (Sierra, 1990).

Todo esto conlleva una nueva forma de actuar sobre las disfunciones sexuales;
es la denominada “nueva terapia sexual”, y a pesar de incluir a autores con
diversas formaciones está centrada en el tratamiento conductual (Carrobles,
1985). Este tipo de tratamiento va exigir un buen conocimiento y un buen
dominio de los principios y de las técnicas de la modificación de conducta por
parte del terapeuta (De las Heras, 1990).

Un modelo cognitivo-relacional de las disfunciones sexuales


Hasta la década de los años 70 del siglo XX los modelos teóricos más
influyentes en el campo sexológico fueron el psicodinámico (P.e. Kaplan, 1974)
el psicofisiológico (P.e. Masters y Johnson, 1970) y el conductual (P.e. Wolpe y
Lazarus, 1966). A medida que la psicología clínica y la psicología experimental
se volvían más cognitivas, los modelos terapéuticos en el campo sexológico
incorporaban el peso de las variables cognitivas como factor influyente en las
disfunciones sexuales (P.e. Ellis, 1960, 1975; Lazarus, 1980).

Universidad Continental | Manual 47


Actualmente en el campo de la modificación de conducta y la sexología se
considera que los factores cognitivos tienen una importancia capital en las
disfunciones sexuales (P.e., Carrobles, 1985; Lo Piccolo y Friedman, 1989; Wolfe
y Walen, 1990; Cottraux, 1990). Lo Piccolo y Friedman (1989) proponen un
modelo integrador de terapia sexual centrado en cuatro causas,
interrelacionadas, para explicar las disfunciones sexuales:

a) La historia de aprendizaje: Experiencias de la niñez y adolescencia


(actitudes y conductas negativas de los progenitores y otras figuras
significativas hacia la sexualidad), modelos o fuentes de información
deficitarias, restrictivas o inadecuadas.

b) Factores físicos: Presencia de enfermedades físicas (más de tipo crónica y


neurológica) y uso de drogas o medicamentos.

c) Factores de relación: Papel del síntoma en la relación global de la pareja. A


menudo el síntoma es visto solo como un elemento perturbador, pero también
suele tener un propósito útil en el mantenimiento de la estructura de la relación
de pareja (teoría de sistemas).

d) Factores cognitivos: Papel del nivel de conocimiento del individuo sobre la


sexualidad; y sobretodo de sus actitudes, creencias y pensamientos en la
disfunción sexual. La ansiedad de desempeño sexual (más frecuentes en los
hombres) deriva de la creencia irracional de "Debo de ser enormemente
sexual para ser un hombre de verdad" y la ansiedad femenina en la relación
sexual suele derivar de la creencia irracional de "Debo de satisfacer a mi
compañero para tener su aprobación".

Igualmente, Wolfe y Walen (1990) han cuestionado los modelos anteriores en el


campo de la modificación de conducta por estar excesivamente centrados
en el ciclo de la respuesta sexual (al igual que el DSM-IV) y en el entrenamiento
de habilidades conductuales-sexuales.

Estas autoras mantienen que la experiencia sexual positiva es el resultado de


algo más que una buena técnica sexual; los bloqueos emocionales derivados
de las cogniciones disfuncionales y su manejo suelen ser el principal foco de la
disfunción sexual.
También estas autoras plantean que las principales cogniciones implicadas en
las disfunciones sexuales son:
1) Errores perceptuales (distorsiones cognitivas) y
2) Errores evaluativos (creencias irracionales o supuestos personales
disfuncionales).

Con respecto a las distorsiones cognitivas, adoptando el listado de Beck


(1979), destacan:
1. Abstracción selectiva: "No veo tensión en mis músculos. Supongo que no
estoy excitado".
2. Inferencia arbitraria: "Mi compañero no me ha dicho que le ha gustado,
entonces es que no le ha gustado".
3. Sobre generalización: "No he conseguido una erección. Nunca lo lograré".

48 Manual
4. Polarización: "Si no tengo un orgasmo, entonces no soy un hombre de
verdad".

Los errores evaluativos se suelen relacionar con las principales creencias


irracionales o supuestos disfuncionales y sus consecuencias de autoevaluación
negativa y dramatización de la situación-problema. Por ejemplo:

1. "Tengo que tener mucho éxito en mis relaciones sexuales. Tengo que lograr
tener una buena relación sexual. De lo contrario sería insoportable y yo no sería
un hombre/una mujer…de verdad".
2. "Tengo que conseguir la aprobación sexual de mi compañero/a; ya que de
lo contrario yo no podría soportarlo y no sería una persona con valor".
3. "No debería tener dificultades sexuales jamás. Si las tengo mi vida es
horrorosa y yo/o mi compañero soy/es detestable".
(Adaptaciones, a partir de Ellis, 1989).

MODELO COGNITIVO-RELACIONAL DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES


HISTORIA DE APRENDIZAJE (1)--------------------------- ESQUEMAS COGNITIVOS (2)
Experiencias sexuales tempranas
Información/Conocimiento sexual
Modelos parentales de relación
Actitudes : Si mismo/Pareja/Sexo y otros modelos educativos
Actitudes del entorno hacia el sexo
Oportunidades informativas
Experiencias personales

ACONTECIMIENTOS ACTUALES ACTIVADORES (3)--- DISTORSIONES COGNITIVAS (4)


Contexto relacional general
Abstracción selectiva
Situaciones de relación sexual
Inferencia arbitraria
Presencia de enfermedades o uso de drogas
Sobregeneralización
Polarización

Terapia de otras Psicopatologías


A veces el síntoma sexual está en relación o es consecuencia de otras
psicopatologías; en este caso es necesario intervenir sobre estos problemas
antes de tratar la disfunción sexual. El problema sexual puede ser
consecuencia de una relación de pareja marcadamente hostil o puede jugar
un papel importante en la estabilización del sistema conyugal (Kaplan, 1975);
en este caso es recomendable adicionalmente iniciar una terapia de pareja
previa. Otras veces la disfunción sexual está asociada a una depresión, a
trastornos de ansiedad, al uso de sustancias psicoactivas (adicciones), etc. Por
lo tanto, es necesario tratar estos problemas antes de iniciar la terapia sexual.

Carrobles considera como principios generales a tomar en consideración en


Terapia Sexual los siguientes:
Ambos miembros de la pareja son responsables en el desarrollo de la
disfunción sexual, por lo que el objetivo de la terapia es la conducta de
ambos.

Universidad Continental | Manual 49


Antes de dar inicio a cualquier intervención, es necesario dar una educación
sexual adecuada (fase psicoeducativa), pues los pacientes suelen presentar
lagunas de información o actitudes y creencias negativas con respecto al
sexo.
Aumento de la comunicación en la pareja y mejora de las relaciones.
En muchos casos hay que eliminar la ansiedad asociada a la interacción y a la
ejecución sexual.

Entrenamiento en conductas sexuales específicas.


Tratamiento de la Disfunción Eréctil
El objetivo primordial es eliminar la ansiedad que presenta el hombre ante la
actuación sexual por un miedo al fracaso e incrementar al mismo tiempo la
confianza en sí mismo a la hora de controlar la erección (Carrobles, 1985).
Es necesario aumentar los factores estimulantes y eliminar los que provoquen
ansiedad dentro del sistema sexual del paciente; por ello el tratamiento se
debe adaptar a cada paciente en particular. Al principio se prohíbe a la
pareja el acto sexual y el sujeto debe abandonarse a una estimulación erótica
sin exigencias para que de esta forma no esté sometido a la presión de una
demanda sexual: sólo se le permite el acto sexual una vez que tenga
confianza en sí mismo (Kaplan, 1974).

Programa de Tratamiento
1. Información a la pareja del origen psicológico del problema y de los
factores que lo están manteniendo. También se informa acerca de la
responsabilidad que tienen los dos en la solución del problema (Carrobles,
1985). Hay que explicarles en qué consiste el mecanismo de erección
(Carrobles, 1990; Masters y Johnson 1970; Kolodny, Masters y Johnson, 1979;
Usandizaga, 1990) y las condiciones para que ésta se produzca.
2. Modificación de actitudes negativas y de prejuicios que puedan tener
ambos miembros de la pareja con respecto al sexo y la actividad sexual
(Carrobles, 1985).
3. Entrenamiento en Habilidades Sociales y de comunicación que mejoren la
relación y la comunicación de la pareja a nivel físico afectivo. A nivel afectivo
se puede utilizar el entrenamiento asertivo. A nivel físico se utiliza la focalización
sensorial de Masters y Johnson (1970).
4. Programa de Habilidades Sexuales Específicas
Placer erótico sin erección.
Consecución y mantenimiento de la erección por medio de estimulación
manual y/u oral.
Orgasmo extravaginal.
Penetración sin orgasmo intravaginal
Coito normal

Durante los primeros días se prohíbe a la pareja el coito y la eyaculación. Se


deben limitar a las caricias mutuas sin exigencias – Focalización Sensorial -;
luego se debe pasar a la estimulación genital. Hay que explicarle a la pareja
que no espere una erección o que no se preocupe por si ésta aparece y
desaparece. Este ambiente de estimulación suave junto a la prohibición del
coito y de la consecución del orgasmo va a provocar con seguridad
erecciones espontáneas. Así, la pareja descubrirá que el aparato sexual
masculino funciona y que la erección se produce en condiciones de

50 Manual
relajación y exentas de ansiedad.

Tratamiento de la Eyaculación Precoz


1. información a la pareja del origen psicológico del problema y del papel que
juegan los dos en la resolución del mismo. Se les debe explicar el ciclo de la
respuesta sexual humana, en qué consiste exactamente la eyaculación y cuál
es la causa por la que el paciente no puede controlarla voluntariamente.
(Carrobles, 1990; Masters y Johnson 1970; Kaplan, 1989; Kolodny, Masters y
Johnson, 1979; Usandizaga, 1990).

2. Modificación de actitudes negativas que puedan tener los dos miembros de


la pareja con respecto al sexo. Los individuos con eyaculación precoz pueden
tener culpabilizado todo lo que respecta a la sexualidad (Kaplan, 1989; Sierra,
1990).

3. Entrenamiento en Habilidades Sociales y de comunicación a través de


juegos amorosos (Comfort, 1972), focalización sensorial (Masters y Johnson,
1970), expresión de sentimientos y deseos (Caballo, 1991), etc.

4. Programa de Habilidades Sexuales específicas.


Mantenimiento de la erección sin eyacular por medio de la estimulación de la
compañera.
Coito sin exigencias
Coito normalizado

El primer paso es que el sujeto sea estimulado genitalmente por la compañera


y se concentre en las sensaciones que preceden al orgasmo. Para ello se
pueden utilizar dos técnicas: la parada-arranque de Semans adaptada por
Kaplan a la clínica y de la compresión de Masters y Johnson.

Tratamiento de la Eyaculación Retardada


El objetivo inicial del tratamiento es determinar los factores que están
inhibiendo la respuesta eyaculatoria del sujeto, y tratar de eliminar
gradualmente las contingencias aversivas que están manteniendo la
imposibilidad de eyacular intravaginalmente (Kaplan, 1974).
Este tratamiento está orientado para aquellos individuos que son capaces de
eyacular en alguna situación específica, usualmente mediante la
masturbación; los sujetos que no eyaculan en ninguna situación son los menos.

Programa de tratamiento
1. Información a la pareja acerca de la naturaleza psicológica del problema.
Se debe explicar el ciclo de la respuesta sexual y en qué consiste exactamente
el problema que presenta el paciente (Carrobles, 1990; Masters y Johnson
1970; Kolodny, Masters y Johnson, 1979; Usandizaga, 1990). Asimismo, se debe
implicar a los dos miembros de la pareja en la terapia.
2. Cambio de las actitudes negativas con respecto al sexo si fuera necesario.
3. Entrenamiento en Habilidades Sociales y de comunicación: Focalización
sensorial (Masters y Johnson, 1970), feedback durante la actividad sexual,
comunicación de deseos y sentimientos (Caballo, 1991).
4. Entrenamiento en Habilidades sexuales

Universidad Continental | Manual 51


Los dos principios básicos que sigue la terapia de la eyaculación retardada
son: desensibilización en vivo a la eyaculación intravaginal y uso de fantasías
por parte del paciente para distraerse del control sobre la eyaculación
(Kaplan, 1975).

Tratamiento de la disfunción orgásmica femenina


El objetivo fundamental es eliminar el control involuntario que la mujer tiene
sobre su reflejo orgásmico. Para ello debe aprender a centrar su atención
sobre las sensaciones previas al orgasmo y dejar que se desarrollen de una
forma natural hasta la consecución del mismo (Kaplan, 1974). La mujer
aprenderá así a desarrollar una respuesta natural que estaba inhibida.

Programa de Tratamiento
1. Información a la pareja acerca de la naturaleza psicológica del problema y
del papel de ambos en la terapia. Se debe explicar el ciclo de la respuesta
sexual humana e informar, especialmente a la mujer, acerca del orgasmo
(Carrobles, 1990; Masters y Johnson 1970; Kolodny, Masters y Johnson, 1979;
Usandizaga, 1990); se le debe describir en qué consiste, qué sensaciones se
experimentan y las diversas formas que existen para alcanzarlo (Britton y
Dumont, 1982; Comfort, 1972; Kline-Graber y Graber, 1981; Herman y Lo
Piccolo, 1988; Ladas, Whipple y Perry, 1982). Puede darse el caso de que no
haya tenido ningún orgasmo por una simple falta de estimulación adecuada
(Carrobles, 1985; Kaplan, 1975).
2. Eliminación de actitudes negativas y prejuicios en torno a la sexualidad en
general, y al orgasmo en particular, que suelen presentar estas mujeres
(Carrobles, 1985).
3. Entrenamiento en Habilidades Sociales y de Comunicación (Caballo, 1991).
4. Programa de Habilidades Sexuales. Habrá un programa de ejercicios
específicos para la disfunción orgásmica primaria y otro para la disfunción
orgásmica situacional (Kaplan, 1974).
Disfunción Orgásmica Primaria
Orgasmo a solas por medio de la masturbación
Orgasmo a través de la masturbación delante del compañero
Orgasmo en el coito

El objetivo que se persigue es que la mujer alcance su primer orgasmo; para


ello hay que eliminar los elementos inhibidores y maximizar la estimulación
(Kaplan, 1974).

Disfunción Orgásmica Situacional


El caso más frecuente es la imposibilidad de alcanzar el orgasmo en el coito. El
orgasmo femenino se pone en marcha a partir de la estimulación sensorial de
la región que rodea al clítoris; desde un punto de vista mecánico el coito
provoca una estimulación muy deficiente de esta zona. Para Kaplan (1974)
solo alcanzarían el orgasmo coital aquellas mujeres con un umbral orgásmico
bajo; el resto necesitaría de estimulación adicional.

El programa de ejercicios sexuales es el siguiente:


Focalización sensorial no genital
Focalización sensorial genital
Maniobra del puente femenina

52 Manual
Antes de realizar el coito la pareja deberá poner en práctica los ejercicios de
focalización sensorial con el objetivo de que la mujer alcance un alto nivel de
excitación sexual (Masters y Johnson, 1970).

Tratamiento del Vaginismo


El objetivo fundamental es eliminar la contracción espástica involuntaria de los
músculos de la entrada de la vagina que se ha desarrollado como respuesta
condicionada a diferentes causas (Carrobles, 1985). Si la paciente presenta al
mismo tiempo una fobia a la penetración es necesario tratar ésta antes del
vaginismo mediante una desensibilización sistemática: la mujer se va
imaginando progresivamente en un estado de relajación la situación sexual
que teme (Kaplan, 1974; Turner, 1991).

Programa de Tratamiento
1. Información a la pareja acerca del carácter psicológico del problema y del
papel que debe desempeñar cada uno en la solución del problema. Se les
debe explicar en qué consiste concretamente el vaginismo (Carrobles, 1985;
Masters y Johnson, 1970; Masters y Johnson y Kolodny, 1982).
2. Eliminación de las actitudes negativas con respecto al sexo en general y al
problema en particular. La mujer puede tener muy culpabilizada su sexualidad.
El hombre puede considerar el problema como un invento de su mujer para
negarse a realizar el coito con él (Carrobles, 1985)
3. Entrenamiento de Habilidades Sociales y de comunicación a nivel físico y
afectivo (Caballo, 1991, Comfort, 1972; Masters y Johnson, 1970).
4. Programa de Habilidades Sexuales específicas.
Manipulación de la vagina por parte de la mujer
Manipulación de la vagina por parte del hombre
Coito

Tratamiento de la Inhibición del Deseo Sexual (IDS)


El ritmo actual de vida caracterizado por una constante y desesperada
búsqueda de éxito económico y social suele llevar a una disminución o
pérdida del apetito sexual. Este trastorno denominado inhibición del deseo
sexual (IDS) afecta especialmente a aquellos hombres y mujeres que viven por
y para el trabajo, en una constante lucha por mejorar su estatus
socioeconómico

Técnicas de Biofeedback
El sujeto debe imaginar escenas sexuales o se le muestran fotografías o
películas y, aunque no tenga conciencia de que está experimentando
determinadas sensaciones, puede controlar mediante monitores visuales o
acústicos las respuestas que el aparato de biofeedback refleja (Sierra, 1990).

Adelantos en el tratamiento de los problemas sexuales


Aspectos terapéuticos generales

Inicialmente no debe olvidarse la búsqueda de cualquier condición orgánica


que pueda generar un problema sexual, que precisará un plan terapéutico
específico. En caso de precisar terapia sexual específica, se definen una serie
de características:

Universidad Continental | Manual 53


1. Evaluar y definir el problema sexual.
2. Situar el problema en el contexto del paciente.
3. Adopción de una actitud receptiva no limitando el enfoque del
trastorno.
4. Ofrecimiento de una información y educación sexual adecuada.
5. Responsabilizar a ambos miembros de la pareja en la terapia.
6. Fomentar el cambio de actitudes negativas.
7. Mejorar la comunicación y relación de la pareja en lo afectivo y
sexual.
8. Reducir la ansiedad y ofrecer técnicas sexoterapéuticas específicas
mediante un programa secuencial de tareas u otras recomendaciones
según el trastorno.

En las técnicas de focalización sensorial, el foco de intervención terapéutica es


la corrección de las causas inmediatas y las barreras interpuestas contra la
vivencia de la sexualidad, no centrando la atención en la consecución de una
meta (orgasmo) sino sobre la vivencia de las sensaciones eróticas,
organizando el proceso terapéutico mediante la aplicación de técnicas de
relajación, actuación conjunta sobre la pareja y no sólo sobre el sujeto
disfuncional, instauración de un plan educativo y la oferta de tareas/consejos
de entrenamiento sensorial, específicos y progresivos.

Si la evaluación diagnóstica por el facultativo de Atención Primaria no es fácil


en muchas ocasiones, más compleja es la aplicación de medidas
terapéuticas.

Se ha sugerido un modelo genérico de tratamiento basado en 4 fases:


(esquema PLISSIT: permisiveness, limited information, specific suggestions,
intensive therapy):
1. Educación (limited information): aportación de una información
precisa y específica sobre el trastorno que afecte el paciente, junto a
otras que se consideren relevantes (ciclo de la respuesta sexual,
anticonceptivos, fantasías, actividades sexuales, etc.).
2. Permiso (permisiveness) facilitando una actitud que permita («darles
permiso y tranquilidad») al paciente llevar a cabo su conducta sexual,
eliminando la carga negativa o culpabilizadora que pueda sufrir.
3. Indicaciones específicas (specific suggestions), donde se aportan
consejos, instrucciones e indicaciones muy concretas para el manejo de
la situación disfuncional.
4. Terapia sexual (intensive therapy): abordando problemas de carácter
complejo que requieren una intervención plural, más duradera en el
tiempo y con una adecuada aptitud del profesional.

Otras propuestas de tratamiento (Carrobles y Sanz, 1991) aportan la


terminología EPITEX (educación, permiso, indicaciones específicas y terapia
sexual).
Los resultados dependen del tipo y origen del problema disfuncional en los
trastornos sexuales por dolor, disfunción eréctil masculina y disfunción
orgásmica femenina se alcanzan resultados altamente positivos (80-95%),
mientras que en casos de disfunción orgásmica masculina por inhibición y
eyaculación precoz el éxito terapéutico es más moderado (40-80%), siendo los

54 Manual
trastornos del deseo sexual quienes alcanzan en general un peor pronóstico a
largo plazo.

Disfunciones “Clásicas” - El modelo PLISSIT DE TERAPIA SEXUAL


(Permission, Limited information, Specific suggestions, Intensive Therapy)

Muchos años atrás, el psicólogo americano Jack Annon desarrolló un modelo


simple que ilustra el hecho de que la mayoría de los problemas sexuales no
necesitan un curso intensivo de terapia. Usó el acrónimo PLISSIT para cuatro
formas básicas de terapia sexual: Permiso, información limitada, sugerencias
específicas, y terapia intensiva (Jack Annon, "Tratamiento de comportamiento
de problemas sexuales", 1976).

Explicación del modelo PLISSIT

P representa el Permiso, ya que muchos


problemas sexuales son causados por
ansiedad, sentido de culpa, o inhibiciones.
Se establece que el terapista, usando su
autoridad profesional, simplemente " da
permiso " para hacer lo que el paciente está
haciendo ya, esto puede aliviar mucho
sufrimiento innecesario. (Ejemplo: Sentido de
culpa y ansiedad debido a la
masturbación)

El próximo paso de intervención terapéutica


es llamado LI o Información Limitada. A
menudo es suficiente dar a los pacientes
información anatómica y fisiológica
correcta para rtaurar su función sexual. Es
común que los pacientes tengan nociones erróneas sobre el funcionamiento
de sus propios cuerpos y así se convierten en víctimas de expectativas poco
realistas. En tales casos, algo de información basada en hechos y educación
son necesarias.

El próximo paso - SS, las Sugerencias Específicas, requiere recomendaciones


prácticas o ejercicios diseñados para cada caso individual. Muchos de los
ejercicios de intercambio de mutuo placer recomendados por Masters y
Johnson pertenecen a esta categoría.

El último paso - IT o la Terapia Intensiva, requiera una intervención a largo plazo


dirigidas hacia las causas subyacentes complejas. Annon esta convencido, sin
embargo, que estos casos son relativamente raros.

Así, el modelo PLISSIT representa un sistema terapéutico gradual y de tamizaje


a la vez, donde los casos fáciles se atrapan y eliminan primero, mientras que
los casos más difíciles se hunden al fondo consistentemente disminuyendo en

Universidad Continental | Manual 55


número. Así, el modelo pragmático y práctico de Annon es un recordatorio útil
para todos los terapistas y sus clientes de que no todo problema sexual
requiere del arsenal terapéutico entero.

Tratamiento del DSI


El tratamiento se debe orientar en forma individual hacia los factores que
pueden inhibir el interés sexual y con frecuencia pueden existir diversos
factores.

Algunas parejas necesitarán trabajo de mejoramiento de la relación o terapia


de pareja antes de centrarse directamente en el incremento de la actividad
sexual. Algunas parejas necesitarán un poco de instrucción sobre el desarrollo
de destrezas en la resolución de conflictos y requerirán ayuda para resolver las
diferencias en aquellas áreas no relacionadas con el sexo.

El entrenamiento en la comunicación para hablar a nivel de sentimientos,


mostrar comprensión, resolver las diferencias de tal forma que refleje
sensibilidad y respeto por los sentimientos de ambas partes, aprender cómo
expresar la ira de manera constructiva y reservar el tiempo para las
actividades de la pareja, el afecto y hablar tienden a estimular el deseo
sexual.

Muchas parejas también necesitarán concentrarse directamente en la


relación sexual, donde a través de la educación y las tareas de pareja puedan
expandir la variedad y el tiempo dedicados a la actividad sexual. Es posible
que algunas parejas necesiten concentrarse en las formas de poder acercarse
sexualmente a la otra persona de una manera más interesante y conveniente
y en cómo rehusar una invitación sexual de una forma suave y discreta.

Cuando los problemas en la excitación sexual o en la realización del acto


sexual son factores que disminuyen la libido, se deben tratar estas disfunciones
sexuales de manera directa.

Complicaciones
Cuando ambas personas presentan un bajo deseo sexual, el tema del nivel de
interés sexual no será problemático en la relación; sin embargo, el bajo deseo
sexual puede ser un barómetro de la salud emocional de la relación. En otros
casos en los que existe una relación excelente y amorosa, el bajo deseo sexual
puede hacer que una persona se sienta herida y rechazada de manera
repetida, lo que lleva finalmente a sentimientos de resentimiento y fomenta un
distanciamiento emocional final.

Para la mayoría de las parejas, el sexo es algo que estrecha los lazos de la
relación o se convierte en algo que separa la pareja en forma gradual.
Cuando una persona está menos interesada en el sexo que su pareja y tal
problema se ha convertido en una fuente de conflicto y desacuerdo, se
recomienda buscar ayuda profesional antes de que la relación se torne más
tirante.

Prevención
Una buena forma de prevenir el deseo sexual inhibido es reservar tiempo para

56 Manual
la intimidad no sexual con la pareja, ya que las parejas que semanalmente
reservan tiempo para hablar, salir solos a alguna parte y sin los hijos,
mantendrán una relación más cercana y es más probable que sientan interés
sexual.
Las parejas también deben separar el sexo del afecto, de tal manera que
ninguno sienta temor a ser cariñoso constantemente, temiendo que ello sea
interpretado como una invitación a tener un contacto sexual.
El hecho de leer libros, tomar cursos acerca de la comunicación de pareja o
leer libros sobre masajes también puede estimular los sentimientos de
acercamiento. Para algunas personas, la lectura de novelas o ver películas
con contenido sexual o romántico también les puede servir para estimular el
deseo sexual.
El reservar un "tiempo preferencial" de manera regular antes de sucumbir al
agotamiento, tanto para hablar como para la intimidad sexual, estimulará la
cercanía y el deseo sexual.

Novedades: Nuevo Tratamiento


Un estudio publicado en el Journal of Sex and Marital Therapy (2004) describe
que el antidepresivo Bupropion, utilizado en la adicción a la nicotina, puede
ser un efectivo tratamiento del deseo sexual hipoactivo en mujeres –una
deficiencia o ausencia de deseo sexual y de fantasías de mantener
encuentros sexuales–.
El deseo sexual hipoactivo (DSH) o deseo sexual inhibido afecta al menos a un
20% de las mujeres y hasta ahora, salvo las Terapias Sexuales, pocos recursos
medicamentosos han resultado eficaces.
Los investigadores reportaron que, un tercio de las mujeres respondieron al
tratamiento, con aumento en la excitación sexual, las fantasías sexuales y el
interés en mantener encuentros eróticos. De acuerdo con el investigador líder,
R. Taylor Segraves, M. D., Ph. D., profesor de psiquiatría en el Case Western
Reserve University School of Medicine and Chair of the Department of
Psychiatry at Metro Health Medical Center, la respuesta fue observada a las
dos semanas del tratamiento. Al final de las 8 semanas el índice de respuesta
observaba un aumento de la frecuencia de la actividad sexual, el doble de
frecuencia en la excitación sexual y más del doble de presencia de fantasías
sexuales.

Al final del tratamiento casi el 40% reportaron sentirse satisfechas con su deseo
sexual.

El DSH se caracteriza por una combinación de factores que incluyen la


persistente disminución o ausencia de fantasías sexuales o de deseo por
mantener actividad sexual y puede afectar tanto a varones como a mujeres.

Bupropion fue bien tolerado y no hubo cambios significativos en los signos


clínicos vitales ni aumento de peso durante el estudio que se hizo con mujeres
no deprimidas. Sólo en un 5% de los casos se reportaron insomnio, temblores,
reacciones alérgicas cutáneas.

El clorhidrato de Bupropion está aprobado para el tratamiento de la depresión


y la adicción al tabaco y no produce disfunciones sexuales como otros
antidepresivos y se podría atribuir su efecto favorable en la fase del deseo, en

Universidad Continental | Manual 57


ambos sexos, a la acción sobre ciertos neurotransmisores como la
Norepinefrina y la dopamina.

Programa Terapéutico EPITEX


(Carrobles, 1981 – 1985)

Es un acrónimo formado con las letras iniciales de los elementos básicos que
incluye: Educación (E), Permiso (P), Indicaciones Técnicas (I) y Terapia Sexual
propiamente dicha (TEX).
Cada uno de estos elementos terapéuticos básicos incluye, por su parte, un
conjunto de técnicas específicas de intervención a utilizar según los casos para
la modificación en un sentido positivo de los mismos.

Fases, Principios y Técnicas Básicas en Terapia Sexual


Fases de la Terapia Técnicas terapéuticas básicas utilizadas

1 - Reetiquetado del problema en términos racionales y no


Condiciones negativos.
Terapéuticas - Facilitar una explicación adecuada sobre el problema en
Previas términos de sus posibles causas normalmente funcionales
o psicológicas.
- Asegurar la responsabilidad sobre el problema y su
posible solución por parte del individuo o la pareja.
- Crear estilos de vida constructivos.
2 - Información y educación sexual
Educación - Cambio de actitudes negativas a positivas
Y cambio - Mejorar la comunicación y la relación entre la pareja a
De Actitudes nivel personal y a nivel sexual.

3 - Reducir y eliminar la ansiedad ante la sexualidad y la


Indicaciones y relación sexual.
Técnicas Sexuales - Terapia Sexual: Indicaciones y Técnicas Sexuales
Específicas específicas según los casos.

4 - Terapia Intensiva Psicosexual para problemas de:


Terapia Identidad, orientación, roles, intimidad, rivalidad, etc.
Intensiva - Tratamiento de otros problemas psicológicos u orgánicos
Psicosexual asociados.

58 Manual
De la teoría a la práctica

Con la finalidad de reforzar y consolidar el aprendizaje adquirido durante el


desarrollo de la Unidad II. Se sugiere lo siguiente:

Realice una investigación sobre los principales exponentes de la Terapia Sexual


contemporánea sus principales aportes a la comprensión y alivio de los
problemas sexuales presentes hoy en día.

Investigue las diferentes propuestas terapéuticas y con esta información


obtenida elabore cuadros comparativos en función a su eficacia y si existen
investigaciones que los respaldan.

Universidad Continental | Manual 59


Glosario de la Unidad 2
Salud sexual: Según la Organización Mundial de la Salud, es “un estado físico,
emocional, mental y sexual de bienestar relacionado con la sexualidad”, Esta
definición es la que nos va a guiar en la discusión sobre varios problemas
sexuales, relativamente comunes, aquellos factores que frecuentemente
contribuyen a ellos, como también, la autoayuda y el enfoque de la terapia
para tratar de resolverlos.

Trastornos o desordenes del Deseo Sexual: alude a “perteneciente o relativo al


sexo” e “hipoactivo” (del latín activus) o “inhibido” significa “reprimido o
disminuido”.

Trastornos o desordenes del Orgasmo: diversas dificultades sexuales que


afectan específicamente la respuesta orgásmica. Por un lado, algunas
involucran total ausencia o poca frecuencia de orgasmos, y por otro lado,
involucran alcanzarlo muy rápido o muy lento; sin dejar de considerar que fingir
un orgasmo como problemático.

Orientación y el Consejo Sexológico: es un proceso de comunicación que


involucra a dos personas activamente y considera las actitudes, sentimientos,
creencias, valores y conflictos de ambas partes relacionadas con un tema
determinado.

Consejo Psicológico: es una relación entre dos personas una de ellas llamada
Cliente y la otra a la que se considera como experto en las relaciones
humanas, es un tipo de consulta para personas normales que están pasando
por una situación de estrés y que tiende a desarrollar sus potencialidades, se
queda a un nivel racional y consciente pero siempre tiene una connotación
emocional.

Focalización sensorial: consiste en tareas semanales sobre un contacto


corporal cada vez mayor. El propósito de la técnica es volver a aprender a
experimentar placer con el contacto corporal y reducir la ansiedad ante dicha

60 Manual
actuación.

Técnica del apretón: técnica básica de la terapia sexual y se utiliza


frecuentemente en el tratamiento de la eyaculación precoz. El procedimiento
requiere que la compañera estimule el pene erecto hasta el punto en el que el
hombre experimente una sensación que avisa de la inevitabilidad de la
eyaculación. En este punto la estimulación se interrumpe y la compañera
aprieta justo debajo de la corona del glande (de 15 a 30 segundos) y espera
que se reduzca la activación.

Ejercicios de masturbación: procedimiento para reducir la ansiedad asociada


con la auto estimulación genital y el orgasmo implica ejercicios progresivos y
específicos.

La Maniobra del Puente. Es la combinación de la estimulación del clítoris y el


coito, una técnica que recibe el nombre de la maniobra del puente. La
maniobra del puente consiste básicamente en la estimulación del clítoris hasta
el momento inmediatamente anterior al orgasmo y dejar luego que los
movimientos del coito pongan en acción el reflejo del orgasmo

Universidad Continental | Manual 61


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