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TRABAJO A DOMICILIO
CÓDIGO DE TRABAJO
TÍTULO CUARTO
CAPITULO TERCERO
TRABAJO A DOMICILIO
CÓDIGO DE TRABAJO
La venta que haga el patrono al trabajador de materiales con el objeto de que éste
los transforme en artículos determinados y a su vez se los venda a aquél, o
cualquier otro caso análogo de simulación, constituye contrato de trabajo a
domicilio y da lugar a la aplicación del presente Código.
El Trabajo a Domicilio reúne las características del contrato individual para obra
determinada, con la desventaja para el trabajador de que, por el encubrimiento de
la relación, se le podría privar de la tutela y prestaciones que reconoce la
legislación de trabajo en general. Basta con interpretar el artículo 19 del Código de
Trabajo para establecer la relación.
Artículo 157. Todo patrono que ocupe los servicios de uno o más trabajadores a
domicilio debe llevar un libro sellado y autorizado por la Dirección General de
Trabajo, en el que se debe anotar:
Si una de las partes no sabe firmar debe imprimir su respectiva huella digital.
Como parte de las obligaciones que el patrono tiene en el trabajo a domicilio está
el de llevar un libro sellado y autorizado por la Dirección General de Trabajo
cuando ocupe los servicios de uno o más trabajadores, donde se establecen
además de ciertos datos generales del trabajador, también se establecen algunos
datos importantes en torno a los materiales y los productos finales tales como
precios, calidades, fechas, etc. ya que dichos productos serán dados al patrono.
Asimismo, comprobantes de entrega de materiales y salarios, que deberán firmar
las partes.
Esta es una facultad que tiene el Patrono, con el fin de poder garantizar que los
trabajos que tengan a su cargo el trabajador, pueda estar tal y como lo acordaron,
entre las características que tiene este tipo de trabajo (trabajo a domicilio), está
incluida la siguiente:
La facultad para el patrono de retener hasta la décima parte del salario que
perciban los trabajadores a domicilio, en caso hubiere trabajos defectuosos
o el evidente deterioro de materiales mientras se discuten y declaran las
responsabilidades consiguientes.
De esta forma, el patrono podrá tener respaldo para que los trabajadores que
tenga a su cargo puedan llevar a cabo a cabalidad los trabajos y que se cumpla
con lo estipulado al momento de contratar a los trabajadores.
El patrono que infrinja esta disposición debe ser sentenciado a pagar una
indemnización a cada uno de los trabajadores, equivalente al doble de los salarios
que haya dejado de percibir.
El patrono o quien diez o más trabajadores a domicilio le soliciten local para sus
labores, está obligado a proporcionárselos, quedando en este caso dichos
trabajadores como laborantes de empresa.
El Código de Trabajo, del Artículo 156 al 160, recoge las disposiciones respecto a esta modalidad
de trabajo, limitándose a la regulación de algunos aspectos únicamente. No obstante la
parquedad, la regulación es significativa pues hace deducir que el trabajador a domicilio es un
trabajador al que se le aplican las prescripciones que contiene todo contrato individual de trabajo,
y con las excepciones marcadas por la legislación complementaria, (jornada, salario, descansos,
prestaciones irrenunciables entre otras). Y con las matizaciones normales y lógicas dada la
especialidad de la prestación del servicio laboral, que se hace en forma intermitente en la mayoría
de los casos y sin la vigilancia física y directa de la empresa en el momento de su realización y en
domicilio elegido libremente por el trabajador, sin presiones del patrono.