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 LA TORRE DE OTRO TIEMPO
Una aventura de nivel 2
de Michael Curtis • Edición: Reverend Dak • Ilustraciones / Cartografía: Doug Kovacs • Maquetación / Dirección Artística:
Joseph Goodman • Pruebas de juego: (Hermanos Grim) Peter Bell, Michael Filan, Mark Kellenberger, Kal-El Key, Jack Simonson;
Derekliese Cutsingus, “Gromgar”, Bill Meyer, Nils Nordstrand, Steven Thivierge, Marlon West.

Versión en castellano
Traducido por: Gabriel García-Soto • Maquetación y corrección: José Manuel Sánchez García • Edición: Rodrigo García Carmona

E
sta aventura ha sido concebida para seis PJ de nivel
2. La torre de otro tiempo se puede dirigir como parte
del Día del Juego de Rol Gratuito para introducir a
nuevos jugadores a las excitantes posibilidades de Clásicos del
Mazmorreo JdR o incorporarla a una campaña en curso como un
interludio breve entre aventuras más importantes.
TRASFONDO DE LA
AVENTURA
Desde entonces, el Faro ha estado viajando por la corriente tem-
poral, deteniéndose esporádicamente en su viaje para suminis-
trar una señal de referencia para el retorno al hogar de S’lissakk.
Ninguna de estas interrupciones obtuvo réplica del navío del
vacío de S’lissakk, pero ahora, después de casi un millón de años
de travesía (pero solo una semanas desde el cómputo de H’lisk),
el Faro ha llegado al tiempo y el lugar del inminente regreso al
hogar de S’lissakk. H’lisk espera en el Faro, ansioso por recibir a
su amo y cualquier cargamento que el mago ofidio haya adqui-
rido en su largo viaje por la oscuridad exterior.

H
ace milenios, cuando el mundo era un lugar primitivo
y salvaje, surgió el imperio de E’shernulus en los COMIENZO DE LA AVENTURA
pantanos tropicales. Este reino era el dominio de

los hombres serpiente, que gobernaban sobre los primitivos
pobladores de aquella era ancestral. Fue en la cúspide de la
grandeza de E’shernulus que apareció el mago S’lissakk, un
hechicero de gran renombre. S’lissakk estaba fascinado por los
misterios del firmamento nocturno y pasaba sus noches en lo
más alto de su observatorio contemplando el abismo cósmico
con una mezcla de asombro y frustración. Reflexiones acerca de
lo que habría más allá de las estrellas resplandecientes llenaban
su mente ofidia, y habiendo acumulado grandes victorias en la
tierra, se dispuso a sondear esas profundidades con la intención
de desentrañar sus misterios.
Después de varios años de experimentación, tanto con magia
como con ingeniería, S’lissakk consiguió fabricar un navío del
vacío capaz de romper las cadenas de la gravedad para explo-
rar la oscuridad exterior. El hechicero ofidio no podía predecir
la duración de su viaje cósmico, ni las condiciones con las que
se podría encontrar a su regreso. Para salvaguardar su futuro
viaje de retorno al hogar, S’lissakk construyó una torre que le
guiara en su regreso desde las estrellas una vez completadas
sus exploraciones.
S’lissakk equipó este faro con un motor místico que permitía que
la estructura saltara a través del tiempo, deteniéndose ocasional-
mente en épocas futuras para anticipar su llegada. A su apren-
diz, H’lisk, le encomendó la tarea del manejo y mantenimiento
de la torre, conocida como el Faro de Escamas. Sería el deber de
H’lisk pilotar la baliza a través de las eras hasta el momento de
la re-entrada al tiempo de su amo.
E
l Juez puede introducir esta aventura en su campaña
en cualquier momento y lugar de su elección, aunque
se sugiere situar el Faro de Escamas en un bosque cer-
cano a la base de operaciones actual de los PJ. El primer indicio
de los siguientes sucesos se manifiesta en forma de un cometa
descubierto recientemente avistado en el firmamento nocturno.
Aquellos PJ que sean magos, elfos, clérigos de divinidades del
cielo o posean el oficio de astrólogo, advertirán automática-
mente la presencia de esta estrella errante. Es probable que otros
PJ se enteren de su llegada a través de chismorreos del mercado,
historias de taberna o por casualidad. Esta nueva “estrella bar-
buda”, como la llaman astrólogos y místicos, ha sido bautizada
como “Serbok” por sus observadores. El cometa tiene un color
blanco verdoso y exhibe una cola larga y sinuosa. Una prueba
de Inteligencia CD 10 permitirá recordar que “Serbok” es una
palabra antigua que significa “serpiente”, y el nombre resulta
adecuado teniendo en cuenta su cola y su coloración serpenti-
nas. Desconocido por las masas en este momento, el cometa no
es un cuerpo astronómico, sino el navío del vacío de S’lissakk
que regresa de las estrellas.
La apariencia de Serbok inspira numerosos rumores de malos
presagios, como ocurre siempre con los cometas. El Juez
puede representar estos rumores y crear encuentros en el
mercado de la ciudad con aldeanos aterrorizados o profetas
medio locos que predicen enfermedades, hambruna y el naci-
miento de monstruosidades. Sin embargo, será la siguiente
consecuencia del regreso de S’lissakk la que realmente dará
comienzo a la aventura.

Completadas las disposiciones necesarias de su viaje, S’lissakk
abandonó el mundo y se embarcó en su expedición al vacío
cósmico. H’lisk, devoto hasta el final, se despidió de su propio
periodo temporal y conectó las fuentes de energía del Faro de
Escamas, proyectando la torre hacia el futuro para esperar al
regreso de su amo.
Pocos días después de la aparición de Serbok en el firmamento,
se produjo otro suceso que inquietó a la población. Los leñado-
res que ejercen su oficio en un bosque cercano informaron de
un extraño avistamiento cerca del linde del bosque. Contaron
haber sido testigos de la repentina aparición de un lago grande y
oscuro en el interior del bosque, uno que jamás había estado ahí.

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A este misterio se sumaba una extraña torre que se erigía a ori-
llas del lago. Aunque los leñadores no permanecieron mucho
tiempo en las inmediaciones, dijeron que la torre tenía un
aspecto decididamente coriáceo, como si la hubieran construido
con la piel de algún reptil monstruoso en lugar de piedra y
mortero. Cuando los leñadores huyeron del lugar, un rayo de
luz abrasador surgió de la cúspide de la torre para adentrarse
en el cielo. Este rayo incandescente se pudo seguir observando
incluso después de que los leñadores salieran del bosque, sin
dejar de brillar por encima de las copas de los árboles.
Dependiendo de la distancia que haya entre el bosque y la base
de operaciones de los PJ, verificar lo que hay de cierto en el
relato de los leñadores puede resultar tan sencillo como mirar
hacia la foresta. Incluso a plena luz del día, el haz de luz emi-
tido por la torre es lo bastante brillante como para poder verlo
a varias millas de distancia y, al caer la noche, el rayo escarlata
se puede ver a una distancia de casi 75 millas, si las condiciones
meteorológicas lo permiten.
Los PJ pueden decidir investigar el lago y la torre por iniciativa
propia o ser contactados por oficiales locales para que lo hagan.
En ese caso, el alguacil local ofrecerá un pago de 50 po en total
y un objeto a elegir del inventario de objetos confiscados que
guardan los agentes del orden locales (a determinar por el Juez).
Se promete pagar una vez los PJ investiguen el lago y la torre, y
determinen el propósito de su abrupta aparición.
TABLA DE ENCUENTROS
Zona Tipo Encuentro
1-1 M 2 escupidores verdes
2-1 M 3 hombres-simio y 3 cerebrijuelas
3-2 T Trampa en la rampa
4-1 M/T H’lisk y 2 hombres-simio
Trampa de la puerta de la serpiente
4-2 M 2 trilobites gigantes
EL FARO DE ESCAMAS
L
os PJ llegan al bosque tras un viaje sin incidentes. Dos
anomalías saltarán a la vista en cuanto en grupo se
acerque al bosque. La primera es el espeso cúmulo de
nubes grises que cubre el cielo del bosque. Estas nubes de tor-
menta arremolinadas estarán presentes incluso aunque el resto
del cielo esté despejado. Las nubes son producto de la atmósfera
primordial que envuelve al lago y que altera los patrones meteo-
rológicos locales. Las nubes cubren el bosque de forma ominosa.
En segundo lugar, también podrán contemplar el haz de luz incan-
descente del que hablaban los leñadores, si es que no lo habían visto
antes. Este rayo abrasador se proyecta directamente hacia el firma-
mento, partiendo la cubierta nubosa como una cuchilla al rojo vivo.
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Con el haz para guiarles, localizar la laguna y la torre será una
tarea sencilla. Los PJ no encontrarán amenazas en su viaje a tra-
vés de la espesura, y los aventureros de origen agreste notarán
que el bosque parece inmerso en un silencio sobrenatural, como
si la fauna local hubiera abandonado las inmediaciones.
A menos de una milla del linde del bosque se encuentran el insó-
lito lago y la torre. El juez deberá leer o parafrasear lo siguiente
a la llegada de los PJ al lago.
El aire se hace más cálido y húmedo a medida que avanzáis a través de
las últimas yardas de espesura. De forma abrupta, como partido por
una inmensa espada divina, el bosque termina y os encontráis ante un
lago extenso y oscuro. Una playa rocosa de piedras negras irregulares y
brillantes rodea las misteriosas aguas, recordando fragmentos de vidrio
roto abandonados tras algún percance titánico. El agua humea bajo las
nubes grises que cubren el cielo, exhalando zarcillos de niebla en espiral
que casi ocultan las aguas de ébano.
Asentada en la orilla a unos cientos de yardas de distancia se encuen-
tra la extraña torre de la que habíais oído hablar. Con una altura de
90’, la torrecilla es distinta a cualquier otra que hayáis visto antes.
Sus paredes asimétricas se inclinan y retuercen otorgándole una apa-
riencia decaída y derretida. La torre parece haber sido construida con
una sustancia rígida y coriácea, con más puntos en común con la piel
de un animal que con la piedra y el mortero. Una serie de pequeñas
aberturas se disponen a lo largo de las paredes, todas ellas cubiertas
con una gruesa película semiopaca que os recuerda a una ampolla a
punto de reventar. En la base de la torre se encuentra una abertura
mucho más grande cubierta por una membrana, que parece servir
como acceso por el que entrar.
Un sangriento haz de luz se proyecta directamente hacia arriba desde la
cúspide de la torre, desapareciendo en el cielo.
El Faro se ha construido con piel de reptil prehistórico a la que
se ha dotado de integridad estructural mediante la olvidada
hechicería de los hombres-serpiente. Un patrón de escamas,
muchas de ellas grandes como escudos, decora el exterior de la
torre. La piel es muy resistente, e incluso un ataque continuado
con armas de filo solo producirá leves rozaduras en su super-
ficie escamosa. Se puede escalar el Faro superando una prueba
de Trepar superficies lisas CD 15. Los PJ que escalen la torre
alcanzarán la zona 5-1.
Varias ventanas horadan los flancos de la torre. Estas ventanas
comienzan a 20’ por encima de la base y están dispuestas sin nin-
gún diseño o patrón aparente. Todas las ventanas están protegi-
das por una gruesa membrana orgánica, como la de una ampolla
o el tímpano de una rana. Estas coberturas semiopacas también
son inmunes al daño físico y las armas de filo solo conseguirán
arañar su superficie. Las ventanas permiten que entre algo de
luz, pero asomarse a ellas solo permitirá al observador atisbar
formas y colores poco definidos, y tal vez el movimiento de cria-
turas en su interior, si procede.
El acceso que hay en la base del Faro está cubierto de una fina mem-
brana permeable. Empujar la barrera o intentar atravesarla hará
que se abra como una pompa de jabón.

ENTRE BAMBALINAS
Durante una de las pruebas de juego, la naturaleza orgánica
del Faro de Escamas hizo que el grupo se preocupara más
de lo esperado. Los PJ estaban convencidos de que la torre
misma era una criatura viva que esperaba atacarles y matar-
les si se acercaban demasiado. Esto condujo a una serie de
ataques preventivos al Faro, esperando provocarle para que
se revelara como una amenaza mientras el grupo se man-
tenía a una distancia segura. Les faltó montar una pérgola.
A pesar de que es posible que los jugadores estuvieran
equivocados en su suposición de que el Faro estaba a punto
de cobrar vida y atacar, no se equivocaban respecto a que
suponía una amenaza para su vida y su integridad, ¡solo
que no del modo que ellos esperaban!
La membrana se reforma una vez atravesada, conservando intacta
la integridad del entorno interior de la torre. Las armas de filo pue-
den rajar la barrera, pero esta se reintegrará rápidamente una vez
se retire el arma.
El lago circundante es de origen prehistórico, y acompaña al
Faro en sus viajes por el tiempo. Aquellos PJ que examinen sus
aguas oscuras descubrirán que su temperatura es la de un baño
caliente y que contiene gran variedad de peces extraños: siluros
acorazados, lucios de múltiples aletas, y otros peces extinguidos
hace mucho tiempo que nadan en las aguas del lago. El lago es
muy turbio y tiene una profundidad de 30’ en el centro.
EL INTERIOR DEL FARO
C
omo se indicaba anteriormente, la entrada al Faro de
Escamas se lleva a cabo atravesando la película mem-
branosa que cubre la puerta de la torre a nivel del
suelo. Hacer esto conduce a los PJ a la zona 1-1.
Zona 1-1 - El Arboreto: el ambiente es rico y embriagador más allá
de la cubierta membranosa de la puerta. Una aglomeración de plantas
verdes con vibrantes flores verdes, rosadas y púrpuras de tamaño des-
comunal llena el espacio que hay más allá. Un trío de charcas que pare-
cen estar llenas de una sustancia más plasmática que líquida, burbujea
y succiona, produciendo unas burbujas del tamaño de un plato y zar-
cillos de niebla que ocultan el suelo correoso de la estancia. Una rampa
de similar aspecto escamoso se eleva a lo largo de la pared, acabando en
una abertura en el techo carnoso de la parte superior.
H’lisk y los demás residentes del Faro proceden de un tiempo pri-
mordial en el que la atmósfera era más densa y oxigenada. La vege-
tación y las charcas de lodo primigenio proporcionan un entorno
más a su gusto. Una pareja de escupidores verdes deambula libre-
mente por esta zona como salvaguarda contra los intrusos.
Escupidores verdes (2): Ini +4; Atq mordisco +3 cuerpo a cuerpo
(daño 1d6) o escupitajo +2 proyectiles (alcance 20’, veneno); CA 13;
DG 3d8; 20, 16 pg; MV 30’; Acc 1d20; ESP escupitajo venenoso (sal-
vación Fort CD 11 o parálisis durante 1d8 turnos), camuflaje (+10
en los intentos de esconderse); SV Fort +2, Ref +4, Vol +1; AL N.
Los escupidores verdes son una especie de dinosaurio que una
vez poblaron el pasado remoto. Puede que compartan un ante-
pasado común con el dilofosaurio, ya que poseen un gran pare-
cido con esas bestias, aunque a una escala ligeramente menor.
Con una longitud de 9’ de hocico a cola, los escupidores verdes
son bípedos de brazos cortos y débiles. Como su nombre indica,
su coloración varía entre el verde oliva y el esmeralda intenso,
haciendo que sea difícil avistarles en un entorno con una vege-
tación densa. Los escupidores verdes atacan a su presa incapa-
citándola con un veneno cegador y paralizante parecido al de la
cobra escupidora, para después desgarrar a su víctima inmóvil
con unos dientes afilados como cuchillas.
Los escupidores verdes son depredadores que emplean la
emboscada y se posicionarán para atacar al grupo desde la van-
guardia y la retaguardia. Los PJ que ocupen esas posiciones
deberán superar una prueba de Inteligencia (CD 1d20+10) para
evitar ser sorprendidos. Los escupidores verdes utilizarán su
veneno contra sus adversarios, apuntando a los rostros de sus
víctimas. Aquellos PJ que no lleven yelmo serán más vulnera-
bles al ataque venenoso. Considera que su CA es de 10 más los
bonificadores de Agilidad y escudo. Aquellos PJ que lleven un
yelmo obtendrán todos los beneficios de su tipo de armadura.
Combatir a los dinosaurios alertará a los ocupantes de la zona
2-1, arriba, de la presencia de intrusos en el Faro.
Las charcas de esta zona están llenas de un caldo primige-
nio, rico en fluidos amnióticos y enzimas rudimentarias. Esta
materia viscosa es densa y tiene una profundidad de 4’. Son-
dear su profundidad descubrirá cierta cantidad de esqueletos
que poseen una mezcla de rasgos humanos y simiescos. Estos
son los restos de los antehumanos que perecieron para ali-
mentar al faro y después fueron arrojados a las charcas para
nutrir la vida del caldo primigenio. El fluido es levemente
ácido, pero solo una exposición durante largos periodos de
tiempo causará daño sobre la carne desnuda (1d4 puntos de
daño por hora de inmersión).
Zona 2-1 - El hábitat: la rampa desemboca en un espacio cálido
y húmedo iluminado por la sucia luz del día que atraviesa las venta-
nas cubiertas por membranas. A lo largo de las paredes cuelgan varias
hamacas elaboradas con enormes hojas trenzadas. En el suelo se dis-
ponen varias esteras, elaboradas de forma similar a partir de hojas de
palma entrelazadas. Hay cuencos y calabazas que contienen agua, fruta
y carne cruda distribuidos junto a las esteras, bajo pequeñas nubes de
moscas zumbantes. En este lugar se agazapan tres grandes criaturas
simiescas, como si anticiparan vuestra llegada. Parecidos a gorilas,
pero con un pelo más largo y apelmazado, todos estos brutos muestran
una extraña protuberancia en la parte de atrás de su cabeza. Estos bul-
tos de color gris se asemejan a bolsas carnosas de 2’ de largo que laten
obscenamente con vida propia.
Estas criaturas simiescas son los antepasados de los actuales
gorilas, y los hombres serpiente los utilizaban como mano de
obra esclava. De escasa inteligencia, cada siervo simiesco es
controlado por una cerebrijuela, un parásito invertebrado de
inmensa capacidad mental. La relación simbiótica entre amo y
esclavo les convierte en adversarios formidables.
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Hombres-simio (3): Ini +2; Atq mordisco +4 cuerpo a cuerpo
(daño 1d4+3); CA 13; DG 3d8, 19, 16 y 11 pg; MV 20’ o trepar
30’; Acc 1d20; ESP +10 en las pruebas para ocultarse en terreno
selvático; SV Fort +6, Ref +3, Vol +1; AL N.

Cerebrijuelas (3): Ini +2; Atq explosión mental +4 proyectiles

(alcance 60’, daño especial); CA 10; DG 2d8; 14, 11, 11 pg; MV
10’; Acc 1d20; ESP telepatía alcance 90’, explosión mental (la CD
del ataque es 10+ modificador de Personalidad del objetivo; el
objetivo sufre 1d3 puntos de daño y debe superar una salvación
de Voluntad vs. una CD igual a la tirada de ataque de la explo-
sión mental para evitar quedar aturdido durante 1 asalto); SV
Fort +2, Ref +3 (-2 si se desprende de su anfitrión hombre-simio),
Voluntad +6; AL C.

Durante el primer asalto de combate, una de las cerebrijuelas

utilizará su telepatía para advertir a H’lisk de la intromisión de
los PJ, mientras que las otras dos dirigirán sus explosiones men-
tales a aquellos que parezcan hechiceros o a los combatientes del
grupo que parezcan más fuertes. Alertado de la presencia del
grupo, H’lisk activará la trampa que hay abajo, en la zona 3-2.
En asaltos posteriores, las cerebrijuelas alternarán entre ordenar
a los hombres-simio que ataquen y seguir descargando sus ata-
ques psíquicos contra el grupo. Cuando utilizan su explosión
mental las cerebrijuelas no pueden ordenar a los hombres-simio
que ataquen, y las bestias permanecerán inmóviles mientras la
energía mental de sus amos está ocupada en otros menesteres.
Los PJ pueden atacar tanto a los hombres-simio como a sus amos
parasitarios. Los Guerreros y Enanos pueden tomar como obje-
tivo a las cerebrijuelas con una Asombrosa Hazaña Marcial vs.
CA 10. El ataque tendrá éxito incluso aunque el resultado del
dado de hazaña sea menor de “3” pero el de la tirada de ata-
que sea suficiente para impactar a una CA 12. Otras clases que
intenten llevar a cabo un “golpe preciso” contra los parásitos
deberán impactar a una CA 12, ya que las cerebrijuelas disfrutan
del beneficio de la cobertura que les proporciona el cuerpo de
su hombre-simio. La tirada de salvación de aquellos conjuros
que se lancen sobre el hombre-simio que incapaciten o contro-
len mentalmente a su objetivo (hechizar persona, parálisis, dormir,
etc.) se harán aplicando el modificador de Voluntad de la cere-
brijuela, no la del hombre-simio.
Si se mata a una cerebrijuela antes de que muera su anfitrión
hombre-simio, la criatura simiesca quedará confundida durante
unos instantes al verse cercenado el vínculo mental y perderá
sus acciones para ese asalto. En el asalto siguiente, esta bestia
incontrolable arremeterá con una ira desenfrenada contra un
objetivo aleatorio y continuará atacando a cualquier objetivo
posible hasta que muera.
Los cuencos y calabazas contienen agua fresca, fruta y carne
cruda. La carne pertenece a los antehumanos que perecieron al
dotar de energía al Faro. Las moscas son de una especie extin-
guida e inofensiva. En la pared oeste, un acceso cubierto por una
membrana conduce a la zona 2-2. Junto a esta puerta hay una
gran llave de hierro colgada de la pared por una argolla. Abre el
redil de la zona 2-2. Otra rampa ascendente sale de la habitación
a través de una oquedad que hay en el techo.
Zona 2-2 - El redil antehumano: el hedor acre de cuerpos sin
lavar y excrementos asalta vuestras fosas nasales al adentraros en esta
sala oscura a través de la fina membrana. El sonido de gritos y sollo-
zos atemorizados llena vuestros oídos. Estos gritos proceden de una
muchedumbre de antropoides peludos amedrentados tras una barrera
de barras de metal que divide la sala en penumbra.
Los antropoides son antehumanos, precursores de la humani-
dad que vivieron en los primeros tiempos del reinado de los
hombres serpiente. Su apariencia es una mezcla entre hombre
y simio (el equivalente al homo habilis de la línea evolutiva) y
tienen una estatura de 4’. Están desnudos, sucios y aterrados.
H’lisk utiliza sus vidas para proporcionar energía al Faro, y los
antehumanos temen a cualquier criatura que entra en la sala,
sabiendo que eso precede a la merma de sus filas y su eventual
desaparición. El redil de los antehumanos está cerrado con llave,
pero la que se encuentra en la zona 2-1 abre la puerta de metal
que conduce a su jaula.
Antehumanos (12): Ini +1; Atq mordisco +1 cuerpo a cuerpo
(daño 1d3) o puñetazo (daño 1d2); CA 11; DG 1d8; 5 pg; MV 30’;
Acc 1d20; SV Fort +2, Ref +1, Vol -1; AL N.
Los antehumanos poseen una inteligencia levemente superior a la de
los animales y carecen de lenguaje, lo que hace difícil comunicarse
con ellos. Si se les libera, el grupo huirá del faro solo para encontrarse
atrapados en un mundo y un tiempo que no comprenden. El futuro
de estos náufragos temporales queda en manos del juez.
Si se hechiza a un antehumano, este acompañará a su nuevo
amigo, pero recuerda que el conjuro no otorga la capacidad de
comunicarse con el objetivo cautivado. Un conjuro de compren-
der idiomas permitirá que el PJ entienda a un antehumano, pero
a causa de su intelecto y desarrollo verbal limitados, la comu-
nicación quedará reducida a palabras sencillas como “peligro”,
“hambre”, “asustado”, etc.

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Se puede equipar a un amigo antehumano con armas rudimentarias
como garrotas o lanzas, pero se negarán a llevar armadura o armas más
complejas, ya que esto no forma parte de sus costumbres primitivas.
Zona 3-1 - Salón: una mesa circular fabricada con una madera suave
y oscura y una silla de similar factura ocupan el centro de esta zona.
Cierta cantidad de barriles y cajas pequeñas se apoyan contra la pared.
Sobre estos contenedores hay tres jaulas de madera que contienen unos
roedores irreconocibles de 1’ de largo. A un lado se alza un arco escul-
pido con la forma de dos serpientes enfrentadas cara a cara, tras el cual
se distingue una rampa ascendente.
Este es el comedor de H’lisk. Dos de los barriles contienen agua,
y un tercero un vino fragante que resulta intragable para el
paladar humano. Las cuatro cajas que hay sobre ellos contienen
diversos utensilios para comer dotados de extrañas curvas, car-
nes encurtidas, bolsas pequeñas que contienen especias extra-
ñas (con un valor total de 20 po) y unos delicados recipientes
de vidrio para beber. Las jaulas de madera contienen ocho roe-
dores, antepasados extinguidos de la capibara de los que suele
alimentarse H’lisk. Si son liberados, se escabullirán a no ser que
se les capture o se les mate.
Roedores extinguidos (8): Ini -1; Atq mordisco -1 cuerpo a
cuerpo (daño 1d2); CA 12; DG 1d4; 2 pg; MV 30’; Acc 1d20; SV
Fort +0, Ref +1, Vol -3; AL N.
Unos instantes después de que los PJ lleguen a esta zona, una
voz susurrante y sibilante se escuchará en el ambiente a su alre-
dedor. Hablará en un idioma común arcaico y poco natural:
“¿Quiénes sois, y cuáles son vuestras intenciones en mi domi-
cilio?”. Se trata de H’lisk, que utiliza una característica arcana
del Faro para comunicarse con ellos. H’lisk advertirá al grupo
que se marche o se enfrente a su destrucción, pero envalento-
nado por el regreso inminente de su amo, seguirá parlamen-
tando con el grupo si estos le interrogan. Revelará su identidad
y propósitos, fanfarroneando de que “la llegada de mi amo
está próxima. ¡Regresa habiendo completado su largo viaje a
la oscuridad exterior! Trae consigo maravillas indescriptibles
procedentes de más allá de los límites de la noche, las cuales
puede que vosotros y yo, a pesar de ser indignos, pronto poda-
mos vislumbrar con asombro y horror.” El Juez deberá adaptar
las respuestas de H’lisk como considere conveniente, pero un
interrogatorio prolongado al hombre serpiente deberá dejar al
grupo con la convicción de que algo malo se cierne sobre su
mundo y llegará muy, muy pronto. H’lisk no dará permiso al
grupo para que sigan ascendiendo por el Faro bajo ninguna
circunstancia, y dará la conversación por terminada si estos se
vuelven irritantes o groseros.
Zona 3-2 - Trampa en la rampa: más allá del arco ornamentado
hay una rampa que asciende 30’ serpenteando a lo largo de la pared
interior de la torre. A diferencia de otras pendientes por las que habéis
subido, está delimitada a ambos lados por unas paredes carnosas y esca-
mosas que la hacen más un corredor que un plano inclinado abierto.
En la parte superior de la rampa se alza una puerta de metal grabada
con serpientes entrelazadas. Parece ser una barrera formidable entre
vosotros y los niveles superiores de la torre.
La puerta de metal es muy sólida y requiere superar una
prueba de Fuerza CD 20 para poder forzarla. Hasta tres PJ
pueden colaborar para traspasar la puerta. Cada PJ adicio-
nal añadirá una bonificación de +1 en la prueba de Fuerza
o su modificador de Fuerza, lo que sea mayor. Hay un par
de pequeñas barras de hierro de 2’’ de largo encajadas en el
arco, situadas para que parezcan los colmillos protuberan-
tes de una de las serpientes talladas en su superficie. Estas
barras de hierro son las terminales de una batería eléctrica
que producen una chispa cuando se activa la trampa de la
rampa (véase a continuación). Las paredes escamosas son
idénticas a las del exterior de la torre, y no se pueden cortar
para escapar de la trampa a través de ellas.
La arcada contiene una puerta de metal oculta alojada en la
parte superior. Una prueba de Encontrar trampas CD 15 reve-
lará su presencia, y una prueba de Desactivar trampas CD 15
impedirá que caiga al activarse. Levantar la puerta una vez
haya caído exigirá superar una prueba de Fuerza CD 25, y hasta
seis PJ (tres a cada lado de la puerta) podrán colaborar en el
intento, como se indicaba anteriormente. Una placa de presión
situada en la mitad del trayecto de la rampa (también detectable
superando una prueba de Encontrar trampas CD 15) hará que la
puerta caiga, atrapando dentro a todos los PJ que se encuentren
en la rampa. La placa se activará automáticamente por cual-
quier PJ que suba por la rampa sin reparar en ella. Cuando la
puerta selle la rampa, se escuchará un sonido siseante a medida
que el corredor clausurado se llena de aire hiper-oxigenado.
Tres asaltos más tarde, se producirá una chispa eléctrica entre
los extremos de las barras de la puerta superior, haciendo que
el aire se encienda en una explosión ardiente (2d6 puntos de
daño a todos los que se encuentren en la rampa; salvación de
Fort CD 12 para mitad de daño). Si H’lisk oye cómo se detona
la trampa, comenzará a lanzar sus conjuros defensivos como se
indica a continuación.
La explosión dañará levemente la puerta superior, haciendo que
se combe ostentosamente. Para forzar la puerta tras la detona-
ción ardiente habrá que superar una prueba de Fuerza CD 15, y
podrán colaborar varios PJ.
Zona 4-1 - La baliza: una grotesca maravilla ocupa esta cámara
resplandeciente. Tres losas carnosas se sitúan en ángulos agudos
alrededor de una masa monstruosa y bulbosa que se asemeja a una
flor exótica de la selva. Cada una de las losas alberga a una pequeña
criatura antropoide. De la horrorosa flor se extienden numerosos
tubos carmesíes que drenan con avidez el fluido vital de estas cria-
turas. De la parte superior de la flor se proyecta un resplandeciente
haz de luz que se extiende hacia el firmamento a través de un agujero
cubierto por una membrana que hay en el techo. La sala contiene otras
rarezas, pero otras observaciones quedan limitadas por la presencia
de un humanoide de piel de serpiente vestido con ropajes arcaicos y
un par de rudos hombres-simios. ¡La figura ofidia hace un gesto y las
bestias simiescas atacan!
El humanoide escamoso es H’lisk, y los hombres-simio son sus
siervos. Todos ellos lucharán hasta la muerte para derrotar a
los PJ.
Pág. 5
 ZONA 4-1: ENIGMA DE LA PUERTA DE LAS SERPIENTES - VÉASE LA AYUDA DE JUEGO A
Serpientes de espalda a la puerta
Serpientes encarando la puerta
Serpientes dispuestas de modo que cada una de ellas
mira hacia la cola de la siguiente (en sentido de las
agujas del reloj)
Serpientes dispuestas de modo que cada una de ellas
mira hacia la cola de la siguiente (en sentido contrario
al de las agujas del reloj)
Cualquier otra disposición
H’lisk, hechicero hombre serpiente: Ini +1; Atq mordisco
+4 cuerpo a cuerpo (daño 1d4 + veneno; salvación de Fort
CD 14 o la víctima sufre dolorosos espasmos y 1d6 puntos
de daño) o espada +4 cuerpo a cuerpo (daño 1d6); CA 12 (y
escudo mágico); DG 1d10+2+4d4; 21 pg; MV 30’; Acc 1d20;
ESP conjuros (+5 prueba de conjuro; comprender idiomas,
detectar magia, manos ardientes, proyectil mágico, escudo mágico,
leer magia, imagen especular, hacer añicos), inmune a los con-
juros de dormir, mirada hipnótica 1/día; SV Fort +2, Ref +3,
Vol +4; AL L.
Hombres-simio (2): Ini +2; Atq mordisco +4 cuerpo a cuerpo
(daño 1d4+3); CA 13; DG 3d8, 17 y 14 pg; MV 20’ o trepar 30’;
Acc 1d20; ESP +10 en las pruebas para ocultarse en terreno sel-
vático; SV Fort +6, Ref +3, Vol +1; AL N.
Pág. 6
Sin efecto; la puerta permanece cerrada.
Se activa una trampa. Se escucha un sonido parecido
al de la apertura de un cerrojo, pero la puerta que-
da electrificada. Cualquier PJ que toque la puerta
sufrirá 2d8 puntos de daño (salvación de Fort CD
12 para mitad de daño). Un prueba de Encontrar
trampas CD 15 la detectará. La trampa no se puede
desactivar a no ser que se coloquen correctamente
las baldosas.
Sin efecto, la puerta permanece cerrada.
Se escucha el sonido de la apertura de un cerrojo; la
puerta se abre.
Sin efecto.
Si los PJ activaron la trampa de la zona 3-2, H’lisk se habrá pre-
parado para la batalla lanzando imagen especular y escudo mágico
sobre sí mismo. Si no, estos serán los primeros conjuros que lan-
zará mientras los hombres-simios entablan batalla con el grupo.
Continuará después con sus conjuros de largo alcance. H’lisk
utilizará su mirada hipnótica con los adversarios que se le acer-
quen, ordenándoles abandonar el combate y la torre. Si su con-
trol mental fracasa, hará añicos sus armas y armaduras si es que
eso es posible para luego utilizar su magia, y ataques de espada
y mordisco contra sus asaltantes. H’lisk es inmune al conjuro
dormir, como resultado de un consumo constante de drogas de
los hombres serpiente al que ha recurrido para permanecer des-
pierto mientras aguarda el regreso de su amo. Consulta la zona
4-2 para obtener más detalles acerca de esta droga. H’lisk lleva
una diadema de electro decorada con la cabeza de una cobra
que tiene un par de heliotropos a modo de ojos (con un valor
total de 100 po) y un brazalete serpentino de metal en su brazo
izquierdo. El brazalete es mágico, y permite al portador hechizar a
serpientes normales y gigantes de la misma forma que el conjuro
hechizar persona (+3 en la prueba de conjuro) una vez al día.
En la parte interior del marco de la puerta de entrada a esta sala hay
una palanca de hierro. Activa y desactiva la trampa de la zona 3-2.
Cuando los PJ entren en la sala, la palanca estará levantada (activada).
La baliza se puede desactivar retirando los tubos succionadores
de sangre de los antehumanos apresados en las losas. Arrancar
los tubos causará 1d6 puntos de daño a las criaturas, y puede que
mueran durante el proceso (a cada una de ellas le quedan 1d4
pg). Se necesitarán 2 asaltos para retirar los numerosos tubos de
cada uno de los sujetos; pero hacer eso provocará que se atenúe
el haz de la baliza. Una vez se haya desconectado a los tres ante-
humanos de la baliza, la luz se apagará por completo. La misma
baliza se puede destruir utilizando armas de filo. Considera que
tiene una CA 12 y 45 puntos de golpe. Cuando sus puntos de
golpe queden reducidos a cero, la enorme linterna orgánica se
apagará y se podrán retirar los tubos de los antehumanos sin
causarles daño alguno.
Adosado a la pared hay un extraño artefacto formado por veji-
gas carnosas llenas de líquido y dispositivos parecidos a fuelles
dotados de palancas. Este dispositivo es el transportador tem-
poral del Faro que desplaza la torre por la corriente temporal.
Una prueba de Inteligencia CD 15 identificará el objeto como
un mecanismo arcano, pero no su finalidad. Un PJ que intente
manejar el dispositivo, o que perfore cualquiera de los cinco
depósitos de fluido, hará que el aparato funcione mal, desen-
cadenando inadvertidamente una putrefacción progresiva que
comenzará a devorar la materia orgánica del Faro.
Aparecerá una podredumbre gris-verdosa y pegajosa por todo
el faro, que descompondrá la torre desde la parte superior hasta
la base. Esta putrefacción destruirá el Faro en una hora, con-
virtiendo la torre en una masa de gelatina hedionda que fluirá
adentrándose en el lago. Los PJ (y otros habitantes) podrán huir
de la torre fácilmente antes de que esta quede destruida por
completo, pero la acidez de la podredumbre destruirá cualquier
objeto de valor que quede allí.
En la pared sudoeste hay una puerta de metal cerrada con llave.
Muestra a los jugadores la Ayuda de juego A cuando se acer-
quen a ella. El marco metálico que rodea la puerta muestra doce
placas cuadradas de 6’’ de lado, todas ellas grabadas con una
serpiente alargada. Hay cuatro de ellas situadas en el dintel y
otras cuatro a cada lado de la puerta. Una inspección de estas
baldosas descubrirá que se pueden girar, permitiendo que la ser-
piente que hay en cada una de ellas pueda mirar hacia la puerta,
de espaldas a ella, hacia arriba o hacia abajo. Girar las baldo-
sas para cambiar la orientación de las serpientes produce varios
efectos, como se indica en la tabla de la página 6. Al carecer de
cerradura, la puerta no se podrá forzar.
Zona 4-2 - Aposentos de H’lisk: esta sala desagradablemente
cálida contiene un catre sencillo carente de ropa de cama, un armario
fabricado con el tronco de un árbol enorme, y una mesa de madera sobre
la que hay varias láminas finas de metal. Al otro lado de la cama hay
una caja achatada llena de trozos de madera triturada.
A veces H’lisk descansa en este lugar, pero es más frecuente
que solo la ocupen las mascotas del hombre serpiente: un par
de trilobites gigantes que anidan entre las virutas de madera.
Saldrán para investigar a los intrusos y atacarán si no se les
arroja inmediatamente un trozo de comida con el que aplacar
su apetito.

ENTRE BAMBALINAS
A veces merece la pena aguantar el monólogo del villano en el que revela su plan maestro, ahora que los héroes se ven incapaces
de evitar que este fructifique (o eso es lo que cree). Durante las pruebas de juego, un grupo decidió dejar que H’lisk siguiera
hablando y cargaron directamente rampa arriba enfrentarse a él antes de que el hombre serpiente pudiera prepararse para
expulsarles. Con las prisas, ¡el grupo se metió directamente en la trampa de la rampa! Sobrevivieron, pero sufrieron una grave
desventaja a causa de sus heridas a la hora de enfrentarse a H’lisk en el encuentro final.

La batalla final con H’lisk parece favorecer al grupo en términos numéricos. Suponiendo que hayan sobrevivido hasta ahora,
superarán a H’lisk y sus esbirros en una proporción de 2 a 1. Pero en el azaroso mundo de CdM JdR, las tiradas, buenas y malas,
pueden suponer una gran diferencia. En una de las pruebas de juego, H’lisk falló la prueba de conjuro de su imagen especular no
una, sino dos veces. Después se resarció con un proyectil mágico de un éxito espectacular que hizo que los seis PJ sufrieran daño.
Así son los vaivenes de la fortuna en Clásicos del Mazmorreo JdR.

Originalmente, a H’lisk se le otorgó un segundo dado de acción d16 como resultado del consumo de la droga de los hombres
serpiente que ha estado utilizando para atenuar el desequilibrio numérico entre las fuerzas. Sin embargo, durante las pruebas
de juego, ese dado adicional (incluso siendo menor en la cadena de dados) ¡hizo que las fuerzas del mal barrieran a los PJ! La
batalla final acabó con H’lisk muerto, pero a costa de todos los PJ menos uno. Los dos hombres-simio quedaron ilesos, ya que los
PJ concentraron sus esfuerzos en H’lisk, y el PJ superviviente tuvo que huir para salvar su vida.

Si los PJ son lo bastante cautos y afortunados para desactivar/superar la trampa de la rampa, tendrán más posibilidades de
derrotar a H’lisk y sus aliados, ya que al principio el hombre serpiente carecerá de las ventajas que le confieren sus conjuros
imagen especular y escudo mágico.

Pág. 7
Trilobites gigantes (2): Ini -3; Atq mordisco +3 cuerpo a cuerpo
(daño 1d4); CA 16; DG 1d8+2; 8 y 7 pg; MV 30’ o trepar 20’; Acc
1d20; SV Fort +1, Ref +0, Vol +3; AL N.
La cama y la caja carecen de cualquier cosa de interés o de valor.
El armario de tronco de árbol contiene varias túnicas y tres via-
les de arcilla situados en un estante elevado. Dos de estos viales
están vacíos; el tercero contiene una resina gomosa que posee un
intenso aroma floral. Esta sustancia es la droga de los hombres
serpiente que permite al consumidor permanecer sin dormir
hasta una semana seguida y le hace inmune al sueño mágico. Ha
sido diseñada especialmente para la fisiología de los hombres
serpiente, pero otras especies se pueden beneficiar de la droga
en menor medida. Cualquiera que no sea un hombre serpiente
y consuma la droga podrá permanecer despierto hasta 48 horas
sin efectos negativos y obtendrá una bonificación de +4 en las
salvaciones vs. sueño durante ese periodo. En el vial quedan dos
dosis. Un cofre de metal en el fondo del armario contiene 15 pie-
dras semipreciosas sin tallar (con un valor de 5 po cada una). El
propio vestidor tiene un valor de 50 po debido a su particular
factura, pero pesa 300 lbs.
Si los PJ no han apagado la luz de guía de la torre, la nave ate-
rrizará en el lago junto a la torre, ralentizándose abruptamente
en el último momento para luego zambullirse en el agua, pro-
duciendo una nube de vapor sibilante y olas ondulantes. Emer-
gerá a la superficie un momento más tarde. La nave es una masa
grande y humeante de zarcillos de vegetación calcinada, roca
incandescente irregular y metal abrasador del tamaño aproxi-
mado de una pequeña fortaleza. Flota ominosa sobre la superfi-
cie del lago como si esperase ser investigada.
Si los PJ han destruido o desactivado la baliza del Faro, la nave
perderá la referencia iluminada de su ruta y acabará aterrizando
a cierta distancia de la torre. El lugar exacto del aterrizaje queda
a discreción del Juez, y dependiendo de sus deseos (y si posee
o no una vena cruel), la nave podrá aterrizar en otro lugar del
bosque, en las montañas cercanas, ¡o tal vez incluso en la misma
ciudad de la que partieron los PJ para investigar el Faro! Inde-
pendientemente del lugar de llegada, sus misterios y peligros
requieren investigación y es probable que las autoridades loca-
les contraten a PJ desmotivados para localizar y explorar la aero-
nave por su cuenta.

Las láminas de metal están inscritas con una caligrafía angulosa.
Esta escritura es el idioma de los hombres serpiente, y contiene
las fórmulas mágicas de todos los conjuros conocidos por H’lisk.
Zona 5-1 - Techo de la torre: una bóveda membranosa cóncava
ocupa el centro de la cubierta de la torre. Un rayo de luz abrasadora
color rojo sangre de 10’ de diámetro emerge de la cúpula para proyec-
tarse directamente hacia las nubes del firmamento, haciendo un agujero
que atraviesa los cumulonimbos.
De momento, será el Juez el que deba diseñar el interior de
la nave de S’lissakk y su contenido, pero puede que se deta-
llen en una futura aventura de Goodman Games. Por ahora,
suponiendo que los PJ han derrotado a H’lisk y sus secuaces,
el grupo habrá triunfado y los misterios del Faro de Escamas
habrán sido resueltos. Les aguardan más aventuras y, si esta es
la primera experiencia de los jugadores con Clásicos del Mazmo-
rreo JdR, ¡les queda todo un mundo de juego nuevo y excitante
para que lo disfruten!

La luz de la baliza es extremadamente intensa, y cualquiera que

sea lo bastante estúpido como para intentar mirar a través de
la cúpula membranosa hacia la zona que hay más abajo deberá
superar una salvación de Fort CD 20 o la luz le cegará de forma
permanente. Incluso aunque supere la salvación, el haz de luz
es demasiado brillante como para permitir que un observador
distinga nada a través de la cubierta semi-translúcida. La mem-
brana resistirá cualquier intento de desgarrarla al igual que las
paredes de la torre, pero cualquier intento de atravesarla aler-
tará a H’lisk de la presencia de intrusos.

LA LLEGADA DE S’LISSAKK

C
uando uno o varios PJ abandonen la torre tras su
enfrentamiento con H’lisk (lo que podría ser debido a la
mirada hipnótica del hombre serpiente), lee lo siguiente:

Cuando salís de la extraña torre, un ruido estruendoso resuena en

el firmamento. Al alzar la mirada, contempláis un orbe ardiente que
cruza el firmamento, su fulgor lo hace visible incluso a través de las
nubes. El bramido de un trueno acompaña al rápido descenso del orbe.
Aparece solo unos instantes antes de impactar contra el suelo.

El objeto ardiente es el navío del vacío de S’lissakk haciendo

su reentrada en la atmósfera, y está a tan solo unos minutos de
tomar tierra. El lugar donde aterrizará la aeronave dependerá de
si la baliza del Faro sigue funcionando en este momento.

Pág. 8
AYUDA DE JUEGO A

Pág. 9
 SERBOK: LA SOMBRA REPTANTE

A
pesar de que algunos eruditos reconocen la palabra “Serbok” como una forma arcaica de “serpiente”, hoy día
quedan muy pocos con vida que sepan que la palabra es también el legado de una entidad taimada que acechó
los mundos en épocas pasadas. En los días en que los hombres serpiente reclamaban el planeta, los hechiceros
escamosos rendían homenaje al más poderoso de su especie, Serbok, también conocido como “Aquel de las escamas cen-
telleantes” o “La sombra reptante”. Fue Serbok quien enseñó a los hombres serpiente la astucia, la traición y la brutalidad,
gobernando cientos de reinos menores desde las sombras mediante la magia, el chantaje y el miedo.

Se suele representar a Serbok como un hombre serpiente de enorme tamaño o como un humano varón con pupilas verticales
vestido con galas elegantes. Su auténtica forma es la de un humanoide ofidio con la capucha de una cobra y el cuerpo de una
serpiente en lugar de piernas. Sus escamas resplandecen con un millar de colores, que van desde los marrones brillantes de
una víbora cabeza de cobre, los rojos y negros de una serpiente coral, hasta los vibrantes esmeralda de una boa arborícola.

No es frecuente que nadie que no sea un hombre serpiente pretenda a Serbok como patrón, ya que pocos son conscientes de que la
Sombra Reptante sigue viva. Al creerlo muerto desde hace mucho tiempo, Serbok mora en múltiples disfraces, tirando de los hilos tras
los tronos de dioses y diablos por igual. Aquellos que recurren a la ayuda a Serbok poseen ambiciones similares, aunque a escala mortal.

Resultados de la prueba de Invocar Patrón:

12-13 Serbok presta su ayuda en forma de salvaguarda contra la muerte por envenenamiento. El hechicero obtiene
una bonificación de +4 en su próxima tirada de salvación contra veneno.

14-17 Serbok refuerza la voluntad del hechicero con la suya propia, protegiendo a su siervo del control mágico. El
hechicero obtiene una bonificación de +2+NL en todas las tiradas de salvación contra la dominación mental
(incluyendo hechizar persona, la hipnosis y dormir). La bonificación tiene una duración de 1d4+NL asaltos.

18-19 El hechicero se vuelve sobrenaturalmente persuasivo, capaz de convencer a otros para que le sirvan incluso aunque nor-
malmente no se sintieran inclinados a hacerlo. Durante los próximos NL asaltos, el hechicero obtiene el conjuro hechizar
persona, y lo puede lanzar con su bonificación de prueba de conjuro base. Si el hechicero ya conoce hechizar persona o se
trata de un hombre serpiente dotado de mirada hipnótica, obtendrá una bonificación de +4 en su prueba de conjuro al
utilizarlo o al utilizar su mirada hipnótica durante los próximos NL asaltos. La duración de hechizar persona queda deter-
minada por el resultado de la prueba de conjuro, y podrá exceder la cantidad de asaltos determinada por el NL.

20-23 El hechicero puede enmascarar su apariencia de forma similar a la habilidad ilusoria de los hombres serpiente
(véase CDM JDR, pág. 416) durante una cantidad de horas igual a 5+NL. Si el hechicero es un hombre serpiente,
la CD para desentrañar esta ilusión aumenta a 35, y puede alterar su apariencia dos veces al día en lugar de una.

24-27 El hechicero desaparece de la vista, lo que le hace inmune a los ataques físicos y mágicos directos. La desaparición es el
resultado de nublar las mentes de sus enemigos y no se trata de una auténtica invisibilidad. El hechicero permanecerá
indetectable durante 2d6+NL asaltos o hasta que pierda su ocultamiento atacando a otra criatura. El hechicero seguirá
pudiendo ser dañado por ataques indirectos (como, por ejemplo, encontrarse dentro del área de efecto de una bola de
fuego), pero eso no hará que pierda su ocultamiento. Ciertos conjuros de adivinación como detectar el mal cuya prueba
de conjuro supere la prueba de conjuro de invocar patrón del hechicero descubrirán la presencia del hechicero.

28-29 Una enorme serpiente venenosa aparece para proteger al hechicero. Una víbora gigante (véase CDM JDR, pág. 428) rep-
tará desde las entrañas de la tierra y obedecerá las órdenes del hechicero durante 1d4+NL asaltos para luego desaparecer.

30-31 Igual que el resultado 28-29 anterior, pero Serbok envía 1d3+1 víboras gigantes para que ayuden a su siervo.

32+ El hechicero muda de piel, eliminando con ella toda lesión y enfermedad. Este proceso necesita dos asaltos para
completarse. Una vez se mude la piel, el proceso sanará todo daño, enfermedad y envenenamiento sufridos por
el hechicero. La muda no hace crecer extremidades perdidas, elimina corrupción, cura la parálisis ni acaba con
una maldición, pero sí cura la ceguera, la sordera, los huesos rotos y los órganos dañados. Cualquier lesión o
condición negativa recibidos durante el proceso de muda de la piel se aplicarán al hechicero rejuvenecido en ese
mismo momento, y puede que le maten antes de que se haya completado la transformación.

Pág. 10
 ESTIGMA DE PATRÓN:
SERBOK
Los siervos de Serbok que padecen corrupción
comienzan a manifestar sus atributos ofidios e
insidiosos. Cuando se adquiera un estigma de patrón
de Serbok, tira 1d6 en la tabla siguiente. Cuando un
hechicero haya adquirido los seis estigmas con todos
sus niveles de efecto no habrá necesidad de volver
a tirar.

Tirada Resultado

1 La piel del hechicero sufre una alteración

cosmética. Si el hechicero no pertenece a una
especie reptil, su piel se volverá escamosa y
claramente ofidia. Si el hechicero pertenece
a una especie reptil, sus escamas adquirirán
un moteado colorido como el de su patrón.
Su cuerpo se cubrirá de manchas de rojo,
amarillo, esmeralda, negro, blanco y ocre.

2 El hechicero pierde la capacidad de decir la

verdad y se vuelve propenso a decir falsedades
cuando se le pregunta por asuntos importan-
tes. Siempre que se haga una pregunta al hechi-
cero en la que responder la verdad redundaría
en su beneficio (como por ejemplo “¿Necesitas
curación?”), este deberá superar una salvación
de Voluntad CD 10 para poder decir la verdad.
Si no, deberá responder con una mentira. Si no
se supera la salvación ni siquiera será posible
hacer gestos ni decir frases incompletas, y el
Juez es libre de exigir una CD para la salvación
de Voluntad más elevada o asumir temporal-
mente el control del personaje si este estigma
no se interpreta correctamente.

3 El hechicero ya no recibe sustento de plantas

y animales muertos, sino que subsiste única-
mente de criaturas vivas como ratones, ratas,
sapos y otros animales pequeños. Para poder
saciar el apetito del hechicero, la criatura deberá
ser consumida mientras sigue con vida. Si el
hechicero ya depende de criaturas vivas para
alimentarse, deberá consumir en cada comida
el doble de especímenes de lo normal para su
especie para poder mantener su existencia.

4 Las piernas del hechicero se fusionan y alargan,

transformándose en una cola ofidia de 6’ de
largo. Sufre una penalización a su movimiento
de -5’ como resultado de tener que desplazarse
sobre ese engorroso apéndice, y obviamente no
podrá hacerse pasar por un bípedo normal sin
recurrir a un disfraz mágico.

Pág. 11
5 El hechicero atrae a serpientes a su presencia siempre que se encuentre en una zona en la que las haya. Estas serpientes se
concentrarán en la ubicación del hechicero si este permanece más de 12 horas en un mismo lugar. A partir de entonces, las ser-
pientes llegarán a un ritmo de 1d3 ejemplares cada hora. Existe una probabilidad del 50% de que cada una de esas serpientes
sea de una variedad venenosa. El hechicero no tendrá control alguno sobre las serpientes, y a pesar de que estas no sentirán
una necesidad imperiosa de atacarle, es muy probable que perturbarlas de cualquier forma produzca una respuesta violenta.

6 El hechicero se niega a someterse a otros, ya sea física, política o socialmente. Se negará a seguir instrucciones u
órdenes de nadie (excepto de Serbok) e intentará usurpar cargos de poder siempre que sea posible. El hechicero no
necesita asumir abiertamente el mando y se contentará con permitir que otro “gobierne” en su lugar mientras maneja
las riendas del poder desde las sombras. Si el hechicero no puede asumir el control de un grupo, bloque de poder o
círculo social, abandonará sus filas para seguir sus propios planes sin obstáculo alguno.

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