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Presentado a:
Doc. Mauricio Henao Bohorquez.
Presentado por:
Laura María Del Río Suárez.
Hernán Felipe Orozco Cuellar.
Jesús Andrés Ruíz De Hoyos.
Daniel Felipe Carvajal Olaya.
Caso:
Piedras Tolima, sentencia
Bogotá D.C.
2020.
INTRODUCCIÓN
Dentro del marco jurídico Colombiano, presentamos este trabajo, con el fin de entender y
sustentar la naturaleza de la jurisdicción especial; penal militar, que es la justicia
especializada encargada de la investigación, persecución y juzgamiento de los delitos
cometidos en servicio activo y en relación con el mismo servicio, por miembros uniformados
de las Fuerzas Públicas y de la Policía Nacional. Así como también, con el ejemplo práctico y
fuente de derecho que es la jurisprudencia; delimitar la competencia que tiene esta
jurisdicción dentro del ordenamiento legal Colombiano. Teniendo en cuenta el orden
constitucional, esta jurisdicción está sustentada en el artículo 221 de la constitución nacional,
que a pesar de ser el sustento constitucional no es el origen de la jurisdicción, pues, desde
hace mucho se ha incorporado al órgano judicial Colombiano. Además se regula dentro del
marco nacional en la Ley 1407/2010.
Serán objeto de este trabajo, sobre la jurisprudencia, el problema jurídico, los hechos, la
“Ratio decidendi”, el resuelve y los salvamentos de voto. Y se denotará un problema de
competencia enmarcada dentro del proceso.
El desarrollo del proceso, nos ubica en la decisión adoptada por el tribunal de cierre,
la Corte Suprema de Justicia, en su sala de casación penal, nombrando como
Magistrado Ponente al DR. FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO,
desición que ordenará la admisión o inadmisión de las demandas (3) de casación
interpuestas por los condenados en instancias previas los señores HAIR
ALEXANDER MONROY GONZÁLEZ, CRISTIAN CAMILO BARRERA
ECHEVERRI, y JAIVER ARTURO PACHÓN REINA. Que efectúan este recurso en
los siguientes términos:
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Expone que si bien de manera general los militares son garantes de la vida e
integridad de los ciudadanos, compromiso que asumen al ingresar a la Fuerza Pública,
la competencia funcional al interior de la institución frente a ciertos deberes se genera
por razón de actos administrativos, y para el caso concreto del señor Cristiann
Barrera,
- no es posible «enmarcarlo funcionalmente» en tal actividad donde se
cometieron los hechos juzgados, pues no figuraba como instructor de la
misma, ya que su permanencia en la primera estación del ejercicio fue por
corto tiempo.
Los cuales señalaron que la tarea de dirección e instrucciones de órdenes la tenían los
demás implicados en el caso en mención.
TERCER CARGO, menciona el artículo 29 del codigo penal, el cual habla sobre las
diferentes dormas de coautoria en la conducta punible y por esto extraen la sentencia
de la Corte Suprema de Justicia SP 5 de junio de 2014 que explica el tema de
coautoria en el delito de omisión impropia que realizando la analogía respectiva se
considera erroneo afirmar que el señor Cristian Barrero actuó de acuerdo a la postura
de coautoria respecto del tipo penal de tortura, por esto y lo anteriormente expuesto
solicitan casar la sentencia de Segunda Instancia y absolver al acusado
En la demanda del Señor Jaiver, se expone dentro del recurso, que la causal
por la cual invoca el mismo es por violación indirecta de la ley sustancial,
puesto que, considera el accionante, el fallador de la segunda instancia
incurrió en errores de hecho por falso raciocinio, lo cuales recayeron en la
valoración de (i) el Manual de Resistencia, Evasión, Escape y Supervivencia –
R.E.E.S.–, (ii) el testimonio de todos y cada uno de los soldados que fueron
víctimas de los vejámenes durante el ejercicio y (iii) los informes técnicos
médico legales de lesiones no fatales realizados a los reclutas que resultaron
lesionados en su integridad personal en dicha prueba.
En razón a ese presunto vicio, el juez de segunda instancia, se hizo a una idea
equívoca de la realidad militar, y la doctrina de esta, y consideró que el
documento «era ajeno a la rigidez propia de la vida militar y que su contenido
no derivada sufrimiento para los soldados», teniendo como conlsuiòn que el
documento garantizaba la integridad de los participantes del entrenamiento.
Entonces, lo que hizo fue seguir las recomendaciones del manual, el cual no
garantiza la integridad de los integrantes de la pràctica, explica el accionante.
Asimismo dice, que los actos que tuvieron una conotaciòn penal real, fueron
ajenos a su voluntad. Reconoce que las acciones practicadas fueron duras,
pero, asegurò, que el tribunal desconocìa que dentro del manual dice que
deben sufrir castigos y trabajos no solo físicos, sino también, psicológicos, y
que eso no fue tenido en cuenta por las instancias judiciales. Explicaba que los
guerrilleros, se llevan a los soldados y los interrogan con tortura, por lo cual,
deben entrenar en eso, golpes y tortura simulada y golpes de ablandamiento,
segun el accionante. “por lo cual se les propinaban golpes simulados,
denominados ‘golpes de ablandamiento’, sumergimientos y no propiamente
apneas, presión sicológica, se podían simular sumergimientos en estiércol de
ganado, picaduras, no de serpientes como se deduce del manual, sino de
hormigas, pringamoza, sal, luego de ello aparecía el Ejército y liberaba a los
prisioneros, con lo cual se daba por terminado el entrenamiento”.
Así las cosas, entonces, explica que su actuación dentro de esta situación es
legítima, pues el juez desconoce el manual que lo legitima y le permite actuar
de tal manera. Finalmente indica que los errores en la estimación probatoria
conllevaron a proscribir el entrenamiento en su totalidad, sin distinguir el
sufrimiento legítimo del ilegal, y, por contera, a considerarlo como coautor del
delito de tortura, con lo cual se violaron indirectamente los artículos 25, 28,
29, 31, 178 y 179 del Código Penal, y 7 y 232 de la Ley 600 de 2000.
Explica la corte que para el cabal cumplimiento del recurso de casación, no basta con
afirmar que se cometió un error in iudicando o in procedendo, ya que debe
demostrarse la existencia del vicio y su trascendencia frente al contenido del fallo.
De acuerdo con la jurisprudencia de la Sala, es bien sabido que el recurso de casación
constituye el medio por el cual se revisa la legalidad de la sentencia, debe en un
primer plano enunciar la causal y formular el cargo con el cual se pretende la
infirmación del fallo; señalar de manera clara y precisa sus fundamentos y las normas
infringidas; y, por último, evidenciar cómo el vicio in iudicando o in procedendo
conduce a resquebrajar la providencia. Por lo que en este inciso, se explicará de
manera clara y concisa las consideraciones de la corte, respecto los fundamentos
jurídicos que cada uno de los accionantes, o recurrentes adoptaron para sustentar, de
manera jurídica, claro, la demanda de casación interpuesta frente a la decisión del juez
de segunda instancia.
La corte señala que lo que se busca es probar el vicio de la aplicación indebida de una norma
la cual o, no era la idónea para el caso en concreto u omitió otra que sí resolvía el
mencionado proceso, o bien si era la adecuada, no le dio la interpretación correcta al texto de
la ley, es decir, señalar si bien era una aplicación indebida, aplicación o exclusión evidente o
una interpretación errónea.
La Corte deja claro que el Tribunal realizó la tarea de señalar las razones fácticas y jurídicas
para demostrar que el señor Barrera tenía posición de garante en los hechos relatados, por lo
que dispone de algunas motivaciones del Tribunal y las anexa al documento, así como cita en
CSJ SP, 5 Jun. 2014, Rad. 35113, para exponer la figura figura de la posición de garante en
los delitos de comisión por omisión
La corte explica que el recurrente postula un solo cargo contra la sentencia del
Tribunal por violación indirecta de la ley sustancial originada en errores de
hecho por falso raciocinio, reitera que el motivo casacional se presenta cuando
existiendo legamente la prueba y pese a ser vlaorada en su integridad, se le
asigna un poder de convicción que desconoce los postulados de la sana crítica,
las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o las leyes de la ciencia.
Ataca la idea del actor, que establece el error jurídico por parte del juzgador
respecto de las reglas de la sana crítica y experiencia, recordando
jurisprudencia, en la que básicamente explica, que el juzgador esta en
completa libertad de la sana crítica, pues, serán supuestos que tienen asidero
en las mismas ideas propuestas por el accionante, de manera que, todo lo que
sea resultado de la decisión del juez, fue tomado del proceso del cual el
accionante hizo parte, también explica que, las máximas de la experiencia,
cómo ha sido mencionado en jurisprudencia anterior, sólo serán válidas en
supuestos que suceden en torno a ciertas circunstancias y provocan los mismos
resultados. Por lo que de esta manera, con el precedente judicial, desvirtúa los
primeros fundamentos expuestos por el recurrente.
4. PROBLEMA JURÍDICO
¿Se debe admitir o inadmitir las demandas presentadas por los señores Cristian
Camilo Barrera Echeverri, Hair Alexander Monroy González y Jaiver Arturo Pachón
Reina, tenientes del Ejército Nacional sobre la decisión de Segunda Instancia?
5. RATIO DECIDENDI.
6. RESUELVE
7. CONCLUSIÓN.