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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BOGOTÁ

SALA PENAL

MAGISTRADO PONENTE : JAIRO JOSÉ AGUDELO PARRA


RADICADO No : 110016000000201200141-01
PROCEDENCIA : JUZGADO 11° PENAL DEL CIRCUITO
DE CONOCIMIENTO DE BOGOTÁ
ACUSADOS : LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ Y
JESSY MERCEDES QUINTERO M.
DELITO : HOMICIDIO DOLOSO y
FAVORECIMIENTO
APROBADO : ACTA No. 165
DECISIÓN : CONFIRMA, POR OTRA RAZÓN
FECHA : 30 de ABRIL DE 2021

ASUNTO POR RESOLVER

El recurso de apelación interpuesto por la delegada de la Fiscalía


General de la Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público,
contra sentencia de carácter absolutorio proferida el 21 de febrero de
2017 por la Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento de esta ciudad,
en favor de Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero
Moreno.

I. ANTECEDENTES

1.1. FÁCTICOS:
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

De la imputación fáctica, reiterada en la formulación de acusación, se


sabe que el 30 de octubre de 2010, a eso de las 20:45 horas, Luis
Andrés Colmenares Escobar salió de su casa en compañía de Gonzalo
Gómez y Laura Milena Moreno Ramírez, en el vehículo de ésta última,
rumbo a la discoteca PENTHOUSE, ubicada en la denominada ‘zona
rosa’ de Bogotá, con el fin de celebrar la fiesta de “Halloween” con sus
compañeros de la Universidad de los Andes. En este lugar
permanecieron, aproximadamente, hasta las 3:00 de la mañana del día
siguiente, hora en que sale Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy
Mercedes Quintero Moreno, con aquel quien, para entonces,
presentaba tercer grado de embriaguez, con el ánimo de comer algo.
Lo que sucede a partir de ese momento es conocido a través de la
versión ofrecida por Laura Moreno a distintas personas, -policía,
bomberos, amigos comunes y familiares de Luis Andrés-, corroborada,
en algunos fragmentos, por Jessy Quintero, quien concuerda con
aquella en que, cuando Luis Colmenares se disponía a comer un perro
caliente, comprado cerca del lugar, sale de repente a correr, de manera
desenfrenada, seguido por Laura hasta el instante en que se precipita
en el caño de ‘El Virrey’ lugar donde desaparece, siendo encontrado sin
vida en el Box coulvert, del mismo, entre las 19:30 y 20:20 horas del 31
de octubre de ese año, por un segundo equipo de bomberos que acudió,
ante el fracaso del primer grupo, en su búsqueda.

Para la Fiscalía General de la Nación, sin embargo, las pesquisas


arrojaron que “LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR fue golpeado
por terceros, en un lugar seco, sólido y plano… con un objeto cortante
y con gran fuerza,” generándole “heridas hemorrágicas, vitales y pre-
mortem… no compatibles con una caída de altura”, para luego ser
ubicado en el box coulvert.

Del mismo modo, estima que Laura Milena Moreno Ramírez, quien tenía
pleno conocimiento de lo ocurrido, informó, falazmente, y como aporte

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de su participación dentro del plan criminal, a las autoridades y


familiares del occiso, que éste cayó accidentalmente al aludido caño,
todo ello con el fin de desviar la investigación; versión que Jessy
Mercedes Quintero Moreno respaldó ante las autoridades
competentes.1

1.2. PROCESALES

1.2.1. En audiencia celebrada el 7 de octubre de 2011, ante el Juez 21°


Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá, la
Fiscalía General de la Nación, a través de su delegado: i) legalizó el
procedimiento de captura de Laura Moreno y Jessy Quintero; ii) formuló
imputación en contra de Laura Milena Moreno Ramírez, como coautora
impropia del delito de homicidio doloso agravado y autora de falso
testimonio, y respecto de Jessy Mercedes Quintero Moreno, además del
falso testimonio, la conducta punible de encubrimiento y, iii) imposición
de medida de aseguramiento en lugar de residencia.2

1.2.2. El 27 de febrero de 2012, previa presentación del escrito de


acusación,3 se instaló audiencia de formulación de acusación ante la
Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento de Bogotá. En esa
oportunidad la bancada de la defensa interpuso recurso de apelación
contra providencia que negó una nulidad.

En auto del 29 de marzo de 2012 una Sala de decisión del Tribunal


Superior de Bogotá revoca, parcialmente, el auto y declara “nulidad de
la actuación cumplida a partir de la audiencia de imputación formulada
en contra de Laura Milena Moreno Ramírez por el delito de falso
testimonio.”4

1
Folio 233 de la carpeta base. Ver acápite marcado como situación fáctica.
2
Folio 32 y 33 de la carpeta base número 20.
3
Folios 170 a 189 de la carpeta base número 1. Escrito de acusación radicado 1° de febrero de 2012.
4
Ver formulación de acusación: 27 de febrero de 2012 folio 215 a 219; segunda sesión: 12 de marzo de 2012
folios 246 a 247. carpeta 2. sesión del 26 de abril de 2012 folio 120 a 122. sesión de 14 de mayo de 2012, folio
136 a 139; sesión de 22 de mayo de 2012 folio 141 a 144.

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1.2.3. El 22 de mayo de 2012 la Fiscalía a través de su delegado formuló


acusación contra Laura Milena Moreno Ramírez, en calidad de coautora
impropia del delito de homicidio doloso agravado, y Jessy Mercedes
Quintero Moreno, como autora de los punibles de falso testimonio y
encubrimiento.5 Posteriormente, se llevó a cabo audiencia preparatoria.

1.2.4. Celebrado el juicio oral con el rigor que le es propio, el 20 de


febrero de 2017, la Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento profirió
sentencia absolutoria en favor de las acusadas Laura Milena Moreno
Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno.

Para el efecto, de cada una de las pruebas practicadas en juicio oral


hace la operadora judicial una reseña y análisis.6 Indica, de otra parte,
que la Fiscalía al modificar, en los alegatos conclusión, la situación
fáctica de la acusación suprimiendo y añadiendo hechos, afectó el
principio de congruencia; por ejemplo, “dejó de lado que LUIS ANDRÉS
COLMENARES salió del PENTHOUSE a comerse un perro caliente con
las acusadas.” Asimismo, de acuerdo con las livideces cadavéricas, dice
la fiscalía en los alegatos de conclusión, modificando su postura, que el
cuerpo de éste fue colocado en el caño con vida.

Igualmente, observa la juez, en el escrito de acusación se indicó que


Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno
estuvieron todo el tiempo con Luis Andrés Colmenares, empero, alega
ahora la Fiscalía que Jessy no se encontraba entre las 3:00 am y las
3:30 am del 31 de octubre de 2010 en el mismo lugar con Moreno y
Colmenares, “aspecto sorpresivo para la defensa, habida cuenta que el
falso testimonio endilgado a QUINTERO MORENO, consistió en mentir
respecto a lo que sucedió con LUIS ANDRÉS COLMENARES
ESCOBAR en ese lapso de tiempo.”
5
Folios 141 a 144 de la carpeta número 2.
6
Folios 48 a 196 de la carpeta base.

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Dice la operadora judicial, la Fiscalía afectó también el principio de


congruencia por cuanto Laura Moreno fue imputada y acusada por el
delito de homicidio agravado, en calidad de coautora impropia, a título
de dolo; no obstante, en los alegatos de conclusión el ente acusador
decide variar y solicita condena por el mismo delito, pero ahora en
“posición de garante y a título de dolo eventual (por tener una relación
con Luis Andrés Colmenares… porque lo recogió en la camioneta…
porque ingirieron licor), es decir no por una acción desplegada sino por
omitir informar a tiempo lo sucedido, ya que de ser así se hubiera
salvado Colmenares.”7

En ese entendido la Juez singular aduce que la Fiscalía suprimió,


“modificó y creó” hechos en los alegatos finales, diferentes a los
formulados en la acusación, en contravía de los principios al debido
proceso, defensa y congruencia. Del mismo modo, y aunque se
entiende que la acusación es un acto de parte y, por tanto, no anulable,
reprochó que el ente acusador haya presentado una imputación fáctica
confusa, desordenada, al punto que hubo que desplegar un gran
esfuerzo para comprender los hechos.

La formulación de acusación es también confusa desde el inicio; se


ocultaron pruebas dando lugar a “tres compulsas de copias que hizo
este despacho” contra la Fiscalía. En tal virtud, decide la Juez dejar de
lado manifestaciones del ente acusador en los alegatos de conclusión y
abordar, principalmente, los hechos y calificación jurídica tal y como son
formulados en la acusación, advirtiendo que el punible de falso
testimonio imputado a Jessy Quintero, no sería analizado, comoquiera
que este cargo fue retirado por la Fiscalía.8

7
Pág. 201 de la sentencia 1° instancia.
8
Folios 173 a 203, carpeta número 20, sentencia de primera instancia.

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Seguidamente la juez de primer grado, luego del análisis de rigor,


concluye que la muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar no fue
producto de un homicidio, como pregona la Fiscalía, sino de un
accidente.9 Hace las siguientes consideraciones:

1.2.4.1. La prueba practicada en el juicio permite establecer, sin lugar a


dudas, que Laura Milena Moreno Ramírez hizo a los patrulleros de la
policía Edward Antonio Abril, Wilson Andrés Mahecha Guerrero y Helber
Guitiérrez, quienes estaban de servicio esa noche en el CAI Estadero y
el Virrey, el mismo relato: “estaban esa noche de rumba en una fiesta,
que luego fueron a comer perro en la calle 85 con carrera 15, que tuvo
una discusión con su compañero Luis Andrés, quien salió a correr, ella
lo detuvo en un par de ocasiones pero que se le soltó y siguió corriendo
y que lo había visto caer en el caño a la altura de la Carrera 13 A con
Calle 87, por donde estaba ubicada la sede del diario El Heraldo.”,
concordando con el que hizo a la señora Oneida Escobar, madre del
occiso, bomberos y amigos proveyendo, en su opinión, de veracidad la
aludida versión.

1.2.4.2. “Los tres policiales, -Abril, Mahecha y Gutiérrez- admitieron no


haber bajado hasta el canal porque el piso se hallaba resbaloso,” había
llovido ese día y estaba oscuro. Tampoco les consta si los bomberos,
que atendieron en un primer momento el caso, lo hicieron. Expresa la
juez, en este punto, que los primeros respondientes presentan
contradicciones entre ellos y con sus primeras versiones, por lo que les
resta credibilidad.

1.2.4.3. La búsqueda de Luis Andrés Colmenares, realizada por los


bomberos, primer grupo, en la madrugada del 31 de octubre de 2010,
fue “superficial y mediocre… No estaban preparados para una diligencia
de rescate, no tenían un mapa del túnel, pero tampoco lo exploraron...”;

9
Pág. 236 sentencia de primera instancia.

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dedicaron a la labor entre 6 y 7 minutos, circunstancia que evidencia


negligencia, especialmente de Héctor Alirio Gómez, quien bajó al túnel,
pero no lo cruzó. Los bomberos, afirma, tenían la posición de garante
en virtud de su función, “a más de ser los encargados de la búsqueda
de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR.” De este modo, la
versión de que el cuerpo no se encontraba allí queda sin soporte. En tal
virtud, compulsa copias por falso testimonio y fraude procesal dadas “las
mentiras rendidas por ISAÍAS LIZARAZO PÉREZ, HÉCTOR ALIRIO
GÓMEZ ALDANA, JHON ALEXANDER PEÑA GUZMÁN, OMAR YESID
PABÓN AGUDELO y YADIRA PIAMONTE FERNÁNDEZ”,
pertenecientes al primer grupo de bomberos.

1.2.4.4. Al referirse al segundo grupo de bomberos que acude al lugar,


ante el llamado de la progenitora de la víctima, señala cómo William
Gómez y Erwin Triana encontraron el cuerpo sin vida de Luis
Colmenares después de cruzar un tramo importante del caño, en una
caída de agua de aproximadamente 65 cm; sin ese recorrido, colige, no
era posible visibilizar el cuerpo.

1.2.4.5. Analiza el testimonio de Héctor Leonardo Calderón Parra,


investigador del CTI, de quien destaca su apreciación acerca de la
dificultad del terreno para hallar el cuerpo: “el cuerpo del finado no se
podía divisar a simple vista, porque estaba varios metros dentro del
Túnel.” Asimismo, según él, Laura Moreno señaló a los bomberos y
policías el lugar exacto donde había caído Luis Colmenares.

1.2.4.6. De otro lado, de la interceptación de comunicaciones


presentadas por el perito de la Fiscalía, no se encontró “elemento
alguno que permita establecer que las acusadas participaron de una
acción homicida, o que LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR,
haya sido víctima de homicidio alguno...”; concluye, además, de las
pruebas periciales, que aquel falleció “por asfixia por sumersión en

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agua… en estado de inconciencia producido por un severo trauma


craneoencefálico, coadyuvado por una intoxicación etílica.”

1.2.4.7. La Juez, en su examen de las pruebas, resta credibilidad a la


opinión pericial del perito de la Fiscalía, Dr. Máximo Duque, pues de
acuerdo con la Resolución 5194 de 2010, artículo 25, expedida por el
Ministerio de Salud, el galeno inobservó los protocolos nacionales e
internacionales para realizar la segunda necropsia y la exhumación; se
sabe que ejecutó la diligencia al aire libre, al lado de la tumba, omitiendo
el traslado a un recinto “seguro, iluminado y adecuado.” Diseccionó el
cuerpo de Colmenares “con un cuchillo de cocina y utilizó una caja de
cartón como mesa.” No mencionó, además, en su informe, la técnica
que utilizó para retirar los tejidos momificados del occiso.

En conclusión, el proceso de exhumación y necropsia adelantado por el


Dr. Máximo Duque alteró evidencia ósea, modificó el estado original del
cadáver al ocasionar nuevas fracturas al macizo facial por
arrancamiento inapropiado de tejido, del cual se perdieron varios
fragmentos óseos, ya que el galeno “luego de arrancar con sus manos
y con ayuda del cuchillo de cocina las partes momificadas de la cabeza
(se ve en varias fotografías, el proceso realizado sobre la tapa de una
caja de cartón donde se ve con buen nivel de desorden: dientes,
esquirlas de hueso y tejido momificado) lavó el cráneo (también se ve
en las fotografías el lavado del cráneo con un jarro de agua que pasa
por la cabeza y escurre al piso de tierra arrastrando el producto del
lavado, sin filtros o medios que permitieran reconocer pedacitos de
hueso) y procedió nuevamente a organizarlo y colocó los dientes caídos
y otros fragmentos desprendidos y procedió a tomar las fotografías 1818
y siguientes, en las que se aprecia que no todos los fragmentos fueron
colocados. Se puede afirmar que debido a que había fracturas…, es
altamente probable que pequeñas porciones de hueso se hubiesen
perdido durante ese momento de arrancamiento y lavado. En especial,

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las pequeñas esquirlas que hacen falta en las órbitas y en la región


alveolar, sobre la raíz del incisivo central superior.”10 … “pero en opinión
de esta juzgadora lo que resulta realmente reprochable es que el
experto en lugar de dar cuenta de ello y de advertir a la audiencia lo
anterior, lo ocultó y lo utilizó para convencer en el juicio, que todos los
hallazgos de la segunda necropsia eran originales y habían ocurrido en
vida, cuando realmente sucedieron postmortem.”

1.2.4.8. De acuerdo con el dicho de los testigos de cargo, entre ellos la


médica del Instituto de Medicina Legal, Lesly Rodríguez, en el sentido
que Luis Andrés Colmenares, al momento de fallecer, se encontraba
boca abajo, concluye que horas después, en el instante de la inspección
judicial y traslado a la morgue, fue volteado hacia arriba, lo que explica
las distintas livideces cadavéricas halladas en su cuerpo.11

Advera, la prueba pericial practicada y analizada demuestra que las


distintas lesiones en el rostro de Luis Colmenares obedecen a un solo
impacto de alta energía por una caída de altura. Descarta, de este
modo, que haya sido golpeado intencionalmente.

1.2.4.9. Del estudio sobre la factibilidad de arrastre del cuerpo de Luis


Andrés Colmenares Escobar, realizado por el ingeniero mecánico
Carlos Alberto Herrera Cáceres, perito altamente calificado para un
estudio como estos -de la defensa-, asume que es “altamente probable”
que el cuerpo fue arrastrado, entre las 3 y 4 de la mañana, por las aguas
del caño El Virrey.12

1.2.4.10. Aduce la operadora judicial que en este proceso no se


demostró, como afirma la Fiscalía, la existencia de un móvil en las
acusadas u otra persona “para asesinar13 a LUIS ANDRES
10
Pág. 225 a 237.
11
Pág. 245 ídem
12
Pág. 248 y 249 ídem.
13
Pág. 253 a 257 ídem.

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COLMENARES ESCOBAR,”; tampoco una golpiza, “pues no hay


rastros de elementos, videos, testigos o cualquier otra clase de prueba
que así lo demuestre”; tampoco probó el ocultamiento del cuerpo. Por
el contrario, quedó demostrado que antes, durante y después de la
fiesta en Pent-House no hubo altercado o evento violento entre Luis
Andrés y terceros; asimismo, no demostró la Fiscalía que Jessy
Quintero, “haya sabido de una acción homicida en contra de LUIS
ANDRES COLMENARES ESCOBAR, y menos que la haya favorecido
con su silencio.”, o que se haya acordado con Laura Moreno para
cometer ilícito alguno.

1.2.4.11. Concluye la Juez de primer grado:

A. Frente a los bomberos del primer turno:

“…no cumplieron con la labor de rescate de acuerdo a sus propios


procedimientos. No recorrieron el túnel, por lo tanto, ninguno podía
saber si el cuerpo de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR estaba
allí o no. Si LUIS ANDRÉS estaba vivo, al momento de su cuerpo llegar
al hueco donde fue encontrado, hueco bastante grande (65 cms de
profundidad, aproximadamente), podríamos decir que la inadecuada
labor de los bomberos, ayuda al desenlace lamentable al cual hoy nos
enfrentamos. Es más, de todos los testimonios de los bomberos que
participaron en la primera búsqueda nos queda la idea de que los
bomberos no estaban preparados para una diligencia de rescate, no
tenían un mapa del túnel, pero tampoco lo exploraron, hicieron una
búsqueda superficial y rápida. Lo que más llama la atención es que
pretendieron atribuirle la responsabilidad de su apresurada retirada del
canal a LAURA, que, porque ésta ya se iba, recuérdese que LAURA
MILENA MORENO RAMIREZ no era la rescatista, eran los bomberos
los que tenían esa labor de búsqueda. Igualmente, sus versiones dadas
en este juicio difieren de las dadas en la investigación disciplinara, como

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ya lo hemos expuesto antes”. Por lo tanto, se tiene que faltaron a la


verdad…”

B. Frente al segundo grupo de Bomberos:

“… acudieron ante la llamada de la progenitora del finado, los bomberos


CLARENA MONTANO, WILLIAM GÓMEZ, JORGE CABALLERO y
ERWIN TRIANA. De sus testimonios se pudo concluir que quienes
hallaron a LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR fueron los
bomberos GÓMEZ y TRIANA, más específicamente GÓMEZ, quien
divisó el cuerpo del occiso primero, que fue encontrado en el túnel del
caño El Virrey, en un sitio, en donde había una caída de agua, con lo
que llama TRIANA una "pendiente moderada". Se concluye de estos
dos testimonios que cuando encontraron al joven COLMENARES ya
había fallecido. Que fue encontrado con sus ropas casi intactas, que no
había nadie más alrededor, que tampoco se encontraron elementos
algunos como, botellas, cilindros, armas de cualquier naturaleza etc.,
solo estaba el cuerpo del occiso. También se concluye que el cuerpo de
LUIS ANDRÉS no estaba a la vista, pues a los bomberos, les fue visible,
una vez habían cruzado un tramo razonable del túnel. Tampoco fue
encontrado elemento alguno, que indicara que el cuerpo fue
transportado de un lugar a otro.”

“Recuérdese que luego fue escuchado el señor HÉCTOR LEONARDO


CALDERÓN PARRA, investigador abogado del CTI, quien no encontró
lesiones en el resto del cuerpo, tampoco encontró lesiones post mortem.
También el testigo hizo ver la dificultad del terreno en donde se encontró
a LUIS ANDRÉS, tan es así que uno de ellos fue el escogido para entrar
por tener botas pantaneras e hizo ver que el cuerpo del finado no se
podía divisar a simple vista pues cuando tuvo al alcance de su vista, el
cuerpo de la víctima ya era porque estaba varios metros adentro en el
túnel. Señaló también cómo estaba el cuerpo y que había un terreno
más hundido que aglomeraba agua y que esta se aumentaba por la
caída.”

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C. Frente al dicho de Oneida Escobar, progenitora de Luis Andrés


Colmenares:

“…se pudo extractar que fue el segundo turno de bomberos quien


encontró el cuerpo de LUIS ANDRES. También que LAURA, platicó con
doña ONEIDA y le contó lo que había sucedido esa noche. Igualmente,
se pudo advertir que JESSY era conocida de la familia de los
COLMENARES, por ser su gran amiga y que tenían una buena relación
de amistad. Que la persona nueva en el círculo de LUIS ANDRÉS era
LAURA MORENO. Así mismo, que ella estuvo en el parque El Virrey en
la zona que le indicó LAURA por la cual se había lanzado LUIS
ANDRES, sin encontrar huellas de sangre, ni nada, que le indicara algo
sobre su paradero o lo que había sucedido con él. Así mismo, hizo ver
que LUIS ANDRES no tenía problemas personales con nadie. Que era
un joven juicioso con sus estudios y querido por sus amigos y conocidos.
Fue clara en afirmar que el celular de su hijo lo tenía LAURA MORENO
y que cuando le preguntó el motivo de esto, ella manifestó que LUIS se
lo había prestado para llamar a una compañera. Que LAURA le
exteriorizó que el sitio de caída de LUIS fue por los lados de la Carrera
13 A, por donde quedan las oficinas del Heraldo, que para el momento
de la búsqueda el agua del caño tan solo tenía una profundidad de unos
10 centímetros, que LAURA les dio el mismo sitio de caída a las
autoridades de policía, a los bomberos, a la madre de COLMENARES,
pues todos hablan del edificio El heraldo, que de acuerdo a lo
estipulación 19 quedaba ubicado en la Calle 88 N°13 A-07.”

La anterior deliberación es similar a la realizada en torno a los


testimonios ofrecidos por Jorge Luis Colmenares y Ulises Julio Ibarra,
parientes también de Luis Colmenares.

D. Frente a lo manifestado por Soraya Ciro:

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Compañera de estudio de Luis Andrés, testigo importante de los


momentos previos a la salida de la discoteca: “se puede colegir que los
jóvenes que participaron en la fiesta del Pent-House, habían tomado
VODKA, incluyendo a LUIS ANDRÉS, que igualmente tomó cerveza esa
noche. Que LUIS ANDRÉS estaba entonado, pero que podía andar por
sus propios medios. Que como signos de que estaba entonado hablaba
en inglés y que esto lo hacía, cuando el trago lo cogía un poco. Así se
concluye que JESSY y LAURA hasta ese momento no se conocían
mucho, o sea, no eran las grandes amigas que se pudiera pensar. Que
la amistad grande era entre LUIS ANDRÉS y JESSY. Que de la fiesta
salieron juntos LUIS ANDRÉS, LAURA y JESSY. Que antes ya había
manifestado LUIS ANDRES que tenía hambre. Que los otros amigos
que estaban en la fiesta como ella, esperaron a que la camioneta de
LAURA la trajeran del valet parking. Así mismo, que a JESSY la vuelve
a ver después de que esta los llama a ellos para que la vayan a recoger
en la 85 con 15, porque estaba sola. Que luego se dirigen al parque del
Virrey y se ven con LAURA y que ella estaba sola. Precisa que JESSY
cuando estaba montada en la camioneta recibe una llamada y se entera
por la conversación que quien había telefoneado era LAURA. Que
llegan al parque entre las 3 y 20 a.m. y 3 y 30 a.m. Que LAURA les
indica el lugar en el cual LUIS se cayó. Fácil es concluir entonces, que
durante la fiesta no hubo altercado alguno. No hubo ningún evento
violento entre ninguno de los jóvenes, que JESSY es recogida después
de la fiesta en la 85 con 15 y se dirigen al parque El Virrey por
instrucciones de LAURA, quien es encontrada allí y quien estaba
SOLA.”

En términos semejantes se pronuncia sobre el testimonio de Juan


Sebastián Bautista, María Andrea Archila y Luis Mauricio Alnear,
enfatizando sobre el transcurso de la fiesta que fue sin inconvenientes,
el consumo de licor por parte de Luis Colmenares, la relación con Laura
que no era formalmente de novios, el deseo de comer un perro caliente

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por este, y la versión ofrecida por ésta a ellos sobre la desaparición de


aquel en el caño sin detectar ‘contradicciones, a contario sensu, se ven
coincidencias y complementos, además de que la Fiscalía no mostró en
el juicio elementos del por qué no creerles a estos testigos.”

E. Respecto a la presunta afectación del principio de congruencia dice:

“…Sí se varió la imputación fáctica en los alegatos de conclusión frente


a las dos acusadas. En caso de que el Despacho, hiciera caso a la
señora fiscal, en analizar los nuevos hechos puestos de presente por
ella, en la fase de alegatos de conclusión, estaríamos incurriendo en
una causal de casación como es la contemplada en el artículo 181
numeral 2, que reza: "Desconocimiento del debido proceso por
afectación sustancial de su estructura o de la garantía debida a
cualquiera de las partes"…”

F. Con relación a los procedimientos desarrollados por el Dr. Maximo


Duque, durante el proceso de exhumación y segunda necropsia
practicada al cadáver de Luis Andrés Colmenares Escobar, registra:

“…salta a la vista que efectivamente no se aplicó ninguna clase de


rigor en los métodos, no se procedía de manera científica ni se
atendieron recomendaciones de lugar, implementos o herramientas
apropiadas para este tipo de examen, ni condiciones
medioambientales adecuadas, ni condiciones de seguridad que
garantizaran la no alteración de la evidencia ósea, en cambio se
propinó daño secundario y si se modificó el estado original del
cadáver. Se puede concluir que para hacer la exhumación y segunda
necropsia de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR no se siguió
protocolo alguno... Tampoco, se pudo establecer si esas personas
que se observaban en las fotos junto al legista DUQUE, manipularon
o no el cuerpo, si tuvieron contacto con este o no… La omisión del
perito DUQUE al no examinar microscópicamente el material
negruzco que interpretó como hemorrágico y ello unido a la mala

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práctica para desarrollar la disección del cuello en un cadáver en


avanzado estado de momificación, impiden al Despacho determinar
si había o no hemorragias cervicales. Se reprocha nuevamente al
médico DUQUE, quien de forma ligera realizó afirmaciones que
inducen a personas legas en medicina, a pensar que efectivamente
LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR sufrió unos golpes sobre
su cara estando su cabeza quieta.”

G. Sobre la causa de la muerte:

“En este punto no se encuentran discrepancias entre los diferentes


testigos peritos. Se concluye que LUIS ANDRÉS COLMENARES
ESCOBAR falleció por asfixia por sumersión en agua, estando en
estado de inconsciencia, producido por un severo trauma
craneoencefálico y coadyuvado por una intoxicación etílica.”

H. Livideces y rigideces:

“Quedó aclarado que las livideces cadavéricas responden al


movimiento pasivo de la sangre, que obedece al principio de
gravedad, luego del momento de muerte. Que estas coloraciones
violáceas inician su aparición en piel pocas horas después de la
muerte y progresivamente se van fijando en la piel. Así, si el cadáver
se mueve, las livideces también lo hacen mientras no estén fijas. En
este caso se observaron las livideces iniciales de la primera posición
boca abajo que dejaron livideces más pálidas en la parte del frente
del cadáver y livideces fijas en la parte posterior que se formaron
cuando al cadáver se le da vuelta al momento de la inspección del
cuerpo. En conclusión, al momento de su fallecimiento LUIS
ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR se encontraba boca abajo y
horas después, al momento de la inspección judicial y traslado a la
morgue fue volteado hacia arriba.”

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I. Respecto de las lesiones de tejidos blandos en cara y rodillas y su


mecanismo:

“…los expertos explican que el borde del hueso frontal al chocar con
una superficie dura puede actuar a manera de filo y cortar la piel por
ello ese mecanismo se denomina corto-contundente. No hay incisiones
ni intervención de elementos cortantes. El perito BOTELLA opina que
las lesiones en región malar y la inframentoniana pudieron
corresponder a lesiones producidas por arrastre del cuerpo,
igualmente, la patóloga forense Dra. BRUGAL. Afirma que esas
lesiones corresponden a la fricción… De acuerdo con las
declaraciones de los peritos, le quedó claro al Despacho que las
lesiones de tejidos blandos en cara se produjeron por mecanismos
contundente, corto contundente y por fricción. …”

J. Frente al interrogante si todas las fracturas en cráneo y cara fueron


pre-mortem.

“…quedó plenamente demostrado ante este Juzgado que se alteró la


evidencia al ocasionar nuevas fracturas al macizo facial por el
arrancamiento inapropiado del tejido momificado y que se perdieron
varios pequeños fragmentos óseos. Pero en opinión de esta
operadora judicial lo que resulta realmente reprochable es que el
experto en lugar de dar cuenta de ello y advertir a la audiencia lo
anterior, lo ocultó y lo utilizó para convencer en el juicio, que todos los
hallazgos de la segunda necropsia eran originales y habían ocurrido
en vida, cuando realmente sucedieron post-mortem.”

K. Con relación a la pregunta: ¿Las fracturas que presenta el cuerpo


de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR son consecuencia de
varios golpes o son el resultado de una caída de altura?

“…a esta funcionaria, no le quedan dudas acerca de que las lesiones de


LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR obedecen a una caída. Se

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

afirmó por parte de la Fiscalía que la distinción entre si las lesiones


fueron causadas por golpes múltiples sobre la cara o por el golpe
ocasionado por una caída de altura sobre la cara, residía en que la caída
de altura debería presentar una lesión típica de contragolpe y como ella
no estaba presente, se podía afirmar que LUIS ANDRES
COLMENARES ESCOBAR no se cayó, sino que fue golpeado en la cara
en múltiples ocasiones originándose varios focos de fracturas. Todo lo
anterior quedó desvirtuado. De acuerdo con las profusas explicaciones
de los tres expertos de la defensa y de la lectura de los textos
reconocidos por la patología forense internacional (Fisher y Di Mayo),
conocidos en juicio, se entendió que los golpes en la cara son
amortiguados por los senos frontales y paranasales que son huesos
cuyo interior está conformado por trabéculas llenas de aire (se dijo que
funcionan como una balsa de aire) y por ello no se observan lesiones
de contragolpe. Otra razón de la ausencia de esas lesiones, está dada
por la explicación de los científicos maxilo-facial y antropólogo, quienes
demostraron con apoyo bibliográfico que, debido a la arquitectura de la
cara (contrafuertes y arbotantes) la energía del golpe se disemina por
esta estructura produciendo múltiples fracturas que van por esta
arquitectura hasta cuando se agota la energía. Es otro mecanismo
natural para proteger al cerebro de las lesiones de contragolpe. De la
misma manera, se desvirtuó la afirmación del perito de la Fiscalía
respecto a que habían varios focos de impacto con sus respectivas
fracturas, pues se explicó claramente que un solo impacto de alta
energía causó todo el complejo fracturar que es literatura científica
denomina "Fractura Tipo NOE 3B" cuya sigla corresponde a una línea
de fractura que compromete las orbitas, los huesos propios de la nariz
y el hueso etmoides, por ello se denominan naso-orbito-etmoidal (NAO)
y el tipo 3B incluye el maxilar y la base del cráneo. Esa… fractura es
propia de un impacto de alta energía recibido en el contrafuerte supra-
ciliar, en el que la energía es absorbida en su totalidad por el sujeto,
ocasionando el extenso daño óseo del macizo cráneo-facial. Por lo
anterior, el Despacho concluye que el daño sufrido por LUIS ANDRES
COLMENARES ESCOBAR, es consistente con una caída sobre la cara
y no por terceros.”
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

L. Con relación a lesión patrón

“…resulta imposible que el dibujo quede en el hueso sin quedar


presente en la piel que recibió el impacto, más cuando se trata de la
zona de la cara que está descubierta. Evidentemente en las fotografías,
tanto de la inspección del lugar como en las fotografías previas a la
necropsia, en donde se aprecia la herida en el arco supra-ciliar derecho,
se ve una herida lineal con bordes irregulares, pero debajo de ella, en
la foto que se tomó durante la necropsia y en la que se muestra el hueso
sin piel, se ve la fractura semicircular de la que se dice es la "lesión
patrón". Dada esta inconsistencia y las explicaciones de varios peritos,
(entre ellos la perito de la Fiscalía) respecto a que la concavidad del
hueso frontal es la que origina la forma circular de la fractura, y que las
"escalitas o huequitos" que se señalaron como la marca dejada por un
instrumento corresponden a las trabéculas óseas normales del hueso,
es que este Despacho considera desvirtuada la teoría de una huella
patrón.”

LL. Respecto al testimonio de Fabio Nelson Rodríguez, experto en


informática forense, y análisis link realizado por Willington González.

“LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, fue llamado por sus


compañeros de fiesta esa noche, todo el tiempo, incluyendo que recibió
llamadas tanto de LAURA MILENA MORENO RAMIREZ como de
JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO… obsérvese que lo que
narraron LAURA y JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, a las
autoridades, demuestran concordancia y convergencia. Convergencia,
a que hubo la búsqueda, a que todo el tiempo, estos muchachos se
estuvieron comunicando y a que no hubo un espacio de tiempo, para
ocultar, o transportar un cuerpo, pues todos estaban distraídos en la
búsqueda de LUIS COLMENARES, e igualmente, no se les mintió a las
autoridades, ni a los amigos. Es así, que la teoría que expuso tanto la

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

defensa de JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, como de


LAURA MILENA MORENO RAMIREZ, se demostró.”

M. Respecto de LAURA MORENO

“…la Fiscalía no pudo acreditar cuáles "maniobras realizó LAURA" para


evitar el descubrimiento del cuerpo, pues vimos que LAURA a todos les
dio la misma versión y que el último punto donde había visto al finado era
en el caño, y allí en el caño en el túnel, fue donde se encontró a LUIS
ANDRÉS. En cambio, si quedó claro que, si no se descubrió el cuerpo
del occiso antes, fue por la negligencia en el trabajo de los bomberos del
primer turno, encargados de ejecutar las labores de búsqueda.”

N. Respecto de JESSY QUINTERO

“…Menos pudo la Fiscalía acreditar qué papel jugó JESSY


MERCEDES QUINTERO MORENO, en la supuesta labor delictiva. Ni
en qué le colaboró a LAURA, más que no fuera a la búsqueda de LUIS.
Los policiales de los CAI escuchados en el juicio, ni siquiera la
nombraron, lo mismo pasó con los bomberos tanto del primer como del
segundo grupo. Solo los amigos que estaban en la fiesta expresaron
que ella, o sea JESSY, estuvo en la fiesta, que luego a las tres de la
mañana salió de ella junto con LAURA y LUIS. Que luego GONZALO
y los otros amigos que iban en la camioneta, la recogieron en la 85 con
15 y que luego se transportaron al caño, a fin de buscar a LUIS. Así
las cosas, la Fiscalía no cumplió con su promesa de demostrar
comportamiento de JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, de
carácter delictivo alguno.”

Finalmente, aduce, quedó demostrado que la Fiscalía ocultó evidencia


que favorecía notablemente los intereses de la defensa, como la
intervención de Manuel Rodríguez quien, en su condición inicial de jefe
investigador del caso conceptuó, a nivel de hipótesis, que la muerte de
Luis Andrés Colmenares fue accidental.

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Es, pues, a partir del análisis de prueba brevemente reseñado como la


Juez de primera instancia arriba al conocimiento de que la muerte de
Andrés Colmenares no fue producto de un homicidio, sino accidental y,
por consiguiente, emite sentencia absolutoria a favor de Laura Milena
Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno, decisión, a la
postre apelada por parte de la delegada de la Fiscalía General de la
Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público.

II. IMPUGNACIÓN

Siguiendo los parámetros del artículo 179 CPP, modificado por la Ley
1395 de 2010,14 los recurrentes sustentaron su inconformidad con la
decisión de primera instancia en sendos escritos.

2.1. FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

Demanda revocar la sentencia de primer grado y, en su lugar, declarar:


“que la muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar fue producto de un
homicidio, y sean condenadas Laura Moreno Ramírez, como coautora
impropia del mismo, y a Jessy Mercedes Quintero Moreno como autora
de favorecimiento agravado.”

Expuso los siguientes argumentos:

2.1.1. Las heridas y fracturas que sufrió Colmenares Escobar no son


producto de una caída sobre la cara, tampoco invención del perito
Máximo Duque, para quien son consecuencia de varios impactos. Se
trata de 11 señales de violencia que pueden verificarse con las

14
Artículo 179 del C.P.P. Trámite del recurso de apelación contra sentencias… “El recurso se interpondrá en
la audiencia de lectura de fallo, se sustentará oralmente y correrá traslado a los no recurrentes dentro de la
misma o por escrito en los cinco (5) días siguientes, precluido este término se correrá traslado común a los no
recurrentes por el término de cinco (5) días.”

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fotografías de la necropsia, anexadas a la estipulación probatoria No 6,


y la declaración de la Dra. Lesly Del Pilar Rodríguez, quien en su informe
pericial de necropsia N° 2010010111001004485 concluyó que las
siguientes lesiones de la víctima fueron causadas cuando se encontraba
con vida: (I) herida de bordes irregulares hemorrágicas en la región
superciliar derecha, (II) escoriación de la punta nasal, (III) herida
irregular en el labio inferior derecho, (IV) escoriación de bordes pálidos
en mejilla derecha, (V) herida irregular de bordes hemorrágicos
infraciliar izquierda con escoriación perilesional, (VI) herida en párpado
superior izquierdo, (VII) escoriación en mentón, (VIII) herida fronto-facial
derecha; (IX) herida superficial en párpado superior derecho, (X) herida
irregular infralabial derecha y, (XI) abrasión inframentoniana.”

La herida inframentoniana, -herida debajo del mentón-, dice, tiene


importante valor indiciario al no resultar compatible con una caída de
altura, ni con las demás lesiones que presenta el rostro de Luis Andrés
Colmenares que, por lo demás, fueron producidas con un objeto “romo,
pared, un bate, guante o puño.”, y no en el lugar donde es hallado.

No valora, dice, la Juez la opinión de los peritos de la Fiscalía sobre las


heridas que presentaba Luis Colmenares en su rostro, las cuales son
causadas por distintos mecanismos: las fracturas de la zona frontal,
particularmente la herida de bordes irregulares hemorrágicos en la
región superciliar derecha, por mecanismo corto-contundente; la
fractura de la nariz, además de las lesiones de los maxilares derecha e
izquierda producto de varios impactos por mecanismo contundente; la
herida en el párpado superior izquierdo por mecanismo corto-
contundente y la fractura frontal derecha por un objeto contundente, con
patrón “golpe- contragolpe.”

Así, advierte, el perito Máximo Duque ilustró apropiadamente a la Juez:


“el golpe contra golpe se da en la cabeza, como el cerebro es blando, si

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la persona va en movimiento o en un vehículo y golpea contra algo, el


cerebro se golpea también en la misma dirección y rebota al lado
contrario, quedando lesiones tanto en la parte del golpe como en la
contraria a ella, que son macroscópicas. Contrario si la cabeza de la
persona está quieta y un elemento viene a golpearla… el cerebro no
rebota, simplemente se ve el trauma recibido.” Agrega que los peritos
de la defensa no encontraron la lesión de contragolpe; especularon.

El Dr. Máximo Duque encontró cinco zonas de impacto independientes,


6 lesiones encontradas en la primera necropsia, que repercutieron en el
esqueleto las que, apreciadas en conjunto, explican la hemorragia
encontrada en el canal de las vértebras cervicales, “pues por la fuerza
para causarlas pudieron haber hecho que la cabeza se moviera fuerte”.
En relación con los impactos encontrados en el cráneo, señaló: “la
lesión de la zona ciliar pudo producirse con algo que entró de frente y le
alcanzó a romper el hueso frontal, tiene una ligera dirección de arriba
hacia abajo. Las lesiones nasales tienen una dirección de izquierda a
derecha según se infiere del fragmento que se desprendió. Las lesiones
en el maxilar tienen dirección de arriba hacia abajo, es como si todo el
maxilar hubiera intentado descender y eso explicaría que se haya
partido también en la parte del paladar.” Por ello, asegura, las lesiones
presentan distintos mecanismos y se originaron en diferentes
momentos.

Aduce, asimismo, el ente acusador que: (i) Luis Colmenares conocía el


parque el Virrey, ya que estudió en el Liceo Cervantes; en tal virtud,
sabía dónde estaba el caño “y no iba a correr para caer en él cómo lo
adujo Laura Moreno.”; (ii) no se encontró, en el marco de la
investigación, rastro o huella alguna, como prendas o residuos
biológicos que coincidieran con las versiones de Laura Moreno, acerca
de la “supuesta” caída y, (iii) erradamente la juez a quo acoge la teoría
de la defensa sin tener en cuenta que no se localizaron lesiones en otra

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parte del cuerpo, ya que en el trascurso de la investigación se determinó


que sufrió laceraciones en la cabeza y rostro, no en manos, brazos,
rodillas, espalda y cuello; tampoco rasgaduras en su ropa, lo que prueba
que las lesiones no fueron producidas por un solo impacto por caída.
Reitera, este tipo sucesos produce varias lesiones en el cuerpo, no una.

Respecto al procedimiento de exhumación y segunda necropsia


practicado por el perito Máximo Duque indica, la funcionaria de primera
instancia, en su afán de no contrariar la tesis del perito de la defensa-,
Miguel Cecilio Botella-, omitió leer la totalidad de la Resolución 5194 de
2010, y tener en cuenta que no había área en el cementerio de
Villanueva- Guajira-, para exhumación y/o morgue; que pese a las
precarias condiciones del lugar el perito cumplió con los requisitos de
esa resolución, efectuando su experticia sin afectar las fracturas
encontradas al cadáver de Luis Colmenares. El “cuchillo” utilizado
tampoco incidió en los hallazgos.

Por otro lado, colige, la juez a quo desconoció que el cuerpo de Luis
Andrés no fue arrastrado por las aguas del caño el Virrey. Primero,
porque se demostró, a través del investigador de la Policía Héctor
Calderón y la perito Lesly Del Pilar Rodríguez, que las prendas
encontradas al occiso no estaban haladas, ni corridas, sino alineadas
con la anatomía de este; segundo, porque según el Topógrafo Didier
Herrera Alape, la pendiente del caño donde supuestamente cayó la
víctima era mínima, no apta para el arrastre; tercero, porque el agua no
superaba 10 cm de profundidad, circunstancia que hacía imposible el
arrastre del cuerpo; cuarto, puesto que el cuerpo fue encontrado rígido
y no flácido, es indicativo que no fue arrastrado, sino dejado en ese lugar
inconsciente, y con las vías respiratorias superiores sumergidas en el
agua; quinto, porque Colmenares Escobar pesaba 77 kilos y medía 1.77
metros, luego es probable que a pesar de la fuerza que alcanzaba el
caudal el agua no lo hubiera movido o arrastrado; sexto, tampoco es

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verosímil que Colmenares se hubiese movido por sus propios medios


después de los golpes que lo dejaron en estado de inconciencia. De ser
así hubiera buscado instintivamente la forma de respirar, una reacción
que en estos casos busca el cuerpo para ponerse en estado de defensa.

Asegura la Fiscalía cómo la prueba determina que, si Luis Andrés


Colmenares hubiere recibido atención médica oportuna, después de los
golpes sufridos, no habría fallecido. El trauma craneoencefálico no le
causó la muerte, la ocasionó fue la pérdida de conciencia e influyó en la
hipoxia por falla de reflejos vasovagales: “Él se encontraba en estado
de indefensión, y quien podía impedir que se ahogara era Laura
Moreno, que tenía el dominio de su propia contribución para salvarle la
vida o para que muriera.” Colige la recurrente, en la hipótesis de que el
cuerpo hubiese estado allí donde es encontrado, los bomberos lo
habrían hallado con vida.

La Fiscalía relaciona los errores que, en su criterio, comete la Juez en


la valoración de la prueba pericial de la defensa y que sustenta la teoría
de la caída de Luis Andrés Colmenares:

2.1.1.1. Del perito Miguel Cecilio Botella.

La juez no tuvo en cuenta que este galeno no tiene estudios en medicina


forense, no ha realizado autopsias, tampoco analizó los huesos de Luis
Colmenares. Su informe lo basó en fotografías de los procedimientos
de necropsia realizados por Lesly Rodríguez y Máximo Duque, dirigido
a desacreditar el peritaje del doctor Máximo Duque. Por ejemplo,
menciona una fractura no descrita por él, pero no tuvo en cuenta que
era una hebra de hilo, posiblemente, del relleno del cerebro, aun así,
sostuvo que era una lesión. La operadora judicial dio credibilidad al
perito Botella, cuando aseguró que Máximo Duque manipuló el cráneo
de Colmenares de manera indebida y, por ello, causó fracturas; sin

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embargo, en juicio se demostró ausencia de fragmentos de hueso, aun


antes que Máximo manipulara el cuerpo. Además, olvidó que este perito
admitió que las lesiones no son producto de un solo impacto, sino de
varios, reafirmando la tesis de la teoría del caso de la Fiscalía.

2.1.1.2. De la perito Yocasta Brugal.

La Juez, dice el impugnante, en esencia, no analizó integralmente la


declaración de esta perito; si lo hubiese hecho determinaría que sus
conclusiones se basan en las fotografías y lo que decía la autopsia, es
decir, “no tenía todas las variables para llegar a tomar un estudio del
caso.”

2.1.1.3. Del odontólogo Germán Alfonso Aguilar Méndez.

La falladora concluye que en la experticia realizada por este perito de la


defensa se encontraron dos fracturas en el cráneo de Colmenares, lo
cual no fue plasmado en su informe, excediendo los límites de
valoración de esta prueba. El testigo acomodó sus conclusiones a la
teoría de la defensa sin fundamento alguno, como que adujo que la
lesión en el cráneo es producto de una caída, sin apoyarse
científicamente en información requerida, por tanto, carece de asidero
su versión; no obstante, la Juez dio plena credibilidad. En este punto
señala el recurrente: “los peritos de la defensa no actuaron con
objetividad, no tuvieron en cuenta circunstancias que están en el caso,
actuaron con ligereza, y por ello concluyeron que era una caída
respaldando la versión de Laura Milena Moreno Ramírez.”

2.1.2. Con relación al delito de favorecimiento agravado por el que fuera


acusada Jessy Mercedes Quintero expresa la recurrente, en juicio
quedó demostrado que ella mintió para entorpecer la investigación,
favoreciendo la versión de Laura Moreno. Se evidencia, a través de

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prueba testifical y documental que no se encontraba con Laura Moreno


y Luis Colmenares entre las 3:00 y 3:30 am del 31 de octubre de 2010;
no obstante, aseveró, conociendo qué sucedió en ese espacio de
tiempo, que Colmenares compró un perro caliente y luego había “salido
a correr como loco”, y tras él Laura Moreno; además, sin que le constara
que Colmenares se había lanzado al caño, lo sostuvo ante las
autoridades.

Resalta, ante la supuesta caída de Andrés Colmenares, Jessy Quintero


permaneció desinteresada, no se bajó del carro en ningún momento, no
habló con los policiales, bomberos, ni mucho menos con la señora
Oneida Escobar Gil, madre de la víctima. Encubrió el homicidio de Luis
Andrés Colmenares, pues no mencionó aspectos sobre el recorrido que
hicieron de la discoteca PentHouse al sitio donde “compraron el perro
caliente”, contradiciendo la versión repetida de Laura Moreno.

Advera, de la interceptación de la llamada donde se comunica Laura


Moreno y Juan Pablo Valderrama, el 26 de septiembre de 2011, se
extrae cómo Laura aduce que Jessy y ella son las únicas testigos del
caso, que esta última es su testigo. Deduce la Fiscalía que este hecho
establece “la responsabilidad de Laura Moreno…” y la “prueba que
Jessy Quintero… la ha encubierto.”

En resumen, la Fiscalía argumenta que Jessy Quintero no dijo la verdad


sobre lo ocurrido, sumando hechos que no le constaban, con el fin de
favorecer a Laura Moreno. De las celdas de las llamadas del teléfono
de Luis Andrés Colmenares se puede concluir que él se encontraba
hacia las 3:14 am y 3:21 am entre el sector llamado la Bohemia, ubicada
en la calle 82 No 12-35/43, y el Antiguo Country, ubicado en la carrera
20 número 84-14, lugares que no son los mismos donde se encontraba
Jessy Quintero.

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2.1.3. Respecto de los testigos de la defensa que estaban en la fiesta


ese 31 de octubre de 2010 indica, no son convergentes, por ello carecen
de credibilidad. Por ejemplo, Andrea Archila, quien manifiesta que esa
noche se encontraba enferma asistió a PentHouse, pero decidió
marcharse a las 2:30 am. Salió de la discoteca en compañía de su novio
con la finalidad de conseguir un taxi con destino a su casa. Al no
conseguir decidió llamar a Colmenares para que la acercara a su
domicilio. No obstante, se determinó que ella vivía en el Barrio la
Soledad y Luis Andrés en el Barrio Quirinal, sectores que no son
aledaños. No puede creérsele que habló con Luis Colmenares a las 3:14
y 3:21 am, pues quien tenía el teléfono de éste era Laura Moreno.

2.1.4. Con relación a la compra e ingesta del perro caliente, menciona,


es una estrategia de Laura Moreno, utilizada para ocultar la verdad de
lo sucedido. Señala, varios testigos manifestaron que supuestamente
Laura, Jessy y Luis salieron de PentHouse a comprar un perro caliente,
empero, nadie sabe a dónde fueron, es más, dentro del juicio no fue
aportada evidencia alguna de la persona que vendió ese alimento.
Tampoco hay certeza del lugar donde fue adquirido. Por su parte, la
doctora Lesly Del Pilar Rodríguez concluyó que en el estómago de la
víctima solo encontró líquido, de ahí que la supuesta compra del perro
caliente queda descartada.

2.1.5. Sobre el recorrido de Laura Moreno, Jessy Quintero y Luis


Colmenares, luego de salir de la discoteca PentHouse, enseña, los
tiempos narrados por el topógrafo no concuerdan con las llamadas
telefónicas ni con la versión de las acusadas. Según este testigo, las
acusadas gastaron 3 minutos en llegar a la calle 85 con carrera 15, es
decir a las 3:03 am, y a las 3:21 llegaron a la carrera 13 A con calle 88,
caño El Virrey, aspectos no coincidentes con las llamadas de Jessy
Quintero, que contestó Laura Moreno del teléfono de Colmenares a las
3:32 am y las 3:34 am, en los sectores del Antiguo Country y la Bohemia.

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2.1.6. Al abordar la responsabilidad penal de Laura Moreno, expone,


utilizó maniobras engañosas para evitar el descubrimiento del cuerpo
de Luis Andrés Colmenares, sosteniendo distintas versiones ante las
autoridades, no solo sobre el punto donde, presuntamente, cayó, sino
respecto de los hechos ocurridos esa noche, para proteger los
coautores materiales del hecho. Dice, “la Juez a quo omitió valorar en
su sentencia el testimonio del investigador Sergio Prada, quien registró
en fotografías la versión de Laura Moreno. La trascendencia de esta
prueba radica en la falta de concordancia y coherencia entre lo que ella
manifestó al investigador para que fuera hecho el registro fotográfico, y
las diversas versiones que suministró a las autoridades, amigos y
familiares del occiso, además de reflejar circunstancias de tiempo, modo
y lugar del Parque El Virrey que solo comprueban sus mentiras…”
aduce, asimismo, que la a quo tampoco valoró las declaraciones de
Juan Sebastián Bautista Grillo, Soraya María Ciro Colina, esta última
novia de Gonzalo Gómez, amigo de Luis Andrés Colmenares, quienes
estuvieron, también, en la fiesta de Halloween con la víctima.

Laura cambia la versión de los hechos. Primero dice que Luis Andrés
Colmenares cayó al caño, luego que se había tirado, hasta dijo que hizo
un salto olímpico. Concluye, la única persona que refiere la forma como
este llegó al caño es Laura Moreno, pero sus versiones no son
concordantes ni univocas, por ello miente. También relata que cayó al
caño frente del diario El Heraldo, ubicado en la “carrera 13 A”, al costado
sur del parque. A otros testigos les dice que cayó en la calle 87 entre
carrera 13 y 13A. A los Bomberos nunca les indicó el sitio, y a otras
autoridades adujo que fue cerca del edificio Ecopetrol; es decir, no es
consistente en sus afirmaciones respecto del lugar donde
presuntamente cayó, pues en todas sus versiones omite y agrega
cosas, como, por ejemplo, a más de lo anterior, a una de las Bomberos

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

le señaló que apenas Colmenares Escobar se “botó al caño ella se botó


detrás de él.”

Igualmente, menciona, convergen circunstancias que arrojan serios


interrogantes sobre las versiones de Laura Moreno, por lo cual no puede
predicarse, como dijo la juez, que es consistente. Entre ellas cita: (I) que
no podía ver porque estaba muy oscuro cuando corría detrás de
Colmenares, no obstante, vio cuando se le cayó su reloj; mismo que no
apareció; (II) sostuvo ante varios testigos que había bajado al caño, lo
cual nunca hizo; (III) que Luis Colmenares, cuando se dirigía al parque
el Virrey, observó todos los obstáculos, como andenes, cercas o rejas,
pero únicamente se tropezó en el caño y, (IV) que el cuerpo haya
desaparecido inmediatamente en el caño, cuando se estableció que el
flujo del agua a esa hora era de 10 cm.

Finalmente, reprocha los errores conceptuales de la Juez, pues la


Fiscalía “no tiene la carga probatoria” de demostrar quien golpeó a Luis
Andrés Colmenares, quién ocultó el cuerpo, el momento en que ello
sucedió, ni cómo lo hicieron, toda vez que las acusadas no fueron
llamadas a juicio por esos hechos, sino, respecto de Laura Moreno, por
ser ‘coautora impropia del delito de homicidio agravado,’ esto es,
“participación consiste en tener el conocimiento directo, pleno y absoluto
de que efectivamente se estaba causando la muerte de una persona y
posteriormente estaba haciendo una cosa irreal, una fantasía de caída
al caño, sabiendo que lo que había sucedido era distinto y este hecho
se da momento de los actos ejecutivos que le quitaron la vida a Luis
Andrés Colmenares.” Y en relación con Jessy Quintero por encubrir a
Laura Moreno, y no indicar verdaderamente qué sucedió, pues declaró
con el fin de entorpecer la investigación. Así mismo, critica que haya
hecho una indebida interpretación del principio de congruencia, pues la
Fiscalía no modificó el grado de participación de las acusadas, tampoco
agregó circunstancias que agravaran su situación de las cuales no

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pudieran defenderse, y tampoco adujo hechos nuevos que cambien el


núcleo fáctico de la acusación.

2.2. Representante De Víctimas15

Peticiona al Tribunal revocar el fallo de primera instancia y, en su lugar,


emitir sentencia condenatoria contra Laura Moreno, por el delito de
homicidio agravado, “en comisión por omisión” y contra Jessy Quintero,
en calidad de autora del punible de favorecimiento, con base en los
siguientes argumentos:

2.2.1. El fallo de instancia se aparta de los criterios legales y


jurisprudenciales que regulan la valoración probatoria. Es erróneo,
incompleto, sesgado y parcial, todo ello en contravía de las reglas de la
lógica, sana crítica y experiencia a la hora de construir las premisas
argumentativas de una sentencia en derecho. Peticiona que todos los
errores de forma y de fondo en la valoración sean corregidos por esta
Colegiatura.

Refiere, la Juez de primera instancia evidencia juicios subjetivos


derivados de una censurable parcialidad en el análisis de la prueba,
como que concede la razón a los planteamientos de la defensa,
desatendiendo los argumentos de la Fiscalía, representación de
Víctimas y Ministerio Público.

Los testimonios en el fallo no fueron debidamente valorados, como


tampoco se tuvo en cuenta los alegatos del Ministerio Público,
dedicándole tan solo unos apartes a los de la Fiscalía. Todo lo hizo la
Juez para favorecer la teoría defensiva, dice.

15
Carpeta 21, folios 82 a 207.

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Advera, al Dr. Máximo Duque lo trató de delincuente, mientras al perito


de la defensa Miguel Cecilio Botella como "maestro”, al cual no
cuestionó ningún argumento, circunstancia que muestra falta de
objetividad de la Juez.

Advierte, el Dr. Miguel Botella obró de mala fe al hacer ver al Despacho


que el padre de Luis Andrés Colmenares “lo había amenazado previo a
la diligencia, cuando en realidad se trataba de un correo electrónico de
años atrás, respetuoso y amable, que leyó en audio luego de mucha
reticencia y habiendo negado que tenía el correo en sus manos (la
Fiscalía y la víctima tuvo que proporcionárselo). Ese sí es un proceder
ofensivo para con el bien jurídico de la administración de justicia, que
omitió de manera censurable la Juez en la providencia impugnada.”

Olvidó la Juez de primer grado valorar la herida inframentoniana que


presentaba Luis Andrés Colmenares, también desechada por los peritos
de la defensa, quienes no explicaron nada sobre ella de manera
coherente. Así mismo, no tuvo en cuenta el "reflejo de paracaídas," que
debía tener Colmenares, de acoger el planteamiento de la defensa, para
anteponer las manos al golpe. Indica, no hay prueba científica que
determine que cayó al caño, solo la versión de Laura Moreno.

Hace referencia al estado de Luis Andrés Colmenares señalando que


estaba en perfectas condiciones para correr desde la carrera 15 con 85,
saltar las rejas en arco que bordean el parque Virrey, siendo un
contrasentido que seguidamente, al momento de la supuesta caída,
perdió todo reflejo y conciencia, golpeándose justamente en la cara,
para luego ser arrastrado por un caudal que no fue visto por ninguno
de los testigos, ni por la misma Laura Moreno, quien manifestó haber
ingresado al canal para que nadie más lo hiciera. Resalta, lo anterior
atenta no solo contra la lógica, sino contra las pruebas, de las que en
su conjunto se observa un cuerpo perfectamente vestido, sin huellas de

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Radicado No 110016000000201200141-01

arrastre en su ropa, ni en sus manos, que permitan inferir que existió


una caída.

Señala, la Juez dio credibilidad, infundadamente, a Carlos Herrera,


topógrafo de la defensa, quien en un cálculo especulativo adujo que,
por las condiciones del canal y la lluvia de esa noche, el cuerpo de Luis
Andrés Colmenares fue arrastrado por las aguas del caño, pese a que
varios testigos indicaron que no había más de 15 o 20 centímetros de
agua. De ahí que la juez acogiera la tesis defensiva, según la cual una
persona de 77 kilos y 1,75 metros de estatura cae en el canal con una
lámina de agua superior a 21 cms (“cosa que nadie vio”), desde una
altura de casi dos metros, y se golpee únicamente la cara. Es ilógico,
dice, como señala la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá, Sala
Penal, 110016000000201201126 02, del 7 de octubre de 2014, M.P.
José Joaquín Urbano. (pág. 6, 7 y 8 del recurso de apelación)

La Juez omitió, asimismo, examinar la reconstrucción fotográfica


realizada por Sergio Prada y su testimonio, importante para determinar
la ocurrencia del hecho, así como las versiones de Laura Moreno que
demuestran “evidentes contradicciones, mentiras y coartadas.”
También la de los policiales Helbert Gutiérrez Arroyo y Wilson Mahecha
del CAl Estadero, quienes relataron en su testimonio cómo Laura
Moreno les dijo que Luis Andrés, Jessy Quintero y ella, estaban
sentados en una banca, cuando este se puso de pie y empezó a correr
para lanzarse al canal del Virrey.

Indica, el actuar doloso de Laura Moreno en el delito acusado consiste


en crear una historia para distraer a las autoridades. En lugar de dar
aviso oportuno a aquellas acerca de este hecho prefirió ocultarlos,
omitiendo un actuar jurídicamente relevante como garante, que resulta
ser la causa de la muerte del joven fallecido que pudo y debió ser
auxiliado.

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Radicado No 110016000000201200141-01

Por parte de Jessy Quintero aduce, respaldó la versión de Laura


Moreno, sabiendo lo que en realidad había sucedido a Luis Andrés
Colmenares, a quien consideraba supuestamente su amigo desde
hacía más de 3 años. Corroboró el episodio del perro caliente, pues
según el relato ofrecido a Sergio Prada, éste nunca existió. De la
llamada telefónica de las 3:21 AM, que Luis Andrés y Jessy Quintero
hacen, respectivamente, desde sus celulares, se acredita que cuando
empezó dicha comunicación ella estaba en la celda ANDINO 2,
correspondiente al edificio INTERBOLSA, mientras que Luis Andrés
se encontraba en la celda antiguo country.

Manifiesta, hay múltiples errores en la decisión recurrida, entre los más


relevantes y no repetitivos señala: (i) no fueron tenidas en cuenta las
declaraciones de las víctimas; (ii) inexistencia de valoración de las
pruebas testimoniales y documentales y, (iii) se ha enviado un mensaje
contradictorio a la sociedad que afecta la administración de justicia al
tildar de accidente lo que el Tribunal Superior de Bogotá consideró
homicidio.

En su opinión la Fiscalía probó, más allá de toda duda razonable, que


Luis Andrés Colmenares Escobar tenía una relación estrecha con Laura
Moreno. Fue amenazado por el ex novio de ella días antes de la fiesta.
El 30 de octubre de 2010 Laura Moreno recogió a Luis Andrés a las 9
pm y estuvo con él hasta el último momento de vida. En la discoteca
PENT-HOUSE se encontraba también el ex novio de ella, el señor
Cárdenas y entre Laura y Luis hubo un altercado. Laura y Jessy salen
de la discoteca con Luis Andrés, pero Jessy Quintero toma un rumbo
distinto.

Así mismo, indica, de las pruebas periciales, específicamente del Dr.


Máximo Duque, se colige que Luis Andrés fue brutalmente golpeado en

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Radicado No 110016000000201200141-01

distintos puntos y con distintos mecanismos -exclusivamente en su


rostro-, para ponerlo en “incapacidad de resistir”. No existen huellas en
su cuerpo (manos, rodillas, vértebras cervicales, etc.), que soporten la
teoría de volar por los aires y caer de cara contra el adoquín del canal.
Tampoco existió arrastre, lo que implica que fue puesto boca abajo en
el lugar donde es encontrado. Luis Andrés muere por asfixia en medio
líquido, coadyuvada por la depresión del sistema nervioso central y
trauma craneoencefálico que lo llevó a un estado de inconsciencia.
Resalta, Laura Moreno presenció lo ocurrido y no lo evitó, ni evitó la
muerte de Luis Andrés Colmenares, lo que la hace penalmente
responsable del homicidio.

Respecto a los relatos de Laura Moreno a las distintas autoridades,


amigos y familiares, el apoderado de las víctimas las trascribe y
compara concluyendo que miente. Es evidente que no ofreció la misma
versión a la policía y a los bomberos, dice, variando los hechos que
resultan de gran importancia para el caso por lo que, en su opinión
contravienen abiertamente las conclusiones de la a quo en el fallo
recurrido.

Critica a la juez singular porque no analizó integralmente los testimonios


de quienes escucharon los dichos de Laura Moreno, como bomberos,
policías y familiares de la víctima. Asegura, simple y superficialmente
valoró estos testimonios, pero en favor de la estrategia de la defensa.
Se concentró sólo en advertir una presunta falta de diligencia en la
entrada al canal de los primeros respondientes, sin detallar otros
apartes de sus testimonios que resultan de gran relevancia para el caso,
si se tiene en cuenta que fueron las primeras personas en llegar al lugar
donde ocurrieron los hechos. Ese mismo racero no lo utilizó con los
testigos de la defensa quienes, para la juez, son convergentes en casi
todo. Por ejemplo, da credibilidad a los investigadores de policía judicial
Gerardo Quintero y Manuel Rodríguez, testigos sobrevinientes

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Radicado No 110016000000201200141-01

solicitados por la defensa, cuando en sus experticias no recaudaron


evidencia y no realizaron los actos urgentes para la investigación propia
de un delito de homicidio, empero, la Juez dice que, de haber hecho
caso a sus informes, cuya hipótesis era un accidente, “no estaríamos
en este escenario.”

De los primeros respondientes en la noche de los hechos extrae las


siguientes conclusiones, no consideradas, dice el recurrente, por la
Juez:

A. La declaración del patrullero Abril del Cai Virrey, evidencia que la


versión entregada por Laura Moreno es diferente a la que suministró a
los patrulleros del Cai Estadero, Mahecha y Gutiérrez. Menciona, estos
tres últimos fueron concordantes en sus respectivas testificaciones,
pues escucharon de manera directa de Laura Moreno que Luis Andrés
estaba sentado en una banca del parque con ella y Jessy, que hablaron
entre 5 y 10 minutos y, posteriormente se para, sale a correr y se lanza
al canal. Refiere, cada uno de estos testigos fue conteste al indicar que
Laura dijo que Luis Andrés hizo un "salto olímpico" y cayó al caño.

B. Frente a lo manifestado por Laura Moreno a los familiares de la


víctima, señala el representante de víctimas que el de Oneida Escobar,
madre de Luis Andrés, fue valorado para favorecer la tesis defensiva,
dejando de lado aspectos importantes de su testimonio, como, por
ejemplo: i) que sólo vio los pies de Luis Andrés cuando supuestamente
se lanzó al canal; ii) que ella ingresó al canal del Virrey y que el agua le
llegaba a los tobillos, “lo cual no fue tenido en cuenta por la juez para
desvirtuar el supuesto arrastre del cuerpo.” Se evidencia la personalidad
de Laura Moreno y la poca importancia dada al bien jurídico de la vida,
en episodios como la simulación de un desmayo cuando fue encontrado
el cadáver. Todos estos aspectos no fueron valorados por la a quo,
haciendo ejercicio similar respecto de los demás testigos de cargo,

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como Jorge Colmenares y Ulises Julio Ibarra, hermano y tío de Luis


Andrés, respectivamente.

Otro aspecto que resalta el impugnante es que la señora Oneida


mencionó, congruente con la reconstrucción fotográfica, las barandas o
mallas que había al ingreso del parque El Virrey, las cuales nunca
podrían haber sido sobrepasadas por una persona con grado 3 de
alcoholemia. Este aspecto tampoco fue tocado por la Juez de primer
grado. Ilustra su concepción de Laura acerca de las versiones de Laura
con un cuadro comparativo, destacando las supuestas contradicciones.

2.2.2. Respecto de la prueba pericial:

Hace énfasis en la acreditación del Dr. Máximo Duque para señalar que
no es un profesional que actúa de mala fe, como afirmó la a quo. Sus
procedimientos de exhumación, como lo hizo en este caso, están
fundados en la trasparencia que el ejercicio amerita, con metodología,
recursos, medios y herramientas disponibles en Villanueva Guajira.
Reprocha que la juez pretenda que los procedimientos realizados en
Europa sean los mismos que en Colombia, más aún en ese sector.

Expone, el fallo de primera instancia discrepa del procedimiento del


perito en mención por no cumplir los protocolos, circunstancia que alteró
la evidencia. No obstante, afirma, Máximo Duque realizó la exhumación
de manera correcta.

Según la Resolución 5194 de 2010 el proceso de exhumación deberá


realizarse en el cementerio. Así, la exhumación fue ejecutada en el sitio
Villanueva - Guajira. La cabeza del cadáver, objeto de la valoración, de
cara a establecer las múltiples fracturas que presentaba en cráneo y
rostro fue trasladada a un lugar apto para hacer el análisis del perito, tal
como fue relatado por Máximo Duque. De este modo, atendió la citada

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Resolución siendo claro que el punto central del análisis pericial, que
importa al caso, no fue la apertura de la tumba, ni el análisis in situ
de lo relativo a las costillas o las vísceras, ni la utilización de un cuchillo
para realizar estos procedimientos, sino el estudio pormenorizado de la
cabeza del cadáver y del cráneo limpio y seco, realizado con
instrumental como "pequeñas pinzas" sin ocasionar ningún daño
adicional, por lo que mal podría hablarse de unas lesiones post mortem
causadas por este perito. Cita, nuevamente, la sentencia del Tribunal
Superior de Bogotá, Sala Penal, 110016000000201201126 02, del 7 de
octubre de 2014, M.P. José Joaquín Urbano para señalar errores
valorativos de la Juez a quo sobre el punto.

El recurrente hace un recuento, en palabras del Dr. Máximo Duque, para


determinar que se cumplió con todas las reglas de exhumación y
necropsia, recalcando que la juez no podía determinar si hubo lesiones
post mortem, causadas por este perito.

Señala, en cuanto a las fracturas que dice la Juez se ocasionaron al


cráneo de Luis Andrés durante el procedimiento de exhumación,
corresponde a golpes propinados en distintos puntos del rostro por parte
de sujetos que intenta encubrir Laura Moreno, quienes generaron 11
lesiones, de las cuales 6 tenían repercusión en el cráneo. La juez
cuestiona la ausencia de fragmentos óseos en el cráneo, pero esta
situación no guarda relación directa con otros hallazgos ni las fracturas
que cotejó el Dr. Duque, entre la necropsia y la exhumación, donde hizo
una especie de paralelo entre el dictamen de necropsia y su peritaje,
demostrando que cada una de las 6 lesiones que generaron fractura,
tenían una repercusión en el cráneo seco de Luis Andrés. Refiere, las
fracturas que tuvo en cuenta el perito son las relevantes para el caso,
las demás no tenían incidencia.

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Explica, asimismo, la perito de la Fiscalía Lesly Del Pilar Rodríguez, hizo


la descripción del cadáver y encontró convergentes lesiones en el
cráneo y rostro de Luis Colmenares, circunstancia que demuestra que
sí ocurrieron, y nada tenía que ver con pérdida de material óseo como
lo refiere la juez de primera instancia. Máximo Duque aduce que
existieron 5 zonas de impacto con repercusión en el esqueleto y 6
lesiones que no tienen repercusión en el mismo, coincidiendo en lo
fundamental con la Dra. Rodríguez. Advera, del estudio que ellos
hicieron, las lesiones que presentó Luis Colmenares están
anatómicamente alejadas, lo que descarta por completo que se haya
tratado de un solo impacto. Concluye del examen pericial lo siguiente:

A. El perito de la defensa Miguel Botella aceptó que las lesiones en el


rostro de Colmenares no son compatibles con un solo impacto, pues las
fracturas no saltan de un hueso a otro y menos a uno totalmente
independiente como el maxilar.

B. Existen varias lesiones, comprobables científicamente, en el cuerpo


del occiso, propinadas por terceros.

C. No es cierto, bajo las reglas de la lógica, que Luis Andrés Colmenares


“volara por los aires” impactándose directamente en el rostro, recibiendo
lesiones únicamente en esa parte. Si fuese así existiría el fenómeno
golpe contragolpe, de ahí que resulta más apegada a la realidad la
explicación científica dada por el perito de la Fiscalía, Máximo Duque,
frente a la existencia de golpes con la cabeza quieta, donde el objeto
acelerado es el que la ocasiona y no el cuerpo o la cabeza de Luis
Andrés con otro objeto.

D. La Juez no valoró la fractura inframentoniana, abrasión, lo cual no


concuerda con una caída de altura, ya que es una zona que
normalmente no está expuesta y se encuentra protegida debajo del

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mentón. Nada dijo la sentencia de la a quo, y pasó por alto una evidencia
tan trascendente, con es que existió más de un impacto en el rostro de
Luis Andrés Colmenares.

E. Una caída de altura trae consigo la existencia de una lesión en la


columna vertebral.

F. El perito Miguel Botella intentó engañar a la Juez indicándole que una


mota o un hilo de algodón no era lo que él había considerado una
fractura en el maxilar, pero no le restó credibilidad; sin embargo,
menguó valor suasorio a Máximo Duque en todo el procedimiento, lo
que muestra el grado de inclinación a favor de los testigos de la defensa.

Sobre el arrastre del cuerpo de Colmenares Escobar refiere, la


evidencia es ausente, pues, cuando hay arrastre las prendas presentan
señales de este y no queda el cadáver con los zapatos puestos y
amarrados. Así, expone el recurrente, resulta “incoherente” que el
cuerpo no presente ninguna señal en su ropa de arrastre y.
curiosamente, no haya parado en el punto más rápido de esa zona del
canal donde hay una inclinación “cercana al 2% producida por un
desnivel”, como lo expuso el topógrafo. Aduce, la tesis de la Juez se
basó en hipótesis del perito de la defensa y no en estudios científicos,
claros y coherentes. No analizó los testimonios de las personas que
vieron directamente el nivel del agua del canal esa noche, quienes
afirman que este no superaba los 20 cm, es más, la mayoría lo sitúa
entre los 10-15 cm.

2.2.3. En relación con las interceptaciones de las llamadas entre Laura


Moreno y Juan Pablo Valderrama refiere, bajo las reglas de la
experiencia, en una llamada normal se hubiera expresado que el hecho
percibido fue la caída al canal del Virrey y no rodearlo de palabras y
frases en clave como las que se escuchan en la conversación. No se

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descarta, entonces, que Laura Moreno ya conociera la posibilidad de


estar interceptada. Indica el recurrente que esto es indicio, pues “La
frase “yo no tuve nada que ver” de manera lógica permite inferir que
alguien sí hizo algo, pero ella no tuvo "nada que ver en eso". Pues, “si
una persona estuviese relatando la aparente caída accidental de otra al
caño diría exactamente eso por teléfono sin recurrir a frases
exculpantes que permiten entre ver que algo sí sucedió, que alguien
más intervino, pero que ella dice no haber participado.”

Expone, las llamadas también muestran que Jessy Quintero no se


encontraba con Laura Moreno, ni con la víctima, ya que se hallaba en
distintos sectores. “Si JESSI (sic) hubiera estado en la carrera 15 con
calle 85, la celda de inicio debería ser BOG COUNTRY Y NO BOG
ANDINO 2. Si la versión de JESSI (sic) fuera cierta, por qué el inicio de
la llamada no fue tomada por la celda ANTIGUO COUNTRY o BOG
ZONA ROSA en vez de ANDINO 2.” En conclusión, JESSI QUINTERO,
al parecer sólo se desplaza hasta la zona donde estaban sus
compañeros hasta las 3:32 am, momento en el cual JESSI (sic) llama a
GONZALO GÓMEZ desde ANDINO 2 y finalizó en ANTIGUO
COUNTRY. Contrario a los sostenido en el fallo recurrido se puede
concluir de manera lógica, que desde las 3:00 am cuando salieron de
Penthouse, hecho que está estipulado, no estaban juntos por la
ubicación que ambos reportan entre 20 y 30 minutos después.” Por lo
tanto, refiere, el episodio del perro caliente nunca existió y Jessy
siempre estuvo cerca de Centro Andino, Edificio Interbolsa, dirección
opuesta a la que mostró Laura Moreno en su reconstrucción
fotográfica, donde, además, nunca señaló una parada para comerse un
perro caliente ni que fuera con Jessy Quintero, lo que corroborarían
estas llamadas.

2.2.4. Acerca de la responsabilidad penal de las acusadas refiere, la de


Laura Moreno “no se deriva de si pudo o no golpear a LUIS ANDRÉS,

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Radicado No 110016000000201200141-01

se parte del juicio de causalidad e imputación del nexo causal entre sus
acciones, omisiones y la producción del resultado disvalioso. Ella pudo
o no participar con un dominio objetivo a dejar su cuerpo al canal del
Virrey a la altura de la Cra 15, tal como se extrae de la acusación de la
Fiscalía. La responsabilidad de LAURA MORENO y el papel esencial
que habría desempeñado como coautora de este crimen se encuentra
en su CONDUCTA ACTIVA y además OMISIVA pues ostentaba una
posición de garante frente al bien jurídico vida de LUIS ANDRÉS. Es
esa conducta omisiva la que representa la diferencia entre la vida y la
muerte de LUIS ANDRÉS, pues fue determinado por los peritos que el
trauma generado con los impactos, no hubiera ocasionado su
deceso, pero coadyuvó a la CAUSA DE LA MUERTE que fue la asfixia
en medio líquido, lo que a nivel pericial demuestra que LUIS ANDRÉS
fue puesto vivo en ese caño y que por la omisión de LAURA
MORENO al no decir la verdad de lo ocurrido y dar aviso inmediato
a la autoridad (no 15 minutos después de buscar con sus amigos
al parecer embriagados) lo que en realidad había pasado, se
produce la muerte de LUIS ANDRÉS…” asevera: “LAURA MORENO
tenía posición de garante … por ser precisamente la única y última
persona que vio ingresar el cuerpo de LUIS ANDRÉS, al caño en el que
falleció, a los pocos minutos en los que se presenta ese ingreso, en
cualquiera de sus varias y contradictorias versiones. De tal manera
que LAURA MORENO cumplía con varias fuentes del rol de garante,
desde la estrecha relación de vida por su cercanía afectiva; por haber
estado con él en todo momento durante la fiesta e incluso al salir de ella:
por el riesgo que representaba haberse topado con CARLOS
CÁRDENAS antiguo novio de LAURA y quien había llamado a
amenazar telefónicamente a LUS ANDRÉS, por haber incrementado
una fuente de peligro con el consumo de alcohol durante la fiesta.
Todas esas circunstancias hicieron que LAURA MORENO tuviese un
rol de garante respecto la situación que enfrentó LUIS ANDRÉS
COLMENARES.”

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Por lo anterior, señala, Laura Moreno tenía posición de garante y por


ende responsable de comisión por omisión dolosa del punible de
homicidio agravado. Cita sentencias nacionales e internacionales para
fundamentar su aserto.

Acerca de Jessy Quintero, señala, supo lo que ocurrió. No obstante,


engañó a sus compañeros y autoridades para encubrir a Laura Moreno.
Prefirió coadyuvar la versión de aquella antes que decir la verdad; ello
se percibe de las pruebas analizadas que la Juez echó de menos. Por
ello peticiona condena por el delito de favorecimiento agravado.

Finalmente, dice, la Juez nuevamente erra en su apreciación al no tener


en cuenta jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que, para el
caso concreto, es nutrida en señalar que el principio de congruencia no
se ve afectado cuando en la sentencia se realizan valoraciones de tipo
jurídico o dogmático distintas a las endilgadas en la acusación o bien a
las consideradas por el Fiscal durante los alegatos finales, lo cual
significa que resulta legal condenar por coautoría en homicidio agravado
por comisión por omisión aun cuando se haya acusado por coautoría
impropia de homicidio agravado por acción.

2.3. Argumentos del Ministerio Público.

Considera, -se extracta lo más relevante-, que la sentencia emitida por


la Juez singular no tuvo en cuenta sus alegaciones finales, pues de
“haberlas estudiado la responsabilidad de las acusadas estuviera
demostrada.” Echa de menos que el fallo no ofreciera respuestas claras
y jurídicas a su intervención en los alegatos de conclusión; todas las
contestaciones de la Juez a sus pretensiones fueron genéricas y
aisladas.

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Advierte, el fallo que puso fin a la primera instancia desechó de plano


los conceptos y conclusiones aportadas al juicio por el perito Máximo
Duque, quien en desmedro de la teoría del caso propuesta por la
defensa de las acusadas, ofreció luces sobre los hallazgos evidenciados
en el cadáver de Luís Andrés Colmenares.

De acuerdo con la ciencia forense se estableció que la cabeza fue


objeto de múltiples golpes, ocasionados en diversos momentos, y no
un único episodio compatible con caída de altura. No obstante, la juez
se inclinó por las conclusiones del perito de la defensa, el Dr. Botella,
haciendo juicios valorativos parcializados, con apariencia jurídica
constitutiva de sofisma, careciendo, así, de motivación probatoria la
sentencia.

Luego de hacer un análisis de las conclusiones del Dr. Miguel Botella


de las livideces cadavéricas encontradas en el cuerpo de Colmenares
Escobar señala que debe acogerse las mencionadas por la doctora
Lesly Del Pilar Rodríguez, donde determinó que en el cadáver
examinado se observaron livideces dorsales fijas y otras livideces
tenues a nivel abdominal, cuya presencia fue corroborada por los otros
3 peritos, quienes documentaron también dicha observación. Esto pone
en duda el hecho -dice-, de que el cadáver haya estado boca abajo todo
el tiempo transcurrido desde su muerte hasta su descubrimiento, 7:20
pm del 31 de octubre de 2010, por parte de las autoridades y, por ende,
permite inferir que el cuerpo fue colocado al interior del box coulvert.

Respecto de las lesiones de tejidos blandos en cara y rodillas y su


mecanismo refiere que en la exploración practicada al cadáver por
la doctora Lesly Del Pilar Rodríguez durante la necropsia inicial, se
observaron, entre otras, las siguientes lesiones: “una maceración
palmo-plantar, múltiples lesiones en cara a nivel supraciliar
derecho, punta nasal, labio inferior, mejilla derecha, infraciliar izquierda,

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párpado superior izquierdo y mentón, todas ellas de características


irregulares por mecanismo corto-contundente, además de
escoriaciones…”

Por su parte, el doctor Máximo Alberto Duque Piedrahita, “sostuvo que


en las fotos correspondientes a la necropsia inicial se observaron
lesiones abiertas en párpados de tipo hemorrágico, las cuales fueron
producidas por elemento cortante o de borde fino. Es decir que las
lesiones descritas son de características vitales, ocurridas cuando el
sujeto aún se hallaba con vida, cuyo origen fueron mecanismos
diferentes, contundentes y corto contundentes, que no se pueden
atribuir a una caída de altura sobre una superficie regular.”

Describió, además, el perito DUQUE, otra lesión en la mejilla derecha,


advertida en la necropsia inicial como de características post mortem,
según las fotos de dicho examen, así mismo refirió escoriaciones en
mentón y labio inferior con hemorragia, las cuales no se relacionan con
las fracturas de los maxilares, “punto que es importante resaltar, en
tanto, no todas las lesiones evidenciadas en la piel están
correlacionadas con las fracturas encontradas, situación de la que se
infiere que se produjeron en otro momento y con otro mecanismo
diferente al que ocasionó los referidos traumas óseos.”

Aduce, la perito de la defensa explicó que las escoriaciones,


contusiones y abrasiones en la cara de LUÍS ANDRÉS se ocasionaron
por un mecanismo contundente; sin embargo, admitió que las
abrasiones “nasal e inframentoniana” encuentran su origen en la
fricción, argumento que en sí mismo contradictorio, porque no puede
relacionarse con un solo evento. Afirma, las pruebas dentro del proceso
determinaron que Colmenares presentaba distintas lesiones en su
cráneo, lo cual indicaría que hubo varios impactos secundarios y no un
único golpe de gran energía como alega la defensa y acoge la juez.

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Observa que no existe evidencia de arrastre del cuerpo por cuenta de


la corriente de agua que presentara el canal el Virrey esa noche, pues,
de haber sido así, tendrían que evidenciarse huellas de fricción tanto en
el pantalón como en las rodillas o, por lo menos, en las manos. Al
respecto, la prueba pericial coincidió que no se evidencian huellas del
presunto arrastre en el cuerpo de Luís Andrés; por ello, reprocha que la
juez haya concedido credibilidad al testigo Carlos Alberto Herrera
Cáceres, de la defensa, ingeniero mecánico de la Universidad del Valle,
quien ni siquiera “es perito en hidrología de canales, hidrología
urbana, escorrentía hidráulica o hidráulica propiamente.”

El Dr. Botella, únicamente, se dedicó a contrariar el procedimiento de


los peritos de la fiscalía con especulaciones, como que el Dr. Máximo
Duque ocasionó lesiones al cuerpo de Luis Colmenares, en la segunda
necropsia; sin embargo, confrontadas las valoraciones con otros peritos
de cargo se evidencia que ello no fue así, y que desde el principio fueron
identificadas lesiones en el rostro de la víctima, las cuales responden a
distintos momentos.

Manifiesta, la Juez de instancia criticó la exhumación y posterior


examen de necropsia del Dr. Máximo Duque, adelantada en el
cementerio local de Villanueva, - La Guajira-, a campo abierto y en piso
de tierra, ya que no es un sitio con condiciones técnicas, iluminación e
instrumental especializado para dicha labor, como lo exige la
Resolución No. 5194 de 2010, expedida por el Ministerio de Protección
Social. Sin embargo, el recurrente señala que dicha normatividad regula
otro aspecto distinto a la exhumación, como “los servicios prestados por
los cementerios. Así, el propósito de la Resolución No. 5194 de 2010 es
establecer un reglamento que garantice el cumplimiento de requisitos
sanitarios a cumplir por los cementerios con el fin de proteger la salud

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humana y prevenir posibles daños a la misma; en tal virtud, afirma, no


debe invalidarse todo el procedimiento realizado por el galeno.

De otro lado, manifiesta, la Juez, incomprensiblemente, se inclinó por la


teoría de la defensa consistente en que la caída de Luis Colmenares fue
sobre su cara, contra los senos frontales y paranasales, los cuales están
llenos de aire y actúan como amortiguadores que impiden que la
energía pase al cerebro y ocasione lesiones colaterales; por ello,
descarta el efecto golpe contra golpe dando la razón al efecto "air bag"
que ni siquiera fue explicado científicamente. Refiere, la doctora Lesly
Del Pilar Rodríguez precisó que, a pesar de la magnitud de las fracturas
encontradas en la cara del occiso, no se evidenciaron lesiones
cerebrales, ni macro, ni microscópicas, las cuales deberían estar
presentes, si se trata de un trauma por caída de alta energía.

No tuvo en cuenta tampoco la juez que el Dr. Duque adujo no haber


hallado lesiones con mecanismo de golpe-contragolpe, y en tal
entendido hace poco probable que la forma de muerte sea una caída,
en tanto, si se atiende la gran cantidad de las fracturas, lo médicamente
esperable son signos de alguna contusión cerebral asociada; lo
razonable, indica, es atender la tesis que mejor explica el impacto,
según la cual, la cabeza, estando quieta, fue golpeada por objetos en
movimiento (contundentes, corto-contundentes y cortantes), en varios
momentos, en distintas direcciones y con diversas fuerzas.

Respecto de las hemorragias en cuello encontradas, recuerda el


informe pericial de la primera necropsia, el 1 de noviembre de 2010,
donde no se advirtieron, pues tal examen no fue tan detallado en el
estudio de la zona cervical alta. Por ello, indica, la Fiscalía ordenó una
nueva exhumación, practicada por Máximo Duque, bajo un
procedimiento más exhaustivo, demostrando la existencia de dichas
hemorragias. Así mismo, señala, la relación existente entre la lesión

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sub-mentoniana y la hemorragia hallada en la zona cervical alta,


tampoco es compatible con una caída de altura.

Frente a la búsqueda por parte del primer cuerpo oficial de bomberos


de Bogotá, compuesto por Isaías Lizarazo, Héctor Gómez Aldana, John
Peña, Omar Pabón y Yadira Piamonte, comandado por el primero de
aquellos, quienes hicieron presencia en el parque El Virrey sobre las
4:47 a.m. y permanecieron en el lugar hasta las 5:17 a.m., momentos
posteriores a la desaparición de Luís Andrés Colmenares, señala, se
tiene establecido que arribaron, como se encuentra estipulado en este
proceso. De acuerdo con ello, manifiesta, está probado que los
bomberos estuvieron allí durante aproximadamente 30 minutos, de
donde deriva un primer error en la conclusión del a quo quien, con
“evidente desconocimiento de este punto dijo en el fallo que la búsqueda
emprendida por aquel grupo de bomberos fue "superficial y mediocre"
pues sólo dedicaron de seis a siete minutos a dicha labor.”

Los bomberos realizaron una búsqueda técnica de la víctima, tanto en


la parte interior del canal y del túnel, como en la parte externa, labor
para la cual se conformaron dos duplas, la primera integrada por John
Peña y Héctor Gómez, quienes adelantaron la pesquisa por el costado
occidental del parque, es decir de la carrera 15 hacia el occidente, y la
segunda por Omar Pabón y Yadira Piamonte, quienes tuvieron a su
cargo dicha labor por costado oriental, eso es, desde la carrera 15 hacia
el oriente. Quedó acreditado que un integrante de cada una de las
mencionadas parejas de bomberos descendió al canal e ingresó al túnel
de manera coetánea, uno por el lado occidental y el otro desde el
costado oriental de la estructura.

Así, tanto Héctor Gómez como Yadira Piamonte iluminaron y


examinaron, cada uno desde su costado, el interior del box coulvert, de
acuerdo con el procedimiento señalado en los protocolos previstos para

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situaciones de rescate. Realizaron un barrido minucioso con la luz de


un costado a otro de la estructura, y de piso a techo; cada uno, desde
su costado, podía ver el extremo opuesto; por esta razón no
atravesaron completamente la estructura, lo cual ineludiblemente indica
que el cadáver de Luis Colmenares fue llevado hasta allí por cuenta
de terceras personas; o de qué manera se puede explicar que el
segundo grupo de bomberos, sin la menor dificultad y en una
búsqueda menos intensa y corta que la emprendida por sus colegas que
los antecedieron, sí encontraron el cuerpo de Luis Colmenares.

Sobre las versiones de Laura Moreno Ramírez y Jessy Mercedes


Quintero, hace un recuento,- el impugnante-, de los distintos escenarios
donde intervinieron destacando “múltiples, variadas y contradictorias
adaptaciones” de los hechos para ocultar la verdad.

Considera, entonces, se debe revocar la decisión de primera instancia,


pues, por un lado, queda demostrada la materialidad del homicidio, y
por otro que la acusada Laura Moreno “no entrañó la ejecución y
materialización de propia mano de la entidad delictiva, pero si participó
en la empresa delictiva, desempeñando un rol importante y necesario
para el éxito criminal, pues siendo la última persona identificada que
estuvo con LUIS ANDRÉS cuando éste aún se hallaba con vida, de un
lado se abstuvo de desplegar siquiera la menor acción para evitar que
fuera objeto de la brutal golpiza que desencadenó su estado de
inconsciencia e indefensión” y, asimismo, se encargó de desviar y
distraer las labores de búsqueda que durante las horas
subsiguientes a la desaparición, emprendieron tanto la policía,
bomberos y familiares de la víctima.

Por lo anterior, indica, Laura Moreno Ramírez estaba en condiciones de


controlar la producción del fatal resultado o la frustración de este, pero
no hizo nada para que no se produjera dejando a la suerte la vida de la

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víctima. Entonces, al contribuir de manera eficaz a la muerte de Luís


Andrés Colmenares Escobar debe responder respecto del delito de
homicidio agravado, en calidad de coautora impropia y, respecto de
Jessy Milena Quintero Moreno solicita condena por el punible de
favorecimiento.

2.4. Defensa de Jessy Quintero Moreno - NO RECURRENTE

Destaca la labor de la Juez de primera instancia, pues cada elemento


de convicción lo analizó sin exceder sus límites discrecionales y
dispositivos; en tal virtud, solicita confirmar la sentencia en su totalidad,
porque en el juicio “no se probó la hipótesis acusatoria o teoría del caso
de la Fiscalía y, en cambio, se demostró la de la defensa.”

Agrega, por otro lado, debe negarse los recursos de apelación por
indebida sustentación, ya que los apelantes no atacaron el fondo del
fallo sino copiaron, en segunda instancia, los alegatos de conclusión.
Para fundamentar su aserto cita varias decisiones de la Corte Suprema
de Justicia donde la corporación señala cómo debe sustentarse el
recurso de apelación: “es lo indispensable concretar el tema o materia
de disentimiento, presentado los argumentos fácticos jurídicos que
conducen a cuestionar la determinación impugnada.”

2.4.3. Otro punto que invoca es la afectación del principio de


autenticidad y mismidad de la prueba, concretamente en lo relacionado
con la segunda valoración del Dr. Máximo Duque, dado que se
determinó que éste, cuando ingresó al cementerio a hacer el “irregular
procedimiento” de exhumación y necropsia no previó la “recomposición”
de la cadena de custodia. Debió relacionar el cuerpo, actas y
constancias de su investigación del lugar y sus condiciones específicas,
por el contrario, abordó dicho procedimiento de manera irregular,
primaria, anti- técnica, asistemática y precipitada. En consecuencia,

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dice, conociendo los protocolos de exhumación como ex director de


Medicina Legal, ocasionó algunas alteraciones al cuerpo, pues
desaparecieron huesos, aparecieron nuevas fracturas, debido a errores
en la manipulación del cadáver.

Menciona, a través de los hallazgos de la primera necropsia se


determinó como causa de muerte asfixia por sumersión en medio
líquido, dado que la fractura del seno frontal no tiene naturaleza mortal.
En la nueva exhumación la fiscalía “quiere desconocer la
responsabilidad en estas materias y además distraer a los H.
Magistrados sobre el real incumplimiento al debido proceso probatorio
y los específicos protocolos de exhumación.” Tanto así, que el perito de
la defensa, Dr. Botella, señaló que el procedimiento realizado por el Dr.
Máximo Duque se presentó en Europa como ejemplo de lo que no debe
hacerse en una exhumación.

Alude, la Fiscalía y representante de víctimas “tenían “planes en común


con la prueba pericial instrumentalizando” esta “para componer la
hipótesis de un homicidio que por 10 meses tuvo la real condición de un
accidente.” Dice no entender por qué la Fiscalía desconfía de los peritos
del Instituto Nacional de Medicina Legal, para contratar un profesional
“free lance”, como el Dr. Máximo Duque: “Aún no comprendemos qué
podía ofrecer éste oneroso profesional a la familia del occiso y a la
Fiscalía, que no fuera de las funciones y responsabilidades oficiosas del
Instituto… el ente acusador cuenta y contaba con destacados científicos
en los organismos oficiales creados para los efectos...”

Expone, no es cierto que el procedimiento de exhumación se hizo en


medio de la selva o en un desierto como afirman los recurrentes; siendo
así “falso que se obrara con ligereza metodológica por limitación
locativa.” Asevera, no puede desconocerse los protocolos nacionales e
internacionales so pretexto que se está en un país subdesarrollado. Se

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demuestra, de este modo, que todo parte de un deliberado


desconocimiento de los protocolos por parte del Dr. Máximo Duque,
afectándose el principio de mismidad de la prueba, pues se alteró y
desapareció parte de esta.

Señala, el perito Duque “falsea” la prueba cuando afirma que las


“muescas de borde definido del hueso supraorbitado fracturado son
huellas del objeto utilizado para golpear.” Ello porque no puede dejarse
una huella en el hueso sin que antes esté definida en la piel. También
afirma el médico, “caprichosamente, sin base técnico científicas“, que
cada hueso roto corresponde a una lesión cuando asigna erróneamente
a cada fractura un evento particular: “una cosa es el número plural de
traumas o eventos dinámicos y otra bien diferente el número de huesos
rotos.” Formula el siguiente ejemplo, “una persona puede caer de una
escalera y romperse 20 huesos y cada hueso en otro tanto de
fragmentos, pero resulta inapropiado afirmar que esa persona cayó 20
veces, solo considerando la suma de cada hueso roto.”

Igualmente, luego de analizar los múltiples hallazgos indicados por la


Fiscalía en la prueba pericial, advera, las pruebas traídas por el ente
acusador mostraron aspectos contrarios a su teoría del caso, como que
“de manera desleal y a último momento” modificó la imputación fáctica
y jurídica afectando el principio de congruencia, acomodando sus
afirmaciones según el estado procesal.

Del representante de víctimas asevera, también modifica la imputación


fáctica y jurídica solicitando condena en contra de Laura Moreno en
posición de garante, además, alega hechos que en realidad no
ocurrieron, como que Jessy Quintero dijo a las autoridades que vio caer
el cuerpo de Colmenares. Así mismo, aduce, no comprendió el tema de
las livideces y rigidez cadavérica y falsea la existencia de la prueba
tergiversando los testimonios practicados en juicio. Asegura, la prueba

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evidencia que el cuerpo de Luis Colmenares estuvo únicamente en el


caño; no advertirlo oportunamente es consecuencia de la negligencia
de los organismos de socorro, como quedó demostrado en la inspección
judicial, de donde se desprende que las lesiones encontradas en el
cuerpo de Colmenares son producto de un impacto por caída como lo
determinaron los peritos de la defensa luego de analizar las fotografías
aportadas al plenario.

Respecto al fenómeno automático golpe-contragolpe, indica, la Fiscalía


solo tuvo en cuenta lo señalado por el Dr. Máximo Duque, quien
contraría la literatura científica, como los libros de patología que son la
biblia de estos profesionales -Spitz and Fisher y Forensic Patholog de
Di maio- Allí se explica que en caídas de frente no suele encontrarse el
fenómeno golpe-contragolpe. Por tanto, aduce, tal afirmación de la
Fiscalía y representante de víctimas no está probada, tampoco logra
rebatir lo señalado por la defensa.

Critica a la Fiscalía y representante de víctimas al hacer alusión a la


opinión del perito Botella ridiculizando “ … el proceso científico,
refiriendo la existencia de un tal hilo de algodón que… se había
confundido con una línea de fractura.” Indica, los recurrentes lo hacen
“para desorientar a la Magistratura.”

Reprocha, “por desleal”, que en este proceso se busque inducir en error


judicial, por parte de los recurrentes, a partir de hechos y valoraciones
probatorias mencionadas en la sentencia emitida por una Sala del
Tribunal que confirmó la decisión absolutoria de Carlos Cárdenas, “…en
un proceso notoriamente diferente, en el que no se llevó pericia para
refutar al Dr. MÁXIMO DUQUE, y en el que se le permitió actuar como
si hubiese sido perito de la primera necropsia, algo que no se permitió
en este proceso por razones de pertinencia...”

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Expone, la defensa en juicio demostró que la acusación fáctica en


contra de Jessy Mercedes Quintero surgió a raíz de opiniones que ella
emitió, a las que “le dieron cuerpo de galimatías y elucubraciones.”
Como la Fiscalía no pudo defender la labor de los bomberos del primer
turno, la presencia de livideces y la rigidez del cuerpo de Colmenares,
cambió su acusación afirmando que el cuerpo del occiso había sido
llevado entre las 3 y 4 de la mañana del 31 de octubre de 2010,
acomodando la acusación “que en esencia consistió en desaparecer del
lugar de los hechos a Jessy Mercedes entre las 3 y 3:30 am de la
mañana y descargar en su contra unos supuestos actos de
entorpecimiento de la investigación…” todo en contraposición del
principio de congruencia y desconocimiento de la prueba practicada en
juicio.

Por consiguiente, solicita declarar desiertos los recursos presentados


por Fiscalía, Representante de víctimas y Ministerio Público o, si se
resolviere de fondo, confirmar en su integridad la sentencia de primera
instancia. Solicita, finalmente, examinar la conducta de los “abogados
recurrentes” y “la conducta irregular e ilegal del perito MÁXIMO
DUQUE.”

2.5. Defensa de Laura Milena Moreno - NO RECURRENTE-

Luego de sintetizar la sentencia de primera instancia solicita confirmarla,


comoquiera que no es producto de especulación o arbitrariedad
probatoria, como aseguran los recurrentes.

Respecto de la sentencia proferida por el Tribunal Superior de Bogotá,


dentro del proceso adelantado contra Carlos Cárdenas, no fue
“permitida su aducción” en lo alegatos de conclusión por parte de la
Juez a quo, a Fiscalía y Representante de Víctimas; sin embargo, “a
sabiendas de su prohibición, la utilizan tratando de engañar a la justicia.

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Más que un acto de deslealtad configura una típica actividad delictiva


que se llama fraude procesal.” Peticiona, por tal razón y en el entendido
que son procesos con distintos elementos materiales de prueba, se
excluyan las menciones derivadas del aludido fallo de segunda instancia
por violación ostensible de los derechos fundamentales al debido
proceso, defensa y presunción de inocencia.

Pide, asimismo, declarar desiertos los recursos de apelación ante la


precaria carga argumentativa, como que los impugnantes limitan su
intervención a repetir su alegato de conclusión sin atacar, como debe
ser, el fondo del fallo de la Juez singular. Hace una extensa
comparación de los alegatos presentados por la Fiscalía General de la
Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público, para concluir
lo anterior.

Seguidamente reseña, tal y como lo analizó la juez, hubo afectación al


principio de congruencia, por parte de la Fiscalía en el marco de los
alegatos de conclusión; no solo, dice, acerca de la calificación jurídica,
sino que tocó aspectos fácticos sustanciales ejemplificando algunas
situaciones. En ese sentido, observa, se pasa de una conducta de
acción a comisión por omisión, colocando a la Laura en posición de
garante, circunstancia que afecta el principio de congruencia y derecho
de defensa. Dice, ahora se endilga el hecho- estrecha comunidad de
vida- de dejar al azar que Luis Andrés Colmenares se ahogara.

La Juez de primera instancia, arguye, realizó un juicioso y minucioso


análisis probatorio. En él es notorio que, en efecto, Luis Colmenares no
fue arrojado al caño; su muerte no fue producto de una golpiza, sino de
una caída accidental al canal El Virrey.

Con relación al procedimiento de exhumación y segunda necropsia


realizada por el perito de la Fiscalía, doctor Máximo Duque, manifiesta,

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quedó demostrado la inobservancia de los protocolos propios de esa


experticia.

El Ministerio Público, de otra parte, ofrece opiniones acerca de las


livideces observadas en el cadáver, sin soporte científico,
desconociendo que los peritos de Fiscalía, como de defensa, afirman
que este fenómeno cadavérico corresponde a la posición en la que fue
encontrado el cuerpo sin vida y posterior movimiento.

Resalta, se demostró que en una caída de altura si es posible producir


lesiones de golpe-contragolpe; no obstante, no necesariamente se
presenta en todos los casos, pues en este la lesión producto de la caída
fue absorbida por el seno frontal, la cual se agota por un solo impacto
de frente sobre la cara.

Acerca de la lesión inframentoniana señala, fue aceptado que se podía


producir por un solo golpe, en un solo evento o por arrastre, “es como
hacer analogía a una persona que cae por unas escaleras, el evento es
la caída, habrá un golpe principal y probablemente se produzcan otros
golpes pero siempre van a corresponder al mismo evento.” De igual
forma, indica, las hemorragias cervicales que aducen los recurrentes no
fueron establecidas científicamente, debido a que no se examinaron
microscópicamente, unido a la mala práctica para desarrollar la
disección del cuello del cadáver durante la exhumación, el cual se
encontraba en avanzado estado de descomposición.

Finalmente, señala, las varias versiones de Laura Moreno Ramírez son


congruentes, y si bien incurre en algunas imprecisiones, no resultan son
relevantes, ni le restan credibilidad.

Del impedimento

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La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en auto del 19 de abril


de 2017 declarar fundado el impedimento manifestado por los
magistrados del Tribunal Superior de Bogotá, Drs. José Joaquín Urbano
Martínez, Álvaro Valdivieso Reyes y Jorge Enrique Vallejo Jaramillo. En
consecuencia, resolvió separarlos del conocimiento del presente
asunto, asignándolo a esta sala de decisión.

III. CONSIDERACIONES DE LA SALA

3.1. Esta Sala es competente para conocer del presente asunto


conforme a lo dispuesto en el artículo 34, numeral 1º del Código de
Procedimiento Penal.

3.2. En los términos de la sustentación del recurso de apelación


interpuesto por la delegada de la Fiscalía General de la Nación, el
Representante de Víctimas y Ministerio Público quienes, en lo
fundamental, coinciden al argumentar su solicitud de revocatoria de la
sentencia absolutoria proferida por la Juez 11º Penal del Circuito de
Conocimiento de Bogotá, el problema jurídico a resolver por parte de la
Sala se contrae a determinar si las pruebas practicadas e incorporadas
en juicio oral demuestran, más allá de toda duda razonable, que la
muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar es producto de un
homicidio. En caso de probarse tal conducta punible se resolverá, al
tenor del artículo 381 del C.P.P., si está acreditada la responsabilidad
penal de Laura Milena Moreno Ramírez, como coautora de éste, y de
Jessy Mercedes Quintero Moreno, en calidad de autora del delito de
favorecimiento al homicidio; en su defecto, se confirmará o decidirá lo
que en derecho corresponda.

3.3. Para resolver el problema jurídico planteado, observando el


principio de limitación que precisa de la segunda instancia pronunciarse,
únicamente, sobre los puntos claramente determinados en el recurso

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de alzada, y los que inescindiblemente llegaren a guardar relación, el


Tribunal se pronunciará en el siguiente orden: i) acerca de la solicitud
de declaración de desierto de los recursos incoados, por falta de
sustentación; ii) de la sentencia proferida por una sala de decisión penal
del Tribunal Superior de Bogotá que absolvió a Carlos Andrés
Cárdenas; iii) principio de congruencia; iv) presunción de inocencia; v)
actos de investigación preliminares de la Fiscalía y programa
metodológico; vi) formulación de imputación; vii) prueba testimonial,
introducción; viii) hipótesis y teorías del caso; ix) prueba pericial de la
Fiscalía, método científico, exhumación y segunda necropsia,
protocolos; x) prueba pericial de la defensa; xi) valoración conjunta; xii)
otros peritajes; xiii) valoración prueba testimonial, técnica y conclusión,
y; xiv) cuestión final.

3.4. Solicitud de declaración de desierto de los recursos incoados por


falta de sustentación.

De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 179A y 179B de la Ley 906


de 2004 la solicitud de declaratoria de desierto de los recursos hace
referencia, para el caso, a una sustentación deficiente que, según los
no recurrentes, se limita a reproducir los alegatos de conclusión.

Sin embargo, contrario a esa opinión, enmarcada en la garantía de la


doble instancia, expresión del debido proceso, la Sala advierte que el
requisito de sustentación del recurso de apelación se cumple, como que
cada uno de los recurrentes, al margen de la coincidencia en una parte
importante de sus apreciaciones jurídicas y probatorias e
inconformidades, en el ánimo de que se revise la legalidad de la
sentencia, concretan las razones de discrepancia respecto de esta con
argumentos dirigidos a su revocación, pues no comparten los motivos
expuestos por la juez de primer grado para absolver a las acusadas. En

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ese sentido se ha delimitado el marco dentro del cual este juez de


segunda instancia se pronunciará en aras de decidir la controversia.

3.5. De la sentencia de una sala de decisión penal del Tribunal Superior


de Bogotá que absolvió a Carlos Andrés Cárdenas.

Los recurrentes, en la sustentación del recurso de apelación se apoyan,


entre otros argumentos, para respaldar su pretensión, en sentencia
emitida por una sala de decisión de este Tribunal cuando conoció, en
segunda instancia, el proceso por los mismos hechos en el cual el
acusado era CARLOS CÁRDENAS, quien resultara absuelto, -radicado
No. 110016000000201201126-02-.

De ella se valen para formular apreciaciones jurídicas y probatorias


como si hiciera parte del acervo probatorio incorporado y debatido en
este asunto, lo cual no es de recibo, entre otras razones, porque: i) no
fue descubierta oportunamente, ni decretada e introducida, pese a
gozar de la presunción de autenticidad -artículo 425 de la Ley 906 de
2004-, por la parte interesada, como prueba en esta actuación penal, y
por lo tanto, -es importante resaltarlo-, se desconoce el contexto y
alcance de su objeto y, sobre todo, el sustento probatorio y, ii) en
cualquier caso, no es vinculante para esta Sala;16 entenderlo como lo
entienden los recurrentes desconocería, no solo que son actuaciones
penales diferentes que no, necesariamente, se valen de los mismos
elementos materiales probatorios, evidencia física e información
legalmente obtenida y, por ello, resulta equivocado equipararlas, sino la
independencia y autonomía del operador judicial, pues “…las diversas
reflexiones posibles que conducen a tomar la decisión judicial pueden
provenir de elementos objetivos que emanan de circunstancias
distintas, o que de suyo, por la facultad relativa de interpretación de que
está revestido el juez, permiten un trato y una conclusión diferente, ya
16
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, auto del 28 de febrero de 2018, radicado 49.230, M.P. José Luis
Barceló Camacho.

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sea por exigirlo así una concreta situación fáctico probatoria, o una
especial situación procesal [...]. Es por ello que no es posible exigirle a
un juez independiente que falle en igual forma a como lo ha hecho su
homólogo, pues, en esa función prima el principio de autonomía. Lo
único que es exigible al juez al momento de fallar un caso, es la debida
motivación de su decisión y que la misma se ajuste a los parámetros
legales…”17 Luego, dar por sentado como premisa para resolver que se
cometió un homicidio, en este caso, resulta desacertado.

3.6. Principio de congruencia

El principio de congruencia, a voces del artículo 448 del Código de


Procedimiento Penal, “se predica de la sentencia con la acusación, o de
éstas con la imputación fáctica.”18

La Corte Suprema de Justicia al respecto arguye que los hechos objeto


de acusación, en su expresión eminentemente fáctica, deben
corresponderse íntegramente con los que son materia directa de
pronunciamiento en la sentencia,19 de tal suerte que el Juez no puede
emitir un fallo donde, desde esa óptica, no exista armonía con el núcleo
central de los hechos consignados en la acusación o imputación. Luego,
cualquier modificación o agregado implica una ostensible violación de los
derechos del acusado.20

En esa comprensión la Juez singular indica en la sentencia recurrida


que la Fiscalía quebranta el principio de congruencia al suprimir,

17
Sentencia ídem.
18
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 30 de mayo de 2018, radicado 48243,
19
La Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, en sentencia con radicado 43837 del 25 de mayo de 2016: “La
congruencia es una garantía del derecho a la defensa porque la exigencia de identidad subjetiva, fáctica y
jurídica entre los extremos de la imputación penal, asegura que una misma persona sólo pueda ser condenada
por hechos o delitos respecto de los cuales tuvo efectiva oportunidad de contradicción. Tal garantía se
manifiesta como la necesaria correlación que debe existir entre la acusación y la sentencia, especialmente en
aquellos sistemas procesales que han adoptado como principio rector el acusatorio. En todo caso, la
congruencia implica una delimitación del objeto inmutable del proceso penal que tiene, en lo fundamental, una
connotación fáctica: los hechos que habilitan la consecuencia jurídico-penal.”
20
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal SP4792-2018

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modificar y crear hechos en los alegatos finales distintos a los acusados,


así como tipifica la conducta punible de homicidio de manera diferente.
En tal virtud, decide desfavorablemente el pedimento del ente acusador,
formulado en los alegatos de conclusión, cuando solicita condena en
contra de Laura Moreno por el delito de “homicidio agravado en posición
de garante, a título de dolo eventual (por tener una relación con Luis
Andrés Colmenares… porque lo recogió en la camioneta… porque
ingirieron licor), es decir no por una acción desplegada sino por omitir
informar a tiempo lo sucedido, ya que de ser así se hubiera salvado
Colmenares…”, postura coadyuvada por el representante de víctimas.

Por consiguiente, respecto de Laura Moreno se ocupa la Juez del


punible homicidio agravado en calidad de coautora impropia, a título de
dolo, -como fue acusada-, y contra Jessy Quintero el delito de
favorecimiento, advirtiendo que el falso testimonio imputado no sería
analizado, comoquiera que fue retirado por la Fiscalía.21

En ese entendido la operadora judicial no emite pronunciamiento de


fondo sobre la aludida variación del delito de homicidio y acoge el tenor
de la acusación que es un acto de parte y, por tanto, no anulable.
Reprocha, asimismo, la formulación de una imputación fáctica confusa
y desordenada, al punto que hubo de hacer un gran esfuerzo para
colegir los hechos jurídicamente relevantes, pues “parecía un
monólogo, una novela llena de especulación.”

La Fiscalía y Representante de víctimas, en la sustentación del recurso


adveran, entre tanto, que no hay afectación al aludido principio,
comoquiera que la nueva tipicidad guarda relación con el núcleo básico
de la imputación, amén que no resulta más gravosa para Laura Moreno;
tampoco se afectó, -dicen-, el derecho de defensa o debido proceso,
pues los hechos jurídicamente relevantes son: i) la muerte de Luis

21
Folios 173 a 203, carpeta número 20, sentencia de primera instancia.

60
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Andrés Colmenares, producto de un homicidio; ii) omisión de Laura


Milena Moreno Ramírez, al no suministrar información clara y oportuna
que hubiere salvado la vida de aquel, con quien se encontraba; así, se
hace “referencia en los alegatos de conclusión que LAURA MORENO
fuera coautora en el delito de homicidio, que tenía posición de garante,
y que su aporte fuera en comisión por omisión, no afecta la
congruencia…”

La juez de primer grado, en todo caso, se atuvo a los términos de la


acusación en su aspecto fáctico y jurídico,22 iniciativa que el Tribunal
respalda, en el entendido que “…la descripción fáctica de los hechos
atribuidos al procesado no puede ser objeto de modificación sustancial a
lo largo del proceso, entendido este como el trámite formalizado que
comienza con la formulación de imputación y termina con la sentencia
ejecutoriada, de suerte que la obligación de conservar el núcleo central
del componente fáctico opera desde la formulación de imputación.” ,23 sin
perjuicio, desde luego, que la calificación jurídica sea modificada por el
ente acusador o por el Juez, sin que ello atente contra el derecho de
defensa, siempre y cuando, claro está, el nuevo delito sea “de igual

22
No obstante ofrecerse la imputación fáctica realizada por el Fiscal anfibológica, abstracta e imprecisa, es
posible colegir los siguientes hechos centrales acogidos por la Juez primer nivel: LUIS COLMENARES salió
el 30 de octubre de 2010, a las 20:15 horas de su casa, en el vehículo de LAURA MORENO rumbo a la discoteca
PENTHOUSE, ubicada en la denominada ZONA ROSA de Bogotá, para celebrar la fiesta de “Halloween” con
otros compañeros. Aproximadamente a las 2:30 de la madrugada del día siguiente se retiran de ese lugar
LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ y JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, junto a LUIS
ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR, quien presentaba tercer grado de embriaguez. El día 31 de octubre de
2010, a eso de las 22:15 horas, se encontró el cuerpo sin vida de LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR,
en el box coulvert, del caño el Virrey.

El resultado de la preliminar investigación realizada por la Fiscalía arrojó que aquel murió a causa de un
accidente; ello según el relato de LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ, última persona que lo vio con vida-
, quien manifestó que LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR cayó al caño El Virrey. Así lo hizo saber a
los policías adscritos a los cuadrantes del CAI Estadero y Virrey, bomberos y familiares de éste, versión
corroborada, además, por JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO.
Sin embargo, las pesquisas (prueba testimonial, pericial y documental) realizadas 11 meses después, por parte
del ente acusador, bajo la dirección de otro fiscal delegado, arrojaron que “LUIS ANDRÉS COLMENARES
ESCOBAR fue golpeado por terceros… con un objeto cortante y con gran fuerza,” generándole “heridas
hemorrágicas, vitales y pre-mortem en su rostro… no compatibles con una caída de altura”, siendo luego
depositado, sin vida, en el Box box coulvert, del aludido caño. De mismo modo, se dice que LAURA MILENA
MORENO RAMÍREZ, tenía pleno conocimiento de lo ocurrido y como aporte de su participación en el
homicidio perpetrado por otros, informó falsamente a las autoridades y familiares del occiso, que cayó al caño
el Virrey, todo con el fin de desviar la investigación. Por su parte la participación de JESSY QUINTERO
consistió en ratificar el dicho de LAURA MORENO, a sabiendas que LUIS COLMENARES había sido
asesinado.
23
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal Rad. 4792-2018.

61
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Radicado No 110016000000201200141-01

género pero diverso a aquél formulado en la acusación –siempre, claro


está, de menor (o igual) entidad-, o pedir que se excluyan circunstancias
de agravación, siempre y cuando -en ello la apertura no implica una
regresión a métodos de juzgamiento anteriores- la nueva tipicidad
imputada guarde identidad con el núcleo básico de la imputación, esto
es, con el fundamento fáctico de la misma, pero además, que no
implique desmedro para los derechos de todos los sujetos
intervinientes” y sin que se haga más gravosa la situación del
acusado.”24 (Subrayas fuera de texto)

En ese orden, es sobre el supuesto fáctico originario, -imputación- que


versará el escrutinio de la Sala en sede de apelación, mismo que fundó
la sentencia de primera instancia, pues modificarlo vulneraría el
principio de congruencia. Por tanto, los hechos o circunstancias no
discutidas, ni deducidas en forma expresa en el acto de imputación que
modifican el núcleo fáctico, señalado por los recurrentes, -excepto
Ministerio Público, quien se ciñe cabalmente a los hechos jurídicamente
relevantes propios de la acusación-, no se tendrán en cuenta. Caso del
perro caliente que se dice inicialmente Luis Colmenares compró, luego
de salir de la discoteca, aspecto modificado en los alegatos de
conclusión, por parte de la Fiscalía, que luego, en ese espacio procesal,
niega este episodio.

La imputación fáctica reseña que Laura Moreno habría participado o


coadyuvado en la realización del punible de homicidio (art. 29 del C.P.)25
Así lo relacionó el Fiscal en el curso de la audiencia del 07 de octubre de

24
Corte Suprema de Justicia, Sala de casación Penal, sentencias del 27 julio 2007, Rad. 26468, del 3 Junio de
2009, radicado 28649; 7 de abril de 2011, rad. 35179; 24 Julio de 2012, radicado 32879; 25 de mayo de 2015,
radicado 44287 de 2015; 30 de noviembre de 2016, radicado 45589; y 1° de febrero de 2017.
25
ARTICULO 29. AUTORES. Es autor quien realice la conducta punible por sí mismo o utilizando a otro
como instrumento.
Son coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del trabajo criminal atendiendo la
importancia del aporte.
También es autor quien actúa como miembro u órgano de representación autorizado o de hecho de una persona
jurídica, de un ente colectivo sin tal atributo, o de una persona natural cuya representación voluntaria se
detente, y realiza la conducta punible, aunque los elementos especiales que fundamentan la penalidad de la
figura punible respectiva no concurran en él, pero sí en la persona o ente colectivo representado.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

2011,26 concretando su participación a través del supuesto engaño a las


autoridades, amigos y familiares de Luis Colmenares, con el fin de desviar

26
Audiencia de formulación de imputación adelantada el 7 de octubre de 2011, a partir del récord 00:28:10 y
ss. Dice el Fiscal: “han pasado 11 meses y algunos días y estamos a punto del aniversario de la muerte de LUIS
ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR, la Fiscalía de manera juiciosa ha hecho un ejercicio investigativo que
solo apunta estrictamente a que se conozca la verdad de este caso.
“Se tiene que el día 31 de octubre del año 2010, “a eso de las 22:15 horas,- así cuenta la inspección técnica a
cadáver- se encontró el cuerpo sin vida de LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, en el caño el Virrey,
eso acredita la materialidad de la conducta de homicidio, y se ratifica esa postura con el protocolo de necropsia
expedido por medicina legal.” A través de policía judicial, dice, “ordené que se tomaran unas entrevistas a
LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ, ella textualmente dice que Luis ANDRÉS COLMENARES se había
caído al caño el Virrey.” También señaló haber recepcionado entrevistas a amigos de LUIS ANDRÉS, que
estaban en el lugar, -las lee en la audiencia-, para luego indicar que “Todos (ellos) al unísono con algunas
variantes repiten que LAURA MORENO les informó: que LUIS ANDRÉS se había caído en el sitio, señaló el
sitio, así lo dice MATEO MEDINA, GONZALO GÓMEZ TORRES, GUILLERMO MARTÌNEZ. Añade el
delegado, el Fiscal que le precedió y adelantó la indagación preliminar, construye una versión inicial: “la muerte
de LUIS ANDRÉS, estaba cimentada en que se cayó al caño.” Sin embargo, manifiesta, el caso le fue asignado,
y, aduciendo ser diligente, solicitó estudiar las fotografías de la necropsia realizada por medicina legal a LUIS
ANDRÉS COLMENARES. Una vez estudiadas expresa “los cadáveres hablan… me pregunto, pregunta por
resolver… si todas estas personas le han dicho a la justicia en sus versiones que LUIS se cayó al caño el Virrey,
¿por qué LUIS tiene tantas heridas en su rostro… tantas equimosis en su cuerpo, y por qué LUIS
COLMENARES presenta una fractura frontoparietal derecho (sic) interna, y no se refleja en la cavidad craneal
exterior. Reviso el protocolo de necropsia y me da una lectura del siguiente tipo… la herida supraciliar derecha
es hemorrágica y en ciencias forenses una herida hemorrágica es una herida vital.” “¿Con qué se causa la
herida?” se pregunta, “y la ciencia forense responde que hay 4 tipos de heridas, 2 para el caso, corto
contundente o cortopunzante, porque la herida, a la que me estoy refiriendo es hojaldrada… las demás heridas
tienen la misma estructura… si colmenares cayó al caño El Virrey cómo se logró hacer esas heridas en el
rostro… en las piernas… se encontraron 7 fracturas que se encontró en el cuerpo de LUIS ANDRÉS
COLMENARES y, entonces, llamo a la perito porque no me convenció la necropsia, era una necropsia inicial
con vacíos y la llamo a una declaración jurada.” Y le pregunta, “¿por qué no había incluido en el protocolo
de necropsia si las heridas eran pre-mortem o pos-mortem?, y ella acepta que había quedado ese vacío, pero
en el acta de su declaración me dice textualmente, que esas heridas que estaban en el rostro de colmenares
eran premortem… (récord 00:38:40 y ss)” “También las fotos muestran que LUIS COLMENARES quedó de
cubito abdominal”; es decir, boca abajo. Encuentra “que las livideces están todas en la espalda y las piernas,
entonces, como es posible que haya estado 17 horas de cubito abdominal, la ciencia me dice que las livideces
debían estar en el abdomen y las piernas, pero de acuerdo a la posición en la que se encontró el cadáver y ahí
si fue importante medicina legal cuando me dice con livideces dorsales fijas sin lesiones.” Entonces, si LUIS
COLMENARES cayó del caño, y se encuentra en cubito dorsal, pero cayó de cubito abdominal y se cayó a las
3 de la mañana, como lo señala LAURA y lo encuentran a las 10 de la noche y entonces ello muestra, como
han pasado más de 12 horas, las livideces debían estar en el abdomen y no en la espalda. Conclusión: Luis
Andrés en primer principio no estaba en el caño el virrey porque las livideces se reportan en otra parte del
cuerpo y no como se encontró…” Añade, el Fiscal, “son livideces dorsales fijas, aquella que se crea después
de estar 12 horas un cadáver en la misma posición. Las livideces se encuentran en la espalda y en las piernas
al lado de la espalda… Por eso las livideces dicen, yo cadáver me encontraba de cúbito dorsal y no abdominal
y por eso, yo cadáver, tengo livideces en la espalda y en los glúteos y yo cadáver no tengo livideces en el
abdomen, porque yo cadáver no estaba ahí donde yo aparezco y si el cadáver no estaba donde yo aparezco, y
si el aporte de LAURA fue tan trascendente que en complacencia tácita, venda la idea que colmenares se cayó
al caño…” De todo lo anterior concluye que LUIS ANDRÉS no se cayó como dice LAURA MORENO,
“porque si él se cayó al caño las livideces tenían que estar donde fue encontrado y no en la espalda, sino en el
abdomen…. Desarrolla, entonces, la tesis diciendo que LUIS ANDRÉS COLMENARES no estaba en el sitio
donde fue encontrado, sino lo dejaron ahí. Indica, se hace una “exhumación al cadáver porque la necropsia
inicial dejó vacíos… y le faltó información bastante. Como LUIS ANDRÉS COLMENARES fue sepultado en
villa nueva- guajira-, lo practicó allá. Nombra al perito experto en el tema MÁXIMO DUQUE, quien le
presentó un informe de 25 páginas, en el que dice “no es un accidente,” por las múltiples lesiones que
presentaba el cráneo, pues todos los traumas que tiene LUIS ANDRÉS COLMENARES no son compatibles
con caída de altura. Expone el Fiscal: “…Las lesiones observadas en la exhumación y los datos recopilados
en la autopsia inicial no son compatibles con traumas con caída de altura. Cuando las dos jóvenes dicen que
él cayó al caño la ciencia dice él no cayó al caño, porque el caño es caída de altura…no hay patrón de golpe
y contragolpe, y esto sería en una caída de altura. Esto es lo esperado en una caída de altura… También las
heridas se produjeron con un objeto cortante o de doble filo… con un objeto con alta energía cuando la persona
iba en movimiento.”
Explica, por otro lado, “el caño son 15 cm de agua, no tiene capacidad de mover un cuerpo de 70 kilos… A
COLMENARES lo mataron en otro lado, y lo dejaron al caño el Virrey.” El cuerpo de bomberos llegó al sitio
y buscó, lee una entrevista, “buscamos en el sitio donde apareció y ese cadáver no estaba ahí… Se cumplieron

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la pesquisa, constitutivo ello de un aporte necesario para la consecución del


resultado lesivo, mediante acuerdo tácito con quienes, supuestamente,
materializaron la conducta punible contra la vida.

Por consiguiente, hay un ostensible giro de la hipótesis fáctica en las


manifestaciones del representante de víctimas, así como de la Fiscalía en
los alegatos de conclusión, en el sentido que el aporte de Laura Moreno
es, ahora, causa “relevante y objetivamente imputable frente a la
producción del resultado…” al no socorrer a COLMENARES dejando “de
hacer una acción de auxilio que la ley hubiese esperado que hiciera,
sabiendo que estaba dentro del caño herido y embriagado, pero además,
mentirle a la policía…, guardar silencio, desviar la atención de las
autoridades bajo una teoría fantasiosa de caída, lo que llevó a que se
materializara la muerte de LUIS ANDRÉS COLMENARE... cumplía con
varias fuentes del rol de garante, (…)”27 lo cual no corresponde a una
circunstancia modal que hubiere sido fáctica y jurídicamente imputada
pues, se itera, lo que se atribuyó a LAURA MORENO, fue coautoría
impropia en el presunto Homicidio; su actuar habría sido de acción, en
modo alguno de omisión, faltando al deber jurídico de impedir un

con los protocolos para búsqueda de cadáver y se utilizaron las lámparas para realizar esa actividad… lo que
fortalece que a LUIS ANDRÉS COLMENARES no se cayó al caño, a LUIS ANDRÉS lo mataron…”
Resalta, luego de leer el informe pericial de MÁXIMO DUQUE, la columna no recibió ningún daño, ni cuello.
“Los traumas cuando el cuerpo choca contra un objeto inmóvil presentan un fenómeno o patrón de golpe
contragolpe, esto se explica porque el cerebro rebota dentro del cráneo y se golpea en la zona contraria. Si es
algo en movimiento lo que choca contra la cabeza el cerebro no rebota.” Irónicamente concluye: “El piso es
adoquín, no de caucho.”
Señala, la médico de medicina legal “de manera subjetiva, que posteriormente corrige, dice, como ella también
creyó que él se había caído en el caño, se le ocurrió decir que LUIS COLMENARES había muerto por asfixia
por sumersión en agua, sin embargo también existen otras causas de muerte” Hace referencia que
COLMENARES “presentó una embriaguez de 3° grado.”, pero que LUIS ANDRÉS no estaba borracho,
caminaba normalmente…” eso lo dijo un testigo y “queda la inquietud”.
De la Interceptación de comunicaciones, entre LAURA CON JUAN PABLO VALDERRAMA, manifiesta el
Fiscal que se escuchó decir “qué tal JESSY abra la boca… tú y yo no tenemos nada que ver con eso, JUAN
PABLO dice estoy “recagado”. Dice Laura: “yo vi las cosas pero no tengo nada que ver con eso.” Así, refiere
que LAURA MORENO “Tenía pleno conocimiento que a colmenares lo habían golpeado y se lo habían
llevado de ese sitio el aporte de ella hace es hacer ver que COLMENARES se cayó al caño.” La Señala, por lo
anterior, como “Coautora impropia del delito de homicidio agravado, por el estado etílico. A JESSY
MERCEDES QUINTERO, le imputó el delito de “Encubridora del delito de homicidio, pues es testigo de los
hechos, siendo también la última que estuvo con LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, sabía lo que había
ocurrido, pero decidió favorecer lo manifestado por LAURA MORENO.
Finalmente aduce, la participación de LAURA MORENO, en calidad de coautora impropia es por contribución
objetiva a la consecución del resultado del homicidio, el aporte de ella es “ella automáticamente crea la tesis,
busca hacer creer que es en el caño… su aporte es trascendente… la coautoría requiere de una división de
trabajo y unos aportes eficientes… para que el daño se cumpla…, el de LAURA fue definitivo…”
27
Páginas 14 y 15 del recurso de apelación del Representante de víctimas.

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Radicado No 110016000000201200141-01

resultado.28 Este modo de ver el caso afectaría el principio de


congruencia fáctica y, de contera, el debido proceso y derecho de
defensa.

No puede la sala pasar por alto la ostensible contradicción que envuelve


el discurso anterior en el sentido que la acusada omitió una ‘acción de
auxilio… sabiendo que estaba dentro del caño herido y embriagado,’
cuando la teoría del caso es que a Luis Colmenares lo habrían ultimado
fuera del caño y luego trasladado allí.

Si bien la Corte Suprema de Justicia de tiempo atrás ha señalado que


la conducta imputada de acción puede variar a omisión (art. 25 de
C.P.P.), sin afectar el principio de congruencia, también lo es que dicha
transición es jurídicamente viable siempre y cuando se cumplan las
precitadas reglas, una de ellas, se itera, correspondencia plena entre la
situación fáctica con la jurídica.29

Para el caso se tiene, de acuerdo con el componente fáctico de la


imputación, no una atribución a Laura Moreno del deber jurídico de
evitar la muerte de Colmenares. No. Como se apreció, imputación y
acusación reside en que esta es, presuntamente, perpetradora funcional y
presencial de acciones que coadyuvaron a la consumación del presunto

28
Artículo 25. acción y omisión. “La conducta punible puede ser realizada por acción o por omisión.
Quien tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo llevare
a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la pena contemplada en la respectiva norma penal.
A tal efecto, se requiere que el agente tenga a su cargo la protección en concreto del bien jurídico protegido,
o que se le haya encomendado como garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo, conforme a la
Constitución o a la ley.
Son constitutivas de posiciones de garantía las siguientes situaciones:
1. Cuando se asuma voluntariamente la protección real de una persona o de una fuente de riesgo, dentro del
propio ámbito de dominio.
2. Cuando exista una estrecha comunidad de vida entre personas.
3. Cuando se emprenda la realización de una actividad riesgosa por varias personas.
4. Cuando se haya creado precedentemente una situación antijurídica de riesgo próximo para el bien jurídico
correspondiente.”
29
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, del 5 de julio de 2019, radicado 51007. “Ahora, connotando
ese principio dos aristas: (i) derecho a conocer de manera clara y suficiente los cargos por los cuales se acusa a la persona y (ii)
concordancia entre los consignados en la acusación y aquellos objeto de sentencia, absoluta en lo fáctico y relativa en lo jurídico, resulta
de importancia vital remarcar el carácter estructural de los legalmente denominados hechos jurídicamente relevantes, es decir, los que
corresponden al presupuesto fáctico previsto por el legislador en el respectivo tipo penal, por cuanto representan una garantía de defensa
para el imputado o acusado que en esas condiciones conoce por qué se le investiga o acusa y se erigen en la columna inmodificable que
habrá de sustentar el fallo.” Ver además: Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, sentencia del 58 de junio de 2014, radicado 35113.

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punible de homicidio, acción concreta de la cual debía defenderse, amén


que constituía el tema de prueba.

De lo que viene de decirse mal podía la Juez de conocimiento, tampoco


esta corporación en sede de apelación, participar de la concepción de
los recurrentes en los alegatos de conclusión, en el sentido de modificar
los términos de la imputación.30 Dice, sobre esta materia, la Sala Penal
de la Corte Suprema de Justicia en decisión de febrero 17 de 2021,
Radicado No 55532, “Huelga anotar que, cuando la fiscalía acusó por
la realización –por acción y a título de autor– de la conducta punible de
acto sexual abusivo con incapaz de resistir agravado, desechó la
hipótesis delictiva de comisión por omisión y eliminó cualquier
posibilidad de que ahora se emita sentencia por la última específica
modalidad.”

En consecuencia, como aquí de ninguna manera se relacionó en la


imputación contra Laura Moreno haberse abstenido “de hacer una acción
de auxilio que la ley hubiese esperado que hiciera, …,” y, entonces, no le
asistía el rol de garante, nos atenemos a los términos de aquella so pena
de infringir el principio de congruencia.

3.7. Presunción de inocencia

La solución al problema jurídico planteado en este asunto comporta,


como es natural, el análisis de la prueba lícita debatida en juicio oral,
debidamente incorporada conforme a las disposiciones del Código de
Procedimiento Penal y, por supuesto, sometida al análisis y crítica
siempre con la mira puesta en el fallo final, sea absolutorio o de
culpabilidad. Todo ello acompañados de la tranquilidad de espíritu que

30
Sobre el punto puede consultarse, entre otras, sentencia del 23 de enero de 2019, emitida por la Corte Suprema
de Justicia, Sala de Casacón Penal, radicado 52326 que cita la providencia del 27 de julio de 2007 (radicado
26.4687). “En igual sentido, la jurisprudencia ha sostenido que solo es absoluta la congruencia personal y
fáctica, en tanto que la jurídica es relativa, puesto que el juez puede absolver o condenar de manera atenuada
o por una conducta distinta a la imputada, siempre que no agrave la situación del encartado y respete el núcleo
central de la imputación”

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Radicado No 110016000000201200141-01

debe caracterizar la actuación del administrador de justicia en aras de


una decisión justa, equitativa, racional, lógica, autónoma e imparcial.

Sea lo primero decir que el principio de presunción de inocencia está


consagrado en la Constitución Política, Art. 29 y en múltiples instrumentos
internacionales contentivos de derechos humanos, ratificados por el Estado
colombiano, amén que emerge como principio rector del proceso penal en
cuya virtud el Art. 7 C.P.P estipula “Toda persona se presume inocente y
debe ser tratada como tal, mientras no quede en firme decisión judicial
definitiva sobre su responsabilidad penal”. Es una garantía para todos sin
excepción.

De este modo, dos de las reglas procesales de obligatoria observancia,


derivadas del referido principio, menciona la Sala por resultar primordiales
para resolver la problemática suscitada en el caso objeto de análisis: i) el
acusado solo podrá ser condenado cuando exista prueba legalmente
ingresada que demuestre, más allá de toda duda, la realización del delito y
su responsabilidad.

Es decir, no puede proferirse sentencia condenatoria cuando existe duda


acerca de la concurrencia de esas dos premisas; cuando ello sucede, toda
duda debe resolverse a favor del procesado y, ii) la carga de la prueba le
corresponde en su totalidad y sin excepción, a la Fiscalía General de la
Nación, razonamiento que contradice la afirmación de esta cuando en el
recurso, sin mayor argumento, advera que “no tiene la carga probatoria”
de demostrar quién golpeó a Luis Andrés Colmenares, quién ocultó el
cuerpo, el momento en que ello sucedió, ni cómo lo hicieron.

En tales términos la observancia estricta del principio de presunción de


inocencia de ningún modo puede asumirse como sinónimo de
impunidad. Se trata de un derecho fundamental que garantiza que sólo
el culpable de la comisión de un delito, una vez demostrada su

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Radicado No 110016000000201200141-01

responsabilidad en los hechos, más allá de toda duda, resulte


condenado. Si existiere duda no podrá ser objeto de imposición de una
pena y debe resolverse a su favor. En este contexto, ya se dijo, el ente
acusador tiene la carga de probar la responsabilidad, axioma que
encuentra razón de ser en que quién afirma un hecho tiene que
probarlo.

3.8. La Fiscalía General de la Nación, a través de su Fiscal delegado,


asegura tajantemente que las acusadas cometieron los delitos en cuya
virtud reclama condena; formular tal aseveración supone que cuenta
con suficientes elementos materiales de prueba, información
legalmente obtenida y evidencia física que le permite sustentar esa
teoría en juicio oral.

Sin embargo, es en ejercicio de esa transcendental función en donde el


caso presenta, como se verá, profundas fisuras, según se desprende
del examen riguroso del desarrollo del juicio oral; en él es posible
identificar la presencia, no solo de la hipótesis de investigación
formulada por el ente acusador, sino la de la defensa, opuestas, en
procura de explicar, fundamentalmente, la manera de muerte de Luis
Colmenares. Cada una de estas hipótesis, en tanto explicación
aproximada de un hecho, necesitaba ser confirmada y verificada o
descartada, ejercicio que se evidencia en el juicio oral con la formulación
y sustentación de la teoría del caso, para la Fiscalía ejecución de un
homicidio, para la defensa un accidente.

Veamos:

Es notorio, inicialmente, una vez conocida la noticia de la muerte del


joven Colmenares, cómo no se organizó de inmediato un eficaz
programa metodológico, transcendental para la estructuración de la
investigación criminal con miras, si era el caso, a la futura sustentación

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Radicado No 110016000000201200141-01

ante el juez correspondiente: ¿con qué información relevante se


contaba? ¿era penalmente razonable?, pues esta, acopiada en las
primeras fases de la pesquisa, es el sustrato que permite al perito un
examen preliminar, previo a la necropsia, y una vez en su práctica,
documentar y preservar los elementos necesarios para el análisis e
interpretación de los hallazgos. Nótese la justificación para la segunda
necropsia.

Lo anterior se desprende de la recolección de las primeras evidencias


y resultados obtenidos, como se ve en la preliminar actividad
investigativa del ente acusador, -investigadores Gerardo Quintero,
Manuel Rodríguez y Franklin Darío García-, que apuntaba hacia un
accidente como manera de muerte, hasta la decisión de formular
imputación, con una ambigua y difusa hipótesis de homicidio que, a la
postre, la Fiscalía no logra consolidar de cara a la demostración, más
allá de duda razonable, de la ocurrencia del delito y su autor o
partícipes.

Y es que si la pretensión era hacer una formulación de imputación


sistemática, coherente, clara, inteligible, describiendo los hechos
penalmente relevantes y circunstancias de tiempo, modo y lugar, a
partir, fundamentalmente, del peritaje científico-técnico presentado por
el Dr. Máximo Duque, el propósito, como se verá, no se cumple porque
la premisa fijada desde la realización de la primera necropsia por parte
de la Doctora Lesly Rodríguez, en cuanto a que la manera de muerte
estaba por determinar, no superó ese estado de indeterminación, no
obstante los esfuerzos de una y otra parte por hacer valer su propia
teoría.

Hasta ese momento, cuando aún no se ha formulado imputación que,


recuérdese, marca un hito dentro del proceso penal en la medida que,
se supone, la Fiscalía General de la Nación cuenta para el efecto con

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elementos materiales probatorios, evidencia física o información


legalmente obtenida suficientes para inferir razonablemente que el
imputado es autor o participe del delito que se investiga, ésta reunía una
serie de entrevistas, realizadas por policía judicial a las distintas
personas que, de oídas, conocieron el caso de la desaparición y
posterior hallazgo muerto de Luis Andrés, al interior del caño ‘El Virrey’,
derivada, de una parte, del dicho de la última persona que lo vio con
vida –Laura Moreno- y, claro está, del desarrollo preliminar de la
pesquisa por parte de los investigadores quienes, para entonces, como
se anotó, anticipaban una conclusión señalando que la manera de
muerte era accidental.

En este punto es importante aludir la regla general que dice: ´las


declaraciones rendidas por los testigos por fuera del juicio oral son útiles
para la estructuración de la hipótesis mas no para su demostración’; ello
porque para entonces empieza a cuestionarse, por el ente acusador,
desde las entrevistas efectuadas, a modo de ejemplo, si en verdad para
el momento en que se emprende la búsqueda de Luis Andrés
Colmenares, por parte del primer grupo de bomberos que acude al
lugar, su cuerpo yacía donde finalmente es encontrado por el segundo
grupo; también el nivel del agua que presentaba entonces el caño, temas
alrededor de los cuales giran hipótesis acerca de si hubo o no arrastre,
circunstancia que permite a los recurrentes fijar su posición dando por cierto
que el cuerpo de aquel no estaba en ese lugar durante la primera incursión,
y que el nivel del agua no era apto para arrastrarlo.

3.9. En ese trasegar, la explicación para que casi once meses después
de ocurrido el suceso objeto de averiguación, la Fiscalía decidiera
formular imputación, según el nuevo Fiscal que asume el caso, es que
si bien Laura Moreno y Jessy Quintero mantuvieron su versión en el
sentido que Luis Andrés Colmenares Escobar saltó o cayó al caño ‘El
Virrey’, la cual orientó, inicialmente, la indagación, una vez avoca el

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asunto ordena una serie de actos de investigación que, en su opinión,


dan lugar a una nueva hipótesis, contraria a la que se venía
sosteniendo.

Advera, según sus estudios y experiencia, al observar la primera


necropsia, -“pues los cadáveres hablan,”-, se preguntó por qué
presentaba múltiples heridas en el rostro; por tal motivo, en el entendido
que la primera necropsia fue incompleta, creyó necesario realizar la
exhumación del cadáver a fin de practicar una segunda, decidiendo que
el doctor Duque Piedrahita era el indicado por su trayectoria en
medicina legal, para realizar dicha experticia.

El objeto específico del nuevo examen era verificar lesiones en la


cabeza,31 establecer cómo pudieron haberse producido y definir si son
o no “compatibles con suicidio o por lanzamiento al vacío.”,32
corroborándose, con el peritaje, que se trató de un homicidio, teoría del
caso de la Fiscalía.

En ese contexto, de entrada, si bien no es indebido, no resulta claro


para la Sala la necesidad de contratar un experto forense ajeno a la
institución de la Fiscalía, pese a contar, en el Instituto de Medicina Legal
y Ciencias Forenses, con sus propios peritos.

Con todo, la dinámica de la investigación puede variar la percepción


preliminar del suceso y re-direccionarla, pero siempre al amparo de un
plan estratégica y adecuadamente constituido, -no al vaivén de los
acontecimientos o la percepción eminentemente subjetiva de los
funcionarios, menos si hay alguna incidencia mediática-, para
finalmente arribar a la formulación de la teoría del caso y su
demostración persuasiva ante el juez de conocimiento.

31
Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss
32
Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss

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Recuérdese que “Para desarrollar este sistema de enjuiciamiento


criminal, la Ley 906 de 2004 estableció un modelo epistémico, del que
cabe resaltar lo siguiente: (i) la Policía Judicial está facultada para
generar las primeras hipótesis factuales y, a partir de las mismas, debe
realizar los actos urgentes necesarios para asegurar las evidencias
(físicas o testimoniales) que pueden resultar útiles para su posterior
demostración33; (ii) una vez recibido el respectivo informe ejecutivo, el
Fiscal, en asocio con los investigadores, tiene a cargo el diseño del
programa metodológico, en el que se deben determinar “los objetivos
en relación con la naturaleza de la hipótesis delictiva”34; (iii) frente a las
evidencias físicas, el modelo gira en torno al oportuno aseguramiento
de las mismas y la utilización de los recursos técnico científicos
orientados a establecer sus aspectos más relevantes35; (iv) como no
tiene aplicación el sistema de permanencia de la prueba, el legislador
hizo énfasis en la adopción de las medidas necesarias para que en el
juicio oral las evidencias físicas puedan ser debidamente
autenticadas36; (v) por regla general, las declaraciones rendidas por los
testigos por fuera del juicio oral son útiles para la estructuración de la
hipótesis mas no para su demostración, porque estos deben concurrir
a dicho escenario a efectos de transmitirle su conocimiento al Juez,
salvo los casos de admisión excepcional de prueba de referencia e
incorporación de declaraciones cuando el testigo se retracta o cambia
su versión en el juicio."37

La tarea, pues, de valorar la prueba practicada bajo el principio de


inmediación, en conjunto, lleva implícito el deber de apreciarlas
apropiadamente y, por supuesto, motivar expresamente la decisión. En
ese contexto es preciso confrontar la credibilidad de los testimonios, su
verosimilitud, de cara, no solo a la ocurrencia objetiva del hecho, sino a

33
Art. 205
34
Art. 207.
35
Arts. 250.3 de la Constitución Política y 204, 210 y 278 de la Ley 906 de 2004.
36
205, 210, 277, entre otros.
37
Sentencian Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, radicado No. 51882 de 2018.

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su caracterización, para el caso, como homicidio, o no, procurando


absolver, si existiere y fuere posible, las dudas que surjan pues, como
se verá, la incriminación presenta flaquezas relevantes que acarrean
para la sala preguntarse si el principio y estado de presunción de
inocencia fue en verdad desvirtuado como lo asegura la Fiscalía y
demás recurrentes, o no, como lo resuelve la juez de primera instancia,
o finalmente, pudiere haber duda razonable, y con base en ella
mantenga el fallo de primera instancia, pero por esta razón.

3.10. En este punto es importante anticipar que Laura Moreno, quien se


encontraba con Luis Colmenares y fue la última persona que lo vio vivo,
optó por el privilegio legal de guardar silencio y no rindió testimonio en
juicio oral, por lo que las afirmaciones que se dice ella hizo a los amigos
comunes, la policía, bomberos y familiares de Luis Andrés Colmenares,
se conocen a través de las declaraciones de estos terceros quienes, a
la postre, comparecen al juicio y son sometidos al interrogatorio
cruzado.

A partir de ellos se empezó a estructurar la primera hipótesis sobre la


manera de muerte como producto de un accidente. Estas personas,
como se verá, declaran y transmiten su visión al Juez proyectando
algunas, en el momento de su valoración, apreciables inconsistencias
que, finalmente, no se resuelven, en tanto no se estableció si obedecen,
como sugieren los recurrentes, a una sutil manera de engaño por parte
de Laura Moreno en el propósito de desviar la investigación, o a la
percepción diferente o amañada de algunos testigos.

La juez de primer grado asume, en esta materia, que “la Fiscalía no


pudo acreditar cuáles "maniobras realizó LAURA" para evitar el
descubrimiento del cuerpo, pues vimos que LAURA a todos les dio la
misma versión y que el último punto donde había visto al finado era en
el caño, y allí en el caño en el túnel, fue donde se encontró a LUIS

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ANDRÉS. En cambio, sí aclaró que, si no se descubrió el cuerpo del


occiso antes, fue por la negligencia en su trabajo de los bomberos del
primer turno, encargados de ejecutar las labores de búsqueda.”

Lo cierto es que, si bien Laura rindió entrevista a la policía judicial en los


términos del artículo 206 CPP, al ser considerada testigo excepcional y
presencial del hecho, en esa condición era naturalmente la persona
ideal para esclarecerlo. De ahí surge una primera dificultad en el
momento de valorar el nivel de credibilidad de los testigos que
reproducen su dicho, como se precisará más adelante.

3.11. Se perfilaron entonces dos hipótesis: i) la de quienes afirman -


posición que asume la juez de primer grado- que no hay contradicción
porque Laura Moreno siempre fue conteste y coherente y, en esa
medida, la tesis del accidente resulta admisible, y, ii) la que, por el
contrario, sostiene que no fue consistente, precisamente, porque oculta
la verdad de una muerte violenta.

Cada una de ellas, formulada y verificada según la parte que la plantea,


funda sus conclusiones en la valoración de la prueba testimonial y,
naturalmente, -en grado sumo-, en la prueba pericial formada con el
testimonio de cada uno de los peritos, de carácter técnico, médico y
científico que fueron llamados a rendir testimonio.

3.12. Como es natural en un proceso penal de corte adversarial


concurre el bloque de la defensa, con su teoría del caso que, en este
asunto, en igualdad de armas con la Fiscalía, alcanza un nivel de
intervención jurídica y técnico-científica análogo al de esta.

De tal suerte que si bien, en un momento dado, en el marco de la lógica


se pudo hablar por parte de la Fiscalía de la probabilidad de verdad en
su teoría del caso, acompañada por la representación de la víctima, ante

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la intervención de la defensa y la evidencia presentada, ese proceso


cognoscitivo no lleva, finalmente, a un conocimiento más allá de toda
duda razonable, sobre el delito y responsabilidad, a juicio de esta sala
de decisión.

De lo que viene de decirse es posible colegir que frente a la hipótesis


factual de la Fiscalía existe otra, opuesta, pero potencialmente
admisible, para explicar los hechos; ello es evidente por cuanto una y
otra parte forjan un planteamiento, en juicio oral, desde los alegatos de
apertura, de lo fáctico, lo jurídico y lo probatorio procurando, la primera,
acreditar el supuesto homicidio de Luis Colmenares y responsabilidad
de las acusadas, en tanto la defensa busca desvirtuar las evidencias
que aquella presenta, esencialmente, con prueba médica y científica
forense. Así se advierte cuando las partes, atendiendo la carga de
interrogar y contrainterrogar al perito en los términos de los artículos 417
y siguientes de la Ley 906 de 2004, se cuestionan reciproca y
válidamente.

3.13. Ab initio es posible afirmar, entonces, que el principio de


contradicción fue debidamente observado a lo largo de toda la
actuación, pues a las partes se les garantizó, en el ámbito de la práctica
y confrontación de las pruebas en juicio oral, el mismo derecho de ser
escuchadas y el derecho a contrainterrogar a los testigos de la parte
contraria, esencia del sistema adversarial.

En el marco, pues, de la actuación penal adelantada el Tribunal, como se


dijo, identifica dos versiones antagónicas de cara a la situación fáctica
descrita en los términos del artículo 288 del C. de P.P.: i) la que converge,
en lo esencial, Fiscalía General de la Nación, el Representante de Víctimas
y Ministerio Público. De ella se desprende, principalmente, que Luis Andrés
Colmenares habría sido “brutalmente golpeado” en la madrugada del 31 de
octubre de 2010, por sujetos no identificados, y luego abandonado vivo en

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el caño ‘El Virrey’, contando con la participación de Laura Milena Moreno


Ramírez, favorecida, a su turno, por Jessy Quintero; ii) la de la defensa
que explica, también a partir de las pruebas que hace valer en juicio,
principalmente de carácter pericial, que la muerte de Luis Andrés
Colmenares, es producto de un accidente.

Más allá, entonces, de la mencionada prueba testimonial, sobre la cual


retornaremos en el marco de los recursos interpuestos que, con las
falencias advertidas, -de entrada-, dificulta el esclarecimiento de los
hechos si de determinar o no la comisión de delito se trata, se impuso
la necesidad de acudir a la ciencia, a la medicina forense, a la técnica,
en procura de resolver, a través de conocimientos especializados, la
manera de muerte de aquel.

3.14. Como ciencia la medicina forense se ciñe al método científico,


pues permite reconstruir, de manera fidedigna y por métodos objetivos,
un hecho a partir de los fenómenos observables en una etapa posterior
a su ocurrencia. Para el caso se recurre, en primer lugar, a la
observación del fenómeno a analizar, esto es, la apreciación directa del
cadáver, a través de la necropsia médico forense, un procedimiento post
mortem que implica obtener información anatómica sobre la causa de
muerte, en la primera, y, en una segunda práctica, con la finalidad de
conseguir información complementaria en una aproximación a conocer
la verdad.

De ahí la importancia de la pericia aquí practicada a instancia de las


partes sobre el supuesto, respecto de los peritos, de “idoneidad técnico
científica y moral” …, la claridad y exactitud de sus respuestas, su
comportamiento al responder”; y la experticia misma, la cual debe reunir
“grado de aceptación de los principios científicos, técnicos o artísticos
en que se apoya el perito, los instrumentos utilizados y la consistencia

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del conjunto de respuestas.”,38 cuya base fáctica es la manera de


muerte de Luis Colmenares, materia objeto de opinión experta.

Concordante con lo anterior, para que sea admisible en juicio es


necesario que la base científica o técnica del conocimiento haya
recibido la crítica de “la comunidad académica”, que la teoría
subyacente haya sido verificada y, claro está, acreditado el nivel de
confiabilidad,39 todo lo cual converge en una responsabilidad moral
enorme, pues de ella depende en gran medida la acertada y justa
definición del caso.

Desde luego, las conclusiones de los testigos periciales de cada una de


las partes, y con ellas el procedimiento que las sustenta, son sometidas
al tamiz de la sana crítica y, llegado el caso, es posible, incluso, ser
desestimadas por el juez, como aquí sucedió con la exhumación y
segunda necropsia, peritaje ordenado por la Fiscalía ante falencias,
aseveró el Fiscal del caso, detectadas en la primera.

Como se ve, es la determinación de la manera o forma de muerte el


punto central en este asunto, de acuerdo con los motivos de
inconformidad expresados por los recurrentes, con influjo indiscutible en
la decisión final, tema de naturaleza eminentemente forense a cargo
del médico experto, aunque su valoración corresponde al juez, quien ha
de determinar el peso que le otorga a este medio de prueba en
comparación y conjuntamente con los demás.

Por ello, entiende la Sala, cuando se hace imperativo el peritaje médico


legal, es ordenado por la Fiscalía bajo la comprensión de la necesidad
de acreditar, por parte de quien lo ha de practicar, conocimientos entre
otras disciplinas, en patología forense, antropología y odontología,
amén de la práctica médica en orden a producir pruebas útiles a la
38
Artículo 420 del C. de P. P.
39
Artículo 422 del C. de P.P.

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investigación. En tal virtud, el especialista tenía la obligación, dado el


carácter científico de la prueba que se haría valer en juicio, de apoyarse
en el método científico. Igual se esperaba de los peritajes de la defensa
en la medida que todos se plantearon similares interrogantes en torno,
se reitera, a la forma de muerte de Luis A. Colmenares.

De ahí que su abordaje debe ser desde, primero, la definición del


problema a resolver: manera de muerte, en lo que concuerdan las
partes. En segundo lugar, y en este punto si difieren sustancialmente,
la formulación de la hipótesis, de acuerdo con los elementos de juicio
hasta entonces acopiados. El paso siguiente es la técnica o el
procedimiento empleado en la finalidad de corroborar la hipótesis.

3.15. El médico forense, perito de la Fiscalía acudió, aparte de la


información disponible para todos los peritos, como era la primera
necropsia y otros elementos materiales de prueba, a la exhumación del
cadáver y práctica de una segunda necropsia; en esta última, como se
verá, incurriendo en serias transgresiones al protocolo que comportó,
se anticipa, empleo informal de personal sin equipo de protección, un
manejo casi doméstico, por oposición a uno científico, del objeto de
análisis, uso limitado de la herramienta radiológica, omisión de un
registro fotográfico técnico y, principalmente, de la cadena de custodia,
entre otras falencias que, finalmente, no garantizaron la validez
científica de la prueba llevada a juicio oral de cara a la verificación del
requisito exigido por el artículo 381 del C. de P.P.

Los peritos de la defensa, a su turno, se apoyan para su propio análisis,


y refutación por parte de uno de ellos, -Botella-, también en la primera
necropsia y demás elementos materiales de prueba, así como en el
informe del perito de la Fiscalía, -Duque-, revisando sus conclusiones,
registros fotográficos y bibliografía, entre otros, en el propósito de dar
por probada, o descartar, la hipótesis planteada.

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Para ello cada parte, -Fiscalía y defensa-, con arreglo a la experiencia


y formación académica de sus peritos, tal como lo revelan los registros
del juicio oral, en la aspiración de arribar a conclusiones eminentemente
de carácter científico, formulan sus apreciaciones que son, a la postre,
el material base del pronunciamiento de la Sala acerca de si se probó,
más allá de toda duda, la manera de muerte de Luis A. Colmenares.

El interrogante inevitable, empero, al que se enfrenta el Tribunal es


cómo abordar y valorar peritajes contradictorios y, lógicamente, con
conclusiones diferentes, aunque con un grado de confiabilidad
semejante, como se verá.

En primer lugar, es preciso examinar los defectos internos que la prueba


puede presentar, tema abordado por la juez de primer grado y los
recurrentes, de cara a la intervención del perito de la Fiscalía,
inicialmente, pero también necesario respecto de los de la defensa.

3.16. En este asunto la base fáctica del dictamen no es el mismo en


cuanto concierne a la Fiscalía y el bloque de la defensa. Al paso que
para la primera el perito realizó una observación personal y, en esa
medida, es testigo de lo que descubrió y percibió, tanto en la primera
como en la segunda necropsia, exponiendo a partir de sus hallazgos la
opinión acerca de la manera de muerte, la defensa, indistintamente, de
modo indirecto, acude a esos informes, ora para desacreditarlos, ora
para construir su propia opinión, basada en hechos que, naturalmente,
no observó de forma directa. Y arriba, así, a conclusiones
diametralmente opuestas pese a examinar la misma fuente de
información de la Fiscalía.

3.17. Se desprende de lo expuesto que la actividad probatoria se


cumplió en general dentro de parámetros legales, recolección y

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producción de esta, introducción al proceso y valoración por el juez


competente de primer grado, ocupándonos ahora de verificar si alguna
de las partes probó la hipótesis que invocó. En esa dirección es preciso
confrontar el empleo idóneo de las reglas técnico-científicas y el
resultado obtenido para tenerla como prueba del supuesto delito y
responsabilidad penal o inocencia.

En lo que aquí importa, teniendo en cuenta que concurren dos bloques


de expertos médicos y científicos sin que exista concordancia entre
éstos en el resultado obtenido, en el entendido que no arriban a análoga
conclusión, pese a regirlos igual objeto de conocimiento, los mismos
elementos materiales probatorios y evidencia física, hay que reiterar que
desde el principio, a juicio de la Sala, los separa la forma de abordaje:
el originario, -Fiscalía-, directo, sobre el cuerpo a estudiar, y los
segundos, -defensa-, a partir también de la primera y segunda
necropsia, pero de acuerdo a los informes y fotografías generados por
la primera.

¿Quién acierta en ese escenario probatorio y judicial? ¿Es posible


prescindir de ellos para arribar a un conocimiento, más allá de toda duda
razonable, sobre la manera de muerte, el presunto delito y
responsabilidad?

Frente al último interrogante el Tribunal es de la opinión que no; se


precisa de la opinión experta.

Es de tal trascendencia la situación planteada que acoger, en gracia de


discusión, las conclusiones del peritaje de la Fiscalía, desestimando las
de la defensa, acarrea una decisión totalmente disímil a la que daría
lugar aceptar estas últimas, lo cual sería factible siempre y cuando uno
de los peritajes, a la luz de las reglas de la sana crítica,40 la lógica, las

40
Artículo 176 del Código General del Proceso.

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máximas de experiencia y los conocimientos científicos, alcanzara un


mayor grado de confiabilidad, pero como no es así, y quien valora la
prueba es el juez, -no el perito-, se impone examinar el modo de
aproximación al objeto de la pericia por cada uno de ellos, empezando
por la Doctora Lesly Rodríguez, médica legista quien practicó la primera
necropsia, del Dr. Máximo Duque, a través de la exhumación del
cadáver y práctica de una segunda necropsia, del Dr. Miguel Botella,
Yocasta Brugal y Germán Alonso Aguilar, haciendo las observaciones
de rigor, así como el escrutinio de las técnicas empleadas, conforme al
objeto y límite de su pericia señalados en la audiencia preparatoria.

Desde esa óptica la aplicación estricta del método científico en este


asunto presenta fallas que impiden, en el momento de leer, interpretar
y valorar los resultados, una respuesta apropiada al juez de
conocimiento. Ello explica que, incluso, entre los peritos de la defensa
no haya concordancia absoluta en el momento de exponer algunos
fenómenos relacionados con el caso, como por ejemplo fractura en base
de cráneo, desde luego, con mayor razón frente al peritaje de la Fiscalía,
al punto que esa marcada ausencia de certidumbre nos devuelve a la
conclusión lógica de la primera necropsia en cuanto a la manera de
muerte, por determinar, no así a la causa de muerte, aceptada por
todos, -muerte por asfixia por sumersión en medio liquido-.

Es que el perito no siempre estará en condiciones de responder, con


objetividad y rigor científico, a las preguntas de la jurisdicción, por
múltiples razones.

3.18. Para el caso afloran defectos en la producción de la prueba pericial


que no cumple con las condiciones de rigurosidad necesarias en las
distintas fases de una prueba de esta naturaleza, ora porque no se
ejecutó apropiadamente en el caso de la Fiscalía, ora porque en el otro,
-de la defensa-, siendo importante que el perito percibiera directa y

81
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personalmente el objeto de análisis, no se hizo, como tampoco explica,


razonablemente, el motivo y cómo de un procedimiento plagado de
errores cometidos por parte del perito del ente acusador que esa parte
evidenció y acreditó, pudo, no obstante, llegar, en su especie de peritaje
sobre peritaje, a conclusiones afines con su propia teoría del caso, pese
a que por su origen común -misma información de las necropsias, entre
otras cosas-, bien podrían cargar con los mismos yerros.

Es que aquí no se trató solamente de la práctica de la prueba pericial


dirigida a dejar en evidencia la falta de rigor lógico o científico de la otra.
Son, básicamente, dos bloques de experticias situadas a un mismo
nivel, cuyas conclusiones son de suyo diferentes o contradictorias por
lo que, dadas las falencias predicables de una y otra y, por tanto, la
imposibilidad de dar más o menor valor, habilita a la sala de decisión
para no acogerlas como verdades incuestionables. No es que la
disciplina médico forense sea, per se, poco confiable, es el
procedimiento y técnicas empleadas en este asunto concreto, lo que no
permite validarlas.

De esta suerte, si se critica razonablemente un procedimiento como el


realizado por el perito de la Fiscalía, Dr. Máximo Duque, durante la
exhumación y segunda necropsia y, con ello, principalmente, el manejo
torpe dado a la cabeza -objeto esencial de pericia-, que no garantizó su
indemnidad, mal podría confiarse en las conclusiones, ya que,
evidentemente, pudo ser alterada. Cómo, entonces, podrían los peritos
de la defensa, con base en esa práctica viciada, emitir una opinión
objetiva, si acusan los mismos defectos. Es el caso, por ejemplo, del Dr.
Germán Alonso Aguilar Méndez, quien para emitir sus conclusiones
analizó, entre otras evidencias, cuatro radiografías tomadas por el Dr.
Duque en desarrollo de la segunda necropsia, sobre las cuales encontró
patentes deficiencias, circunstancia que no permite una apreciación

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técnica completa y objetiva para la determinación del criterio del


juzgador.

La juez de primer grado, al valorar el procedimiento desarrollado por el Dr.


Máximo Duque durante el proceso de exhumación y segunda necropsia
practicada al cadáver de LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, así
como las conclusiones, desde luego en conjunto con los demás pruebas,
expone: “salta a la vista que efectivamente no se aplicó ninguna clase de
rigor en los métodos, no se procedía de manera científica ni se atendieron
recomendaciones de lugar, implementos o herramientas apropiadas
para este tipo de examen, ni condiciones medioambientales adecuadas,
ni condiciones de seguridad que garantizaran la NO alteración de la
evidencia o sea, en cambio se propició daño secundario y si se modificó el
estado original del cadáver. Se puede concluir que para hacer la
exhumación y segunda necropsia de LUIS ANDRES COLMENARES
ESCOBAR no se siguió protocolo alguno. Como al menos sería lo
concerniente a la Resolución 5194 de 2010 del Ministerio de la Protección
Social. Tampoco, se pudo establecer si esas personas que se observaban
en las fotos junto al legista DUQUE, manipularon o no el cuerpo, si tuvieron
contacto con este o no.” MAXIMO DUQUE se entendió que luego de
arrancar con sus manos y con ayuda del cuchillo de cocina las partes
momificadas de la cabeza se ve en varias fotografías, el proceso realizado
sobre la tapa de una caja de cartón donde se ve con buen nivel de
desorden: dientes, esquirlas de hueso y tejido momificado lavó el cráneo
(también se ve en las fotografías el lavado del cráneo con un jarro de agua
que pasa por la cabeza y escurre al piso de tierra arrastrando el producto
del lavado, sin faros o medios que permitieran reconocer pedacitos de
hueso) y procedió nuevamente a organizarlo y coloco los dientes caídos y
otros fragmentos desprendidos y procede a tomar las Fotografías 1818 y
siguientes en las que se aprecia que no todos los fragmentos fueron
colocados. Se puede afirmar que debido a que había fracturas conminutas,
es altamente probable que pequeñas porciones de hueso se hubiesen

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perdido durante ese momento de arrancamiento y lavado. En especial, las


pequeñas esquirlas que hacen falta en las orbitas y en la región alveolar,
sobre la raíz del incisivo central superior.” De ahí colige que no todas las
fracturas fueron premortem, pues “si sobre la piel que corresponde a las
regiones anatómicas donde falta hueso, no hubo lesiones en piel y por tanto
ninguna herida o "hueco" por donde las esquirlas óseas escaparan y
tampoco se diseccionó en la primera autopsia estas áreas (orbitas y
alveolos dentarios), así que… estas pérdidas se sucedieron durante la
segunda autopsia.”

De lo que viene de decirse, no es que la juez a quo de manera


desacertada o interesada haya menguado valor probatorio al peritaje
forense practicado por el Dr. Duque, como asegura Fiscalía y demás
recurrentes en el recurso. No. La Juez, ante las relevantes fallas
advertidas lo desestima, razonablemente, con lo cual el Tribunal se
identifica, según se analizará.

Con todo, reitera la Sala, no estamos en presencia únicamente de los


aludidos defectos en el procedimiento desarrollado por el perito Dr.
Duque, sino que, ante la convergencia de plurales pruebas periciales
basadas, esencialmente, en los mismos elementos de convicción, pero
de interés para partes opuestas, sus conclusiones, ya se anotó, son
disímiles, motivo ya de perplejidad en el momento de determinar su
grado de confiabilidad.

Cierto es que aun tratándose de conceptos médicos y científicos que


sirven a partes antagonistas dentro del proceso penal en la búsqueda
de la verdad, de acuerdo a su propia teoría del caso y pretensiones,
difícilmente podría esperarse, dadas las peculiaridades del sistema
adversarial, coincidencia en sus apreciaciones y conclusiones,
circunstancia que conduce a que el juez, profano en la materia, asuma
la tarea de analizar, observando las reglas de la sana crítica, si el hecho

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que se pretende probar, para el caso, la manera de muerte de Luis


Andrés Colmenares, pudo ser acreditada a través de los peritajes
practicados o, en su defecto, está habilitado para apartarse de una o
más opiniones periciales. La Corte Suprema de Justicia tiene sentado
que “el objeto de valoración por parte del juez en una prueba pericial no
es la conclusión del perito, sino el procedimiento que sustentaba sus
afirmaciones…”41 y ello tiene razón de ser pues, evidentemente, el
fallador no es el experto.

En este asunto, en atención a las particularidades del caso y la


antedicha necesidad de intervención de expertos en orden a respaldar
y afianzar la teoría del caso de cada una de las partes, estamos también
ante procedimientos y conclusiones incompatibles sin que, valga decir
desde ya, a juicio de la sala, alguna de ellas logre prevalecer sobre la
otra, vale decir, ningún peritaje, una vez sometido a su propia valoración
de cara a las reglas de la sana critica, alcanza el estándar probatorio
necesario para dar por probada la teoría que se pretende hacer valer.

3.19. Sea, entonces, lo primero, abordar el procedimiento de necropsia,


alrededor del cual gira, principalmente, los cinco peritajes practicados,
dos por parte de la Fiscalía: Lesly del Pilar Rodríguez y Máximo Alberto
Duque Piedrahíta, y tres de la defensa: Yocasta Brugal, Miguel Botella
y Germán Alfonso Aguilar, éste último odontólogo, especialista en
radiología oral y maxilofacial, y, claro está, la discusión médico – legal
que suscitan, pues la intervención de cada uno de estos expertos está
vinculada inescindiblemente con los conocimientos especializados,
científicos y técnicos que ostentan.

De allí se predica que fueron llamados como peritos por las partes en el
entendido que concurre en ellos, y se puede decir que así quedó
acreditado, idoneidad de acuerdo con las circunstancias particulares del
41
Corte suprema de Justicia, Sala Penal, ver entre otras, providencias del 9 de mayo de 2018, radicado 47423;
decisión del 11 de junio de 2018, radicado 50637, 6 marzo de 2013, rad. 39559.

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caso y objeto de pericia, formulando su opinión de acuerdo con sus


hallazgos y conclusiones, las cuales son valoradas por el juez en
conjunto con las demás pruebas sin que, -a juicio del Tribunal-, en las
condiciones y con los alcances expuestos sobre el procedimiento
observado, alguna aporte herramientas suficientes para declarar que la
confirma o la descarta, esto es, que se trató de muerte accidental, no
intencional u homicidio, causada por un tercero, de forma intencional o,
incluso, no intencional.

Se contaba en los albores de la investigación con la primera necropsia


practicada por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez, médica del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de quien se presume,
-no hay prueba en contrario-, como lo señala la Guía de Procedimientos
para la realización de Necropsias Medicolegales, posee ‘un
conocimiento teórico de los conceptos de la Patología Forense y la
aplicación sistemática del método y procedimientos de la anatomía
Patológica en el procesamiento de los casos.´ Así, una vez realizado el
examen postmortem médico legal, expresó su opinión experta sobre
causa de muerte de Luis Andrés Colmenares, de acuerdo a los
hallazgos en necropsia y resultados de los análisis de laboratorio, en lo
que hay coincidencia con los demás peritos, no así frente a la manera
de muerte, para ella indeterminada. Esa denominación: indeterminada,
no permite predicar un accidente, un suicidio o un delito de homicidio.

Tal opinión, igual que la de los demás peritos, fue debatida en el


escenario del juicio oral dando lugar a una serie de pronunciamientos,
algunos incompatibles entre sí, con resultados jurídicamente relevantes
que no permiten a esta sala de decisión penal arribar a un conocimiento,
más allá de toda duda, acerca de la manera de muerte de aquel.

Obsérvese:

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Las lesiones halladas en el rostro de Colmenares Escobar,


específicamente en tejidos blandos, indicadas en el procedimiento de
autopsia inicial, en la cual convergen los peritos, son: i) “Herida de
bordes irregulares hemorrágicos de 3.5 cm por 1 cm en región supra
ciliar derecha superficial, con escoriación perilesional asociada a
equimosis peri orbitaria ipsilateral..”; ii) “Escoriación de 2x2 cm en
punta nasal.”; iii) “Herida irregular de 1.8 x2 cm en labio inferior.”; iv)
“Escoriación de bordes pálidos de 2.5 x cms en mejilla derecha de
características post-mortem.”; v) “Herida irregular de bordes
hemorrágicos de 2. 5 cms x o.7 infraciliar izquierda con equimosis
perilesional.”; vi) “Herida irregular de 1.5 x 0.3 cm en el párpado superior
izquierdo con escoriación perilesional superficial asociada a equimosis
periorbitaria ipsilateral.”; vii) “Escoriación de 2.5 x 2 cm en el mentón.”;
viii) “Herida irregular de 0.5 x o, 5 cm. Fronto-facial derecha.”; ix) “Herida
superficial de 1. x 0.2 cm en párpado superior derecho con escoriación
perilesional.”; x) “Herida irregular de 1.1 infra-labial derecha”; xi)
“Abrasión 3.5 x 1 cm inframentoniana.”, para concluir: “se encontró…
con unas lesiones de predominio facial, un trauma facial, con unas
lesiones en rodillas.”42 Estas últimas, empero, son atribuidas a un hecho
anterior. 43 En la mejilla derecha halló una abrasión.44 Dice, en el cráneo

42
Audiencia ídem, registro 2, récord 27:45 a 28:05.
43
i)“Escoriación pálida con material fibrinoide de 3 x 15 cm en rodilla derecha.” ii) “Escoriación pálida con
material fibrinoide de 4 x 2 cm en rodilla izquierda.” iii) “Escoriación con bordes hemorrágicos de 7 x 7 cms
en rodilla izquierda.”
44
“hay una equimosis preriorbitaria derecha e izquierda… Equimosis en una coloración violácea que se
produce por la ruptura de los vasos superficiales por un mecanismo contundente… En la frente lado derecho
se observa una abrasión violácea a nivel fronto facial derecha, es una abrasión pequeña. En la ceja derecha
se observa una herida de bordes hemorrágicos, de bordes irregulares, es de 3.5 x 1 cm supraciliar derecha.
En el párpado superior derecho hay una herida pequeña con bordes hemorrágicos. La herida de la ceja
derecha es irregular porque no tiene bordes definidos tiene un centro hemorrágicos, se causa por un
mecanismo corto contundente. Tienen características hemorrágicas lo cual me indica que fueron en vida para
que hubiera una circulación sanguínea. En el párpado superior se evidencia una equimosis violácea en todo
el párpado tanto como superior como inferior. La equimosis violácea significa la coloración que presenta la
equimosis en el momento, lo cual nos indica el tiempo aproximado de una lesión. La lesión se pudo producir
por varias formas una: puede ser por un mecanismo contundente (sic) que se haya encontrado con este punto,
puede ser que como consecuencia de esa misma lesión que haya una equimosis perilesional por la misma
lesión corto contundente (sic) o puede ser secundario a algo que se llama signo de mapache que se presenta
dentro de las fracturas craneales. En la nariz se observa una abrasión con una equimosis perilesional y se ve
la salida del hongo de espuma por la fosa nasal derecha. Una fotografía que no está totalmente derecha no
podría indicar si por el edema se puede ver exactamente la contextura ósea de la nariz”. “En el pómulo derecho
debajo del ojo, pero encima del labio, se observa una escoriación de bordes más pálidos con referencia a las
otras lesiones, con un centro rosáceo más claro que el resto de las lesiones la cual se encuentra ubicada en la
mejilla derecha.“En el lado derecho del labio se ve una pérdida de continuidad de labio (es una herida)
inferior lado derecho con edema en sentido transversal. En la parte debajo del labio “hay una pequeña
abrasión… Son lesiones con características vitales, fueron mientras el cuerpo tenía flujo sanguíneo o sea vivo.

87
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

halló una lesión: “fractura a nivel frontal supra-orbitaria…” pero, “no se


observó macroscópicamente algo anormal… en la base del cráneo no
observé nada anormal.” 45

Es importante la observación respecto a que “El trauma facial era


evidente (…) cuando se abrió cavidad, no se encontró fractura, ni en
reja costal, ni se encontraron fracturas en columna vertebral dorsal,
lumbar ni en extremidades. “No era necesario tomar radiografías en este
caso, pues no se buscaba fracturas donde macroscópicamente no las
hay…si se hubieran tomado radiografías no hubiese cambiado en
ningún aspecto la conclusión del caso pericial, o un hallazgo nuevo u
otra fractura, la causa de la muerte hubiera sido la misma, y la manera
de la muerte que yo establecí hubiera sido la misma.”46 En este aspecto
difiere con los hallazgos del perito Duque, también de la Fiscalía, pues
según este si existen fracturas en zona frontal, no así en la bóveda
craneal, y hemorragia cervical. De la misma manera dijo que el perito
debe verificar si hay evidencia de inmovilización forzada y “en este caso
en particular no se encontró hallazgos de este tipo”, ni indicios de lucha
o defensa dentro del examen al cuerpo. Revela, asimismo, cómo se
efectúa el procedimiento de necropsia, antes, durante y después,47
indicando haber documentado su labor en informe pericial entregado
inmediatamente a la autoridad competente.48

En el mentón se encontró una abrasión de color violáceo”. Registro 2, audiencia del 12 de junio de 2015, récord
01:01:45 a 01:08.03.
45
Escuchar audio ídem, registro 2, desde el récord 00:10:07 a 00:23:58
46
Registro 3 de la audiencia del 6 de julio de 2015, récord 00:01:26 a 00:05:17.
47
Escuchar audiencia de juicio oral del 12 de junio de 20158, registro 1, a partir del récord 00:53:00 a 0:54:03.
Dijo, entregan el cadáver con un número, acta de inspección a cadáver y cadena de custodia. Luego, inicia el
proceso de necropsia. Lo primero que se hace es fotografiar el embalaje en el que arriba, luego describe las
observaciones externas del cuerpo, como prendas, la morfología, señales particulares y lesiones externas si las
hay. Enseguida, aborda externamente el cuerpo que inicia por la cabeza o por tórax, luego de modo interno,
ejecutando una incisión desde el pubis, de temporal a temporal, abre el cráneo con una segueta y examina el
cerebro. Una vez encuentra “la causa de muerte o veamos necesario tomar evidencias durante todo el
procedimiento, las vamos recolectando, vamos haciendo la cadena… cerramos el cuerpo dejamos las vísceras
que no necesitemos dentro del cuerpo en una bolsa roja y se entrega el cuerpo bajo el procedimiento de cadena
de custodia al mismo receptor, quien es el que se encarga de entregar el cuerpo…”
48
Audiencia ídem, récord 00:54:05 a 01:03:53. Escuchar audio, registro 5, récord 00:30:30 a 00:33:01; allí la
perito da lectura en juicio de lo que consignó en su informe pericial: “según el acta de inspección se trata de
un joven a quien se le practicó inspección técnica a cadáver en el caño el Virrey ubicado en la carrera 15 con
calle 87, donde en los apartes pertinentes de la inspección refiere, establecimos comunicación con el primer
respondiente del CAI el Virrey, personal que me informa que desde la madrugada de hoy buscan por todo el
sector, en especial por la plazoleta del virrey, como por el caño del mismo nombre, a un joven que según
versiones se lanzara a aguas que pasara por este conector, por otra parte al arribo en el lugar de los hechos

88
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

Da razón de cómo recibió el cadáver en bolsa de embalaje, con el acta


de inspección y cadena de custodia, indicando las circunstancias del
hallazgo al interior del caño El Virrey, ubicado en la carrera 15 con calle
87 y las versiones ofrecidas por las personas interrogadas hasta ese
momento por la autoridad de policía.49 El acta, asimismo, describe el
lugar donde fue encontrado el cuerpo: ducto recolector de agua
reconocido como ‘El Virrey’, con un diámetro de 1.80 metros forjado en
ladrillo adoquinado, con un espejo de agua permanente de
aproximadamente 15 cm de altura.50 Aclara, las muertes se clasifican
en dos: “la muerte natural y la muerte violenta.”51 Menciona, asimismo,
los hallazgos del examen exterior destacando maceración
palmoplantar.52

Relativo a una abrasión en región inframentoniana, -debajo del mentón-


citada de forma insistente por los recurrentes, como que para ellos no
concuerda con una caída de altura porque es producida, como lo señala
la Fiscalía, con un objeto “romo, pared, un bate, guante o puño.”, luego

encontramos que a su vez unidades de bomberos quienes manifestaron que habían encontrado el cuerpo al
interior del caño o ducto de agua bajo la calzada de la plazoleta el Virrey y la carrera 15, en el lugar de los
hechos se observa un ducto recolector de agua reconocido como el virrey con un diámetro de 1.80 metros
forjado en ladrillo adoquinado con un espejo de agua permanente de aproximadamente 15 cm de altura, se
supo que el hoy occiso, junto con varios compañeros de la universidad, se citaron y asistieron a divertirse en
el sitio denominado Penthouse, donde consumieron vodka y salieron aproximadamente a las 3:15 am, Luis
Andrés Colmenares, estaba como inquieto en el lugar y salió a la calle 85, siendo alcanzado por sus
compañeras LAURA y JESSI a comprar un perro caliente, después LUIS ANDRÉS sale corriendo como loco
por toda la 15, metiéndose por los barrios del sector oriental y llegando a una ciclo ruta, donde fue alcanzado
por su compañera LAURA, quien lo cogió abrazándolo y este se soltó violentamente, saliendo corriendo hacia
el caño donde lo vio que cayó, buscándolo y llamándolo sin recibir respuesta. El sitio estaba muy oscuro,
llegaron los otros compañeros que igualmente siguieron buscándolo con ayuda de la policía y posteriormente
los bomberos… hipótesis de la manera aportada por la autoridad violenta sin determinar – hipótesis de la
causa aportada por la autoridad por determinar…”
49
Dan cuenta que el joven Colmenares, quien asistió con un grupo de amigos a una fiesta en el sitio denominado
Penthouse, donde consumieron bebidas alcohólicas hasta aproximadamente a las 3:15 a.m., se “lanzó” a las
aguas del caño. Previamente, Luis Andrés salió a la calle 85 con sus compañeras LAURA MORENO y JESSI
QUINTERO, a comprar un perro caliente.
50
Audiencia ídem, récord 00:30:30 a 00:33:01
51
Señala que las muertes se clasifican en dos maneras de muerte: “la muerte natural y la muerte violenta. La
muerte natural, es por una enfermedad que llevó al deceso a una persona, la muerte violenta pues es una causa
diferente a una enfermedad o patología que llevó al deceso de un individuo, cuando se coloca a determinar en
el caso de la autoridad pues indica que necesitan investigar más para llevar a una conclusión de la manera de
muerte, en el caso del perito la autoridad pues que no tiene la suficiente información o los hallazgos para
llegar a una conclusión de la manera de muerte y que necesita más información del caso, por eso se pone
manera de muerte a determinar…”35:01
52
Dice la perito “es la forma que adquiere la planta de los pies o manos arrugadita cuando hay pérdida de
temperatura de un cuerpo. no hay lesiones... indicativa de que le cuerpo estuvo en el agua, genera una arrugas
como de piel envejecida…” récord 00:36:09 y ss, resgitro 5.

89
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

de explicar su ubicación, advera que ‘puede ser causadas por muchas


cosas, es muy frecuente, por ejemplo, en niños con caídas de su propia
altura….53 Y por abrasión dado “el contacto de la superficie corporal con
una superficie áspera, no plana, sino rugosa, que hace que se pierda la
continuidad de la piel y se produzca la abrasión… por un piso rugoso,
por una piedra rugosa, lo que más habitualmente ve uno es el piso o la
superficie rugosa que causan eso…”54

Para el caso, tanto en el interrogatorio como contrainterrogatorio aduce


que la lesión inframentoniana señalada en su pericia es causada por un
mecanismo abrasivo, afirmación que contradice la conclusión del Dr.
Máximo Duque, al respecto. Su opinión es que se produjo por un
mecanismo abrasivo, esto es, contacto corporal con una superficie
áspera y rugosa. Además, ejemplificó, contrario a lo señalado por la
Fiscalía, representante de víctimas y Ministerio Público, que dicha lesión
sí “puede”- no lo aseguró- ocasionarse por una caída de altura.

Se pronuncia también sobre otro de los temas centrales de la


impugnación: las livideces.55 Indicó que Luis Andrés fue ingresado a las
3:00 de la mañana a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal y
realizado el procedimiento de necropsia a las 14:45; colige entonces,
que, si la posición es cambiada durante el levantamiento, las livideces
varían. En tal virtud, advera, presentó dos posiciones luego de fallecer:
decúbito dorsal y decúbito prono; es decir, boca abajo -prono- y boca
arriba -dorsal-. En ese entendido las del abdomen son compatibles con
la posición en que es encontrado en el caño; las de la espalda con las

53
Registro 7, audiencia del 6 de julio de 2015, récord 40:09 y ss. Pregunta Fiscalía: “¿La herida
inframentoniana puede causar lesión del cuello?” responde perito: “Depende como haya sido causada la
herida…es una lesión que queda protegida del cuello, puede ser causada por muchas cosas, es muy frecuente
por ejemplo en niños en caídas de su propia altura, niños con maltrato infantil por la zona tienden a
trastabillar, también se encuentra en pacientes discapacitados, ósea es una lesión muy objetiva de muchas
cosas si pueden causar una extensión pero no sé hasta donde una hiper extensión que ya es una lesión mucho
más larga del cuello. Una hiperextensión hablamos de un ejemplo el síndrome de latigazo en los conductores
que van de atrás hacia adelante eso sería una súper extensión porque sobrepasa la gravedad de la columna
mayor a los treinta grados que tiene la columna. Una extensión es lo que conlleva al movimiento normal de la
columna cervical que es hasta 30 grados máximo 35 grados en algunas personas”.
54
Registro 2, audiencia del 12 de junio de 2015, récord 49:06 50:05
55
Registro 8, escuchar a partir del récord 00:56:24 y ss

90
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

de levantamiento del cadáver que corresponde a la forma como es


recibido en las instalaciones de medicina legal para el procedimiento de
necropsia.

Como se ve, se acreditó y explicó el origen de las livideces encontradas


en el cuerpo de Luis A. Colmenares, tema sobre el cual son
concordantes los peritos y recurrentes, excepto el Ministerio Público,
quien en su recurso de apelación indicó que las mismas demuestran
que aquel murió en otro lugar y fue traslado sin vida al caño. Esta
opinión deja de lado que esa prueba pericial, sobre la cual convergen
los expertos, concluyó que Colmenares Escobar murió dentro del caño,
al margen de la discusión acerca de si fue llevado allí o cayó.

Del mismo modo, explicó en informe pericial de necropsia, suscrito el 1


de noviembre de 2010, que en el rostro las lesiones son causadas por
distintos mecanismos: abrasivo, contundente, y corto contundente,56
refiriéndose también a la herida en párpado y ceja.57

En cuanto a rigidez cadavérica expresó hay una “en el labio el ingresa


como mordiéndose el labio, esa rigidez fue bastante fuerte pero se
venció, tiene una de las extremidades en semiflexión, esa no venció

56
“el mecanismo contundente es cuando prima la fuerza sobre un elemento… un ejemplo, un ladrillazo seco
sobre una superficie corporal, una pedrada, un puño, una patada o una caída no importa la altura pero chocó
con una superficie seca que sería el piso que sería la fuerza contundente que daría el trauma, la ruptura de los
vasos superficiales… y el mecanismo corto contundente es cuando mezcla de mecanismo contundente con una
forma cortante que muchas veces pueden ser tanto de una superficie externa como una superficie interna del
organismo del cuerpo”.
57
“esa misma parte la tenemos todos los humanos, queda el hueso orbicular, el hueso orbicular es un hueso
puntudo, es un hueso sobresaliente, lo que hace que un trauma directo contra esa zona pueda producir una
lesión cortante por el mecanismo del hueso, porque el hueso actúa como astilla por su filo haciendo que se
pierda la continuidad de la piel, entonces se produce esta lesión de continuidad y esta otra lesión que se produjo
por un pliegue, cuando yo tengo el párpado abierto se pliega el párpado y se produce acá la unión del párpado
móvil con el párpado estático que es éste y se produce (sic) que el hueso produzca filo y se produzca el
mecanismo cortante en esta ocasión. Esta lesión es muy común en los boxeadores porque esta zona es muy
frecuente que se golpee con el puño y se produce el mecanismo cortante contundente de la mano de boxeo…
La equimosis violácea significa la coloración que presenta la equimosis en el momento lo cual nos indica el
tiempo aproximado de una lesión. La lesión se pudo producir por varias formas una: puede ser por un
mecanismo contundente (sic) que se haya encontrado con este punto, puede ser que como consecuencia de esa
misma lesión que haya una equimosis perilesional por la misma lesión corto-contundente o puede ser
secundaria.”

91
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

durante todo el procedimiento de necropsia, y un brazo que estaba en


semiflexión que tampoco se logró vencer.”58

De otra parte, vale resaltar, la perito no identificó, -contrario a la


percepción de los recurrentes-, la existencia de una huella patrón. El
perito Dr. Duque ubica ésta a nivel de los párpados; la Dra. Rodríguez,
en su momento, mencionó que las lesiones en los tejidos blandos, -
párpado y ceja-, las “pudo” producir un objeto corto contundente, e
indicó también que ese objeto “podía ser el mismo hueso orbicular”, el
cual, por tratarse de un hueso punteado- “cóncavo”- al chocar con una
superficie dura puede actuar a manera de filo y cortar la piel.

Concluye que Luis Andrés Colmenares Escobar murió,


“científicamente… por varias cosas que sucedieron en ese caso, fue el
hallazgo del trauma cráneo encefálico que fue coadyuvado con una
depresión del sistema nervioso central que fue confirmado por la
alcoholemia que se realizó en el instituto; obviamente la depresión del
sistema nervioso central también fue coadyuvado por el trauma cráneo
encefálico que facilitó la entrada de líquido a la vía aérea hacia una
sumersión en medio líquido que finalmente llevó al deceso.”59 Y
además, asegura, estaba con vida cuando ingresó al caño, lo cual colige
de la formación de un “hongo de espuma.”’60

3.20. Comoquiera que esa primera necropsia no satisface, a juicio de la


Fiscalía, las expectativas acerca de la determinación científica de la
manera de muerte, se ordena casi once meses después, la exhumación
del cadáver y práctica de una segunda necropsia por parte del Dr.
Máximo Alberto Duque Piedrahíta, previo examen del material hasta
entonces acopiado, -información de autopsia practicada en el Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses del día 1 de noviembre

58
Registro 8, 00:50:50 y ss
59
Registro 2, récord 00:32:13 a 00:33:05
60
Registro 2, record 00:49:18 y ss

92
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

de 2010, suscrita por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez. Dictamen de


ampliación del informe de autopsia del 5 de julio de 2011, del Dr.
Germán Arturo Beltrán Galvis, patólogo del mismo instituto, quien hizo
un estudio histopatológico; resultados de estudios de laboratorio de
toxicología practicados y el acta de levantamiento e inspección judicial
al cadáver.61

En este punto vale resaltar, como lo menciona el manual para la práctica


de autopsias médico – legales, los dos principios básicos de
investigación de las muertes, -homicidio-, esto es, la documentación o
registro, y la preservación de evidencias, parámetros para el análisis
que se hace a las pericias en este asunto.

Acude, pues, a rendir testimonio en juicio el perito médico científico Dr.


Máximo Alberto Duque Piedrahita, sobre cuyas conclusiones gira gran
parte el debate probatorio e impugnación.

Su forma de vinculación con el caso no deja de ser curiosa, pues se


enteró, en los “juzgados de Paloquemao”, que un Fiscal,
específicamente el 11º de vida, precisaba asesoría forense, “yo le dije
que estaba a sus órdenes.” El Fiscal solicitó entonces un estudio
forense en este asunto, ya que requería “una opinión diferente… de una
persona que no tuviera conocimiento o vínculo con el caso, entonces,
me pidió a mí que volviera y revisara todo.”62

Surge, legítimamente, como se anunció renglones arriba, la


expectación, si bien no está prohibido, de por qué si el Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que pertenece a la Rama
Judicial y se encuentra adscrito a la Fiscalía General de la Nación, cuya
misión fundamental, de acuerdo al artículo 35 de la Ley 938 de 2004 es
“prestar auxilio y soporte científico y técnico a la administración de
61
Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss
62
Record 00:42:00 y ss de la audiencia del 9 de noviembre del 2015

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

justicia en todo el territorio nacional, en lo concerniente a medicina legal


y las ciencias forenses.”, con la función, según el artículo 36 ibidem de
“2. Prestar los servicios medicolegales y de ciencias forenses que sean
solicitados por los Fiscales, Jueces, Policía Judicial, Defensoría del
Pueblo y demás autoridades competentes de todo el territorio nacional.
3. Desarrollar funciones asistenciales, científicas, extra-periciales y
sociales en el área de la medicina legal y las ciencias forenses. 4.
Prestar asesoría y absolver consultas sobre medicina legal y ciencias
forenses a las unidades de fiscalías, tribunales y demás autoridades
competentes.”, en concordancia con los artículos 20463 y 406 del Código
de Procedimiento Penal, fue necesario, por parte del ente acusador,
acudir al servicio de un perito particular.

Esta última norma señala que “El servicio de peritos se prestará por los
expertos de la policía judicial, del Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, entidades públicas o privadas, y particulares
especializados en la materia de que se trate. “Las investigaciones o los
análisis se realizarán por el perito o los peritos, según el caso.”, sin que
en este asunto milite información indicativa de la no existencia de
médico forense especialista en exhumación y necropsia, dependiente
del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
circunstancia que validaría recurrir a expertos particulares. En todo
caso, dada la amplia experiencia del forense, resaltada por la Fiscalía,
se esperaba un informe sobre la prueba pericial integral, basado en el
concepto y el manejo adecuado de la evidencia física.

La diligencia de exhumación se practica en el cementerio de Villa Nueva


–Guajira-, el 7 de septiembre de 2011, al fondo, en una pequeña

63
“El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de conformidad con la ley y lo establecido en
el estatuto orgánico de la Fiscalía General de la Nación, prestará auxilio y apoyo técnico-científico en las
investigaciones desarrolladas por la Fiscalía General de la Nación y los organismos con funciones de policía
judicial. Igualmente lo hará con el imputado o su defensor cuando estos lo soliciten.
La Fiscalía General de la Nación, el imputado o su defensor se apoyarán, cuando fuere necesario, en
laboratorios privados nacionales o extranjeros o en los de universidades públicas o privadas, nacionales o
extranjeras.
También prestarán apoyo técnico-científico los laboratorios forenses de los organismos de policía judicial.”

94
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

construcción, “donde hay como un osario con techo, ahí fue donde
trabajé buena parte de la limpieza de la cabeza… y más o menos al
fondo, al lado derecho, sino estoy mal, está el mausoleo donde estaba
éste cadáver.”64 Acerca de las personas presentes en el procedimiento
mencionó al “sepulturero, tres personas de la policía que era el
Investigador Haiver Correa, la mayor Correa, otro agente de la policía
de la DIJIN. Había, además, un agente de la localidad y un funcionario
de medicina legal, el Dr. Carlos Murillo.”,65 sin más detalles.

No es claro si en el estudio preliminar sobre la necesidad de la


exhumación se consideraron las condiciones del lugar donde se
realizaría, el personal que debería acudir con funciones concretas y las
condiciones logísticas.

Expone, relativo al retiro del ataúd de su nicho, haber encontrado la


lápida en buen estado, sin alteración;66 sin embargo, el féretro estaba
roto y en malas condiciones, deteriorado por la humedad, con ruptura
de la parte inferior.67 Toma fotografías para documentar el
procedimiento.68 Expresa, “después llevé la cabeza al hospital de la
localidad para tomarle radiografías que son rutinarias para revisar si hay
algún elemento metálico en el cadáver…”69 Luego de examinar los
restos óseos son retornados al ataúd y cierra la tumba.

Respecto al procedimiento de exhumación, -artículo 217 del C.P.P.-,70


no hay más información relevante, agregando haber observado los
protocolos, sin citarlos expresamente.

64
Registro 5, escuchar récord 00:20:02 y ss de la audiencia del 9 de noviembre del 2015
65
Registro 3 desde el récord 00:16:46 y ss
66
Registro 3, récord 00:35:40 y ss
67
Registro 5, record 00:10:00 y ss
68
Audiencia ídem, récord 00:50:28 a 00:53:51
69
Escuchar Récord a partir 00:32:02 y ss.
70
“Cuando fuere necesario exhumar un cadáver o sus restos, para fines de la investigación, el fiscal así lo
dispondrá. La policía judicial establecerá y revisará las condiciones del sitio preciso donde se encuentran los
despojos a que se refiere la inspección. Técnicamente hará la exhumación del cadáver o los restos y los
trasladará al centro de Medicina Legal, en donde será identificado técnico-científicamente, y se realizarán las
investigaciones y análisis para descubrir lo que motivó la exhumación.”

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

3.21. Los protocolos son herramientas formales o guías que se deben


observar frente a una actuación de naturaleza pericial; a través de ellas
se garantiza un manejo adecuado de la evidencia. Desconocerlo lleva a
cometer errores que le restan, a la postre, confiabilidad al peritaje. Para
el caso, evidentemente, sucedió, incluso sería perceptible aún sin la
intervención del perito de la defensa -Miguel Botella-, que refuta el
procedimiento desarrollado por el Dr. Duque.

Por ejemplo, era elemental conservar la posición anatómica de los


restos exhumados lo cual no se observó cabalmente, pues a través de
las fotografías se puede ver cómo la cabeza es apoyada en una especie
de escalón, levantándola, alterando la posición original y, posiblemente,
su configuración interna, dada la inconsistencia ósea por el tiempo
trascurrido desde la inhumación. Hay mezcla de los restos con otros
materiales, al haberse procedido en el mismo lugar, sobre la tierra, con
el examen.71 Luego es trasportada únicamente la cabeza al hospital;
mientras tanto, no se observa ningún cuidado con los despojos que
quedan al descubierto y desprovisto todo de cadena de custodia,
inobservando sus requisitos, de donde se desprende la contaminación
de la prueba y, con ello, la pérdida de su confiabilidad.

Como se trataba de una exhumación con fines judiciales en la


aspiración de complementar la primera necropsia y obtener información
que contribuyera a establecer la manera de muerte de Luis Colmenares,
implicaba realizarla bajo rigurosos estándares y protocolos nacionales
e, incluso, internacionales. En esa comprensión el protocolo por seguir,
-entre otros-, como lo cita la juez de instancia, era la resolución No. 5194
de 2010, a través de la cual se reglamenta la prestación de los servicios

71
Sobre la dotación necesaria: “un buen cuchillo, una segueta corriente, pinzas y tijeras para explorar…. El
lugar debe tener unas condiciones mínimas: una superficie para sostener el cuerpo, preferiblemente una mesa
fácilmente lavable, que puede ser de cemento recubierto de granito con un buen desagüe; agua, iluminación
adecuada y privacidad…” Manual para la práctica de autopsias médico-legales Instituto Nacional de medicina
legal y ciencias forenses.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

de cementerios, inhumación, exhumación y cremación de cadáveres


expedida por el Ministerio de Protección Social,72 observando
las técnicas y los mínimos necesarios en aspectos de seguridad y apego
a la normatividad, como garantía de un procedimiento válido.

Ciertamente el precitado instrumento, que debía acatarse, reglamenta


la prestación de servicios en los cementerios y fija reglas acerca de
quién puede realizar la exhumación, -“la autoridad judicial competente”-
; quiénes pueden estar presentes, indumentaria requerida y cuidados
de bioseguridad. En este punto es pertinente reseñar, conforme al
testimonio del Dr. Duque y su informe,73 la ausencia de identidad de
todas las personas que lo acompañaron en el procedimiento, e
información acerca de si estaban autorizadas; recuérdese, registra la
presencia de un sepulturero, un funcionario de medicina legal, un
agente de la localidad, unos investigadores de la policía nacional y de
la DIJIN, pero se abstiene, que es lo que se extraña, de explicar su
forma de participación en el proceso de exhumación.

De otra parte, de acuerdo con el Decreto 786 de 1990, - Por el cual se


reglamenta parcialmente el título ix de la ley 09 de 1979, en cuanto a la
práctica de autopsias clínicas y médico - legales, así como viscerotomías y se
dictan otras disposiciones-, el cadáver se puede trasladar a hospitales o la
sala de autopsia de los cementerios o, en circunstancia excepcionales,
a lugares adecuados distintos a los anteriores. Esta preceptiva en
realidad no se verificó; tampoco es clara la labor de la policía judicial que
menciona el perito, ni cómo se llevó a cabo la identificación técnico-
científica.

Se acreditó la existencia de un hospital en el municipio de Villa Nueva


donde el perito Máximo Alberto Duque Piedrahita, trasladó la cabeza

72
“CAPÍTULO II. EXHUMACIONES. ARTÍCULO 19. CARACTERÍSTICAS DEL ÁREA DE
EXHUMACIONES Y/O MORGUE.”
73
Contentivo de 221 fotos tomadas el 7 de septiembre de 2011.

97
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

desprendida del cuerpo examinado para verificar, únicamente, que no


tuviera “objetos metálicos”. En manera alguna quedó documentado,
concordante con el Manual para la práctica de autopsias médico -
legales, si se preservó el material objeto de estudio de destrucción y/o
alteración, si se describieron los cambios hechos en él por cada custodio,
si se garantizó que sólo las personas autorizadas y registradas tuvieran
acceso a aquel, si estaba avalada la cadena de custodia mediante los
respectivos recibos en cada cambio de custodia y si los recibos
describen adecuadamente el material, las personas comprometidas y el
momento de cambio de la custodia.

En este sentido se inobservaron las guías y manuales establecidos por


el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses que regulan
el procedimiento de cadena de custodia, pues el “médico es el
responsable de la necropsia, que consiste en el examen minucioso de
un cadáver sin importar el estado del mismo, encaminado a descubrir,
reconocer, preservar, procesar y documentar evidencias físicas…”74
Señalan, el médico debe “verificar y registrar las condiciones de
embalaje del cuerpo precisando si se pudo producir contaminación o
pérdida de las evidencias...”

Además, así a juicio de los impugnantes parezca irrelevante, quienes


aparecen en las imágenes no portan la indumentaria establecida en la
resolución 5194 de 2010, tampoco el Dr. Máximo Duque, quien solo
atina a ponerse unos guantes amarillos y, por momentos, un atuendo
de color azul. Eso, por decir lo menos, trasluce escaso profesionalismo,
con efectos en toda la diligencia.

A manera de ejemplo: imagen 1691. Allí se observa a una persona, -


camisa a cuadros, jean azul, sin guantes, con una toalla terciada en la
nuca, inclinado, justo al lado del cadáver exhumado, acompañando al

74
Manual para la práctica de autopsias médico-legales INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y
CIENCIAS FORENSES.

98
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

Dr. Máximo Alberto Duque Piedrahíta; imagen 1730 se aprecia una


mujer vestida con chanclas, pantalón corto y blusa blanca, observando
el procedimiento, consumiendo, además, una bebida. En la imagen
1731, un hombre de camisa blanca con rayas moradas, jean azul y
zapatos negros suministra agua en un balde deteriorado al perito Duque
Piedrahíta en plena exhumación, asimismo, sin ningún tipo de
indumentaria. En las fotos 1846, 1847, 1848 y 1849, se cuenta un total
de 6 personas que lo acompañan no solo en el procedimiento de
exhumación, sino de necropsia, sin establecer su función o motivo de
presencia allí.

De lo que viene de decirse es dable exponer que en el proceso de


exhumación no se aplicó, además, debidamente, la cadena de custodia
prevista en el artículo 254 de la Ley 906 de 2004, en concordancia con
el aludido Decreto 786 de 1990, artículo 10,75 aplicable en lo pertinente,
por cuanto se trató de una segunda autopsia que, por lo tanto, debía
ajustarse a los procedimientos reglados. El artículo 11 y 13, por ejemplo,
refiere a los funcionarios “o personas que intervengan en la cadena de
custodia a que se refiere el artículo anterior, para los fines relacionados
con la determinación de responsabilidades, deberán dejar constancia
escrita sobre: a) La descripción completa y discriminada de los
materiales y elementos relacionados con el caso, incluido el cadáver; b)
La identificación del funcionario o persona que asume la
responsabilidad de la custodia de dicho material, señalando la calidad
en la cual actúa, e indicando el lapso, circunstancias y características
de la forma en que sea manejado. (…) ARTÍCULO 13. Para preservar
la autenticidad de las evidencias, se indicará con exactitud el sitio desde
el cual fueron removidas o el lugar en donde fueron encontradas y serán

75
“ARTÍCULO 10. Para el cumplimiento de los objetivos de las autopsias médico - legales previstas en este
Decreto, las evidencias o pruebas físicas relacionadas con el cadáver, disponibles en el lugar de los hechos, así
como la información pertinente a las circunstancias conocidas anteriores y posteriores a la muerte, una vez
recolectadas quedan bajo la responsabilidad de los funcionarios o personas que formen parte de una cadena de
custodia que se inicia con la autoridad que deba practicar la diligencia de levantamiento del cadáver y finaliza
con el juez de la causa y demás autoridades del orden jurisdiccional que conozcan de la misma y requieran de
los elementos probatorios para el ejercicio de sus funciones.”

99
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marcadas, guardadas y protegidas adecuadamente por quien tenga la


responsabilidad de su custodia en el momento en que se realicen estas
acciones.”

Efectivamente, como es argüido por los recurrentes, el artículo 27 del


citado decreto, en su parágrafo, reseña circunstancias excepcionales
para la práctica de las autopsias; y el 29 dice de los lugares para ello
permitiendo, a juicio del perito y en coordinación con las autoridades,
realizarla en lugares distintos de los indicados en la norma; sin embargo,
en manera alguna autoriza prescindir, por ejemplo, de la cadena de
custodia, como para desatenderla generando inseguridad respecto a la
autenticidad del objeto examinado y no alteración, amén de los informes
de entrega y recepción, o de los cuidados con los restos exhumados, u
otras obligaciones mínimas ya referidas.

De ahí que no sea excusa las condiciones precarias del cementerio


aludidas por el Ministerio Publico, Representante de Víctimas y Fiscalía
pues, en todo caso, las medidas de preservación, integridad,
continuidad y almacenamiento propios de la cadena de custodia76
debían observarse, de acuerdo con las circunstancias, al margen de la
sencillez del cementerio a tenor de la normatividad precitada. Ello daría
la seguridad que se espera de ese procedimiento, que aquí no se
alcanza.

Su importancia reside en que se trata de los resultados de los análisis


efectuados al cadáver y, con ello, evidencia física e información a
presentar en juicio oral para probar la hipótesis delictiva. De ahí que
para su validez resulte inexcusable garantizar, desde el momento en
que es manipulado el cuerpo, hasta cuando la prueba es introducida en
juicio, su conservación e indemnidad, diligente e íntegramente. Por ello

76
"Es decir, se debe probar que el elemento es el mismo encontrado en la escena, que su estado de conservación
es el mismo, que la fijación de lo encontrado es la misma, que se encontró en el mismo lugar del hecho, que no
se contaminó y que es el mismo que se ha llevado a juicio".

100
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cabe preguntar dónde quedó, por ejemplo, la trazabilidad de la


evidencia manejada durante el procedimiento, su secuencia y registro.

Ese escrupuloso tratamiento que se extraña debería ofrecer al Tribunal


una base razonable y grado de confiabilidad elevado a efecto de la
decisión a asumir pues, de lo contrario, no es posible tener por
irrefutable, para el caso, que el informe y conclusiones de la segunda
necropsia y exhumación son fiel reflejo de lo hallado, quedando así
huérfanos de un sustento material científico confiable.

3.22. Con todo, respecto a la experticia del Dr. Duque, es preciso


reseñar lo más relevante en el marco de la apelación y, claro está, las
demás, en conjunto.

Inicialmente se habla de trauma craneoencefálico indicativo, dice, de


que ‘hubo un trauma fuerte, por eso yo lo menciono como trauma
craneoencefálico severo.”,77 originado, en su opinión, “… por un
mecanismo contundente,… por lo tanto, el elemento que la causó indica
que la cabeza estaba quieta y el elemento vino y golpeó la cabeza, es
el mecanismo que explica este tipo de traumas en la ausencia de golpe
y contragolpe.”78

Igualmente, explica la presencia de trauma cervical79 advirtiendo que


'en la autopsia inicial no lo describen en lesiones externas, es decir, no
se refieren a golpes o traumas en el cuello externamente, por eso
indicaba que una explicación puede ser un movimiento violento en esa

77
Registro 3 00:11:02 a 0012:15
78
Registro 3, récord 06:05 a 07:06
79
“cuando hice la disección de los planos musculares del cuello, lo que yo hice fue separar el cuello y revisar
los planos musculares que se podían. Hay que aclarar que este cuerpo ya estaba en avanzado estado de
descomposición, entonces lo que se hace es unos corte en los planos musculares y separar las vértebras. En
este caso había hemorragias en los planos musculares, en la unión cráneo-cervical que es digamos donde la
cabeza reposa sobre la primera vertebra que se llama el ATLAS hay una zona de hemorragia, había
hemorragia en el espacio que hay entre la primera y segunda vertebra que es el espacio intervertebral c1 como
llama la vértebra c1 y c2 y había hemorragia en el canal medular que se alcanzaba a observar todavía.

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;zona donde se articula con la columna vertebral.”;80 sin embargo, el


empleo de expresiones, a renglón seguido, en el sentido que pudieron
haber ocurrido debido a movimientos de la cabeza, y por ejemplo por
traumas al rostro estando la persona inconsciente o en incapacidad de
resistir, abre espacios a la perplejidad y abona el campo a la crítica que
formula a la práctica de la primera necropsia, como la no disección del
rostro para establecer si hubo repercusión en la parte ósea de las
mismas, -en la que coincide con el perito Miguel Botella-, presencia de
una supuesta huella patrón y las, por él detectadas, hemorragias
premortem ubicadas en la parte cervical relacionada con la lesión sub-
mentoniana o inframentoniana.

El Dr. Botella, refiriéndose a la primera necropsia, localiza una fractura


de base de cráneo concordante con la fractura frontal, no evidenciada
durante la práctica de aquella, ni en la segunda.

Ahora bien, según la Dra. Brugal, no hay hemorragias, -advertidas por el


perito Duque en la segunda necropsia-, pues, ‘cuando hay lesiones en el
cuello hay una cantidad de lesiones que podemos encontrar: fracturas,
contusiones, hemorragia subranoidea, es un área bastante débil porque
está entre la cabeza y el cuerpo. Para llegar a esa conclusión se debía
revisar la estructura ósea, tejido blando, nervios, vasos, medula y toda la
base del cerebro.”, lo cual, evidentemente, no refleja la primera necropsia,
y la segunda tampoco, afectada sustancialmente por el defectuoso
procedimiento, del Dr. Duque.

No obstante, dice el Dr. Duque, de “la información que conocí que es


básicamente la inspección judicial del cadáver, la autopsia que se
practicó con medicina legal, una declaración de una perito, un estudio
que hizo otra perito de medicina legal, que es un estudio histopatológico,

80
Registro 3 Récord 00:12:25 a 13:42. se hallaron “hemorragias en los planos inferiores del cuello sin signos
de lesiones externas en esa parte del cuerpo, estas hemorragias pudieron haber ocurrido debido a movimientos
de la cabeza, por ejemplo por traumas al rostro estando la persona inconsciente o en incapacidad de resistir.”

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los álbumes fotográficos, la inspección al cadáver que lo hice


directamente y la bibliografía que consulte frente a este tipo de
casos.”81, concluye que la manera de muerte Luis Andrés Colmenares,
es “ homicidio....” pues, “fue un cadáver encontrado en el agua,
entonces, lo primero que hay que analizar es si fue un accidente, si es
agua suficientemente profunda para que la persona se ahogue o para
que hubiera sido arrastrado. En este caso el cuerpo solo tiene lesiones
en el rostro y dos escoriaciones en la rodilla, no tiene lesiones en
ninguna otra parte, no había signos de arrastre. Es una persona a la que
no se encontró que existiera un riesgo suicida, las lesiones que tiene en
el rostro fueron importantes, aunque no fueron idóneas para causar la
muerte… si la persona sufre estas lesiones y es llevado a un hospital la
persona hubiera podido haber sobrevivido.”82

Explica en la base de opinión pericial que la fractura que se observa en


la zona maxilar superior es conocida, de acuerdo con clasificación
internacional, “como fractura Le Fort I.”

Dice haber realizado el estudio óseo de los huesos del cráneo, … las
fracturas que tenía, que era básicamente fracturas en la parte frontal
derecha e izquierda, en las órbitas, fracturas en la zona nasal y fracturas
en los maxilares. Además de eso, revisé la unión cráneo cervical, es
decir revisar por debajo el cráneo, los demás huesos para revisar si
había o no; en este caso solo se encontraron fracturas en el macizo
facial.”83 Con relación a la fractura zona frontal lado derecho, zona
media y zona izquierda la describe -foto 1820 de su informe-84, sin que,
en ese aspecto, coincida con la Dra. Lesly.

81
Registro 3, récord 00:19:32 a 00:20:25
82
Registro 3 00:15:43 a 00:16:21 “Separé la piel del cráneo donde estaba la sutura y se limpió todo el cráneo.
Internamente lo que se encontró fue una serie de fisuras en el macizo facial, no había fracturas en la bóveda
craneal, es decir donde está alojado el cerebro, las fracturas estaban en la zona frontal, en la zona de la nariz,
en la zona del maxilar superior principalmente y algunos huesos de las orbitas. El cerebro no había ninguna
lesión. En la parte del cuello había una hemorragia, en la zona paravertebral había hemorragia entre c1 y c
2, había hemorragia en el canal medular…” registro 5, minuto 00:21:57
83
Registro ídem, récord 00:11:26-12:10
84
Registro 6, récord 00:27:43 y ss “…la fractura que se ve que bordea al lado derecho de la órbita, esa una
fractura semicircular que bordea la órbita, luego tiene una muesca hacia arriba, luego hay un fragmento que

103
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Encontró, en desarrollo del procedimiento, la presencia de una huella


patrón: “Hay un patrón de lesión en la zona frontal derecha compatible
con un golpe directo por un objeto de forma redonda u oval que tiene
pequeñas protuberancias, hay además otros sitios de fracturas y de
trauma en el rostro con signos de haber sido producidos por impactos
de alta energía.”85 Si se mira la fractura redondeada es la lesión que yo
indicaba tiene una forma patrón, es decir, ese borde tan nítido, ovalado
o circular no es propio de una fractura ocurrida naturalmente en el
cuerpo sino que el elemento que la causó quedó con esa forma, además
se ve con unas pequeñas escalitas o huequitos, que es una marca que
debió haber dejado el elemento que causó esa lesión, por eso ese tipo
de lesiones en forense se llama una marca patrón.”,86 la cual la perito
que practicó la primera necropsia no advirtió ni identificó.

Como para el perito Duque Piedrahíta uno de los puntos más relevantes
de su experticia era probar que no se verifica el fenómeno golpe contra
golpe, indicativo, según la defensa, de la ocurrencia de la caída,
concluye: i) no podría tratarse de fracturas producidas por una caída de
altura y, ii) las fracturas son ocasionadas por varios golpes con alta
energía, provenientes de varias direcciones.

Sobre el fenómeno golpe contra golpe señaló que sucede cuando la


cabeza, en movimiento, impacta contra algo rígido, como el piso,
inmediatamente el cerebro rebota dentro del cráneo y presenta lesiones
en el punto de impacto y en el sitio opuesto. Cita el libro Medicolegal
Investigation of Death, para ilustrar que el mecanismo golpe y

se va como por la mitad en el sitio donde está la sutura que es como la mitad de la zona del frontal, entra hasta
las órbitas, específicamente la órbita del lado derecho, tiene bastantes fracturas la órbita y la lesión tiene unas
fracturas lineales hacia abajo digamos verticales, también hay una línea de fractura que va hacia el lado
izquierdo del cadáver, hay una línea de fractura que va hacia la órbita izquierda que también tiene lesiones y
unas líneas de fracturas pequeñas, no es que esta se fracture y se parta en dos, sino que hay una línea de
fracturas que termina allí, eso permite saber si hubo por ejemplo un trauma y se irradian las fracturas o si
hubo más de un trauma o sea más de un impacto que causó primero una fracturas y luego llegó otra de un
impacto diferente.”
85
Registro 3, 00:09:30 a 00:10:50
86
Registro 5, récord 00: 44:01, continua registro 6, récord 00:01:20 y ss

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contragolpe es un patrón de golpe que se da, exclusivamente, en la


cabeza y en caídas de altura. Como el cerebro es gelatinoso y blando
cuando la cabeza se golpea contra un objeto, éste se va hacia adelante
golpeándose y al devolverse se contragolpea. Distinto es cuando la
cabeza está quieta y un objeto la golpea, en ese caso se produce trauma
en la superficie de la piel o puede haber una fractura y contusión
cerebral, pero no el patrón contragolpe.

En la zona frontal, dice, hay tres zonas de impacto: “Hay un foco de


impacto que afectó la órbita de esa zona frontal, hay otras facturas de
la órbita de la parte izquierda y hay un trauma en la mitad de la nariz.
Se ven fracturas del frontal con diferentes líneas de fractura incluyendo
la parte orbitaria del frontal, incluye la escotadura supra orbitaria, la
fractura afecta los huesos lagrimales. En el otro lado hay lesiones en la
zona frontal, también hay lesión aquí que abarca los huesos lagrimales,
hay lesión en la órbita y fractura de los huesos nasales, hay compromiso
de varios huesos que se resume básicamente en el frontal, las órbitas y
huesos nasales.”, e indica que las fracturas de la órbita derecha son
causadas por un mecanismo contundente de contusión, esto es, cuando
se golpea con un objeto y mucha fuerza.

Hace referencia, asimismo, a las lesiones y zonas de repercusión: “en


total hay 5 lesiones o zonas que tienen repercusión en el esqueleto y
hay 6 lesiones que no tienen repercusión en el esqueleto exhumado que
yo revisé. … Son lesiones importantes que causaron fracturas grandes,
específicamente la fractura del maxilar requiere un impacto fuerte y para
que se parta tiene que ser un impacto de alta energía. 87

En cuanto a los impactos y dirección, expone: “Lo que se ve en el


esqueleto solamente permite hacer algunas aproximaciones en las
siguientes lesiones: la que se ve en la zona ciliar digamos que entró

87
Registro 6, récord 00:27:59 y ss

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algo como de frente y alcanzó a oprimir el hueso del frontal, va como de


arriba hacia abajo y alcanza a reprimir de frente el hueso, la lesiones en
la zona nasal van de derecha a izquierda en el cadáver y la lesión en el
maxilar es una lesión que tiene una dirección principalmente de arriba
hacia abajo es como si todo el maxilar hubiera intentado descender y
eso explicaría que se haya partido en la parte del paladar. En las demás
lesiones con lo que se ve en el esqueleto no es posible dar una dirección
precisa.”88

En lo que concierne a la lesión sub-mentoniana o inframentoniana


“Tiene relación con la zona cervical, pues al haber encontrado
hemorragia en la zona cervical algo que explicaba un movimiento
severo en la cabeza podía ser una lesión que viniera de abajo hacia
arriba, es decir, como en un ángulo que hiciera que la cabeza se
sacudiera fuerte hacia adelante entonces si puede tener relación…”

En este contexto, el hallazgo de hemorragias en zona cervical para


explicar los traumas por la supuesta andanada de golpes está, como se
verá, en entredicho, pues por las falencias anotadas en el procedimiento
de la segunda necropsia, no hubo un examen microscópico del material
que, según el perito Duque, revela la existencia de hemorragias en esa
zona.

Para Máximo Duque, en todo caso, la manera de muerte de Colmenares


Escobar es homicidio, por cuanto: (I) El cuerpo solo presentó lesiones
en el rostro; (II) no había signos de arrastre; (III) no se encontró riesgo
suicida; (IV) al no presentarse el fenómeno golpe y contragolpe en el
cerebro las lesiones no tienen un patrón de caída; (V) existe una huella
patrón en la zona frontal derecha del cráneo y, (VI) en el cuerpo
concurren hemorragias cervicales, quedando en un estado de
irresolución si la finalidad de la exhumación se cumplió.

88
Escuchar récord 00:06:05 a 0:07:06

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3.23. Pues bien, como el sistema acusatorio de naturaleza adversarial


que nos rige, en el que un juez imparcial decide de cara a las solicitudes
de las partes, para el caso, frente a la acusación de la Fiscalía, fundada,
entre otras, en la prueba pericial anteriormente reseñada, ejerciendo la
defensa el contradictorio, no solo contrainterrogando al perito, sino
presentando evidencia de refutación, -a través del Dr. Botella-, es
preciso reseñar, también, los testimonios de estos en audiencia.89

3.23.1. Miguel Cecilio Botella López, contratado por la defensa90 de la


acusada Jessy Quintero para realizar pericia forense a fin de: (I) determinar
los protocolos aplicables en el proceso de exhumación en el caso de
Luis Andrés Colmenares, realizado por el Dr. Máximo Duque; (II)
definición o interpretación de las livideces cadavéricas que reposan en
el cuerpo de aquel; (III) estudio de rigor mortis; (IV) definición e
interpretación de las fracturas padecidas por Luis Andrés Colmenares,
con el fin de determinar si fueron ocasionadas por un solo evento o
varios eventos; (V) determinar la existencia o no de huella patrón; (VI)
análisis de los mecanismos que produjeron los traumatismos óseos;
(VII) análisis antropológico de la fractura de la zona maxilar y la
posibilidad de producir un edema masivo; (VIII) posibilidad científica de
hallar signos de edema masivo en la zona maxilar del cadáver de Luis
Andrés Colmenares 10 meses después de fallecido y, (IX) análisis
antropológico forense de la evidencia hemorrágica cervical y su relación
con la fractura de la zona frontal.

Natural de España. Licenciado en medicina y cirugía, diplomado en


arqueología en la carrera de humanidades, doctor en medicina y cirugía
desde 1976. En 1971 siendo estudiante de medicina creó el laboratorio de
antropología de la universidad de Granada. Para la fecha en que rinde
testimonio dice ser catedrático de evolución humana, antropología física,

89
Artículo 420 C. de P.P.
90
Récord: 00:31:02. Audiencia preparatoria del 10 de abril de 2013 – Solicitud probatoria.

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paleo patología y antropología forense de la universidad de Granada,


director de laboratorio de antropología de esta.91 Realiza informes
antropológicos forenses, además es miembro de la sociedad española de
antropología física, presidente de la asociación de antropología y
odontología forense. Ha practicado más de mil exhumaciones y en tema de
antropología forense una experiencia de más de 25 años.

La información, en la cual funda sus conclusiones, se la brinda el examen,


entre otros, de 35 fotografías que reposan en el informe de la inspección
técnica a cadáver, informe pericial de necropsia realizado por la Dra.
Lesly Del Pilar Rodríguez, dictamen final, asesoría forense de agosto
15 de 2010, un documento elaborado y firmado por el Dr. Máximo
Duque Piedrahita, médico cirujano y especialista en medicina forense y
antropología forense, con cd anexado con registro fotográfico de 221
placas en formato digital.

Con base en el análisis de la anterior información concluyó, de acuerdo con


su experiencia académica y profesional que: “1) en la primera autopsia no
se tuvieron en cuenta elementos que debieron ser estudiados…” como
diseccionar todo el rostro de Luis Colmenares con el fin de determinar la
repercusión de las lesiones en tejidos blandos en el cráneo; “2) la
exhumación no cumplió con los protocolos; 3) las livideces cadavéricas
indican que el cadáver se movió de su posición original cuando todavía no
estaban formadas las primeras; 4) el cadáver tenía una rigidez completa
por lo que la muerte debió ocurrir 24 o 36 horas antes de la autopsia; 5) las
escoriaciones de la rodilla corresponden a un episodio anterior que no se
relaciona con el que produjo la muerte; 6) la fractura fronto parietal derecha
no existe; 7) no hay escoriación de los restos exhumados sino
momificación, 8) por la manipulación del cuerpo durante la exhumación se
causaron nuevas fracturas y pérdida de fragmentos de huesos; 9) fractura
91
El laboratorio tiene por objeto: i) docencia universitaria (curso de grado, posgrado y doctorado), ii) actividad
investigadora (tienen la mayor colección de material esquelético de Europa lo cual les permite investigar y mejorar
nuevas técnicas de análisis de traumatismo fractura, establecimiento del sexo, edad, etc.) y, iii) elaboración de estudio
de análisis antropológico forense para la justicia en España como del extranjero.

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de base de cráneo concordante con la fractura frontal que no se describió


ni en la autopsia inicial ni en la exhumación, 10) todas las fracturas de la
cabeza corresponden a un mismo evento; 11) el conjunto de fracturas de la
zona frontal, cara y base de cráneo constituyen una fractura por golpe que
incluye la nariz y el maxilar; 12) las fracturas son compatibles con un fuerte
impacto en la frente con una superficie dura e inmediata caída al agua
dónde se produjo la muerte por sumersión;13) no existen lesiones patrón
sino fracturas por mecanismo de alta energía en la cara, y, 14) no es posible
pronunciarse sobre hallazgos de hemorragia en el cuello porque no se
aprecia en las imágenes y no se hizo estudio histopatológico que lo afirme
o rechace.”, rescatando para lo que aquí importa, relevantes, la número 1,
2, 6, 8, 9, 10, 12, 13 y 14.

En efecto analizó, como expuso atrás, las formalidades y procedimiento


observado en la diligencia de exhumación del cuerpo practicada por el
perito de la Fiscalía, doctor Máximo Duque, que de cara a los protocolos
internacionales antropológicos forenses lo llevan a colegir no se siguió:
“ningún protocolo, que esto no correspondía a ningún protocolo y que
estaba fuera de lo establecido en cualquier sitio del mundo”… “un féretro
muy roto con unos restos humanos presumiblemente los de Luis Andrés
Colmenares, que en ese momento se le está quitando la ropa, está en el
piso en la tierra del cementerio, la persona que está haciendo eso está
sobre la tapa del ataúd y tiene una tijera y un cuchillo de cocina…
“contradice todo lo que hemos hablado de los protocolos, la primera
premisa que se establece es que hay que preservar todo ese conjunto de
evidencia, y esa evidencia es lo que después nos va a servir para establecer
la inferencia necesaria y necesita privacidad, un lugar donde realizar el
trabajo de una manera coherente, estamos viendo en el suelo del
cementerio un material no apropiado, incluso contaminando el material que
había encima de la tapa el ataúd, el ataúd con un material no adecuado y
desde luego la manera como se está cortando la ropa no sería la adecuada
para preservar la evidencia, insisto que lo fundamental es preservar la

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integridad y el respeto a ese cuerpo… “lo primero que se observa es que


la cabeza está fuera del sitio lógico donde tenía que estar, la cabeza está
muy inclinada hacia adelante y es porque el ataúd se ha apoyado sobre un
escalón, se ha alterado la morfología normal de ese cadáver, la posición de
la cabeza esta forzada. También estamos viendo dos personas, una sin
guantes participando en esto y no está identificada en el informe que ha
consultado, no se ha respetado la cadena de custodia, hay creo que
presumiblemente una tercera persona que lleva un paraguas para dar
sombra a un lugar y tiene que haber la persona que es la que hace la
fotografía…”

Así, la posición en la que se colocó el cuerpo, una vez exhumado, alteró la


morfología del cadáver porque “en cualquier exhumación hay que preservar
como estaba ese cadáver, en qué situación se encontraba, en que forma
estaba. En este caso al sacar el cuerpo de la tumba se ha dejado descansar
la cabeza en un escalón y el resto en otra parte, es decir, se ha alterado
completamente, todavía tiene restos de los pantalones y ya se le está
levantando la pierna”. Dice, “se ha alterado la cadena de custodia ya que
hay personas no identificadas, con una temperatura y características que
no son las adecuadas para realizar un estudio de esa índole… Por ejemplo,
con ese sol ya se pueden estar secando elementos, pero sobre todo se
altera la cadena de custodia porque hay personas no identificadas, sin la
protección adecuada contaminando el lugar…” En la exhumación “De una
forma absolutamente burda se cortan trozos del muslo y de la pantorrilla
para ver si hay alguna infiltración o algún edema. Si no había en el cadáver
fresco cómo lo va a ver después de un año, es un procedimiento
demencial.”

Asegura, cuando es preciso explorar el hueso “lo más lógico es hacer una
radiografía porque es un procedimiento no invasivo y demostrativo, útil y
más seguro que un procedimiento de disección reglada que no es este
caso. Si se tenía la sospecha de una fractura se debió tomar una radiografía

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y no haber hecho esto. El momento de tomar la radiografía es antes de


tocar los restos, antes de empezar el proceso, se ve claro en la fotografía
que se pudo disponer un aparato de rayos x y desde luego (sic) se dispuso
luego (sic) también se podía haber hecho esto, evitarse esa alteración tan
drástica del material…. Tanto en el informe como en las fotografías que se
han presentado en el informe se dice se trasladó la cabeza a un hospital y
se ven las radiografías que se hicieron, entonces igual que se hicieron las
radiografías se debería haber hecho con todo.”

Continúa, “los restos están puestos sin la cabeza, la cabeza ha sido


eliminada y ha sido trasladada de sitio, está en el suelo, se puede ver cuál
fue el declive, el cadáver estaba horizontal y sin embargo el cuello y la
cabeza estaban muy torcidas. Estamos viendo además algo que no puede
aparecer en una autopsia que restos de tejido de una parte y otra, restos
de venda y tejido resultado de la putrefacción...”

Respecto a la forma de limpieza del material, dice, “sobre el piso de tierra,


se echa agua con un jarro de plástico, se ve como falta la porción anterior
del seno, es verdad que hay una fractura conminuta, es decir, una fractura
en fragmentos y hay muy pequeños fragmentos. Cuando estamos
lavándolo así muchos fragmentos pueden caer al suelo y pueden caer a
esa tierra que está húmeda, se está perdiendo evidencia de una manera
que no debió haber sucedido… el agua es correcto para lo que se está
haciendo, pero en un lugar donde se pueda recoger hasta la más mínima
esquirla de hueso que tenemos, con que falte una esquirla ya tenemos una
alteración seria. Un lugar cualquiera para recoger ese tipo de evidencia,
puede ser una sala de autopsia, en lugar concreto donde el agua que
escurra no arrastre cosas y si lo arrastrare lo pudiéramos ver.”

Cita, “Tenemos la parte interna del cráneo, el endocráneo, la calota


craneana que está cortada por la autopsia primera; se ve la vértebra
primera el atlas, la segunda, tercera, cuarta y quinta y se habla de que ahí

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hay hemorragia, pero también vemos uno, dos, tres, cuatro dientes que se
han caído, falta esa porción del seno anterior frontal que después se ve
reconstruida y puesta. Dentro de la arquitectura del cráneo hay un hueso
impar que es el hesmoide que forma la parte alta del tabique nasal que
forma parte de la parte interna de las órbitas y también tiene una superficie
rectangular con agujeritos que se llama laminacribosa, esos agujeritos que
son variables es por donde sale del cerebro los nervios a olfatir, en el centro
en el tabique hay un levantamiento del hueso que se llama apófisis crista
galli aparece desviado, aquí se ve que esta torcido y no es lo normal, la
apófisis crista galli deformada hacia un lado es signo de certeza de fractura
puesto que la crista galli no está en ningún caso yo no he visto ninguno en
mi vida.”

Concerniente a las consecuencias de dicho procedimiento, explica, “Sin


duda alguna va a dejar marca en el hueso, también con la hoja y con ese
cuchillo tan grande es inevitable que rebane parte de la vértebra sobre todo
la apófisis puntiforme que son bastante delicadas y para poder separar el
cuello tiene que entrar y destruir, evidentemente el daño es irreparable.
Aquí la tarea era observar elementos que no se hubieran visto en el otro
procedimiento y estamos investigando lo opuesto a lo que se dijo: “La
finalidad de la exhumación depende del tipo de exhumación y para que se
haga “es tratar de obtener a través de la evidencia del cuerpo que tenemos
allí el mayor número de resultados posibles que nos ayuden a solucionar el
caso, el análisis minucioso de la evidencia para obtener mayores datos
posibles.”

Referente a las livideces cadavéricas coincide con la médica que


practicó la primera necropsia en el sentido que, según las fotografías de
inspección técnica a cadáver y necropsia, en este se dan dos tipos de
livideces, decúbito dorsal y decúbito prono, lo que demuestra que el
cuerpo tomó, ya fallecido, dos posiciones.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

Respecto a huella patrón, dice, en ninguna de las lesiones analizadas,


según las imágenes de la necropsia inicial, se encontró lesión patrón o
huella patrón, pues luego de explicar cuándo y cómo ocurre este
fenómeno, contrario a lo señalado por el Dr. Máximo Duque, no puede
haber, en este caso, una lesión patrón, solo en el hueso, ya que
necesariamente tenía que aparecer en la piel, situación que no se
evidencia, como tampoco lo comprobó la Dra. Lesly Del Pilar Rodríguez.
Para realizar el estudio de una lesión patrón lo primero a revisar es la
piel, porque es ahí donde queda marcada la lesión, luego si ocurre
puede, dependiendo del objeto, reproducirse en el hueso.

Por otro lado, expone, y cita textos, las lesiones fueron causadas “ por
un impacto de gran energía, el punto de impacto es la región frontal, el
punto de impacto de gran energía el que provoca toda esa sucesión de
fallo en el hueso y esa serie de fracturas, el punto que provoca eso tiene
que ser necesariamente un impacto de gran energía en la región frontal
en la zona ciliar de la ceja derecha.” “La energía del impacto se trasmite
en dos direcciones, la energía se trasmite en el objeto que impacta y el
objeto impactado, ejemplo, un puñetazo, si yo le doy un puñetazo a una
persona con la energía que sea, parte de esa energía, la mitad pasa a
mi puño y la otra mitad a la otra persona… para el caso, el impacto que
sufrió Colmenares es perfectamente compatible con una caída de
altura, contra un elemento sólido, en este caso la energía no se trasmite
al elemento sólido, se trasmite exclusivamente al cráneo…” de ahí las
múltiples fracturas que reposan allí. “…. Todo el conjunto de fracturas
que se observan en este cadáver corresponde a un mismo momento,
…” Agrega haber encontrado una fractura de base de cráneo no
identificada por el Dr. Máximo Duque, ni la Dra. Lesly Rodríguez,
denominada “fractura lineal base cráneo, …”

En cuanto a hemorragias en la zona cervical, advera, no existen, y si lo


que pretendía el perito Duque era establecerlas, no ha debido decapitar

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Segunda instancia
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la cabeza con un cuchillo, tampoco lavar los restos con agua,


transportar las vértebras cervicales a varios lugares, dejar partes en el
suelo, después trasladar las mismas a una caja de cartón. Lo
procedente era un estudio histológico para determinar, de manera
científica, la existencia de la aludida hemorragia. Además, porque no
existe la posibilidad de hallar un edema después de 10 meses de
fallecido “toda vez que, si se han momificado los restos, se ha perdido
el agua, se ha perdido los líquidos orgánicos, es matemáticamente
imposible que se forme el edema.”

Así mismo, indica que el Dr. Máximo Duque, ocasionó durante la


segunda necropsia una fractura en el cráneo, que no aparece en la
autopsia, ni en el informe de la autopsia, ni aparece en el primer
momento de la exhumación.

3.24. No se requiere, pues, de conocimientos especiales para corroborar


objetivamente que, sin duda, el procedimiento de exhumación y segunda
necropsia desarrollado por el Dr. Duque, al margen de las características
del lugar y que se practicara en un país como Colombia, presenta serios
desatinos e inexactitudes que, a la postre, restan confiabilidad a su opinión
pericial y conclusiones.

Por tratarse de una necropsia, -la segunda-, era preciso documentar


ordenadamente y con técnica los hallazgos iniciales, así como fijarlos
con tino en fotografías y radiografías, si fuere el caso, antes de iniciar la
fase invasiva y de manipulación del cuerpo, procurando mantener su
indemnidad dada la fragilidad y estado por el tiempo transcurrido,
evitando la pérdida de restos óseos. Incluso, estima la sala, ha debido
fotografiarse el fondo del féretro con el fin de verificar la existencia de
posibles partes desprendidas.

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Radicado No 110016000000201200141-01

Es que nótese, a modo de ejemplo, el caso de los dientes sueltos debido


a la pérdida de anclaje, desorganizados, como se aprecia en las fotos,
o el traslado de la cabeza al aire y sin medidas de seguridad que
garantizaran su inalterabilidad tratándose, como se trataba del objeto a
examinar por excelencia.

Con todo, a manera de ejemplo, en las imágenes 1718, 1719, 1720 y


1721 se observa el cuerpo en el piso. El perito desprende la cabeza
utilizando un cuchillo de cocina, lo cual es factible, pero sujeto a un
tamaño adecuado, luego la deja sobre una parte del ataúd que reposa
en el suelo. En la foto 1740 la cabeza descansa sobre una caja de cartón
utilizada como mesa en todo el procedimiento de necropsia. En la
imagen 1752 desprende restos de tejido con sus manos de una parte
de la cabeza, la otra parte, que parece la calota, está en el piso. En las
imágenes subsiguientes extrae el resto de los tejidos también con sus
manos. Las fotografías 1759 y siguientes enseñan partículas de tejido
y fragmentos de hueso dispersos sobre la caja y superficie de tierra.

Desde la fotografía 1765 hasta la 1793 se observa que desprendió parte


por parte el cráneo y procede a fotografiar sobre la misma caja. Ninguna
de las fotos, empero, muestra dónde están los otros fragmentos, ya
analizados o que iba a analizar; tampoco usó testigo métrico para
ilustrar el objeto de la foto. Sobre esto en el juicio nada dijo el experto.

La foto No. 1793 muestra al Dr. Máximo Duque sentado, examinando


una parte del cráneo, otras partes están en el suelo y encima de la caja,
a su alrededor hay por lo menos tres personas sentadas,
acompañándolo, ya se dijo, sin ningún tipo de indumentaria
reglamentaria.

En la imagen 1800 y siguientes se observa lavando con agua todas las


partes de la cabeza: una persona riega agua con una vasija común y

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corriente mientras Máximo Duque, agachado, sostiene la pieza. Esto lo


hace sobre tierra. Las fotos 1807 a la 1817, muestran al perito en el
hospital tomando radiografías.

Consecuencia del inusual procedimiento, para lo que aquí importa,


quedó demostrado en el juicio que existió una “fractura concoidea en la
región supra-ciliar” en el cráneo objeto de examen, con pérdida
sustancial ósea, determinada por los doctores Miguel Botella y Germán
Alfonso Aguilar Méndez. Máximo Duque, por su parte, señaló que se
trató de una fractura en la zona frontal lado derecho, zona media y zona
izquierda, independientes cada una; los recurrentes, a su turno, indican
que se ocasionó antes de la exhumación.

La juez acoge la opinión de los peritos de la defensa, quienes aseguran


que la fractura se causó por el mal manejo de los restos del cadáver. Lo
cierto es que, en las fotografías iniciales tomadas al cráneo, antes del
procedimiento, (ver fotos 1721 y 1745), contrastadas con las fijadas
después, (ver foto 1818 y siguientes) no se aprecia esa fractura.

De esta suerte cabe preguntarse: -interrogante que evidencia la falla en


el seguimiento de los protocolos- cuándo se causó la fractura? cuando
fue desprendido el cráneo del resto del cuerpo para colocarlo en la caja
que se utilizó como mesa? cuando lavó el cráneo con la vasija de agua?
cuando arrancó tejido momificado sin utilizar ninguna solución química
como recomienda el manual de autopsia de medicina legal? o cuando
lo trasladó al hospital sin que se sepa el procedimiento y cadena de
custodia observado.

Todo apunta a que, como se expuso en párrafo anterior, la fractura se


originó después de la exhumación y en el marco de la segunda
necropsia, lo que lleva a considerar que no todas las fracturas

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relacionadas por el perito Dr. Duque son premortem, acrecentando la


percepción de ineficacia del peritaje.

3.25. Como perito de la defensa de la acusada Laura Moreno acude a juicio


oral la Dra. YOCASTA BRUGAL MENNA, médico cirujana de la universidad
de Barcelona-, especialista en patología anatómica, en patología forense,
rectora de la escuela de medicina San Juan Bautista en Puerto Rico desde
el año 2003 hasta la fecha; laboró 25 años en laboratorios de patología de
medicina forense con el gobierno de USA.

Expresa que la defensa de aquella solicitó establecer la causa y manera de


muerte de LUIS ANDRÉS COLMENARES. En esa dirección tuvo en cuenta
declaraciones juradas, fotografías de inspección al lugar de los hechos,
autopsias y exhumación.

Respecto a los hallazgos de los otros patólogos dijo: “Los hallazgos


principales en la primera autopsia fue un trauma cráneo cerebral y una
asfixia por aspiración, básicamente esos fueron los hallazgos en la primera
autopsia, aparte por supuesto de la inspección a cadáver las livideces, la
rigidez cadavérica, los hallazgos macroscópicos que se hicieron en ese
momento y las conclusiones que hizo la doctora Rodríguez que hizo la
primera autopsia. En la exhumación se observaron más fracturas en la cara
que no se observaron en la primera pues en esa solo se observaron
fracturas frontales, en la primera se me olvidó decir que había laceraciones
en la cara las cuales no se pudieron ver en la segunda autopsia por el
estado de descomposición del cadáver. La determinación de la primera
autopsia fue que la causa de la muerte era compatible con una asfixia por
aspiración y como contribuyente una cifra adaptada con sangre y un trauma
cráneo cerebral. En la segunda se determinó trauma cráneo cerebral y que
la manera de muerte fue un homicidio, eso lo que se encontró.”

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En su opinión “la causa de la muerte fue asfixia con aspiración y la manera


de la muerte accidental,” por lo siguiente: “no hay duda que había una
asfixia por aspiración, no hay duda que había unos golpes en la cara con
múltiples fracturas, abrasiones y laceraciones que no producen la muerte ni
algo grave, pero si la fractura de los huesos que aunque no producían
necesariamente la muerte si producían una serie de consecuencias que
podían contribuir a la muerte, como por ejemplo: una conmoción cerebral y
tenemos la cifra alta de alcohol que también contribuyen porque producen
una serie de alteraciones al sistema nervioso central.”.

Se fundamenta en que: “de los documentos de los hallazgos, las fotografías


cuando el cadáver estaba en condiciones normales, o sea recién había
ocurrido la muerte y ahí podíamos ver los cambios que hay cuando hay
asfixia por sumersión, también pude leer el protocolo de necropsia porque
ahí me relataba el hallazgo en ese momento en el cuerpo del occiso,
también hice lo mismo con la segunda autopsia de la exhumación leí el
contenido y las conclusiones de ambos. Ninguna de las dos conclusiones
me hizo llegar a la conclusión mía, aunque pueda coincidir con alguien…”

Por ello, hace referencia a las conclusiones de la Dra. Lesly Rodríguez en


cuanto a manera de muerte; sin embargo, en su opinión, no es por
determinar, sino accidental, por cuanto las características de las fracturas
apoyan la hipótesis que las lesiones se produjeron de ese modo; además,
dice, las lesiones se encuentran en una sola parte del cuerpo.

Alude, asimismo, que en la primera autopsia no se encontró ninguna


evidencia de trauma a nivel de las estructuras del cuello. En la segunda
autopsia o exhumación que se realizó no había fractura, “no había nada
importante a nivel de la estructura ósea, excepto que se relata un área
oscura compatible con una caída, estamos verdaderamente frente a un
cadáver con un estado de descomposición donde no vemos fracturas,
generalmente para producirse lesiones vertebrales son cortes en el cuello

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Radicado No 110016000000201200141-01

que no vimos, para producirse lesiones en la medula , la 1 y la 2 están muy


cómodas, tendríamos que tener una fractura y las esquirlas óseas en el
canal de la medula. Lo que nosotros vemos ahí es compatible con
putrefacción.”

Dice, ciertamente, no haber estado presente durante la práctica de las dos


necropsias, por lo que se remite a “los relatos de las autopsias y las
fotografías, qué es probable y qué no es probable. Encontramos que no
había fractura descrita en ninguna de las dos autopsias, en la exhumación
se habla de unas hemorragias, pero eso me parece más bien cambio de
putrefacción, no se puede hablar de daño en la medula porque la medula
no se encuentra. Si realmente se hubiese producido un tipo de laceración
a nivel de los vertebrales, si hubiese alguna de las dos lo más normal es
que se tuviese una hemorragia subaranoidea a nivel del cráneo y en el
cerebelo y probablemente subaranoidea en el punto del cerebro, y nadie
vio esa hemorragia lo que me lleva a mí a concluir que eso era un cambio
pos-mortem”.

Respecto a la lesión patrón observa, “Según la experiencia y literatura este


tipo de lesión se traduce generalmente en una caída, porque en una caída
no hay depresión en el centro, es regular, parece redondeada, pero si la
vemos bien no es redondeada. El hueso frontal está formado por dos tablas
duras, la interna y la externa, entonces aquí vemos en el medio del mismo
el tejido confuso(sic) ahí es donde van los vasos que va a mantener las
células que forman los huesos.”, de donde colige que no existe.

Sobre las livideces anteriores y posteriores concuerda con las conclusiones


formuladas por la Dra. Lesly Rodríguez y Miguel Botella.

De otra parte, dice, en el evento de trauma puede ser producto de una caída
contra una superficie dura que, a su turno, provocó múltiples lesiones: “las
lesiones son compatibles con un solo golpe. La persona tenía lesiones en

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el lado derecho e izquierdo de la cara lo que me da a mí a pensar que es


compatible con una caída. La manera de la muerte para mí es una caída.”

Con relación a la lesión que deja ver la fotografía No. 3327 y 3328 de la
necropsia inicial, ubicada en la cara en la región inframentoniana, en su
criterio, no fue causada con un mecanismo contundente. Dice “es una
abrasión, las abrasiones siempre son por fricción, esta rodeadas por una
pequeña área de contusión que podría ser al caer… una lesión contundente
se produce por un objeto que no tiene filo, puede ser una pared, un bate,
un puño o una serie de cosas”. Las laceraciones que describió la testigo no
fueron causadas por un mecanismo corto contundente, las abrasiones se
produjeron con un mecanismo que produce fricción, las contusiones del
rostro “fueron causadas por un mecanismo contundente.” En lo tocante a la
lesión del mentón, “es parte saliente de la cara igual que la nariz que son
los lugares donde va a producirse el daño en la piel como puede ser en los
huesos no necesariamente tiene que haber fractura debajo de cada lesión.”
Imágenes 3327 y 3328: “vemos las abrasiones que veíamos en la región
mentoniana, múltiples abrasiones y un área de contusión que rodea esta
abrasión. La abrasión se ubica en la parte inframentoniana que puede ser
durante la caída o en otro momento, puede ser después de la caída, pero
recuerden que esto es una piel que se mueve.”

Sobre la imagen 3324, -laceración frontal derecha-, dice, ahí no hay


dirección; cuando se habla de direcciones refiere, por ejemplo, a herida de
bala. Aquí no se puede decir absolutamente nada sobre dirección. “En la
bóveda craneana de Luis Andrés colmenares no se encontraron fracturas.”

Reseña que el fenómeno golpe contragolpe no se produce en las caídas


de frente, solo las occipitales. Cita a título de fundamento teórico el libro de
patología forense de VICENTE DIMAYO sobre la contusión y contragolpe.

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Concerniente a las lesiones en el cuello la testigo refiere la primera autopsia


realizada por la doctora Leslye donde “aparece en el examen externo que
se examinó y no aparecen lesiones. Hay constancia que ella removió la
laringe y la tráquea, no hay constancia de que ella examinó la columna
vertebral, el cuello posterior tampoco… lo único que a nosotros nos explica
esas fracturas es una caída. La conclusión la hacemos a base del todo, no
hay análisis de herida por herida porque todas ellas tienen un mismo patrón
que son laceraciones, verdaderamente lo que nosotros tenemos en cuenta
son todos los hallazgos, aquí hay varias laceraciones y casi siempre las
laceraciones van siempre de acuerdo a las prominencias por lo tanto
cuando nosotros definimos un trauma que es en la cara la prominencia
actúa como algo duro y la piel se abre y es lo que se llama laceración.”

De la imagen No. 3324 de la primera necropsia, señala, “la lesión ocupa


todo el frente de la cara, es casi imposible que le hubieran dado golpes aquí
y golpes aquí, la única manera que podemos pensar que esto ocurrió así
es que se cayera, además que llena todos los criterios, por ejemplo el ala
del sombrero en ambos lados, laceraciones en los lugares más
sobresalientes, tenemos aquí los dientes con una la laceración producida
probablemente en la caída, también abrasiones en el mentón que nos
ponen en el contexto de una caída.”

A manera de conclusión expone que, “dentro de las probabilidades, lo más


probable es que las fracturas son compatibles con una caída de altura.” ,
ello porque en “ciencia hablamos de grado de probabilidad, es probable, es
posible, lo que más se acerca a la verdad.”

3.26. También como perito de la defensa de Laura Moreno concurre al juicio


oral el Dr. GERMÁN ALFONSO AGUILAR MÉNDEZ, odontólogo
especialista en radiología maxilofacial de la universidad de Chile,
especialista en endodoncia, docente en varias Universidades de Medellín,
conferencista sobre el área de radiología a nivel nacional e internacional. El

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objeto de su pericia es un estudio radiológico maxilofacial, con el fin de


verificar si las fracturas en el cráneo de Luis Colmenares son
compatibles con caída de altura.

Expone, de acuerdo con la bibliografía médica y odontológica en pacientes


con lesiones en el seno frontal se debe buscar otras fracturas en el tercio
medio de la cara, ya que el 85% de estos pacientes con este trauma en el
seno frontal tienen fracturas en otras estructuras del maxilar superior. Dice,
refiriéndose a “el paciente tenía una fractura en el seno frontal y fracturas
en el macizo maxilo facial que corresponde a unas fracturas tipo 3
combinadas muy compatibles con una caída según mi experiencia y según
lo que aparece en la literatura.”

Indica haber observado doce fracturas. Sin embargo, aclaró “depende de


la persona que haga el informe porque hay unas fracturas conminutas.
Conminutas es cuando se fractura un hueso y se parte en múltiples
fragmentos que es lo que se presenta en este caso en particular aquí en la
zona del frontal en los huesos propios de la nariz y en los huesos lagrimales,
entonces si alguien empieza a especificar cada una de las líneas pudiera
llegar a más fracturas, pero en general cogiendo cada uno de los huesos
de la cara y los rangos principales doce.”

Encontró “una fractura en el seno frontal con depresión de la tabla externa


derecha y se desplaza la fractura al lado izquierdo del paciente, hay fractura
de los huesos propios de la nariz, hay fractura de los huesos lagrimales de
forma bilateral, hay fractura del maxilar superior, una fractura lefor uno, en
el lado derecho por encima de las raíces de las piezas dentales hay dos
fracturas palatinas que van de adelante a atrás, hay fractura en el arco
supra orbitario derecho, en el arco supra orbitario izquierdo, en el arco
infraorbitario izquierdo y se presentan dos fracturas en base de cráneo
longitudinales que van desde el hueso esfenoides.”

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Según el perito, de acuerdo con las radiografías tomadas por el Dr. Duque,
“El triángulo de las heridas que el joven colmenares tenía era desde la base
del hueso frontal, incluyendo la glabela, las apófisis fronto maxilares y
maxilo frontales y los bordes externos de las orbitas…las fracturas están en
el tercio medio de la cara, en ese triángulo están las fracturas tipo lefor uno,
dos y tres… “Las fracturas del seno frontal cuando es únicamente la tabla
externa, siempre hay que buscar en los exámenes que hacemos otras
fracturas de otros huesos del maxilar a los pacientes, porque se presenta
que la energía del golpe distribuye fracturas por las líneas de clivaje y es
ahí donde se presentan las fracturas tipo lefor uno, dos y tres combinadas.”

Finalmente, dice, “Lo que pude confirmar sobre el trauma es que muy
probable que haya sido por una caída.”

3.27. De lo anterior se colige, ante la necesidad de acreditar la manera


de muerte, que acerca de la causa no existe mayor controversia en tanto
se concluyó que fue por asfixia por sumersión en medio líquido,
coadyuvada por la depresión del sistema nervioso central, trauma
craneoencefálico y su estado de embriaguez -circunstancia que
evidenciaría, como concluye inicialmente la perito médico-legal Lesly
Rodríguez, que Luis Andrés murió dentro del caño, no en otro lugar-,
luego de caer en él, de acuerdo con la defensa, o ser colocado allí,
muerto, según la acusación o, golpeado e inconsciente, de acuerdo con
los alegatos de conclusión del ente acusador, luego se imponía
determinar, se itera, a través de opinión experta, si teniendo claro que
la manera de muerte fue violenta respondía a una acción ejecutada por
la propia víctima o por terceros, en el primer caso cabe la hipótesis de
un accidente, en la segunda un homicidio.

Esta conclusión, pese a que no resuelve el tema central sobre la manera


de muerte, si desdice de la teoría inicial de la Fiscalía expuesta en la
imputación, acusación y alegatos de conclusión y, de igual modo, la

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hipótesis planteada por el Ministerio Público en el recurso de apelación,


consistente en que Colmenares Escobar, tras ser golpeado y ultimado
en un lugar diferente al caño ‘El Virrey’, es luego trasladado al interior
del box coulvert ya fallecido.

Persiste, empero, el interrogante acerca de la manera de muerte frente


a divergentes opiniones expertas: para la perito de la Fiscalía Dra. Lesly
del Pilar Rodríguez, médica del Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, autora de la primera necropsia, por determinar;
homicidio según el Dr. Máximo Duque Piedrahita, perito de la Fiscalía
y, para los demás, -Drs. Yocasta Brugal, Miguel Botella y Germán
Alfonso Aguilar-, del bloque de la defensa, compatible con una caída de
altura.

La coexistencia entonces, de plurales opiniones periciales conduce, en


todo caso, a su valoración racional en conjunto con los demás
elementos materiales de prueba y evidencia física, mirando, además de
la calificación de los peritos, el procedimiento observado, justificación y
rigor científico de las conclusiones, amén de la imparcialidad, lo cual
debería permitir al Tribunal, una vez decantada y como criterio auxiliar
de la decisión de fondo, arribar a un conocimiento más allá de toda duda
sobre el presunto delito y responsabilidad.

Sin embargo, el estándar probatorio que demanda el artículo 381 del C.


de P.P., no se alcanza, pues no solo se ofrece información y
conclusiones definitivamente contradictorias, sino que presentan
falencias en el procedimiento desarrollado, afectando la fiabilidad del
conocimiento experto y la credibilidad de los peritos, amén de la
compleja prueba testimonial.

Nadie discute, desde luego, la pertinencia y utilidad de la pericia como


medio de prueba a tenor del artículo 382 del C. de P.P., en este asunto,

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juicio de admisibilidad realizado en la fase correspondiente de la


audiencia preparatoria, pues se trataba de acreditar, a través de ella, la
manera de muerte de Luis Andrés Colmenares; de ahí que la
controversia de fondo haya girado, esencialmente, en si fue obra de un
homicidio o un accidente. Por ello, desde un principio se planteó la
necesidad de su práctica, toda vez que no es posible determinarla sin
el concurso de peritos expertos en esa materia por corresponder a un
conocimiento del que el operador judicial carece.

Y, claro está, el hecho de estar ante una muerte controvertida respecto


a su manera de ocurrencia ha demandado verificar la observación
minuciosa de los protocolos de necropsia y exhumación con mayor
exigencia. Para el caso, ya se vio, se practicaron dos necropsias y
exhumación del cadáver; la primera, significativa, pero incompleta,
realizada por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez, del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, y la segunda, ante los vacíos
revelados por el ente acusador, -11 meses después-, implicó,
lógicamente, la exhumación de los despojos mortales por parte del Dr.
Máximo Duque, incurriendo en las mencionadas falencias, a la postre,
origen de su desestimación.

En ese orden de ideas, a juicio de la Sala, la Fiscalía no probó su teoría


del caso, pero tampoco la defensa.

Obsérvese:

En primer lugar, el bloque de la defensa no pone de presente, -y ello era


importante-, expresamente, las limitaciones propias de una prueba
pericial basada, no en la apreciación directa del objeto, sino a partir de
informes e imágenes generadas por otros peritos, a la vez resultado de
la primera y segunda necropsia y la exhumación del cadáver, ésta última
a cargo de la Fiscalía, enérgicamente criticada en la sentencia, amén

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que se abstuvo de contrainterrogar al perito DUQUE PIEDRAHITA, so


pretexto de una estrategia defensiva consistente en formular las
preguntas que cuestionan la experticia a los peritos de descargo.

Nótese cómo la Dra. Yocasta Brugal, perito de la defensa, en el contexto


aludido, reconoce que “no es lo mismo ver las fotos que examinar los
tejidos.” cuando toca el tema de la supuesta hemorragia cervical
detectada por el Dr. Duque. Y si bien existe una explicación razonable
acerca de porqué a la opinión pericial de este se le resta confiabilidad
y, por consiguiente, es claro que la Fiscalía no demostró su teoría del
caso, frente a la generada por el bloque de la defensa se echa de menos
ese juicio bajo criterios de razonabilidad y ponderación.

El siguiente ejemplo, relacionado con el supuesto hallazgo de


hemorragias en zona cervical, que, en opinión del perito Dr. Duque
explica los traumas generados por la supuesta andanada de golpes
sufridos por la víctima, queda, a la postre, en entredicho, pues por las
falencias anotadas en el procedimiento de la segunda necropsia no
hubo un examen microscópico del material que, según aquel, revelaría
la existencia de hemorragias en zona cervical.

Lo procedente, así es aceptado por la literatura científica en los casos


en los cuales no se tiene conocimiento claro del mecanismo de muerte,
era un estudio histológico forense, mismo que habría dado importante
soporte científico a los resultados de la necropsia, en tanto se trata de
una disciplina que se ocupa del examen microscópico de tejidos
orgánicos, herramienta de vital utilidad en tratándose de la calidad de la
investigación, a través del cual se confirma, modifica o descarta lo
observado macroscópicamente de cara, para el caso, a la
determinación de la manera de muerte.

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Esta falencia, -hallazgos histológicos post mórtem-, entre otras, se


destaca en la medida que deja ver las inconsistencias de los peritajes,
pues queda la duda acerca de si hubo o no discordancia entre los
hallazgos macro y microscópicos según las necropsias, en medio de la
controversia de si fue un accidente o un homicidio.

Aquí cabe evocar nuevamente, el tema de las fracturas a que alude el


perito de la fiscalía, no todas aceptadas por los peritos de la defensa;
incluso, como se anotó antes, la Dra. Yocasta Brugal habla de un
cadáver con un estado de descomposición donde no vemos fracturas, no
porque no se hayan producido, -están las descritas por la Dra. Rodríguez
en la primera necropsia-, sino porque, o el estado de putrefacción no
permitió su exploración y reconocimiento, o porque la inadecuada ejecución
de la exhumación y segunda necropsia dio lugar a nuevas fisuras reveladas
por el mismo perito que ejecuta esta.

El perito German Alfonso Aguilar Méndez, inclusive, sobre las fracturas


dice que “depende de la persona que haga el informe porque hay unas
fracturas conminutas. Conminutas es cuando se fractura un hueso y se
parte en múltiples fragmentos que es lo que se presenta en este caso en
particular aquí en la zona del frontal en los huesos propios de la nariz y en
los huesos lagrimales, entonces si alguien empieza a especificar cada una
de las líneas pudiera llegar a más fracturas, pero en general cogiendo cada
uno de los huesos de la cara y los rangos principales doce.”, por lo que
hablar de una caída de altura con base, precisamente, en las múltiples
fracturas encontradas en el cadáver, y así afirmar que corresponden a
un mismo momento, -defensa-, o diferentes impactos -fiscalía-, resulta
en este momento inconciliable.

Ante la magnitud de conceptos encontrados no es posible asegurar la


existencia o inexistencia de esa hemorragia, pues si bien podría
corresponder a vestigios de putrefacción, -como lo asegura la Dra.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

Yocasta-, eso solo lo podría haber determinado el aludido estudio


histopatológico; por ello, en el juicio expresó no estar segura si las
manchas negras corresponden a hemorragias cervicales, pues, itera,
“no es lo mismo ver las fotos que examinar los tejidos” “…y nadie vio esa
hemorragia lo que me lleva a mí a concluir que eso era un cambio pos-
mortem.” El Dr. Botella es de la misma opinión. En esa perspectiva el
único que dice haber hallado hemorragias es el perito Máximo Duque,
cuya opinión ha sido desestimada.

Este paradigmático ejemplo ilustra la dificultad para, a partir de


fotografías, corroborar o descartar una lesión o una fractura, con mayor
razón si el protocolo, por quien sí accedió directa y personalmente al
objeto de prueba, fue desconocido y la evidencia contaminada o
alterada. Lo anterior explica por qué la opinión pericial de la defensa, en
sano criterio valorativo de esta Sala, acusa similares defectos que los
de su fuente.

En esa comprensión advera la perito Brugal no saber con certeza si Luis


Andrés cayó o lo empujaron al caño, pues no es testigo presencial del
hecho. Pese a falta de evidencia concluye, sin embargo, que tanto las
lesiones como las fracturas son compatibles con una caída de altura; no
de una agresión física.

En la misma dirección, sobre el Dr. Germán Alonso, perito de la defensa,


es necesario indicar cómo sus respuestas, ofrecidas en el curso del
contrainterrogatorio de la Fiscalía, no son claras. Esta formuló
preguntas enfocadas a determinar el fundamento de sus conclusiones.
Dijo en el juicio que, de las 4 radiografías analizadas, tomadas por el Dr.
Duque durante su procedimiento, una era de mala calidad, dos de
calidad media y otra de calidad diagnosticada. No obstante, sus
conclusiones se basan en las cuatro, comparándolas con fotografías de
la autopsia inicial, pese a haber mencionado que para un análisis

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

radiológico admisible era preciso contar con radiografías de óptima


calidad, luego su conclusión no aparece sustentada en una base
razonable.

Como en el caso anteriormente reseñado, la opinión pericial de este


experto de la defensa acusa similares defectos que los de su fuente
original, entre otras razones porque no fue él quien directamente tomó
las radiografías que critica a lo largo de su exposición, echando menos
técnica y calidad. En el mismo sentido la afirmación acerca de la
existencia de una fractura en base de cráneo; sin embargo, a reglón
seguido explica que para verificarla era necesario una radiografía digital,
con la que no se cuenta, pues es muy difícil apreciarla con una normal.

De otra parte, revela, con la radiografía maxilar no puede identificar las


causas ni los mecanismos de una fractura o lesión; no obstante, -
contradictoriamente-, anuncia que acude, entonces, a su experiencia
para determinar cómo se produjeron. Y agrega que con solo las
radiografías no se puede percibir las fracturas lefort 1, 2 y 3, de donde
resulta controvertible el fundamento de sus conclusiones.92 ¿Solo la
experiencia? pues, recuérdese, reprochó la calidad de las radiografías,
así como el cumplimiento de los protocolos para tomarlas.

También para la Sala es evidente, en el contexto de su intervención,


que el perito extralimitó el objeto de su experticia. Habló, por ejemplo,
como si fuese testigo de refutación, del indebido procedimiento
realizado por el Dr. Máximo Duque durante la exhumación y segunda
necropsia, materia que no se encuentra dentro de los fines para los que
fue contratado por la defensa de Laura Moreno. Hizo referencia a temas
como huella patrón, hemorragias cervicales, tratadas en el informe del
Dr. Duque, con el fin de refutar las conclusiones de este experto, lo cual
escapa al objeto de su peritaje, pues, como se dijo, su estudio era,

92
Récord 01:29:56 y ss. Audiencia del 11 de abril de 2016.

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Radicado No 110016000000201200141-01

básicamente, de naturaleza radiológica maxilofacial con la finalidad de


verificar si las fracturas en el cráneo de Luis Colmenares son
compatibles con caída de altura, de acuerdo con las pautas fijadas en
la audiencia preparatoria.

La falta de objetividad en la opinión pericial se advierte, asimismo, en


su pronunciamiento sobre la antedicha fractura base de cráneo,
claramente favorecedora de la teoría del caso de la defensa. Ello porque
no era objeto de su experticia, es más, en el informe pericial el
argumento no fue mencionado; con todo, sostuvo la existencia de esta
fractura, pese a las “malas radiografías” que criticó del perito Dr. Duque.

Ese consciente o inconsciente interés de los peritos contratados por la


defensa para asistirla con el resultado de sus peritajes, bien puede
hacer que se pierda el norte de la imparcialidad. Ese mayor o menor
sesgo, en este sistema de corte adversarial, se pone en evidencia de
acuerdo con el rol que juega cada una de las partes en el proceso penal,
maximizando el suyo en desmedro del de su antagonista, dejando de
lado, por momentos, el interés supremo de arribar a la verdad.

Es lo que aquí se advierte de cara a las conclusiones del perito de la


Fiscalía, como lo reseña la juez de primer grado, desestimándolo,
ejercicio que se echa de menos respecto a la defensa, dado su
extraordinario interés porque su tesis fuera acogida, aun dejando por
momentos de lado la ciencia y, en ambos escenarios, todas las
variables que deberían haber considerado, máxime que la fuente de su
información no era directa, sino tomada de aquella severamente
criticada por no haber observado los protocolos, circunstancia que en
principio torna sus propias conclusiones contaminadas.

Y es que, nótese, un ejemplo más relativo a la fractura base de cráneo


que el Dr. Botella localizó, no así la Dra. Yocasta Brugal, -ambos peritos

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

de la defensa-, ni los dos peritos de la Fiscalía, contrario a lo señalado


por el Dr. Germán Alonso, demostrativa, en su opinión, de una caída de
altura, para el Tribunal, dada la magnitud de las contradicciones, solo
puede existir duda sobre su existencia.

Está también la controversia acerca de los mecanismos que produjeron


lesiones en el rostro, tema sobre el cual los impugnantes ponen gran
énfasis en las manifestaciones del Dr. Máximo Duque quien dijo que las
lesiones que observó revelan diferentes mecanismos: contusión y corto
contundente, coincidiendo en términos generales con los demás peritos,
en este aspecto; pese a ello, el alcance de sus expresiones sí son tema
de discusión sin conseguir unidad de criterio, de donde se desprende
que si bien hay coincidencia en cuanto a que pudo concurrir alguno o
todos estos tipos de mecanismos, lo cierto es que como comprende una
amplia variedad, no se estableció cuál habría sido el que dio lugar a las
lesiones. Los recurrentes concuerdan, ante la presencia de este tipo de
mecanismos, que quedaría demostrado que Luis Colmenares fue
golpeado con varios objetos, en una disertación meramente teórica,
dado que carece de respaldo probatorio.

Sobre el punto, empero, el Dr. Máximo Duque no realizó mayores


elucidaciones, como sí lo hicieron los demás expertos en juicio oral. La
doctora Lesly del Pilar Rodríguez, ya se dijo, explicó, en grado de
probabilidad, -no de certeza-, que si bien existieron varios mecanismos
de lesión, contundente, corto -contundente y abrasivo o fricción, también
fue clara en exponer la naturaleza de cada uno de ellos, con relación al
caso, indicando que el mecanismo contundente es cuando prima la
fuerza sobre un elemento, ejemplo, “un ladrillazo seco sobre una
superficie físico, una pedrada, un puño, una patada o una caída no
importa la altura pero chocó con una superficie seca que sería el piso
que sería la fuerza contundente que daría el trauma, la ruptura de los

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

vasos superficiales.”, concluyendo que la lesión en el hueso frontal es


causada por ese mecanismo.

Con relación a las lesiones que presentan abrasiones, como la herida


inframentoniana, aduce, se ocasionó por el contacto de la piel con una
superficie áspera y rugosa. Y respecto al mecanismo corto contundente
o cortante fino, indicó, refiriéndose a la lesión del párpado y de la ceja,
“pudo” causarse por el hueso orbicular que al ser puntudo y
sobresaliente “puede” producir una lesión cortante por el mecanismo del
hueso, que funge a la vez como mecanismo corto contundente.

Es que, incluso, entre los dos peritos de la Fiscalía hay controversia,


que, si no fuera porque contribuye a desinformar, sería enriquecedora.
Caso de la llamada lesión patrón, supuestamente encontrada en la zona
frontal derecha. En la explicación del soporte científico el Dr. Duque
Piedrahíta se queda corto. Si bien hizo referencia al libro Spitz Werner
U; Spitz D. MEDICOLEGAL INVESTIGATION OF DEATH. 4th Ed. 2004.
Charles C Thomas, Thomas Books, página 460 a 493, lo único que
resalta es el concepto y características de la aludida huella, como que
es calco o reproducción del objeto que causó la lesión, pero
particularmente sobre la lesión patrón que habría encontrado en el
rostro de Luis Colmenares solo dijo: “Si se mira la fractura redondeada
es la lesión que yo indicaba tiene una forma patrón, es decir, ese borde
tan nítido, ovalado o circular no es propio de una fractura ocurrida
naturalmente en el cuerpo sino que el elemento que la causó quedó con
esa forma, además se ve con unas pequeñas escalitas o huequitos, que
es una marca que debió haber dejado el elemento que causó esa
lesión, por eso ese tipo de lesiones en forense se llama una marca
patrón…”

Deja de lado exponer, sobre el punto, por qué no son acertadas las
conclusiones de su colega, Dra. Lesly Rodríguez, quien afirmó en juicio

132
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

que no observó la lesión o huella patrón a la que él alude, ya que las


lesiones encontradas en el rostro de Luis Colmenares no presentaban
dibujo alguno de un objeto. No indicó tampoco la base tecno-científica
para acreditar porqué en este caso existía tal huella, y por qué no se
encontró en el tejido blando, pero sí en el hueso.

Así mismo, sobre la fractura frontal derecha que la perito sí diseccionó,


mencionó, tiene que ver con la forma del hueso, pues como este es
circular la fractura tiende a producirse de manera circular o semicircular,
además “No se encuentra una lesión patrón de la fractura, no, es una
fractura deprimida en un porcentaje, pero no dibuja o sugiere un
elemento como tal" Una "lesión patrón es una lesión que dibuja o asimila
un elemento causal en cuestión, puede calcar un elemento con el que
fue causada” concordando con los peritos de la defensa.

Los peritos de la defensa, por su parte, tachan de inexistente la huella


patrón e indican, congruente con lo señalado por la perito de medicina
legal, la fractura se presenta de forma circular por la mismas
características de esa parte del cráneo, por lo que la lesión del hueso
se reproduce en la piel.

En medio de la perplejidad del caso dice también la Fiscalía que la perito


señaló la lesión “mentoniana y la inframentoniana” como
independientes citando el registro
“11001600000020120014100_110013109011_3, record 00:08:03-
00:09:20.” Verificado el récord no se corrobora tal afirmación. Lo que
contestó a pregunta de la fiscalía: “¿Las lesiones del mentón y de la
cara son independientes?”, fue “Esta lesión es una y esta lesión es otra,”
haciendo referencia a que la del mentón es ante mortem y la de la cara,
específicamente la escoriación de bordes pálidos en mejilla derecha,
una abrasión post-mortem. Lo cierto es que ante la misma inquietud
siempre dijo que no pudo determinar si las lesiones se suscitaron en

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Radicado No 110016000000201200141-01

diferentes momentos, como tampoco especificó un objeto definitivo que


las causara.

Como se aprecia, plurales conclusiones de la Dra. Lesly del Pilar


Rodríguez, quien practicó la primera necropsia, no concuerdan con las
de Máximo Duque, ambos peritos de la Fiscalía.

Así, como viene de verse, en todo caso, los peritos de la defensa


realizaron su propia experticia a partir de la misma información
documental y testimonial examinada y suministrada por la Fiscalía,
específicamente los informes de la primera y segunda necropsia y
complementarios. En esa perspectiva dicha opinión pericial, como
quedó visto, no resulta inequívoca para la Sala, ya que nace
principalmente del peritaje y examen del testimonio de la Dra. Lesly
Rodríguez, valorado como incompleto, y del Dr. Duque desestimado por
su indebida praxis, amén de las protuberantes fallas en aspectos
relativos a la autenticidad o integridad; luego, ¿Qué grado de
confiabilidad puede ostentar la opinión pericial basada, en su totalidad,
en procedimientos y conclusiones tachados por los mismos peritos de
la defensa como equívocos? Muy menguado, a juicio de la Sala, e
insuficiente para probar su teoría del caso porque, en sano criterio
valorativo, no se cumple las condiciones de validez requeridas.

Ello explica que, contrario a la apreciación de la primera instancia,


estime el Tribunal que en tanto la hipótesis de la defensa no fue
demostrada, como no lo fue la de la Fiscalía, la tesis de un accidente u
homicidio carece de una base razonable. Con todo, es preciso reseñar
y valorar, complementariamente, otros peritajes y pruebas no menos
importantes, pero que por sí mismas tampoco alcanzan el estándar
probatorio exigido por el C.P.P.

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Radicado No 110016000000201200141-01

3.28. La operadora judicial evaluó, también, la teoría del arrastre del


cuerpo, luego de la presunta caída fundada en el informe del ingeniero
mecánico Carlos Alberto Herrera Cáceres y cálculos de la EAAB y de la
Universidad del Valle, -peritos de la defensa- concluyendo que, en
atención a las características físicas de Luis Andrés Colmenares y el
nivel de agua el día y hora de los hechos, -entre las 3:00 a.m. y 4:00
a.m.-, es perfectamente factible que haya sido arrastrado por la fuerza
del agua del canal El Virrey desde el lugar de caída hasta el Box
Coulvert donde es, finalmente, encontrado.

Igualmente halla soporte en el dictamen ofrecido por el ingeniero


topógrafo José Didier Herrera, -perito de defensa-, quien da cuenta del
llamado daño en la solera, percibido directamente por la juzgadora en
la reconstrucción, y que habría impedido localizar, en la noche, a simple
vista, el cuerpo del occiso; allí, en esa depresión, confluye, según
respuesta de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá,
EAAB, además de aguas lluvias, aguas residuales o servidas, pudiendo
alcanzar 15 cm de altura, aunque en periodos de copiosa precipitación
llega a 1.70 metros descendiendo rápidamente una vez la lluvia baja.
Como la época era efectivamente de lluvias, lo cual quedó demostrado,
incluso para el día 31 de octubre de 2010, es muy probable el arrastre
del cuerpo. Tal concepción, empero, no resuelve la incógnita de porqué,
-si así fuera-, la ropa que llevaba puesta Luis Colmenares no refleja la
acción de arrastre.

Los recurrentes coinciden en que el estado de las prendas de vestir no


es compatible con huellas de arrastre, como tampoco con el nivel del
agua teniendo en cuenta la corpulencia de Luis Colmenares, de donde
coligen que fue dejado en ese lugar, inconsciente, en opinión de unos,
muerto, de otros.

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Segunda instancia
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Sobre este punto, en realidad, la fiscalía no hizo mayor despliegue


probatorio y, en últimas, no fue demostrado si en cuenta se tiene que,
respecto al nivel del agua del caño, para el momento de la supuesta
caída, no hay uniformidad de criterio, pues se habla, a través de la
diversa prueba testimonial, según se percibió, indistintamente, desde 5
cm hasta 20 o más, incluso de un metro setenta,93 desconociéndose la
verdadera magnitud y fuerza de la corriente para entonces94 y si,
necesariamente, el tramo que recorrería el cuerpo desde el sitio donde
aparentemente cayó hasta el box coulvert, es suficiente para esperar
rompimiento de las ropas y otros efectos que conjeturan los
recurrentes.95
3.29. De esta suerte, aun con conclusiones encontradas sobre los
mismos peritajes científicos y técnicos, asumidos por los adversarios en
el juicio, pues no se trataba de prueba de refutación que hubiera
implicado la práctica de nuevas pruebas a través de las cuales se
pusiera en tela de juicio la prueba a refutar, sino del análisis de la llevada
a juicio por la fiscalía en orden a probar su teoría del caso, y así generar
un conocimiento en el juez, más allá de toda duda, sobre los hechos y
circunstancias del suceso, autor y su responsabilidad penal, si fuere el
caso, había que valorar la probabilidad de que los hallazgos en el
cuerpo de Luis Colmenares correspondieran a golpes sucesivos

93
Sobre la profundidad del agua, por ejemplo, los bomberos del primer grupo, Héctor Alirio Gómez Aldana
“me tapaba escasamente la puntera de la bota, o sea no me llegaba casi al tobillo (sic), básicamente esa era la
altura… 8, 10 o 12 centímetros más o menos,” Isaías Lizarazo Pérez, manifestó que era de aproximadamente
de 10 a 12 cm, lo supone dice, “de pronto porque a los compañeros que ingresaron se les ve el nivel del agua
o sea la humedad en su ropa…” En el contrainterrogatorio afirma que está entre 8 a 10 centímetros de
profundidad. La defensa, impugnando su credibilidad, muestra la declaración, rendida por aquel en un proceso
disciplinario, donde menciona el testigo que “además el caudal del agua no era mayor a 25 cm de altura.”
94
En el marco del testimonio del perito Carlos Herrera Cáceres se concluye que “un cuerpo como el del señor
Colmenares se arrastraría en el agua si la lámina de agua es mayor o igual a 21 centímetros y no se arrastraría
si es menor que 16. Entre la mitad, 15, 16 y 21 se puede arrastrar.”, quedando en el campo de la hipótesis el
nivel del agua para el momento exacto en que el cuerpo de Luis Colmenares toca la superficie del canal, ya que
solo se consigue determinar el caudal necesario para que se produjera la acción de arrastre, en manera alguna
si hubo o no arrastre del cuerpo; recuérdese que ante lluvias fuertes y prolongadas aquel podía subir a 1.70
metros y descender rápidamente, y que según lo reportado por la estación pluviométrica de Usaquén -
estipulación-, del Acueducto de Bogotá ese mes de octubre de 2010 fue el que más llovió.
95
El testigo de la defensa, FRANKLIN DARIO GARCIA ROBLEDO, quien fue el de los primeros
investigadores e hizo presencia en la inspección técnica a cadáver, señaló que entró al caño ese 31 de octubre,
le pidió prestado a los bomberos unas botas para protegerse del agua, se las puso y entró al túnel comentando
que el nivel del agua llegaba a una altura de 35 cm, pues con una regla hizo la demostración en la sala de juicio
donde dijo que el agua pasaba lo que cubría esas botas.

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Radicado No 110016000000201200141-01

ocasionados por terceros -tesis del ente acusador-, o, en su defecto, a


uno solo producto de caída al caño, disyuntiva que, en todo caso, no se
logró resolver por las falencias ya registradas.

Y es que, como se anotó, en la medida que la opinión calificada y


autorizada de un experto es necesaria para sustentar las pretensiones
concernientes a la teoría del caso de fiscalía y defensa, de cara a la
controversia procesal y probatoria sobre los hechos objeto de
investigación y del juicio, sin ella, o con un pronunciado déficit respecto
a su confiabilidad, difícilmente el juez, al hacer el juicio de valor en torno
a las pericias, puede llegar a conclusiones que lo coloquen bajo el
estándar probatorio del artículo 381 del C. de P.P., como aquí ocurre.
Ello porque el operador judicial no está obligado, y menos en las
circunstancias de inobservancia de protocolos que registra esta
actuación, a aceptar de forma irreflexiva un dictamen pericial. Debe
valorarlo “«como todos los demás medios de prueba, esto es, de
manera racional, o sujeta a los parámetros de la sana crítica, y no de
manera incondicional o mecánica ante los dictámenes de los
especialistas»”96

3.30. Renglones atrás se dijo que sin la práctica de prueba pericial no sería
posible resolver el problema jurídico planteado, pues el conocimiento
científico que demanda establecer la forma de muerte de Luis Colmenares
no lo tiene el juez quien debe, en todo caso, valorarla. Empero, no es este
el único medio de prueba que se trajo a juicio oral, sin dejar de lado,
hablando de testimonio, que al perito se aplica, en lo que corresponda, las
reglas de este.

Obra, en efecto, abundante prueba testimonial, importante fuente de


conocimiento que asiste al operador judicial en el momento de establecer
si un hecho punible ocurrió o no. De ahí que el análisis comprenda la

96
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, providencia del 6 marzo de 2013, rad. 39559.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

evaluación de su admisibilidad y, con ello, el tipo de información que aporta,


vale decir, si se trata de un testigo presencial, de dónde proviene el
conocimiento que expone bajo la gravedad del juramento, y las variantes
que contribuyen a la construcción del juicio de credibilidad.

En ese contexto surge el interrogante inevitable acerca de la relación entre


la valoración que se ha realizado de la prueba pericial y la testimonial:
¿Acaso esta última tendría el potencial, por sí misma, de dilucidar el
problema jurídico? Si la respuesta fuere negativa, prevalece la valoración
de la opinión pericial realizada por la sala y sus conclusiones, en conjunto
con los demás medios de conocimiento. Si es afirmativa, conduciría a un
escenario inédito donde la opinión pericial no sería necesaria, lo cual resulta
impensable en casos en que, por el tipo especializado de conocimiento que
demanda la solución del problema jurídico planteado, no es posible
soslayarla, como aquí acontece.

Así las cosas, si bien el testimonio de oídas, que no prueba de referencia


en tanto en este asunto no convergen las causas expresamente
señaladas en la ley para ese efecto, constituye un medio de prueba que
acredita “el relato que otro hizo respecto de un suceso, mas no la
veracidad del mismo”, tal como lo indica la Corte Suprema de Justicia”97
y, por tanto, objeto de valoración, esta queda supeditada a la que el juez
realice de manera conjunta con los demás elementos probatorios que
hubieren sido oportuna y regularmente incorporados en juicio, pues se
trata del dicho de un declarante que expone los hechos llegados a su
conocimiento por virtud de lo narrado por otra persona, no por la
percepción directa de estos. Por ello su apreciación resulta más
exigente.

Es menester, además, verificar, en lo posible, que durante la cadena de


comunicación que comporta reproducir entre unos y otros la
97
Ver sentencias emitidas por esa corporación del 13 de agosto de 2014 rad. 37924, y del 27 de febrero de 2013,
rad. 38.773.

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Radicado No 110016000000201200141-01

información, los testimonios que dan cuenta de un conocimiento


indirecto, pudieran o no resultar distorsionados por la incidencia de
diferentes circunstancias.

Lo anterior porque en este asunto no se estableció si los testimonios


resultan inconsistentes producto de esa eventual deformación de la
noticia, o porque la fuente original de ella (Laura Moreno) varió ante los
receptores su versión de los hechos; pero más allá, incluso, de esa
fragilidad que, en todo caso, se resaltará, el tema de fondo es el efecto
que, para el caso concreto, tiene la no demostración de ninguna de las
dos hipótesis formuladas sobre la manera de muerte, de cara a esos
testimonios de oídas, vale decir, qué eficacia tiene la tesis del accidente
pregonado por Laura Moreno, reproducido de una u otra forma por los
testigos de oídas, si finalmente no fue corroborada a través de los otros
medios de prueba desplegados en este asunto.

Por esta razón desde ya es preciso sentar la premisa de que ninguno de


los testimonios practicados en juicio oral ofrece un conocimiento personal y
directo acerca de las circunstancias de modo, tiempo y lugar de ocurrencia
de los hechos objeto de investigación, esto es, la muerte de Luis
Colmenares, como se esperaría en los términos del artículo 402 del C. de
P.P., como tampoco están en condiciones de validar la veracidad del dicho
de Laura Moreno. En conjunto dan cuenta de lo que observaron y
percibieron, ora frente a las manifestaciones verbales de Laura Moreno, ora
del papel desempeñado por algunos de ellos en las labores de búsqueda y
hallazgo de Luis Colmenares.

En la práctica, entonces, desde su propia perspectiva, se encargan de


corroborar completa o fragmentariamente el dicho de Laura sobre los
hechos, no de validarlos. Y si bien es cierto no estaba obligada a declarar
en su propio juicio, renunciando al derecho a guardar silencio, el proceso
quedó sin la posibilidad de que sus afirmaciones fueran controvertidas

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Radicado No 110016000000201200141-01

mediante otros medios de prueba directos o a través, incluso, de la


impugnación de credibilidad en aras del ejercicio de contradicción de la
prueba.

De esta suerte, si de lo que se trataba era de saber qué sucedió realmente


a Luis Andrés Colmenares al salir de la discoteca, y qué circunstancias
condujeron a su muerte, la versión, en principio, orientadora fue la de Laura
Moreno por provenir de la única persona que estaba con él –nunca se
demostró lo contrario-, pues Jessy Quintero, de quien se afirma salió junto
con Luis Colmenares y Laura de la discoteca, según la misma prueba
testimonial, solo estuvo presente hasta el momento en que aquel salió a
correr. Los demás testimonios, en tanto no provienen de individuos que
ostenten un conocimiento personal, ya se dijo, mal podrían dar cuenta del
accionar de Colmenares por lo que, a la sazón, no sirven para probar el
episodio concreto de su supuesta caída al caño o un homicidio.

En este segmento, el de los testigos de oídas, están los compañeros de


fiesta de Luis Colmenares, los policías de los CAI que atienden el caso
reportado por Laura, los bomberos del primer y segundo grupo que acuden
al rescate, investigadores y familiares del occiso. A partir de tales
testimonios, en concordancia con los demás elementos materiales de
prueba, evidencia física e información legalmente obtenida, no se pudo
alcanzar una respuesta congruente con alguna de las hipótesis formuladas:
¿un accidente? ¿Un homicidio?

Sobre cada uno de estos dos enfoques se apoya también el análisis de


la prueba testimonial, en función de una aproximación al
establecimiento de la verdad, ya en entredicho con las resultas de la
valoración practicada sobre la prueba pericial, todo ello en la búsqueda
de un conocimiento más allá de toda duda acerca del delito y de la
responsabilidad penal, si así fuere.

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Radicado No 110016000000201200141-01

Cuando decimos más allá de toda duda razonable, estamos hablando del
ya no tan nuevo sistema procesal colombiano que implantó, desde el
año 2005, un nuevo estándar de conocimiento para condenar, fundado
en las pruebas debatidas en el juicio oral, a partir de la confrontación
entre dos partes, cada una de ellas desde una perspectiva de verdad
diferente, frente a un juez imparcial, a diferencia del sistema inquisitivo
en el que éste, como director de la investigación, no solo buscaba la
verdad material, sino que decidía sobre la inocencia o culpabilidad del
procesado.

3.31. Se tiene, entonces, testigos plurales de oídas que dicen haber


tenido conocimiento indirecto del hecho a partir de la versión de Laura
Moreno, es decir, dan cuenta de la existencia del relato por esta
realizado y que se contrae, puntualmente, a la búsqueda en el caño El
Virrey de Luis Andrés Colmenares, una vez se precipita en aquel lugar,
según ella.

A juicio de la juez de primer grado esta versión de los hechos, conocida


a través de los testigos precitados, es coherente y verosímil, compatible con
la conclusión a que arribó respecto a la manera de muerte. Para los
recurrentes, empero, es mendaz, pues ocultó la verdad de lo sucedido, vale
decir, en su opinión, un homicidio.
Con todo, ninguno de los amigos comunes de Laura y Luis Colmenares,
ni los familiares de este, tampoco los investigadores, los patrulleros de
la policía, ni los bomberos del primer y segundo grupo, están en
condiciones de refrendar la veracidad del relato ofrecido por Laura,
única y última persona que vio con vida a aquel. Por eso, si la pretensión
era demostrar qué sucedió entre el momento de salida de Colmenares
de la discoteca, y la búsqueda de él en el caño El Virrey, hay que decir
que a ninguno le consta. En tal virtud, su testimonio, ya se dijo, es
prueba indirecta. Y, en algunos casos, directa solo para acreditar las
actividades que realizaron ese día con ocasión de la búsqueda de aquel.

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En ese contexto, en tanto el Tribunal concluye que el hipotético


accidente, ni el presunto homicidio fueron demostrados a partir de la
prueba pericial mencionada, la versión de Laura trasmitida a los
aludidos deponentes queda sin respaldo probatorio, pues, en esas
condiciones, ausente de confrontación, mal podría tenerse como una
verdad incontestable que la muerte de Luis Colmenares es producto de
una caída de altura. Ni siquiera indiciariamente, en ausencia de otros
hechos indicativos de que así ocurrió.

Y ello es así porque para la Sala asegurar, con probabilidad de verdad,


que el supuesto engaño orquestado por Laura, según los recurrentes,
para despistar a las autoridades, existió, sería necesario que el hecho
punible a ocultar estuviere demostrado, para el caso, el homicidio. De
lo contrario, ¿cómo hablar de coautoría o posición de garante, o en la
situación de Jessy Quintero de favorecimiento? O cómo predicar que,
en efecto, fue un accidente, si de las pruebas practicadas en juicio oral
no se desprende la demostración, en los términos del artículo 381 del
C. de P.P., de alguna de tales hipótesis.

En esa medida, las manifestaciones de Laura conocidas en juicio oral a


través de aquellos que fueron receptores de ellas, no alcanzan, per se,
para determinar su veracidad y, con ese sello dar por irrefutable la teoría
del accidente. Ello, porque no encuentra sustento en otros medios de
prueba cuando se analiza en conjunto. Por tanto, como viene de
decirse, si las hipótesis concretas, - homicidio o accidente- no fueron
demostradas mal podría determinarse, a través de testigos de oídas,
que Laura Moreno miente o dice la verdad.

Por eso, es posible que las afirmaciones realizadas por Laura Moreno a
terceros tuvieren un notable valor indiciario si, analizada la prueba en
conjunto, se pudiera determinar, más allá de toda duda razonable, la

142
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Radicado No 110016000000201200141-01

tesis de la defensa. O, por ejemplo, piénsese que, con la prueba pericial


forense, arriba analizada, quedara probada la tesis de la Fiscalía. En
cualquier caso, habría una base razonable para establecer si Laura
mintió o no. En ausencia de ella, campea la duda.

3.32. Como viene argumentándose ninguna de las reseñadas hipótesis fue


verificada. Si bien, en lo que toca con la versión de Laura Moreno,
reproducida por los testigos, podría existir un hilo conductor que busca
explicar la repentina desaparición de Luis A. Colmenares atribuyéndola a
una caída, y subsiguiente búsqueda, al margen de su insuficiente utilidad
para probar finalmente una u otra teoría del caso, es importante reseñar las
inconsistencias más relevantes de la prueba testimonial, pues viene a
reforzar la perplejidad que el asunto genera en segunda instancia.

Efectivamente, para emitir sentencia el Juez no puede fijarse “sólo en la


cantidad de testigos que apoyan la tesis de la Fiscalía o de la defensa
porque como establece la máxima procesal «los testigos no se cuentan sino
que se pesan», expresión con la que se quiere significar que lo importante
no es el número de personas que concurran a afirmar o infirmar un hecho
sino la coherencia y corroboración con las demás pruebas de cada
testimonio.”98 Por eso, la prueba testimonial, para que cumpla el estándar
del artículo 381 y 372 del C.P.P., no debe albergar “contradicciones
principales”, es decir, no son de recibo contenidos divergentes sobre
aspectos de esencial relevancia, ya sean internos en sus expresiones, o
externos en relación con otros medios de convicción.

Pues bien, a través de testimonios que dan cuenta de un conocimiento


personal es posible establecer la asistencia de Luis Colmenares a la
discoteca Penthouse, ubicada la Calle 84 B con carrera 13
acompañado, entre otras personas, de Laura Moreno y Jessy Quintero,
el día 30 y madrugada del 31 de octubre de 2010. Que allí

98
Sentencia ídem.

143
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permanecieron hasta las 3:00 de la mañana; salió por sus propios


medios, con tercer grado de alcohol en la sangre, junto a aquellas. Para
ese momento, es claro, Luis Andrés Colmenares no tenía ningún tipo
de lesión; tampoco hay razón probatoria atendible de que se hubiere
presentado riña o altercado dentro del lugar de esparcimiento. Todo ello
se desprende de los testimonios practicados en juicio oral, entre otros,
de Soraya María Ciro Colina, Juan Sebastián Bautista Grillo, María Andrea
Archila Pino, y Luis Mauricio Alnear Camero, compañeros del occiso,
quienes estuvieron con él hasta las 3:00 am en la prenombrada discoteca.
Lo sucedido de ahí en adelante es el objeto principal de controversia.

La actividad que sigue, a partir de las 3:00 am, hasta que hace presencia
en el caño los policías Wilson Andrés Mahecha Guerrero y Hélbert
Gutiérrez Arroyo, adscritos al CAI Estadero, no es pacífica, pues para el
bloque de la defensa, de acuerdo con la versión de Laura, conocida a través
de terceros, se trata de explicaciones coherentes, corroboradas por la
prueba pericial. Para el ente acusador, el representante de víctimas y
ministerio público, empero, tales explicaciones no lo son, ni fueron
corroboradas porque, precisamente, habrían acreditado la ocurrencia de un
homicidio. Coinciden únicamente en el escenario donde es hallado muerto
Luis A. Colmenares.

En orden a evidenciar el aserto anterior nos referiremos a una de las


principales discordancias en la versión conocida de Laura Moreno: si bajó
o no al caño una vez Colmenares se precipitó allí, pues algunos como el
investigador Gerardo Quintero del CTI lo afirman a partir de la entrevista
que le hizo, mientras al otro Investigador Manuel Rodríguez, algo tan
relevante, no le fue comentado. De esa supuesta acción también da razón
Yadira Piamonte, otros simplemente ignoran ese episodio. Y es relevante
haberlo concretado en tanto y por cuanto informaría, in situ, sobre el nivel
del agua y la posibilidad de arrastre, por ejemplo, pues si en gracia de
discusión bajó y no lo encontró daría bases razonables para suponer que

144
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la corriente era muy fuerte. Sin embargo, la información es precaria y nunca


se corroboró con la persona que se dice la ayudó a ascender del caño:
Mateo Medina, quien no declaró en juicio.

Con relación a los dos policías –WILSON A. MAHECHA GUERRERO y


HELBERT GUTIERREZ A-, dígase que no es viable establecer, a través de
su testimonio, si el cuerpo estaba dentro del Box coulvert, pues su
búsqueda consistió en observar los alrededores del caño El Virrey, no
interiormente. Además, es importante anotar, ofrecen algunas
distorsiones en la información recibida y trasmitida que mengua valor
suasorio a sus relatos, y que luego tiene alguna incidencia en los
alegatos de las partes, caso de las locuciones empleadas para
denominar la supuesta acción de Luis Colmenares, pues según estos
agentes Laura los enteró que se lanzó, mientras el patrullero Edwar
Octavio Abril Barón afirma en su declaración que lo por él comunicado fue
que ella indicó que el joven había “caído” al caño.

El argumento vinculado a las distintas palabras que Laura habría utilizado


para describir la acción de Luis Colmenares fue ampliamente debatido, en
el entendido que para la Fiscalía es la evidencia de que se contradice;
alude, en tal virtud, a los verbos caer, botar, lanzar, tirar, saltar, -salto
olímpico, se dice-. No probó, empero, que esos vocablos hayan sido
verdaderamente por ella pronunciados o, contrario sensu, producto de
defectos de la comunicación en tratándose de testimonios de oídas,
circunstancia que nos pone, nuevamente, ante la realidad de la versión no
validada de Laura Moreno.

A manera de ejemplo citamos a Jorge Colmenares,99 quien no asegura si


Laura Moreno dijo lanzar o caer al caño. Oneida Escobar Gil100 manifestó
que Laura pronunció la palabra lanzar; sin embargo, Ulises Julio Ibarra

99
Escuchar audiencia del 8 de julio de 2015, folio 169 carpeta 146 a 169, Jorge Luis Colmenares Escobar.
100
Carpeta 13, escuchar audiencia del 7 De Julio De 2015.

145
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Radicado No 110016000000201200141-01

Daza101 afirmó en juicio haberse enterado por ella que “presuntamente


había caído al caño.” En el mismo sentido se advierten diferencias entre
los bomberos del segundo grupo, pues al paso que William Gómez
Rodríguez y Erwin Triana Vega dicen que Laura comunicó haber visto caer
a Luis Colmenares, Clarena Montaño Becerra indicó que dijo que se había
lanzado.

Del mismo modo, inquieta que si Wilson Andrés Mahecha Guerrero no


intervino en la conversación entre Laura y su compañero Helbert Gutiérrez
Arroyo, en el juicio hiciera referencia a circunstancias que éste último no
adujo, por ejemplo, que Laura estuvo con Jessy desde la compra del perro
caliente hasta que Luis salió a correr y cayó al caño, cuando Gutiérrez
Arroyo, quien sí habló con Laura Moreno, manifestó que lo que ella indicó
era que estaba sola y fue la única persona que persigue y ve caer a
Colmenares Escobar. De tales discrepancias se valen los recurrentes
para aseverar que ella miente, validación, como ya se dijo, no factible
en las circunstancias de este proceso.

Aducen los dos policiales, por otro lado, que Laura y Jessy eran las únicas
personas buscando a Colmenares, mientras su compañero del CAI El
Virrey, Abril, manifestó lo contrario. Expuso que había 3 o 4 personas con
ellas en la búsqueda, lo cual converge con las declaraciones de Juan
Sebastían Grillo y Soraya Ciro; además, con la estipulación número 14 se
sabe que las partes dan por probado cómo varios compañeros de
Colmenares Escobar lo buscaron el 31 de octubre de 2010, alrededor del
aludido caño. También existe divergencia entre el policía Mahecha
Guerrero y Helbert Gutiérrez Arroyo, pues el primero afirma que llegaron a
los 5 minutos de recibir la llamada proveniente del CAI el Virrey -3:45 am-,
el segundo manifestó que llegaron a las 4:30 am, no obstante, está
demostrado con la estipulación probatoria 14 que la llegada al lugar se
produjo a las 4:00 am.

101
Escuchar audiencia ídem.

146
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Está el caso también del primer grupo de bomberos que acude al lugar con
la tarea de buscar en el caño a Luis Colmenares de acuerdo con las
manifestaciones de Laura. Concurren: Lizarazo Pérez, Héctor Alirio Gómez
Aldana, Jhon Alexander Peña Guzmán, Omar Yesid Pabón y Yadira
Piamonte Fernández. Arribaron al parque El Virrey aproximadamente a las
4:47 a.m. y se retiran alrededor de a las 5:17 a.m.102 En el juicio oral ponen
de presente, en el marco del interrogatorio de la Fiscalía, su labor de
búsqueda, supuestamente diligente; sin embargo, en el contrainterrogatorio
reconocen no haberla realizado conforme a los protocolos,103 según lo
mencionó el bombero Isaías Lizarazo Pérez,104 pues no recorrieron el caño
en su totalidad y se limitaron a iluminar por lo extremos con lámparas, sin
percatarse del desnivel de agua y la caída de 60 cm a 25 metros de la
entrada del Box donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Colmenares
Escobar por el segundo grupo de bomberos.105 Tampoco tuvieron en
cuenta las posibilidades de arrastre considerando que la noche de los
hechos llovió. En un momento dado, incluso, atribuyen a Laura falta de
información e interés, cambiando en el contrainterrogatorio la versión,
respecto a ella.106

Lo cierto es que, al margen de la veracidad o no de la versión de Laura,


nunca estuvieron en condiciones de declarar si el cuerpo objeto de

102
Ver estipulación 17.
103
Escuchar a Yadira Piamonte, quien en juicio referencia que uno de los protocolos necesarios para la búsqueda
de una persona es ubicar la escena de los hechos. Sin embargo, manifiesta que el cuerpo de bomberos no lo hizo
ese día, como tampoco discutieron o analizaron las características del lugar, por ejemplo, la ubicación del
edificio Ecopetrol. Escuchar a Jhon Alexander Peña Guzmán, quien refirió que no se cumplieron todos los
protocolos para la búsqueda y rescate en el caño. No discutieron ni analizaron la labor de la policía y la búsqueda
que ellos habían hecho. La prioridad no era buscar en el túnel, por esa razón no lo cruzaron, pues la policía no
informó que tocaba buscar en el túnel. (escuchar audio del 24, 28 (inspección ocular al caño El Virrey) y 29 de
abril d 2014.
104
Admite no haber cumplido esa madrugada con el protocolo, “tampoco con su deber...” (Folios 71 a 95 de
la Carpeta 9, audiencia del 24 de abril de 2014, escuchar récord a partir del 01:51:48 a 1:54:58).
105
Escuchar audiencia ejemplo de Yadira Piamonte, Folios 135 a 159 carpeta 9, audiencia del 24 y 28 de abril
de 2014, récords (00:43:11 y ss, Escuchar a Omar Yesid Pabón Agudelo, en audiencia del 29 de abril de 2014,
carpeta 9, folios 195 a 215.
106
Por ejemplo, Isaías Lizarazo Pérez manifestó en juicio que: LAURA manifestó “que estaban en un sitio y
que él había salido corriendo y que había caído al caño.” Asimismo, reconoce que se equivocó al creer que
no había un edificio de Ecopetrol en ese sector, pues creyó que LAURA MORENO hablaba del ubicado en la
calle 37 con carrera 7°, admitiendo, así, que el error no era de Laura, sino de él. Aduce, al respecto, “Lo que se
observa es que la información (suministrada por Laura Moreno) es veraz,” pues cuando analizó el sector
observó que si había un edificio de Ecopetrol cerca al CAI el Virrey en la Calle 87 con 13 A. Escuchar audio
del 22 de abril de 2014, desde el récord 00:12:55 y ss. Folios 71 a 95 de la Carpeta 9.

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búsqueda estaba donde finalmente es encontrado por sus compañeros del


segundo grupo. En tal virtud, no es de recibo que los recurrentes se valgan
de estos testimonios intrincados para asegurar que el cuerpo de Luis
Colmenares no estaba en el caño en el momento de la primera búsqueda,
en aras de dar soporte a su teoría.

Otra cosa es conjeturar pues, evidentemente, si el cuerpo hubiese sido


hallado por ese primer grupo de bomberos la versión de Laura adquiriría
visos de verdad, como que de cara a la hipótesis de la Fiscalía difícilmente
podría sustentar que fue colocado allí después de ser golpeado; el tiempo
no da para ese acontecer. Pero como no fue encontrado, no se sabe, ni se
demostró, si por negligencia de los bomberos o porque realmente no estaba
allí, de nuevo la duda campea en la actuación.

3.33. Sobre el análisis link practicado por la defensa a través de


Wellington González y la Fiscalía con Mariano Alexandro Sánchez, solo
es posible establecer que el día 30 y 31 de octubre de 2010 se realizaron
varias llamadas entrantes y salientes por varias personas, entre ellas
las acusadas y Colmenares, de sus números de celulares. Y si bien, el
fin del análisis era determinar líneas de tiempo o de secuencia
cronológica y una posible dirección de nomenclatura aproximada a
través del examen de las celdas de inicio y finalización de cada una de
las comunicaciones que tuvieron, básicamente, Luis Andrés
Colmenares Escobar, Laura Moreno y Jessy Quintero esa madrugada,
tal y como lo acepta la Fiscalía en su recurso de apelación, a través de
esta prueba únicamente se evidencia el sector donde se produce la
llamada, mas no la ubicación exacta de la misma. Y si bien de las
llamadas telefónicas donde se ubicaron las celdas de inicio y finalización de
las mismas, se extrae unas direcciones: Calle 85 # 15, caño el Virrey,
Carrera 15 # 82-35, Calle 86 A N° 11 A -54 , AV. 82 #12-18 , edificio
Interbolsa y Calle 87 # 20-27 y Calle 90 # 14-37, todas estas muestran, en
el caso de Jessy y Laura que estaban para entonces en el sector del parque

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El Virrey, sin que sea posible, a partir de esa validación, establecer con
quién realmente se encontraba Luis Colmenares luego de salir de la
discoteca, mucho menos reafirmar lo expuesto por Laura sobre un
accidente.

La Fiscalía, entre tanto, afirma que, a partir de esas llamadas se puede


establecer que Jessy Mercedes no estuvo entre 3:00 a.m. y 3:30 a.m. en el
mismo lugar en el cual se encontraban Laura Moreno y Luis Andrés
Colmenares, pues “no existe evidencia alguna,” que corrobore tal hecho. El
representante de víctimas y ministerio público respaldan tal aseveración,
por cuanto Jessy Quintero realizó una llamada a las 3:21 am, desde el
sector Andino 2, correspondiente al edificio Interbolsa, mientras que Luis
Colmenares se encontraba en el Antiguo Country, así informan que Jessy
estaba en otro sitio y llegó al Virrey sobre las 3:59 minutos.

Sin embargo, tales razonamientos carecen de fuerza persuasiva


porque, como se observó, contrario a lo manifestado por la Fiscalía, sí
existe prueba directa sobre la ubicación de Jessy Quintero en ese
momento, como se desprende de la declaración de las personas que la
recogieron cerca a la 85 con 15 y la llevaron al CAI el Virrey donde inició
la búsqueda de Luis Colmenares. En ese sentido Soraya María Ciro
Colina, Juan Sebastián Bautista Grillo y Luis Mauricio Alnear Camero.

3.34. La situación planteada a lo largo de esta providencia conduce a optar


por el principio in dubio pro reo que implica, ante la duda, resolver en
favor del acusado.

Ello porque, en últimas, luego de analizar todas las incidencias y


pruebas practicadas en juicio oral, condenar, como lo reclaman los
apelantes, no es posible por cuanto el Tribunal no alcanzó,
definitivamente, un conocimiento, más allá de toda duda, no solo
respecto al delito de homicidio, sino la responsabilidad que le sería

149
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consustancial; tampoco, desde luego, sobre la inocencia de las


acusadas.

En tales circunstancias, en sano criterio valorativo, no hay otra salida


posible, ya que el estándar de prueba, que en los términos del artículo
381 del C. de P.P., se demanda para condenar, no se verifica al punto
que resulta insostenible predicar que la teoría del caso de la fiscalía fue
demostrada; tampoco la de la defensa, todo ello en el marco de libre
valoración de la prueba. Y no se trata de un estado de duda expresión
de la subjetividad de la sala, sino del estudio racional y objetivo de la
prueba y su valoración.

Consecuentemente, se dará aplicación al principio de in dubio pro reo,


derecho con ‘rango de derecho fundamental acompaña así, como ha
precisado la Corte, al acusado desde el inicio de la acción penal hasta
el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad, y exige para ser
desvirtuada la convicción o certeza, más allá de una duda razonable,
basada en el material probatorio que establezca los elementos del delito
y la conexión del mismo con el acusado. Además ante la duda en la
realización del hecho y en la culpabilidad del agente, se debe aplicar el
principio según el cual toda duda debe resolverse en favor del
acusado’107 reconociendo la existencia de duda razonable y, por tanto,
confirmando la sentencia de carácter absolutorio, pero por esta razón.

3.33. Cuestión final

Como quedó establecido, si bien la Fiscalía General de la Nación no


demostró más allá de toda duda razonable la materialidad de la

107Jurisprudencia: Corte Constitucional Sentencia C-1156 de 2.003 y en C – 774 de 2.001 “La presunción de inocencia en
nuestro ordenamiento jurídico adquiere el rango de derecho fundamental, por virtud del cual, el acusado no está obligado a
presentar prueba alguna que demuestre su inocencia y por el contrario ordena a las autoridades judiciales competentes la
demostración de la culpabilidad del agente. Este derecho acompaña al acusado desde el inicio de la acción penal (por
denuncia, querella o de oficio) hasta el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad, y exige para ser desvirtuada la
convicción o certeza, más allá de una duda razonable, basada en el material probatorio que establezca los elementos del
delito y la conexión del mismo con el acusado. Esto es así, porque ante la duda en la realización del hecho y en la culpabilidad
del agente, se debe aplicar el principio del in dubio pro reo, según el cual toda duda debe resolverse en favor del acusado.”.

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conducta punible de homicidio imputada a Laura Moreno, tampoco la de


Favorecimiento al homicidio imputada a Jessy Mercedes Quintero
Moreno, de tal suerte que sobre este último delito se impone para la
Sala, en todo caso, pronunciarse acerca del fenómeno jurídico de la
prescripción de la acción penal, pues operó y, en tal virtud, así se
declarará.

La Fiscalía General de la Nación, se reitera, imputó a Quintero Moreno


el delito de Favorecimiento al homicidio, de conformidad con los
artículos 446, inciso segundo, del Código Penal.108

La prescripción, como causal de extinción de la acción penal,109 opera


cuando ha transcurrido, a tenor del Código Penal de 2000, artículos 82,
83 y 84, un tiempo igual o superior al máximo de la pena fijada para el
delito cometido, nunca inferior a 05 años, ni mayor de 20, contado a
partir del momento de su consumación, -si es de ejecución instantánea-
, o desde la perpetración del último acto -si es de ejecución permanente-
. Quiere decir ello que en el presente caso el término de prescripción
inició el 31 de octubre de 2010 -fecha de los hechos- por un lapso
equivalente a la pena máxima del delito enrostrado –216 meses-.110

Sin embargo, a voces del artículo 292 de la Ley 906 de 2004, el término
prescriptivo se interrumpe con la formulación de la imputación y a partir
de ese momento empieza a correr nuevamente, por la mitad del lapso
inicial, pero nunca inferior a 3 años.

De este modo, el aludido término para el punible endilgado en este


asunto se interrumpió el 7 de octubre de 2011, fecha en que se realizó

108Folio 233 de la carpeta base inicial.


109La doctrina define la prescripción como “…un instituto liberador en cuya virtud –por el transcurso del tiempo y ante la
incapacidad de los órganos de persecución penal de cumplir su tarea – el Estado, conocedor de esta situación, autoriza a
poner fin a la ‘acción penal’ iniciada o por entablarse.” VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal
– Parte General. Temis. Bogotá, D.C., 2002. P. 603.
110
La aludida pena se extrae así: el delito de favorecimiento, art. 446, inicio 2º, del C.P., trae aparejada una
pena de prisión, en el extremo máximo, de 216 meses.

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formulación de imputación ante el Juez 21° Penal Municipal con Función


de Control de Garantías de Bogotá, contra Jessy Mercedes Quintero
Moreno. A partir de ese día empezó a correr un nuevo término
equivalente a la mitad del inicial, esto es, 9 años. Así, la fecha de
expiración del término de prescripción fue el 7 de octubre de 2020, toda
vez que el equivalente a la mitad de la pena máxima, a la fecha del acta
de aprobación de este proveído, se superó.

Bajo tales parámetros, no procede decisión distinta a declarar extinción


de la acción penal por prescripción debiéndose, por la Juez de primera
instancia, cancelar, si los hubiere, los requerimientos y pendientes que
Quintero Moreno tenga por razón de esta actuación penal.

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Bogotá, D. C., en Sala de Decisión Penal, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

PRIMERO. - CONFIRMAR, pero por los motivos señalados en el cuerpo


de esta providencia, la sentencia de carácter absolutorio proferida el 21
de febrero de 2017 por la Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento
de esta ciudad, en favor de Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy
Mercedes Quintero Moreno.

SEGUNDO. – Declarar la extinción de la acción penal por prescripción


a favor de Jessy Mercedes Quintero Moreno, por el punible de
favorecimiento.

TERCERO. - Decretar en consecuencia, preclusión a favor de Jessy


Mercedes Quintero Moreno.

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Cancélese las anotaciones a que haya lugar.

Contra la presente decisión no cabe recurso alguno, salvo el


extraordinario de casación. Las partes e intervinientes quedan notificadas
en estrados.

JAIRO JOSÉ AGUDELO PARRA

Magistrado

JUAN CARLOS ARIAS LÓPEZ

Magistrado

EFRAIN ADOLFO BERMUDEZ MORA

Magistrado

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