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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BOGOTÁ

SALA PENAL

MAGISTRADO PONENTE : JAIRO JOSÉ AGUDELO PARRA

RADICADO No : 110016000000201200141-01

PROCEDENCIA : JUZGADO 11° PENAL DEL CIRCUITO


DE CONOCIMIENTO DE BOGOTÁ

ACUSADOS : LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ Y


JESSY MERCEDES QUINTERO M.

DELITO : HOMICIDIO DOLOSO y


FAVORECIMIENTO

APROBADO : ACTA No. 165

DECISIÓN : CONFIRMA, POR OTRA RAZÓN

FECHA : 30 de ABRIL DE 2021

ASUNTO POR RESOLVER

El recurso de apelación interpuesto por la delegada de la Fiscalía


General de la Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público,
contra sentencia de carácter absolutorio proferida el 21 de febrero de
2017 por la Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento de esta
ciudad, en favor de Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy Mercedes
Quintero Moreno.
Segunda instancia
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I. ANTECEDENTES

1.1. FÁCTICOS:

De la imputación fáctica, reiterada en la formulación de acusación, se


sabe que el 30 de octubre de 2010, a eso de las 20:45 horas, Luis
Andrés Colmenares Escobar salió de su casa en compañía de
Gonzalo Gómez y Laura Milena Moreno Ramírez, en el vehículo de
ésta última, rumbo a la discoteca PENTHOUSE, ubicada en la
denominada ‘zona rosa’ de Bogotá, con el fin de celebrar la fiesta de
“Halloween” con sus compañeros de la Universidad de los Andes. En
este lugar permanecieron, aproximadamente, hasta las 3:00 de la
mañana del día siguiente, hora en que sale Laura Milena Moreno
Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno, con aquel quien, para
entonces, presentaba tercer grado de embriaguez, con el ánimo de
comer algo. Lo que sucede a partir de ese momento es conocido a
través de la versión ofrecida por Laura Moreno a distintas personas, -
policía, bomberos, amigos comunes y familiares de Luis Andrés-,
corroborada, en algunos fragmentos, por Jessy Quintero, quien
concuerda con aquella en que, cuando Luis Colmenares se disponía a
comer un perro caliente, comprado cerca del lugar, sale de repente a
correr, de manera desenfrenada, seguido por Laura hasta el instante
en que se precipita en el caño de ‘El Virrey’ lugar donde desaparece,
siendo encontrado sin vida en el Box coulvert, del mismo, entre las
19:30 y 20:20 horas del 31 de octubre de ese año, por un segundo
equipo de bomberos que acudió, ante el fracaso del primer grupo, en
su búsqueda.

Para la Fiscalía General de la Nación, sin embargo, las pesquisas


arrojaron que “LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR fue
golpeado por terceros, en un lugar seco, sólido y plano… con un
objeto cortante y con gran fuerza, ” generándole “heridas

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hemorrágicas, vitales y premortem… no compatibles con una
caída de altura”, para luego ser
ubicado en el box coulvert.

Del mismo modo, estima que Laura Milena Moreno Ramírez, quien
tenía pleno conocimiento de lo ocurrido, informó, falazmente, y como
aporte de su participación dentro del plan criminal, a las autoridades y
familiares del occiso, que éste cayó accidentalmente al aludido caño,
todo ello con el fin de desviar la investigación; versión que Jessy
Mercedes Quintero Moreno respaldó ante las autoridades
competentes.1

1.2. PROCESALES

1.2.1. En audiencia celebrada el 7 de octubre de 2011, ante el Juez 21°


Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá, la
Fiscalía General de la Nación, a través de su delegado : i) legalizó el
procedimiento de captura de Laura Moreno y Jessy Quintero; ii)
formuló imputación en contra de Laura Milena Moreno Ramírez, como
coautora impropia del delito de homicidio doloso agravado y autora
de falso
testimonio, y respecto de Jessy Mercedes Quintero Moreno, además
del falso testimonio, la conducta punible de encubrimiento y, iii)
imposición de medida de aseguramiento en lugar de residencia. 2

1.2.2. El 27 de febrero de 2012, previa presentación del escrito de


acusación,3 se instaló audiencia de formulación de acusación ante la
Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento de Bogotá. En esa
oportunidad la bancada de la defensa interpuso recurso de apelación
contra providencia que negó una nulidad.

1 Folio 233 de la carpeta base. Ver acápite marcado como situación fáctica.
2 Folio 32 y 33 de la carpeta base número 20.
3 Folios 170 a 189 de la carpeta base número 1. Escrito de acusación radicado 1° de febrero de 2012.
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En auto del 29 de marzo de 2012 una Sala de decisión del Tribunal
Superior de Bogotá revoca, parcialmente, el auto y declara “ nulidad de
la actuación cumplida a partir de la audiencia de imputación
formulada en contra de Laura Milena Moreno Ramírez por el delito
de falso testimonio.”4

1.2.3. El 22 de mayo de 2012 la Fiscalía a través de su delegado


formuló acusación contra Laura Milena Moreno Ramírez, en calidad
de coautora impropia del delito de homicidio doloso agravado, y
Jessy Mercedes Quintero Moreno, como autora de los punibles de
falso testimonio y encubrimiento.5 Posteriormente, se llevó a cabo
audiencia preparatoria.

1.2.4. Celebrado el juicio oral con el rigor que le es propio, el 20 de


febrero de 2017, la Juez 11° Penal del Circuito de Conocimiento
profirió sentencia absolutoria en favor de las acusadas Laura Milena
Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno.

Para el efecto, de cada una de las pruebas practicadas en juicio oral


hace la operadora judicial una reseña y análisis. 6 Indica, de otra parte,
que la Fiscalía al modificar, en los alegatos conclusión, la situación
fáctica de la acusación suprimiendo y añadiendo hechos, afectó el
principio de congruencia; por ejemplo, “ dejó de lado que LUIS
ANDRÉS COLMENARES salió del PENTHOUSE a comerse un
perro caliente con las acusadas. ” Asimismo, de acuerdo con las
livideces cadavéricas, dice la fiscalía en los alegatos de conclusión,
modificando su postura, que el cuerpo de éste fue colocado en el caño
con vida.

4 Ver formulación de acusación: 27 de febrero de 2012 folio 215 a 219; segunda sesión: 12 de marzo de 2012
folios 246 a 247. carpeta 2. sesión del 26 de abril de 2012 folio 120 a 122. sesión de 14 de mayo de 2012,
folio 136 a 139; sesión de 22 de mayo de 2012 folio 141 a 144.
5 Folios 141 a 144 de la carpeta número 2.
6
Folios 48 a 196 de la carpeta base.
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Igualmente, observa la juez, en el escrito de acusación se indicó que
Laura Milena Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno
estuvieron todo el tiempo con Luis Andrés Colmenares, empero, alega
ahora la Fiscalía que Jessy no se encontraba entre las 3:00 am y las
3:30 am del 31 de octubre de 2010 en el mismo lugar con Moreno y
Colmenares, “aspecto sorpresivo para la defensa, habida cuenta
que el falso testimonio endilgado a QUINTERO MORENO,
consistió en mentir respecto a lo que sucedió con LUIS ANDRÉS
COLMENARES
ESCOBAR en ese lapso de tiempo.”

Dice la operadora judicial, la Fiscalía afectó también el principio de


congruencia por cuanto Laura Moreno fue imputada y acusada por el
delito de homicidio agravado, en calidad de coautora impropia, a título
de dolo; no obstante, en los alegatos de conclusión el ente acusador
decide variar y solicita condena por el mismo delito, pero ahora en
“posición de garante y a título de dolo eventual (por tener una
relación con Luis Andrés Colmenares… porque lo recogió en la
camioneta… porque ingirieron licor), es decir no por una acción
desplegada sino por omitir informar a tiempo lo sucedido, ya que
de ser así se hubiera salvado Colmenares.”6

En ese entendido la Juez singular aduce que la Fiscalía suprimió,


“modificó y creó” hechos en los alegatos finales, diferentes a los
formulados en la acusación, en contravía de los principios al debido
proceso, defensa y congruencia. Del mismo modo, y aunque se
entiende que la acusación es un acto de parte y, por tanto, no
anulable, reprochó que el ente acusador haya presentado una
imputación fáctica confusa, desordenada, al punto que hubo que
desplegar un gran esfuerzo para comprender los hechos.

6 Pág. 201 de la sentencia 1° instancia.


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La formulación de acusación es también confusa desde el inicio; se
ocultaron pruebas dando lugar a “tres compulsas de copias que hizo
este despacho” contra la Fiscalía. En tal virtud, decide la Juez dejar de
lado manifestaciones del ente acusador en los alegatos de conclusión y
abordar, principalmente, los hechos y calificación jurídica tal y como
son formulados en la acusación, advirtiendo que el punible de falso
testimonio imputado a Jessy Quintero, no sería analizado, comoquiera
que este cargo fue retirado por la Fiscalía. 7

Seguidamente la juez de primer grado, luego del análisis de rigor,


concluye que la muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar no fue
producto de un homicidio, como pregona la Fiscalía, sino de un
accidente.8 Hace las siguientes consideraciones:

1.2.4.1. La prueba practicada en el juicio permite establecer, sin lugar


a dudas, que Laura Milena Moreno Ramírez hizo a los patrulleros de la
policía Edward Antonio Abril, Wilson Andrés Mahecha Guerrero y
Helber Guitiérrez, quienes estaban de servicio esa noche en el CAI
Estadero y el Virrey, el mismo relato: “ estaban esa noche de rumba
en una fiesta, que luego fueron a comer perro en la calle 85 con
carrera 15, que tuvo una discusión con su compañero Luis
Andrés, quien salió a correr, ella lo detuvo en un par de ocasiones
pero que se le soltó y siguió corriendo y que lo había visto caer en
el caño a la altura de la Carrera 13 A con Calle 87, por donde
estaba ubicada la sede del diario El Heraldo .”, concordando con el
que hizo a la señora Oneida Escobar, madre del occiso, bomberos y
amigos proveyendo, en su opinión, de veracidad la aludida versión.

1.2.4.2. “Los tres policiales, -Abril, Mahecha y Gutiérrez- admitieron


no haber bajado hasta el canal porque el piso se hallaba
resbaloso,” había llovido ese día y estaba oscuro. Tampoco les consta

7 Folios 173 a 203, carpeta número 20, sentencia de primera instancia.


8 Pág. 236 sentencia de primera instancia.
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si los bomberos, que atendieron en un primer momento el caso, lo
hicieron. Expresa la juez, en este punto, que los primeros
respondientes presentan contradicciones entre ellos y con sus primeras
versiones, por lo que les resta credibilidad.

1.2.4.3. La búsqueda de Luis Andrés Colmenares, realizada por los


bomberos, primer grupo, en la madrugada del 31 de octubre de 2010,
fue “superficial y mediocre… No estaban preparados para una
diligencia
de rescate, no tenían un mapa del túnel, pero tampoco lo
exploraron...”;
dedicaron a la labor entre 6 y 7 minutos, circunstancia que evidencia
negligencia, especialmente de Héctor Alirio Gómez, quien bajó al túnel,
pero no lo cruzó. Los bomberos, afirma, tenían la posición de garante
en virtud de su función, “a más de ser los encargados de la
búsqueda de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR .” De este
modo, la versión de que el cuerpo no se encontraba allí queda sin
soporte. En tal virtud, compulsa copias por falso testimonio y fraude
procesal dadas “las mentiras rendidas por ISAÍAS LIZARAZO
PÉREZ, HÉCTOR ALIRIO GÓMEZ ALDANA, JHON ALEXANDER
PEÑA GUZMÁN, OMAR YESID PABÓN AGUDELO y YADIRA
PIAMONTE FERNÁNDEZ”, pertenecientes al primer grupo de
bomberos.

1.2.4.4. Al referirse al segundo grupo de bomberos que acude al lugar,


ante el llamado de la progenitora de la víctima, señala cómo William
Gómez y Erwin Triana encontraron el cuerpo sin vida de Luis
Colmenares después de cruzar un tramo importante del caño, en una
caída de agua de aproximadamente 65 cm; sin ese recorrido, colige,
no era posible visibilizar el cuerpo.

1.2.4.5. Analiza el testimonio de Héctor Leonardo Calderón Parra,


investigador del CTI, de quien destaca su apreciación acerca de la
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dificultad del terreno para hallar el cuerpo: “ el cuerpo del finado no se
podía divisar a simple vista, porque estaba varios metros dentro
del Túnel.” Asimismo, según él, Laura Moreno señaló a los bomberos
y policías el lugar exacto donde había caído Luis Colmenares.

1.2.4.6. De otro lado, de la interceptación de comunicaciones


presentadas por el perito de la Fiscalía, no se encontró “ elemento
alguno que permita establecer que las acusadas participaron de
una acción homicida, o que LUIS ANDRÉS COLMENARES
ESCOBAR, haya sido víctima de homicidio alguno...” ; concluye,
además, de las pruebas periciales, que aquel falleció “ por asfixia por
sumersión en agua… en estado de inconciencia producido por un
severo trauma craneoencefálico, coadyuvado por una intoxicación
etílica.”

1.2.4.7. La Juez, en su examen de las pruebas, resta credibilidad a la


opinión pericial del perito de la Fiscalía, Dr. Máximo Duque, pues de
acuerdo con la Resolución 5194 de 2010, artículo 25, expedida por el
Ministerio de Salud, el galeno inobservó los protocolos nacionales e
internacionales para realizar la segunda necropsia y la exhumación; se
sabe que ejecutó la diligencia al aire libre, al lado de la tumba,
omitiendo el traslado a un recinto “ seguro, iluminado y adecuado .”
Diseccionó el cuerpo de Colmenares “ con un cuchillo de cocina y
utilizó una caja de
cartón como mesa.” No mencionó, además, en su informe, la técnica
que utilizó para retirar los tejidos momificados del occiso.

En conclusión, el proceso de exhumación y necropsia adelantado por el


Dr. Máximo Duque alteró evidencia ósea, modificó el estado original del
cadáver al ocasionar nuevas fracturas al macizo facial por
arrancamiento inapropiado de tejido, del cual se perdieron varios
fragmentos óseos, ya que el galeno “luego de arrancar con sus
manos y con ayuda del cuchillo de cocina las partes momificadas
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de la cabeza (se ve en varias fotografías, el proceso realizado
sobre la tapa de una caja de cartón donde se ve con buen nivel de
desorden: dientes, esquirlas de hueso y tejido momificado) lavó el
cráneo (también se ve en las fotografías el lavado del cráneo con
un jarro de agua que pasa por la cabeza y escurre al piso de tierra
arrastrando el producto del lavado, sin filtros o medios que
permitieran reconocer pedacitos de hueso) y procedió nuevamente
a organizarlo y colocó los dientes caídos y otros fragmentos
desprendidos y procedió a tomar las fotografías 1818 y siguientes,
en las que se aprecia que no todos los fragmentos fueron
colocados. Se puede afirmar que debido a que había fracturas…,
es altamente probable que pequeñas porciones de hueso se
hubiesen perdido durante ese momento de arrancamiento y
lavado. En especial, las pequeñas esquirlas que hacen falta en las
órbitas y en la región alveolar, sobre la raíz del incisivo central
superior.”9 … “pero en opinión de esta juzgadora lo que resulta
realmente reprochable es que el experto en lugar de dar cuenta de
ello y de advertir a la audiencia lo anterior, lo ocultó y lo utilizó para
convencer en el juicio, que todos los hallazgos de la segunda
necropsia eran originales y habían ocurrido en vida, cuando
realmente sucedieron postmortem.”

1.2.4.8. De acuerdo con el dicho de los testigos de cargo, entre ellos la


médica del Instituto de Medicina Legal, Lesly Rodríguez, en el sentido
que Luis Andrés Colmenares, al momento de fallecer, se encontraba
boca abajo, concluye que horas después, en el instante de la
inspección judicial y traslado a la morgue, fue volteado hacia arriba, lo
que explica las distintas livideces cadavéricas halladas en su cuerpo. 11

Advera, la prueba pericial practicada y analizada demuestra que las


distintas lesiones en el rostro de Luis Colmenares obedecen a un solo
9 Pág. 225 a 237. 11
Pág. 245 ídem 12 Pág.
248 y 249 ídem.
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impacto de alta energía por una caída de altura. Descarta, de este
modo, que haya sido golpeado intencionalmente.

1.2.4.9. Del estudio sobre la factibilidad de arrastre del cuerpo de Luis


Andrés Colmenares Escobar, realizado por el ingeniero mecánico
Carlos Alberto Herrera Cáceres, perito altamente calificado para un
estudio como estos -de la defensa-, asume que es “altamente
probable” que el cuerpo fue arrastrado, entre las 3 y 4 de la mañana,
por las aguas del caño El Virrey.12

1.2.4.10. Aduce la operadora judicial que en este proceso no se


demostró, como afirma la Fiscalía, la existencia de un móvil en las
acusadas u otra persona “para asesinar10 a LUIS ANDRES
COLMENARES ESCOBAR,”; tampoco una golpiza, “pues no hay
rastros de elementos, videos, testigos o cualquier otra clase de
prueba que así lo demuestre”; tampoco probó el ocultamiento del
cuerpo. Por el contrario, quedó demostrado que antes, durante y
después de la fiesta en Pent-House no hubo altercado o evento
violento entre Luis Andrés y terceros; asimismo, no demostró la
Fiscalía que Jessy
Quintero, “haya sabido de una acción homicida en contra de LUIS
ANDRES COLMENARES ESCOBAR, y menos que la haya
favorecido con su silencio.”, o que se haya acordado con Laura
Moreno para cometer ilícito alguno.

1.2.4.11. Concluye la Juez de primer grado:

A. Frente a los bomberos del primer turno:

“…no cumplieron con la labor de rescate de acuerdo a sus propios


procedimientos. No recorrieron el túnel, por lo tanto, ninguno podía
saber si el cuerpo de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR

10 Pág. 253 a 257 ídem.


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estaba allí o no. Si LUIS ANDRÉS estaba vivo, al momento de su
cuerpo llegar al hueco donde fue encontrado, hueco bastante grande
(65 cms de profundidad, aproximadamente), podríamos decir que la
inadecuada labor de los bomberos, ayuda al desenlace lamentable al
cual hoy nos enfrentamos. Es más, de todos los testimonios de los
bomberos que participaron en la primera búsqueda nos queda la
idea de que los bomberos no estaban preparados para una diligencia
de rescate, no tenían un mapa del túnel, pero tampoco lo exploraron,
hicieron una búsqueda superficial y rápida. Lo que más llama la
atención es que pretendieron atribuirle la responsabilidad de su
apresurada retirada del canal a LAURA, que, porque ésta ya se iba,
recuérdese que LAURA MILENA MORENO RAMIREZ no era la
rescatista, eran los bomberos los que tenían esa labor de búsqueda.
Igualmente, sus versiones dadas en este juicio difieren de las dadas
en la investigación disciplinara, como ya lo hemos expuesto antes”.
Por lo tanto, se tiene que faltaron a la verdad…”

B. Frente al segundo grupo de Bomberos:

“… acudieron ante la llamada de la progenitora del finado, los


bomberos
CLARENA MONTANO, WILLIAM GÓMEZ, JORGE CABALLERO y
ERWIN TRIANA. De sus testimonios se pudo concluir que quienes
hallaron a LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR fueron los
bomberos GÓMEZ y TRIANA, más específicamente GÓMEZ, quien
divisó el cuerpo del occiso primero, que fue encontrado en el túnel
del caño El Virrey, en un sitio, en donde había una caída de agua,
con lo que llama TRIANA una "pendiente moderada". Se concluye de
estos dos testimonios que cuando encontraron al joven
COLMENARES ya había fallecido. Que fue encontrado con sus
ropas casi intactas, que no había nadie más alrededor, que tampoco
se encontraron elementos algunos como, botellas, cilindros, armas
de cualquier naturaleza etc., solo estaba el cuerpo del occiso.
También se concluye que el cuerpo de LUIS ANDRÉS no estaba a la
vista, pues a los bomberos, les fue visible, una vez habían cruzado
un tramo razonable del túnel. Tampoco fue encontrado elemento
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alguno, que indicara que el cuerpo fue transportado de un lugar a
otro.”

“Recuérdese que luego fue escuchado el señor HÉCTOR


LEONARDO CALDERÓN PARRA, investigador abogado del CTI,
quien no encontró lesiones en el resto del cuerpo, tampoco encontró
lesiones post mortem. También el testigo hizo ver la dificultad del
terreno en donde se encontró a LUIS ANDRÉS, tan es así que uno
de ellos fue el escogido para entrar por tener botas pantaneras e
hizo ver que el cuerpo del finado no se podía divisar a simple vista
pues cuando tuvo al alcance de su vista, el cuerpo de la víctima ya
era porque estaba varios metros adentro en el túnel. Señaló también
cómo estaba el cuerpo y que había un terreno más hundido que
aglomeraba agua y que esta se aumentaba por la caída.”

C. Frente al dicho de Oneida Escobar, progenitora de Luis Andrés


Colmenares:

“…se pudo extractar que fue el segundo turno de bomberos quien


encontró el cuerpo de LUIS ANDRES. También que LAURA, platicó
con doña ONEIDA y le contó lo que había sucedido esa noche.
Igualmente, se pudo advertir que JESSY era conocida de la familia
de los COLMENARES, por ser su gran amiga y que tenían una
buena relación de amistad. Que la persona nueva en el círculo de
LUIS ANDRÉS era LAURA MORENO. Así mismo, que ella estuvo en
el parque El Virrey en la zona que le indicó LAURA por la cual se
había lanzado LUIS ANDRES, sin encontrar huellas de sangre, ni
nada, que le indicara algo sobre su paradero o lo que había sucedido
con él. Así mismo, hizo ver que LUIS ANDRES no tenía problemas
personales con nadie. Que era un joven juicioso con sus estudios y
querido por sus amigos y conocidos. Fue clara en afirmar que el
celular de su hijo lo tenía LAURA MORENO y que cuando le
preguntó el motivo de esto, ella manifestó que LUIS se lo había
prestado para llamar a una compañera. Que LAURA le exteriorizó
que el sitio de caída de LUIS fue por los lados de la Carrera 13 A,

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por donde quedan las oficinas del Heraldo, que para el momento de
la búsqueda el agua del caño tan solo tenía una profundidad de unos
10 centímetros, que LAURA les dio el mismo sitio de caída a las
autoridades de policía, a los bomberos, a la madre de
COLMENARES, pues todos hablan del edificio El heraldo, que de
acuerdo a lo estipulación 19 quedaba ubicado en la Calle 88 N°13 A-
07.”

La anterior deliberación es similar a la realizada en torno a los


testimonios ofrecidos por Jorge Luis Colmenares y Ulises Julio Ibarra,
parientes también de Luis Colmenares.

D. Frente a lo manifestado por Soraya Ciro:

Compañera de estudio de Luis Andrés, testigo importante de los


momentos previos a la salida de la discoteca: “ se puede colegir que
los jóvenes que participaron en la fiesta del Pent-House, habían
tomado VODKA, incluyendo a LUIS ANDRÉS, que igualmente
tomó cerveza esa noche. Que LUIS ANDRÉS estaba entonado,
pero que podía andar por sus propios medios. Que como signos
de que estaba entonado hablaba en inglés y que esto lo hacía,
cuando el trago lo cogía un poco. Así se concluye que JESSY y
LAURA hasta ese momento no se conocían mucho, o sea, no eran
las grandes amigas que se pudiera pensar. Que la amistad grande
era entre LUIS ANDRÉS y JESSY. Que de la fiesta salieron juntos
LUIS ANDRÉS, LAURA y JESSY. Que antes ya había
manifestado LUIS ANDRES que tenía hambre. Que los otros
amigos que estaban en la fiesta como ella, esperaron a que la
camioneta de LAURA la trajeran del valet parking. Así mismo, que
a JESSY la vuelve a ver después de que esta los llama a ellos
para que la vayan a recoger en la 85 con 15, porque estaba sola.
Que luego se dirigen al parque del Virrey y se ven con LAURA y
que ella estaba sola. Precisa que JESSY cuando estaba montada

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en la camioneta recibe una llamada y se entera por la
conversación que quien había telefoneado era LAURA. Que llegan
al parque entre las 3 y 20 a.m. y 3 y 30 a.m. Que LAURA les indica
el lugar en el cual LUIS se cayó. Fácil es concluir entonces, que
durante la fiesta no hubo altercado alguno. No hubo ningún evento
violento entre ninguno de los jóvenes, que JESSY es recogida
después de la fiesta en la 85 con 15 y se dirigen al parque El
Virrey por instrucciones de LAURA, quien es encontrada allí y
quien estaba
SOLA.”

En términos semejantes se pronuncia sobre el testimonio de Juan


Sebastián Bautista, María Andrea Archila y Luis Mauricio Alnear,
enfatizando sobre el transcurso de la fiesta que fue sin inconvenientes,
el consumo de licor por parte de Luis Colmenares, la relación con
Laura que no era formalmente de novios, el deseo de comer un perro
caliente
por este, y la versión ofrecida por ésta a ellos sobre la desaparición de
aquel en el caño sin detectar ‘contradicciones, a contario sensu, se
ven coincidencias y complementos, además de que la Fiscalía no
mostró en el juicio elementos del por qué no creerles a estos
testigos.”

E. Respecto a la presunta afectación del principio de congruencia dice:

“…Sí se varió la imputación fáctica en los alegatos de conclusión


frente a las dos acusadas. En caso de que el Despacho, hiciera
caso a la señora fiscal, en analizar los nuevos hechos puestos de
presente por ella, en la fase de alegatos de conclusión, estaríamos
incurriendo en una causal de casación como es la contemplada en el
artículo 181 numeral 2, que reza: "Desconocimiento del debido
proceso por afectación sustancial de su estructura o de la garantía
debida a cualquiera de las partes"…”

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F. Con relación a los procedimientos desarrollados por el Dr. Maximo


Duque, durante el proceso de exhumación y segunda necropsia
practicada al cadáver de Luis Andrés Colmenares Escobar, registra:

“…salta a la vista que efectivamente no se aplicó ninguna clase de


rigor en los métodos, no se procedía de manera científica ni se
atendieron recomendaciones de lugar, implementos o
herramientas apropiadas para este tipo de examen, ni
condiciones medioambientales adecuadas, ni condiciones de
seguridad que garantizaran la no alteración de la evidencia ósea,
en cambio se propinó daño secundario y si se modificó el estado
original del cadáver. Se puede concluir que para hacer la
exhumación y segunda necropsia de LUIS ANDRÉS
COLMENARES ESCOBAR no se siguió protocolo alguno...
Tampoco, se pudo establecer si esas personas que se
observaban en las fotos junto al legista DUQUE, manipularon o no
el cuerpo, si tuvieron contacto con este o no… La omisión del
perito DUQUE al no examinar microscópicamente el material
negruzco que interpretó como hemorrágico y ello unido a la mala
práctica para desarrollar la disección del cuello en un cadáver en
avanzado estado de momificación, impiden al Despacho
determinar si había o no hemorragias cervicales. Se reprocha
nuevamente al médico DUQUE, quien de forma ligera realizó
afirmaciones que inducen a personas legas en medicina, a pensar
que efectivamente LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR
sufrió unos golpes sobre su cara estando su cabeza quieta.”

G. Sobre la causa de la muerte:

“En este punto no se encuentran discrepancias entre los


diferentes testigos peritos. Se concluye que LUIS ANDRÉS
COLMENARES ESCOBAR falleció por asfixia por sumersión en
agua, estando en estado de inconsciencia, producido por un

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severo trauma craneoencefálico y coadyuvado por una
intoxicación etílica.”

H. Livideces y rigideces:

“Quedó aclarado que las livideces cadavéricas responden al


movimiento pasivo de la sangre, que obedece al principio de
gravedad, luego del momento de muerte. Que estas coloraciones
violáceas inician su aparición en piel pocas horas después de la
muerte y progresivamente se van fijando en la piel. Así, si el
cadáver se mueve, las livideces también lo hacen mientras no
estén fijas. En este caso se observaron las livideces iniciales de la
primera posición boca abajo que dejaron livideces más pálidas en
la parte del frente del cadáver y livideces fijas en la parte posterior
que se formaron cuando al cadáver se le da vuelta al momento de
la inspección del cuerpo. En conclusión, al momento de su
fallecimiento LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR se
encontraba boca abajo y horas después, al momento de la
inspección judicial y traslado a la morgue fue volteado hacia
arriba.”

I. Respecto de las lesiones de tejidos blandos en cara y rodillas y su


mecanismo:

“…los expertos explican que el borde del hueso frontal al chocar


con una superficie dura puede actuar a manera de filo y cortar la
piel por ello ese mecanismo se denomina corto-contundente. No
hay incisiones ni intervención de elementos cortantes. El perito
BOTELLA opina que las lesiones en región malar y la
inframentoniana pudieron corresponder a lesiones producidas por
arrastre del cuerpo, igualmente, la patóloga forense Dra. BRUGAL.
Afirma que esas lesiones corresponden a la fricción… De acuerdo
con las declaraciones de los peritos, le quedó claro al Despacho
que las lesiones de tejidos blandos en cara se produjeron por
mecanismos contundente, corto contundente y por fricción. …”

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

J. Frente al interrogante si todas las fracturas en cráneo y cara fueron


pre-mortem.

“…quedó plenamente demostrado ante este Juzgado que se alteró


la evidencia al ocasionar nuevas fracturas al macizo facial por el
arrancamiento inapropiado del tejido momificado y que se
perdieron varios pequeños fragmentos óseos. Pero en opinión de
esta operadora judicial lo que resulta realmente reprochable es que
el experto en lugar de dar cuenta de ello y advertir a la audiencia lo
anterior, lo ocultó y lo utilizó para convencer en el juicio, que todos
los hallazgos de la segunda necropsia eran originales y habían
ocurrido en vida, cuando realmente sucedieron post-mortem.”

K. Con relación a la pregunta: ¿Las fracturas que presenta el


cuerpo
de LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR son consecuencia
de varios golpes o son el resultado de una caída de altura?

“…a esta funcionaria, no le quedan dudas acerca de que las lesiones de


LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR obedecen a una caída. Se
afirmó por parte de la Fiscalía que la distinción entre si las lesiones
fueron causadas por golpes múltiples sobre la cara o por el golpe
ocasionado por una caída de altura sobre la cara, residía en que la caída
de altura debería presentar una lesión típica de contragolpe y como ella
no estaba presente, se podía afirmar que LUIS ANDRES COLMENARES
ESCOBAR no se cayó, sino que fue golpeado en la cara en múltiples
ocasiones originándose varios focos de fracturas. Todo lo anterior quedó
desvirtuado. De acuerdo con las profusas explicaciones de los tres
expertos de la defensa y de la lectura de los textos reconocidos por la
patología forense internacional (Fisher y Di Mayo), conocidos en juicio,
se entendió que los golpes en la cara son amortiguados por los senos
frontales y paranasales que son huesos cuyo interior está conformado
por trabéculas llenas de aire (se dijo que funcionan como una balsa de
aire) y por ello no se observan lesiones de contragolpe. Otra razón de la

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
ausencia de esas lesiones, está dada por la explicación de los científicos
maxilo-facial y antropólogo, quienes demostraron con apoyo bibliográfico
que, debido a la arquitectura de la cara (contrafuertes y arbotantes) la
energía del golpe se disemina por esta estructura produciendo múltiples
fracturas que van por esta arquitectura hasta cuando se agota la energía.
Es otro mecanismo natural para proteger al cerebro de las lesiones de
contragolpe. De la misma manera, se desvirtuó la afirmación del perito de
la Fiscalía respecto a que habían varios focos de impacto con sus
respectivas fracturas, pues se explicó claramente que un solo impacto de
alta energía causó todo el complejo fracturar que es literatura científica
denomina "Fractura Tipo NOE 3B" cuya sigla corresponde a una línea de
fractura que compromete las orbitas, los huesos propios de la nariz y el
hueso etmoides, por ello se denominan naso-orbito-etmoidal (NAO) y el
tipo 3B incluye el maxilar y la base del cráneo. Esa… fractura es propia
de un impacto de alta energía recibido en el contrafuerte supraciliar, en el
que la energía es absorbida en su totalidad por el sujeto, ocasionando el
extenso daño óseo del macizo cráneo-facial. Por lo anterior, el Despacho
concluye que el daño sufrido por LUIS ANDRES COLMENARES
ESCOBAR, es consistente con una caída sobre la cara y no por
terceros.”

L. Con relación a lesión patrón

“…resulta imposible que el dibujo quede en el hueso sin quedar


presente en la piel que recibió el impacto, más cuando se trata de la
zona de la cara que está descubierta. Evidentemente en las
fotografías, tanto de la inspección del lugar como en las fotografías
previas a la necropsia, en donde se aprecia la herida en el arco
supra-ciliar derecho, se ve una herida lineal con bordes irregulares,
pero debajo de ella, en la foto que se tomó durante la necropsia y en
la que se muestra el hueso sin piel, se ve la fractura semicircular de
la que se dice es la "lesión patrón". Dada esta inconsistencia y las
explicaciones de varios peritos, (entre ellos la perito de la Fiscalía)
respecto a que la concavidad del hueso frontal es la que origina la
forma circular de la fractura, y que las "escalitas o huequitos" que se

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
señalaron como la marca dejada por un instrumento corresponden a
las trabéculas óseas normales del hueso, es que este
Despacho considera desvirtuada la teoría de una huella patrón.”

LL. Respecto al testimonio de Fabio Nelson Rodríguez, experto en


informática forense, y análisis link realizado por Willington González.

“LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, fue llamado por sus


compañeros de fiesta esa noche, todo el tiempo, incluyendo que
recibió llamadas tanto de LAURA MILENA MORENO RAMIREZ
como de JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO… obsérvese
que lo que narraron LAURA y JESSY MERCEDES QUINTERO
MORENO, a las autoridades, demuestran concordancia y
convergencia. Convergencia, a que hubo la búsqueda, a que todo el
tiempo, estos muchachos se estuvieron comunicando y a que no
hubo un espacio de tiempo, para ocultar, o transportar un cuerpo,
pues todos estaban distraídos en la búsqueda de LUIS
COLMENARES, e igualmente, no se les mintió a las autoridades, ni
a los amigos. Es así, que la teoría que expuso tanto la defensa de
JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, como de LAURA
MILENA MORENO RAMIREZ, se demostró.”

M. Respecto de LAURA MORENO

“…la Fiscalía no pudo acreditar cuáles "maniobras realizó LAURA" para


evitar el descubrimiento del cuerpo, pues vimos que LAURA a todos les
dio la misma versión y que el último punto donde había visto al finado era
en el caño, y allí en el caño en el túnel, fue donde se encontró a LUIS
ANDRÉS. En cambio, si quedó claro que, si no se descubrió el cuerpo
del occiso antes, fue por la negligencia en el trabajo de los bomberos del
primer turno, encargados de ejecutar las labores de búsqueda.”

N. Respecto de JESSY QUINTERO

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Radicado No 110016000000201200141-01
“…Menos pudo la Fiscalía acreditar qué papel jugó JESSY
MERCEDES QUINTERO MORENO, en la supuesta labor delictiva.
Ni en qué le colaboró a LAURA, más que no fuera a la búsqueda de
LUIS. Los policiales de los CAI escuchados en el juicio, ni siquiera
la nombraron, lo mismo pasó con los bomberos tanto del primer
como del segundo grupo. Solo los amigos que estaban en la fiesta
expresaron que ella, o sea JESSY, estuvo en la fiesta, que luego a
las tres de la mañana salió de ella junto con LAURA y LUIS. Que
luego GONZALO y los otros amigos que iban en la camioneta, la
recogieron en la 85 con 15 y que luego se transportaron al caño, a
fin de buscar a LUIS. Así las cosas, la Fiscalía no cumplió con su
promesa de demostrar comportamiento de JESSY MERCEDES
QUINTERO MORENO, de carácter delictivo alguno.”

Finalmente, aduce, quedó demostrado que la Fiscalía ocultó evidencia


que favorecía notablemente los intereses de la defensa, como la
intervención de Manuel Rodríguez quien, en su condición inicial de jefe
investigador del caso conceptuó, a nivel de hipótesis, que la muerte de
Luis Andrés Colmenares fue accidental.

Es, pues, a partir del análisis de prueba brevemente reseñado como la


Juez de primera instancia arriba al conocimiento de que la muerte de
Andrés Colmenares no fue producto de un homicidio, sino accidental y,
por consiguiente, emite sentencia absolutoria a favor de Laura Milena
Moreno Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno, decisión, a la
postre apelada por parte de la delegada de la Fiscalía General de la
Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público.

II. IMPUGNACIÓN

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Siguiendo los parámetros del artículo 179 CPP, modificado por la Ley
1395 de 2010,11 los recurrentes sustentaron su inconformidad con la
decisión de primera instancia en sendos escritos.

2.1. FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

Demanda revocar la sentencia de primer grado y, en su lugar, declarar:


“que la muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar fue producto de
un homicidio, y sean condenadas Laura Moreno Ramírez, como
coautora impropia del mismo, y a Jessy Mercedes Quintero Moreno
como autora de favorecimiento agravado.”

Expuso los siguientes argumentos:

2.1.1. Las heridas y fracturas que sufrió Colmenares Escobar no son


producto de una caída sobre la cara, tampoco invención del perito
Máximo Duque, para quien son consecuencia de varios impactos. Se
trata de 11 señales de violencia que pueden verificarse con las
fotografías de la necropsia, anexadas a la estipulación probatoria No 6,
y la declaración de la Dra. Lesly Del Pilar Rodríguez, quien en su
informe pericial de necropsia N° 2010010111001004485 concluyó que
las siguientes lesiones de la víctima fueron causadas cuando se
encontraba con vida: (I) herida de bordes irregulares hemorrágicas
en la región superciliar derecha , (II) escoriación de la punta nasal ,
(III) herida irregular en el labio inferior derecho , (IV) escoriación de
bordes pálidos en mejilla derecha, (V) herida irregular de bordes
hemorrágicos infraciliar izquierda con escoriación perilesional, (VI)
herida en párpado superior izquierdo , (VII) escoriación en mentón,
(VIII) herida fronto-facial derecha; (IX) herida superficial en párpado
superior derecho, (X) herida irregular infralabial derecha y, (XI)
abrasión inframentoniana.”
11 Artículo 179 del C.P.P. Trámite del recurso de apelación contra sentencias… “El recurso se interpondrá
en la audiencia de lectura de fallo, se sustentará oralmente y correrá traslado a los no recurrentes dentro de
la misma o por escrito en los cinco (5) días siguientes, precluido este término se correrá traslado común a
los no recurrentes por el término de cinco (5) días.”
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Segunda instancia
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La herida inframentoniana, -herida debajo del mentón-, dice, tiene


importante valor indiciario al no resultar compatible con una caída de
altura, ni con las demás lesiones que presenta el rostro de Luis Andrés
Colmenares que, por lo demás, fueron producidas con un objeto
“romo, pared, un bate, guante o puño .”, y no en el lugar donde es
hallado.

No valora, dice, la Juez la opinión de los peritos de la Fiscalía sobre


las heridas que presentaba Luis Colmenares en su rostro, las cuales
son causadas por distintos mecanismos: las fracturas de la zona
frontal, particularmente la herida de bordes irregulares hemorrágicos
en la región superciliar derecha, por mecanismo corto-contundente; la
fractura de la nariz, además de las lesiones de los maxilares derecha e
izquierda producto de varios impactos por mecanismo contundente; la
herida en el párpado superior izquierdo por mecanismo corto-
contundente y la fractura frontal derecha por un objeto contundente,
con patrón “golpe- contragolpe.”

Así, advierte, el perito Máximo Duque ilustró apropiadamente a la


Juez:
“el golpe contra golpe se da en la cabeza, como el cerebro es
blando, si la persona va en movimiento o en un vehículo y golpea
contra algo, el cerebro se golpea también en la misma dirección y
rebota al lado contrario, quedando lesiones tanto en la parte del
golpe como en la contraria a ella, que son macroscópicas.
Contrario si la cabeza de la persona está quieta y un elemento
viene a golpearla… el cerebro no rebota, simplemente se ve el
trauma recibido.” Agrega que los peritos
de la defensa no encontraron la lesión de contragolpe; especularon.

El Dr. Máximo Duque encontró cinco zonas de impacto independientes,


6 lesiones encontradas en la primera necropsia, que repercutieron en

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Radicado No 110016000000201200141-01
el esqueleto las que, apreciadas en conjunto, explican la hemorragia
encontrada en el canal de las vértebras cervicales, “pues por la fuerza
para causarlas pudieron haber hecho que la cabeza se moviera
fuerte”. En relación con los impactos encontrados en el cráneo, señaló:
“la lesión de la zona ciliar pudo producirse con algo que entró de
frente y le alcanzó a romper el hueso frontal, tiene una ligera
dirección de arriba hacia abajo. Las lesiones nasales tienen una
dirección de izquierda a derecha según se infiere del fragmento
que se desprendió. Las lesiones en el maxilar tienen dirección de
arriba hacia abajo, es como si todo el maxilar hubiera intentado
descender y eso explicaría que se haya partido también en la
parte del paladar.” Por ello, asegura, las lesiones presentan distintos
mecanismos y se originaron en diferentes momentos.

Aduce, asimismo, el ente acusador que: (i) Luis Colmenares conocía el


parque el Virrey, ya que estudió en el Liceo Cervantes; en tal virtud,
sabía dónde estaba el caño “y no iba a correr para caer en él cómo
lo
adujo Laura Moreno.”; (ii) no se encontró, en el marco de la
investigación, rastro o huella alguna, como prendas o residuos
biológicos que coincidieran con las versiones de Laura Moreno, acerca
de la “supuesta” caída y, (iii) erradamente la juez a quo acoge la
teoría de la defensa sin tener en cuenta que no se localizaron lesiones
en otra parte del cuerpo, ya que en el trascurso de la investigación se
determinó que sufrió laceraciones en la cabeza y rostro, no en manos,
brazos, rodillas, espalda y cuello; tampoco rasgaduras en su ropa, lo
que prueba que las lesiones no fueron producidas por un solo impacto
por caída.
Reitera, este tipo sucesos produce varias lesiones en el cuerpo, no
una.

Respecto al procedimiento de exhumación y segunda necropsia


practicado por el perito Máximo Duque indica, la funcionaria de
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Radicado No 110016000000201200141-01
primera instancia, en su afán de no contrariar la tesis del perito de la
defensa-, Miguel Cecilio Botella-, omitió leer la totalidad de la
Resolución 5194 de 2010, y tener en cuenta que no había área en el
cementerio de Villanueva- Guajira-, para exhumación y/o morgue; que
pese a las precarias condiciones del lugar el perito cumplió con los
requisitos de esa resolución, efectuando su experticia sin afectar las
fracturas encontradas al cadáver de Luis Colmenares. El “ cuchillo”
utilizado tampoco incidió en los hallazgos.

Por otro lado, colige, la juez a quo desconoció que el cuerpo de Luis
Andrés no fue arrastrado por las aguas del caño el Virrey. Primero,
porque se demostró, a través del investigador de la Policía Héctor
Calderón y la perito Lesly Del Pilar Rodríguez, que las prendas
encontradas al occiso no estaban haladas, ni corridas, sino alineadas
con la anatomía de este; segundo, porque según el Topógrafo Didier
Herrera Alape, la pendiente del caño donde supuestamente cayó la
víctima era mínima, no apta para el arrastre; tercero, porque el agua no
superaba 10 cm de profundidad, circunstancia que hacía imposible el
arrastre del cuerpo; cuarto, puesto que el cuerpo fue encontrado rígido
y no flácido, es indicativo que no fue arrastrado, sino dejado en ese
lugar inconsciente, y con las vías respiratorias superiores
sumergidas en el
agua; quinto, porque Colmenares Escobar pesaba 77 kilos y medía
1.77 metros, luego es probable que a pesar de la fuerza que
alcanzaba el caudal el agua no lo hubiera movido o arrastrado; sexto,
tampoco es verosímil que Colmenares se hubiese movido por sus
propios medios después de los golpes que lo dejaron en estado de
inconciencia. De ser así hubiera buscado instintivamente la forma de
respirar, una reacción que en estos casos busca el cuerpo para
ponerse en estado de defensa.

Asegura la Fiscalía cómo la prueba determina que, si Luis Andrés


Colmenares hubiere recibido atención médica oportuna, después de

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los golpes sufridos, no habría fallecido. El trauma craneoencefálico no
le causó la muerte, la ocasionó fue la pérdida de conciencia e influyó
en la hipoxia por falla de reflejos vasovagales: “ Él se encontraba en
estado de indefensión, y quien podía impedir que se ahogara era
Laura Moreno, que tenía el dominio de su propia contribución
para salvarle la vida o para que muriera .” Colige la recurrente, en la
hipótesis de que el cuerpo hubiese estado allí donde es encontrado,
los bomberos lo habrían hallado con vida.

La Fiscalía relaciona los errores que, en su criterio, comete la Juez en


la valoración de la prueba pericial de la defensa y que sustenta la
teoría de la caída de Luis Andrés Colmenares:

2.1.1.1. Del perito Miguel Cecilio Botella.

La juez no tuvo en cuenta que este galeno no tiene estudios en


medicina forense, no ha realizado autopsias, tampoco analizó los
huesos de Luis Colmenares. Su informe lo basó en fotografías de los
procedimientos de necropsia realizados por Lesly Rodríguez y
Máximo Duque, dirigido a desacreditar el peritaje del doctor Máximo
Duque. Por ejemplo, menciona una fractura no descrita por él, pero no
tuvo en cuenta que era una hebra de hilo, posiblemente, del relleno del
cerebro, aun así, sostuvo que era una lesión. La operadora judicial dio
credibilidad al perito Botella, cuando aseguró que Máximo Duque
manipuló el cráneo de Colmenares de manera indebida y, por ello,
causó fracturas; sin embargo, en juicio se demostró ausencia de
fragmentos de hueso, aun antes que Máximo manipulara el cuerpo.
Además, olvidó que este perito admitió que las lesiones no son
producto de un solo impacto, sino de varios, reafirmando la tesis de la
teoría del caso de la Fiscalía.

2.1.1.2. De la perito Yocasta Brugal.

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La Juez, dice el impugnante, en esencia, no analizó integralmente la
declaración de esta perito; si lo hubiese hecho determinaría que sus
conclusiones se basan en las fotografías y lo que decía la autopsia, es
decir, “no tenía todas las variables para llegar a tomar un estudio
del
caso.”

2.1.1.3. Del odontólogo Germán Alfonso Aguilar Méndez.

La falladora concluye que en la experticia realizada por este perito de


la defensa se encontraron dos fracturas en el cráneo de Colmenares,
lo cual no fue plasmado en su informe, excediendo los límites de
valoración de esta prueba. El testigo acomodó sus conclusiones a la
teoría de la defensa sin fundamento alguno, como que adujo que la
lesión en el cráneo es producto de una caída, sin apoyarse
científicamente en información requerida, por tanto, carece de asidero
su versión; no obstante, la Juez dio plena credibilidad. En este punto
señala el recurrente: “los peritos de la defensa no actuaron con
objetividad, no tuvieron en cuenta circunstancias que están en el
caso, actuaron con ligereza, y por ello concluyeron que era una
caída respaldando la versión de Laura Milena Moreno Ramírez.”

2.1.2. Con relación al delito de favorecimiento agravado por el que


fuera acusada Jessy Mercedes Quintero expresa la recurrente, en
juicio quedó demostrado que ella mintió para entorpecer la
investigación, favoreciendo la versión de Laura Moreno. Se evidencia,
a través de prueba testifical y documental que no se encontraba con
Laura Moreno y Luis Colmenares entre las 3:00 y 3:30 am del 31 de
octubre de 2010; no obstante, aseveró, conociendo qué sucedió en
ese espacio de tiempo, que Colmenares compró un perro caliente y
luego había “salido

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Radicado No 110016000000201200141-01
a correr como loco”, y tras él Laura Moreno; además, sin que le
constara que Colmenares se había lanzado al caño, lo sostuvo ante
las autoridades.

Resalta, ante la supuesta caída de Andrés Colmenares, Jessy


Quintero permaneció desinteresada, no se bajó del carro en ningún
momento, no habló con los policiales, bomberos, ni mucho menos con
la señora Oneida Escobar Gil, madre de la víctima. Encubrió el
homicidio de Luis Andrés Colmenares, pues no mencionó aspectos
sobre el recorrido que hicieron de la discoteca PentHouse al sitio
donde “compraron el perro
caliente”, contradiciendo la versión repetida de Laura Moreno.

Advera, de la interceptación de la llamada donde se comunica Laura


Moreno y Juan Pablo Valderrama, el 26 de septiembre de 2011, se
extrae cómo Laura aduce que Jessy y ella son las únicas testigos del
caso, que esta última es su testigo. Deduce la Fiscalía que este hecho
establece “la responsabilidad de Laura Moreno…” y la “prueba que
Jessy Quintero… la ha encubierto.”

En resumen, la Fiscalía argumenta que Jessy Quintero no dijo la


verdad sobre lo ocurrido, sumando hechos que no le constaban, con el
fin de favorecer a Laura Moreno. De las celdas de las llamadas del
teléfono de Luis Andrés Colmenares se puede concluir que él se
encontraba hacia las 3:14 am y 3:21 am entre el sector llamado la
Bohemia, ubicada en la calle 82 No 12-35/43, y el Antiguo Country,
ubicado en la carrera 20 número 84-14, lugares que no son los
mismos donde se encontraba Jessy Quintero.

2.1.3. Respecto de los testigos de la defensa que estaban en la fiesta


ese 31 de octubre de 2010 indica, no son convergentes, por ello
carecen de credibilidad. Por ejemplo, Andrea Archila, quien manifiesta
que esa noche se encontraba enferma asistió a PentHouse, pero

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
decidió marcharse a las 2:30 am. Salió de la discoteca en compañía
de su novio con la finalidad de conseguir un taxi con destino a su casa.
Al no conseguir decidió llamar a Colmenares para que la acercara a su
domicilio. No obstante, se determinó que ella vivía en el Barrio la
Soledad y Luis Andrés en el Barrio Quirinal, sectores que no son
aledaños. No puede creérsele que habló con Luis Colmenares a las
3:14 y 3:21 am, pues quien tenía el teléfono de éste era Laura Moreno.

2.1.4. Con relación a la compra e ingesta del perro caliente, menciona,


es una estrategia de Laura Moreno, utilizada para ocultar la verdad de
lo sucedido. Señala, varios testigos manifestaron que supuestamente
Laura, Jessy y Luis salieron de PentHouse a comprar un perro
caliente, empero, nadie sabe a dónde fueron, es más, dentro del juicio
no fue aportada evidencia alguna de la persona que vendió ese
alimento. Tampoco hay certeza del lugar donde fue adquirido. Por su
parte, la doctora Lesly Del Pilar Rodríguez concluyó que en el
estómago de la víctima solo encontró líquido, de ahí que la supuesta
compra del perro caliente queda descartada.

2.1.5. Sobre el recorrido de Laura Moreno, Jessy Quintero y Luis


Colmenares, luego de salir de la discoteca PentHouse, enseña, los
tiempos narrados por el topógrafo no concuerdan con las llamadas
telefónicas ni con la versión de las acusadas. Según este testigo, las
acusadas gastaron 3 minutos en llegar a la calle 85 con carrera 15, es
decir a las 3:03 am, y a las 3:21 llegaron a la carrera 13 A con calle 88,
caño El Virrey, aspectos no coincidentes con las llamadas de Jessy
Quintero, que contestó Laura Moreno del teléfono de Colmenares a las
3:32 am y las 3:34 am, en los sectores del Antiguo Country y la
Bohemia.

2.1.6. Al abordar la responsabilidad penal de Laura Moreno, expone,


utilizó maniobras engañosas para evitar el descubrimiento del cuerpo
de Luis Andrés Colmenares, sosteniendo distintas versiones ante las
autoridades, no solo sobre el punto donde, presuntamente, cayó, sino
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
respecto de los hechos ocurridos esa noche, para proteger los
coautores materiales del hecho. Dice, “la Juez a quo omitió valorar
en su sentencia el testimonio del investigador Sergio Prada, quien
registró en fotografías la versión de Laura Moreno. La
trascendencia de esta prueba radica en la falta de concordancia y
coherencia entre lo que ella manifestó al investigador para que
fuera hecho el registro fotográfico, y las diversas versiones que
suministró a las autoridades, amigos y familiares del occiso,
además de reflejar circunstancias de tiempo, modo y lugar del
Parque El Virrey que solo comprueban sus mentiras …” aduce,
asimismo, que la a quo tampoco valoró las declaraciones de Juan
Sebastián Bautista Grillo, Soraya María Ciro Colina, esta última novia
de Gonzalo Gómez, amigo de Luis Andrés Colmenares, quienes
estuvieron, también, en la fiesta de Halloween con la víctima.

Laura cambia la versión de los hechos. Primero dice que Luis Andrés
Colmenares cayó al caño, luego que se había tirado, hasta dijo que
hizo un salto olímpico. Concluye, la única persona que refiere la forma
como este llegó al caño es Laura Moreno, pero sus versiones no son
concordantes ni univocas, por ello miente. También relata que cayó al
caño frente del diario El Heraldo, ubicado en la “ carrera 13 A”, al
costado sur del parque. A otros testigos les dice que cayó en la calle
87 entre carrera 13 y 13A. A los Bomberos nunca les indicó el sitio, y a
otras autoridades adujo que fue cerca del edificio Ecopetrol; es decir,
no es consistente en sus afirmaciones respecto del lugar donde
presuntamente cayó, pues en todas sus versiones omite y agrega
cosas, como, por ejemplo, a más de lo anterior, a una de las
Bomberos le señaló que apenas Colmenares Escobar se “ botó al
caño ella se botó

detrás de él.”

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Segunda instancia
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Igualmente, menciona, convergen circunstancias que arrojan serios
interrogantes sobre las versiones de Laura Moreno, por lo cual no
puede predicarse, como dijo la juez, que es consistente. Entre ellas
cita: (I) que no podía ver porque estaba muy oscuro cuando corría
detrás de Colmenares, no obstante, vio cuando se le cayó su reloj;
mismo que no apareció; (II) sostuvo ante varios testigos que había
bajado al caño, lo cual nunca hizo; (III) que Luis Colmenares, cuando
se dirigía al parque el Virrey, observó todos los obstáculos, como
andenes, cercas o rejas, pero únicamente se tropezó en el caño y, (IV)
que el cuerpo haya desaparecido inmediatamente en el caño, cuando
se estableció que el flujo del agua a esa hora era de 10 cm.

Finalmente, reprocha los errores conceptuales de la Juez, pues la


Fiscalía “no tiene la carga probatoria” de demostrar quien golpeó a
Luis Andrés Colmenares, quién ocultó el cuerpo, el momento en que
ello sucedió, ni cómo lo hicieron, toda vez que las acusadas no fueron
llamadas a juicio por esos hechos, sino, respecto de Laura Moreno, por
ser ‘coautora impropia del delito de homicidio agravado ,’ esto es,
“participación consiste en tener el conocimiento directo, pleno y
absoluto de que efectivamente se estaba causando la muerte de
una persona y posteriormente estaba haciendo una cosa irreal,
una fantasía de caída al caño, sabiendo que lo que había sucedido
era distinto y este hecho se da momento de los actos ejecutivos
que le quitaron la vida a Luis
Andrés Colmenares.” Y en relación con Jessy Quintero por encubrir a
Laura Moreno, y no indicar verdaderamente qué sucedió, pues declaró
con el fin de entorpecer la investigación. Así mismo, critica que haya
hecho una indebida interpretación del principio de congruencia, pues la
Fiscalía no modificó el grado de participación de las acusadas,
tampoco agregó circunstancias que agravaran su situación de las
cuales no pudieran defenderse, y tampoco adujo hechos nuevos que
cambien el núcleo fáctico de la acusación.

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2.2. Representante De Víctimas12

Peticiona al Tribunal revocar el fallo de primera instancia y, en su


lugar, emitir sentencia condenatoria contra Laura Moreno, por el delito
de homicidio agravado, “en comisión por omisión” y contra Jessy
Quintero, en calidad de autora del punible de favorecimiento, con
base en los siguientes argumentos:

2.2.1. El fallo de instancia se aparta de los criterios legales y


jurisprudenciales que regulan la valoración probatoria. Es erróneo,
incompleto, sesgado y parcial, todo ello en contravía de las reglas de
la lógica, sana crítica y experiencia a la hora de construir las premisas
argumentativas de una sentencia en derecho. Peticiona que todos los
errores de forma y de fondo en la valoración sean corregidos por esta
Colegiatura.

Refiere, la Juez de primera instancia evidencia juicios subjetivos


derivados de una censurable parcialidad en el análisis de la prueba,
como que concede la razón a los planteamientos de la defensa,
desatendiendo los argumentos de la Fiscalía, representación de
Víctimas y Ministerio Público.

Los testimonios en el fallo no fueron debidamente valorados, como


tampoco se tuvo en cuenta los alegatos del Ministerio Público,
dedicándole tan solo unos apartes a los de la Fiscalía. Todo lo hizo la
Juez para favorecer la teoría defensiva, dice.

Advera, al Dr. Máximo Duque lo trató de delincuente, mientras al perito


de la defensa Miguel Cecilio Botella como " maestro”, al cual no
cuestionó ningún argumento, circunstancia que muestra falta de
objetividad de la Juez.

12 Carpeta 21, folios 82 a 207.


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Advierte, el Dr. Miguel Botella obró de mala fe al hacer ver al Despacho
que el padre de Luis Andrés Colmenares “ lo había amenazado previo
a la diligencia, cuando en realidad se trataba de un correo
electrónico de años atrás, respetuoso y amable, que leyó en audio
luego de mucha reticencia y habiendo negado que tenía el correo
en sus manos (la Fiscalía y la víctima tuvo que proporcionárselo).
Ese sí es un proceder ofensivo para con el bien jurídico de la
administración de justicia, que omitió de manera censurable la
Juez en la providencia impugnada.”

Olvidó la Juez de primer grado valorar la herida inframentoniana que


presentaba Luis Andrés Colmenares, también desechada por los
peritos de la defensa, quienes no explicaron nada sobre ella de
manera coherente. Así mismo, no tuvo en cuenta el " reflejo de
paracaídas," que debía tener Colmenares, de acoger el planteamiento
de la defensa, para anteponer las manos al golpe. Indica, no hay
prueba científica que determine que cayó al caño, solo la versión de
Laura Moreno.

Hace referencia al estado de Luis Andrés Colmenares señalando que


estaba en perfectas condiciones para correr desde la carrera 15 con
85, saltar las rejas en arco que bordean el parque Virrey, siendo un
contrasentido que seguidamente, al momento de la supuesta caída,
perdió todo reflejo y conciencia, golpeándose justamente en la cara,
para luego ser arrastrado por un caudal que no fue visto por ninguno
de los testigos, ni por la misma Laura Moreno, quien manifestó haber
ingresado al canal para que nadie más lo hiciera. Resalta, lo anterior
atenta no solo contra la lógica, sino contra las pruebas, de las que en
su conjunto se observa un cuerpo perfectamente vestido, sin huellas
de arrastre en su ropa, ni en sus manos, que permitan inferir que
existió una caída.

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Segunda instancia
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Señala, la Juez dio credibilidad, infundadamente, a Carlos Herrera,
topógrafo de la defensa, quien en un cálculo especulativo adujo que,
por las condiciones del canal y la lluvia de esa noche, el cuerpo de
Luis Andrés Colmenares fue arrastrado por las aguas del caño, pese a
que varios testigos indicaron que no había más de 15 o 20 centímetros
de agua. De ahí que la juez acogiera la tesis defensiva, según la cual
una persona de 77 kilos y 1,75 metros de estatura cae en el canal con
una lámina de agua superior a 21 cms (“ cosa que nadie vio”), desde
una altura de casi dos metros, y se golpee únicamente la cara. Es
ilógico, dice, como señala la sentencia del Tribunal Superior de
Bogotá, Sala
Penal, 110016000000201201126 02, del 7 de octubre de 2014, M.P.
José Joaquín Urbano. (pág. 6, 7 y 8 del recurso de apelación)

La Juez omitió, asimismo, examinar la reconstrucción fotográfica


realizada por Sergio Prada y su testimonio, importante para determinar
la ocurrencia del hecho, así como las versiones de Laura Moreno que
demuestran “evidentes contradicciones, mentiras y coartadas .”
También la de los policiales Helbert Gutiérrez Arroyo y Wilson
Mahecha del CAl Estadero, quienes relataron en su testimonio cómo
Laura Moreno les dijo que Luis Andrés, Jessy Quintero y ella, estaban
sentados en una banca, cuando este se puso de pie y empezó a correr
para lanzarse al canal del Virrey.

Indica, el actuar doloso de Laura Moreno en el delito acusado consiste


en crear una historia para distraer a las autoridades. En lugar de dar
aviso oportuno a aquellas acerca de este hecho prefirió ocultarlos,
omitiendo un actuar jurídicamente relevante como garante, que resulta
ser la causa de la muerte del joven fallecido que pudo y debió ser
auxiliado.

Por parte de Jessy Quintero aduce, respaldó la versión de Laura


Moreno, sabiendo lo que en realidad había sucedido a Luis Andrés

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Colmenares, a quien consideraba supuestamente su amigo desde
hacía más de 3 años. Corroboró el episodio del perro caliente, pues
según el relato ofrecido a Sergio Prada, éste nunca existió. De la
llamada telefónica de las 3:21 AM, que Luis Andrés y Jessy Quintero
hacen, respectivamente, desde sus celulares, se acredita que cuando
empezó dicha comunicación ella estaba en la celda ANDINO 2,
correspondiente al edificio INTERBOLSA, mientras que Luis Andrés
se encontraba en la celda antiguo country.

Manifiesta, hay múltiples errores en la decisión recurrida, entre los más


relevantes y no repetitivos señala: (i) no fueron tenidas en cuenta las
declaraciones de las víctimas; (ii) inexistencia de valoración de las
pruebas testimoniales y documentales y, (iii) se ha enviado un
mensaje contradictorio a la sociedad que afecta la administración de
justicia al tildar de accidente lo que el Tribunal Superior de Bogotá
consideró
homicidio.

En su opinión la Fiscalía probó, más allá de toda duda razonable, que


Luis Andrés Colmenares Escobar tenía una relación estrecha con
Laura Moreno. Fue amenazado por el ex novio de ella días antes de la
fiesta. El 30 de octubre de 2010 Laura Moreno recogió a Luis Andrés a
las 9 pm y estuvo con él hasta el último momento de vida. En la
discoteca PENT-HOUSE se encontraba también el ex novio de ella, el
señor Cárdenas y entre Laura y Luis hubo un altercado. Laura y Jessy
salen de la discoteca con Luis Andrés, pero Jessy Quintero toma un
rumbo distinto.

Así mismo, indica, de las pruebas periciales, específicamente del Dr.


Máximo Duque, se colige que Luis Andrés fue brutalmente golpeado
en distintos puntos y con distintos mecanismos -exclusivamente en su
rostro-, para ponerlo en “ incapacidad de resistir”. No existen huellas
en su cuerpo (manos, rodillas, vértebras cervicales, etc.), que

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soporten la teoría de volar por los aires y caer de cara contra el
adoquín del canal. Tampoco existió arrastre, lo que implica que fue
puesto boca abajo en el lugar donde es encontrado. Luis Andrés
muere por asfixia en medio líquido, coadyuvada por la depresión del
sistema nervioso central y trauma craneoencefálico que lo llevó a un
estado de inconsciencia. Resalta, Laura Moreno presenció lo ocurrido
y no lo evitó, ni evitó la muerte de Luis Andrés Colmenares, lo que la
hace penalmente responsable del homicidio.

Respecto a los relatos de Laura Moreno a las distintas autoridades,


amigos y familiares, el apoderado de las víctimas las trascribe y
compara concluyendo que miente. Es evidente que no ofreció la
misma versión a la policía y a los bomberos, dice, variando los hechos
que resultan de gran importancia para el caso por lo que, en su opinión
contravienen abiertamente las conclusiones de la a quo en el fallo
recurrido.

Critica a la juez singular porque no analizó integralmente los


testimonios de quienes escucharon los dichos de Laura Moreno, como
bomberos, policías y familiares de la víctima. Asegura, simple y
superficialmente valoró estos testimonios, pero en favor de la
estrategia de la defensa. Se concentró sólo en advertir una presunta
falta de diligencia en la entrada al canal de los primeros respondientes,
sin detallar otros apartes de sus testimonios que resultan de gran
relevancia para el caso, si se tiene en cuenta que fueron las primeras
personas en llegar al lugar donde ocurrieron los hechos. Ese mismo
racero no lo utilizó con los testigos de la defensa quienes, para la juez,
son convergentes en casi todo. Por ejemplo, da credibilidad a los
investigadores de policía judicial Gerardo Quintero y Manuel
Rodríguez, testigos sobrevinientes solicitados por la defensa, cuando
en sus experticias no recaudaron evidencia y no realizaron los actos
urgentes para la investigación propia de un delito de homicidio,

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empero, la Juez dice que, de haber hecho caso a sus informes, cuya
hipótesis era un accidente, “no estaríamos
en este escenario.”

De los primeros respondientes en la noche de los hechos extrae las


siguientes conclusiones, no consideradas, dice el recurrente, por la
Juez:

A. La declaración del patrullero Abril del Cai Virrey, evidencia que la


versión entregada por Laura Moreno es diferente a la que suministró a
los patrulleros del Cai Estadero, Mahecha y Gutiérrez. Menciona, estos
tres últimos fueron concordantes en sus respectivas testificaciones,
pues escucharon de manera directa de Laura Moreno que Luis Andrés
estaba sentado en una banca del parque con ella y Jessy, que
hablaron entre 5 y 10 minutos y, posteriormente se para, sale a correr
y se lanza al canal. Refiere, cada uno de estos testigos fue conteste al
indicar que Laura dijo que Luis Andrés hizo un " salto olímpico" y cayó
al caño.

B. Frente a lo manifestado por Laura Moreno a los familiares de la


víctima, señala el representante de víctimas que el de Oneida
Escobar, madre de Luis Andrés, fue valorado para favorecer la tesis
defensiva, dejando de lado aspectos importantes de su testimonio,
como, por ejemplo: i) que sólo vio los pies de Luis Andrés cuando
supuestamente se lanzó al canal; ii) que ella ingresó al canal del Virrey
y que el agua le llegaba a los tobillos, “ lo cual no fue tenido en
cuenta por la juez para
desvirtuar el supuesto arrastre del cuerpo .” Se evidencia la
personalidad de Laura Moreno y la poca importancia dada al bien
jurídico de la vida, en episodios como la simulación de un desmayo
cuando fue encontrado el cadáver. Todos estos aspectos no fueron
valorados por la a quo, haciendo ejercicio similar respecto de los

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demás testigos de cargo, como Jorge Colmenares y Ulises Julio
Ibarra, hermano y tío de Luis Andrés, respectivamente.

Otro aspecto que resalta el impugnante es que la señora Oneida


mencionó, congruente con la reconstrucción fotográfica, las barandas
o mallas que había al ingreso del parque El Virrey, las cuales nunca
podrían haber sido sobrepasadas por una persona con grado 3 de
alcoholemia. Este aspecto tampoco fue tocado por la Juez de primer
grado. Ilustra su concepción de Laura acerca de las versiones de
Laura con un cuadro comparativo, destacando las supuestas
contradicciones.

2.2.2. Respecto de la prueba pericial:

Hace énfasis en la acreditación del Dr. Máximo Duque para señalar


que no es un profesional que actúa de mala fe, como afirmó la a quo.
Sus procedimientos de exhumación, como lo hizo en este caso, están
fundados en la trasparencia que el ejercicio amerita, con metodología,
recursos, medios y herramientas disponibles en Villanueva Guajira.
Reprocha que la juez pretenda que los procedimientos realizados en
Europa sean los mismos que en Colombia, más aún en ese sector.

Expone, el fallo de primera instancia discrepa del procedimiento del


perito en mención por no cumplir los protocolos, circunstancia que
alteró la evidencia. No obstante, afirma, Máximo Duque realizó la
exhumación de manera correcta.

Según la Resolución 5194 de 2010 el proceso de exhumación deberá


realizarse en el cementerio. Así, la exhumación fue ejecutada en el
sitio Villanueva - Guajira. La cabeza del cadáver, objeto de la
valoración, de cara a establecer las múltiples fracturas que presentaba
en cráneo y rostro fue trasladada a un lugar apto para hacer el análisis
del perito, tal como fue relatado por Máximo Duque. De este modo,

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atendió la citada Resolución siendo claro que el punto central del
análisis pericial, que importa al caso, no fue la apertura de la
tumba, ni el análisis in situ de lo relativo a las costillas o las vísceras,
ni la utilización de un cuchillo para realizar estos procedimientos, sino
el estudio pormenorizado de la cabeza del cadáver y del cráneo limpio
y seco, realizado con instrumental como " pequeñas pinzas" sin
ocasionar ningún daño adicional, por lo que mal podría hablarse de
unas lesiones post mortem causadas por este perito. Cita,
nuevamente, la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá, Sala Penal,
110016000000201201126 02, del 7 de octubre de 2014, M.P. José
Joaquín Urbano para señalar errores valorativos de la Juez a quo
sobre el punto.

El recurrente hace un recuento, en palabras del Dr. Máximo Duque,


para determinar que se cumplió con todas las reglas de exhumación y
necropsia, recalcando que la juez no podía determinar si hubo lesiones
post mortem, causadas por este perito.

Señala, en cuanto a las fracturas que dice la Juez se ocasionaron al


cráneo de Luis Andrés durante el procedimiento de exhumación,
corresponde a golpes propinados en distintos puntos del rostro por
parte de sujetos que intenta encubrir Laura Moreno, quienes
generaron 11 lesiones, de las cuales 6 tenían repercusión en el
cráneo. La juez cuestiona la ausencia de fragmentos óseos en el
cráneo, pero esta situación no guarda relación directa con otros
hallazgos ni las fracturas que cotejó el Dr. Duque, entre la necropsia y
la exhumación, donde hizo una especie de paralelo entre el dictamen
de necropsia y su peritaje, demostrando que cada una de las 6
lesiones que generaron fractura, tenían una repercusión en el cráneo
seco de Luis Andrés. Refiere, las fracturas que tuvo en cuenta el
perito son las relevantes para el caso, las demás no tenían incidencia.

Explica, asimismo, la perito de la Fiscalía Lesly Del Pilar Rodríguez,


hizo la descripción del cadáver y encontró convergentes lesiones en el
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cráneo y rostro de Luis Colmenares, circunstancia que demuestra que
sí ocurrieron, y nada tenía que ver con pérdida de material óseo como
lo refiere la juez de primera instancia. Máximo Duque aduce que
existieron 5 zonas de impacto con repercusión en el esqueleto y 6
lesiones que no tienen repercusión en el mismo, coincidiendo en lo
fundamental con la Dra. Rodríguez. Advera, del estudio que ellos
hicieron, las lesiones que presentó Luis Colmenares están
anatómicamente alejadas, lo que descarta por completo que se haya
tratado de un solo impacto. Concluye del examen pericial lo siguiente:

A. El perito de la defensa Miguel Botella aceptó que las lesiones en


el rostro de Colmenares no son compatibles con un solo impacto, pues
las fracturas no saltan de un hueso a otro y menos a uno totalmente
independiente como el maxilar.

B. Existen varias lesiones, comprobables científicamente, en el


cuerpo del occiso, propinadas por terceros.

C. No es cierto, bajo las reglas de la lógica, que Luis Andrés


Colmenares “volara por los aires” impactándose directamente en el
rostro, recibiendo lesiones únicamente en esa parte. Si fuese así
existiría el fenómeno golpe contragolpe, de ahí que resulta más
apegada a la realidad la explicación científica dada por el perito de la
Fiscalía, Máximo Duque, frente a la existencia de golpes con la cabeza
quieta, donde el objeto acelerado es el que la ocasiona y no el cuerpo
o la cabeza de Luis Andrés con otro objeto.

D. La Juez no valoró la fractura inframentoniana, abrasión, lo cual


no concuerda con una caída de altura, ya que es una zona que
normalmente no está expuesta y se encuentra protegida debajo del
mentón. Nada dijo la sentencia de la a quo, y pasó por alto una
evidencia tan trascendente, con es que existió más de un impacto en
el rostro de Luis Andrés Colmenares.

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E. Una caída de altura trae consigo la existencia de una lesión en la


columna vertebral.

F. El perito Miguel Botella intentó engañar a la Juez indicándole que


una mota o un hilo de algodón no era lo que él había considerado
una
fractura en el maxilar, pero no le restó credibilidad; sin embargo,
menguó valor suasorio a Máximo Duque en todo el procedimiento, lo
que muestra el grado de inclinación a favor de los testigos de la
defensa.

Sobre el arrastre del cuerpo de Colmenares Escobar refiere, la


evidencia es ausente, pues, cuando hay arrastre las prendas
presentan señales de este y no queda el cadáver con los zapatos
puestos y amarrados. Así, expone el recurrente, resulta “ incoherente”
que el cuerpo no presente ninguna señal en su ropa de arrastre y.
curiosamente, no haya parado en el punto más rápido de esa zona del
canal donde hay una inclinación “cercana al 2% producida por un
desnivel”, como lo expuso el topógrafo. Aduce, la tesis de la Juez se
basó en hipótesis del perito de la defensa y no en estudios científicos,
claros y coherentes. No analizó los testimonios de las personas que
vieron directamente el nivel del agua del canal esa noche, quienes
afirman que este no superaba los 20 cm, es más, la mayoría lo sitúa
entre los 10-15 cm.

2.2.3. En relación con las interceptaciones de las llamadas entre Laura


Moreno y Juan Pablo Valderrama refiere, bajo las reglas de la
experiencia, en una llamada normal se hubiera expresado que el
hecho percibido fue la caída al canal del Virrey y no rodearlo de
palabras y frases en clave como las que se escuchan en la
conversación. No se descarta, entonces, que Laura Moreno ya

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conociera la posibilidad de estar interceptada. Indica el recurrente que
esto es indicio, pues “La
frase “yo no tuve nada que ver” de manera lógica permite inferir que
alguien sí hizo algo, pero ella no tuvo "nada que ver en eso" . Pues,
“si una persona estuviese relatando la aparente caída accidental
de otra al caño diría exactamente eso por teléfono sin recurrir a
frases exculpantes que permiten entre ver que algo sí sucedió,
que alguien más intervino, pero que ella dice no haber
participado.”

Expone, las llamadas también muestran que Jessy Quintero no se


encontraba con Laura Moreno, ni con la víctima, ya que se hallaba en
distintos sectores. “Si JESSI (sic) hubiera estado en la carrera 15
con calle 85, la celda de inicio debería ser BOG COUNTRY Y NO
BOG ANDINO 2. Si la versión de JESSI (sic) fuera cierta, por qué
el inicio de la llamada no fue tomada por la celda ANTIGUO
COUNTRY o BOG ZONA ROSA en vez de ANDINO 2.” En
conclusión, JESSI QUINTERO, al parecer sólo se desplaza hasta
la zona donde estaban sus compañeros hasta las 3:32 am,
momento en el cual JESSI (sic) llama a
GONZALO GÓMEZ desde ANDINO 2 y finalizó en ANTIGUO
COUNTRY. Contrario a los sostenido en el fallo recurrido se
puede concluir de manera lógica, que desde las 3:00 am cuando
salieron de Penthouse, hecho que está estipulado, no estaban
juntos por la ubicación que ambos reportan entre 20 y 30 minutos
después.” Por lo tanto, refiere, el episodio del perro caliente nunca
existió y Jessy siempre estuvo cerca de Centro Andino, Edificio
Interbolsa, dirección opuesta a la que mostró Laura Moreno en su
reconstrucción fotográfica, donde, además, nunca señaló una parada
para comerse un perro caliente ni que fuera con Jessy Quintero, lo que
corroborarían estas llamadas.

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2.2.4. Acerca de la responsabilidad penal de las acusadas refiere, la
de
Laura Moreno “no se deriva de si pudo o no golpear a LUIS
ANDRÉS, se parte del juicio de causalidad e imputación del nexo
causal entre sus acciones, omisiones y la producción del resultado
disvalioso. Ella pudo o no participar con un dominio objetivo a
dejar su cuerpo al canal del Virrey a la altura de la Cra 15, tal
como se extrae de la acusación de la Fiscalía. La responsabilidad
de LAURA MORENO y el papel esencial que habría desempeñado
como coautora de este crimen se encuentra en su CONDUCTA
ACTIVA y además OMISIVA pues ostentaba una posición de
garante frente al bien jurídico vida de LUIS ANDRÉS. Es esa
conducta omisiva la que representa la diferencia entre la vida y la
muerte de LUIS ANDRÉS, pues fue determinado por los peritos
que el trauma generado con los impactos, no hubiera
ocasionado su deceso, pero coadyuvó a la CAUSA DE LA
MUERTE que fue la asfixia en medio líquido, lo que a nivel pericial
demuestra que LUIS ANDRÉS fue puesto vivo en ese caño y que
por la omisión de LAURA MORENO al no decir la verdad de
lo ocurrido y dar aviso inmediato a la autoridad (no 15
minutos después de buscar con sus amigos al parecer
embriagados) lo que en realidad había pasado, se produce la
muerte de LUIS ANDRÉS…” asevera: “LAURA MORENO tenía
posición de garante … por ser precisamente la única y última
persona que vio ingresar el cuerpo de LUIS ANDRÉS, al caño en
el que falleció, a los pocos minutos en los que se presenta ese
ingreso, en cualquiera de sus varias y contradictorias
versiones. De tal manera que LAURA MORENO cumplía con
varias fuentes del rol de garante, desde la estrecha relación de
vida por su cercanía afectiva; por haber estado con él en todo
momento durante la fiesta e incluso al salir de ella: por el riesgo
que representaba haberse topado con CARLOS CÁRDENAS

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antiguo novio de LAURA y quien había llamado a amenazar
telefónicamente a LUS ANDRÉS, por haber incrementado una
fuente de peligro con el consumo de alcohol durante la fiesta.
Todas esas circunstancias hicieron que LAURA MORENO tuviese
un rol de garante respecto la situación que enfrentó LUIS ANDRÉS
COLMENARES.”

Por lo anterior, señala, Laura Moreno tenía posición de garante y por


ende responsable de comisión por omisión dolosa del punible de
homicidio agravado. Cita sentencias nacionales e internacionales para
fundamentar su aserto.

Acerca de Jessy Quintero, señala, supo lo que ocurrió. No obstante,


engañó a sus compañeros y autoridades para encubrir a Laura
Moreno. Prefirió coadyuvar la versión de aquella antes que decir la
verdad; ello se percibe de las pruebas analizadas que la Juez echó de
menos. Por ello peticiona condena por el delito de favorecimiento
agravado.

Finalmente, dice, la Juez nuevamente erra en su apreciación al no


tener en cuenta jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que,
para el caso concreto, es nutrida en señalar que el principio de
congruencia no se ve afectado cuando en la sentencia se realizan
valoraciones de tipo jurídico o dogmático distintas a las endilgadas en
la acusación o bien a las consideradas por el Fiscal durante los
alegatos finales, lo cual significa que resulta legal condenar por
coautoría en homicidio agravado por comisión por omisión aun cuando
se haya acusado por coautoría impropia de homicidio agravado por
acción.

2.3. Argumentos del Ministerio Público.

Considera, -se extracta lo más relevante-, que la sentencia emitida por


la Juez singular no tuvo en cuenta sus alegaciones finales, pues de
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“haberlas estudiado la responsabilidad de las acusadas estuviera
demostrada.” Echa de menos que el fallo no ofreciera respuestas
claras y jurídicas a su intervención en los alegatos de conclusión;
todas las contestaciones de la Juez a sus pretensiones fueron
genéricas y aisladas.

Advierte, el fallo que puso fin a la primera instancia desechó de plano


los conceptos y conclusiones aportadas al juicio por el perito Máximo
Duque, quien en desmedro de la teoría del caso propuesta por la
defensa de las acusadas, ofreció luces sobre los hallazgos
evidenciados en el cadáver de Luís Andrés Colmenares.

De acuerdo con la ciencia forense se estableció que la cabeza fue


objeto de múltiples golpes, ocasionados en diversos momentos, y no
un único episodio compatible con caída de altura. No obstante, la juez
se inclinó por las conclusiones del perito de la defensa, el Dr. Botella,
haciendo juicios valorativos parcializados, con apariencia jurídica
constitutiva de sofisma, careciendo, así, de motivación probatoria la
sentencia.

Luego de hacer un análisis de las conclusiones del Dr. Miguel Botella


de las livideces cadavéricas encontradas en el cuerpo de Colmenares
Escobar señala que debe acogerse las mencionadas por la doctora
Lesly Del Pilar Rodríguez, donde determinó que en el cadáver
examinado se observaron livideces dorsales fijas y otras livideces
tenues a nivel abdominal, cuya presencia fue corroborada por los otros
3 peritos, quienes documentaron también dicha observación. Esto
pone en duda el hecho -dice-, de que el cadáver haya estado boca
abajo todo el tiempo transcurrido desde su muerte hasta su
descubrimiento, 7:20 pm del 31 de octubre de 2010, por parte de las
autoridades y, por ende, permite inferir que el cuerpo fue colocado al
interior del box coulvert.

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Respecto de las lesiones de tejidos blandos en cara y rodillas y su
mecanismo refiere que en la exploración practicada al cadáver
por la doctora Lesly Del Pilar Rodríguez durante la necropsia inicial,
se observaron, entre otras, las siguientes lesiones: “ una maceración
palmo-plantar, múltiples lesiones en cara a nivel supraciliar
derecho, punta nasal, labio inferior, mejilla derecha, infraciliar
izquierda, párpado superior izquierdo y mentón, todas ellas de
características irregulares por mecanismo corto-contundente,
además de escoriaciones…”

Por su parte, el doctor Máximo Alberto Duque Piedrahita , “sostuvo que


en las fotos correspondientes a la necropsia inicial se observaron
lesiones abiertas en párpados de tipo hemorrágico, las cuales
fueron producidas por elemento cortante o de borde fino. Es decir
que las lesiones descritas son de características vitales, ocurridas
cuando el sujeto aún se hallaba con vida, cuyo origen fueron
mecanismos diferentes, contundentes y corto contundentes, que
no se pueden atribuir a una caída de altura sobre una superficie
regular.”

Describió, además, el perito DUQUE, otra lesión en la mejilla derecha,


advertida en la necropsia inicial como de características post mortem,
según las fotos de dicho examen, así mismo refirió escoriaciones en
mentón y labio inferior con hemorragia, las cuales no se relacionan con
las fracturas de los maxilares, “punto que es importante resaltar, en
tanto, no todas las lesiones evidenciadas en la piel están
correlacionadas con las fracturas encontradas, situación de la que
se infiere que se produjeron en otro momento y con otro
mecanismo diferente al que ocasionó los referidos traumas
óseos.”

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Aduce, la perito de la defensa explicó que las escoriaciones,
contusiones y abrasiones en la cara de LUÍS ANDRÉS se ocasionaron
por un mecanismo contundente; sin embargo, admitió que las
abrasiones “nasal e inframentoniana” encuentran su origen en la
fricción, argumento que en sí mismo contradictorio, porque no puede
relacionarse con un solo evento. Afirma, las pruebas dentro del
proceso determinaron que Colmenares presentaba distintas lesiones
en su cráneo, lo cual indicaría que hubo varios impactos secundarios y
no un único golpe de gran energía como alega la defensa y acoge la
juez.

Observa que no existe evidencia de arrastre del cuerpo por cuenta de


la corriente de agua que presentara el canal el Virrey esa noche, pues,
de haber sido así, tendrían que evidenciarse huellas de fricción tanto
en el pantalón como en las rodillas o, por lo menos, en las manos. Al
respecto, la prueba pericial coincidió que no se evidencian huellas
del presunto arrastre en el cuerpo de Luís Andrés; por ello, reprocha
que la juez haya concedido credibilidad al testigo Carlos Alberto
Herrera Cáceres, de la defensa, ingeniero mecánico de la Universidad
del Valle, quien ni siquiera “es perito en hidrología de canales,
hidrología
urbana, escorrentía hidráulica o hidráulica propiamente .”

El Dr. Botella, únicamente, se dedicó a contrariar el procedimiento de


los peritos de la fiscalía con especulaciones, como que el Dr. Máximo
Duque ocasionó lesiones al cuerpo de Luis Colmenares, en la segunda
necropsia; sin embargo, confrontadas las valoraciones con otros
peritos de cargo se evidencia que ello no fue así, y que desde el
principio fueron identificadas lesiones en el rostro de la víctima, las
cuales responden a distintos momentos.

Manifiesta, la Juez de instancia criticó la exhumación y posterior


examen de necropsia del Dr. Máximo Duque, adelantada en el

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cementerio local de Villanueva, - La Guajira-, a campo abierto y en
piso de tierra, ya que no es un sitio con condiciones técnicas,
iluminación e instrumental especializado para dicha labor, como lo
exige la Resolución No. 5194 de 2010, expedida por el Ministerio de
Protección Social. Sin embargo, el recurrente señala que dicha
normatividad regula otro aspecto distinto a la exhumación, como “ los
servicios prestados por
los cementerios. Así, el propósito de la Resolución No. 5194 de 2010
es establecer un reglamento que garantice el cumplimiento de
requisitos sanitarios a cumplir por los cementerios con el fin de
proteger la salud humana y prevenir posibles daños a la misma; en tal
virtud, afirma, no debe invalidarse todo el procedimiento realizado por
el galeno.

De otro lado, manifiesta, la Juez, incomprensiblemente, se inclinó por


la teoría de la defensa consistente en que la caída de Luis Colmenares
fue sobre su cara, contra los senos frontales y paranasales, los cuales
están llenos de aire y actúan como amortiguadores que impiden que la
energía pase al cerebro y ocasione lesiones colaterales; por ello,
descarta el efecto golpe contra golpe dando la razón al efecto " air bag"
que ni siquiera fue explicado científicamente. Refiere, la doctora Lesly
Del Pilar Rodríguez precisó que, a pesar de la magnitud de las
fracturas encontradas en la cara del occiso, no se evidenciaron
lesiones cerebrales, ni macro, ni microscópicas, las cuales deberían
estar presentes, si se trata de un trauma por caída de alta energía.

No tuvo en cuenta tampoco la juez que el Dr. Duque adujo no haber


hallado lesiones con mecanismo de golpe-contragolpe, y en tal
entendido hace poco probable que la forma de muerte sea una caída,
en tanto, si se atiende la gran cantidad de las fracturas, lo
médicamente esperable son signos de alguna contusión cerebral
asociada; lo razonable, indica, es atender la tesis que mejor explica el
impacto, según la cual, la cabeza, estando quieta, fue golpeada por

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objetos en movimiento (contundentes, corto-contundentes y cortantes),
en varios momentos, en distintas direcciones y con diversas fuerzas.

Respecto de las hemorragias en cuello encontradas, recuerda el


informe pericial de la primera necropsia, el 1 de noviembre de 2010,
donde no se advirtieron, pues tal examen no fue tan detallado en el
estudio de la zona cervical alta. Por ello, indica, la Fiscalía ordenó una
nueva exhumación, practicada por Máximo Duque, bajo un
procedimiento más exhaustivo, demostrando la existencia de dichas
hemorragias. Así mismo, señala, la relación existente entre la lesión
sub-mentoniana y la hemorragia hallada en la zona cervical alta,

tampoco es compatible con una caída de altura.

Frente a la búsqueda por parte del primer cuerpo oficial de bomberos


de Bogotá, compuesto por Isaías Lizarazo, Héctor Gómez Aldana,
John Peña, Omar Pabón y Yadira Piamonte, comandado por el
primero de aquellos, quienes hicieron presencia en el parque El Virrey
sobre las 4:47 a.m. y permanecieron en el lugar hasta las 5:17 a.m.,
momentos posteriores a la desaparición de Luís Andrés Colmenares,
señala, se tiene establecido que arribaron, como se encuentra
estipulado en este proceso. De acuerdo con ello, manifiesta, está
probado que los bomberos estuvieron allí durante aproximadamente
30 minutos, de donde deriva un primer error en la conclusión del a quo
quien, con “evidente desconocimiento de este punto dijo en el fallo
que la búsqueda emprendida por aquel grupo de bomberos fue
"superficial y mediocre" pues sólo dedicaron de seis a siete
minutos a dicha labor.”

Los bomberos realizaron una búsqueda técnica de la víctima, tanto en


la parte interior del canal y del túnel, como en la parte externa, labor
para la cual se conformaron dos duplas, la primera integrada por John
Peña y Héctor Gómez, quienes adelantaron la pesquisa por el costado
occidental del parque, es decir de la carrera 15 hacia el occidente, y la
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
segunda por Omar Pabón y Yadira Piamonte, quienes tuvieron a su
cargo dicha labor por costado oriental, eso es, desde la carrera 15
hacia el oriente. Quedó acreditado que un integrante de cada una de
las mencionadas parejas de bomberos descendió al canal e ingresó al
túnel de manera coetánea, uno por el lado occidental y el otro desde el
costado oriental de la estructura.

Así, tanto Héctor Gómez como Yadira Piamonte iluminaron y


examinaron, cada uno desde su costado, el interior del box coulvert,
de acuerdo con el procedimiento señalado en los protocolos previstos
para situaciones de rescate. Realizaron un barrido minucioso con la
luz de un costado a otro de la estructura, y de piso a techo; cada uno,
desde su costado, podía ver el extremo opuesto; por esta razón
no atravesaron completamente la estructura, lo cual ineludiblemente
indica que el cadáver de Luis Colmenares fue llevado hasta allí por
cuenta de terceras personas; o de qué manera se puede explicar que
el segundo grupo de bomberos, sin la menor dificultad y en una
búsqueda menos intensa y corta que la emprendida por sus colegas
que los antecedieron, sí encontraron el cuerpo de Luis Colmenares.

Sobre las versiones de Laura Moreno Ramírez y Jessy Mercedes


Quintero, hace un recuento,- el impugnante-, de los distintos
escenarios donde intervinieron destacando “ múltiples, variadas y
contradictorias
adaptaciones” de los hechos para ocultar la verdad.

Considera, entonces, se debe revocar la decisión de primera instancia,


pues, por un lado, queda demostrada la materialidad del homicidio, y
por otro que la acusada Laura Moreno “ no entrañó la ejecución y
materialización de propia mano de la entidad delictiva, pero si
participó en la empresa delictiva, desempeñando un rol importante
y necesario para el éxito criminal, pues siendo la última persona
identificada que estuvo con LUIS ANDRÉS cuando éste aún se
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Radicado No 110016000000201200141-01
hallaba con vida, de un lado se abstuvo de desplegar siquiera la
menor acción para evitar que fuera objeto de la brutal golpiza que
desencadenó su estado de inconsciencia e indefensión” y,
asimismo, se encargó de desviar y distraer las labores de
búsqueda que durante las horas subsiguientes a la desaparición,
emprendieron tanto la policía, bomberos y familiares de la víctima.

Por lo anterior, indica, Laura Moreno Ramírez estaba en condiciones


de controlar la producción del fatal resultado o la frustración de este,
pero no hizo nada para que no se produjera dejando a la suerte la vida
de la víctima. Entonces, al contribuir de manera eficaz a la muerte de
Luís Andrés Colmenares Escobar debe responder respecto del delito
de homicidio agravado, en calidad de coautora impropia y,
respecto de Jessy Milena Quintero Moreno solicita condena por el
punible de favorecimiento.

2.4. Defensa de Jessy Quintero Moreno - NO RECURRENTE

Destaca la labor de la Juez de primera instancia, pues cada elemento


de convicción lo analizó sin exceder sus límites discrecionales y
dispositivos; en tal virtud, solicita confirmar la sentencia en su
totalidad, porque en el juicio “no se probó la hipótesis acusatoria o
teoría del caso
de la Fiscalía y, en cambio, se demostró la de la defensa .”

Agrega, por otro lado, debe negarse los recursos de apelación por
indebida sustentación, ya que los apelantes no atacaron el fondo del
fallo sino copiaron, en segunda instancia, los alegatos de conclusión.
Para fundamentar su aserto cita varias decisiones de la Corte
Suprema de Justicia donde la corporación señala cómo debe
sustentarse el recurso de apelación: “ es lo indispensable concretar
el tema o materia de disentimiento, presentado los argumentos

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Segunda instancia
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fácticos jurídicos que conducen a cuestionar la determinación
impugnada.”

2.4.3. Otro punto que invoca es la afectación del principio de


autenticidad y mismidad de la prueba , concretamente en lo
relacionado con la segunda valoración del Dr. Máximo Duque, dado
que se determinó que éste, cuando ingresó al cementerio a hacer el
“irregular
procedimiento” de exhumación y necropsia no previó la
“recomposición” de la cadena de custodia. Debió relacionar el cuerpo,
actas y constancias de su investigación del lugar y sus condiciones
específicas, por el contrario, abordó dicho procedimiento de manera
irregular, primaria, anti- técnica, asistemática y precipitada. En
consecuencia, dice, conociendo los protocolos de exhumación como
ex director de Medicina Legal, ocasionó algunas alteraciones al
cuerpo, pues desaparecieron huesos, aparecieron nuevas fracturas,
debido a errores en la manipulación del cadáver.

Menciona, a través de los hallazgos de la primera necropsia se


determinó como causa de muerte asfixia por sumersión en medio
líquido, dado que la fractura del seno frontal no tiene naturaleza
mortal.
En la nueva exhumación la fiscalía “ quiere desconocer la
responsabilidad en estas materias y además distraer a los H.
Magistrados sobre el real incumplimiento al debido proceso
probatorio y los específicos protocolos de exhumación .” Tanto así,
que el perito de la defensa, Dr. Botella, señaló que el procedimiento
realizado por el Dr. Máximo Duque se presentó en Europa como
ejemplo de lo que no debe hacerse en una exhumación.

Alude, la Fiscalía y representante de víctimas “ tenían “planes en


común con la prueba pericial instrumentalizando” esta “para

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componer la hipótesis de un homicidio que por 10 meses tuvo la
real condición de un accidente.” Dice no entender por qué la Fiscalía
desconfía de los peritos del Instituto Nacional de Medicina Legal, para
contratar un profesional “free lance”, como el Dr. Máximo Duque: “Aún
no comprendemos qué podía ofrecer éste oneroso profesional a la
familia del occiso y a la Fiscalía, que no fuera de las funciones y
responsabilidades oficiosas del Instituto… el ente acusador cuenta
y contaba con destacados científicos en los organismos oficiales
creados para los efectos...”

Expone, no es cierto que el procedimiento de exhumación se hizo en


medio de la selva o en un desierto como afirman los recurrentes;
siendo así “falso que se obrara con ligereza metodológica por
limitación
locativa.” Asevera, no puede desconocerse los protocolos nacionales e
internacionales so pretexto que se está en un país subdesarrollado. Se
demuestra, de este modo, que todo parte de un deliberado
desconocimiento de los protocolos por parte del Dr. Máximo Duque,
afectándose el principio de mismidad de la prueba, pues se alteró y
desapareció parte de esta.

Señala, el perito Duque “falsea” la prueba cuando afirma que las


“muescas de borde definido del hueso supraorbitado fracturado
son huellas del objeto utilizado para golpear. ” Ello porque no puede
dejarse una huella en el hueso sin que antes esté definida en la piel.
También afirma el médico, “caprichosamente, sin base técnico
científicas“, que cada hueso roto corresponde a una lesión cuando
asigna erróneamente a cada fractura un evento particular: “ una cosa
es el número plural de traumas o eventos dinámicos y otra bien
diferente el número de huesos rotos.” Formula el siguiente ejemplo,
“una persona puede caer de una escalera y romperse 20 huesos y
cada hueso en otro tanto de fragmentos, pero resulta inapropiado

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afirmar que esa persona cayó 20 veces, solo considerando la
suma de cada hueso roto.”

Igualmente, luego de analizar los múltiples hallazgos indicados por la


Fiscalía en la prueba pericial, advera, las pruebas traídas por el ente
acusador mostraron aspectos contrarios a su teoría del caso, como
que “de manera desleal y a último momento ” modificó la imputación
fáctica y jurídica afectando el principio de congruencia, acomodando
sus afirmaciones según el estado procesal.

Del representante de víctimas asevera, también modifica la imputación


fáctica y jurídica solicitando condena en contra de Laura Moreno en
posición de garante, además, alega hechos que en realidad no
ocurrieron, como que Jessy Quintero dijo a las autoridades que vio
caer el cuerpo de Colmenares. Así mismo, aduce, no comprendió el
tema de las livideces y rigidez cadavérica y falsea la existencia de la
prueba tergiversando los testimonios practicados en juicio. Asegura,
la prueba evidencia que el cuerpo de Luis Colmenares estuvo
únicamente en el caño; no advertirlo oportunamente es consecuencia
de la negligencia de los organismos de socorro, como quedó
demostrado en la inspección judicial, de donde se desprende que las
lesiones encontradas en el cuerpo de Colmenares son producto de un
impacto por caída como lo determinaron los peritos de la defensa
luego de analizar las fotografías aportadas al plenario.

Respecto al fenómeno automático golpe-contragolpe, indica, la


Fiscalía solo tuvo en cuenta lo señalado por el Dr. Máximo Duque,
quien contraría la literatura científica, como los libros de patología que
son la biblia de estos profesionales - Spitz and Fisher y Forensic
Patholog de Di maio- Allí se explica que en caídas de frente no suele
encontrarse el fenómeno golpe-contragolpe. Por tanto, aduce, tal
afirmación de la Fiscalía y representante de víctimas no está probada,
tampoco logra rebatir lo señalado por la defensa.

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Critica a la Fiscalía y representante de víctimas al hacer alusión a la


opinión del perito Botella ridiculizando “ … el proceso científico,
refiriendo la existencia de un tal hilo de algodón que… se había
confundido con una línea de fractura.” Indica, los recurrentes lo
hacen “para desorientar a la Magistratura .”

Reprocha, “por desleal”, que en este proceso se busque inducir en


error judicial, por parte de los recurrentes, a partir de hechos y
valoraciones probatorias mencionadas en la sentencia emitida por una
Sala del Tribunal que confirmó la decisión absolutoria de Carlos
Cárdenas, “…en un proceso notoriamente diferente, en el que no
se llevó pericia para refutar al Dr. MÁXIMO DUQUE, y en el que
se le permitió actuar como si hubiese sido perito de la primera
necropsia, algo que no se permitió en este proceso por razones de
pertinencia...”

Expone, la defensa en juicio demostró que la acusación fáctica en


contra de Jessy Mercedes Quintero surgió a raíz de opiniones que ella
emitió, a las que “le dieron cuerpo de galimatías y elucubraciones .”
Como la Fiscalía no pudo defender la labor de los bomberos del primer
turno, la presencia de livideces y la rigidez del cuerpo de
Colmenares, cambió su acusación afirmando que el cuerpo del occiso
había sido llevado entre las 3 y 4 de la mañana del 31 de octubre de
2010, acomodando la acusación “que en esencia consistió en
desaparecer del lugar de los hechos a Jessy Mercedes entre las 3
y 3:30 am de la mañana y descargar en su contra unos supuestos
actos de entorpecimiento de la investigación …” todo en
contraposición del principio de congruencia y desconocimiento de la
prueba practicada en juicio.

Por consiguiente, solicita declarar desiertos los recursos presentados


por Fiscalía, Representante de víctimas y Ministerio Público o, si se
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resolviere de fondo, confirmar en su integridad la sentencia de primera
instancia. Solicita, finalmente, examinar la conducta de los “ abogados
recurrentes” y “la conducta irregular e ilegal del perito MÁXIMO
DUQUE.”

2.5. Defensa de Laura Milena Moreno - NO RECURRENTE-

Luego de sintetizar la sentencia de primera instancia solicita


confirmarla, comoquiera que no es producto de especulación o
arbitrariedad probatoria, como aseguran los recurrentes.

Respecto de la sentencia proferida por el Tribunal Superior de Bogotá,


dentro del proceso adelantado contra Carlos Cárdenas, no fue
“permitida su aducción” en lo alegatos de conclusión por parte de la
Juez a quo, a Fiscalía y Representante de Víctimas; sin embargo, “ a
sabiendas de su prohibición, la utilizan tratando de engañar a la
justicia.
Más que un acto de deslealtad configura una típica actividad
delictiva que se llama fraude procesal.” Peticiona, por tal razón y en
el entendido que son procesos con distintos elementos materiales de
prueba, se excluyan las menciones derivadas del aludido fallo de
segunda instancia por violación ostensible de los derechos
fundamentales al debido proceso, defensa y presunción de inocencia.

Pide, asimismo, declarar desiertos los recursos de apelación ante la


precaria carga argumentativa, como que los impugnantes limitan su
intervención a repetir su alegato de conclusión sin atacar, como debe
ser, el fondo del fallo de la Juez singular. Hace una extensa
comparación de los alegatos presentados por la Fiscalía General de la
Nación, Representante de Víctimas y Ministerio Público, para concluir
lo anterior.

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Segunda instancia
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Seguidamente reseña, tal y como lo analizó la juez, hubo afectación al
principio de congruencia, por parte de la Fiscalía en el marco de los
alegatos de conclusión; no solo, dice, acerca de la calificación jurídica,
sino que tocó aspectos fácticos sustanciales ejemplificando algunas
situaciones. En ese sentido, observa, se pasa de una conducta de
acción a comisión por omisión, colocando a la Laura en posición de
garante, circunstancia que afecta el principio de congruencia y
derecho de defensa. Dice, ahora se endilga el hecho- estrecha
comunidad de
vida- de dejar al azar que Luis Andrés Colmenares se ahogara.

La Juez de primera instancia, arguye, realizó un juicioso y minucioso


análisis probatorio. En él es notorio que, en efecto, Luis Colmenares
no fue arrojado al caño; su muerte no fue producto de una golpiza,
sino de una caída accidental al canal El Virrey.

Con relación al procedimiento de exhumación y segunda necropsia


realizada por el perito de la Fiscalía, doctor Máximo Duque, manifiesta,
quedó demostrado la inobservancia de los protocolos propios de esa
experticia.

El Ministerio Público, de otra parte, ofrece opiniones acerca de las


livideces observadas en el cadáver, sin soporte científico,
desconociendo que los peritos de Fiscalía, como de defensa, afirman
que este fenómeno cadavérico corresponde a la posición en la que fue
encontrado el cuerpo sin vida y posterior movimiento.

Resalta, se demostró que en una caída de altura si es posible producir


lesiones de golpe-contragolpe; no obstante, no necesariamente se
presenta en todos los casos, pues en este la lesión producto de la
caída fue absorbida por el seno frontal, la cual se agota por un solo
impacto de frente sobre la cara.

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Acerca de la lesión inframentoniana señala, fue aceptado que se
podía producir por un solo golpe, en un solo evento o por arrastre, “ es
como hacer analogía a una persona que cae por unas escaleras,
el evento es la caída, habrá un golpe principal y probablemente se
produzcan otros golpes pero siempre van a corresponder al mismo
evento.” De igual forma, indica, las hemorragias cervicales que aducen
los recurrentes no fueron establecidas científicamente, debido a que no
se examinaron microscópicamente, unido a la mala práctica para
desarrollar la disección del cuello del cadáver durante la exhumación,
el cual se encontraba en avanzado estado de descomposición.

Finalmente, señala, las varias versiones de Laura Moreno Ramírez son


congruentes, y si bien incurre en algunas imprecisiones, no resultan
son relevantes, ni le restan credibilidad.

Del impedimento

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, en auto del 19 de abril


de 2017 declarar fundado el impedimento manifestado por los
magistrados del Tribunal Superior de Bogotá, Drs. José Joaquín
Urbano Martínez, Álvaro Valdivieso Reyes y Jorge Enrique Vallejo
Jaramillo. En consecuencia, resolvió separarlos del conocimiento del
presente asunto, asignándolo a esta sala de decisión.

III. CONSIDERACIONES DE LA SALA

3.1. Esta Sala es competente para conocer del presente asunto


conforme a lo dispuesto en el artículo 34, numeral 1º del Código de
Procedimiento Penal.

3.2. En los términos de la sustentación del recurso de apelación


interpuesto por la delegada de la Fiscalía General de la Nación, el
Representante de Víctimas y Ministerio Público quienes, en lo
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fundamental, coinciden al argumentar su solicitud de revocatoria de la
sentencia absolutoria proferida por la Juez 11º Penal del Circuito de
Conocimiento de Bogotá, el problema jurídico a resolver por parte de
la Sala se contrae a determinar si las pruebas practicadas e
incorporadas en juicio oral demuestran, más allá de toda duda
razonable, que la muerte de Luis Andrés Colmenares Escobar es
producto de un homicidio. En caso de probarse tal conducta punible se
resolverá, al tenor del artículo 381 del C.P.P., si está acreditada la
responsabilidad penal de Laura Milena Moreno Ramírez, como
coautora de éste, y de Jessy Mercedes Quintero Moreno, en calidad
de autora del delito de favorecimiento al homicidio; en su defecto, se
confirmará o decidirá lo
que en derecho corresponda.

3.3. Para resolver el problema jurídico planteado, observando el


principio de limitación que precisa de la segunda instancia
pronunciarse, únicamente, sobre los puntos claramente determinados
en el recurso de alzada, y los que inescindiblemente llegaren a
guardar relación, el Tribunal se pronunciará en el siguiente orden: i)
acerca de la solicitud de declaración de desierto de los recursos
incoados, por falta de sustentación; ii) de la sentencia proferida por
una sala de decisión penal del Tribunal Superior de Bogotá que
absolvió a Carlos Andrés Cárdenas; iii) principio de congruencia; iv)
presunción de inocencia; v) actos de investigación preliminares de la
Fiscalía y programa metodológico; vi) formulación de imputación; vii)
prueba testimonial, introducción; viii) hipótesis y teorías del caso; ix)
prueba pericial de la Fiscalía, método científico, exhumación y
segunda necropsia,
protocolos; x) prueba pericial de la defensa; xi) valoración conjunta;
xii) otros peritajes; xiii) valoración prueba testimonial, técnica y
conclusión, y; xiv) cuestión final.

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3.4. Solicitud de declaración de desierto de los recursos incoados por
falta de sustentación.

De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 179A y 179B de la Ley


906 de 2004 la solicitud de declaratoria de desierto de los recursos
hace referencia, para el caso, a una sustentación deficiente que,
según los no recurrentes, se limita a reproducir los alegatos de
conclusión.

Sin embargo, contrario a esa opinión, enmarcada en la garantía de la


doble instancia, expresión del debido proceso, la Sala advierte que el
requisito de sustentación del recurso de apelación se cumple, como
que cada uno de los recurrentes, al margen de la coincidencia en una
parte importante de sus apreciaciones jurídicas y probatorias e
inconformidades, en el ánimo de que se revise la legalidad de la
sentencia, concretan las razones de discrepancia respecto de esta con
argumentos dirigidos a su revocación, pues no comparten los motivos
expuestos por la juez de primer grado para absolver a las acusadas.
En ese sentido se ha delimitado el marco dentro del cual este juez de
segunda instancia se pronunciará en aras de decidir la controversia.

3.5. De la sentencia de una sala de decisión penal del Tribunal


Superior de Bogotá que absolvió a Carlos Andrés Cárdenas.

Los recurrentes, en la sustentación del recurso de apelación se


apoyan, entre otros argumentos, para respaldar su pretensión, en
sentencia emitida por una sala de decisión de este Tribunal cuando
conoció, en segunda instancia, el proceso por los mismos hechos en el
cual el acusado era CARLOS CÁRDENAS, quien resultara absuelto, -
radicado No. 110016000000201201126-02-.

De ella se valen para formular apreciaciones jurídicas y probatorias


como si hiciera parte del acervo probatorio incorporado y debatido en

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este asunto, lo cual no es de recibo, entre otras razones, porque: i) no
fue descubierta oportunamente, ni decretada e introducida, pese a
gozar de la presunción de autenticidad -artículo 425 de la Ley 906 de
2004-, por la parte interesada, como prueba en esta actuación penal, y
por lo tanto, -es importante resaltarlo-, se desconoce el contexto y
alcance de su objeto y, sobre todo, el sustento probatorio y, ii) en
cualquier caso, no es vinculante para esta Sala; 13 entenderlo como lo
entienden los recurrentes desconocería, no solo que son actuaciones
penales diferentes que no, necesariamente, se valen de los mismos
elementos materiales probatorios, evidencia física e información
legalmente obtenida y, por ello, resulta equivocado equipararlas, sino la
independencia y autonomía del operador judicial, pues “…las diversas
reflexiones posibles que conducen a tomar la decisión judicial
pueden provenir de elementos objetivos que emanan de
circunstancias distintas, o que de suyo, por la facultad relativa de
interpretación de que está revestido el juez, permiten un trato y
una conclusión diferente, ya sea por exigirlo así una concreta
situación fáctico probatoria, o una especial situación procesal [...].
Es por ello que no es posible exigirle a un juez independiente que
falle en igual forma a como lo ha hecho su homólogo, pues, en
esa función prima el principio de autonomía. Lo único que es
exigible al juez al momento de fallar un caso, es la debida
motivación de su decisión y que la misma se ajuste a los
parámetros legales…”14 Luego, dar por sentado como premisa para
resolver que se cometió un homicidio, en este caso, resulta
desacertado.

3.6. Principio de congruencia

13 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, auto del 28 de febrero de 2018, radicado 49.230, M.P. José Luis
Barceló Camacho.
14 Sentencia ídem.
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El principio de congruencia, a voces del artículo 448 del Código de
Procedimiento Penal, “se predica de la sentencia con la acusación,
o de éstas con la imputación fáctica.”15

La Corte Suprema de Justicia al respecto arguye que los hechos


objeto de acusación, en su expresión eminentemente fáctica, deben
corresponderse íntegramente con los que son materia directa de
pronunciamiento en la sentencia,19 de tal suerte que el Juez no puede
emitir un fallo donde, desde esa óptica, no exista armonía con el
núcleo central de los hechos consignados en la acusación o
imputación. Luego, cualquier modificación o agregado implica una
ostensible violación de los derechos del acusado. 16

En esa comprensión la Juez singular indica en la sentencia recurrida


que la Fiscalía quebranta el principio de congruencia al suprimir,
modificar y crear hechos en los alegatos finales distintos a los
acusados, así como tipifica la conducta punible de homicidio de
manera diferente. En tal virtud, decide desfavorablemente el
pedimento del ente acusador, formulado en los alegatos de conclusión,
cuando solicita condena en contra de Laura Moreno por el delito de
“homicidio agravado en posición de garante, a título de dolo
eventual (por tener una relación con Luis Andrés Colmenares…
porque lo recogió en la camioneta… porque ingirieron licor), es
decir no por una acción desplegada sino por omitir informar a
tiempo lo sucedido, ya que de ser así se hubiera salvado
Colmenares…”, postura coadyuvada por el representante de víctimas.

15 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 30 de mayo de 2018, radicado 48243, 19
La Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, en sentencia con radicado 43837 del 25 de mayo de 2016: “ La
congruencia es una garantía del derecho a la defensa porque la exigencia de identidad subjetiva, fáctica y
jurídica entre los extremos de la imputación penal, asegura que una misma persona sólo pueda ser
condenada por hechos o delitos respecto de los cuales tuvo efectiva oportunidad de contradicción. Tal
garantía se manifiesta como la necesaria correlación que debe existir entre la acusación y la sentencia,
especialmente en aquellos sistemas procesales que han adoptado como principio rector el acusatorio. En
todo caso, la congruencia implica una delimitación del objeto inmutable del proceso penal que tiene, en lo
fundamental, una connotación fáctica: los hechos que habilitan la consecuencia jurídico-penal.”
16 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal SP4792-2018
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Por consiguiente, respecto de Laura Moreno se ocupa la Juez del
punible homicidio agravado en calidad de coautora impropia, a título
de dolo, -como fue acusada-, y contra Jessy Quintero el delito de
favorecimiento, advirtiendo que el falso testimonio imputado no sería
analizado, comoquiera que fue retirado por la Fiscalía. 17

En ese entendido la operadora judicial no emite pronunciamiento de


fondo sobre la aludida variación del delito de homicidio y acoge el
tenor de la acusación que es un acto de parte y, por tanto, no
anulable. Reprocha, asimismo, la formulación de una imputación
fáctica confusa y desordenada, al punto que hubo de hacer un gran
esfuerzo para colegir los hechos jurídicamente relevantes, pues
“parecía un
monólogo, una novela llena de especulación.”

La Fiscalía y Representante de víctimas, en la sustentación del recurso


adveran, entre tanto, que no hay afectación al aludido principio,
comoquiera que la nueva tipicidad guarda relación con el núcleo
básico de la imputación, amén que no resulta más gravosa para Laura
Moreno; tampoco se afectó, -dicen-, el derecho de defensa o debido
proceso, pues los hechos jurídicamente relevantes son: i) la muerte de
Luis Andrés Colmenares, producto de un homicidio; ii) omisión de
Laura Milena Moreno Ramírez, al no suministrar información clara y
oportuna que hubiere salvado la vida de aquel, con quien se
encontraba; así, se hace “referencia en los alegatos de conclusión
que LAURA MORENO fuera coautora en el delito de homicidio,
que tenía posición de garante, y que su aporte fuera en comisión
por omisión, no afecta la congruencia…”

La juez de primer grado, en todo caso, se atuvo a los términos de la


acusación en su aspecto fáctico y jurídico, 22 iniciativa que el Tribunal
respalda, en el entendido que “…la descripción fáctica de los hechos
17 Folios 173 a 203, carpeta número 20, sentencia de primera instancia.
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atribuidos al procesado no puede ser objeto de modificación
sustancial a lo largo del proceso, entendido este como el trámite
formalizado que comienza con la formulación de imputación y
termina con la sentencia ejecutoriada, de suerte que la obligación
de conservar el núcleo central del componente fáctico opera desde
la formulación de imputación.” ,23 sin perjuicio, desde luego, que la
calificación jurídica sea modificada por el ente acusador o por el Juez,
sin que ello atente contra el derecho de defensa, siempre y cuando,
claro está, el nuevo delito sea “de igual

22
No obstante ofrecerse la imputación fáctica realizada por el Fiscal anfibológica, abstracta e imprecisa, es
posible colegir los siguientes hechos centrales acogidos por la Juez primer nivel: LUIS COLMENARES salió
el 30 de octubre de 2010, a las 20:15 horas de su casa, en el vehículo de LAURA MORENO rumbo a la
discoteca PENTHOUSE, ubicada en la denominada ZONA ROSA de Bogotá, para celebrar la fiesta de
“Halloween” con otros compañeros. Aproximadamente a las 2:30 de la madrugada del día siguiente se retiran
de ese lugar
LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ y JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO, junto a LUIS
ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR, quien presentaba tercer grado de embriaguez. El día 31 de octubre de
2010, a eso de las 22:15 horas, se encontró el cuerpo sin vida de LUIS ANDRES COLMENARES
ESCOBAR, en el box coulvert, del caño el Virrey.

El resultado de la preliminar investigación realizada por la Fiscalía arrojó que aquel murió a causa de un
accidente; ello según el relato de LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ, última persona que lo vio con
vida, quien manifestó que LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR cayó al caño El Virrey. Así lo hizo
saber a los policías adscritos a los cuadrantes del CAI Estadero y Virrey, bomberos y familiares de éste,
versión corroborada, además, por JESSY MERCEDES QUINTERO MORENO.
Sin embargo, las pesquisas (prueba testimonial, pericial y documental) realizadas 11 meses después, por parte
del ente acusador, bajo la dirección de otro fiscal delegado, arrojaron que “LUIS ANDRÉS COLMENARES
ESCOBAR fue golpeado por terceros… con un objeto cortante y con gran fuerza,” generándole “heridas
hemorrágicas, vitales y pre-mortem en su rostro… no compatibles con una caída de altura”, siendo luego
depositado, sin vida, en el Box box coulvert, del aludido caño. De mismo modo, se dice que LAURA
MILENA MORENO RAMÍREZ, tenía pleno conocimiento de lo ocurrido y como aporte de su participación
en el homicidio perpetrado por otros, informó falsamente a las autoridades y familiares del occiso, que cayó al
caño el Virrey, todo con el fin de desviar la investigación. Por su parte la participación de JESSY QUINTERO
consistió en ratificar el dicho de LAURA MORENO, a sabiendas que LUIS COLMENARES había sido
asesinado.
23
Corte Suprema de Justicia, Sala Penal Rad. 4792-2018.
género pero diverso a aquél formulado en la acusación –siempre,
claro está, de menor (o igual) entidad-, o pedir que se excluyan
circunstancias de agravación, siempre y cuando -en ello la
apertura no implica una regresión a métodos de juzgamiento
anteriores- la nueva tipicidad imputada guarde identidad con el
núcleo básico de la imputación, esto es, con el fundamento fáctico
de la misma, pero además, que no implique desmedro para los
derechos de todos los sujetos intervinientes” y sin que se haga
más gravosa la situación del

63
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
acusado.”18 (Subrayas fuera de texto)

En ese orden, es sobre el supuesto fáctico originario, -imputación-


que versará el escrutinio de la Sala en sede de apelación, mismo que
fundó la sentencia de primera instancia, pues modificarlo vulneraría el
principio de congruencia. Por tanto, los hechos o circunstancias no
discutidas, ni deducidas en forma expresa en el acto de imputación
que modifican el núcleo fáctico, señalado por los recurrentes, -excepto
Ministerio Público, quien se ciñe cabalmente a los hechos
jurídicamente relevantes propios de la acusación-, no se tendrán en
cuenta. Caso del perro caliente que se dice inicialmente Luis
Colmenares compró, luego de salir de la discoteca, aspecto
modificado en los alegatos de conclusión, por parte de la Fiscalía, que
luego, en ese espacio procesal, niega este episodio.

La imputación fáctica reseña que Laura Moreno habría participado o


coadyuvado en la realización del punible de homicidio (art. 29 del
C.P.)19 Así lo relacionó el Fiscal en el curso de la audiencia del 07 de
octubre de 2011,26 concretando su participación a través del supuesto
engaño a las autoridades, amigos y familiares de Luis Colmenares,
con el fin de desviar

26
Audiencia de formulación de imputación adelantada el 7 de octubre de 2011, a partir del récord 00:28:10 y
ss. Dice el Fiscal: “han pasado 11 meses y algunos días y estamos a punto del aniversario de la muerte de
LUIS ANDRÉS COLMENARES ESCOBAR, la Fiscalía de manera juiciosa ha hecho un ejercicio
investigativo que solo apunta estrictamente a que se conozca la verdad de este caso.
“Se tiene que el día 31 de octubre del año 2010, “a eso de las 22:15 horas,- así cuenta la inspección técnica a
cadáver- se encontró el cuerpo sin vida de LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, en el caño el Virrey,
eso acredita la materialidad de la conducta de homicidio, y se ratifica esa postura con el protocolo de
necropsia expedido por medicina legal.” A través de policía judicial, dice, “ordené que se tomaran unas
entrevistas a LAURA MILENA MORENO RAMÍREZ, ella textualmente dice que Luis ANDRÉS
COLMENARES se había caído al caño el Virrey.” También señaló haber recepcionado entrevistas a amigos

18 Corte Suprema de Justicia, Sala de casación Penal, sentencias del 27 julio 2007, Rad. 26468, del 3 Junio de
2009, radicado 28649; 7 de abril de 2011, rad. 35179; 24 Julio de 2012, radicado 32879; 25 de mayo de 2015,
radicado 44287 de 2015; 30 de noviembre de 2016, radicado 45589; y 1° de febrero de 2017.
19 ARTICULO 29. AUTORES. Es autor quien realice la conducta punible por sí mismo o utilizando a otro
como instrumento.
Son coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del trabajo criminal atendiendo la
importancia del aporte.
También es autor quien actúa como miembro u órgano de representación autorizado o de hecho de una
persona jurídica, de un ente colectivo sin tal atributo, o de una persona natural cuya representación
voluntaria se detente, y realiza la conducta punible, aunque los elementos especiales que fundamentan la
penalidad de la figura punible respectiva no concurran en él, pero sí en la persona o ente colectivo
representado.
64
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
de LUIS ANDRÉS, que estaban en el lugar, -las lee en la audiencia-, para luego indicar que “Todos (ellos) al
unísono con algunas variantes repiten que LAURA MORENO les informó: que LUIS ANDRÉS se había caído
en el sitio, señaló el sitio, así lo dice MATEO MEDINA, GONZALO GÓMEZ TORRES, GUILLERMO
MARTÌNEZ. Añade el delegado, el Fiscal que le precedió y adelantó la indagación preliminar, construye una
versión inicial: “la muerte de LUIS ANDRÉS, estaba cimentada en que se cayó al caño.” Sin embargo,
manifiesta, el caso le fue asignado, y, aduciendo ser diligente, solicitó estudiar las fotografías de la necropsia
realizada por medicina legal a LUIS ANDRÉS COLMENARES. Una vez estudiadas expresa “los cadáveres
hablan… me pregunto, pregunta por resolver… si todas estas personas le han dicho a la justicia en sus
versiones que LUIS se cayó al caño el Virrey, ¿por qué LUIS tiene tantas heridas en su rostro… tantas
equimosis en su cuerpo, y por qué LUIS COLMENARES presenta una fractura frontoparietal derecho (sic)
interna, y no se refleja en la cavidad craneal exterior. Reviso el protocolo de necropsia y me da una lectura
del siguiente tipo… la herida supraciliar derecha es hemorrágica y en ciencias forenses una herida
hemorrágica es una herida vital.” “¿Con qué se causa la herida?” se pregunta, “y la ciencia forense
responde que hay 4 tipos de heridas, 2 para el caso, corto contundente o cortopunzante, porque la herida, a
la que me estoy refiriendo es hojaldrada… las demás heridas tienen la misma estructura… si colmenares
cayó al caño El Virrey cómo se logró hacer esas heridas en el rostro… en las piernas… se encontraron 7
fracturas que se encontró en el cuerpo de LUIS ANDRÉS COLMENARES y, entonces, llamo a la perito
porque no me convenció la necropsia, era una necropsia inicial con vacíos y la llamo a una declaración
jurada.” Y le pregunta, “¿por qué no había incluido en el protocolo de necropsia si las heridas eran pre-
mortem o pos-mortem?, y ella acepta que había quedado ese vacío, pero en el acta de su declaración me dice
textualmente, que esas heridas que estaban en el rostro de colmenares eran premortem… (récord 00:38:40 y
ss)” “También las fotos muestran que LUIS COLMENARES quedó de cubito abdominal”; es decir, boca
abajo. Encuentra “que las livideces están todas en la espalda y las piernas, entonces, como es posible que
haya estado 17 horas de cubito abdominal, la ciencia me dice que las livideces debían estar en el abdomen y
las piernas, pero de acuerdo a la posición en la que se encontró el cadáver y ahí si fue importante medicina
legal cuando me dice con livideces dorsales fijas sin lesiones.” Entonces, si LUIS
COLMENARES cayó del caño, y se encuentra en cubito dorsal, pero cayó de cubito abdominal y se cayó a
las 3 de la mañana, como lo señala LAURA y lo encuentran a las 10 de la noche y entonces ello muestra,
como han pasado más de 12 horas, las livideces debían estar en el abdomen y no en la espalda. Conclusión:
Luis Andrés en primer principio no estaba en el caño el virrey porque las livideces se reportan en otra parte
del cuerpo y no como se encontró…” Añade, el Fiscal, “son livideces dorsales fijas, aquella que se crea
después de estar 12 horas un cadáver en la misma posición. Las livideces se encuentran en la espalda y en
las piernas al lado de la espalda… Por eso las livideces dicen, yo cadáver me encontraba de cúbito dorsal y
no abdominal y por eso, yo cadáver, tengo livideces en la espalda y en los glúteos y yo cadáver no tengo
livideces en el abdomen, porque yo cadáver no estaba ahí donde yo aparezco y si el cadáver no estaba donde
yo aparezco, y si el aporte de LAURA fue tan trascendente que en complacencia tácita, venda la idea que
colmenares se cayó al caño…” De todo lo anterior concluye que LUIS ANDRÉS no se cayó como dice
LAURA MORENO,
“porque si él se cayó al caño las livideces tenían que estar donde fue encontrado y no en la espalda, sino en
el abdomen…. Desarrolla, entonces, la tesis diciendo que LUIS ANDRÉS COLMENARES no estaba en el
sitio donde fue encontrado, sino lo dejaron ahí. Indica, se hace una “exhumación al cadáver porque la
necropsia inicial dejó vacíos… y le faltó información bastante. Como LUIS ANDRÉS COLMENARES fue
sepultado en villa nueva- guajira-, lo practicó allá. Nombra al perito experto en el tema MÁXIMO DUQUE,
quien le presentó un informe de 25 páginas, en el que dice “no es un accidente,” por las múltiples lesiones
que presentaba el cráneo, pues todos los traumas que tiene LUIS ANDRÉS COLMENARES no son
compatibles con caída de altura. Expone el Fiscal: “…Las lesiones observadas en la exhumación y los datos
recopilados en la autopsia inicial no son compatibles con traumas con caída de altura. Cuando las dos
jóvenes dicen que él cayó al caño la ciencia dice él no cayó al caño, porque el caño es caída de altura…no
hay patrón de golpe y contragolpe, y esto sería en una caída de altura. Esto es lo esperado en una caída de
altura… También las heridas se produjeron con un objeto cortante o de doble filo… con un objeto con alta
energía cuando la persona iba en movimiento.”
Explica, por otro lado, “el caño son 15 cm de agua, no tiene capacidad de mover un cuerpo de 70 kilos… A
COLMENARES lo mataron en otro lado, y lo dejaron al caño el Virrey.” El cuerpo de bomberos llegó al sitio
y buscó, lee una entrevista, “buscamos en el sitio donde apareció y ese cadáver no estaba ahí… Se
cumplieron
la pesquisa, constitutivo ello de un aporte necesario para la
consecución del resultado lesivo, mediante acuerdo tácito con quienes,
supuestamente, materializaron la conducta punible contra la vida.

Por consiguiente, hay un ostensible giro de la hipótesis fáctica en las


manifestaciones del representante de víctimas, así como de la Fiscalía

65
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
en los alegatos de conclusión, en el sentido que el aporte de Laura
Moreno es, ahora, causa “relevante y objetivamente imputable
frente a la producción del resultado …” al no socorrer a
COLMENARES dejando “de hacer una acción de auxilio que la ley
hubiese esperado que hiciera, sabiendo que estaba dentro del
caño herido y embriagado, pero además, mentirle a la policía… ,
guardar silencio, desviar la atención de las autoridades bajo una
teoría fantasiosa de caída, lo que llevó a que se materializara la
muerte de LUIS ANDRÉS COLMENARE... cumplía con varias
fuentes del rol de garante, (…)”27 lo cual no corresponde a una
circunstancia modal que hubiere sido fáctica y jurídicamente imputada
pues, se itera, lo que se atribuyó a LAURA MORENO, fue coautoría
impropia en el presunto Homicidio; su actuar habría sido de acción, en
modo alguno de omisión, faltando al deber jurídico de impedir un

con los protocolos para búsqueda de cadáver y se utilizaron las lámparas para realizar esa actividad… lo
que fortalece que a LUIS ANDRÉS COLMENARES no se cayó al caño, a LUIS ANDRÉS lo mataron…”
Resalta, luego de leer el informe pericial de MÁXIMO DUQUE, la columna no recibió ningún daño, ni
cuello. “Los traumas cuando el cuerpo choca contra un objeto inmóvil presentan un fenómeno o patrón de
golpe contragolpe, esto se explica porque el cerebro rebota dentro del cráneo y se golpea en la zona
contraria. Si es algo en movimiento lo que choca contra la cabeza el cerebro no rebota.” Irónicamente
concluye: “El piso es adoquín, no de caucho.”
Señala, la médico de medicina legal “de manera subjetiva, que posteriormente corrige, dice, como ella
también creyó que él se había caído en el caño, se le ocurrió decir que LUIS COLMENARES había muerto
por asfixia por sumersión en agua, sin embargo también existen otras causas de muerte” Hace referencia
que COLMENARES “presentó una embriaguez de 3° grado.”, pero que LUIS ANDRÉS no estaba borracho,
caminaba normalmente…” eso lo dijo un testigo y “queda la inquietud”.
De la Interceptación de comunicaciones, entre LAURA CON JUAN PABLO VALDERRAMA, manifiesta el
Fiscal que se escuchó decir “qué tal JESSY abra la boca… tú y yo no tenemos nada que ver con eso, JUAN
PABLO dice estoy “recagado”. Dice Laura: “yo vi las cosas pero no tengo nada que ver con eso.” Así,
refiere que LAURA MORENO “Tenía pleno conocimiento que a colmenares lo habían golpeado y se lo
habían llevado de ese sitio el aporte de ella hace es hacer ver que COLMENARES se cayó al caño.” La
Señala, por lo anterior, como “Coautora impropia del delito de homicidio agravado, por el estado etílico. A
JESSY MERCEDES QUINTERO, le imputó el delito de “Encubridora del delito de homicidio, pues es testigo
de los hechos, siendo también la última que estuvo con LUIS ANDRES COLMENARES ESCOBAR, sabía lo
que había ocurrido, pero decidió favorecer lo manifestado por LAURA MORENO.
Finalmente aduce, la participación de LAURA MORENO, en calidad de coautora impropia es por
contribución objetiva a la consecución del resultado del homicidio, el aporte de ella es “ella automáticamente
crea la tesis, busca hacer creer que es en el caño… su aporte es trascendente… la coautoría requiere de una
división de trabajo y unos aportes eficientes… para que el daño se cumpla…, el de LAURA fue definitivo…”
27
Páginas 14 y 15 del recurso de apelación del Representante de víctimas.
resultado.28 Este modo de ver el caso afectaría el principio de
congruencia fáctica y, de contera, el debido proceso y derecho de
defensa.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
No puede la sala pasar por alto la ostensible contradicción que
envuelve el discurso anterior en el sentido que la acusada omitió una
‘acción de auxilio… sabiendo que estaba dentro del caño herido y
embriagado,’ cuando la teoría del caso es que a Luis Colmenares lo
habrían ultimado fuera del caño y luego trasladado allí.

Si bien la Corte Suprema de Justicia de tiempo atrás ha señalado que


la conducta imputada de acción puede variar a omisión (art. 25 de
C.P.P.), sin afectar el principio de congruencia, también lo es que
dicha transición es jurídicamente viable siempre y cuando se cumplan
las precitadas reglas, una de ellas, se itera, correspondencia plena
entre la situación fáctica con la jurídica.29

Para el caso se tiene, de acuerdo con el componente fáctico de la


imputación, no una atribución a Laura Moreno del deber jurídico de
evitar la muerte de Colmenares. No. Como se apreció, imputación y
acusación reside en que esta es, presuntamente, perpetradora
funcional y presencial de acciones que coadyuvaron a la consumación
del presunto

28
Artículo 25. acción y omisión. “La conducta punible puede ser realizada por acción o por omisión. Quien
tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo llevare a
cabo, estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la pena contemplada en la respectiva norma penal.
A tal efecto, se requiere que el agente tenga a su cargo la protección en concreto del bien jurídico protegido,
o que se le haya encomendado como garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo, conforme a
la Constitución o a la ley.
Son constitutivas de posiciones de garantía las siguientes situaciones:
1. Cuando se asuma voluntariamente la protección real de una persona o de una fuente de riesgo, dentro del
propio ámbito de dominio.
2. Cuando exista una estrecha comunidad de vida entre personas.
3. Cuando se emprenda la realización de una actividad riesgosa por varias personas.
4. Cuando se haya creado precedentemente una situación antijurídica de riesgo próximo para el bien jurídico
correspondiente.”
29
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, del 5 de julio de 2019, radicado 51007. “Ahora,
connotando ese principio dos aristas: (i) derecho a conocer de manera clara y suficiente los cargos por los cuales se acusa a la persona
y (ii) concordancia entre los consignados en la acusación y aquellos objeto de sentencia, absoluta en lo fáctico y relativa en lo jurídico,
resulta de importancia vital remarcar el carácter estructural de los legalmente denominados hechos jurídicamente relevantes, es decir,
los que corresponden al presupuesto fáctico previsto por el legislador en el respectivo tipo penal, por cuanto representan una garantía
de defensa para el imputado o acusado que en esas condiciones conoce por qué se le investiga o acusa y se erigen en la columna
inmodificable que habrá de sustentar el fallo.” Ver además: Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, sentencia del 58 de junio de 2014,
radicado 35113.
punible de homicidio, acción concreta de la cual debía defenderse,
amén que constituía el tema de prueba.

67
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
De lo que viene de decirse mal podía la Juez de conocimiento,
tampoco esta corporación en sede de apelación, participar de la
concepción de los recurrentes en los alegatos de conclusión, en el
sentido de modificar los términos de la imputación. 20 Dice, sobre esta
materia, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en decisión de
febrero 17 de 2021, Radicado No 55532, “ Huelga anotar que,
cuando la fiscalía acusó por la realización –por acción y a título de
autor– de la conducta punible de acto sexual abusivo con incapaz
de resistir agravado, desechó la hipótesis delictiva de comisión
por omisión y eliminó cualquier posibilidad de que ahora se emita
sentencia por la última específica modalidad.”

En consecuencia, como aquí de ninguna manera se relacionó en la


imputación contra Laura Moreno haberse abstenido “ de hacer una
acción de auxilio que la ley hubiese esperado que hiciera, …, ” y,
entonces, no le asistía el rol de garante , nos atenemos a los términos de
aquella so pena de infringir el principio de congruencia.

3.7. Presunción de inocencia

La solución al problema jurídico planteado en este asunto comporta,


como es natural, el análisis de la prueba lícita debatida en juicio oral,
debidamente incorporada conforme a las disposiciones del Código de
Procedimiento Penal y, por supuesto, sometida al análisis y crítica
siempre con la mira puesta en el fallo final, sea absolutorio o de
culpabilidad. Todo ello acompañados de la tranquilidad de espíritu que
debe caracterizar la actuación del administrador de justicia en aras de
una decisión justa, equitativa, racional, lógica, autónoma e imparcial.

20 Sobre el punto puede consultarse, entre otras, sentencia del 23 de enero de 2019, emitida por la Corte
Suprema de Justicia, Sala de Casacón Penal, radicado 52326 que cita la providencia del 27 de julio de 2007
(radicado 26.4687). “En igual sentido, la jurisprudencia ha sostenido que solo es absoluta la congruencia
personal y fáctica, en tanto que la jurídica es relativa, puesto que el juez puede absolver o condenar de
manera atenuada o por una conducta distinta a la imputada, siempre que no agrave la situación del
encartado y respete el núcleo central de la imputación”
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Sea lo primero decir que el principio de presunción de inocencia está
consagrado en la Constitución Política, Art. 29 y en múltiples
instrumentos internacionales contentivos de derechos humanos,
ratificados por el Estado colombiano, amén que emerge como principio
rector del proceso penal en cuya virtud el Art. 7 C.P.P estipula “ Toda
persona se presume inocente y debe ser tratada como tal,
mientras no quede en firme decisión judicial definitiva sobre su
responsabilidad penal”. Es una garantía para todos sin excepción.

De este modo, dos de las reglas procesales de obligatoria


observancia, derivadas del referido principio, menciona la Sala por
resultar primordiales para resolver la problemática suscitada en el caso
objeto de análisis: i) el acusado solo podrá ser condenado cuando
exista prueba legalmente ingresada que demuestre, más allá de toda
duda, la realización del delito y su responsabilidad.

Es decir, no puede proferirse sentencia condenatoria cuando existe


duda acerca de la concurrencia de esas dos premisas; cuando ello
sucede, toda duda debe resolverse a favor del procesado y, ii) la carga
de la prueba le corresponde en su totalidad y sin excepción, a la
Fiscalía General de la Nación, razonamiento que contradice la
afirmación de esta cuando en el recurso, sin mayor argumento, advera
que “no tiene la carga probatoria” de demostrar quién golpeó a Luis
Andrés Colmenares, quién ocultó el cuerpo, el momento en que ello
sucedió, ni cómo lo hicieron.

En tales términos la observancia estricta del principio de presunción


de inocencia de ningún modo puede asumirse como sinónimo de
impunidad. Se trata de un derecho fundamental que garantiza que sólo
el culpable de la comisión de un delito, una vez demostrada su
responsabilidad en los hechos, más allá de toda duda, resulte
condenado. Si existiere duda no podrá ser objeto de imposición de una
pena y debe resolverse a su favor. En este contexto, ya se dijo, el ente
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Segunda instancia
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acusador tiene la carga de probar la responsabilidad, axioma que
encuentra razón de ser en que quién afirma un hecho tiene que
probarlo.

3.8. La Fiscalía General de la Nación, a través de su Fiscal delegado,


asegura tajantemente que las acusadas cometieron los delitos en cuya
virtud reclama condena; formular tal aseveración supone que cuenta
con suficientes elementos materiales de prueba, información
legalmente obtenida y evidencia física que le permite sustentar esa
teoría en juicio oral.

Sin embargo, es en ejercicio de esa transcendental función en donde


el caso presenta, como se verá, profundas fisuras, según se
desprende del examen riguroso del desarrollo del juicio oral; en él es
posible identificar la presencia, no solo de la hipótesis de investigación
formulada por el ente acusador, sino la de la defensa, opuestas, en
procura de explicar, fundamentalmente, la manera de muerte de Luis
Colmenares. Cada una de estas hipótesis, en tanto explicación
aproximada de un hecho, necesitaba ser confirmada y verificada o
descartada, ejercicio que se evidencia en el juicio oral con la
formulación y sustentación de la teoría del caso, para la Fiscalía
ejecución de un homicidio, para la defensa un accidente.

Veamos:

Es notorio, inicialmente, una vez conocida la noticia de la muerte del


joven Colmenares, cómo no se organizó de inmediato un eficaz
programa metodológico, transcendental para la estructuración de la
investigación criminal con miras, si era el caso, a la futura sustentación
ante el juez correspondiente: ¿con qué información relevante se
contaba? ¿era penalmente razonable?, pues esta, acopiada en las
primeras fases de la pesquisa, es el sustrato que permite al perito un
examen preliminar, previo a la necropsia, y una vez en su práctica,

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
documentar y preservar los elementos necesarios para el análisis e
interpretación de los hallazgos. Nótese la justificación para la segunda
necropsia.

Lo anterior se desprende de la recolección de las primeras evidencias


y resultados obtenidos, como se ve en la preliminar actividad
investigativa del ente acusador, -investigadores Gerardo Quintero,
Manuel Rodríguez y Franklin Darío García-, que apuntaba hacia un
accidente como manera de muerte, hasta la decisión de formular
imputación, con una ambigua y difusa hipótesis de homicidio que, a la
postre, la Fiscalía no logra consolidar de cara a la demostración, más
allá de duda razonable, de la ocurrencia del delito y su autor o
partícipes.

Y es que si la pretensión era hacer una formulación de imputación


sistemática, coherente, clara, inteligible, describiendo los hechos
penalmente relevantes y circunstancias de tiempo, modo y lugar, a
partir, fundamentalmente, del peritaje científico-técnico presentado por
el Dr. Máximo Duque, el propósito, como se verá, no se cumple porque
la premisa fijada desde la realización de la primera necropsia por parte
de la Doctora Lesly Rodríguez, en cuanto a que la manera de muerte
estaba por determinar, no superó ese estado de indeterminación, no
obstante los esfuerzos de una y otra parte por hacer valer su propia
teoría.

Hasta ese momento, cuando aún no se ha formulado imputación que,


recuérdese, marca un hito dentro del proceso penal en la medida que,
se supone, la Fiscalía General de la Nación cuenta para el efecto con
elementos materiales probatorios, evidencia física o información
legalmente obtenida suficientes para inferir razonablemente que el
imputado es autor o participe del delito que se investiga, ésta reunía
una serie de entrevistas, realizadas por policía judicial a las distintas
personas que, de oídas, conocieron el caso de la desaparición y
posterior hallazgo muerto de Luis Andrés, al interior del caño ‘El
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Radicado No 110016000000201200141-01
Virrey’, derivada, de una parte, del dicho de la última persona que lo
vio con vida –Laura Moreno- y, claro está, del desarrollo preliminar de
la pesquisa por parte de los investigadores quienes, para entonces,
como se anotó, anticipaban una conclusión señalando que la manera
de muerte era accidental.

En este punto es importante aludir la regla general que dice: ´ las


declaraciones rendidas por los testigos por fuera del juicio oral
son útiles para la estructuración de la hipótesis mas no para su
demostración’; ello porque para entonces empieza a cuestionarse,
por el ente acusador, desde las entrevistas efectuadas, a modo de
ejemplo, si en verdad para el momento en que se emprende la
búsqueda de Luis Andrés Colmenares, por parte del primer grupo de
bomberos que acude al lugar, su cuerpo yacía donde finalmente es
encontrado por el segundo grupo; también el nivel del agua que
presentaba entonces el caño, temas alrededor de los cuales giran
hipótesis acerca de si hubo o no arrastre, circunstancia que permite a
los recurrentes fijar su posición dando por cierto que el cuerpo de
aquel no estaba en ese lugar durante la primera incursión, y que el
nivel del agua no era apto para arrastrarlo.

3.9. En ese trasegar, la explicación para que casi once meses después
de ocurrido el suceso objeto de averiguación, la Fiscalía decidiera
formular imputación, según el nuevo Fiscal que asume el caso, es que
si bien Laura Moreno y Jessy Quintero mantuvieron su versión en el
sentido que Luis Andrés Colmenares Escobar saltó o cayó al caño ‘El
Virrey’, la cual orientó, inicialmente, la indagación, una vez avoca el
asunto ordena una serie de actos de investigación que, en su opinión,
dan lugar a una nueva hipótesis, contraria a la que se venía
sosteniendo.

Advera, según sus estudios y experiencia, al observar la primera


necropsia, -“pues los cadáveres hablan,”-, se preguntó por qué

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Radicado No 110016000000201200141-01
presentaba múltiples heridas en el rostro; por tal motivo, en el
entendido que la primera necropsia fue incompleta, creyó necesario
realizar la exhumación del cadáver a fin de practicar una segunda,
decidiendo que el doctor Duque Piedrahita era el indicado por su
trayectoria en medicina legal, para realizar dicha experticia.

El objeto específico del nuevo examen era verificar lesiones en la


cabeza,21 establecer cómo pudieron haberse producido y definir si son
o no “compatibles con suicidio o por lanzamiento al vacío.”, 22
corroborándose, con el peritaje, que se trató de un homicidio, teoría
del caso de la Fiscalía.

En ese contexto, de entrada, si bien no es indebido, no resulta claro


para la Sala la necesidad de contratar un experto forense ajeno a la
institución de la Fiscalía, pese a contar, en el Instituto de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, con sus propios peritos.

Con todo, la dinámica de la investigación puede variar la percepción


preliminar del suceso y re-direccionarla, pero siempre al amparo de un
plan estratégica y adecuadamente constituido, -no al vaivén de los
acontecimientos o la percepción eminentemente subjetiva de los
funcionarios, menos si hay alguna incidencia mediática-, para
finalmente arribar a la formulación de la teoría del caso y su
demostración persuasiva ante el juez de conocimiento.

Recuérdese que “Para desarrollar este sistema de enjuiciamiento


criminal, la Ley 906 de 2004 estableció un modelo epistémico, del
que cabe resaltar lo siguiente: (i) la Policía Judicial está facultada
para generar las primeras hipótesis factuales y, a partir de las
mismas, debe realizar los actos urgentes necesarios para
asegurar las evidencias (físicas o testimoniales) que pueden
resultar útiles para su posterior demostración 23; (ii) una vez
21 Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss
22 Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss
23 Art. 205
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
recibido el respectivo informe ejecutivo, el Fiscal, en asocio con los
investigadores, tiene a cargo el diseño del programa metodológico,
en el que se deben determinar “los objetivos en relación con la
naturaleza de la hipótesis delictiva” 24; (iii) frente a las evidencias
físicas, el modelo gira en torno al oportuno aseguramiento de las
mismas y la utilización de los recursos técnico científicos
orientados a establecer sus aspectos más relevantes 2526; (iv) como
no tiene aplicación el sistema de permanencia de la prueba, el
legislador hizo énfasis en la adopción de las medidas necesarias
para que en el juicio oral las evidencias físicas puedan ser
debidamente autenticadas36; (v) por regla general, las
declaraciones rendidas por los testigos por fuera del juicio oral son
útiles para la estructuración de la hipótesis mas no para su
demostración, porque estos deben concurrir a dicho escenario a
efectos de transmitirle su conocimiento al Juez, salvo los casos de
admisión excepcional de prueba de referencia e incorporación de
declaraciones cuando el testigo se retracta o cambia su versión en
el juicio."27

La tarea, pues, de valorar la prueba practicada bajo el principio de


inmediación, en conjunto, lleva implícito el deber de apreciarlas
apropiadamente y, por supuesto, motivar expresamente la decisión. En
ese contexto es preciso confrontar la credibilidad de los testimonios, su
verosimilitud, de cara, no solo a la ocurrencia objetiva del hecho, sino
a su caracterización, para el caso, como homicidio, o no, procurando
absolver, si existiere y fuere posible, las dudas que surjan pues, como
se verá, la incriminación presenta flaquezas relevantes que acarrean
para la sala preguntarse si el principio y estado de presunción de
inocencia fue en verdad desvirtuado como lo asegura la Fiscalía y
demás recurrentes, o no, como lo resuelve la juez de primera

24 Art. 207.
25 Arts. 250.3 de la Constitución Política y 204, 210 y 278 de la Ley 906 de 2004.
26 , 210, 277, entre otros.
27 Sentencian Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, radicado No. 51882 de 2018.
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Radicado No 110016000000201200141-01
instancia, o finalmente, pudiere haber duda razonable, y con base en
ella mantenga el fallo de primera instancia, pero por esta razón.

3.10. En este punto es importante anticipar que Laura Moreno, quien


se encontraba con Luis Colmenares y fue la última persona que lo vio
vivo, optó por el privilegio legal de guardar silencio y no rindió
testimonio en juicio oral, por lo que las afirmaciones que se dice ella
hizo a los amigos comunes, la policía, bomberos y familiares de Luis
Andrés Colmenares, se conocen a través de las declaraciones de
estos terceros quienes, a la postre, comparecen al juicio y son
sometidos al interrogatorio cruzado.

A partir de ellos se empezó a estructurar la primera hipótesis sobre la


manera de muerte como producto de un accidente. Estas personas,
como se verá, declaran y transmiten su visión al Juez proyectando
algunas, en el momento de su valoración, apreciables inconsistencias
que, finalmente, no se resuelven, en tanto no se estableció si
obedecen, como sugieren los recurrentes, a una sutil manera de
engaño por parte de Laura Moreno en el propósito de desviar la
investigación, o a la percepción diferente o amañada de algunos
testigos.

La juez de primer grado asume, en esta materia, que “ la Fiscalía no


pudo acreditar cuáles "maniobras realizó LAURA" para evitar el
descubrimiento del cuerpo, pues vimos que LAURA a todos les dio
la misma versión y que el último punto donde había visto al finado
era en el caño, y allí en el caño en el túnel, fue donde se encontró
a LUIS ANDRÉS. En cambio, sí aclaró que, si no se descubrió el
cuerpo del occiso antes, fue por la negligencia en su trabajo de los
bomberos del primer turno, encargados de ejecutar las labores de
búsqueda.”

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Lo cierto es que, si bien Laura rindió entrevista a la policía judicial en
los términos del artículo 206 CPP, al ser considerada testigo
excepcional y presencial del hecho, en esa condición era naturalmente
la persona ideal para esclarecerlo. De ahí surge una primera dificultad
en el momento de valorar el nivel de credibilidad de los testigos que
reproducen su dicho, como se precisará más adelante.

3.11. Se perfilaron entonces dos hipótesis: i) la de quienes afirman


posición que asume la juez de primer grado- que no hay contradicción
porque Laura Moreno siempre fue conteste y coherente y, en esa
medida, la tesis del accidente resulta admisible, y, ii) la que, por el
contrario, sostiene que no fue consistente, precisamente, porque
oculta la verdad de una muerte violenta.

Cada una de ellas, formulada y verificada según la parte que la


plantea, funda sus conclusiones en la valoración de la prueba
testimonial y, naturalmente, -en grado sumo-, en la prueba pericial
formada con el testimonio de cada uno de los peritos, de carácter
técnico, médico y científico que fueron llamados a rendir testimonio.

3.12. Como es natural en un proceso penal de corte adversarial


concurre el bloque de la defensa, con su teoría del caso que, en este
asunto, en igualdad de armas con la Fiscalía, alcanza un nivel de
intervención jurídica y técnico-científica análogo al de esta.

De tal suerte que si bien, en un momento dado, en el marco de la


lógica se pudo hablar por parte de la Fiscalía de la probabilidad de
verdad en su teoría del caso, acompañada por la representación de la
víctima, ante la intervención de la defensa y la evidencia presentada,
ese proceso cognoscitivo no lleva, finalmente, a un conocimiento más
allá de toda duda razonable, sobre el delito y responsabilidad, a juicio
de esta sala de decisión.

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De lo que viene de decirse es posible colegir que frente a la hipótesis
factual de la Fiscalía existe otra, opuesta, pero potencialmente
admisible, para explicar los hechos; ello es evidente por cuanto una y
otra parte forjan un planteamiento, en juicio oral, desde los alegatos de
apertura, de lo fáctico, lo jurídico y lo probatorio procurando, la
primera, acreditar el supuesto homicidio de Luis Colmenares y
responsabilidad de las acusadas, en tanto la defensa busca desvirtuar
las evidencias que aquella presenta, esencialmente, con prueba
médica y científica forense. Así se advierte cuando las partes,
atendiendo la carga de interrogar y contrainterrogar al perito en los
términos de los artículos 417 y siguientes de la Ley 906 de 2004, se
cuestionan reciproca y válidamente.

3.13. Ab initio es posible afirmar, entonces, que el principio de


contradicción fue debidamente observado a lo largo de toda la
actuación, pues a las partes se les garantizó, en el ámbito de la
práctica y confrontación de las pruebas en juicio oral, el mismo
derecho de ser escuchadas y el derecho a contrainterrogar a los
testigos de la parte contraria, esencia del sistema adversarial.

En el marco, pues, de la actuación penal adelantada el Tribunal, como


se dijo, identifica dos versiones antagónicas de cara a la situación
fáctica descrita en los términos del artículo 288 del C. de P.P.: i) la que
converge, en lo esencial, Fiscalía General de la Nación, el
Representante de Víctimas y Ministerio Público. De ella se desprende,
principalmente, que Luis Andrés Colmenares habría sido “ brutalmente
golpeado” en la madrugada del 31 de octubre de 2010, por sujetos no
identificados, y luego abandonado vivo en el caño ‘El Virrey’, contando
con la participación de Laura Milena Moreno Ramírez, favorecida, a su
turno, por Jessy Quintero; ii) la de la defensa que explica, también a
partir de las pruebas que hace valer en juicio, principalmente de
carácter pericial, que la muerte de Luis Andrés Colmenares, es
producto de un accidente.

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Más allá, entonces, de la mencionada prueba testimonial, sobre la cual


retornaremos en el marco de los recursos interpuestos que, con las
falencias advertidas, -de entrada-, dificulta el esclarecimiento de los
hechos si de determinar o no la comisión de delito se trata, se impuso
la necesidad de acudir a la ciencia, a la medicina forense, a la técnica,
en procura de resolver, a través de conocimientos especializados, la
manera de muerte de aquel.

3.14. Como ciencia la medicina forense se ciñe al método científico,


pues permite reconstruir, de manera fidedigna y por métodos
objetivos, un hecho a partir de los fenómenos observables en una
etapa posterior a su ocurrencia. Para el caso se recurre, en primer
lugar, a la observación del fenómeno a analizar, esto es, la apreciación
directa del cadáver, a través de la necropsia médico forense, un
procedimiento post mortem que implica obtener información anatómica
sobre la causa de muerte, en la primera, y, en una segunda práctica,
con la finalidad de conseguir información complementaria en una
aproximación a conocer la verdad.

De ahí la importancia de la pericia aquí practicada a instancia de las


partes sobre el supuesto, respecto de los peritos, de “ idoneidad
técnico científica y moral” …, la claridad y exactitud de sus
respuestas, su comportamiento al responder ”; y la experticia misma,
la cual debe reunir “grado de aceptación de los principios
científicos, técnicos o artísticos en que se apoya el perito, los
instrumentos utilizados y la consistencia
del conjunto de respuestas.”,28 cuya base fáctica es la manera de
muerte de Luis Colmenares, materia objeto de opinión experta.

Concordante con lo anterior, para que sea admisible en juicio es


necesario que la base científica o técnica del conocimiento haya
28 Artículo 420 del C. de P. P.
39
Artículo 422 del C. de P.P.
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Radicado No 110016000000201200141-01
recibido la crítica de “ la comunidad académica”, que la teoría
subyacente haya sido verificada y, claro está, acreditado el nivel de
confiabilidad,39 todo lo cual converge en una responsabilidad moral
enorme, pues de ella depende en gran medida la acertada y justa
definición del caso.

Desde luego, las conclusiones de los testigos periciales de cada una


de las partes, y con ellas el procedimiento que las sustenta, son
sometidas al tamiz de la sana crítica y, llegado el caso, es posible,
incluso, ser desestimadas por el juez, como aquí sucedió con la
exhumación y segunda necropsia, peritaje ordenado por la Fiscalía
ante falencias, aseveró el Fiscal del caso, detectadas en la primera.

Como se ve, es la determinación de la manera o forma de muerte el


punto central en este asunto, de acuerdo con los motivos de
inconformidad expresados por los recurrentes, con influjo indiscutible
en la decisión final, tema de naturaleza eminentemente forense a
cargo del médico experto, aunque su valoración corresponde al juez,
quien ha de determinar el peso que le otorga a este medio de prueba
en comparación y conjuntamente con los demás.

Por ello, entiende la Sala, cuando se hace imperativo el peritaje


médico legal, es ordenado por la Fiscalía bajo la comprensión de la
necesidad de acreditar, por parte de quien lo ha de practicar,
conocimientos entre otras disciplinas, en patología forense,
antropología y odontología, amén de la práctica médica en orden a
producir pruebas útiles a la investigación. En tal virtud, el especialista
tenía la obligación, dado el carácter científico de la prueba que se
haría valer en juicio, de apoyarse en el método científico. Igual se
esperaba de los peritajes de la defensa en la medida que todos se
plantearon similares interrogantes en torno, se reitera, a la forma de
muerte de Luis A. Colmenares.

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De ahí que su abordaje debe ser desde, primero, la definición del
problema a resolver: manera de muerte, en lo que concuerdan las
partes. En segundo lugar, y en este punto si difieren sustancialmente,
la formulación de la hipótesis, de acuerdo con los elementos de juicio
hasta entonces acopiados. El paso siguiente es la técnica o el
procedimiento empleado en la finalidad de corroborar la hipótesis.

3.15. El médico forense, perito de la Fiscalía acudió, aparte de la


información disponible para todos los peritos, como era la primera
necropsia y otros elementos materiales de prueba, a la exhumación
del cadáver y práctica de una segunda necropsia; en esta última,
como se verá, incurriendo en serias transgresiones al protocolo que
comportó, se anticipa, empleo informal de personal sin equipo de
protección, un manejo casi doméstico, por oposición a uno científico,
del objeto de análisis, uso limitado de la herramienta radiológica,
omisión de un registro fotográfico técnico y, principalmente, de la
cadena de custodia, entre otras falencias que, finalmente, no
garantizaron la validez científica de la prueba llevada a juicio oral de
cara a la verificación del requisito exigido por el artículo 381 del C. de
P.P.

Los peritos de la defensa, a su turno, se apoyan para su propio


análisis, y refutación por parte de uno de ellos, -Botella-, también en la
primera necropsia y demás elementos materiales de prueba, así como
en el informe del perito de la Fiscalía, -Duque-, revisando sus
conclusiones, registros fotográficos y bibliografía, entre otros, en el
propósito de dar por probada, o descartar, la hipótesis planteada.

Para ello cada parte, -Fiscalía y defensa-, con arreglo a la experiencia


y formación académica de sus peritos, tal como lo revelan los registros
del juicio oral, en la aspiración de arribar a conclusiones
eminentemente de carácter científico, formulan sus apreciaciones que
son, a la postre, el material base del pronunciamiento de la Sala

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acerca de si se probó, más allá de toda duda, la manera de muerte de
Luis A. Colmenares.

El interrogante inevitable, empero, al que se enfrenta el Tribunal es


cómo abordar y valorar peritajes contradictorios y, lógicamente, con
conclusiones diferentes, aunque con un grado de confiabilidad
semejante, como se verá.

En primer lugar, es preciso examinar los defectos internos que la


prueba puede presentar, tema abordado por la juez de primer grado y
los recurrentes, de cara a la intervención del perito de la Fiscalía,
inicialmente, pero también necesario respecto de los de la defensa.

3.16. En este asunto la base fáctica del dictamen no es el mismo en


cuanto concierne a la Fiscalía y el bloque de la defensa. Al paso que
para la primera el perito realizó una observación personal y, en esa
medida, es testigo de lo que descubrió y percibió, tanto en la primera
como en la segunda necropsia, exponiendo a partir de sus hallazgos la
opinión acerca de la manera de muerte, la defensa, indistintamente, de
modo indirecto, acude a esos informes, ora para desacreditarlos, ora
para construir su propia opinión, basada en hechos que, naturalmente,
no observó de forma directa. Y arriba, así, a conclusiones
diametralmente opuestas pese a examinar la misma fuente de
información de la Fiscalía.

3.17. Se desprende de lo expuesto que la actividad probatoria se


cumplió en general dentro de parámetros legales, recolección y
producción de esta, introducción al proceso y valoración por el juez
competente de primer grado, ocupándonos ahora de verificar si alguna
de las partes probó la hipótesis que invocó. En esa dirección es
preciso confrontar el empleo idóneo de las reglas técnico-científicas y
el resultado obtenido para tenerla como prueba del supuesto delito y
responsabilidad penal o inocencia.

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En lo que aquí importa, teniendo en cuenta que concurren dos bloques


de expertos médicos y científicos sin que exista concordancia entre
éstos en el resultado obtenido, en el entendido que no arriban a
análoga conclusión, pese a regirlos igual objeto de conocimiento, los
mismos elementos materiales probatorios y evidencia física, hay que
reiterar que desde el principio, a juicio de la Sala, los separa la forma
de abordaje: el originario, -Fiscalía-, directo, sobre el cuerpo a
estudiar, y los segundos, -defensa-, a partir también de la primera y
segunda necropsia, pero de acuerdo a los informes y fotografías
generados por la primera.

¿Quién acierta en ese escenario probatorio y judicial? ¿Es posible


prescindir de ellos para arribar a un conocimiento, más allá de toda
duda razonable, sobre la manera de muerte, el presunto delito y
responsabilidad?

Frente al último interrogante el Tribunal es de la opinión que no; se


precisa de la opinión experta.

Es de tal trascendencia la situación planteada que acoger, en gracia


de discusión, las conclusiones del peritaje de la Fiscalía, desestimando
las de la defensa, acarrea una decisión totalmente disímil a la que
daría lugar aceptar estas últimas, lo cual sería factible siempre y
cuando uno de los peritajes, a la luz de las reglas de la sana crítica, 29
la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicos,
alcanzara un mayor grado de confiabilidad, pero como no es así, y
quien valora la prueba es el juez, -no el perito-, se impone examinar el
modo de aproximación al objeto de la pericia por cada uno de ellos,
empezando por la Doctora Lesly Rodríguez, médica legista quien
practicó la primera necropsia, del Dr. Máximo Duque, a través de la
exhumación del cadáver y práctica de una segunda necropsia, del Dr.
Miguel Botella, Yocasta Brugal y Germán Alonso Aguilar, haciendo las
29 Artículo 176 del Código General del Proceso.
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observaciones de rigor, así como el escrutinio de las técnicas
empleadas, conforme al objeto y límite de su pericia señalados en la
audiencia preparatoria.

Desde esa óptica la aplicación estricta del método científico en este


asunto presenta fallas que impiden, en el momento de leer, interpretar
y valorar los resultados, una respuesta apropiada al juez de
conocimiento. Ello explica que, incluso, entre los peritos de la defensa
no haya concordancia absoluta en el momento de exponer algunos
fenómenos relacionados con el caso, como por ejemplo fractura en
base de cráneo, desde luego, con mayor razón frente al peritaje de la
Fiscalía, al punto que esa marcada ausencia de certidumbre nos
devuelve a la conclusión lógica de la primera necropsia en cuanto a la
manera de muerte, por determinar, no así a la causa de muerte,
aceptada por todos, -muerte por asfixia por sumersión en medio
liquido-.

Es que el perito no siempre estará en condiciones de responder, con


objetividad y rigor científico, a las preguntas de la jurisdicción, por
múltiples razones.

3.18. Para el caso afloran defectos en la producción de la prueba


pericial que no cumple con las condiciones de rigurosidad necesarias
en las distintas fases de una prueba de esta naturaleza, ora porque no
se ejecutó apropiadamente en el caso de la Fiscalía, ora porque en el
otro,
-de la defensa-, siendo importante que el perito percibiera directa y
personalmente el objeto de análisis, no se hizo, como tampoco explica,
razonablemente, el motivo y cómo de un procedimiento plagado de
errores cometidos por parte del perito del ente acusador que esa parte
evidenció y acreditó, pudo, no obstante, llegar, en su especie de
peritaje

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sobre peritaje, a conclusiones afines con su propia teoría del caso,
pese a que por su origen común -misma información de las
necropsias, entre otras cosas-, bien podrían cargar con los mismos
yerros.

Es que aquí no se trató solamente de la práctica de la prueba pericial


dirigida a dejar en evidencia la falta de rigor lógico o científico de la
otra. Son, básicamente, dos bloques de experticias situadas a un
mismo nivel, cuyas conclusiones son de suyo diferentes o
contradictorias por lo que, dadas las falencias predicables de una y
otra y, por tanto, la imposibilidad de dar más o menor valor, habilita a
la sala de decisión para no acogerlas como verdades incuestionables.
No es que la disciplina médico forense sea, per se, poco confiable, es
el procedimiento y técnicas empleadas en este asunto concreto, lo que
no permite validarlas.

De esta suerte, si se critica razonablemente un procedimiento como el


realizado por el perito de la Fiscalía, Dr. Máximo Duque, durante la
exhumación y segunda necropsia y, con ello, principalmente, el
manejo torpe dado a la cabeza -objeto esencial de pericia-, que no
garantizó su indemnidad, mal podría confiarse en las conclusiones, ya
que, evidentemente, pudo ser alterada. Cómo, entonces, podrían los
peritos de la defensa, con base en esa práctica viciada, emitir una
opinión objetiva, si acusan los mismos defectos. Es el caso, por
ejemplo, del Dr. Germán Alonso Aguilar Méndez, quien para emitir sus
conclusiones analizó, entre otras evidencias, cuatro radiografías
tomadas por el Dr. Duque en desarrollo de la segunda necropsia,
sobre las cuales encontró patentes deficiencias, circunstancia que no
permite una apreciación técnica completa y objetiva para la
determinación del criterio del juzgador.

La juez de primer grado, al valorar el procedimiento desarrollado por el


Dr. Máximo Duque durante el proceso de exhumación y segunda

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necropsia practicada al cadáver de LUIS ANDRES COLMENARES
ESCOBAR, así como las conclusiones, desde luego en conjunto con
los demás pruebas, expone: “ salta a la vista que efectivamente no
se aplicó ninguna clase de
rigor en los métodos, no se procedía de manera científica ni se
atendieron recomendaciones de lugar, implementos o
herramientas apropiadas para este tipo de examen, ni
condiciones medioambientales adecuadas, ni condiciones de
seguridad que garantizaran la NO alteración de la evidencia o sea,
en cambio se propició daño secundario y si se modificó el estado
original del cadáver. Se puede concluir que para hacer la
exhumación y segunda necropsia de LUIS ANDRES
COLMENARES ESCOBAR no se siguió protocolo alguno. Como al
menos sería lo concerniente a la Resolución 5194 de 2010 del
Ministerio de la Protección Social. Tampoco, se pudo establecer si
esas personas que se observaban en las fotos junto al legista
DUQUE, manipularon o no el cuerpo, si tuvieron contacto con este
o no.” MAXIMO DUQUE se entendió que luego de arrancar con
sus manos y con ayuda del cuchillo de cocina las partes
momificadas de la cabeza se ve en varias fotografías, el proceso
realizado sobre la tapa de una caja de cartón donde se ve con
buen nivel de desorden: dientes, esquirlas de hueso y tejido
momificado lavó el cráneo (también se ve en las fotografías el
lavado del cráneo con un jarro de agua que pasa por la cabeza y
escurre al piso de tierra arrastrando el producto del lavado, sin
faros o medios que permitieran reconocer pedacitos de hueso) y
procedió nuevamente a organizarlo y coloco los dientes caídos y
otros fragmentos desprendidos y procede a tomar las Fotografías
1818 y siguientes en las que se aprecia que no todos los
fragmentos fueron colocados. Se puede afirmar que debido a que
había fracturas conminutas, es altamente probable que pequeñas
porciones de hueso se hubiesen perdido durante ese momento de

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arrancamiento y lavado. En especial, las pequeñas esquirlas que
hacen falta en las orbitas y en la región alveolar, sobre la raíz del
incisivo central superior.” De ahí colige que no todas las fracturas
fueron premortem, pues “si sobre la piel que corresponde a las
regiones anatómicas donde falta hueso, no hubo lesiones en piel y
por tanto ninguna herida o "hueco" por donde las esquirlas óseas
escaparan y tampoco se diseccionó en la primera autopsia estas
áreas (orbitas y alveolos dentarios), así que… estas pérdidas se
sucedieron durante la segunda autopsia.”

De lo que viene de decirse, no es que la juez a quo de manera


desacertada o interesada haya menguado valor probatorio al peritaje
forense practicado por el Dr. Duque, como asegura Fiscalía y demás
recurrentes en el recurso. No. La Juez, ante las relevantes fallas
advertidas lo desestima, razonablemente, con lo cual el Tribunal se
identifica, según se analizará.

Con todo, reitera la Sala, no estamos en presencia únicamente de los


aludidos defectos en el procedimiento desarrollado por el perito Dr.
Duque, sino que, ante la convergencia de plurales pruebas periciales
basadas, esencialmente, en los mismos elementos de convicción, pero
de interés para partes opuestas, sus conclusiones, ya se anotó, son
disímiles, motivo ya de perplejidad en el momento de determinar su
grado de confiabilidad.

Cierto es que aun tratándose de conceptos médicos y científicos que


sirven a partes antagonistas dentro del proceso penal en la búsqueda
de la verdad, de acuerdo a su propia teoría del caso y pretensiones,
difícilmente podría esperarse, dadas las peculiaridades del sistema
adversarial, coincidencia en sus apreciaciones y conclusiones,
circunstancia que conduce a que el juez, profano en la materia, asuma
la tarea de analizar, observando las reglas de la sana crítica, si el
hecho que se pretende probar, para el caso, la manera de muerte de

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Luis Andrés Colmenares, pudo ser acreditada a través de los peritajes
practicados o, en su defecto, está habilitado para apartarse de una o
más opiniones periciales. La Corte Suprema de Justicia tiene sentado
que “el objeto de valoración por parte del juez en una prueba
pericial no es la conclusión del perito, sino el procedimiento que
sustentaba sus afirmaciones…”30 y ello tiene razón de ser pues,
evidentemente, el
fallador no es el experto.

En este asunto, en atención a las particularidades del caso y la


antedicha necesidad de intervención de expertos en orden a respaldar
y afianzar la teoría del caso de cada una de las partes, estamos
también ante procedimientos y conclusiones incompatibles sin que,
valga decir desde ya, a juicio de la sala, alguna de ellas logre
prevalecer sobre la otra, vale decir, ningún peritaje, una vez sometido
a su propia valoración de cara a las reglas de la sana critica, alcanza
el estándar probatorio necesario para dar por probada la teoría que se
pretende hacer valer.

3.19. Sea, entonces, lo primero, abordar el procedimiento de


necropsia, alrededor del cual gira, principalmente, los cinco peritajes
practicados, dos por parte de la Fiscalía: Lesly del Pilar Rodríguez y
Máximo Alberto Duque Piedrahíta, y tres de la defensa: Yocasta
Brugal, Miguel Botella y Germán Alfonso Aguilar, éste último
odontólogo, especialista en radiología oral y maxilofacial, y, claro está,
la discusión médico – legal que suscitan, pues la intervención de cada
uno de estos expertos está vinculada inescindiblemente con los
conocimientos especializados, científicos y técnicos que ostentan.

De allí se predica que fueron llamados como peritos por las partes en
el entendido que concurre en ellos, y se puede decir que así quedó
acreditado, idoneidad de acuerdo con las circunstancias particulares

30 Corte suprema de Justicia, Sala Penal, ver entre otras, providencias del 9 de mayo de 2018, radicado 47423;
decisión del 11 de junio de 2018, radicado 50637, 6 marzo de 2013, rad. 39559.
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del caso y objeto de pericia, formulando su opinión de acuerdo con sus
hallazgos y conclusiones, las cuales son valoradas por el juez en
conjunto con las demás pruebas sin que, -a juicio del Tribunal-, en las
condiciones y con los alcances expuestos sobre el procedimiento
observado, alguna aporte herramientas suficientes para declarar que
la confirma o la descarta, esto es, que se trató de muerte accidental,
no intencional u homicidio, causada por un tercero, de forma
intencional o, incluso, no intencional.

Se contaba en los albores de la investigación con la primera necropsia


practicada por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez, médica del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de quien se presume,
-no hay prueba en contrario-, como lo señala la Guía de
Procedimientos para la realización de Necropsias Medicolegales,
posee ‘un conocimiento teórico de los conceptos de la Patología
Forense y la aplicación sistemática del método y procedimientos
de la anatomía Patológica en el procesamiento de los casos .´ Así,
una vez realizado el examen postmortem médico legal, expresó su
opinión experta sobre causa de muerte de Luis Andrés Colmenares, de
acuerdo a los hallazgos en necropsia y resultados de los análisis de
laboratorio, en lo que hay coincidencia con los demás peritos, no así
frente a la manera de muerte, para ella indeterminada. Esa
denominación: indeterminada, no permite predicar un accidente, un
suicidio o un delito de homicidio.

Tal opinión, igual que la de los demás peritos, fue debatida en el


escenario del juicio oral dando lugar a una serie de pronunciamientos,
algunos incompatibles entre sí, con resultados jurídicamente
relevantes que no permiten a esta sala de decisión penal arribar a un
conocimiento, más allá de toda duda, acerca de la manera de muerte
de aquel.

Obsérvese:

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Las lesiones halladas en el rostro de Colmenares Escobar,


específicamente en tejidos blandos, indicadas en el procedimiento de
autopsia inicial, en la cual convergen los peritos, son: i) “Herida de
bordes irregulares hemorrágicos de 3.5 cm por 1 cm en región
supra ciliar derecha superficial, con escoriación perilesional
asociada a equimosis peri orbitaria ipsilateral. .”; ii) “Escoriación
de 2x2 cm en punta nasal.”; iii) “Herida irregular de 1.8 x2 cm en
labio inferior.”; iv) “Escoriación de bordes pálidos de 2.5 x cms en
mejilla derecha de características post-mortem.”; v) “Herida
irregular de bordes hemorrágicos de 2. 5 cms x o.7 infraciliar
izquierda con equimosis perilesional .”; vi) “Herida irregular de 1.5
x 0.3 cm en el párpado superior izquierdo con escoriación
perilesional superficial asociada a equimosis periorbitaria
ipsilateral.”; vii) “Escoriación de 2.5 x 2 cm en el mentón .”; viii)
“Herida irregular de 0.5 x o, 5 cm. Fronto-facial derecha .”; ix)
“Herida superficial de 1. x 0.2 cm en párpado superior derecho con
escoriación perilesional.”; x) “Herida irregular de 1.1 infra-labial
derecha”; xi) “Abrasión 3.5 x 1 cm inframentoniana.”, para concluir:
“se encontró… con unas lesiones de predominio facial, un trauma
facial, con unas lesiones en rodillas. ”31 Estas últimas, empero, son
atribuidas a un hecho anterior. 32
En la mejilla derecha halló una

31 Audiencia ídem, registro 2, récord 27:45 a 28:05.


32 i)“Escoriación pálida con material fibrinoide de 3 x 15 cm en rodilla derecha.” ii) “Escoriación pálida
con material fibrinoide de 4 x 2 cm en rodilla izquierda.” iii) “Escoriación con bordes hemorrágicos de 7 x 7
cms en rodilla izquierda.”
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abrasión.33 Dice, en el cráneo halló una lesión: “ fractura a nivel frontal
supra-orbitaria…” pero, “no se observó macroscópicamente algo
anormal… en la base del cráneo no observé nada anormal.” 45

Es importante la observación respecto a que “El trauma facial era


evidente (…) cuando se abrió cavidad, no se encontró fractura, ni
en reja costal, ni se encontraron fracturas en columna vertebral
dorsal, lumbar ni en extremidades. “No era necesario tomar
radiografías en este caso, pues no se buscaba fracturas donde
macroscópicamente no las hay…si se hubieran tomado
radiografías no hubiese cambiado en ningún aspecto la conclusión
del caso pericial, o un hallazgo nuevo u otra fractura, la causa de
la muerte hubiera sido la misma, y la manera de la muerte que yo
establecí hubiera sido la misma.”46 En este aspecto difiere con los
hallazgos del perito Duque, también de la Fiscalía, pues según este si
existen fracturas en zona frontal, no así en la bóveda craneal, y
hemorragia cervical. De la misma manera dijo que el perito debe
verificar si hay evidencia de inmovilización forzada y “en este caso
en particular no se encontró hallazgos de este tipo ”, ni indicios de
lucha o defensa dentro del examen al cuerpo. Revela, asimismo, cómo
se efectúa el procedimiento de necropsia, antes, durante y después, 47

33 “hay una equimosis preriorbitaria derecha e izquierda… Equimosis en una coloración violácea que se
produce por la ruptura de los vasos superficiales por un mecanismo contundente… En la frente lado derecho
se observa una abrasión violácea a nivel fronto facial derecha, es una abrasión pequeña. En la ceja derecha
se observa una herida de bordes hemorrágicos, de bordes irregulares, es de 3.5 x 1 cm supraciliar derecha.
En el párpado superior derecho hay una herida pequeña con bordes hemorrágicos. La herida de la ceja
derecha es irregular porque no tiene bordes definidos tiene un centro hemorrágicos, se causa por un
mecanismo corto contundente. Tienen características hemorrágicas lo cual me indica que fueron en vida
para que hubiera una circulación sanguínea. En el párpado superior se evidencia una equimosis violácea en
todo el párpado tanto como superior como inferior. La equimosis violácea significa la coloración que
presenta la equimosis en el momento, lo cual nos indica el tiempo aproximado de una lesión. La lesión se
pudo producir por varias formas una: puede ser por un mecanismo contundente (sic) que se haya encontrado
con este punto, puede ser que como consecuencia de esa misma lesión que haya una equimosis perilesional
por la misma lesión corto contundente (sic) o puede ser secundario a algo que se llama signo de mapache
que se presenta dentro de las fracturas craneales. En la nariz se observa una abrasión con una equimosis
perilesional y se ve la salida del hongo de espuma por la fosa nasal derecha. Una fotografía que no está
totalmente derecha no podría indicar si por el edema se puede ver exactamente la contextura ósea de la
nariz”. “En el pómulo derecho debajo del ojo, pero encima del labio, se observa una escoriación de bordes
más pálidos con referencia a las otras lesiones, con un centro rosáceo más claro que el resto de las lesiones
la cual se encuentra ubicada en la mejilla derecha.“En el lado derecho del labio se ve una pérdida de
continuidad de labio (es una herida) inferior lado derecho con edema en sentido transversal. En la parte
debajo del labio “hay una pequeña abrasión… Son lesiones con características vitales, fueron mientras el
cuerpo tenía flujo sanguíneo o sea vivo.
90
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
indicando haber documentado su labor en informe pericial entregado
inmediatamente a la autoridad competente. 48

En el mentón se encontró una abrasión de color violáceo”. Registro 2, audiencia del 12 de junio de 2015,
récord 01:01:45 a 01:08.03.
45
Escuchar audio ídem, registro 2, desde el récord 00:10:07 a 00:23:58
46
Registro 3 de la audiencia del 6 de julio de 2015, récord 00:01:26 a 00:05:17.
47
Escuchar audiencia de juicio oral del 12 de junio de 20158, registro 1, a partir del récord 00:53:00 a
0:54:03. Dijo, entregan el cadáver con un número, acta de inspección a cadáver y cadena de custodia.
Luego, inicia el proceso de necropsia. Lo primero que se hace es fotografiar el embalaje en el que arriba,
luego describe las observaciones externas del cuerpo, como prendas, la morfología, señales particulares y
lesiones externas si las hay. Enseguida, aborda externamente el cuerpo que inicia por la cabeza o por tórax,
luego de modo interno, ejecutando una incisión desde el pubis, de temporal a temporal, abre el cráneo con
una segueta y examina el cerebro. Una vez encuentra “la causa de muerte o veamos necesario tomar
evidencias durante todo el procedimiento, las vamos recolectando, vamos haciendo la cadena… cerramos
el cuerpo dejamos las vísceras que no necesitemos dentro del cuerpo en una bolsa roja y se entrega el
cuerpo bajo el procedimiento de cadena de custodia al mismo receptor, quien es el que se encarga de
entregar el cuerpo…”
48
Audiencia ídem, récord 00:54:05 a 01:03:53. Escuchar audio, registro 5, récord 00:30:30 a 00:33:01; allí la
perito da lectura en juicio de lo que consignó en su informe pericial: “según el acta de inspección se trata
de un joven a quien se le practicó inspección técnica a cadáver en el caño el Virrey ubicado en la carrera
15 con calle 87, donde en los apartes pertinentes de la inspección refiere, establecimos comunicación con
el primer respondiente del CAI el Virrey, personal que me informa que desde la madrugada de hoy buscan
por todo el sector, en especial por la plazoleta del virrey, como por el caño del mismo nombre, a un joven
que según versiones se lanzara a aguas que pasara por este conector, por otra parte al arribo en el lugar
de los hechos

Da razón de cómo recibió el cadáver en bolsa de embalaje, con el acta


de inspección y cadena de custodia, indicando las circunstancias del
hallazgo al interior del caño El Virrey, ubicado en la carrera 15 con
calle 87 y las versiones ofrecidas por las personas interrogadas hasta
ese momento por la autoridad de policía. 49 El acta, asimismo, describe
el lugar donde fue encontrado el cuerpo: ducto recolector de agua
reconocido como ‘El Virrey’, con un diámetro de 1.80 metros forjado en
ladrillo adoquinado, con un espejo de agua permanente de
aproximadamente 15 cm de altura.50 Aclara, las muertes se clasifican
en dos: “la muerte natural y la muerte violenta.” 51 Menciona,
asimismo,
los hallazgos del examen exterior destacando maceración
palmoplantar.52

Relativo a una abrasión en región inframentoniana, -debajo del


mentón- citada de forma insistente por los recurrentes, como que para
ellos no concuerda con una caída de altura porque es producida, como

91
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
lo señala la Fiscalía, con un objeto “ romo, pared, un bate, guante o
puño.”, luego

encontramos que a su vez unidades de bomberos quienes manifestaron que habían encontrado el cuerpo al
interior del caño o ducto de agua bajo la calzada de la plazoleta el Virrey y la carrera 15, en el lugar de los
hechos se observa un ducto recolector de agua reconocido como el virrey con un diámetro de 1.80 metros
forjado en ladrillo adoquinado con un espejo de agua permanente de aproximadamente 15 cm de altura, se
supo que el hoy occiso, junto con varios compañeros de la universidad, se citaron y asistieron a divertirse en
el sitio denominado Penthouse, donde consumieron vodka y salieron aproximadamente a las 3:15 am, Luis
Andrés Colmenares, estaba como inquieto en el lugar y salió a la calle 85, siendo alcanzado por sus
compañeras LAURA y JESSI a comprar un perro caliente, después LUIS ANDRÉS sale corriendo como loco
por toda la 15, metiéndose por los barrios del sector oriental y llegando a una ciclo ruta, donde fue
alcanzado por su compañera LAURA, quien lo cogió abrazándolo y este se soltó violentamente, saliendo
corriendo hacia el caño donde lo vio que cayó, buscándolo y llamándolo sin recibir respuesta. El sitio estaba
muy oscuro, llegaron los otros compañeros que igualmente siguieron buscándolo con ayuda de la policía y
posteriormente los bomberos… hipótesis de la manera aportada por la autoridad violenta sin determinar –
hipótesis de la causa aportada por la autoridad por determinar…”
49
Dan cuenta que el joven Colmenares, quien asistió con un grupo de amigos a una fiesta en el sitio
denominado Penthouse, donde consumieron bebidas alcohólicas hasta aproximadamente a las 3:15 a.m., se
“lanzó” a las aguas del caño. Previamente, Luis Andrés salió a la calle 85 con sus compañeras LAURA
MORENO y JESSI QUINTERO, a comprar un perro caliente.
50
Audiencia ídem, récord 00:30:30 a 00:33:01
51
Señala que las muertes se clasifican en dos maneras de muerte: “la muerte natural y la muerte violenta. La
muerte natural, es por una enfermedad que llevó al deceso a una persona, la muerte violenta pues es una
causa diferente a una enfermedad o patología que llevó al deceso de un individuo, cuando se coloca a
determinar en el caso de la autoridad pues indica que necesitan investigar más para llevar a una
conclusión de la manera de muerte, en el caso del perito la autoridad pues que no tiene la suficiente
información o los hallazgos para llegar a una conclusión de la manera de muerte y que necesita más
información del caso, por eso se pone manera de muerte a determinar…”35:01
52
Dice la perito “es la forma que adquiere la planta de los pies o manos arrugadita cuando hay pérdida de
temperatura de un cuerpo. no hay lesiones... indicativa de que le cuerpo estuvo en el agua, genera una
arrugas como de piel envejecida…” récord 00:36:09 y ss, resgitro 5.
de explicar su ubicación, advera que ‘puede ser causadas por
muchas cosas, es muy frecuente, por ejemplo, en niños con
caídas de su propia altura….34 Y por abrasión dado “el contacto de
la superficie corporal con una superficie áspera, no plana, sino
rugosa, que hace que se pierda la continuidad de la piel y se
produzca la abrasión… por un piso rugoso, por una piedra rugosa,
lo que más habitualmente ve uno es el piso o la superficie rugosa
que causan eso…”35

34 Registro 7, audiencia del 6 de julio de 2015, récord 40:09 y ss. Pregunta Fiscalía: “¿La herida
inframentoniana puede causar lesión del cuello?” responde perito: “Depende como haya sido causada la
herida…es una lesión que queda protegida del cuello, puede ser causada por muchas cosas, es muy frecuente
por ejemplo en niños en caídas de su propia altura, niños con maltrato infantil por la zona tienden a
trastabillar, también se encuentra en pacientes discapacitados, ósea es una lesión muy objetiva de muchas
cosas si pueden causar una extensión pero no sé hasta donde una hiper extensión que ya es una lesión
mucho más larga del cuello. Una hiperextensión hablamos de un ejemplo el síndrome de latigazo en los
conductores que van de atrás hacia adelante eso sería una súper extensión porque sobrepasa la gravedad de
la columna mayor a los treinta grados que tiene la columna. Una extensión es lo que conlleva al movimiento
normal de la columna cervical que es hasta 30 grados máximo 35 grados en algunas personas”.
35 Registro 2, audiencia del 12 de junio de 2015, récord 49:06 50:05
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Para el caso, tanto en el interrogatorio como contrainterrogatorio aduce
que la lesión inframentoniana señalada en su pericia es causada por
un mecanismo abrasivo, afirmación que contradice la conclusión del
Dr. Máximo Duque, al respecto. Su opinión es que se produjo por un
mecanismo abrasivo, esto es, contacto corporal con una superficie
áspera y rugosa. Además, ejemplificó, contrario a lo señalado por la
Fiscalía, representante de víctimas y Ministerio Público, que dicha
lesión sí “puede”- no lo aseguró- ocasionarse por una caída de altura.

Se pronuncia también sobre otro de los temas centrales de la


impugnación: las livideces.36 Indicó que Luis Andrés fue ingresado a
las 3:00 de la mañana a las instalaciones del Instituto de Medicina
Legal y realizado el procedimiento de necropsia a las 14:45; colige
entonces, que, si la posición es cambiada durante el levantamiento, las
livideces varían. En tal virtud, advera, presentó dos posiciones luego
de fallecer: decúbito dorsal y decúbito prono; es decir, boca abajo -
prono- y boca arriba -dorsal-. En ese entendido las del abdomen son
compatibles con la posición en que es encontrado en el caño; las de la
espalda con las de levantamiento del cadáver que corresponde a la
forma como es recibido en las instalaciones de medicina legal para el
procedimiento de necropsia.

Como se ve, se acreditó y explicó el origen de las livideces


encontradas en el cuerpo de Luis A. Colmenares, tema sobre el cual
son concordantes los peritos y recurrentes, excepto el Ministerio
Público, quien en su recurso de apelación indicó que las mismas
demuestran que aquel murió en otro lugar y fue traslado sin vida al
caño. Esta opinión deja de lado que esa prueba pericial, sobre la cual
convergen los expertos, concluyó que Colmenares Escobar murió
dentro del caño, al margen de la discusión acerca de si fue llevado allí
o cayó.

36 Registro 8, escuchar a partir del récord 00:56:24 y ss


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Radicado No 110016000000201200141-01
Del mismo modo, explicó en informe pericial de necropsia, suscrito el 1
de noviembre de 2010, que en el rostro las lesiones son causadas por
distintos mecanismos: abrasivo, contundente, y corto contundente, 37
refiriéndose también a la herida en párpado y ceja. 38

En cuanto a rigidez cadavérica expresó hay una “ en el labio el ingresa


como mordiéndose el labio, esa rigidez fue bastante fuerte pero se
venció, tiene una de las extremidades en semiflexión, esa no
venció durante todo el procedimiento de necropsia, y un brazo que
estaba en semiflexión que tampoco se logró vencer.”39

De otra parte, vale resaltar, la perito no identificó, -contrario a la


percepción de los recurrentes-, la existencia de una huella patrón. El
perito Dr. Duque ubica ésta a nivel de los párpados; la Dra. Rodríguez,
en su momento, mencionó que las lesiones en los tejidos blandos,
párpado y ceja-, las “pudo” producir un objeto corto contundente, e
indicó también que ese objeto “ podía ser el mismo hueso orbicular” ,
el cual, por tratarse de un hueso punteado- “ cóncavo”- al chocar con
una superficie dura puede actuar a manera de filo y cortar la piel.

Concluye que Luis Andrés Colmenares Escobar murió,

37 “el mecanismo contundente es cuando prima la fuerza sobre un elemento… un ejemplo, un ladrillazo seco
sobre una superficie corporal, una pedrada, un puño, una patada o una caída no importa la altura pero
chocó con una superficie seca que sería el piso que sería la fuerza contundente que daría el trauma, la
ruptura de los vasos superficiales… y el mecanismo corto contundente es cuando mezcla de mecanismo
contundente con una forma cortante que muchas veces pueden ser tanto de una superficie externa como una
superficie interna del organismo del cuerpo”.
38 “esa misma parte la tenemos todos los humanos, queda el hueso orbicular, el hueso orbicular es un hueso
puntudo, es un hueso sobresaliente, lo que hace que un trauma directo contra esa zona pueda producir una
lesión cortante por el mecanismo del hueso, porque el hueso actúa como astilla por su filo haciendo que se
pierda la continuidad de la piel, entonces se produce esta lesión de continuidad y esta otra lesión que se
produjo por un pliegue, cuando yo tengo el párpado abierto se pliega el párpado y se produce acá la unión
del párpado móvil con el párpado estático que es éste y se produce (sic) que el hueso produzca filo y se
produzca el mecanismo cortante en esta ocasión. Esta lesión es muy común en los boxeadores porque esta
zona es muy frecuente que se golpee con el puño y se produce el mecanismo cortante contundente de la mano
de boxeo… La equimosis violácea significa la coloración que presenta la equimosis en el momento lo cual
nos indica el tiempo aproximado de una lesión. La lesión se pudo producir por varias formas una: puede ser
por un mecanismo contundente (sic) que se haya encontrado con este punto, puede ser que como
consecuencia de esa misma lesión que haya una equimosis perilesional por la misma lesión corto-
contundente o puede ser secundaria.”
39 Registro 8, 00:50:50 y ss
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“científicamente… por varias cosas que sucedieron en ese caso,
fue el hallazgo del trauma cráneo encefálico que fue coadyuvado
con una depresión del sistema nervioso central que fue confirmado
por la alcoholemia que se realizó en el instituto; obviamente la
depresión del sistema nervioso central también fue coadyuvado
por el trauma cráneo encefálico que facilitó la entrada de líquido a
la vía aérea hacia una sumersión en medio líquido que finalmente
llevó al deceso.”40 Y además, asegura, estaba con vida cuando
ingresó al caño, lo cual colige de la formación de un “ hongo de
espuma.”’41

3.20. Comoquiera que esa primera necropsia no satisface, a juicio de la


Fiscalía, las expectativas acerca de la determinación científica de la
manera de muerte, se ordena casi once meses después, la
exhumación del cadáver y práctica de una segunda necropsia por
parte del Dr. Máximo Alberto Duque Piedrahíta, previo examen del
material hasta entonces acopiado, -información de autopsia practicada
en el Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses del día 1 de
noviembre de 2010, suscrita por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez.
Dictamen de ampliación del informe de autopsia del 5 de julio de 2011,
del Dr. Germán Arturo Beltrán Galvis, patólogo del mismo instituto,
quien hizo un estudio histopatológico; resultados de estudios de
laboratorio de toxicología practicados y el acta de levantamiento e
inspección judicial al cadáver.42

En este punto vale resaltar, como lo menciona el manual para la


práctica de autopsias médico – legales, los dos principios básicos de
investigación de las muertes, -homicidio-, esto es, la
documentación o registro, y la preservación de evidencias,
parámetros para el análisis

40 Registro 2, récord 00:32:13 a 00:33:05


41 Registro 2, record 00:49:18 y ss
42 Escuchar audio ídem a partir del récord 00:45:02 y ss
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Radicado No 110016000000201200141-01
que se hace a las pericias en este asunto.

Acude, pues, a rendir testimonio en juicio el perito médico científico Dr.


Máximo Alberto Duque Piedrahita, sobre cuyas conclusiones gira gran
parte el debate probatorio e impugnación.

Su forma de vinculación con el caso no deja de ser curiosa, pues se


enteró, en los “juzgados de Paloquemao”, que un Fiscal,
específicamente el 11º de vida, precisaba asesoría forense, “ yo le dije
que estaba a sus órdenes.” El Fiscal solicitó entonces un estudio
forense en este asunto, ya que requería “ una opinión diferente… de
una persona que no tuviera conocimiento o vínculo con el caso,
entonces, me pidió a mí que volviera y revisara todo. ”43

Surge, legítimamente, como se anunció renglones arriba, la


expectación, si bien no está prohibido, de por qué si el Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que pertenece a la
Rama Judicial y se encuentra adscrito a la Fiscalía General de la
Nación, cuya misión fundamental, de acuerdo al artículo 35 de la Ley
938 de 2004 es
“prestar auxilio y soporte científico y técnico a la administración de
justicia en todo el territorio nacional, en lo concerniente a medicina
legal y las ciencias forenses.”, con la función, según el artículo 36
ibidem de “2. Prestar los servicios medicolegales y de ciencias
forenses que sean solicitados por los Fiscales, Jueces, Policía
Judicial, Defensoría del Pueblo y demás autoridades competentes
de todo el territorio nacional. 3. Desarrollar funciones asistenciales,
científicas, extra-periciales y sociales en el área de la medicina
legal y las ciencias forenses. 4. Prestar asesoría y absolver
consultas sobre medicina legal y ciencias forenses a las unidades
de fiscalías, tribunales y demás autoridades competentes.”, en

43 Record 00:42:00 y ss de la audiencia del 9 de noviembre del 2015


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Radicado No 110016000000201200141-01
concordancia con los artículos 204 44 y 406 del Código de Procedimiento
Penal, fue necesario, por parte del ente acusador, acudir al servicio de
un perito particular.

Esta última norma señala que “El servicio de peritos se prestará por
los expertos de la policía judicial, del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, entidades públicas o
privadas, y particulares especializados en la materia de que se
trate. “Las investigaciones o los análisis se realizarán por el perito
o los peritos, según el caso.”, sin que en este asunto milite
información indicativa de la no existencia de médico forense
especialista en exhumación y necropsia, dependiente del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, circunstancia que
validaría recurrir a expertos particulares. En todo caso, dada la amplia
experiencia del forense, resaltada por la Fiscalía, se esperaba un
informe sobre la prueba pericial integral , basado en el concepto y el
manejo adecuado de la evidencia física.

La diligencia de exhumación se practica en el cementerio de Villa


Nueva –Guajira-, el 7 de septiembre de 2011, al fondo, en una
pequeña
construcción, “donde hay como un osario con techo, ahí fue donde
trabajé buena parte de la limpieza de la cabeza… y más o menos
al fondo, al lado derecho, sino estoy mal, está el mausoleo donde
estaba éste cadáver.”45 Acerca de las personas presentes en el
procedimiento mencionó al “sepulturero, tres personas de la policía
que era el Investigador Haiver Correa, la mayor Correa, otro
agente de la policía de la DIJIN. Había, además, un agente de la

44 “El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de conformidad con la ley y lo establecido
en el estatuto orgánico de la Fiscalía General de la Nación, prestará auxilio y apoyo técnico-científico en las
investigaciones desarrolladas por la Fiscalía General de la Nación y los organismos con funciones de policía
judicial. Igualmente lo hará con el imputado o su defensor cuando estos lo soliciten. La Fiscalía General de
la Nación, el imputado o su defensor se apoyarán, cuando fuere necesario, en laboratorios privados
nacionales o extranjeros o en los de universidades públicas o privadas, nacionales o extranjeras.
También prestarán apoyo técnico-científico los laboratorios forenses de los organismos de policía judicial.”
45 Registro 5, escuchar récord 00:20:02 y ss de la audiencia del 9 de noviembre del 2015
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Segunda instancia
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localidad y un funcionario de medicina legal, el Dr. Carlos
Murillo.”,46 sin más detalles.

No es claro si en el estudio preliminar sobre la necesidad de la


exhumación se consideraron las condiciones del lugar donde se
realizaría, el personal que debería acudir con funciones concretas y las
condiciones logísticas.

Expone, relativo al retiro del ataúd de su nicho, haber encontrado la


lápida en buen estado, sin alteración; 47 sin embargo, el féretro estaba
roto y en malas condiciones, deteriorado por la humedad, con ruptura
de la parte inferior.48 Toma fotografías para documentar el
procedimiento.49 Expresa, “después llevé la cabeza al hospital de la
localidad para tomarle radiografías que son rutinarias para revisar
si hay algún elemento metálico en el cadáver…” 69 Luego de
examinar los
restos óseos son retornados al ataúd y cierra la tumba.

Respecto al procedimiento de exhumación, -artículo 217 del C.P.P.-, 50


no hay más información relevante, agregando haber observado los
protocolos, sin citarlos expresamente.

3.21. Los protocolos son herramientas formales o guías que se deben


observar frente a una actuación de naturaleza pericial; a través de
ellas se garantiza un manejo adecuado de la evidencia. Desconocerlo
lleva a cometer errores que le restan, a la postre, confiabilidad al
peritaje. Para el caso, evidentemente, sucedió, incluso sería

46 Registro 3 desde el récord 00:16:46 y ss


47 Registro 3, récord 00:35:40 y ss
48 Registro 5, record 00:10:00 y ss
49 Audiencia ídem, récord 00:50:28 a 00:53:51
69
Escuchar Récord a partir 00:32:02 y ss.
50 “Cuando fuere necesario exhumar un cadáver o sus restos, para fines de la investigación, el fiscal así lo
dispondrá. La policía judicial establecerá y revisará las condiciones del sitio preciso donde se encuentran los
despojos a que se refiere la inspección. Técnicamente hará la exhumación del cadáver o los restos y los
trasladará al centro de Medicina Legal, en donde será identificado técnico-científicamente, y se realizarán las
investigaciones y análisis para descubrir lo que motivó la exhumación.”
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perceptible aún sin la intervención del perito de la defensa -Miguel
Botella-, que refuta el procedimiento desarrollado por el Dr. Duque.

Por ejemplo, era elemental conservar la posición anatómica de los


restos exhumados lo cual no se observó cabalmente, pues a través de
las fotografías se puede ver cómo la cabeza es apoyada en una
especie de escalón, levantándola, alterando la posición original y,
posiblemente, su configuración interna, dada la inconsistencia ósea
por el tiempo trascurrido desde la inhumación. Hay mezcla de los
restos con otros materiales, al haberse procedido en el mismo lugar,
sobre la tierra, con el examen. 51 Luego es trasportada únicamente la
cabeza al hospital; mientras tanto, no se observa ningún cuidado con
los despojos que quedan al descubierto y desprovisto todo de cadena
de custodia, inobservando sus requisitos, de donde se desprende la
contaminación de la prueba y, con ello, la pérdida de su confiabilidad.

Como se trataba de una exhumación con fines judiciales en la


aspiración de complementar la primera necropsia y obtener
información que contribuyera a establecer la manera de muerte de
Luis Colmenares, implicaba realizarla bajo rigurosos estándares y
protocolos nacionales e, incluso, internacionales. En esa comprensión
el protocolo por seguir, -entre otros-, como lo cita la juez de instancia,
era la resolución No. 5194 de 2010, a través de la cual se reglamenta
la prestación de los servicios de cementerios, inhumación, exhumación
y cremación de cadáveres expedida por el Ministerio de Protección
Social,52 observando las técnicas y los mínimos necesarios en
aspectos de seguridad y apego a la normatividad, como garantía de un
procedimiento válido.

51 Sobre la dotación necesaria: “un buen cuchillo, una segueta corriente, pinzas y tijeras para explorar…. El
lugar debe tener unas condiciones mínimas: una superficie para sostener el cuerpo, preferiblemente una
mesa fácilmente lavable, que puede ser de cemento recubierto de granito con un buen desagüe; agua,
iluminación adecuada y privacidad…” Manual para la práctica de autopsias médico-legales Instituto
Nacional de medicina legal y ciencias forenses.
52 “CAPÍTULO II. EXHUMACIONES. ARTÍCULO 19. CARACTERÍSTICAS DEL ÁREA DE
EXHUMACIONES Y/O MORGUE.”
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Ciertamente el precitado instrumento, que debía acatarse, reglamenta
la prestación de servicios en los cementerios y fija reglas acerca de
quién puede realizar la exhumación, -“ la autoridad judicial
competente”; quiénes pueden estar presentes, indumentaria
requerida y cuidados de bioseguridad. En este punto es pertinente
reseñar, conforme al testimonio del Dr. Duque y su informe, 53 la
ausencia de identidad de todas las personas que lo acompañaron en el
procedimiento, e información acerca de si estaban autorizadas;
recuérdese, registra la presencia de un sepulturero, un funcionario de
medicina legal, un agente de la localidad, unos investigadores de la
policía nacional y de la DIJIN, pero se abstiene, que es lo que se
extraña, de explicar su forma de participación en el proceso de
exhumación.

De otra parte, de acuerdo con el Decreto 786 de 1990, - Por el cual se


reglamenta parcialmente el título ix de la ley 09 de 1979, en cuanto a la
práctica de autopsias clínicas y médico - legales, así como viscerotomías y
se dictan otras disposiciones-, el cadáver se puede trasladar a hospitales
o la sala de autopsia de los cementerios o, en circunstancia
excepcionales, a lugares adecuados distintos a los anteriores. Esta
preceptiva en realidad no se verificó; tampoco es clara la labor de la
policía judicial que menciona el perito, ni cómo se llevó a cabo la
identificación técnicocientífica.

Se acreditó la existencia de un hospital en el municipio de Villa Nueva


donde el perito Máximo Alberto Duque Piedrahita, trasladó la cabeza
desprendida del cuerpo examinado para verificar, únicamente, que no
tuviera “objetos metálicos”. En manera alguna quedó documentado,
concordante con el Manual para la práctica de autopsias médico legales,
si se preservó el material objeto de estudio de destrucción y/o
alteración, si se describieron los cambios hechos en él por cada
custodio, si se garantizó que sólo las personas autorizadas y registradas
tuvieran acceso a aquel, si estaba avalada la cadena de custodia
53 Contentivo de 221 fotos tomadas el 7 de septiembre de 2011.
100
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mediante los respectivos recibos en cada cambio de custodia y si los
recibos describen adecuadamente el material, las personas
comprometidas y el momento de cambio de la custodia.

En este sentido se inobservaron las guías y manuales establecidos por


el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses que regulan
el procedimiento de cadena de custodia, pues el “ médico es el
responsable de la necropsia, que consiste en el examen minucioso
de un cadáver sin importar el estado del mismo, encaminado a
descubrir, reconocer, preservar, procesar y documentar evidencias
físicas…”54 Señalan, el médico debe “verificar y registrar las
condiciones de embalaje del cuerpo precisando si se pudo producir
contaminación o pérdida de las evidencias...”

Además, así a juicio de los impugnantes parezca irrelevante, quienes


aparecen en las imágenes no portan la indumentaria establecida en la
resolución 5194 de 2010, tampoco el Dr. Máximo Duque, quien solo
atina a ponerse unos guantes amarillos y, por momentos, un atuendo
de color azul. Eso, por decir lo menos, trasluce escaso
profesionalismo, con efectos en toda la diligencia.

A manera de ejemplo: imagen 1691. Allí se observa a una persona,


camisa a cuadros, jean azul, sin guantes, con una toalla terciada en la
nuca, inclinado, justo al lado del cadáver exhumado, acompañando al
Dr. Máximo Alberto Duque Piedrahíta; imagen 1730 se aprecia una
mujer vestida con chanclas, pantalón corto y blusa blanca, observando
el procedimiento, consumiendo, además, una bebida. En la imagen
1731, un hombre de camisa blanca con rayas moradas, jean azul y
zapatos negros suministra agua en un balde deteriorado al perito
Duque Piedrahíta en plena exhumación, asimismo, sin ningún tipo de
indumentaria. En las fotos 1846, 1847, 1848 y 1849, se cuenta un total
de 6 personas que lo acompañan no solo en el procedimiento de

54 Manual para la práctica de autopsias médico-legales INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y


CIENCIAS FORENSES.
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
exhumación, sino de necropsia, sin establecer su función o motivo de
presencia allí.

De lo que viene de decirse es dable exponer que en el proceso de


exhumación no se aplicó, además, debidamente, la cadena de custodia
prevista en el artículo 254 de la Ley 906 de 2004, en concordancia con
el aludido Decreto 786 de 1990, artículo 10, 55 aplicable en lo pertinente,
por cuanto se trató de una segunda autopsia que, por lo tanto, debía
ajustarse a los procedimientos reglados. El artículo 11 y 13, por
ejemplo, refiere a los funcionarios “o personas que intervengan en la
cadena de custodia a que se refiere el artículo anterior, para los
fines relacionados con la determinación de responsabilidades,
deberán dejar constancia escrita sobre: a) La descripción completa
y discriminada de los materiales y elementos relacionados con el
caso, incluido el cadáver; b) La identificación del funcionario o
persona que asume la responsabilidad de la custodia de dicho
material, señalando la calidad en la cual actúa, e indicando el
lapso, circunstancias y características de la forma en que sea
manejado. (…) ARTÍCULO 13. Para preservar la autenticidad de
las evidencias, se indicará con exactitud el sitio desde el cual
fueron removidas o el lugar en donde fueron encontradas y serán
marcadas, guardadas y protegidas adecuadamente por quien
tenga la responsabilidad de su custodia en el momento en que se
realicen estas acciones.”

Efectivamente, como es argüido por los recurrentes, el artículo 27 del


citado decreto, en su parágrafo, reseña circunstancias excepcionales
para la práctica de las autopsias; y el 29 dice de los lugares para ello
permitiendo, a juicio del perito y en coordinación con las autoridades,

55 “ARTÍCULO 10. Para el cumplimiento de los objetivos de las autopsias médico - legales previstas en este
Decreto, las evidencias o pruebas físicas relacionadas con el cadáver, disponibles en el lugar de los hechos,
así como la información pertinente a las circunstancias conocidas anteriores y posteriores a la muerte, una vez
recolectadas quedan bajo la responsabilidad de los funcionarios o personas que formen parte de una cadena de
custodia que se inicia con la autoridad que deba practicar la diligencia de levantamiento del cadáver y finaliza
con el juez de la causa y demás autoridades del orden jurisdiccional que conozcan de la misma y requieran de
los elementos probatorios para el ejercicio de sus funciones.”
102
Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
realizarla en lugares distintos de los indicados en la norma; sin
embargo, en manera alguna autoriza prescindir, por ejemplo, de la
cadena de custodia, como para desatenderla generando inseguridad
respecto a la autenticidad del objeto examinado y no alteración, amén
de los informes de entrega y recepción, o de los cuidados con los
restos exhumados, u otras obligaciones mínimas ya referidas.

De ahí que no sea excusa las condiciones precarias del cementerio


aludidas por el Ministerio Publico, Representante de Víctimas y
Fiscalía pues, en todo caso, las medidas de preservación, integridad,
continuidad y almacenamiento propios de la cadena de custodia 56
debían observarse, de acuerdo con las circunstancias, al margen de la
sencillez del cementerio a tenor de la normatividad precitada. Ello
daría la seguridad que se espera de ese procedimiento, que aquí no
se alcanza.

Su importancia reside en que se trata de los resultados de los análisis


efectuados al cadáver y, con ello, evidencia física e información a
presentar en juicio oral para probar la hipótesis delictiva. De ahí que
para su validez resulte inexcusable garantizar, desde el momento en
que es manipulado el cuerpo, hasta cuando la prueba es introducida
en juicio, su conservación e indemnidad, diligente e íntegramente. Por
ello cabe preguntar dónde quedó, por ejemplo, la trazabilidad de la
evidencia manejada durante el procedimiento, su secuencia y registro.

Ese escrupuloso tratamiento que se extraña debería ofrecer al Tribunal


una base razonable y grado de confiabilidad elevado a efecto de la
decisión a asumir pues, de lo contrario, no es posible tener por
irrefutable, para el caso, que el informe y conclusiones de la segunda
necropsia y exhumación son fiel reflejo de lo hallado, quedando así
huérfanos de un sustento material científico confiable.

56 "Es decir, se debe probar que el elemento es el mismo encontrado en la escena, que su estado de
conservación es el mismo, que la fijación de lo encontrado es la misma, que se encontró en el mismo lugar del
hecho, que no se contaminó y que es el mismo que se ha llevado a juicio".
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Radicado No 110016000000201200141-01
3.22. Con todo, respecto a la experticia del Dr. Duque, es preciso
reseñar lo más relevante en el marco de la apelación y, claro está, las
demás, en conjunto.

Inicialmente se habla de trauma craneoencefálico indicativo, dice, de


que ‘hubo un trauma fuerte, por eso yo lo menciono como trauma
craneoencefálico severo.”,57 originado, en su opinión, “… por un
mecanismo contundente,… por lo tanto, el elemento que la causó
indica que la cabeza estaba quieta y el elemento vino y golpeó la
cabeza, es el mecanismo que explica este tipo de traumas en la
ausencia de golpe y contragolpe.”58

Igualmente, explica la presencia de trauma cervical 59 advirtiendo que


'en la autopsia inicial no lo describen en lesiones externas, es
decir, no se refieren a golpes o traumas en el cuello externamente,
por eso indicaba que una explicación puede ser un movimiento
violento en esa
;zona donde se articula con la columna vertebral. ”;60 sin embargo, el
empleo de expresiones, a renglón seguido, en el sentido que pudieron
haber ocurrido debido a movimientos de la cabeza, y por ejemplo
por traumas al rostro estando la persona inconsciente o en
incapacidad de resistir, abre espacios a la perplejidad y abona el
campo a la crítica que formula a la práctica de la primera necropsia,
como la no disección del rostro para establecer si hubo repercusión en
la parte ósea de las mismas, -en la que coincide con el perito Miguel

57 Registro 3 00:11:02 a 0012:15


58 Registro 3, récord 06:05 a 07:06
59 “cuando hice la disección de los planos musculares del cuello, lo que yo hice fue separar el cuello y
revisar los planos musculares que se podían. Hay que aclarar que este cuerpo ya estaba en avanzado estado
de descomposición, entonces lo que se hace es unos corte en los planos musculares y separar las vértebras.
En este caso había hemorragias en los planos musculares, en la unión cráneo-cervical que es digamos
donde la cabeza reposa sobre la primera vertebra que se llama el ATLAS hay una zona de hemorragia,
había hemorragia en el espacio que hay entre la primera y segunda vertebra que es el espacio intervertebral
c1 como llama la vértebra c1 y c2 y había hemorragia en el canal medular que se alcanzaba a observar
todavía.
60 Registro 3 Récord 00:12:25 a 13:42. se hallaron “hemorragias en los planos inferiores del cuello sin
signos de lesiones externas en esa parte del cuerpo, estas hemorragias pudieron haber ocurrido debido a
movimientos de la cabeza, por ejemplo por traumas al rostro estando la persona inconsciente o en
incapacidad de resistir.”
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Botella-, presencia de una supuesta huella patrón y las, por él
detectadas, hemorragias premortem ubicadas en la parte cervical
relacionada con la lesión submentoniana o inframentoniana.

El Dr. Botella, refiriéndose a la primera necropsia, localiza una fractura


de base de cráneo concordante con la fractura frontal, no
evidenciada
durante la práctica de aquella, ni en la segunda.

Ahora bien, según la Dra. Brugal, no hay hemorragias, -advertidas por


el perito Duque en la segunda necropsia-, pues, ‘ cuando hay lesiones
en el cuello hay una cantidad de lesiones que podemos encontrar:
fracturas, contusiones, hemorragia subranoidea, es un área
bastante débil porque está entre la cabeza y el cuerpo. Para llegar
a esa conclusión se debía revisar la estructura ósea, tejido blando,
nervios, vasos, medula y toda la base del cerebro. ”, lo cual,
evidentemente, no refleja la primera necropsia, y la segunda tampoco,
afectada sustancialmente por el defectuoso procedimiento, del Dr.
Duque.

No obstante, dice el Dr. Duque, de “la información que conocí que es


básicamente la inspección judicial del cadáver, la autopsia que se
practicó con medicina legal, una declaración de una perito, un
estudio que hizo otra perito de medicina legal, que es un estudio
histopatológico, los álbumes fotográficos, la inspección al cadáver
que lo hice directamente y la bibliografía que consulte frente a este
tipo de casos.”61, concluye que la manera de muerte Luis Andrés
Colmenares, es “ homicidio....” pues, “fue un cadáver encontrado en
el agua, entonces, lo primero que hay que analizar es si fue un
accidente, si es agua suficientemente profunda para que la
persona se ahogue o para que hubiera sido arrastrado. En este
caso el cuerpo solo tiene lesiones en el rostro y dos escoriaciones
61 Registro 3, récord 00:19:32 a 00:20:25
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Radicado No 110016000000201200141-01
en la rodilla, no tiene lesiones en ninguna otra parte, no había
signos de arrastre. Es una persona a la que no se encontró que
existiera un riesgo suicida, las lesiones que tiene en el rostro
fueron importantes, aunque no fueron idóneas para causar la
muerte… si la persona sufre estas lesiones y es llevado a un
hospital la persona hubiera podido haber sobrevivido.”6263

Explica en la base de opinión pericial que la fractura que se observa en


la zona maxilar superior es conocida, de acuerdo con clasificación
internacional, “como fractura Le Fort I.”

Dice haber realizado el estudio óseo de los huesos del cráneo, …


las fracturas que tenía, que era básicamente fracturas en la parte
frontal derecha e izquierda, en las órbitas, fracturas en la zona
nasal y fracturas en los maxilares. Además de eso, revisé la unión
cráneo cervical, es decir revisar por debajo el cráneo, los demás
huesos para revisar si había o no; en este caso solo se
encontraron fracturas en el macizo facial. ”64 Con relación a la
fractura zona frontal lado derecho, zona media y zona izquierda la
describe -foto 1820 de su informe- 65, sin que, en ese aspecto, coincida
con la Dra. Lesly.

Encontró, en desarrollo del procedimiento, la presencia de una huella


patrón: “Hay un patrón de lesión en la zona frontal derecha
compatible con un golpe directo por un objeto de forma redonda u
oval que tiene pequeñas protuberancias, hay además otros sitios
de fracturas y de trauma en el rostro con signos de haber sido

62 Registro 3 00:15:43 a 00:16:21 “Separé la piel del cráneo donde estaba la sutura y se limpió todo el
cráneo. Internamente lo que se encontró fue una serie de fisuras en el macizo facial, no había fracturas en la
bóveda craneal, es decir donde está alojado el cerebro, las fracturas estaban en la zona frontal, en la zona
de la nariz, en la zona del maxilar superior principalmente y algunos huesos de las orbitas. El cerebro no
había ninguna lesión. En la parte del cuello había una hemorragia, en la zona paravertebral había
hemorragia entre c1 y c
63 , había hemorragia en el canal medular…” registro 5, minuto 00:21:57
64 Registro ídem, récord 00:11:26-12:10
65 Registro 6, récord 00:27:43 y ss “…la fractura que se ve que bordea al lado derecho de la órbita, esa una
fractura semicircular que bordea la órbita, luego tiene una muesca hacia arriba, luego hay un fragmento que
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Radicado No 110016000000201200141-01
producidos por impactos de alta energía.” 85 Si se mira la fractura
redondeada es la lesión que yo indicaba tiene una forma patrón,
es decir, ese borde tan nítido, ovalado o circular no es propio de
una fractura ocurrida naturalmente en el cuerpo sino que el
elemento que la causó quedó con esa forma, además se ve con
unas pequeñas escalitas o huequitos, que es una marca que
debió haber dejado el elemento que causó esa lesión, por eso ese
tipo de lesiones en forense se llama una marca patrón. ”,86 la cual la
perito
que practicó la primera necropsia no advirtió ni identificó.

Como para el perito Duque Piedrahíta uno de los puntos más relevantes
de su experticia era probar que no se verifica el fenómeno golpe contra
golpe, indicativo, según la defensa, de la ocurrencia de la caída,
concluye: i) no podría tratarse de fracturas producidas por una caída
de altura y, ii) las fracturas son ocasionadas por varios golpes con alta
energía, provenientes de varias direcciones.

Sobre el fenómeno golpe contra golpe señaló que sucede cuando la


cabeza, en movimiento, impacta contra algo rígido, como el piso,
inmediatamente el cerebro rebota dentro del cráneo y presenta
lesiones en el punto de impacto y en el sitio opuesto. Cita el libro
Medicolegal
Investigation of Death, para ilustrar que el mecanismo golpe y

se va como por la mitad en el sitio donde está la sutura que es como la mitad de la zona del frontal, entra
hasta las órbitas, específicamente la órbita del lado derecho, tiene bastantes fracturas la órbita y la lesión
tiene unas fracturas lineales hacia abajo digamos verticales, también hay una línea de fractura que va hacia
el lado izquierdo del cadáver, hay una línea de fractura que va hacia la órbita izquierda que también tiene
lesiones y unas líneas de fracturas pequeñas, no es que esta se fracture y se parta en dos, sino que hay una
línea de fracturas que termina allí, eso permite saber si hubo por ejemplo un trauma y se irradian las
fracturas o si hubo más de un trauma o sea más de un impacto que causó primero una fracturas y luego llegó
otra de un impacto diferente.”
85
Registro 3, 00:09:30 a 00:10:50
86
Registro 5, récord 00: 44:01, continua registro 6, récord 00:01:20 y ss
contragolpe es un patrón de golpe que se da, exclusivamente, en la
cabeza y en caídas de altura. Como el cerebro es gelatinoso y blando
cuando la cabeza se golpea contra un objeto, éste se va hacia
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Radicado No 110016000000201200141-01
adelante golpeándose y al devolverse se contragolpea. Distinto es
cuando la cabeza está quieta y un objeto la golpea, en ese caso se
produce trauma en la superficie de la piel o puede haber una fractura y
contusión cerebral, pero no el patrón contragolpe.

En la zona frontal, dice, hay tres zonas de impacto: “ Hay un foco de


impacto que afectó la órbita de esa zona frontal, hay otras facturas
de la órbita de la parte izquierda y hay un trauma en la mitad de la
nariz. Se ven fracturas del frontal con diferentes líneas de fractura
incluyendo la parte orbitaria del frontal, incluye la escotadura supra
orbitaria, la fractura afecta los huesos lagrimales. En el otro lado
hay lesiones en la zona frontal, también hay lesión aquí que
abarca los huesos lagrimales, hay lesión en la órbita y fractura de
los huesos nasales, hay compromiso de varios huesos que se
resume básicamente en el frontal, las órbitas y huesos nasales.”, e
indica que las fracturas de la órbita derecha son causadas por un
mecanismo contundente de contusión, esto es, cuando se golpea con
un objeto y mucha fuerza.

Hace referencia, asimismo, a las lesiones y zonas de repercusión: “ en


total hay 5 lesiones o zonas que tienen repercusión en el
esqueleto y hay 6 lesiones que no tienen repercusión en el
esqueleto exhumado que yo revisé. … Son lesiones importantes
que causaron fracturas grandes, específicamente la fractura del
maxilar requiere un impacto fuerte y para que se parta tiene que
ser un impacto de alta energía. 66

En cuanto a los impactos y dirección, expone: “ Lo que se ve en el


esqueleto solamente permite hacer algunas aproximaciones en las
siguientes lesiones: la que se ve en la zona ciliar digamos que
entró algo como de frente y alcanzó a oprimir el hueso del frontal,
va como de arriba hacia abajo y alcanza a reprimir de frente el
66 Registro 6, récord 00:27:59 y ss
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hueso, la lesiones en la zona nasal van de derecha a izquierda en
el cadáver y la lesión en el maxilar es una lesión que tiene una
dirección principalmente de arriba hacia abajo es como si todo el
maxilar hubiera intentado descender y eso explicaría que se haya
partido en la parte del paladar. En las demás lesiones con lo que
se ve en el esqueleto no es posible dar una dirección precisa. ”67

En lo que concierne a la lesión sub-mentoniana o inframentoniana


“Tiene relación con la zona cervical, pues al haber encontrado
hemorragia en la zona cervical algo que explicaba un movimiento
severo en la cabeza podía ser una lesión que viniera de abajo
hacia arriba, es decir, como en un ángulo que hiciera que la
cabeza se sacudiera fuerte hacia adelante entonces si puede tener
relación…”

En este contexto, el hallazgo de hemorragias en zona cervical para


explicar los traumas por la supuesta andanada de golpes está, como
se verá, en entredicho, pues por las falencias anotadas en el
procedimiento de la segunda necropsia, no hubo un examen
microscópico del material que, según el perito Duque, revela la
existencia de hemorragias en esa zona.

Para Máximo Duque, en todo caso, la manera de muerte de


Colmenares Escobar es homicidio, por cuanto: (I) El cuerpo solo
presentó lesiones en el rostro; (II) no había signos de arrastre; (III) no
se encontró riesgo suicida; (IV) al no presentarse el fenómeno golpe y
contragolpe en el cerebro las lesiones no tienen un patrón de caída;
(V) existe una huella patrón en la zona frontal derecha del cráneo y,
(VI) en el cuerpo concurren hemorragias cervicales, quedando en un
estado de irresolución si la finalidad de la exhumación se cumplió .

67 Escuchar récord 00:06:05 a 0:07:06


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3.23. Pues bien, como el sistema acusatorio de naturaleza adversarial
que nos rige, en el que un juez imparcial decide de cara a las
solicitudes de las partes, para el caso, frente a la acusación de la
Fiscalía, fundada, entre otras, en la prueba pericial anteriormente
reseñada, ejerciendo la defensa el contradictorio, no solo
contrainterrogando al perito, sino presentando evidencia de refutación,
-a través del Dr. Botella-, es preciso reseñar, también, los testimonios
de estos en audiencia.68

3.23.1. Miguel Cecilio Botella López, contratado por la defensa 69 de la


acusada Jessy Quintero para realizar pericia forense a fin de: (I)
determinar los protocolos aplicables en el proceso de exhumación en el
caso de Luis Andrés Colmenares, realizado por el Dr. Máximo Duque;
(II) definición o interpretación de las livideces cadavéricas que reposan
en el cuerpo de aquel; (III) estudio de rigor mortis; (IV) definición e
interpretación de las fracturas padecidas por Luis Andrés Colmenares,
con el fin de determinar si fueron ocasionadas por un solo evento o
varios eventos; (V) determinar la existencia o no de huella patrón; (VI)
análisis de los mecanismos que produjeron los traumatismos óseos ;
(VII) análisis antropológico de la fractura de la zona maxilar y la
posibilidad de producir un edema masivo; (VIII) posibilidad científica de
hallar signos de edema masivo en la zona maxilar del cadáver de Luis
Andrés Colmenares 10 meses después de fallecido y, (IX) análisis
antropológico forense de la evidencia hemorrágica cervical y su
relación con la fractura de la zona frontal.

Natural de España. Licenciado en medicina y cirugía, diplomado en


arqueología en la carrera de humanidades, doctor en medicina y
cirugía desde 1976. En 1971 siendo estudiante de medicina creó el
laboratorio de antropología de la universidad de Granada. Para la
fecha en que rinde testimonio dice ser catedrático de evolución
humana, antropología física, paleo patología y antropología forense de
68 Artículo 420 C. de P.P.
69 Récord: 00:31:02. Audiencia preparatoria del 10 de abril de 2013 – Solicitud probatoria.
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
la universidad de Granada, director de laboratorio de antropología de
esta.70 Realiza informes antropológicos forenses, además es miembro
de la sociedad española de antropología física, presidente de la
asociación de antropología y odontología forense. Ha practicado más
de mil exhumaciones y en tema de antropología forense una
experiencia de más de 25 años.

La información, en la cual funda sus conclusiones, se la brinda el


examen, entre otros, de 35 fotografías que reposan en el informe de la
inspección técnica a cadáver, informe pericial de necropsia realizado
por la Dra. Lesly Del Pilar Rodríguez, dictamen final, asesoría forense
de agosto 15 de 2010, un documento elaborado y firmado por el Dr.
Máximo Duque Piedrahita, médico cirujano y especialista en medicina
forense y antropología forense, con cd anexado con registro
fotográfico de 221 placas en formato digital.

Con base en el análisis de la anterior información concluyó, de acuerdo


con su experiencia académica y profesional que: “ 1) en la primera
autopsia no
se tuvieron en cuenta elementos que debieron ser estudiados…”
como diseccionar todo el rostro de Luis Colmenares con el fin de
determinar la repercusión de las lesiones en tejidos blandos en el
cráneo; “2) la exhumación no cumplió con los protocolos; 3) las
livideces cadavéricas indican que el cadáver se movió de su
posición original cuando todavía no estaban formadas las
primeras; 4) el cadáver tenía una rigidez completa por lo que la
muerte debió ocurrir 24 o 36 horas antes de la autopsia; 5) las
escoriaciones de la rodilla corresponden a un episodio anterior que
no se relaciona con el que produjo la muerte; 6) la fractura fronto
parietal derecha no existe; 7) no hay escoriación de los restos
exhumados sino momificación, 8) por la manipulación del cuerpo
70 El laboratorio tiene por objeto: i) docencia universitaria (curso de grado, posgrado y doctorado), ii)
actividad investigadora (tienen la mayor colección de material esquelético de Europa lo cual les permite
investigar y mejorar nuevas técnicas de análisis de traumatismo fractura, establecimiento del sexo, edad, etc.)
y, iii) elaboración de estudio de análisis antropológico forense para la justicia en España como del extranjero.
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durante la exhumación se causaron nuevas fracturas y pérdida de
fragmentos de huesos; 9) fractura de base de cráneo concordante
con la fractura frontal que no se describió ni en la autopsia inicial
ni en la exhumación, 10) todas las fracturas de la cabeza
corresponden a un mismo evento; 11) el conjunto de fracturas de
la zona frontal, cara y base de cráneo constituyen una fractura por
golpe que incluye la nariz y el maxilar; 12) las fracturas son
compatibles con un fuerte impacto en la frente con una superficie
dura e inmediata caída al agua dónde se produjo la muerte por
sumersión;13) no existen lesiones patrón sino fracturas por
mecanismo de alta energía en la cara, y, 14) no es posible
pronunciarse sobre hallazgos de hemorragia en el cuello porque
no se aprecia en las imágenes y no se hizo estudio histopatológico
que lo afirme o rechace.”, rescatando para lo que aquí importa,
relevantes, la número 1, 2, 6, 8, 9, 10, 12, 13 y 14.

En efecto analizó, como expuso atrás, las formalidades y procedimiento


observado en la diligencia de exhumación del cuerpo practicada por el
perito de la Fiscalía, doctor Máximo Duque, que de cara a los
protocolos internacionales antropológicos forenses lo llevan a colegir no
se siguió: “ningún protocolo, que esto no correspondía a ningún
protocolo y que estaba fuera de lo establecido en cualquier sitio
del mundo”… “un féretro muy roto con unos restos humanos
presumiblemente los de Luis Andrés Colmenares, que en ese
momento se le está quitando la ropa, está en el piso en la tierra
del cementerio, la persona que está haciendo eso está sobre la
tapa del ataúd y tiene una tijera y un cuchillo de cocina…
“contradice todo lo que hemos hablado de los protocolos, la
primera premisa que se establece es que hay que preservar todo
ese conjunto de evidencia, y esa evidencia es lo que después nos
va a servir para establecer la inferencia necesaria y necesita
privacidad, un lugar donde realizar el trabajo de una manera

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
coherente, estamos viendo en el suelo del cementerio un material
no apropiado, incluso contaminando el material que había encima
de la tapa el ataúd, el ataúd con un material no adecuado y desde
luego la manera como se está cortando la ropa no sería la
adecuada para preservar la evidencia, insisto que lo fundamental
es preservar la integridad y el respeto a ese cuerpo … “lo primero
que se observa es que la cabeza está fuera del sitio lógico donde
tenía que estar, la cabeza está muy inclinada hacia adelante y es
porque el ataúd se ha apoyado sobre un escalón, se ha alterado la
morfología normal de ese cadáver, la posición de la cabeza esta
forzada. También estamos viendo dos personas, una sin guantes
participando en esto y no está identificada en el informe que ha
consultado, no se ha respetado la cadena de custodia, hay creo
que presumiblemente una tercera persona que lleva un paraguas
para dar sombra a un lugar y tiene que haber la persona que es la
que hace la fotografía…”

Así, la posición en la que se colocó el cuerpo, una vez exhumado,


alteró la morfología del cadáver porque “ en cualquier exhumación
hay que preservar como estaba ese cadáver, en qué situación se
encontraba, en que forma estaba. En este caso al sacar el cuerpo
de la tumba se ha dejado descansar la cabeza en un escalón y el
resto en otra parte, es decir, se ha alterado completamente,
todavía tiene restos de los pantalones y ya se le está levantando la
pierna”. Dice, “se ha alterado la cadena de custodia ya que hay
personas no identificadas, con una temperatura y características
que no son las adecuadas para realizar un estudio de esa índole…
Por ejemplo, con ese sol ya se pueden estar secando elementos,
pero sobre todo se altera la cadena de custodia porque hay
personas no identificadas, sin la protección adecuada
contaminando el lugar…” En la exhumación “De una forma
absolutamente burda se cortan trozos del muslo y de la pantorrilla

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para ver si hay alguna infiltración o algún edema. Si no había en el
cadáver fresco cómo lo va a ver después de un año, es un
procedimiento demencial.”

Asegura, cuando es preciso explorar el hueso “ lo más lógico es hacer


una radiografía porque es un procedimiento no invasivo y
demostrativo, útil y más seguro que un procedimiento de disección
reglada que no es este caso. Si se tenía la sospecha de una
fractura se debió tomar una radiografía y no haber hecho esto. El
momento de tomar la radiografía es antes de tocar los restos,
antes de empezar el proceso, se ve claro en la fotografía que se
pudo disponer un aparato de rayos x y desde luego (sic) se
dispuso luego (sic) también se podía haber hecho esto, evitarse
esa alteración tan drástica del material …. Tanto en el informe
como en las fotografías que se han presentado en el informe se
dice se trasladó la cabeza a un hospital y se ven las radiografías
que se hicieron, entonces igual que se hicieron las radiografías se
debería haber hecho con todo.”

Continúa, “los restos están puestos sin la cabeza, la cabeza ha


sido eliminada y ha sido trasladada de sitio, está en el suelo, se
puede ver cuál fue el declive, el cadáver estaba horizontal y sin
embargo el cuello y la cabeza estaban muy torcidas. Estamos
viendo además algo que no puede aparecer en una autopsia que
restos de tejido de una parte y otra, restos de venda y tejido
resultado de la putrefacción...”

Respecto a la forma de limpieza del material, dice, “ sobre el piso de


tierra, se echa agua con un jarro de plástico, se ve como falta la
porción anterior del seno, es verdad que hay una fractura
conminuta, es decir, una fractura en fragmentos y hay muy
pequeños fragmentos. Cuando estamos lavándolo así muchos

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fragmentos pueden caer al suelo y pueden caer a esa tierra que
está húmeda, se está perdiendo evidencia de una manera que no
debió haber sucedido… el agua es correcto para lo que se está
haciendo, pero en un lugar donde se pueda recoger hasta la más
mínima esquirla de hueso que tenemos, con que falte una esquirla
ya tenemos una alteración seria. Un lugar cualquiera para recoger
ese tipo de evidencia, puede ser una sala de autopsia, en lugar
concreto donde el agua que escurra no arrastre cosas y si lo
arrastrare lo pudiéramos ver.”

Cita, “Tenemos la parte interna del cráneo, el endocráneo, la calota


craneana que está cortada por la autopsia primera; se ve la
vértebra primera el atlas, la segunda, tercera, cuarta y quinta y se
habla de que ahí hay hemorragia, pero también vemos uno, dos,
tres, cuatro dientes que se han caído, falta esa porción del seno
anterior frontal que después se ve reconstruida y puesta. Dentro
de la arquitectura del cráneo hay un hueso impar que es el
hesmoide que forma la parte alta del tabique nasal que forma
parte de la parte interna de las órbitas y también tiene una
superficie rectangular con agujeritos que se llama laminacribosa,
esos agujeritos que son variables es por donde sale del cerebro
los nervios a olfatir, en el centro en el tabique hay un
levantamiento del hueso que se llama apófisis crista galli aparece
desviado, aquí se ve que esta torcido y no es lo normal, la apófisis
crista galli deformada hacia un lado es signo de certeza de fractura
puesto que la crista galli no está en ningún caso yo no he visto
ninguno en mi vida.”

Concerniente a las consecuencias de dicho procedimiento, explica,


“Sin duda alguna va a dejar marca en el hueso, también con la
hoja y con ese cuchillo tan grande es inevitable que rebane parte
de la vértebra sobre todo la apófisis puntiforme que son bastante

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delicadas y para poder separar el cuello tiene que entrar y destruir,
evidentemente el daño es irreparable. Aquí la tarea era observar
elementos que no se hubieran visto en el otro procedimiento y
estamos investigando lo opuesto a lo que se dijo: “La finalidad de
la exhumación depende del tipo de exhumación y para que se
haga “es tratar de obtener a través de la evidencia del cuerpo que
tenemos allí el mayor número de resultados posibles que nos
ayuden a solucionar el caso, el análisis minucioso de la evidencia
para obtener mayores datos posibles.”

Referente a las livideces cadavéricas coincide con la médica que


practicó la primera necropsia en el sentido que, según las fotografías
de inspección técnica a cadáver y necropsia, en este se dan dos tipos
de livideces, decúbito dorsal y decúbito prono, lo que demuestra que el
cuerpo tomó, ya fallecido, dos posiciones.

Respecto a huella patrón, dice, en ninguna de las lesiones analizadas,


según las imágenes de la necropsia inicial, se encontró lesión patrón o
huella patrón, pues luego de explicar cuándo y cómo ocurre este
fenómeno, contrario a lo señalado por el Dr. Máximo Duque, no puede
haber, en este caso, una lesión patrón, solo en el hueso, ya que
necesariamente tenía que aparecer en la piel, situación que no se
evidencia, como tampoco lo comprobó la Dra. Lesly Del Pilar
Rodríguez. Para realizar el estudio de una lesión patrón lo primero a
revisar es la piel, porque es ahí donde queda marcada la lesión, luego
si ocurre puede, dependiendo del objeto, reproducirse en el hueso.

Por otro lado, expone, y cita textos, las lesiones fueron causadas “ por
un impacto de gran energía, el punto de impacto es la región
frontal, el punto de impacto de gran energía el que provoca toda
esa sucesión de fallo en el hueso y esa serie de fracturas, el punto
que provoca eso tiene que ser necesariamente un impacto de gran
energía en la región frontal en la zona ciliar de la ceja derecha. ”
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“La energía del impacto se trasmite en dos direcciones, la energía
se trasmite en el objeto que impacta y el objeto impactado,
ejemplo, un puñetazo, si yo le doy un puñetazo a una persona con
la energía que sea, parte de esa energía, la mitad pasa a mi puño
y la otra mitad a la otra persona… para el caso, el impacto que
sufrió Colmenares es perfectamente compatible con una caída de
altura, contra un elemento sólido, en este caso la energía no se
trasmite al elemento sólido, se trasmite exclusivamente al
cráneo…” de ahí las múltiples fracturas que reposan allí. “…. Todo el
conjunto de fracturas que se observan en este cadáver
corresponde a un mismo momento, …” Agrega haber encontrado
una fractura de base de cráneo no identificada por el Dr. Máximo
Duque, ni la Dra. Lesly Rodríguez, denominada “ fractura lineal base
cráneo, …”

En cuanto a hemorragias en la zona cervical, advera, no existen, y si lo


que pretendía el perito Duque era establecerlas, no ha debido
decapitar la cabeza con un cuchillo, tampoco lavar los restos con
agua, transportar las vértebras cervicales a varios lugares, dejar partes
en el suelo, después trasladar las mismas a una caja de cartón. Lo
procedente era un estudio histológico para determinar, de manera
científica, la existencia de la aludida hemorragia. Además, porque no
existe la posibilidad de hallar un edema después de 10 meses de
fallecido “toda vez que, si se han momificado los restos, se ha
perdido el agua, se ha perdido los líquidos orgánicos, es
matemáticamente imposible que se forme el edema.”

Así mismo, indica que el Dr. Máximo Duque, ocasionó durante la


segunda necropsia una fractura en el cráneo, que no aparece en la
autopsia, ni en el informe de la autopsia, ni aparece en el primer
momento de la exhumación.

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Radicado No 110016000000201200141-01
3.24. No se requiere, pues, de conocimientos especiales para
corroborar objetivamente que, sin duda, el procedimiento de
exhumación y segunda necropsia desarrollado por el Dr. Duque, al
margen de las características del lugar y que se practicara en un país
como Colombia, presenta serios desatinos e inexactitudes que, a la
postre, restan confiabilidad a su opinión pericial y conclusiones.

Por tratarse de una necropsia, -la segunda-, era preciso documentar


ordenadamente y con técnica los hallazgos iniciales, así como fijarlos
con tino en fotografías y radiografías, si fuere el caso, antes de iniciar
la fase invasiva y de manipulación del cuerpo, procurando mantener su
indemnidad dada la fragilidad y estado por el tiempo transcurrido,
evitando la pérdida de restos óseos. Incluso, estima la sala, ha debido
fotografiarse el fondo del féretro con el fin de verificar la existencia de
posibles partes desprendidas.

Es que nótese, a modo de ejemplo, el caso de los dientes sueltos


debido a la pérdida de anclaje, desorganizados, como se aprecia en
las fotos, o el traslado de la cabeza al aire y sin medidas de seguridad
que garantizaran su inalterabilidad tratándose, como se trataba del
objeto a examinar por excelencia.

Con todo, a manera de ejemplo, en las imágenes 1718, 1719, 1720 y


1721 se observa el cuerpo en el piso. El perito desprende la cabeza
utilizando un cuchillo de cocina, lo cual es factible, pero sujeto a un
tamaño adecuado, luego la deja sobre una parte del ataúd que reposa
en el suelo. En la foto 1740 la cabeza descansa sobre una caja de
cartón utilizada como mesa en todo el procedimiento de necropsia. En
la imagen 1752 desprende restos de tejido con sus manos de una
parte de la cabeza, la otra parte, que parece la calota, está en el piso.
En las imágenes subsiguientes extrae el resto de los tejidos también
con sus manos. Las fotografías 1759 y siguientes enseñan partículas
de tejido y fragmentos de hueso dispersos sobre la caja y superficie de
tierra.
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Desde la fotografía 1765 hasta la 1793 se observa que desprendió


parte por parte el cráneo y procede a fotografiar sobre la misma caja.
Ninguna de las fotos, empero, muestra dónde están los otros
fragmentos, ya analizados o que iba a analizar; tampoco usó testigo
métrico para ilustrar el objeto de la foto. Sobre esto en el juicio nada
dijo el experto.

La foto No. 1793 muestra al Dr. Máximo Duque sentado, examinando


una parte del cráneo, otras partes están en el suelo y encima de la
caja, a su alrededor hay por lo menos tres personas sentadas,
acompañándolo, ya se dijo, sin ningún tipo de indumentaria
reglamentaria.

En la imagen 1800 y siguientes se observa lavando con agua todas las


partes de la cabeza: una persona riega agua con una vasija común y
corriente mientras Máximo Duque, agachado, sostiene la pieza. Esto lo
hace sobre tierra. Las fotos 1807 a la 1817, muestran al perito en el
hospital tomando radiografías.

Consecuencia del inusual procedimiento, para lo que aquí importa,


quedó demostrado en el juicio que existió una “ fractura concoidea en
la
región supra-ciliar” en el cráneo objeto de examen, con pérdida
sustancial ósea, determinada por los doctores Miguel Botella y
Germán Alfonso Aguilar Méndez. Máximo Duque, por su parte, señaló
que se trató de una fractura en la zona frontal lado derecho, zona
media y zona izquierda, independientes cada una; los recurrentes, a
su turno, indican que se ocasionó antes de la exhumación.

La juez acoge la opinión de los peritos de la defensa, quienes


aseguran que la fractura se causó por el mal manejo de los restos del
cadáver. Lo cierto es que, en las fotografías iniciales tomadas al

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cráneo, antes del procedimiento, ( ver fotos 1721 y 1745), contrastadas
con las fijadas después, (ver foto 1818 y siguientes) no se aprecia esa
fractura.

De esta suerte cabe preguntarse: -interrogante que evidencia la falla


en el seguimiento de los protocolos- cuándo se causó la fractura?
cuando fue desprendido el cráneo del resto del cuerpo para colocarlo
en la caja que se utilizó como mesa? cuando lavó el cráneo con la
vasija de agua? cuando arrancó tejido momificado sin utilizar ninguna
solución química como recomienda el manual de autopsia de medicina
legal? o cuando lo trasladó al hospital sin que se sepa el
procedimiento y cadena de custodia observado.

Todo apunta a que, como se expuso en párrafo anterior, la fractura se


originó después de la exhumación y en el marco de la segunda
necropsia, lo que lleva a considerar que no todas las fracturas
relacionadas por el perito Dr. Duque son premortem, acrecentando la
percepción de ineficacia del peritaje.

3.25. Como perito de la defensa de la acusada Laura Moreno acude a


juicio oral la Dra. YOCASTA BRUGAL MENNA, médico cirujana de la
universidad de Barcelona-, especialista en patología anatómica, en
patología forense, rectora de la escuela de medicina San Juan
Bautista en Puerto Rico desde el año 2003 hasta la fecha; laboró 25
años en laboratorios de patología de medicina forense con el gobierno
de USA.

Expresa que la defensa de aquella solicitó establecer la causa y


manera de muerte de LUIS ANDRÉS COLMENARES. En esa
dirección tuvo en cuenta declaraciones juradas, fotografías de
inspección al lugar de los hechos, autopsias y exhumación.

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Respecto a los hallazgos de los otros patólogos dijo: “ Los hallazgos
principales en la primera autopsia fue un trauma cráneo cerebral y
una asfixia por aspiración, básicamente esos fueron los hallazgos
en la primera autopsia, aparte por supuesto de la inspección a
cadáver las livideces, la rigidez cadavérica, los hallazgos
macroscópicos que se hicieron en ese momento y las
conclusiones que hizo la doctora Rodríguez que hizo la primera
autopsia. En la exhumación se observaron más fracturas en la
cara que no se observaron en la primera pues en esa solo se
observaron fracturas frontales, en la primera se me olvidó decir
que había laceraciones en la cara las cuales no se pudieron ver en
la segunda autopsia por el estado de descomposición del cadáver.
La determinación de la primera autopsia fue que la causa de la
muerte era compatible con una asfixia por aspiración y como
contribuyente una cifra adaptada con sangre y un trauma cráneo
cerebral. En la segunda se determinó trauma cráneo cerebral y
que la manera de muerte fue un homicidio, eso lo que se
encontró.”

En su opinión “la causa de la muerte fue asfixia con aspiración y la


manera de la muerte accidental,” por lo siguiente: “no hay duda que
había una asfixia por aspiración, no hay duda que había unos
golpes en la cara con múltiples fracturas, abrasiones y
laceraciones que no producen la muerte ni algo grave, pero si la
fractura de los huesos que aunque no producían necesariamente
la muerte si producían una serie de consecuencias que podían
contribuir a la muerte, como por ejemplo: una conmoción cerebral
y tenemos la cifra alta de alcohol que también contribuyen porque
producen una serie de alteraciones al sistema nervioso central. ”.

Se fundamenta en que: “de los documentos de los hallazgos, las


fotografías cuando el cadáver estaba en condiciones normales, o

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sea recién había ocurrido la muerte y ahí podíamos ver los
cambios que hay cuando hay asfixia por sumersión, también pude
leer el protocolo de necropsia porque ahí me relataba el hallazgo
en ese momento en el cuerpo del occiso, también hice lo mismo
con la segunda autopsia de la exhumación leí el contenido y las
conclusiones de ambos. Ninguna de las dos conclusiones me hizo
llegar a la conclusión mía, aunque pueda coincidir con alguien…”

Por ello, hace referencia a las conclusiones de la Dra. Lesly Rodríguez


en cuanto a manera de muerte; sin embargo, en su opinión, no es por
determinar, sino accidental, por cuanto las características de las
fracturas apoyan la hipótesis que las lesiones se produjeron de ese
modo; además, dice, las lesiones se encuentran en una sola parte del
cuerpo.

Alude, asimismo, que en la primera autopsia no se encontró ninguna


evidencia de trauma a nivel de las estructuras del cuello. En la segunda
autopsia o exhumación que se realizó no había fractura, “ no había
nada importante a nivel de la estructura ósea, excepto que se
relata un área oscura compatible con una caída, estamos
verdaderamente frente a un cadáver con un estado de
descomposición donde no vemos fracturas, generalmente para
producirse lesiones vertebrales son cortes en el cuello que no
vimos, para producirse lesiones en la medula , la 1 y la 2 están
muy cómodas, tendríamos que tener una fractura y las esquirlas
óseas en el canal de la medula. Lo que nosotros vemos ahí es
compatible con putrefacción.”

Dice, ciertamente, no haber estado presente durante la práctica de las


dos necropsias, por lo que se remite a “ los relatos de las autopsias y
las fotografías, qué es probable y qué no es probable.
Encontramos que no había fractura descrita en ninguna de las dos
autopsias, en la exhumación se habla de unas hemorragias, pero
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Segunda instancia
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eso me parece más bien cambio de putrefacción, no se puede
hablar de daño en la medula porque la medula no se encuentra. Si
realmente se hubiese producido un tipo de laceración a nivel de
los vertebrales, si hubiese alguna de las dos lo más normal es que
se tuviese una hemorragia subaranoidea a nivel del cráneo y en el
cerebelo y probablemente subaranoidea en el punto del cerebro, y
nadie vio esa hemorragia lo que me lleva a mí a concluir que eso
era un cambio pos-mortem”.

Respecto a la lesión patrón observa, “ Según la experiencia y


literatura este tipo de lesión se traduce generalmente en una
caída, porque en una caída no hay depresión en el centro, es
regular, parece redondeada, pero si la vemos bien no es
redondeada. El hueso frontal está formado por dos tablas duras, la
interna y la externa, entonces aquí vemos en el medio del mismo
el tejido confuso(sic) ahí es donde van los vasos que va a
mantener las células que forman los huesos. ”, de donde colige que
no existe.

Sobre las livideces anteriores y posteriores concuerda con las


conclusiones formuladas por la Dra. Lesly Rodríguez y Miguel Botella.

De otra parte, dice, en el evento de trauma puede ser producto de una


caída contra una superficie dura que, a su turno, provocó múltiples
lesiones: “las lesiones son compatibles con un solo golpe. La
persona tenía lesiones en
el lado derecho e izquierdo de la cara lo que me da a mí a pensar
que es compatible con una caída. La manera de la muerte para mí
es una caída.”

Con relación a la lesión que deja ver la fotografía No. 3327 y 3328 de la
necropsia inicial, ubicada en la cara en la región inframentoniana, en su

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criterio, no fue causada con un mecanismo contundente. Dice “ es una
abrasión, las abrasiones siempre son por fricción, esta rodeadas
por una pequeña área de contusión que podría ser al caer … una
lesión contundente se produce por un objeto que no tiene filo,
puede ser una pared, un bate, un puño o una serie de cosas”. Las
laceraciones que describió la testigo no fueron causadas por un
mecanismo corto contundente, las abrasiones se produjeron con
un mecanismo que produce fricción, las contusiones del rostro
“fueron causadas por un mecanismo contundente. ” En lo tocante a
la lesión del mentón, “es parte saliente de la cara igual que la nariz
que son los lugares donde va a producirse el daño en la piel como
puede ser en los huesos no necesariamente tiene que haber
fractura debajo de cada lesión.” Imágenes 3327 y 3328: “ vemos las
abrasiones que veíamos en la región mentoniana, múltiples
abrasiones y un área de contusión que rodea esta abrasión. La
abrasión se ubica en la parte inframentoniana que puede ser
durante la caída o en otro momento, puede ser después de la
caída, pero recuerden que esto es una piel que se mueve. ”

Sobre la imagen 3324, -laceración frontal derecha-, dice, ahí no hay


dirección; cuando se habla de direcciones refiere, por ejemplo, a herida
de bala. Aquí no se puede decir absolutamente nada sobre dirección.
“En la
bóveda craneana de Luis Andrés colmenares no se encontraron
fracturas.”

Reseña que el fenómeno golpe contragolpe no se produce en las


caídas de frente, solo las occipitales. Cita a título de fundamento
teórico el libro de patología forense de VICENTE DIMAYO sobre la
contusión y contragolpe.

Concerniente a las lesiones en el cuello la testigo refiere la primera


autopsia realizada por la doctora Leslye donde “ aparece en el

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examen externo que se examinó y no aparecen lesiones. Hay
constancia que ella removió la laringe y la tráquea, no hay
constancia de que ella examinó la columna vertebral, el cuello
posterior tampoco… lo único que a nosotros nos explica esas
fracturas es una caída. La conclusión la hacemos a base del todo,
no hay análisis de herida por herida porque todas ellas tienen un
mismo patrón que son laceraciones, verdaderamente lo que
nosotros tenemos en cuenta son todos los hallazgos, aquí hay
varias laceraciones y casi siempre las laceraciones van siempre
de acuerdo a las prominencias por lo tanto cuando nosotros
definimos un trauma que es en la cara la prominencia actúa como
algo duro y la piel se abre y es lo que se llama laceración. ”

De la imagen No. 3324 de la primera necropsia, señala, “ la lesión


ocupa todo el frente de la cara, es casi imposible que le hubieran
dado golpes aquí y golpes aquí, la única manera que podemos
pensar que esto ocurrió así es que se cayera, además que llena
todos los criterios, por ejemplo el ala del sombrero en ambos
lados, laceraciones en los lugares más sobresalientes, tenemos
aquí los dientes con una la laceración producida probablemente en
la caída, también abrasiones en el mentón que nos ponen en el
contexto de una caída.”

A manera de conclusión expone que, “ dentro de las probabilidades,


lo más probable es que las fracturas son compatibles con una
caída de altura.” ,
ello porque en “ciencia hablamos de grado de probabilidad, es
probable, es
posible, lo que más se acerca a la verdad.”

3.26. También como perito de la defensa de Laura Moreno concurre al


juicio oral el Dr. GERMÁN ALFONSO AGUILAR MÉNDEZ, odontólogo
especialista en radiología maxilofacial de la universidad de Chile,
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especialista en endodoncia, docente en varias Universidades de
Medellín, conferencista sobre el área de radiología a nivel nacional e
internacional. El objeto de su pericia es un estudio radiológico
maxilofacial, con el fin de verificar si las fracturas en el cráneo de Luis
Colmenares son compatibles con caída de altura.

Expone, de acuerdo con la bibliografía médica y odontológica en


pacientes con lesiones en el seno frontal se debe buscar otras fracturas
en el tercio medio de la cara, ya que el 85% de estos pacientes con
este trauma en el seno frontal tienen fracturas en otras estructuras del
maxilar superior. Dice, refiriéndose a “ el paciente tenía una fractura
en el seno frontal y fracturas en el macizo maxilo facial que
corresponde a unas fracturas tipo 3 combinadas muy compatibles
con una caída según mi experiencia y según lo que aparece en la
literatura.”

Indica haber observado doce fracturas. Sin embargo, aclaró “ depende


de la persona que haga el informe porque hay unas fracturas
conminutas. Conminutas es cuando se fractura un hueso y se
parte en múltiples fragmentos que es lo que se presenta en este
caso en particular aquí en la zona del frontal en los huesos propios
de la nariz y en los huesos lagrimales, entonces si alguien
empieza a especificar cada una de las líneas pudiera llegar a más
fracturas, pero en general cogiendo cada uno de los huesos de la
cara y los rangos principales doce.”

Encontró “una fractura en el seno frontal con depresión de la tabla


externa derecha y se desplaza la fractura al lado izquierdo del
paciente, hay fractura de los huesos propios de la nariz, hay
fractura de los huesos lagrimales de forma bilateral, hay fractura
del maxilar superior, una fractura lefor uno, en el lado derecho por
encima de las raíces de las piezas dentales hay dos fracturas

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palatinas que van de adelante a atrás, hay fractura en el arco
supra orbitario derecho, en el arco supra orbitario izquierdo, en el
arco infraorbitario izquierdo y se presentan dos fracturas en base
de cráneo longitudinales que van desde el hueso esfenoides. ”

Según el perito, de acuerdo con las radiografías tomadas por el Dr.


Duque, “El triángulo de las heridas que el joven colmenares tenía
era desde la base del hueso frontal, incluyendo la glabela, las
apófisis fronto maxilares y maxilo frontales y los bordes externos
de las orbitas…las fracturas están en el tercio medio de la cara, en
ese triángulo están las fracturas tipo lefor uno, dos y tres … “Las
fracturas del seno frontal cuando es únicamente la tabla externa,
siempre hay que buscar en los exámenes que hacemos otras
fracturas de otros huesos del maxilar a los pacientes, porque se
presenta que la energía del golpe distribuye fracturas por las
líneas de clivaje y es ahí donde se presentan las fracturas tipo
lefor uno, dos y tres combinadas.”

Finalmente, dice, “Lo que pude confirmar sobre el trauma es que


muy probable que haya sido por una caída.”

3.27. De lo anterior se colige, ante la necesidad de acreditar la manera


de muerte, que acerca de la causa no existe mayor controversia en
tanto se concluyó que fue por asfixia por sumersión en medio
líquido, coadyuvada por la depresión del sistema nervioso central,
trauma craneoencefálico y su estado de embriaguez -circunstancia
que evidenciaría, como concluye inicialmente la perito médico-legal
Lesly Rodríguez, que Luis Andrés murió dentro del caño, no en otro
lugar-, luego de caer en él, de acuerdo con la defensa, o ser colocado
allí, muerto, según la acusación o, golpeado e inconsciente, de
acuerdo con los alegatos de conclusión del ente acusador, luego se
imponía determinar, se itera, a través de opinión experta, si teniendo
claro que la manera de muerte fue violenta respondía a una acción
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ejecutada por la propia víctima o por terceros, en el primer caso cabe
la hipótesis de un accidente, en la segunda un homicidio.

Esta conclusión, pese a que no resuelve el tema central sobre la


manera de muerte, si desdice de la teoría inicial de la Fiscalía
expuesta en la imputación, acusación y alegatos de conclusión y, de
igual modo, la hipótesis planteada por el Ministerio Público en el
recurso de apelación, consistente en que Colmenares Escobar, tras
ser golpeado y ultimado en un lugar diferente al caño ‘El Virrey’, es
luego trasladado al interior del box coulvert ya fallecido.

Persiste, empero, el interrogante acerca de la manera de muerte frente


a divergentes opiniones expertas: para la perito de la Fiscalía Dra.
Lesly del Pilar Rodríguez, médica del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, autora de la primera necropsia, por
determinar; homicidio según el Dr. Máximo Duque Piedrahita, perito de
la Fiscalía y, para los demás, -Drs. Yocasta Brugal, Miguel Botella y
Germán Alfonso Aguilar-, del bloque de la defensa, compatible con
una caída de altura.

La coexistencia entonces, de plurales opiniones periciales conduce, en


todo caso, a su valoración racional en conjunto con los demás
elementos materiales de prueba y evidencia física, mirando, además
de la calificación de los peritos, el procedimiento observado,
justificación y rigor científico de las conclusiones, amén de la
imparcialidad, lo cual debería permitir al Tribunal, una vez decantada y
como criterio auxiliar de la decisión de fondo, arribar a un conocimiento
más allá de toda duda sobre el presunto delito y responsabilidad.

Sin embargo, el estándar probatorio que demanda el artículo 381 del


C. de P.P., no se alcanza, pues no solo se ofrece información y
conclusiones definitivamente contradictorias, sino que presentan
falencias en el procedimiento desarrollado, afectando la fiabilidad del

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conocimiento experto y la credibilidad de los peritos, amén de la
compleja prueba testimonial.

Nadie discute, desde luego, la pertinencia y utilidad de la pericia como


medio de prueba a tenor del artículo 382 del C. de P.P., en este
asunto, juicio de admisibilidad realizado en la fase correspondiente de
la audiencia preparatoria, pues se trataba de acreditar, a través de
ella, la manera de muerte de Luis Andrés Colmenares; de ahí que la
controversia de fondo haya girado, esencialmente, en si fue obra de un
homicidio o un accidente. Por ello, desde un principio se planteó la
necesidad de su práctica, toda vez que no es posible determinarla sin
el concurso de peritos expertos en esa materia por corresponder a un
conocimiento del que el operador judicial carece.

Y, claro está, el hecho de estar ante una muerte controvertida respecto


a su manera de ocurrencia ha demandado verificar la observación
minuciosa de los protocolos de necropsia y exhumación con mayor
exigencia. Para el caso, ya se vio, se practicaron dos necropsias y
exhumación del cadáver; la primera, significativa, pero incompleta,
realizada por la Dra. Lesly del Pilar Rodríguez, del Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, y la segunda, ante los vacíos
revelados por el ente acusador, -11 meses después-, implicó,
lógicamente, la exhumación de los despojos mortales por parte del Dr.
Máximo Duque, incurriendo en las mencionadas falencias, a la postre,
origen de su desestimación.

En ese orden de ideas, a juicio de la Sala, la Fiscalía no probó su


teoría del caso, pero tampoco la defensa.

Obsérvese:

En primer lugar, el bloque de la defensa no pone de presente, -y ello


era importante-, expresamente, las limitaciones propias de una prueba

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pericial basada, no en la apreciación directa del objeto, sino a partir de
informes e imágenes generadas por otros peritos, a la vez resultado de
la primera y segunda necropsia y la exhumación del cadáver, ésta
última a cargo de la Fiscalía, enérgicamente criticada en la sentencia,
amén que se abstuvo de contrainterrogar al perito DUQUE
PIEDRAHITA, so pretexto de una estrategia defensiva consistente en
formular las preguntas que cuestionan la experticia a los peritos de
descargo.

Nótese cómo la Dra. Yocasta Brugal, perito de la defensa, en el


contexto aludido, reconoce que “ no es lo mismo ver las fotos que
examinar los
tejidos.” cuando toca el tema de la supuesta hemorragia cervical
detectada por el Dr. Duque. Y si bien existe una explicación razonable
acerca de porqué a la opinión pericial de este se le resta confiabilidad
y, por consiguiente, es claro que la Fiscalía no demostró su teoría del
caso, frente a la generada por el bloque de la defensa se echa de
menos ese juicio bajo criterios de razonabilidad y ponderación.

El siguiente ejemplo, relacionado con el supuesto hallazgo de


hemorragias en zona cervical, que, en opinión del perito Dr. Duque
explica los traumas generados por la supuesta andanada de golpes
sufridos por la víctima, queda, a la postre, en entredicho, pues por las
falencias anotadas en el procedimiento de la segunda necropsia no
hubo un examen microscópico del material que, según aquel, revelaría
la existencia de hemorragias en zona cervical.

Lo procedente, así es aceptado por la literatura científica en los casos


en los cuales no se tiene conocimiento claro del mecanismo de
muerte, era un estudio histológico forense, mismo que habría dado
importante soporte científico a los resultados de la necropsia, en tanto
se trata de una disciplina que se ocupa del examen microscópico de
tejidos orgánicos, herramienta de vital utilidad en tratándose de la

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calidad de la investigación, a través del cual se confirma, modifica o
descarta lo observado macroscópicamente de cara, para el caso, a la
determinación de la manera de muerte.

Esta falencia, -hallazgos histológicos post mórtem-, entre otras, se


destaca en la medida que deja ver las inconsistencias de los peritajes,
pues queda la duda acerca de si hubo o no discordancia entre los
hallazgos macro y microscópicos según las necropsias, en medio de la
controversia de si fue un accidente o un homicidio.

Aquí cabe evocar nuevamente, el tema de las fracturas a que alude el


perito de la fiscalía, no todas aceptadas por los peritos de la defensa;
incluso, como se anotó antes, la Dra. Yocasta Brugal habla de un
cadáver con un estado de descomposición donde no vemos
fracturas, no porque no se hayan producido, -están las descritas por la
Dra. Rodríguez en la primera necropsia-, sino porque, o el estado de
putrefacción no permitió su exploración y reconocimiento, o porque la
inadecuada ejecución de la exhumación y segunda necropsia dio lugar
a nuevas fisuras reveladas por el mismo perito que ejecuta esta.

El perito German Alfonso Aguilar Méndez, inclusive, sobre las fracturas


dice que “depende de la persona que haga el informe porque hay
unas fracturas conminutas. Conminutas es cuando se fractura un
hueso y se parte en múltiples fragmentos que es lo que se
presenta en este caso en particular aquí en la zona del frontal en
los huesos propios de la nariz y en los huesos lagrimales,
entonces si alguien empieza a especificar cada una de las líneas
pudiera llegar a más fracturas, pero en general cogiendo cada uno
de los huesos de la cara y los rangos principales doce. ”, por lo que
hablar de una caída de altura con base, precisamente, en las múltiples
fracturas encontradas en el cadáver, y así afirmar que corresponden a
un mismo momento, -defensa-, o diferentes impactos -fiscalía-, resulta
en este momento inconciliable.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01

Ante la magnitud de conceptos encontrados no es posible asegurar la


existencia o inexistencia de esa hemorragia, pues si bien podría
corresponder a vestigios de putrefacción, -como lo asegura la Dra.
Yocasta-, eso solo lo podría haber determinado el aludido estudio
histopatológico; por ello, en el juicio expresó no estar segura si las
manchas negras corresponden a hemorragias cervicales, pues, itera,
“no es lo mismo ver las fotos que examinar los tejidos ” “…y nadie
vio esa hemorragia lo que me lleva a mí a concluir que eso era un
cambio posmortem.” El Dr. Botella es de la misma opinión. En esa
perspectiva el único que dice haber hallado hemorragias es el perito
Máximo Duque, cuya opinión ha sido desestimada.

Este paradigmático ejemplo ilustra la dificultad para, a partir de


fotografías, corroborar o descartar una lesión o una fractura, con
mayor razón si el protocolo, por quien sí accedió directa y
personalmente al objeto de prueba, fue desconocido y la evidencia
contaminada o alterada. Lo anterior explica por qué la opinión pericial
de la defensa, en sano criterio valorativo de esta Sala, acusa similares
defectos que los de su fuente.

En esa comprensión advera la perito Brugal no saber con certeza si


Luis Andrés cayó o lo empujaron al caño, pues no es testigo presencial
del hecho. Pese a falta de evidencia concluye, sin embargo, que tanto
las lesiones como las fracturas son compatibles con una caída de
altura; no de una agresión física.

En la misma dirección, sobre el Dr. Germán Alonso, perito de la


defensa, es necesario indicar cómo sus respuestas, ofrecidas en el
curso del contrainterrogatorio de la Fiscalía, no son claras. Esta
formuló preguntas enfocadas a determinar el fundamento de sus
conclusiones.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Dijo en el juicio que, de las 4 radiografías analizadas, tomadas por el
Dr. Duque durante su procedimiento, una era de mala calidad, dos de
calidad media y otra de calidad diagnosticada. No obstante, sus
conclusiones se basan en las cuatro, comparándolas con fotografías
de la autopsia inicial, pese a haber mencionado que para un análisis
radiológico admisible era preciso contar con radiografías de óptima
calidad, luego su conclusión no aparece sustentada en una base
razonable.

Como en el caso anteriormente reseñado, la opinión pericial de este


experto de la defensa acusa similares defectos que los de su fuente
original, entre otras razones porque no fue él quien directamente tomó
las radiografías que critica a lo largo de su exposición, echando menos
técnica y calidad. En el mismo sentido la afirmación acerca de la
existencia de una fractura en base de cráneo; sin embargo, a reglón
seguido explica que para verificarla era necesario una radiografía
digital, con la que no se cuenta, pues es muy difícil apreciarla con una
normal.

De otra parte, revela, con la radiografía maxilar no puede identificar las


causas ni los mecanismos de una fractura o lesión; no obstante,
contradictoriamente-, anuncia que acude, entonces, a su experiencia
para determinar cómo se produjeron. Y agrega que con solo las
radiografías no se puede percibir las fracturas lefort 1, 2 y 3, de donde
resulta controvertible el fundamento de sus conclusiones. 71 ¿Solo la
experiencia? pues, recuérdese, reprochó la calidad de las radiografías,
así como el cumplimiento de los protocolos para tomarlas.

También para la Sala es evidente, en el contexto de su intervención,


que el perito extralimitó el objeto de su experticia. Habló, por ejemplo,
como si fuese testigo de refutación, del indebido procedimiento
realizado por el Dr. Máximo Duque durante la exhumación y segunda
necropsia, materia que no se encuentra dentro de los fines para los
71 Récord 01:29:56 y ss. Audiencia del 11 de abril de 2016.
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
que fue contratado por la defensa de Laura Moreno. Hizo referencia a
temas como huella patrón, hemorragias cervicales, tratadas en el
informe del Dr. Duque, con el fin de refutar las conclusiones de este
experto, lo cual escapa al objeto de su peritaje, pues, como se dijo, su
estudio era, básicamente, de naturaleza radiológica maxilofacial con la
finalidad de verificar si las fracturas en el cráneo de Luis Colmenares
son compatibles con caída de altura, de acuerdo con las pautas fijadas
en la audiencia preparatoria.

La falta de objetividad en la opinión pericial se advierte, asimismo, en


su pronunciamiento sobre la antedicha fractura base de cráneo,
claramente favorecedora de la teoría del caso de la defensa. Ello
porque no era objeto de su experticia, es más, en el informe pericial el
argumento no fue mencionado; con todo, sostuvo la existencia de esta
fractura, pese a las “malas radiografías” que criticó del perito Dr.
Duque.

Ese consciente o inconsciente interés de los peritos contratados por la


defensa para asistirla con el resultado de sus peritajes, bien puede
hacer que se pierda el norte de la imparcialidad. Ese mayor o menor
sesgo, en este sistema de corte adversarial, se pone en evidencia de
acuerdo con el rol que juega cada una de las partes en el proceso
penal, maximizando el suyo en desmedro del de su antagonista,
dejando de lado, por momentos, el interés supremo de arribar a la
verdad.

Es lo que aquí se advierte de cara a las conclusiones del perito de la


Fiscalía, como lo reseña la juez de primer grado, desestimándolo,
ejercicio que se echa de menos respecto a la defensa, dado su
extraordinario interés porque su tesis fuera acogida, aun dejando por
momentos de lado la ciencia y, en ambos escenarios, todas las
variables que deberían haber considerado, máxime que la fuente de
su información no era directa, sino tomada de aquella severamente

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
criticada por no haber observado los protocolos, circunstancia que en
principio torna sus propias conclusiones contaminadas.

Y es que, nótese, un ejemplo más relativo a la fractura base de cráneo


que el Dr. Botella localizó, no así la Dra. Yocasta Brugal, -ambos
peritos de la defensa-, ni los dos peritos de la Fiscalía, contrario a lo
señalado por el Dr. Germán Alonso, demostrativa, en su opinión, de
una caída de altura, para el Tribunal, dada la magnitud de las
contradicciones, solo puede existir duda sobre su existencia.

Está también la controversia acerca de los mecanismos que


produjeron lesiones en el rostro, tema sobre el cual los impugnantes
ponen gran énfasis en las manifestaciones del Dr. Máximo Duque
quien dijo que las lesiones que observó revelan diferentes
mecanismos: contusión y corto contundente, coincidiendo en términos
generales con los demás peritos, en este aspecto; pese a ello, el
alcance de sus expresiones sí son tema de discusión sin conseguir
unidad de criterio, de donde se desprende que si bien hay coincidencia
en cuanto a que pudo concurrir alguno o todos estos tipos de
mecanismos, lo cierto es que como comprende una amplia variedad,
no se estableció cuál habría sido el que dio lugar a las lesiones. Los
recurrentes concuerdan, ante la presencia de este tipo de
mecanismos, que quedaría demostrado que Luis Colmenares fue
golpeado con varios objetos, en una disertación meramente teórica,
dado que carece de respaldo probatorio.

Sobre el punto, empero, el Dr. Máximo Duque no realizó mayores


elucidaciones, como sí lo hicieron los demás expertos en juicio oral.
La doctora Lesly del Pilar Rodríguez, ya se dijo, explicó, en grado de
probabilidad, -no de certeza-, que si bien existieron varios
mecanismos de lesión, contundente, corto -contundente y abrasivo o
fricción, también fue clara en exponer la naturaleza de cada uno de
ellos, con relación al caso, indicando que el mecanismo contundente

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Radicado No 110016000000201200141-01
es cuando prima la fuerza sobre un elemento, ejemplo, “ un ladrillazo
seco sobre una superficie físico, una pedrada, un puño, una
patada o una caída no importa la altura pero chocó con una
superficie seca que sería el piso que sería la fuerza contundente
que daría el trauma, la ruptura de los vasos superficiales .”,
concluyendo que la lesión en el hueso frontal es causada por ese
mecanismo.

Con relación a las lesiones que presentan abrasiones, como la herida


inframentoniana, aduce, se ocasionó por el contacto de la piel con una
superficie áspera y rugosa. Y respecto al mecanismo corto
contundente o cortante fino, indicó, refiriéndose a la lesión del párpado
y de la ceja, “pudo” causarse por el hueso orbicular que al ser puntudo
y sobresaliente “puede” producir una lesión cortante por el mecanismo
del hueso, que funge a la vez como mecanismo corto contundente.

Es que, incluso, entre los dos peritos de la Fiscalía hay controversia,


que, si no fuera porque contribuye a desinformar, sería enriquecedora.
Caso de la llamada lesión patrón, supuestamente encontrada en la
zona frontal derecha. En la explicación del soporte científico el Dr.
Duque Piedrahíta se queda corto. Si bien hizo referencia al libro Spitz
Werner U; Spitz D. MEDICOLEGAL INVESTIGATION OF DEATH.
4th Ed. 2004. Charles C Thomas, Thomas Books, página 460 a
493, lo único que resalta es el concepto y características de la aludida
huella, como que es calco o reproducción del objeto que causó la
lesión, pero particularmente sobre la lesión patrón que habría
encontrado en el rostro de Luis Colmenares solo dijo: “ Si se mira la
fractura redondeada es la lesión que yo indicaba tiene una forma
patrón, es decir, ese borde tan nítido, ovalado o circular no es
propio de una fractura ocurrida naturalmente en el cuerpo sino que
el elemento que la causó quedó con esa forma, además se ve con
unas pequeñas escalitas o huequitos, que es una marca que

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
debió haber dejado el elemento que causó esa lesión, por eso ese
tipo de lesiones en forense se llama una marca patrón…”

Deja de lado exponer, sobre el punto, por qué no son acertadas las
conclusiones de su colega, Dra. Lesly Rodríguez, quien afirmó en
juicio que no observó la lesión o huella patrón a la que él alude, ya que
las lesiones encontradas en el rostro de Luis Colmenares no
presentaban dibujo alguno de un objeto. No indicó tampoco la base
tecno-científica para acreditar porqué en este caso existía tal huella, y
por qué no se encontró en el tejido blando, pero sí en el hueso.

Así mismo, sobre la fractura frontal derecha que la perito sí diseccionó,


mencionó, tiene que ver con la forma del hueso, pues como este es
circular la fractura tiende a producirse de manera circular o
semicircular, además “No se encuentra una lesión patrón de la
fractura, no, es una fractura deprimida en un porcentaje, pero no
dibuja o sugiere un elemento como tal" Una "lesión patrón es una
lesión que dibuja o asimila un elemento causal en cuestión, puede
calcar un elemento con el que fue causada” concordando con los
peritos de la defensa.

Los peritos de la defensa, por su parte, tachan de inexistente la huella


patrón e indican, congruente con lo señalado por la perito de medicina
legal, la fractura se presenta de forma circular por la mismas
características de esa parte del cráneo, por lo que la lesión del hueso
se reproduce en la piel.

En medio de la perplejidad del caso dice también la Fiscalía que la


perito señaló la lesión “mentoniana y la inframentoniana” como
independientes citando el registro
“11001600000020120014100_110013109011_3, record 00:08:03-
00:09:20.” Verificado el récord no se corrobora tal afirmación. Lo que
contestó a pregunta de la fiscalía: “¿Las lesiones del mentón y de la
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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
cara son independientes?”, fue “Esta lesión es una y esta lesión es
otra,” haciendo referencia a que la del mentón es ante mortem y la de
la cara, específicamente la escoriación de bordes pálidos en mejilla
derecha, una abrasión post-mortem. Lo cierto es que ante la misma
inquietud siempre dijo que no pudo determinar si las lesiones se
suscitaron en diferentes momentos, como tampoco especificó un
objeto definitivo que las causara.

Como se aprecia, plurales conclusiones de la Dra. Lesly del Pilar


Rodríguez, quien practicó la primera necropsia, no concuerdan con las
de Máximo Duque, ambos peritos de la Fiscalía.

Así, como viene de verse, en todo caso, los peritos de la defensa


realizaron su propia experticia a partir de la misma información
documental y testimonial examinada y suministrada por la Fiscalía,
específicamente los informes de la primera y segunda necropsia y
complementarios. En esa perspectiva dicha opinión pericial, como
quedó visto, no resulta inequívoca para la Sala, ya que nace
principalmente del peritaje y examen del testimonio de la Dra. Lesly
Rodríguez, valorado como incompleto, y del Dr. Duque desestimado
por su indebida praxis, amén de las protuberantes fallas en aspectos
relativos a la autenticidad o integridad; luego, ¿Qué grado de
confiabilidad puede ostentar la opinión pericial basada, en su totalidad,
en procedimientos y conclusiones tachados por los mismos peritos de
la defensa como equívocos? Muy menguado, a juicio de la Sala, e
insuficiente para probar su teoría del caso porque, en sano criterio
valorativo, no se cumple las condiciones de validez requeridas.

Ello explica que, contrario a la apreciación de la primera instancia,


estime el Tribunal que en tanto la hipótesis de la defensa no fue
demostrada, como no lo fue la de la Fiscalía, la tesis de un accidente u
homicidio carece de una base razonable. Con todo, es preciso reseñar
y valorar, complementariamente, otros peritajes y pruebas no menos

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
importantes, pero que por sí mismas tampoco alcanzan el estándar
probatorio exigido por el C.P.P.

3.28. La operadora judicial evaluó, también, la teoría del arrastre del


cuerpo, luego de la presunta caída fundada en el informe del ingeniero
mecánico Carlos Alberto Herrera Cáceres y cálculos de la EAAB y de
la Universidad del Valle, -peritos de la defensa- concluyendo que, en
atención a las características físicas de Luis Andrés Colmenares y el
nivel de agua el día y hora de los hechos, -entre las 3:00 a.m. y 4:00
a.m.-, es perfectamente factible que haya sido arrastrado por la fuerza
del agua del canal El Virrey desde el lugar de caída hasta el Box
Coulvert donde es, finalmente, encontrado.

Igualmente halla soporte en el dictamen ofrecido por el ingeniero


topógrafo José Didier Herrera, -perito de defensa-, quien da cuenta del
llamado daño en la solera, percibido directamente por la juzgadora en
la reconstrucción, y que habría impedido localizar, en la noche, a
simple vista, el cuerpo del occiso; allí, en esa depresión, confluye,
según respuesta de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá, EAAB, además de aguas lluvias, aguas residuales o servidas,
pudiendo alcanzar 15 cm de altura, aunque en periodos de copiosa
precipitación llega a 1.70 metros descendiendo rápidamente una vez la
lluvia baja. Como la época era efectivamente de lluvias, lo cual quedó
demostrado, incluso para el día 31 de octubre de 2010, es muy
probable el arrastre del cuerpo. Tal concepción, empero, no resuelve
la incógnita de porqué, -si así fuera-, la ropa que llevaba puesta Luis
Colmenares no refleja la acción de arrastre.

Los recurrentes coinciden en que el estado de las prendas de vestir no


es compatible con huellas de arrastre, como tampoco con el nivel del
agua teniendo en cuenta la corpulencia de Luis Colmenares, de donde
coligen que fue dejado en ese lugar, inconsciente, en opinión de unos,
muerto, de otros.

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Segunda instancia
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Sobre este punto, en realidad, la fiscalía no hizo mayor despliegue
probatorio y, en últimas, no fue demostrado si en cuenta se tiene que,
respecto al nivel del agua del caño, para el momento de la supuesta
caída, no hay uniformidad de criterio, pues se habla, a través de la
diversa prueba testimonial, según se percibió, indistintamente, desde 5
cm hasta 20 o más, incluso de un metro setenta, 72 desconociéndose la
verdadera magnitud y fuerza de la corriente para entonces 94 y si,
necesariamente, el tramo que recorrería el cuerpo desde el sitio donde
aparentemente cayó hasta el box coulvert, es suficiente para esperar
rompimiento de las ropas y otros efectos que conjeturan los
recurrentes.73
3.29. De esta suerte, aun con conclusiones encontradas sobre los
mismos peritajes científicos y técnicos, asumidos por los adversarios
en el juicio, pues no se trataba de prueba de refutación que hubiera
implicado la práctica de nuevas pruebas a través de las cuales se
pusiera en tela de juicio la prueba a refutar, sino del análisis de la
llevada a juicio por la fiscalía en orden a probar su teoría del caso, y
así generar un conocimiento en el juez, más allá de toda duda, sobre
los hechos y circunstancias del suceso, autor y su responsabilidad
penal, si fuere el caso, había que valorar la probabilidad de que los
hallazgos en el cuerpo de Luis Colmenares correspondieran a golpes
sucesivos ocasionados por terceros -tesis del ente acusador-, o, en su

72 Sobre la profundidad del agua, por ejemplo, los bomberos del primer grupo, Héctor Alirio Gómez Aldana
“me tapaba escasamente la puntera de la bota, o sea no me llegaba casi al tobillo (sic), básicamente esa era la
altura… 8, 10 o 12 centímetros más o menos,” Isaías Lizarazo Pérez, manifestó que era de aproximadamente
de 10 a 12 cm, lo supone dice, “de pronto porque a los compañeros que ingresaron se les ve el nivel del agua
o sea la humedad en su ropa…” En el contrainterrogatorio afirma que está entre 8 a 10 centímetros de
profundidad. La defensa, impugnando su credibilidad, muestra la declaración, rendida por aquel en un
proceso disciplinario, donde menciona el testigo que “además el caudal del agua no era mayor a 25 cm de
altura.” 94 En el marco del testimonio del perito Carlos Herrera Cáceres se concluye que “un cuerpo como el
del señor Colmenares se arrastraría en el agua si la lámina de agua es mayor o igual a 21 centímetros y no
se arrastraría si es menor que 16. Entre la mitad, 15, 16 y 21 se puede arrastrar.”, quedando en el campo de
la hipótesis el nivel del agua para el momento exacto en que el cuerpo de Luis Colmenares toca la superficie
del canal, ya que solo se consigue determinar el caudal necesario para que se produjera la acción de arrastre,
en manera alguna si hubo o no arrastre del cuerpo; recuérdese que ante lluvias fuertes y prolongadas aquel
podía subir a 1.70 metros y descender rápidamente, y que según lo reportado por la estación pluviométrica de
Usaquén estipulación-, del Acueducto de Bogotá ese mes de octubre de 2010 fue el que más llovió.
73 El testigo de la defensa, FRANKLIN DARIO GARCIA ROBLEDO, quien fue el de los primeros
investigadores e hizo presencia en la inspección técnica a cadáver, señaló que entró al caño ese 31 de octubre,
le pidió prestado a los bomberos unas botas para protegerse del agua, se las puso y entró al túnel comentando
que el nivel del agua llegaba a una altura de 35 cm, pues con una regla hizo la demostración en la sala de
juicio donde dijo que el agua pasaba lo que cubría esas botas.

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defecto, a uno solo producto de caída al caño, disyuntiva que, en todo
caso, no se logró resolver por las falencias ya registradas.

Y es que, como se anotó, en la medida que la opinión calificada y


autorizada de un experto es necesaria para sustentar las pretensiones
concernientes a la teoría del caso de fiscalía y defensa, de cara a la
controversia procesal y probatoria sobre los hechos objeto de
investigación y del juicio, sin ella, o con un pronunciado déficit respecto
a su confiabilidad, difícilmente el juez, al hacer el juicio de valor en
torno a las pericias, puede llegar a conclusiones que lo coloquen bajo
el estándar probatorio del artículo 381 del C. de P.P., como aquí
ocurre. Ello porque el operador judicial no está obligado, y menos en
las circunstancias de inobservancia de protocolos que registra esta
actuación, a aceptar de forma irreflexiva un dictamen pericial. Debe
valorarlo “«como todos los demás medios de prueba, esto es, de
manera racional, o sujeta a los parámetros de la sana crítica, y no
de manera incondicional o mecánica ante los dictámenes de los
especialistas»”74

3.30. Renglones atrás se dijo que sin la práctica de prueba pericial no


sería posible resolver el problema jurídico planteado, pues el
conocimiento científico que demanda establecer la forma de muerte de
Luis Colmenares no lo tiene el juez quien debe, en todo caso,
valorarla. Empero, no es este el único medio de prueba que se trajo a
juicio oral, sin dejar de lado, hablando de testimonio, que al perito se
aplica, en lo que corresponda, las reglas de este.

Obra, en efecto, abundante prueba testimonial, importante fuente de


conocimiento que asiste al operador judicial en el momento de
establecer si un hecho punible ocurrió o no. De ahí que el análisis
comprenda la evaluación de su admisibilidad y, con ello, el tipo de
información que aporta, vale decir, si se trata de un testigo presencial,

74 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal, providencia del 6 marzo de 2013, rad. 39559.
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Radicado No 110016000000201200141-01
de dónde proviene el conocimiento que expone bajo la gravedad del
juramento, y las variantes que contribuyen a la construcción del juicio
de credibilidad.

En ese contexto surge el interrogante inevitable acerca de la relación


entre la valoración que se ha realizado de la prueba pericial y la
testimonial: ¿Acaso esta última tendría el potencial, por sí misma, de
dilucidar el problema jurídico? Si la respuesta fuere negativa,
prevalece la valoración de la opinión pericial realizada por la sala y sus
conclusiones, en conjunto con los demás medios de conocimiento. Si
es afirmativa, conduciría a un escenario inédito donde la opinión
pericial no sería necesaria, lo cual resulta impensable en casos en
que, por el tipo especializado de conocimiento que demanda la
solución del problema jurídico planteado, no es posible soslayarla,
como aquí acontece.

Así las cosas, si bien el testimonio de oídas, que no prueba de


referencia en tanto en este asunto no convergen las causas
expresamente señaladas en la ley para ese efecto, constituye un medio
de prueba que acredita “el relato que otro hizo respecto de un suceso,
mas no la veracidad del mismo”, tal como lo indica la Corte Suprema
de Justicia”75 y, por tanto, objeto de valoración, esta queda supeditada
a la que el juez realice de manera conjunta con los demás elementos
probatorios que hubieren sido oportuna y regularmente incorporados
en juicio, pues se trata del dicho de un declarante que expone los
hechos llegados a su conocimiento por virtud de lo narrado por otra
persona, no por la percepción directa de estos. Por ello su apreciación
resulta más exigente.

Es menester, además, verificar, en lo posible, que durante la cadena


de comunicación que comporta reproducir entre unos y otros la
información, los testimonios que dan cuenta de un conocimiento

75 Ver sentencias emitidas por esa corporación del 13 de agosto de 2014 rad. 37924, y del 27 de febrero de
2013, rad. 38.773.
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indirecto, pudieran o no resultar distorsionados por la incidencia de
diferentes circunstancias.

Lo anterior porque en este asunto no se estableció si los testimonios


resultan inconsistentes producto de esa eventual deformación de la
noticia, o porque la fuente original de ella (Laura Moreno) varió ante
los receptores su versión de los hechos; pero más allá, incluso, de esa
fragilidad que, en todo caso, se resaltará, el tema de fondo es el efecto
que, para el caso concreto, tiene la no demostración de ninguna de las
dos hipótesis formuladas sobre la manera de muerte, de cara a esos
testimonios de oídas, vale decir, qué eficacia tiene la tesis del
accidente pregonado por Laura Moreno, reproducido de una u otra
forma por los testigos de oídas, si finalmente no fue corroborada a
través de los otros medios de prueba desplegados en este asunto.

Por esta razón desde ya es preciso sentar la premisa de que ninguno


de los testimonios practicados en juicio oral ofrece un conocimiento
personal y directo acerca de las circunstancias de modo, tiempo y
lugar de ocurrencia de los hechos objeto de investigación, esto es, la
muerte de Luis Colmenares, como se esperaría en los términos del
artículo 402 del C. de P.P., como tampoco están en condiciones de
validar la veracidad del dicho de Laura Moreno. En conjunto dan
cuenta de lo que observaron y percibieron, ora frente a las
manifestaciones verbales de Laura Moreno, ora del papel
desempeñado por algunos de ellos en las labores de búsqueda y
hallazgo de Luis Colmenares.

En la práctica, entonces, desde su propia perspectiva, se encargan de


corroborar completa o fragmentariamente el dicho de Laura sobre los
hechos, no de validarlos. Y si bien es cierto no estaba obligada a
declarar en su propio juicio, renunciando al derecho a guardar silencio,
el proceso quedó sin la posibilidad de que sus afirmaciones fueran
controvertidas mediante otros medios de prueba directos o a través,

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Radicado No 110016000000201200141-01
incluso, de la impugnación de credibilidad en aras del ejercicio de
contradicción de la prueba.

De esta suerte, si de lo que se trataba era de saber qué sucedió


realmente a Luis Andrés Colmenares al salir de la discoteca, y qué
circunstancias condujeron a su muerte, la versión, en principio,
orientadora fue la de Laura Moreno por provenir de la única persona
que estaba con él –nunca se demostró lo contrario-, pues Jessy
Quintero, de quien se afirma salió junto con Luis Colmenares y Laura
de la discoteca, según la misma prueba testimonial, solo estuvo
presente hasta el momento en que aquel salió a correr. Los demás
testimonios, en tanto no provienen de individuos que ostenten un
conocimiento personal, ya se dijo, mal podrían dar cuenta del accionar
de Colmenares por lo que, a la sazón, no sirven para probar el
episodio concreto de su supuesta caída al caño o un homicidio.

En este segmento, el de los testigos de oídas, están los compañeros


de fiesta de Luis Colmenares, los policías de los CAI que atienden el
caso reportado por Laura, los bomberos del primer y segundo grupo
que acuden al rescate, investigadores y familiares del occiso. A partir
de tales testimonios, en concordancia con los demás elementos
materiales de prueba, evidencia física e información legalmente
obtenida, no se pudo alcanzar una respuesta congruente con alguna
de las hipótesis formuladas:
¿un accidente? ¿Un homicidio?

Sobre cada uno de estos dos enfoques se apoya también el análisis de


la prueba testimonial, en función de una aproximación al
establecimiento de la verdad, ya en entredicho con las resultas de la
valoración practicada sobre la prueba pericial, todo ello en la búsqueda
de un conocimiento más allá de toda duda acerca del delito y de la
responsabilidad penal, si así fuere.

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Cuando decimos más allá de toda duda razonable, estamos
hablando del ya no tan nuevo sistema procesal colombiano que
implantó, desde el año 2005, un nuevo estándar de conocimiento para
condenar, fundado en las pruebas debatidas en el juicio oral, a partir
de la confrontación entre dos partes, cada una de ellas desde una
perspectiva de verdad diferente, frente a un juez imparcial, a diferencia
del sistema inquisitivo en el que éste, como director de la
investigación, no solo buscaba la verdad material, sino que decidía
sobre la inocencia o culpabilidad del procesado.

3.31. Se tiene, entonces, testigos plurales de oídas que dicen haber


tenido conocimiento indirecto del hecho a partir de la versión de Laura
Moreno, es decir, dan cuenta de la existencia del relato por esta
realizado y que se contrae, puntualmente, a la búsqueda en el caño El
Virrey de Luis Andrés Colmenares, una vez se precipita en aquel lugar,
según ella.

A juicio de la juez de primer grado esta versión de los hechos,


conocida a través de los testigos precitados, es coherente y verosímil,
compatible con la conclusión a que arribó respecto a la manera de
muerte. Para los recurrentes, empero, es mendaz, pues ocultó la
verdad de lo sucedido, vale decir, en su opinión, un homicidio.
Con todo, ninguno de los amigos comunes de Laura y Luis
Colmenares, ni los familiares de este, tampoco los investigadores, los
patrulleros de la policía, ni los bomberos del primer y segundo grupo,
están en condiciones de refrendar la veracidad del relato ofrecido por
Laura, única y última persona que vio con vida a aquel. Por eso, si la
pretensión era demostrar qué sucedió entre el momento de salida de
Colmenares de la discoteca, y la búsqueda de él en el caño El Virrey,
hay que decir que a ninguno le consta. En tal virtud, su testimonio, ya
se dijo, es prueba indirecta. Y, en algunos casos, directa solo para
acreditar las actividades que realizaron ese día con ocasión de la
búsqueda de aquel.

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Segunda instancia
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En ese contexto, en tanto el Tribunal concluye que el hipotético


accidente, ni el presunto homicidio fueron demostrados a partir de la
prueba pericial mencionada, la versión de Laura trasmitida a los
aludidos deponentes queda sin respaldo probatorio, pues, en esas
condiciones, ausente de confrontación, mal podría tenerse como una
verdad incontestable que la muerte de Luis Colmenares es producto
de una caída de altura. Ni siquiera indiciariamente, en ausencia de
otros hechos indicativos de que así ocurrió.

Y ello es así porque para la Sala asegurar, con probabilidad de verdad,


que el supuesto engaño orquestado por Laura, según los recurrentes,
para despistar a las autoridades, existió, sería necesario que el hecho
punible a ocultar estuviere demostrado, para el caso, el homicidio. De
lo contrario, ¿cómo hablar de coautoría o posición de garante, o en la
situación de Jessy Quintero de favorecimiento? O cómo predicar que,
en efecto, fue un accidente, si de las pruebas practicadas en juicio oral
no se desprende la demostración, en los términos del artículo 381 del
C. de P.P., de alguna de tales hipótesis.

En esa medida, las manifestaciones de Laura conocidas en juicio oral


a través de aquellos que fueron receptores de ellas, no alcanzan, per
se, para determinar su veracidad y, con ese sello dar por irrefutable la
teoría del accidente. Ello, porque no encuentra sustento en otros
medios de prueba cuando se analiza en conjunto. Por tanto, como
viene de decirse, si las hipótesis concretas, - homicidio o accidente- no
fueron demostradas mal podría determinarse, a través de testigos de
oídas, que Laura Moreno miente o dice la verdad.

Por eso, es posible que las afirmaciones realizadas por Laura Moreno
a terceros tuvieren un notable valor indiciario si, analizada la prueba en
conjunto, se pudiera determinar, más allá de toda duda razonable, la
tesis de la defensa. O, por ejemplo, piénsese que, con la prueba

146
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pericial forense, arriba analizada, quedara probada la tesis de la
Fiscalía. En cualquier caso, habría una base razonable para establecer
si Laura mintió o no. En ausencia de ella, campea la duda.

3.32. Como viene argumentándose ninguna de las reseñadas hipótesis


fue verificada. Si bien, en lo que toca con la versión de Laura Moreno,
reproducida por los testigos, podría existir un hilo conductor que busca
explicar la repentina desaparición de Luis A. Colmenares atribuyéndola
a una caída, y subsiguiente búsqueda, al margen de su insuficiente
utilidad para probar finalmente una u otra teoría del caso, es
importante reseñar las inconsistencias más relevantes de la prueba
testimonial, pues viene a reforzar la perplejidad que el asunto genera
en segunda instancia.

Efectivamente, para emitir sentencia el Juez no puede fijarse “ sólo en


la cantidad de testigos que apoyan la tesis de la Fiscalía o de la
defensa porque como establece la máxima procesal «los testigos
no se cuentan sino que se pesan», expresión con la que se quiere
significar que lo importante no es el número de personas que
concurran a afirmar o infirmar un hecho sino la coherencia y
corroboración con las demás pruebas de cada testimonio .”76 Por
eso, la prueba testimonial, para que cumpla el estándar del artículo 381
y 372 del C.P.P., no debe albergar “contradicciones
principales”, es decir, no son de recibo contenidos divergentes sobre
aspectos de esencial relevancia, ya sean internos en sus expresiones,
o externos en relación con otros medios de convicción.

Pues bien, a través de testimonios que dan cuenta de un conocimiento


personal es posible establecer la asistencia de Luis Colmenares a la
discoteca Penthouse, ubicada la Calle 84 B con carrera 13
acompañado, entre otras personas, de Laura Moreno y Jessy
Quintero, el día 30 y madrugada del 31 de octubre de 2010. Que allí

76 Sentencia ídem.
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permanecieron hasta las 3:00 de la mañana; salió por sus propios
medios, con tercer grado de alcohol en la sangre, junto a aquellas.
Para ese momento, es claro, Luis Andrés Colmenares no tenía ningún
tipo de lesión; tampoco hay razón probatoria atendible de que se
hubiere presentado riña o altercado dentro del lugar de esparcimiento.
Todo ello se desprende de los testimonios practicados en juicio oral,
entre otros, de Soraya María Ciro Colina, Juan Sebastián Bautista
Grillo, María Andrea Archila Pino, y Luis Mauricio Alnear Camero,
compañeros del occiso, quienes estuvieron con él hasta las 3:00 am
en la prenombrada discoteca.
Lo sucedido de ahí en adelante es el objeto principal de controversia.

La actividad que sigue, a partir de las 3:00 am, hasta que hace
presencia en el caño los policías Wilson Andrés Mahecha Guerrero y
Hélbert Gutiérrez Arroyo, adscritos al CAI Estadero, no es pacífica,
pues para el bloque de la defensa, de acuerdo con la versión de Laura,
conocida a través de terceros, se trata de explicaciones coherentes,
corroboradas por la prueba pericial. Para el ente acusador, el
representante de víctimas y ministerio público, empero, tales
explicaciones no lo son, ni fueron corroboradas porque, precisamente,
habrían acreditado la ocurrencia de un homicidio. Coinciden
únicamente en el escenario donde es hallado muerto Luis A.
Colmenares.

En orden a evidenciar el aserto anterior nos referiremos a una de las


principales discordancias en la versión conocida de Laura Moreno: si
bajó o no al caño una vez Colmenares se precipitó allí, pues algunos
como el investigador Gerardo Quintero del CTI lo afirman a partir de la
entrevista que le hizo, mientras al otro Investigador Manuel Rodríguez,
algo tan relevante, no le fue comentado. De esa supuesta acción
también da razón Yadira Piamonte, otros simplemente ignoran ese
episodio. Y es relevante haberlo concretado en tanto y por cuanto
informaría, in situ, sobre el nivel del agua y la posibilidad de arrastre,
por ejemplo, pues si en gracia de discusión bajó y no lo encontró daría
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bases razonables para suponer que la corriente era muy fuerte. Sin
embargo, la información es precaria y nunca se corroboró con la
persona que se dice la ayudó a ascender del caño:
Mateo Medina, quien no declaró en juicio.

Con relación a los dos policías –WILSON A. MAHECHA GUERRERO


y HELBERT GUTIERREZ A-, dígase que no es viable establecer, a
través de su testimonio, si el cuerpo estaba dentro del Box coulvert,
pues su búsqueda consistió en observar los alrededores del caño El
Virrey, no interiormente. Además, es importante anotar, ofrecen
algunas distorsiones en la información recibida y trasmitida que
mengua valor suasorio a sus relatos, y que luego tiene alguna
incidencia en los alegatos de las partes, caso de las locuciones
empleadas para denominar la supuesta acción de Luis Colmenares,
pues según estos agentes Laura los enteró que se lanzó, mientras el
patrullero Edwar Octavio Abril Barón afirma en su declaración que lo
por él comunicado fue que ella indicó que el joven había “ caído” al
caño.

El argumento vinculado a las distintas palabras que Laura habría


utilizado para describir la acción de Luis Colmenares fue ampliamente
debatido, en el entendido que para la Fiscalía es la evidencia de que
se contradice; alude, en tal virtud, a los verbos caer, botar, lanzar, tirar,
saltar, -salto olímpico, se dice-. No probó, empero, que esos vocablos
hayan sido verdaderamente por ella pronunciados o, contrario sensu,
producto de defectos de la comunicación en tratándose de testimonios
de oídas, circunstancia que nos pone, nuevamente, ante la realidad de
la versión no validada de Laura Moreno.

A manera de ejemplo citamos a Jorge Colmenares, 77 quien no asegura


si Laura Moreno dijo lanzar o caer al caño. Oneida Escobar Gil 100
manifestó que Laura pronunció la palabra lanzar; sin embargo, Ulises

77 Escuchar audiencia del 8 de julio de 2015, folio 169 carpeta 146 a 169, Jorge Luis Colmenares Escobar.
100
Carpeta 13, escuchar audiencia del 7 De Julio De 2015.
149
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Julio Ibarra Daza78 afirmó en juicio haberse enterado por ella que
“presuntamente había caído al caño. ” En el mismo sentido se
advierten diferencias entre los bomberos del segundo grupo, pues al
paso que William Gómez Rodríguez y Erwin Triana Vega dicen que
Laura comunicó haber visto caer a Luis Colmenares, Clarena Montaño
Becerra indicó que dijo que se había lanzado.

Del mismo modo, inquieta que si Wilson Andrés Mahecha Guerrero no


intervino en la conversación entre Laura y su compañero Helbert
Gutiérrez Arroyo, en el juicio hiciera referencia a circunstancias que
éste último no adujo, por ejemplo, que Laura estuvo con Jessy desde
la compra del perro caliente hasta que Luis salió a correr y cayó al
caño, cuando Gutiérrez Arroyo, quien sí habló con Laura Moreno,
manifestó que lo que ella indicó era que estaba sola y fue la única
persona que persigue y ve caer a Colmenares Escobar. De tales
discrepancias se valen los recurrentes para aseverar que ella miente,
validación, como ya se dijo, no factible en las circunstancias de este
proceso.

Aducen los dos policiales, por otro lado, que Laura y Jessy eran las
únicas personas buscando a Colmenares, mientras su compañero del
CAI El Virrey, Abril, manifestó lo contrario. Expuso que había 3 o 4
personas con ellas en la búsqueda, lo cual converge con las
declaraciones de Juan Sebastían Grillo y Soraya Ciro; además, con la
estipulación número 14 se sabe que las partes dan por probado cómo
varios compañeros de Colmenares Escobar lo buscaron el 31 de
octubre de 2010, alrededor del aludido caño. También existe
divergencia entre el policía Mahecha Guerrero y Helbert Gutiérrez
Arroyo, pues el primero afirma que llegaron a los 5 minutos de recibir
la llamada proveniente del CAI el Virrey -3:45 am-, el segundo
manifestó que llegaron a las 4:30 am, no obstante, está demostrado
con la estipulación probatoria 14 que la llegada al lugar se produjo a
las 4:00 am.
78 Escuchar audiencia ídem.
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Está el caso también del primer grupo de bomberos que acude al lugar
con la tarea de buscar en el caño a Luis Colmenares de acuerdo con
las manifestaciones de Laura. Concurren: Lizarazo Pérez, Héctor Alirio
Gómez Aldana, Jhon Alexander Peña Guzmán, Omar Yesid Pabón y
Yadira Piamonte Fernández. Arribaron al parque El Virrey
aproximadamente a las 4:47 a.m. y se retiran alrededor de a las 5:17
a.m.79 En el juicio oral ponen de presente, en el marco del
interrogatorio de la Fiscalía, su labor de búsqueda, supuestamente
diligente; sin embargo, en el contrainterrogatorio reconocen no haberla
realizado conforme a los protocolos,80 según lo mencionó el bombero
Isaías Lizarazo Pérez,81 pues no recorrieron el caño en su totalidad y
se limitaron a iluminar por lo extremos con lámparas, sin percatarse del
desnivel de agua y la caída de 60 cm a 25 metros de la entrada del
Box donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Colmenares Escobar
por el segundo grupo de bomberos. 82 Tampoco tuvieron en cuenta las
posibilidades de arrastre considerando que la noche de los hechos
llovió. En un momento dado, incluso, atribuyen a Laura falta de
información e interés, cambiando en el contrainterrogatorio la versión,
respecto a ella.83

Lo cierto es que, al margen de la veracidad o no de la versión de


Laura, nunca estuvieron en condiciones de declarar si el cuerpo objeto
79 Ver estipulación 17.
80 Escuchar a Yadira Piamonte, quien en juicio referencia que uno de los protocolos necesarios para la
búsqueda de una persona es ubicar la escena de los hechos. Sin embargo, manifiesta que el cuerpo de
bomberos no lo hizo ese día, como tampoco discutieron o analizaron las características del lugar, por ejemplo,
la ubicación del edificio Ecopetrol. Escuchar a Jhon Alexander Peña Guzmán, quien refirió que no se
cumplieron todos los protocolos para la búsqueda y rescate en el caño. No discutieron ni analizaron la labor
de la policía y la búsqueda que ellos habían hecho. La prioridad no era buscar en el túnel, por esa razón no lo
cruzaron, pues la policía no informó que tocaba buscar en el túnel. (escuchar audio del 24, 28 (inspección
ocular al caño El Virrey) y 29 de abril d 2014.
81 Admite no haber cumplido esa madrugada con el protocolo, “tampoco con su deber...” (Folios 71 a 95 de la
Carpeta 9, audiencia del 24 de abril de 2014, escuchar récord a partir del 01:51:48 a 1:54:58).
82 Escuchar audiencia ejemplo de Yadira Piamonte, Folios 135 a 159 carpeta 9, audiencia del 24 y 28 de abril
de 2014, récords (00:43:11 y ss, Escuchar a Omar Yesid Pabón Agudelo, en audiencia del 29 de abril de
2014, carpeta 9, folios 195 a 215.
83 Por ejemplo, Isaías Lizarazo Pérez manifestó en juicio que: LAURA manifestó “que estaban en un sitio y
que él había salido corriendo y que había caído al caño.” Asimismo, reconoce que se equivocó al creer que
no había un edificio de Ecopetrol en ese sector, pues creyó que LAURA MORENO hablaba del ubicado en la
calle 37 con carrera 7°, admitiendo, así, que el error no era de Laura, sino de él. Aduce, al respecto, “Lo que
se observa es que la información (suministrada por Laura Moreno) es veraz,” pues cuando analizó el sector
observó que si había un edificio de Ecopetrol cerca al CAI el Virrey en la Calle 87 con 13 A. Escuchar audio
del 22 de abril de 2014, desde el récord 00:12:55 y ss. Folios 71 a 95 de la Carpeta 9.
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de búsqueda estaba donde finalmente es encontrado por sus
compañeros del segundo grupo. En tal virtud, no es de recibo que los
recurrentes se valgan de estos testimonios intrincados para asegurar
que el cuerpo de Luis Colmenares no estaba en el caño en el
momento de la primera búsqueda, en aras de dar soporte a su teoría.

Otra cosa es conjeturar pues, evidentemente, si el cuerpo hubiese sido


hallado por ese primer grupo de bomberos la versión de Laura
adquiriría visos de verdad, como que de cara a la hipótesis de la
Fiscalía difícilmente podría sustentar que fue colocado allí después de
ser golpeado; el tiempo no da para ese acontecer. Pero como no fue
encontrado, no se sabe, ni se demostró, si por negligencia de los
bomberos o porque realmente no estaba allí, de nuevo la duda
campea en la actuación.

3.33. Sobre el análisis link practicado por la defensa a través de


Wellington González y la Fiscalía con Mariano Alexandro Sánchez,
solo es posible establecer que el día 30 y 31 de octubre de 2010 se
realizaron varias llamadas entrantes y salientes por varias personas,
entre ellas las acusadas y Colmenares, de sus números de celulares.
Y si bien, el fin del análisis era determinar líneas de tiempo o de
secuencia cronológica y una posible dirección de nomenclatura
aproximada a través del examen de las celdas de inicio y finalización
de cada una de las comunicaciones que tuvieron, básicamente, Luis
Andrés Colmenares Escobar, Laura Moreno y Jessy Quintero esa
madrugada, tal y como lo acepta la Fiscalía en su recurso de
apelación, a través de esta prueba únicamente se evidencia el sector
donde se produce la llamada, mas no la ubicación exacta de la misma.
Y si bien de las llamadas telefónicas donde se ubicaron las celdas de
inicio y finalización de las mismas, se extrae unas direcciones: Calle
85 # 15, caño el Virrey, Carrera 15 # 82-35, Calle 86 A N° 11 A -54 ,
AV. 82 #12-18 , edificio Interbolsa y Calle 87 # 20-27 y Calle 90 # 14-
37, todas estas muestran, en el caso de Jessy y Laura que estaban
para entonces en el sector del parque El Virrey, sin que sea posible, a
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partir de esa validación, establecer con quién realmente se encontraba
Luis Colmenares luego de salir de la discoteca, mucho menos
reafirmar lo expuesto por Laura sobre un accidente.

La Fiscalía, entre tanto, afirma que, a partir de esas llamadas se puede


establecer que Jessy Mercedes no estuvo entre 3:00 a.m. y 3:30 a.m.
en el mismo lugar en el cual se encontraban Laura Moreno y Luis
Andrés Colmenares, pues “no existe evidencia alguna,” que
corrobore tal hecho. El representante de víctimas y ministerio público
respaldan tal aseveración, por cuanto Jessy Quintero realizó una
llamada a las 3:21 am, desde el sector Andino 2, correspondiente al
edificio Interbolsa, mientras que Luis Colmenares se encontraba en el
Antiguo Country, así informan que Jessy estaba en otro sitio y llegó al
Virrey sobre las 3:59 minutos.

Sin embargo, tales razonamientos carecen de fuerza persuasiva


porque, como se observó, contrario a lo manifestado por la Fiscalía, sí
existe prueba directa sobre la ubicación de Jessy Quintero en ese
momento, como se desprende de la declaración de las personas que
la recogieron cerca a la 85 con 15 y la llevaron al CAI el Virrey donde
inició la búsqueda de Luis Colmenares. En ese sentido Soraya María
Ciro Colina, Juan Sebastián Bautista Grillo y Luis Mauricio Alnear
Camero.

3.34. La situación planteada a lo largo de esta providencia conduce a


optar por el principio in dubio pro reo que implica, ante la duda,
resolver en favor del acusado.

Ello porque, en últimas, luego de analizar todas las incidencias y


pruebas practicadas en juicio oral, condenar, como lo reclaman los
apelantes, no es posible por cuanto el Tribunal no alcanzó,
definitivamente, un conocimiento, más allá de toda duda, no solo
respecto al delito de homicidio, sino la responsabilidad que le sería

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
consustancial; tampoco, desde luego, sobre la inocencia de las
acusadas.

En tales circunstancias, en sano criterio valorativo, no hay otra salida


posible, ya que el estándar de prueba, que en los términos del artículo
381 del C. de P.P., se demanda para condenar, no se verifica al punto
que resulta insostenible predicar que la teoría del caso de la fiscalía
fue demostrada; tampoco la de la defensa, todo ello en el marco de
libre valoración de la prueba. Y no se trata de un estado de duda
expresión de la subjetividad de la sala, sino del estudio racional y
objetivo de la prueba y su valoración.

Consecuentemente, se dará aplicación al principio de in dubio pro reo,


derecho con ‘rango de derecho fundamental acompaña así, como
ha precisado la Corte, al acusado desde el inicio de la acción
penal hasta el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad, y
exige para ser desvirtuada la convicción o certeza, más allá de
una duda razonable, basada en el material probatorio que
establezca los elementos del delito y la conexión del mismo con el
acusado. Además ante la duda en la realización del hecho y en la
culpabilidad del agente, se debe aplicar el principio según el cual
toda duda debe resolverse en favor del acusado’ 84 reconociendo la
existencia de duda razonable y, por tanto, confirmando la sentencia de
carácter absolutorio, pero por esta razón.

3.33. Cuestión final

Como quedó establecido, si bien la Fiscalía General de la Nación no


demostró más allá de toda duda razonable la materialidad de la
84 Jurisprudencia: Corte Constitucional Sentencia C-1156 de 2.003 y en C – 774 de 2.001 “La presunción de inocencia en
nuestro ordenamiento jurídico adquiere el rango de derecho fundamental, por virtud del cual, el acusado no está obligado
a presentar prueba alguna que demuestre su inocencia y por el contrario ordena a las autoridades judiciales competentes la
demostración de la culpabilidad del agente. Este derecho acompaña al acusado desde el inicio de la acción penal (por
denuncia, querella o de oficio) hasta el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad, y exige para ser desvirtuada la
convicción o certeza, más allá de una duda razonable, basada en el material probatorio que establezca los elementos del
delito y la conexión del mismo con el acusado. Esto es así, porque ante la duda en la realización del hecho y en la
culpabilidad del agente, se debe aplicar el principio del in dubio pro reo, según el cual toda duda debe resolverse en favor
del acusado.”.
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conducta punible de homicidio imputada a Laura Moreno, tampoco la
de Favorecimiento al homicidio imputada a Jessy Mercedes Quintero
Moreno, de tal suerte que sobre este último delito se impone para la
Sala, en todo caso, pronunciarse acerca del fenómeno jurídico de la
prescripción de la acción penal, pues operó y, en tal virtud, así se
declarará.

La Fiscalía General de la Nación, se reitera, imputó a Quintero Moreno


el delito de Favorecimiento al homicidio, de conformidad con los
artículos 446, inciso segundo, del Código Penal. 85

La prescripción, como causal de extinción de la acción penal, 86 opera


cuando ha transcurrido, a tenor del Código Penal de 2000, artículos
82, 83 y 84, un tiempo igual o superior al máximo de la pena fijada
para el delito cometido, nunca inferior a 05 años, ni mayor de 20,
contado a partir del momento de su consumación, -si es de ejecución
instantánea, o desde la perpetración del último acto -si es de ejecución
permanente. Quiere decir ello que en el presente caso el término de
prescripción inició el 31 de octubre de 2010 -fecha de los hechos- por
un lapso equivalente a la pena máxima del delito enrostrado –216
meses-.87

Sin embargo, a voces del artículo 292 de la Ley 906 de 2004, el


término prescriptivo se interrumpe con la formulación de la
imputación y a partir de ese momento empieza a correr nuevamente,
por la mitad del lapso inicial, pero nunca inferior a 3 años.

De este modo, el aludido término para el punible endilgado en este


asunto se interrumpió el 7 de octubre de 2011, fecha en que se realizó

85 Folio 233 de la carpeta base inicial.


86 La doctrina define la prescripción como “…un instituto liberador en cuya virtud –por el transcurso del tiempo y ante
la incapacidad de los órganos de persecución penal de cumplir su tarea – el Estado, conocedor de esta situación,
autoriza a poner fin a la ‘acción penal’ iniciada o por entablarse.” VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de
Derecho Penal – Parte General. Temis. Bogotá, D.C., 2002. P. 603.
87 La aludida pena se extrae así: el delito de favorecimiento, art. 446, inicio 2º, del C.P., trae aparejada una
pena de prisión, en el extremo máximo, de 216 meses.
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Segunda instancia
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formulación de imputación ante el Juez 21° Penal Municipal con
Función de Control de Garantías de Bogotá, contra Jessy Mercedes
Quintero Moreno. A partir de ese día empezó a correr un nuevo
término equivalente a la mitad del inicial, esto es, 9 años. Así, la fecha
de expiración del término de prescripción fue el 7 de octubre de 2020,
toda vez que el equivalente a la mitad de la pena máxima, a la fecha
del acta de aprobación de este proveído, se superó.

Bajo tales parámetros, no procede decisión distinta a declarar extinción


de la acción penal por prescripción debiéndose, por la Juez de primera
instancia, cancelar, si los hubiere, los requerimientos y pendientes que
Quintero Moreno tenga por razón de esta actuación penal.

En mérito de lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Bogotá, D. C., en Sala de Decisión Penal, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

PRIMERO. - CONFIRMAR, pero por los motivos señalados en el


cuerpo de esta providencia, la sentencia de carácter absolutorio
proferida el 21 de febrero de 2017 por la Juez 11° Penal del Circuito de
Conocimiento de esta ciudad, en favor de Laura Milena Moreno
Ramírez y Jessy Mercedes Quintero Moreno.

SEGUNDO. – Declarar la extinción de la acción penal por prescripción


a favor de Jessy Mercedes Quintero Moreno, por el punible de
favorecimiento.

TERCERO. - Decretar en consecuencia, preclusión a favor de Jessy


Mercedes Quintero Moreno.

Cancélese las anotaciones a que haya lugar.

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Segunda instancia
Radicado No 110016000000201200141-01
Contra la presente decisión no cabe recurso alguno, salvo el
extraordinario de casación. Las partes e intervinientes quedan
notificadas en estrados.

JAIRO JOSÉ AGUDELO PARRA

Magistrado

JUAN CARLOS ARIAS LÓPEZ

Magistrado

EFRAIN ADOLFO BERMUDEZ MORA

Magistrado

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