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C. VILLAFAÑE - LEÓN23/03/06
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Casi la mitad de las diferencias en la inteligencia de los chimpancés se debe al
legado genético. Así lo afirma un estudio que publicó la revista Current
Biology y que contribuye a comprender la capacidad cognitiva de los
primates, incluidos los humanos.
Los autores recordaron que el papel que desempeñan los genes en la inteligencia
o el coeficiente intelectual de los humanos ha sido asunto de debate desde hace
mucho tiempo.
Tal como ocurre con los humanos, los genes son importantes en lo que se refiere
a las capacidades cognitivas de los chimpancés "y sin que eso signifique que
sean el único factor que determine esas capacidades, no pueden
ignorarse", manifestó Hopkins.
Los estudios que los científicos hacen con chimpancés pueden ampliar el
conocimiento acerca de la inteligencia, en parte porque a diferencia de los
humanos, el desempeño de los chimpancés en las pruebas cognitivas no está
complicado por factores como los sistemas escolares o las complejidades
socioculturales.
Pero "la búsqueda de respuestas a esta cuestión puede conducirnos a los genes
que cambiaron en la evolución humana y permitieron el surgimiento de algunas
especializaciones de la cognición específicamente humanas", agregó.
https://www.latercera.com/noticia/estudio-dice-que-la-inteligencia-de-los-chimpances-esta-
determinada-por-la-genetica/
.
Un chimpancé resulta ser más inteligente que humanos universitarios.
Ahora que ha vuelto a ponerse de moda hablar del Planeta de los Simios, ¿nadie se ha
parado a pensar en que la Tierra ya lo es?. Nosotros somos simios, los únicos monos
calvos de las 193 especies vivientes, y hasta ahora nos creíamos los más listos… Puede
que dentro de unas cuantas generaciones la ciencia ficción ya no sea ficción. Y no es
porque los demás simios evolucionen más deprisa, lo preocupante es la involución que
estamos sufriendo nosotros, los monos calvos. Está demostrado, hay más inteligencia
en algunos zoológicos que en muchos institutos, por mucho que pique. Os presento a
Ayumu, un chimpancé que no sólo gana a los humanos en las pruebas de memoria a
corto plazo, sino que usa trucos para que no le puedan ganar.
Que nuestros primos más cercanos son inteligentes, y mucho, está claro. Hasta ahora
nos creíamos los únicos capaces de utilizar herramientas complejas, es decir, no sólo
una ramita para sacar hormigas, que supone un único pensamiento práctico,
sino elaborar herramientas para crear más herramientas que nos sirvieran a nuestros
fines, lo que supone tener la idea de lo que se quiere conseguir en la cabeza, una
representación abstracta de la misma. Pues después de observa a los chimpancés en su
hábitat natural, se ha comprobado que no sólo fabrican herramientas, sino que pueden
llevar consigo todo un kit para lograr sus propósitos, utilizando cada una en una pauta
distinta.
Pero podemos ir más allá, el uso de herramientas surgió antes de que nuestra estirpe
de homínidos se separara de la de nuestros primos los chimpancés, pero también antes
de que los dos nos separáramos de nuestros primos segundos los gorilas. Hasta ahora
se creía que los gorilas no utilizaban herramientas, nadie se planteo que así era no
porque no supieran usarlas, sino porque no las necesitaban. Esta señorita gorila utiliza
una vara para medir la profundidad del río. Mojarse los pies si es necesario, vale, pero
ahogarse es otra cosa muy distinta a lo que ella no está dispuesta.
Se descubre el fósil más antiguo del mundo en Groenlandia
Se encuentran restos de lo que podría ser el más antiguo ancestro
(conocido) del hombre
El secreto del nacimiento de Israel: Los Kibbutzim
¿Y este bebé tan mono?. ¿A que está para comérselo?. Pues nació igual que tú y que yo
Pero sobre todo, a nuestros amigos lo que más les gusta es ser libres, y saben cómo
conseguirlo. En un un documental de Discovery Channel, hace tiempo explicaban que
cuando los chimpancés están en un zoológico, son capaces de buscar la llave de su
jaula, esconderla y cuando cae la noche, espiar que nadie les esté observando para con
la llave abrir su jaula y escapar. En un reciente estudio se demostró que en las selvas de
Guinea, los chimpancés han aprendido a burlar a sus cazadores. ¿Cómo lo hacen?. Muy
simple. Los chimpancés han aprendido a sacudir las ramas de los árboles hasta que la
trampa se rompe. Los responsables del estudio cuentan con 6 videos en los que se ve a
los chimpancés desactivando las trampas. Incluso, algunos científicos lograron ver
como un chimpancé adulto le enseñaba a un chimpancé jóven lo que tenía que hacer
para deshacerse de las trampas. Ponerles cámaras de vigilancia tampoco es más
inteligente que su modo de actuar, enseguida las descubren, y muchas veces la imagen
buscada no se consigue porque hay un bebé chupando la lente, mueven la cámara, la
tiran, juegan con ella. Yo no sé a vosotros, pero a mí todas las cámaras ocultas de los
radares de tráfico me pillan por sorpresa.
Cuando no nos respetamos ni entre nosotros mismos, pedir respeto para nuestros
primos peludos suena un poco tonto. Pero no te equivoques, no eres muy diferente de
ellos, y tal vez un día, se tomen la revancha. Tienen la inteligencia, tal vez no tengan los
medios, pero con la involución (lo contrario de la evolución) que está sufriendo nuestra
especie, tal vez pronto se los demos.
¡Bienvenidos al Planeta de Todos los Simios!.
https://www.elpensante.com/simios-inteligentes-estas-seguro-de-que-tu-eres-el-mas-listo/
Su ADN solo se diferencia del nuestro en un cinco por ciento y, como nosotros, sienten celos,
envidia, amor, vergüenza y pena, elaboran herramientas, regalan mascotas a sus hijos y hasta
aprenden miles de palabras en el lenguaje de los signos. Por Fernando González-Sitges
Desde que perdió a su hijo poco después de nacer, Washoe, una chimpancé del
Instituto de comunicación entre chimpancés y humanos de la Universidad de
Washington, estaba especialmente sensible.
Durante los últimos meses Kat Beach, una voluntaria del instituto, se había ocupado
de ella, y entre la mujer y la simio se había entablado una emotiva amistad. Cuando se
hizo evidente el embarazo en curso de Kat, la chimpancé se mostró muy interesada.
En su lenguaje de signos, tocaba el abultado vientre de su amiga y formaba la palabra
‘niño’. Y entonces Kat dejó de visitarla.
Los grandes simios son capaces de entender hasta 5000 palabras de sus cuidadores aun
cuando estos no utilicen la mímica
Los científicos descubren progresivamente que estos animales cuentan con una
inteligencia asombrosa, hasta el punto de que pueden comunicarse con ellos tras un
largo aprendizaje. Los trabajos realizados en el Instituto de Comunicación de
Chimpancés y Humanos han permitido enseñar más de cinco mil palabras a
chimpancés y gorilas. Y no solo en el lenguaje de los signos. Los gorilas y chimpancés
del instituto entienden las palabras de sus cuidadores aun cuando no utilizan la
mímica. Y, lo que es más sorprendente, los simios que aprenden el lenguaje de los
signos se lo enseñan a sus hijos de forma que pueden comunicarse con los
cuidadores sin que estos les hayan enseñado nada.
Con el paso de los siglos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes -los tres
géneros que, con los humanos, conforman el grupo de los grandes simios- tal vez
lleguen a desarrollar sus incipientes inteligencias, aunque no parece que se lo
vayamos a permitir. Porque el ser humano ha puesto a todos sus compañeros de
grupo al borde de la extinción. Los científicos creen que todas las especies y
subespecies de grandes simios en libertad desaparecerán este siglo. Nuestra especie,
el ‘mono desnudo’ que llamara Desmond Morris, necesita todo el espacio de sus
primos simios para alimentar y ubicar a sus casi 7000 millones de miembros. El resto
son daños colaterales. Parece que en el transcurso de la evolución el egoísmo es un
rasgo que se desarrolla de forma directamente proporcional a la inteligencia.
Talla: 175 cm. Peso: 200 kg. Capacidad craneal media: 500 cc. Concordancia con el
ADN humano: 97,5%. Población estimada: 42.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: tienen fuertes vínculos sociales y son pacíficos.
Adoptan a los huérfanos. Fabrican y utilizan herramientas. Se ha visto a gorilas
emplear ramas para medir la profundidad de los arroyos que quieren vadear o usar
troncos y cortezas como puentes. Si se les enseña, dominan el lenguaje de los signos
y lo transmiten a sus descendientes.
ORANGUTÁN. Es capaz de usar un Ipad
Talla: 150 cm. Peso: 100 kg. Capacidad craneal media: 355 cc. Concordancia con el
ADN humano: 96,3%. Población estimada: 64.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características especiales: en estudios recientes, se les dieron iPads y su
relación con la tecnología confirmó su gran capacidad de comunicación e
interpretación del entorno. Son, con todo, los primates más solitarios y arborícolas.
Distinguen cientos de plantas y árboles y sus frutos. Las crías son casi tan
dependientes como los niños. Necesitan años de enseñanza materna para sobrevivir
solos en la selva.
CHIMPANCÉ. Regala mascotas a sus hijos
Talla: 150 cm. Peso: 90 kg. Capacidad craneal media: 450 cc. Concordancia con el
ADN humano: 95%. Población estimada: 260.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: utilizan juguetes y mascotas para sus hijos.
Reparten el trabajo dentro del grupo en misiones concretas. Fabrican y emplean
herramientas. Se valen de ramas que, tras aguzarlas por un extremo, usan como
puñales para matar pequeños mamíferos de los que se alimentan. Si se les enseña,
dominan el lenguaje de los signos.
BONONO. Utiliza el sexo para evitar tensiones sociales
Talla: 90 cm. Peso: 45 kg. Capacidad craneal media: 450 cc. Concordancia con el
ADN humano: 95%. Población estimada: desconocida. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: se sabe muy poco de su comportamiento, pero sí
se ha observado que son pacíficos y vegetarianos. Su rasgo más distintivo es que
utilizan el sexo como moderador de las relaciones sociales y amortiguador de las
tensiones en el grupo
https://www.xlsemanal.com/conocer/naturaleza/20171004/fauna-la-inteligencia-los-grandes-
simios-tan-humanos.html
Observados en la naturaleza y sometidos a pruebas en cautividad, los chimpancés se prestan a comparaciones con los humanos, sus parientes
cercanos. Guardan un parecido familiar que fascina a la gente, y los científicos ven cada vez más pruebas de similitudes en la conducta y las
habilidades de los chimpancés, que van más allá de un rostro expresivo y unos pulgares prensibles.
La teoría es que los chimpancés tienen una "reserva cognitiva" o inteligencia subyacente
El desafío es saber hasta qué punto se da en la naturaleza la conducta en cautividad
Los antepasados de los chimpancés fueron el último linaje de los monos actuales que se separaron de la rama que condujo a los humanos,
probablemente hace seis millones de años, o tal vez cuatro. Un examen más reciente demuestra que, a pesar de profundas diferencias en
ambas especies, sólo un 1,23% en sus genes separa al Homo sapiens del Pan troglodytes.
Los chimpancés hacen gala de una extraordinaria gama de comportamientos y talento. Fabrican y utilizan herramientas sencillas, cazan en
grupo y participan en actos agresivos y violentos. Son criaturas sociales que parecen capaces de mostrar empatía, altruismo, conciencia de sí
mismas, cooperación en la resolución de problemas y aprendizaje a través de ejemplos y experiencia. Los chimpancés incluso superan a los
humanos en ciertas tareas de memoria.
"Hace 50 años, cuando prácticamente no sabíamos nada de los chimpancés", señala Andrew Whiten, un psicólogo evolutivo de la
Universidad de St. Andrews (Escocia), "no habríamos podido predecir la riqueza y la complejidad de la cultura del chimpancé que
conocemos ahora". Jane Goodall, una joven inglesa que trabajó en África en los años sesenta, empezó a cambiar las percepciones. Al
principio, los expertos cuestionaban sus artículos sobre chimpancés que utilizaban herramientas y mostraban un comportamiento social.
Ponían objeciones sobre todo a sus referencias a la cultura de los chimpancés. Sólo los humanos, insistían, tenían cultura. "Al principio, Jane
sufrió el rechazo de las figuras consagradas", comenta Richard Wrangham, un antropólogo de Harvard. "Ahora, quienes dicen que los
chimpancés no tienen emociones ni cultura son los rechazados".
El nuevo consenso enmarcó el debate de un simposio, La mente del chimpancé, celebrado recientemente en el Lincoln Park Zoo de Chicago.
Más de 300 primatólogos y otros científicos evaluaron el conocimiento acumulado sobre las capacidades cognitivas del chimpancé.
Tras una sesión, Frans de Waal, de la Emory University (EE UU), autor de El mono que llevamos dentro (Tusquets Editores), decía que hace
sólo una década todavía no existía un consenso firme sobre muchas de las relaciones sociales de los chimpancés. "Ahora no se oye ningún
debate", afirmaba.
En sus estudios en el Yerkes Primate Research Center, De Waal descubrió que, como animales sociales, los chimpancés han tenido que
constreñir y alterar su comportamiento en varios sentidos, al igual que los humanos. Forma parte del legado del mono, apunta, y en el caso de
los hombres, es la base de la moralidad.
Otros estudios recientes explicaban con más detalle las habilidades de los chimpancés como fabricantes de utensilios. Jill Pruetz, de la Iowa
State University (EE UU), describía 22 ejemplos de chimpancés de Senegal que elaboraban lanzas de madera para cazar primates más
pequeños y obtener carne. Goodall fue la primera en observar los chimpancés como carnívoros cazadores no estrictamente vegetarianos.
Pruetz observó a varios chimpancés clavando las lanzas en troncos de árbol huecos en los que a menudo habitan los gálagos. Un solo intento
surtía efecto. Antes se había visto a chimpancés utilizar palos principalmente para extraer termitas de su refugio.
Un equipo de arqueólogos dirigido por el español Julio Mercader, de la Universidad de Calgary (Canadá), dijo haber encontrado piedras en
Costa de Marfil que los chimpancés utilizaban hace 4.300 años para abrir frutos secos. Con frecuencia se ha filmado a chimpancés actuales
utilizando piedras como un martillo.
Otros investigadores combinan el trabajo de campo, en el que muestran la conducta de los chimpancés en su hábitat natural, con
experimentos de laboratorio creados para desvelar su inteligencia subyacente, lo que los científicos denominan su "reserva cognitiva".
Por ejemplo, los chimpancés en estado salvaje no se sentarían por sí solos ante un ordenador a responder con toques rápidos en la pantalla
como prueba de su memoria inmediata. Unos vídeos en los que hacían justamente eso en la Universidad de Kioto (Japón) impresionaron
especialmente a los asistentes al simposio.
Tetsuro Matsuzawa, un primatólogo de Kioto, describió a un chimpancé joven que veía cómo aparecían sucesivamente números, del uno al
nueve, parpadeantes en la pantalla en posiciones aleatorias. Los números desaparecían en menos de un segundo. Donde habían aparecido los
números quedaban unos cuadrados blancos. El chimpancé pulsaba los cuadrados de manera despreocupada pero rápidamente, haciendo
reaparecer los números en orden ascendente: uno, dos, tres, etcétera.
El ensayo se repitió varias veces con los números y los cuadrados en distintos lugares. El chimpancé, que recibió un entrenamiento durante
meses acompañado de la promesa de recompensas en forma de alimento, casi nunca falló y recordó dónde habían aparecido los números. El
vídeo incluye escenas de un ser humano que no supera la prueba, y rara vez recuerda más de uno o dos números, si es que recuerda alguno.
"Los humanos no pueden hacerlo", asegura Matsuzawa. "Los chimpancés son superiores al hombre en esta tarea". Matsuzawa indica que las
primeras especies humanas "perdieron la memoria inmediata y, a cambio, aprendieron simbolización, las habilidades del lenguaje. Yo lo
llamo la teoría de la compensación. Si quieres una capacidad, por ejemplo, una memoria inmediata mejor, debes perder otra".
Misato Hayashi, también de Kioto, describe experimentos realizados con crías de chimpancé que manipulan cubos apilables y bloques
cuadrados y cilíndricos. Fueron más lentos que los humanos, pero la destreza manual estaba ahí. Un ser humano empieza a apilar bloques
poco después de cumplir un año, señala Hayashi; los chimpancés tenían casi tres.
En experimentos con espejos, los investigadores demostraron que los chimpancés presentaban una conciencia de sí mismos que está ausente
en los monos, pero no en los delfines y los demás grandes simios. Ensayos similares demostraron cierto reconocimiento de sí mismos entre
los elefantes.
Otros investigadores dicen que cuando se les plantearon problemas para obtener alimentos desde el otro lado de una valla, los chimpancés no
sólo fueron inteligentes por sí solos y a menudo competitivos con otro ejemplar, sino que también mostraron una disposición a cooperar unos
con otros para realizar el trabajo.
Wrangham, de Harvard, dice que el desafío para los primatólogos que trabajan en ese campo radica en saber hasta qué punto se da en la
naturaleza la conducta y el "excedente de capacidad cognitiva" observados en cautividad. La respuesta parece variar de una comunidad de
chimpancés aislada a otra. Según los científicos, eso demuestra el papel del aprendizaje social -adquirir habilidades por imitación- y las
respuestas a diferentes oportunidades en culturas independientes.
Según los investigadores, el interés por aprender más sobre los chimpancés no es sólo un caso de conocimiento porque sí. Su
comportamiento y su inteligencia, afirman, tal vez permita comprender las habilidades de los primeros antepasados del hombre. Según los
primatólogos, una motivación más urgente es que se trata de seres sensibles y los familiares vivientes más próximos al hombre, y que su
supervivencia está amenazada.
https://elpais.com/diario/2007/05/02/futuro/1178056801_850215.html
Antepasados comunes
Los resultados del estudio, según cuenta Gruber, tienen consecuencias directas en
cuanto a la comprensión de la conducta social del chimpancé en su medio
natural, y en particular la forma en que aprenden nuevas técnicas. "El hecho de
que los nuevos comportamientos eran variantes de una técnica antigua conocida,
sugiere que la cultura chimpancé cambia poco a poco, aprovechando los
conocimientos previamente adquiridos".
Para Gruber, estos hallazgos apoyan firmemente la idea de que los últimos
antepasados comunes entre humanos y chimpancés podían aprender
comportamientos unos de otros, de una manera similar a como lo hicieron los
chimpancés Sonso. "También es probable que los pequeños cambios en el
conocimiento cultural caractericen a especies de homínidos tempranos, y esto
puede ser una vía de investigación para explorar y entender la evolución cultural
humana, en lugar de enfocarse sólo en los mecanismos de aprendizaje social".
Según explica Thibaud Gruber, los primatólogos todavía tienen un debate abierto
sobre la forma de aprendizaje, pues, aunque en cautiverio se ha demostrado que
los chimpancés pueden aprender por imitación, hasta ahora desconocen si en la
naturaleza ocurre lo mismo. "Nuestro papel permite mostrar, al menos, que
hay algo de aprendizaje social en cuestión. Para confirmar que se trata de
imitación, como en los bebés humanos, se necesitaría más investigación",
concluye.
Sin embargo, aunque el aprendizaje pudiese ser similar al de un bebé humano,
para Gruber es poco probable que la cultura de los chimpancés pueda seguir
desarrollándose hasta el punto que ha llegado la humana, "aunque es
imposible predecir el futuro", puntualiza. "Los seres humanos han
tomado diferentes caminos evolutivos, así que no hay ninguna razón obvia por
la que las culturas chimpancé pudieran llegar algún día a nivel humano".
No obstante, según Gruber, las cultura del chimpancé puede servir de ejemplo
para entender la cultura de los primeros humanos. "Por ejemplo, los cambios
en la cultura de los chimpancés probablemente reflejan cómo las culturas de
nuestros propios antepasados cambiaron con el tiempo"
https://www.elmundo.es/ciencia/2014/09/30/542a847ae2704e35068b457b.html
“Humanos y chimpancés
somos casi la misma
criatura”
El primatólogo Tetsuro Matsuzawa ha dedicado su vida a
estudiar la inteligencia de los chimpancés. Gracias a él
sabemos que no somos los seres más listos del planeta,
nuestro pariente vivo más próximo nos gana en memoria
visual. Matsuzawa está estos días en España para saber más
sobre la cognición y el comportamiento de los caballos.
Eva Rodríguez
Les enseñaron, por ejemplo, el abecedario y letras en japonés que se traducen por
algunos colores. “No existe ninguna relación entre el símbolo de la letra en japonés y el
color, y aun así lo identifican. Para eso hace falta algo de imaginación”, asegura.
Esta sería la principal distinción entre humanos y chimpancés. “La imaginación es una
fuerza única del ser humano y es la base para entender la mente de los demás. Los
chimpancés viven en el presente, nosotros también tenemos pasado y futuro. Ellos
viven aquí y ahora, no tienen ansiedad. Nosotros tenemos esperanza”.
En libertad, los chimpancés aprenden las destrezas de sus mayores a través del llamado
‘aprendizaje por el maestro’ que, a diferencia de los humanos, implica que no enseñan a
su prole, sino que esta aprende por observación. “Les muestran un modelo que la cría
repite porque tiene una motivación muy fuerte. El adulto manifiesta una tolerancia muy
alta para dejarles observar y aprender”.
También muestran otras diferencias como cuando son crías. “Solo los bebés humanos
lloran por la noche. Las crías de chimpancé no lo hacen porque la madre siempre está
ahí”. Asimismo, los comportamientos de colaboración de madre a hijo existen, pero no
al contrario. “He visto como una madre tiende una mano a su cría, pero no al revés”.
“La gente piensa que los humanos somos la criatura más inteligente
en el mundo, pero yo digo que no”, afirma el primatólogo
Puede haber muchas más cosas en las que sobresalgan, pero no lo sabemos todavía. Si
les enseñas, por ejemplo, una foto de alguien conocido –como la de Cristiano Ronaldo–
pero dada la vuelta, para ellos no es difícil de reconocer. Aunque todavía son estudios
algo controvertidos y estamos esperando a tener más datos.
Tetsuro Matsuzawa en Guinea / Universidad de Kioto
No hay mucha gente que entienda claramente la familia y la sociedad en humanos. Para
los primatólogos que estudian a todas las especies (447 en total, desde bonobos, monos
japoneses, orangutanes, gorilas o babuinos), los humanos somos solo una de ellos. Si lo
ves desde este punto de vista, nosotros tenemos un vínculo muy fuerte de pareja entre
hombre y mujer. En otros primates también existe, pero no ocurre con los chimpancés.
Pueden vivir en un grupo de cincuenta individuos o hasta cien, pero las hembras tienen
relaciones con todos los machos. Su manera de vivir es diferente.
Somos 98,77 % chimpancés según nuestra genética. Siendo nuestros ‘primos’ más
cercanos, ¿por qué somos tan diferentes aparentemente?
Una gran diferencia es que su cuerpo está cubierto de pelo negro. Sin embargo, si te
fijas en los perros, un chiguagua o un san bernardo son diferentes razas pero su genética
es la misma. Es una criatura única denominada Canis familiaris. En los humanos en una
generación se puede cambiar el color del pelo o el de los ojos, la apariencia externa es
fácil de manipular. El estudio de los chimpancés nos demuestra que no podemos
dejarnos llevar por las apariencias físicas. Humanos y chimpancés somos casi la misma
criatura.
Lleva toda una vida dedicado al estudio de chimpancés. ¿Qué le gustaría afrontar
en el futuro?
Ahora he empezado a investigar a los bonobos, que tienen hembras dominantes, no
como los chimpancés, sus comportamientos sexuales son muy diferentes y tampoco se
matan entre ellos. También a los gorilas, a los monos japoneses y a los orangutanes.
Pero mi idea es seguir a los chimpancés tanto tiempo como pueda.
https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Humanos-y-chimpances-somos-casi-la-misma-criatura
El chimpancé: características,
comportamiento y hábitat
7 febrero, 2018
Este artículo fue redactado y avalado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez
Amenazas
Esta especie ha sido explotada como mascota, cazado por su
carne y afectado por enfermedades como el ébola. Pero es que
además se suma el hecho de que el ser humano lo ha usado como mascota,
como animal de circo o incluso como actor.
Esto se debe a su tremendo parecido a nosotros. De hecho, una de las cosas
que más se explota es su falsa sonrisa: un chimpancé sonriendo como
un humano está aterrado, no feliz. Y es algo que vemos en circos
y películas constantemente .
Dada su inteligencia y la cantidad de años que viven con sus padres (ocho
años), la separación prematura que se hace para todas estas
actividades causan en estos animales un drama brutal , pues sus
relaciones materno-filiales son muy similares a las humanas.
Además, todo el aprendizaje y socialización que tienen durante la infancia se les
arrebata. Esto, unido a que suelen ser jubilados a los seis años (dada su
tremenda fuerza) hace que vivan más de 40 años sin ser capaces de
relacionarse con otros individuos.
Es por ello que existen en nuestro país numerosos centros de rescate para
estos animales, los cuales se pueden visitar para conocer la triste
historia de estos ejemplares.
Ocho parecidos
sorprendentes entre
humanos y chimpancés
Animales | Antropología | Cerebro | Investigación
Ventana al Conocimiento
Periodismo Científico
Los niños no son los únicos que pasan horas entretenidos jugando. Los
chimpancés dedican muchas horas al juego – que los etólogos o científicos del
comportamiento definen como toda actividad que no tiene beneficios claros ni
inmediatos-, tanto en su infancia como durante su “juventud”. Científicos de la
Universidad de Pisa (Italia) han demostrado que el juego social, es decir, no en
solitario sino con otros chimpancés, les ayuda a establecer relaciones sociales
sólidas y a desarrollar actitudes cooperativas. Y que, como en los humanos, los
modos de jugar y los compañeros de juego cambian a medida que los primates
crecen. Entre otras cosas, el juego es más cooperativo en la más tierna infancia,
pero se vuelve más competitivo entre los niños y los primates juveniles.
SON GOURMETS
Si cree que los humanos superan a los chimpancés en todas las funciones
cognitivas se equivoca. Sin ir más lejos, la capacidad de un chimpancé joven (5
años) de recordar los números mostrados en una pantalla está muy por encima de
la de un humano adulto, de acuerdo con un experimento de la Universidad de
Kioto (Japón). Los científicos lo atribuyen a un equivalente a la memoria
eidética o fotográfica, es decir, la habilidad para recordar con detalle lo visto u
oído, presente en niños humanos y que disminuye con la edad.
HACEN LA GUERRA
De todas las especies del mundo, los humanos y los chimpancés se cuentan entre
las únicas que participan en ataques coordinados contra otros miembros de su
misma especie. Dicho de otro modo, ambas especies somos capaces de provocar
deliberadamente una contienda. Y en el caso de los primates, los ataques no están
causados por la interferencia con los humanos, a la que durante algún tiempo se
ha culpado erróneamente de las muestras de agresividad de estos animales. Lo
que les mueve a perpetrar actos violentos es una estrategia adaptativa, tal y como
concluía hace poco una treintena de primatólogos a partir del análisis de datos de
cinco décadas de investigación sobre conflictos protagonizados por
chimpancés. Los ataques aumentan cuanto más densa es la población y cuanto
mayor es el número de machos. Y las víctimas suelen ser miembros de una
comunidad rival.
CULTIVAN LA AMISTAD
Patrick Dirden, Flickr
https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/ocho-parecidos-sorprendentes-entre-
humanos-y-chimpances/