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Las diferenciasen el comportamiento de primates y humanos son escasas

C. VILLAFAÑE - LEÓN23/03/06

Tras profundizar en el estudio del comportamiento de los simios, Frans de Waal,


uno de los primatólogos más reconocidos del mundo, ha podido comprobar que
las diferencias entre humanos y primates son más pequeñas de lo que se
pensaba. Porque, a medida que se investiga sobre ambas especies es casi
imposible determinar un comportamiento humano que no esté relacionado con el
de los simios ni una emoción humana que no tengan los primates. Es decir,
cualquier diferencia que nos distingue de ellos como la comunicación, la
organización social, la conducta sexual, las luchas por el poder, el sentimiento
materno infantil o la cultura se hace cada vez más pequeña. Además de compartir
con nuestra especie el 96% del material genético, también tienen en común
valores como la moralidad o el sentimiento de justicia, de los que se creía que sólo
eran atribuibles a las personas. Las investigaciones de De Waal le hacen afirmar
que estos animales también disponen de su propia cultura, entendida como
aprendizaje social, que hace que poblaciones de la misma especie actúen de
forma distinta ante una situación. En este sentido, tras enseñar a un chimpancé a
abrir una caja de una determinada manera, al cabo de un tiempo todos los
miembros de su grupo fueron capaces de abrir la caja siguiendo su ejemplo. A un
segundo individuo se le enseñó a abrir la caja de manera distinta, y el grupo
aprendió a hacerlo de esa forma. «Conseguimos que dos grupos abriesen la caja
de dos maneras, fruto del proceso de aprendizaje social, y esto es una diferencia
cultural», afirma De Waal. En la actualidad, el primatólogo centra sus
investigaciones en determinar si los simios tienen moralidad. «Aunque no la
entienden como nosotros, en la moralidad humana hay elementos reconocibles
entre los primates como la empatía, es decir, la identificación de un sujeto con el
estado de ánimo de otro». Por otra parte, en un reciente estudio sobre
chimpancés, publicado en Science, se apunta a que al igual que los humanos,
ofrecen su ayuda aunque no existan lazos familiares. La investigación se centró en
bebés humanos y jóvenes chimpancés para comprobar si eran capaces de ayudar
a humanos adultos en tareas sencillas como amontonar libros o alcanzar objetos.
https://www.diariodeleon.es/articulo/sociedad/diferenciasen-comportamiento-primates-
humanos-son-escasas/20060323000000829554.html

Estudio dice que la inteligencia de los


chimpancés está determinada por la
genética
EFE
11 JUL 2014 00:27 PM

El análisis de las capacidades cognitivas de 99 chimpancés encontró que


aproximadamente el 50% de la variación en el desempeño de los animales en las
pruebas podía atribuirse a factores genéticos.

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Casi la mitad de las diferencias en la inteligencia de los chimpancés se debe al
legado genético. Así lo afirma un estudio que publicó la revista Current
Biology y que contribuye a comprender la capacidad cognitiva de los
primates, incluidos los humanos. 

La investigación la encabezaron Jennifer Shaeffer y William Hopkins, del


Instituto de Neurociencias de la Universidad estatal de Georgia (EE.UU.), y
Jami Russell, del Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates, en la
ciudad de Atlanta.

Los autores recordaron que el papel que desempeñan los genes en la inteligencia
o el coeficiente intelectual de los humanos ha sido asunto de debate desde hace
mucho tiempo.

"Ahora es cada vez más claro que el coeficiente intelectual puede


heredarse en los humanos pero estos efectos pueden modificarse
con mecanismos no genéticos", indica el artículo.

Tal como ocurre con los humanos, los genes son importantes en lo que se refiere
a las capacidades cognitivas de los chimpancés "y sin que eso signifique que
sean el único factor que determine esas capacidades, no pueden
ignorarse", manifestó Hopkins.

El estudio no encontró efectos ya sea en el sexo o en la historia de crianza sobre


las capacidades cognitivas de los chimpancés: tanto los criados por
cuidadores humanos como los criados por sus madres tuvieron
resultados similares en las pruebas. 

La investigación incluyó los datos sobre las capacidades cognitivas de 99


chimpancés con edades de 9 a 54 años y en ellos el análisis encontró que
aproximadamente el 50% de la variación en el desempeño de los
animales en las pruebas podía atribuirse a factores genéticos. 
Los científicos advirtieron de que las conclusiones de este estudio se limitan al
componente hereditario de la cognición para un conjunto específico de tareas
evaluadas en un determinado momento.

"No medimos la adquisición y el aprendizaje de las tareas y, por lo


tanto, no estamos estimando la posibilidad de herencia de las
capacidades aprendidas en los chimpancés", añadieron.

Desde un punto de vista evolutivo, los resultados de esta investigación indican


que los factores genéticos desempeñan un papel significativo para determinar la
variación individual en las capacidades cognitivas, en particular las de cognición
espacial y comunicación, indicó el artículo.

La conclusión es que estos atributos han conferido ventajas a algunos


individuos "quizá en términos de destrezas realzadas en la búsqueda
de comida o mayores destrezas sociales con mayores oportunidades
para alimentarse o aparearse". 

Los estudios que los científicos hacen con chimpancés pueden ampliar el
conocimiento acerca de la inteligencia, en parte porque a diferencia de los
humanos, el desempeño de los chimpancés en las pruebas cognitivas no está
complicado por factores como los sistemas escolares o las complejidades
socioculturales.

Hopkins comentó que no está claro cuáles genes específicamente intervienen en


las diferencias cognitivas entre los individuos.

Pero "la búsqueda de respuestas a esta cuestión puede conducirnos a los genes
que cambiaron en la evolución humana y permitieron el surgimiento de algunas
especializaciones de la cognición específicamente humanas", agregó.

https://www.latercera.com/noticia/estudio-dice-que-la-inteligencia-de-los-chimpances-esta-
determinada-por-la-genetica/

Simios inteligentes. ¿Estás seguro de que tú eres el más listo?


.
Un chimpancé resulta ser más inteligente que humanos universitarios.
Ahora que ha vuelto a ponerse de moda hablar del Planeta de los Simios, ¿nadie se ha
parado a pensar en que la Tierra ya lo es?. Nosotros somos simios, los únicos monos
calvos de las 193 especies vivientes, y hasta ahora nos creíamos los más listos… Puede
que dentro de unas cuantas generaciones la ciencia ficción ya no sea ficción. Y no es
porque los demás simios evolucionen más deprisa, lo preocupante es la involución que
estamos sufriendo nosotros, los monos calvos. Está demostrado, hay más inteligencia
en algunos zoológicos que en muchos institutos, por mucho que pique. Os presento a
Ayumu, un chimpancé que no sólo gana a los humanos en las pruebas de memoria a
corto plazo, sino que usa trucos para que no le puedan ganar.

Investigadores de la universidad de Kyoto realizaron un experimento en el que se


mostraba en una pantalla táctil los números del 1 al 9 descolocados sobre ella; luego
los números se transformaban en rectángulos blancos, lo que hacía imposible
distinguirlos y era necesario memorizarlos,  y se debía ir apretando sobre cada uno de
los rectángulos en orden, del 1 al 9. Primero se mostraba la posición de los números
por un lapso de 650 milisegundos tanto a chimpancés jóvenes como a estudiantes
universitarios y ambos obtuvieron un 80% de aciertos. Luego fueron reduciendo el
tiempo, hasta 210 milisegundos, en los que los humanos obtuvieron un 40% de
aciertos mientras que los chimpancés mantuvieron el 80%.
El tiempo era tan poco que no alcanzaba siquiera para poder observar toda la pantalla,
por lo que se supone que los chimpancés disponen de algún proceso equivalente al de
la memoria fotográfica en humanos, y así podían retener la información a pesar de
haberla visto por un instante solamente. Curiosamente los niños obtienen porcentajes
de aciertos similares al de los chimpancés por lo que se especula con una capacidad
que se va perdiendo a través de los años, quizás por el desarrollo de otras habilidades
racionales. El experimento se realizó con 3 pares madre-hijo de simios; primero se los
entrenó a reconocer los números y poder ordenarlos en forma creciente.
Posteriormente se realizó el experimento de ordenamiento luego de haber visto los
números por un lapso muy corto de tiempo y se observó que los simios más jóvenes
siempre obtenían mejores resultados que sus madres. Una de las investigadoras
destaca que el estudio se centra en la memoria de los primates y no en su capacidad
de reconocer números; el mismo experimento se podría haber realizado con objetos de
cualquier forma. Los investigadores suponen que la ventaja en percepción de los simios
puede haber sido retrasada en los humanos por la interferencia del conocimiento
numérico.
Pero esto no es todo, Ayumu llegó a hacer trampas para ganar a sus competidores.
Pulsando en la esquina inferior izquierda de su pantalla, podía ocultar los números
cuando los había memorizado, interrumpiendo al resto, por lo que sólo él era capaz de
seguir la secuencia completa.

Que nuestros primos más cercanos son inteligentes, y mucho, está claro. Hasta ahora
nos creíamos los únicos capaces de utilizar herramientas complejas, es decir, no sólo
una ramita para sacar hormigas, que supone un único pensamiento práctico,
sino elaborar herramientas para crear más herramientas que nos sirvieran a nuestros
fines, lo que supone tener la idea de lo que se quiere conseguir en la cabeza, una
representación abstracta de la misma. Pues después de observa a los chimpancés en su
hábitat natural, se ha comprobado que no sólo fabrican herramientas, sino que pueden
llevar consigo todo un kit para lograr sus propósitos, utilizando cada una en una pauta
distinta.
Pero podemos ir más allá, el uso de herramientas surgió antes de que nuestra estirpe
de homínidos se separara de la de nuestros primos los chimpancés, pero también antes
de que los dos nos separáramos de nuestros primos segundos los gorilas. Hasta ahora
se creía que los gorilas no utilizaban herramientas, nadie se planteo que así era no
porque no supieran usarlas, sino porque no las necesitaban. Esta señorita gorila utiliza
una vara para medir la profundidad del río. Mojarse los pies si es necesario, vale, pero
ahogarse es otra cosa muy distinta a lo que ella no está dispuesta.
 Se descubre el fósil más antiguo del mundo en Groenlandia
 Se encuentran restos de lo que podría ser el más antiguo ancestro
(conocido) del hombre
 El secreto del nacimiento de Israel: Los Kibbutzim
¿Y este bebé tan mono?. ¿A que está para comérselo?. Pues nació igual que tú y que yo

(si no naciste por cesárea, claro).


Otro hecho que compartimos con nuestros primos los chimpancés, es la forma en que
nacemos, el canal del parto de una mamá chimpancé es igual que el de una mamá
humana. El bebé asoma la cabeza de espaldas a la madre y la torsión de los hombros
se produce de igual manera. Se pensaba que este tipo de partos impide que la madre
para sola, porque al no ver la cara del bebé no puede despejarle las vías respiratorias
como hacen el resto de los simios.
Este pequeñín tiene una ventaja frente a un niño humano, como no va al colegio, no se
reirán se sus orejas.
Os presento a Koko, es una gorila y tiene 40 años, su amiga Francine Patterson la
enseñó el lenguaje de los signos. Conoce  un vocabulario de más de mil signos, y
entiende alrededor de 2.000 palabras en inglés, además, inicia ella solita la mayoría de
las conversaciones con la gente.  Su coeficiente intelectual es un equivalente de entre
70 y 95 en una escala humana. 100 se considera «normal» en humanos, y conozco
gente que no llega a los 80. ¿Cuántas palabras podemos escuchar hoy en día en un
polígono ( o debajo de mi casa) a la hora del botellón? ¿10?, ¿12?, ¿1 y sonidos
guturales según avanza la noche…? Los grande simios conocen la lengua y son capaces
de expresarse mejor de lo que creemos, simplemente, no poseen la función del habla,
y nosotros que la tenemos, ¡qué mal la aprovechamos!.

Y aquí tenemos a Kanzi, un bonobo que domina a la perfección la comprensión del


lenguaje y su sintaxis, hasta el punto de descubrir errores gramaticales. Los mimitos se
los hace Sue Savage-Rumbaugh, su profesora del Centro de Comprensión del Lenguaje
de Atlanta.  Kanzi nació en 1980, y aprendió el lenguaje como lo hacen los niños, por
exposición al habla. Kanzi es también el primer simio que muestra una comprensión
receptiva del inglés hablado y es capaz de crear nuevas frases, frases que requieren el
aprendizaje de respuestas específicas y el manejo mental de una compleja estructura
gramatical. La sintaxis es más difícil de aprender que las palabras individuales, ya que
implica una cierta comprensión de las relaciones entre las entidades. Los dibujos
que veis en las pantallas, son los símbolos que utiliza para expresarse, su idioma
particular. Además tiene un hobby, Kanzi es un fabricante de herramientas de piedra
cualificados.

Pero sobre todo, a nuestros amigos lo que más les gusta es ser libres, y saben cómo
conseguirlo. En un un documental de Discovery Channel, hace tiempo explicaban que
cuando los chimpancés están en un zoológico, son capaces de buscar la llave de su
jaula, esconderla y cuando cae la noche, espiar que nadie les esté observando para con
la llave abrir su jaula y escapar. En un reciente estudio se demostró que en las selvas de
Guinea, los chimpancés han aprendido a burlar a sus cazadores. ¿Cómo lo hacen?. Muy
simple. Los chimpancés han aprendido a sacudir las ramas de los árboles hasta que la
trampa se rompe. Los responsables del estudio cuentan con 6 videos en los que se ve a
los chimpancés desactivando las trampas. Incluso, algunos científicos lograron ver
como un chimpancé adulto le enseñaba a un chimpancé jóven lo que tenía que hacer
para deshacerse de las trampas. Ponerles cámaras de vigilancia tampoco es más
inteligente que su modo de actuar, enseguida las descubren, y muchas veces la imagen
buscada no se consigue porque hay un bebé chupando la lente, mueven la cámara, la
tiran, juegan con ella. Yo no sé a vosotros, pero a mí todas las cámaras ocultas de los
radares de tráfico me pillan por sorpresa.
Cuando no nos respetamos ni entre nosotros mismos, pedir respeto para nuestros
primos peludos suena un poco tonto. Pero no te equivoques, no eres muy diferente de
ellos, y tal vez un día, se tomen la revancha. Tienen la inteligencia, tal vez no tengan los
medios, pero con la involución (lo contrario de la evolución) que está sufriendo nuestra
especie, tal vez pronto se los demos.
¡Bienvenidos al Planeta de Todos los Simios!.
https://www.elpensante.com/simios-inteligentes-estas-seguro-de-que-tu-eres-el-mas-listo/

La inteligencia de los grandes simios: ¿por qué son tan humanos?

Su ADN  solo se diferencia del nuestro en un cinco por ciento y, como nosotros, sienten celos,
envidia, amor, vergüenza y pena, elaboran herramientas, regalan mascotas a sus hijos y hasta
aprenden miles de palabras en el lenguaje de los signos. Por Fernando González-Sitges

Sin embargo, pese a su inteligencia y sociabilidad, los seguimos viendo toscos y


salvajes e incluso como una temible amenaza para nuestra propia supervivencia.
¿Qué pasaría si potenciáramos mínimamente la inteligencia de los primates? ¿Podrían
terminar rebelándose contra nosotros como en El planeta de los simios?

Desde que perdió a su hijo poco después de nacer, Washoe, una chimpancé del
Instituto de comunicación entre chimpancés y humanos de la Universidad de
Washington, estaba especialmente sensible.

Durante los últimos meses Kat Beach, una voluntaria del instituto, se había ocupado
de ella, y entre la mujer y la simio se había entablado una emotiva amistad. Cuando se
hizo evidente el embarazo en curso de Kat, la chimpancé se mostró muy interesada.
En su lenguaje de signos, tocaba el abultado vientre de su amiga y formaba la palabra
‘niño’. Y entonces Kat dejó de visitarla.

Washoe se sentía desatendida, abandonada por su amiga. Y eso la irritaba. Cuando


unos días después Kat volvió a reunirse con ella en el instituto, Washoe la ignoró.
Quería demostrarle que estaba enfadada con ella. Pero Kat se acercó y, en su
lenguaje común, le explicó la causa de su ausencia: había perdido el niño que
esperaba. Washoe cambió de inmediato. Acercándose a su amiga, gesticuló la palabra
‘tristeza’. Kat asintió. Entonces su amiga chimpancé gesticuló ‘por favor, abrázame’, y
la abrazó cariñosamente para darle consuelo. Ambas compartían una dolorosa
experiencia.

Apenas una mínima diferencia separa nuestro ADN y el de los otros


grandes simios. En el caso de los chimpancés, es menor del cinco por ciento. Son
capaces de sentir emociones complejas que hasta hace poco creíamos patrimonio de
los humanos. Sienten celos, envidia, amor, vergüenza, pena… Elaboran herramientas
toscas para fines concretos, regalan mascotas a sus hijos para que jueguen con ellas
y aprenden miles de palabras en el lenguaje de los signos de forma que pueden
entablar una rudimentaria conversación con sus cuidadores. Y todos comparten un
rasgo único que no se encuentra en ningún otro grupo del Reino Animal: la risa. ¿Qué
pasaría si se potenciara mínimamente su inteligencia?

Los grandes simios son capaces de entender hasta 5000 palabras de sus cuidadores aun
cuando estos no utilicen la mímica

Los científicos descubren progresivamente que estos animales cuentan con una
inteligencia asombrosa, hasta el punto de que pueden comunicarse con ellos tras un
largo aprendizaje. Los trabajos realizados en el Instituto de Comunicación de
Chimpancés y Humanos han permitido enseñar más de cinco mil palabras a
chimpancés y gorilas. Y no solo en el lenguaje de los signos. Los gorilas y chimpancés
del instituto entienden las palabras de sus cuidadores aun cuando no utilizan la
mímica. Y, lo que es más sorprendente, los simios que aprenden el lenguaje de los
signos se lo enseñan a sus hijos de forma que pueden comunicarse con los
cuidadores sin que estos les hayan enseñado nada.

Pero pese a su inteligencia y sociabilidad, los seguimos viendo toscos y salvajes o


incluso como temibles amenazas. La fuerza casi impensable de los grandes
simios impresiona y eclipsa sus rasgos intelectuales. Un chimpancé adulto
puede levantar 500 kilos con un solo brazo. Y un gorila es increíblemente más
fuerte. Y todos están armados con formidables dentaduras. ¿Por qué nos
fijamos más en estos rasgos salvajes que en la singularidad de su asombrosa
inteligencia? ¿Por qué no nos interesamos en lo que pudiera ser un reflejo de
cómo fueron nuestros primeros pasos en el camino evolutivo de la inteligencia?

Cuando a finales del siglo pasado Jane Goodall descubrió que los chimpancés


utilizaban pequeñas ramas a modo de cañas para cazar termitas introduciéndolas por
los agujeros del termitero, la forma de mirar a nuestros primos evolutivos cambió
radicalmente. Hoy hay infinidad de nuevos estudios que demuestran que los
chimpancés fabrican y utilizan herramientas, de lo que se concluye que pueden
imaginar el futuro cercano y actuar en consecuencia. Se ha visto a gorilas emplear
ramas para medir la profundidad de los arroyos que quieren vadear o troncos y
cortezas como puentes, y se ha documentado cómo usan piedras para partir frutos y
extraer su nutritivo contenido. En el caso de los chimpancés, los hallazgos van aun
más allá. En las sabanas del oeste africano utilizan ramas que, después de afilar por
un extremo, usan como puñales para matar pequeños mamíferos de los que se
alimentan. Algo que, viéndolo fríamente, hace pensar de nuevo en las famosas
películas de Hollywood.
Su potencia intelectual ha sido eclipsada por su fuerza extraordinaria: un chimpancé adulto
puede levantar 500 kilos con un solo brazo

 Con el paso de los siglos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes -los tres
géneros que, con los humanos, conforman el grupo de los grandes simios- tal vez
lleguen a desarrollar sus incipientes inteligencias, aunque no parece que se lo
vayamos a permitir. Porque el ser humano ha puesto a todos sus compañeros de
grupo al borde de la extinción. Los científicos creen que todas las especies y
subespecies de grandes simios en libertad desaparecerán este siglo. Nuestra especie,
el ‘mono desnudo’ que llamara Desmond Morris, necesita todo el espacio de sus
primos simios para alimentar y ubicar a sus casi 7000 millones de miembros. El resto
son daños colaterales. Parece que en el transcurso de la evolución el egoísmo es un
rasgo que se desarrolla de forma directamente proporcional a la inteligencia.

GORILA. Domina el lenguaje de los signos

Talla: 175 cm. Peso: 200 kg. Capacidad craneal media: 500 cc. Concordancia con el
ADN humano: 97,5%. Población estimada: 42.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: tienen fuertes vínculos sociales y son pacíficos.
Adoptan a los huérfanos. Fabrican y utilizan herramientas. Se ha visto a gorilas
emplear ramas para medir la profundidad de los arroyos que quieren vadear o usar
troncos y cortezas como puentes. Si se les enseña, dominan el lenguaje de los signos
y lo transmiten a sus descendientes.
ORANGUTÁN. Es capaz de usar un Ipad

Talla: 150 cm. Peso: 100 kg. Capacidad craneal media: 355 cc. Concordancia con el
ADN humano: 96,3%. Población estimada: 64.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características especiales: en estudios recientes, se les dieron iPads y su
relación con la tecnología confirmó su gran capacidad de comunicación e
interpretación del entorno. Son, con todo, los primates más solitarios y arborícolas.
Distinguen cientos de plantas y árboles y sus frutos. Las crías son casi tan
dependientes como los niños. Necesitan años de enseñanza materna para sobrevivir
solos en la selva.
CHIMPANCÉ. Regala mascotas a sus hijos

Talla: 150 cm. Peso: 90 kg. Capacidad craneal media: 450 cc. Concordancia con el
ADN humano: 95%. Población estimada: 260.000 ejemplares. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: utilizan juguetes y mascotas para sus hijos.
Reparten el trabajo dentro del grupo en misiones concretas. Fabrican y emplean
herramientas. Se valen de ramas que, tras aguzarlas por un extremo, usan como
puñales para matar pequeños mamíferos de los que se alimentan. Si se les enseña,
dominan el lenguaje de los signos.
BONONO. Utiliza el sexo para evitar tensiones sociales

Talla: 90 cm. Peso: 45 kg. Capacidad craneal media: 450 cc. Concordancia con el
ADN humano: 95%. Población estimada: desconocida. Estatus: en peligro de
extinción. Características ‘humanas’: se sabe muy poco de su comportamiento, pero sí
se ha observado que son pacíficos y vegetarianos. Su rasgo más distintivo es que
utilizan el sexo como moderador de las relaciones sociales y amortiguador de las
tensiones en el grupo

https://www.xlsemanal.com/conocer/naturaleza/20171004/fauna-la-inteligencia-los-grandes-
simios-tan-humanos.html

Inteligencia del chimpancé


Los chimpancés son criaturas muy curiosas y tienen capacidades sorprendentes para
comprender lo que está sucediendo a su alrededor, la inteligencia del chimpancé esta
entre las más pródigas del reino animal. Es este nivel de inteligencia lo que les ha
ayudado a crecer en una variedad de ambientes durante millones de años. Tienen la
habilidad comunicarse por diversas formas  y son capaces de aprender y adaptarse a
diferentes situaciones basadas en la resolución de problemas más que por el instinto,
sino por su inteligencia. La mayoría de los animales no tienen la inteligencia del
chimpancé, por eso les resulta tan difícil adaptarse a un entorno cambiante.

Se han realizado numerosos experimentos para descubrir el nivel de inteligencia de los


chimpancés y se ha demostrado que pueden aprender cosas muy complejas.
Los chimpnacés estan estrechamente relacionados con los humanos, tratar de
enseñarles habilidades es parte de las prueba. En muchas áreas, como memorización,
solución de problemas, e incluso planificación , los chimpancés , con su inteligencia ,
hacen un trabajo excepcional.

Presentan diferentes niveles de inteligencia. Un chimpancé puede aprender unas cosas


con mayor facilidad que otras.  Lo mismo puede decirse del cerebro humano cuando se
trata de la forma en que aprendemos y lo rápido con que lo hacemos. En general, la
inteligencia del chimpancé es superior a la del resto de los animales.

En observaciones en la década de 1960 por Jane Goodall, él nos mostró que el


chimpancé es capaz de utilizar diferentes elementos del medio ambiente
como herramientas. Esto incluye palos para excavar y como defensa, así como para
entrar en los montículos de termitas, lanzar piedras cuando están en peligro, e incluso
sus manos para beber agua. El hecho de que son capaces de utilizar estos artículos con
similitud a los seres humanos demuestra lo avanzado de la inteligencia del chimpancé.
Las estrategias de caza que se implementan también muestran el alto nivel de
inteligencia del chimpancé, por su complejidad. Cooperan entre sí y todos los
miembros involucrados en la caza juegan un papel. Hay una jerarquía de orden que
también influye en la repartición de la caza. La socialización y seguimiento del orden
están muy entrelazados.
Conductas engañosas se observan en el chimpancé y esto también nos muestra lo
inteligentes que son. Son capaces de engañar a los demás con el fin de conseguir
comida, refugio, e incluso en cautiverio para escapar de su entorno. Tienen que ser
vigilados de cerca por el hecho de que puedan participar en tales conductas.
Establecen relaciones en varios niveles al igual que lo hacen los humanos; familiares o
de amistad.
Si estas interesado en aprender más sobre estudiosespecificos sobre la inteligencia del
chimpancé existe gran cantidad de información en revistas, así como en línea. Esta es
una excelente manera de ver lo que se le ha enseñado a los chimpancés, así como lo que
hemos aprendido acerca de ellos, y su inteligencia.

Casi humanos y a veces más inteligentes


Más de 300 primatólogos y otros científicos evalúan las capacidades
cognitivas del chimpancé
JOHN NOBLE WILFORD

CHICAGO - 01 MAY 2007 - 17:00 COT

Observados en la naturaleza y sometidos a pruebas en cautividad, los chimpancés se prestan a comparaciones con los humanos, sus parientes
cercanos. Guardan un parecido familiar que fascina a la gente, y los científicos ven cada vez más pruebas de similitudes en la conducta y las
habilidades de los chimpancés, que van más allá de un rostro expresivo y unos pulgares prensibles.

La teoría es que los chimpancés tienen una "reserva cognitiva" o inteligencia subyacente
El desafío es saber hasta qué punto se da en la naturaleza la conducta en cautividad

Los antepasados de los chimpancés fueron el último linaje de los monos actuales que se separaron de la rama que condujo a los humanos,
probablemente hace seis millones de años, o tal vez cuatro. Un examen más reciente demuestra que, a pesar de profundas diferencias en
ambas especies, sólo un 1,23% en sus genes separa al Homo sapiens del Pan troglodytes.

Los chimpancés hacen gala de una extraordinaria gama de comportamientos y talento. Fabrican y utilizan herramientas sencillas, cazan en
grupo y participan en actos agresivos y violentos. Son criaturas sociales que parecen capaces de mostrar empatía, altruismo, conciencia de sí
mismas, cooperación en la resolución de problemas y aprendizaje a través de ejemplos y experiencia. Los chimpancés incluso superan a los
humanos en ciertas tareas de memoria.
"Hace 50 años, cuando prácticamente no sabíamos nada de los chimpancés", señala Andrew Whiten, un psicólogo evolutivo de la
Universidad de St. Andrews (Escocia), "no habríamos podido predecir la riqueza y la complejidad de la cultura del chimpancé que
conocemos ahora". Jane Goodall, una joven inglesa que trabajó en África en los años sesenta, empezó a cambiar las percepciones. Al
principio, los expertos cuestionaban sus artículos sobre chimpancés que utilizaban herramientas y mostraban un comportamiento social.
Ponían objeciones sobre todo a sus referencias a la cultura de los chimpancés. Sólo los humanos, insistían, tenían cultura. "Al principio, Jane
sufrió el rechazo de las figuras consagradas", comenta Richard Wrangham, un antropólogo de Harvard. "Ahora, quienes dicen que los
chimpancés no tienen emociones ni cultura son los rechazados".

El nuevo consenso enmarcó el debate de un simposio, La mente del chimpancé, celebrado recientemente en el Lincoln Park Zoo de Chicago.
Más de 300 primatólogos y otros científicos evaluaron el conocimiento acumulado sobre las capacidades cognitivas del chimpancé.

Tras una sesión, Frans de Waal, de la Emory University (EE UU), autor de El mono que llevamos dentro (Tusquets Editores), decía que hace
sólo una década todavía no existía un consenso firme sobre muchas de las relaciones sociales de los chimpancés. "Ahora no se oye ningún
debate", afirmaba.

En sus estudios en el Yerkes Primate Research Center, De Waal descubrió que, como animales sociales, los chimpancés han tenido que
constreñir y alterar su comportamiento en varios sentidos, al igual que los humanos. Forma parte del legado del mono, apunta, y en el caso de
los hombres, es la base de la moralidad.

Otros estudios recientes explicaban con más detalle las habilidades de los chimpancés como fabricantes de utensilios. Jill Pruetz, de la Iowa
State University (EE UU), describía 22 ejemplos de chimpancés de Senegal que elaboraban lanzas de madera para cazar primates más
pequeños y obtener carne. Goodall fue la primera en observar los chimpancés como carnívoros cazadores no estrictamente vegetarianos.

Pruetz observó a varios chimpancés clavando las lanzas en troncos de árbol huecos en los que a menudo habitan los gálagos. Un solo intento
surtía efecto. Antes se había visto a chimpancés utilizar palos principalmente para extraer termitas de su refugio.

Un equipo de arqueólogos dirigido por el español Julio Mercader, de la Universidad de Calgary (Canadá), dijo haber encontrado piedras en
Costa de Marfil que los chimpancés utilizaban hace 4.300 años para abrir frutos secos. Con frecuencia se ha filmado a chimpancés actuales
utilizando piedras como un martillo.

Otros investigadores combinan el trabajo de campo, en el que muestran la conducta de los chimpancés en su hábitat natural, con
experimentos de laboratorio creados para desvelar su inteligencia subyacente, lo que los científicos denominan su "reserva cognitiva".

Por ejemplo, los chimpancés en estado salvaje no se sentarían por sí solos ante un ordenador a responder con toques rápidos en la pantalla
como prueba de su memoria inmediata. Unos vídeos en los que hacían justamente eso en la Universidad de Kioto (Japón) impresionaron
especialmente a los asistentes al simposio.

Tetsuro Matsuzawa, un primatólogo de Kioto, describió a un chimpancé joven que veía cómo aparecían sucesivamente números, del uno al
nueve, parpadeantes en la pantalla en posiciones aleatorias. Los números desaparecían en menos de un segundo. Donde habían aparecido los
números quedaban unos cuadrados blancos. El chimpancé pulsaba los cuadrados de manera despreocupada pero rápidamente, haciendo
reaparecer los números en orden ascendente: uno, dos, tres, etcétera.

El ensayo se repitió varias veces con los números y los cuadrados en distintos lugares. El chimpancé, que recibió un entrenamiento durante
meses acompañado de la promesa de recompensas en forma de alimento, casi nunca falló y recordó dónde habían aparecido los números. El
vídeo incluye escenas de un ser humano que no supera la prueba, y rara vez recuerda más de uno o dos números, si es que recuerda alguno.

"Los humanos no pueden hacerlo", asegura Matsuzawa. "Los chimpancés son superiores al hombre en esta tarea". Matsuzawa indica que las
primeras especies humanas "perdieron la memoria inmediata y, a cambio, aprendieron simbolización, las habilidades del lenguaje. Yo lo
llamo la teoría de la compensación. Si quieres una capacidad, por ejemplo, una memoria inmediata mejor, debes perder otra".

Misato Hayashi, también de Kioto, describe experimentos realizados con crías de chimpancé que manipulan cubos apilables y bloques
cuadrados y cilíndricos. Fueron más lentos que los humanos, pero la destreza manual estaba ahí. Un ser humano empieza a apilar bloques
poco después de cumplir un año, señala Hayashi; los chimpancés tenían casi tres.

En experimentos con espejos, los investigadores demostraron que los chimpancés presentaban una conciencia de sí mismos que está ausente
en los monos, pero no en los delfines y los demás grandes simios. Ensayos similares demostraron cierto reconocimiento de sí mismos entre
los elefantes.

Otros investigadores dicen que cuando se les plantearon problemas para obtener alimentos desde el otro lado de una valla, los chimpancés no
sólo fueron inteligentes por sí solos y a menudo competitivos con otro ejemplar, sino que también mostraron una disposición a cooperar unos
con otros para realizar el trabajo.

Wrangham, de Harvard, dice que el desafío para los primatólogos que trabajan en ese campo radica en saber hasta qué punto se da en la
naturaleza la conducta y el "excedente de capacidad cognitiva" observados en cautividad. La respuesta parece variar de una comunidad de
chimpancés aislada a otra. Según los científicos, eso demuestra el papel del aprendizaje social -adquirir habilidades por imitación- y las
respuestas a diferentes oportunidades en culturas independientes.
Según los investigadores, el interés por aprender más sobre los chimpancés no es sólo un caso de conocimiento porque sí. Su
comportamiento y su inteligencia, afirman, tal vez permita comprender las habilidades de los primeros antepasados del hombre. Según los
primatólogos, una motivación más urgente es que se trata de seres sensibles y los familiares vivientes más próximos al hombre, y que su
supervivencia está amenazada.

https://elpais.com/diario/2007/05/02/futuro/1178056801_850215.html

La 'cultura' de los chimpancés

Un chimpancé utilizando una esponja de musgo. CATHERINE HOBAITER

EVA MOSQUERA RODRÍGUEZMadrid


Actualizado: 30/09/2014 20:34 horas

Los etólogos llevan décadas especulando sobre la posible existencia de 'culturas'


diversas entre las poblaciones de chimpancés. Sin embargo, hasta ahora no se
habían encontrado pruebas directas que demostraran la transmisión social de
conocimientos entre los parientes más cercanos del ser humano.

El estudio publicado este martes en la revista PLos Biology es la primera evidencia


de aprendizaje social registrada en la naturaleza, un comportamiento que puede
definirse como 'cultural'. "Tuvimos un golpe de suerte al estar en el lugar
correcto en el momento adecuado para documentar la aparición y propagación
de dos conductas novedosas de uso de herramientas, algo
extraordinariamente raro en la naturaleza", explica una de las autoras de la
investigación, la doctora Catherine Hobaiter, pues en la mayoría de los casos
"es difícil saber cómo se originan y se propagan los conocimientos dentro de
un grupo".
"Los científicos han estado fascinados durante décadas por las diferencias de
comportamiento entre comunidades de chimpancés, pues cada grupo
utiliza diferentes herramientas para la misma tarea. Estas variaciones de
comportamiento se han descrito como 'culturales', lo que en términos
humanos significaría que el comportamiento se propaga cuando una persona
aprende de otra", explica Hobaiter.

Una cría con un macho adulto. EMMANUEL KELLER

Los investigadores estudiaron la difusión de las nuevas variaciones de las


'esponjas de hojas', herramientas que comúnmente fabrican los chimpancés Sonso
del bosque Budongo de Uganda. "Fabrican la esponja doblando hojas con su boca
y la utilizan para beber sumergiéndola en agua. Sin embargo, hay diferencias
culturales. Algunos chimpancés incluso maceran las hojas en lugar de
simplemente doblarlas", explica a este diario Thibaud Gruber, coautor del estudio.
Los primatólogos observaron a diferentes individuos que desarrollaron dos nuevas
variantes de comportamiento: la elaboración de una nueva esponja de musgo y
la reutilización de la esponja de hojas que se dejó en el lugar en una visita anterior.
"Ninguno de estos comportamientos se habían observado previamente en los
chimpancés Sonso en 20 años de investigación continua", aseguran.

Antepasados comunes

Los resultados del estudio, según cuenta Gruber, tienen consecuencias directas en
cuanto a la comprensión de la conducta social del chimpancé en su medio
natural, y en particular la forma en que aprenden nuevas técnicas. "El hecho de
que los nuevos comportamientos eran variantes de una técnica antigua conocida,
sugiere que la cultura chimpancé cambia poco a poco, aprovechando los
conocimientos previamente adquiridos".
Para Gruber, estos hallazgos apoyan firmemente la idea de que los últimos
antepasados comunes entre humanos y chimpancés podían aprender
comportamientos unos de otros, de una manera similar a como lo hicieron los
chimpancés Sonso. "También es probable que los pequeños cambios en el
conocimiento cultural caractericen a especies de homínidos tempranos, y esto
puede ser una vía de investigación para explorar y entender la evolución cultural
humana, en lugar de enfocarse sólo en los mecanismos de aprendizaje social".

Un aprendizaje casi humano

Según explica Thibaud Gruber, los primatólogos todavía tienen un debate abierto
sobre la forma de aprendizaje, pues, aunque en cautiverio se ha demostrado que
los chimpancés pueden aprender por imitación, hasta ahora desconocen si en la
naturaleza ocurre lo mismo. "Nuestro papel permite mostrar, al menos, que
hay algo de aprendizaje social en cuestión. Para confirmar que se trata de
imitación, como en los bebés humanos, se necesitaría más investigación",
concluye.
Sin embargo, aunque el aprendizaje pudiese ser similar al de un bebé humano,
para Gruber es poco probable que la cultura de los chimpancés pueda seguir
desarrollándose hasta el punto que ha llegado la humana, "aunque es
imposible predecir el futuro", puntualiza. "Los seres humanos han
tomado diferentes caminos evolutivos, así que no hay ninguna razón obvia por
la que las culturas chimpancé pudieran llegar algún día a nivel humano".

Thibaud Gruber trabajando con chimpancés. NINA HÄNNINEN

No obstante, según Gruber, las cultura del chimpancé puede servir de ejemplo
para entender la cultura de los primeros humanos. "Por ejemplo, los cambios
en la cultura de los chimpancés probablemente reflejan cómo las culturas de
nuestros propios antepasados cambiaron con el tiempo"
https://www.elmundo.es/ciencia/2014/09/30/542a847ae2704e35068b457b.html

“Humanos y chimpancés
somos casi la misma
criatura”
El primatólogo Tetsuro Matsuzawa ha dedicado su vida a
estudiar la inteligencia de los chimpancés. Gracias a él
sabemos que no somos los seres más listos del planeta,
nuestro pariente vivo más próximo nos gana en memoria
visual. Matsuzawa está estos días en España para saber más
sobre la cognición y el comportamiento de los caballos.

  

  

Eva Rodríguez 

5/6/2019 14:45 CEST


Tetsuro Matsuzawa y Ai. / Universidad de Kioto

Si en una pantalla de ordenador se muestra una secuencia del 1 al 9 que desaparece al


instante, ningún humano es capaz de retener dicha correlación y señalarla, pero un
chimpancé joven sí. Es una capacidad, la de la memoria visual, que pudimos perder al
dar paso al desarrollo del lenguaje y que nuestros primos más cercanos aún conservan.
Es la denominada hipótesis del intercambio cognitivo.
Tetsuro Matsuzawa, director del Instituto de Investigación de Primates de la
Universidad de Kioto, ha estudiado la inteligencia de los chimpancés durante más de
cuatro décadas para comprender a través de ellos cómo ha evolucionado nuestra mente.
“Los chimpancés tienen su propia forma de comunicarse”, explica durante la
presentación de sus estudios en la Fundación Biodiversidad, a la vez que imita sus
llamadas de ‘hola’.

“Los chimpancés viven en el presente, nosotros también tenemos


pasado y futuro. Ellos viven aquí y ahora, no tienen ansiedad.
Nosotros tenemos esperanza”, afirma Matsuzawa
 

En su laboratorio en la Universidad de Kioto tiene una ‘socia’, según él mismo dice. Se


trata de Ai, una hembra de chimpancé que conoció con un año de edad y que
protagoniza gran parte de sus investigaciones. Su nombre significa amor: “es común en
Japón”, apunta.
En 2000 Ai tuvo una cría (Ayumu) que, a diferencia de lo que se hacía antes en el
laboratorio, no ha sido separado de su madre para continuar con la investigación.
“Pensamos que no era lo correcto. Ella está presente en los estudios y gracias a esta
actuación directa podemos trabajar sin protección”.

De hecho, el equipo es capaz de sentarse para hacer un encefalograma o una ecografía y


observar así el volumen del cerebro de un feto y su evolución de manera colaborativa.

Además de Ai y Ayumu, en el Primate Research Institute viven otros chimpancés que


entran y salen libremente de sus jaulas y participan también cuando ellos quieren en los
diferentes ensayos cognitivos que los investigadores preparan. “No los forzamos a hacer
estos experimentos y cada uno recibe unas tareas adecuadas”.

Les enseñaron, por ejemplo, el abecedario y letras en japonés que se traducen por
algunos colores. “No existe ninguna relación entre el símbolo de la letra en japonés y el
color, y aun así lo identifican. Para eso hace falta algo de imaginación”, asegura.

Esta sería la principal distinción entre humanos y chimpancés. “La imaginación es una
fuerza única del ser humano y es la base para entender la mente de los demás. Los
chimpancés viven en el presente, nosotros también tenemos pasado y futuro. Ellos
viven aquí y ahora, no tienen ansiedad. Nosotros tenemos esperanza”.

Tetsuro Matsuzawa en la Fundación Biodiversidad

En libertad, los chimpancés aprenden las destrezas de sus mayores a través del llamado
‘aprendizaje por el maestro’ que, a diferencia de los humanos, implica que no enseñan a
su prole, sino que esta aprende por observación. “Les muestran un modelo que la cría
repite porque tiene una motivación muy fuerte. El adulto manifiesta una tolerancia muy
alta para dejarles observar y aprender”.

También muestran otras diferencias como cuando son crías. “Solo los bebés humanos
lloran por la noche. Las crías de chimpancé no lo hacen porque la madre siempre está
ahí”. Asimismo, los comportamientos de colaboración de madre a hijo existen, pero no
al contrario. “He visto como una madre tiende una mano a su cría, pero no al revés”.

“La gente piensa que los humanos somos la criatura más inteligente
en el mundo, pero yo digo que no”, afirma el primatólogo
 

¿Por qué un chimpancé puede enseñarnos a entender la mente humana?


El estudio de los chimpancés es bastante reciente, de hace unos 50 años. Pero si no
existieran investigaciones sobre estos animales, los humanos estaríamos convencidos
todavía de que somos ejemplares muy especiales. Nosotros por un lado y los animales
por otro, en una estricta dicotomía. Pero cuando se comienza a analizar a estos primates
en libertad y en los laboratorios, te das cuenta de que son muy parecidos y cercanos a
los humanos. O incluso nos superan, como ya demostró nuestra investigación más
conocida: la memoria visual de los chimpancés.
Sí, son mucho mejores memorizando visualmente números que desaparecen en
una fracción de segundo...

Es que esta captura de memoria fotográfica directamente no existe en los humanos. La


gente piensa que somos la criatura más inteligente en el mundo, que no somos como los
perros, las tortugas o las aves, pero yo digo que no. Los chimpancés son mejores
capturando los números del 1 al 9. Esto es algo 100 % seguro. Muchos han intentado
replicarlo y ningún humano puede competir con los chimpancés jóvenes.

¿Nos podrían superar en otras facetas?

Puede haber muchas más cosas en las que sobresalgan, pero no lo sabemos todavía. Si
les enseñas, por ejemplo, una foto de alguien conocido –como la de Cristiano Ronaldo–
pero dada la vuelta, para ellos no es difícil de reconocer. Aunque todavía son estudios
algo controvertidos y estamos esperando a tener más datos.
Tetsuro Matsuzawa en Guinea / Universidad de Kioto

¿Cómo son sus relaciones familiares comparadas con las nuestras?

No hay mucha gente que entienda claramente la familia y la sociedad en humanos. Para
los primatólogos que estudian a todas las especies (447 en total, desde bonobos, monos
japoneses, orangutanes, gorilas o babuinos), los humanos somos solo una de ellos. Si lo
ves desde este punto de vista, nosotros tenemos un vínculo muy fuerte de pareja entre
hombre y mujer. En otros primates también existe, pero no ocurre con los chimpancés.
Pueden vivir en un grupo de cincuenta individuos o hasta cien, pero las hembras tienen
relaciones con todos los machos. Su manera de vivir es diferente.

"El estudio de los chimpancés nos demuestra que no podemos


dejarnos llevar por las apariencias físicas", concluye Matsuzawa
 

Somos 98,77 % chimpancés según nuestra genética. Siendo nuestros ‘primos’ más
cercanos, ¿por qué somos tan diferentes aparentemente?
Una gran diferencia es que su cuerpo está cubierto de pelo negro. Sin embargo, si te
fijas en los perros, un chiguagua o un san bernardo son diferentes razas pero su genética
es la misma. Es una criatura única denominada Canis familiaris. En los humanos en una
generación se puede cambiar el color del pelo o el de los ojos, la apariencia externa es
fácil de manipular. El estudio de los chimpancés nos demuestra que no podemos
dejarnos llevar por las apariencias físicas. Humanos y chimpancés somos casi la misma
criatura.
Lleva toda una vida dedicado al estudio de chimpancés. ¿Qué le gustaría afrontar
en el futuro?
Ahora he empezado a investigar a los bonobos, que tienen hembras dominantes, no
como los chimpancés, sus comportamientos sexuales son muy diferentes y tampoco se
matan entre ellos. También a los gorilas, a los monos japoneses y a los orangutanes.
Pero mi idea es seguir a los chimpancés tanto tiempo como pueda.

https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Humanos-y-chimpances-somos-casi-la-misma-criatura

El chimpancé: características,
comportamiento y hábitat
 7 febrero, 2018
Este artículo fue redactado y avalado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez

 La hibernación del lirón, el roedor dormilón


 El ciervo con colmillos (Elaphodus cephalophus)
 El mapache y Baylisascaris procyonis
Los chimpancés son los animales que más se acercan a la especie
humana genéticamente , pero además tienen una vida social menos
conocida y muy interesante.
Cuando hablamos de chimpancés hablamos de uno de los grandes
simios, es decir, de los primates de mayor tamaño; y también de
los más inteligentes , todos ellos muy relacionados con el ser humano. Sin
embargo, el chimpancé es el más conocido, ya que por desgracia su parecido
con el ser humano ha hecho que sea una de las especies más explotadas por el
hombre.
Tiene cuatro subespecies, si bien todas ellas son bastante
parecidas: el chimpancé occidental, el oriental, el central y el chimpancé de
Nigeria-Camerún. Muchas de ellas conviven con otros grandes simios como
el gorila.
Características del chimpancé
Esta especie puede llegar a pesar 70 kilogramos en el caso de los
machos, pues las hembras pesan un poco menos. Esta especie en
posición erguida puede llegar a 1,60 metros de altura, si bien la
envergadura de los brazos es mucho mayor que la de la especie humana.

Y es que los brazos de los chimpancés son muy largos, lo que


permite a esta especie moverse con agilidad a cuatro patas o
incluso mediante braquiación entre las ramas de los árboles.
Al igual que nosotros, poseen pulgar oponible, lo que les permite, junto a su
gran inteligencia, ser unos expertos en el uso de herramientas. El dedo
grande del pie también es oponible, lo que hace que sus pies sean
muy versátiles.
A la hora de reproducirse, el embarazo es similar al de la especie humana, y es
que pueden llegar a los ocho meses. Las crías son destetadas a los tres años,
pero tardan varios más en independizarse, por lo que alcanzan la pubertad a los
nueve años. Si bien cabe reseñar que un chimpancé puede llegar a vivir
60 años.
En cuanto a la alimentación, su dieta es principalmente vegetariana, aunque
pueden comer algo de carne. De hecho, los chimpancés tienen técnicas
de caza sorprendentes para capturar a otros primates como el
colobo.  Sus depredadores principales son leopardos, cocodrilos y serpientes,
pero su mayor amenaza es el ser humano.
Hábitat de la especie
El chimpancé está considerado un primate exclusivo de África y su distribución
se ha reducido mucho en los últimos siglos. Esta especie está muy ligada
a los árboles, pues vive normalmente en el bosque húmedo
tropical y los bosques de sabana . Actualmente cada subespecie ocupa
un nicho en el continente:
 El chimpancé occidental vive en el sur de Senegal, Costa de
Marfil, Nigeria y Sierra Leona.
 La subespecie central se extiende principalmente en Gabón, el
Congo, Camerún y Guinea Ecuatorial.
 La variedad oriental comparte hábitat en algunos países con el
central, asentados en el Congo, Burundi, Tanzania y Uganda, entre
otros países.
 En el caso del chimpancé de Nigeria-Camerún, como su
nombre indica, reside en estos países.
Comportamiento del chimpancé
Los chimpancés viven en sociedades conocidas como ‘fisión-fusión’, en la que
la reproducción es promiscua y las combinaciones y número de miembros, muy
cambiantes. Pueden vivir en grupos de 20 individuos y alcanzar los
150 miembros.
En esta especie, los machos suelen realizar labores de patrulla,
además de competir por el liderazgo basándose en la fuerza. Sin
embargo, dada su tremenda inteligencia, no siempre es así, y se han olvidado
líderes pragmáticos que basaban su gobierno en mantener buenas relaciones
con todos los miembros del grupo.
También se han visto líderes que no poseían fuerza, pero que
sabían cómo causar buena impresión. La primatóloga Jane
Goodall observó como un chimpancé más débil que el resto llegó al poder
usando bidones del campamento, y así poder hacer un ruido muy fuerte que
imponía al resto.
Fuente:
David

Respecto al carácter, es preciso señalar que los chimpancés son


animales bastante agresivos, y se han observado guerras sin
piedad entre diferentes grupos . Pero en esta especie también se ha
observado una enorme empatía, sentido de la justicia y demostración de
auténtico dolor por la muerte de miembros del grupo.

La primatóloga Jane Goodall observó como un chimpancé más débil que el


resto llegó al poder usando bidones del campamento, y así poder hacer un ruido
muy fuerte que imponía al resto.

Amenazas
Esta especie ha sido explotada como mascota, cazado por su
carne y afectado por enfermedades como el ébola. Pero es que
además se suma el hecho de que el ser humano lo ha usado como mascota,
como animal de circo o incluso como actor.
Esto se debe a su tremendo parecido a nosotros. De hecho, una de las cosas
que más se explota es su falsa sonrisa: un chimpancé sonriendo como
un humano está aterrado, no feliz. Y es algo que vemos en circos
y películas constantemente .
Dada su inteligencia y la cantidad de años que viven con sus padres (ocho
años), la separación prematura que se hace para todas estas
actividades causan en estos animales un drama brutal , pues sus
relaciones materno-filiales son muy similares a las humanas.
Además, todo el aprendizaje y socialización que tienen durante la infancia se les
arrebata. Esto, unido a que suelen ser jubilados a los seis años (dada su
tremenda fuerza) hace que vivan más de 40 años sin ser capaces de
relacionarse con otros individuos.
Es por ello que existen en nuestro país numerosos centros de rescate para
estos animales, los cuales se pueden visitar para conocer la triste
historia de estos ejemplares.

Ocho parecidos
sorprendentes entre
humanos y chimpancés
 Animales | Antropología | Cerebro | Investigación

Ventana al Conocimiento
Periodismo Científico

Tiempo   4   de lectura



Los últimos hallazgos acerca de cómo se comportan y piensan los


chimpancés han puesto de manifiesto una vez más hasta qué punto estos
primates merecen el calificativo de “primos hermanos” de los humanos. No solo
se ríen como nosotros, sino que también sonríen en silencio, son sibaritas,
juegan, piensan que piensan, distinguen lo justo de lo injusto y cultivan la
amistad.
JUEGAN

Los niños no son los únicos que pasan horas entretenidos jugando. Los
chimpancés dedican muchas horas al juego – que los etólogos o científicos del
comportamiento definen como toda actividad que no tiene beneficios claros ni
inmediatos-, tanto en su infancia como durante su “juventud”. Científicos de la
Universidad de Pisa (Italia) han demostrado que el juego social, es decir, no en
solitario sino con otros chimpancés, les ayuda a establecer relaciones sociales
sólidas y a desarrollar actitudes cooperativas. Y que, como en los humanos, los
modos de jugar y los compañeros de juego cambian a medida que los primates
crecen. Entre otras cosas, el juego es más cooperativo en la más tierna infancia,
pero se vuelve más competitivo entre los niños y los primates juveniles.

Tambako The Jaguar, Flickr


SABEN SONREÍR

Estos primates pueden sonreír en silencio, desternillarse de risa o reír a carcajada


limpia, una gama y flexibilidad en la comunicación de las emociones
positivas que hasta ahora se creía exclusiva de los humanos. Todo apunta a
que las expresiones faciales vinculadas a la risa estaban presente en nuestros
ancestros simios, y que aparecieron mucho antes de que los humanos
evolucionaran.

La única sonrisa que de momento parece exclusiva de los humanos es la


llamada sonrisa de Duchenne, una expresión espontánea que se reconoce por la
contracción involuntaria del músculo orbicular, situado alrededor de los ojos,
cuya contracción eleva las mejillas y forma arrugas o “patas de gallo” en torno a
los ojos. Esta es la sonrisa verdadera y genuina, ligada a la activación del sistema
límbico del cerebro, donde residen las emociones, según demostró hace años el
neurólogo francés Guillaume Duchenne.

SON GOURMETS

A falta de supermercados y restaurantes, los chimpancés están dispuestos a


recorrer las distancia que haga falta para encontrar sus ingredientes favoritos para
preparar un suculento banquete. Es la conclusión a la que llegaron hace poco
científicos de la Universidad de Harvard (EE UU), que también han demostrado
que los chimpancés comparten con los humanos la preferencia por la comida
cocinada en lugar de cruda, así como la capacidad de comprender los procesos de
transformación que se producen al guisar los alimentos. Entre el sabor de una
patata cocinada y el de una cruda, los primates se decantan sin dudarlo por el
primero. Lo único que les falta para ser chefs, aseguran los investigadores, es el
control del fuego. Pero si se les proporciona una olla o una sartén encendidas, los
experimentos muestran que aprenden inmediatamente a darle uso.
PIENSAN QUE PIENSAN

Los chimpancés poseen metacognición, es decir, pueden reflexionar acerca de


sus propios pensamientos y procesos mentales, tal y como demostraban hace
poco investigadores de varias universidades estadounidenses en la
revista Cognition. Según los autores, estos primates tienen conciencia de lo que
saben y de lo que desconocen, y basándose en eso son capaces de mostrar más o
menos confianza en sus respuestas y comportarse en consecuencia. Y esto les
permite tomar decisiones inteligentes.

Alexandra Rosati, Duke University


SON JUSTOS Y MORALES

El sentido de lo correcto y lo incorrecto no es exclusivo de los humanos. Los


chimpancés también discriminan qué comportamiento es inapropiado, sobre todo
cuando afecta a los más pequeños. En un estudio de la Universidad de Zurich del
que se hacía eco la revista Human Nature  se puso en evidencia que si un
chimpancé ve escenas de una cría siendo dañada o asesinada por otro miembro
de su propia especie reacciona con indignación y enfado, algo que no sucede ante
actos de violencia entre monos adultos. El estudio indica que estos primates
tienen un sentido de la moralidad similar al de los humanos.

Tetsuro Matsuzawa, Kyoto University

A esto se suma que, jugando con chimpancés a Ultimatum, un juego


experimental de economía que intenta mostrar que las elecciones sobre criterios
de justicia y equidad priman sobre las de beneficio, biólogos estadounidenses han
demostrado que estos primates comparten nuestra aversión a la injusticia. En
concreto, los chimpancés tienden a realizar ofertas justas y equitativas, y solo
afectan este tipo de ofertas de sus compañeros. “Para los chimpancés, que son
muy cooperativos en libertad, ser sensibles a la distribución equitativa de
recompensas supone una ventaja evolutiva, ya que cooperar les beneficia”,
aseguran los autores de la investigación.
TIENEN MEMORIA NUMÉRICA

Si cree que los humanos superan a los chimpancés en todas las funciones
cognitivas se equivoca. Sin ir más lejos, la capacidad de un chimpancé joven (5
años) de recordar los números mostrados en una pantalla está muy por encima de
la de un humano adulto, de acuerdo con un experimento de la Universidad de
Kioto (Japón). Los científicos lo atribuyen a un equivalente a la memoria
eidética o fotográfica, es decir, la habilidad para recordar con detalle lo visto u
oído, presente en niños humanos y que disminuye con la edad.

HACEN LA GUERRA

De todas las especies del mundo, los humanos y los chimpancés se cuentan entre
las únicas que participan en ataques coordinados contra otros miembros de su
misma especie. Dicho de otro modo, ambas especies somos capaces de provocar
deliberadamente una contienda. Y en el caso de los primates, los ataques no están
causados por la interferencia con los humanos, a la que durante algún tiempo se
ha culpado erróneamente de las muestras de agresividad de estos animales. Lo
que les mueve a perpetrar actos violentos es una estrategia adaptativa, tal y como
concluía hace poco una treintena de primatólogos a partir del análisis de datos de
cinco décadas de investigación sobre conflictos protagonizados por
chimpancés. Los ataques aumentan cuanto más densa es la población y cuanto
mayor es el número de machos. Y las víctimas suelen ser miembros de una
comunidad rival.

CULTIVAN LA AMISTAD

La máxima de “quien tiene un amigo tiene un tesoro” también se aplica entre


chimpancés. Y si no que se lo pregunten a Filippo Aureli, que tras estudiar a
fondo el comportamiento de estos primates ha concluido que viven rodean de
buenos amigos, es decir, “no solo individuos no emparentados con los que pasan
el tiempo sino que les ayudan en caso de enfrentamiento, comparten comida y
colaboran”. Incluso se dan consuelo unos a otros y alivian el estrés ajeno, tal y
como demostraron Aureli y sus colegas en un estudio publicado en PNAS.

Patrick Dirden, Flickr

A la hora de elegir un camarada, los primates son selectos. Según un estudio de


la Universidad de Viena, las relaciones de amistad se establecen
entre chimpancés que comparten ciertos rasgos de la personalidad. En
concreto, los individuos más sociables congenian entre sí, mientras que los
chimpancés tímidos buscan otros igualmente apocados para relacionarse. Esto
recuerda al “efecto de similitud” en humanos, que no es otra cosa que la
tendencia a tener como amigos a sujetos que se nos parecen.

https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/ocho-parecidos-sorprendentes-entre-
humanos-y-chimpances/

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