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El ictus hemorrágico se produce cuando una arteria cerebral se rompe y la sangre se introduce en
el tejido cerebral que tiene más cercano y allí ejerce presión sobre él, produciendo un una lesión o
daño cerebral. Según su localización, los ictus hemorrágicos pueden fundamentalmente de dos
tipos:
Subaracnoideo, en el que la sangre se localiza fuera del cerebro, en el espacio que ocupa el líquido
cefalorraquideo que envuelve el cerebro, el espacio subaracnoideo. El vaso que se rompe es de
gran tamaño (arterias carótida o vertebral o sus ramas principales.
El ictus hemorrágico es, menos frecuente que el ictus isquémico, pero mucho más destructivo y
tiene una mayor mortalidad. Mientras que en el ictus isquémico la mortalidad se sitúa entre el 10
y el 15% , en el hemorrágico asciende a entre el 30 y el 40%.
En líneas generales, se calcula que entre el 25 y el 30% de todos los ictus son hemorrágicos.
En los últimos años, a los factores de riesgo clásicos, como son la hipertensión, la obesidad, el
tabaco, la diabetes… se ha añadido uno nuevo, puesto que ha aumentado la población mayor de
edad o con enfermedades crónicas. Cada vez son más las personas que se tratan con
anticoagulantes y antiagregantes. Los pacientes que siguen un tratamiento anticoagulante y/o
antiagregante pueden tener más riesgo de ictus hemorrágico. E En el caso de que estas personas
sufran un ictus hemorrágico, hay que prestarles especialatención cuando entren en quirófano,
puesto que el riesgo de hemorragia es mayor por la antiagregración y la anticoagulación.
Por este motivo, la intervención del neurocirujano es importante en el manejo de las personas que
han sufrido un ictus hemorrágico. Se estima que el neurocirujano tiene que intervenir en el 30%
de los ictus, teniendo en cuenta los hemorrágicos y las complicaciones de algunos isquémicos.
Aunque no hay evidencia científica constatada, todo apunta a que en los ictus hemorrágicos
funcione la misma máxima que en los isquémicos, que el tiempo es cerebro. Cuanto antes se
intervengan, se producirán un menor número de secuelas y se podrá reducir su gravedad.
De esta forma, es necesario que en el Código Ictus se tenga en cuenta la participación activa desde
el ingreso hospitalario de los Servicios de Neurocirugía, porque la intervención temprana de un
neurocirujano formado en este area , como primer responsable del proceso, colaborando en
equipo con Neurología y Neurorradiología, favorecerá la planificación de una actuación quirúrgica
rápida y eficaz, que haga que las hemorragias no sean tan destructivas y por tanto las
complicaciones pueden ser menores.
Hemorragia intracerebral. Quiere decir que el ACV hemorrágico fue provocado por una
hemorragia en el cerebro
Hemorragia subaracnoidea. Quiere decir que el accidente cerebro vascular hemorrágico fue
provocado por una hemorragia en la superficie del cerebro en el espacio subaracnoideo (formado
por dos membranas que cubren el cerebro)
Aproximadamente una de cada seis personas que tiene un accidente cerebrovascular tiene un ACV
hemorrágico.
El cerebro controla todo lo que hace el cuerpo, incluyendo el movimiento, habla, visión y
emociones. Presentar síntomas de EVC significa que puede haber un daño en el cerebro que afecta
a cualquiera de estas funciones.
Aproximadamente, una de cada seis personas que tiene un accidente cerebrovascular tiene un
ACV hemorrágico. Por lo general, el evento vascular cerebral hemorrágico afecta a más las
personas mayores, pero puede ocurrir a cualquier edad.
Cuando ocurre un ACV se interrumpe el suministro de sangre al cerebro y los síntomas del
accidente cerebrovascular por lo general se presentan repentinamente, en segundos o minutos.
Una buena forma de reconocer qué pasa si te da un derrame cerebral o si alguien ha tenido un
accidente cerebrovascular es utilizar la prueba cara-brazos-habla-tiempo para llamar al teléfono
de emergencias (se abrevia FAST, del inglés). Esto requiere verificar si hay alguno de los tres
síntomas principales de un ACV: debilidad facial, debilidad en el brazo o problemas en el habla.
Si tienes entumecido un lado del cuerpo o de la cara, dificultad para hablar o mantener las piernas
derechas o imposibilidad de mover un brazo o pierna llama inmediatamente a emergencias ya que
puede tratarse de un EVC hemorrágico.
vómitos
tortícolis
entumecimiento, debilidad o imposibilidad de mover la cara, brazo o pierna de un lado del cuerpo
mareos y vértigo
fiebre
sensibilidad a la luz
ataques (convulsiones)
Si notas que alguien tiene alguno de estos síntomas, debes llamar a emergencias de inmediato ya
que puede tratarse de un EVC hemorrágico.
Complicaciones y secuelas del ACV hemorrágico
Las secuelas que deja el ACV o accidente cerebrovascular hemorrágico pueden ser bastante leves y
los efectos sólo temporales, mientras que otros ACV hemorrágicos pueden ser más graves y
provocar daños duraderos. Las consecuencias del ACV o complicaciones del accidente
cerebrovascular incluyen:
cambios de comportamiento
Los problemas tales como de ansiedad, depresión y convulsiones pueden a menudo mejorar a
medida que te recuperas.
neumonía
contracturas (posición alterada de manos, pies, brazos o piernas debido a la rigidez muscular)
Alrededor de dos de cada tres ACV hemorrágicos son provocados por este factor. Otros factores
que pueden aumentar el riesgo de un ACV hemorrágico incluyen los siguientes:
Debilitamiento de los vasos sanguíneos en el cerebro. Esto puede suceder debido a presión
arterial no controlada o, a veces, por acumulación de una proteína llamada amiloide en las
paredes de los vasos sanguíneos (amiloidosis cerebral).
Cualquier cosa que aumente tu tendencia a sangrar. Esto puede incluir un tratamiento con un
medicamento anticoagulante (por ejemplo, Aspirina, Warfarina, Vitamina K , Inhibidores de los
receptores del di fosfato de adenosina) o tener una enfermedad como leucemia o hemofilia.
Tener un trauma en la cabeza. Esto puede provocar que los vasos sanguíneos se revienten y
sangren dentro y alrededor de tu cerebro.
Serás sometido a numerosas pruebas en el hospital para tratar de descubrir el tipo de accidente
cerebrovascular (ACV) que tuviste y la parte afectada de tu cerebro. Esto permitirá a tu médico
planificar tu tratamiento.
También te harán una tomografía cerebral (por ej., CT o MRI) lo antes posible. La diferencia entre
un ACV isquémico y hemorrágico es cómo se ha producido la interrupción del flujo de sangre y
esto ayudará a descubrir si tu ACV se produjo por sangrado (ACV hemorrágico) o por obstrucción
(isquémico). Los ACV hemorrágicos, aunque menos comunes, tienden a ser más graves que los
accidentes cerebrovasculares isquémicos y es importante identificar la causa, así como el grado
del daño que se ha producido.
Si tu médico cree que tuviste una hemorragia subaracnoidea, te harán una punción lumbar (una
prueba donde se toma una muestra de líquido cefalorraquídeo de la parte baja de la espalda).
Luego, una vez confirmada la enfermedad, te harán un angiograma (un examen donde se inyecta
un tinte especial en los vasos sanguíneos para verlos claramente a través de imágenes de rayos X o
CT). Esto ayudará a tu médico a encontrar la hemorragia en el cerebro.
Cuando vayas a un hospital, estudiarán cómo tratar el ACV hemorrágico en tu caso. Puedes recibir
tratamiento en una sala general o en una unidad especializada en accidentes cerebrovasculares.
Si no puedes tragar, se te administrará líquido a través de un suero en el brazo para evitar que te
deshidrates. Te pondrán un tubo en la nariz para recibir todos los nutrientes y medicamentos que
necesitas. Si es necesario, también te administrarán oxígeno a través de una máscara facial para
ayudarte a respirar.
Los medicamentos que tomes dependerán del tipo de ACV hemorrágico y de los medicamentos
que ya estés tomando. Por ejemplo, si tienes una hemorragia intracerebral y estás tomando
anticoagulantes (como warfarina), puedes necesitar medicamentos para contrarrestar los efectos.
Esto permitirá que la sangre coagule y ayudará a detener la hemorragia en tu cerebro.
Los antihipertensivos como labetalol se usan para controlar la presión arterial si es muy elevada.
Esto ayuda a evitar más hemorragias.
Los diuréticos como manitol pueden ayudar a reducir la inflamación del cerebro.
Si tienes una hemorragia subaracnoidea, es posible que debas tomar un medicamento llamado
nimodipina por alrededor de tres semanas después de haber tenido el accidente cerebrovascular.
Esto ayuda a que la sangre siga fluyendo al cerebro.
Cirugía para el ACV hermorrágico
Si tienes un ACV hemorrágico, existe el riesgo de que la hemorragia a veces forme un bloqueo a
medida que coagula (hematoma). Esto puede detener el flujo normal del líquido cefalorraquídeo
alrededor del cerebro y provocar una acumulación de presión (una enfermedad conocida como
hidrocefalia). Si esto sucede, tu médico puede sugerir que te hagas una cirugía para drenar el
líquido excedente.
Después de tener un accidente cerebrovascular (ACV), es posible que debas volver a aprender
habilidades y destrezas, o aprender nuevas habilidades y adaptarte al daño que causó el accidente
cerebrovascular. Esto se conoce como rehabilitación de accidente cerebrovascular.
La mayoría de las personas se recupera mayormente en las primeras semanas y primeros meses,
pero a veces la recuperación tarda más tiempo.
La recuperación de un ACV hemorrágico puede ser difícil de predecir. La mayoría de las personas
se recupera mayormente en las primeras semanas y primeros meses después del accidente
cerebrovascular. Sin embargo, a veces, la recuperación puede tardar más tiempo.
Los ACV hemorrágicos tienden a ser más graves que los accidentes cerebrovasculares isquémicos.
Sin embargo, los efectos de cualquier tipo de accidente cerebrovascular, y la recuperación, varían
según la persona.
Explicación
Los ACV hemorrágicos tienden a ser más graves que los accidentes cerebrovasculares isquémicos y
además es más probable que sean mortales. Sin embargo, el daño causado por cualquier tipo de
accidente cerebrovascular, y la recuperación, varían según la persona. Por ejemplo, el accidente
cerebrovascular hemorrágico y el isquémico pueden ser mortales para algunas personas, mientras
que otras se pueden recuperar y aprender a vivir con los daños provocados.
Explicación
La cocaína provoca que los vasos sanguíneos se encojan (estrechen), llevando a un aumento
repentino y temporal de la presión arterial. Esto puede debilitar los vasos sanguíneos, haciendo
que se revienten. A pesar de que no se entiende completamente cómo la cocaína provoca un
accidente cerebrovascular, puedes correr más riesgos si tienes:
Una malformación arteriovenosa (MAV) es un enredo de vasos sanguíneos, que se forma cuando
los vasos sanguíneos no se conectan correctamente entre sí en el cerebro. Muchas personas no
saben que tienen una MAV, aunque a veces pueden presentar síntomas como dolores de cabeza y
ataques (convulsiones).
Explicación
Normalmente, tus arterias (los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón) están
conectadas a las venas (vasos sanguíneos que regresan la sangre al corazón) mediante una red
muy fina de vasos sanguíneos, llamados vasos capilares. En una MAV, no existen los vasos
capilares y las arterias y venas se unen en un enredo complejo. Esto pone la sangre de los vasos
sanguíneos bajo una intensa presión y eventualmente puede provocar que un vaso sanguíneo se
reviente (una hemorragia).
Las MAV afectan a menos de una de cada 100 personas en el Reino Unido. Sin embargo, puede
que ni te des cuenta que tienes una. Esto se debe a que generalmente es algo con lo que nace y no
causa síntomas. Algunas personas pueden tener síntomas como dolores de cabeza y ataques, pero
no es común.
Si tu médico descubre que tienes una MAV, puede sugerirte cirugía para quitar los vasos
sanguíneos malformados. Otros tratamientos incluyen bloquear los vasos sanguíneos que
componen la MAV con un material de pegamento (embolización), o destruir la MAV con radiación
enfocada (cirugía gamma). Esto puede reducir el riesgo de tener un ACV hemorrágico.