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En el desarrollo del presente, analizaré el film “Tiempos modernos” tomando

como referencia el pensamiento de Emile Durkheim. Sin entrar en detalles o


pormenores, el film recrea distintas situaciones que se presentan en un contexto
histórico presidido por el final de la gran depresión de los años ’30 y lo hace mediante
relatos acerca de la vida de un hombre y de una mujer y los problemas que se les
presentaban en su día a día. La película representa diversas situaciones y cuestiones
suscitadas en los distintos escenarios de la vida cotidiana ambientado en la época, de
modo que nos da lugar a la posibilidad de analizarla teniendo en cuenta distintas
perspectivas y corrientes sociológicas.
En cuanto a la estructura, categóricamente abordaré las cuestiones suscitadas
entre el lazo social, la cohesión social y la integración, y posteriormente me enfocaré en
su representación en el desarrollo de la película.
Para dar inicio al análisis corresponde citar al autor Luis Zuñiga, quien en su
artículo explica a la coacción social desde el punto de vista de Durkheim. En términos
de “coacción social” debe entenderse aquella acción orientada de acuerdo con unas
normas o reglas colectivas. Zuñiga explica que Durkheim concibe a la coacción que los
hechos sociales ejercen sobre los seres humanos bajo un matiz específico: el de la
superioridad moral. En tal sentido, habla de su capacidad de generar objetivos más
elevados en contraposición de aquellos que brotan de la particularidad del individuo. A
su vez, Zuñiga estima que la integración social es, además de condición, el motor de
cualquier proceso revolucionario. Explica que la conciencia que lleva adelante el
individuo solitario no llegaría nunca a alcanzar la misma energía que aquella
desarrollada en el seno de los grupos, hay una enorme diferencia en cuanto a la
intensidad. Dejando a un lado la conciencia individual y atendiendo a la colectiva, se
explica que el hombre que la experimenta tiene la sensación de estar dominado por
fuerzas externas de las que no se siente dueño. En esa misma línea de ideas, Zuñiga vio
oportuno citar uno de los pasajes de Durkheim: “Arrastrado por la colectividad, el
individuo se desinteresa de sí mismo, se olvida, se entrega por completo a fines
colectivos. El norte de su conducta ya no está en él, sino fuera” 1. Esto mismo se ve
reflejado en la actitud que toma el protagonista en todo el desarrollo del material
audiovisual, su conducta se ve orientada por agentes externos y lo lleva a contrarrestar
los parámetros de una vida cotidiana.

1
Zuñiga, L. R. (1995) La división del trabajo social – Estudio preliminar. P. 24-
Abordaré lo descripto precedentemente con relación a determinadas escenas del
film. El protagonista se encontraba bajo arresto en una cárcel y al horario del almuerzo
un preso camufla sustancias en la sal, por accidente el protagonista las ingiere y ello le
genera efectos en su comportamiento: ejecutó un acto heroico al evitar que algunos
presos se escapen. En este caso, si bien se encontraba bajo efectos de estupefacientes, el
protagonista lleva a cabo su accionar sin tener en cuenta sus intereses individuales ya
que bien podría haber optado por escaparse junto a los otros reclusos. Otra de las
situaciones en las que se denota dicho accionar es cuando, luego de quedar en libertad,
se encuentra en una situación de robo. Una mujer en situación de calle, quien atravesaba
un difícil momento luego de haber perdido a su padre y la tenencia de sus hermanas,
llevó a cabo un acto caratulado como delictivo ya que robó el pan de una cafetería; los
policías fueron avisados de tal cometido y fueron tras ella, pero el protagonista tomó la
decisión de inculparse. Es evidente que, el protagonista se vio subsumido en la
necesidad de “expandirse por expandirse, por juego, sin fin” y al respecto se expedía
Durkheim, explicando que de este modo se daba lugar a “locuras heroicas”. El
personaje no veía suficiente su accionar y a medida que se le presentaban nuevas
situaciones, inclinaba su actitud hacia un interés ajeno al suyo.
En este sentido, también corresponde citar al autor Irving Zeitlin, quien explica
que Durkheim propició una nueva moralidad secular, entendiéndola como una filosofía
que trata la moralidad de forma independiente a las tradiciones religiosas, e introdujo un
tema de gran importancia: el de la necesidad de altruismo. Altruismo es un término que
se refiere a la tendencia en aras de procurar el bien de las personas de manera
desinteresada, aun a costa del interés propio. Lo antedicho se evidencia en las
mencionadas escenas del film, donde el protagonista decidía redirigir sus acciones hacia
un plano social y colectivo, no así individual.
Ante ello y como conclusión, corresponde señalar que Durkheim estima que la
actitud altruista no es sencilla de canalizar ni se la puede ajustar a fines estrictamente
determinados. Y, por su parte, Zeitlin expone que la función de la educación moral es
inculcar un profundo sentimiento de altruismo, autodisciplina, deber y satisfacción al
mismo tiempo que frenar el egoísmo y moderar los apetitos insaciables. En
contraposición al egoísmo, se explica que el altruismo es moral y preserva la vida.

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