12.

2020

E S P E C I A L C O R O N A V I R U S

EN ESPAÑOL

UN MUNDO VIRAL
La pandemia que cambió nuestras vidas

INVESTIGACIÓN: LOS CIENTÍFICOS SE VUELVEN SUPERHÉROES

SOCIEDAD: UN VIRUS Y EL MALESTAR SOCIAL NOS PONEN A PRUEBA
12/20

NATURALEZA: USEMOS ESTE MOMENTO PAR A AYUDAR AL PL ANETA

 CONTENIDO
E N P O R TA D A :
Tomografía computari-
zada del tórax y los pul-
mones de un paciente
de 69 años con COVID-
19 en un hospital de La
Louvière, Bélgica.
N AT I O N A L G E O G R A P H I C CÉDRIC GERBEHAYE

INTRODUCCIÓN TESTIMONIOS HOJA DE DATOS DECODIFICADOR Para almacenar cuer-

pos en espera de ser
UN AÑO LA VIDA CON LOS PRIMEROS EL CORONAVIRUS embalsamados y ente-
DEVASTADOR COVID-19 100 DÍAS EXPLICADO rrados en el pico de la
La COVID-19 El nuevo coro- Cómo se ¿Cómo responde crisis de la COVID-19,
dominó la vida navirus ha cam- propagó el el cuerpo ante el la funeraria Leo F.
en 2020 y dejó biado la forma virus, nación nuevo coronavi- Kearns en Queens,
a muchos pre- en que llegamos por nación. rus? Los exper- Nueva York, llenó todo
guntándose: al mundo, vivi- POR MANUEL tos aún intentan su espacio disponible,
¿cómo será la mos en él y lo CANALES E descifrarlo. incluido este contene-
recuperación? dejamos....... P. 10 IRENE BERMAN- POR MANUEL
dor refrigerado y otro
POR CYNTHIA VA P O R I S ....... P. 20 CANALES Y
detrás del edificio.
PETER VAN AGTMAEL
G O R N E Y ......... P. 8 ALEXANDER
MAGNUM PHOTOS
ST E G M A I E R .... P. 24

DICIEMBRE DE 2020 2 VOL . 47 NÚM. 6

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 ENVÍOS 28 ENSAYOS 42 ENVÍOS 52

UNA CRISIS DEL DEBEMOS CONFIAR VIDAS MEJORADAS:

CUIDADO: BÉLGICA
El personal médico cuida a
los pacientes con COVID-19
y escucha sus miedos. “Si no
lo hago yo –pregunta una
enfermera–, ¿quién?”.
EN LA CIENCIA
Después de ver a los científi-
cos debatir y aprender sobre
la marcha cómo combatir la
COVID-19, debemos confiar
aún más en su trabajo.
INDONESIA
La pandemia que llenó los
cementerios también vació
las calles. Incluso así, la gen-
te buscó lo esencial: ritos
religiosos y comida.

FOTO G RA F Í A S D E POR FOTO G RA F Í A S D E

C É D R I C G E R B E H AY E ROBIN MARANTZ HENIG M U H A M M A D FA D L I

ENSAYOS 62 ENVÍOS 76 ENVÍOS 88

EL PLANETA Y DOLOR DE BLOQUEO: UNA BRECHA DE

LA PANDEMIA
¿Tendrá la experiencia
de COVID-19 un efecto du-
radero en cómo tratamos el
planeta Tierra? Podría, si
cambia nuestra cultura.
JORDANIA
El aislamiento redujo las
muertes por COVID-19, pero
aumentó el desempleo y las
dificultades para los ciuda-
danos y refugiados.
RIQUEZA: KENIA
En Nairobi, el virus se ve
muy diferente para quienes
viven en complejos espacio-
sos que en asentamientos
sobrepoblados.

POR FOTO G RA F Í A S D E FOTO G RA F Í A S D E

R O B E RT KU N Z I G MOISES SAMAN NICHOLE SOBECKI

ENSAYOS 98

HUMANIDAD
A PRUEBA
La pandemia y las manifes-
taciones de justicia social
nos recuerdan los males
mundiales que necesitan
nuestra atención.

POR
En México, la Secretaría de Salud reporta 972 785 casos confirmados, 95 225
PHILLIP MORRIS muertes y 721 076 recuperados de COVID-19 (10 de noviembre de 2020).
GERARDO VIEYRA/NURPHOTO VIA GETTY IMAGES
 EDITORIAL
5
Reimaginar el mundo
POR SUSAN GOLDBERG
En Killeen, Texas, Demareyo Tittle viste el atuendo
que había elegido para el baile de graduación de su
secundaria, planeado para mayo pasado. Se canceló
debido a preocupaciones por la COVID-19.
este nuevo
D E S D E P R I N C I P I O S D E A Ñ O,
coronavirus ha alterado la vida como
la conocíamos. En todo el planeta, mu-
chas personas han contraído COVID-19
y un número aún creciente ha muerto.
Nada está intacto: trabajo, colegio, vida
familiar. Tradiciones como las fiestas
de graduación y, lamentablemente,
los funerales, han cambiado hasta que-
dar casi irreconocibles.
Este número especial se centra en
cómo la pandemia ha reconfigurado el
mundo, y cómo podría cambiar nuestros
pensamientos y acciones en el futuro.
Pienso mucho en cómo afectará a los
niños. Durante las videoconferencias
FOTOGRAFÍA DE CHRISTIAN K. LEE
que hemos tenido desde que empezamos a trabajar
en casa, veo a los hijos de mis compañeros al fondo (y
a veces en primer plano). Me preocupa cómo les im-
pactará en lo académico el aprendizaje remoto.
Pero me inquietan más los niños que no veo en estas
llamadas, aquellos a quienes las escuelas les propor-
cionaban computadoras decentes y acceso a internet,
además de una comida (o más) al día. Rezo para que
la ayuda continúe, incluso si las escuelas permanecen
cerradas, y espero que ellos puedan recuperarse.
También pienso en los jóvenes que empezaban a
integrarse a la vida cuando llegó la pandemia y tras-
tocó sus sueños. Estos jóvenes de 18 a 25 años han
superado los desafíos desde el principio, crecieron a
la sombra del 11 de septiembre y participaron en si-
mulacros de tiroteos a partir de la escuela primaria.
La Gran Recesión golpeó duro a muchas familias, por
lo que los estudiantes cargaron con montañas de
deudas para pagar la universidad. Y ahora ven can-
celadas las pasantías, las ofertas de trabajo. “Genera-
ción perdida”, los llaman algunos.
Pero no tan rápido. Hace poco leí un ensayo sobre
2020 de Cate Engles, quien se graduó en junio de una
escuela secundaria privada en Ohio. Al igual que las
otras clases de último año en Estados Unidos, la de
ella “fue lanzada a un mundo que no se preocupaba
por las tradiciones universitarias, promedios acumu-
lativos y planes de pago”, escribió.
Ha retrasado un año ir a la universidad y tiene como
objetivo aprovecharlo al máximo, como hizo su clase
cuando se cancelaron las graduaciones. “En lugar
de preocuparse por los vestidos y los ramilletes –es-
cribió–, nuestra generación dedicaba sus fines de
semana a luchar por la justicia”. Ella espera que el
resultado sean “artículos en periódicos sobre el im-
pacto que esta generación tuvo en el mundo, en lugar
de en la pista de baile”.
Yo no tuve ese tipo de sabiduría a los 18 años, pero
hoy día muchos jóvenes comparten esa determina-
ción. Así es como el escritor Jordan Salama, de solo
23 años, describe este momento en la historia: “Para
aquellos de nosotros que estamos al comienzo de
nuestra vida adulta, el inicio vacilante causado por
la pandemia significa que nuestras elecciones serán
aún más importantes”.
Gracias por leer National Geographic.
DICIEMBRE DE 2020 5
 NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY
es una organización mundial sin fines de lucro que
extiende los límites de la exploración para incrementar
el entendimiento de nuestro planeta y generar
soluciones para un futuro más sostenible.

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“Distribución en Voceadores del D.F. y área Metropolitana a través de la Unión de Expendedores Palamarchuk. SERBIA: Igor Rill. SLOVENIA: Marija Javornik.
y Voceadores de los Periódicos de México, A.C.” SPAIN: Ismael Nafría. TAIWAN: Yungshih Lee. THAILAND:
Kowit Phadungruangkij. TURKEY: Nesibe Bat

Introducción
Superaremos este
año devastador, ¿pero
cómo? ¿Qué sigue?
Llámalo el nuevo coronavirus, SARS-
CoV-2 o COVID-19. Cualquiera que sea su
nombre, se apoderó de 2020, burló nues-
tras defensas y dominó nuestra existen-
cia. En esta edición, National Geographic
explora las implicaciones de la pandemia
para la ciencia, el medio ambiente y las
culturas alrededor del mundo.
POR
CY N T H I A G O R N EY
7 minará por ser positiva. Tal vez, extra-
” E S T E A Ñ O D E VA S TA D O R ” ,
como es-
cribe Robin Marantz Henig en las pá-
ginas siguientes, un hombre en Java
Central hizo una barrera con varas de
bambú, pintó CONFINAMIENTO en
un pedazo de vinil y bloqueó la entrada
a la carretera de un poblado. Un sepul-
turero belga comenzó a uniformarse
con un traje NBQ para manipular ma-
teriales peligrosos e ir a trabajar. Una
niña en Detroit se quejó de un dolor de
cabeza y, un mes después, sus padres
la despidieron con cubrebocas en un
funeral que solo permitió 12 personas.
Este año nos exigió comprender que
un solo fenómeno vincula a estos indi-
viduos y lugares, a esa pena y ese temor.
La mayoría no somos epidemiólogos ni
sobrevivimos la gripe española; para
casi todos, antes de 2020 la palabra “pan-
demia” era historia, a una ficción dis-
tópica o tema de periodistas científicos
–como Robin Marantz Henig– que ad-
vertían de ellas. El esfuerzo por entender
y procesar el nuevo virus como el suce-
so global que es hoy, resulta agotador.
Solo mantenerse actualizado con la
información científica agobia a los ex-
pertos, como dice Henig en uno de los
textos de este especial: “Incluso para una
geek de la ciencia como yo, resulta des-
concertante ver [a los científicos] debatir,
diferir, cambiar de opinión y reconsi-
derar. He deseado que llegue un héroe
en bata de laboratorio y lo resuelva”.
Denominar los ensayos e imágenes
aquí reunidos como un registro de la
pandemia es un acto de arrogancia y
esperanza a la vez; un registro es algo
que se revisa después, en retrospectiva.
¿Cuándo llegará ese momento? Lo su-
peraremos porque debemos hacerlo
¿pero cómo? ¿Qué sigue? ¿Qué nos cam-
bió este año devastador? Los escritores
y fotógrafos de esta edición exploran
esas y otras preguntas.
EN SU REFLEXIÓN consternada sobre
la percepción de la gente respecto a la
investigación científica en un futuro
determinado por el coronavirus, Henig
se pregunta sobre la hipervelocidad para
hallar una vacuna. Mucha de esta labor
se conduce con una apertura sin pre-
cedentes ante un público desesperado
por un héroe en bata de laboratorio.
“Tal vez nuestra visión sin filtros ter-
ñamente, ver a los científicos intentar
construir un avión y pilotearlo a la vez
 8
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

F OTO G R A F Í A D E DA N N Y W I LC OX F R A Z I E R

–como alguien describió la investigación 1. El viento se llevó el optimismo sobre los posibles efec-
Otro mito
del coronavirus– será bueno para com- tos positivos de la pandemia. Los delfines regresaron
desmenti-
prender el proceso científico”. do: durante a Venecia (1); lo siento, fue mentira, aunque lo deseá-
Tal vez. Los humanos somos impa- la pandemia bamos con vehemencia. Los punjabís vieron el Hi-
cientes, egocéntricos, capaces de actos 14 elefantes malaya por primera vez en décadas porque la crisis
irrumpieron
magníficos o increíblemente estúpidos. en una al- económica redujo la contaminación de manera con-
Las probabilidades de aprender y hallar dea china, siderable; sí, fue cierto, igual que los reportes de aire
una solución que perdure parecen os- se emborra- limpio en Bangkok y São Paulo. Cuando el presidente
charon con
cilar de un mes a otro, de un día a otro. vino de keniano, Uhuru Kenyatta, decretó los primeros con-
Mientras aprendíamos el vocabulario maíz y se finamientos de su país, resaltó una frase inusualmente
de la cuarentena y nos lavábamos las desmayaron poética: “cese de movimiento”. Por un tiempo pareció
en un jardín
manos durante 20 segundos, la tempe- para tomar
como si el mundo entero se quedara quieto en 2020,
ratura del planeta siguió en aumento. el té. una región a la vez. Las calles vacías. Los comercios
 2. cerrados. El cuarteto de Barcelona to-
Nicholas
Bloom, eco-
cando una ópera de Puccini en un tea-
nomista de tro lleno de macetas. Incluso quienes
Stanford, pudieron refugiarse en casa se dieron
asegura que
cuenta de lo mal que estaba imaginar
cerca de la
mitad de los que el movimiento había cesado. Cir-
trabajado- culaban ambulancias, se vivía el frene-
res estadou- sí en las salas de urgencias y cuidados
nidenses
–dependien- intensivos. Un sector masivo de traba-
tes, trans- jadores y personas de bajos recursos
portistas y aún enfrenta el riesgo diario de conta-
otros em-
pleos de giarse porque no les queda de otra (2).
servicio– no Como escribe Robert Kunzig en su
pueden tra- texto sobre las repercusiones de la pan-
bajar desde
casa, por lo
demia para el medio ambiente: la con-
que se reza- taminación del aire está repuntando y
garán con este año se incendió la tundra siberiana.
respecto a
quienes sí.
“¿Acaso la experiencia de la COVID-19
Advierte cambiará de manera permanente cómo
que la si- tratamos este planeta habitado por casi
tuación es
8000 millones de humanos? –cuestiona
“una bomba
de tiempo Kunzig– ¿Cómo sería si las economías
para la des- del mundo se rigieran por los límites que
igualdad”. impone la naturaleza?”.
Este año devastador acentuó el ne-
gacionismo de muchos, sobre todo en
Estados Unidos, que para mediados de
abril registró la tasa de mortalidad por
COVID-19 más alta del mundo y para
finales de agosto reportó 180 000 muer-
tes, cerca de 50 % más que Brasil, la se-
gunda nación con más decesos. El año
también nos dio a muchos guerreros,
como recuerdan Phillip Morris y cola-
boradores en esta edición: personas
dispuestas a ponerse los cubrebocas y
hacer lo que está en sus manos para li-
derar, consolar y cuidar a la gente.
¿Qué pasaría si…?, reza la especulación
de variables infinitas, y 2020 responde:
Si sustituyéramos los aplausos para
los trabajadores –a quienes de pronto
llamamos “esenciales”– con sueldos
más altos, mejor protección y seguro
médico garantizado. Si nos obligáramos
a leer las cifras de infectados, no para
reevaluar nuestros riesgos personales,
Chester Lovett, un car- pandemia, solo 12 per- sino para comprender la miseria des-
tero jubilado de Detroit, sonas pudieron asistir proporcionada que la pandemia supo-
esperaba pasar tiempo a su funeral. Tras el servi- ne para las familias negras, latinas e
con sus 10 hijos. Pero mu- cio, Jerry Lovett soltó
indígenas. Si estudiáramos de cerca los
rió por complicaciones una paloma blanca para
debido a la COVID-19; simbolizar la partida de rostros afligidos de la COVID-19 en vez
según las normas de la su hermano Chester. de voltear los ojos porque es más cómodo.
¿Y la niña de Detroit? Su nombre era
Skylar Herbert. Su mamá es policía, su
papá, bombero. Tenía cinco años. j

Cynthia Gorney es colaboradora de National

Geographic. En el número de julio de 2020 es-
cribió sobre la cercanía de los seres humanos
y el distanciamiento social.

9
10
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Conexión en tiempos de COVID El distanciamiento social tiene sus límites. Tras

más de dos meses sin contacto humano, Mary Grace Sileo (izq.) y su hija Michelle Grant idearon una solución
 ENVÍOS

LA VIDA CON
El coronavirus ha cambiado nuestra manera
de llegar al mundo, vivir en él y dejarlo.

COVID-19

original. Ataron un lazo de ropa y colgaron una lona en el jardín de Sileo, en Wantagh, Nueva York.
Una en cada lado, se abrazan a través del plástico. FOTO: AL BELLO, GETTY IMAGES
Amar en tiempos de COVID Cuando terminó la cuarentena en Italia, los rituales pos-
puestos se retomaron. Marta Colzani y Alessio Cavallaro usaron cubrebocas al interior de la iglesia de San Vito,
en Barzanò, cerca de Milán, en una de las primeras bodas posteriores al confinamiento. En marzo, el Vaticano
publicó un decreto para permitir a los obispos usar su criterio al planear servicios religiosos. FOTO: DAVIDE BERTUCCIO
Morir en tiempos de COVID Cuando surgieron las muertes por coronavirus en Bér-
gamo, una de las ciudades más afectadas de Italia, la morgue y el crematorio estaban abarrotados. Se convocó
al ejército para transportar ataúdes de Bérgamo a otras ciudades del norte italiano. Aquí, trabajadores
de Novara cargan ataúdes de un camión del ejército al crematorio del cementerio. FOTO: ALEX MAJOLI, MAGNUM PHOTOS
Nacer en tiempos de COVID La vida no siempre puede esperar. Kim Bonsignore
tenía planeado el parto de su segundo hijo a finales de abril, en un hospital cerca de su casa, en Manhattan.
Cambió de opinión por los efectos del coronavirus en los hospitales y dio a luz a su hija Suzette en su sala.
La pandemia y la incertidumbre económica podría disuadir a las parejas de tener más hijos. FOTO: JACKIE MOLLOY
Resiliencia en tiempos de COVID Tras 11 semanas en cuarentena total, la pro-
vincia china de Hubei relajó el confinamiento para sus más de 55 millones de habitantes. Los residentes
empezaron a salir de sus hogares, casi todos con cubrebocas, para recuperar actividades antes rutinarias
y retomar poco a poco placeres pequeños como bailar en el exterior. FOTO: GETTY IMAGES
 86 000
casos
por día

HOJA DE

LOS PRIMEROS 100 DÍAS

DATOS

20

POR
Así evolucionó el brote de
COVID-19, de unos cuantos casos
en China a una pandemia mundial,
MANUEL CANALES E
en cuestión de tres meses. I R E N E B E R M A N -VA P O R I S

Informes filtrados citan casos de neumonía

24 DE FEBRERO 3 DE ABRIL
viral en Wuhan, China, según funcionarios Por primera vez, los Se confirman
sanitarios. Tan solo tres semanas después, nuevos contagios de más de un
casos similares se confirman en Tailandia, COVID-19 fuera de China millón de ca-
Japón y Corea del Sur. Pronto, Estados superan el número de sos en todo
Unidos y Europa se unen a la lista. casos dentro del país. el mundo.

Primeros casos
reportados
43 000

31 DE DIC., 2019 30 DE ENE., 2020 13 DE FEBRERO 11 DE MARZO

Wuhan registra La Organización El incremento de La OMS clasifica la
27 casos de neu- Mundial de la Salud contagios en China crisis de propaga-
monía de causa declara una emergen- incluye casos ción del virus como
desconocida. cia sanitaria mundial. sospechosos. pandemia.

Asia Europa América del Norte

Australia y Oceanía África
América del Sur

MÁS
DE 1 420 000
CASOS CONFIRMADOS EN TODO EL GLOBO
DURANTE LOS PRIMEROS 100 DÍAS, AUNQUE
26 DE FEBRERO
En un plazo de 58 días
se confirman casos en
todos los continentes,
TALES CIFRAS REFLEJAN APENAS UNA PARTE excepto Antártida.
DEL VERDADERO NÚMERO DE CONTAGIOS.

LA RESPUESTA DEL MUNDO

Muchas naciones decretaron políticas sanitarias y de 22 DE MARZO
contención para frenar la propagación de la COVID-19. Estados Unidos tie-
Cerca de 92 % de los países aplicaron medidas estrictas ne el mayor número
0
de confinamiento desde el 8 de abril. de casos diarios.

100 %

Sin medidas Pocas medidas Medidas estrictas

e nero de 2 02 0 f e b re r o M ar z o A b r il

FUENTES: RASTREADOR DE RESPUESTA GUBERNAMENTAL FRENTE A LA COVID-19 DE OXFORD; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DE ENFERMEDADES
 CONTENCIÓN DE LA COVID
El virus llegó en distintos momentos, y no todos los gobiernos N U E VA Z E L A N D A
Las medidas rápidas y decisivas que
tomaron medidas oportunas los 100 días posteriores a su pri- implementó la nación isleña mantuvie-
mer caso. De ausencia de restricciones a confinamientos estric- ron en gran medida el virus a raya.
Feb. 28
tos, no se garantizó ningún enfoque para contener el contagio.

23

NIVELES DE
CONFINAMIENTO Primer caso reportado
Feb. 1
Este índice evalúa la intensi-
dad de respuesta guberna-
mental a partir de 11 medidas
sanitarias y de contención, BÉLGICA
que incluyen cierres de escue- Casi todos sus primeros 100 días de ex-
las y centros de trabajo, ins- posición al virus, Bélgica tuvo la tasa de
trucciones de permanecer en mortalidad per cápita más alta del orbe.
casa y restricciones de viaje. Feb. 4

Sin un método claro para el éxito

Mar. 7 40
El rigor de las políticas aplicadas y
los fallecimientos durante los 100
días posteriores al primer caso 9
confirmado en un país.

Respuesta del gobierno

Ninguna Significativa Estricta S U DÁ F R I C A Mar. 6
El país adoptó medidas estrictas
de manera rápida y desplegó al
ejército para hacerlas cumplir.
Número de días antes de que
un país implementara medidas
significativas

Muertes diarias
(promedio de
siete días) Ene. 31

Día 1 100 24

Ene. 13, 2020

TA I L A N D I A
Más de un millón de poblado-
res trabajaron como volunta-
rios sanitarios, yendo de puerta
en puerta para evitar más Feb. 26
muertes en sus localidades.

Ene. 21 23

128 59

Dic. 31, 2019*

27

E ne ro d e 2 0 20 F e b re r o M a rz o

*EN MARZO, EL SOUTH CHINA MORNING POST REPORTÓ QUE EL PRIMER CASO EN CHINA PODRÍA HABER OCURRIDO EL 17 DE NOVIEMBRE DE 2019.
 POBLACIÓN

4 783 062

Número máximo
de muertes
diarias 2 725
PAÍSES CON
SUECIA
MÁS DE CINCO
107 Suecia no cerró escuelas ni ne- MILLONES
gocios; presentó más muertes
que en países vecinos donde sí
hubo confinamiento.

333 Nunca se alcanzó un umbral

de respuesta significativo
PERÚ
A pesar de que la nación impuso uno de
los confinamientos más rápidos y estrictos
del planeta, las muertes relacionadas con
171
la COVID-19 siguieron en ascenso.

822

50 MILLONES
63

21 I TA L I A
La crisis inicial sa-
turó los hospitales
del norte de Italia, 993
pero el país poco a
poco logró aplanar
su curva.

La rapidez de res-
puesta de los paí-
ses fue crucial. Las
E S TA D O S U N I D O S BRASIL políticas proacti-
Estados individuales esta- Después de Estados Uni- vas, contrario a las
blecieron sus propias políti- dos, Brasil fue el segundo reactivas, a menu-
74 cas, ante la ausencia de un territorio con más falleci- do dieron mejores
enfoque nacional unificado. mientos acumulados. resultados.

100 MILLONES

1000 MILLONES
CHINA
Después de que el virus emergiera en Wuhan,
China impuso un confinamiento sin precedentes
en toda la ciudad durante 76 días.

A br i l M ay o Ju ni o

MANUEL CANALES, IRENE BERMAN-VAPORIS, TAYLOR MAGGIACOMO Y TED SICKLEY. FUENTES: THOMAS HALE, LAURA HALLAS, Y TOBY PHILLIPS, RASTREADOR DE RESPUESTA
GUBERNAMENTAL FRENTE A LA COVID-19 DE OXFORD, FACULTAD DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE BLAVATNIK; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DE ENFERMEDADES
 A LVÉ OLO

SARS
COV-2
INVASIÓN VIRAL Neumocito
tipo II
Capilar

El coronavirus se propaga, Los alvéolos son respon-

sobre todo, a través de par- sables del intercambio de
Pulmones Interior del
tículas respiratorias en el oxígeno y dióxido de car-
alvéolo
aire. La infección ocurre en bono en la sangre, por lo
el pasaje nasal y puede viajar que son la zona cero para
O2
a la parte más profunda de HIPERTRO- que el virus ataque a las
Neumocito
Alvéolo los pulmones: los alvéolos. FIADO células (núm. 1).
tipo I CO2
ABAJO

CÓMO ATACA
DENTRO DE LA CÉLULA

24

4
Recluta un ejército
POR M A N U E L C A N A L E S Y A L EX A N D E R ST E G M A I E R Las partículas se reagru-
pan para crear más virus
y liberarlos por la cavidad
Los expertos aún descifran cómo el nuevo coronavirus se infiltra en alveolar; las células anfi-
trionas se destruyen.
el cuerpo y la manera en que responde el sistema inmune, a veces
de forma exagerada y con consecuencias mortales. Así comienza
una infección: el SARS-CoV-2, virus que causa la COVID-19, ataca las
proteínas ACE-2 que recubren la superficie de muchas células im-
portantes, como los neumocitos tipo II en los pulmones.

TIPO II
EL NEUMOCITO

3
Asume el control

SARS-COV-2 El virus invade la célula

anfitriona y la obliga a
crear copias de su códi-
ARN go biológico.
ÁTICA D

Membrana
lípida
LASM
A P
AN
BR
EM
M

Receptores
Espículas ACE 2
virales

Se libera
ARN

1 2
d
da Activa las alarmas
Como una llave en una cerra- La célula alerta el sistema
dura, el coronavirus utiliza inmune para pedir ayuda.
su espícula viral en forma de Pero los expertos creen que
corona para infiltrarse en el virus suprime estas seña-
una célula y replicarla. les de auxilio.
Espacio
intersticial Capilar
permeable RESPUESTA DEL
ORGANISMO El daño alveolar y la
inflamación pueden
Mientras el cuerpo se defien- Fluido provocar síndrome de
de, en los pulmones se acumula dificultad respiratoria
fluido (núm. 5), que resulta en aguda, coagulación,
dificultad respiratoria y neumo- disfunción multiorgá-
HIPERTRO- nía. El virus ataca más células. Células nica y muerte.
FIADO blancas
ABAJO

E N L A C AV I DA D A LV E O L A R

5 6
Provoca una defensa TO Encuentra resistencia
Células inmunes –llamadas TIP O I I Un influjo de células
macrófagos– liberan citoci- blancas ataca las célu-
nas, proteínas que dilatan las infectadas y las sa-
los vasos sanguíneos y re- nas, lo que genera
clutan células que comba- inflamación.
ten los virus.

I
TIPO

AL
Citocinas

CI
TI
ITO
Macrófago

RS
TE
OC

IN
UM

E
BL
O
NE

CI

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RM
ES

PE
R
LA
PI
CA

Célula
blanca

Célula
blanca
R
E IA
SP R
O
U E
S T A M AT
I N F L A
La cavidad se llena
de líquido y dese-
cho, lo que afecta la
función pulmonar.

Plasma
sanguíneo

Los vasos san-

guíneos debilita-
dos filtran plasma
hacia el comparti-

7
mento intersticial,
Se disemina en el sistema lo que estresa aún
En casos severos, el sistema más los alvéolos.
inmune reacciona de manera
exagerada, lo que contribuye TAYLOR MAGGIACOMO Y EVE CONANT. ARTE: ANTOINE
COLLIGNON. FUENTES: HOWARD M. HELLER, FACULTAD DE MEDICINA
a una disfunción multiorgáni- DE HARVARD Y DANIEL S. CHERTOW, CENTRO CLÍNICO DE LOS
ca y un choque séptico. INSTITUTOS NACIONALES DE LA SALUD E INSTITUTO NACIONAL DE
ALERGIAS Y ENFERMEDADES INFECCIOSAS DEL CENTRO CLÍNICO
DE LOS INSTITUTOS NACIONALES DE LA SALUD.
 02
0 LA CARRERA PARA
VACUNARSE
e
2
En
Desarrollo

Investigación previa de otros

coronavirus, como el SARS y
el MERS, contribuye al desa- POR DIANA MARQUES Y
rrollo científico actual. ALEXANDER STEGMAIER
r
Ma

Fase I de
la prueba Pruebas Los expertos sugieren que se requeri-
clínicas rá del desarrollo de múltiples vacunas
–así como de un par de dosis por per-
Fase II de Un proceso de pruebas de va-
la prueba rios pasos debe demostrar que
sona, tal vez cada año– para iniciar el
una vacuna es segura y efectiva proceso de proteger a la población
antes de aprobarse guberna- mundial contra la COVID-19. Ninguna
mental e internacionalmente. vacuna es 100 % efectiva y, cuando
se aprueba una, es necesario sortear
May

muchos obstáculos antes de que esté

Producción disponible para todo el mundo. Go-
a gran escala biernos y científicos han establecido
Las vacunas pueden tener in- cronogramas distintos y superpues-
gredientes biológicos de dise- tos para desarrollar una vacuna. El
Fase III de
la prueba
ño complejo, la producción en siguiente es un escenario ambicioso.
masa sería el mayor cuello de
botella en el proceso.
Posible
autorización
de emergencia
Ju
l

2021 Ma
En e r
Sep
Dic
Nov

ESTAMOS Uso de

May
AQUÍ emergencia
Cantidades limitadas de una
Oferta y demanda global vacuna podrían estar disponi-
de una vacuna al año bles para grupos prioritarios o
de mayor riesgo, como traba-
15.8 mil millones jadores esenciales y ancianos.
de dosis necesarias
(2 por 14.1
persona) 13.5
mil Envíos
l
Ju

millones
de dosis internacionales
7.4 Se requerirá una red extensa de
Posible
sistemas de refrigeración para aprobación
trasladar las vacunas desde sus
lugares de fabricación y entre-
1.3 garlas a todo el mundo.
p

Dic Dic Dic Dic

Se

2020 2021 2022 2023

Distribución
PROTECCIÓN COLECTIVA Cuando el producto esté en tierra,
las autoridades locales serán
Para que sea más difícil contagiarse de responsables de almacenarlas y
COVID-19, los expertos creen que 70 % de distribuirlas a quienes necesiten.
la población tendrá que haberse recupera-
do de la enfermedad o protegerse con una
vacuna; la población restante aún será pro- Campaña
No

pensa a la enfermedad. Si un prototipo de de vacunación

v

vacuna tiene solo 50 % de efectividad –el

umbral mínimo que establece la Adminis-
tración de Medicamentos y Alimentos–,
una tasa de vacunación de 100 % no logrará
la inmunidad colectiva, pero podría prote-
ger de los efectos más severos del virus.
El tamaño, los recursos de un país y
la disposición de la gente regirán la
estrategia de vacunación; jeringas, E n e 2 022
equipo de protección y trabajadores
de la salud tendrán mucha demanda.

INFORMACIÓN HASTA AGOSTO DE 2020

FUENTES: PRASHANT YADAV, CENTRO PARA EL DESARROLLO GLOBAL E INSEAD; MARGARET A. LIU, SOCIEDAD
INTERNACIONAL DE VACUNAS; JOHN J. DONNELLY, VACCINOLOGY CONSULTING, LLC.; UNICEF; OMS.
12.20
UN MUNDO VIRAL

Estetoscopio, visor,
traje protector: un mé-
dico tiró estos utensilio
esenciales de la pande-
mia fuera de un hospi-
tal en La Louvière,
Bélgica; se los quitó
entre una ambulancia
y la sala de urgencias
para evitar contaminar.
EL TRABAJO DE CÉDRIC GERBEHAYE
RECIBIÓ FINANCIAMIENTO DEL FON-
DO PARA EMERGENCIAS POR LA CO-
VID-19 PARA PERIODISTAS DE
NATIONAL GEOGRAPHIC SOCIETY.
ENVÍOS

BELGICA
En las salas COVID-19, personal médico
exhausto cuida a los enfermos y los escu-
cha susurrar sus temores. Una enfermera
pregunta: “Si no lo hago yo, ¿quién?”.

FOTO G RA F Í A S D E

CÉDRIC GERBEHAYE
29
Los estragos de trabajar en la pandemia se reflejan en el rostro de este técnico que prepara un paciente
para una tomografía en La Louvière. Bélgica registró la tasa de mortalidad per cápita más alta del mundo
por la COVID-19 a finales de mayo: 9 000 muertes en una nación de 11.7 millones de habitantes.
Se detuvo el contagio, pero las cifras mostraron un brote preocupante a mediados del verano. 31
 entregas:
Bélgica

POR CYNTHIA GORNEY

se vistió como recomendó

É D R I C G E R B E H AY E En un asilo para ancia-
el personal médico: cubrebocas, careta, traje nos de La Louvière, una
enfermera intenta ex-
protector, bolsas dobles en sus zapatos y dos plicar a un residente
guantes en cada mano que estaban atados a asustado que es obli-
sus muñecas con cinta adhesiva para sellar- gatorio hacer pruebas
para la COVID-19 mien-
los. Aprendió a sujetar y manipular su cámara tras lo sujeta con re-
a través del plástico. En un asilo de Bruselas nuencia. Uno de los
observó a una mujer mayor que veía a los ojos motivos de la alta tasa
de mortalidad en Bél-
a la enfermera cuando le hacía la prueba de gica es que se contaron
la COVID-19. “J’ai peur”, admitió. a muchos pacientes an-
La enfermera la tomó de las manos, se acer- cianos que murieron sin
que se les diagnosticara
có y respondió: “Yo también tengo miedo”. o tratara de manera for-
32 Ella y su equipo hicieron casi 150 pruebas ese mal contra el virus.
día. Cuando volteó a ver a Gerbehaye, le dijo
con una voz profunda: “Nadie se puede acer-
car a esta gente, si no lo hago yo, ¿quién?”. Sonaba devas-
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

tada, entera, afligida y furiosa a la vez.

Gerbehaye tiene 43 años, y es nieto de sobrevivientes BÉLGICA EU R .
belgas y daneses de la Segunda Guerra Mundial. Como
fotoperiodista, no le es inusual estar cerca con el conflicto
armado y la muerte. Pero la primavera pasada, mientras
trabajaba en hospitales, residencias para ancianos y ca-
mionetas que transportaban cadáveres, comprendió que,
por primera vez, su generación atestiguaba a su propia RESPUESTA ANTE EL BROTE
nación en crisis y con miedo, como lo hicieron sus abuelos.
J’ai peur. Las cifras en Bélgica fueron célebres unas El brote de COVID-19 en
Bélgica se remonta al 4 de
semanas, entre marzo y abril, cuando la tasa de mortali- febrero, cuando se reportó
dad per cápita a causa de la COVID-19 parecía ser la más el primer caso confirmado.
El día 44 se decretó el confi-
alta del planeta. ¿Acaso las autoridades estaban siendo namiento. Para el día 100
más honestas que el resto del mundo con su conteo, como se habían registrado
8 918 muertes.
algunos argumentaron? En todo caso, las víctimas que
vio Gerbehaye mientras seguía a sepultureros y personal Día Respuesta del gobierno
1
médico en Bruselas, y otras dos ciudades pequeñas, tam-
Ninguna Estricta
bién estaban entre los vivos: mujeres y hombres en el
frente, cuidando enfermos, improvisando, sobrepasados.
Un día, frente a un hospital en Mons, dos enfermeras
se sentaron cerca de él en silencio, desplomadas, fuman-
do en su descanso. Cuando una descansó su cabeza en el
hombro de la otra, Gerbehaye pensó en la frase faire corps,
que significa “hacerse uno”. Recordó a los animales que
se acurrucan entre ellos para calentarse. “He visto a sus
colegas en las clínicas de Gaza tras los bombardeos –pen-
só–; igual que ellas, ustedes son parte de la historia, aun- Día
100
que estén muy cansadas para que les importe”. Levantó 100 200 300
su cámara. Las enfermeras no levantaron la vista. j Muertes*

*PROMEDIO DE SIETE DÍAS

TAYLOR MAGGIACOMO E IRENE BERMAN-VAPORIS. FUENTES: RASTREADOR DE RESPUESTA GUBERNAMENTAL FRENTE
A LA COVID-19 DE OXFORD; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DE ENFERMEDADES
I Z Q . : horas de trabajo médico de urgencias desinfecta su equipo
bajo una careta marcan atiende una paciente entre pacientes. Como
la cara de Yves Bouc- en su casa de La Lou- en otros territorios, Bél-
kaert, director de la vière, resuelve que tie- gica tuvo dificultades
unidad de cuidado in- ne COVID-19 y llama para proporcionar al
tensivo en el Hospital una ambulancia para personal médico equipo
de Tivoli, en La Lou- trasladarla al hospital. de protección para en-
vière. A B A J O : un A B A J O : una enfermera frentar a la COVID-19.
Luego de transportar el cuerpo de un deceso por COVID-19 de un hospital a una carroza fúnebre, en La Lou-
vière, un sepulturero agotado recibe un baño de spray desinfectante por parte de su compañero antes de
seguir con el próximo traslado. Durante la pandemia, estos jóvenes sepultureros trabajaron turnos
de 24 horas para proteger a sus colegas mayores, en general más vulnerables a la enfermedad. 37
A medida que la pandemia incrementaba y al personal médico en el hospital Tivoli de La Louvière se le
dificultaba seguir el ritmo, una unidad especial de urgencias pediátricas –con paredes alegradas por los
personajes de películas para niños– se destinó a tratar pacientes con COVID-19. Estos sepultureros
terminan de prepararse para llevarse el cadáver de un paciente que no sobrevivió al virus. 39
En Mons, enfermeras se acompañan para tomar un breve respiro en su descanso. Como las instalacio-
nes médicas del mundo, en un inicio los hospitales belgas no se dieron abasto con los pacientes. Se retiró a
estas enfermeras de sus labores normales para dedicarse de tiempo completo a tratar pacientes
con COVID-19: son los refuerzos para una batalla larga y agotadora. 41
 REPENSAR
LA SALUD

42
Debemos confiar en la ciencia

Distanciamiento so-
cial en Jubilee Gar-
dens cerca de la
noria London Eye.

FOTO G RA F Í A S D E GILES PRICE


Los investigadores luchan a
tropezones para entender el
coronavirus. Así es como fun-
ciona la ciencia. Por inquietan-
te que resulte, esta es la única
forma de vencer la pandemia.
en los
S I H AY U N T E M A R E C U R R E N T E
libros y artículos que he escrito du-
E N S AYO D E
rante los últimos 40 años, es la fasci-
ROBIN MARANTZ nación por aquello que los científicos
HENIG
han aprendido sobre el cuerpo hu-
mano. Una larga carrera dedicada a
explicar la investigación biomédica
me ha llevado a un respeto profundo
por el proceso científico. A pesar de
sus ocasionales errores y autocorrec-
ciones, creo que, en última instan-
cia, nos conduce a una comprensión
más clara del mundo y la manera de
prosperar en él.
Así que, cuando al principio los
científicos se apresuraron a tratar
de entender un coronavirus nunca
antes visto, yo estaba preparada para
seguir sus consejos respecto a cómo
mantenerme a salvo, basada en la
hipótesis de que el virus se transmi-
tía principalmente por las gotas de
tos y estornudos, y que se quedaba
en las superficies. Limpié con dili-
gencia a mi alrededor, me abstuve
de tocarme la cara y me lavé las ma-
nos con tal énfasis que el pequeño
diamante en mi anillo de bodas bri-
lló como nunca.
Y luego, casi dos semanas y media
después de que mi ciudad, Nueva
York, cerrara sus restaurantes, obras
de Broadway y el sistema de escue-
las públicas más grande del país, los
científicos dieron un mensaje dife-
rente: que todos deberían usar el
cubrebocas. Este fue un cambio de
dirección sorprendente. El consejo
inicial, dado con confianza, había
sido no usar mascarilla a menos que
uno fuera trabajador de atención mé-
dica de primera línea. La revisión se
basó en gran medida en una nueva
hipótesis: que el coronavirus se pro-
pagaba, sobre todo, por el aire.
Cómo se hicieron estas imágenes:
El fotógrafo eligió capturar nuestras
nuevas rutinas con una cámara térmi-
ca para reflejar cómo la temperatura
corporal se convirtió en un indicador
de si podríamos tener coronavirus.
Las temperaturas se convierten en un
degradado de colores, que van desde
azules fríos hasta naranjas cálidos.
 ¿A cuál hacerle caso? ¿Transmisión 1. el desafío es
N O N O S E Q U I VO Q U E M O S :
El virus de
superficial o aerosoles? ¿Deberíamos la polio po- enorme y sin precedentes. Si un virus tí-
tener más miedo de los botones del día paralizar pico es un acertijo envuelto en un misterio
a los niños y
ascensor contaminados o de la gente causar páni- dentro de un enigma, el coronavirus conocido
que respirara cerca de nosotros? ¿Los co todos los como SARS-CoV-2 es todo eso y más. Combina
veranos, lo
científicos lo sabían? que llevó contagio y letalidad en una mezcla feroz que An-
Debo admitir que el ajuste de con- al cierre de thony Fauci, director del Instituto Nacional de
campamen-
sejo sobre las máscaras me asustó. No tos y pisci- Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados
por el nuevo exhorto en sí –estaba nas. Unidos, llama su “peor pesadilla”. Por un lado,
más que feliz de usar mascarilla si cuando apareció, nadie en la Tierra tenía inmu-
los expertos decían que debía hacer- 2. nidad. En segundo lugar, se transmite por el aire
La respues-
lo–, sino por el ominoso metamen- ta inmune e infecta el tracto respiratorio superior, lo que
saje que se percibía: los científicos exagerada significa que se puede escupir de regreso al aire y
llamada tor-
descubrían esto sobre la marcha. menta de logra pasar de una persona a otra. En tercer lugar,
Los pronunciamientos más serios citocinas y quizá lo peor, el virus es incluso más contagio-
también
de los expertos más inteligentes en se observa so antes de que cause síntomas, lo que implica
el mundo de repente sonaban como en herpes, que los portadores se sienten lo bastante bien
ébola y
poco más que conjeturas bien inten- otros virus, como para andar como si nada justo cuando es
cionadas. así como más probable que nos infecten.
cáncer y en-
A medida que este año devastador fermedades Los trucos que este virus utiliza para frustrar
44 llega hecho trizas a su final, vale la autoinmu- el contraataque del cuerpo son de una efectividad
nes.
pena tomarse un momento para pre- diabólica: una vez que ingresa a través de la nariz
guntarse cuál será el efecto a largo o boca, el coronavirus elude la primera línea de
plazo de ver cómo los científicos es- defensa inmunológica, se desliza fácilmente ha-
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

quivan los golpes en su camino hacia cia las células, produce copias de sí mismo al
una mejor comprensión del corona- secuestrar la maquinaria de la célula y se asegura
virus, y cómo impedir la enfermedad de que esas copias funcionen mediante el uso de
que provoca (la COVID-19). Todo en un mecanismo de corrección de pruebas que mu-
público y a una velocidad vertigino- chos otros virus ni siquiera tienen. Su efecto es
sa. Incluso para una fanática de la implacable: puede convertir las células pulmo-
ciencia como yo, ha sido inquietante nares de una persona en material inútil que pa-
verlos debatir, discrepar, regresar y rece vidrio molido; expandir los vasos sanguíneos
reevaluar. En cambio, he deseado o destruirlos con coágulos microscópicos y es-
que algún héroe con bata de labora- tropear el funcionamiento de riñones, corazón o
torio de repente aparezca y lo haga hígado al hacerlos demasiado rígidos como para
desaparecer. Yo era una bebé cuando repararlos. Puede volver inofensivas a las células
Jonas Salk introdujo su vacuna con-
tra la polio y venció una terrible en-
fermedad en 1955; desde entonces,
mi madre pronunciaba su nombre
Antes del brote
con reverencia ( 1 ) . 40 % de coronavirus
A medida que los científicos se es- (Enero de 2019)
fuerzan por liberarnos de una plaga Después del brote
Militar *
(Abril de 2020) Ciencia Medicina
aterradora y en apariencia intratable, 30
podría haber otro final feliz, uno que
implique no solo supervivencia sino
también sabiduría. Si aprendemos 20
Religión
algo importante de esta dolorosa ex-
periencia, espero que no sea que Estadounidenses que
nuestros semejantes son tontos mio- 10 aseguran tener mucha
pes, sino que puede confiarse en que Empresas * confianza en los líde-
Gobierno * res en estos campos,
el proceso científico nos ayudará a antes y después del
0
superar una crisis existencial. brote de coronavirus.

*CAMBIO ESTADÍSTICAMENTE INSIGNIFICANTE

DIANA MARQUES. FUENTE: CARY FUNK, CENTRO DE INVESTIGACIÓN PEW
que atacan a los virus invasores y luego provocar
una reacción inmunitaria secundaria que se vuel-
ve caótica, paradójicamente ocasionando su pro-
pia catástrofe (2). Y es posible que cualquiera que
tenga contacto cercano con alguien que ya está
infectado se infecte también, aunque no se cono-
ce la probabilidad a ciencia cierta.
¿La peor pesadilla de Anthony Fauci? Yo no po-
dría ni dormir.
Dado que esta pandemia amenaza el mundo
entero, la lucha contra ella ha sido muy pública.
El ciudadano promedio está adquiriendo cono-
cimientos sobre la teorización científica que por
lo general se limita a conferencias académicas y
revistas de baja circulación. Gran parte del debate
sobre estas ideas se lleva a cabo en televisión, así
como en Twitter.
Miles de investigadores han
reorientado sus laboratorios, sin
importar lo lejos que estén de la REPENSAR
LA SALUD
virología o las enfermedades in-
fecciosas, para atacar de manera LA TECNOLOGÍA
colectiva la cabeza de hidra en
que se ha convertido este proble- MARCA LA RUTA
ma. Nunca se había visto algo así:
científicos que colaboran entre
fronteras a toda velocidad, inclu-
so cuando algunos de sus líderes
políticos se atacan entre sí.
Ver este esfuerzo científico in-
tensificado se siente como un
doble filo: alentador pero tan di-
fícil de seguir que también se
suma a mi ansiedad flotante. Así
que hice lo que he hecho durante
toda mi vida adulta: llamé a algunos científicos
para ver qué pensaban. Este es un beneficio ma-
ravilloso de ser periodista, ya que te permite hacer
preguntas tontas a personas inteligentes. Por lo
general, me ayuda a aclarar mi propio pensa-
miento. Aunque, esta vez, no tanto.
La ciencia de avanzada siempre expone lo poco
que se sabe, incluso por los supuestos expertos,
por lo que estas llamadas telefónicas me dejaron 3 .
en claro hasta dónde tenemos que llegar. Aun así, El récord se
fue agradable escuchar que muchos científicos estableció
en 1967 con
buscaban respuestas. la vacuna
“Ha sido asombroso ver cómo las personas contra las
paperas. El
usan sus talentos y dones para abordar esto –me científico
confió Gregg Gonsalves, codirector de Global Maurice Hilleman
Health Justice Partnership en la Universidad de usó un virus
Yale–. Todas las personas quieren hacer algo”, que había
aislado de
incluso si su formación es en derecho, geografía, su hija.
ILUSTRACIÓN: RACHEL LEVIT RUIZ DEBEMOS CONFIAR EN LA CIENCIA
antropología, las bellas artes u otros
campos ajenos.
Toda esa concentración de la in-
vestigación ha dado paso a una sor-
prendente cantidad de información
en un tiempo notablemente corto.
A las pocas semanas de la primera
transmisión conocida de animal a
humano, los científicos ya habían
secuenciado el genoma del virus por
completo. Para el verano, más de 270
posibles fármacos contra la COVID-
19 se encontraban en etapa de ensa-
yos clínicos activos en Estados Uni-
dos. En cuanto a la búsqueda del
santo grial (una vacuna), la falange
El acceso de banda ancha nunca ha
sido equitativo. La pandemia puso al
descubierto esa división. Sin embargo,
los avances en las redes de telecomu-
nicaciones 5G de alta velocidad impul-
sarán un crecimiento acelerado en
campos desde la telemedicina hasta
la banca, la educación y el transporte,
al ofrecer una conectividad más
rápida y con mayor acceso. “Esta será
una gran ola de cambios”, dice David
Grain, expresidente de una empresa
de torres de comunicaciones. Redes
más eficientes reducirán los costos y
ayudarán a las pequeñas empresas
afectadas por la pandemia a llegar a
nuevos clientes y crecer. —DANIEL STONE
internacional de investigadores de
Estados Unidos, China, Gran Bre-
taña, India, Alemania, España, Ca-
nadá, Tailandia y otros sitios había
identificado más de 165 candidatas
a principios de agosto. El progreso
fue tan rápido que incluso para un
hiperrealista como Anthony Fauci
–que tiende a enfatizar la importan-
cia de realizar ensayos clínicos a gran
escala antes de introducir nuevos
medicamentos– ha mencionado que
es “cautelosamente optimista” de
que una vacuna podría estar dispo-
nible a principios del próximo año.
Si está en lo correcto (por favor, por
favor, que tenga razón), eso sería tres
años más rápido que el desarrollo de
45
 cualquier otra vacuna a lo largo de 4.
En 1989,
la historia (3). Stephen
Sin embargo, a veces simplemente Morse en-
cabezó la
no se puede apresurar a la ciencia. primera
“Hay una especie de casualidad en el conferencia
nacional so-
esfuerzo científico –añadió Gonsal- bre virus
ves–. No se puede pregonar una cura emergentes
con la espe-
salida de un tubo de ensayo”. ranza de
dar a los
científicos
DESPUÉS LLAMÉ a Howard las herra-
Markel, director del Centro mientas
para antici-
de Historia de la Medicina de par la próxi-
la Universidad de Míchigan, para ha- ma plaga
viral.
blar sobre el coronavirus y su mane-
ra única y aterradora de cambiar. Se
sentía como si todos los días abriera
el periódico para leer que un nuevo
sistema de órganos estaba sujeto a
sus estragos o que había un nuevo
grupo de edad vulnerable. Pero Mar-
46 kel, que ha hecho su carrera estu-
diando la historia de las epidemias,
me dijo que eso era de esperarse: la
aparente explosión de síntomas nue-
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

vos y variados ocurre con cualquier

virus altamente contagioso cuando
irrumpe en escena.
“Entre más material clínico po-
seas, tendrás más pacientes y más
posibilidades de ver esta naturaleza
proteica”, acotó. Es lo que sucedió en
los primeros días de la pandemia del
sida, durante la década de los ochen-
ta del siglo XX, cuando Markel ape-
nas comenzaba su carrera. En los
albores de cualquier enfermedad
nueva continúan apareciendo ma-
nifestaciones extrañas que sorpren-
den al personal médico. Incluso si
las probabilidades de un síntoma
extraño son, por decir algo, apenas
una entre 1 000, los médicos lo verán
mucho, amplió Markel. Porque 1 000
pacientes pueden acumularse de la
noche a la mañana con una nueva
enfermedad como esta.
Así, los cambios de sentido y pro-
nunciamientos revisados sobre la
COVID-19 no son señales de que los NUNCA SE HABÍA VISTO ALGO ASÍ: CIENTÍFICOS
científicos estén desconcertados,
sino de que están generando un to-
QUE COLABORAN A TRAVÉS DE LAS FRONTERAS A
rrente de información nueva y tratan TODA VELOCIDAD, INCLUSO CUANDO ALGUNOS DE
de darle sentido conforme se avanza. SUS LÍDERES POLÍTICOS SE ATACAN ENTRE SÍ.

Por último llamé a un viejo amigo, Stephen Mor-
se, profesor de epidemiología en la Escuela de
Salud Pública Mailman de la Universidad de Co-
lumbia. Morse fue el tema de un libro que escribí
hace casi 30 años sobre virus emergentes, en el que
básicamente predijo nuestra catástrofe actual (4).
Hoy se siente un poco desanimado por el frenesí.
DEBEMOS CONFIAR EN LA CIENCIA
Un control de tempe-
ratura en L'Ecole de
Battersea, al sur
de Londres.
“Esta no es la forma en que me gus-
taría ver que se hiciera ciencia. Está
sucediendo demasiado rápido –ad-
mitió Morse y se esforzó por buscar
un lado positivo–. Se dispone de mu-
cho conocimiento. Y, si algo de ese
supuesto conocimiento termina por
47
 ser incorrecto –aveturó, como si se
esforzara aún más–, ¿no podría in-
terpretarse como algo bueno?. La
ciencia es un proceso de autocorrec-
ción. Puede ser que, incluso el es-
fuerzo por corregir los errores, nos
conduzca a un conocimiento mejo-
rado”. Tal vez, pero no me sentí mu-
cho mejor cuando colgamos.
Todavía me preocupaban algunas
cosas. Primero, la politización del pro-
ceso podría cambiar todo. Incluso si
la ciencia se acerca a una visión más
precisa de la COVID-19 y cómo tratar-
la, y con el tiempo prevenirla, podría
no ser así como se desarrolle la histo-
ria. Existen suficientes conflictos de
intereses y alianzas como para que la
verdad se tergiverse sin demasiado
esfuerzo, lo que hace que parezca que
48
los científicos que enmendaron sus
puntos de vista basados en evidencia
nueva hubieran estado muy equivo-
cados desde el principio ( 5 ) .
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
En segundo lugar, la ciencia mis-
ma podría sufrir. Si los investigado-
res toman atajos en beneficio de la
conveniencia o se adelantan dema-
siado a sus datos para ofrecer con-
sejos, podrían empañar el proceso
del que dependen sin saberlo. De
hecho, no mucho después de hablar
con Morse, leí un informe de un
equipo de epidemiólogos y bioesta-
dísticos de la Escuela de Salud Pú-
blica Bloomberg de Johns Hopkins
que sugería que muchas de las pri-
meras investigaciones eran dema-
siado superficiales como para ser de
mucha utilidad.
Los académicos analizaron los pri-
meros 201 ensayos clínicos de CO-
VID-19 que se habían realizado en
China, Estados Unidos y otros países.
Parecía que hubo muchos ajustes de
presupuesto. Un tercio de los ensayos
no tenía una definición clara del éxi-
to del tratamiento, casi la mitad eran
tan pequeños (100 pacientes o me-
nos) que no eran de verdad informa-
tivos, además de que dos tercios
carecían del estándar de seguridad
conocido como “ocultamiento”, el
5. cual evita que los investigadores sepan qué sujetos
La extraña
campaña reciben el tratamiento en estudio.
para desle- Estos ensayos clínicos menos que ideales se
gitimar a
Anthony difundieron de todos modos, en parte porque las
Fauci afir- principales revistas científicas como New England
maba que
su consejo Journal of Medicine y las publicadas por PLOS se
inicial fue habían comprometido a acelerar el proceso de
demasiado
optimista, revisión por pares para que los artículos sobre el
pero dejaba coronavirus se imprimieran en la mitad de tiempo
de lado su
calificativo habitual. Otra vía de publicación son los servidores
constante: de preimpresión, que publican artículos en línea
“Esto podría
cambiar”. antes de que sean revisados por pares. Estos ser-
vidores, creados para promover la transparencia
6. en la investigación científica, son anteriores a la
La revisión
por pares
pandemia pero explotaron en popularidad a me-
ayuda, pero dida que se producían estudios sobre el corona-
no es garan-
tía; de las
virus. Los periodistas, con lectores ansiosos de
primeras 25 actualizaciones, escribían artículos sobre estudios
retractacio-
nes publica-
en estos servidores de preimpresión sin importar
das sobre cuán pequeños o provisionales eran (6).
coronavirus,
14 fueron
A medida que se publican nuevos hallazgos,
en revistas incluso los débiles o condicionales que contradi-
bajo este
método.
cen los hallazgos anteriores, quienes intentamos
darles seguimiento podemos terminar frustra-
dos y confundidos. Pero si bien la frustración y
confusión entre las personas con mentalidad
científica pueden ser desafortunadas, no son
mortales. Lo que de hecho me preocupa es que
aquellos escépticos de la ciencia puedan ver esos
cambios repentinos aparentes como una razón
para volverse en contra de los consejos que se
basan en la evidencia.
existe, en
E L S E N T I M I E N TO A N T I C I E N C I A
Estados Unidos y en otros lugares, y es
pernicioso, ya que ha generado dudas so-
bre el consenso de expertos acerca del cambio
climático, el control de armas, la seguridad de las
vacunas y otros temas polémicos. También vemos
el surgimiento de los escépticos de la COVID-19,
que insisten en que la pandemia es una conspi-
ración o un engaño (¿o tal vez ambos?, es difícil
seguirles el paso). Atacan de manera maliciosa a
QUIZÁ LA PANDEMIA PERSUADA INCLUSO
A LOS ESCÉPTICOS DE LO CRUCIAL QUE ES
EL DESCUBRIMIENTO CIENTÍFICO PARA EL
FLORECIMIENTO HUMANO.
los funcionarios de salud pública, algunos de los 7. que resulta el descubrimiento cien-
Hasta que
cuales han renunciado después de demasiadas los científi- tífico para el florecimiento de la hu-
amenazas de muerte. Ha sido asombroso ver vi- cos del siglo manidad.
XIX demos-
deos de personas gritando a los dueños de las traron que Esa es la esperanza que tiene Lin
tiendas o miembros del ayuntamiento por exigir- los micro- Andrews, directora de apoyo a los
bios trans-
les que usen cubrebocas. miten profesores en el Centro Nacional de
Esto es un fenómeno internacional. Con la in- enfermeda- Educación Científica. “En general,
des, las
formación errónea, la desinformación y las teorías epidemias las personas confían de manera in-
de la conspiración del coronavirus que circulan se atribuían nata en los científicos, pero cuando
a causas
por todo el planeta, la Organización Mundial de la como la se trata de un tema polarizado, las
Salud ha declarado que nos enfrentamos a dos sangre vis- cosas pueden salir torcidas”, declaró
cosa y el
brotes de salud pública a la vez: la pandemia en sí “efluvio Andrews, exprofesora de biología en
y una “infodemia” de ideas peligrosamente equi- pútrido”. educación secundaria.
vocadas al respecto. Tal vez nuestra visión sin filtro
Aunque no es necesario ser un escéptico des- resulte ser algo bueno. Después de
quiciado para resistirse a aprender cualquier lec- todo, la mejor manera de generar
ción que esta pandemia pudiera
enseñarnos, solo se necesita ser
un ser humano ordinario, miope
y falible. REPENSAR Internet ha hecho posible que millo-
LA SALUD nes de personas trabajen de manera
“Cualquier epidemia que haya
estudiado siempre termina con POSIBILIDADES remota, pero nos pone en riesgo de
sufrir ataques cibernéticos. Jesper
amnesia global –recuerda Mar-
kel–. Volvemos a nuestras vidas REMOTAS Andersen, director ejecutivo de la
empresa de ciberseguridad Infoblox,
indica que “es mucho más complejo
felices”. Los “problemas eviden- asegurar un negocio completamente
tes” que contribuyeron al brote remoto”. Las VPN de hoy (redes
–urbanización, destrucción del privadas virtuales, en inglés) no fun-
cionarán de manera eficiente con mi-
hábitat, viajes internacionales, llones que trabajen desde casa a
cambio climático, refugiados de largo plazo. Los servidores descen-
guerra– simplemente persisten, tralizados aumentarán la velocidad,
y formas más elaboradas de iniciar
continuó, ya que la gente pierde sesión fortalecerán la seguridad
interés en exigir que se dedique en línea. —DS
más tiempo, dinero y capacidad
intelectual a la ciencia. “Los polí-
ticos pasan al próximo espectácu-
lo, mientras que los legisladores gritan en el confianza en la ciencia es mostrar
desierto: ‘¡Todavía necesitamos esto!’”. todas sus pruebas y ajustes de hipó-
El siglo XXI ya ha sido lo que Markel llama el tesis. Es enloquecedor observarlo
siglo de las epidemias: SARS en 2003, influenza mientras esperamos con ansias res-
H1N1 (gripe porcina) en 2009, MERS en 2012, ébo- puestas a una plaga global, pero al
la de 2014 a 2016, y ahora COVID-19 en 2019, 2020 final, es la única forma de obtener
y quién sabe cuántos años más. Cinco epidemias resultados que nos permitan seguir
en 20 años, cada una un poco peor que la previa, adelante con nuestras vidas.
y esta, muchas veces peor que las cuatro anterio- Las encuestas muestran que el pú-
res juntas. blico en general está menos abatido
de lo que yo temía al ver a los cientí-
TA L V E Z , D E F O R M A E X T R A Ñ A ,
observar ficos en acción. Desde 2015, el Centro
cómo los científicos intentan construir un de Investigación Pew ha seguido lo
avión mientras lo pilotean –como algunos que piensan los estadounidenses
han descrito la investigación sobre el coronavi- de la ciencia, y se ha vuelto cada vez
rus– será bueno para nuestra comprensión gene- más positivo, incluso en una encues-
ral del proceso científico. Quizá la pandemia logre ta realizada en abril y mayo de 2020,
persuadir, incluso a los escépticos, de lo crucial cuando el coronavirus estaba en auge

ILUSTRACIÓN: RACHEL LEVIT RUIZ DEBEMOS CONFIAR EN LA CIENCIA 49

 y muchos de ellos fueron encuesta- 8. ciencia de manera incondicional. Tienen cerca
Poco des-
dos en confinamiento. pués del au- de la mitad de probabilidades que los demócra-
En enero de 2019, durante la últi- mento del tas de expresar una “gran” confianza en los cien-
coronavirus
ma encuesta antes de la pandemia, en Estados tíficos, una proporción que se ha mantenido
los encuestados ya se mostraban Unidos en obstinadamente baja, en 27 por ciento (8).
julio, Pew
inclinados a confiar en los científi- descubrió Las encuestas de Pew también reflejan una pro-
cos: 86 % aceptó que tenía “mucha” que solo funda división racial dentro de las actitudes hacia
46 % de los
o una “buena cantidad” de confianza republica- la ciencia. Los adultos negros, según la encuesta
en que los científicos tenían en con- nos pensaba realizada a principios de este año, tienen menos
que la CO-
sideración el interés público. Ese VID-19 era probabilidades de confiar en los científicos médi-
nivel de confianza subió poco a poco una amena- cos que la población general. También es menos
za “impor-
hasta 87 % en medio de la pandemia. tante” para probable que confíen en los nuevos tratamientos
Sin embargo, cuando llamé a Cary la salud pú- o vacunas para la COVID-19; solo 54 % de los en-
blica, en
Funk, directora de investigación compara- cuestados negros “definitivamente” o “probable-
científica y social de Pew, para hablar ción con mente” recibirían la vacuna contra COVID-19, en
85 % de los
sobre estos resultados alentadores, demócratas. comparación con 74 % de los blancos e hispanos.
sugirió que no me precipitara, que la Esta desconfianza, exacerbada por la atención
historia es un poco más complicada. deficiente que reciben muchos pacientes negros
Según ella, las encuestas muestran en los consultorios médicos y las salas de emer-
una profunda división partidista en gencia, es en particular preocupante en el contex-
50 cuanto a la confianza en los cientí- to de la COVID-19, que mata a más del doble de
ficos. Los republicanos e indepen- negros que a blancos.
dientes, de tendencia republicana, Las divisiones raciales y políticas respecto a
todavía parecen reacios a aceptar la cómo se ve la ciencia son por demás insidiosas
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Inyección de una vacu-

na de prueba contra
COVID-19 en refrigera-
ción, desarrollada en la
Universidad de Oxford.
hoy día, cuando los escépticos podrían debilitar
cualquier progreso que los científicos logren en la
lucha contra el coronavirus. En el peor de los casos,
si suficientes escépticos ignoran las medidas de
control y las vacunas, eso podría despojar a la cien-
cia de su capacidad para protegernos a todos.
moldeada por
L A I N FA N C I A E S TÁ S I E N D O
el coronavirus. Estos niños, a quienes algu-
nos llaman Generación C, podrían crecer
con menos paciencia para la polarización que em-
paña nuestras respuestas hoy. Digamos que pa-
san sus años de formación observando de cerca
el proceso científico y digamos que, al final, los
científicos en realidad salvan el día.
Es el año 2040 y la Generación C ha crecido. De
repente surge una nueva pandemia. Según lo que
aprendieron al vivir la COVID-19 en una edad
impresionable, estos adultos jóvenes reconocen
la urgencia del nuevo brote y pronto descartan
cualquier afirmación de que sea un engaño. Se
ponen máscaras, mantienen la distancia social,
se inmunizan tan pronto como se desarrolla una
vacuna (y se desarrolla rápido porque los cien-
tíficos también han aprendido una o dos cosas
durante el ínterin).
La Generación C supera la nueva pandemia con
relativamente pocas muertes o trastornos econó-
micos porque aprendieron algunas lecciones
cruciales cuando eran niños: que los consejos de
salud pública se basan en los mejores datos dis-
ponibles, que esos consejos pueden cambiar a
medida que se acumulan nuevas evidencias y que
la ciencia es un proceso repetitivo que no puede
acelerarse a modo.
Quizá, para entonces, también habrá más tra-
bajadores en las profesiones que nos ayudaron a
superar la catástrofe del coronavirus: más médi-
cos, enfermeras, paramédicos; más especialistas
en enfermedades infecciosas, epidemiología,
virología y microbiología; cada uno de ellos ele-
girá una carrera que de niños vieron en su mejor
momento. Ha sucedido antes. Algunos de los
científicos que ahora participan en la lucha con-
tra el coronavirus, como Gonsalves y Markel,
terminaron donde lo hicieron después de trabajar
para ayudar a desenredar el sida, un misterio vi-
ral anterior que nos impactó y mató de formas
nunca antes vistas.
Entonces, la pregunta es si la Generación C
responderá con algo más que “amnesia global”
cuando llegue la próxima plaga, que llegará casi
con seguridad. Esto es lo que anhelo, no solo por
DEBEMOS CONFIAR EN LA CIENCIA
el bien de mi propia confianza ma-
gullada, sino también por el bien de
mis dos queridas nietas que tendrán
que vivir una realidad que en verdad
me preocupa.
Mucho depende de lo que suceda
en los meses venideros.
Imagina, de manera hipotética,
que las curvas epidemiológicas con
las que me he obsesionado durante
todo el año al final juegan a nuestro
favor y podemos volver a algo pare-
cido a la normalidad. Supón que se
encuentran tratamientos efectivos
que hacen que la COVID-19 sea de
corto plazo y curable para casi cual-
quier persona. Imagina que una va-
cuna se desarrolla pronto y que una
parte importante de la población
mundial la recibe. Si todo eso suce-
de, ¿por qué no saldríamos de esto
con una mejor apreciación del es-
fuerzo científico en todo su desor-
denado esplendor?
Trato de aferrarme a esa esperan-
za a pesar de los abucheos de los
políticos y los fanáticos de la “elec-
ción personal” que cuestionan todo
lo que hacen los científicos. Trato de
decirme a mí misma que, a veces,
nuestros mejores ángeles prevalecen
y que hay un ejército de ángeles me-
jores –científicos, educadores, mé-
dicos, enfermeras, defensores de la
salud pública…– que han estado tra-
bajando sin pausa por un final feliz
desde que aquella imagen inquie-
tante del coronavirus espinoso co-
menzó a acechar en nuestros sueños
colectivos.
Ese es el final en el cual trato de
creer, donde salimos de esto con una
nueva apreciación de la ciencia como
la mejor oportunidad para la huma-
nidad de salvarse del sufrimiento y
la muerte prematura. j
Robin Marantz Henig es colabora-
dora frecuente. En la edición de julio
escribió sobre la advertencia de los
expertos de que se avecinaba una
pandemia. Giles Price explora el pai-
saje social en su fotografía, a menudo
con diferentes tecnologías.
51
En este cementerio
público, al este de
Yakarta, se desocupó
terreno exclusivamente
para las víctimas de la
COVID-19. Las cruces
marcan los terrenos
para los cristianos; las
tumbas musulmanas
están agrupadas deba-
jo de marcadores que
parecen pilares. Indo-
nesia es hogar para
13 % de los musulma-
nes del planeta.
 INDONESIA
ENVÍOS
Esta pandemia que llenaba cementerios tam-
bién vacío las calles, hasta cierto punto. La
gente aún salía por lo elemental: festividades
religiosas y entrega de alimentos.

FOTO G RA F Í A S D E

MUHAMMAD FADLI
53

UN MUNDO VIRAL 12.20

Los protocolos de dis-
tanciamiento desapare-
cen cuando se corre la
voz: comida gratis y
distribución de cubre-
bocas en una instala-
ción militar en Yakarta.
Con 273.5 millones de
habitantes, la población
de Indonesia es la cuar-
ta más numerosa del
orbe. Su economía, que
crecía rápido antes de la
pandemia, depende
mucho de las activida-
des informales: perso-
nas autoempleadas con
pocos recursos adicio-
nales para costear co-
mida y refugio.
 envíos:
indonesia

POR CYNTHIA GORNEY

el mudik, la gran fes-

A PA N D E M I A PA R A L I ZÓ
tividad indonesia donde los citadinos viajan
al campo y las aldeas a visitar a sus familias.
La población musulmana de Indonesia es la
más grande del mundo, y el mudik k del Rama-
dán es masivo. En un año normal, cuando el
mes de a uno diario se acerca a su fin y es tiem-
po de celebrar, el fotógrafo Muhammad Fadli
viaja con su esposa e hija en su camioneta y
desafía el tráfico para salir de la capital, Yakar-
ta. El trayecto a la ciudad natal de Fadli exige
36 horas por carreteras sinuosas y un ferri, pero
56 ahí viven sus padres. Fadli es su único hijo.
A finales de abril, con los contagios por los
cielos y el Ramadán a punto de iniciar, el go-
A SI A
bierno indonesio restringió los viajes regionales durante
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

seis semanas: “prohibición mudik”, la nombró The Jakar- r

ta Post. Atorado en la ciudad, Fadli siguió trabajando. Un INDONESIA
NDON
asistente lo llevó en auto por las calles de la ciudad, vacías
y tranquilas, hasta la mañana en la que dieron vuelta en
una esquina y vieron una multitud: coches detenidos,
motos, mujeres y hombres a pie hacinados hombro con
hombro, todos empujándose para llegar a algún lado.
RESPUESTA ANTE EL BROTE
“Detente”, pidió Fadli. Se puso rápido el cubrebocas y
salió corriendo. Preguntó qué pasaba y, sin mirarlo, la gen- En Indonesia, el brote de
te contestó al unísono “Bantuan sosial”. Ayuda social. COVID-19 data del 2 de mar-
zo, cuando se reportaron los
Arroz, cubrebocas y pastelillos de soya fermentada que primeros dos casos confir-
entregaban hombres uniformados al otro lado de una reja. mados. El día 54, una política
prohibió temporalmente los
Los militares gritaban: “Tolong sosial distancingnya”, viajes domésticos por tierra,
¡por favor sepárense; no vamos a dar nada hasta que se mar y aire. Para el día 100, los
muertos ascendían a 1883.
separen! No servía. La necesidad y la ansiedad son pro-
pulsoras, más en una multitud. Los hombres se rindieron Día Respuesta del gobierno
1
y abrieron la reja. Fadli sintió la bendición de las modestas
Ninguna Estricta
comodidades de su familia. Tenían comida y trabajo. Los
indonesios desafiaban la prohibición de viaje y esparcían
el virus por el país, pero Fadli sabía que en casa de sus
padres no había visitas: sombría, silenciosa, segura.
La visita de Fadli durante el Ramadán sería por video-
llamada, y ya podía imaginarla: las prendas festivas de su
madre almacenadas, su pelo descubierto ya que no es
necesario ponerse la hijab entre la familia cercana, su
padre a un lado en el sillón. Se saludarían como es cos-
tumbre en el Ramadán indonesio: “Solicito con sinceridad Día
100
que perdones mis ofensas pasadas”, después se sentarían 10 20 30
a platicar. j Muertes*

*PROMEDIO DE SIETE DÍAS

TAYLOR MAGGIACOMO E IRENE BERMAN-VAPORIS FUENTES: RASTREADOR DE RESPUESTA GUBERNAMENTAL
FRENTE A LA COVID-19 DE OXFORD; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DE ENFERMEDADES
ABAJO: un letrero dirige Indonesia se ofrecieron confinamiento. Un ha-
a los conductores a una escasas pruebas durante bitante de Purwodadi
parada improvisada, las primeras semanas de levantó esta barrera con
donde dos enfermeras pandemia, y a veces mal bambú. Su letrero recal-
extraen sangre para ejecutadas. ABAJO: en zo- ca una excepción: los
pruebas de anticuerpos nas rurales poco atendi- agricultores que se diri-
para la COVID-19. Como das, lugareños aplican jan a los campos arroce-
en Estados Unidos, en sus precauciones de ros pueden pasar.
El retratista Sigit
Parwanto, aquí con su
trabajo, dependía de
los turistas en la popular
playa Parangtritis, en
Java, hasta que los visi-
tantes se esfumaron la
primavera pasada.
 las bitácoras
ABAJO, IZQ.:
de vuelo de Batik Air se
cancelaron cuando la
pandemia llegó a Indo-
nesia. ABAJO, DER.: Surakso
Widarso trabaja de con-
serje en el sitio de pere-
grinación de Java,
aunque esté desierto. día, un ferri los lleva a
ABAJO, DER.: estos jóvenes casa. ABAJO, IZQ.: enfer-
indonesios de la isla de meras de Yakarta en
Sumatra, amigos de un sitio donde toman
la infancia, vivían en muestras de sangre a
Yakarta hasta que la los conductores mien-
COVID-19 cerró sus lu- tras permanecen en
gares de trabajo; hoy sus coches.
59
A un día de que se impuso un alto temporal a los vuelos comerciales y viajes marítimos, nada se mueve en
el Aeropuerto Internacional de Yogyakarta, en Indonesia. Estas nuevas instalaciones en el centro de Java se
erigieron para servir a los futuros 20 millones de viajeros anuales. En abril, el gobierno anunció
severas restricciones para viajar, menos de un mes después de que se inauguró el aeropuerto. 61
 REPENSAR
EL MUNDO

62
No desperdiciemos el momento

Naturaleza en re-
sistencia: los pi-
nos longevos al
este de California
pueden vivir hasta
4 000 años o más.

FOTO G RA F Í A S D E JOHN CHIARA


La pandemia nos recuerda la
necesidad de dejar de abusar
del planeta. Podría inspirar-
ROBERT KUNZIG
nos a prevenir el desastre cli-
mático que viene… si logramos
resistir el regreso a nuestras
actividades cotidianas.
tres años
E N L A P R I M AV E R A D E 1 8 5 8 ,
antes de la Guerra Civil estadouni-
E N S AYO D E dense, un joven ingeniero de nom-
bre John T. Milner cabalgó hacia
Jones Valley, el extremo final de los
Apalaches en la parte centro-norte
de Alabama. Era enviado por el go-
bernador para planear una nueva
vía férrea. Había riquezas en esas
colinas: el geólogo estatal había re-
portado yacimientos de carbón al
norte de Jones Valley y, justo al sur,
en la cresta de Red Mountain, una
densa veta de mineral de hierro.
“Cabalgué por la cima de Red
Mountain y observé ese hermoso
valle”, recordó más tarde, después
de que ayudara a que el lugar se con-
virtiera en Birmingham, una ciudad
de chimeneas humeantes, intersec-
ciones ferroviarias y minas oscuras
y mortales.
“Era un jardín enorme hasta don-
de alcanzaba la vista… en ninguna
parte había visto un pueblo agríco-
la tan perfectamente bien aten-
dido ni tan completamente feliz.
Cultivaban todo lo que necesita-
ban para comer y vendían miles de
fanegas de trigo. Sus asentamien-
tos estaban alrededor de arroyos
claros y hermosos. Era, en general,
una civilización tranquila, de trato
amable, bien cultivada, bien deli-
mitada y bien regulada”.
Alrededor de una cuarta parte de
esa civilización bien regulada eran
afroamericanos esclavizados.
La ciudad que Milner y otros ima-
ginaron era una especie de plan-
tación industrial, construida sobre
mano de obra esclava. La Guerra
Civil intervino, pero cuando Birmin-
gham por fin se estableció en la dé-
cada de los setenta del siglo XIX, sus
Cómo se hicieron estas imágenes:
John Chiara construyó una gran cá-
mara oscura, la montó en un remol-
que y la llevó a varios lugares. Crea
imágenes negativas directamente
sobre papel negativo en color.
 fundadores se aproximaron a esa
visión lo más posible. Con una abun-
dancia de carbón y hierro que riva-
liza con la de Gran Bretaña, cuna de
la Revolución Industrial, los habitan-
tes de Alabama construyeron una
nueva economía y una “Ciudad Má-
gica” pero con la ventaja de mano de
obra negra barata, incluyendo legio-
nes de convictos arrestados de ma-
nera fraudulenta. Era una urbe que
generó una gran riqueza para unos
cuantos y una vida decente para
muchos más: aparceros blancos po-
bres del campo y algunos negros e
inmigrantes también. Fue una ciu-
dad que produjo rieles y vigas para
construir una nación en expansión,
pero estaba destinada a convertirse
en la metrópoli más segregada de
64 Estados Unidos, tal como declaró
Martin Luther King Jr. en 1963, así
como una de las más contaminadas.
En ningún lugar se muestra con
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
más claridad el alma desgarrada del
capitalismo industrial que en Bir-
mingham, Alabama. En ninguna
parte queda más claro cuán impor-
tantes son las visiones del futuro.
Desde marzo, cuando National
Geographic cerró sus oficinas en
Washington D. C., he sobrellevado
la pandemia con mi esposa, nativa
de Alabama, en una casa a menos de
dos kilómetros al sur de Red Moun-
tain. Todas las noches recibimos un
golpe en el estómago cortesía de las
noticias nacionales: imágenes de fi-
las por comida, desempleo y unida-
des de terapia intensiva desbordadas.
Completamente desorientado por
2020, empecé a leer La peste, la no-
vela de Albert Camus de 1947. Se-
gún un reporte de The Guardian, los
ejemplares volaban de las librerías.
Los paralelos eran, de hecho, un poco
escalofriantes. “Seguían haciendo
negocios, planeaban viajes, tenían
opiniones”, escribió Camus sobre los
primeros días de negación en Orán,
Argelia. “¿Cómo podrían haber pen-
sado en algo como la peste, que des-
carta cualquier futuro...?”.
Sin embargo, nuestro futuro no está descartado.
Se ha vuelto más desconcertante y más abierto.
¿Qué efecto a largo plazo, si lo hay, tendrá la
pandemia de COVID-19 en el medio ambiente?
¿Qué significará para el aire en nuestras ciudades
y el plástico en nuestros mares, para la selva tro-
pical que se redujo aún más y el clima que siguió
calentándose este año, tanto que ya ardieron
grandes extensiones de tundra siberiana? ( 1 ) ¿La
experiencia de la COVID-19 cambiará de manera
duradera la forma en que tratamos a este plane-
ta, al tiempo que casi 8 000 millones de seres
humanos luchan por ganarse la vida en él?
“La primera revelación terrible de esta crisis
sin precedentes es que todas las cosas que pare-
cían separadas son inseparables”, escribe el soció-
logo francés Edgar Morin en un nuevo libro sobre
las lecciones de la pandemia. Encerrados como
nunca antes, considera Morin, nos hemos vuel-
to más abiertos que nunca a reconsiderar el cami-
no en que estamos como especie.
Mientras leía su texto a mediados de junio, Es-
tados Unidos estaba en su cuarta semana de ma-
nifestaciones tras el asesinato de George Floyd.
1.
La onda Los monumentos confederados habían comen-
cálida de zado a caer en todo el sur, incluso en Birmingham
Siberia “hu-
biera sido ( 2 ) . Los llamados a un “cambio sistémico” esta-
efectiva- ban por todas partes. Y, de repente, la idea de que
mente im-
posible sin este sistema necesita cambiar se extiende desde
el cambio la forma en que tratamos a las personas de color
climático in-
ducido por hasta la manera de relacionarnos con la Tierra, y
el hombre”, desde el gobierno federal hasta cada corazón in-
concluyeron
algunos dividual, pareció tener sentido emocional. Los
científicos extremos climáticos, la pandemia y la violencia
en julio.
policial nos llevan a tomar conciencia del mismo
2.
Al eliminar
sentimiento: la vulnerabilidad, que en 2020 se
un obelisco, convirtió en una experiencia casi universal.
el alcalde
de Birmin-
Ese sentimiento compartido de vulnerabilidad
gham, podría abrir nuestro corazón a la necesidad de
Randall
Woodfin,
transformar nuestro mundo para el bien común.
desafió También podría llevarnos a ver a otras personas
una ley de
Alabama
solo como amenazas y hacernos desear volver a la
de 2017. normalidad prepandémica tan pronto como sea
LOS EXTREMOS CLIMÁTICOS, LA PANDEMIA
Y LA VIOLENCIA POLICIAL NOS LLEVAN
A TOMAR CONCIENCIA DEL MISMO
SENTIMIENTO: LA VULNERABILIDAD.
posible, con más paredes y menos viajes aéreos,
quizá, pero con el mismo nivel de destrucción am-
biental. Independientemente de cómo se desarrolle
el futuro, no es algo que pueda predecirse como el
paso de un cometa. Es algo que construimos.
en medio del dolor y
M U Y A L P R I N C I P I O,
el sufrimiento, hubo destellos de un pla-
neta más verde. Por ejemplo, los cierres
económicos produjeron un verdadero respiro de
la contaminación aérea. El aire más limpio fue más
que un deleite estético: en China, desde media-
dos de febrero hasta mediados de marzo, se evi-
taron unas 9 000 muertes o más, según cálculos
de los investigadores de la Universidad de Yale,
casi el doble del número causado en ese país por
el coronavirus. Pero la reducción
fue solo temporal. En julio, la eco-
nomía de China se reabrió y la
contaminación del aire era peor REPENSAR
EL MUNDO
que el año anterior.
A nivel global, las emisiones de SAL Y QUÉDATE
carbono también disminuyeron
de manera drástica, hasta 17 % a AFUERA
principios de la primavera. Pero
también se recuperaron inevita-
blemente, y los investigadores
estimaron que la disminución
para todo 2020 no sería más de
8 %, dependiendo del curso de la
pandemia. Por un lado, eso es
una gran caída: demuestra que,
a punta de pistola, podemos de-
jar de conducir y volar. Por otro
lado, el nivel de bióxido de car-
bono en la atmósfera siguió en aumento este año,
solo que un poco más lento. Para mantener el
calentamiento global desde el siglo XIX por deba-
jo del objetivo acordado internacionalmente de
dos grados Celsius, tendríamos que reducir las
emisiones a casi cero a más tardar en 2070. Eso
requeriría disminuciones como las de 2020 cada
año durante décadas.
¿Y qué pasa con las aves de las que se informó 3En. América
con amplitud que este año eran excepcionalmen- del Norte,
te ruidosas y felices? Las noté también cuando el la población
total de
barullo del tráfico que no había notado desapa- aves ha
reció por breve tiempo de nuestro patio trasero, disminuido
29 % desde
y estaba ansioso por volver a hablar con el orni- 1970, según
tólogo que me inspiró a aprender algunos de sus un estudio
de 2019, una
cantos. Mario Cohn-Haft trabaja en el Instituto pérdida de
Nacional de Investigaciones Amazónicas en casi 3 000
millones
Manaos, Brasil, una ciudad que ha sido dañada de aves.
N O D E S P E R D I C I E MO S E L MOM E N TO
gravemente por la pandemia. Deses-
timó el regreso de la vida silvestre.
“Lo que he visto es un descenso
constante y gradual de la abundancia
y diversidad de especies en los 30
años que he estado aquí”, dijo, recor-
dando cómo Manaos se expandió de
una tranquila ciudad ribereña a una
metrópoli industrial de dos millones
de personas (3). Este año, en la Ama-
zonía, la deforestación ha sido mu-
cho peor incluso que en 2019, cuando
aumentó de forma drástica.
Los problemas ambientales a los
que nos enfrentamos se han acumu-
lado por décadas. Si la COVID-19
Los parques nacionales de Estados
Unidos experimentaron caídas dra-
máticas de visitantes la primavera
pasada, pero luego las cifras se recupe-
raron, igual que las ventas de vehícu-
los recreativos y bicicletas. El Leave
No Trace Center for Outdoor Ethics
dice que los recreacionistas informa-
ron que salieron al aire libre con más
frecuencia este año y también pasa-
ron de deportes de aventura que
requieren viajes a actividades más
cercanas a casa, como observación de
aves, jardinería y ciclismo. Muchas ur-
bes cerraron calles para hacer espa-
cio a cenas al aire libre, eventos
públicos y parques. —DANIEL STONE
marca una diferencia duradera, no
será porque detuvo el tráfico unos
días. Será porque toda la experiencia
–incluidos notar a los pájaros y res-
pirar aire más limpio– cambió nues-
tra cultura.
“La ciencia muestra claramente
que esta década es decisiva para el
futuro de la humanidad en la Tie-
rra”, afirmó Johan Rockström, direc-
tor del Instituto Potsdam para la
Investigación del Impacto Climático.
Desde 2009, Rockström y otros in-
vestigadores han argumentado que
la humanidad está alcanzando, o en
algunos casos superando a toda ve-
locidad, nueve “límites planetarios”
diferentes. La biodiversidad que
65
 perdemos a medida que talamos bos- Estamos enfocados en nosotros mismos… en el
ques y extinguimos especies es uno; aquí y el ahora”.
el nitrógeno que canalizamos hacia En la Edad de Piedra esa era una buena estrate-
las vías fluviales de campos fertiliza- gia de supervivencia, pero ahora que nos hemos
dos en exceso es otro. Los científicos extendido por la Tierra enfrentamos amenazas
debaten hasta qué punto estos lími- que no están aquí y ahora, como los leones en
tes pueden cuantificarse y si más ese entonces. El cambio climático es global, y para
allá de ellos están los “puntos de in- detenerlo debemos emprender acciones cuyos
flexión” de un cambio catastrófico; beneficios solo se sentirán en el futuro. Sin embar-
pero la idea básica de que le causa- go, con nuestra atención limitada, agregó Weber,
mos un daño peligroso al planeta es por lo general nos inclinamos en automático hacia
difícil de discutir. El cambio climá- decisiones que preservan el statu quo.
tico es el mejor ejemplo. La escala y complejidad del problema climáti-
¿Por qué nos resultará tan difícil co también desalientan pensar en él, aunque hay
aceptar esta amenaza bien docu- formas de hacer que parezca más manejable. Una
mentada? Elke Weber, psicóloga de mañana, por Zoom, el director del Grupo de
la Universidad de Princeton, ha de- Dinámica de Sistemas del MIT, John Sterman,
dicado décadas a investigar esa me explicó el funcionamiento de un simulador
cuestión. “El problema más funda- para elegir tu propio futuro que había creado con
mental es que somos demasiado un equipo llamado Climate Interactive (Clima
miopes como especie –me contó–. interactivo). En la parte inferior de la pantalla, 18

Es probable
que en un
solo año la
COVID-19
¿El principio En 2015 el calenta-
miento alcanzó 1 °C*
1 de enero
100

produzca una
reducción
récord en las
del fin para el 11 de junio

emisiones
de CO2. carbono? Crisis
financiera
-8 %
2020
Cambio
anual 2020 Variación
80

proyectado diaria

Se proyectaba que las emisiones globales alcanza-

rían su punto máximo alrededor de 2024, pero la dis- 60
minución de este año debido a los confinamientos
por COVID-19 podría presagiar un punto de inflexión
más cercano en la lucha contra el cambio climático.
Segunda crisis
del petróleo
Primera crisis 40
del petróleo

EM IS ION E S G LOBALE S
D IARIAS RE LACIO NADA S
C ON LA E NE RGÍA
Millones de toneladas de CO2
20

Segunda
10 Guerra
1918 Gran
Gripe Depresión Mundial
española
0
1900 1950 2000 2020 E F M A M J

T E N D E N C I A S H I STÓ R I C A S H OY
Las recuperaciones de crisis pasadas provocaron un repunte rápido de las emi- Al no reflejar cambios es-
siones, incluyendo el mayor aumento interanual registrado después de la crisis tructurales, los descensos
financiera de 2008. La descarbonización de los suministros de energía podría por el confinamiento son
ayudar a romper el vínculo entre el crecimiento económico y las emisiones. inestables y temporales.
*POR ENCIMA DE LOS NIVELES PREINDUSTRIALES
LAWSON PARKER; SCOTT ELDER(NGM). FUENTES: INTERNATIONAL ENERGY AGENCY; PANDEMIC EMISSIONS: LE QUÉRÉ Y OTRAS,
NATURE CLIMATE CHANGE 2020; TRAYECTORIAS ACTUALES Y PREVISTAS CALENTAMIENTO Y EMISIONES ESTIMADAS 2040-2100:
ZEKE HAUSFATHER, THE BREAKTHROUGH INSTITUTE; CONCENTRACIÓN: MET OFFICE HADLEY CENTRE
 controles deslizantes permiten al usuario esta- 4. Sterman ha presentado el simula-
El simulador
blecer políticas que afectan el clima. Al deslizar es gratuito dor muchas veces a demócratas y
uno de los controles se activa la retroalimentación en clima- republicanos por igual. “Lo que per-
teinterac-
instantánea: un número grande en la esquina tive.org/ mite a las personas es crear el futuro
superior derecha indica el aumento de tempera- tools/ que quieren ver”, dijo. Nunca les avi-
en-roads.
tura global resultante para 2100. El juego consis- Sorpren- sa de antemano qué elegir; descubrir
te en mantener el aumento por debajo de los dos dente- un camino por ti mismo es mucho
mente, el
grados Celsius (4 ) . control de más convincente y estimulante. “Se
Yo personalmente estaba fascinado. Uno de la población van con la sensación de que resolver
no ayuda
mis propios mundos del futuro impulsó la efi- mucho. el problema es importante –conti-
ciencia energética al máximo en automóviles y núa Sterman–. Pero aún más, de que
edificios, redujo las fugas de gases de efecto in- es posible”.
vernadero de tuberías y granjas, gravó el carbono En sus experimentos de psicología
de manera moderada y detuvo las nuevas in- del comportamiento, Weber ha en-
versiones en carbón y petróleo para 2025 y 2035, contrado algunas otras formas de
respectivamente. Un par de medidas más me animar a las personas para centrarse
hicieron descender casi a dos grados; eliminar más en el futuro. Uno es particular-
algo de CO2 de la atmósfera me empujó a la línea mente relevante hoy día: en él, se
de meta. Debido a que la tecnología para hacer interrogó a los integrantes de un gru-
eso no está probada, el propio Sterman prefirió po sobre sus creencias respecto al
imponer un precio más alto al carbono. cambio climático y su disposición 67

Trayectoria El mundo continúa

actual para por su camino actual

N AT I O N A L G E O G R A P H I C
2100 sin ningún cambio
(3.1 °C *) en sus políticas

Trayectoria Este escenario refleja el La cantidad de CO2 en la atmósfera,

100
planeada impacto de las políticas que impulsa el calentamiento, re-
2.8 °C) actuales, infraestructura
fleja nuestras emisiones durante
y las intenciones políticas
anunciadas siglos. Un recorte de 8 % en 2020
frenará su aumento solo un poco.

80 CON CE NT RACI ÓN
ATMOSF ÉRIC A
Partes por millón de CO2

408.6 411.5
Escenario Una rápida mitigación 414.3
sostenible mundial detiene el aumento Proyección
60 (1.7 °C) de la temperatura promedio pre-COVID
mundial por
abajo de 2 °C.
414.0
Proyección
revisada con
los impactos
de la COVID
40

20

EMISIONE S GLOBALE S
DIARIAS RELACIONADAS
CON LA ENERGÍA
Millones de toneladas Huella de carbono
de CO2 cero para 2070
0
2020 2050 2100 2018 2019 2020

E S C E N A R I O S F U T U RO S
Mantener el calentamiento global a no más de 2 °C / 3.6 °F por en- Las reducciones de 2020 pueden ayudar
cima de los niveles preindustriales es posible, pero requeriría re- a detener el CO2 atmosférico –y el au-
cortes de emisiones rápidos y drásticos, sostenidos año tras año mento de la temperatura–, pero solo
durante décadas, hasta que las emisiones netas lleguen a cero. si son el comienzo de una tendencia.

EL CALENTAMIENTO DE ESTOS ESCENARIOS FUTUROS SON ESTIMACIONES ÚNICAS Y PROPENSAS A INCERTIDUMBRES

EN LA SENSIBILIDAD CLIMÁTICA Y LA RETROALIMENTACIÓN DEL CICLO DEL CARBONO.
LAS PROYECCIONES AÑADEN EMISIONES DE PROCESOS INDUSTRIALES COMO LA CALCINACIÓN DE CEMENTOS.
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

68
 5. para tomar decisiones favorables para
Elke Weber
ha descu- el medio ambiente. Los del segundo
bierto que grupo recibieron las mismas pregun-
recordar a la
gente la lar- tas, pero primero pasaron unos mi-
ga historia nutos escribiendo un breve ensayo
de su país
también sobre cómo les gustaría que los recor-
le anima a daran las generaciones futuras.
pensar a lar-
go plazo “Todos detestamos el hecho de
sobre el fu- que vamos a morir –explicó Weber–.
turo y el
medio am- De vez en cuando se nos recuerda
biente. que somos mortales”. En su experi-
mento, al menos, el recordatorio hizo
que las personas se preocuparan más
por el medio ambiente y estuvieran
más dispuestas a ayudar (5).

La naturaleza y la cons-
trucción en coexistencia:
Isla del Tesoro artificial en
la bahía de San Francisco.
en
P E N S A R P O R A N T I C I PA D O
la Tierra que dejaremos a
nuestros hijos y en la historia
que contarán sobre nosotros puede
ser estimulante. También lo es mirar
hacia atrás en aquella que nos con-
tamos, conscientemente o no, y de
dónde proviene esa historia. La na-
rrativa que sustenta las civilizaciones
europea y estadounidense ha teni-
do un gran efecto en el planeta du-
rante los últimos siglos. La Biblia es
un buen punto de partida.
En Génesis 1, de acuerdo con la
versión del rey Jacobo, los seres hu-
manos están llamados a “tener do-
minio sobre (...) todo ser viviente que
se mueva sobre la Tierra”. Ellen Da-
vis, teóloga de la Universidad de Duke
y autora de un libro sobre las raíces
agrarias de la Biblia, ha reflexiona-
do extensamente sobre ese pasaje.
“Cuando escuchamos ‘dominio’, pen-
samos en ‘dominación’, una imposi-
ción jerárquica del poder humano, de
arriba hacia abajo y con mano dura
sobre el resto del mundo”, detalló.
Pero en contexto, opina Davis, la pa-
labra hebrea radah significaba algo
muy diferente. Si es así, la civiliza-
ción occidental está basada en parte
en un malentendido de uno de sus
textos fundacionales.
No hay duda de que el Génesis
otorgó un estatus especial a los hu-
manos como las únicas criaturas
hechas a la imagen de Dios, explicó

N O D E S P E R D I C I E MO S E L MOM E N TO 69
 Una revisión de los impactos de la
Las acciones
individuales
no bastan
para reducir
Para resolver la crisis COVID-19 en las fuentes y sectores de
energía muestra que, para limitar el ca-
lentamiento, debemos cambiar a fuen-
el calenta-
miento. de manera sostenible tes alternativas, aumentar la eficiencia
energética y mejorar los sistemas que
transportan y almacenan energía.

DEMANDA SEGÚN LA FUENTE PARA CERRAR

2020 El uso de petróleo se desplomó cuando la aviación
y otros transportes –casi 60 % de la demanda mundial–
LA BRECHA
se vieron frenados por las restricciones de la COVID-19. Las tecnologías actuales y futu-
ras, y las políticas específicas,
2040 En un escenario sostenible, las energías renova-
podrían acelerar una transfor-
bles aumentan de 14 a 34 % de la demanda total de
mación energética global.
energía, lo que reemplazaría a los combustibles fósiles.
E S CE NA RIO S D E E MISI ONE S
DE MA NDA G LO BAL AN UA L DE E NE RGÍ A PA RA 2050 RELACIONADOS
Toneladas métricas equivalentes en petóleo CO N LA E NE RGÍA
Miles de millones de toneladas de C
2019 2020 2040
Proyectada Escenario Trayectoria actual (3.1 °C*)
sostenible 45

-9%
4 000
Energía
-8
Trayectoria planeada
-5
(2.8 °C)
3 000
Métodos de reducción
-7 para alcanzar el
escenario sostenible
+1 Las energías reno- 36 RENOVABLES
2 000 vables, baratas y Eólica
con acceso prefe-
rencial a las redes
eléctricas, han Solar FV
resistido la Transporte con
1 000
-3 pandemia. biocombustibles
30 Hidroeléctrica

Otras
0
Petróleo Carbón Gas Nuclear Renovables EFICIENCIA

Industria

EMISIONES POR SECTOR Edificios

2020 Las caídas impulsadas por la Camiones y automóvi
COVID-19 son insostenibles e inefi- Aviación y carga
cientes, con impactos pequeños en Transporte 20 Otros
los sectores emisores más grandes.
OTROS
2040 Las emisiones disminuyen a Industria Cambio de combustib
medida que la electricidad reempla-
za los combustibles fósiles; las ener- Captura, utilización
gías renovables descarbonizan la red. y almacenamiento
de CO2
E MISI ONE S D IAR IAS D E CO 2 -19 Eficiencia de recursos
DE COMBUSTIBLE S FÓSILE S
Millones de toneladas de CO2 -36 Cámbio de hábitos
Vehículos eléctricos
2019 2020 Al día 2040 Nuclear
10 10
Escenario
sostenible Escenario
sostenible
Residencial (1.7 °C)
Actividaders +3
comerciales
11 de junio y públicas
Aviación
1 Ene. -21

-62%
0 0

*POR ENCIMA DE LOS NIVELES PREINDUSTRIALES PARA 2100

LAWSON PARKER; SCOTT ELDER (NGM). FUENTES: INTERNATIONAL ENERGY AGENCY; LE QUÉRÉ Y OTRAS,
NATURE CLIMATE CHANGE 2020 (SE OMITEN LAS EMISIONES DE LA CALCINACIÓN DE CEMENTO)
Davis; pero Dios bendijo a las otras criaturas inclu-
so antes que a nosotros, y de la misma manera les
ordenó también “ser fructíferos y multiplicarse”.
Cualquiera que sea el significado de radah, no
puede implicar “aniquilar la bendición”, sentenció
Davis. Y, sin embargo, eso es lo que hacemos cada
vez más: erradicar otras especies al tiempo que
subyugamos a la Tierra.
En lugar de “tener dominio sobre”, Davis tra-
duce radah como “ejercer un control especiali-
zado entre las criaturas”. Dios nos exhortaba a ser
artesanos hábiles, prosigue, y seguir su ejemplo
al crearnos para ser administradores hábiles de
toda la creación.
El siguiente giro inesperado de la trama en la
narrativa occidental se produjo en el siglo XVII,
con la Ilustración. Liberó nuestras mentes del
dominio completo de los textos antiguos, pero
amplificó la idea de que deberíamos dominar la
Tierra. Una raíz de la Ilustración, según el histo-
riador alemán Philipp Blom, se encuentra en la
Pequeña Edad de Hielo del siglo XVI, un periodo
tan frío que un iceberg apareció frente a Rotter-
dam y las cosechas se perdieron en toda Europa
( 6 ) . La religión no ayudó con las malas cosechas
y la gente comenzó a cuestionar cada vez más su
autoridad. En lugar de eso, empezaron a recurrir
al conocimiento para el aprendizaje sistemático a
partir de la observación y la experiencia, es de-
cir… la ciencia.
Con eso, la idea de progreso entró en la civiliza-
ción occidental. Y desde el principio, escribe Blom,
se equiparó con el crecimiento económico. Antes
el crecimiento había sido lento e intermitente, y
permaneció así hasta la Revolución Industrial de
los siglos XVIII y XIX. Luego, impulsado por la cien-
cia y la tecnología –así como por el carbón barato
y los recursos extraídos de colonias remotas y lu-
gares como Alabama–, despegó.
En el siglo XX, el crecimiento económico se
convirtió en un fin en sí mismo. Durante la Gran
Depresión, cuando las finanzas colapsaron y
traumatizaron a una generación, un economis-
ta estadounidense llamado Simon Kuznets de-
sarrolló una forma de medir la producción de
toda una nación. Ahora había un solo número
seductor unido al crecimiento económico. Des-
pués de la Segunda Guerra Mundial, aumentar
ese número, que llegó a llamarse Producto Inter-
no Bruto (PIB), se convirtió en una obsesión para
los gobiernos de todo el orbe. “Esa fijación se ha
utilizado para justificar desigualdades extremas
de ingresos y riqueza junto con una destrucción
6. sin precedentes del mundo vivien-
La Pequeña
Edad del te”, escribe la economista británica
Hielo se ha Kate Raworth.
relacionado
de diversas En resumidas cuentas: el creci-
formas con miento económico, arraigado en un
las erupcio-
nes volcáni- malentendido de la Biblia que fue
cas y la sobrealimentado por la Ilustración
actividad
solar, fluc- y la Revolución Industrial, se con-
tuaciones virtió en nuestra historia dominan-
naturales no
relaciona- te. Raworth cree que eso no nos hace
das con ningún bien.
el calenta-
miento glo- ¿Cómo sería si las economías mun-
bal actual. diales se administraran dentro de los
7. límites establecidos por la naturale-
Si la felici- za? Los defensores del crecimiento
dad es el
objetivo, siempre se han apoyado en un po-
el aumento deroso argumento moral: el creci-
del PIB no
la compra miento económico ha sacado de la
en naciones pobreza a miles de millones de per-
ricas: las en-
cuestas de sonas en todo el planeta, y miles de
Estados millones más todavía necesitan sus 71
Unidos
muestran beneficios.
que la felici- La cuestión no es que todo el cre-
dad se ha
estancado cimiento sea malo, asienta Raworth
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
durante en su libro Economía rosquilla. Es
décadas.
evidente que algunos países todavía
necesitan mucho más, mientras que
otros ya no tanto (7). El punto aquí
es que el crecimiento no debería de
ser la cuestión.
La rosquilla ilustra lo que Raworth
considera que debería ser nuestro
propósito. Su borde exterior es el
“techo ecológico”, los límites plane-
tarios definidos por Rockström y sus
colegas. El borde interior es la “base
social”: la alimentación, la salud, la
educación y otras condiciones bási-
cas de una vida humana digna. La
idea es permitir que todos en la Tie-
rra lleven una vida así, sin arruinar
el mundo para los demás.
¿Cómo lograrlo? La rosquilla es
más una visión que un plano arqui-
tectónico. Raworth que ve las diver-
sas crisis del siglo XXI –“derrumbe
financiero, colapso climático, confi-
namiento por COVID”– están rela-
cionadas con el “proyecto humano
expansionista”. Cambiar ese proyec-
to requerirá una transformación
cultural profunda, un ajuste de men-
talidad colectivo, un cambio que la
N O D E S P E R D I C I E MO S E L MOM E N TO 71
72
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Plantación urbana: en
este bloque de Man-
hattan, algunos árboles
se asoman al piso 12.
pandemia, por terrible que sea, posiblemente 8 .
En mayo, 38
podría favorecer. “Creo que esta emergencia nos ciudades del
está empujando más rápido hacia el futuro que mundo per-
tenecientes
sabíamos que queríamos”, admitió Raworth. a la red C40
Podrían verse débiles premoniciones de ello se compro-
metieron a
este año, si así lo quisiéramos. Logran apreciar- evitar volver
se en la decisión de enero de BlackRock, que a las “activi-
dades ha
administra más de siete billones de dólares en ac- bituales”
tivos, de comenzar a desinvertir en carbón, aun- mientras se
recuperan
que no en petróleo y gas (“Creo que estamos al de una crisis
borde de una remodelación fundamental de las con “raíces
en la des-
finanzas”, escribió el Director Ejecutivo Larry trucción
Fink). También puede observarse el cambio en medioam-
biental”.
la decisión de la Unión Europea en julio de in-
vertir 550 000 millones de euros en acción cli-
mática durante los próximos siete años, o en la
proliferación de carriles para
bicicletas en las calles de las ciu-
dades de Europa y Estados Uni-
dos. Ellen Davis lo vio en mayo, REPENSAR
EL MUNDO
cuando habló en el Festival de la
Homilética, al que asistieron mi- UN PLANETA,
les de predicadores cristianos:
este año se habían inscrito para DOS CRISIS
recibir una semana de instruc-
ción en línea para predicar sobre
el cambio climático. Dos tercios
de los estadounidenses están
preocupados por eso, según una
encuesta reciente; tantos como
siempre a pesar de la pandemia
y la indiferencia de la adminis-
tración actual.
Hay puntos de inflexión socia-
les y climáticos, concluyó un
equipo dirigido por Ilona Otto, del Instituto de
Potsdam, en un artículo publicado a principios
de febrero en las Actas de la Academia Nacional
de Ciencias. El cambio puede comenzar en una
sala de juntas, en el gobierno o en las calles (“En
tiempos de agitación –escribe Blom–, las historias
nuevas crecen a través de las grietas en el concreto
de la verdad oficial, fortalecidas por la incerti-
dumbre”). Dondequiera que comience el cambio,
a veces, por razones que los científicos no pueden
predecir con facilidad, puede propagarse de ma-
nera contagiosa, pues las personas se inspiran en
el ejemplo de los demás. Una pequeña minoría
puede guiar al resto de nosotros.
Por supuesto, los ángeles guías tal vez no sean
los mejores: sobre todo en este año terrible, el
miedo podría inclinarnos sencillamente hacia la
reducción de gastos y la restauración del statu
N O D E S P E R D I C I E MO S E L MOM E N TO
quo. Raworth se concentra en las
ciudades, trata de persuadirlas para
que “salgan de esta emergencia” con
una nueva dirección ( 8 ) . A princi-
pios de abril, en medio de su propio
confinamiento, Ámsterdam se con-
virtió en la primera urbe en adoptar
su modelo de rosquilla, comprome-
tiéndose a considerar la gama com-
pleta de impactos –ecológicos y
sociales, locales y globales– de todo
lo que hace. Para empezar, indicó
que reduciría a la mitad el uso de
materias primas para 2030.
“Las personas se sienten atraídas
por las historias que les brindan la
En Estados Unidos, la preocupación
pública por el calentamiento global
alcanzó un máximo histórico en no-
viembre pasado, según investigado-
res de las universidades de Yale y
George Mason. La gran mayoría de
los estadounidenses piensan que el
calentamiento global es real y se sien-
ten preocupados. De forma sorpresiva,
una encuesta en abril encontró que la
COVID-19 no había desplazado la pre-
ocupación por el clima, aunque había
reducido su cobertura en los medios.
“El problema parece haber madurado
o solidificado –dijo Anthony Leiserow-
itz, de Yale–. Creo que es una señal
muy alentadora”. —ROBERT KUNZIG
esperanza de un futuro seguro don-
de ellos importen –dijo Raworth–. Y
este es uno en el que nos reconecta-
mos con el mundo viviente, con
nuestra comunidad, y hacemos las
preguntas importantes acerca de lo
que significa prosperar”.
EN 1963, CUANDO Martin
Luther King Jr. llevó la cam-
paña de derechos civiles a
Birmingham –un punto de inflexión
en la lucha contra la segregación–
había pasado justo un siglo desde
la Proclamación de Emancipación
de Lincoln. También había trans-
currido un siglo desde que John T.
Milner abrió la primera mina en
73
 Los planes de Los gobiernos toman decisiones que
recuperación
económica de
hoy determi-
Para ser ecológico, darán forma a la infraestructura, la
industria y el clima durante décadas.
Los paquetes de estímulo ofrecen una
narán nuestro
futuro
climático.
hay que ir a lo grande oportunidad única para impulsar el
crecimiento económico al tiempo que
se construye un futuro más sostenible.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LA INVERSIÓN ENERGÉTICA

Se había proyectado que la inversión en energía aumentaría en 2020, pero la COVID-19 ha encaminado al mundo
hacia la mayor disminución registrada: una reducción de una quinta parte –casi 400 000 millones de dólares–
en comparación con 2019. Los combustibles fósiles fueron responsables de casi el total de pérdidas.

C AÍDA HI STÓR ICA en la LA NECE SIDAD de la inversión

inversión en combustibles fósiles proyectada para encontrarse con
el escenario sostenible se alinea
Inversión mundial en energía mal en esta gráfica
1.5 billones de La caída en todos los sectores energéti-
dólares de 2019 cos, en especial en combustibles fósiles,
fue impulsada por una menor demanda,
la caída de los precios y la volatilidad
del mercado. 2040
921 000
2030 MILLONE S
1 000 En 2014, una caída en los 776 000 DE DÓLARES
precios del petróleo redujo M ILLONE S
la inversión en petróleo y DE DÓLARES
gas; las energías renovables
competitivas perjudican las
Combustibles inversiones en carbón. 2019
fósiles*
500
343 000
MIL LONE S
Renovables DE DÓLARES
Redes eléctricas
y almacenamiento
en baterías Eficiencia
energética†
Nuclear
0
2000 2010 2020 2030 2040

*SUMINISTRO DE COMBUSTIBLE Y ENERGÍA A BASE DE COMBUSTIBLE FÓSIL

+LOS DATOS ANTERIORES A 2014 NO ESTÁN DISPONIBLES

¿QUÉ SE GANA AL SER VERDE?

La creciente asequibilidad de las energías renovables y el potencial de millones de
nuevos empleos de energía limpia son dos beneficios que los gobiernos deben consi-
derar al estructurar los planes de recuperación económica por la COVID-19.
’30 ’50
$150 100
E N E RG Í A T R A BA J O S millones
M Á S BA R ATA S O ST E N I B L E S 2030 2050 de trabajos
En casi dos tercios Un cambio rápido
del mundo, la ener- y amplio hacia la 80
120
gía eólica y solar son energía limpia podría
las nuevas fuentes de crear siete millones
energía menos de empleos más que
costosas. la trayectoria en la 2017 ’17 60
90 que estamos.
Proyectada Trabajos mundiales
Costo de la
electricidad en en el sector de energía
Estados Unidos 40
60 Eólica Renovables
Dólares por
marina
Megavatio/hora Eficiencia energética
en dólares de 2019 Gas
Carbón Flexibilidad
20
Capacidad nueva 30 Eólica energética y red
Capacidad existente terrestre Nuclear
Solar Combustibles fósiles
0
0 Trayectoria Escenario meta
2014 ’20 2050 actual por abajo de 2 °C

LAWSON PARKER; SCOTT ELDER (NGM). FUENTES: INTERNATIONAL ENERGY

AGENCY; BLOOMBERGNEF; INTERNATIONAL RENEWABLE ENERGY AGENCY
Red Mountain para suministrar hierro a la Con- 9. McLemore, la convenció de ayudar-
“La mayor
federación. En 1962, U.S. Steel cerró la última amenaza lo a tratar de expandir su alcance. En
instalación minera. Durante 99 años, ese tramo para el me- sus primeros años, recordaron am-
dio ambien-
de cordillera en el lado suroeste de Birmingham te es la bos, el parque tenía como objetivo
había sido devastado. desco- ser un destino de aventuras para
nexión
“No había nada en esa montaña” en aquel en- entre las corredores de senderos, ciclistas de
tonces, detalló Wendy Jackson, exdirectora de personas y montaña y usuarios de tirolesas.
la naturale-
Freshwater Land Trust, una organización am- za –defien- “Este era un sitio para la gente de
biental local. “No había árboles. Nada, excepto la de Wendy Homewood –expuso Haslem, en
Jackson–. La
instalación minera”. única forma referencia al suburbio predominan-
Para el momento en que Jackson caminó por de conser- temente blanco donde vivimos mi
var algo es
ahí por primera vez, en 2004, habían dejado en si lo amas”. esposa y yo–. ¡Pero el parque se en-
paz la tierra (salvo por las personas que tiraban cuentra en Birmingham!”.
basura) durante más de cuatro décadas. El bosque La pandemia ha golpeado duro a
había vuelto a crecer. La planta del kudzu se había Birmingham. Para este verano, la
arrastrado las laderas iluminadas por el sol como metrópoli enfrentaba un agujero de
una marea verde y cubría el borde del bosque. 63 millones de dólares en su pre-
Esta no era una naturaleza prístina, sino una na- supuesto debido a la escasez de im-
turaleza resurgente. Los árboles crecían entre las puestos por los negocios cerrados,
ventanas y los techos. Sentías, completó Jackson, y a que el virus iba en aumento. Red
“como si estuvieras lo más cerca posible de tocar Mountain también enfrentaba un 75

el pasado de Birmingham”. futuro desafiante, dijo McLemore: es

En 2005, Jackson y Freshwater Land Trust ne- una asociación público-privada con
gociaron un acuerdo con U.S. Steel para comprar poco financiamiento público. Sin

N AT I O N A L G E O G R A P H I C
450 hectáreas de la montaña y convertirla en un embargo, la pandemia también ha-
parque: el Parque Red Mountain se inauguró en bía sido buena para el parque: la
2012. En los primeros años, mi esposa y yo fuimos asistencia alcanzó máximos históri-
solo unas pocas veces; de alguna manera no es- cos pese a que la tirolesa y el centro
taba en nuestro radar (9). Entonces llegó la pande- de escalada estaban cerrados. Los
mia. Ahora caminamos allí casi todos los domingos residentes negros llegaban como
por la mañana. El parque está dentro de los lími- nunca antes, profundizó Haslem,
tes de la ciudad, pero es lo bastante grande –más algunos a través de una nueva entra-
de 600 hectáreas– como para desaparecer en da en el lado norte, el lado de Birmin-
medio del bosque. gham. Venían a salir de sus casas, a
Este verano, una mañana temprano fui a dar caminar en la naturaleza, a “escuchar
un paseo con Jerri Haslem, la primera directora a los condenados pájaros”.
afroamericana del parque, reclutada el año pasa- “Tiene que haber muchas fuerzas
do. Nació en 1963 en Birmingham, me indicó diferentes”, insistió Haslem. Estába-
mientras caminábamos por el lecho del ferrocarril mos hablando ahora de cómo podría
de vía corta que alguna vez transportó mineral de prosperar esta semilla de algo nue-
hierro a los molinos. Hija de un trabajador de la vo. “Debe ser el gobierno, la comu-
industria del acero, nació en una sala de mater- nidad, el ciudadano promedio y el
nidad para negros en el sótano de un hospital, en ciudadano rico. Tiene que ser todo
una ciudad que había preferido cerrar sus par- el mundo. Si solo viene gente pobre,
ques en lugar de eliminar la segregación. Nació no lo logrará. Si solo viene gente
dos días después de que segregacionistas blancos rica, no lo logrará. Tiene que ser
bombardearan la Iglesia Bautista de la Calle 16, todo el mundo. Y está sucediendo
lo que mató a cuatro niñas, un crimen tristemen- de manera orgánica, gracias a la
te célebre que ayudó a inclinar al país hacia la COVID-19”. j
aprobación de la Ley de Derechos Civiles.
Haslem recién dejó una carrera corporativa El artículo más reciente de Robert
Kunzig fue sobre la economía circu-
para trabajar como oradora motivacional sobre lar. John Chiara es artista, diseña y
salud cuando el director de Red Mountain, T.C. construye sus propias cámaras.

N O D E S P E R D I C I E MO S E L MOM E N TO 75
En Jordania, donde vive
una de las mayores po-
blaciones de refugiados
en el mundo, un grupo
de sudaneses espera su
turno para canjear vales
en una tienda de Amán.
Los toques de queda y
la recesión económica
por la pandemia afectan
sobre todo a los refugia-
dos, y la mayoría de los
trabajos legales exclu-
yen a los extranjeros.
 UN MUNDO VIRAL 12.20

JORDANIA
ENVÍOS

De las adversidades surgen más adversidades

para cientos de miles de refugiados en Jorda-
nia. Han logrado eludir la COVID-19, pero no el
desempleo ni las privaciones que ocasionó.

FOTO G RA F Í A S D E

MOISES SAMAN
77
Refugiadas sirias forman filas en el desierto con la distancia correcta anticipándose a las donaciones de
UNICEF: equipos de higiene y otras necesidades. Sus familias viven en un asentamiento provisional a las
afueras de Al Mafraq; cientos de miles de refugiados más habitan campamentos especiales
o barrios urbanos. El distanciamiento social en esas zonas es un lujo inalcanzable. 79
 Envíos:
jordania

POR CYNTHIA GORNEY

el gobierno cerró casi todo: fronteras,

L I N I C I O, Para los niños refugia-
negocios, escuelas… civiles en las calles. Tan- dos y marginados, como
estas niñas jordanas de
ques del ejército impusieron un confinamiento la etnia dom, las escuelas
de 24 horas por tres días, sin excepciones, in- y los centros de ayuda
cluso para comprar comida y medicinas. Amán proporcionan apoyo vi-
tal. Sin embargo, esas
está construida sobre colinas y, desde su coci- instalaciones cerraron
na, el fotógrafo Moises Saman escuchaba los por meses durante
ecos de las sirenas que se usan cuando hay la pandemia.
alerta de ataques aéreos. Permaneció en su
casa con su familia hasta que los toques de
queda comenzaron a ser más flexibles, solo
durante las horas diurnas prescritas y para
80 ciertas actividades permitidas. Luego fue a
buscar los lugares donde viven los refugiados.
Unos 750 000 refugiados viven en Jordania,
en campos designados o dispersos en asentamientos. Vie- A SIA
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

nen de lugares lejanos como Somalia y Sudán, pero la JORDANIA

mayoría son sirios que escapan de la guerra. Al fotografiar
el interior de campamentos precarios la primavera pasada,
a menudo con trabajadores de UNICEF, Saman se dio
cuenta de que en estos barrios abarrotados se habían evi-
tado los terribles escenarios previstos: muertes incontro-
lables por la propagación del coronavirus. Las medidas RESPUESTA ANTE EL BROTE
estrictas de confinamiento en Jordania, junto con el rastreo
La COVID-19 en Jordania
intenso de contactos con contagiados, parecían haber data del 3 de marzo, cuando
mantenido la pandemia bajo control y solo se confirmaron se reportó el primer caso
confirmado. Las estrictas po-
15 muertes a causa de la COVID-19 a finales de agosto. líticas del gobierno iniciaron
Las secuelas del confinamiento fueron complicadas, en el día 16 y, poco después, el
día 19, se impuso toque de
especial para las personas en una situación tan apremian- queda de 24 horas por tres
te como para huir de sus países. Se pueden apilar dificul- días. Las víctimas sumaron
nueve muertes el día 100.
tades hasta que es difícil separarlas: la pandemia golpeó
la economía y aniquiló el trabajo informal del que muchos Día Respuesta del gobierno
1
dependen; escuelas y centros comunitarios, que cerraron Ninguna Estricta
sin aviso, eran lugares seguros de apoyo, sobre todo para
las niñas, cuya educación las protege contra el matrimonio
prematuro. Cuando las clases se dieron en línea y se trans-
mitieron en TV, los niños sin acceso a computadora inten-
taban terminar sus tareas y presentar exámenes con la
única pantalla en su casa: el teléfono móvil de la familia.
Las tareas que se hacen por teléfonos inteligentes usan
datos que cuestan dinero. A la lista de artículos de donación
que son esenciales en esta pandemia, como jabón, cubetas
y lápices, UNICEF añadió una forma muy moderna de Día
100
ayuda: recarga de datos a distancia para ayudar a que los 2 4
estudiantes tenaces permanezcan en la escuela. j Muertes

TAYLOR MAGGIACOMO E IRENE BERMAN-VAPORIS. FUENTES: RASTREADOR DE RESPUESTA GUBERNAMENTAL

FRENTE A LA COVID-19 DE OXFORD; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DE ENFERMEDADES
En el campo de refugiados de Irbid, hogar de algunos de los más de dos millones de palestinos que
viven en Jordania, trabajadores del ministerio de salud hallan a un voluntario durante un día de
pruebas aleatorias de COVID-19. A finales del verano, con la reducción de los confinamientos estrictos,
este país de más de 10 millones de habitantes solo había registrado 12 muertes causadas por el virus. 83
IZQ.: Para los refugiados donaciones de UNICEF. antes de trabajar, este
sirios, las repercusiones Los puestos informales enfermero de Médicos
de la pandemia repre- de trabajo para los refu- Sin Fronteras se prepa-
sentaron una carga más giados, como el empleo ra en un hotel de Amán
en una vida ya difícil. En de obrero de su padre, que alquila habitaciones
el asentamiento de Ma- se perdieron por el cie- para albergar pacientes
fraq, una madre ve a sus rre masivo. ABAJO: Con que se recuperan luego
hijos con una caja de nuevas precauciones de sus cirugías.

85
Brisa, un tejado y algo que puede controlar: un jordano se toma un momento de la cuarentena para sí. Du-
rante el confinamiento, el cielo de Amán estaba a menudo salpicado de papalotes, muchos de fabricación
casera. Para fomentar una forma de recreación que evitara la exposición a las multitudes, los
negocios repartieron papalotes impresos con sus logos y una exhortación: quédate en casa. 87
Atardecer, lluvia y ansie-
dad: en marzo, el gobier-
no anunció las medidas
para la pandemia como
cierre de escuelas, vue-
los internacionales
cancelados y toque de
queda nocturno. Aquí,
los residentes se apresu-
ran a refugiarse de la
lluvia en el abarrotado
distrito de Kibera.
 UN MUNDO VIRAL 12.20

KENIA
ENVÍOS

La COVID-19 persigue a sus víctimas por todo

Nairobi, desde complejos prósperos hasta
asentamientos informales y hacinados
donde cientos de miles son vulnerables.

FOTO G RA F Í A S D E

NICHOLE SOBECKI
89
En Kibera, el músico
Daniel Owino Okoth,
alias Futwax, canta en
su casa con su hijo (y
aprendiz de tecladista)
Julian Austin, de cuatro
años. Interpretan la
canción de Futwax
“¿Ya desinfectaste?”,
un pegajoso mensaje
de servicio público en
la lengua local sheng
que le suplica a sus
compatriotas kenianos
que se cuiden durante
la pandemia.
 envíos:
KENiA

POR CYNTHIA GORNEY

D E S D E L A C A P I TA L D E K E N I A , dos voces hablan

de Nairobi y la pandemia.

Me dicen Futwax. Soy

DA N I E L OW I N O O KOT H :
artista discográfico, ingeniero de sonido, líder
comunitario y estudiaba producción musical.
Tengo familia: hijo y esposa. En Kireba tene-
mos muchas historias para contar sobre cómo
vivimos nuestras vidas, ¿sabes? Las contamos
con música, con arte; yo componía, viajaba
fuera del condado y tocaba en escuelas. Can-
taba sobre Kibera y los guetos del mundo. Todo
92 iba bien sin el corona. Quería hacer videos
musicales, pero entonces llegó el virus.

NICHOLE SOBECKI: Kibera es una de más de 100 comu-

N AT I O N A L G E O G R A P H I C

nidades informales, como yo las llamo, en Nairobi. Hay

quienes les dicen “chabolas”, pero estos son lugares con
nombre que tienen mucha creatividad y emprendedu- ÁF R ICA

rismo. Kibera es de las más grandes en Nairobi y, en un KENIA

día normal, sus calles se llenan de comercios activos, res-
taurantes, hoteles y tiendas que venden verduras, carne
y ropa usada. Energía y ajetreo. Nairobi se construyó a
partir del movimiento. Esta ciudad ha sido mi casa por
nueve años, es un sitio emocionante. Futwax es un ejem-
RESPUESTA ANTE EL BROTE
plo maravilloso: fue Mr. Kibera en un concurso que se En Kenya, la COVID-19 data
celebra cada año. Si conoces Kibera, conoces a Futwax, del 14 de marzo, cuando se
reportó su primer caso con-
y desde que empezó la pandemia supo que este sería un firmado. El 27 de marzo el
problema para su comunidad. gobierno anunció toque de
queda nocturno de las 7 p.m.
a las 5 a.m. Para el día 100, las
Como no podemos viajar, se cancelaron mis
DA N I E L : muertes ascendían a 121.
tocadas, y en Kiberia no tenemos “distanciamiento so- Día Respuesta del gobierno
1
cial”. Compartimos los baños, las entradas y salidas de
Ninguna Estricta
las casas, donde planchamos la ropa después de lavar.
No tenemos supermercados: compartimos puestos ca-
llejeros. Vimos cuando se llevaron gente de los guetos en
ambulancia hacia centros gubernamentales de aisla-
miento, ¿sabes? Así que decidí poner manos a la obra y
fui al Centro del Pueblo de Kibera.

NICHOLE: El Centro del Pueblo abrió hace algunos años.

Es un espacio que opera la comunidad, con agua potable,
lavandería, baños, escuela de oficios, acceso a crédito y Día
100
computadoras. También es un punto de reunión con un 1 2 3
mercado alrededor, así que colocaron bocinas para tocar Muertes*

*PROMEDIO DE SIETE DÍAS

TAYLOR MAGGIACOMO, CHRISTINE FELLENZ E IRENE BERMAN-VAPORIS. FUENTES: RASTREADOR DE RESPUESTA GUBERNAMENTAL FRENTE
A LA COVID-19 DE OXFORD; CENTRO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DE ENFERMEDADES
ABAJO: con trajes para atletas en todo el mun- apartamentos en Nairo-
material peligroso, estos do, perdieron meses de bi. El exclusivo Muthaiga
futbolistas de la Asocia- partidos y entrenamien- Country Club, donde
ción Juvenil del Deporte to. ABAJO: para este pa- acostumbran jugar golf,
de Ngando se ofrecie- dre e hijo, la cuarentena cerró de manera tempo-
ron como voluntarios autoimpuesta implica ral la primavera pasada
para una brigada de practicar su swing en el “para mantener el país
desinfección. Como techo de un edificio de a salvo”.
 música y transmitir mensajes. Ahora se puede ver a Fu-
twax en las terrazas del lugar o caminando entre la gen-
te con un megáfono; habla acerca del coronavirus y cómo
cuidarse entre todos.

El centro tiene un estudio de grabación donde

DA N I E L :
estudiaba producción musical, pero lo cerraron cuando
empezó la pandemia. Propuse grabar jingles para radio
sobre el corona en distintos idiomas. Aceptaron, siem-
pre y cuando tuviera cuidado de meter a una persona a
la vez y desinfectara todo entre sesiones. Así que traje
a gente que habla luo, luhya, swahili, kisii y nibio –aquí
tenemos muchas lenguas– y los grabé decir: “Por favor,
usen cubrebocas y estornuden en el codo o el brazo. Si
hablan con alguien, por favor, con distancia”.

NICHOLE: Su canción es muy pegajosa y no se escucha

nada más en Kibera, también en otras zonas de Nairobi.
Entiende lo que le preocupa a la gente y habla sheng,
entre otras lenguas. Sheng es la lengua de Nairobi, un slang
94 con raíces en swahili que puede variar entre barrios, y
mes con mes. Vemos muchos mensajes del ministerio
de salud, vienen de fuera e intentan educar a una comu-
nidad, pero lo que hace Futwax es más potente.
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Hubo quien dijo que no se quería desinfectar ni

DA N I E L :
usar cubrebocas, y me duele. Así que le pregunto a la
gente: como ciudadano, ¿qué responsabilidad asumes?
Como comerciante, cuando atiendes a tus clientes, ¿les
pides que hagan pagos electrónicos? ¿Tienes estación
para lavarte las manos? Así que expresé todo esto en las
letras y en el estudio. Quiero sensibilizar a la comunidad
al mezclar lenguas con mensajes en swahili, inglés y
sheng. Una mama mboga es una comerciante que vende
verduras. Un wochi es un vigilante. Wewe quiere decir tú,
como en “¡Ey, wewe, Nichole!”. j

“¿Ya desinfectaste?”, de Futwax (coro)

¿Ya desinfectaste?, ¿mama mboga wewe?
¿Ya desinfectaste?, ¿wochi wewe?
¿Ya desinfectaste?, ¿comerciante?
¿Ya desinfectaste?, ¿chica del gueto, chico del gueto?
¿Ya desinfectaste?, ¿presidente, policía, policía
de tránsito?
¿Ya desinfectaron?, ¿pastores, pastores?
¿Ya desinfectaste?, ¿el mundo entero, entero, entero,
entero, entero?
Como otras ciudades, Según las normas por cerró por la cuarentena,
Nairobi tiene extremos la COVID-19, ahora tiene por lo que él y sus ami-
de riqueza y pobreza. que dar sus clases en lí- gos convirtieron un ca-
ABAJO: en un suburbio nea, aunque algunos llejón en su estudio de
de mansiones de lujo, alumnos la siguen visi- ballet. En la abarrotada
la instructora de yoga tando. ABAJO: la acade- Kibera, las computado-
Oriane Torode dirige un mia donde estudiaba ras personales son
taller sobre inmunidad. Eugene, de 12 años, una excepción.

95
A la luz tenue de su alojamiento temporal en la bodega de un amigo, Patrick Mwangi y su esposa Regina
se acurrucan con sus hijas Lucy, de un año, y Peace, de cinco. Su hogar en Kariobangi del Norte y el puesto
de samosas de Patrick fueron demolidos en un desalojo masivo para desarrollar propiedades.
Entre eso y la pandemia, “todo se vino abajo. Desde entonces no tengo nada”, dice Patrick. 97
Con equipo de protec-
ción completo, Sterling
Johnson desinfecta un
tren del metro en una
estación en Concord,
California.

F O T O G R A F Í A S D E PA R I D U KOV I C
 DE ALGUNA MANERA , Ruby Moss
REPENSAR encontró la fuerza para arrodillar-
LA SOCIEDAD
se en oración. Aunque debilitada
de manera severa a causa del virus,
clamó a Dios para pedir por la vida
de Adolphus Moss, su esposo du-
rante 32 años.
Él se deterioraba con rapidez. Una
enfermera acababa de llamarle des-
de un hospital en Tuscaloosa, Alaba-
ma, para advertirle que incluso con
un ventilador completamente co-
nectado a Adolphus, él ya no era
capaz de respirar.

Cómo un virus y “Escucha mi súplica, oh Dios, per-

dónale la vida”, repetía Ruby deses-
perada. Después de orar durante

la agitación social varios minutos por un milagro, la

respuesta para Ruby llegó al otro lado

se convirtieron del teléfono: “Lo siento, no lo logró”.

En abril, junto a la tumba de Adol-
phus Moss, en el cementerio de la
en una prueba Iglesia Bautista Fourth Creek de
York, Alabama, se llevó a cabo una

para nuestra ceremonia. Sin fanfarrias o conme-

humanidad
La COVID-19 ha cambiado la forma en que
vivimos y trabajamos, destruyendo algu-
nos de nuestros rituales más preciados.
Sin embargo, junto con las protestas
mundiales por justicia social, también nos
ha recordado la necesidad de abordar las
desigualdades en nuestra sociedad y
proteger mejor a los más vulnerables.
E N S AYO D E
PHILLIP MORRIS
99
moración pública de su vida, Moss,
de 67 años, diácono de su iglesia y
líder cívico respetado en su comu-
nidad rural, fue conducido a su úl-
tima morada. Todo el servicio duró
10 minutos.
“No pude brindarle a mi esposo el
tipo de funeral que se merecía”, dice
Ruby, quien escribió un pequeño li-
bro de legado en honor a su difunto
esposo. “Nos dijeron que podían asis-
tir 10 personas y que dos serían fun-
cionarios funerarios. Parecía que
estábamos en un mundo por com-
pleto diferente. No parecía real”.
2020 ha traído un cambio inima-
ginable en la forma en que vivimos y
en la manera en que morimos. Los
moribundos fallecen solos. Los so-
brevivientes lloran en soledad. El
ritual de la muerte ha cambiado
hasta volverse irreconocible. El ve-
lorio irlandés, con su tradición de
un ataúd abierto rodeado de perso-
nas que cantan, se abrazan y brin-
dan por los fallecidos, ahora está
severamente restringido. Los ritua-
les de lavado corporal del difunto,

100
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
muy practicados por las religiones
de Oriente y Medio Oriente, se rea-
lizan con equipo de protección, si
es que se llevan a cabo. Tomar el
último aliento ahora es rutinario sin
el consuelo de una caricia familiar
o un abrazo de despedida. La CO-
VID-19 ha convertido a la muerte en
el viaje más solitario de la experien-
cia humana compartida.
“Los funerales son esenciales para
navegar en el dolor –asegura Wil-
liam, hoy profesor clínico de huma-
nidades médicas en la Universidad
de Baylor–. Un funeral en Zoom no
es lo mismo. Me temo que habrá que
pagar un precio alto por nuestra in-
capacidad para darnos palmadas en
los hombros, derramar lágrimas y
lamentarnos dentro del mismo es-
pacio físico”.
Hoy señaló que “algunos sobrevi-
vientes que perdieron a sus familia-
res durante los ataques terroristas
del 11 de septiembre aún tienen que
recuperarse del hecho de que los
cuerpos de sus seres queridos nunca
fueron encontrados o enterrados de
manera adecuada. Los afligidos en
definitiva requieren de una cone-
xión humana”.
Ha quedado dolorosamente claro
que el virus ha alterado la vida tal
como la conocemos.
Además de dejar un sorprendente
número de cadáveres, el virus nos
ha robado los tesoros más básicos de
nuestra experiencia compartida. Las
rutinas bien establecidas que invo-
lucran el trabajo, la educación y la
vida familiar se desfiguraron de for-
ma extraña; los hábitos cotidianos
han sido trastornados. Los eventos
ceremoniales que registran los lo-
gros han sido eliminados. Desde
marzo, con frecuencia nos hemos
involucrado en conductas inusuales,
como las compras de pánico de pa-
pel higiénico o peleas con extraños
sobre la probidad de usar cubrebo-
cas en público.
Se examinan y se juzgan las des-
igualdades estructurales y los valores
culturales peligrosamente desalineados de las
sociedades en todo el mundo. ¿Qué es el trabajo
esencial? ¿Quién es un trabajador imprescindible?
¿Y por qué los trabajadores pobres se encuentran
de manera tan desproporcionada en el frente de
batalla y tan inadecuadamente protegidos?
de turistas
U N E S T I M A D O D E 1 .9 M I L LO N E S
invadieron Río de Janeiro, la metrópoli
junto al mar, durante una semana de fiesta
en febrero. Los juerguistas tal vez no pensaban en
la difícil situación de los pobres mientras consu-
mían caipiriñas, la bebida nacional de Brasil, y se
divertían en las famosas playas de Copacaba-
na; pero las decenas de miles de personas que
se reunieron en el Sambódromo Marqués de Sa-
pucaí para ver una sucesión de 13 conjuntos de
desfiles el último domingo de carnaval, fueron
agasajados en la celebración por mujeres brasile-
ñas pobres.
Unidos do Viradouro, una prestigiosa escuela
de samba, aprovechó su actuación para rendir
homenaje a las empobrecidas mujeres negras
trabajadoras, conocidas como lavanderas de Sal-
vador en Brasil, que eran descendientes de es-
clavos africanos. En la competencia de desfiles,
disputada con furia, Unidos do Viradouro fue
calificada como la mejor del espectáculo. Su ac-
tuación fue celebrada por una audiencia interna-
cional que sintió, quizá, una afinidad y conexión
con los vulnerables y los pobres.
Pero el momento de sentirse bien terminó de
súbito. Brasil registró su primer caso de COVID-19
ese mismo día. Un empresario de 61 años que
recién había visitado el norte de Italia fue a un
hospital de São Paulo quejándose de fiebre, tos y
dolor de garganta. Fue el paciente cero de Amé-
rica Latina. Su infección indicó a los especialistas
en enfermedades que el coronavirus tal vez ya se
extendía por América del Sur. Los huéspedes del
virus, que son médica y económicamente vul-
nerables, como las lavanderas (por lo general
1. conocidas como lavadeiras) y millones de otras
A nivel
mundial,
personas que se apiñaban en las favelas de Bra-
61 % de las sil, de repente corrían un grave riesgo.
personas
trabaja en
Si la humanidad va a prevalecer en última ins-
la economía tancia sobre la COVID-19 y sobre los virus que
informal
como em-
están por venir, los pobres y marginados –las la-
pleados do- vanderas– deberían estar incluidos en la red de
mésticos,
vendedores
seguridad que nos sostiene a todos ( 1 ) . Brasil fue
ambulan- el segundo país, solo detrás de Estados Unidos,
tes, reparti-
dores y
en número total de infecciones y muertes confir-
jornaleros. madas a finales de agosto.
 La COVID-19 es un virus astuto. Aquellos que 2 .
Una protes-
sufren desigualdades sociales desde hace mucho ta de Black
tiempo basadas en clase, casta, raza y riqueza son Lives Mat-
ter se pro-
en especial vulnerables. Abusó de condiciones dujo en
preexistentes. Y, cuando se cruzó con los distur- 40 % de los
condados
bios civiles que explotaron en Estados Unidos el en Estados
verano, se desarrollaron crisis superpuestas. Unidos, 60
países y
Mientras un nuevo virus atacaba los pulmones, todos los
un virus mucho más familiar continuó librando continentes
excepto
la guerra contra las vidas de los negros. Después de Antártida.
ver a George Floyd morir con lentitud bajo las
rodillas de un oficial de policía en Minneapolis,
el mundo reaccionó con furia y determinación.
Desde Medio Oriente, Europa y las zonas más
inesperadas de la Norteamérica rural se escuchó
el canto de “Black Lives Matter” ( 2 ) .
La declaración trajo reconoci-
miento mundial al concepto de
que la vida está interconectada,
es sagrada y debe protegerse. Una REPENSAR
LA SOCIEDAD
muestra representativa de la de-
mografía y de culturas muy diver- EQUILIBRIO
sas decidió dejar de permanecer
en silencio frente al abuso policial TRABAJO-VIDA
sistémico y los puntos de vista
latentes de la supremacía blanca.
Fue entonces cuando las estatuas
comenzaron a derrumbarse y los
nombres reverenciados durante
mucho tiempo fueron eliminados
de edificios universitarios pro-
minentes.
Todo reveló algo simple que
ahora necesitamos enfrentar: para
sobrevivir a este virus y a otros en
espera, debemos convertirnos en un conjunto de
sociedades más justas y equitativas. Una verdad
obvia quedó al descubierto: en la guerra viral, la
humanidad es tan fuerte como su eslabón más
débil. Nuestra supervivencia colectiva depende de
la capacidad de desarrollar una apreciación mu-
cho mayor de la relación directa entre la salud
universal y la justicia social. También se requiere
de la voluntad de tomar medidas decisivas para
aliviar la pandemia interminable de pobreza
aplastante, que es el talón de Aquiles del mundo.
ALGUNOS SUBE STIMARON el virus y lo
consideraron no solo manejable, sino be-
nigno. El mundo ha observado el flujo y
reflujo de sus ataques y, a menudo, ha reaccio-
nado de forma trágica. Conforme las tasas de
infección se dispararon, el obispo Gerald Glenn,
ILUSTRACIÓN: RACHEL LEVIT RUIZ U N A P RU E B A PA R A L A H UM A N I DA D
de 66 años, un prominente pastor
evangélico en Chesterfield, Virginia,
exhortó a su congregación el cuarto
domingo de marzo a no temer al vi-
rus. Como muchos líderes ecuméni-
cos, Glenn, un exoficial de policía, no
prestó atención al consejo del gober-
nador de Virginia, Ralph Northam,
y otros más que advirtieron el riesgo
de las reuniones que cuenten con
más de 10 personas.
“Creo firmemente que Dios es
más grande que este temido virus
–clamó Glenn a sus feligreses–. Si
tuviera que pronunciar mi propia
elegía, diría: ‘Dios es más grande que
El futuro del trabajo “...será híbrido”,
dice Martine Ferland, directora eje-
cutiva de Mercer, una firma de recur-
sos humanos. Las oficinas más
pequeñas serán centros para la
colaboración ocasional en persona,
mientras que las herramientas digi-
tales mejoradas, como una mejor
conversación por video, ayudarán a
los trabajadores en casa. Y un mayor
énfasis en equilibrar la productivi-
dad con las necesidades personales
permitirá a los empleados organizar
sus horas de trabajo para adaptarse
a sus horarios. La flexibilidad,
agrega Ferland, será la máxima
ventaja laboral. —DANIEL STONE
cualquier desafío que enfrentemos
tú y yo’. Ese sería mi epitafio”.
Glenn murió de COVID-19 tres se-
manas después. Su fe religiosa nunca
pareció flaquear, pero tampoco la
resolución mortal del virus.
Semanas más tarde, el hach anual
se redujo a su mínima expresión para
contrarrestar el inestimable riesgo
para la salud planteado por la cere-
monia religiosa de cinco días. La
peregrinación, que todos los musul-
manes capaces física y económica-
mente están obligados a realizar una
vez en la vida, constituye uno de los
cinco pilares del islam.
En condiciones normales, más de
dos millones de peregrinos viajan a
101
 la Meca cada año. Este año la multi- 3.
La COVID-19
tud se limitó a 1 000 personas. La ha exacer-
emboscada del virus a una religión bado el
problema
global que es adoptada por casi del hambre
2 000 millones de personas puso al en Estados
Unidos: más
descubierto su siniestro modo de de 54 millo-
ataque. Se dirige no solo a los cuer- nes de
personas,
pos de las víctimas, sino también al incluidos 18
espíritu de las personas obligadas a millones de
niños, quizá
la separación y al aislamiento. no tengan
Quizá la muerte viral nos ha pre- lo suficiente
para comer.
sentado una llamada de atención De marzo a
que no ignoraremos. La catastrófica junio, los
bancos de
amenaza para la salud que ahora ex- alimentos
pone nuestras debilidades como de ese país
distribuye-
especie también ilumina nuestra ron 1 900
conexión. Ese es el lado positivo del millones
de comidas.
momento. Bajo la amenaza de la pes-
te se nos ha brindado la oportunidad
de reconsiderar cómo las comuni-
102 dades y las sociedades dependen
unas de otras, a pesar de las divisio-
nes artificiales de toda la vida ( 3 ) .
No es una hipérbole decir que to-
N AT I O N A L G E O G R A P H I C

dos somos piezas en una cadena glo-

bal de dominó. Algunos de nosotros
somos mucho más susceptibles, pero
todos corremos el riesgo de caer.

estadouni-
P O C A S C I U DA D E S
denses han sido golpeadas
tan pronto y ferozmente por
la pandemia como Detroit. La urbe
ha soportado el tipo de ataque capaz
de incinerar la esperanza. Motor City,
alguna vez la capital automotriz del
mundo, se declaró en quiebra en
2013. Aunque, mucho antes de esa
crisis, ya había sufrido por décadas
la desesperación de ser una de las
grandes metrópolis más pobres de
Estados Unidos. Sin embargo, Mo-
town estaba de regreso.
Residentes locales apasionados
dieron vida a su amada ciudad e in-
virtieron en los vecindarios de Detroit
mientras otros buscaban consuelo
en otros puntos. Su centro frente al
río parecía estar a punto de cobrar TODOS SOMOS PIEZAS EN UNA CADENA
vida con el resurgimiento de restau-
rantes de lujo y condominios caros.
GLOBAL DE DOMINÓ. ALGUNOS DE NOSOTROS
Los vecindarios arruinados que se SOMOS MUCHO MÁS SUSCEPTIBLES, PERO
daban por perdidos atraían pioneros TODOS CORREMOS EL RIESGO DE CAER.
 Ángel Chávez vende
fruta en un mercado
agrícola semanal en
San Francisco.

y desarrolladores urbanos adinerados. Luego, a corriente en sus hogares debido a las

mediados de marzo, la COVID-19 atacó.
La enfermedad expuso al instante todas las
condiciones preexistentes que hicieron vulnera-
ble a Detroit.
Miles de habitantes empobrecidos de la ciudad,
en su mayoría afroamericanos, carecían de agua
facturas sin pagar. ¿Cómo podrían
lavarse las manos para ayudar a pro-
tegerse del virus?
A las pocas semanas de la propa-
gación de la pandemia, más de
40 % de los residentes de la ciudad

U N A P RU E B A PA R A L A H UM A N I DA D 103

104
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
empleados antes de que llegara el
virus habían perdido sus trabajos,
muchos de forma permanente. Se-
gún una encuesta de la Universidad
de Michigan con más de 700 entre-
vistados, la tasa de desempleo de
Detroit a finales de abril era de casi
48 %, más del doble que la del estado
en general. La muerte entró como
un desfile.
La trágica historia de Jason Har-
grove ofrece una advertencia sobre
la interconexión de los extraños y
cómo la muerte acecha la mayoría
de los encuentros más ordinarios.
Hargrove, casado y padre de seis
hijos, conducía un autobús público
en la ciudad de Detroit. Su trabajo se
consideraba esencial en una ciudad
donde casi 20 % de los residentes
dependen del transporte público. A
principios de marzo, Hargrove esta-
ba preocupado. Les dijo a su esposa
y compañeros laborales que le in-
quietaba que el trabajo se hubiera
vuelto riesgoso.
Su peor pesadilla se materializó,
confirmó, cuando una mujer de me-
diana edad subió a su autobús, se
paró detrás de él y tosió repetida-
mente. No hizo ningún esfuerzo por
cubrirse la boca.
El 21 de marzo, en una publicación
de Facebook, Hargrove se desahogó
enojado con la mujer no identifica-
da: “Me siento violado. Me siento
violado por las personas que estaban
en el autobús cuando esto sucedió”,
expresó Hargrove en el video.
Once días después de la publica-
ción, Hargrove falleció en una uni-
dad de cuidados intensivos en un
hospital de Detroit. Era un trabaja-
dor de primera línea que, en la era
de la pandemia, asumió el riesgo de
un trabajo peligroso.
Igual que legiones de operadores
de transporte público en ciudades
abarrotadas como Tokio, Nueva York
o Bombay, Hargrove no podía darse
el lujo de trabajar desde casa. Muchos
de sus pasajeros eran trabajadores
con empleos de salarios bajos que
exigían una presencia física en una fábrica, tienda
de comestibles o asilo de ancianos. Los autobuses
se convirtieron en cajas de Petri rodantes.
que grupos selec-
S A B E M O S C O N C E RT E Z A
tos de personas seguirán teniendo un
riesgo alto de enfermarse o perecer a cau-
sa del virus por las razones más simples: no tie-
nen acceso a la atención médica o, como Jason
Hargrove, desempeñan trabajos esenciales de
primera línea donde la exposición es casi segura.
Cada vez que entramos en una tienda de co-
mestibles miramos a los ojos de una madre des-
esperada o a quienes no les es posible refugiarse
en su casa. Esa es la interconexión que de pronto
reconocemos: algunos de nuestros más vulnera-
bles son los más esenciales.
“En demasiados países se ha roto el contrato
social y las mismas instituciones globales esta-
blecidas para reforzar los derechos, la igualdad, el
crecimiento inclusivo y la estabilidad global, lo
que contribuyó a la convergencia de las crisis que
el mundo enfrenta ahora”, comentó Sharan Bu-
rrow, secretaria general de la Confederación Sin-
dical Internacional, que representa a 200 millones
de trabajadores en 163 naciones y territorios.
La amplitud de la pobreza global era, por su-
puesto, asombrosa mucho antes de la llegada de
la COVID-19.
Casi la mitad de la población mundial vive en
pobreza, según Oxfam, una organización inter-
nacional de beneficencia centrada en aliviar la
pobreza mundial. La riqueza combinada de las
2 153 personas más ricas del orbe supera la de
4 600 millones de personas. El coronavirus ha
exacerbado el espectáculo de terror en formas
aún por determinar. En julio, Oxfam calculó que
hasta 12 000 personas al día podrían morir de
hambre relacionada con la COVID-19 antes de fin
de año. Ese número podría exceder el de muertes
por la propia enfermedad.
Proliferan nuevos lugares con hambrientos, no
solo en países en dificultades como Sudán del Sur
EN DETROIT, LA ENFERMEDAD PUSO EN
EVIDENCIA INMEDIATA LAS CONDICIONES
PREEXISTENTES –POBREZA, DESEMPLEO–
QUE HAN PUESTO A LA CIUDAD EN RIESGO.
y Venezuela, sino también en sitios de ingresos 4 . más activos de Estados Unidos. Con-
Los prime-
medios como India, Sudáfrica y Brasil (4 ) . Millo- ros 10 países sidera su trabajo un servicio público
nes que apenas sobrevivían antes de la pandemia con hambre y cree que el voluntariado es un sello
en el mundo
ahora están en riesgo. Estados Unidos no es in- son Yemen, distintivo de Cleveland. Esa es una
mune al hambre: con empresas obligadas a cerrar República de las razones por las que se sintió
Democrática
y escuelas relegadas al aprendizaje a distancia, del Congo, angustiado cuando contrajo CO-
los hogares rara vez han estado más estresados Afganistán, VID-19 en marzo; ¿en dónde?, no
Venezuela,
y, en algunos casos, con inseguridad alimentaria. Sahel de está seguro. Se ausentó casi seis se-
En mayo, la encuesta de seguimiento de salud África Occi- manas antes de recuperarse.
dental, Etio-
de Kaiser Family Foundation encontró que 26 % de pía, Sudán, “Hemos pasado por muchos mo-
los estadounidenses informaron que, desde fe- Sudán del mentos difíciles. Por eso, en tiem-
Sur, Siria y
brero, ellos o un miembro del hogar se habían Haití. pos de crisis, creo que respondemos
quedado sin comida o dependían de organizacio- mejor que muchos sitios que no han
nes de beneficencia o programas gubernamenta- tenido que afrontar la adversidad
les para comprar comestibles, incluido 13 % que de manera constante. También te-
reveló haber visitado un banco de alimentos o nemos cuidado de no juzgar a las
despensas para suministros.
“La terrible verdad es que la
inseguridad alimentaria está ex-
plotando aquí, en nuestro propio REPENSAR Un aspecto positivo del cierre de
LA SOCIEDAD las escuelas puede ser cómo los
patio trasero”, consideró la direc-
tora ejecutiva y presidenta de NUEVAS FORMAS distritos innovan para mejorar el
aprendizaje desde casa. Los estu-
Oxfam America, Abby Maxman,
en un comunicado de prensa. DE APRENDER diantes de primaria usarán la tec-
nología para ayudarse con la tarea,
establecer metas y medir el progre-
“En este momento todas las so. Los estudiantes universitarios
ciudades tienen personas que se pueden encontrar que el campus
van a dormir con hambre. Aque- es opcional, explica Michael Crow,
presidente de la Universidad Esta-
llos que antes estaban al límite tal de Arizona, que evoluciona
ahora luchan por mantenerse a hacia una nueva “universidad de
flote. En Mississippi, casi una servicio nacional” al aumentar su
inscripción para brindar educación
cuarta parte de los residentes de alta calidad y bajo costo, a
sufren inseguridad alimentaria; mayor escala. —DS
en Luisiana, más de un tercio de
los niños debe enfrentarse a ala-
cenas vacías”.
Mientras muchas comunidades estadouniden- personas en momentos de necesi-
ses luchan por sobrevivir intactas ( 5 ) , aquellos dad”, añadió Cushman.
que cuidan a los más vulnerables se han vuelto Pero no es solamente el hambre
todavía más cruciales. de las familias en aprietos lo que
preocupa a los educadores de todo
Vince
E N U N C A LU RO S O D Í A D E J U L I O, el planeta. La probabilidad de que
Cushman, gerente del Gran Banco de 5.
un número incalculable de niños
Comida de Cleveland, estaba empapado En solo un esté sufriendo reveses irrecupera-
mes, al co-
en sudor y dirigía el tráfico en un estacionamien- mienzo de
bles en su educación es una preocu-
to municipal. Pocos trabajadores de oficinas del la pande- pación fundamental.
mia, casi
centro de la ciudad estaban conduciendo hacia 20 % de
Una encuesta de marzo realiza-
la ciudad debido al virus, por lo que el enorme los adultos da por el Centro de Investigación de
estadouni-
lote se había convertido en una zona de prepara- denses in-
Asuntos Públicos de Associated
ción para una distribución semanal de alimentos formaron Press-NORC encontró que a medida
haber per-
que atiende a unas 2 000 familias en Cleveland dido sala-
que las escuelas de Estados Unidos
cada jueves. rios como cambiaban de las aulas presencia-
resultado
Durante ocho años, Cushman ha trabajado en de la
les a la instrucción remota, los pa-
lo que él llama uno de los bancos de alimentos COVID-19. dres de los hogares que ganan menos

ILUSTRACIÓN: RACHEL LEVIT RUIZ U N A P RU E B A PA R A L A H UM A N I DA D 105


106
N AT I O N A L G E O G R A P H I C
de 50 000 dólares al año estaban
particularmente preocupados por
las perspectivas del futuro de sus
hijos. Alrededor de 72 % de estos ad-
mitieron que les preocupaba que sus
hijos se retrasaran en sus estudios;
mientras que 56 % de los padres de
hogares de altos ingresos albergaba
los mismos temores.
“Ya sabemos que, en igualdad de
condiciones, los estudiantes en pro-
medio se benefician tanto en lo aca-
démico como en su desarrollo social
y emocional al asistir a la escuela
–amplió Aaron Pallas, presidente del
Departamento de Política Educativa
y Análisis Social del Colegio de Pro-
fesores de la Universidad de Colum-
bia–. Incluso con las interrupciones
planificadas, como las vacaciones de
verano, es posible desacelerar a los
estudiantes, y las interrupciones pue-
den afectar a los alumnos de clase
trabajadora y medios empobrecidos
más que a aquellos niños y jóvenes de clases me-
dias y altas”.
A pesar de que la pandemia cerró escuelas, lu-
gares de trabajo y cambió nuestra vida diaria, una
reconsideración de la historia continúa. El plane-
ta se desborda en corrientes de disturbios raciales,
levantamientos sociales y llamamientos conti-
nuos en favor de la reparación inmediata de la
desigualdad social.
T RA S L A M U E RT Ede George Floyd, el
afroamericano de 46 años que pereció
luego de ser arrestado en Minneapolis
por sospechas de hacer pasar por bueno un bi-
llete de 20 dólares falsificado, una de las protes-
tas más grandes en la historia de Estados Unidos
comenzó en serio. Según varias encuestas pu-
blicadas, en las cinco semanas posteriores a su
fallecimiento en mayo, entre 15 y 26 millones de
personas en Estados Unidos participaron en pro-
testas públicas, y millones de personas en todo
el mundo se unieron en solidaridad.
“La magnitud de las protestas que hemos pre-
senciado no tiene precedentes –dimensionó
Un trabajador se
prepara para el
día en una tienda
mayorista en San
Francisco, EUA.
Deva Woodly, profesora asociada de la Nueva
Escuela de Investigación Social en la ciudad de
Nueva York–. Estos son esfuerzos coordinados
que suceden en todas partes, en ciudades, subur-
bios y zonas rurales. Más de 40 % de los condados
en Estados Unidos han presenciado una protesta
de Black Lives Matter”.
Se llegó hasta un punto de ruptura con más de
cuatro siglos de desarrollo cuando el mundo se
vio obligado a confrontar una verdad brutal: las
vidas de los negros no han importado. El caso de
Floyd por fin arrebató el privilegio de la ignoran-
cia a aquellos despreocupados que no habían
sido afectados.
Puede que su vida no haya importado a algu-
nos, pero su muerte sí le importó a muchos. Los
jóvenes de las zonas rurales de Estados Unidos,
los estudiantes blancos adinerados y una multi-
tud de gente común se unió en solidaridad con
los fundadores de Black Lives Matter y los acti-
vistas de derechos civiles de todo el mundo en el
llamado a la justicia social y racial. Los lazos que
nos unen como humanos fueron forjados en el
aire tan cruelmente robado a Floyd.
de manera
L A C O V I D - 1 9 H A A LT E R A D O
radical muchos de nuestros comporta-
mientos sociales, pero ¿cambiará los valo-
res de nuestras culturas? Las lecciones de la
historia moderna son alentadoras. Durante el
siglo pasado se produjeron grandes avances en
los derechos humanos y el progreso social ocu-
rrió inmediatamente después de muertes terri-
bles y tremendos malestares sociales.
Las mujeres estadounidenses obtuvieron el
derecho al voto a raíz de la devastación de la Pri-
mera Guerra Mundial y la pandemia de influenza
de 1918. Las dos crisis abrieron el mercado labo-
ral estadounidense a las mujeres y expusieron
las desigualdades de género que ya no podrían
sostenerse cuando la guerra terminara y la in-
fluenza disminuyera.
La ONU, dedicada a mantener la paz entre las
naciones y promover los derechos humanos y
sociales, se formó poco después de la Segunda
Guerra Mundial. Sigue sirviendo como árbitro de
los conflictos y desacuerdos globales.
Los soldados negros estadounidenses, que re-
gresaban de la misma guerra contra la tiranía y
el fascismo, sirvieron como un catalizador tem-
prano y poderoso para el movimiento de derechos
civiles y el derrocamiento de los sistemas arrai-
gados de racismo legalizado.
6. Ahora, otra grave crisis persiste
Un grupo
de trabajo con los implacables ataques del vi-
estimó que rus y demanda una respuesta uni-
se perdió el
equivalente versal. La COVID-19 atacó en un
a 400 mi- inicio a nuestros más vulnerables y
llones de
puestos luego reunió fuerzas al pararse sobre
de trabajo los hombros de nuestros más débi-
en todo el
mundo de- les para atacar sin discriminar. Los
bido a la casos del virus continuaron incre-
COVID-19,
lo que po- mentando en Estados Unidos, Brasil,
dría llevar a India y otras partes del mundo. El
la pobreza
a 500 millo- virus atacó sin piedad las condicio-
nes de per- nes de salud preexistentes, y las
sonas. Las
mujeres y desigualdades sociales masivas ali-
los jóvenes mentaron un infierno global.
se ven afec-
tados en La lección para nuestro futuro es
especial. clara: exigir cambios y trabajar por
la justicia y la equidad globales. Esa
es la mejor esperanza de superviven-
cia de la humanidad.
Todos estamos conectados con las
lavanderas negras de Brasil. Estamos
universalmente atados a trabajado-
res esenciales como Jason Hargrove,
quien continuó conduciendo un au-
tobús de Detroit hasta días antes de
morir de COVID-19.
A un alto costo humano, financie-
ro (6) y social, el virus ilumina los
lazos inextricables que nos unen a
todos, esos que se han vuelto invisi-
bles durante mucho tiempo y han
demostrado ser inseparables.
“Jason siempre tomó medidas de-
liberadas para asegurarse de que sus
pasajeros estuvieran seguros y su
autobús desinfectado –recordó Des-
ha sobre su difunto esposo–. Estaba
interesado en la protección de sus
pasajeros y, a cambio, ellos lo prote-
gerían de los pasajeros revoltosos.
Todos entendían que iban juntos en
el autobús”.
La muerte ha colocado un espejo
despiadado en nuestro rostro. Esta-
mos todos juntos en este autobús. j
Phillip Morris es un periodista de
Cleveland que a menudo explora
cuestiones de raza, clase y cultura.
Pari Dukovic es una fotógrafa galar-
donada conocida por un estilo docu-
mental informal que es a la vez
atmosférico y colorido.
U N A P RU E B A PA R A L A H UM A N I DA D 107
 CODA
108
cambió
L A C OV I D - 1 9 N O S E M B O S C Ó :
situaciones familiares por escenarios
desconocidos, confusos y mortales.
Muchas cosas cambiaron. Y otras si-
guen cambiando.
Qué reconfortante es, entonces, ver
algo por completo inesperado... pero
positivo en todos los sentidos. Extrava-
gante. Hermoso. Que desborda de vida.
España recibió el golpe prematuro y
agresivo de la COVID-19, por lo que fue
necesario aplicar un estricto confina-
miento durante tres meses. En junio, la
flexibilidad en las restricciones se cele-
bró con un concierto en el Gran Teatre
del Liceu, en Barcelona.
Asistencia: 2 292 plantas. El público
verde recibió como regalo el concierto
Estrategias para
plantar esperanza
de un cuarteto de cuerdas que interpre- Al final de la actuación
tó Crisantemi, de Giacomo Puccini. El del Cuarteto UceLi, el
nombre significa crisantemo, flor que aire de los grandes ven-
tiladores provocó que
los italianos usan para expresar la pér-
las plantas en el recinto
dida y el luto. se balancearan y crujie-
El artista Eugenio Ampudia espera- ran, algo que, con un
ba que el reverdecimiento del teatro lo poco de imaginación,
hiciera sentirse “vivo, incluso cuando sonó como el aplauso
no hay gente”. Pero un público huma- de la naturaleza.
EMILIO MORENATTI, IMÁGENES AP
no, no visto, también se benefició: des-
pués del concierto, los trabajadores de
la salud de Barcelona recibieron las
plantas como obsequio.
Las críticas fueron brillantes. Como
escribió un columnista: “En un año con
tanta oscuridad y sufrimiento, un acto
absurdo y bondadoso puede hacernos
sentir mejor”. —PAT R I C I A E D M O N D S
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