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por El Libertador
ante el Congreso
de Angostura
15 de febrero de 1819
La vigencia
del
Discurso
de Angostura
Bicentenario
E
l Banco del Alba, instrumento para el la proclamada unidad de pueblo y ejército, el
desarrollo y la integración soberana pueblo en armas.
de los pueblos de la Patria Grande, se
complace en presentar el Discurso de Un tercio del territorio había sido liberado, y
Angostura de El Libertador Simón Bolívar, en ese pueblo insurrecto y decidido necesitaba
el bicentenario de esta monumental obra. una nueva Constitución y un gobierno apto
para culminar la gesta independentista. Así lo
Para acompañar su lectura, resulta útil y entendió El Libertador y para ello convocó a
necesario contextualizar este mensaje, que Segundo Congreso Constituyente de Vene-
sintetiza el pensamiento más brillante de la zuela, que fundaría la República de Colombia
época. (la Gran Colombia), en la que se consagraba la
unión de Venezuela, Cundinamarca y Quito.
El 15 de febrero de 1819, El Libertador entraba
al Palacio de Gobierno de Angostura acom- Al instalar el magno Congreso, Bolívar desa-
pañado de Rafael Urdaneta, Tomás Montilla y rrolla un conjunto de ideas que tienen plena
los oficiales de su Estado Mayor para instalar vigencia para los pueblos latinoamericanos y
el magno Congreso. Estaban allí patriotas pro- caribeños.
bados en las luchas emancipadoras de la talla
de Juan Germán Roscio, Fernando Peñalver, En primer lugar, Bolívar afirmaba que aquel
Diego Bautista Urbaneja y los neogranadinos Congreso debía tener como fin, no sólo la
Francisco Antonio Zea, José María Vergara y creación de la República, sino que más allá
José María Salazar, entre otros. de esa trascendente misión, era imprescindi-
ble sentar las bases para la creación de una
A los soldados combatientes de la Prime- nueva sociedad, una sociedad cuyos pilares
ra y Segunda República se habían sumado fundamentales fueran la igualdad, la justicia
los peones y jornaleros de los Llanos bajo y la libertad.
el mando de José Antonio Páez, los escla-
vos liberados por los decretos de Bolívar de La construcción de una nueva sociedad, sigue
Carúpano y Ocumare de la Costa y los indí- siendo una tarea primordial, retomada a partir
genas del oriente venezolano. Se verificaba de la fundación de la Quinta República, con el
Bicentenario
S
eñor. ¡Dichoso el ciudadano que Un hombre, ¡y un hombre como yo!, ¿qué
bajo el escudo de las armas de su diques podría oponer al ímpetu de estas
mando ha convocado la soberanía devastaciones? En medio de este piélago
nacional para que ejerza su volun- de angustias no he sido más que un vil ju-
tad absoluta! Yo, pues, me cuento entre guete del huracán revolucionario que me
los seres más favorecidos de la Divina arrebataba como una débil paja. Yo no he
Providencia, ya que he tenido el honor de podido hacer ni bien ni mal; fuerzas irre-
reunir a los representantes del pueblo de sistibles han dirigido la marcha de nues-
Venezuela en este augusto Congreso, fuen- tros sucesos; atribuírmelos no sería justo
te de la autoridad legítima, depósito de la y sería darme una importancia que no
voluntad soberana y árbitro del destino de merezco. ¿Queréis conocer los autores de
la Nación. los acontecimientos pasados y del orden
Al transmitir a los representantes del actual? Consultad los anales de España,
pueblo el Poder Supremo que se me había de América, de Venezuela; examinad las
confiado, colmo los votos de mi corazón, Leyes de Indias, el régimen de los antiguos
los de mis conciudadanos y los de nuestras mandatarios, la influencia de la religión y
futuras generaciones, que todo lo esperan del dominio extranjero; observad los pri-
de vuestra sabiduría, rectitud y prudencia. meros actos del gobierno republicano, la
Cuando cumplo con este dulce deber, me ferocidad de nuestros enemigos y el carác-
liberto de la inmensa autoridad que me ter nacional. No me preguntéis sobre los
agobiaba, como de la responsabilidad ilimi- efectos de estos trastornos para siempre
tada que pesaba sobre mis débiles fuerzas. lamentables; apenas se me puede suponer
Solamente una necesidad forzosa, unida a simple instrumento de los grandes móvi-
la voluntad imperiosa del pueblo, me ha- les que han obrado sobre Venezuela; sin
bría sometido al terrible y peligroso encar- embargo, mi vida, mi conducta, todas mis
go de Dictador Jefe Supremo de la Repú- acciones públicas y privadas están sujetas
blica. ¡Pero ya respiro devolviéndonos esta a la censura del pueblo. ¡Representantes!,
autoridad, que con tanto riesgo, dificultad y vosotros debéis juzgarlas. Yo someto la
pena he logrado mantener en medio de las historia de mi mando a vuestra imparcial
tribulaciones más horrorosas que pueden decisión; nada añadiré para excusarla; ya
afligir a un cuerpo social! he dicho cuanto puede hacer mi apología.
No ha sido la época de la República, Si merezco vuestra aprobación, habré al-
que he presidido, una mera tempestad po- canzado el sublime título de buen ciuda-
lítica, ni una guerra sangrienta, ni una anar- dano, preferible para mí al de Libertador
quía popular, ha sido, sí, el desarrollo de que me dio Venezuela, al de Pacificador
todos los elementos desorganizadores; ha que me dio Cundinamarca y a los que el
sido la inundación de un torrente infernal mundo entero puede dar.
que ha sumergido la tierra de Venezuela. ¡Legisladores! Yo deposito en vuestras
manos el mando supremo de Venezuela. que los ha mandado mucho tiempo, los
Vuestro es ahora el augusto deber de con- mande perpetuamente.
sagraros a la felicidad de la República; en Ya, pues, que por este acto de mi ad-
vuestras manos está la balanza de nuestros hesión a la libertad de Venezuela puedo
destinos, la medida de nuestra gloria; ellas aspirar a la gloria de ser contado entre sus
sellarán los decretos que fijen nuestra li- más fieles amantes; permitidme, señor, que
bertad. En este momento el Jefe Supremo exponga con la franqueza de un verdade-
de la República no es más que un simple ro republicano mi respetuoso dictamen
ciudadano; y tal quiere quedar hasta la en este Proyecto de Constitución que me
muerte. Serviré, sin embargo, en la carrera tomo la libertad de ofreceros en testimonio
de las armas mientras haya enemigos en de la sinceridad y del candor de mis senti-
Venezuela. Multitud de beneméritos hijos mientos. Como se trata de la salud de todos,
tiene la Patria capaces de dirigirla, talen- me atrevo a creer que tengo derecho para
tos, virtudes, experiencia y cuanto se re- ser oído por los representantes del pueblo.
quiere para mandar a hombres libres, son Yo sé muy bien que vuestra sabiduría no
el patrimonio de muchos de los que aquí ha menester de consejos, y sé también que
representan el Pueblo; y fuera de este So- mi proyecto, acaso, os parecerá erróneo,
berano Cuerpo se encuentran ciudadanos impracticable. Pero, señor, aceptad con be-
que en todas épocas han mostrado valor nignidad este trabajo, que más bien es el
para arrostrar los peligros, prudencia para tributo de mi sincera sumisión al Congreso
evitarlos y el arte, en fin, de gobernarse y que el efecto de una levedad presuntuosa.
de gobernar a otros. Estos ilustres Varo- Por otra parte, siendo vuestras funciones la
nes merecerán, sin duda, los sufragios del creación de un cuerpo político y aun se po-
Congreso y a ellos se encargará del gobier- dría decir la creación de una sociedad en-
no, que tan cordial y sinceramente acabo tera, rodeada de todos los inconvenientes
de renunciar para siempre. que presenta una situación, la más singular
La continuación de la autoridad en un y difícil, quizás el grito de un ciudadano
mismo individuo frecuentemente ha sido puede advertir la presencia de un peligro
el término de los gobiernos son esenciales encubierto o desconocido.
en los sistemas populares, porque nada es Echando una ojeada sobre lo pasado,
tan peligroso como dejar permanecer largo veremos cuál es la base de la República de
tiempo en un mismo ciudadano el poder. Venezuela.
El pueblo se acostumbra a obedecerle y Al desprenderse América de la Monar-
él se acostumbra a mandarlo; de donde se quía Española, se ha encontrado, seme-
origina la usurpación y la tiranía. Un justo jante al Imperio Romano, cuando aquella
celo es la garantía de la libertad republica- enorme masa cayó dispersa en medio del
na, y nuestros ciudadanos deben temer con antiguo mundo. Cada desmembración for-
sobrada justicia que el mismo Magistrado, mó entonces una nación independiente
conforme a su situación o a sus intere- España, que realmente la había privado del
ses; pero con la diferencia de que aque- goce y ejercicio de la tiranía activa; no permi-
llos miembros volvían a restablecer sus tiéndonos sus funciones en nuestros asuntos
primeras asociaciones. Nosotros ni aun domésticos y administración interior.
conservamos los vestigios de lo que fue Esta abnegación nos había puesto en
en otro tiempo: no somos europeos, no la imposibilidad de conocer el curso de los
somos indios, sino una especie media en- negocios públicos; tampoco gozábamos de
tre los aborígenes y los españoles. Ame- la consideración personal que inspira el bri-
ricanos por nacimiento y europeos por llo del poder a los ojos de la multitud, y que
derechos, nos hallamos en el conflicto es de tanta importancia en las grandes re-
de disputar a los naturales los títulos de voluciones. Lo diré de una vez, estábamos
posesión y de mantenernos en el país que abstraídos, ausentes del universo en cuanto
nos vio nacer, contra la oposición de los era relativo a la ciencia del gobierno.
invasores; así nuestro caso es el más ex- Uncido el Pueblo Americano al triple
traordinario y complicado. Todavía hay yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vi-
más; nuestra suerte ha sido siempre pura- cio, no hemos podido adquirir ni saber, ni
mente pasiva, nuestra existencia política poder, ni virtud. Discípulos de tan perni-
ha sido siempre nula y nos hallamos en ciosos maestros, las lecciones que hemos
tanta más dificultad para alcanzar la Li- recibido y los ejemplos que hemos estudia-
bertad, cuanto que estábamos colocados do son los más destructores. Por el engaño
en un grado inferior al de la servidumbre; se nos ha dominado más que por la fuer-
porque no solamente se nos había roba- za; y por el vicio se nos ha degradado más
do la Libertad, sino también la tiranía ac- bien que por la superstición. La esclavitud
tiva y doméstica. es la hija de las tinieblas; un pueblo igno-
Permítaseme explicar esta paradoja. En rante es un instrumento ciego de su propia
el régimen absoluto, el poder autorizado destrucción; la ambición, la intriga, abu-
no admite límites. La voluntad del déspota san de la credulidad y de la inexperiencia
es la ley suprema, ejecutada arbitrariamen- de hombres ajenos de todo conocimiento
te por los subalternos que participan de la político, económico o civil; adoptan como
opresión organizada en razón de la autori- realidades las que son puras ilusiones; to-
dad de que gozan. Ellos están encargados man la licencia por la libertad; la traición
de las funciones civiles, políticas, militares por el patriotismo; la venganza por la jus-
y religiosas, pero al fin son persas los sátra- ticia. Semejante a un robusto ciego que,
pas de Persia, son turcos los bajaes del gran instigado por el sentimiento de sus fuerzas,
señor, son tártaros los sultanes de la Tarta- marcha con la seguridad del hombre más
ria. La China no envía a buscar mandarines perspicaz, y dando en todos los escollos no
a la cuna de Gengis Kan, que la conquistó. puede rectificar sus pasos. Un pueblo per-
Por el contrario, América todo lo recibía de vertido, si alcanza su libertad muy pronto
vuelve a perderla; porque en vano se esfor- Los anales de los tiempos pasados os
zarán en mostrarle que la felicidad consiste presentarán millares de gobiernos. Traed
en la práctica de la virtud; que el imperio a la imaginación las naciones que han bri-
de las leyes es más poderoso que el de los llado sobre la tierra, y contemplaréis afli-
tiranos, porque son más inflexibles, y todo gidos que casi toda la tierra ha sido, y aún
debe someterse a su benéfico rigor; que es, víctima de sus gobiernos. Observaréis
las buenas costumbres, y no la fuerza, son muchos sistemas de manejar hombres,
las columnas de las leyes; que el ejercicio mas todos para oprimirlos; y si la costum-
de la Justicia es el ejercicio de la Libertad. bre de mirar al género humano conducido
Así, Legisladores, vuestra empresa es tanto por pastores de pueblos no disminuyese el
más ímproba cuanto que tenéis que cons- horror de tan chocante espectáculo, nos
tituir a hombres pervertidos por las ilusio- pasmaríamos al ver nuestra dócil especie
nes del error y por incentivos nocivos. «La pacer sobre la superficie del globo como
Libertad (dice Rousseau) es un alimento viles rebaños destinados a alimentar a sus
suculento, pero de difícil digestión». Nues- crueles conductores. La naturaleza, a la
tros débiles conciudadanos tendrán que verdad, nos dota al nacer del incentivo de
enrobustecer su espíritu mucho antes que la Libertad; mas sea pereza, sea propensión
logren digerir el saludable nutritivo de la inherente a la humanidad, lo cierto es que
Libertad. Entumidos sus miembros por las ella reposa tranquila aunque ligada con las
cadenas, debilitada su vista en las sombras trabas que le imponen. Al contemplarla
de las mazmorras y aniquilados por las pes- en este estado de prostitución, parece que
tilencias serviles ¿serán capaces de marchar tenemos razón para persuadirnos que los
con pasos firmes hacia el augusto templo más de los hombres tienen por verdadera
de la Libertad? ¿Serán capaces de admirar aquella humillante máxima, que más cuesta
de cerca sus espléndidos rayos y respirar mantener el equilibrio de la Libertad que
sin opresión el éter puro que allí reina? soportar el peso de la tiranía. ¡Ojalá que esta
Meditad bien vuestra elección, legisla- máxima, contraria a la moral de la natura-
dores. No olvidéis que vais a echar los fun- leza, fuese falsa! ¡Ojalá que esta máxima no
damentos a un pueblo naciente que podrá estuviese sancionada por la indolencia de
elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha los hombres con respecto a sus derechos
señalado, si vosotros proporcionáis su base más sagrados! Muchas naciones antiguas y
al eminente rango que le espera. Si vuestra modernas han sacudido la opresión; pero
elección no está presidida por el genio tutelar son rarísimas las que han sabido gozar de
de Venezuela, que debe inspiraros el acierto algunos preciosos momentos de libertad;
de escoger la naturaleza y la forma de go- muy luego han recaído en sus antiguos vi-
bierno que vais a adoptar para la felicidad cios políticos; porque son los pueblos, más
del pueblo; si no acertáis, repito, la esclavitud bien que los gobiernos, los que arrastran
será el término de nuestra transformación. tras sí la tiranía. El hábito de la domina-
ción los hace insensibles a los encantos del do. El primer Congreso de Venezuela ha
honor y de la prosperidad nacional; y mi- estampado en los anales de nuestra Legisla-
ran con indolencia la gloria de vivir en el ción, con caracteres indelebles, la majestad
movimiento de la libertad, bajo la tutela de del pueblo dignamente expresada, al sellar
leyes dictadas por su propia voluntad. Los el acto social más capaz de formar la dicha
fastos del universo proclaman esta espan- de una nación. Necesito de recoger todas
tosa verdad. mis fuerzas para sentir, con toda la vehe-
Sólo la Democracia, en mi concepto, es mencia de que soy susceptible, el supremo
susceptible de una absoluta libertad; pero, bien que encierra en sí este Código inmor-
¿cuál es el gobierno democrático que ha tal de nuestros derechos y de nuestras leyes.
reunido a un tiempo, poder, prosperidad ¡Pero cómo osaré decirlo! ¿Me atreveré yo
y permanencia? ¿Y no se ha visto por el a profanar, con mi censura, las tablas sagra-
contrario la aristocracia, la monarquía, ci- das de nuestras leyes?... Hay sentimientos
mentar grandes y poderosos imperios por que no se pueden contener en el pecho de
siglos y siglos? ¿Qué gobierno más antiguo un amante de la Patria; ellos rebosan agita-
que el de China? ¿Qué República ha exce- dos por su propia violencia, y a pesar del
dido en duración a la de Esparta, a la de Ve- mismo que los abriga, una fuerza imperio-
necia? ¿El Imperio Romano no conquistó sa los comunica.
la tierra? ¿No tiene la Francia catorce siglos Estoy penetrado de la idea de que el
de monarquía? ¿Quién es más grande que Gobierno de Venezuela debe reformarse;
la Inglaterra? Estas naciones, sin embargo, y que aunque muchos ilustres ciudadanos
han sido o son aristocracias y monarquías. piensan como yo, no todos tienen el arro-
A pesar de tan crueles reflexiones, yo jo necesario para profesar públicamente la
me siento arrebatado de gozo por los gran- adopción de nuevos principios. Esta con-
des pasos que ha dado nuestra República sideración me insta a tomar la iniciativa
al entrar en su noble carrera. Amando lo en un asunto de la mayor gravedad, y en
más útil, animada de lo más justo, y aspi- que hay sobrada audacia en dar avisos a los
rando a lo más perfecto al separarse Vene- consejeros del pueblo.
zuela de la nación española, ha recobrado Cuanto más admiro la excelencia de la
su independencia, su libertad, su igualdad, Constitución Federal de Venezuela, tanto
su soberanía nacional. Constituyéndose en más me persuado de la imposibilidad de
una República democrática, proscribió la su aplicación a nuestro Estado. Y, según mi
monarquía, las distinciones, la nobleza, los modo de ver, es un prodigio que su mo-
fueros, los privilegios; declaró los derechos delo en el norte de América subsista tan
del hombre, la libertad de obrar, de pensar, prósperamente y no se trastorne al aspecto
de hablar y de escribir. Estos actos eminen- del primer embarazo o peligro. A pesar de
temente liberales jamás serán demasiado que aquel pueblo es un modelo singular de
admirados por la pureza que los ha dicta- virtudes políticas y de ilustración moral; no
una raza de hombres virtuosos, prudentes El Poder Ejecutivo británico está reves-
y esforzados que superando todos los obs- tido de toda la autoridad soberana que le
táculos, han fundado la República a costa pertenece; pero también está circunvalado
de los más heroicos sacrificios. Y si el pue- de una triple línea de diques, barreras y
blo de Venezuela no aplaude la elevación estacadas. Es Jefe del Gobierno, pero sus
de sus bienhechores, es indigno de ser li- ministros y subalternos dependen más de
bre, y no lo será jamás. las leyes que de su autoridad, porque son
Un Senado hereditario, repito, será la personalmente responsables, y ni aun las
base fundamental del Poder Legislativo y, mismas órdenes de la autoridad real los
por consiguiente, será la base de todo go- eximen de esta responsabilidad. Es Gene-
bierno. Igualmente servirá de contrapeso ralísimo del Ejército y de la Marina; hace la
para el gobierno y para el pueblo; será una paz, y declara la guerra; pero el Parlamento
potestad intermediaria que embote los ti- es el que decreta anualmente las sumas con
ros que recíprocamente se lanzan estos que deben pagarse estas fuerzas militares.
eternos rivales. En todas las luchas la calma Si los tribunales y jueces dependen de él,
de un tercero viene a ser el órgano de la las leyes emanan del Parlamento que las ha
reconciliación, así el Senado de Venezue- consagrado. Con el objeto de neutralizar su
la será la traba de este edificio delicado y poder, es inviolable, y sagrada la Persona
harto susceptible de impresiones violentas: del Rey; y al mismo tiempo que le dejan
será el iris que calmará las tempestades y libre la cabeza le ligan las manos con que
mantendrá la armonía entre los miembros debe obrar. El Soberano de Inglaterra tiene
y la cabeza de este cuerpo político. tres formidables rivales: su Gabinete, que
Ningún estímulo podrá adulterar un debe responder al pueblo y al Parlamento;
Cuerpo Legislativo investido de los prime- el Senado, que defiende los intereses del
ros honores, dependiente de sí mismo, sin pueblo como representante de la nobleza
temer nada del pueblo, ni esperar nada del de que se compone; y la Cámara de los co-
gobierno, que no tiene otro objeto que el munes, que sirve de órgano y de Tribuna al
de reprimir todo principio de mal y pro- pueblo británico. Además, como los jueces
pagar todo principio de bien; y que está al- son responsables del cumplimiento de las
tamente interesado en la existencia de una leyes, no se separan de ellas, y los admi-
sociedad en la cual participa de sus efec- nistradores del Erario, siendo perseguidos
tos funestos o favorables. Se ha dicho con no solamente por sus propias infracciones,
demasiada razón que la Cámara alta de In- sino aun por las que hace el mismo gobier-
glaterra es preciosa para la Nación porque no, se guardan bien de malversar los fon-
ofrece un baluarte a la Libertad, y yo añado dos públicos. Por más que se examine la
que el Senado de Venezuela no sólo sería naturaleza del Poder Ejecutivo en Inglate-
un baluarte de la Libertad, sino un apoyo rra, no se puede hallar nada que no incline
para eternizar la República. a juzgar que es el más perfecto modelo, sea
para un reino, sea para una aristocracia, sea máxima de Montesquieu, que dice que un
para una democracia. Aplíquese a Vene- Cuerpo Representante no debe tomar nin-
zuela este Poder Ejecutivo en la persona de guna resolución activa: debe hacer Leyes
un presidente, nombrado por el Pueblo o y ver si se ejecutan las que hace. Nada es
por sus representantes, y habremos dado tan contrario a la armonía entre los pode-
un gran paso hacia la felicidad nacional. res, como su mezcla. Nada es tan peligroso
Cualquiera que sea el ciudadano que lle- con respecto al pueblo, como la debilidad
ne estas funciones, se encontrará auxiliado del Ejecutivo y si en un reino se ha juzgado
por la Constitución: autorizado para hacer necesario concederle tantas facultades, en
bien, no podrá hacer mal, porque siempre una República, son éstas infinitamente más
que se someta a las leyes, sus ministros indispensables.
cooperarán con él; si por el contrario, pre- Fijemos nuestra atención sobre esta di-
tende infringirlas, sus propios ministros lo ferencia y hallaremos que el equilibrio de los
dejarán aislado en medio de la República, y poderes debe distribuirse de dos modos. En
aun lo acusarán delante del Senado. Sien- las repúblicas, el Ejecutivo debe ser el más
do los ministros los responsables de las fuerte, porque todo conspira contra él; en
transgresiones que se cometan, ellos son tanto que en las monarquías el más fuerte
los que gobiernan, porque ellos son los debe ser el Legislativo, porque todo conspi-
que las pagan. No es la menor ventaja de ra en favor del monarca. La veneración que
este sistema la obligación en que pone a los profesan los pueblos a la magistratura real
funcionarios inmediatos al Poder Ejecutivo es un prestigio que influye poderosamente a
de tomar la parte más interesada y activa en aumentar el respeto supersticioso que se tri-
las deliberaciones del gobierno, y a mirar buta a esta autoridad. El esplendor del trono,
como propio este departamento. Puede su- de la corona, de la púrpura; el apoyo formi-
ceder que no sea el presidente un hombre dable que le presta la nobleza; las inmensas
de grandes talentos, ni de grandes virtudes, riquezas que generaciones enteras acumulan
y no obstante la carencia de estas cualida- en una misma dinastía; la protección frater-
des esenciales, el presidente desempeñará nal que recíprocamente reciben todos los
sus deberes de un modo satisfactorio; pues reyes, son ventajas muy considerables que
en tales casos el ministerio, haciendo todo militan en favor de la autoridad real, y la ha-
por sí mismo, lleva la carga del Estado. cen casi ilimitada. Estas mismas ventajas son,
Por exorbitante que parezca la auto- por consiguiente, las que deben confirmar la
ridad del Poder Ejecutivo de Inglaterra, necesidad de atribuir a un magistrado repu-
quizás no es excesiva en la República de blicano una suma mayor de autoridad que la
Venezuela. Aquí el Congreso ha ligado las que posee un príncipe constitucional.
manos, y hasta la cabeza, a los magistrados. Un magistrado republicano es un indi-
Este cuerpo deliberante ha asumido una viduo aislado en medio de una sociedad;
parte de las funciones ejecutivas contra la encargado de contener el ímpetu del pue-
logre mantenerse luchando contra los in- tismo o del despotismo a la anarquía; muy
convenientes anexos a nuestra reciente si- pocos son los que se han contentado con
tuación, al estado de guerra que sufrimos, pretensiones moderadas, constituyéndose
y a la especie de los enemigos externos y de un modo conforme a sus medios, a su
domésticos, contra quienes tendremos espíritu y a sus circunstancias.
largo tiempo que combatir. Que el Poder No aspiremos a lo imposible, no sea que
Legislativo se desprenda de las atribuciones por elevarnos sobre la región de la libertad
que corresponden al Ejecutivo; y adquiera descendamos a la región de la tiranía. De
no obstante nueva consistencia, nueva in- la libertad absoluta se desciende siempre al
fluencia en el equilibrio de las autoridades. poder absoluto, y el medio entre estos dos
Que los tribunales sean reforzados por la términos es la suprema libertad social. Teo-
estabilidad y la independencia de los jue- rías abstractas son las que producen la per-
ces; por el establecimiento de jurados; de niciosa idea de una libertad ilimitada. Ha-
códigos civiles y criminales que no sean gamos que la fuerza pública se contenga en
dictados por la antigüedad, ni por reyes los límites que la razón y el interés prescri-
conquistadores, sino por la voz de la na- ben; que la voluntad nacional se contenga
turaleza, por el grito de la Justicia y por el en los límites que un justo poder le señala;
genio de la Sabiduría. que una legislación civil y criminal análoga
Mi deseo es que todas las partes del go- a nuestra actual Constitución domine im-
bierno y la administración adquieran el gra- periosamente sobre el Poder Judiciario, y
do de vigor que únicamente puede mante- entonces habrá un equilibrio y no habrá el
ner el equilibrio, no sólo entre los miembros choque que embaraza la marcha del Esta-
que componen el gobierno, sino entre las do, y no habrá esa complicación que traba
diferentes fracciones de que se compone en vez de ligar la sociedad.
nuestra sociedad. Nada importaría que los Para formar un gobierno estable se re-
resortes de un sistema político se relaja- quiere la base de un espíritu nacional que
sen por su debilidad, si esta relajación no tenga por objeto una inclinación unifor-
arrastrase consigo la disolución del cuerpo me hacia dos puntos capitales: moderar
social y la ruina de los asociados. Los gritos la voluntad general y limitar la autoridad
del género humano en los campos de bata- pública. Los términos que fijan teórica-
lla, o en los campos tumultuarios, claman al mente estos dos puntos son de una difícil
cielo contra los inconsiderados y ciegos le- asignación; pero se puede concebir que la
gisladores que han pensado que se pueden regla que debe dirigirlos es la restricción
hacer impunemente ensayos de quiméricas y la concentración recíproca, a fin de que
instituciones. Todos los pueblos del mun- haya la menos frotación posible entre la
do han pretendido la libertad; los unos por voluntad y el poder legítimo. Esta ciencia
las armas, los otros por las leyes, pasando se adquiere insensiblemente por la práctica
alternativamente de la anarquía al despo- y por el estudio. El progreso de las luces es
en las penas y castigos. Pero sus anales, o a este primer cuerpo de la Nación y reves-
registros, donde se consignan sus actas y tirlo de una consideración importantísima
deliberaciones, los principios morales y las para el éxito de sus funciones soberanas.
acciones de los ciudadanos, serán los libros Separando con límites bien señalados
de la virtud y del vicio. Libros que consul- la Jurisdicción Ejecutiva, de la Jurisdicción
tará el pueblo para sus elecciones, los ma- Legislativa, no me he propuesto dividir sino
gistrados para sus resoluciones, y los Jueces enlazar con los vínculos de la armonía que
para sus juicios. Una institución semejante, nace de la independencia, estas potestades
que más que parezca quimérica, es infini- supremas cuyo choque prolongado jamás
tamente más realizable que otras que algu- ha dejado de aterrar a uno de los conten-
nos legisladores antiguos y modernos han dientes. Cuando deseo atribuir al Ejecutivo
establecido con menos utilidad del género una suma de facultades superior a la que
humano. antes gozaba, no he deseado autorizar un
¡Legisladores! Por el proyecto de Cons- déspota para que tiranice la República,
titución que reverentemente someto a sino impedir que el despotismo deliberan-
vuestra sabiduría, observaréis el espíritu te no sea la causa inmediata de un círculo
que lo ha dictado. Al proponeros la divi- de vicisitudes despóticas en que alternati-
sión de los ciudadanos en activos y pasivos, vamente la anarquía sea reemplazada por
he pretendido excitar la prosperidad nacio- la oligarquía y por la monocracia. Al pedir
nal por las dos más grandes palancas de la la estabilidad de los jueces, la creación de
industria, el trabajo y el saber. Estimulando jurados y un nuevo código, he pedido al
estos dos poderosos resortes de la sociedad Congreso la garantía de la libertad civil, la
se alcanza lo más difícil entre los hombres: más preciosa, la más justa, la más necesaria;
hacerlos honrados y felices. Poniendo res- en una palabra, la única libertad, pues que
tricciones justas y prudentes en las Asam- sin ella las demás son nulas. He pedido la
bleas Primarias y Electorales, ponemos el corrección de los más lamentables abusos
primer dique a la licencia popular, evitando que sufre nuestra Judicatura, por su origen
la concurrencia tumultuaria y ciega que en vicioso de ese piélago de Legislación Es-
todos tiempos han impreso el desacierto en pañola que semejante al tiempo recoge de
las elecciones y ha ligado, por consiguiente, todas las edades y de todos los hombres, así
el desacierto a los magistrados y a la mar- las obras de la demencia como las del ta-
cha del gobierno; pues este acto primordial lento, así las producciones sensatas, como
es el acto generativo de la libertad o de la las extravagantes, así los monumentos del
esclavitud de un pueblo. ingenio, como los del capricho. Esta En-
Aumentando en la balanza de los po- ciclopedia Judiciaria, monstruo de diez mil
deres el peso del Congreso por el número cabezas, que hasta ahora ha sido el azote de
de los legisladores y por la naturaleza del los pueblos españoles, es el suplicio más re-
Senado, he procurado darle una base fija finado que la cólera del cielo ha permitido
algunos generosos extranjeros que han vis- corazón del universo, extendiéndose sobre
to gemir la humanidad y sucumbir la cau- sus dilatadas costas, entre esos océanos que
sa de la razón, y no la han visto tranquilos la naturaleza había separado, y que nuestra
espectadores, sino que han volado con sus Patria reúne con prolongados y anchurosos
protectores auxilios, y han prestado a la canales. Ya la veo servir de lazo, de centro,
República cuanto ella necesitaba para hacer de emporio a la familia humana; ya la veo
triunfar sus principios filantrópicos. Estos enviando a todos los recintos de la tierra
amigos de la humanidad son los genios los tesoros que abrigan sus montañas de
custodios de América, y a ellos somos deu- plata y de oro; ya la veo distribuyendo por
dores de un eterno reconocimiento, como sus divinas plantas la salud y la vida a los
igualmente de un cumplimiento religioso, a hombres dolientes del antiguo universo; ya
las sagradas obligaciones que con ellos he- la veo comunicando sus preciosos secretos
mos contraído. La deuda nacional, Legisla- a los sabios que ignoran cuán superior es la
dores, es el depósito de la fe, del honor y de suma de las luces, a la suma de las riquezas,
la gratitud de Venezuela. Respetadla como que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo
la Arca Santa, que encierra no tanto los de- sentada sobre el trono de la Libertad, em-
rechos de nuestros bienhechores, cuanto puñando el cetro de la Justicia, coronada
la gloria de nuestra fidelidad. Perezcamos por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la
primero que quebrantar un empeño que ha majestad del mundo moderno.
salvado la Patria, y la vida de sus hijos. Dignaos, Legisladores, acoger con in-
La reunión de Nueva Granada y Ve- dulgencias la profesión de mi conciencia
nezuela en un gran Estado ha sido el voto política, los últimos votos de mi corazón
uniforme de los pueblos y gobiernos de y los ruegos fervorosos que a nombre
estas Repúblicas. La suerte de la guerra del pueblo me atrevo a dirigiros. Dignaos
ha verificado este enlace tan anhelado por conceder a Venezuela un gobierno emi-
todos los Colombianos; de hecho estamos nentemente popular, eminentemente jus-
incorporados. Estos pueblos hermanos ya to, eminentemente moral, que encadene la
os han confiado sus intereses, sus derechos, opresión, la anarquía y la culpa. Un gobier-
sus destinos. Al contemplar la reunión de no que haga reinar la inocencia, la humani-
esta inmensa comarca, mi alma se remonta dad y la paz. Un gobierno que haga triun-
a la eminencia que exige la perspectiva co- far, bajo el imperio de leyes inexorables, la
losal, que ofrece un cuadro tan asombroso. Igualdad y la Libertad.
Volando por entre las próximas edades, mi Señor, empezad vuestras funciones; yo
imaginación se fija en los siglos futuros, y he terminado las mías.
observando desde allá, con admiración y
pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida
que ha recibido esta vasta región, me siendo
arrebatado y me parece que ya la veo en el