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El punto de partida

Comencé mi propia investigación con el fin de


contestar las cada vez más inquietantes y profundas
preguntas que surgían a cada paso. Realicé encuestas,
consulté una amplia bibliografía, analicé estudios
universitarios (ver anexos I y II) y para mi asombro no
encontré nada que trate éste tema de manera que ayude
a esclarecer o directamente a encontrar el verdadero
sentido de nuestra vida. Solo aparecieron algunos libros
de carácter netamente religioso, muy buenos unos y no
tanto otros pero que tenían en común que trataban el
tema de una manera muy diferente a lo que propone este
curso.

El camino oculto

En la vida surgen distintas posibilidades, se


abren caminos y alternativas que podemos tomar
decidiendo si ingresamos en uno u otro. Algunos nos
conducen a pequeños éxitos y otros a grandes fracasos.
En el caso del Propósito, el camino se halla oculto a
nuestros ojos y a nuestra conciencia. No sabemos dónde
ni cuándo se inicia, ni hacia adónde nos conduce,
incluso en la mayoría de los casos ni siquiera sabemos
que existe, como pude observar en las fuentes
consultadas durante la investigación realizada.
Surgieron tres preguntas claves:

¿Sabemos cuál es nuestro verdadero don?


¿Conocemos cuál es nuestro propósito de vida?
¿Estamos haciendo lo que soñábamos de niños?

La mayoría de nosotros desconocemos cuál es el


verdadero sentido de nuestra vida porque no sabemos y
por lo tanto no utilizamos nuestro don. Una conclusión
lamentable y desconsoladora pero que tiene solución,
como lo veremos en el transcurso de este curso.
He conocido personas que si estaban transitando
por el camino del Propósito y les pregunté cómo
ingresaron o cómo encontraron este camino. En todos
los casos la respuesta fue unánime, todos ellos
manifestaron haberse topado con su don de forma
totalmente inesperada. Aludían estar pasando
dificultades importantes o encontrarse ante un hecho
definitivo de sus vidas en el momento que descubrieron
este camino. Es como si la dificultad fuera un detonante
que nos motiva a replantearnos la vida y a buscar algo
diferente.

Usted y yo transitaremos un mismo camino

La investigación surgió a raíz de que yo mismo


estoy transitando por el camino que hoy propongo
emprender juntos. Lleno de sorpresas (gratas por cierto)
que me están conduciendo por un rumbo directo y sin
escalas hacia mi destino, aquel para el cuál nací. Hoy
veo con una mezcla de asombro y alegría, como avanzo
cada día hacia convertirme en la mejor versión de mi
mismo, en aquella persona que no solo es muy feliz con
lo que hace sino que, además, lo realiza con pasión.
Pero debo reconocer que no todo fue tan fácil.
Desde el mismo momento en que inicié este camino he
debido enfrentarme con obstáculos, principalmente
internos: creencias muy arraigadas, prejuicios,
desconocimiento de mí mismo, temor, etc. También
externos como desconfianza, incredulidad e ignorancia
de parte de las personas allegadas, que por no
comprender tildaban de “locura” mi nueva forma de
vida. De todas maneras, cualquier dificultad es
minúscula en comparación con las grandes recompensas
de seguir el camino de La Ley del Propósito.
Es importante notar que esta senda no conduce a
un fin último, sino que es en sí mismo el gran logro de
nuestra vida. El simple hecho de comenzar a transitarla
produce un cambio tan significativo que el resultado
deja de ser un destino ansiado para convertirse en un
trayecto memorable.
Mi consejo es que iniciemos la búsqueda de
nuestro verdadero don y el propósito de vida, que
comencemos a caminar dispuestos a aprender mientras
lo hacemos. Se que nos sorprenderemos de lo mucho
que somos capaces de hacer cuando estamos siguiendo
el camino de la Ley del Propósito.

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