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Modelos y operatividad.
Alberto Iardelevsky
Resumen
A partir del análisis de modelos para la capacitación y su relación con el currículo, se presenta una
conceptualización que procura movilizar el conocimiento de los capacitadores y de los docentes hacia
una comprensión de los efectos de la capacitación en la gestión curricular. Se trata de vincular a ambos
dispositivos con las prácticas de enseñanza e institucionales, articulando de manera comprometida los
diferentes espacios de desarrollo profesional docente con los resultados de aprendizaje, en pos de
itinerarios escolares plenos y oportunos.
Introducción
La modificación de estos esquemas tiene que ver con los objetivos que se propone el
capacitador –que pueden ser cuestionables- si no se alinean con principios educativos
democráticos que favorezcan una educación para todos o introduzcan distorsiones en
las propuestas curriculares en vigencia.
Para situar el enfoque de una capacitación que propone un programa basado en que
todos puedan aprender destinado al desarrollo profesional docente y a la superación
del fracaso escolar se hace uso de un esquema modélico que permita a los
capacitadores explicitarse en su rol. Este modelo no es exhaustivo pero permite
orientar las prácticas de capacitación e identificar sus sentidos, la perspectiva de
participación de los destinatarios y su vinculación con el referente curricular, dando
cuenta así de este tipo de acción pedagógica.
Da conocimiento
Capacitador Capacitador
No incluye en expositor referente Involucra en
su tarea los su tarea los
resultados de resultados
aprendizaje de
derivados de la aprendizaje
propuesta de derivados de
enseñanza que Capacitador Capacitador la propuesta
postula activista facilitador de
enseñanza
que postula
Los ejes
El eje vertical, expresa una tensión o decisión de los capacitadores entre brindar
nuevos conocimientos y el relevamiento o revisión de las prácticas. Esta distinción no
expresa una dicotomía sino que da cuenta una variación entre un modelo transmisivo
centrado en la transferencia de un conocimiento que se supone ausente en los
destinatarios y una experiencia de capacitación concentrada en la transmisión y
experimentación de estrategias didácticas o recursos técnicos pedagógicos entre
colegas docentes que interactúan sobre sus esquemas de actuación práctica.
Establecidos estos dos ejes, se analizarán cada uno de los cuatro cuadrantes
(modélicos) que expresan una configuración particular en cada uno de los espacios
producidos por la intersección entre ellos para que puedan ser considerados en los
procesos de diseños de capacitación, de acuerdo con la intencionalidad que se
pretenda atribuir a la propuesta, para identificar estilos de trabajos y reconocer sus
riesgos y ventajas.
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Los dos cuadrantes de la izquierda en cambio, no asumen compromiso con los
resultados que se derivan de la capacitación en las prácticas de aula.
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b. El modelo del capacitador activista
Otro riesgo es considerar que el tipo de participación de los docentes debe ser realizar
actividades semejantes a las sugeridas para los alumnos de éstos, omitiendo las
diferencias evolutivas, de formación o los intereses que se ponen en juego.
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En consecuencia, se genera una concepción en la cual predomina una relevancia de
la práctica sobre la teoría escindiendo ambas.
Puede afirmarse que este tipo de capacitación está orientada a promover y desarrollar
un conocimiento de oficio del docente por el cual se va construyendo un conocimiento
pedagógico capaz de articular el contenido de la disciplina con los desempeños de los
alumnos y las prácticas institucionales.
La ventaja de este tipo de capacitación reside por una parte en la vinculación del saber
experto con las prácticas reales de enseñanza en contextos específicos y por la otra,
en el fortalecimiento de las competencias de enseñanza de los profesores. Asimismo,
el compromiso sobre los resultados de aprendizaje derivados de las acciones de
enseñanza consolida la articulación entre la teoría y la práctica.
Está vinculado con lo que la literatura educativa denomina reflexión sobre la práctica
o análisis de testimonios. Desde esta perspectiva, se recupera la experiencia de la
profesión docente y se ponen en juego las concepciones explícitas y subyacentes que
han dado lugar a los diferentes tipos de intervenciones y el análisis sobre los
resultados de aprendizaje de los alumnos como consecuencia de ellos.
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La concepción se basa en un tipo de diálogo horizontal en el cual se desarrollan de
un modo sistemático relatos sobre las ventajas y limitaciones de las propuestas de
enseñanza que se plantean.
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Desde una perspectiva curricular, centrada en garantizar los itinerarios educativos de
todos los alumnos, la capacitación es concebida como uno de los componentes de la
función de apoyo a los docentes y por lo tanto, se focaliza en los cuadrantes de la
derecha del esquema modélico que se presentó más arriba, dado el involucramiento
con resultados de aprendizaje originados en las propuestas de enseñanza que se
proponen. En este caso particular, tienen como objetivo la reducción del fracaso
escolar y por ello, el fortalecimiento de las trayectorias escolares de los alumnos.
Se trata de identificar qué acciones son estratégicas en función de los sentidos los
destinatarios y los responsables del diseño y gestión del programa.
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Toda instancia de capacitación debe contar con dos componentes interrelacionados,
los materiales de estudio1 y/o de desarrollo curricular y la segunda, los encuentros
presenciales de capacitación, como ámbito de interacción entre expertos y docentes.
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Se define como material de estudio la bibliografía, fuentes de información primarias y secundarias,
documentos de desarrollo curricular para la implementación en el aula o en la gestión directiva, el diseño
curricular, normativas, entre otros.
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con los marcos curriculares vigentes y se actualiza en proyectos específicos para
instituciones educativas determinadas y grupos escolares concretos.
Es un espacio adecuado para la revisión del conocimiento del oficio del docente en
relación con el saber experto y las expectativas puestas en juego para generar
situaciones de aula orientadas a superar las condiciones que producen el fracaso
escolar.
- la función de asesoramiento,
- la gestión de la información y
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c) En relación con la implementación en el aula y en la escuela, los espacios de
asesoramiento.
Es por ello que es necesario también, avanzar en el conocimiento sobre el uso de los
resultados de la evaluación y concomitante con ello, el análisis de las evidencias
manifestadas por los alumnos.
Las evaluaciones deben ser objeto de reflexiones colectivas en las cuales los
docentes y directivos puedan evaluar y analizar resultados de los efectos de sus
acciones pedagógicas.
El ateneo, como estrategia de diálogo horizontal entre pares, permite una reflexión
grupal de las evidencias que emergen de la resolución de las actividades de aula e
institucional que se proponen y así, tomar conciencia de los diferentes tipos de logros
que van alcanzando los alumnos. Se trata de establecer categorías de logro que
superen la falsa dicotomía absoluta de aprendió-no aprendió que se contradice con
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una concepción de aprendizaje como proceso que lleva a hacer visible el
posicionamiento del alumno respecto de sus logros.
- La evaluación y retroalimentación.
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Previo a la implementación del encuentro presencial de capacitación es necesario
asegurar el acceso de los docentes, directivos y supervisores a los materiales de
lectura con la suficiente antelación para la realización de una primera aproximación a
los mismos.
A su vez para cada una de las instancias de capacitación se debe elaborar la agenda
específica a cargo del capacitador en la cual se incluyan las actividades, su
distribución temporal, los materiales a utilizar y los productos a obtener.
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En todas las instancias de capacitación se debe incluir un espacio para la explicación
global del sentido de la propuesta, identificando el momento de desarrollo en que se
encuentra y las acciones futuras previstas.
c) La evaluación y retroalimentación
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En relación con el nivel macro, en función del planeamiento de programas de
capacitación o de implementación de desarrollo curricular que requieran de este
componente específico. En relación con el nivel micro, para el diseño y planificación
de las acciones fijadas que cada capacitador establezca con el objeto de cumplir con
los objetivos y propósitos establecidos.
Bibliografía de consulta
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