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Historia natural de la enfermedad

La historia natural de la enfermedad se refiere a toda la interacción, de principio a fin, del ser vivo con su
entorno ecológico y los diversos agentes que confluyen en el mismo, conformando lo que se conoce como
“triada epidemiológica”. Esta interacción atraviesa por varias fases o etapas, a lo largo de las cuales el ser
vivo (huésped), el agente (microorganismo) y el ambiente (entorno) van reflejando diversos estados hasta
que se llega a un punto cúlmine.

Las etapas en mención son:

1 Periodo prepatogénico

Durante esta etapa, el huésped aún no alberga en su organismo al agente, sin embargo ambos partícipes
ya se encuentran en el mismo ambiente, por lo que la interacción entre ellos se vuelve cada vez más
próxima teniendo como factores desencadenantes, o retardantes, los hábitos o costumbres del huésped, las
características biológicas del agente (resistencia, etapa de desarrollo, entre otras) y las características
propias del ambiente (suciedad, aguas estancadas, geografía, factores climáticos, y similares).

2 Periodo patogénico

Aquí, confluyen entonces finalmente el huésped y el agente, viéndose afectado el primero a raíz del
beneficio del segundo, que va realizando cambios a nivel celular para su supervivencia y desencadena lo
que se denomina con síntomas y signos. Dentro de una subdivisión a este periodo, se contempla:

2.1 Periodo clínico, donde se manifiesta por primera vez un síntoma (molestia reconocible por el propio
huésped) o signo (molestia evidente del huésped por un observador), empezando así los tratamientos
médicos para finalizar con

2.2 Resolución, donde se concluye con la curación, incapacidad o muerte del huésped, todo dependiendo
de variables como el tipo de enfermedad, las características propias del huésped, calidad de servicios
médicos, el conocimiento sobre la misma historia natural de la enfermedad, entre otros.

Ahora bien, como parte de la misión de interrumpir este ciclo, se han desarrollado 3 niveles de
intervención, o mejor llamados, de prevención a aplicar:

1 Prevención primaria, donde se contemplan las acciones durante el periodo prepatogénico, encaminadas
a evitar que el agente llegue a influir directamente en el proceso celular del huésped, contemplando la
promoción de la salud y la protección específica

2 Prevención secundaria, cuando no se ha podido evitar esa interacción y el huésped ya alberga el agente,
sin embargo, se detecta tempranamente esta situación y se inicia velozmente la intervención médica
(período clínico) con el objetivo de no dejar seguir avanzando el daño celular y evitar una incapacidad.

3 Prevención terciaria, el cual pretende una rehabilitación del huésped, pues la afectación del agente ha
sido tan grande e invasiva que ha dañado funciones importantes en su organismo.1

La historia natural de la enfermedad permite reconocer, precisamente, la enfermedad en cada una de sus
etapas, pudiendo identificar así mismo qué nivel de prevención se debe tomar en aras de reestablecer el
“equilibrio” del ser vivo (homeostasis), evitando la consecuencia más severa que puede alcanzar, que es

1
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD Y NIVELES DE PREVENCIÓN (Definición de conceptos) por Arturo
Morales Bedoya, MD, MPH.
el cese de las funciones vitales del organismo afectado, sí bien día a día se pueden evidenciar estas etapas
en experiencias propias, o ajenas, no se detiene a pensar qué medidas de intervención han de ser las
correctas con relación a ello, incluso desde subvalorado período prepatogénico, donde hábitos saludables
propios y del entono pueden ser factor clave en la no aparición de enfermedades, rompiendo el circuito de
la enfermedad, hábitos que pueden ser consecuencia de conciencia propia, o mediante estímulos que
brindan otros seres vivos (específicamente humanos) que ven en esta etapa el terreno ideal para cultivar
barreras de prevención primaria eficaces.

En conclusión, el conocer la historia natural de la enfermedad permite establecer y esclarecer


metodologías efectivas que permitan intervenir entonos sociales, culturales, familiares y/o laborales, de
manera tal que se erradiquen o disminuyan al máximo los factores de riesgo desencadenantes de aparición
de enfermedades en los seres vivos que rodean dichos ambientes, bien sea desde la adaptación del
huésped a hábitos y costumbre o la mejora de las condiciones sanitarias del entorno, lo que a su vez
cortará el suministro para la proliferación de agentes, logrando una prevención primaria en todo su
esplendor, sin descuidar programas o planes de prevención secundaria o terciaria para casos eventuales
que se puedan presentar.

Realizado por:

Fabián Steven Bocanegra Cruz


Tecnólogo en formación en Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo
SENA – Centro de Gestión Industrial
2021

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