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Y MADRES DE FAMILIA
Es fundamental que el tutor esté atento a las necesidades de los estudiantes, para así
demostrarles que pueden contar con él en todo momento, que respetará su
individualidad y los ayudará a tomar sus propias decisiones.
Las entrevistas individuales pueden ser una buena ocasión para conocer a padres
y madres de familia y para coordinar esfuerzos en beneficio de los estudiantes.
Para que este encuentro resulte beneficioso y sea una experiencia positiva para
todos es importante tener en cuenta algunas recomendaciones:
Al inicio de la entrevista, precisar los puntos a tratar y el por qué de ellos: “Me
parece importante intercambiar algunas ideas sobre su hijo, porque...”.
Es importante tener presente que este tipo de encuentros suelen presentar
algunas inquietudes en los padres de familia: ¿Qué me va a decir? ¿Qué ha
hecho mi hijo ahora? y en los estudiantes: ¿Qué les va a decir de mí?
Se hace necesario tener en cuenta los sentimientos y percepciones con que
padres y madres llegan a la entrevista.
Ellos seguramente traen consigo dudas y temores respecto a la información que
recibirán sobre su hijo o sobre la forma en que serán recepcionados por el tutor.
Se debe escuchar sus preocupaciones, sentimientos y expectativas, de manera
que se calmen y se sientan acogidos y no juzgados y quede claro que la
intención es ofrecer apoyo, así disminuirán los sentimientos y conductas
defensivas que lejos de aportar, dificultarían la comunicación.
En relación a los niños y las niñas, es importante evitar actitudes amenazantes
hacia ellos, tales como: “voy a llamar a tus padres” o “ya verás en la entrega de
libretas lo que diré a tus padres”, o hacer anotaciones innecesarias en la agenda.
Estas actitudes generan rechazo, desconfianza, falta de compromiso y de
participación.
Considerar las dificultades desde una visión integral del estudiante. Los niños y
las niñas no sólo poseen dificultades, sino también habilidades, capacidades,
valores y recursos con los que podemos contar para afrontar las primeras.
Valorando los aspectos positivos de sus hijos, los padres y madres se sentirán
más tranquilos y motivados a la búsqueda de alternativas de solución. Así, la
citación a un padre de familia debe hacerse con naturalidad y no siempre a tenor
de alguna falta cometida por su hijo, sin embargo, si se hace necesario tocar
aspectos difíciles, recuerde... ¡Hay que empezar por lo positivo...!
Ser receptivos a la información que los padres pueden brindarnos. Tutores y
padres conocen al estudiante en contextos diferentes y este puede no
comportarse de igual modo en ambos. En casa, cómo y cuánto estudia, cómo son
sus relaciones familiares, qué actividades tiene fuera del colegio, quienes son sus
amigos, etc.
Enriquecer la visión que tienen los padres comunicándoles cómo se desenvuelve
su hijo en la institución educativa, en los diversos ámbitos de su desarrollo, a
qué cosas responde con más interés y dónde requiere ayuda.
De existir alguna dificultad, es importante explorar la opinión que los padres
puedan tener de ello. Sucede, a veces, que lo que para el tutor es una dificultad
no lo es para los padres, y viceversa. Por ejemplo, un estudiante puede ser
violento con sus compañeros y el padre considera que “tiene que ser así para
hacerse respetar”. Es preciso, además, que indaguemos si la dificultad ocurre
también en casa, si ha sucedido en años anteriores, o si hay algún
acontecimiento reciente que está influyendo.
Mantener una actitud neutral ante problemas de pareja o conflictos familiares. Es
importante evitar identificarse con alguno de los padres, sea por compartir el
género, vivir una situación parecida, tener un hijo con características semejantes
al estudiante o cualquier otro motivo.
Al finalizar la entrevista:
Es importante resumir los principales puntos tratados, subrayar las acciones a poner en
práctica, destacar los acuerdos tomados; así como brindar un espacio para permitir una
pregunta o comentario final: ¿Les ha quedado alguna duda? ¿Hay algo más que
quisieran decir para poder comprender mejor y ayudar a su hijo?
Es un término general que describe problemas específicos del aprendizaje. Esto puede
causar que una persona tenga dificultades aprendiendo y usando ciertas destrezas. Los
principales problemas se presentan en la lectura, el cálculo, la expresión escrita, el habla
o lenguaje, y el razonamiento.
Los investigadores creen que los problemas del aprendizaje son causados por
diferencias en el funcionamiento del cerebro y la forma en la cual éste procesa
información. Los niños con problemas del aprendizaje no son perezosos, ni poco
capaces. Muchos de ellos tienen un nivel de inteligencia promedio o inclusive superior
al promedio. Lo que pasa es que sus cerebros procesan la información de una manera
diferente.
No se consideran problemas del aprendizaje aquellos que son principalmente el
resultado de problemas de la visión, audición o problemas en la coordinación motora,
del retraso mental, de disturbios emocionales, o desventajas ambientales, culturales, o
económicas.
Los problemas de aprendizaje pueden continuar a lo largo del proceso vital de un
estudiante. Podría decirse que no hay una “cura” para ellos. Sin embargo, los niños con
problemas del aprendizaje pueden progresar enseñándoles maneras de sobreponerse a
dichos problemas. Con la ayuda adecuada, los niños pueden aprender con éxito.
¿Cuáles son las señales de un Problema de aprendizaje?
No hay ninguna señal única que indique que una persona tiene un problema de
aprendizaje. Los expertos buscan una diferencia notable entre el progreso escolar actual
y el nivel de progreso que podría lograr, dada su inteligencia o habilidad.
También hay ciertas indicaciones que podrían significar que el niño tiene un problema
de aprendizaje.
La mayoría de ellas se relacionan con las tareas de la escuela primaria, ya que los
problemas del aprendizaje tienden a ser descubiertos en esta época. Seguramente el niño
no exhibirá todas estas señales, sin embargo, si presenta varias de estas dificultades,
entonces los padres y el maestro deben considerar la posibilidad de que el niño sea
evaluado por un especialista para deslindar un posible problema de aprendizaje.
Cuando un niño tiene un problema de aprendizaje, puede:
Tener problemas en aprender el alfabeto, hacer rimar las palabras o conectar las
letras con sus sonidos;
Cometer errores al leer en voz alta, y repetir o detenerse a menudo;
No comprender lo que lee;
Tener dificultades para deletrear palabras;
Tener una letra desordenada o tomar el lápiz torpemente;
Luchar para expresar sus ideas por escrito;
Aprender el lenguaje en forma atrasada y tener un vocabulario limitado;
Tener dificultades en recordar los sonidos de las letras o escuchar pequeñas
diferencias entre las palabras;
Tener dificultades en comprender bromas, historietas cómicas ilustradas, y
sarcasmo;
Tener dificultades en seguir instrucciones;
Pronunciar mal las palabras o usar una palabra incorrecta que suena similar;
Tener problemas en organizar lo que él o ella desea decir o no puede pensar en
la palabra que necesita para escribir o conversar;
No seguir las reglas sociales de la conversación, tales como tomar turnos, y
puede acercarse demasiado a la persona que le escucha;
Confundir los símbolos matemáticos y leer mal los números;
No poder repetir un cuento en orden (lo que ocurrió primero, segundo, tercero);
y/o
No saber dónde comenzar una tarea o cómo seguir desde allí.
Autoritario
Permisivo
Negligente
Democrático
Como hemos visto, el estilo democrático es el que tiene mayores beneficios a corto y
largo plazo y son varios tipos de crianza las que le contemplan. Por ejemplo, la crianza
positiva está muy relacionada con la crianza con apego, basada en la construcción de
vínculos afectivos positivos y bien afianzados desde el primer momento y donde el
contacto entre padres, madres y bebés es fundamental: lactancia, colecho, cariño, besos,
abrazos, porteo, respeto... Ambas crianzas están ligadas y, a continuación, vamos a ver
qué podemos hacer en casa para aplicar la crianza positiva.
Toda la teoría se entiende mejor con la práctica, por lo que vamos a explicar una serie
de ejemplos con los que se entenderá a la perfección cómo aplicar la crianza positiva en
casa: