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QUINTO AÑO E.S.

Manual de Política y
Ciudadanía

FABIO GABRIEL D´ATTOMA


EJE 1

LA POLÍTICA

UNIDAD Nº 1:
¿ QUÉ ES LA POLÍTICA?
EJE 1 1. CONCEPTO DE POLÍTICA

¿Qué es la política? 1.1. Introducción

Desde hace muchísimos años se ha intentado dar respuesta al


interrogante ¿qué es la política? Sin embargo, y pese a que se
han esbozado a través de los siglos muchísimas teorías, hasta
hoy no se ha arribado a un concepto acabado y excluyente.

El por qué de esta situación debemos buscarla en el hecho que


para que exista la política deben existir necesariamente opinio-
nes diversas. Y justamente, es esta diversidad de opiniones, de
miradas, de puntos de vistas lo que justifica la coexistencia de
distintas concepciones acerca de qué es la política, sin que nin-
guna de ellas sea la única correcta.

1.2. El hombre: sociabilidad y politicidad innata


CONTENIDO El hombre existe en el mundo, pero no existe sólo, sino que
coexiste con el mundo exterior. Además, el hombre es un ser
1. Concepto de política. Sociabilidad y
social, y debido a esta innata sociabilidad, naturalmente, tien-
politicidad. Dimensiones de la política. Lo
de a relacionarse. Tal como afirma Bidart Campos, “…al hom-
político bre “le pasa” o “le acontece” en su vida individual ser sociable.
2. La ciencia política Esto es irremediable […] (el hombre) se encuentra y se descu-
bre situado, emplazado o instalado en medio de la conviven-
3. Dinámica política. Ideología, utopía y mito. cia. Vivir es con-vivir, es vivir ·con” (con los otros). No hay
Clase política. Partidos políticos. Grupos de otra manera posible de vivir…”
interés o de presión. Opinión pública. Acción
Pero no sólo la sociabilidad es innata en el hombre, también
directa. Medios de comunicación.
lo es la politicidad. “…Ambas se han dado y se dan simultánea-
4. Ética y política mente con él, en su ser. No una primero y otra después, sino

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las dos juntas, ontológicamente inseparables en la realidad asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier
existencial de los hombres”. otro modo (Diccionario de la Real Academia Española online
vigésima edición, http://www.rae.es/rae.html).
En definitiva, la innata sociabilidad del hombre lo compele a
convivir, a vivir en comunidad. Y allí donde hay convivencia, Según Norberto Bobbio, el término política, derivado del adje-
necesariamente – y a los efectos de garantizar la paz – hay or- tivo de polis (politikós) que significa todo lo que se refiere a la
ganización política. ciudad, ha sido transmitido por influjo de la obra de Aristóte-
les intitulada Política, que debe ser considerada como el pri-
Enseña Bidart Campos que “El quehacer que llamamos políti-
mer tratado sobre la naturaleza, las funciones y las divisiones
ca es una actividad humana, o sea, del hombre. Consiste en co-
del estado y sobre las varias formas de gobierno, predominan-
sas que el hombre hace, en comportamientos que el hombre
temente en el significado de arte o ciencia del gobierno. Expli-
cumple. El hombre es el sujeto de la política. Hay política por-
ca el notable politólogo que el vocablo en cuestión, por siglos,
que hay hombres. Hay organización política porque hay hom-
se ha empleado para indicar obras dedicadas al estudio de
bres, porque hay convivencia, que es también realidad huma-
aquella esfera de actividad humana que de alguna manera ha-
na”.
ce referencia a las cosas de la polis (estado).
Hannah Arendt afirma que “La política, se dice, es una necesi-
Muchos pensadores griegos, de la Grecia antigua del período
dad ineludible para la vida humana, tanto individual como so-
clásico (siglo V a.C.), se dedicaron a pensar, hablar, y algunos
cial. Puesto que el hombre no es autárquico, sino que depende
también a escribir, sobre la política. Entre ellos surgieron dos
en su existencia de otros, el cuidado de ésta debe concernir a
ideas muy importantes.
todos, sin lo cual la convivencia sería imposible…”.
La primera es que la política existe para hacer mejor la vida en
1.3. Concepto de política
comunidad de las personas. La política existe porque existe
En el diccionario de la Real Academia Española, la voz política una comunidad de gente que vive unida y viceversa: si existe
tiene diversas acepciones. Cuatro de ellas son las que nos inte- gente que vive en una comunidad existe la política. Podríamos
resan: 1) adj. Dicho de una persona: Que interviene en las co- ensayar una primera definición de política diciendo que se tra-
sas del gobierno y negocios del Estado. U. t. c. s.; 2) f. Arte, ta del conjunto de normas y acuerdos, tácitos o explícitos, que
doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados; 3) f. existen entre las personas que viven en una comunidad sobre
Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públi- los asuntos comunes (economía, territorio, relaciones entre
cos; y 4) Actividad del ciudadano cuando interviene en los
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ellos) para que la vida en comunidad sea buena (“para vivir manidad? Por supuesto que no. En este sentido, Norberto
bien” como decía Aristóteles). Bobbio afirma que “En la edad moderna el término (política)
perdió su significado original, poco a poco sustituido por otras
La segunda idea es que la política no es una actividad para es-
expresiones como “ciencia del estado”, “doctrina del estado”,
pecialistas, vale decir que no es un oficio para el cual hay que
“ciencia política”, “filosofía política”, etc., y se emplea común-
tener un técnica específica, sino para cualquiera que sea ciuda-
mente para indicar la actividad o el conjunto de actividades
dano. En efecto, los griegos entendían que para hacer política
que de alguna manera tienen como término de referencia la
sólo había que ser un hombre libre y tener opinión. La política
polis, es decir, el estado. De esta actividad la polis a veces es el
era, en la ciudad griega de Atenas especialmente, el mundo de
sujeto, por lo cual pertenecen a la esfera de la política actos co-
la opinión.
mo el ordenar (o prohibir) algo con efectos vinculantes para
Lo político para los griegos se centraba en la libertad, entendi- todos los miembros de un determinado grupo social, el ejerci-
da ésta negativamente como no ser dominado y no dominar, y cio de un dominio exclusivo sobre un determinado territorio,
positivamente como un espacio sólo establecido por muchos, el legislar con normas válidas “erga omnes”, la extracción y la
en el que cada cual se mueva entre iguales. distribución de recursos de un sector al otro de la sociedad,
etc.; a veces es objeto, por lo cual pertenecen a la esfera de la
En este sentido, Hannah Arendt afirma que “…en la polis […] política acciones como conquistar, mantener, defender, am-
el sentido de lo político […] era que los hombres trataran en- pliar, reforzar, abatir, trastornar el poder estatal, etc.”.
tre ellos en libertad, más allá de la violencia, la coacción y el
dominio, iguales con iguales, que mandaran y obedecieran só- Bidart Campos explica que política es una actividad, es un
lo en momentos necesarios – en la guerra – y, si no, que regu- quehacer que construye, consolida, conserva y modifica la es-
laran todos sus asuntos hablando y persuadiéndose entre sí”. tructura de la sociedad total, con su orden, su fin, sus necesida-
des, su poder, etc. La política es un fenómeno que denota acti-
En este espacio de libertad, opinar y ejercer cargos públicos vidad: actividad relacionada con una organización.
eran las dos cosas que hacían todos los varones adultos ate-
nienses libres. En síntesis, es posible afirmar que se denomina política a la
actividad o el conjunto de actividades humanas desarrolladas
Hasta acá se dio respuesta al interrogante de qué es política en el ámbito público tendiente a organizar los asuntos comu-
desde el punto de vista de la Grecia Antigua. Pero la concep- nes (organizar la convivencia) teniendo como objetivo o fin úl-
ción de qué es la política y qué es lo político ¿se mantuvo inal- timo que la vida en comunidad sea buena (para vivir bien, se-
terable durante casi mil quinientos años de evolución de la hu- gún Aristóteles; bien común, más modernamente).
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1.4. Dimensiones de la política tinción amigo-enemigo. Según su pensamiento, la verdadera
especificidad de lo político no se funda en ninguna otra distin-
La política reúne un conjunto de actividades sociales orienta-
ción.
das a organizar la vida en sociedad con el fin último de alcan-
zar el bien común. En esa variedad de prácticas podemos reco- Si bien es cierto que la lucha es necesaria, en tanto expresa la
nocer dos diferentes dimensiones: una de las cuales se relacio- vitalidad de una sociedad, no puede reducirse la política sólo a
na con la lucha por el poder: la dimensión agonal; y la otra, la dimensión agonal. Ésta, debe entenderse como una fase o
que refiere a la construcción desde el poder, a qué hago con el etapa del proceso político: aquella en que se abren las posicio-
poder una vez alcanzado: la dimensión arquitectural o arqui- nes para someterlas a juicio, para confrontarlas, para debatir
tectónica. y escoger la mejor de ellas. La deliberación política puede ser
concebida, entonces, como una herramienta para evitar la gue-
1.4.1.Dimensión agonal
rra y la violencia, como una oportunidad de presentar las posi-
Agonal, etimológicamente, deriva del griego agonía que signifi- ciones divergentes, como un paso previo a la búsqueda de con-
ca lucha. También de la palabra agonía deriva el término “an- sensos, de alternativas intermedias o superadores. Cuando la
tagonista”: contra el cual se lucha. dinámica política queda instalada en la fase agonal es difícil
llevar adelante una construcción colectiva y, en muchos casos,
En consecuencia, puede pensarse que la actividad política lle- mantener vigentes las reglas de convivencia política entre dife-
va usualmente a delinear posiciones antagónicas: quienes es- rentes sectores.
tán a favor de una idea o proyecto y quienes están en contra.
También los diferentes candidatos que se postulan para un car- 1.4.2. Dimensión arquitectónica o arquitectural
go se presentan como antagonistas ante el electorado.
La dimensión arquitectónica o arquitectural se manifiesta en
La continuidad de las luchas políticas promueve la formación la elaboración y promoción de proyectos sobre diferentes as-
de frentes, bandos, tendencias, movimientos o partidos que se pectos de la vida en sociedad: económicos, culturales, sociales,
enfrentan públicamente y contrastan sus ideales, sus opinio- educativos, etc.
nes y sus proyectos.
Si la dimensión agonal enfatiza los rasgos confrontativos y de-
Para algunos pensadores, la dimensión agonal es el aspecto liberativos de la militancia política, la dimensión arquitectóni-
principal de la política. Por ejemplo, a criterio del jurista ale- ca reúne los aspectos organizativos y administrativos que per-
mán Carl Schmitt (1888-1985) lo central de la política es la dis- miten traducir las ideas en acciones concretas.

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La dimensión arquitectónica o arquitectural es la que suele te- que la familia. Es que el ámbito propio de ésta es la esfera do-
ner mayores efectos en la vida cotidiana de la sociedad, por- méstica, el ámbito privado; mientras que lo político pertenece
que en ella se concretan los proyectos y se hacen efectivos los al espacio público, es decir, al espacio común a todos los inte-
cambios en las instituciones. Aquí el ejercicio del poder políti- grantes de una sociedad.
co es una actividad creadora, integradora y constructora, que
Hannah Arendt, refiriéndose a lo político en la antigua Grecia,
ofrece conducción a la sociedad, posibilitando su autocreación
afirma que “…en la polis […] el sentido de lo político […] era
y renovación.
que los hombres trataran entre ellos en libertad, más allá de la
Es habitual escuchar que se califica de estadista al político que violencia, la coacción y el dominio, iguales con iguales, que
se destaca en la fase arquitectónica, es decir, a quien toma de- mandaran y obedecieran sólo en momentos necesarios – en la
cisiones en la gestión pública pensando no sólo en su conve- guerra – y, si no, que regularan todos sus asuntos hablando y
niencia política, sino fundamentalmente teniendo presente los persuadiéndose entre sí”. Es decir, la filósofa ubica a lo políti-
intereses del país que gobierna. Sin embargo, no sería posible co dentro del ámbito público y en el marco de la libertad, la
demostrar esos rasgos de estadista sin antes haber transitado igualdad y el consenso.
la lucha por el acceso al poder.
Para Horacio Sanguinetti, resulta difícil definir lo político. Pre-
La política requiere de la integración entre la dimensión ago- fiere, entonces, describir los fenómenos políticos como “…
nal y la arquitectónica en un sucesivo proceso de equilibrio. aquellos que se refieren al poder en la esfera del Estado…”.
La articulación entre ambas dimensiones permite reunir los
Bidart Campos, por su parte, sostiene que lo político surge
contrastes de la actividad política: movimiento y orden, estabi-
por, en y con la organización de una convivencia social. Lo po-
lidad y cambio, conflicto y consenso.
lítico es, esencialmente, el fenómeno necesario de la organiza-
1.5. ¿Qué es lo político? ción o estructura que adquieren las sociedades totales (comu-
nidad o sociedad).
En cuanto a qué es lo político, hay quienes afirman que es el
espacio donde se reproducen relaciones de poder. Esta defini- 2. LA CIENCIA POLÍTICA
ción es, cuanto menos, inexacta. Si fuera correcta, habría polí-
La ciencia política es una disciplina científica que forma parte
tica allí donde se verificare cualquier relación de poder. Nada
de las Ciencias Sociales que enfoca su estudio en los fenóme-
más alejado de la realidad. Piénsese, por ejemplo, en la rela-
nos y estructuras que dan forma a lo político. Dicho de otra
ción padre-hijo. Es cierto que allí existe una relación de poder.
manera, su objeto de estudio es el poder político, entendido
Sin embargo, nada se encuentra más distante de lo político
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como el poder ejercido desde el Estado, que es poder irresisti- rió un significado peyorativo. Lo que se desprecia es la validez
ble, coactivo. del pensamiento del adversario, porque se lo juzga apartado
de la realidad.
La ciencia política describe, explica y valora hechos cuyo ma-
nejo resulta indispensable para observar la formación y evolu- Podemos decir, coincidiendo con Horacio Sanguinetti, que las
ción de los sistemas gubernativos, así como las doctrinas polí- ideologías son el factor movilizador de las ideas, que se tradu-
ticas, procurando extraer principios generales válidos. cen en acción. Las ideologías políticas son medios dinámicos,
que canalizan las energías emocionales en pos de una determi-
Los hechos en los que se basa, son los hechos históricos, por-
nada estructura de poder. Que aparejan una visión totalizado-
que sólo del estudio y confrontación de diversas situaciones
ra del mundo, y aprehenden una realidad de modo no siempre
políticas puede aprehenderse el poder, sus constantes y moda-
totalmente racional ni abarcador, pero que pretenden serlo.
lidades.
Para Mario J. Lopez, “las ideologías son complejas estructuras
Los profesionales de la ciencia política reciben el título de poli-
de pensamiento, con su alta dosis de ingredientes irracionales,
tólogos.
sustentadas por grupos sociales determinados, a cuyos fines
3. DINÁMICA POLÍTICA se encuentran vinculadas, que obran como fuerzas políticas, y
que constituyen tomas de conciencia de la realidad, ni total-
3.1. Factores movilizadores del proceso político. Ideología, mente falsas, ni totalmente verdaderas, pero que se ofrecen
utopía y mito subjetivamente a los ideólogos y a los partidos, como genera-
les y objetivas, totales y autónomamente verdaderas, y objeti-
3.1.1.Ideología
vamente a los politólogos y a los sociólogos, como parciales
Hasta el siglo XVIII por ideología se entendía algo así como (en el doble sentido), perspectivistas y relacionales”.
una ciencia o filosofía de las ideas, a la que podemos calificar
Entre otras clasificaciones, en términos muy esquemáticos,
de histórica y socialmente neutra. Esto es, se estudiaba un de-
puede hablarse de ideologías de izquierda y de derecha. Los
terminado cuerpo de doctrina, aislado del medio social y de
términos provienen de la Revolución Francesa, según como se
las circunstancias históricas en que se producía.
sentaban los diputados en las asambleas populares. A la “dere-
El concepto moderno de ideología nació cuando Napoleón, al cha” se ubicaban los sectores monárquicos, tradicionalistas,
advertir que un grupo de filósofos se oponía a sus ambiciones reaccionarios, y al otro lado, los revolucionarios, progresistas,
imperiales, les aplicó el rótulo de ideólogos. El término adqui- democráticos.

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La izquierda – se ha dicho – equivale a revolución, a cambio, a Mannheim mantiene que, en contraste con las ideas congruen-
impugnación de un orden determinado. Pero cuando toma el tes y adecuadas, hay dos clases principales de ideas que tras-
poder, se convierte en defensora del orden por ella estableci- cienden la situación: las ideologías y las utopías. Las ideolo-
do. ¿Basta eso para decir que entonces es derecho? Segura- gías son las ideas que trascienden la situación y que nunca lo-
mente, no. La izquierda desde el llano o el poder, postula la graron, de hecho, realizar su contenido virtual. Las utopías
justicia social, y la derecha, el orden. trascienden la situación social, pues orientan la conducta ha-
cia elementos que no contiene la situación tal como se halla
3.1.2. Utopía
realizada en determinada época. Y no son ideologías en cuan-
El vocablo utopía, inventado por Tomás Moro, significa algo to logran, por una contra actividad, transformar la realidad
así como “ningún lugar”. Moro utilizó la técnica de mostrar un histórica existente en algo que esté más adecuado con sus pro-
orden admirable para criticar, por contraste, la sociedad de su pias concepciones.
tiempo.
En definitiva, la connotación contemporánea del término utó-
Al mismo tiempo, la expresión “utopía” significa una suerte de pico designa, ante todo, una idea que, en principio, es irrealiza-
sueño irrealizable, inalcanzable, de irrealidad creada por un ble. Pero Mannheim utiliza el término de marras en un senti-
intelectual en su solitario gabinete. do meramente relativo, significando así una utopía que parece
irrealizable sólo desde el punto de vista de determinado orden
Sin embargo, Mannheim da un sentido particular al término y social, que es actualmente vigente.
designa con el nombre de utopías a aquellas orientaciones que
trascienden la realidad cuando, al pasar al plano de la prácti- 3.1.3. Política y Mito
ca, tienden a destruir, ya sea parcial o completamente, el or-
En occidente, desde los orígenes de la tradición griega parecie-
den de cosas existente en determinada época.
ra se tiene registro de la existencia de dos mundos: uno que
Es cierto que en cualquier período histórico han existido ideas podría denominarse como apetito irracional y en oposición a
que trascendían el orden existente, pero no funcionaban pro- éste, el pensamiento racional.
piamente como utopías: eran más bien ideologías adecuadas a
Este último surgió en las ciudades griegas del Asia Menor. Pa-
aquella época de la existencia, ya que se integraban armoniosa
ra el racionalismo la noción de debate, de argumentación cons-
y orgánicamente con la concepción del mundo característica
tituye una condición fundamental. El pensamiento irracional
de ese período, es decir, que no ofrecían oportunidades revolu-
– representado por la imaginación mítica –, en cambio, en-
cionarias.
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cuentra en el mito una especie de relatos aceptados, compren- En sus orígenes el mito fue un intento por explicar la relación
didos, sentidos como tales. del hombre con el universo, y tiene para quienes lo vuelven a
contar, un valor predominantemente religioso; o puede haber
Estos dos mundos coexisten en permanente tensión. Como
surgido para explicar la existencia de cierta organización so-
afirma Pizzolo: “…un mundo dominado por el deseo, y otro
cial, una costumbre o la peculiaridad de un ambiente. “No se
donde se intenta contener al deseo. Un el primero, la pasión
trata, en consecuencia, de parábolas sin sentido o de puros en-
unida a la imaginación y la creatividad, casi no tropiezan con
tretenimientos. Los mitos esquematizan necesidades y situa-
límite o frontera alguna. Se puede sostener, y la mayoría de la
ciones propias del hombre, con alcance muy hondo”.
sociedad aceptar sin mayores reparos, la existencia de fabulo-
sos y coloridos mitos que, por sí mismos, pueden explicar el Es posible afirmar que el discurso mítico se funda preponde-
origen, desarrollo y fin de todas las cosas, entre ellas, de la or- rantemente sobre elementos religiosos e irracionales. El mito
ganización política de una sociedad. En el segundo de los mun- se presenta como una realidad que no puede ser rechazada o
dos, el mito es cercado y aislado, expulsado sin más por ofen- criticada; tiene que se aceptada de manera pasiva. En otras pa-
der la existencia misa de la razón humana. Aquí, las explicacio- labras, “…el papel reservado a los individuos en el escenario
nes las genera un pensamiento que renuncia a liberar su imagi- público es el de un simple observador pasivo que consiente,
nación buscando con ello hacer creíble lo que se afirma...”. pero difícilmente se sirva de la crítica, de la acción política opo-
sitora”.
La tensión entre ambos mundos, entre el dominio de lo irra-
cional y el dominio de lo racional ha influido al conocimiento En oposición al discurso mítico, se abrió paso el discurso racio-
político desde sus raíces, ha constituido desde siempre su mo- nal, inspirado en principios asequibles desde la razón misma.
tor. El origen de la estructura que contiene social y políticamente
a la sociedad ya no se infiere de la ilimitada imaginación hu-
El MITO indica en principio, una leyenda o fantasía, referida
mana sino de la razón y los límites que surgen de la crítica.
sobre todo a primitivas manifestaciones religiosas. Pizzolo ex-
plica que se trata de una masa de ideas, de representaciones, Refiriéndonos específicamente al campo de la política, mu-
de creencias teórica y juicios. Y agrega que “…estas creencias chas ideologías y movimientos de este orden recurren a los mi-
están en abierta contradicción con nuestra experiencia senso- tos como al elemento catalizador, que resuma sus aspiracio-
rial, y como no existe ningún objeto físico que corresponda a nes y proyectos más caros. Por lo común, el mito es negado co-
la representación mítica, de ahí se sigue que el mito es una pu- mo tal por quien lo proclama. Éste afirma y suele creer que
ra fantasmagoría…”.

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aquél es la verdad, mientras que quien lo combate le asigna un Si la política es actividad que busca ordenar, organizar a la so-
sentido de irrealidad e irracionalidad. ciedad, esto implica necesariamente la existencia de relacio-
nes de mando y obediencia. Es claro, entonces, que en todo sis-
Como afirma Girarbet, el mito político es claramente fabula-
tema político deben existir mecanismos de selección de los
ción, deformación o interpretación objetivamente recusable
que mandan. Cualesquiera que sean esos mecanismos forma-
de lo real. Pero, el relato legendario, también es cierto que
les, la función efectiva del mando la desempeña siempre un
cumple una función explicativa, al proponer cierto número de
número reducido de personas.
claves para comprensión del presente y constituir una grilla a
través de la cual aparentan ordenarse el caos desconcertante La noción de élite, clase dominante o simplemente clase políti-
de los hechos y los sucesos. Es verdad, además, que ese papel ca, si bien es muy antigua, se afirma con Saint-Simon y es ex-
de explicación se duplica con uno de movilización: por todo lo presada concretamente por Gaetano Mosca en su libro Ele-
que vehiculiza de dinamismo profético, el mito ocupa un lugar menti di scienza política (Turín, 1923). Allí sostiene que “en
central en los orígenes de las cruzadas, lo mismo que en los de toda sociedad humana llegada a un cierto grado de desarrollo
las revoluciones. y de cultura, la dirección política en el sentido más amplio de
la expresión, que incluye la administrativa, militar, religiosa,
Algunos fenómenos sociales, especialmente las experiencias
económica y moral, está constantemente ejercitada por una
autoritarias y totalitarias del siglo XX se encuentran asociados
clase especial, o sea por una minoría organizada”.
a los mitos. Así, por ejemplo, Mussolini proclamó orgullosa-
mente, dentro de su doctrina, la necesidad del mito. Los suyos Los cargos pueden ser ocupados rotativa o alternativamente
eran la nación, el Estado omnipotente, la reconstrucción del por distintas personas, incluso de intereses encontrados. Pue-
Imperio Romano, la tradición latina. Hitler manejó el mito de de existir una transferencia pacífica del poder, pero siempre
la raza; el comunismo manejó la dictadura del proletariado pa- habrá una “clase dirigente”. Clase que es la que ejerce efectiva-
ra eliminar las diferencias de clases y la futura abolición del mente el poder, ocupando o no los cargos de gobierno.
Estado.
“El reclutamiento de las clases dirigentes en los Estados mo-
El mito se transforma así en un procedimiento que ayuda a la dernos es muy complejo. En el Estado feudal, la posesión de la
victoria; un elemento de impulso, que atrae adeptos y unifica tierra era el elemento de poder. En el absolutismo, la nobleza
tras de sí las adhesiones. tenía privilegios que la permitían ser clase dominante […] Con
el advenimiento del liberalismo, la burguesía accedió al poder
3.2. Clase política
proveyendo una élite donde simultáneamente se daban la po-

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sesión de los bienes materiales y culturales. La capacitación, En toda sociedad existe liderazgo. En las sociedades animales,
en efecto sólo era posible para quienes disponían de riqueza. el liderazgo es ejercido inexorablemente por el más apto, pues
Sin embargo, la evolución posterior de los acontecimientos al- se trata de cubrir necesidades elementales de tipo biológico
teró las formas de reclutamiento de las élites, permitiendo la del grupo. Afirma Mosca que “en todo organismo político exis-
formación de varias élites concurrentes capacitadas – sindical, te siempre una persona que es el jefe de la jerarquía de toda
militar, partidista, universitaria, empresarial, etc.-, donde la clase política, y dirige lo que se llama timón del Estado. Esta
aptitud intelectual no siempre corre pareja con la capacidad persona no siempre es la que legalmente ejerce el supremo po-
económica. Así, en la moderna sociedad de masas el criterio der”. Es decir, quien cubre los cargos de gobierno pude ser el
del rendimiento de la clase dirigente “no emerge ya – como di- líder formal; pero no necesariamente es el líder material o de
ce Sampay – de los valores de la ilustración, sino de la destre- fondo.
za en la acción política”.
Los regímenes totalitarios han llevado hasta la exacerbación el
El liderazgo implica la aparición de una personalidad relevan- culto al líder y el personalismo. Sin embargo, el liderazgo no
te: el líder, caudillo, duce, Führer, conductor, que por determi- está reñido con el sistema democrático, porque en suma los
nadas razones logra ejercer gravitación sobre el pueblo; una hombres son los que dan vida a las instituciones.
gravitación aceptada libremente por motivos de simpatía, ad-
3.3. Partidos políticos
miración, afecto, devoción que puede despertar la figura direc-
tiva. El tema de los partidos políticos será tratado oportunamente
en la Unidad Nº 12.
En la formación del líder colaboran elementos racionales e
irracionales. El reconocimiento de un líder real implica una 3.4. Grupos de interés o de presión
relación casi de “enamoramiento”, pasión y libido. Por desgra-
cia, no siempre el líder es el mejor, y a veces, deja mucho que En todo sistema político, cualquiera sea su característica, exis-
desear en lo político, moral, intelectual, etc. El liderazgo utili- ten titulares de los cargos de gobierno, y también personas
za una serie de resortes viscerales y míticos que la razón no que, sin ocupar cargo alguno, gravitan sobre las decisiones po-
siempre puede despejar. El líder encarna un ideal, apoyado en líticas. Son los llamados “influyentes”.
elementos que van desde su postura física hasta el papel pater-
El régimen democrático representativo ha creado un tipo de
nalista y protector que puede desempeñar.
influencia, no buscada ni querida por el gobernante. Esta in-
fluencia consiste en la “presión” que ejerce sobre los gobernan-

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tes – especialmente en los legisladores, en un comienzo –, pa- car que los grupos de interés o de presión no aspiran a ejercer
ra que tomen o dejan de tomar determinadas medidas de go- el poder, sólo a condicionarlo en los aspectos que les toquen.
bierno. La ejercen los grupos deseosos de salvaguardar sus Estos grupos pueden ser de carácter económico (sindicatos,
propios intereses, y por los medios más diversos. entidades empresariales, etc.) o culturales (grupos religiosos,
clubes, academias, fundaciones, etc.).
En Norteamérica recibe el nombre de lobbying, que deriva de
lobby, pasillo o corredor, ya que en dicho lugar es donde usual- 3.5. Opinión pública
mente el peticionante aborda al legislador para convencerlo
Charles Dolfus destaca que el fenómeno conocido como “opi-
en determinado sentido.
nión pública” es propio del advenimiento del estado llano fran-
Ahora bien, al hablar de grupos de presión, no se hace referen- cés y de la concepción liberal de la política. Efectivamente, en
cia a simple peticionantes. “La petición aporta elementos ra- las épocas feudales y en sociedades rígidamente estratificadas
cionales, pero la presión no es un mero llamado a la razón, si- en castas, la opinión pública no cuenta.
no que utiliza elementos perentorios de otra índole, aunque
En la organización social moderna, la opinión pública revista
no sea necesario, ni mucho menos, que haga correr dinero con-
una importancia tangible, pese a que su existencia, sujeto, ex-
tante […] Entrevistas, encuentros casuales, conversaciones im-
tensión y el modo de medirlos, resulten de una vaguedad y
provisadas, exposiciones de hechos y argumentos, publicacio-
complejidad excepcionales. Se trata de un factor de poder, una
nes, cartas a los diarios, avisos, artículos especiales, recomen-
fuerza política que, sobre todo, se manifiesta por vía de la in-
daciones de personas que son o se presumen influyentes, ce-
fluencia; es decir, la relación inversa al poder, la tensión que
nas, recepciones y otras distracciones, incluso el encanto feme-
va del gobernado al gobernante. Cabe aclara que la opinión pú-
nino, todo es bueno para inducir al hombre público a conside-
blica no existe sólo en el plano político. El sujeto de ella es co-
rar favorablemente una disposición”.
lectivo – no individual –, difuso y bastante inaprehensible.
En verdad, la presión puede ejercerse sobre cualquier órgano
La disidencia es fundamental a la hora de analizar la opinión
del gobierno, no sólo sobre el Legislativo. Los sujetos de la pre-
pública. No interesa la opinión pública unánime sobre temas
sión son, en principio, los llamados “factores de interés”; es de-
obvios como el riesgo de una inundación o un cataclismo cual-
cir, aquellas fuerzas que no pertenecen al Estado, ni aspiran,
quiera. La existencia de tendencias disidentes suele coincidir
como los partidos políticos, a alcanzar el poder, sino solamen-
con grupos sociales diferenciados, según clase social, condi-
te “se interesan” por determinadas soluciones que coincidan
ción económica, el interés inmediato (por ejemplo la calidad
con sus intereses específicos de grupo. Es fundamental recal-

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de propietario o inquilino de inmuebles), la educación, la pro- de un determinado ordenamiento político. Alegan la inutili-
fesión etc. dad de todo remedio dentro del régimen impugnado.

En cuanto a la formación de la opinión pública, ésta surge co- Por lo tanto, la acción directa está vinculada con el derecho a
mo consecuencia de estímulos informativos. Existen factores la rebelión y la resistencia a la opresión y consiste en un méto-
especiales que inciden en la opinión pública, que puede ser do intolerante de vida, una conducta permanente de ilegitimi-
manejada, por ejemplo, mediante campañas de rumores desa- dad, practicada desde el llano o desde el gobierno. Esa actitud
tados a designio, o por agentes provocadores, o por todos los es del fascismo, como ha señalado Ortega y Gasset, al menos
medios de difusión y propaganda. mientras está fuera del poder.

Otra gran dificultad relacionada con la opinión pública es có- Esta acción, originariamente enarbolada por los anarquistas,
mo medirla. Uno de los métodos más extendidos por todo el entronca directamente con la violencia, y ha sido característi-
mundo político, de regular confiabilidad, es el métodos de en- ca de grupos extremistas de izquierda o derecha.
cuestas. Algunas empresas especializadas suelen realizar com-
3.7. Medios de comunicación
pulsas telefónicas. Otras abordan a los encuestados en la calle
o en sus hogares y proyectan los resultados. Los medios de comunicación si bien no son un poder en sí mis-
mo, son un poderoso instrumento de poder, al cual se le reco-
El riesgo que presenta es que las encuestas puedan “dibujar-
noce la capacidad de producir y reproducir ideologías y de
se” por profesionales comprometidos con una línea política; y
mostrar fragmentos de la realidad como si fuesen una totali-
el resultado anunciado, a su vez, revierta y condiciones a mu-
dad, de moldear la opinión pública.
chos votantes. Es decir, que se pueda moldear la opinión públi-
ca so pretexto de medir tendencias. Dentro de los medios de comunicación actuales, indudable-
mente, el más influyente es la televisión. La videopolítica cam-
Los políticos acuden con frecuencia a estas compulsas, y a ve-
bió los escenarios de contacto directo entre la ciudadanía y los
ces, incluso los gobiernos, para tomas o no determinadas me-
políticos: ya no son necesarios actos multitudinarios porque
didas y prever la reacción popular.
pueden ser reemplazados por minutos de televisión.
3.6. Acción directa
Con el afán de llegar a un público amplio y de lograr una acep-
La acción directa, por oposición a la acción institucional o jurí- tación masiva, el discurso político y las ideologías partidarias
dica, ha sido preconizada por grupos que intentan la ruptura se vaciaron de contenido. En la actualidad se hacen campañas

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políticas a través de la televisión y los medios en general, ape- “Ética y política conviven en un mismo ámbito de estudio des-
lando al humor, la proximidad de figuras populares y dejando de los primeros tiempos de la especulación filosófica de donde
en segundo plano la pertenencia a partidos políticos e ideolo- partirá, al menos en occidente, el desarrollo del conocimiento
gías. político”.

En otras palabras, para lograr la beneplácito de la ciudadanía La distinción de lo que es moralmente lícito o moralmente ilí-
y a fin de acceder al poder o de mantenerse en él, los políticos cito fue desde el principio y sigue siendo hoy el problema fun-
utilizan los medios de comunicación masiva, fundamentalmen- damental a resolver. Encontrar respuestas a este problema re-
te la televisión, adoptan los sus códigos, y dejan de lado el quiere la elaboración de ciertas categorías morales con el fin
mensaje político profundo, la comunicación de las cuestiones de conceptualizar lo moralmente correcto. Los primeros es-
ideológicas y de los planes de gobierno, etc. fuerzos se centraron en dotar de un contenido a las nociones
del bien y del mal. Y precisamente, fue el antagonismo que se
4. ÉTICA Y POLÍTICA
estableció entre estos dos términos, la ilustración de sus perfi-
4.1. Concepto de ética. Su diferencia con la moral les antitéticos, lo que contribuyó la regla a seguir: lo que está
bien no está mal, por ende, lo que está mal no está bien. Con
La ética – que etimológicamente deriva de la voz griega êthos, lo cual se estableció que, sólo bien puede derivarse del bien, y
que significa costumbre – es una disciplina filosófica que fun- sólo mal puede derivarse del mal. Para esta antigua moral no
damenta los criterios para actuar en relación con uno mismo. es posible alcanzar el bien como fin, apelando al mal como me-
dio o viceversa.
Es habitual confundir los términos ética y moral, usarlos co-
mo sinónimo. Sin embargo, no lo son. La moral refiere a las Trasladado a la política, el razonamiento anterior significó la
normas que rigen nuestra conducta. Mientras que la ética es subordinación de la aquélla a la ética. Subordinación que que-
una disciplina que trata establecer sobre qué se fundan las nor- dó plasmada fundamentalmente con la construcción moral de
mas morales. Se puede decir, entonces, que la ética es la moral la noción de virtud y su estricta aplicación a la actividad políti-
razonada. ca. El político virtuoso era aquel que ajustaba su conducta a
las reglas de una moral universal.
4.2. Relación entre ética y política
Aristóteles enseña en el comienzo del libro II de la Ética a Ni-
4.2.1. Del monismo al dualismo
cómano que la ética procede de la costumbre. De esto resulta
evidente que ninguna de las virtudes éticas se produce en no-

14
sotros por naturaleza, ya que ninguna cosa natural se modifica y de realizar, incluso recurriendo a cualquier medio, el fin de-
por costumbre. Por tanto, las virtudes éticas no se producen seado.
ni por naturaleza, ni contra naturaleza, sino por tener aptitud
Acertadamente se dice que Maquiavelo valora la fuerza y la as-
natural para recibirlas y perfeccionarlas mediante la costum-
tucia como virtudes principales de un gobernante. Este autor
bre. Así, practicando la justicia no hacemos justos; practican-
deja de lado la pureza y la bondad que pregonaba la moral cris-
do la templanza, templados; y practicando la fortaleza, fuer-
tiana, y considera que es preferible ser temido a ser amado, y
tes.
que ser bueno políticamente es saber escoger cuán conviene
La relación estrecha entre ética y política se continuó en el pe- apegarse a las normas éticas y cuándo alejarse de ellas.
ríodo del medioevo, durante el cual el pensamiento cristiano
deducía los mandatos morales de la fe religiosa y subordinaba
la política a esos mandatos. 4.2.2. Teorías justificadoras de la división entre ética y
política
Esta forma monista de entender la relación entre ética y políti-
ca es devorada en el Renacimiento italiano, por las tesis des- La toma de conciencia de que la relación entre ética y política
criptivas del realismo político. El estudio de la realidad, junto corren por carriles diferentes introdujo la necesidad de tesis
a las experiencias históricas, deja en evidencia el divorcio exis- justificadoras que evitaran presentar a la política como una
tente entre la ética y la política. De manera determinante, sur- ciencia moralmente neutra. Se construyó, entonces, todo un
ge que el buen gobernante no era ya el que perseguía el bien cuerpo de doctrina plagado de principios extraídos de las pro-
común o dotaba a sus actos de una reconocida equidad. Todo pias entrañas de una rigurosa lectura de la realidad que se pre-
apunta ahora al gobernante que logra mantener la continui- tende regular.
dad de su reino, preservar su poder sin preguntarse tanto si
los medios con los que alcanzaba dicho fin eran o no moral- El politólogo Norberto Bobbio enseña que existen cinco mo-
mente correctos, sino políticamente viables. Hacen su apari- dos diferentes de justificar la distancia entre la ética represen-
ción las denominadas tesis dualistas. tada por una moral común y la política: Teoría de la deroga-
ción; Teoría de la ética especial; Teoría de la superioridad de
Esta visión dualista transforma la noción de virtud tal cual los la política; Teoría donde el fin justifica los medios; y Teoría de
autores clásicos la concibieron. Maquiavelo, en “El Príncipe” las dos éticas.
presenta al soberano virtuoso como aquel cuya virtud está da-
da por la capacidad personal de dominar los acontecimientos ¤ Teoría de la derogación

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La distinción entre ética y política ha sido justificada en la si- Se trata de una concepción dualista, pero aparente. Frente al
tuación particular en la que en determinados casos se viene a problema de la relación entre ética y política, una de las solu-
encontrar el hombre político respecto al hombre común. De ciones posibles es concebir, a una u otra, como dos sistemas
acuerdo a esta teoría hay un único código moral, que encuen- normativos diferentes pero no independientes por completo,
tra fundamento en la revelación o en la naturaleza, de que la si bien puesto uno sobre otro en orden jerárquico.
razón humana es capaz de recabar por sí sola leyes universales
Esta teoría, aunque admite la existencia de dos sistemas, consi-
de conducta. Pero estas leyes, precisamente por su generali-
dera jerárquicamente superior la sistema político, y en esta su-
dad, no pueden ser aplicadas en todos los casos.
perioridad encuentra un argumento óptimo de justificación de
A la luz de esta teoría, no hay ley moral que prevea excepcio- la conducta inmoral del hombre político. Ello en la medida
nes en circunstancias particulares. Lo que aparece a primera que dicha conducta se conforma a una norma superior, de la
vista como una violación al orden moral, cometida por quien que se debe considerar abrogada y por tanto inválida una nor-
detenta el poder político, no es otra cosa que la derogación de ma del sistema normativo inferior incompatible con ella.
la ley moral efectuada en una circunstancia excepcional por la
¤ Teoría donde el fin justifica los medios
existencia de un estado de necesidad.
Esta teoría se basa en la distinción entre dos tipos de accio-
¤ Teoría de la ética especial
nes: las finales, que tiene un valor intrínseco, y las instrumen-
Según esta teoría la naturaleza del arte político impone a tales, que tiene un valor sólo en cuanto sirven para alcanzar
quien lo ejerce acciones moralmente reprobables pero necesa- un propósito considerado por sí mismo como portador de un
rias, justamente, por la naturaleza y el fin de la propia activi- valor intrínseco. Mientras la acciones finales, llamadas buenas
dad. Si hay una ética política diferente a la ética pura, eso de- en sí mismas (como la de prestar ayuda a quien sufre) son juz-
pende del hecho de que el político, como el médico, el comer- gadas por sí mismas, en cuanto acciones desinteresadas, por-
ciante o el sacerdote, no podrían realizar su oficio sin obede- que precisamente son llevadas a cabo sin otro interés que el
cer a un código que le es propio y que como tal no está dicho de efectuar una acción buena, las instrumentales, buena en
que deba coincidir con el código de la moral común, ni con el función de otra cosa, son calificadas con base en su mayor o
de los otros oficios. La ética política, como ética especial, pue- menor correspondencia al logre del fin.
de tener sus motivos para la aprobación de una conducta que
Se le atribuye a Maquiavelo el impulso de esta teoría en su
para el resto pueda parecer inmoral.
obra El príncipe. Lo que constituye el núcleo central del ma-
¤ Teoría de la superioridad de la política quiavelismo es la distinción entre ética y política, con base en
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la siguiente diferencia: la afirmación de que la esfera de la polí- minante en la realización de una acción y, al mismo tiempo,
tica es la de las acciones instrumentales que, en cuanto tales, permitirnos juzgar positiva o negativa una acción real con ba-
deben ser juzgadas no en sí mismas, sino con base en el mayor se en la observación del apego o desapego de ella a la acción
apego para el logro de la meta. abstractamente contemplada. La segunda, en cambio, para
dar un juicio positivo o negativo se sirve de algo que está des-
La solución maquiavélica o de la amoralidad política se presen-
pués, o sea, enseguida del resultado, y proporciona un juicio
ta pues, como aquella cuyo principio es: El fin justifica los me-
positivo o negativo con base en si se alcanzó o no el cometido.
dios. En contraste se podría definir la esfera no política como
Comúnmente, estas dos éticas también suelen ser llamadas éti-
aquella en que es incorrecto el recurso a la distinción entre me-
ca de los principios y ética de los resultados.
dios y fines porque toda acción de be ser considerada por sí
misma, por valor o disvalor que le es intrínseco, con indepen- Quien actúa guiado por una ética de la convicción sólo pone
dencia del fin. atención a que los medios de los cuales se sirve sean los moral-
mente correctos, con absoluta prescindencia del resultado. El
¤ Teoría de las dos éticas
problema para esta concepción ética, según Weber, radica en
De todas las teorías sobre la relación entre ética y política la que parece ignorar lo que ninguna ética del mundo puede elu-
más consecuentemente dualista, admite la existencia de dos dir: el hecho de que para conseguir fines buenos hay que con-
morales basadas en dos diferentes criterios para juzgar las ac- tar en muchos casos con medios moralmente dudosos, o al me-
ciones. Estos criterios lleva a distintas valoraciones del mismo nos peligrosos, y con la posibilidad e incluso con la probabili-
comportamiento con lo cual se presentan, entre sí, incompati- dad de consecuencias laterales moralmente malas.
bles y no intercambiables.
Weber descubre que la política es incompatible con cualquier
Esta teoría de las dos morales se encuentra representada en el ética que no reconozca el hecho de que, quien hace política, as-
pensamiento que Max Weber desarrolló en sus conferencias pira al poder. En esto radica el fin de sus actos, y los medios se
sobre “El político y el científico” (1919). Allí se diferencia la éti- aceptan en la medida que sirvan a ese fin. Surge claro que rea-
ca de la convicción de la ética de la responsabilidad. Lo que liza una lectura que tiende a representar la realidad tal cual es
distingue a estas dos morales es el diferente criterio que en y no como debería ser. Este autor sostiene que la ética del polí-
ellas asumen para juzgar buena o mala una acción. La primera tico es, exclusivamente la de la responsabilidad (o de los resul-
toma en consideración algo que está antes de la acción, un tados), que la acción del político se califica con base en el éxito
principio, una norma, en general alguna proposición prescrip- o fracaso, que para juzgarla con criterios de fidelidad a los
tiva cuya función es la de influir de manera más o menos deter-
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principios es muestra de moralismo abstracto y, en consecuen-
cia, de poco sentido en las cosas de este mundo.

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Estado autocrático

Se denomina Estado autocrático a aquel que abraza como régimen político a la autocra-
cia.

La autocracia es definida por el Diccionario de la Real Academia Española como el sis-


tema de gobierno en el cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. El tér-
mino procede del griego autos (uno mismo) y kratos (gobierno o poder). Designa al sis-
tema de gobierno cuya autoridad recae sobre una sola persona sin ningún límite: el au-
tócrata (el que gobierna por sí mismo).

Su uso más habitual es como parámetro de participación en el poder político, en contra-


posición a otros como la democracia.

La democracia es una estructura de poder construida de abajo hacia arriba (el poder re-
side en el pueblo); la autocracia organiza al Estado de arriba hacia abajo (el poder resi-
de en el gobernante).

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