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Introducción y Objetivos
La Gestión de Nivel de Servicios es un proceso encargado de
llevar a cabo un ciclo continuo de acuerdos; monitoreo e
informes estadísticos sobre el logro de los objetivos; con el fin de
mantener e incluso mejorar la calidad de los servicios de TI.
La Gestión de Niveles de Servicio es el proceso por el cual se definen, negocian y supervisan la calidad
de los servicios TI ofrecidos.
SLA: (SLA: Service Level Agreement > Acuerdo de nivel de servicio es un acuerdo
negociado entre dos partes donde una de ellas es el cliente y la otra un proveedor de
servicios. Estos acuerdos pueden estar vinculados legalmente, o ser un contrato informal
(relaciones inter-departamentales).
SIP: (Service Improvement Plan > Plan de mejora del servicio. El SIP está
destinado a investigar las desviaciones estructurales de los estándares de servicio,
definir medidas e implementarlas, es decir es un plan formal para implementar las
mejoras a los servicios y procesos de TI.
SQP > Service Quality Plan (Plan de Calidad del Servicio). Este debe
incorporar toda la información necesaria para posibilitar una gestión eficiente
de los niveles de calidad del servicio:
Estimación de recursos.
En resumen, el SQP debe contener la información necesaria para que la organización TI conozca los
procesos y procedimientos involucrados en el suministro de los servicios prestados, asegurando que
estos se alineen con los procesos de negocio y mantengan unos niveles de calidad adecuados.
Los servicios TI son diseñados para cumplir sus auténticos objetivos: cubrir las necesidades del
cliente.
Se facilita la comunicación con los clientes, impidiendo los malentendidos sobre las
características y calidad de los servicios ofrecidos.
Se establecen objetivos claros y cuantificables.
Se establecen claramente las responsabilidades tanto de los clientes como de los proveedores
del servicio.
Los clientes conocen y asumen los niveles de calidad ofrecidos y se establecen claros protocolos
de actuación en caso de deterioro del servicio.
La constante monitorización del servicio permite detectar los "eslabones más débiles de la
cadena" para su mejora.
La gestión TI conoce y comprende los servicios ofrecidos, lo que facilita los acuerdos con
proveedores y subcontratistas.
El personal del Centro de Servicios dispone de la documentación necesaria (SLAs, OLAs,etc.)
para llevar una relación fluida con clientes y proveedores.
Los SLAs ayudan a la Gestión TI tanto a calcular los cálculos de costes como a justificar su
precio ante los clientes.
Estos beneficios repercuten, a la larga, en una mejora del servicio con la consecuente satisfacción de
clientes y usuarios.
Las principales dificultades a la hora de implementar la Gestión de Niveles de Servicio se resumen en:
No existe una buena comunicación con clientes y usuarios, por lo que los SLAs acordados no
recogen sus necesidades reales.
Los acuerdos de nivel de servicio están basados más en deseos y expectativas del cliente que
en servicios que la infraestructura TI puede ofrecer con un nivel de calidad suficiente.
No se alinean adecuadamente los servicios TI a los procesos de negocio del cliente.
Los SLAs son excesivamente prolijos y técnicos, incumpliendo así sus objetivos primordiales.
No se dedican los recursos suficientes, pues la dirección los considera como un gasto añadido y
no como parte integral del servicio ofrecido.
Problemas de comunicación: no todos los usuarios conocen las características del servicio y los
niveles de calidad acordados.
No se monitoriza adecuada y consistentemente el cumplimiento de los SLAs, dificultando así la
mejora de la calidad del servicio.
No existe en la organización un verdadero compromiso con la calidad del servicio TI ofrecido.
Gestión de la Capacidad
Visión general
La Gestión de la Capacidad es la encargada de que todos los servicios TI se vean respaldados por una
capacidad de proceso y almacenamiento suficiente y correctamente dimensionada.
Sin una correcta Gestión de la Capacidad, los recursos no se aprovechan adecuadamente y se realizan
inversiones innecesarias que acarrean gastos adicionales de mantenimiento y administración. O aún peor,
los recursos son insuficientes con la consecuente degradación de la calidad del servicio.
Asegurar que se cubren las necesidades de capacidad TI tanto presentes como futuras.
Controlar el rendimiento de la infraestructura TI.
Desarrollar planes de capacidad asociados a los niveles de servicio acordados.
Gestionar y racionalizar la demanda de servicios TI.