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Martín Heidegger

y el Dasein
Martín Heidegger

Martin Heidegger nació el
26 de septiembre de 1889, en
Messkirch, Alemania y
falleció a los 87 años, el 26 de
mayo de 1976 en Friburgo de
Brisgovia, Alemania.
El Ser

Para Heidegger había un problema con los


lósofos que le habían precedido, todo ellos
omitieron que “El mundo existe”.

La losofía de Heidegger es un intento de pensar


el signi cado de esta condición básica de la
existencia, a la que nombro “Ser”.
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Heidegger hace una diferenciación entre

seres (con “s” minúscula) que son las cosas que


existe: objetos, hechos, procesos, relaciones, etc.

El Ser (con “S” mayúscula) que se re ere a la


existencia de estas cosas, al hecho de que “sean”.

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La Nada
Heidegger contrastaba la idea del Ser con la idea de
La Nada.

Cuando percibimos el signi cado de la existencia del


mundo, también podemos imaginar su no existencia.

La Nada es la posibilidad de inexistencia de las cosas.

Cuando percibimos la posibilidad de la Nada,


apreciamos del Ser.

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Entre el Ser y la Nada, existen los seres.

Al existir, los humanos participan del Ser, y al


dejar de existir, de la Nada.

Dasein

Da - ahí, sein - ser. Dasein = ser/estar ahí.

La clase de ser que llamamos humano.

La entidad fundamental que cada uno de nosotros


descubre en la a rmación “Yo soy”.
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Arrojo

El Dasein es arrojado al mundo, viene a la


existencia en un mundo que está fuera de su
control, un mundo que contienes cosas que el
Dasein no ha elegido.

Heidegger pensaba que todo ser humano (todo


Dasein) está formado por su cultura.

Todo lo que uno puede hacer ya está regulado por el


entorno social.

Los seres humanos particulares no tienen nada de


singular.

Nadie es un individuo autónoma, libre para elegir su


propia manera de existir.

Solo cuando el recién nacido ha sido formado por su


entorno se convierte en Dasein.

Heidegger llama a la cultura particular de cada uno,


ese entorno social al cual uno es arrojado, el mundo.

Las diferentes prácticas sociales de una cultura


especí ca forman el “mundo” de esa cultura.

Cada uno de esto mundos puede a su vez,


dividirse en otros menores que de nen de un
modo más especí co al Dasein.

Para destacar la importancia del “mundo”,


Heidegger llamó ser-en-el-mundo al acto de
existir del Dasein.
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El Uno

El Uno representa todas las posibilidades del mundo del Dasein.

El Uno consiste de otros Dasein cuya presencia crea el mundo


en que actúa un Dasein individual.

Heidegger creía que las prácticas sociales que forman el mundo


del Dasein son establecidas por el Uno.

El Uno es la corporación del mundo del Dasein y, en


consecuencia, de las posibilidades personales del Dasein - de “lo
que uno puede ser”.

El Uno constituye el entorno en que un individuo


puede y debe actuar.

Por el Uno nos explicamos a nosotros mismo y al


mundo que nos rodea.

Para el Dasein hay tres formas de existir en el


mundo.

Los tres tipo de existencia

Indiferenciada: Cuando el Dasein existe sin


cuestionarse las circunstancias que le han sido
impuestas por el Uno.

Inauténtica: Cuando el Dasein es consciente de


que la vida que lleva le fue impuesta y no la
acepta, en cambio lucha contra ella, se revela y
busca otro camino, sin embargo este camino sigue
estando determinado por el Uno.

La existencia auténtica: Cuando el Dasein


descubre que lo único que puede controlar es su
muerte, se asume como un ser-para-la-muerte
y comprende por n que no importan las
circunstancias impuestas por el Uno, lo que le
de ne es cómo se asume en su papel que le
corresponde.

El Dasein asume una actitud de cuidado hacia el


mundo, pues al cuidar de su mundo, el Dasein
realiza lo mejor dentro de sus posibilidades, aún
cuando estas posibilidades hayan sido de nidas
por el Uno.
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La caída, la angustia y la ruptura

Cuando el Dasein descubre que todo lo que es ya ha


sido de nido por el Uno, aparece la ansiedad.

En el momento en que aparece la ansiedad, el Dasein


se entiende como una posibilidad de la Nada.

Cuando el Dasein no soporta la posibilidad de la


Nada y se niega a enfrentar esa ansiedad, se produce
la Caída.
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La caída: El Dasein se sumerge nuevamente en el


mundo del Uno, se absorbe en él y vuelve a ser
inauténtico.

Para Heidegger; la angustia proviene del Dasein,


como una perturbadora conciencia de su ser.

La angustia molesta: ¿Qué hacer? ¿Volver al


mundo? ¿Correr a refugiarse en lo familiar?
¿Regresar a la tranquilizada cultura del Uno?

La ruptura surge pues de esa angustia y se


diferencia del miedo en que no tiene objeto
de nido.
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Tecnología

Heidegger también abordó temas relacionados con


la postura del ser humano con respecto del mundo.

Todos los seres del mundo, todas aquellas cosas


que nos rodean, están para que nosotros las
consumamos.

El mundo en su totalidad se convierte en un “algo”


que existe exclusivamente para nuestros propósitos.

Todo se convierte en “bestand”, que se entiende


como provisión, reserva o recurso disponible.

Esto viene desde mucho antes, con los


racionalistas que entendieron como superioridad
la capacidad pensante del Ser.

Cuando nos pensamos como “cosa pensante”,


todo el mundo se convierte en algo para nuestro
uso, en estand.

No podemos imaginar un árbol sin verlo como


algo que existe para nosotros.

Heidegger identi ca una actitud “tecnológica”,


que es la que divide lo disponible para nuestro uso.
A esa actitud la llama “gestell”.

Para Heidegger, cualquier manera de ver el


mundo centrada exclusivamente en una clase de
ser, excluye la posibilidad de ver el mundo en una
multitud de maneras: apreciativa, respetuosa,
artística.
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Sólo dándose cuenta de que la humanidad es un


ser entre muchos y sólo una parte de un Ser más
abarcador, podemos comenzar a vivir en armonía
con el resto del mundo.
Lenguaje

¿Cómo logramos otra relación con el mundo que


no sea de consumo? ¿Cómo llegamos a una actitud
que no sea tecnológica?

Al reconocernos como Dasesin “ser-en-el-mundo”


y no como “cosa pensante” estamos en condiciones
de percibir que una de nuestras prácticas sociales
nos permite discernir nuestra relación con el Ser y
esto se logra a través del lenguaje.

Para Heidegger existían unas palabras


fundamentales que sirve como puente con el Ser.

Mediante el lenguaje, podemos experimentar


nuestra relación original con el misterio de la
existencia.

El lenguaje es como una memoria extendida del


Ser, que registra todos los momentos en que hubo
seres que surgieron a la existencia.

Cada aparición histórica del Ser crea una palabra


especial que se convierte en símbolo de su llegada.

Sin embargo, estas palabras fundamentales han


perdido su valor y signi cado original.

Cada generación modi ca el sentido original de


estas palabras y las va cubriendo de estratos.

Así, palabras como “Amor” han perdido su


sentido original y hoy decirla es como decir
cualquier otra cosa.

Sin embargo, según Heidegger, hubo un momento


en que alguien pronunció por primera vez la
palabra “amor”.

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En ese primer momento no había diferencia entre la


palabra y su sentido original.

En ese instante, el ser llamado “amor” surgió a la


existencia por el Ser.

Para Heidegger, entender nuestro lugar en el mundo


depende de encontrar ese signi cado original de las
palabras fundamentales (amor, verdad, justicia, ser
humanos, etc), pues nos podremos conectar con ese
signi cado.

Así por ejemplo, cuando alguien diga “te amo”,


experimentará su signi cado original y genuino, y en
consecuencia aceptará la responsabilidad de lo que
declara.
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