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Introducción
En el mundo de las organizaciones aparecen determinadas problemáticas relacionadas con la administración.
En particular, la obtención del costo de los productos o servicios, el manejo de fondos, la proyección de
ingresos y egresos y la obtención del capital de trabajo requerido, se encuentran entre los componentes que
presentan mayores complejidades. Tener en cuenta algunos conceptos y utilizar algunas herramientas son
fundamentales para reducir posibles desequilibrios económicos.
Las herramientas de gestión que provienen de las disciplinas administrativas deben ser sometidas a las
problemáticas específicas del sector cooperativo. En este sentido, en esta capacitación se intentará
desarrollar las herramientas de gestión tradicionales incluyendo las dinámicas específicas del cooperativismo
que las atraviesa.
Objetivo
Desarrollar de manera introductoria las herramientas básicas de la administración. A su vez, se intentará, a
partir de estas herramientas, desarrollar ciertos abordajes para problemáticas particulares presentes en la
gestión cooperativa como: caja, bancos y presupuestación.
Contenido
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Capital de trabajo
El manejo del capital de trabajo involucra usualmente la administración de los activos corrientes,
principalmente: disponibilidades (caja y bancos), inversiones de corto plazo, cuentas por cobrar, inventarios
(mercaderías de reventa, productos terminados, materias primas, etc.) y las obligaciones o pasivos corrientes.
Se analizará también el activo fijo a través de las decisiones de inversión y las amortizaciones.
Traducido, esto significa que administrar el capital de trabajo significa manejar los elementos cotidianos de
gestión. Por ejemplo, cuando decidimos sobre la cantidad de productos en el almacén, cuando pagarle a
nuestros proveedores, o qué tipo de crédito otorgarle a nuestros/as clientes, estamos involucrando el capital
de trabajo, ya que este tipo de capital es el más líquido.
Liquidez: un bien es líquido en la medida que puede convertirse en dinero rápidamente. En este sentido,
existen bienes más líquidos que otros. Por ejemplo, un vehículo es menos líquido que las materias primas.
Ambos bienes son parte del patrimonio, pero las materias primas pueden convertirse en dinero más
rápidamente.
Activo y pasivo corriente: siguiendo con el concepto de capital de trabajo, aquellos activos más líquidos se los
denomina activos corrientes. Lo mismo pasa con los pasivos. Pero en este caso, existen pasivos que poseen
una cancelación más cercana en el tiempo que otros. Por ejemplo, la cuenta corriente con los proveedores
son obligaciones de corto plazo y constituyen el pasivo corriente. Una deuda en un banco (por ej: un crédito
hipotecario para pagar el inmueble), es una obligación a largo plazo y constituye una deuda del pasivo no
corriente.
En este sentido, existen activos corrientes y no corrientes, por un lado; y pasivos corrientes y no corrientes,
por el otro. En ambos casos el concepto de liquidez es el que los define. Si avanzamos un poco más en la
comprensión y observamos que los activos corrientes son los que se convierten en dinero más rápidamente,
y los pasivos corrientes son los que deben ser cancelados en el corto plazo. Como ambos periodos de tiempo
son iguales, puedo concluir que es más seguro poseer mayor activo corriente que pasivo corriente. En efecto,
si poseo mayor activo corriente, tendré mayores oportunidades para cancelar los pasivos corriente, existe lo
que se conoce como cobertura. Esta cobertura es tan importante, que algunos definen el capital de trabajo
como esta diferencia entre activo y pasivo corriente:
La pregunta aquí es: ¿cómo se define una deuda de corto plazo, o en qué tiempo se define la liquidez?
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Desde el punto de vista contable, todo los activos que tarden menos de un año, en términos de ejercicio
económico; y todos los pasivos exigibles en el mismo periodo se encuentran dentro de los activos y pasivos
corrientes respectivamente.
Sin embargo, esta clasificación no contempla las particularidades de la rama de la industria, el tipo de
producto ni las posibilidades de inversión. Existe una mejor definición que explica “lo corriente” como aquello
que se encuentra dentro del ciclo operativo.
Ciclo operativo
El ciclo operativo se trata del proceso mediante el cual logramos obtener el dinero invertido en la producción
de un bien o servicio. Esto implica un ciclo en donde el dinero se convierte en capital, y luego otra vez en
dinero. Es decir, es un ciclo dinero-capital-dinero. El período entre ambos “dineros” es el ciclo operativo en
donde se realizan todos los procesos de transformación hasta llegar al cliente, donde obtenemos una
retribución mayor al dinero invertido inicialmente.
El cuadro anterior explica este proceso de conversión de dinero-capital-dinero. Es importante destacar, que
en términos de ciclo operativo, la transformación de dinero en capital no es cualquier transformación. En
efecto, ese capital es un tipo de capital especial: capital de trabajo o mejor dicho, fuerza de trabajo.
Sintéticamente, podemos decir que la fuerza de trabajo es aquella mercancía que le agrega valor al producto,
ya que el mismo no es únicamente la suma de las partes. Si bien pueden existir casos donde haya una
compra y reventa de un producto, cuando hablamos de fuerza de trabajo nos referimos a que existe una
transformación de la mercancía, la cual le da el valor agregado. Cómo medir esta fuerza de trabajo es
complejo, y en general termina estando atado al precio de mercado, ya sea porque existe anteriormente una
referencia de quien ya realiza ese producto, así como también puede estar mediado por cuánto nos
demandan el mismo.
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En procesos donde no existe la autogestión hay una relación de empleado/a-empresario/a, donde este
último/a obtiene su ganancia a partir de ese valor agregado que el o la empleado/a le imprime al producto. Si
bien podemos marcar que el o la empresario/a fue quien dispuso inicialmente de la inversión en materias
primas, instalación, etc. una vez que el ciclo comienza a funcionar y se recupera toda aquella inversión inicial,
la ganancia que se sigue generando está atada únicamente a la fuerza de trabajo que está siendo retribuida
por debajo de su valor, dando lugar así a la ganancia antes mencionada. En procesos autogestivos es
interesante marcar que aquello que en otros sistemas se lo conoce como ganancia o plusvalía, acá tenemos
un excedente, el cual nos brinda una serie de posibilidades sobre qué hacer con el mismo: reinvertirlo en el
proceso de producción, repartirlo, etc. Un excedente bien manejado y gestionado nos abre una puerta de
ventaja sobre otros procesos donde esa ganancia va a parar a pocas manos.
Es por ello que dentro del análisis del ciclo operativo, lo que nos interesa analizar es cómo el dinero se
convierte en: mercadería, productos en procesos, productos terminados, cuentas por cobrar, etc, para luego
volver a ser dinero.
Con la definición de ciclo operativo podemos redefinir la idea de capital de trabajo. Ya sabemos que es un tipo
de capital que es de corto plazo, pero ese plazo estará definido dentro del tiempo que dure el ciclo operativo.
Ejemplo de tiempo de ciclo operativo:
Supongamos un tipo de producción manufacturera cualquiera en la que se despliega el siguiente esquema: 5
días para la producción, más 1 de entrega, más 30 días por el plazo del cobro y, por último, 3 días para la
compra y entrega. Esto nos da un total de 36 días de ciclo operativo, como ya expresamos, el tiempo en que
tarda nuestra inversión en volver a convertirse en dinero.
En este sentido, para este ejemplo, todo los activos que tarden menos de 36 días en convertirse en dinero
deben ser tratados como parte del capital de trabajo.
Capital de trabajo requerido: es el capital de trabajo que necesitamos para llevar adelante nuestra
producción. Una buena metáfora es la del combustible de un vehículo. Supongamos que poseemos un auto
último modelo que compramos con la totalidad de nuestros ahorros. Vamos a la agencia a retirarlo y nos
dicen que tienen combustible para 10 kilómetros, que nos recomiendan que le carguemos combustible. Pero
nos damos cuenta que ya no tenemos ahorro.
Tener un establecimiento productivo con máquinas de punta e instalaciones muy modernas, pero no tener
dinero para comprar mercaderías, para hacer frente a los créditos que nos pidan nuestros/as clientes, entre
otras cosas, es parecido a tener ese vehículo sin combustible. Muchos proyectos productivos fracasan por la
ausencia de este cálculo.
Vamos a nuestro ejemplo anterior y coloquemos números a los días:
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5 de producción, más 1 de entrega, más 30 días por el plazo del cobro y, por último, 3 días para la compra y
entrega. Total 36 días.
Si cada día produzco y vendo 1000 unidades, al multiplicarlas por $350 (el valor de cada unidad) me da como
resultado que por día invierto $35000. Por otro lado, tardo 36 días en volver a obtener ese dinero, y
teniendo en cuenta que no puedo dejar de producir en estos 36 días, necesito un capital para financiar 36 (los
días) por $35000 (la inversión diaria. Da como resultado $1260000. Ese monto es el capital de trabajo
requerido.
Ese monto de capital de trabajo requerido es el que necesito para “echar a andar mi producción”. La
particularidad que posee esto es que, contrariamente a lo que “naturalmente” se podría pensar, a medida
que la organización crece, es decir que aumentan sus ventas, necesita mayor “inyección de fondos”.
El gráfico anterior nos muestra cómo a medida que aumenta la producción, necesitamos más capital de
trabajo. Muchas veces se suele realizar afirmaciones del estilo: “con una máquina, más materia prima
tenemos para empezar”. El problema se suscita cuando nos quedamos sin capital de trabajo. Cuando
tenemos la máquina, la materia prima, producimos, entregamos y el o la cliente nos pide que necesita para
mañana que le entregue más. En ese momento nosotros, que no hicimos el cálculo, le decimos, “bueno,
tenemos que esperar a que usted nos pague, luego comprar mercadería luego producir y al fin poder
entregarles”. A esta altura el o la lector/a podrá observar la dificultad que esto representa en términos de
argumentos de venta. En ese mismo instante nos convertimos en proveedores no confiables. Si bien este es
un ejemplo amplificado, la realidad no dista demasiado, y piense usted todos los problemas que les puede
causar no haber calculado el capital de trabajo requerido.
En conclusión, el capital de trabajo, que si bien es líquido, se convierte en “permanente” en la medida que
continuamente tengo que comenzar un nuevo ciclo, es decir, invertir. Ese monto se hace mayor, en la medida
que aumenta mi producción. Esto habilita otra discusión sobre: aumentamos o nos quedamos con la
producción que tenemos. Para aumentar la producción habrá que conseguir crédito para el capital de trabajo.
Algunas reflexiones para el caso cooperativa
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Si bien la problemática envuelta dentro del capital de trabajo y el ciclo operativo pertenece a cualquier tipo de
organización, en las cooperativas en particular, reviste algo más de complejidad. Esto no tiene que ver con el
hecho de algún problema que refiere al hecho de que las cooperativas no estén preparadas para este análisis,
ya que esta deficiencia puede verificarse en otras tipos de organizaciones. La cuestión radica en ciertos
conflictos que pueden suscitarse ante la ausencia de este análisis.
En las cooperativas de trabajo particularmente, los conflictos se establecen dentro de la siguiente lógica: en
muchas ocasiones los/as asociados/as no logran relacionar su esfuerzo en el trabajo con los retiros. Esto
puede ocurrir que muchos de los recursos se diluyen por el lado del capital de trabajo requerido.
Concretamente en un ejemplo, puede ocurrir, y es algo muy común, que los/as clientes “consuman” los
recursos, por ejemplo, estirando los plazos de pago.
Estas dificultades se deben tener en cuenta a la hora de planificar los retiros de los/as asociados, y realizar
una buena comunicación acerca de los tiempos que se tardará en recibir algún aumento de retiros. En este
sentido, la relación en el aumento en horas de trabajo y el aumento de retiros se da de manera indirecta. Una
forma de solucionar este “desfase” es financiando el capital de trabajo. En este caso, financiar el aumento de
retiros hasta que el ciclo operativo libere la parte de excedente que posee.
Costos
Existen diferentes formas de calcular los costos. En especial existen dos formas que podríamos decir
predominantes. Una técnica es la de costeo directo, la cual divide a los costos entre fijos (aquellos que se
mantienen fijos ante variaciones en la producción como alquiler, servicios, etc) y variables (aquellos que
varían con el nivel de producción, por ejemplo la cantidad de materia prima o insumos según la demanda que
tengamos). La otra técnica es la de costeo por absorción. Este último es un método de costeo por inventarios,
divide a los costos en directos e indirectos.
Dentro del costeo directo podemos mencionar ciertos conceptos relevantes a la hora de llevarla la práctica:
Contribución marginal: es la diferencia entre el costo variable y el precio de venta.
Punto de equilibrio: es el volumen de venta en donde no se gana ni se pierde.
Como ya se expresó, los costos fijos son aquellos costos que se presentan aunque no haya producción. El
ejemplo más claro es el alquiler. En términos más coloquiales son los costos por “levantar la persiana”.
En este sentido, se debe vender, por lo menos para poder “soportar” estos costos fijos. Pero lo que ocurre es
que cada venta que realizo, lo hago con costos variables incluidos. Además de estos costos, el precio de venta
posee un excedente. Es ese excedente el que poseo para afrontar los costos fijos.
Esta diferencia entre el costo variable incluido en la venta y el precio de venta, es lo que se denomina
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contribución marginal. Técnicamente significa, el excedente que recibo luego de cada venta. Una vez que
obtengo mi contribución marginal, debo con ella, hacer frente a mis costos fijos
Ejemplo: se compran baterías con un costos de adquisición de $300 y se venden a $500, la contribución
marginal, entonces es de: $200. Por último, los costos fijos en total son de: $100.000.
¿Cuántas unidades se deben vender para alcanzar el punto de equilibrio?
En el gráfico anterior aparecen otros conceptos como costos totales, que es la suma de los costos fijos con los
variables. En definitiva, las ventas deben cubrir ambos costos.
Ventajas y desventajas del costeo directo
El costeo directo es una técnica muy utilizada porque nos puede dar una pauta de cuál es el monto de ventas
en el cual no gano ni pierdo. De todos modos, es un método de costeo muy simple, y por esta razón omite
algunas complejidades:
● No contempla la idea de precio y costo mezcla: es muy apropiado para cuando una cooperativa
produce un solo bien, pero se dificulta cuando son varios los bienes. Aquí lo que aparece es la
dificultad de establecer la verdadera contribución marginal, ya que cada producto posee la suya.
● El punto de equilibrio difícilmente sea exacto: debido al problema anterior, mezcla de productos, la
obtención del punto de equilibrio también es endeble. En efecto, si produzco más de un tipo en un
determinado periódo, mi punto de equilibrio cambia.
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La solución a este problema es establecer rangos en vez de puntos de equilibrio. Es decir, establecer cuál es el
rango de producción en donde puedo ganar o perder, otro rango en que seguro no pierdo, y un tercer rango
en donde seguro pìerdo.
Esto significa que si, en un determinado periodo de tiempo, produzco un bien con mucha contribución
marginal, mi punto de equilibrio será menor. Es decir, necesito vender menos para no ganar o perder.
Supongamos que tenemos dos productos: A y B. Se trata de la misma empresa y los costos fijos son de
$100.000. Pero la contribución marginal de A es de $50 y la de B es de $100.
Veamos qué pasa si sólo produzco A
Punto de equilibrio: 100.000/50= 2000 unidades
Veamos qué pasa si sólo produzco B
Punto de equilibrio: 100.000/100= 1000 unidades
Gráficamente:
En este caso hipotético, el rango en donde la cooperativa seguro gana está por encima de 2000 unidades. Es
el caso en donde sólo se vende el producto A.
El rango donde seguro pierde, es menos de 1000 unidades. Es el caso en donde sólo se vende el producto B.
El rango que va de 1000 a 2000 unidades dependerá de la mezcla de venta que se realice.
Costeo por absorción
Dentro de las técnicas de costeo más complejas, existe el costeo por absorción. Este costeo posee tres
componentes: las materias primas, los costos indirectos de fabricación y el costo de mano de obra. Al tratarse
de una técnica científica, no será abarcado en este curso introductorio. De todas formas podemos decir que
se trata de un costeo que soluciona los defectos del costeo directo, pero, como contrapartida, es de muy
compleja obtención.
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Flujo de Fondos
El Flujo de Fondos consiste en esquematizar las entradas y salidas de dinero que se realizaron en la empresa
en un período determinado (en general es mensual). Se trata de armar una planilla donde se detalla:
Una vez que realizamos el flujo de fondos de los períodos anteriores, mediante una simple proyección
(teniendo en cuenta aumentos en los salarios, alquileres, seguros e inflación estimada) podemos llegar a un
estimado de los resultados de los próximos meses.
Existen diferentes Flujos de Fondos:
- Operativo: Flujo de fondo más común donde se vuelca la actividad principal del establecimiento.
- De Capital: actividades relacionadas con la compra y venta de activos de largo plazo.
- Financiero: emisión y adquisición de deuda, reparto de excedente, aumento del capital de la
empresa, intereses por préstamos.
Ejemplo:
A partir de volcar los principales ingresos y egresos, sabemos que contamos con un resultado operativo, que
puede ser positivo aunque también negativo. En muchos rubros que son estacionales, es normal observar
que existen meses donde ese resultado operativo positivo nos servirá para compensar futuros resultados
negativos.
De esta manera, si ya llevamos años produciendo y conocemos nuestro rubro, es interesante poder comparar
entre los distintos años para ver si estamos obteniendo un resultado operativo por encima de nuestro
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promedio o por debajo. En el caso de que estemos por encima, sería una buena oportunidad para plantearse
la posibilidad de realizar inversiones extraordinarias, así como también si estamos por debajo, saber que hay
que controlar con mayor detalle los ingresos y egresos, y pensar diferentes estrategias para contrarrestar la
pérdida.
Por último, en cuanto a la comparación entre años es lógico pensar que en contextos inflacionarios se vuelve
complejo tener una medida certera. Una buena estrategia es hacer un flujo de stocks para saber si estamos
vendiendo más productos o menos, así como también buscar “indexar” nuestros resultados. Esto consiste en
sumarle la inflación a nuestro resultado, es decir, si en agosto de 2019 mi resultado operativo fue $50.000 y
en 2020 de $74.000 no quiere decir que nos fue mucho mejor necesariamente. Si la inflación interanual fue
de un 40% por ejemplo, deberíamos sumar esa inflación a los $50.000 del 2019, lo cual nos daría
50.000*0,4+50.000= $70.000. En este caso observamos que estuvimos por encima de la inflación pero por
muy poco. A esto hay que tener en cuenta que no en todos los rubros la inflación es la misma, sino que ese
40% es un promedio general. Esta medida, como el resto, nos sirve para tener una referencia y sumar
herramientas a la hora de analizar decisiones.
Caja y bancos
Es importante llevar adelante un registro diario tanto de nuestros movimientos de caja, para luego poder
realizar la conciliación con el Banco y corroborar que estamos registrando correctamente nuestros ingresos y
egresos.
“Debe”, representa las entradas de fondos.“Haber”, las salidas
Ejemplo de Banco
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10/01 5
En este caso es al revés, como el banco confecciona los estados desde su perspectiva, para nosotros/as las
entradas son las que se acrediten, y las salidas se debitan.
De todas formas, y aunque podamos obtener diariamente el saldo de nuestra cuenta bancaria vía internet, es
conveniente llevar nuestra propia cuenta de banco. Esto tiene que ver con el hecho de que existen
determinados registros que deseamos realizar y que el banco no los tiene. Por ejemplo, los cheques emitidos
que aún no han sido pagados por el banco.
Conciliación bancaria: consiste en conciliar los saldos de nuestro registros, con los del banco.
Pueden existir registros que el banco posea y que nosotros/as no. Ejemplo:
● Comisiones bancarias
● Gastos bancarios
● Impuestos varios
Al revés, registros que nosotros poseemos y el banco no. Ejemplo:
● Cheques emitidos y no pagados por el banco
Por esta y otras razones las cuentas diferirán. Es por eso que se deben conciliar
Ejemplo de conciliación bancaria:
IVA 1.05
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Gasto 5
Impuesto 0.3
Cheques no debitados
Nro 60
Aquí vemos de qué manera se concilia. En nuestros registros tenemos $90 de saldo. Pero el resumen
bancario es de $143.63. La diferencia se encuentra en los $1.05 de iva, $5 de gastos y $0.3 de impuestos. Pero
además, existe un cheque emitido que el banco aún no pagó, es decir no lo debitó.
Presupuesto
Conceptos de presupuesto:
● El documento que se le entrega al cliente detallando el precio de venta de los productos y servicios.
● Es importante tener un presupuesto flexible, que nos permita rápidamente amoldarnos a nuevos
precios, así como también implementar bonificaciones, recargos, etc.
● La proyección del estado de la economía de nuestra organización en el futuro. Se basa en una
técnica contable. Esto está emparentado con el concepto de Flujo de Fondos que trabajamos
anteriormente.
Elementos a tener en cuenta a la hora de confeccionar un presupuesto a un cliente o asociado/a:
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Cierre
Las herramientas de gestión no agregan valor en sí a nuestros productos o servicios que ofrecemos,
pero son cuestiones sumamente necesarias para llevar adelante un proceso de producción de calidad. Poder
conocer nuestros costos, poder proyectar económicamente el año entrante, tener en cuenta la diferencia
entre el ciclo operativo y el ciclo general nos permite planificar, por ejemplo, cuándo requerimos un préstamo
o cuando es posible incurrir en inversiones de mediano o largo plazo. A su vez, esta planificación y
sistematización en nuestros procesos nos permite brindar un mejor servicio a nuestros clientes y
asociados/as, ya que es muy sencillo observar y notar qué empresas tienen un proceso cuidado y consciente
de las que en general tienen problemas con los stocks, los pagos, etc.
Por último, nos parece importante marcar que las cooperativas en este sentido tienen una potencial
ventaja. Si logramos, por un lado, corrernos de la lógica tradicional de producción donde cada parte se ocupa
solamente de su eslabón, cada compañero/a puede tener un conocimiento cabal de todo nuestro proceso
(aunque después cada uno/a realice la tarea que le corresponde) lo cual seguramente devenga en que las
mejoras de nuestro producto sean alcanzadas de manera colectiva y con mayor facilidad. Por otro lado, al
corrernos de la lógica empleado/a-empleador/a, se nos aparece un horizonte de posibilidades a la hora de
utilizar ese excedente de una manera democrática y volcada exclusivamente a la mejora tanto de nuestras
vidas como de la empresa misma.
De esta manera, se vuelve sumamente relevante poder desarrollar cooperativas con calidad, cuyos
procesos de producción sean ejemplo y así conseguir un objetivo que va más allá de nuestro propio
establecimiento, visibilizar que cooperativamente podemos vivir mejor.
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