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Diagnóstico y clasificación

de los trastornos afectivos


J. Guimón y D. Padró
Departamento de Psiquiatría. Facultad de Medicina. Universidad del País Vasco. Leioa, y Servicio de Psiquiatría.
Hospital de Basurto. Bilbao.

Criterios subyacentes en el diagnóstico las depresiones hizo disminuir el interés por el


y la clasificación de los trastornos afectivos diagnóstico y la clasificación de estos trastornos.
El término «diagnóstico» tiene en Medicina En los años cincuenta creció el interés por el
dos acepciones. Designa, por una parte, la eti- diagnóstico de los trastornos afectivos con la
queta utilizada para nombrar determinado tras- aparición de los antidepresivos y el descubri-
torno; por otra, el proceso por el que se intenta miento de algunos tratamientos, como el litio,
someter a verificación científica la hipótesis de específicos para algunas de esas variedades.
la pertenencia de determinadas manifestacio- Por otra parte, se fueron describiendo marca-
nes clínicas (que se nombran con la etiqueta an- dores biológicos potenciales que podrían, en el
tes mencionada) a una clase o a una dimensión futuro, proporcionar tal vez la validación concu-
dentro de una determinada clasificación de re- rrente de los diagnósticos. Estos progresos, por
ferencia. El tipo de clasificación que se utilizará otra parte, vinieron a subrayar la importancia de
depende de la finalidad del estudio y será dife- lograr replicar fiablemente los resultados de in-
rente si pretendemos, por ejemplo, buscar la vestigaciones en distintos medios y de elegir
prevalencla de un síntoma, o si intentamos acla- muestras homogéneas de pacientes. La OMS y
rar la etiología de un trastorno o si buscamos las asociaciones psiquiátricas comenzaron a in-
un tratamiento eficaz para una determinada teresarse de nuevo por la Nosología. Un con-
enfermedad. Por ello, toda descripción encami- junto de investigadores norteamericanos se in-
nada a situar un objeto en una clasificación es teresó por una aproximación científica al
reductora. El diagnostico y la clasificación, en diagnóstico de las psicosis endógenas que evi-
efecto, conllevan sucesivas pérdidas de informa- tara referencias etiológicas y persiguiera la des-
ción. cripción ajustada de los cuadros clínicos, como
Kraepelin había hecho, de cara a la consecu-
Algunas clasificaciones frecuentemente utili- ción de diagnósticos fiables.
zadas de los trastornos afectivos reposan ente-
ramente en criterios etiológicos; otras se con- Como consecuencia de estos esfuerzos, se
tentan con agrupar síntomas o síndromes, han obtenido datos acerca del interés de man-
pretendiendo utilizar solamente criterios descrip- tener determinadas dicotomías y distinciones en
tivos. Los criterios de evolución (espontánea o los cuadros depresivos. En el presente trabajo,
tras tratamiento) presiden, finalmente, algunas intentaremos resumir la situación actual de esos
otras. distingos clasifícatenos, agrupándolos según sea
su base etiológica, descriptiva o evolutiva.
Kraepelin1, al describir la locura maniacode-
presiva, utilizó intuitivamente criterios descrip-
tivos, etiológicos y evolutivos. Sin embargo, en
Distinciones basadas en criterios etiológicos
las décadas posteriores, su esquema clasifica-
torio resultó a todas luces insuficiente, al eviden-
ciarse la presencia de numerosos cuadros de- La dicotomía endógena-reactiva
presivos no psicóticos. Por otra parte, el fracaso Subyace a esta dicotomía el criterio etiológi-
de la Psiquiatría en encontrar factores etiológi- co que vincula lo «reactivo» a un acontecimien-
cos convincentes y tratamientos eficaces para to externo y lo «endógeno» a factores biológicos
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internos. Los factores clínicos clásicamente con- da por Paykel10 y Brown y Harris10, quienes en-
siderados definitorios de un síndrome endóge- cuentran numerosas depresiones endógenas
no son, para algunos autores2'3: a) ausencia de con antecedentes claros de estrés previo, y por
factor precipitante; b) despertar precoz; c) co- Hischgeld, quien, valiéndose del concepto de
mienzo brusco; d) curso autónomo del humor depresión situacional, llega a las mismas con-
(es decir, que una vez presente la depresión, el clusiones. En definitiva, se puede afirmar que
humor no es aliviado por cambios placenteros la ausencia o presencia de desencadenantes en
en la situación); e) cualidad «distinta» de la ex- ningún modo son excluyentes de uno de los
periencia: el paciente tiene la sensación de que diagnósticos; y el despertar precoz, los ritmos
no le entendemos, de que nadie puede enten- circadianos y los trastornos del apetito son cues-
der la pena que sufre; f) inhibición que puede tionados como definitorios de uno u otro tipo de
afectar a diferentes áreas (cognitiva, motivacio- depresión13'14. Se considera que tal vez sean
nal, motora); yg) personalidad premórbida con sólo la expresión de una reacción general ines-
bajo nivel de neuroticismo. pecífica ante la enfermedad. La existencia de
Los cuadros endógenos presentarían, con ma- una personalidad premórbida con bajo nivel de
yor frecuencia estadística, determinadas corre- neuroticismo ha sido discutido por numerosos
laciones biológicas: a) falta de supresión del cor- autores15'16. De hecho, si repasamos los méto-
tisol en el test de supresión de dexametasona4; dos diagnósticos utilizados en la mencionada in-
b) falta de aumento de cortisol al aplicar vestigación de Zimmerman7, veremos que di-
metilanfetamina5, contrariamente a lo que ocu- fieren en cuanto a los síntomas considerados
rre en otras psicosis funcionales y en las como característicos del cuadro.
depresiones reactivas; c) disminución de la res- En cualquier caso, tanto autores clásicos17
puesta de la hormona de crecimiento a la hipo- como la mayoría de los contemporáneos consi-
glucemia inducida por insulina6; d) disminu- deran que en cualquier depresión influyen fac-
ción de respuesta tiroestimulante al factor tores endógenos y ambientales, por lo que ni la
liberador de tirotropina4. En base a estas carac- clasificación CIE-9 ni la DSM-lll mencionan esta
terísticas biológicas fue por lo que Gillespie in- dicotomía.
trodujo el término de «depresión autónoma» en
voga actualmente. En cuanto a otros criterios de
validación, Zimmerman et al7 en un estudio so- La distinción entre depresión primaria
bre validación de cuatro definiciones de la de- y secundaria
presión endógena, realizado en el contexto de
una investigación sobre la historia familiar de es- La.distinción primaria-secundaria fue introdu-
tos pacientes8, proponen que una definición cida por Robins con propósitos de investigación.
válida de la depresión endógena se caracteriza Se describe una depresión como primaria si la
por la presencia de 14 datos clínicos, familiares historia psiquiátrica previa del paciente no re-
y psicosociales. De las cuatro definiciones de de- fiere otras enfermedades psiquiátricas que no
presión endógena estudiadas (Feinberg, DSM- sean la depresión o la manía, y como secunda-
III, RDC y Newcastle), la que mayor validez pre- ria cuando es el producto de otras enfermeda-
sentó fue la de la escuela de Newcastle. des biológicas o psiquiátricas. El objetivo de tal
distinción es el de depurar la muestra de pa-
La categoría reactiva tendería a ser determi- cientes con miras a la realización de la investi-
nada fenomenológicamente como opuesta a la gación.
endógena, sin especificidad de ningún tipo. Por Posteriormente Winokur, a su vez, dividió la
el contrario, Matussek9, Brown10 y más recien- depresión primaria en subgrupos diferentes de
temente Winokur11 intentan defender la nece- acuerdo con la presencia de antecedentes en
sidad de describir criterios positivos para dicha los familares. Distinguió: a) un grupo que deno-
categoría, entre los que incluyen: a) reactividad minó de «espectro depresivo» (DSD), en el que
del humoral mundo externo; b) inicio insidioso algunos familiares de primer grado presentan al-
del episodio depresivo; c) tristeza normal; d) h¡- coholismo, personalidad antisocial o ambos; b)
pocondriasis; y e) agresividad verbal contra el otro grupo de pacientes con enfermedad «de-
medio en que el paciente se desenvuelve. presiva familiar pura» (FPDD) en el que existen
Sin embargo, algunos de los síntomas consi- familiares de primer grado con antecedentes de-
derados como clásicos dentro de la depresión presivos, y c) un tercer grupo de enfermos por-
endógena han sido puestos en tela de juicio por tadores de lo que llaman «la enfermedad depre-
la investigación psicopatológica actual: la ausen- siva esporádica» (SDD), sin antecedentes
cia de factor precipitante ha sido discuti- familiares.

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ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LOS
SÍNDROMES DEPRESIVOS

La distinción de las depresiones en primarias


y secundarias ha encontrado apoyo en hallaz- V
gos biológicos como la positividad del test de N.

supresión de dexametasona en la primaria18'19,


y '

la elevación de la actividad MAO plaquetaria en s


^ y

la secundaria20 y otros. Lo mismo ocurre con la


subdivisión posterior de Winokur en la que di- Depresión ** — ** ' Depresión
ferencia las FPDD de la SDD por la positividad psicógena endógena
del test de supresión de dexametasona en la pri-
mera y por las diferencias electroencefalográ- Depresión Depresión
ficas22que se observan tras la administración neurótica neurótica
de 50 mg de amitriptilina (reducción de la in-
tensidad y del número de períodos REM, en el
subgrupo FPDD y no así en el subgrupo SDD). Fig. 1. Concepción bimodal de las depresiones.
Con otros criterios de validación (clínicos y psi-
cosociales), Zimmerman et al23 proponen que
los pacientes con enfermedad del espectro de-
presivo (DSD) presentan más sucesos vitales,
peor apoyo social, más intentos de suicidio y
perfil sintomático menos endógeno que los pa-
cientes con enfermedad depresiva familiar pura.
Aunque la división primaria-secundaria ha Depresión Depresión
dado lugar a numerosos trabajos, resulta a me- / s
nudo difícil de realizar en la clínica. En efecto, / \
cualquier trastorno de la personalidad puede dar \
/
lugar a depresiones secundarias y muchos tras- endógena Estados psicógena
tornos depresivos pueden dar lugar a trastornos ,'psicótica intermedios neurótica' v
de la personalidad. Por otra parte, numerosos
trabajos tanto con técnicas de análisis estadís-
tico de síntomas (análisis Cluster24) como con Fig. 2. Concepción unimodal de las depresiones.
criterios fenomenológicos25 cuestionan los tra-
bajos anteriormente citados. Sin embargo, la
mencionada distinción puede seguir siendo de depresiones sin síntomas psicóticos serían simi-
interés para cierto tipo de investigaciones, prin- lares entre sí, hecho que evidentemente no es
cipalmente biológicas, en las que se buscan cierto. Estudios estadísticos de la sintomatolo-
muestras especialmente depuradas. gía de ambos cuadros han dado resultados con-
tradictorios. Mientras que en Newcastle, el equi-
po de Roth26 proponía la distinción de dos
Distinciones basadas en la descripción síndromes (hipótesis bimodal) (fig. 1), Kendell27
de los síntomas no pudo confirmarla y defendió la existencia de
un cuadro único (hipótesis unimodal) (fig. 2).
La dicotomía psicótico-neurótico En cualquier caso la dicotomía presenta im-
plicaciones terapéuticas, dado que las depre-
Bajo esta división subyace el criterio de gra- siones psicóticas, según algunos autores*'29,
vedad de la sintomatología. Su utilización pro- responden mejor a la combinación de neurolép-
viene de finales del siglo xix e inicios del xx. Lo ticos y tricíclicos.
psicótico significaba por entonces «trastorno de
funciones mentales superiores», y tras la obra
de Freud «pérdida del contacto con la realidad». La dicotomía depresión mayor-trastorno
Sin embargo, ese adjetivo ha sido abundante- distímico
mente empleado con referencia a las depresio- Esta dicotomía, basada en la concepción uni-
nes al hablar de casos que presentan síntomas taria de la depresión, parece tener su origen en
como despertar temprano, adelgazamiento, ano- la diferencia entre la depresión mayor-menor
rexia, oscilación diurna de la tristeza y descen- propuesta en la clasificación que se utiliza para
so de la libido, que han sido considerados de los RDC30.
origen biológico. Se trata de un dicotomía ac- Dos son las reservas que podemos hacer a
tualmente en desuso y que implicaría que las la persistencia de tal distinción: por una parte,

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TABLA 1
DIFERENCIAS ENTRE DEPRESIONES BIPOLARES Y UNIPOLARES
Bipolares Unipolares
Sexo Distribución similar Predominio femenino
Edad inicial Precoz (25-35 años) Tardía (22-55 años)
Personalidad premórbida Melancolía
Grado de morbididad familiar primer grado
Probando unipolar 8,7 % 0,8 %
Probando bipolar 9,6 % 6,3 %
Clínica
Psicomotricidad Mayor agitación Inhibición psicomotriz
Riesgo suicida Mayor ansiedad Incierto
Mortalidad Aumentada
Duración de episodios 3 meses 4 meses
Recidivas Mayor
Datos biológicos
Actividad MAO; COMT Incierto
Diferencias de metabolitos en LCR Incierto
Respuesta al tratamiento Efecto rebote con tricíclicos
Mejor respuesta con litio
Profilaxis Más efectiva con litio

la falta de criterios fenomenológicos específicos ello se hace desaparecer el término «neurótico»


para cada una de las dos categorías. En efec- que, en el uso dado por Freud, requería tener
to, basta revisar los síntomas de uno y otro para en cuenta más sus implicaciones etiológicas
observar que, en su mayoría, son similares, (conflicto inconsciente) que su descripción fe-
como cabía esperar desde una perspectiva uni- nomenológica.
taria de la depresión. Sin embargo, en un re- Sin embargo, son numerosos los autores32'33
ciente artículo, Mazzure et al 31 concluyen que, que encuentran excesivamente heterogénea di-
con entrevistas semiestructuradas, los clínicos cha categoría. Akiskal32 ha trabajado intensa-
pueden diagnosticar válidamente la mayor parte mente para lograr subclaslficar estos trastornos
de los signos y síntomas de la depresión ma- de manera más precisa, describiendo cuatro
yor. Por otra parte, la diferencia última se refie- subtipos de depresión crónica que incluyen en-
re a la gravedad del cuadro. A nuestro modo tre los trastornos distímicos, validados a través
de ver la distinta gravedad de los cuadros clí- de datos como la historia familiar, algunos as-
nicos no indica que ambos sean diferentes. Es- pectos clínicos, ciertos parámetros biológicos y
tamos más bien de acuerdo con Brown10 que la respuesta farmacológica: la depresión prima-
atribuyó la Intensidad de los cuadros depresi-
ria con cronicidad residual, las disforias cróni-
vos a otros factores, como la vulnerabilidad in-
cas secundarias, los trastornos de carácter y las
dividual.
distimias subafectivas (esta última ya referida an-
En definitiva, estas dos categorías acaban teriormente por López-lbor).
siendo un cajón de sastre (especialmente la de
depresión mayor), como consecuencia del uso
excesivamente amplio y poco preciso que últi- Distinciones basadas en el curso
mamente se ha hecho del término depresión Aunque las clasificaciones tradicionales in-
unipolar en la distinción unipolar-bipolar de cluían con personalidad propia cuadros como
Angst y Perris. la depresión o melancolía involutiva (de inicio
El concepto de trastorno distímico (incluido, en la edad media y con síntomas de agitación
como veremos, en el DSM-lll) tiene su prece- y de hipocondría) y la depresión de inicio senil,
dente en el de «depresión neurótica» de la no- investigaciones familiares y fenomenológicas re-
sología tradicional y en el de «depresión menor» cientes no justifican su mantenimiento.
del RDC. Se caracteriza, principalmente, por su La evolución espontánea o terapéutica del
cronicidad (se requieren dos años para su diag- cuadro clínico está en la base de algunas dis-
nóstico) y por la intensidad leve del cuadro. Con tinciones que comentamos a continuación.

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ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LOS
SÍNDROMES DEPRESIVOS

La distinción bipolar-unipolar Por otra parte, López-lbor43 en España investi-


gó sobre los equivalentes depresivos o «depre-
Esta distinción34 introducida por Leonhard
sión enmascarada», haciendo referencia a cua-
(1957) y posteriormente elaborada de forma in-
dros en los que la depresión se manifestaba con
dependiente y simultánea por Angst y Perris
múltiples disfraces tanto somáticos como psíqui-
(1966), distingue a los pacientes con depresio-
cos. El paciente no era consciente de su triste-
nes y episodios maníacos de los que presentan
za, de ahí el nombre de «enmascaramiento» o
sólo depresiones recurrentes, y los correlacio-
«equivalente» (suplir un síntoma por otro).
na con variables genéticas, clínicas y terapéuti-
López-lbor44, a diferencia de la escuela de Lon-
cas. Leonhard34 aplicó el concepto de Unipo-
dres (preocupada esencialmente por la respues-
lar a las depresiones endógenas que hubieran
ta de determinados cuadros a los IMAO), postu-
presentado tres episodios previos.
ló la existencia de una alteración del fondo en-
La entidad de los trastornos bipolares está
dotímico como el denominador común de diver-
bien establecida (tabla I). Actualmente hay una
sos cuadros, logrando así describir la diversa fe-
tendencia a subdividirlos en dos (bipolar I y
nomenología de forma coherente. De esta mane-
bipolar II) o más subtipos. El trastorno bipolar
ra explicaba la histeria o algunas de sus formas,
tipo II se caracteriza clínicamente por presen-
como la formación secundaria de una estruc-
tar episodios hipomaníacos que no reúnen la in-
tura neurótica reactiva al trastorno afectivo.
tensidad ni la duración suficientes para ser con-
Con posterioridad, la DSM-lll recoge el con-
siderados maníacos como ocurre en el bipolar
cepto de depresión atípica a la manera de un
I. Otras diferencias importantes entre el bipolar
cajón de sastre. Creemos que el concepto tie-
I y el tipo II, desde el punto de vista biológico,
ne mayor entidad nosológica y consideramos de
serían: a) aumento del gradiente glóbulos rojos-
interés la clasificación sugerida por Davidson et
concentración litio en plasma en el tipo ||3é'36;
al45. Siguiendo la idea primitiva de West y Daily
el gradiente se estabiliza tras la administración
y distinguiendo dos tipos de depresión atípica
de litio, lo que resulta ser una característica in-
que responderían a los IMAO diferenciará: a) de-
dividual controlada genéticamente, b) disminu-
presión ansiosa, en pacientes con sintomatolo-
ción de la tasa urinaria de 17(01-1) corticoeste-
gía ansiosa, fóbica, tensión y dolor, y b) depre-
roides así como la de metilhidroxifenilglicol en
sión no ansiosa, con síntomas vegetativos
la fase depresiva del tipo I37; c) mayor morbi-
atípicos (como incremento del apetito, del sue-
didad suicida en el tipo II 37 ; d) grupo sanguí-
ño y del peso), labilidad del humor e irritabi-
neo O disminuido y aumentado el A en el tipo
lidad. Posteriormente y utilizando el criterio
II en relación con el I38, y e) presencia de pro-
de Robins, Davidson engloba esas dos entida-
lapso de válvula mitral en los de tipo I39.
des dentro de las depresiones primarias. Agru-
Se han propuesto otras diferencias clínicas y
pa a la no ansiosa junto al cuadro de la sensibi-
tal vez tengan cabida en nuevas clasificaciones.
lidad al rechazo y al de la distimia subafectiva.
Así, Klerman ^ propone seis subtipos pareci-
El primero de ellos es un cuadro todavía en es-
dos a los propuestos por Dunner et al41.
tudio que no se ha podido validar hasta el
Incluimos aquí el trastorno ciclotímico dentro
momento30. Creemos que lo importante de
de los trastornos bipolares porque consideramos
esta propuesta es que recoge la categoría de de-
el último como una forma menor del primero,
presión ansiosa, reconociendo así la imposibili-
tal como parece demostrarlo algún trabajo
dad de hacer una tajante distinción entre am-
reciente42. Al igual que Klerman40, considera-
bos cuadros, depresivo y ansioso, tal como el
mos innecesaria una categoría especial para los
mismo Roth46 (uno de los principales inves-
trastornos ciclotímicos como lo hace el DSM-lll.
tigadores de la frontera entre ambos cuadros)
señala.
Depresiones atípicas
El término fue introducido por West y Daily en Subcategorías de los trastornos depresivos
1959 para designar un grupo de pacientes con en algunas clasificaciones actuales
síntomas que les diferenciaban de los típica-
mente depresivos y que tenían una buena res-
Subcategorías de las depresiones
puesta a los IMAO. Agruparon así un conjunto
en la CIE-9
muy heterogéneo de pacientes con síntomas
como: tensión, fobias, angustia, labilidad emo- La CIE-9 mantiene la distinción clásica entre
cional, aumento de ingesta alimenticia, hiper- depresiones psicóticas y neuróticas. Clasifica a
somnia, libido aumentada y rasgos histéricos. las primeras, de acuerdo con el curso, en tras-

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J.A. GARCÍA SEVILLA

Podemos representar los trastornos depresi-


vos de la DSM-lll en una clasificación inspirada
en la teoría unitaria de la depresión (fig.3).
Se puede observar cómo, a manera que avan-
Depresión Depresión zamos en el gráfico de izquierda a derecha, la
descripción fenomenológica de la DSM-lll ha
/ sido más precisa. Para ser más exactos, cabría
/
/ decir que sólo las subcategorías de depresión
/ \ mayor con melancolía y depresión mayor con
/ endógena
Estados síntomas psicóticos tienen rigurosidad. El con-
, psicógena intermedios psicótica* s cepto de depresión mayor, por el contrario, no
Trastorno Depresión Depresión mayor ha podido validarse. Así, Torgersen47 afirma
distímico mayor c o n melancolía que si el grupo de la depresión neurótica de la
Depresión mayor CIE-9 era heterogéneo, no lo es menos el de de-
con síntomas presión mayor de la DSM-lll. En el mismo sen-
psicóticos tido, Malt48 demuestra que la versión actual de
la DSM-lll debe en parte su alta fiabilidad al he-
cho de incluir categorías diagnósticas amplias
Fig. 3. Concepción unimodal y trastornos depresivos y heterogéneas, como el concepto de depresión
en la DSM-lll. mayor, cuya validez sigue en la actualidad sien-
do cuestionable.
Como comenta Malt49, la finalidad de la Aso-
torno maníaco, trastorno depresivo y trastorno ciación Americana de Psiquiatría al promover
bipolar, subdividiendo a este último en manía- la DSM-lll fue reflejar de la mejor manera posi-
co, depresivo o mixto según sean los síntomas ble el estado actual del conocimiento psiquiá-
predominantes en el cuadro presente. Las de- trico, debido a que se apreciaba un aumento
presiones neuróticas son definidas con criterios del interés en fundarse en el estudio de los
descriptivos. datos de cara a la comprensión de los trastor-
nos mentales. Sin embargo, desde el punto de
Subcategonas de las depresiones vista de la Filosofía de la Ciencia, no hay con-
en los RDC senso sobre lo que es el conocimiento, ni sobre
qué tipo de datos deben fundamentarlo, ni so-
Los criterios diagnósticos para la investigación
bre qué quiere decir «comprender» los trastor-
(elaborados a partir de los de Feighner) man-
nos mentales.
tienen una definición restrictiva de la depresión
La DSM-lll, como comenta Malt, está basa-
y exponen normas de inclusión y de exclusión
da en estudios empíricos, y la comprensión psi-
para las distintas subcategorías que no resultan
cológica basada en la intuición y en la interpre-
mutuamente excluyentes. Recogen las catego-
tación subjetiva no se consideran científicos.
rías de trastornos maníaco, hipomaníaco y bi-
Pero la DSM-lll no difiere de la CIÉ en que sea
polar e introducen la de depresión mayor. Incor-
o no empírica. La diferencia es más bien cuan-
poran la división de bipolar I y II y dividen las
titativa en el sentido de que en la DSM-lll se dan
depresiones mayores en 10 subtipos: primario,
criterios de inclusión y de exclusión, mientras
secundario, unipolar recurrente, psicótico, inca-
que en la CIÉ no hay criterios de inclusión ni de
pacitante, endógeno, agitado, enlentecido, situa-
exclusión y el clínico puede utilizar más abierta-
cional y simple.
mente su razón o su intuición para clasificar un
Subcategorías de las depresiones trastorno específico. La relevancia de estos dos
en la DSM-lll sistemas no es primariamente un problema de
fiabilidad o de ciencia de «buena» o «mala», sino
El concepto de lo endógeno se reduce en la una cuestión de premisas filosóficas.
DSM-lll a la especificación de la subcategoría El investigador dedicado a la comprensión
de depresión con melancolía y a la introducción empírica puede estar a favor de la DSM-lll. Quie-
de la subcategoría depresión mayor con sínto- nes, en cambio, reconocen el valor de la razón
mas psicóticos, ambas con fiabilidad diagnós- como base para la comprensión, preferirán pro-
tica y con datos clínicos y biológicos que las bablemente un sistema menos rígido que la
validan, lo que ha dado pie a muchos investi- DSM-lll. Por su parte, un «intuicionista» puro re-
gadores a utilizarlas en sus muestras. chazaría probablemente cualquier sistema cla-

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ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LOS
SÍNDROMES DEPRESIVOS

sificatorio. En cualquier caso, los propios respon- Pero esto es todavía, hoy por hoy, un deseo
sables de la DSM-lll reconocieron que, en oca- con pocas probabilidades de verse cumplido en
siones, habían utilizado para su elaboración con- un plazo breve.
ceptos basados en el racionalismo y no en el
empirismo (como serla el caso de considerar
el trastorno narcisístico de la personalidad como
una entidad aparte). BIBLIOGRAFÍA
Termina Mari afirmando que ia utilidad de la
DSM-lll depende de la que se le quiera dar. 1. KRAEPEUN E. Manic depressive ínsanity and pa-
Pien-sa que sirve para facilitar la comunicación ranoia. Edinburgo. Churchill Livingstone, 1921.
entre los clínicos e investigadores. Considera, en 2. KILOH LG, ANDREWSG, NELSON M, BIANCHIGN. The
relationships of the syndromes called endogertous
cambio, que puede tener sólo un éxito limitado and neurotic depressions. Br J Psyc 1972; 121:
como ayuda para planificar tratamientos y para 183-196.
comparar distintas modalidades terapéuticas. 3. MENDELS A, COCHRANE L. The nosology of depre-
sión. The endogenous reactive concept. Am J
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mejorado notablemente la fiabüidad del diag- L'encephale 1981; vil: 315-333.
nóstico de los trastornos afectivos. Contamos, 6. VALLEJO RUILOBAJ. Síndromes depresivos, Barce-
por otra parte, con una serie de datos biológicos lona, Ed. Salvat, 1983.
(todavía sin rango de verdaderos marcadores y 7. ZIMMERMAN M, CORYELLW, PFOHLB, STANGL D. The
con valor limitado en la predicción de respues- valitity of four definitions of endogenous depres-
ta al tratamiento), que pueden facilitar la vali- sion. Arch Gen Psych 1986; 43: 234-244.
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R, ENDICOTT J, RELLER MD. The validation of the
Estamos lejos todavía de contar, para los tras-
concept of endogenous depression. Arch Gen
tornos afectivos, con una clasificación idónea, Psych 1986; 43: 246-251.
que sólo se dará cuando tengamos una mejor 9. MATUSSEK P, SOLDNER M, NAGELD. Neurotic de-
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chos autores. 12. PAYKEL ES. Life events and early enviroment. En:
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acuerdo con Gelder et al 60 en que es mejor 13. CRAIG NELSON J, CHARNEY DS. The symptoms of
describir los trastornos sistemáticamente que major depressive illness. Am J Psych 1981; 138:
clasificarlos. En su esquema tienen en cuenta 138-141.
la descripción de la gravedad del episodio (íeve, 14. CRAIG NELSON J, CHARNEY DS, QUINLAN D. Evalua-
moderado o intenso), su tipo (depresivo, mania- tion of the DSM-lll criteria for melancholia. Arch
co o mixto) y las posibles características espe- Gen Psych 1981; 38: 555-559.
ciales que presenta (síntomas principalmente 15. TELLENBACH. La melancolía. Ediciones Morata,
neuróticos o psicótícos, agitación, enlenteci- 1976.
16. VAN PRAAG NM. A trasatlantic new of the diagno-
miento o estupor). Describen así mismo el cur- sis of depressions accordy to the DSM-HI-II. The
so como unipolar o bipolar. Finalmente hacen DSM solve the probiems of depression diagno-
referencia, en cuanto a la etiología, a la existen- sis comprehensive. Psychiatry 1982; 23:12-26.
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18. BROWN WA, SHUEY I. Response to dexamethaso-
tendría que conciliar las necesidades del inves- ne and subtypes of depression. Arch Gen Psych
tigador, del psiquiatra y del médico práctico. 1980; 37: 747-751.
Idealmente debería plasmarse en un único sis- 19. SCH.ESSEM, WINOKUR G, SHERMAN B. Hypothala-
tema clasificatorio que fuera de complejidad de- mic pituitary-adrenal axis activity in depressive ill-
creciente. ness. Arch Gen Psych 1980; 37: 737-743.

15
J A GARCÍA SEVILLA

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DISCUSIÓN

J.A. GARCÍA SEVILLA: Un aspecto que me preocu- los pacientes no son lo suficientemente homo-
pa especialmente es la fiabilidad de los diag- géneos como para que puedan extraerse con-
nósticos de los pacientes incluidos en los es- clusiones válidas comparando distintos tra-
tudios clínicos. Muchas veces, revisando en bajos.
la literatura diversos estudios en un mismo Me llama la atención la insistencia en reclutar
campo o incluso utilizando idénticos marca- pacientes con un criterio definido de tal o cual
dores, las diferencias, en ocasiones abisma- tipo de depresión. Quisiera saber su opinión
les, que pueden detectarse entre los distintos sobre la fiabilidad con que realmente se se-
estudios obligan a plantearse o bien que el leccionan estos pacientes. Y en segundo lu-
marcador no tiene importancia o que hay mu- gar, quisiera también preguntarle hasta qué
cho ruido de fondo en los estudios; es decir, punto es importante para los investigadores

16
ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LOS
SÍNDROMES DEPRESIVOS

clínicos la gravedad del cuadro clínico del pa- En cuanto al valor o la importancia de la in-
ciente depresivo; si la gravedad medida por tensidad del cuadro en un momento dado en
una escala de depresión, independientemente relación con los hallazgos biológicos, puede es-
de la escala utilizada, tiene o no importancia pecularse que de alguna manera algún mar-
de cara a buscar un posible marcador. cador se relacione con la gravedad del cua-
J. GUIMÓN: ¿Se refiere a la intensidad? dro, pero no hay muchos datos que lo
J.A. GARCÍA SEVILLA: Efectivamente, a la intensi- confirmen.
dad del cuadro clínico, y en concreto al inte- JA. GARCÍA SEVILLA: Aparentemente es una con-
rés de este aspecto para buscar un marcador dición sine qua non que en todos los estudios
de estado, o de rasgo, que para el caso es lo de aspectos biológicos en muestras de pacien-
mismo. ¿O quizá la propia clasificación del pa- tes con depresión, se utilice como criterio de
ciente en un cuadro determinado justificaría inclusión del estudio un umbral de fiabilidad
la inclusión en el estudio, independientemen- en cuanto a la intensidad del cuadro clínico,
te de la intensidad del cuadro clínico? sugiriendo quizá que por debajo de aquella
J. GUIMÓN: Estas preguntas son sumamente in- puntuación, por ejemplo en la escala de Ha-
teresantes y estoy seguro que despertarán el milton, no debería incluirse al paciente aun-
interés. ¿Cuál es la «relevancia» de los diag- que existiera un diagnóstico fiable de trastor-
nósticos clínicos? Mi impresión personal es no depresivo mayor. ¿Cabe atribuir esta
que la introducción de los primeros criterios práctica simplemente a la rutina o bien existe
diagnósticos y posteriormente de los RDC (Re- alguna razón para ello?
search Diagnostic Criteria), así como la utili- J. GUIMÓN: Parece ser que esa medida se tiene
zación de criterios de inclusión y de exclusión, en cuenta cuando se utiliza un único criterio.
ha logrado una definición suficiente en algu- Pero en todo caso, la escala de Hamilton no
nos cuadros, como los trastornos afectivos ma- es una entrevista diagnóstica, ya que evalúa
yores, pero menos precisa en otros trastornos la presencia de un síntoma, pero no diagnos-
tales como los «distímicos», cuya frecuencia tica la depresión. Puede emplearse como cri-
con respecto a los anteriores es muy superior. terio cuando no se dispone de entrevistas diag-
La evitación de falsos positivos ha logrado reu- nósticos, por ejemplo cuando se lleva a cabo
nir muestras muy homogéneas, lo cual con- un estudio en el que la depresión no es el mo-
fiere una mayor calidad a los distintos estudios tivo fundamental. En mi opinión la intensidad
que utilizan los RDC. Estos criterios tampoco no debe considerarse definitoria de depresión
son tan estrictos que limiten el reclutamiento como lo es en el caso de la DSM-lll. En cual-
de pacientes por exclusión excesiva de casos quier caso, es un tema abierto a discusión.
«falsos negativos». M. GURPEGUI: Querría matizar algo a este res-,
En cuanto a la validez, cabe decir que progre- pecto. Por un parte, creo que hay que esta-
sivamente se van identificando rasgos que per- blecer una diferenciación entre lo que gene-
miten una cierta confianza en los diagnósticos ralmente se suele entender por intensidad de
de las categorías relacionadas con los trastor- la depresión medida por algunas escalas, por
nos afectivos mayores. ejemplo de la de Hamilton, que incluyen una
También en otras categorías se puede estable- elevada proporción de síntomas de ansiedad,
cer un diagnóstico, por ejemplo en la depre- y las definiciones de trastorno depresivo ma-
sión mayor. El diagnóstico de depresión ma- yor contenidas por ejemplo en la DSM-lll o los
yor tiene una elevada fiabilidad y existe una RDC, donde se tiene en cuenta no solamente
notable concordancia diagnóstica entre distin- la intensidad sino la presencia de una serie de
tos psiquíatras. Lo que ocurre es que desde síntomas relativos al apetito, al sueño, a la ac-
el punto de vista de marcadores no parece tividad, etc. O sea, que además del trastorno
muy relevante, porque en esta categoría se básico del estado de ánimo, el cuadro viene
incluyen algunos trastornos distímicos e inclu- definido por la presencia de una serie de sín-
so trastornos reaccionales, dado que el crite- tomas acompañantes.
rio de depresión mayor se basa fundamental- En cuanto a la intensidad, creo que es un tér-
mente en la intensidad del cuadro. mino bastante equívoco y puede variar en fun-
La categoría de «depresión mayor» es, pues, ción del instrumento utilizado para su medi-
un cajón de sastre en el que se incluyen mu- ción.
chos cuadros, por lo que debería evitarse en En este sentido hemos observado que algu-
investigación clínica, aunque podría tener cier- nos grupos de pacientes, como los que pade-
ta aplicación en estudios epidemiológicos. cen depresión bipolar, puntúan menos en es-

17
J.A. GARCÍA SEVILLA

calas de intensidad corno la de Hamilton, o de pacientes restantes, algunos de los cuales


Incluso en otras que tienen en cuenta una se- son propiamente melancólicos.
rle de variables patológicas más amplias, ¿Cómo identificar estos pacientes? Conviene
como es la escala CPRS. Con estas escalas centrarse en síntomas diana o aspectos que
dichos pacientes presentan una intensidad realmente reflejan algo propio e idiosincrási-
menor que los unipolares. Sin embargo, en las co de la depresión endógena o trastorno de-
pruebas biológicas, estos pacientes presentan presivo mayor con melancolía, como quere-
con idéntica o incluso mayor frecuencia alte- mos llamarlo, y quizá todavía no estamos en
raciones en el eje hipotálamo-hipoflsarlo-su- disposición de identificar o saber exactamen-
prarrenal o en el eje hlpotálamo-hipófiso- te cuáles son.
tiroideo. Algunos autores han llamado la atención so-
Quisiera, pues, insistir en que los criterios de bre el hecho de que la DSM-lll y otros crite-
definición influirán en los resultados y cada es- rios se basan en una psicopatología descrip-
cala concreta recoge determinados síntomas, tiva, pero cerrada, no abierta, es decir que
de manera que tenemos que estar en una es- quizá falta incluir aspectos que recojan fiel-
pecie de continuo razonamiento circular, mente lo que es una melancolía auténtica y
Por consiguiente, creo que debería precisar- no solamente los síntomas. ¿Cómo puede lo-
se la investigación a base de establecer hipó- grarse? En mi opinión lo único que en estos
tesis muy bien definidas antes de iniciar cual- momentos tiene una consistencia son preci-
quier proyecto, porque de lo contrario se samente los marcadores biológicos, único cri-
recoge un exceso de información; la mayoría terio capaz de diferenciar depresión primaria
de estudios utilizan una serie de escalas. Ello y secundaria, trastorno depresivo con melan-
hace que los resultados se acompañen de mu- colía de otros trastornos depresivos sin melan-
cho ruido de fondo, como antes señalaba el colía.
Prof. García Sevilla. En cuanto a otros aspectos propiamente clíni-
J.L. AYUSO: A mi juicio este es un problema me- cos a los que se refería el Prof. García Sevilla,
todológico, en el sentido de que la utilización creo que aún es prematuro. Sabemos algo
de escalas para evaluar la gravedad es total- sobre la hlpersomnia, sobre la inhibición mo-
mente inadecuada. Se trata fundamentalmen- tora y quizás existan otros que todavía des-
te de un problema de utilización de instrumen- conocemos, Conviene adoptar una actitud
tos adecuados para medir la intensidad. abierta y recoger aquellos síntomas o aspec-
J. VALLEJO: Creo que estamos todos de acuer- tos fenomenológicos esenciales en la sinto-
do en que la Intensidad del cuadro no puede matología para poder llegar a discernir con
considerarse un criterio definltorlo, puesto que claridad qué pacientes pertenecen al grupo
hay depresiones neuróticas que son aparen- de los melancólicos y cuáles son los no me-
temente mucho más graves e importantes que lancólicos.
algunas melancolías cuya complejidad y gra- C. UDINA: En lo que concierne a las puntuacio-
vedad son, aparentemente, menores. nes de la escala de Hamilton, yo creo que éste
Por otra parte, coincido con lo que ha señala- es un aspecto que se tiene en cuenta en los
do el Prof. Gulmón en el sentido de que lo úni- estudios con depresivos de cara a homogenei-
co que parece tener consistencia intrínseca es zar la muestra y a evitar las remisiones espon-
el diagnóstico de trastorno de depresión ma- táneas. Por otra parte, creo que es más im-
yor con melancolía según la DSM-lll. Todo lo portante la cualidad del tipo de síntomas que
demás, es, hasta cierto punto, un cajón de la cantidad.
sastre que nos puede permitir ubicar enfer- Quisiera preguntar al Dr. Guimón su opinión
mos en un grupo o en otro, a pesar de lo co- acerca de la ubicación del trastorno distímico
mentado por el Dr. Gurpegui de que la clasi- en la clasificación diagnóstica de la DSM-lll
ficación puede quedar definida por unos ítems dentro de los ejes diagnósticos tradicionales,
concretos, algunos de los cuales aparecen es decir, por qué no se sitúa dentro del eje de
también en los trastornos distímicos. Es decir, trastornos de personalidad. Yo creo que el tras-
que tampoco existe tanta diferencia cuando torno distímico precisa para su diagnóstico un
se analizan los ítems de trastorno distímico curso evolutivo de dos años, es un trastorno
y de trastorno depresivo mayor. La situación longitudinal y, por tanto, de alguna manera
real es que existen muy pocos pacientes cen- creo que estaría mejor ubicado dentro de los
trados en estos criterios de trastorno depre- trastornos del eje de personalidad de la
sivo mayor con melancolía y queda un pool DSM-lll.

18
ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LOS
SÍNDROMES DEPRESIVOS

J. GUIMÓN: Me parece muy interesante lo que o en el trabajo, por ejemplo. Por ello creo que
dice el Dr. Udina. El trastorno distímico es muy es muy importante evaluar longitudinalmente
heterogéneo y probablemente incluye cuadros la enfermedad en las distintas etapas de la
varios y de difícil validación. Requiere para su vida. Esto sería válido también para la enfer-
diagnóstico la presencia de dos años de sin- medad afectiva bipolar, por ejemplo. Quizás
tomatología, a lo que se añade el carácter leve esta forma de evaluación pudiera darnos res-
de la intensidad de la misma, afectando a la puestas sobre hechos que aparentemente son
personalidad durante un período de tiempo contradictorios.
prolongado. Por consiguiente cabría conside- J.L. AYUSO: El capítulo de trastornos de la per-
rarlo un rasgo de personalidad inscribible den- sonalidad es el aspecto menos validado de la
tro del eje de personalidad del DSM-lll. DSM-lll. Por otra parte, los estudios de segui-
M. GURPEGUI: Quisiera comentar un aspecto miento van en contra de esa interpretación.
fundamental en la interpretación de los resul- Al cabo del tiempo, los llamados trastornos dis-
tados y que va más allá del trastorno distími- tímicos o depresiones neuróticas en la clasifi-
co, como es, en general, la consideración del cación anterior habían tenido una evolución
carácter longitudinal de las enfermedades; y tan dispar y algunos casos estaban próximos
en este caso, el hecho de que dure dos años incluso a los trastornos bipolares. Es decir, no
o más no quiere decir desde mi punto de vis- es aceptable desde la perspectiva de un tras-
ta que sea un trastorno de la personalidad sino torno de la personalidad.
una enfermedad que tiene un curso de estas J. GUIMÓN: En cualquier caso, todo el mundo
características y que en estos individuos tam- parece estar de acuerdo en la heterogeneidad
bién hay intervalos libres de síntomas duran- del grupo de los trastornos distímicos.
te los cuales, o bien antes del comienzo de la C. UDINA: Quería simplemente remarcar el he-
enfermedad, muestran una personalidad de cho de la necesidad del estudio longitudinal
características muy distintas a cuando están de los trastornos, no tanto de que se sitúe este
ya bajo los efectos del trastorno clínico y so- trastorno dentro de la personalidad, como de
metidos a las consecuencias que éste tiene so- la necesidad de estudios longitudinales de los
bre el desarrollo de su vida como estudiantes trastornos afectivos.

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