UN AÑO A

LA ESPERA
DEL CAMBIO
PROMETIDO
(Balance del gobierno de Luis
Abinader y del PRM)

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Introducción

El PRM ganó las elecciones levantando las banderas de un cambio verdadero, de la

institucionalidad democrática, así como de la promoción de reivindicaciones históricas
de las mujeres, el respeto al medio ambiente, al igual que demandas como la mejora de
los servicios de salud pública, la seguridad y la educación entre un conjunto de eventuales
acciones dirigidas a enfrentar las precariedades arrastradas por el pueblo dominicano.
A las demandas históricas se le sumó de manera coyuntural el tema del COVID.

A un año de asumir el control del Congreso y del Ejecutivo, lo cual supone de manera
cuantitativa la cuarta parte de su período de gobierno, Alianza País se dispone a hacer
un balance del Gobierno del Partido Revolucionario Moderno. Asumiendo la política de
ALPAIS de encabezar una oposición responsable, crítica y alternativa sometemos a la
consideración del pueblo dominicano, nuestra evaluación del gobierno encabezado por
Luis Abinader.

La pandemia y la salud

Al momento de tomar posesión el mayor desafío que enfrentaba la sociedad dominicana

estaba marcado por la COVID 19. Durante los primeros meses, el gobierno siguió
asumiendo la misma política reactiva e ineficiente que generó un segundo brote en
octubre y otro en febrero, con lamentables consecuencias, como fue que ya para el 12
de febrero de este año se habían acumulado más muertes por el virus bajo el nuevo
gobierno (1464 desde la toma de posesión) que los fallecidos por esa causa en el gobierno
anterior (al 16 de agosto había 1453 muertes por COVID19).

A pesar de estos desaciertos el gobierno cosechó algunos logros con la adquisición de la

Sinovac. En ese sentido, es preciso reconocer que la campaña de vacunación ha resultado
acertada, por el alto entusiasmo con que la población ha respondido al llamado.

Lo que sí está pendiente es que las autoridades expliquen al país las razones por las
cuales adquirieron la vacuna Sinovac a $19.00 dólares por unidad, con un sobreprecio de
casi un 65% si lo comparamos con los US$11.50 que otro país de la región como Chile, y
en similar período, pagó por cada dosis.

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Por otro lado, se hace necesario llamar la atención acerca de la preocupante disminución
en la calidad de los servicios de salud pública que ha significado la concentración casi
exclusiva en la vacunación como si hubieran desaparecido todas las demás enfermedades.
El impacto negativo en indicadores tan lesivos como la mortalidad materna que casi se
duplicó durante los tres primeros meses del 2021 con respecto al mismo período del año
anterior.

Los planes para iniciar la importantísima atención primaria siguen brillando por su
ausencia. La necesaria política pública por la salud preventiva y la reeducación de los
hábitos alimenticios y de salud siguen esperando la semana de los tres jueves, como
dice el lenguaje coloquial dominicano.

Educación

Llevados por un protagonismo insensato, el Presidente y el Ministro de Educación, a

sabiendas de la baja cobertura de los servicios de internet, las constantes interrupciones
del servicio eléctrico y las precarias condiciones habitacionales de muchas familias, se
comprometieron con un programa de educación a distancia, que ni siquiera los países
con gran conectividad, recursos tecnológicos y pedagógicos asumieron de forma tan
radical.

El año escolar 2020-2021 ha significado, sobre todo para el sector público, un limitado
proceso de aprendizaje del estudiantado, además de que el año lectivo experimentó
un aumento desproporcionado en el ausentismo y la deserción escolar como lo
atestiguan reportes elaborados por Educa (https://www.educa.org.do/2021/06/15/nota-
de-trabajo-73-efectos-economicos-de-la-pandemia-covid-19-desde-la-perspectiva-de-
la-educacion-en-la-republica-dominicana/) que estima el incremento de la deserción
hasta en un 17% , al igual que Save the Children institución educativa que ha estudiado
el fenómeno (http://z101digital.com/save-the-children-la-pandemia-obligo-a-200000-
estudiantes-de-rd-a-desertar-de-escuelas/).

De forma inexplicable se perdió un año que debió aprovecharse para realizar un

remozamiento y mantenimiento profundo de los planteles escolares mientras no
estaban en uso. Ahora cuando se anuncia para septiembre el inicio del año escolar de
forma presencial, muchas escuelas no están en condiciones adecuadas para hacerlo,
exponiéndonos a nuevos fracasos.

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Lejos de seguir engañándonos presentando el pasado año escolar como un rotundo
éxito, lo correcto es sincerarse y disponer un intenso plan de estudios complementarios
que permita compensar las deficiencias y retrocesos experimentados en el recién
finalizado año escolar 2020-2021.

Economía

El manejo de la situación económica constituye uno de los aspectos más preocupantes de

la política del actual mandatario. Si bien se puede apreciar como positiva la apreciación del
peso con respecto al dólar, el aumento de las reservas internacionales y una reactivación
parcial de la actividad productiva, aparecen otros indicadores macroeconómicos que
provocan escalofríos.

El incremento de la deuda pública supera los 12,000 millones de dólares durante el

primer año. Con este ritmo, el gobierno del presidente Abinader ha endeudado más a la
República Dominicana en su primer año que el total de la deuda externa acumulada por
el país en los 60 años de vida democrática hasta el 2011, año en el cual la deuda externa
sumaba los 11,626.6 millones de dólares.

Las proyecciones para el presupuesto venidero indican que ese ritmo continuará, puesto
que durante sus primeros 12 meses la administración no logró generar un ambiente de
confianza para fomentar la necesaria reforma fiscal.

En este gobierno el aumento de los productos de primera necesidad ha sido una

constante, incluyendo el mantenimiento de los elevados precios de los combustibles
y siguen sin transparentar los impuestos ocultos que contiene, olvidando promesas de
campaña.

En Alianza País abogamos por la superación del esquema impositivo vigente, regresivo e
inequitativo, y dar paso a una rectificación profunda del cobro de impuestos para hacer
que quienes más tienen paguen más y no sigan siendo los sectores medios y populares
quienes sigan llevando la mayor carga.

El actual gobierno muestra una disminuida capacidad de ejecutorias en lo relacionado

con la inversión en gastos de capital. En un ambiente económico que demanda la
intervención pública, el país ha contemplado absorto como la ejecución presupuestaria

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del 2021 apenas ronda el 20% de lo que se había presupuestado para partidas como
obras públicas, construcciones o inversiones en bienes de capital. Se trata no solo de
una aberración económica sino también de una violación de la Ley de Presupuesto
General del Estado.

Una iniciativa que traduce el trasfondo privatizador de puro corte neoliberal del actual
gobierno lo constituye el publicitado modelo de la Alianza Público Privada, que pudiera
terminar siendo la nueva versión del funesto proceso de “capitalización” o del “peaje
sombra”. Detrás de la incapacidad ejecutiva mostrada por el gobierno parece esconderse
un esfuerzo de legitimar este modelo como el garante de la eficiencia y capacidad
de realización del sector privado. En diversos sectores de la opinión pública existe la
preocupación de que se esté induciendo un vacío en las soluciones de infraestructura
para presentar las APP como la nueva panacea que termine siendo una nueva modalidad
de apropiación del capital y de búsqueda de excedentes a costa del interés público.

La vocación a favor del gran empresariado del gobierno del PRM, queda al desnudo
en el mismo gabinete, integrado por el mayor número de representantes directos del
gran empresariado que recuerde la vida contemporánea dominicana. La inequidad de
clase al interior del Poder Ejecutivo solo es superada por la inequidad de género en un
gabinete que solo presenta 4 mujeres cuyos ministerios administran menos del 3% del
presupuesto nacional.

Este gobierno presenta un preocupante nivel de ineficiencia e indefinición en todo el

aparato burocrático. Un caso paradigmático de negligencia se acaba de evidenciar con
la peste porcina africana. A pesar de que la enfermedad tiene más de 3 meses que se
reportó en la provincia de Dajabón, no fue sino hasta mediados de julio, luego que el
Servicio

Sanitario de Inspección de Plantas y Animales (APHIS) del gobierno de Estados Unidos

prohibiera la entrada de la carne de cerdo, cuando las autoridades dominicanas iniciaran
acciones para tratar de frenar la expansión de la peste. Ejemplos similares, aunque
no siempre con repercusiones tan graves, encontramos de forma recurrente en esta
administración.

En ninguno de los tres megaproyectos anunciados por Abinader en su discurso

inaugural - el Puerto de Manzanillo, el desarrollo del Polo Turístico de Pedernales
y la Avenida Ámbar- se ha colocado el primer ladrillo. Igual sucede con los planes de
Vivienda Feliz, Plan Nacional de Parqueos Públicos, inversiones por miles de millones
de pesos anunciadas en las regiones de Enriquillo, San Juan de la Maguana, el Nordeste,
entre otras. La cultura política trujillista basada en la idea de que en nuestro país no es
necesario hacer, sino que basta con prometer, pareciera estarse imponiendo en la actual
gestión gubernamental.
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El incremento del salario mínimo excluyendo al turismo, las zonas francas y el propio
gobierno, los tres sectores que más empleos formales aportan, es una muestra de su
poca vocación distributiva. En el caso de los servidores públicos la decisión pone de
manifiesto una falta de sensibilidad ante la empleomanía que al día de hoy exhibe los
salarios mínimos más deprimidos de todos los cotizantes de la seguridad social.

Hoy vemos como miles de ciudadanos y ciudadanas que fueron desvinculados y

desvinculadas de forma injustificada de sus posiciones, mendigan sus prestaciones un año
después de haber quedado fuera del tren gubernamental. La política de administración
de personal impulsada por el PRM es una de las muestras más contundentes de que
estamos frente a un ejercicio típico de la tradicional política patrimonialista dominicana.

Lucha contra la corrupción e institucionalidad

El Ministerio Público se asume como la parte más exitosa del actual gobierno, a partir de
sometimientos a encartados de tanta ascendencia y con vinculaciones tan cercanas al
presidente saliente. Aunque resulte innegable la satisfacción que esas operaciones han
provocado en la ciudadanía, ya empieza a ser preocupante que la acción del Ministerio
Público se mantenga focalizada exclusivamente en el gobernante saliente, toda vez que
los casos no han alcanzado a un solo miembro del Comité Político del PLD y mucho
menos han llegado a instrumentar un solo expediente contra el funcionariado de los
anteriores gobiernos.

Algunas de las debilidades de este gobierno se expresan en la falta de institucionalidad

con que se abordan muchos de los problemas nacionales. Se promueven gabinetes
creando una institucionalidad paralela que con frecuencia sustituye el rol de ministerios
e instituciones establecidas. En esa lista nos encontramos con el Gabinete de
Transformación Digital, Gabinete de Innovación, Sector Construcción, Promoción de
Inversiones, Familia, Sector Agua, entre otros cuyas ejecutorias no trascienden el titular
del periódico.

El caso de mayor sonoridad en lo referido a la sobreposición de funciones, es el Gabinete

de Salud encabezado por la vicepresidencia y cuya intervención con frecuencia se
sobrepone a las funciones del Ministerio de Salud Pública debilitando el organismo que
tiene el mandato constitucional de ejecutar la política sanitaria del Gobierno.

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La alharaca inicial de reducir el Estado y evitar duplicidades ha naufragado cuando
vemos que aún aquellas instituciones supuestamente eliminadas como la OISOE y las
EDES, continúan con asignaciones presupuestarias de miles de millones de pesos para
este 2021. Otro ejemplo: el pasado 27 de julio, tan solo unos días después de que se
aprobara en el Congreso la Ley que crea el Ministerio de Vivienda, Habitad y Edificaciones
se anunció la creación y establecimiento de una Oficina de Desarrollo de Proyectos
de Movilidad Urbana Sostenible Integral cuyas funciones coliden con las del Instituto
Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INSTRANT).

Similar rol de menoscabo de la institucionalidad pública juegan las Comisiones ad

hoc que se crean por voluntad propagandística del jefe del Poder Ejecutivo. Destacan
entre esos experimentos la Comisión para la Reforma de la Administración Pública
y la Comisión de Reforma Policial, entre otros. Se trata de una modalidad de gestión
presidencial que lejos de enfrentar los problemas los complica postergando su solución
obviando el organigrama existente.

Las incoherencias observadas en la presente gestión, de igual manera, se expresan en el

abandono de compromisos de campaña de naturaleza estratégica ante las cuales desde
el poder se han desligado. Los ejemplos más notables de dicho desdoblamiento son la
posición asumida por el presidente y el PRM con las 3 causales y los temas ambientales.
En este último tema las dinámicas extractivas y degradadoras siguen por sus fueros.

El liderazgo del Poder Ejecutivo como jefe del Estado palidece cuando se constata el
mutis que hasta ahora hace la presidencia con respecto a la Ley de Seguridad Social.
Mientras el Congreso de la República hace vistas públicas y se presta a conocer una
modificación del precario sistema de seguros de salud, de pensiones y riesgo laboral no
se conoce una propuesta oficial para dicha modificación. Esa indiferencia muestra qué
tan alineado se encuentra el actual mandatario con un sistema que no es seguro ni es
social, un sistema que no protege y que por el contrario ha querido institucionalizar la
exclusión del Estado como garante de derechos.

En consonancia con la versión más conchoprimista del quehacer político dominicano,

el análisis de la cotidianidad presidencial traduce un presidencialismo mesiánico. Las
tristes célebres visitas sorpresas se han transformado en unos recorridos durante los
cuales se inauguran obras privadas, se dan primeros picazos de obras no aprobadas y se
condimentan esas giras con toda suerte de ofertas y promesas.

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Reformas políticas

En su primer año el PRM acusa un claro abandono de la agenda de transformaciones y

reformas políticas pautadas en su programa de Gobierno: un Gobierno para su gente. La
refundación del Estado, la reorganización del organigrama del sector público y la reforma
de la administración territorial han quedado huérfanas de acciones que reclamen la
paternidad de estas propuestas.

La forma en que se han constituido las Altas Cortes deja mucho que decir de un partido
político que había prometido la reforma del Poder Judicial. Lo mismo pasa con el olvido
que se constata con respecto a los cambios requeridos en la Ley Electoral y la Ley de
Partidos Políticos. La modificación indispensable en todo el deficiente sistema electoral
dominicano no ha encontrado eco en ninguna de las acciones impulsadas por este
gobierno.

Relaciones Exteriores

En un mundo en el cual se observa una ruptura de la hegemonía norteamericana con

la presencia cada vez más contundente de China como polo impulsor de la economía
global, el gobierno en vez de apostar por una política exterior multilateral, asume una
política de sumisión ante el poder norteamericano típica de la guerra fría y que tiende a
situar a nuestro país como su patio trasero.

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En conclusión

En un esfuerzo de síntesis podemos caracterizar a éste como un gobierno preso de

tres subordinaciones: a las élites empresariales y grupos de poder, a los sectores más
conservadores del país y a la política exterior de los EEUU.

Por todo el contexto expuesto, es válido decir que los primeros 12 meses del llamado
Gobierno del Cambio hacen muy poco honor a esas palabras. Sí, hubo cambio de
ministros, pero ausencia de nuevas políticas; cambio de estilos con continuidad de
ineficiencias, cambios en la burocracia, pero continuidad de clientelismo; cambio de
promesas y continuidad de incumplimientos.

13 de agosto de 2021