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Fue una de las batallas más célebres y cruciales de la historia en la que se enfrentaron una de

las mentes militares más extraordinarias que han existido y una alianza europea. En un lado
Napoleón Bonaparte emperador de Francia, frente a él un ejército de aliados británicos y
holandeses comandados por el duque de Wellington. El 18 de junio de 1815 estos hombres y
sus armas se enfrentaron para determinar el destino del mundo en un lugar de Europa llamado
Waterloo. El 18 de junio de 1815 tras 4 horas de batalla en Waterloo dos grandes ejércitos
estaban atrapados en un combate mortal. En un lado una Napoleón Bonaparte gran
emperador de Francia y por en el otro un ejército aliado bajo las órdenes del Duque de
Wellington, era un hombre natural para dirigir las fuerzas unidas de los aliados contra
napoleón. En Europa a las cuatro de la tarde 12.000 soldados de caballería franceses se
lanzaron contra las líneas británicas en una de las mayores cargas de caballería de la historia.

Formaron cuadros de infantería británicos, y el duque buscaba una salida sabía para que su
ejército determinará el curso de la batalla. En 1805 napoleón había comenzado la expansión
del imperio francés hasta que tuvo bajo su control prácticamente toda Europa occidental, pero
su intento de conquistar Rusia fracasó, aunque derrotó al ejército ruso no pudo con su
invierno.

En 1814 las fuerzas aliadas capturaron a napoleón, restauraron la monarquía francesa y


exiliaron al emperador derrotado en una pequeña isla del mediterráneo. Las naciones aliadas
de Europa creían que Napoleón había dejado de constituir una amenaza pero estaban
equivocados. En abril de 1815 un mensaje llega a parís sobre que Napoleón había escapado, el
mariscal Michel Ney un antiguo general de napoleón, es enviado con una brigada de soldados
franceses a detenerlo o matarlo. Napoleón tras desembarcar en la costa francesa marchó hacia
parís intentando reconquistar todo el territorio perdido y viaja con un pequeño grupo de
oficiales leales que se habían ofrecido voluntariamente para acompañarle en su exilio. Tres
semanas después napoleón había regresado a parís, junto con la lealtad de todo su ejército,
casi de inmediatamente Europa vuelve a unirse para enfrentarse al nuevamente coronado
emperador de Francia y gran Bretaña con Austria, Prusia y Rusia. Le declararon la guerra a
Napoleón. El futuro duque de Wellington llega a Bruselas para comandar al ejército aliado,
convocado de inmediato para destronar a napoleón. Ambos estrategas son sustancialmente
distintos, su mayor diferencia radicaba en su forma de enfocar las batallas. Napoleón se iba a
enfrentar al maestro absoluto de la defensa Wellington.

Uno de los aliados de gran Bretaña era Prussia el reino líder del imperio germánico, el ejército
prusiano estaba bajo las órdenes del veterano mariscal de campo conde Gebhard Leberecht
von Blücher. A pesar de su avanzada edad seguía siendo un hombre lleno de una distinta
pasión. Napoleón había enviado ofertas de paz a sus antiguos enemigos sin obtener
resultados. Napoleón los había derrotado una vez y se sentían amenazados porque podría
hacerlo de nuevo, pero nunca claudicarían jamás. Lo último que quería napoleón en 1815 era
ir a la guerra, aunque no estaba preparado. Los aliados le habían declarado la guerra así que
no fue él quien la provocó, la guerra lo llamó. En junio de 1815 Wellington y Blücher unieron
sus tropas para batallar, Blücher con más de 125 mil soldados prusianos se encontraba al este
de Bruselas, Wellington cerca de la costa de Bélgica tenía una fuerza de tropas británicas y
holandesas que superan los 100.000 soldados, los dos ejércitos se preparan para unirse y
marchar hacia parís en un abrumador despliegue de fuerza. Napoleón sabiendo la estrategia
de sus contrincantes cree que la mejor defensa es un ataque rápido y decisivo. Napoleón se
aseguraba de que Wellington y Blücher no tuvieran tiempo de unir sus fuerzas. Condujo a su
ejército de 130.000 soldados al norte para enfrentarse a los ejércitos aliados por separado,
Concentraba la mayor parte de su poder ofensivo en un elemento del ejército enemigo, lo
destruía, luego volvía a concentrar su poder ofensivo en otro elemento del ejército enemigo, lo
destruía hasta que conseguía romper la voluntad combativa del enemigo. En su primera acción
militar desde el exilio la estrategia de napoleón de dividir y conquistar funcionó a la perfección.
El 16 de junio de 1815 sus tropas de avance aíslan y atacan a una fuerza prusiana mucho más
pequeña. Los prusianos caen rápidamente ante las fuerzas francesas más numerosas. Los
prusianos se baten en retirada y napoleón pensaba que ya había ganado la mitad de la batalla.
Ordenó a un tercio de su ejército seguir a las tropas prusianas en su huida. En la mañana del
18 de junio de 1815 napoleón lleva a su recién reconstruido ejército a los campos de Bélgica
para enfrentarse a los ejércitos ingleses y holandeses. Cuando finalizó el día el futuro de
Europa cambió para siempre.

El ejército de napoleón continuó avanzando. Napoleón marchó al encuentro de los ejércitos


aliados comandados por el futuro duque de Wellington, el examinó el mapa de la zona y
puesto que napoleón había tomado la ofensiva donde quería defenderse, escogió un campo de
batalla al sur de un pueblo llamado Waterloo. El campo de batalla de Waterloo era un gran
valle que se extendía de este a oeste en el norte. Estaba el ejército aliado directamente frente
a él, estaban las fuerzas francesas. Además su principal ventaja fue la elección del campo de
batalla, conocía el terreno, sabía cómo iba a defenderlo.
Wellington esperaba un ataque por parte de los franceses pero no respondían. El suelo de los
franceses estaba embarrado a causa de la lluvia, esto tuvo como consecuencia la limitación la
movilidad de la caballería y la capacidad de los caballos para colocar los cañones en posición.
Napoleón tenía un gran problema.

Los estrategas de salón han discutido sobre la decisión de napoleón de comenzar la batalla al
final del día, algunos consideran que el terreno embarrado fue el factor principal y también en
que napoleón parece vuelto más débil, además no tenía una auténtica experiencia de combate
reciente. Hay quien sostiene que había perdido la vitalidad pero hay evidencias de una razón
más convincente para la dilación del emperador, la enfermedad. Tenía problemas de pituitaria
tenía hemorroides, tenía problemas de estómago que no le diagnosticaron correctamente y
demás. Esto mantuvo totalmente en secreto hasta casi 100 años después de Waterloo, cuando
unos documentos revelaron la gravedad de sus problemas de salud.
En vez de librar una batalla para salvar su imperio aquella mañana napoleón diría
probablemente haber estado en un hospital, si se quiere hacer una idea de cómo se sentiría
napoleón y que en condiciones estaría. Con napoleón negándose a dar órdenes y el sol ya en
lo alto, el mariscal Ney comenzó a comandar al ejército francés por su cuenta. La línea
defensiva de Wellington permanecía detrás de la loma en Waterloo, pero delante de la línea
había dos edificios fortificados Hougoumont y la Haye-Sainte, dos elementos clave en la
estrategia defensiva de Wellington contra napoleón. Las tropas y los francotiradores desde el
interior de las granjas amuralladas impedirían que el ejército francés pudiera simplemente
avanzar en campo abierto y él consideraba que eran rompeolas, de manera que cuando las
oleadas de fuerzas francesas se lanzaran contra él estarían obligadas a chocar contra ambos
edificios. Dividiría a la fuerza atacante en su avance separando a las tropas en canales que
podrían bombardear con la artillería. Bajo las órdenes de Ney cuatro regimientos de infantería
marchan hacia Hougoumont. Dentro del castillo hay un puñado de hombres de la guardia
británica. A las diez de la mañana los franceses lanzan el ataque, el combate en Hougoumont
era feroz, pero a las once y media de la mañana los británicos repelen el primer ataque y se
preparan para una serie. La batalla seguía en marchan, Wellington sabía que necesitaba el
apoyo de los prusianos, aunque no estaba seguro de que asistirían. Napoleón tenía una ira que
empezaba a desatarse y la sangre estaba a punto de salpicar los campos de Waterloo. El
ataque ordenado por el mariscal Ney había fracasado, marcando el inicio de la batalla de
Waterloo. Napoleón en ese entonces había dado la orden de que los ingleses probaran sus
cañones. En ese entonces utilizaban una técnica algo conocida como lo era el efecto de rebote.
A 20 km Blücher y los prusianos se reagrupaban después de ser derrotados por los franceses.
Pero en vez de batirse en retirada en dirección de vuelta a Prusia el astuto general se dirige al
norte.

Más de 500 hombres murieron en la apertura de la batalla.

Más tarde los cañones de napoleón cesaron con las tropas británicas recuperándose del
ataque de la artillería. Napoleón evaluaba la situación y planeaba la mejor forma de atacar a
los soldados situados en la loma, usaron la estrategia de marchar directamente hacia el
oponente en campo abierto, la técnica se acomodaba a como era al tecnología de la época. La
ofensiva directa de napoleón contra la parte central de las fuerzas aliadas tenía como objetivo
partir por la mitad del ejército de Wellington y provocar su desmoronamiento, sabia con
claridad que un ataque sólido rompería su capacidad de resistencia y sembraría al caos. Era la
primera vez que Napoleón se enfrentaba a los británicos y tenía que subestimar su voluntad y
determinación para defender sus posiciones. Los franceses avanzaban hacia las líneas inglesas
en formación de columnas, aproximadamente 3.600 componían aquella masa que tenía como
objetivo intimidarlo y aterrorizarlo. La alternativa a la formación en columnas francesa era la
línea británica, la formación en línea tenía una gran ventaja sobre los demás tipos de
formaciones ya que permitía hacer uso de toda la fusilería. A las 2 del mediodía la línea
británica esperaba la llegada de las columnas napoleónicas, napoleón se confió de sí mismo al
usar la misma técnica con la ganaba sus batallas y pensar que podía arrasar con todo que
estaba a su paso. En lo alto de la loma la columna francesa se encontraba cara a cara con la
línea inglesa con resultados devastadores. La línea británica con su alta potencia de fuego
detuvo el avance de la columna francesa en seco. Cuando se disponía de los soldados,
formación y espíritu adecuado, la formación en línea podía resistir el empuje de la columna y
romper su carga hasta el punto de hacerle perder su efectividad.

Las tropas francesas no avanzaban la contra carga británica, y con el apoyo de la caballería
obliga a los soldados de napoleón a regresar a sus posiciones. El primer choque frontal en
Waterloo había dejado miles de víctimas sin ningún resultado. Napoleón comprende que no
puede controlar el campo de batalla sin antes tomar la Haye-Sainte. Transcurrido tres horas
desde el comienzo de la batalla la línea británica resiste pero Wellington es consciente de que
no hay nada decidido.
Las líneas de batalla eran inamovibles sin embargo la batalla estaba a punto de dar un giro; El
18 de junio de 1815 Napoleón Bonaparte se dispuso a dominar Europa. Su estrategia consistía
en tomar el control del centro del campo de batalla con un ataque directo a la posición
británica en la Haye-Sainte. El punto estratégico más importante era el que se encontraba más
próximo al centro de las tropas de Wellington la Haye-Sainte. Para los franceses era
importantísimo conquistar esa posición antes de atacar el centro del ejército aliado que era su
principal objetivo en la batalla. La granja amurallada estaba defendida por la legión alemana
del rey que estaba compuesta por soldados alemanes que habían huido a Inglaterra después
de que napoleón conquistara su país en 1805. Su libertad depende de su victoria.

A las tres P.m. Napoleón ordena que dos brigadas de infantería al completo tomen la casa a
toda costa. Frente a los franceses hay 450 fusileros, sin embargo los soldados inferiores en
número cuentan con una gran ventaja una potencia de fuego muy superior esta unidad del
ejército británico.
Siete horas después del comienzo de la batalla de Waterloo 2000 soldados de infantería
franceses cargan contra la pequeña fortaleza. Más adelante y cada vez que los muros están a
punto de ser traspasados los fusileros aliados pese a su inferioridad numérica se las arreglan
para mantener a raya a los franceses, cerca de las 4 pm los franceses se retiran. Más de 400
soldados mueren.
Las tropas aliadas a pesar de su sufrimiento consiguen mantener la posición.
Se requerían más hombres para defenderse. Durante el asalto a la fortaleza amurallada la
artillería francesa martillaba sin compasión las líneas británicas. Las muertes provocas fueron
tales que Wellington ordenó a sus tropas replegarse detrás de la elevación que dominaba el
campo de batalla. El mariscal Ney creía que la victoria ya era suya pero estaba muy
equivocado. Cuando el enemigo se retiraba a lo habitual era lanzar a la caballería y Ney hizo tal
cosa. A las 4 pm aproximadamente el mariscal ordeno montar a la caballería francesa, cuando
se encontraron a unos 200 metros las líneas enemigas y los cañones británicos les dispararon
una lluvia de metrallas. La infantería británica estaba a punto de enfrentarse a una de las
mayores cargas de caballería de la historia, pero han dispuesto un sistema de defensa, los
cuadros de infantería británicos. A las cuatro de la tarde los cuadros se someten a la prueba
definitiva.
La artillería francesa había causado terribles estragos en los cuadros británicos.
Una y otra vez la caballería francesa seguía contra el enemigo y a su vez los cuadros británicos
se sentían flaquear, pero resistieron aunque pagaron un precio terrible por ello. Wellington
sabía que su ejército estaba al límite de su resistencia. Al verse incapaces de atravesar los
cuadros británicos los franceses suspenden la carga de la caballería, ambos sufren enormes
bajas.
A las 5 pm la batalla se encontraba en un punto muerto. La carga masiva de la caballería
francesa ordenada por Michelle Neil había causado numerosas bajas en ambos bandos y
napoleón sabía que su movimiento había sido un error casi fatal. Neil podía ser valiente y
conocedor de tácticas militares pero no muy estratégico.
Y a pesar de los contratiempos napoleón creía que todavía la victoria podía ser suya. Napoleón
seguía convencido de que la clave de la victoria residía en el control del centro del campo de
batalla, y una vez más ordena a sus tropas a atacar la Haye-Sainte.
Alrededor de las 6:15 pm las tropas francesas marchaban hacia la fortaleza. Poco antes los
fusileros aliados habían conseguido mantener a raya a la infantería francesa, sin embargo
ahora se habían quedado prácticamente sin municiones. Wellington sabía la importancia de
mantener ese bastión por desgracia le fue imposible reabastecerlos.
Y si la Haye-Sainte hubiese caído dos o tres horas antes Wellington se habría retirado en
cuestión de minutos. Una fuerza de más de 2.000 soldados franceses atentaban la fortaleza
aliada, los hombres de Wellington caían derrotados, ellos lucharon hasta última hora de la
tarde, pero no tuvieron otra opción que abandonar la posición, retroceder a través de la granja
y abrirse camino luchando hasta sus propias líneas situadas en la loma. De sus 400 hombres
sólo quedaron 42. El defender el centro de campo de los alemanes ayudó a que napoleón no
atacara las líneas principales de Wellington. Los franceses controlaban la fortaleza de la Haye-
Sainte. Al caer la noche se avista a lo lejos un ejército marchando hacia el campo de batalla y
napoleón cree que son sus tropas de regreso y Wellington por su parte espera que sean sus
aliados prusianos. Y Wellington fue el que tuvo la suerte, pero para Napoleón la noticia fue
devastadora aun así decide contarles a sus hombres que las tropas que se acercan son
francesas para no destruirles la moral, aunque le quedaba la vieja guardia que estaba formada
por las unidades de élite del ejército francés, más bien veteranos que nunca se rendían. Y
napoleón seguía creyendo que podía vencer recalcando algunas situaciones. Si napoleón
actuaba con rapidez podría destruir el ejército de Wellington antes de la llegada de los
prusianos, y si alguien era capaz de romper las agotadas líneas británicas era Napoleón. Este
ordena a 4500 de sus mejores soldados que marchen directamente hacia las líneas británicas.
en 20 años de combates nunca habían sido derrotados envió a sus hombres al frente para
atacar de nuevo justo por el centro, entonces Wellington da la orden de que sus soldados que
se tumben en el suelo detrás de la loma, los británicos arman sus cañones con doble carga de
metralla. La vieja guardia se dirige hacia la loma y prueban en carne propia la potencia de la
artillería británica pero la guardia no vacila. Una columna de infantería francesa que se
extiende a lo largo de más de 500 metros se acerca a la delgada línea de soldados británicos
situados en la loma, y cuando se aproximan a la cima comienza el cruce de fuego, la primera
línea de soldados británicos es derrotada fácilmente. Napoleón sigue creyendo que ha
obtenido una victoria fácil, sin embargo ordena una maniobra sorpresa que dará un giro al
rumbo de la batalla y cambiará el futuro de un continente.
Napoleón ordena a su fuerza de combate la vieja guardia que tome la loma británica, pero
Wellington ha escondido a la mayor parte de sus tropas detrás de la cresta de la loma la batalla
de Waterloo, a medida que se acerca a la línea británica se produce el primer intercambio de
fuego, las unidades de choque de napoleón derrotan a la primera línea de las tropas británicas,
cuando la guardia imperial se dirige a la cima de la loma los soldados piensan que tiene la
victoria asegurada, entonces Wellington desvela su mayor sorpresa; 1400 soldados de
infantería británicos se levantan a la vez, esto resulta devastador para los soldados franceses.
En el momento crucial Wellington da la orden de consigna ordenando a todo su ejército que
avanzase con las bayonetas al frente. Aunque muchos de los soldados de la guardia
mantienen sus posiciones, otros dan media vuelta huyendo. En cuestión de minutos las fuerzas
de napoleón se baten en retirada, fue el principio del fin.
Para cubrir su propia huida Napoleón ordena a su artillería que dispare a pesar de que la
barrera de fuego podía cortar la retirada de sus soldados, aquella fue una decisión sorprende
por parte del reconocido Napoleón.

Después de nueve terribles horas la victoria cayó finalmente del lado de lo aliados. Al finalizar
el día 18 de junio de 1815 hay 40 mil hombres y 10 mil caballos yacen muertos o heridos, un
imperio perdido para siempre. El mariscal término arrestado, acusado por traición y
finalmente ejecutado, Blücher se retiro vivió cuatro años más con la satisfacción de saber que
había acabado con la carrera de su odiado enemigo, Wellington se popularizo y se convirtió e
ministro de Inglaterra por su influencia, Napoleón se entregó a las autoridades británicas,
solicito asilo pero en vez de eso los aliados lo condenaron al exilio y lo enviaron a isla de Santa
Elena en el atlántico, el que fuese un gobernante indiscutible no indica pasase sus últimos años
como emperador de la nada.

El 18 de junio de 1815 todo un continente cambió, el imperio europeo de napoleón Bonaparte


había sido decisivamente aplastado y una sola batalla se convertiría para siempre en una
metáfora de la derrota final en un campo de batalla llamado Waterloo.

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