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Invasiòn y conquista del

Tahuantisuyo
Se conoce como conquista del Pe o periodo transicional al proceso histórico
desarrollado en el siglo XVI que comienza con la caída del Imperio incaico, sigue
con la creación de las gobernaciones provisionales de Nueva Castilla y Nueva
Toledo, que provoca el colapso de la resistencia de Vilcabamba y termina con la
estabilización del Virreinato del Perú como parte del Imperio español.
La conquista fue precedida por exploraciones iniciales desde la costa norte del
territorio incaico desde Panamá, y se inició formalmente con la empresa
de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, la llamada «Armada del Levante». Que
consigue tomar contacto a poco de haber finalizado la guerra civil, por el trono
incaico, entre los dos hermanos Huáscar y Atahualpa (hijos del inca Huayna
Cápac), con las acciones del 16 de noviembre de 1532 cuando el vencedor de la
guerra y nuevo inca, Atahualpa, se reunió en Cajamarca con los conquistadores
españoles encabezados por Francisco Pizarro. En dicho encuentro Atahualpa, su
comitiva y su ejército fueron emboscados y este tomado preso por los españoles y
meses después ejecutado, el 26 de julio de 1533. Posteriormente los españoles,
forjaron una alianza con las panacas o linaje inca de Huáscar, además
de cañaris, chachapoyas, huancas y otras etnias anteriormente sometidas por
los incas, que marcharon al Cuzco, la capital del Tahuantinsuyo, donde ingresaron
el 15 de noviembre de 1533 y proclamaron como nuevo inca a Manco Inca, con la
intención de convertirlo en un rey títere. Pero Manco Inca, relegado a vasallo de la
corona española, les traicionó y al mando de un ejército encabezó una guerra para
restaurar el incanato que inició el 6 de mayo de 1536 con el sitio del Cuzco, donde
se encontraba la mayor fuerza española comandada por Hernando Pizarro.
Aunque causaron grandes bajas a los españoles, las fuerzas de Manco Inca no
lograron tomar el Cuzco por la permanencia de muchos de sus hermanos
(como Paullu Inca) y de varios pueblos del Tahuantinsuyo apoyando al bando
español. Finalmente, Manco Inca tuvo que disolver a su ejército y retirarse a las
agrestes montañas de Vilcabamba, donde instaló la sede de la monarquía incaica
(1538), mientras que el resto del territorio fue ocupado por los españoles, quienes
tras un periodo de guerra civil entre españoles llevaron adelante el proceso de
asentamiento y colonización del Perú. El reinado de los Incas de
Vilcabamba duraría hasta 1572, cuando el virrey Francisco de Toledo ejecutó al
último Inca: Túpac Amaru I. La conquista de Vilcabamba prolongó la del
Tahuantinsuyo pues, en propiedad, cuarenta años (1532-1572).
Felipe Guamán Poma de Ayala, cronista mestizo (inicios del siglo XVII), afirma que el
inca Huayna Cápac tuvo un encuentro en el Cuzco con el conquistador Pedro de
Candía (griego al servicio de España), lo cual sería el primer contacto directo de los
europeos con el Imperio inca. Ello debió ocurrir no antes de 1526. Se dice que la
entrevista fue utilizando señas, según la cual el Inca interpretó que Candía comía oro, por
lo que le brindó oro en polvo y luego le permitió marcharse. Pedro de Candía se llevó
consigo a un indio huancavilca a España y lo presentó al rey, siendo luego traído de
vuelta al Tahuantinsuyo para que hiciera de intérprete. Este indio sería conocido luego
como Felipillo. El informe de Candía, según Guamán Poma, alentó a numerosos
aventureros españoles a marchar hacia el Nuevo Mundo. Sin embargo, se considera que
la crónica de Guamán Poma contiene datos erróneos y que este encuentro entre Candía y
Huayna Cápac no es sino una leyenda.
Un autor moderno, José Antonio del Busto, refiere que el primer encuentro de los
europeos con el imperio incaico se habría producido en realidad entre 1524 y 1526,
cuando el portugués Aleixo Garcia, junto con un grupo de sus compatriotas atraídos por la
leyenda del “Rey blanco” o Reino de la plata, avanzó desde el Brasil recorriendo los
actuales territorios de Paraguay y Bolivia, hasta internarse en suelo del Tawantinsuyu.
Incluso, Aleixo García habría comandando una fuerza de 2000 indios chiriguanas y
guarayos, que asaltaron la fortaleza incaica de Cuscotuyo y aniquilaron su guarnición.
Dicha fortaleza marcaba el límite oriental del imperio incaico, protegiendo la provincia de
Charcas (en el Collasuyo) de los avances de las tribus de los chiriguanas. El
cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, cuenta, efectivamente, que durante el reinado de
Huayna Cápac los chiriguanas asaltaron dicha fortaleza, por lo que el inca mandó tropas
al mando del general Yasca, que lograron repeler a los invasores, aunque no menciona la
presencia de Aleixo García. Este emprendió luego el retorno, cargado de un rico botín e
incluso informó a Martim Afonso de Sousa, gobernador de San Vicente de Brasil, hoy
Santos, sobre la existencia de un opulento reino hacia el oeste de su gobernación. Pero el
portugués y sus compañeros acabaron siendo asesinados por sus propios aliados indios,
en la orilla izquierda del río Paraguay, desapareciendo también su botín y las pruebas de
la existencia del imperio incaico.
En 1527, cuando los españoles se hallaban explorando las costas norteñas del imperio
incaico, el inca Huayna Cápac y su heredero Ninan Cuyuchi murieron a causa de una rara
enfermedad, que algunos autores atribuyen a la viruela traída con los europeos, aunque
también se ha sugerido que Huayna Cápac fue envenenado por un curaca chachapoya.
Tras la anarquía posterior al deceso del Inca, Huáscar asumió el gobierno por orden de
los orejones (nobles) del Cuzco, quienes creían que su experiencia como vice-gobernante
era suficiente para asumir el mando. Huáscar, preocupado por el excesivo poder que
tenía su hermano Atahualpa en la región de Quito, donde era apoyado por los
generales Quizquiz, Rumiñahui y Chalcuchímac, ordenó a Atahualpa que le rindiera
vasallaje. Pero este reaccionó organizando un ejército y declarándole la guerra. El
enfrentamiento, que habría de durar tres años, finalizó con la victoria de Atahualpa y la
captura y posterior muerte de Huáscar.

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