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¿Han escuchado

hablar de MARCO
POLO?
Marco
Polo, un
viajero
que unió
China e
Italia, en
el siglo
XIV
El veneciano más viajero

En 1271, el joven Marco Polo


partió de su Venecia natal para
acompañar a su padre y a su tío
en un fabuloso viaje a través de
Asia, hasta la corte de Kublai
Kan en China. A su vuelta relató
sus experiencias en una obra
mítica, el Libro de las maravillas
del mundo

MARCO POLO Y
LAS MARAVILLAS
DE ORIENTE
LA CHINA QUE VIO MARCO POLO

Esta pintura muestra el ambiente de una gran ciudad china del siglo XII durante el Qingming,
(fiesta en honor a los difuntos).
Copia del siglo XVIII. Museo Guimet, París.
GRAN CANAL DE VENECIA

Cuando Marco Polo inició su viaje a China en 1271, Venecia era una
poderosa república que dominaba el comercio en el Mediterráneo.
Cuando Marco Polo viajó a China,
el país estaba gobernado por
Kublai Kan, fundador de la
dinastía Yuan y nieto del gran
Genghis.

EL PODEROSO
KUBLAI KAN
LOS
CANÍBALE
S DE
SUMATRA

En uno de sus viajes a las órdenes del Gran Kan, Marco Polo pasó un tiempo en la isla de
Sumatra. Describió a sus gentes como caníbales y adoradores de animales (la miniatura
sobre estas líneas los muestra comiendo extremidades humanas y adorando a un perro y un
caballo). Para defenderse de
«esos hombres pérfidos y bestiales» Marco Polo y sus hombres construyeron cinco fuertes de
madera.
Cubierta del Libro de las Maravillas del Mundo, de Marco Polo, en una

Este libro cambió Europa y el mundo.


Acabó de forma definitiva los prejuicios
europeos sobre el mundo más allá de Persia
y abrió con ello a Europa a ese mundo
impulsando también con ello a los futuros
exploradores europeos, lo que contribuyó
al futuro descubrimiento europeo del
mundo y viceversa.
SIMBAD
EL
MARINO
Historia del primer viaje

“Sepan todos ustedes, ¡oh señores ilustrísimos, y tú, honrado cargador, que
te llamas, como yo, Simbad, que mi padre era un mercader de rango entre los
mercaderes. Había en su casa numerosas riquezas, de las cuales hacía uso sin
cesar distribuyendo dádivas con generosidad, aunque con prudencia, ya que
a su muerte me dejó muchos bienes, tierras y poblados enteros. Yo era muy
pequeño todavía.
Cuando llegué a ser un adulto, tomé posesión de todo aquello y me dediqué a
comer manjares extraordinarios y a beber bebidas extraordinarias, alternando
con jóvenes, presumiendo con trajes excesivamente caros, y cultivando el trato con amigos y camaradas. Estaba convencido
de que todo esto duraría para
siempre. Continué viviendo mucho tiempo así, hasta que un día, curado de
mis errores y envuelto en la razón, noté que mis riquezas se habían disipado,
mi condición había cambiado y la mayoría de mis bienes se habían perdido.
Entonces desperté completamente de mi inacción, lleno de temor y espanto
pensando en la posibilidad de llegar a la vejez un día sin tener nada. También
me vinieron a la memoria estas palabras que mi difunto padre se complacía en
repetir, palabras de nuestro Señor Saleimán ben-Daud: “Hay tres cosas preferibles a otras tres: el día en que se muere es
menos penoso que el día en que
se nace, un perro vivo vale más que un león muerto, y la tumba es mejor que
la pobreza”.
Tan pronto como me asaltaron estos pensamientos, me puse en pie, reuní lo
que me restaba de muebles y vestidos, y sin pérdida de tiempo lo vendí en
subasta pública, con las pocas propiedades y tierras que me quedaban. De ese
modo me hice con la suma de tres mil dracmas…
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@ @©®m @ @ @ 'fl1Jil.@
El viaje es de las actividades que
más atrae a los seres humanos. El
mundo está servido y queremos
degustarlo.
Si el deseo de viajar habita en
nosotros, para algunos es también
importante escribir acerca de lo
que ven y de las experiencias que
tuvieron.
CONTINUAREMOS…

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