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Cahuitl y tlacahuitl
Tiempo y espacio
25/02/2013

Miguel Ángel Delgado Reyna


Prof. José Alfredo Madrigal

Seminario de Problemas: Mito y Filosofía en el


Pensamiento Náhuatl
“CAHUITL” Y “TLACAHUITL”
TIEMPO Y ESPACIO.

Introducción.

Hablar del espacio y del tiempo en la filosofía náhuatl, es hablar de cómo se va


dando el proceso de desdoblamiento dialectico del mundo, el devenir del
mundo; y a su vez, es tratar de hacer inteligible la manera de cómo se puede
ver la imagen reflexiva y emocional del concepto tiempo: (cahuitl): “lo que va
dejando algo, una huella”1 en el espacio. Y de igual manera, el espacio
(tlacahuitl) “algo que ha sido dejado” por el tiempo, ya que el espacio tendrá
inmerso e incrustado al movimiento y al acaecimiento de los sucesos e
instantes efímeros del tiempo, es por eso que se dice el “espacio de tiempo”,
una dicotomía que es ambivalente.

Hay que esclarecer que Alfredo López Austin propone una hipótesis para
diferenciar 3 tipos de espacios-tiempos, en uno, y el primero, se caracteriza por
un lapso de tiempo que es anacrónico, atemporal, “el tiempo de
intrascendencia divina”, por ser un estadio de ometeotl de no crear nada, un
estado de reposo e inmovilidad, antes de que se emanen los demás tiempos de
él mismo; Después conceptualiza el tiempo-espacio de los dioses, el tiempo
mítico o el ciclo divino, en donde se empiezan a gestar las energías y
divinidades que representan los creadores del mundo del hombre; y en el otro
espacio-tiempo le otorga al mundo de las criaturas, totalmente
inconmensurable a los demás espacios-tiempos, puesto que esté espacio-
tiempo del hombre, transcurre en lo corpóreo, puesto que es relativo y efímero
toda existencia aquí, en el “tlacticpac”, sobre la tierra.

“La concepción del origen mítico del mundo hace una distinción entre “el otro tiempo y el
tiempo del hombre. El primer tiempo, a su vez, se divide en “el tiempo de intrascendencia
divina”, cuando la divinidad nada crea, y el de trascendencia divina”. 2

1
CAHUlTL: tiempo. Derivado del verbo cahuia, "ir dejando", forma aplicativa de cahua: "dejar". Puede,
pues, traducirse la idea más honda expresada por cahuitl (tiempo) como "lo que va dejando algo, una
huella". Se relaciona así el concepto de tiempo con el cambio, que como se vio al estudiar la
problemática náhuatl, constituye una de las experiencias fundamentales de los tlamatinime.(Miguel
León-Portilla, la filosofía náhuatl,pag.145

2
Alfredo López Austin, la cosmovisión mesoamericana, pág., 484
La presencia de las energías anímicas en el pensamiento ontológico del mundo
mesoamericano, (por ejemplo, la primera pareja divina: ometecuhtli y
omecihuatl, las divinidades que representan los cuatro rumbos del universo
mas el centro, las entidades que representa a cada uno de los nueve pisos del
chicnauhtopan, etc.) son representaciones del propio ometeotl, además de
ser engendradas y paridas por la dualidad que existe entre estos dos
conceptos, (de espacio y tiempo) los dos conceptos están inmanentemente en
sí mismos uno en otro, una energía en movimiento en forma de contrarios
complementarios, (se representa esta dualidad como el símbolo del día
“malinalli”, “hierba torcida”) compenetrados entre sí mismos, dando y creando
las características que dotan a la estructura del mundo.

El principio creador que es ometeotl, el “dios dual”, que es el dador de la vida


en el mundo náhuatl, es quien configura la relación de los nacimientos y los
desvanecimientos de las presencias que habitan en el mundo, es importante
asimilar que el dios dual es la creación del todo, es quien establece el orden en
el tiempo de todos los sucesos y acontecimientos en el mundo, ya que es él, el
que sostiene al todo, por ser un dios omniabarcante.

“Un espacio lleno de tiempo.” El tiempo va ocupando un lugar en el espacio


dentro de la estructura del mundo, del todo, mientras se va difuminando el
tiempo, va dejando de si, por medio de la emanación, la esencia de quien
contiene y sostiene al todo (ometeotl), es el acaecimiento del principio, que
fluye en un movimiento infinito de creación y muerte, dejando de sí el espacio y
el tiempo.

La intención de este presente trabajo será señalar la importancia que tiene el


espacio y el tiempo en ayudar al hombre náhuatl a encontrar el juego que debe
de asimilar, y así hacerse participe activo en la realidad del mundo.

El espacio y el tiempo como ya se ha mencionado es quien hace al mundo, es


quien hace posible el devenir del mundo y sus representaciones anímicas
(como ciertas representaciones divinas por ejemplo la entidad que representa
un rumbo del universo, o el primer día del calendario, etc.) que simbolizan el
espacio y los sucesos estructurados que emana el principio y dador de la vida
que es ometeotl.

Evidentemente ometeotl es quien hecha andar el desdoblamiento del mundo,


por medio del espacio y el tiempo, además, es la manera de cómo se puede
entender y como se va haciendo el mundo, generándose el todo y las formas
de las entidades y sus imágenes simbólicas, ya que el hombre náhuatl era un
ser que estaba confiado en establecer un orden en el tiempo y espacio, para
compenetrarse con la relación de lo que es él, en el mundo, a partir de sí
mismo, según su espacio temporalidad ontológica de donde este y de la lectura
de su tonalli, “energía” o destino ,de acuerdo a su día y hora de nacimiento,
porque es de esta forma, se puede interpretar el devenir de cada hombre
náhuatl, por medio de la contabilización calendárica, y el contexto espacial.

El trabajo presentara un intento de exponer en orden cronológico, el tiempo de


paz y reposo y después el desdoblamiento y devenir de ese principio, que
emano desde un principio acósmico, antes de que cualquier entidad divina o
un sol existiera. Empezando con la definición de ometeotl, y después con los
demás conceptos de suma importancia que hablan de esa relación con el
espacio y tiempo. Mítica del primer movimiento de desdoblamiento que tuvo
ometeotl.

Con ayuda de los mitos, poemas y de los escritores que han investigado en el
tema, se planteara el trabajo, dando así un sentido justificante, para seguir los
procesos de entendimiento dialectico de lo que es: ometeotl, cahuitl,
tlacahuitl, tlamatinime, etc. También se tratara de expresar los usos que le da
el hombre náhuatl al concepto tiempo, por ejemplo en los calendarios, este
conocimiento astronómico servía para contabilizar los días, las acciones y
presencias, etc., además de anticiparse al saber lo que va pasar y ver el
pasado y el presente en un sentido cabal de la realidad del mundo, con ayuda
del tonalpohualli.3 Se relacionara al tiempo con la concepción del uso de los
calendarios, asimilando que con ayuda del tiempo se interpreta el fluir del
universo, contabilizando cada instante, cada momento de suma importancia en
el mundo antiguo, en este caso saber el rumbo y camino de los destinos, del
pasado, presente y futuro.

En cuanto a lo que respecta al espacio, se tomara en cuenta la imagen de la


estructura vertical y horizontal de cómo está conformado y acomodado el
mundo en el espacio, o en otras palabras, imaginar la geometría cósmica del
espacio-tiempo del mundo mesoamericano. Un intento de saber la cosmogonía
mesoamericana.

3
TONALPOHUALU: cuenta de los destinos. Compuesto de po-hualli: "cuenta" y tonal (li) "día", o también
"destino". Era éste el calendario adivinatorio de 260 días (20 grupos de 13 días). Se ha creído que su
origen se debió a la observación de los movimientos de Venus.(…), su manejo requería complicados
cálculos matemáticos de parte de los tonal-pouhque o sacerdotes encargados de su "lectura" (Miguel
León-Portilla, filosofía náhuatl, pág. 152).
I.- Ometeotl: “dios dual”.4

Inevitablemente no se puede dejar a un lado la importancia del significado del


“dios dual”, de ometeotl, ya que es quien contiene a todo y fundamenta y
configura al ser y a las entidades y presencias que habitan en el mundo
mesoamericano. La relación del significado de ometeotl más implícita la
encontramos en algunos cuicatl “cantos” o poemas de la zona de Texcoco, es
ahí en donde encontramos una definición de la función que desempeña este
“dios viejo” como luego suele ser llamado, Huehueteotl, es el padre y madre de
los dioses, es el dador de la vida. Además de ser ometeotl, también lo llaman
Tloque-Nahuaque “dueño del cerca y del junto”:

“Tloque-Nahuaque, Dueño del cerca y del junto, es la afirmación explicita de la omnipresencia


de la divinidad suprema. Se trata de un nuevo símbolo, flor y canto en el que aparece el dios
dual como dueño de la cercanía (tloc) y del anillo inmenso que circunda al mundo (náhuac). En
otras palabras, que siendo dueño del espacio y la distancia, estando junto a todo, todo está
también junto a él.” 5

El “principio” generador del mundo es un eterno movimiento dual de muerte y


nacimiento, sosteniendo y gobernando los destinos de la vida, ometeotl, es a
su vez infinito y omniabarcante, ya que tiene incrustado a el todo, el mundo
inmerso esta en él, además, están las formas de ser de todas las
contrariedades de la vida y sus multiplicidades, hay una multiplicidad de
elementos y energías anímicas que forman parte de la estructura espacial y del
tiempo.

4
OMETEOTL: Dios dual o de la dualidad. Palabra compuesta de ame "dos" (u Oméyotl dualidad), y téotl,
"dios". Es éste el título dado al principio supremo que habita en Omeyocan: lugar de la dualidad. Se le
concibe como un sólo principio que engendra: Ome-tecuhtli (Señor dual) y concibe: Omecíhuatl (Señora
dual). Es "madre y padre de los dioses y los hombres", dador de la vida, Dueño del cerca y del junto, etc.
En él se resumen todos los atributos de la divinidad, a tal grado que el mundo aparece como una
omeyotización universal. Siendo el inventor de sí mismo, no necesita ulterior explicación ontológica;
generando y concibiendo a los dioses, al mundo y a los vivientes, es la razón y apoyo de cuanto existe.
Puede afirmarse que el solo concepto de Ometéotl implica ya una concepción del universo, que no es ni
un panteísmo, ni tampoco un monismo estático. En el capítulo III se ofrece un estudio de este concepto,
con el fin de mostrar al menos algo de su riqueza y hondura. (miguel león-portilla, la filosofía náhuatl,
pág. 148
5
Miguel león-portilla, los antiguos mexicanos, pág. 144
Se considera que ometeotl, está plasmado inmanentemente en cada una de
las partes del todo, en todos los espacios y en todos los tiempos.

He aquí un hermoso poema donde se expresa el sentir de la presencia de


ometeotl, que está en todos lados, en las tres partes del plano vertical del
mundo: omeyocan, tlacticpac y el mictlan, y en el plano horizontal de los
cuatro rumbos, además de su presencia en cualquier esencia de la naturaleza
y del cosmos:

“Madre de los dioses, padre de los dioses,


el dios viejo,
tendido en el ombligo de la tierra,
metido en un encierro de turquesas.
El que está en las aguas color de pájaro azul,
el que se halla en su encierro de nubes,
el dios viejo, el que habita en las sombras
de la región de los muertos,
el señor del fuego y del año.”6

Otro muy interesante nombre que se utiliza para referirse a esta entidad
creadora del dios dual, es la de ipalnemohuani, “aquel por quien se vive”,
además del termino yohualli- ehécatl, “noche y viento” que significa o hace
referencia al sentido metafórico del Tloque-Nahuaque, impalpable como el
viento e invisible como la noche, es un término que se puede interpretar como
lo ajeno que es la perceptibilidad de los sentidos a lo divino, no se puede mirar,
ni tocar a esa entidad de movimiento. El dios dual esta fuera de toda
percepción e inconmensurable a la razón vaga de la compresión del hombre
errante. Solo es espíritu sacro inefable que se lanza con una disipación por
todo el mundo, está inmerso en cada una de sus creaciones, nada muere para
siempre, nada se termina absolutamente, solo sufren su reintegración al todo, y
es así como siguen en el mundo, pero bajo otros estados tangibles e
imperceptibles.

Es posible que algunas miradas de los habitantes de Mesoamérica era de


entender la presencia de ometeotl como de abandono, de un dolor que no
cesa, solo por estar abandonados y arrojados a la soledad por una energía
ausente que no guía por no hablar, por no ser perceptible, y palpable.

6
Tomado de: León-Portilla, Miguel, los antiguos mexicanos,
Empero, marca senderos en el interior, proyectos con sentido de verdad y
felicidad para el nahuablante, por medio de su propia reflexión emotiva de sí
mismo, además de las circunstancias culturales que ayudaban a entender la
concepción de su existencia de forma sagrada y autentica; pero aquí en otro
bello poema se expresa el sentido fundamental del sentido de la existencia de
“ometeotl”. Y sin embargo del dolor en el mundo, no hay ausencias ni
abandonos del creador de la vida, sino al contrario siempre esta echando a
andar nuestro devenir, de cada instante que se vive aquí en el tlacticpac, es el
sentimiento de auge lo que hace no sufrir en la vida, por que el dolor se va
disipando, puesto que el autor de la vida siempre está al lado de todo y cerca
de uno y tan lejos de si, está en las bellas creaciones de flores y cantos, está
en la naturaleza misma que nos da el sustento, está en cada una de las partes
que nos da sustento para vivir, ese es el regalo y la felicidad que nos da
ometeotl, mas no nos abandona.

“¡No te angusties, corazón mío,


no te pongas a meditar:
es difícil vivir en la tierra doliente,
cierto es que el dolor va en auge,
(pero) ante ti y a tu lado, autor de la vida!”

Si hay una gran ayuda por parte del creador de la vida, no estamos ausentes
estamos hechos de la materia ligera que caracteriza la esencia de la energía
divina que se encuentra en los cielos y en el inframundo, es por eso que hay
una magia en asuntos que el hombre náhuatl luchaba por conseguir, lo
sobrenatural esta inmanente en cada instante efímero de la naturaleza.

“Lo sobrenatural no quedaba limitado a un tipo de espacio. Es verdad que el cielo y el


inframundo se concebía como los espacios propios de los dioses; pero los dioses ocupaban
todos los sitios del mundo del hombre: circulaban en él y se alojaban en el interior de los seres
mundanos.”
II.- ESTRUCTURA Y CRONOLOGIA DE LOS
DIFERENTES ESPACIOS Y TIEMPOS
La gran preocupación de hoy en día es establecer una idea de como pudo
pertenecer la concepción de los diferentes espacios y tiempos, en el
pensamiento filosófico náhuatl. La idea de una cosmovisión es entender de qué
forma cronológica se fue dando el desdoblamiento del cosmos y sus
multiplicidades.

Por ejemplo Alfredo López Austin, en este esquema que se presenta en la


parte de arriba,7 entiende que las eras o ciclos cósmicos están precedidas por
el estado en reposo de ometeotl, puesto que aun no hay tiempo mítico, aun no
hay la presencia de lo sagrado y entidades energéticas de seres ”sobre
naturales” , ni mucho menos las criaturas de nuestro mundo.

Después vemos que hay un preceder de este estado en reposo por parte de
ometeotl, dando origen al tiempo-espacio de los dioses míticos que crean a
otro mundo del espacio-tiempo de los seres que perecen. Es así como
distinguimos 3 diferentes tiempos y espacios, los dos primeros se caracterizan
por la divinidad, por ser el primero de intrascendencia divina y el segundo de
trascendencia divina; mientras el último espacio-tiempo es del hombre y de sus
7
Alfredo López Austin, los mexicas ante el cosmos, pág. 25, revista Arqueología Mexicana.
vecinos existenciales, los seres vivos, no hay que olvidar que este mundo de
criaturas esta penetrado por el tiempo-espacio divino, esta inmanentemente en
la realidad del hombre, pero le resulta inútil tratar de percibir esta energía,
puesto que es invisible como la noche e impalpable como el viento, “yohualli-
ehécatl” se dice así a lo que es inconmensurable a los sentidos, esta
presencia divina no es compresible para la razón del hombre, ya que
sobrepasa al hombre mismo.

“La cosmovisión mexica concebía que la realidad divina estaba traslapada en el espacio de las
criaturas, se creía en una doble naturaleza del tiempo y del espacio. Por una parte, existía el
tiempo-espacio original y ajeno (“anecumeno”), poblado por seres “sobrenaturales”: los dioses,
las fuerzas, los muertos; por la otra, estaba el tiempo-espacio causado, propio (“ecúmeno”), el
mundo creado por los dioses y habitado por las criaturas: los hombres, los animales, las
plantas, los minerales, los meteoros, los astros”.8

Perfectamente establecemos en esta cita la estructura y forma que tiene la


imagen en general del espacio y tiempo divino y de la realidad del espacio-
tiempo del hombre en que vivimos, puesto que este tiempo-espacio divino está
inmerso en el otro espacio-tiempo del hombre, habitado por las mismas
energías que preceden nuestro mundo, es por eso que están estas fuerzas
inmanentemente en toda espacio temporalidad, pero imperceptibles como se
expresa en la idea de “yohualli-ehécatl”, invisible como la noche e impalpable
como el viento.

“Tres grandes segmentos horizontales marcan las capas del espacio subterráneo
(chicnaumictlan), la superficie terrestre con sus cielos próximos (tlacticpac). Son nueve las
capas del espacio inferior, cuatro los cielos bajos de las criaturas y nueve los cielos altos.
Recurriendo a los números sagrados, la formula seria 9 + 4 + 9 o, si se toma como base la
superficie de la tierra, 9 + 12, correspondiendo el primer número a lo femenino y el segundo a
lo masculino”.

8
Alfredo López Austin, los mexicas ante el cosmos, pág., 25, revista Arqueología Mexicana
Aquí en esta imagen anterior se da cuenta de la configuración numérica que
tiene el espacio vertical del mundo, algunos autores expresan esta imagen
como lo hace López Austin que de este árbol (que simboliza uno de 5 árboles
que está situado en algún rumbo del universo), es por donde corren las
energías divinas del tiempo-espacio divino, conectando al inframundo, la tierra
con los cielos celestes.

a).chicnauhtopan:

“Más allá de las nubes y los vientos, sobre las capas celestes que recorren el sol, la luna,
Venus y las estrellas, hay un ámbito propio de los dioses. Es otro tiempo, otro espacio, ajeno al

“aquí y ahora” de las criaturas. En los textos se le nombra “lo que está sobre nosotros” 9

Aquí en esta cita expresa el autor la inconmensurabilidad que hay entre la


razón del hombre y este otro mundo, “los nueve que están sobre nosotros” al
que no conocemos por medio de la corporalidad, es un tiempo mítico, es el
principio que precede a el devenir de la mundanidad, puesto que proviene mas
allá de los mismos astros, de las mismas estrellas, antes de que se de nuestro
tiempo-espacio que desvanece y a su vez crea las casas de las criaturas y
seres que habitan el tlacticpac, “sobre la tierra”. Se refiere al principio, el
omeyocan, el “lugar de la dualidad” donde habita ometeotl, “el dios dual” de
quien proviene todo, de donde surgen las eras de los soles míticos que se
hablan y se ven en la piedra de los soles, mal llamado calendario azteca.

9
Alfredo López Austin, la magia y la adivinación en la tradición mesoamericana, revista Arqueología
Mexicana
Y sabían los toltecas
que muchos son los cielos,
decían que son doce divisiones superpuestas.
Allí [sobre ellas] vive el verdadero dios
y su compañera.
El dios celestial se llama Señor de la dualidad
y su compañera se llama Señora de la dualidad,
Señora celeste.
Quiere decir:
sobre los doce cielos es rey, es señor.
(Códice matritense, 1907, VIII, fol. 175 v.)10

En su primer desdoblamiento ometeotl se muestra como ometecuhtli “señor


de la dualidad” y omecihuatl “señora de la dualidad”, creándose de esta forma
la primera noción divina, simbolizando a los contrarios complementarios, la
pareja divina que va fundando a su paso y movimiento, al mundo.

“De esta manera, los trece cielos nahuas dan una clara visión de la forma en que los
tlamatinime, a partir de la observación astronómica, conceptualizaban y organizaban el
espacio sagrado de arriba. Para comprender mejor esta visión ofrecemos, siguiendo a León-
Portilla y López Austin, la descripción de los trece cielos que se puede apreciar en el Códice
Vaticano Latino 3738:”

“el primer cielo era Ilhuicatl Tlalocan ihuan Meztli, el cielo de Tlalocan y de la luna. El
segundo cielo era Ilhuicatl Citlalicue, el cielo de las estrellas. El tercero era Ilhuicatl
Tonatiuh, cielo del sol. El cuarto Ilhuicatl Huxototlan, cielo de la sal, donde se observa a
Venus (Huey Citlalin). El quinto Ilhuicatl Mamalhuacoca, cielo donde está el giro, cielo de los
cometas. El sexto Ilhuicatl Yayauhca y el séptimo ilhuicatl Xoxouhca, cielo negruzco y cielo
verde respectivamente, son los cielos de la noche y del día. El octavo cielo, Iztapalnazcayan,
lugar que tiene esquinas de lajas de obsidiana, era el lugar de las tempestades. Los tres cielos
siguientes: Teotl Iztaca, dios blanco; Teotl Cozauhca, dios amarillo; y Teotl Tlatlauhca, dios
rojo, son morada de los dioses, Teteocan, lugar donde ellos viven. Por último, los cielos
doceavo y treceavo son Omeyocan, lugar de la dualidad, fuente de la generación y de la vida,
donde reside Ometeotl”.11

Ya vemos en esta cita la conformación estructural que tiene los 9 o 13 pisos


divinos que están sobre nosotros, asimilando que en cada piso habita una
presencia energética divina o varias como en el caso del omeyocan. En esta
otra explicación por parte de Alfonso Caso se expresa en otras palabras la
descripción de estos pisos:

10
Tomado de León-Portilla, ometeotl, el supremo dios dual, y tezcatlipoca pág. 139
11
José Alfredo Madrigal, cosmología náhuatl, pág. 32
“Abajo de este cielo doble, que llamaríamos decimo segundo y decimo tercero, está el
undécimo cielo, que es rojo. Debajo de esté está el decimo que es amarillo, abajo el noveno
que es blanco. En el octavo se dice crujen los cuchillos de obsidiana. El séptimo, que es azul,
es donde vive Huitzilopochtli, y su templo en la gran pirámide de México se llama precisamente
Ilhuicatl Xoxouqui, que quiere decir “cielo azul” el sexto cielo es verde. En el quinto es en las
estrellas errantes, los cometas y el fuego. En el cuarto vive la Huixtocihuatl, “la diosa de la sal”,
a la que ya nos hemos referido. El tercero es el cielo por dónde camina el sol. En el segundo
están las estrellas y allí viven citlalalatonac, la vía láctea y Citlalicue que son los dioses del
cielo nocturno, y la diosa tiene el nombre de “falda de estrellas”. Por último, en el cielo primero,
es decir, en el que está más cerca de la tierra, es por donde camina la luna y donde se forman
las nubes”. 12

La realidad del mundo del hombre desciende y deviene del estos pisos
celestes, es de donde se emanan las existencias perecederas y frágiles del
“tlacticpac”.

b). tlacticpac13
12
Alfonso Caso, el pueblo del sol, pág. 85
13
TULTICPAC: sobre la tierra. Importante concepto empleado nu. merosas veces para indicar la realidad
cambiante y perecedera del mundo. Todo lo que existe en tlacticpac "es como un sueño", AP l, 6. "Aquí
nadie puede decir algo verdadero", AP /, 5. Todo se desgarra y termina en tlaltícpac. Llega a tal grado la
insistente afirmación de la fugacidad universal de lo que existe "sobre la tierra", que puede tenerse ésta
En cuanto respecta al mundo que habitamos, (tlacticpac) se puede entender
que nos encontramos en el umbral, en la parte intermedia, entre el omeyocan
y el mictlan, y por ser de esta zona de cambio constante, nos vemos
vulnerables y efímeros, por el movimiento de estas fuerzas de arriba abajo y
viceversa, corren estas fuerzas por medio de las 5 columnas que levantan y
dividen estos mundos divinos, los cuatro rumbos y el centro, sostienen estos 2
mundos ajenos a la compresión del hombre errante.

Las presencias y los entes son tan vulnerables al sometimiento de dichas


fuerzas de movimiento que los arrastran al desvanecimiento y al volverse a
mezclar y unirse al todo nuevamente, ya que todas las formas corpóreas y
sensibles son relativos entre si, por el desvanecimiento en el espacio, a
consecuencia del movimiento del tiempo. Por ejemplo, las plantas, los hombres
y los animales se ven sometidos a ese movimiento de cambio constante en su
ser cuantitativo y cualitativo. La vida es efímera y de instantes que mueren, por
ser parte del umbral de vivir en el tlacticpac, “sobre la tierra”, venimos de la
tierra, y a ella misma nos vamos, es así como se entiende el fin último del
hombre náhuatl, ser un ser que va dejando de si, su esencia, su
desvanecimiento de si, hasta morir. Así como lo demuestra Netzahualcóyotl en
estos hermosos poemas, expresando la relatividad y fragilidad de la existencia
del hombre.

VIDA FALAZ

“¿Es verdad, es verdad que se vive en la tierra?


¡No para siempre aquí: un momento en la tierra!
Si es jade, se hace astillas,
si es oro, se destruye;
Si es un plumaje de quetzal, se rasga.

por una de las experiencias fundamentales de donde parte el pensamiento náhuatl en su filosofar. Surge
el afán de dar con "lo único verdadero en tlaltícpac". Contraponiendo este término al diírasismo topan,
mictlan (lo que nos sobrepasa, la región de los muertos), o sea, el plano de lo metafísico; puede decirse
que en términos filosóficos modernos, tlaltícpac equivale al orden de lo fenoménico, lo que no está
fundado en sí mismo, es transitorio y deberá terminar.(Miguel Leon-Portilla, La filosofía náhuatl, pag.
150
¡No para siempre aquí: un momento en la tierra”. 14

LA VIDA ES UN SUEÑO

“Solo venimos a dormir,


solo venimos a soñar:
¡No es verdad, no es verdad
que venimos a vivir en la tierra!
Como hierba en cada primavera
nos vamos convirtiendo:
Está reverdecido, echa sus brotes,
nuestro corazón.
Algunas flores produce nuestro cuerpo
y por allá queda marchito”.15

Sin dudas los de Texcoco conocían perfectamente el conocimiento heredado


de la época clásica de las culturas como la teotihuacana y la tolteca, es por
eso que se asume en su cosmogonía la conciencia de un mundo de muerte y
resurrección, por obra de las energías divinas que fluyen como el viento siendo
imperceptibles por todas partes, viniendo de sus rumbos y chocando entre sí,
desgastando y desapareciendo a los seres de materia pesada, además para
crear los cambios constantes y el acaecer de la vida.

“Los mundanos y los divinos. Los primeros estaban compuestos por la combinación de ambas
clases de materia; los segundos solo estaban formados por la materia ligera. Los compuestos
pertenecían a la parte central del cosmos, que incluía la superficie de la tierra y las capas
celestes más bajas. Eran los hombres, los animales, los vegetales, los minerales, los astros,
los meteoros y hasta los objetos artificiales, los que eran creados por el hombre. En cambio los
dioses, seres formados solo de materia imperceptible, poblaban todo el cosmos y podían
transitar libremente de las capas celestes superiores o de los pisos del inframundo al mundo
ocupado por las criaturas”.16

“Quien contempla el cosmos admira su proyección. Derecha izquierda siguen el eje de su


cuerpo; el fuego alumbra a la medida de sus ojos; son sus temores los que moldean los hados
y sus palpitaciones las que acompasan la música de las estrellas. Quien contempla el cosmos
ve su propia, privada, intima proyección: su obra”.

14
Cantares Mexicanos, f. 17, Netzahualcóyotl

15
Cantares mexicanos, f. 17 c. 1459,Netzahualcóyotl

16
Alfredo López Austin, la religión, la magia y la cosmovisión, pág., 243
Aquí en este dibujo se expresa gráficamente de forma metafórica la imagen
que tiene el plano del universo, divididos los 3 mundos verticales (tocpan,
tlacticpac, y mictlan) y las 5 columnas o arboles que simbolizan los rumbos del
universo como aquí se muestra, dividen el omeyocan y el mictlan.
c). chicnauhmictlan17
Sin embargo hay otro mundo de las mismas proporciones sagradas y divinas
como el topan, que se encuentra debajo de nosotros, “los nueve de la región de
la muerte”, el mictlan, ”región de los muertos” a donde van las semillas de los
difuntos y seres que se desvanecen para difuminarse inmanentemente en el
todo. Los nahuas pensaban que el mictlan es el otro aspecto dual de ometeotl,
lo femenino, actuando la energía de omecihuatl, ya que el topan tiene esencia
masculina, pero el mictlan es volver a descender al vientre materno,
regresando a la madre tierra, para desintegrarse y ser devorado, con un
sentido de apaciguamiento, de tranquilidad, de un estado transitorio hacia algo
más. Además del factor de la numerología mesoamericana, indicando que le 9
es un símbolo de la mujer, porque son los nueve 9 meses de gestación y nueve
meses que se detiene el flujo menstrual

“En primer lugar, para llegar al Mictlan tiene que pasar por un caudaloso río, el chignahuapan,
que es la primera prueba a la que la someten los dioses infernales. Por eso se entierra con el
muerto el cadáver de un perro de color leonado, para que ayude a su amo a cruzar el rio. El
alma tiene que pasar después entre dos montañas que se juntan; en tercer lugar por una
montaña de obsidiana; en cuarto lugar por donde sopla un viento helado, que corta como si
llevara navajas de obsidiana; después por donde soplan las banderas; el sexto es un lugar en
que se flecha; en el séptimo infierno están las fieras que comen los corazones, en el octavo se
pasan por estrechos lugares entre piedras; y en el noveno y último, el chignahumictlan,
descansan o desaparecen las almas.”18

En este lugar tan misterioso de noche y oscuridad, de las mismas proporciones


de los pisos celestes de luz, es ahí en el chicnauhmictlan donde se encuentran
las semillas y los corazones devorados después de la muerte física, es
gobernado este sitio por la pareja de Mictlantecuhtli y de Mictecacíhuatl. Sin
dudas es el lugar de donde aun hay mas allá, pasando el difunto por pruebas
mágicas para que finalmente después de 4 años se desintegre para siempre.

17
MICTLAN: lo que nos sobrepasa, la región de los muertos. Importante difrasismo empleado para
designar el más allá, lo que hoy llamamos "orden metafísico". Mictlan, es ya bien conocido: "la región de
los muertos". Se connota así el mundo de lo que rebasa toda experiencia. El término opuesto es
tlaltícpac "sobre la tierra", que designa al mundo de la experiencia. Acerca del sabio náhuatl se dice que
"conoce lo que nos sobrepasa, la región de los muertos" (topan mictlan quimati), AP 1, 8, que como se
ha dicho, equivale a designarlo como un metafísico.(León-Portilla, La filosofía náhuatl, pág. 152)
18
Alfonso Caso, El pueblo del sol, pág. 82
Pero no hay que olvidar que depende el tipo de muerte, el difunto tenía un
destino según la forma que murió, un destino dentro de los 4 rumbos del
universo, por ejemplo los que morían en la guerra o los hombres que dejaban
su corazón en la piedra de los sacrificios, iban a la casa del sol,
“tonatiuhichan”, al oriente, acompañaban al sol en su recorrido diario para
vencer a las fuerzas de la oscuridad y de la noche.

“Dijeron los viajeros que el sol los llama para sí, y para que vivan con el allá en el cielo, para
que le regocijen y canten en su presencia y le hagan placer; estos están en continuos placeres
con el sol, viven en continuos deleites, gustan y chupan el olor y zumo de todas las flores
sabrosas y olorosas, jamás sienten tristeza ni dolor, ni disgusto, por que viven en la casa del
sol, donde hay riquezas y deleites; y estos de esta manera que mueren en las guerras, son
muy honrados aca en el mundo, y esa manera de muerte es deseada de muchos, y muchos
tiene envidia a los que asi mueren, y por esto todos desean esta muerte, porque así mueren
alabados.” (Sahagún, II,140)19

Las mujeres muertas en momento de parto, les esperaba “la casa del maíz”,
llamado cincalco, en el poniente, es así como se convierten en las cihuateteo,
“las mujeres diosas”, que son de mal agüero y son de aspecto funesto, por ser
seres espantables, llevando una cabeza de calavera y ataviadas en sus manos
y pies de garras.

“la mujer que ha muerto en parto tiene un gran poder mágico, puesto que ha sido la fuerte que
ha derrotado al enemigo; por eso los jóvenes guerreros tratan de apoderarse de su brazo
derecho porque este los hará invencibles en el combate.”20

En cuanto respecta al rumbo del sur se encontraba el Tlalocan, el paraíso de


Tláloc, en donde es uno de los lugares donde van por alguna muerte
relacionada con el agua, ahogados, o por un rayo, este lugar es considerado
como un sitio afrodisiaco abundante y de mucha fertilidad, pero sobre todo de
mucha alegría.

19
Alfonso Caso, Los hijos del sol, pag.78
20
Alfonso Caso, Los hijos del sol, pag.80
“Los que mueren ahogados o por rayo o por lepra, o de alguna otra enfermedad que se
consideraba relacionada con los dioses del agua, van a Tlalocan, el paraíso de Tláloc, que
queda al sur, el lugar de la fertilidad, donde crecen toda clase de arboles y frutales y abunda el
maíz, la chía y todos los otros mantenimientos.” 21

Y los que simplemente mueren de una causa natural, se van al norte, al


mictlan, a pasar duras pruebas en los diferentes pisos que se encuentra debajo
de nosotros, como en un principio de este punto c, se ha tratado ese proceso
mágico de pruebas con una duración de 4 años.

“Para ayudarlo en sus pruebas en la otra vida, se ponía con el cadáver un conjunto de
amuletos que le permitían soportar las pruebas mágicas.. para el camino se le daba un jarrillo
con agua, se amortajaba al difunto en cuclillas, liándolo fuertemente con mantas y papeles.
Otros papeles le serbia para atravesar por las sierras que se juntan, o para pasar por donde
estaba una gran culebra, o donde estaba la lagartija verde llamada Xochitónal, los nueve
paramos. Chicunaixtlahuaca y los nueve collados, y quemaban los atavíos que había usado el
difunto durante su vida, para que no tuviera frio al cruzar por donde el viento sopla tan cortante
como navaja, y le ponían en la boca una cuenta de jade, para que le sirviera de corazón, y
quizá para dejarla en prenda en el séptimo infierno, donde las fieras devoran los corazones de
los hombres. Por último le daban ciertos objetos valiosos, para que los entregara a
Mictlantecuhtli o a Mictecacíhuatl cuando llegara al fin de su jornada. Quemaban el bulto del
muerto, y guardaban las cenizas y la piedra de jade en una urna, que enterraban en uno de los
aposentos de la casa, y les hacían ofrendas a los ochenta días, y cada año, hasta los cuatro
que duraba el viaje a ultratumba, y después ya no lo hacían mas.” 22

21
Alfonso Caso, Los hijos del sol, pag.80
22
Alfonso Caso, Los hijos del sol, pag.83
d). El mundo de las criaturas efímeras

En esta instancia podemos referirnos a través de los mitos que describen el


nacimiento de los cuatro hijos del pareja divina (Omecíhuatl y Ometecuhtli) y
después estos preceden las distintas eras o soles que se han creado y que se
han destruido por obra del mismo autor creador de las eras, matando también a
sus criaturas efímeras, y a los sustentos, esto último, es visto en el mito de los
5 soles, asumiendo que nuestra era fue precedida por 4 eras o ciclos solares.

Empecemos con el mito sobre los 4 hijos que tuvieron la primera pareja divina,
ometecuhtli y omecihuatl, estableciendo así la conformación de los 4 árboles
que sostienen y hacen el mundo en donde habitaran las criaturas.

“Estos dos dioses. Ometecuhtli y Omecíhuatl (también llamados tonacatecuhtli y tonacacihuatl),


tuvieron cuatro hijos a los que encomendaron la creación de los otros dioses, del mundo y de
los hombres. Los cuatro dioses hijos de la primitiva pareja divina fueron el tezcatlipoca rojo,
llamado también xipe y camztle; el tezcatlipoca negro, llamado comúnmente tezcatlipoca;
23
Quetzalcóatl, dios del aire y de la vida, y Huitzilopochtli, el tezcatlipoca azul.”

1.-"Este dios y diosa engendraron cuatro hijos:

2.-Al mayor llamaron TIaclauque Teztzatlipuca (Tlatlauhqui Tezcatlipoca), y los de Guaxocingo


(Huexotzinco) y Tascala (Tlaxcola), los cuales tenían a éste por su dios principal, le llamaban
Camastle (Carooxele): éste nació todo colorado.

3.-Tuvieron el segundo hijo, al cual dijeron Yayanque (Yayauqui) Tezcatlipuca, el cual fue el
mayor y peor, y el que más mandó y pudo que los otros tres, porque nació en medio de todos:
éste nació negro.

4.-Al tercero llamaron Quizalcoatl (Quetzolcóatl), y por otro nombre Yagualiecatl (Yoalli
Ehécatl).

5.-Al cuarto y más pequeño llamaban Omitecitl (Omitéotl), y por otro nombre Maquezcoatl
(Maquizcóatl) y los mexicanos le decían Uchilobi (Huitzilopochtli), porque fue izquierdo, al cual
tuvieron los de México por dios principal, porque en la tierra de do vinieron le tenían por más
principal…"

23
Alfonso caso, el pueblo del sol, pag.20
Estos cuatro dioses constituyen, como vamos a verlo, las fuerzas primordiales que ponen en
marcha la historia del mundo. Desde un principio, el simbolismo de sus colores -rojo, negro,
blanco y azul- nos permitirá seguirlos a través de sus varias identificaciones con los elementos
naturales, con los rumbos del espacio y con los períodos de tiempo que estarán bajo su
influencia. Porque, con los cuatro hijos de Ometéotl entrarán de lleno en el mundo, el espacio y
el tiempo, concebidos no como un escenario vacío -unas meras coordenadas sino como
factores dinámicos, que se entrelazan y se implican para regir al acaecer cósmico.” 24

Después de estas creaciones, viene la creación del sol, hay varias fuentes que
hablan al respecto al nacimiento del sol, este hecho simboliza la creación del
tiempo-espacio de las criaturas, de los calendarios que empiezan a registrar y
contabilizar las presencias mundanas (Hay que recordar que este espacio
tiempo no tiene nada que ver con el otro espacio de las divinidades).Pero
primero fueron dos de los representantes de los rumbos del sur y poniente,
Huitzilopochtli y Quetzalcóatl respectivamente, los que crearon medio sol y con
ello a un hombre y a una mujer llamados Uxumuco y Cipactonal, para que
labraran y tejiesen al mundo. Y después a falta y necesidad de otro medio sol
se convirtió Tezcatlipoca en el otro medio sol que complementa al mundo de
los seres vivos. Con la llega de este contrario complementario se inicia así la
lucha de estos dos dioses, entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, fundamentado de
esta forma el tipo de vida que tendrá el mundo de las criaturas, totalmente lleno
de cambios que mueren, perecen y se desvanecen, por la lucha de estas dos
fuerzas de luz-noche, sabiduría-magia, blanco-negro, chalchiuilt-tecpatl, etc.

Tezcatlipoca al volverse en sol, equilibra y funda de esta manera la vida de lo


transitorio y efímero, en donde las presencias cambian constantemente y dejan
de ser; y con esto nacen los calendarios, que son usados para narrar la
descripción de estas energías de la naturaleza y de las criaturas, a
consecuencia, por el recorrido del sol en los distintos rumbos del universo, es
de esta forma que empiezan a brotar los nombres de las diferentes energías
representativas de la naturaleza como plantas y animales. El sol es el rey o la
divinidad suprema del “tlacticpac”, por medio del sol no solo se crea la
sustentabilidad de la naturaleza, sino también es quien lleva el “tonalli” a cada

24
Miguel León-Portilla, La filosofía náhuatl, pag.46
una de las representaciones simbólicas de la naturaleza y animales, el
portador de energía por excelencia.

Por lo tanto se entiende que el máximo representante de la divinidad suprema


de ometeotl, es el sol, Tonatiuh, él se encarga de llevar la influencia mágica y
sagrada a los habitantes del tlacticpac, además de las formas corpóreas.

“Pasados seiscientos años, se juntaron para poner orden en el cosmos: Quetzalcóatl y


Huitzilopochtli crearon el mundo y lo que en él existe, el fuego, medio sol, los primeros
hombres (Uxumuco y Cipactonal, la primera pareja), el calendario, los trece cielos, el
inframundo, la tierra, etc. Viendo entonces los dioses que el medio sol no alumbraba
demasiado a la tierra decidieron hacer otro medio sol, por lo cual Tezcatlipoca se hizo sol y el
resto de los hombres crearon a los gigantes, que se alimentaban de bellotas. Pasados 676
años, Tezcatlipoca dejó de ser sol, pues Quetzalcóatl lo golpeó con un bastón, y fue a caer al
agua convirtiéndose en un tigre que mató a los gigantes; en esta época los hombres
(macehuales) se alimentaban sólo de piñones. Duró Quetzalcóatl siendo sol otros 676 años,
pues Tezcatlipoca, convertido en tigre, le dio una coz y lo derribó, provocando un viento tan
fuerte que arrastró todo a su paso, incluyendo a los macehuales, de los cuales sólo quedaron
algunos convertidos en monos. Se inició otra época que tuvo por sol a Tlatocatecuhtli (Dios
del Infierno) y que duró 364 años, durante los cuales el alimento era el acicintli. Pasados estos
años, Quetzalcóatl hizo que lloviera fuego del cielo y terminó con esta edad, poniendo como
sol a su mujer Chalchiuhtlicue, que duró 312 años; en esta edad los macehuales comían una
semilla llamada cincocopi. Esta edad terminó con un gran diluvio que vino a destruir el mundo,
por lo que los dioses se volvieron a reunir para llevar a cabo su restauración. Hicieron por el
centro de la tierra cuatro caminos para entrar por ellos y levantar el cielo, para lo cual crearon
cuatro hombres para que les ayudasen; así, entre los dioses y los hombres alzaron el cielo y
las estrellas” (Resumido de: Garibay, Ángel Ma. Teogonía e Historia de los Mexicanos, 1ª
parte, pp. 23-32.)25

III.- LA MAGIA Y LOS NAHUALES:


25
José Alfredo Madrigal, cosmología náhuatl, pag.7
Quienes se dedicaban al contacto con el espacio-tiempo divino y sacro eran los
magos, ellos tenían una importancia relevante para la comprensión de la
cosmovisión, y a así alcanzar inmanentemente el conocimiento para el hombre,
de las fuerzas divinas invisibles, por medio de los viajes y trances fuera de sí,
ya sea por la ingesta de psicotrópicos o por la inercia de un habilidad de
transformarse en otro animal y así de esta forma podía sacar su alma ligera
con los mundos ajenos al cuerpo pesado.

“El viaje al tiempo-espacio de los dioses. Se creía que una de las lamas del mago, desprendía
del resto de su cuerpo (frecuentemente con auxilio de un psicotrópico), viajaba a los ciclos
superiores o a los pisos del inframundo para buscar lo oculto en los ámbitos del tiempo siempre
presente, a diferencia del sacerdote (pendiente siempre del orden calendárico), el mago
afrontaba el peligro de ir al encuentro de los dioses-tiempos sin esperar la ocasión natural de
su llegada. La comunicación con lo invisible. El mago manejaba el discurso delo oculto y se
dirigía a los dioses, a los animales, a las plantas y a los objetos usando los nombres secretos,
muchos de los cuales correspondían a las fechas de creación”. 26

Evidentemente el ser humana está compuesto de materia pesada y ligera, la


primera no le permite tener contacto con esta energía divina que provienen del
“omeyocan” y del “mictlan”, ya que es invisible e impalpable por ser fuera de
este mundo que se habita de materia pesada, por ser inconmensurable al
“tlacticpac”, ya que están de paso estas fuerzas divinas, recorren nuestro
mundo de arriba a abajo por medio de los 5 árboles que dividen dichos
lugares, en esa forma especular del mundo vertical.

“si todo lo mundano estaba integrado tanto por materia pesada y perceptible como por materia
sutil e imperceptible (la materia divina), la doble acción del mago conducían a resultados más
seguros. Por ellos la acción mágica (como la religiosa) era concebida por el practicante como
productiva y eficaz, aunque se diría a los seres invisibles. Para el practicante su acción no era
simbólica, sino real, directa, complementaria de los procedimientos comunes sobre la parte
visible de los seres.

La técnica mas usual era el discurso, formulas pronunciadas en términos abstrusos. Los
nahuas se referían a la jerga como nahuallatolli, eso es, el “lenguaje de lo oculto”, lo que nos
indica que era la forma apropiada de dirigirse a la parte imperceptible de los seres. En la
oración el mago se atribuía grandes fuerzas, expresaba su familiaridad con el mundo

26
Alfredo López Austin, la magia, la religión, y cosmovisión, pág., 257
imperceptible, daba a los seres sus nombres secretos (muchos de ellos los calendáricos
originados en el momento de la creación del mundo).”27

A pesar de que el ser humano náhuatl está formado de materia pesada,


también cuenta de materia ligera, y por medio de esta le permite a su ser, viajar
mas allá, desorbitando la mirada para ver mas allá de los limites que provoca la
sensibilidad y la percepción de los sentidos.

De esta forma el nahualli se ponía en contacto con las energías imperceptibles


que fluyen en el universo, a través de los arboles cósmicos de un rumbo, o en
lugares por donde suben y descienden las energías impalpables que se ponen
en contacto con la divinidad suprema, asimilando y penetrado por lo que tanto
se busca.

“Eran sin duda los profesionales quienes podían arriesgarse al contacto más directo con las
fuerzas ocultas, incluyendo en sus actos el peligroso viaje al mundo vedado de los dioses. A
ello se debe que pueda hablarse de un chamanismo mesoamericano. El mago viajaba por uno
de los arboles cósmicos a los nueve pisos del cielo o a los nueve del inframundo, y encontraba
allá, en un punto preciso del presente total, la solución a su problema.” 28

En cuanto a la magia, la empleaban magos y adivinos para tener visiones o


recibir las presencias de seres sobrenaturales, o simplemente un arriesgado
viaje astral por los pisos del cielo o los pisos del inframundo, en busca de las
respuestas que solucionan los problemas o los enigmas de los habitantes del
tlacticpac. Otro instrumento mágico era la ingesta de psicotrópicos pata tener
contacto con estas entidades sagradas, evidentemente el mensaje de estos
estados son sacros e inefables, la descripción de estos estados de éxtasis y
dolor, sin embargo no dejan de ser expresables y comunicables, estos viajes y
sucesos sobrenaturales que presencian los magos y los adivinos son mágicos
e imperceptibles para la razón o los sentidos del hombre común y mundano,
pero existe el lenguaje del nahualli, el “nahuallatolli” las oraciones y frases
con un alto grado de divinidad ya que muchos de estos nombres son dados a
partir de la creación, son nombres calendáricos que provienen de la misma
presencia divina de Ometéotl.

“Los magos podian desentreñar el misterio a traves de la experiencia registrada en los libros.
Los nahuas poseyeron codices para ello los llamaban temicámatl, “libros de los sueños”.

27
Alfredo López Austin, la cosmovisión mesoamericana, pag.498
28
Alfredo López Austin, la cosmovisión mesoamericana, pag.499
Sin embrago, el adivino por exelencia era el que podia prescisar, atraves de las cuentas
calendaricas y de los registros historicos, que resultaba de la combinacion de todos los dioses
convertidos en tiempo que confluian en una fecha sobre la tierra.” 29

IV.-Tlamatinime: “el que sabe algo”: los sabios


del mundo náhuatl.30
El tlamatinime “el que sabe algo” es el filósofo en el mundo náhuatl, en su
sentido ambivalente con los sabios de la cultura grecorromana, por tener en
común la reflexión, y la meditación que se lanza al saber de las cosas, al
conocimiento de sí mismo, el reflexionarse a sí mismo para buscar el principio
divino que fundamenta y organiza al universo mismo, sin lugar a dudas esta
comparación ajena a la espacio temporalidad entre los griegos y nahuas, es
válida, y es aceptada por algunos autores como San Bernardino de Sahagún,
Alfonso caso y Miguel León-Portilla.

“Sólo añadiremos que el continuado estudio de la rica documentación en náhuatl ha


robustecido nuestra posición inicial: lo que se conserva del pensamiento de los sabios o
tlamatinime nahuas, a quienes Sahagún llamó "philosophos", justifica en realidad la aplicación
de este epíteto. En relación con su planteo de problemas y sus doctrinas acerca del mundo, del
hombre y de la divinidad, pueden aducirse las palabras de John Dewey antepuestas al libro de
Pool Radin El Hombre primitivo en cuanto Filósofo, aunque obviamente con un a fortiori ya que
los nahuas, dueños de una escritura, una cronología y un arte excepcional, estuvieron muy
lejos de cualquier "primitivismo":31

29
Alfredo López-Austin, la cosmovisión mesoamericana, pag.500
30
TLAMATINI: sabio o filósofo. Literalmente, "el que sabe cosas". Sahagún en una nota al margen del fol.
118 r., del Códice Matritense de la Real Academia, AP /, 8, tradujo esta palabra por las de “sabio o
philosopho". El plural de tlamatini es tlamatinime: los sabios. Sobre la palabra (tla) matini formaron los
nahuas numerosos compuestos para designar lo que llamaríamos especialidad de los varios sabios. Así,
tla-teu-matini es "sabio en las cosas de Dios"; ilhuícac-matini: "sabio, conocedor de los cielos"; mictlan-
matini: "conocedor del más allá"; tla-ix-imatini: "conocedor experimental de las cosas", etc. (Miguel
León-Portilla, La filosofía náhuatl, pag. 151)
31
León-portilla, filosofía náhuatl, pág., 1
Las meditaciones o reflexiones son basadas en el sabio, cuando se encuentra
en un estado fuera de sí, fuera de toda perceptibilidad y apartado de los datos
sensibles erróneos provenientes del mundo exterior. Este estado de trance,
posibilita la relación del hombre con la fuerzas divinas que hacen el acaecer del
mundo, el acercarse y ponerse en contacto con ese movimiento de generación
y muerte.

“El sabio: una luz, una tea,


no gruesa tea que no ahúma.
Un espejo horadado,
un espejo agujerado por ambos lados.
Suya es la tinta negra y roja, de el son los códices.

El mismo es escritura y sabiduría.


Es camino, guía veraz para otros.
conduce a las personas y a las cosas,
es guía en los negocios humanos.
El sabio verdadero es cuidadoso (como un medico)
Y guarda la tradición.
Suya es la sabiduría transmitida,
él es quien la enseña
sigue la verdad,
no deja de amonestar.

Hace sabios los rostros ajenos,


hace a los otros a tomar una cara (una personalidad),
los hace desarrollarla.
Les abre los oídos, los ilumina.
Es maestro de guías,
les da su camino,
de él uno depende.

Pone un espejo delante de los otros,


Los hace cuerdos, cuidadosos;
Hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad).
Se fija en las cosas, regula su camino,
Dispone y ordena.
Aplica su luz sobre el mundo.
Conoce lo (que esta) sobre nosotros
(y), la región de los muertos.

(Es hombre serio).


Cualquiera es confortado por él,
es corregido, es enseñando.
Gracias a él la gente humaniza su querer
y recibe una estricta enseñanza.
Conforta el corazón,
conforta a la gente,
ayuda, remedia,
a todos cura”.32

Este bonito poema expresa perfectamente la importancia existencial que tiene


el tlamatinime en la vida náhuatl, en la parte mística y mágica para interpretar
el sentido ontológico del cosmos; se trata de un viaje mítico que es similar al
que se uso, para la elaboración de los mitos, este estado, es estar en contacto
estando fuera de sí mismo, con las fuerzas y entidades que configuran cada
una de las partes del mundo, con el fin de proyectarse en esa aprehensión
reflexiva y emotiva de las revelaciones que simbolizan el conocimiento para el
uso del hombre.

Además este conocimiento y sabiduría se utilizaba como una forma catártica y


fecundante, ya que ayudaba, guiaba, forjaba corazones verdaderos, haciendo
esencias en sus caminos y senderos, provocando rostros sabios y corazones
verdaderos.

“Los que ven,


Los que se dedican a observar
El curso y el preceder ordenado del cielo,
Como se divide la noche.

Los que están mirando,


Los que cuentan (o refieren lo que leen).
Los que vuelven ruidosamente las hojas de los códices.
Los que tienen en su poder
La tinta negra y roja (la sabiduría)
Y lo pintado,
Ellos nos llevan, nos guían,
Nos dicen el camino”33.

Estos filósofos como puede uno referirse a estos hombres que se dedican a
reflexionar el sentido ontológico del mundo, pues en ellos recaía esta
responsabilidad, por medio de su poesía, la expresión metafórica de lo que es
el mundo, y el hombre mismo, el macehual. Además de los códices, “amoxtli”
que eran sus libros sagrados donde plasmaban el conocimiento que explica el
sentido del mundo.

Ellos eran los que poseían estos libros sagrados, son dueños de la tinta negra
y roja, con los que se hacían los “amoxtli”, los códices, que sueles ser los libros
que reflejan las imágenes filosóficas de la visión de cada una de las partes del
mundo y el hombre. Por tanto el hombre sabio era visto como un doctor un ser

32
Tomado de león-portilla, los antiguos mexicanos, pág., 125, informantes de Sahagún, códice
Matritense de la real Academia, vol. VIII, fol. 118 r.
33
Tomado de León-Portilla, los antiguos mexicanos, pág., 127, Ms. Cantares Mexicanos, fol. 13 r.
que curaba, al forjar rostros sabios y corazones verdaderos, fecundaba en las
personas una semilla, para lograr que echaran raíz, una verdad para sí mismo.

“El sabio: tal es la forma usual de traducir la palabra náhuatl tlamatini (véase Vocabulario, de
fray Alonso de Molina, folio 126 r.). Por juzgarla de especial interés en nuestro estudio, damos
aquí su análisis etimológico. Dicha voz se deriva del verbo mati (él sabe), el sufijo -ni, que le da
el carácter sustantivado o participial de "el que sabe" (lat. sapiens). Finalmente el prefijo tla es
un correlato que antepuesto al sustantivo o verbo significa cosas o algo. De todo lo cual se
concluye que la palabra tla-matini etimológicamente significa "el que sabe cosas" o "el que
sabe algo".34

La gran virtud de estos hombres era hacer los mitos, ya que los mitos son la
fuente y el medio de comunicar en forma metafórica, emotiva y reflexiva, las
ideas y emotividades que fundamentan el sentido ontológico de la estructura
del universo, "una visión concentrada del mundo y de las cosas humanas".

“El sabio es como lumbre o hacha grande, y espejo luciente y pulido de ambas partes, y buen
dechado de los otros, entendido y leído; también es como camino y guía para los otros. El buen
sabio, como buen medico, remedia bien las cosas y da buenos consejos y buena doctrina, con
que guía y alumbra a los demás, por ser el de confianza y de crédito por ser cabal y fiel en
todo.”35

Es importante explicar el por qué incluyo en este trabajo la relación de los


tlamatinime en el mundo náhuatl del espacio y tiempo del hombre, ya que con
esta presentación de lo que implica la existencia de los sabios nahuas, se dará
una intención de comparar a estos sabios, con los sabios del mundo
grecorromano:

En especifico con Empedocles, tratando de relacionar su explicación


cosmogónica del esfereo, que de alguna forma es comparable con ometeotl, no
solo por ser el que precede al cosmos y las multiplicidades, sino por la
instancia atemporal y anacrónico que tiene en un principio ambos conceptos:

El esfereo de Empedocles y ometeotl, tienen un lapso de intrascendencia


divina, están en reposo, ya que esto es algo que no es expresable o
imaginable, la causa del reposo no tiene explicación tangible, es inefable,
puesto que pertenece a algo inconmensurable al entendimiento del hombre, ya

34
León-Portilla, filosofía náhuatl, pág.,34
35
Fray Bernardino de Sahagún, historia general de las cosas de nueva España, tomo III, libro X, pag.,116
que lo sobre pasa. En mi parecer además del reposo, hay una similitud en la
cuestión ontológica del desdoblamiento y devenir de un principio, que contien al
todo, en este caso hablamos de un dios omniabarcante, como ometeotl, que
sin dudas no tiene nada de materia antropomórfica, ni mucho menos de las
sustancias que forman el mundo de las criaturas, con esto quiero decir que hay
un estadio de la omnipresencia divina que sostiene al todo, está en reposo,
antes de acaecer toda la multiplicidad que forma el mundo sagrado, y mundano
del cosmos.

Siendo totalmente anacrónico, sin tiempo alguno en él, está en reposo esta
unidad uniforme y homogénea, que suele ser llamada así por algunos
presocráticos como Empedocles, el por ejemplo lo llama lo esfereo, como lo
“Uno”, la unidad de donde proviene y emana el espacio y el tiempo, así como al
movimiento y desvanecimiento de todas las presencias que representan,
habitan y dan sentido al mundo.

“Con los Anales del Museo Nacional de México, iniciados en 1877, los estudios mexicanos
sobre el pensamiento indígena entran de lleno en el campo académico, y en la década
siguiente aparecen las obras generales que, desde una visión cientificista tratan de encuadrar y
clasificar las concepciones religiosas prehispánicas, en ocasiones comparándolas con
cosmovisiones creadas por los antiguos pueblos del viejo mundo. Orozco y Berra, en su
Historia antigua y de la conquista de México (1881), compara el pensamiento prehispánico con
el hindú y el pitagórico, y Chavero, en su Historia antigua y de la conquista (1887) lo cataloga
como una visión materialista del cosmos”.36

36
La religión, la magia, y la cosmovisión, Alfredo López Austin, pág., 229

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