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Trabajo práctico N° 4

Prácticas del lenguaje 3° año

,E.E.S.ST.N.2 “Gendarmería Nacional”

Relato policial, clásico y policial negro

Contenidos: cuentos, policial, policial negro

Apuntes sobre el género

Para comenzar quisiera que observen las siguientes imágenes de diferentes crímenes,
delitos y fraudes, dado que un policial nace cuando se rompe la ley, empecemos, elegí una
imagen y pensá que historia policial oculta, contiene un detective, una víctima, uno o dos
sospechosos y un móvil, también puede haber pistas, huellas , un hallazgo.

Algunas imágenes están en pre-delito, en desarrollo o pos-delito.Describí cada una de


ellas.

Actividad: Elegí una y detalla cuál es el proceso del delito, víctima,sospechoso.


2)Conocemos más sobre el policial, hacé un cuadro en tu carpeta sobre la modificación del
policial hacia policial negro. Investigá cuándo nació el policial tradicional, cómo se
diferencian entre sí.

El policial negro

A comienzo de la década de 1920 nace en Estados Unidos una corriente del género conocida
como “policial negro“ o “duro”. Algunos de los escritores más renombrados de esta vertiente
son Dashiell Hammet y Raymond Chandler, creadores de los personajes de San Spade y Philip
Marlowe, respectivamente. Este tipo de detectives se diferencia de los del policial clásico en
que vive de su trabajo y se lanza a las calles: la investigación lo lleva por ámbitos sociales
diversos; frecuenta los bajos fondos y enfrenta engaños que ponen en peligro su vida. Suelen
ser ex policías en decadencia, que conocen los códigos del mundo del delito; actúan basándose
en la lealtad y son incorruptibles. Tenemos un detective completamente transformado. Ya no
es el prolijo investigador de escritorio, sino que se mueve en los mismos ambientes en los que
roban y matan los delincuentes y usa, como ellos, la fuerza de sus puños y su puntería.

El detective en los relatos policiales negros es un profesional que cobra dinero por su
trabajo y usa los mismos métodos violentos que sus perseguidos. Es un duro que devuelve
siempre los golpes que recibe y no perdona a nadie. Generalmente sus
investigaciones provocan nuevos crímenes, pero él permanece imperturbable.

El policial negro no se centra en el enigma en sí, sino en la representación de una


sociedad corrupta y de una compleja trama de intereses, poder y dinero, que opera detrás del
delito. Por eso, en estos relatos aumentan el suspenso y la incertidumbre: los detectives no son
infalibles y el lector no sabe qué ocurrirá con su héroe en el siguiente capítulo, ya que, en este
mundo de violencia urbana, mafia y complicidad de los poderosos, rige la ley del más fuerte.

Las historias del policial negro hablan de una sociedad que perdió sus valores
fundamentales y en la que la ley fue reemplazada por los negocios turbios. En ese contexto,
los detectives ya no intentan restablecer el orden, sino simplemente hacer su trabajo.

En la entrada de manual Convergente 2020, editorial: Edelvives, se detalla los


siguientes elementos:

El policial clásico y el policial negro

El policial adquirió su forma clásica gracias a los escritores británicos, este estilo, también
llamado policial de enigma, se caracteriza por el predominio de la razón y de situaciones
enmarcadas en el ámbito privado(como familia), en general, los personajes son de clase
media o alta, hay una preferencia por crímenes de guante blanco (robos, envenenamiento), y
al final, triunfan la razón y la justicia. El detective restablece el orden , amenazado por los
criminales, vigila el sano funcionamiento de la sociedad.

Después de la Segunda Guerra Mundial el género cambia considerablemente, autores


norteamericanos como Raymond Chandler y Dashiell Hammett, con una visión mucho más
pesimista de la sociedad escribieron policiales, en los que la historia trascurre en barrios bajos,
la violencia le gana a la razón, el poder se interpone con la ley, y la revelación de la verdad no
siempre conduce a la justicia. Esta visión más pesimista de la relación entre crimen y sociedad
se catalogó como policial negro.La Literatura policial dejó de confiar en la ley como garantía
de justicia.

Te proponemos la lectura de un policial negro, el mismo se titula

“La muerte en su cama” de Selva Almada


“Convivir tantos años [...], con esas fotocopias de
expedientes y con las fotos de esas chicas [...]. Sentía que tenía que ser una escritura corta, en
un período corto de tiempo, pero intenso. Que no me podía llevar dos años: por mí, por mi salud
emocional, básicamente”. Selva Almada

San josé es un pueblo chico de la provincia de Entre Ríos, en la costa del


Uruguay. No se levanta sobre el río, sino a unos pocos kilómetros: es el

pariente pobre de Colón. Fue una de las primeras coloniasagrícolas del país;

sus primeros pobladores llegaron de Piamonte (Italia), Saboya (Francia) y el

Cantón de Valais(Suiza). Tiene un museo histórico bastante importante y

completo, el primer Tiro Federal del país (no sé si esto signifique algo,

pero es un dato que aparece en las guías de turismo de la región) y todos

los años se realiza la Fiesta de la Colonización con desfile de carrozas y

vestidos típicos, música y comida de las distintas colectividades.

Más allá de su pasado europeo, lo cierto es que la ciudad terminó de

construirse alrededor del frigorífico Vizental. Terminó convirtiéndose en un

pueblo de obreros.En las épocas en que el frigorífico funcionaba a pleno,

el olor que envolvía a San José era espantoso. Cuando íbamos a visitar a mi

tía que vive en Colón y pasábamos por allí en el colectivo nos tapábamos la

nariz y la boca para no sentirlo. Pese a todo, había algo hermoso en esa

enorme planta con chimeneas humeantes y playones de cemento por

donde entraban y salían camiones y, a un costado, se estacionaban en

hilera cientos de bicicletas. Si uno pasaba a la tardecita o de madrugada, se

cruzaba con grupos de obreros completamente vestidos de blanco, con


botas de goma también blancas, que pedaleaban despacito por la orilla de la

ruta.

San José siempre fue para mí un pueblo de paso. No lo conozco sino

desde arriba de un micro, pero ya desde pequeña me parecía un sitio muy

triste.El 16 de noviembre de 1986, tenía 13 años bien cumplidos. Habían

pasado unos cinco o seis veranos desde que la Romina me encerraba en la

pieza del Luisango y hacía rato que habíamos dejado de ser amigas. Había

pasado un verano entero desde aquel en que Mara y yo veíamos tomar sol a

su tía en la terraza. Mara estaba pupila en el colegio adventista. Con Dalia

fuimos a visitarla una vez ese año y nos mostró el dormitorio que compartía

con otra chica, el salón de actos, el parque y el comedor –le decían buffet–

Todo muy nuevo, pulcro y ordenado: igual que en las películas yanquis.

Mara también estaba distinta, ya no usaba vaqueros, sino polleras largas y

guillerminas y hablaba más pausado. Nos cruzamos con algunos

compañeros suyos y nos presentó, pero no hablamos mucho. Cuando nos

despedimos, nos dimos un largo abrazo y Mara prometió que nos veríamos

pronto. Aunque iba poco a su casa porque después le costaba volver a

acostumbrarse a estar lejos.

Dalia y yo cursábamos nuestro primer año, división francés, en el

Colegio Nacional. Teníamos nuevos compañeros y un montón de

materias y profesores, y nos iba bastante bien.


Pero mi relato va hacia la chica muerta en San José, tan cerquita de mi

pueblo. Una historia que nos conmocionó a todos y que todavía sigue

dando vueltas en mi cabeza.

Esa noche, la del 15 al 16 de noviembre, Andrea, una hermosa estudiante del

profesorado de psicología, no había ido al baile del club Santa Rosa como el

resto de las jovencitas sanjosesinas. Esos bailes eran famosos en la zona.

Mi tía y sus amigas iban siempre. Cuando mejor se ponían era cuando el

animador y pasadiscos de la noche era el Pato Benítez, uno que tenía un

programa de radio en LT26. No sé si el Pato Benítez era un muchacho

apuesto, me parece recordarlo más bien flacucho y narigón, pero como

trabajaba en la radio, todas las chicas, empezando por mi tía, le andaban

atrás. Igual no viene al caso. No sé si era quien animaba el

baile de esa noche, pero bien podría haber sido.

Entonces esa noche Andrea no estuvo en el baile con su hermana y la barra

de amigos. Salió un rato con su novio a dar unas vueltas en moto por el

centro y tomar un helado.Luego, a eso de las doce de la noche, se

despidieron: ella tenía un examen importante y debía estudiar.Cuando lo

acompañó hasta la calle, vio que se venía la tormenta, así que se apuró a

entrar y meterse en la cama, con los apuntes en la mano.En el dormitorio de

al lado, pegado al que ocupaba con su hermana, dormían los padres y el

hermano más chico.


Leyendo sus fotocopias, Andrea se quedó dormida. Una hora después,

tal vez la tormenta que chillaba y refucilaba sobre el pueblo, tal vez un

ruido dentro de la casa, tal vez un mal presentimiento, despertó a su ma-

dre. La mujer fue directamente al dormitorio de las hijas,encendió la luz.

La que había ido al baile aún no había regresado, su cama seguía vacía, con

las sábanas tensas metidas debajo del colchón. La otra, Andrea, dormía,

parecía dormir. Algo en la aparente armonía del cuerpo acostado boca

arriba, los brazos a los costados, el cubre- cama doblado sobre el pecho de

la muchacha, el cabello prolijamente esparcido sobre la almohada, algo

llamó la atención de la mujer. Medio abombada por el sueño, no podía decir

qué era lo que le hacía ruido en esa postal de Bella Durmiente. Hasta que se

dio cuenta: sangre, unas gotitas de sangre en la nariz.

Sin atreverse a tocarla, llamó a su marido.

—¡Vení! ¡Vení te digo!

A Andrea la mataron de una puñalada en el corazón mientras dormía en su

propia cama. No intentó defenderse, pero su cuerpo quedándose sin aire y

sangre habrá sufrido espasmos, movimientos convulsos, durante dos o

tres minutos, el tiempo que lleva morirse con una herida así. Sin embargo,

su cuerpo estaba como tranquilamente dormido. El o los asesinos, antes de

salir de la habitación, acomodaron amorosamente el cadáver de la chica.

A partir de que se supo la noticia, se dijeron muchas cosas. Todo ese verano

hablaríamos de la chica muerta, su asesinato sería tema de conversación


una y otra vez, aun cuando se terminaron las novedades y el caso empezó a

estancarse.

Decían que para ir a dar aviso a la policía, el padre se había vestido y se

había puesto zapatos acordonados. Los zapatos, sobre todo, eran un

elemento de sospecha. Ante algo así, aseguraba la gente, uno sale en

pijama y en patas, no se detiene a ponerse medias y atarse los cordones.

Decían que cuando la policía llegó, la madre había limpiado los pisos del

dormitorio, dado vuelta el colchón y cambiado las sábanas. Además había

lavado el cuerpo desu hija y le había puesto un camisón.Decían esto y

muchas otras cosas. La gente decía, inventaba porque no había, nunca

hubo, novedades de la justicia.

Los padres y el novio encabezaron la lista de sospechosos, pero tampoco

hubo pruebas concretas que los incriminaran. Ni ninguna razón de por qué

alguien la quería muerta. La gente tejió y destejió a gusto. Se habló de ma-

gia negra, secta satánica, narcotráfico, prostitución, un amante celoso.

Pasaron veinte años y nunca se supo nada ni se resolvió el crimen.

Probablemente el asesino de Andrea siga respirando el olor a tierra mojada

que precede a las lluvias y sintiendo el sol sobre su cara. Mientras ella

mira crecer las flores desde abajo.

3)Señalen los indicios o pistas en el relato que anticipan la muerte de Andrea.


4)El personaje narrador deja indicios de una hipótesis para acusar al o los asesinos,

fundamenta, quiénes son, cómo la mataron y si se detectan cómplices, para ello releé

la teoría de policial negro de Editorial Elvives.

5)-La narradora bautiza a la víctima “muerta en la cama”, luego su madre confunde

su estado con la Bella durmiente, ¿podrías explicar por qué?

6)Qué relación podemos explicar entre el cuento y su epígrafe :”Tantas chicas…”

A continuación, verán una página de un blog de lectores sobre una novela policial,

deberán detallar:

1)-Sobre el tema que aborda la novela, sus personajes y qué tipo de policial: clásico o negro.

2)Cómo se usa la imagen para resumir la estética de la novela, es decir, qué refleja esa imagen

relacionado a la novela. ¿Encontrás relaciones con el tema del cuento “La muerte en la cama”?

Rebeca – Daphne du Maurier


Rebeca, escrita por Daphne du Maurier y publicada en
1938, es “un estudio sobre los celos” según su propia autora. Rebeca nos cuenta cómo una joven
inexperta y tímida se enamora y se casa con un rico terrateniente inglés que podría ser su padre —
Maxim de Winter—. Es el segundo matrimonio de de Winter y el fantasma de su primera mujer,
muerta en circunstancias extrañas, parece habitar todavía Manderley, la mansión familiar,
atormentando a la joven novia. La protagonista siente que no está a la altura de las virtudes de la
fallecida Rebeca y tanto la familia y amigos de su marido como los propios criados, coinciden en
ese sentimiento. Especialmente la que un día fue doncella de Rebeca, la señora Danvers, que
hará que la vida de la nueva Lady de Winter sea todavía más incómoda si cabe.

Las comparaciones odiosas comienzan por el aspecto físico. Todo el mundo recuerda a la
joven sustituta, en varias ocasiones, la belleza de Rebeca: su cuñada, su suegra, el secretario
de de Winter y su propio marido. Hasta que ella misma acaba desesperada:

Rebeca, siempre Rebeca […] sus piernas largas y delgadas, sus pequeños pies […] con manos
que podían manejar un barco, sostener unas riendas […]. También conozco ya su cara, pequeña
y ovalada, su piel clara y su mata de pelo oscuro […] Rebeca… nunca podré librarme de ella.

Sobre todo cuando la joven novia se ve a sí misma como una “ex colegiala de codos enrojecidos y
pelo lacio”. […] “Qué blanca y delgada parecía mi cara en el espejo, con el pelo lacio y aplastado.
¿Así soy yo siempre? seguro que normalmente tengo más color . El reflejo del espejo, amarillento
y poco atractivo, devolvía mi mirada”.

Aparte de esta descripción tan poco halagüeña, la protagonista deja caer sus guantes, se pierde
en su propia casa y camina con los hombros encogidos demostrando poca seguridad, cosa que
notan enseguida quienes la rodean. El ama de llaves, la señora Danvers, le reafirma su bajo
estatus hiriéndola en su autoestima hasta niveles insospechados, comparándola como si fuesen el
día y la noche. Danvers, que idolatraba a Rebeca no es capaz de admitir a la nueva señora de la
casa, hará lo posible para recordarle que no es más que un segundo plato y que no podrá nunca
sustituir a su antigua señora. Ni siquiera podrá hacerle la más mínima sombra.
Rebeca es una historia en la que el suspense y el romance se entrelazan para atrapar al lector.
La obra es una de las más importantes de su generación. Este libro fue tremendamente innovador
en su época por la forma en que la novela utiliza el lenguaje, mezclando lo intimista, el drama
psicológico, la acción y la intriga a partes iguales, junto con una gran belleza literaria.

La novela que se publicó en 1938, tuvo dos años más tarde su adaptación para el cine de la
mano de Alfred Hitchcock, con Laurence Olivier y Joan Fontaine como protagonistas. Rebeca fue
la ganadora del Oscar de aquel año, y en ella Hitchcock supo plasmar toda la intensidad de la
vida atormentada de la protagonista.

Fragmento:

Menos mal que la fiebre del primer amor sólo se pasa una vez. Porque es una fiebre, y una carga
también, digan los poetas lo que digan. A los veintiún años uno no es valiente. Está lleno de
pequeñas cobardías, de miedos pueriles, infundados, y es tan fácil herirnos. ¡Se nos lastima con
tan poca cosa! La más leve palabra espinosa se nos clava con crueldad. Hoy, arropada por la
benévola armadura de una madurez que se aproxima, las diminutas punzadas cotidianas no
arañan más que levemente y pronto se olvidan; pero ¡a aquella edad! ¡Cómo perdura el efecto de
una palabra poco amable, dicha sin intención, hasta convertirse en un estigma imborrable! ¡Y
cómo una mirada altanera se nos queda marcada en el alma como algo eterno!

Ligia Pérez de Pineda

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