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1. El modelo agroexportador:
En América Latina, el sector agropecuario tradicional se caracterizó por la relación hacienda-
minifundio y la dominación de una clase reducida de grandes propietarios en lo que se refiere al
mercado de trabajo, producción, y concentración del poder (De -Ianvry 1981; Gómez 1989). Este
fenómeno se presentó en diversas formas que incluyen la producción para el mercado mundial,
principalmente a través de la exportación de alimentos y materias primas.
El caso ecuatoriano es ilustrativo de este proceso; su integración al mercado mundial se dio hace
más de un siglo (Ortiz 1981). La base de la economía agro exportadora tradicional fue la
concentración de la propiedad en manos de los terratenientes/exportadores y el uso de una variedad
de formas de mano de obra asalariada y no asalariada (Guerrero 1983). A partir de 1948, se dio el
auge bananero, por el cual el Ecuador alcanzó el primer puesto en la exportación (Larrea 1987).
Características, auge, caída.
En las décadas de los años 60 y 70, se produjo una serie de transformaciones en todos los sectores
de la sociedad ecuatoriana referentes a la industrialización y urbanización y la conformación de una
clase media, con el consiguiente aumento de la demanda de productos alimenticios elaborados
(Barsky y Cosse 1981). En el sector rural, la reforma agraria fue impulsada por una fracción de la
clase terrateniente que, anteriormente, había iniciado modificaciones significativas en la estructura
de producción agropecuaria que resultaron en una agricultura de gran escala, más tecnificada,
especializada e intensiva en el uso de capital (Barsky 1984).
El crecimiento del sector agroindustrial en el Ecuador también condujo a una convergencia de
intereses de los agricultores de gran escala, ganaderos, industriales, comerciantes y Estado, para
reemplazar el modelo agro exportador tradicional con un modelo de sustitución de importaciones,
produciendo una gran diversificación de la producción industrial y el inicio de procesos industriales
en la agricultura (Palán 1989).
El área dedicada a la producción de alimentos básicos para el mercado interno disminuyó entre los
periodos 1970 – 1974 – 1980 – 1984, mientras la producción de estos alimentos decreció en
345.000 toneladas. Esta tendencia es particularmente impactante cuando se toma en cuenta que la
población aumento en más de 2.5 millones de personas durante este periodo (CONADE/UNFPA
1987).
El área dedicada a productos agroindustriales aumento en más de 74 mil hectáreas en el periodo
estudiado, mientras la producción de estas mercancías se incrementó en más de 200 mil toneladas.
El área dedicada a los cultivos tradicionales para la exportación decreció notablemente, pero la
producción aumento en más de 25%, debido principalmente al aumento del rendimiento.
El área dedicada a pastos casi se duplico entre los periodos 1970 – 1974 y 1980 – 1984, este cambio
se relaciona con el decrecimiento del área dedicada a la producción de alimentos básicos, a favor
del incremento de áreas para la producción de leche y carne y sus derivados que no significo un
mejoramiento del estado nutricional de su población.
Si bien las agro exportaciones tradicionales (banano, café y cacao) se localizaron en la región
tropical de la Costa, las no tradicionales provienen no solamente de esa región, con condiciones
ecológicas adecuadas para la producción de una vasta gama de frutas y hortalizas tropicales y
semitropicales, sino también de la Sierra, que ofrece condiciones de suelos, temperaturas, intensidad
de luz y otros factores que son inigualables en el mundo para la producción de hortalizas y flores,
estas últimas en invernaderos. En la mayoría de los casos. De igual forma, se ha planteado la
producción de cultivos tropicales en la región amazónica.
1.1. Transición, auge y crisis de la producción cacaotera.
Producción cacaotera en el Ecuador
El proceso productivo cacaotero forma parte de una vieja tradición agroexportadora en el Ecuador;
desde la época colonial. Aunque en menor escala, aún se produce cacao para la exportación, que se
convierte en el cultivo de exportación y es el medio de conexión con los mercados mundiales más
antiguo del Ecuador.
La economía del litoral ecuatoriano ha estado vinculada históricamente a la agro exportación. Por
más de un siglo la exportación de cacao fue la mayor generadora de divisas y la más extendida
forma de producción, llegando a concentrar el 70% del total de exportaciones.
La cantidad de ingresos que generó el cacao no solo permitió que un reducido grupo de personas se
enriquecieran, formando una élite terrateniente, sino que por sí solo constituyó un ciclo económico
completo en nuestra economía. El auge de las exportaciones (“boom cacaotero”) acaecido a finales
del siglo XIX.
Representó un incremento considerable de ingresos, mientras que para 1920 la disminución
acelerada de las exportaciones sumió al país en una profunda crisis.
Antecedentes históricos de la agro producción mercantil del cacao
La producción de cacao, a gran escala, en nuestro país se remonta a la época colonial, mucho antes
de que se instaurara la República. Se presume incluso que fue gracias a las riquezas que había
originado de su producción con las que se financiaron las gestas libertarias de nuestro país. El
desarrollo económico del país ha estado muy ligado a la producción cacaotera. Los “gran cacao”
como se conoce a los grandes productores, una elite de hacendados costeños, quienes disfrutaban de
la riqueza obtenida de este sistema, contribuyeron enormemente a la creación de las primeras casas
comerciales, bancos, compañías exportadoras e importadoras e infinidad de negocios.
Pero todo el furor por la producción de la “pepa de oro” tiene sus inicios en el siglo XVIII, cuando
se forma la industria del chocolate en el viejo continente. Los colonizadores se encontraron con las
bebidas que preparaban los aztecas a partir de las almendras tostadas y molidas de cacao. Luego de
modificar un poco la fórmula utilizada por los aztecas fue introducido posteriormente en Europa y
al cabo de unos años se popularizó a tal punto de que se formó una industria dedicada a la
producción del chocolate.
La creciente industria del chocolate debía ser alimentada. La materia prima, el cacao, se producía
únicamente en zonas tropicales, por lo tanto, las condiciones climáticas eran propicias para que en
el país se difundieran las plantaciones cacaoteras. Además, ya crecía naturalmente en la zona
costera, donde posteriormente se dieran las mayores plantaciones, especialmente en predios
cercanos a ríos.
La agro producción del cacao en el país tiene un ciclo, cuyo despegue se da en el siglo XVIII
impulsado por la creciente industria del chocolate en Europa. Sus momentos más representativos en
la historia corresponden al crecimiento se da para el siglo XIX, con un relativo crecimiento de la
producción. Su verdadera expansión o mejor conocido como el “boom cacaotero” se da por 1875.
Ya para 1920 la producción se reduce a tal punto que se origina una crisis que dura hasta 1940.
Los inicios de la producción se dan por 1760, aquí la exportación es marginal, las pocas
plantaciones se han dado como resultado del crecimiento silvestre de la planta. Para 1820 empieza
un crecimiento paulatino de las plantaciones, pero a partir de 1875 se empiezan a expandir
significativamente las plantaciones y con ello las exportaciones.
Es para 1900 donde ya se vive un verdadero “boom” de las exportaciones. Entra en crisis a partir de
1920 como conjugación de varios factores de tipo económico como naturales. Después de una
importante reducción de las plantaciones y exportaciones cacaoteras se empieza a recuperar el
sector dándose a partir de 1940 y a partir de 1970, hasta la actualidad se vive un proceso de
modernización de los cultivos con la introducción de nuevas técnicas de producción, como el cacao
de “ramilla”.
Crisis cacaotera
A partir de 1920 por la incidencia de varios factores, de carácter económico y no económico, la
producción cacaotera empieza a mermar progresivamente, desencadenando posteriormente una de
las mayores crisis económicas que ha vivido el Ecuador.
A partir de 1917 con las terribles consecuencias que trajo para el comercio mundial la Primera
guerra mundial, en la que se vieron inmersas las principales economías del mundo llevó a una
reducción de la demanda de cacao y por lo tanto a una disminución de las exportaciones.
Sumado a esto, a partir de 1920 suceden acontecimientos funestos para las plantaciones cacaoteras
del país. Enfermedades como la Monilla y Escoba de bruja atacan las plantaciones, reduciendo en
un 30% la producción.
Las plantaciones cacaoteras de Ecuador no estaban preparadas para soportar estas enfermedades. La
escoba de bruja es causada por un hongo (Hongo Basidiomiceto), causan en el árbol afectado
hipertrofias (desarrollo excesivo) de los brotes de hojas nuevas terminales y laterales, que le dan la
forma de escoba.
La monilla (Hongo Moniliaroreri) en cambio ataca a las mazorca, penetran al interior de la misma y
a medida que éstas crecen causan la pudrición de las almendras hasta llegar a la superficie,
presentándose una mancha color pardo, pudiendo llegar a cubrir la mazorca por completo.
A partir de la devastación de los cultivos, los productores cruzan el cacao “nacional” con el
Trinitario y/o venezolano, introducen una nueva variedad de cacao fino de aroma, que conserva las
cualidades de resistencia a las plagas del Trinitario y el sabor del nacional. También se introduce
otras variedades de otros países.
Estos acontecimientos marcaron en cambio en la estructura productiva del país. Esta crisis,
originada por la devastación de las plantaciones, dio paso a un nuevo modelo productivo. El
mercado externo, el mismo que condenó la producción cacaotera abrió las puertas para un nuevo
producto de exportación. Como efecto de la crisis, un gran número de las haciendas cacaoteras
fueron vendidas o entregadas a sus trabajadores como liquidación por su trabajo o para pagar otro
tipo de deudas. Los dueños de éstas en su mayoría migraron al centro económico de la época,
Guayaquil, o bien se dedicaron a otras actividades económicas.
Otro efecto de la crisis cacaotera afectó directamente en la propiedad de la tierra. Se origina una
pequeña propiedad, casi inexistente en escasos años anteriores. La venta, la apropiación o la
desfragmentación de plantaciones para el pago de deudas crearían una reorganización de las clases
sociales en el campo.
Recuperación de las plantaciones cacaoteras
A partir de la década de 1940 se experimenta una paulatina recuperación de los cultivos, para este
entonces el efecto de las plagas había disminuido, los peones y una muy reducida cantidad de
medianos productores, los que se quedaron, valiéndose de sus habilidades y conocimientos en el
cultivo del cacao, replantaron muchas huertas.
Debido a la vulnerabilidad del cacao nacional ante las plagas empieza a cruzarse esta variedad con
el cacao trinitario y el forastero, logrando con gran éxito el balance entre la resistencia a las plagas
del tipo trinitario y forastero, sin perder el sabor especial que caracteriza al cacao nacional.
1.2. El ferrocarril, eje de la sustitución de importaciones agrícolas aceleradora de la
circulación monetaria interior.
García Moreno inició la carretera Quito-Guayaquil y Alfaro culminó el ferrocarril en 1908. Ya en
1897 se unieron la carretera y el ferrocarril, facilitando las migraciones internas y el tráfico de
productos entre la Sierra y la Costa. Sin embargo, antes de 1908 una parte significativa del
abastecimiento de alimentos no producidos localmente en el marcado de la antigua provincia de
Guayaquil provenía del exterior, principalmente de Norteamérica, Perú y Chile, por vía marítima.
La integración de un sistema moderno de articulación regional entre la Sierra y la Costa fue
relativamente tardía ya que en 1914 el porcentaje de alimentos en las importaciones era todavía el
mismo, mostrando los limitados montos de productos agrícolas serranos que inicialmente transportó
el ferrocarril. El propio Alfaro atestiguó en 1908 que los granos importados de California eran más
baratos en Guayaquil que los provenientes de la Sierra. Entre los alimentos importados sobresalían
la harina de trigo, la mantequilla y el tocino.
Aunque las motivaciones para construir el ferrocarril fueron principalmente políticas, la articulación
económica regional se fue consolidando, aunque en forma gradual y lenta, y solamente como
resultado de la crisis iniciada en 1920.
Posteriormente, la escasez de importaciones, provocada inicialmente por la Primera Guerra Mundial
y más tarde por la crisis cacaotera y la depresión de 1929, dinamizaría la integración de la Sierra al
mercado nacional.
La revolución liberal de 1895 condujo a algunos cambios sociales y políticos de gran significación
histórica, como la abolición del concertaje (prisión por deudas de los huasipungueros de las
haciendas) en 1918, la expropiación de las haciendas de la Iglesia, el establecimiento de la
educación laica y la consolidación del estado nacional. Sin embargo, no se produjeron cambios
significativos en la situación de inequidad y extrema pobreza de la mayoría de la población rural, ni
en la pronunciada concentración de la tenencia de la tierra, prevaleciente en la Sierra y en la Costa.
Tanto la progresiva integración del país al mercado mundial como la lenta consolidación de un
mercado nacional articulado, condujeron a cambios demográficos significativos, como una lenta
pero sostenida urbanización y la migración ya mencionada de la Sierra hacia la Costa. La población
de Quito ascendió de 27.900 habitantes y el crecimiento de Guayaquil fue aún mayor.
La hacienda tradicional serrana se incorporó lentamente al mercado nacional, sobre todo en las
cercanías de Quito y en los valles de la Sierra Central atravesados por el ferrocarril. Según Pilar
Pérez, este proceso condujo a la progresiva expansión del área cultivada, a la lenta introducción de
técnicas más intensivas de cultivo, a la incipiente pero progresiva adopción de relaciones salariales
de producción, a la demarcación más precisa de los linderos de las haciendas, y a un acceso cada
vez más limitado de los indígenas al uso de recursos de las haciendas, como aguas y pastoreo.
Eventos como la introducción de ganado de leche Holstein Friesian en Macachí en 1906, y la
fundación del Banco del Pichincha en el mismo año, ilustran la integración de una nueva dinámica
en la hacienda tradicional serrana, como resultado de su apertura progresiva al mercado nacional.
La introducción del eucalipto (de origen australiano), promovida por García Moreno, indujo un
progresivo cambio en el paisaje serrano, en el cual lentamente los bosques naturales remanentes
irían desapareciendo de los valles, tanto para abastecer las necesidades energéticas de las ciudades y
del propio ferrocarril, como para habilitar los terrenos para pastos y cultivos ente un mercado en
expansión.
Tomando en cuenta que la leña fue la fuente fundamental de energía en el país, al menos hasta
1940, puede inferirse un pronunciado proceso de deforestación en la Sierra.
La construcción del ferrocarril marcó el inicio de la integración efectiva de la Sierra al mercado
nacional.