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¿Por qué se dejo de exportar el cacao en el Ecuador?

América Latina es ampliamente conocida como la cuna del cacao. Una investigación
arqueológica recién sugirió que el lugar de origen del cacao es Ecuador. Se encontraron
cerámicas con restos de cacao en la selva Amazónica que datan de 3300 antes de Cristo, lo
que significa que los granos de cacao se han cultivado en Ecuador por más de 5.000 años.

No fue hasta el siglo XVI que el cacao salió de América Latina. Lo exportaron por primera
vez los españoles por medio de una bebida de chocolate tradicional, conocida como
"xocolatl". Sin embargo los conquistadores prohibieron las exportaciones de cacao hasta
1789 - eligiendo mantener las ganancias de este producto noble en América Latina.

Una vez la prohibición de exportación levantada, Guayaquil se convirtió en el primer


puerto mundial de cacao y comenzó un período de monopolio que duró durante casi 150
años. El comercio del cacao ecuatoriano siguió hasta que el país sufrió dos golpes duros en
la década de los años 1920, por una enfermedad que afectó la cosecha de cacao y llevó a la
caída de la industria del cacao en Ecuador.

En las primeras décadas del siglo XIX, el naciente Ecuador vivía un ciclo económico
ascendente por las exportaciones del cacao guayaquileño, proceso que se interrumpió entre
1842 y 1870, por la epidemia de fiebre amarilla que asoló Guayaquil (1842-1843), el
fortalecimiento de la flota naviera inglesa y la consiguiente presencia británica en ultramar.
No obstante, el destino final del cacao “de arriba” que salía del puerto de Guayaquil era
Europa, pues de allí provenía la demanda real del cacao ecuatoriano, especialmente de
Inglaterra, que había impuesto una hegemonía económica que ya duraba un siglo, como
consecuencia de la Revolución Industrial.
Durante las administraciones de Gabriel García Moreno y su etapa de influencia en el poder
(1860-1875), existe un esfuerzo por racionalizar el espacio nacional, dentro de un proyecto
de modernización conservadora.
Sin embargo, las estructuras sociales y económicas no cambiaron con la Independencia,
pues solo se afectó el curso de la política.
A pesar de que su gestión en la presidencia fue percibida como autoritaria, él era consciente
de que el país debía responder a las necesidades de la demanda externa, ante lo cual dictó
medidas para que el Estado, por primera vez, sea el ente encargado de controlar el rumbo
de la economía.
Una de las medidas que tomó García Moreno fue la creación de bancos (década de 1860),
para lo cual canalizó fortunas familiares, contribuyendo así a sentar las bases para la
generación del capital bancario y crédito a nivel nacional.
En 1869 las exportaciones totales del Ecuador ascendieron a 3’706.000 pesos y el cacao
equivalió al 49%. Es decir, observamos la tendencia hacia el desarrollo del monocultivo, lo
que será la principal característica del segundo “boom” cacaotero (1880-1920).
El XIX fue, entonces, el siglo del cacao guayaquileño, al imponerse el modelo primario
agroexportador en el trasfondo del predominio de las economías regionales (Costa y
Sierra), iniciándose así un franco proceso de extroversión económica, con la conformación
de una economía volcada “hacia afuera”.
Cuando se produjo la crisis del cacao, hacia 1920, una de las principales razones por las que
el modelo agroexportador se hundió fue el peso excesivo que se le dio a un solo producto,
revelándose la preeminencia del monocultivo, lo que no permitió la diversificación del
sector primario y el consiguiente desarrollo hacia una aspirada industrialización.
Un desarrollo capitalista
Este modelo económico trajo consigo cambios en la estructura social, de forma que surgió
una burguesía comercial y sectores oligárquicos que fueron sustentados por el predominio
del capital comercial, por encima de la renta del suelo (sector terrateniente), e incluso del
recientemente creado capital bancario.
Esta modalidad de acceso al poder económico está relacionada con la llamada “vía junker”,
cuya característica principal consiste en que el desarrollo capitalista no puede liquidar
formas anteriores del capital; es decir, relaciones pre capitalistas, por lo cual, permanece
aún el predominio del capital comercial y no se logran establecer condiciones para generar
capital industrial.
En conclusión, el destino del capitalismo a lo largo del siglo XIX fue hacerse “nacional”,
dado que la racionalización económica se creó a través del Estado central, el que a su vez
estableció las instituciones que hicieron posible el control y funcionamiento del sistema
económico interno.
El capitalismo, entonces, necesitó del Estado-nación para implantarse, más allá de los
límites de las economías regionalizadas, lo cual acarreó un consecuente proceso de
desregionalización que finalmente se impone.
El proceso anteriormente descrito no impide que el capitalismo como sistema triunfante
destierre ciertos tipos de relaciones precapitalistas, provenientes de relaciones productivas
semiasalariadas que sirvieron a la dinámica de formación del capitalismo, mediante el
proceso de subordinación del capital comercial.
El auge cacaotero marcó la entrada del Ecuador al mercado mundial, especialmente a partir
del período conocido como el Progresismo (1884-1895) y obviamente con la Revolución
Liberal, estimulando así el desarrollo del capital comercial.
Esto se produjo, básicamente, por el incremento de la demanda externa de los países
industrializados, lo que generó el denominado “boom” cacaotero de la segunda mitad del
siglo XIX e inicios del siglo XX, lo que condicionó la extroversión de la economía
agroexportadora ecuatoriana, rasgo que predominó hasta la segunda década del siglo XX.

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