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Cómo Acompañar A Un Niño, Niña o Adolescente Durante Una Diligencia Judicial
Cómo Acompañar A Un Niño, Niña o Adolescente Durante Una Diligencia Judicial
Psicología Forense
Especializada en niñas, niñas y adolescentes
Mod. V Tema V
En este apartado nos referiremos específicamente al cómo acompañar “durante”, es decir, cuando la
diligencia se está desarrollando.
Cuando una niña, niño o adolescente tiene que acudir a cualquier tipo de diligencia, ya sea una toma
de declaración pericial u otra, previamente debe ser preparado. La preparación previa, como ya lo
vimos, consiste en informar a la niña, niño o adolescente sobre qué le toca hacer, por qué tiene que
asistir, por qué es importante su participación y qué sucederá durante la diligencia.
En este sentido, es indispensable que el especialista a cargo de la diligencia, conozca del caso, el
tipo de diligencia a la que debe acudir y la situación específica en la que se encuentra la niña, niño o
adolescente. El psicólogo por tanto, tiene que contar con toda la información relevante del caso
sobre la niña, niño o adolescente y sobre su preparación. No contar con esta información y acudir
en otra condición, sin duda será perjudicial tanto para la niña, niño o adolescente, como para el
propio desarrollo de la diligencia.
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El psicólogo o psicóloga a cargo de acompañar a la niña o niño debe prever acciones de contención
y distracción, a la vez que ofrece los mensajes básicos 1 a la niña, niño o adolescente para que
pueda participar en el proceso de justicia sin temor. Los mensajes básicos deben tener como
objetivo; desculpabilizar, hacerle saber a la niña o niño que es muy valiente por contar lo que pasó y
normalizar las emociones, por ejemplo: “es normal sentir vergüenza”, entre otros.
Ahora bien, existen tres escenarios posibles durante el acompañamiento a una diligencia, veamos.
Explicar a la niña, niño o adolescente sobre por qué no estará presente durante la
diligencia. La psicóloga o psicólogo encargado deberá informar la niña o niño las
razones por las cuales no puede estar presente, por ejemplo: “El juez pidió que fuera
privado porque hay niños que no les gusta hablar en frente de mucha gente. Recuerda
que él quiere hablar contigo para entender bien que pasó, y como yo no estuve ahí no
es necesario que yo entre. De cualquier forma yo estaré aquí afuera esperándote”.
Brindar información sobre dónde estará el especialista por si la niña, niño o
adolescente le busca. Al igual que el ejemplo anterior, habrá que informarle a la niña o
al niño dónde te encontrará, por ejemplo: “Yo estaré sentada allá, donde están esas
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Los mensajes básicos minimizan la angustia del niño o niña durante una diligencia a la vez que aportan información que puede resultar vital para su
recuperación emocional. Los objetivos tienen que ver con fincar responsabilidades y minimizar la culpa que con frecuencia los niños víctimas se auto-
adjudican, asimismo ayudan al manejo de la angustia propiciando la capacidad de afrontamiento y sus recursos personales.
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sillas verdes, ¿las ves?, si no me encuentras es porque estoy en el baño, pero no me
iré hasta que tu hayas terminado”.
Crear un ambiente de distensión y confianza para la niña, niño o adolescente y
mantenerle relajado y ocupado mientras esperan a que se lleve a cabo la diligencia. En
una situación como ésta, un niño, niña o adolescente puede sentirse muy estresado,
temeroso y ansioso y es necesario ayudarle a controlar y minimizar estas sensaciones.
Una útil manera de lograrlo, es mantenerlo entretenido con algún juego de destreza,
dibujando, viendo alguna película en un celular o un reproductor portátil, y en todo
momento que sea necesario, brindar los mensajes básicos.
b) Cuando el especialista puede estar presente en la diligencia pero solo como observador.
Existen algunas otras ocasiones en que la autoridad permitirá la presencia del especialista
mientras se lleva a cabo la diligencia indicando que debe guardar silencio y abstenerse de
tocar o interactuar con el niño. En estos casos es indispensable tomar en cuenta las
siguientes consideraciones:
La primera acción a realizar es informar a la niña, niño o adolescente por qué -a pesar
de estar presente en la diligencia- no podrá mantener ningún tipo de contacto con él o
ella. Es de enorme importancia que estas reglas se expliquen claramente al niño o
niña. Sin explicación previa, el niño o niña podría interpretar el comportamiento del
psicólogo como enojo o como que él está haciendo algo mal. Es necesario anticipar
cómo será la dinámica durante la diligencia, por ejemplo: “Las reglas aquí las pone el
juez, y él quiere hablar solo contigo porque tú eres el único que sabe bien que pasó”.
Otra regla es que no puedes hablarme ni voltearme a ver, yo estaré presente para que
no te sientas solo. Sí quieres hablarme o estás cansado, o ya no quieres continuar,
puedes decírselo al juez.”
La psicóloga o psicólogo encargado de brindar el acompañamiento debe saber que su
participación dentro de la diligencia es únicamente como observador, es decir, el
especialista no podrá hablar, tocar, hacer gestos o realizar algún otro tipo de
interacción con la niña, niño o adolescente, ni con las demás autoridades presentes en
la diligencia.
La presencia del especialista durante la diligencia tiene como objetivo primordial
brindar apoyo “emocional” a la niña, niño o adolescente y darle seguridad para que no
se sienta solo.
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Si el niño trata de hablar con el psicólogo (a) este debe responder con mucha claridad
reiterando la regla ya acordada. Por ejemplo: “Acuérdate que aquí solo tú puedes
hablar con el Juez y yo no debo hablar”. Es importante que lo que diga el psicólogo no
pueda ser interpretado como inductivo o como interferencia en la declaración del niño.
Únicamente en el caso en donde la niña, niño o adolescente se encuentre en una
situación que le afecte física, emocional o psicológicamente, el especialista podrá
intervenir dirigiéndose exclusivamente al Ministerio Público y/o Juez. Por ejemplo; en el
desarrollo de una diligencia de toma de declaración a una niña de cinco años, si el
especialista observa que la niña a la que se le está tomando la declaración está
sumamente afectada, llorando, desesperada o bien que le están realizando preguntas
no adecuadas que la ponen tensa, la psicóloga o psicólogo podrá intervenir solicitando
un receso o la suspensión de la diligencia con la finalidad de proteger a la niña de
cualquier tipo de revictmización o afectación emocional y/o psicológica.
c) Cuando el especialista es requerido para facilitar la interacción con el niño o niña durante la
diligencia. El tercer escenario resulta ser en el que la psicóloga o psicólogo, encargado de
realizar el acompañamiento, ha sido requerido para participar durante el desarrollo de la
diligencia. En este caso se deberán realizar las siguientes acciones:
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infantiles2 y que se realicen las adecuaciones procesales pertinentes. Por ejemplo: que
el tiempo máximo que pase una niña, niño o adolescente no rebase las dos horas, que
se adecue el lenguaje considerando la edad y etapa de desarrollo de la niña o niño,
que el lugar en dónde se realice la diligencia sea privado, sin distractores visuales o
auditivos, y que bajo ningún motivo se caree al niño con el agresor o agresora, entre
otros.
Una vez agotada la diligencia, el especialista encargado del acompañamiento deberá realizar un
“cierre” con la niña, niño o adolescente.
El cierre es parte de la estructura general de cualquier diligencia o intervención con la niña, niño o
adolescente. Su objetivo más importante es imprimir en el niño, niña o adolescente el sentimiento de
que ha tenido una oportunidad para ser escuchado, que ha sido muy valiente y que ha hecho un
gran esfuerzo al contar lo que le pasó.
Es importante ser honestos y contestar de la forma más clara y adecuada a las inquietudes de la
niña, niño o adolescente.
Asimismo se deberá “anticipar los próximos pasos”. Se debe explicar qué pasará después, si es que
tendrá que acudir con la autoridad nuevamente o si tendrá que acudir a otro sitio, etc. Anticipar que
pasará después ayudará a la niña, niño o adolescente a disminuir la angustia que podría producir la
incertidumbre y el hecho de enfrentar situaciones desconocidas, así como aumentar la posibilidad de
control de la niña, niño o adolescente, hecho que favorecerá sus defensas contra sentimientos de
desvalimiento y desesperación.
Como última acción de un cierre adecuado, se aconseja traer a la plática un tema neutral o
agradable para la niña, niño o adolescente, para que el término de la diligencia sea un cierre con
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Para mayor información consultar el tomo II Modelo Especializado para toma de declaraciones infantiles de la colección
“El niño víctima del delito frente al proceso penal”, de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, A.C.
México 2009.
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ideas y comentarios positivos. Esto le permitirá irse con la menor ansiedad posible, resultando muy
beneficioso para él o ella.