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1 MARZO: Lope de Vega, «Díjole una dama que para qué escribía disparates», Rimas

humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, Madrid, 1634. (Lectora: María Calle
Bajo)

“Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque
en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin
fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío”.
– Discurso de la Edad de Oro (II parte, capítulo XI de El Quijote)

BREVE COMENTARIO: Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635) nació en el contexto


histórico del reinado de Felipe II, su padre, que era bordador sevillano, se trasladó a
Madrid un año antes del nacimiento de Lope, misma fecha en la que el monarca
establece la Corte en la ciudad. Lope muere a los 79 años.

Entrando en materia, es ineludible interpretar críticamente la prolífera y genuina obra


poética del ‘Fénix de los Ingenios’ sin asociar su potencia literaria con algunos términos,
como ‘inteligencia’, ‘ambición’, ‘talento’, ‘fecundidad’, ‘persuasión’, ‘desafío’,
‘ironía’, ‘pasión’ o ‘desengaño’…

El soneto que hemos seleccionado, pertenece a la que podría considerarse, junto con
“los Quijotes”, como una de las obras cumbre de la modernidad Rimas humanas y
divinas del licenciado Tomé de Burguillos, 1634 (RTB), no sólo por la gran huella
cervantina que en ella se vislumbra a través de elementos clave
(‘autoreferencialidad’, ‘intertextualidad’, ‘paralelismos’, ‘dobles sentidos’, ‘el
distanciamiento a través de la metapoesía’, ‘el sarcasmo’, téngase en cuenta la
elección del heterónimo ‘Tomé de Burguillos’), en suma, artificios sofisticados propios
de la literatura áurea del Barroco, sino porque ‘el Fénix’, desde la senectud, con su
última obra lírica (RTB) alcanza un nuevo y ambicioso propósito literario inducido
por la experiencia, la madurez y el desengaño de la fama, a las que se suman
desavenencias y agitaciones tanto profesionales, como sentimentales, estos últimos
años estarían también marcados por un fuerte desgaste emocional (la pérdida de su
última mujer, Marta de Nevares, y la de otro de sus hijos más queridos, Félix).
En este contexto, previo a la lectura, destacamos uno de los versos de la obra (RTB) que
bien podría definir esta ‘nueva dimensión de modernidad’ a la que nos referimos:
”No hay Mecenas como el propio gusto”, lo que en palabras del profesor Lera podría
postularse como, cito: un “Arte nuevo de hacer poesía”. Por ende, la obra supone, ya en
la madurez, la superación poética desde un potente pensamiento crítico y racional de
quien para mí podría definirse como “La Pluma de Oro”.

En primer lugar, vamos a ver cuál es la fábula que se poetiza en el soneto, es decir, cuál
es el contenido que se trasmite después de la lectura. Téngase en cuenta que ya el
título del soneto en sí es muy significativo, revela un contexto sin aclarar la idea central.
«Díjole una dama que para que escribía disparates», este «para que» sin desdeñar su
valor final, adquiere en el contexto un valor explicativo e interrogativo, es decir, ‘Por
qué escribir esos disparates’. Como vemos en el título, una dama, ‘Lucinda’ inquiere a
Tomé de Burguillos, el heterónimo1 (ficcionalización literaria del autor, Lope de Vega), -

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Formas de autoría (heteronimia, seudonimia. anonimia)
«un estudiante que finalmente termina siendo bachiller»-, la razón y la finalidad de
esos presuntos ‘disparates’. Realizamos la lectura del soneto desde la heteronimia del
autor, lo que vendría a ser casi una defensa cínica ante tal pregunta (supuestamente)
inesperada por parte de la dama:

-Rima 92-
Díjole una dama que para qué escribía disparates

La locura del mundo me defiende,


que del estudio la virtud estraga,
que a objeción, Lucinda, satisfaga.
culto me vuelva, y el estilo enmiende.
Si escribo veras, nadie las entiende; 5
si burlas, vos decís que no las haga;
si alabanzas, ninguno me las paga,
¿pues qué tengo de hacer, si todo ofende?
¿He de quedarme Bachiller en Artes.
sin que halle estilo que este humor consuma 10
nacido en cuarta luna, aciago un Martes?
Mas si escribir es fuerza que presuma,
écheme el Dios Apolo a aquellas partes
a donde más si sirva de mi pluma.

Como hemos citado, este soneto cuestiona qué sentido tiene lo que se escribe, pará
qué y cuál es el uso de lo que se escribe, en definitiva, plantea a dónde puede ir uno
escribiendo lo que escribe. Aquí no asistimos a un acto de habla directo, sino a un
discurso referido por el propio Tomé de Burguillos (el estudiante).

Comienza el primer cuarteto, el estudiante finge un acto de habla referido en respuesta


de la dama, desde el primer verso se ampara en el concepto literario de ‘locura’, de
‘estupidez’ «la locura del mundo me defiende», entendiendo el término como
‘estulticia’, ‘necedad’ (en el sentido latino que lo utiliza Erasmo en el Elogio de la locura,
1515). En el segundo verso contrapone el estudio, como ‘virtud’, contra la estupidez,
«que en el estudio la virtud estraga», es decir, el estudio es una virtud que está
‘estragada’, dañada por la ‘locura’, por la ‘estupidez’. Interpretamos que la interlocutora
(Lucinda) quiere que Tomé de Burguillos la complazca siendo ‘culto’ y que escriba
cosas inteligentes y no ‘estupideces’ «que a objeción, Lucinda, satisfaga» (v.3), «culto
me vuelva, y el estilo enmiende» (v.4), el término ‘culto’ en remisión al concepto de
‘artificioso’, de ‘sofisticada elaboración’, ‘argumentos falaces’ que traten de convencer
‘persuadir’, los ‘sofismos’, es decir, algo no natural, (recuérdense los versos ‘AL CONDE DE
NIEBLA’ en el Polifemo y Galatea, (1612) de don Luis de Góngora: “Estas que me dictó
rimas sonoras, / culta sí, aunque bucólica, Talía”[…]). Prolonga la respuesta a su
interlocutora Lucinda, segundo cuarteto, es donde Tomé de Burguillos se cuestiona
‘para qué’ y ‘qué puede escribir si nada sirve’: para unos escribe ‘veras’ (verdades) que
nadie entiende, para otros escribe ‘burlas’ (disparates) que no debe hacerlo, y para
otros escribe ‘alabanzas’ (elogios) que nadie paga, «¿pues qué tengo de hacer, si todo
ofende?» .
Se inician los tercetos, donde Tomé de Burguillos manifiesta si ha de quedarse
simplemente tal y como está, con los estudios de Artes que ha realizado « ¿He de
quedarme Bachiller en Artes.» y sin utilizar siquiera ‘la gracia’ o el estado de ánimo
natural «sin que halle estilo que este humor consuma», y a su vez conformarse con el
mal augurio desde su nacimiento (luna menguante) «nacido en cuarta luna, aciago un
Martes?» Alusiones en este versos a las supersticiones tan arraigadas en el vulgo de la
época, (falsas creencias que los humanistas trataban de desmitificar a través de los
textos de carácter didáctico y moral-reformador).

(El Tesoro de Covarrubias en la edición de 1673,


digitalizada por la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, recoge el término asociado a la ‘cuarta
luna’ como: «MENGUANTE, y Creciente, se dize del
Mar, y la Luna. ¶ Menguado de Juyzio, el loco, ó
tonto».)

Es decir, parece que Tomé de Burguillos de


alguna manera está sujeto a algo funesto,
desdichado. Sin embargo, en el último terceto, manifiesta abiertamente que dejar de
escribir no será una opción para él, ya que el heterónimo del autor está orgulloso de
hacerlo «Mas si escribir es fuerza que presuma», de manera que incluso “desafía” al
Dios de las musas (representa el orden, la belleza y el equilibrio) y donde el autor, en la
voz lírica de su heterónimo también da cuenta de su conocimiento mitológico helénico
«écheme el Dios Apolo a aquellas partes» para que sea él quien juzgue donde enviar
su escritura (hýbris), donde más pueda servir y ser útil «a donde más si sirva de mi
pluma.», el término ‘pluma’ se alude aquí como un instrumento que metonímicamente
designa la parte de un todo que implica la creación e inspiración poética.
Interpretamos en el soneto que la finalidad de la literatura no puede estar sujeta ‘ni al
entendimiento de la gente’, ‘ni a la servidumbre de las alabanzas’, ‘ni a la recepción de
los lectores, oyentes o intérpretes’.

Por último, nuestra literatura clásica española que emana de unta tradición
hispanogrecolatina está construida por el Barroco, es decir, nuestros clásicos son
nuestros barrocos. Una literatura orientada hacia el desengaño, hacia la afirmación de
la experiencia del desengaño y hacia la desmitificación de todo lo que tiene que ver
precisamente con el idealismo como vemos en el soneto de Lope, que en palabras de
Cervantes, es el ‘Monstruo de las letras’.

RECURSOS EN LÍNEA:
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
http://www.cervantesvirtual.com/portales/lope_de_vega/imagenes_galeria/
Tomé de Burguillos o el Triunfo del Quijote. Una lectura de las Rimas humanas y divinas del licenciado
Tomé de Burguillos de Lope de Vega
https://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/100/100_167.pdf
Casa Museo Lope de Vega (Madrid)
https://www.casamuseolopedevega.org/es/lope-y-su-obra/biografia
Testamento:
http://www.madrid.org/archivos/images/ACTIVIDADES/DOCUMENTO_MES/2015-12/Testamento_Lope.pdf

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