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Arqueología emocional por Alejandro

Builes
Bueno, qué bonita y profunda pregunta. Son muchas, muchas experiencias, sin embargo
puedo traer en este momento a mi mente una recurrente con uno de mis socios, tenemos
unos instantes de conversación. En que con el paso del tiempo los dos aprendimos
mucho sobre como llevar esos momentos de conflicto, que en un principio empezaban
siendo muy explosivos. Con una emocionalidad muy alta, a veces subiendo el
tono, gritándonos y aprendimos poco a poco, a partir de los dos. Primero, pues tenernos
un afecto muy profundo. Segundo querer aprender, fuimos aprendiendo con el paso del
tiempo qué era lo que nos pasaba y cómo poder salir de esa dinámica de
comunicación, que para el resto del equipo era una comunicación muy agresiva, muy
violenta. Para él y para mi en estas conversaciones, inclusive en los momentos de subir el
tono, cuando podíamos recoger el espacio y decir, venga paremos, ¿a usted qué le
pasó? Cualquiera de los dos hacía esa pregunta, o venga le cuento que fue lo que
realmente a mi me hizo estallar o me hizo como ese botón que se espichó en mí. En la
medida en que lo podíamos compartir y el uno y el otro comprenderlo, y muchas veces,
diría yo que el 95 o casi 100% de las veces decimos, oiga, siento mucho haberle hablado
así, siento mucho haber dicho eso. En la medida en que podíamos hacer eso, you
entendíamos el uno y el otro el punto de vista del uno y el otro, y terminábamos en un tipo
de conversación mucho más profunda. Durante todo ese transitar de esta relación, pues
parte de las cosas que también, tanto el uno como el otro, empezamos a entender era
que lo que nos pasaba ahí no nos estaba pasando solamente ahí, que era producto de
vivencias que habíamos tenido en nuestra vida. En mi caso, una de las cosas que yo
entendí, que me ocurría mucho en el relacionamiento cuando había conflicto, es que para
mí estaba mediado con un tipo de repuesta muy pronta producto de la relación que yo
había tenido con mi hermano mayor, a quien hoy en día amo profundamente. Siempre lo
he amado, pero por quien me sentia muy violentado en ciertos momentos, siendo él un
hermano mayor que me llevaba dos anos y medio, yo sentía que muchas veces su
manera de resolver los conflictos era, digamos como violentándome, por decirlo de alguna
forma. Y eso generó en mi un tipo de reacción muy primitiva ante momentos de conflicto
en los que básicamente yo decia como, aquí yo no me voy a dejar, era como, me paraba
asi muy fuerte y eso el entenderlo, que me pasaba tambien con mi socio, con
Mauricio, con Mauro y que eso era parte de lo que yo vivia personalmente, me ayudó. Y el
poderlo contar y poder trabajar también en ese espacio con mi hermano, ayudó a
solucionar y a entender mi manera de estar ante momentos de conflicto, entonces creo
que parte de mi testimonio es que mucho de lo que yo he vivido como ser humano, de
niño, como dice claramente la ciencia, que muchas de las cosas de los patrones de
conducta los aprendemos cuando estamos muy pequeños. Todo eso sigue pasando en
nuestro día a día y se va replicando, por eso es muy importante permanentemente estar
conociéndonos, entendiendo de dónde vienen nuestras reacciones, haciendo algo así
como una arqueología emocional permanente para poder desenterrar esas
situaciones, patrones que si los podemos ver a la luz de la consciencia, de la
comprensión, entonces se empiezan a disolver y nos dan más posibilidades para, en el
día a día, trabajar las situaciones conflictivas y las situaciones de relacionamiento. 

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