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El cambio del cultivo de añil al cultivo de café fue lento. Aun cuando los precios del
añil se fueron para abajo la producción de éste cultivo estuvo arriba de un millón
por años hasta finales del siglo XIX. La introducción de los tintes sintéticos fue
lenta. La primera anilina, la mauveína, no fue inventada sino hasta 1886. Sin
embargo otras anilinas fueron ofrecidas durante el resto del siglo pero ninguna
sustituyó por completo al añil; el añil sintético se introdujo hasta 1897. Para ese
momento el café era el primordial producto de exportación de El Salvador.
Las diferencias existentes entre el cultivo del café y del añil requería de una
concepción diferente del uso de la tierra. En ese momento las tierras comunales y
ejidales, estaban destinadas a los cultivos de subsistencia.
Entre 1859 y 1863, Gerardo Barrios, cedió una gran parte de tierras públicas a
propietarios privados, siempre y cuando estas se destinaran a la producción de
café. Este y otros procesos desembocaron en la abolición de las tierras comunales
y ejidales bajo los decretos legislativos de 1881 y 1882 durante la presidencia
de Rafael Zaldívar.
Período cafetalero (1900-1944).
El Salvador desde los tiempos coloniales había producido café, pero no en
cantidades suficientes para suplir la demanda local. ... En este mismo año, la
producción de café se volvía más atractiva porque los precios del añil se
encontraban en un punto bajo inexplorado hasta entonces
Entre 1860 y 1880 el cultivo del café tomó un impulso mucho mayor y durante los
años de 1864 y 1881 las exportaciones se multiplicaron extraordinariamente.
Pero una de las situaciones por las cuales se vieron afectados los pequeños y
medianos productores de café fue porque los medios necesarios para la
preparación del café no estaban a su alcance, por lo que a raíz de esta situación
se da la expropiación de tierras dado que estos mismos no tuvieron los medios
necesarios para pagar los créditos a los grandes productores y a los bancos, y se
vieron obligados a vender sus propiedades, esto permite que se nazca la
oligarquía cafetalera.
Otra situación que afectó al país fue la disminución de las exportaciones dado que
la crisis afectó los precios del café, los cuales se vinieron a la baja. La crisis
también vino a afectar por el lado de los empleos, porque se produjeron despidos
masivos en los beneficios, y una de las desventajas que se tienen como país
cafetalero es que la gente no puede tener un empleo permanente, además de
depender de la producción de un solo cultivo, por eso al caer el precio del café por
la crisis de 1929, el país se ve sumergido en circunstancias muy difíciles porque
no tiene otro tipo de entrada de ingresos.
Los precios del café en octubre de 1929 en el mercado mundial eran muy bajos
con respecto al costo de la producción. Los efectos que se dieron debido a la
contracción de la economía de todo el mundo, llegaron al punto que la capacidad
de consumo de café de sus habitantes, la mayor parte de la producción del grano
de oro (café) no pudo colocarse en el mercado ni con los precios bajos. Los
cafetaleros para esta crisis acumulaban miles y miles de sacos en bodegas de los
puertos para exportarlos pero no podían debido a la crisis, otros lo que hacían era
mejor no cortar el grano del café por su baja cotización en el mercado exterior.
Fracaso de la Reforma Agraria
Sin embargo, esta independencia no es más que una ilusión cuando se trata de
enfrentarse a un mercado global extremadamente competitivo. Las cooperativas
de café generan el poder necesario para crear modelos de negocio más justos y
sostenibles. Estas organizaciones cafeteras parecen estar en auge, aprovechando
movimientos como el del comercio justo. Cada vez podemos encontrar más
cooperativas y más grandes en los países productores de café. En nuestro país se
introdujo el cultivo del café a finales del siglo XX, específicamente a partir del año
1800; a partir de entonces, las condiciones climatológicas favorables combinadas
con la laboriosidad de los salvadoreños lo convirtieron en un producto de calidad
que se exportaba y todavía se sigue exportando al exterior. Incluso, el café
salvadoreño llegó a ser reconocido como uno de los mejores de la región. Mejoró
aún más la calidad del café los procesos tecnológicos de modernización en
procesos que animaron la esperanza de un desarrollo económico sostenible para
El Salvador, sin embargo, el producto y las tierras en sí fueron abandonadas con
el inicio de la Guerra Civil.
El café en los cambios sociales
Desde finales del siglo XIX, la expansión de la producción del café estuvo
acompañada de transformaciones en la economía, produciendo cambios en la
parte social y cultural de El Salvador, aunque el crecimiento económico producto
de la actividad del café benefició principalmente una pequeña parte de los
diversos sectores. Durante los últimos cien años, el café ha sido fuente
generadora de riqueza, divisas, empleo, ingresos al fisco ya sea en forma directa
como indirecta y ha sido una fuente importante de servicios ecosistémicos. El café
llegó a ser el pilar más importante de la economía salvadoreña, a tal punto que se
exportó hasta 4 millones de quintales a diferentes partes del mundo y llegó a ser el
mayor productor del aromático. Pero durante las últimas tres décadas el panorama
ha cambiado debido a un ciclo prolongado del desequilibrio estructural entre la
oferta y la demanda mundial que trajo consigo baja en los precios. La producción y
las exportaciones han llegado a niveles sumamente bajos. La productividad ha
bajado considerablemente y se han perdido muchos empleos. Durante muchos
años, los precios de café han sido muy volátiles debido al comportamiento de la
oferta y la demanda, el clima en las zonas de cultivo, las políticas relacionadas con
el mismo, etc. La volatilidad histórica del café ha sido muy significativa y más
grande que en cualquier otra bolsa de productos, dicho comportamiento errático
de los precios ha dejado pérdidas económicas en los productores, quienes
registraron saldos insolventes con el sistema financiero que les concedió créditos
de avío, para siembra y recolección, lo que aumentó cada vez más la deuda
originalmente adquirida. La crisis de rentabilidad que enfrenta la caficultura
nacional ha traído una reducción del área cafetalera y consigo consecuencias
ambientales por la vinculación directa con la prestación de otros servicios
ecosistémicos, asimismo pérdida de biodiversidad, incluyendo la vegetación y
especies animales como aves y pequeños mamíferos. Otro de los problemas del
café aparte de los bajos precios, es que el comercio mundial ha estado
concentrado en manos de compañías multinacionales intermediarias, quienes
venden la gran mayoría del café a cuatro tostadores mundiales. La Roya del café
ha profundizado la crisis del café, ocasionando una importante reducción en los
niveles de producción, productividad y generación de empleos. Esta situación
presenta un escenario preocupante especialmente para las poblaciones
vulnerables que habitan en las cercanías de las fincas que no poseen otros
medios de vida alternativos que les sirvan para suplir la demanda diaria de
alimentos y servicios sociales. En las zonas de producción de café hay poca área
disponible para cultivos de granos básicos y muchas familias han dependido de
los jornales agrícolas en zonas cafetaleras. La crisis del café ha traído
consecuencias nocivas para los medios de vida de la población rural,
principalmente de quienes basan su economía en este cultivo. En las zonas
cafetaleras trabajan típicamente en un alto grado, pequeños productores de café,
así como jornaleros que aportan mano de obra no calificada para las tareas de
poda, limpieza, fertilización y recolección del grano.