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La transición del cultivo del Añil al cultivo de Café (1870-1901).

El cambio del cultivo de añil al cultivo de café fue lento. Aun cuando los precios del
añil se fueron para abajo la producción de éste cultivo estuvo arriba de un millón
por años hasta finales del siglo XIX. La introducción de los tintes sintéticos fue
lenta. La primera anilina, la mauveína, no fue inventada sino hasta 1886. Sin
embargo otras anilinas fueron ofrecidas durante el resto del siglo pero ninguna
sustituyó por completo al añil; el añil sintético se introdujo hasta 1897. Para ese
momento el café era el primordial producto de exportación de El Salvador.

La producción del café experimentó un acelerado crecimiento, debido a la


explotación de nuevas tierras de cultivo. Se le quitaron las tierras ejidales y
comunales a los campesinos sobre todo de las tribus originarias por medio de una
ley llamada reforma liberal impulsada por el presidente Zaldivar; la disolución y
expropiación descarada de las tierras fue el origen de la desigualdad en El
Salvador, que todavía resulta evidente en el país. Con estas acciones se inicia la
consolidación de la oligarquía a la par que finalizó el proceso de marginación y
destrucción total sufrida por las tribus originarias desde la llegada de los españoles
a la región. Del mismo modo, los cambios en los costos del trasporte acrecentaron
el atractivo de la producción para la exportación.

A pesar de las ventajas, el café no paso a ser el principal producto de exportación


del país de la noche a la mañana. Algunas de las razones de este crecimiento
gradual son las siguientes: por un lado los recursos eran escasos y por otro
existían límites a lo que la economía era capaz de producir.

La creciente importancia del café en comparación al añil afectó la importancia de


los puertos del país, una parte mayor de la actividad se movió del puerto de La
Unióna la Libertad y Acajutla, situados más próximos a las fincas de café. Casi la
mitad de las exportaciones de añil y muy poco de café se exportaban por la Unión.

La transición del añil al café también tuvo un impacto de gran extensión en la


sociedad salvadoreña. Cuando el cultivo del café comenzó, personas de todos los
ámbitos sociales probaron su suerte en éste cultivo, por lo que a medida que las
exportaciones de café se expandían, los caficultores se convirtieron en la élite
cafetalera. Poco a poco este grupo promovió la transformación de la tenencia de la
tierra, con la finalidad principal de incrementar su producción.

Las diferencias existentes entre el cultivo del café y del añil requería de una
concepción diferente del uso de la tierra. En ese momento las tierras comunales y
ejidales, estaban destinadas a los cultivos de subsistencia.
Entre 1859 y 1863, Gerardo Barrios, cedió una gran parte de tierras públicas a
propietarios privados, siempre y cuando estas se destinaran a la producción de
café. Este y otros procesos desembocaron en la abolición de las tierras comunales
y ejidales bajo los decretos legislativos de 1881 y 1882 durante la presidencia
de Rafael Zaldívar.

Período cafetalero (1900-1944).
El Salvador desde los tiempos coloniales había producido café, pero no en
cantidades suficientes para suplir la demanda local. ... En este mismo año, la
producción de café se volvía más atractiva porque los precios del añil se
encontraban en un punto bajo inexplorado hasta entonces

En El Salvador a fines del siglo XIX (1870-1900), el cambio económico más


importante fue el desarrollo de nuevas actividades productivas en el área rural,
tales como la minería y el café. De estos productos, el café fue el producto de
exportación de mayor crecimiento y el que más ganancias generó para los
productores, beneficiadores y comerciantes.

El Salvador desde los tiempos coloniales había producido café, pero no en


cantidades suficientes para suplir la demanda local. Se le adjudica al
brasileño Antonio Coelho, que fue contratado para difundir los métodos de
enseñanza lancasterianos en la década de 1830, haber traído al país las técnicas
modernas de cultivo del café. La posibilidad de exportar este producto se observó
hasta finales de la década de 1840. En este mismo año, la producción de café se
volvía más atractiva porque los precios del añil se encontraban en un punto bajo
inexplorado hasta entonces. En 1848 se registró el precio del añil más bajo de
toda la década por lo que los productores andaban preocupados por encontrar un
producto que pudiera sustituir al añil. Pero los precios del añil mejoraron en las
décadas siguientes y, aunque permaneció el interés por el café, el añil siguió
siendo un producto de exportación factible.

Entre 1860 y 1880 el cultivo del café tomó un impulso mucho mayor y durante los
años de 1864 y 1881 las exportaciones se multiplicaron extraordinariamente.

En El Salvador donde la agricultura tradicional estaba muy arraigada, la


introducción del café que requería técnicas de cultivo más complejas representaba
un problema serio. La introducción de la nueva tecnología agrícola, el hecho de
que el café era una planta que daba frutos hasta después de tres o cuatro años, y
las nuevas formas de organizar el trabajo, significaba que los productores tenían
que aprender nuevas maneras de financiar su cosecha.

Hacia fines del siglo XIX, en El Salvador existían grandes beneficios que


procesaban el café cosechado en fincas de menor escala; así como exportadores
de café con conexiones en Europa y Estados Unidos quienes se encargaban de la
distribución y el transporte. Fue de esta forma como el café se convirtió en un
negocio multidimensional del cual dependía el bienestar de una parte de los
ciudadanos salvadoreños. El impulso del gobierno a la actividad cafetalera se
manifestó hasta en el calendario escolar anual donde los meses de Diciembre y
enero, son vacaciones para lograr que la población sobre todo del área rural, se
convirtiera en mano de obra disponible para los cafetaleros.
La Gran Depresión económica de los años 1930

La economía norteamericana había alcanzado el éxito durante la década de los


1920. La crisis de 1929 se debió a la saturación del mercado capitalista. La bolsa
de valores de Wall Street cayó a su nivel más bajo y esto ocasionó que la
circulación de la bolsa de valores se bloqueara por la misma saturación. Esta crisis
se atribuye a las características de producción de mercancías del capitalismo,
el monopolio de los mercados y el trabajo asalariado.

Esta crisis se incrementó a medida que la producción empleaba más innovaciones


tecnológicas y una mayor explotación de los obreros, teniendo como consecuencia
una sobreproducción que sobrepasa el cuadro de lo que realmente compraban las
personas para el consumo, hasta llegar a un momento que no se consumía lo que
se producía, teniendo así un paro de actividades. Esto mismo originó que a los
sectores vinculados a la economía, no les quedara otra alternativa económica que
declararse en quiebra, y esto trajo como repercusión la depresión y frustración en
los sectores económicos y en la población en general, dado que este fenómeno
también afectó a los principales bancos, a tal grado que algunas personas optaran
por el suicidio al saber que habían perdido por completo su dinero, otras personas
en cambio cayeron en crisis de salud bastante difícil al verse despedidas de sus
trabajos y al no tener una opción de empleo, es decir que la crisis afectó no solo a
algunos sectores, sino a todos en general.

La crisis de la bolsa de valores de Wall Street impactó en la economía


salvadoreña, dada la dependencia y la casi nula diversificación de esta última. Por
las condiciones climáticas, El Salvador se convirtió en un país cafetalero.
El café se cultivaba en gran cantidad, sobre todo en la zona occidental, y conforme
fue avanzando la tecnología se fueron incrementando las zonas donde se
producía café, debido a los sistemas de riego y el cultivo de árboles entre el café
para poder crear zonas frescas para el cultivo de este mismo. El Salvador se
convirtió en un país estrictamente cafetalero.

Pero una de las situaciones por las cuales se vieron afectados los pequeños y
medianos productores de café fue porque los medios necesarios para la
preparación del café no estaban a su alcance, por lo que a raíz de esta situación
se da la expropiación de tierras dado que estos mismos no tuvieron los medios
necesarios para pagar los créditos a los grandes productores y a los bancos, y se
vieron obligados a vender sus propiedades, esto permite que se nazca la
oligarquía cafetalera.

Otra situación que afectó al país fue la disminución de las exportaciones dado que
la crisis afectó los precios del café, los cuales se vinieron a la baja. La crisis
también vino a afectar por el lado de los empleos, porque se produjeron despidos
masivos en los beneficios, y una de las desventajas que se tienen como país
cafetalero es que la gente no puede tener un empleo permanente, además de
depender de la producción de un solo cultivo, por eso al caer el precio del café por
la crisis de 1929, el país se ve sumergido en circunstancias muy difíciles porque
no tiene otro tipo de entrada de ingresos.

La situación del Café

En estos años el café en El Salvador era el motor de la economía nacional, ya que


las exportaciones de dicho producto representaban el 95% de las exportaciones
totales. Los mayores compradores del grano de oro (café) de El Salvador en estos
años eran los Estados Unidos y Europa.

Los precios del café en octubre de 1929 en el mercado mundial eran muy bajos
con respecto al costo de la producción. Los efectos que se dieron debido a la
contracción de la economía de todo el mundo, llegaron al punto que la capacidad
de consumo de café de sus habitantes, la mayor parte de la producción del grano
de oro (café) no pudo colocarse en el mercado ni con los precios bajos. Los
cafetaleros para esta crisis acumulaban miles y miles de sacos en bodegas de los
puertos para exportarlos pero no podían debido a la crisis, otros lo que hacían era
mejor no cortar el grano del café por su baja cotización en el mercado exterior.
Fracaso de la Reforma Agraria

A pesar de los intentos del gobierno de Hernández Martínez y de los gobiernos


siguientes, de reformar en cierta medida la estructura de la economía, algunos
años después de llevadas a cabo las reformas antes citadas, la posesión de la
tierra estaba concentrada en un reducido número de familias y la economía seguía
dependiendo fuertemente de la explotación intensiva que llevaban a cabo algunos
pocos terratenientes.

Las causas del fracaso de la Reforma Agraria fueron la insuficiencia de recursos


financieros y de asistencia técnica puestos a disposición de los nuevos
propietarios de la tierra, la incapacidad de las autoridades para regular el uso de la
tierra y la resistencia de los intereses comerciales y de las tradiciones
conservadoras de subsistencia.4Las contradicciones sociales que habían causado
el levantamiento campesino de 1932 volvían a presentarse abiertamente, con la
atenuante de la represión estatal y de una política económica que buscaba ampliar
la inversión extranjera y la base externa sobre la que se sostenía la economía
salvadoreña. El difícil acceso a los mercados internacionales, la caída de los
términos de intercambio y el relativo atraso tecnológico, jugaron un papel decisivo
en la formulación de un modelo alternativo.

El Café Y Las Familias Terratenientes De El Salvador

La historia de El Salvador en la era republicana ha estado caracterizada por


abismales desigualdades en el engranaje de las relaciones sociales y la estructura
del poder. El término “oligarquía”, utilizado para denotar a la rancia oligarquía
cafetalera que se cimentó en las reformas liberales del último cuarto del siglo 19,
encontró un lugar especial en el imaginario popular e incluso se sigue utilizando
para identificar a los contados individuos que ejercen el nuevo poder económico.
Pero desde el punto de vista conceptual nos podemos preguntar: ¿Cómo ha
cambiado la oligarquía en El Salvador? ¿Podemos seguir utilizando el término
oligarquía para denominar a los nuevos grupos financieros de poder? El Salvador
ha cambiado de forma acelerada en los últimos 30 años: de un sistema
agropecuario exportador con tintes semifeudales a una economía basada en las
finanzas, los servicios, y las importaciones, que utiliza nacionalmente el dólar, la
moneda de la superpotencia mundial, como instrumento de cambio. Del mismo
modo, la oligarquía cambió, pero este cambio se ha cristalizado en formas
desiguales.

La nueva oligarquía ha cambiado sus viejos fundamentos ideológicos basados en


preceptos terratenientes-feudales y retrógrados por el innovador y “modernizante”
mundo de la doctrina neoliberal, pero el resultado macrosocial de este quiebre
ideológico ha representado simultáneamente un continuismo del privilegio y la
desigualdad en El Salvador. La estructura de poder se ha consolidado e incluso se
ha agudizado.

Podríamos argumentar que la rancia oligarquía cafetalera fue exitosa en perpetuar


durante un siglo su ideología tradicionalista y agraria (de principios de 1880 a
1979), aunque las modalidades hayan cambiado a través de los años. Cuando la
Gran Depresión mundial de principios de los años 30 echó a perder el proyecto
político de la oligarquía -sentada en la silla presidencial desde 1880- y se entró en
una crisis de poder, los militares fueron llamados para restablecer el orden a
fuerza de cañón y salvar un estatus quo que parecía tambaleante.

El Salvador se convirtió en un país mono productor y mono exportador donde


cuando el café tuvo un descenso en los precios mundial y otros factores, esto hizo
que las familias oligarcas “terratenientes”, intercambiaron de negocios como
algunos se desplazaron al cultivo de algodón convirtiéndolo en el segundo
producto...

El café y el impacto social


En un mercado global dominado por grandes distribuidores de café con sus sedes
en el hemisferio norte, pequeños productores del sur suman fuerzas y encuentran
sinergias en las cooperativas de café.

Un caficultor puede pensar que tiene la opción de trabajar de manera


independiente.

Sin embargo, esta independencia no es más que una ilusión cuando se trata de
enfrentarse a un mercado global extremadamente competitivo. Las cooperativas
de café generan el poder necesario para crear modelos de negocio más justos y
sostenibles. Estas organizaciones cafeteras parecen estar en auge, aprovechando
movimientos como el del comercio justo. Cada vez podemos encontrar más
cooperativas y más grandes en los países productores de café. En nuestro país se
introdujo el cultivo del café a finales del siglo XX, específicamente a partir del año
1800; a partir de entonces, las condiciones climatológicas favorables combinadas
con la laboriosidad de los salvadoreños lo convirtieron en un producto de calidad
que se exportaba y todavía se sigue exportando al exterior. Incluso, el café
salvadoreño llegó a ser reconocido como uno de los mejores de la región. Mejoró
aún más la calidad del café los procesos tecnológicos de modernización en
procesos que animaron la esperanza de un desarrollo económico sostenible para
El Salvador, sin embargo, el producto y las tierras en sí fueron abandonadas con
el inicio de la Guerra Civil.
El café en los cambios sociales

Desde finales del siglo XIX, la expansión de la producción del café estuvo
acompañada de transformaciones en la economía, produciendo cambios en la
parte social y cultural de El Salvador, aunque el crecimiento económico producto
de la actividad del café benefició principalmente una pequeña parte de los
diversos sectores. Durante los últimos cien años, el café ha sido fuente
generadora de riqueza, divisas, empleo, ingresos al fisco ya sea en forma directa
como indirecta y ha sido una fuente importante de servicios ecosistémicos. El café
llegó a ser el pilar más importante de la economía salvadoreña, a tal punto que se
exportó hasta 4 millones de quintales a diferentes partes del mundo y llegó a ser el
mayor productor del aromático. Pero durante las últimas tres décadas el panorama
ha cambiado debido a un ciclo prolongado del desequilibrio estructural entre la
oferta y la demanda mundial que trajo consigo baja en los precios. La producción y
las exportaciones han llegado a niveles sumamente bajos. La productividad ha
bajado considerablemente y se han perdido muchos empleos. Durante muchos
años, los precios de café han sido muy volátiles debido al comportamiento de la
oferta y la demanda, el clima en las zonas de cultivo, las políticas relacionadas con
el mismo, etc. La volatilidad histórica del café ha sido muy significativa y más
grande que en cualquier otra bolsa de productos, dicho comportamiento errático
de los precios ha dejado pérdidas económicas en los productores, quienes
registraron saldos insolventes con el sistema financiero que les concedió créditos
de avío, para siembra y recolección, lo que aumentó cada vez más la deuda
originalmente adquirida. La crisis de rentabilidad que enfrenta la caficultura
nacional ha traído una reducción del área cafetalera y consigo consecuencias
ambientales por la vinculación directa con la prestación de otros servicios
ecosistémicos, asimismo pérdida de biodiversidad, incluyendo la vegetación y
especies animales como aves y pequeños mamíferos. Otro de los problemas del
café aparte de los bajos precios, es que el comercio mundial ha estado
concentrado en manos de compañías multinacionales intermediarias, quienes
venden la gran mayoría del café a cuatro tostadores mundiales. La Roya del café
ha profundizado la crisis del café, ocasionando una importante reducción en los
niveles de producción, productividad y generación de empleos. Esta situación
presenta un escenario preocupante especialmente para las poblaciones
vulnerables que habitan en las cercanías de las fincas que no poseen otros
medios de vida alternativos que les sirvan para suplir la demanda diaria de
alimentos y servicios sociales. En las zonas de producción de café hay poca área
disponible para cultivos de granos básicos y muchas familias han dependido de
los jornales agrícolas en zonas cafetaleras. La crisis del café ha traído
consecuencias nocivas para los medios de vida de la población rural,
principalmente de quienes basan su economía en este cultivo. En las zonas
cafetaleras trabajan típicamente en un alto grado, pequeños productores de café,
así como jornaleros que aportan mano de obra no calificada para las tareas de
poda, limpieza, fertilización y recolección del grano.

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