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C-133 de
marzo 17 de 1994
OBITER DICTA
El demandante: Solicita declarar inconstitucional el artículo 343 del decreto 100 de 1980
(código penal), que dice “Artículo 343. Aborto. La mujer que causare aborto o permitiere que
otro se lo cause, incurrirá en prisión de uno a tres años. A la misma sanción estará sujeto quien,
con el consentimiento de la mujer, realice el hecho previsto en el inciso anterior”
Argumentando así:
•Ante la ley es persona el ente físico nacido de especie humana, que viva tan siquiera un minuto,
por lo tanto el nasciturus no es persona, no es jurídicamente capaz de derechos ni obligaciones.
Esto implica que las autoridades de la República no tienen que proteger la vida del nasciturus
porque éste no es sujeto de derecho.
• Las personas tienen creencias diferentes, no para todas las personas es aceptado un consenso
sobre las cualidades de las no personas (como son las etapas de su gestación), y las autoridades
están instituidas para proteger a todas las personas en sus diferentes creencias.
• Al proteger la diversidad étnica y cultural de la Nación, el Estado reconoce la existencia de
grupos nacionales para los cuales el aborto no es un delito, grupos que practican este hecho
comúnmente.
• El Estado debe garantizar el libre desarrollo de la personalidad a las personas, en este caso a la
gestante; mientras que el nasciturus, al ser no persona, carece de personalidad y protección legal
y por lo tanto no puede calificarse como delito ninguna conducta que realice la gestante para
expulsarlo de su cuerpo.
• La Constitución garantiza la libertad de conciencia, y por lo tanto reconoce que es un acto
potestativo de la mujer el decidir si se somete voluntariamente a un aborto motivado por “íntimas
razones de su propia conciencia”.
• La libertad de cultos sugiere que no todos los colombianos practican el culto Católico,
Apostólico, Romano (iniciador de la condena al aborto por considerar que el feto es un ser
dotado de alma), y entendidas dentro de la diversidad de cultos, las diferentes concepciones de
las implicaciones metafísicas del aborto deben ser respetadas por el Estado, siguiendo el derecho
vigente de otros países de moralidad diferente al cristianismo.
• Como nadie puede ser reducido a prisión o arresto, ni detenido por obrar bajo los dictámenes
de su conciencia, y como las no personas carecen de derechos y de protección legal, la decisión
que concluya o no el proceso de gestación es competencia de la mujer sin compañero o marido, o
de la pareja obrando bajo los dictámenes de su conciencia.
• La pareja tiene el derecho a decidir libremente y responsablemente el número de sus hijos, y
teniendo en cuenta que no todas las concepciones son fruto de su voluntad, es competencia de la
mujer sin compañero o marido, o de la pareja decidir si concluye o no el proceso de gestación.
DEFENSOR DEL PUEBLO
El Defensor del pueblo refutó la demanda argumentando:
• Ontológicamente persona es todo ser humano, que es humano por tener una esencia distintiva
de los otros seres, ésta esencia es la capacidad de razonar y por ende la capacidad de dominarse a
sí mismo y dominar lo que posee.
• El derecho a la vida se tiene durante todo el proceso vital, la existencia del individuo, comienza
desde el momento mismo de la concepción. Este argumento es respaldado por el concepto de
Alfred Kastler, biólogo premio Nobel de física quien dice que la vida comienza desde la
concepción y el feto es un ser humano completo con un código genético irrepetible.
• El blastocito no es una parte del cuerpo de la madre. Gracias a pruebas de inmunidad se sabe
cuando el embrión – en fase de blastocito- se implanta en la pared del útero, el sistema
inmunológico de la madre reacciona ante la presencia de un cuerpo extraño e intenta expulsarlo,
consiguiéndolo algunas veces, pero gracias a un delicado mecanismo de defensa el feto resiste
ese ataque en otras ocasiones. Por lo tanto el no nacido no es parte del cuerpo de la madre, su
dependencia es transitoria y de él se desarrollará necesariamente un ser humano, de ahí que no
puede estar al arbitrio de la madre sin compañero o marido, o de la pareja la continuidad del
proceso gestante.
• El derecho a la vida le es inherente a cada ser humano sin distinción alguna, por lo tanto, siendo
el embrión ontológicamente persona, también es sujeto de derechos.
• Si bien es deber de las autoridades proteger a las personas en sus creencias, la Constitución
señala los límites naturales que tiene el ejercicio de los derechos. La libertad de pensamiento no
puede practicarse de manera absoluta y unilateral porque encuentra su aplicación en otros
atributos igualmente esenciales a la dignidad e inviolabilidad del individuo y de la familia, así, el
aborto no es una actividad que se pueda enmarcar en el ejercicio del derecho de libertad de
pensamiento.
• No se puede aducir a la libertad de cultos para restringir o violar el derecho a la vida, mientras
la realidad muestra que es común a todos los cultos y filosofías, no sólo a la Católica, el respeto a
la dignidad de la persona.
• La dignidad de la persona humana es el fundamento del orden jurídico de una sociedad, por lo
tanto no se concibe la violación al dominio propio del no nacido, manifestación de su dignidad,
dentro de una sociedad que profesa un profundo respeto a la vida. MINISTERIO DE JUSTICIA
El delegado del Ministerio de Justicia, doctor Raúl Alejandro Criales Martínez, impugna la
demanda y procura la declaración de constitucionalidad para la norma demandada
argumentando:
• El nasciturus constituye una expectativa de vida del género humano, y por lo tanto debe
protegérsele para evitar otra causa de autodestrucción del ser humano; además hace parte de la
familia, y es deber del Estado proteger al núcleo fundamental de la sociedad, por lo tanto
permitir la práctica del aborto sería menoscabar a la sociedad y atentar contra el género humano.
• Tipificar el aborto como delito es una acción del legislativo para tutelar la vida e integridad de
la mujer, ya que las prácticas abortivas ponen en peligro a la madre y son “en alto grado causa de
mortalidad”.
• El derecho a la vida no puede ser abusado, de acuerdo al artículo 95 de la Constitución, y con el
aborto, se pone en riesgo la vida de la madre o se procura su protección en detrimento de la vida
del no nacido.
1. PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN
El señor Procurador General de la Nación solicitó la exequibilidad de la norma acusada
considerando que:
• La Constitución no contiene ninguna disposición que establezca el momento en el que alguien
comience a ser persona, así, resulta falso el señalamiento del autor en el sentido de que la
Constitución establezca que los no nacidos no sean personas, y que por ende no sean sujetos de
derechos y obligaciones, nótese esto para concluir que la constitucionalidad de la norma no
puede discutirse con fundamento en tal falacia.
• La discusión debe girar alrededor de si el Constituyente prohibió o permitió la interrupción
inducida del proceso de gestación, y si la Carta consagró o no derechos a favor del nasciturus.
• En el interior de la Asamblea Nacional Constituyente se presentaron diferentes discusiones
acerca del aborto, pero dadas las dificultades políticas, sociales y religiosas que suscitaba dicho
tema, se dejó al legislativo la pronunciación acerca de la legalidad o ilegalidad las prácticas
abortivas. Finalmente, con la inclusión del tipo penal aborto en el Código Penal, se tutelaron los
bienes jurídicos relevantes para nuestra sociedad consagrados en la Carta Fundamental, ya que
las normas del Derecho Penal son consideradas como normas de orden público.
• A pesar de que la consagración del aborto como delito no responde a las creencias de todos los
cultos ni de todos lo grupos, tal consagración no tiene el ánimo de discriminar a alguna religión o
algún grupo étnico o cultural. El motivo es describir un comportamiento reprochable que atenta
contra el núcleo fundamental de la sociedad, éste es el ser humano.
SALVAMENTO DE VOTO
Los Magistrados Eduardo Cifuentes Muñoz, Carlos Gaviria Díaz y Alejandro Martínez Caballero
salvan su voto considerando que el artículo 343 del Decreto 100 de 1980 ha debido ser declarado
constitucional condicionado exponiendo las siguientes razones:
• No es lo mismo proteger la vida que proteger el derecho fundamental a la vida. Según la
doctrina mayoritaria; la constitución y el derecho internacional reconocen el derecho a la vida del
nasciturus, y no se necesita ser persona humana para tener protección a ese derecho. En cambio
del derecho fundamental a la vida sólo puede ser titular una persona humana nacida, por ser ésta
sujeto susceptible de ejercer derechos y contraer obligaciones. Así, no se le pueden atribuir
derechos fundamentales a quien “no ostenta titularidad jurídica para su goce y ejercicio”.
• Aunque se reconozca que el nasciturus es un ser viviente humano individual, de ello no se
desprende que éste sea titular de derechos e intereses que el Estado este obligado a proteger
respecto de las personas.
• “El nasciturus no es una persona en sentido constitucional”, la tesis contraria es una
interpretación errónea de los Códigos Civil y del Menor, ya que invierte la jerarquía normativa
mediante la fijación del alcance del texto constitucional a partir de los dictámenes del legislador.
• El artículo 43 de la Carta, que establece la protección especial a la mujer durante el embarazo y
después del parto, tiene como objeto de protección a la mujer embarazada y no al fruto de la
concepción. La Corte, al hacer al nasciturus destinatario de tal protección, está poniendo en
conflicto los derechos de un ser humano no nacido con los de una mujer embarazada.
• El Estado puede proteger la vida del feto frente a situaciones en las que no está en juego
ningún derecho fundamental de la madre, pero eso no implica que para ejercer tal protección el
Estado pueda crear nuevos sujetos de derecho, y con este mecanismo limite los derechos
fundamentales de la madre.
• En el marco del pluralismo consagrado en la Constitución, el Estado puede proteger el valor
intrínseco de la vida humana exigiendo que las decisiones acerca del aborto se adopten
reflexivamente con atención a la importancia del asunto, así se respeta un espacio otorgado a
tomar decisiones de acuerdo a las creencias morales de cada persona y se evita la protección
estatal de una sola concepción del valor intrínseco de la vida.
• Es artificioso que la Corte afirme que el derecho a la autonomía procreativa puede ejercitarse
sólo antes de la concepción y no en otro momento sin fundamento constitucional que justifique
dicha precisión. • La Corte asevera que la vida comienza desde el momento mismo de la
concepción, y que la vida merce protección estatal desde su inicio, pero ignora que algunos
métodos anticonceptivos actúan después de fecundado el óvulo, este es sin duda un error de
coerencia argumentativo.
• Mediante la penalización del aborto, el Estado incurre en una intromisión a la esfera de la
personalidad que lleva en muchas ocasiones a imponer una carga desproporcionada a la mujer.
• Negarle a la mujer la libertad de decidir sobre su proceso de embarazo, es causarle un perjuicio
grave y desconocer su derecho a una vida digna y autónoma, pues hay mujeres que no desean o
no se encuenran en condiciones para asumir esa responsabilidad.
RATIO DECIDENDI La Corte Constitucional considera los siguientes aspectos:
• El derecho a la vida es el bien más valioso que posee un individuo y su protección garantiza el
establecimiento de los derechos restantes.
• En el momento de la concepción, cuando el espermatozoide fecunda al óvulo, los 23
cromosomas (característicos de nuestra especie) que aporta el padre se unen a los 23
cromosomas de la madre, así se construye un DNA único e irrepetible que le pertenece
exclusivamente al nuevo individuo y que contiene toda la información genética “necesaria y
suficiente para expresar todas las cualidades hereditarias del nuevo individuo”. Reforzado por la
opinión científica del doctor Jéröme Lejeune (profesor de Genética Fundamental en la
Universidad René Descartes y miembro del instituto de Progénesis de París), quien dice que la
vida comienza con la concepción, el Procurador reconoce que el nasciturus es un ser humano
diferente a la madre y que por ser sujeto de derechos y obligaciones, su derecho a la vida merece
gozar del amparo estatal y su viabilidad no puede quedar al arbitrio de la gestante
• “La vida del nasciturus encarna un valor fundamental, por la esperanza de su existencia como
persona que representa , y por su estado de indefensión manifiesto que requiere de la especial
protección del Estado”
• La protección a la vida del nasciturus tiene sustento en el Preámbulo y en los artículos 2 y 5 del
CN, pues es deber de las autoridades públicas asegurar el derecho a la vida a todas las personas.
• En concordancia con los convenios de derecho internacional suscritos por Colombia, y con la
facultad constitucional de interpretar los derechos y deberes de la Carta fundamental acorde con
tales convenios, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos ratifican la protección del derecho a la vida a partir del momento de la
concepción.
• Para la Corte Constitucional persona es lo mismo que sujeto de derecho, pero no se necesita ser
persona humana para tener derecho a la protección de la vida pues el nasciturus tiene derecho a
la vida aún antes de que se configure como persona.
• La disposición constitucional en virtud de la cual es derecho de la pareja decidir libremente y
con responsabilidad el número de su progenie solamente se puede ejercer hasta antes del
momento de la concepción; una vez fecundado el óvulo cualquier interrupción provocada del
proceso de gestación viola el derecho a la vida que le asiste al no nacido.
• No es procedente legitimar conductas que conduzcan a la privación a la vida humana durante
el proceso de gestación bajo el amparo de las libertades de conciencia y de cultos, porque el
ejercicio de estas libertades está limitado por la salvaguarda de la seguridad, salubridad y
moralidad públicas, y limitado por el derecho de los demás a disfrutar de sus libertades públicas
y derechos fundamentales.
DECISUM
La Corte Constitucional reconoce que la posibilidad de eventuales conflictos entre los derechos
fundamentales de la embarazada y del nasciturus debe ser materia de regulación por parte del
Legislador, y procede a: Declarar EXEQUIBLE el artículo 343 del Decreto 100 de 1980, por el
cual se expide el Código Penal Colombiano. CONFLICTO SOBRE LA TITULARIDAD DE
DERECHOS FUNDAMENTALES Y SU PREVALENCIA Vida, salud, dignidad y libertad
RAZONONAMIENTO DE LA CORTE
FALLO
1. SENTENCIA C- 647/2001
DEMANDA AL PARÁGRAFO DEL ART. 24 DE LA LEY 599/2000
“Artículo 124.-Circunstancias de atenuación punitiva. La pena señalada para el delito de aborto
se disminuirá en las tres cuartas partes cuando el embarazo sea resultado de una conducta
constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo, de inseminación artificial
o transferencia de óvulo fecundado no consentidas. PAR.- En los eventos del inciso anterior,
cuando se realice el aborto en extraordinarias condiciones anormales de motivación, el
funcionario judicial podrá prescindir de la pena cuando ella no resulte necesaria en el caso
concreto”.
Demandante CARLOS HUMBERTO GÓMEZ ARÁMBULA
Ponente MAGISTRADO: Dr. ALFREDO BELTRÁN SIERRA
1. OBITER DICTA
1.1 Consideraciones de demandante
• Manifiesta el demandante que uno de los objetivos buscados por la Asamblea Nacional
Constituyente al promulgar la Carta de 1991, fue la de asegurar el derecho a la vida y a la
dignidad humana. Por lo tanto, el legislador en el parágrafo acusado transgredió los postulados
constitucionales consagrados en el Preámbulo y en los artículos 1 y 11 de la Constitución, porque
deja impunes “crímenes” cometidos contra un ser humano que se encuentra en incapacidad de
ejercer la defensa de su vida. Aquí el demandante pide proteger el derecho a la vida, siendo uno
de los principales derechos fundamentales, de igual manera el demandante retoma la
consideración del ser humano, dándole el valor de ser humano desde el momento de la
concepción.
• Aduce que “Estos seres humanos” que se encuentran en estado de gestación, tienen derecho a
nacer y crecer dentro de una familia, a ser iguales ante la ley y recibir protección del Estado sin
ninguna discriminación (C.P. art. 13); al reconocimiento de su personalidad jurídica (art. 14
ibídem); al libre desarrollo de la personalidad (art. 16), y a los demás derechos constitucionales,
especialmente la protección de los niños. Considera que el ser en estado de gestación tiene los
mismos derechos de cualquier colombiano, aun más cuando es estimado como infante.
• Como fundamento de su posición, el ciudadano demandante cita la Carta Encíclica “El
Evangelio de la Vida”, en la que el Papa Juan Pablo II sostiene: “Ninguna circunstancia, ninguna
finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito,
por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la
misma razón y proclamada por la Iglesia”. El demandante enfoca su petición a lo emanado de la
Carta Encíclica de acuerdo a la Religión Católica, donde condena en primera instancia la muerte,
y desde este punto de vista el aborto en cualquiera de sus dimensiones es un crimen contra el
hombre y sobre contra Dios, llegando inclusive a considerar cualquier método de planificación,
porque para este cuerpo religioso, las células embrionarias son vidas.
• Manifiesta la entidad interviniente que los artículos 122 y 123 de la Ley 599 de 2000
sancionan el hecho punible del aborto, bien sea que la persona se la practique en forma
voluntaria o sin su consentimiento. No obstante, el Código Penal reconoce que en ciertas
circunstancias la culpabilidad de la conducta del autor del ilícito se reduce y, en consecuencia,
también el reproche que se lanza contra la persona debe ser de menor entidad. Sin embargo, deja
en claro que la tipicidad y antijuridicidad de la conducta permanecen incólumes, es decir, que el
hecho punible sigue siendo un acto contrario a derecho y lesivo de un bien jurídico que se debe
proteger, lo que sucede, es que el autor de la conducta lo comente en especiales circunstancias
que determinan que su culpabilidad sea menor y, por ello, que la pena a imponérsele deba ser
atenuada, lo que significa que el legislador reconoce que dadas las circunstancias en que se
comete el acto, el juicio de reproche sea menos severo.
• Para la Fiscalía General el legislador en el parágrafo acusado recoge de manera estricta el
concepto de culpabilidad que consagra el artículo 29 Superior, el cual dispone que no puede
existir pena sin culpabilidad y, en el caso sub examine, al encontrarse ésta disminuida se pierde
el fundamento para aplicar la pena. Así las cosas, a su juicio, la norma demandada no afecta el
derecho a la vida porque el elemento antijuridicidad permanece incólume y, sólo se contempla la
no imposición de la pena ante la ausencia de culpabilidad por las circunstancias extraordinarias
de motivación que llevaron a la persona al aborto. El Fiscal General de la Nación, hace
referencia que en ningún momento se declina la tipicidad y antijuricidad del delito, pues continua
el aborto inducido siendo delito, protegiendo el derecho a la vida como lo consagra la Carta
Magna en el Art. 11, solo que en casos excepcionales bajo ciertas circunstancias se exonera de
la pena condenatoria a la mujer que lo practica.