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Fragmentos de discursos en el marco del debate por la ley de Interrupción voluntaria

del embarazo (2018)


Sr. Hooft

[…]

Por mi mente también confluyen preguntas y reflexiones en torno a la razonabilidad y


coherencia de la despenalización del aborto, las cuales tengo el honor de compartir con los
legisladores de esta Honorable Cámara.

Gracias a la fuerte campaña mediática y de redes que -como acabamos de ver- logró instalar el
tema en la agenda pública, hoy como sociedad podemos profundizar y sacar a luz muchos de
los temas que no hemos discutido por años.

Sin embargo, reconocemos que se han usado frases estratégicamente diseñadas para
confundir y sesgar la discusión a través de argumentos un tanto falaces, que tratan de resaltar
ciertos aspectos y ocultar otros.

Se habla de respetar la decisión de la mujer sobre su propio cuerpo sabiendo que, en verdad,
se trata de dos cuerpos humanos. Desde el momento de la concepción, el embrión envía
señales moleculares a la madre para que ambos se coordinen como dos vidas distintas, en
perfecta simbiosis durante toda la gestación. […]

Se minimiza la existencia del niño por nacer al considerarlo un simple conjunto de células o un
cuerpo que todavía no siente, poniéndose en duda el comienzo de la existencia de la persona.
No se toma en consideración el valor del cuerpo humano ni que todo cuerpo humano es
personal. La dimensión corporal es un elemento constitutivo de la persona humana. Un ser
humano no tiene su cuerpo; él es su cuerpo. Ese cuerpo humano tiene un titular con nombre
propio, una titularidad inalienable.

Se cuestiona el comienzo del ser humano. La biología molecular, la embriología médica y la


genética nos enseñan que con la fecundación del óvulo por el espermatozoide comienza a
existir un nuevo ser humano. Ese pequeño ser vivo ya pertenece a la especie humana: es un
cuerpo humano en desarrollo, […]

Se alega que las mujeres ricas abortan y las pobres, mueren. Lamentablemente, la pobreza
causa muchos males en nuestro país y debemos luchar contra ella. La maternidad adolescente
se da mayormente en contextos de desigualdad: siete de cada diez madres jóvenes pertenecen
a hogares de bajos ingresos. Por lo tanto, nuestro enemigo es la pobreza y no los niños por
nacer.

Debemos invertir seriamente recursos en programas de educación sexual para niños y


adolescentes, y proveer de métodos anticonceptivos, enseñando el valor de la vida humana y
los riesgos de conductas irresponsables para evitar embarazos no intencionales. El foco debe
estar en las verdaderas causas del problema y no en las consecuencias. […]

Tampoco podemos culpar al niño por nacer de la eventual mortalidad materna porque sería
colocar a la víctima en el lugar de un victimario. Debemos proteger las dos vidas.

Es cierto que la protección de la vida del niño por nacer dispuesta en el Código Penal no ha
logrado modificar la conducta que ha querido evitar. No resulta suficiente la mera existencia
de la ley para disuadir la realización de determinadas conductas antijurídicas, pero también es
cierto que el Estado no ha implementado seriamente planes de prevención. […]

Se ha tratado de justificar jurídicamente el aborto basado en plazos -catorce semanas-,


cuando, en realidad, se funda en la voluntad discrecional de la madre, lo cual carecería de
sustento constitucional. Toda norma jurídica debe ser razonablemente justa, tanto en su
aspecto formal como material, para tener fuerza ordenadora, ejemplificadora y ser cumplida
por todos. Si se pretende reglamentar un derecho, se debe desarrollar sobre la base de un fin
social, sin destruir ningún derecho amparado en nuestra Constitución.

[…]

La Convención Americana sobre Derechos Humanos -Pacto de San José de Costa Rica- dispone
en su artículo 1, inciso 2: "Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano."
Asimismo, en su artículo 4, establece: "Toda persona tiene derecho a que se respete su vida.
Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción.
Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente."

La ley 23.849, por la que se aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, dice en su
artículo 2°: "Con relación al artículo 1° de la Convención sobre los Derechos del Niño, la
República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende
por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad."
En su artículo 6°, inciso 1, la convención dispone: "Los Estados partes reconocen que todo niño
tiene el derecho intrínseco a la vida."

[…]

Jamás la salida puede ser privar del derecho a la vida a seres humanos en formación. Tampoco
es aceptable mirar para otro lado y no hacer nada frente a la realidad social. Se deben
defender las dos vidas en toda su amplitud: física, social y espiritual.

¿Quién es el hombre como para decidir sobre la vida de otro hombre? ¿Qué es el ser humano
como para ser capaz de dictaminar cuándo nacer y cuándo morir? Solo debemos tratar de ser
coherentes entre lo que creemos, lo que somos y lo que hacemos como Nación.

https://www.youtube.com/watch?v=BswwlNIxrvg (A partir de minuto 5)

https://www.youtube.com/watch?v=WqgpuqOUw3U (Dip. Lospennato)

https://www.youtube.com/watch?v=xFwhdlSTZls

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