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Historia de la caricatura

 
Capítulo X. Ricardo Rendón o el reconocimiento de la caricatura
 
No se pone en duda que la obra más importante y más porlifica la realizó en la capital de la
República. A su llega continuó con la elaboración de una serie de láminas iniciada en Medellín,
coloreadas a mano, denominada Jardín Zoológico, que representa a los principales personajes
de la política, la literatura y el arte, donde su talento de caricaturista recurre a la vertiente
zoomorfa, una de las más empleadas y exigentes de este arte.
 
El espectador, la republica y el tiempo fueron en realidad los soportes de la obra crítica de
Rendón, que plasmó la situación del país desde la mirada liberal hacia lo que se ha
denominado la hegemonía conservadora durante la década de 1920.
 
En línea generales, los temas que enfoca desde su trinchera de los diarios liberales, tomados
muchas veces de los editorialistas, son, primero la caída de Marco Fidel Suarez y sus sucesores,
segundo, los partidos políticos: el liberal, el republicano y el conservador, cada uno con sus
crisis internas, sus candidatos y sus periódicos, y tercero, los conflictos sociales y el nacimiento
de las ideologías, las huelgas, los malos manejos del dinero público, el intervencionismo
norteamericano, la incertidumbre financiera con el dinero que ingresó por el Tratado Urrutia -
Thompson y la fundación del Banco de la República.
 
Rendón es un iconógrafo: creó imágenes para que permanezcan gracias a su poder de síntesis
y reemplacen a las reales o a otras dadas por distintas técnicas y artes.
 
La tarea de Rendón tenía un desinteresado alcance social que le daba una eficacia soberana. La
sociedad, toda la sociedad, se sentía interpretada de manera imprevista pero exacta, a través
de las creaciones de Rendón.
 
Lo que sí logró Rendón, por medio de su arte, es que la caricatura fuera reconocida, aceptada,
que tuviera estatus y ese es en gran parte su mérito.
 
Capítulo XI.
 
La década que se inicia en 1920 es muy llamativa por las contradicciones que implican la
transformación ideológica, el progreso en el aspecto material y, a la vez, la continuación del
tradicionalismo y el dogmatismo de la Hegemonía Conservadora en el poder.
 
Aunque existían en el siglo XIX publicaciones de humor, como el zancudo, el barbero, el mago
y Mefestógeles, eran, como su subtítulo lo indica, periódicos y no revistas. No tenían la
variedad que exigen los magazines. Lo mismo sucede con los impresos de humor de las dos
primeras décadas del siglo XX, como el conservador Sansón Carrasco de Bogotá y el Bateo de
Medellín.
 
La semana cómica es la primera revista humorística de la década de 1920.
 
El tema central es la política: abarca desde el fin del gobierno de Marco Fidel Suárez, el del
designado Holguín y todo el de Pedro Nel Ospina.
 
Aunque se presenta como una revista de sátira social con temas locales, poco a poco se inclina
hacia la sátira dirigida al gobierno y los partidos políticos.
 
Aparece una denuncia constante hacia el imperialismo de los Estados Unidos que pretende
dominar todos los países de Centro america y Suramérica.

Fantoches
 
En la década de 1920 numerosos periódicos humorísticos aparecieron en todo el país con una
gran cantidad de caricaturas: un ejemplo de ello es Fantoches, Revista humorística, dirigida por
Manuel José Jiménez, que comenzó a circular el 3 de julio de 1926, quince días después de
clausurado Sal y Pimienta.
 
Al igual que Bogotá cómico, es de una marcada tendencia arielista. La influencia de Rodó y de
su obra Ariel se traduce en una actitud americanista que reconoce desde los elogios en
caricatura a músicos como Emilio Murillo y la burla a quienes no creen en el talento nacional,
hasta el rechazo total del imperialismo yanqui en América Latina.
 
En fantoches también participaron pepe Gómez, autor de la mayoría de las caricaturas
políticas y ocasionalmente Lisandro Serrano.
 
La revista presentó a Lisandro Serrano con una auto caricatura, como uno de los nuestros,
colaborador de Fantoches y artista original que ha sabido aprisionar en dibujos altamente
sugestivos muchos y variados aspectos de la comedia humana.
 
Una de las actitudes sobresalientes de las caricaturas de Fantoches es su posición ética; por
ello uno de los temas reiterativos es la cuestión del petróleo y los Estados Unidos: los negocios
abundaban, según las caricaturas.
 
La revista trata otros aspectos como el socialismo, las disputas del partido liberal y de las
sesiones del congreso; denuncia la inmoralidad en la Alcaldía con la rosca. Fantoches muestra
simpatía por el socialismo. En él se encuentran retratados no solo los candidatos de ese
partido, como el lanzamiento de Alberto Castrillón, sino los problemas de las adhesiones.
 
Fantoches manifiesta su opinión con relación al clero y su injerencia en la política; este es otro
de los temas que están servidos por los diferentes caricaturistas.
 
Quienes salen bien librados de los caricaturistas son Laureano Gómez, Alfonso Lopez
Pumarejo.
 
La revista Fantoches circuló de una manera inalterable durante seis años. Recibía
correspondencia de todo el país. Es una revista liberal, sensible al nacimiento de las ideologías
Apoyo al socialismo. Se unión a grupos conservadores en contra de la Hegemonía
conservadora. Sin embargo, su mayor preocupación era el intervencionismo norteamericano
en Colombia, Centroamerica, el Caribe y toda América del sur. En ese sentido se ratifica como
arielista.
 
Sus caricaturas se dividen en dos, las que denuncian y las que exaltan.
 
Todos los caricaturistas, incluyendo el director Jiménez y Pepe Gómez, que trabajaron en
Fantoches, han caído en el olvido, a excepción de Rendón, cuyo paso rápido por la revista,
representado en gráficas y avisos publicitarios, no dejó huellas.
 
De nuevo surge la pregunta ¿la caricatura es un arma para tumbar gobiernos? ¿ha servido para
formar opinión y cohesionar al común de las gentes? ¿ Es un sistema pedagógico para corregir
comportamientos sociales y políticos?
 
Desde la revolución francesa de 1848 se creó el mito de que la caricatura sirve para tumbar
gobiernos; que Daumier tumbó del trono a Luis Felipe. Se dice que Fantoches subió a Olaya
Herrrera y después cerró el periódico. En realidad, la crisis económica de 1930 arruinó al Señor
Jiménez y tuvo que cancelar su empresa.
 
En la década de 1930 y con pocos años de diferencia perdió el país dos de sus más grandes
caricaturistas del siglo XX: Ricardon Rendón y Pepe Gómez. Con ellos se cierra la edad de oro
de la caricatura en Colombia.
 
La edad de oro de la caricatura en Colombia se inició con Alberto Urdaneta en 1870 y terminó
con Ticardo Rendón y Pepe Gómez en la década de 1930. Con ellos finalizó el período más
glorioso de la gráfica crítica del país. Fue a través de ellos que la opinión pública se apropió de
la caricatura, se sintió ejerciendo la oposición desde la mesa del dibujante.
 
Horacio Longas, Alberto Arango, Afolso Samper, Jorge Franklin y Lisandro Serrano evidenciaron
un cambio de estilo y una técnica emparentada con las tiras cómicas.
 
Se puede afirmar que en las décadas de 1930 nación en Colombia, gracias a las empresas
formas por las revistas, la profesión de caricaturista.
 
Rendón --> Las características de sus gráficas críticas en cuanto al estilo, esto es, la línea, el
tratamiento del espacio, las deformaciones de las figuras, las síntesis y su aproximación sucinta
y directa a los editoriales de los periódicos influyeron a gran número de dibujantes.
 
Capítulo XIII. Caricatura "a sangre y fuego". Liberalismo en declive y conservatismo al poder.
 
La importancia de las caricaturas en los periódicos de la década de 1930 se mide porque se
publicaban en la página primera de los periódicos.
 
El tema de la masonería se convirtió en una paradigma de las luchas partidistas. Según
Williford, con los gobiernos liberales y en particular con el segundo mandato de Lopez
Pumarejo se dio la más ardua "campaña antimasónica de 1942, cuando El siglo recibió y
publicó decenas de telegramas insultantes de todas partes del país".
 
El caricaturista Adolfo Samper (1900 - 1991) va a representar en la década de 1940 la lucha del
liberalismo, primero en el poder y a continuación desde la caída, ante un conservatismo
triunfante.
 
Se formaron en la escuela de Bellas Artes, como el mismo Pepe Gómez, Luis Felipe Uscátegui y
Fídolo Alfonso Gónzalez Camargo.
 
Una vez se subió el conservatismo al poder, Samper inventó el cerdo como ícono del
conservatismo.
 
Samper indentificaba el conservatismo con la violencia que se esparcía y se hacía contundente
en algunos sectores del país.
 
Cuando el partido liberal estaba dividido y se encontraba ad portas de perder el poder, se
fundó en 1946 Pereque, una revista de gráfica crítica. Como director aparece el caricaturista
Lisandro Serrano. Las caricaturistas del momento están casi todos representados en sus
gráficas: Adolfo Samper, Lisandro Serrano, Hernando Turriago, Carlos López Ruiz, Cayo Medina
y Joaquín Eduardo González Gutiérrez.
 
Los artistas dibujaban no sólo la caricatura política, dirigida en general contra Laureano
Gómez, sino también la gráfica social y la comercial.
 
Para el siglo, el enemigo número uno del país es el comunismo, que se encuentro aliado con el
liberalismo. Si para alejarlo es inevitable una guerra civil, los conservadores estaban dispuestos
a declararla.
 
Como caricaturista político se afectaba con los decretos que amenazaban la prensa. Por ello,
cuando se declaró turbado el orden pública en estado de sitio todo el territorio de la
República, Samper consideró que se le había dado un golpe de gracia a la caricatura. La
caricatura política ha muerto en manos de la censura.
 
En la década de 1940, además de la afluencia de la gráfica crítica política, producto de la
situación complejo que se vivía, florecieron la caricatura costumbrista y el retrato. La primera
estaba representada no solo por Samper y sus historietas, sino además por un grupo de
artistas, algunos de provincia, que se referían a los problemas urbanos. Algunos de estos
nombres fueron reconocidos una década después: se trataba de Hernando Turriago Rieño,
Chapeta de Hernan Merino, de Carlos Lopez Ruíz y Fabio Huerta.
 
El tema del costumbrismo se convirtió en un subterfugio de Samper cuando la situación
política se complicó a partir del decreto del 9 de noviembre de 1949.
 
Uno de los periódicos que impulsó la caricatura social fue sábado, que comenzó a circular el 17
de julio de 1943. Sus fundadores, Plinio Méndoza y Armando Solano, tenían la intención de
mostrar otra cara del periodismo.
 
Para mostrar su imparcialidad, en el segundo número se presentó un extenso ensayo sobre
Laureano Gómez.
 
La mayoría de las gráficas de Chapete de esa época no eran políticas, se referían al
comportamiento de las gentes, la situación social y a las problemas urbanos.
 
En cuanto al retrato, Jorge Franklin, bogotano, es uno a quien se le debe la innovación de este
género en la gráfica crítica colombiana.
 
Se puede concluir que si bien el retrato y el costumbrismo cumplieron un papel destacada, en
especial en el campo de la invención y la creación, fue la caricatura política la que tuvo mayor
protagonismo en la década de 1930 y 1940. Los nombres de Samper, Rivero Gil, Luis María
Rincón y Lisandro Serrano pusieron en alto el arte de la gráfica crítica.

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